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EL CONCEPTO DE LA EPIGRAFIA CONSIDERACIONES SOBRE LA NECESIDAD DE Str AMPLIACION DISCURSOS KEAL ACADEMIA DE LA HISTORIA D. JOAQUIN MLA DE NAVASCUES Y DE JUAN ©. MANUEL GOMEZ MORENO ¥ MARTTSEZ CLO POBLIGA DRL. PRIMERS ik DF BNERS F153 * Aldus, SA -Castell, 125 DISCURSO BD. JOAQUIN MY DE NAVASCUES Y DE JUAN EXCELENTIsiMOs sRROPES: Confaso todavia, sin Reber rexccioaade asin del estue por gue me produjo vucstco Vamamicnta pars ocupat tuna plaza de nsimero en esta Real Academia, me tenéis aqui para procurar corresponder con mi valer modesto a la acted extremadzmente genecosa que habéis tenido cone ‘igo, porque mis méritet son infesiores a la hora que me dispensiis; silo vuesta benevolencia puede ilustar- los cuaiea necesicas para ennoblersr so Rumilde coodir cién. Egnoto qué puede depararme lo por venity peo 05 seguro que, aparte de fas satisfacefones obsenidas en el worden fisnitixe y en ef de fa amistad, ningana supers a Ia ce ingresat en vacstsa Corporacién. La acrecients Io inesperado de la designacién, ya que en ella ni me eabe iniciativa al jamés pensé que un dia me encontrara en estas cireunstancias. Acato, pues, y os agradczco viva mente vuestto aeverde, con el gue tanto gano, y & vues t2o criterio y a mi deseo de servir io el acieno de wuestea eleccién, Y¥ si todo quedara agui, no habsla en ello easeendene cia mayor. Pero el hecho es que no sélo vengo a ocupar un puesto en le Academia, sino a suceder ea ella nada menos ai nada mis que al Excmo, Se. D. Alvaro de Figueroa y Torres, Conde de Romanones, inmortalizado —ee en [as combres de la Historias y el conuaste entee su penonalidad y la mla me empequeticee todavia més en el anonadamiento que me causa la sucesién, Por afar didura, be de verme en el trance de hacer una semblanza de quien fué maestro on wazarlas de los deimis y sun de i propio. Romanons. Este nombre ya no es hoy el de un sivlo nobiliaro. Romanoncs, asi, sin més, 5 ya el sinénimo de medio siglo de historia espaitola en el que don Alvaro de Figueroa fud uno de los mis importantes protagonistas. Romanones ¢5 ys una evocscién de la Regeacia de Dofia Marfa Cristina y def reinado de Don Alfonso XIIL Es tedo un cielo contemporineo, historiado ademas por (2 phuma sucka y amenfsima del propio Conde. Tal es cl libro Noter de wsa vids, que completan lor dedi- eados 2 las biograflas de Sagetta, Salamanca y Dott Maria Cristina, mis Las iltinas bovas de une Monerguia y el titulado .. 7 sucedié asi. Prdlago de ene periodo han de ser consideradas sus oueas tes obras: Um drome politico: Gabel Ly Olfzape, Amadeo de Seboys el Rey efimero y Los ewatry Presidentes de la prinere Repilice espatole, Bl Conde de Romanones llegs tarde en su lacga vida 9 esta Real Academix; pero tiajo a cuestas el inestioable bagzje de la historia que en gran parte forjé con sus hechos y esa misma historia documentada con sus cseritos. $0 cstancia aqui fu€ desgraciadamente breve; pero fue como un simbolo, como un trinsito obligado para quien hebia de quedar enttegado definitvamente y en primer plano a fa investigacién y a la exhica hisdricas, las cuales ven duin que aguzat finzmente los futuros historiadores para enjuiciae con acierto la personalidad y Ta wascendencia 9 hisérica del slustee politico espael. Ahora 20 es posible hhacerlo en tiempos can iamediatos 2 los hechos y al per- songje, Dejémoslo, pues, para los suctrores y honremos solamente la memoria del Aradémico por cuyo sole nombre, ducante decenios, fi conocida Espaiia en el exttanjero. Por encima de sodas las coalidades de dos Alvaro de Figueroa, descucllan, sin duds, dos exttsordinarias que aereditan su gtan valor human: cl humor y le consecuencia, Aqaél, finisimo, fue seguramente Je canta de 30 populatidad, 12 cual cred fa mitologla del conde audaz, arrojado 0 travieso, ealifcativos que en vida eanto Te desagradaron por injustos y gue sélo tenfan por funda mento Is personalidad jovisl y simpética de Romanones; Ja rayectoria de su cattera politics no fu el fisto de ta ‘sada, sino de una tenacidad vocacional puesta al servir cio de un talento nada comin y de ana profunda formar ién ingelectual. Y avr asf no fue todo de epemte, sine stemperado al titmo natural de ios acomtecimientas y a aves de una tcha sin cuarel en Ja que, sogin sot propias declaracjones, sdlo habia lugar pata dar y recibir igelpes. La experiencia de esta huicha le llevé @ ba cone clusion, varias veces expuesta ot sux eseritos, de que “la polities no tiene sntrafas” La consecueacia se observa en codas Tas actividades y sensimientos del Conde, Se formé en cl siglo x1x. Nacido cn 1863, vivid en aquél mas de la miad de su vida y jamés renuncié a su fliaciéy nonoceetista, ni au acepranda fa posible razéa de quienes califican de este pida a la centuria pasada. También tavo siempze como hhonea_personal haber venido al mundo eh Ta enttatia castiza de fa Villa, porque oo es lo mismo nacer, dice ~w 1 mismo, en los bartias modernox que en el corazbn del ““Madeid, calle fameso”. La estimacién y valoracién que de estos dos acontecimientos Giogréficos face Romanor res en sus memorias, conteastan, en cambio, con ka ausen. cia de cod noticia fuavlisc gue no seem las personales de sus padres, su abuela Inés 6 sus hermanos. Nada dice ni le gnorgullece de su linaje, salva al recuerdo de aquel Margués de Villamejor, Sefor de tx Villa de Romar rrones, del que le decia su madce que absaz6 ta causa de los Comunesos de Castilla y de quien el Conde exe's humoristicamente haber heredado su espiriwa liberal. Y ex que don Alvsco de Figueroa buscaha moles propio: para configurar su personalidad; ello le valié lz Crane deza de Espaa que le otorgs S. M, Don Aifonse XITT vinculada a sy titulo de noblezs. El espfcina del Conde en sus aftos moaos esté leno de inguieudes eultales que después de tos peinsczor studios buscan satisfacere en el Ame, en ta Filosofia pe) Dusecho, Pero era hombre de tealidades y necer sitaba hallar un cumbo jo que otientase sus afanes, el cual encontrs a] fa en Tos extudios jucidicas eursados en | Universidad de Madrid. Alli, Ia claridad y ef méodo de Santamaria de Paredes cantivaton su dnime en al Berecho Politica y decidieron su vacaciOn, Desde ca tonces tods su actividad se centza en Ia Universidad. Asiste a las clases constanterente, sungue sin grandes entusiasmos, segtin propia confesién; pero reftenando sus impetus juveniles y corsigiendo aguella locuacidad natu- ral que dié lugar a su expulsién def aula de Derecho Romano por el profesor Pastor y Alvizs. Su posterior conducte y comeccién en clase, venciendo hesaicamente su temperamento, es una pracba de su decitién de pres a panacse pars un porventr bsiflaate cuyos principios no estaban muy Iejanos. En cambio, desfogd aguellas inguier tudes azeucales ex ef esto can Jos compoaeros de. citale sguier clase y procedencia; por os de provincias supo la gue cca entonces fa vida pravinciana espafola. Vivi6 la Universidad imensamente desde las aulas a las casas de héspedes, y en ella aprendié de la ciencia de los macs? ios y de fa vida cuanko necesieaba para despuds. Porque nada filtara en aquella formacioa, ensayé tambien el per Fiadisme con te edicign del Heralde Bscoler, aparecito ex 1881 y de vida efimera Licenciado en Madzid marché 2 Italia, al Colegio de Sim Clemente de Bolonis, y en aguclla Universidad completé su preparacisn eientifca, lagrando el doctorado con fa mixiona calificacién as darss pruebas. Gand, ademis, el segundo Premio Vitotio Emanuele en com petencia con dos itaianos y con el sefior Pérez Cobar Ieeo, quien conguissé el primer preenio, triunfes bien logrados y 2 pulso de los do: expatoles. Es muy inter resante cl juicio que el trabajo de Romanones Introd ‘ene allo studio del Dinitto Costitzionale, presentado al concurse, merecid del proftsor Albicini, quien dijo que la docttina, entresacada de los mejores publicistas de aguel tiempo, estaba informads en el espirite de Is liber tad y tenia profondidad cieatifica. Vivié en Bolonia 90 sélo consagrado al Derecho Politicos esusdiando com afin no superado en toda st vida, se interess vivamente por el Derecho Penal, aprendido de Beri principalmente, que exavo 2 punto de desviarle de sm vocacién politica: pero ni se dejé Ilevae de le nueva aficién, ni tampoco el socialism del maestio. Ademis, su asistencia a la clase de Historia de Ia Literatura, explicads por Carr ducei, aeaplié tus aptitudes y conocimientos. Su ta con estudiantes, Colegiales y con Ie sociedad falizna aumenté su experiencia de la vids Cuando vaelto 2 Espaiia y poco ames de compli los veinticince aiios gxnaba su primera campatia elec toral, don Alvaro de Figueroa no ect an advenedize atrojado, audaz o taviesa; er un joven que encaazaba su voeaei6n con una pasidn sin Hates y con opartunie ; pero sujetas 2 una preparacisn ci profunda y 2 un amplio conocimienta de la vida, Sabla caconces aint nécesitaba pars empezar. Luege habla de aprender mis cosas; mas éa5 se kes daria a conocer vuna Targa experiencia que le obligé a dejar jirones de Si mismo prendidos en los abrojos del exmino. Cases faccan ét05 no Io podemos saber; con buen gusto de hombre selecto, con discrecién ejemplar, todo eto per tenece a Ia intimidad de un alma que procaré no amare gar la de Tos demés. ¥ todo esto 90 ex elogio péstumo 22 fa hoce de fas alabanzas; acho antes, cuando el Conde se hallaba en el prélogo de su carcer2, hombres de «on istimos idearios como don Cristino Martos, don Alee jandro Pidal 0 don Ramén Nocedal no s6lo le estir smacon personafmente, sino que le alentaron y ereyeron ‘en su porvenie brillante; incluso alguno, en pleno Pair lamento, le profai2é Ia Presidencis del Gobierno, Nine guno de ellos pudo adivinar ni Ileg6 2 ver a Roatacones ‘en el apogeo del poder: pero todos supitton valorar las alts ealidades humanas del eotonees joven politico y pace lamentatio. Y es que el Conde se sintié Mamado 2 2 politica con Ie conviceién de gue si servia pata algo silo pata cla servis, La sirvis como una profesion, sin robot, ane con el orguillo de que ne hay para el hombre profesién mis noble cuando se emprende com voracién y con el pensamienco puesto solamente en los grandes inccreses de Ia Paccia, DeteseS siempre 2 los fcionados y estimé odior so al never en politica y al politico interesado. Consir decd inseparable de la politica la pasion. De agpi dedajo 1s importancia del factor humano en 1a politica, porque Ts eficacia de lot principios depende de las condiciones de quienes los definen y aplican. Tal concepciéo le News 2 una conctusisn cremenda, declarada al teferie la impre- sién que le prodvjo el ascsinato de Cinovas. “Confieso, dice, que no le lloré..., pero alld en fo més confiso de ‘mi mente y sofiando en un para mf lejano dla, envidié su mocre, como aijos mis tarde Ia de Canalejas y Dato. Caee como ellos cayeron, es, en estos tiempos y en todos, la mejor recompens2 para cuzntar dedicarom su vida a la politica y en ella aleanzaron los mis altos puestos, que Ta muerte violenta ¢s el Jordin que lava todas los yertos y pecadot.” No eta, pues, el ejercicio de la politica para Romanones wna enteega alegre al covvicio de [a Patria. Ete servicio entcafaba paca Al una responsbilidad de tal naturalez2, que habia de afsontar serenamente como ex ppiacién redentora Ia pena suprema, aunque fuere impuesta por un. ascsino valgzr. En su primer manifiesto politico, redactado al rer septa candidaco por el distro de Aleali de Henares, Seclaté solemmemence: “En poifcics toy liberal sin exage- raciones, pero también sin miedo ni sibjeza,” ¥ fué siem pre su fiberatismo 12 norma de se vida politica, mante- rida con tal constancia que, al cabo de los ais y de la experiencia, después de saborear incluso las amarguras dela lucha, ain hubiera visto com ageado gue afguno ve de sus nictos sintiera vacacidn por la politica cualesquiera que fueran sus ideas, aungue le hubiera gusiado que fuer fan bersles, ‘Tan consccuente como con su liberaismo fué con su conviceiéa mondrguics, En aguel misma manifiewo de- claré_ gue considerabs ta soberanfa nacional como raiz y fuente de todos los podercs, y que en las delegaciones necesatias paca sw préctica y éjercicio, tenfa por el mejor sistema, y ef que mejor se adaptaba 2 nuestca Historia, 2 nacstas costumbres ¥ 2 la situacién de Espaiia, la mor narquia consttucional. El prineipio politico se consolir 6 luego con el afecto y la devacién a Ine personas seals, primero a la Regente; luego, ademis, 2 Don Alfons to XIII. Su monarguismo no era sélo, xin embargo, un reflexivo convencimiento politico y un afecto personal convertide en amistad; estaba sostenido también por el sentimiento espariolisimo y popular de Ia excelsind de Ja tealezs, de sa sugesién fascinadora; convencimiento, adhesién y sonimientos servidos com aquella lealtad que cculming en los dias aclagos de Bspafla en los que se liquids La ceseavracién de Sagunto. Remanones dejé entonces de ser el politico paca ttansformarse en eb arquee tipo del vatallo que cumple sin vacilacién las drdenes de su Rey. “Su orden, cumplida por mi, foé la decisién de un gran patriot, de un insigne espafol y de un hombre de bien y cristiano que prest6 2 su Patti y 2 su dinasla tun gean servicio, y ejecutindola contribu a dl.” Tales son las palabras finales de su libro .u¥ sucedié a, esei- tas evando ya nada podia esperar de Don Alfonso. Diecisis aos antes, e0 el ambiente host y ffero de las Cortes habia hecho la defensa desu Rey. ¥ ain cavo voz, y voz sinica, pare hacetla después de haberse estrujade Hs J corazdn ante al especticulo de Ia estacién de El Esco tial. Fud ef zmigo que estuvo en todo; pero primero fué el moirquice del manifiesto electors] de Alealé de Henares. Por esto, porque don Alvaro de Figueroa estuvo siempre en todo, su valor de historiador es mayor que cl de un invescigador concienzudo, que el de uc ameno y documencade nartador, porque ef que cscribe es el testigo 0 el acto: mismo de fos hechos, 0 por fo menos wea relator que se ha informado ditectamence de testigos y netores. Ast, e505 libros histricos som a fa vez, como acertadamentt dijo la Excma, Sra, D.* Mercedes Gal bois de Ballesteros al ser reeibido el Conde de Roma’ ones en esta Real Academia, documentos de valor ines Estos Libros histéricos tiguen x los politicas en in exonoligica acompasada a las atsividades de st autor. La produccidm literadia del Conde signe esta uae yectoria perfectamente adecuada a su vida: primero la polities, después la teflexién histévica, y finalmente, on la cumbee de la existencia, las conctusiones flosstieas de sus Observaciones y recutrdes La politica, a pesar de haber absorbid Ia actividad de don Alvaro, ay anuls tas demas inquiewudes que anie rmaron sus afios juveniles, ni esterilizé sm profunda for rmacidn universitasia, Todas ellas se manifestacon esplén- ides ca la Alealdta de Madsid, donde juneo a sus dotes de gobernante lucieron aguellas otas cn el arreglo del Teatro Espaiol y en fa proteccidn a la vocacién artstica de la Jnolvidable scceiz Marla Guceeera, 0 en ef decoro con que se propuso dignifiear el aspecto urbano y extés fico de la Ville. Pero mayor ascendencie tuvo fa foemar 360 evleueal del onde de Romanones en ef Ministerio 6 de Instruceién Publica, al reorganizar y ampliar inceny samente la ensefanma en todos sus grades, teconociendo y tespetando el suptemo magisterio de le Universidad, orientando también fk Enseiiartza Media hacia fo téenico coma iniciacién a las estudios de las Escuelas especiales, y sobse todo procuraado clevar el Magisterio primario a ta dignidad social que tan justamente le pertensce. Se prcocupé de extablecer pensianes de estudio en el extran- jet. Dib impolso exuaosdinario a les estudios de Indus- ‘wis, Comercio, Bellas Artes, Artes Industriales, Musica y Declamacids. Reglamenté el servicio de las Bibliotecas Pabiicas y de fos Muscos Atqueotdgicos. Dict ciones de Catalogacién BibliogeAfica. Reorganizé el Cons scjo de Insteuccién Pablica y creé la Orden Civil de Alfonso XiI. En menos de dos afios modelé y configures el actual Ministerio de Educasién Nacional, recién segre, gado entonces del Minirerio de Fomento, con cvideote demosteacién en todo de capacidad, inteligencia y ekpe- riencia, ¥ asf mis 0 menos ea codes los Ministeios por donde pasé y en [a Presidencia det Consejo, y en codas pares, porque su entrega a los deberes del cargo era abso, ota y Ta favotecta su extraordinario talento acura para darse cucnta de las personas y de las cots No es posible hacer aqui ona exposicidn, siquiera superficial, de ta iogente labor de) Conde dr Remano- nes en el Gobierno de La Nacién. Aun cesumidisioa, excederia de lor limites naturales de cste discurso y de smi competeacis. Pero si quiero detenerme un momento fen subtayar el joterés de su legislacisn sobre los Mustot Axquealigicos, Jo gue creo obligado en mai. Son esas disposiciones Jos Reales Decretos de ro de eptimbre, 25 de octubre y 3 de diciembre de 1901. — En el primeto se mands que las Museos Arqucolégices sean asequibles a todo el pueblo, ordenando que la entrada seri gratuita y dusante todos los dias del aio. ED sleance de a disposicién es claro sin necesidad de comencatla. El segundo decreto es mey poco conocide, porque apes Hegaton a cumplirse plenamence sus mandatos y hha ido eayendo en el olvida; pero es el de mayor significa cién y el de mas elevads trascendencia de los wes. La parte expositiva tiene por principio fundamental el ea eter priccico que entonces infermaba La enseBanza en todas les naciones del mundo cok, el progteso de Las Ciencias Hlistéxieas y, dentco de ellas, fos altos vuelos que habia tomado lz Arqueologis, 2 ¢vyo movimiento Giestifico y cultural no podia permanccer indiferente “A Minisco que susetibe”. En ef curso del preimbulo anifiesta su propésivo de qae los estudig bissdticas no stan ana exceptién injuse tificada enue los demés cstudios naturalistas y exacios, y de que s€ les dote de medias paca el uso directo de las faentes de conocimieato, de modo que los macstcos dite pongan de medias plisticos de educacién imelectual y los discfpulos pucdan obtener con la indispensable solie dex aptitudes cietcas, positivas y provechosas, Extensos razonamientot entronean el Decreto con las reformas introducidas ca le EeteRante y enlazen codo con les Comisiones de Monumentos. Ajiade que los Muscos Axqueolégicos son las casas selarieges de las antigiiedar det y el depSsito tagrado de las tradieiones de fos poe bios, por Jo que fos Ayeoramientas y las Provincias se cacuentran directamente afzerados por el Fancionamiento de aquellos centros. Censura la falta de relacién entre Tos Muscos Arqueolégicos y los eentros docentes, por las re consecuencias fanewas que de atlo se siguen, que se resus men en el desconocimiento de Io espaitol aun en pete sonas de ilusteacién reconocida. El propésite del Decreto cs poner en relacidn constante Jos Musens Arqueolé: _gicos con lar Universidades ¢ Tastitatos y con ef pablico todo, necesitade éte de algo mis que de simples visitas, paca lograr en provecho de las ciencias histéricas, det arte y de Ja industria nacional una “desamortizacién iotelec+ tual de I> Arqueotogts expatola”, conocida séio de not cuamtos ecodites, en prevision todo de la mas solids y eficaz defensa del patrimonio histérico de Ja Nacidn. Exhorta finalmente a los Cabildos catedrales, Municie 1pios, Dippraciowes, Resler Academias y a todas las Core poraciones expatiolss 2 calaborar en la empresa para gue és1a no sea solo €) resubtada del esfocrzo estatl, sino de la Nacién encera. La parte dispositiva ordena Ta incorpor acién a lat Comisiones de Monamentos de tos Peesir dentes de las Diputaciones, Alcaldes, Rectozes de las Universidades, Directores de los Institutos y de los Mur seos Arqueckigicos Provinciales regidos por el Cuerpo Facultative de Archiveros, Bibliowecasiot y» Arquedlor gos; la consideeacién de material de enseianza pasa los fstudios de Bellas Anes, Industtia, Comercio y Cine cias Histéxieas de las coleeciones y objetos de Tos Museos: la obligacién de los Jefe: de los Musens de der confor rencias publicas de Arqucologts y Bellas Artes, dos veces al mes por lo menos, una en dia Iaborable y otra en fos tivo, anunciadat de antemano; 12 manera de eémo las Univecsidades ¢ Inscitutos han de acager en svs edifcios alos susodichos Museos y cudnde la publicacién oficial de las memotias de wabajos de cada aio; a organizacién de las visits de inspeccién; invita, en fia, a las Core sg — pocaciones eclesisticas y civiles a colaborar en las tareas del Estado. Aprovecho, pes, la ocasién pata rendic csi publico homenaje al insigne politico que de mancta tan precisa y tap vonerets rape ordenar ta mision de los Museos Arquesldgicos, y suplir-de este modo la manifestacion de ageadecimiento que debis hacerle el Cuerpo Facultative de Archivecos, Bibliotecacios y Ar guedlogos, ya que todo evanto concicme 4 tos Museos aleanzd cambién a las Bibliotecas y aun a los Archivos. Pero, ademis, odo este magnifies Decreto contiene una reserva Can interesante como la disposicién misma: Ta de gue serla falta grave [a false creenoie do que cotonces sstaba yx hecho toda en muestras feyes aceres de este particulat, y un alarde de vidiewla inmodestia decit gue cl problema iba 2 quedar cesuelte a fa perfeccién con el Decreto, cuando sélo cea feetible al presente ir aclieaads los términos. Pues bien: code cuanto Romanones expor ria y mandaba, no sélo no esté rebasado aheea, al cabo de cincuenta aos, sino que no es siquiera agowdo y conserva plenamente su aetualidad sentra y Soera de Esper iia, Ea la vida de nuestros Museos Arqueologicos, en estos Gltimos aos se han hecho muchas de las cosas dispucs- tas por el Conde, y al ser conocidas y comentadas ea el exteanjero, avn siendo modestas e imperfeetas, se ham tenido por ejemplares, ko cual no deja de set una demos- tracién de la univessabidad de le clarfsima inicligencia del ‘fuse gobernance. Par iiktimo, ct Decieto de 3 de diciembre coneieme ceapeciticamente al ségimen de los Museos, que se articula en una serie de disposiciones, vigemes desde 1901 sin gue hasta la fecha se hayan podido modificat. por ajuse lasse cxactamente a las cacacteristicas de las funciones de = Jos Museos y de su personal, Acaso, y n0 se ha presen tado todavia necesidad de hacerlo, podia ampliarse el Reglemento, pero ae acwalizatse of modifcarse, A lo sumo, sus arculos seria todavia, quizé por murcho tiem po, las bases de uns moderna reglamentacién, ‘Ma en esto de Ia Argueologis, como en tantas cosas, suele oeutsit gue som distintas el decie y el hacer. Som muchos Jos que dant aaentas y arientaciones con ana exie tica horea de walidades y plena de egoismos, Pero Conde de Romanones, que como Ministeo legislé de manera tan razonable sobre la materia, come exzador de codomices creyé que su debes er2 aporat a la cultura Ja exploracidn de Termes, que excays en 1911; conser ‘cusnte una vez més coasige mismo, regal al Musco Argucslégico Nacional les antigiiedades que exttajo de aqoellat ruinas, y codavia publics sus tabajos en un importantisimo folleto bien documentado e iluserado con forme 2 las exigensias clentiices. Y, ea fin, del Director de ly Real Academia de Bellas Ames, acaba de decir mejor que yo pudicra au Sezer aria Perpetua, el Exemo. St. D. José Francés, en el primer adimeto de la nueva época del Bales de lx Coe’ poracién hermana, La Excma, Sra. D.t Mercedes Cie bbrois de Ballesteros, en exta Cata, dijo del Conde cuanto abe en Ik ocasién antes aludida, Ademis estd publir cada cn el coma cxxvin del Bolen de esta Academia por su Director, el Exemo. Sx. Duque de Alba, una sentida uecrotogia gue recoge al principio le faatidad sefislad2 por S. M. Don Felipe V a la Corporaciéa: “EL jnstiuto de a Academia es ilustar la Histotia de Espaia”, justifcada plenameace con fa presencia aqui del Conde de Romanones. ar Pero no quiero terminar sin dedicar un recuerdo tame bién af hombre afecuuoso y enteafiable que habia en don Alvaro de Figueroa, hombre Hleno de ternura en Ja intir inidad, insigne padie de Familia, que siempre tuvo en st batalladora existeneia un corazén para amar a les suyos y Una cuidadosa memoria para 0 olvidar desde el fone dador de su Coiegis de Sen Clemente de Bolonia, cuya Diografia fue tema €e su discurso de ingreso en bk Acie demia, hasta los seres sds homilder 2” bx escata de fos wivos, que no por carccer de razén dejan de ser objeto de nuestro afeeto cuando son compaiferos inseparables y lesles de ogestea exintencia, FL CONCEPTO DE LA EPIGRAFIA CONSIDERACIONES SOBRE LA NECESIDAD DE SU AMPLIACION 4. EL concEpro crAsice, Hace tiempo, ys largo, que timo con las inscripciones, Se remonta af sf0 1921, evando ingresads en ef Cuerpo Facultative de Aschivetos, Bibliorecarios y Arquedlogot rave mi primer destino en el Museo Arqueolégico de Céedoba. Desde ettonces no he sbacdoaade el seri io de los Museos. Hacia 1932, esa telacién se inte ficé en el Centto de Estudios Histéricos bajo la direccién, de don Manuel Gémez-Moreno. Entances mé dediguié mis al estadio de los epigeafes hispanoclatinos, Pero ha sido en estos diez dtimas afios cuando les he dedicado atcacidn especial. Macha podiz haber adelentade en la investigacién epigrafica si la vida no me hubiers impues- to y presentado otras necesidades y atractivos que as inseripeiones, Et e269 es gue Je selecién con les letrerot me ha hecho pensat que en el concepto vigente de le Epigratia falta algo, lo més importance acase de esta ciecia. La explicacisin del defecta esté, 2 mi juicio, en la historia misma de la Epigeafia clisiea, la de mis a solera de enire fas diversas especialidades epigeaticas, Las Jinsccipcioncs som estiaadat con justa razém como Fuentes de conocimicntos para las ciencias histéricas y paca las filotégicas. Los epigrafes griegot y latinos han sido letdos sin dificultades merced al conocimiento de las lenguias respectivas. La familiaridad innaca con los alfubetos de sus esctcuras ha juscificado plenamence el procedimiesta, ys leyendo de corrido, se ha ido detechamente a la explo- facidn del contenido textual de los lestetos, eelegando el interés de su escritora y de las materias que le eontenen 2 un Ingar securtdatio, como cosa que ne mereciera La ateneidn de tos sabjos. Con esto se han tenido lat ins cripciones por dominadas, se han fijado los eriterios de su clasificacign y se ha formado la doctrina expussta y divolgada en tratados y manoales, osieptade todo. por las monumentales publicaciones de las coleccionct gigante cas de is inscripetones griegas y latinas. Mas entre tanta y tan magistral epigrafla ie echa de menos el objeto mismo de la ciencis: el propio epigrafe. La binoria de 1a Epigrafia elisica comienza hacia Tos siglos 13 al x com el manuserito de Einsicdeln. En wes perfodos suctsivos de cariosidad, coleccionismo y cradicida, aleanza los alboces del siglo x1x, en cuyo siompo la Epigzafia se convierte en disciplina cientifca La erudiciéa del xv1 al scvne se desborda y se teas forma et investigacién metédica que conduce a la separ sacin de for estudios de as inseripeiones griegas y [ati+ 1835, gue mas o menos habjan caminado de la mano hrasta entonees, Por otra parte, ya desde el siglo xv1, los eplgeales concernientes al Cristianisma iban stendo oolecr cionados y estudiados separadamence de los paganos. Con oda Fagica, fa Iglesia Boscaba en ellos tos mas antiguos, Hass teatimonios de su historia y de la grey cxstiana. La vene dencia se consolids én exiterio ciemifico, 5, aun 2 petzr del programa del Corpus Inscriptionunm Letinaram, en €1 siglo x1x eneontramos Ta Epigratia. elisica escindida en ‘es especialidades: Ia griega, la latina y a ristiana Backh (1785/1867), Borghes! (1781-3860) y De Rosti O82aet8g4} som ef cje de ta Epigrafie contempocéncat sus obras constituyen el punto de partida de lz nueva ciencia, nutcida hasta shota en tas docitinas de los ues grandes matsiros, amplifcadas por sus discipules y eon tinuadores hasta exnzemor tan exttaordinarios que toda admitacion es poes ante lis dimensiones coloseles de tos resultados. Estos se coneretan en un conecimiento muy lero y muy preciso de la antigiedad clisica y crisiana, siquiera en ese coposimiento, como es natural, quede todavia mucho por esclarecer y averiguar Entre fas raceas pendiences hay una en fa que quiew fjar Ta. atencién: el concept mismo de la Epigeaia. Seguin las grandes colecciones, Tos tratados y los marsvar Jes, lo Bpigrafia es el fundamento de la Filologis, o bien cs una enciclopedia de las instituciones de la anuigiedad, con exclusién de cuanto maiie 2 fas inscripciones en sf mismas, porgue éas, despejadas en absolute de su ser material, sélo han interesado en general por su conter aida lingsinico, o por sw contenido bistsica, ys em A orden de la arganizacién social, politica, militae y admi nistztiva de fos pueblos clésicos, ya en el orden etpitia ta2t y social del pueblo etistiano, sta coosideracién pare cial de las insceipeiones he eatacterizado toda la Epigra’ fia contempoeénes, y ssi, de acuerdo con ella se ha formo- lady el concepto de la citncia, La comprobacisn de Jo expuexo es muy sencilla, Basta abric al azar cusle — uicra. de los voluminosos tamer de las interipciones latinas o gtiegss. El primero de las latinas, por ejemplo, compuesto por el genial historiador Teodoto Mommsen, tiene ces indices: de palabras, gramétice y de cosas. Sin duds alguna, los dos primeros som esenciales para el estue Gio epigrético; pero ni el voesbularia ni la. gramitica son Epigtatia, sino Linginica, y para aquélla slo son instrumento auxiliar en una fase avanzada del método pact ef estudo integral de for feteros. EP indice de las cosas tampoco contiene més importantes elementos pata al estudio complao de lor epigrafes. Subdividide en cinco apariados, los cuatro primetes eonciernen sélo a fa geografia de Roma y de su Imperio y a la hisroria de las instituciones del pueblo romano. En el quinta se ageur pan las cosas notables bajo seis uuwlos: Noman rato, Carmine centonoregue metricoram principle, Testimonia seriy- tora, Re epigrophies, Lingvae externae y Errore: quadrar terioram. Parece natural, segin los enunciades, que bajo el tioulo vee epigrspbice babria de estar sistematizada la materia y que alli se encontarian referencias 0 orienta cciones generales sobte las inscripciones: pero lo dinico que alli hay es una clasficacion de fos fetrenos sega sie atuntos: Artis epere, Donaria, Elogi, Festi, Kolenderia, Tic ‘eli sepabraies, € decic: segin el aprovechamieato que Jat inscripciones pueden tenet como fuentes de conocimiens tos hystéricos, Sélo queda para Ja investigaciéo efpicar mente epigeéfica una menguada aportacién ea los llamar 05 crores de los grabadores. Nada, sio embargo, cone sicrne al estudio de la materia y de Ia forma de los epi grifes, ni siquiess de la propia escrtara, Lommaczsch, sien 1941 mejot6 en parte el critecio de Momaméen 2} redactar los indices de la segunda edicién, no. pox «0 — concedié mayor importancia a la inseripeidn en sf misma. Esta eseasa atencién a las cuestiones peopiamente epigeé fieas no es mayor en Tos demis voitimenes del Corpus Si a ello se afade que hay voldmenes cuyos indices no se fan publicado todavia, puede considerarse exin poco lo que la Epigrafia puede aprovechar para La investigar ida de las insecipciones en cuanco sou la expresién ma terial de un fendmeno social tan crascendente como la esctiture, © por 39 menos con eunin esfuerzo « nect? sario bucear en el iamensa pidlago del Corpus pats obter net algin dato concrete o siguiera alguna orieatacién. Mas atin: el método, forzoso sin duda, de la publicer cin de las inseripciones favorece poco © nada la inves rigacién epigrifica complets. Las inscripciones cttin en Corpus eeproducidss eipogrfcamente, con lo que se pierde no ya sélo el aspecto material de los letceros, sina ca absolua el cardeter de su eserituza, Cuante dicen los editoces acerca de [a fecha de cada inscripeién quede inutlizado para adoctrinar acerea de ta cronologta de los epigrafes, cucstidn cascendemtal pact Iz utilided histérice de log textos. Innumerables lerreros escapan a tods com peobacidn y 3 todo estudio bajo Ja sipografia conven. ional de su reproduccién en. los ceotenates de piginas de Jos mumerosot vokimenes con sus miluples y sucesi- vas partes, suplementes y nuevas ediciones, Solo alguna excepcidn desvina el absobutismo del ctiterio. Valgan camo ejemplor 1a reproduccién de numerosos epigtales arcaicos en la segunda edicién del volumen primero; los facsimiles de las insctipciones de los tiestos def faunas monticule romane, en la sercera parte del votumen quince, Jos dibujos de Taz inscripciones pompeyanas en ef euaito, yy asi algunas mis, coma las de las balas de honda, diplo- as mas mutates y alguna otea setie; todo poco, sin embargo, y con parsimonia, A ello se aaden alguaas reproduce ciones sueltas desperdigadas por for diferentes comes. Pero ‘to no signifca una aceptacién de los epigrafes come objeto de Ta epigrafias representa sélo un accidente cite cunstancial de Ia publicacidn, y, « eeces, bx impasibi= Tidad de una tanscripcisn cipogrifice o de wna leccuraé nunca de un sistema o de wa método general en el que fa personalidad da letreco se destaque con code nu valor y realidad material Aunque Béckh propugnaba un concept racianal de fa Epigtafla y estimaba que te iavestigacién de Ja esexi« tora monumental constituye sl objeto principal y fundar mental de esta disciplina, las Inscriptiones Greece ni 58 ajustan al concep del fandador ai mejosan los mito~ dos de publiezcidn de las lacinas, si bien vn mayor caudal de reptoducciones deja entrever el espicitu con que Bockh quiso animae 1s graadiosa coleccién helénica. Ea ésta, como en el Corpus Inscriptionam Latinerum, 1080 est8 cone ecbido alrededor de tas instituciones del pueblo gciego. Es verdad que si ambas eolecciones hnibieran de habe incluido en su método la reproduceién més objetiva p ble de cada uno de los leeceros segin fos recursos tceni- cas disponibles en cada memento, la obra se hubiesa hecho inacabable y econémicamente imposible. Mas lo cierto cs que lt obra ssté sin terminar y que sus colar oradores te han produsido en ella con axzegla al cone cepto vigente dz la Epiarafia, bien po conformidad con i, bien por sumision inefudiible af programa y necesi= dadet de la publicacién, De cualguiee maneta, el cone eepto se ha consolidado por razones histsrieas acendibles, ¥ asi se ha mantenide hasta ahora. Si algiin colaboradar 29 ~ del Corpus ha seorido mit vivamente fa realidad mater rial de tas iasceipeiones, ha tenido gue manifesat tus sentimientos fuera del Corpas; al es el caso de Hibner y de sus Inseriptones Hisponiae cstionge (Bech, «871, Supp., 1990), por cjemplo, donde el dibujo y el foror guibado signifean por parte del editor un acatamiento siscemicica 2 la tealidad epigeafica incorpoteda at me todo de pablicacién, bien Iejano de los mé&odes habi+ tuales y seguramente razonables del Corpus Se denen por anejas a ta cofeccisn de fas inscripcior rics latinas dos obras extsaordinetias, consideradas como supletorias del Corpus en cuanto al defecio anotado. Son los Priscae letinitets monuenteeplgrpbice de Ritscbil (Ber- lia, 1863) y los Exempla scripcurse epigrapbicae latinae de Hiner (Berlin, 1885). Pero las magoificas teproduccioe tncs de Ritschl no satisficen fas necesidades de Ix inves- tigacida por no ser més que una sticesién estética de bor facsimiles. La obra de Hubner tiene una mayor crasceny denciay pero no es vn suplemento del Compas. Bs una cobra aparie en la gue el sabio alemin, de tan. gratisimo recuerdo para los espafioles, intent6, con esfverzo ejemy plat, le sisematizacién de ta teorla y de tx docteina epie igrifica tal como éxta ha de entendecse en celaclin con cL epigeafe en sf mismo, pero su impulo qued6 parali- aado. Los Exemple son hoy un hecho aislado en Ia hise oria de Tz moderna Epigrafia, Es una obta sin prece- dente y sin consecueacias, porque los epigrafistas poste- riores, en vez de secundar le inicistivar del avror, s¢ han limirado a reproduciclo sin afiadir avances ni nover dades. Sélo Le Blan, en Francia, se habia ocupado def estudio de fa escuitura de los eplgrafis de Jos siglos al vin en su Poldogrepbie der inscriptions latnes (Pats, 1898) 30 — Y did We debids fonporcaneia a te excrtara monumental en sus coleeciones de Inscription: cnétenes dete Gale enfriee ret eu van rite (Pacis, 1856-65; Noweou reeutl, 1892), A peste de las obras ceteris, el criero de tas grandes publicaciones ha prevalecido y ha informade los princi pios de la doctrina expugsta gn los eatados, en los cvales se advierte una sinesis epigréfea que, pare fo lisino, tine por fundamento lor Exenpls de Hubner en muy casa proporcién, el Corpus ea general y las obas imper rsseders 7 magistrates de Borghes) prineipalmente, més algunas adiciones gue no modifiean el comenide, El mis slisico de los tatados es quizd el del sabia fraacés René Cognac, cago sombre se ha inmoralizade justamente centce las de los mis célebres epignafisas. Su Cours #Epi- gruphie latine (4.8 edicign: Paris, 1914) es an modelo de exposicidn en ef que no se sabe qud adasiar ons: si a técnica del libro o la sabidurfa de se autor. Una y orta son (20 superiors, que lo hacen insusticuible como fibro de estudio y consuka, Esa yuperiotidad queda demos twada con dl fracaso de otros tratades gue han intentado adaptarlo 0 resumirlo, Bl libro de Cagnat comtiene una exposisidn comple, iluseaga couveniemteameme, de ta ddocttina esica de la Epigefia. Mas fala en él, de con, siguiente, € epigrafe en si mismo, el conjunca de mater way ssertaca que, como producto de fk culeurs, ets sometido a las mudanzas naturales gue 2 cravés de los tiempos se manifietan en el ase. Es que Cagnat no crea, en fa impoccancia de fos caracteces exeeraos de tas suscripeiones, A tas Iiminas afadidas al final de Ja cares edici6n encomienda la demostracién de la impr deacia de acribuie a tas diferencias paleogrdfcas de las diverse épocas una importangia cxagerada. No es Cagnat el daieo que ha pemiado axl, Ya antes de a, Fabses Malfei_y Marini pensaban igual. EL P. Gcasst Gondi, em sv Trattato di Bpigrefa Cristiane lating « grece (Roma, 1920) recoge el juicio de esos tes epigrafstas y ahade ta observacién de Juan Batista de Rossi, quien hace ver Ta incongracncia de aquella negacién con la frecuencia con gue los mismos que repudian el valor cronoligico de la palcografia de las inseripciones aftman que tal 9 cual insctipeién oftece Ieuas de éste o det otto siglo. El hecho et gue ca el concepeo clisica de tx Epigralla cs ésta una cientia sin objeco propio. Epigrafla, dicen, cs la ciencia de Jas inseripciones. Esto es todo. Peto s€ aclara que 5 necesatio persuadirse de que la Epigeafia no 5 una ciencia aparte bastindose a si misma; gue el clemento sencial de la Filologfa y una de las Fuentes para conocer Ja religiéa, les leyes, fa historia polticg, la vida privada y el lenguaje de los ansiguos, Segi cst, la Bpigrafia en si misma no es nada, sino en cuanto ene selacién con la Filelogla y la Historia. Sélo 2s dice Cagnat, la Epigratia reeibe fa importancia gue mer rece, ¥ muestea I parte legitima que Te cotresponde en la jnvesigacion y en el descubtimiento de la verdad. Tal ex el concepto clisico de ta Epigrafia elabotado de acuer do con la historia de la misma ciencia, sin que las adver. tencias de Béckh ni Jos consejos y 32 obva de Hubner hayan logsado encajarla dencra de sus propios eauces. Como a natuzal, no puede negasse que todo cio s¢ verdad; pera ao la verdad enteta, por bo que ¢ necesasio revisar ¢] concepto € ineluir en él como objeto esencial de los esiudios epigeificos la inscripeién por sf anisms. Aforunadamente, parece que hoy xe bes un hotin zone més amplio para los estudios epigrificos. En arden 4 una aejor publicicida de las colecciones, por sna inayor facilidad gue proporcionan los recursos iéenicos acmvales, se soisala tx ediciéa de Las Jascriptiones tatiee de Ja Unig Académica Nacional de Iulia (Roma, en public ceacibn desde 1931632) y los Monument opigrapheecSritons saecols xt antiguiore, de Silvagni (Ciudad él Vatic ano, en publicaciéa desde £943}. Bl P. Berroa ha iluse trado con bucnas teptoducciones sus Epigranvuete Damer signe (Cinded del Vaticano, 1942). En orien a una ois jnsta comprensién de los epigrafes, pueden sefialarse como sjomplos o) Exeierur salle paleografe dette epigraie. del secolo ax, del P. Gross) Gondi (Roma, x9r8), y mis eciemtemente Jas Supreliecte olbreviations in tain inscripe tions, de Gordon (Los Angeles, 1948), en cuyo trabajo se intenta one ordenaciéa cronstigica iatecesante, y The alecgraphy of latin inseripsins in te cigbily ninth ond tenth ‘estures io Tali, de Gray ("Papers af te Brigsti Schoot at Rome”, xvi, 1948), que propone 12 ordenacién de las inseripeiones italianas més impostantes de aquellos sighos desde un punto de vista psleogrifice, logrando éstablevee ‘grapes geogrisices y cronologias, scompatiady todo de abundantesilustrasiones. Este escaso movimiento conten pporineo prucha, sin embargo, Jo mucho que ett pot hacer en la Bpigrafia y la orientacién que ha de darse a csta diseiplina 3i no hz de ser un conjusta seco y dspero de férmulas y de rutinas, Estas y aquélla séle pueden aleanzar 50 verdadeo valor si no s¢ las paca de sa exptesin material, tnico medio por el cual nos ton conocidas y han Negade hasta nosotros, La necesidad dz la revisién del concepto clésice de la Epigrafla ha quedado plenamente comprobads en el TL Congreso Intexnacional de Bpigeafis Griega y Lavina re edlebrado en Pars en el mes de abril timo. Lox acios, en Los que se leyeran comunicaciones muy incectances, que dieton lugar 2 notables intervenciones, comprvebar ‘exactamente cuanto acabo de decir. Alli, salvo alguna comunicacién como la de M. Marichal sobre Epigrafia y Paleografia, o ta de Mr. Gordon sobre la Paleografia de las insesipeiones latinas, y salvo la iavervencién de M. Mallon sobre el primero de estes dos remas, no hubo novedad que manifestara inquictod alguna por peneirat ‘en el verdadero concepto de la Epigtafis. $élo el sabio hhefenita M. Louis Robert, Presidence del Congres, se decidis 2 plantear Ja cuestién cuando en su discurse inaugural se preguntabs cufl fueta la tarea del epigra- Sista, pregunta que enteafia en sf misma Ia cevisién del concepto vigente de esta disciplina. 2. Er ensayo pe Ménpa, Mi principal eopetio en Ia investigacién epigrifica ha sido encontrar una fecha eazonable para aquellas ins cxipciones que carecen de datos cronoldgicos expresos por no baberlos tenido nunea o por haberlos perdido en ‘casos de rorura. El empitismo y la consulta de obtas y ‘tratadot no me ha explicado nada. ¥ no sélo eso, sino gue ademis he tenido ocasién de comprobar que las fechas atribuidas por algunos epigrafitas 2 decerminadas inscripeiones eran arbicerias, La primera vez que el prox ‘blema se me present6 con fa mayr responsabilidad de la solucién fué en 1937, cuando estudit el hovologio de San Pedto de fa Nave. Alli no abla més gue wns inscripeidn grabada en uno de los sllares del interior de la vo fabrica de la iglesia, acerea de evya eronologia se habian proouncisdo don Manuel Gémez-Moreno y ores sal arguedlogos © historiadotes exponiendo pazcceter dife- rentes. El horologio, en sf mismo, no ofrecte dificultades. La lectura esa sencilla y lz comprobaban otros ejemplae ves conocidos por fvemtes literatias. Lo que impartaba cra fecharlo con cuaata exactitud fuera posible. Para ello tno habla mis elomencas de juisio gue la propia eseti- tura y la manera de sa ejecacién en la pisdra: to que podria Hlamasse su euilo anisico, Despoés de un deter nido estudio de las formas caligréfcas mozérabes, ya en Jos manusedios, ja en las insctipeiones, y de ke manera de estar esculpidas las Jetras en los monumentos poste- ores al siglo vet, Negué 2 le conclusibn de gue el leer de San Pedzo de la Nave nada tenia de comin con los sos epigeéfecas posteriores 2 la conquisca écabe, miene twas que el estilo de su grabado, las formas geéficas, los enlaces ¥ cuanto concietne a ia escritura coincidian n> sélo.con las earacterlsticas de la cseritura monumental de epoce. vibigoda, sino que fas analogias eran prectsamente manifiesas con nuesues eplgrafes de mediados del sie 410 v1, por fo que ef horologio venia a quedar atributio forzotamente 2 aquella fecha poco m4s © menos, con Jo que inditectamente se comprobaba La exactitud de fe asignada al cemplo por don Manuel Gémez-Moreno, En t942 se me brindé oeasidn de editae una nueva coleecién de lat inscripciones hispanicas desde al tiglo tv hasta Ja incodyecién de Ia escritura carolingia en nucty aos epigtafes. En realidad el proyecto consista en pone al dia y mejorar en lo posible Ta edicién de las tnscripe liones Higpeniae christiange de Hibner; pero. precisarmente ceatances satin a luz las lnvcripcines cristines de la Espata 355 sremane y visigede del De. Vives, quien ha subfiado von sur métedo, inspirado en el de Diebl, el eoncepto elésico de la Epigrefia, Este acontecimiento ane afemé en el etter rio formado ¢on las ensefianzas deducidas de lox estudios ameriones y con la necetidad de estimar en su miximo valor el hecho material de las inseripciones, Fea necesario investigar integealmente los epigeafes comenzando por canocerlos personalmente en cuanto fuera posible y sctuar sobre la observacidén directa, Acomett 2 empresa limis tando dl estudio a los grandes centros epigs’fcos por separado. El primeco gue terminé fue el de Mérida, que ine sivvid de tema pata Ja sesis dacroval El] mitodo consisié en el estudio completa de cada epigeate, de sx materia, de sa Forma, de su esecitors, de 1h manera de su ejeencidn, de los elementos complemen tacios de aquélls y de lot adornas, y faalmente del comer nido ingermo, Pera to esencial del trabajo estibaba en Jo peimera, on le concepeién del epigrete como wax forma material producto del are humane, y como rai, sujeto a una evolucién que habia de seusar fas catsee teristieas de cada momento. En cuanto a la esetitura, esencia del epigrafé, creo haber obtenido un cesultedo plenamente satisfactorio. Las inseripeiones emericenses estudadas, comprendidas ence Tos sigles sv. y VUl, ambos inclusive, fueren setenta y cuatro. Lo mas importante era avsxiguae si en ellas se podia descubrie una evolucién de Jos earacteres externas y en particular de ta esericara, Estudié primeramente las disciocho fechadas gue se conservan, tinieas tules para comenzar el trabajo. Su excelente estado de conservar cid, en general, facilitS mi peopdsito, y obtuve una evie eente evolucién de las formas alfabéticas, Ia cual me ha we permitido accibuir una fecha a las cinewenta y seis rete fantes, Pero esto ao era todo, Esa evolucisn habla de ic conteasrada con oKta paralela. de fos demas elemencos, y asi he logrado establecer un conjanto de caracterisccas aque girantizan la fecha atribnfda 2 los epigrafes que no Ia vientn. Uno de fos mas interesantes resuftadas es haber econsiado difesencias en la ejecucién del grabado a uuavés del viempo y aun dentzo de un mismo pesiodo, las cuales dejan cncrever etilos y escutlas que se manitfes- san en los epigrafes como én toda obra de arte; 1o# escu)- cores de las inseripciones sobre piedsa habjan de labrar, atucalmente, las leas con ol sasilo peculiar de su taller 7 de su peewwaa, al cual no godien susteecse, ‘Viniendo a la eseritura, una caracterisica general de Jas insctipeiones de la época es que Ia antigua regula” ridad de fa escricura monumental de las insctigciones oficiales romanas ha desapacecido. Aquel canon, aguer Ila proporcién de los siglos antetiores debiecon acabar al decombarse el {mperio con todo tu aparaco oficial y aéministative. En [a época imperial ef wazado de las Tertas estuvo someride a unas cigstas normas geométricas, en cuya vind fas leas son iguales; mejor dicho, segue Jazes en sv forma, sometidas al dibujo més que a la cscrituea, Kn Ta época postimpetial las letras estin wazae das, en cambio, con espontaneidad, con fiberad absotura, fiers de todo sentido dr geomenis 0 de dibujo, fers de toda imrencioa caligeéfica, salvo alguna excepsién, fo cual implica no uv trazado descuidade y andxquico, sino un eazado can sentia de escticura, superior por se espon- taneidad al seatide anifcial earactristica del Imperio. En las inseripeiones emseritenses de este tiempo és insil husete tetas que ceagin ta ariema altars. Ur mismo we signa atfybitico no sélo ex difercme en su aleara y pro~ porcién, sino también en su forma, y a veces Ea su tea ado, dentro de un mismo lettere. La altura de tas leat enero de ut mismo cenglén es icregulacisims. La veei- calidad y Ia horizontalidad son factores gue no cuentsn, EL aapecto general de un letreto de esta épora cs de abso- futo desorden en fa forma, tamaiio y proporeivin de to: signos fanéticos; pero este desorden es s6lo aparente, Lo que ocuue és que el trazador recababa su libestad, se sebelaba contra toda cegla y caligratis, ejecuraba fos fetee 105 con absolura espantaneidad y producia uma cscritura momomenial con Ia ligereza de trazado de una cursiva cortiente sobre papito 0 pergamino, fa cual copiabs 2 veces de las notes manuscitas entregadas por Jos clients, a veces deslizaba formas propias de la cursiva comin, ‘que guedaban ingercaladas ence las monurneneales. Este catilo de escrituvea monumental no et exclusive de tas insccipeiones emeritenses; lo he ebservada en todas las hispanicas contemporineas y Io he adversido también, cen coamo ce posible, ea las repeuducciones de lee ins cripciones italianas de Silvagai. Pero se reconace adr ‘mis en todas aquellas otras insetipeiones que Ilaman per ganas y de baj2 época, menospreciadas como vulganes feeoue a las cuidadotamene perfladas y grabadas de La gpoca imperial; mas en ells, tarde 0 temprano, abrén die investigar fos epigeatisar fa verdadeca evalucién de Ja escritura latina monumental en Ia Edad Ansigus, como hhabra de tomarse en consideraci6n ta influencia constante de lot eszados manuscrtos en fos monumentales, pues si bien Ie esccitura monumental ofrece ung evolucion propis, esa evolucién pende de la eseitara trezada. corrientememe con la mano sobte las materiasesctiptorias de uso corriente. Panieulatmeme, lat {eras offecen ademis una evoly- cién en su wazado individual, el eual me permite propor net atribuciones cronolégicas que consideto justifcadas. Refetité agui alguncs de Jos cator més tipicos. Los demis apaccerin en a publicacién de le cess, La inseripelén fechada mas antigua de Mérida, dene tra det tempo a que me refeto, alcanza atin los silkimos iempos del Imperio. 5 del ato 442. En ella la A cone serva su forma clisica lapidaria. Sw trez0 teensversal es recto; pero su mayor © menor inclinacign y la mayor ‘© menor aproximacién de los extremos altos de los eazos pblicuor delacea ts libenad de su crazado, desprendido ya de las preocupaciones geométsicas de los tiempos cliv sivos (fig. 1). En el afio 465 se altera esa Agura dablando en Angulo, con el vértice hacia abajo, el clisico ca26 resro transversal sin embarge, exta forma cra ya cono- ida en el mundo romana y en fecha tan cemot2 como 1h deh cataclismo de Pompeys, en cuy2 siudad la regis 118 Zangemeister ence las letras pintadas en las paredes con pincel. fn Méxida aparece ahora y consticuye el caticrer tipico de la A desde entonces hasta el aiio 6or La adicién de uo eaz0 horizontal sobre cf angulo de Ia letra ¢s nota excepcional del epitafio del afi 485 y representa el resultado accidental de um t:azado spon tipeo de ta fects que, pot ahora, ho sive pare dececinir nat cronologia, porque la separacida, la unién en dngulo © el cruce de los dos taz0s oblicuos de Iz A en una Epoca caractesizada por un ccazado Hibee, dependia de la mano y de Is pessonslidad de los tazadoves y de su inter preacién esenlpida poe los arcistas del cincel, Por idéae tica razéa, no puede consideratse tipica del afto 544 ana de las aes de una imeripeidn de esa fecha, en la que el a9 > aaa Fis [17 917 [poslisiod yes ]aa |= 1 | 42 Fe P|] >| |> >>> l> a1 SSS a ALA AIA A AY we AAA LAs uN i.e dem wes elas Aw meio oe aPinach acre oA ms pbs cE BOTY SSF [Ta coi Se TST THOT SET ~e- azo tansversal en dngule ccuza sux dos lados en vez de no rebasar al vértce de unién, que es le normal. Sin embaigo, Ia A con ol tavesafio angular no podia dese plazar 2 los owos trazados con el travesafio zeeto o sin travesaiio, y asf aparecen asoctadas estas formas con aqué- lla on esa misma inseripei6n del aio 514 y en otra del 517. ‘Mas estas formas resultan esporddicas junto a la clésica del siglo vs, Hasta el ao 539 00 vuelve 2 enconcrarse oxo hecho semejante y en Is misma proporcién, En 1 578 se asocia la A de uavesafio recto eon la tipica de Ia epoca, y al llegar al 588 s6 observe una especie de competencia entte la Ade cravesaiio angular con las otras formas postergadas en los sglos ¥ y Vt. Bn este caso se ebserva, sin embargo, una novedad. La A de tra vvesifio recto no dene un trizado fjo; indistintamente, aquél se contiene dentra de fos trazos oblicuos, los cruza en recta o los ernza curvando 2 extremo izquicrdo. Esta falts de Sjeza pusde obedecer a una, 0 fas dos, de ‘estas razones: 4 la espontancidad de su trazado, o al deseo de resaurar uns forms peeterida durante mucho tiempo y qhe ahora se guecia rexocitar, sin etinar exactamente con ela; porque ademés, en el mismo cpitafo se «226 tambign la forma de Asin travesaiio. Con estas vacilar ciones se llegs 21 aio Gor, de cuya fecha se couserva una intecessace insecipeion repetida en Tas dos carsx de uma misma lota septleral, La raadn de este hecho no parece clara, pues no s¢ grabs desde inego por tos dos lados para leerse indistimamente por cualquiera de ellos, El ‘easo 05 que el epitzfio de un lado contiene diez aes, dé Jas cuales sélo tres enen el tavessfio recto! las siece tes antes lo tienen angular. El epitafio de la orca pane, por ser repetida del anterior, cuenta com otras diez, de as Ky que, apane de una mutilads, siete tienen el travesato recto, ¥ angular las sestamtes, Si a eta observacién se sfiade Ia de gue ciettos catactercs del primer lado son de aspect mis arcaico que los del segundo, s¢ podsla pensar que en un momento que no se pnede precisar, fi tampoco la 1azdn que hubo para ello, s¢ repiié el spitatio de Ia primera cara en Jk segunds conforme af cailo © moda impetamte en log caleres de los maemoe listas al geabasse nuevamente, De todos modos, el tiempo que medié entre la eseulewea de uno y ot lettero no der bis de sec mucho. El resoltado es, a mi juicio, compro bar que en el erinsito del siglo vs al vit ambos teaza- dos de la A estaban en competencia, y que al fn, dese puts del ao Gox y ances del 48, [a A de tavessto angular desaparecié de Jos epigeafes emeritenses. Pero ta restauracion de la A de travesatio tecto no signifies cettor eso a Ta forma dipica de los monumentos clisicas ianpe- riales. Sigue la A, coms las demés letras, caracterizada por sw trazado libre, mas a\in si eabe que en los ciempos anteriores, porque ef tavesafio recto, horizontal 0 inclie prado, no manifiesa tendencia defnitiva en sentide algu no; con gean frecuencia, 2 parti del aio 662, rebasa los dos trazos oblicuos o bien uno solo de ellos, La D, como lesa, offcee un cambio de trazzdo igual mente cjemplar (fig. 2). En. 442 presenta ef aspecto lagi datio de la época imperial, guardando mis 0 menos su proporcian elisiea, pero con tendencia a no desfigorar su ejecucion en eres tempos, hechura tipica de Ta capital romana, demostrada pos el seftor Mallon en wna amplia reorfa sceptada por el sabio paledgrafo icliano Profetor Bulli en le sikima edicién de sus Lezioni di Pairgrar far (1949), en sustitucién de J2 que hasta entovecs habia ee dado, En el aho §¥7 ese eazado espomtineo en tees tems pos se cura ya sin disimulo, La D osenea desde enconv es of aspecto de escuadea que ha dado lugar a su titer rida wansctipeién errénea por la delta griega y adguicce [Frogresivamente esa figura hast acentuarla como tid gulo en el aho Gor, consticuyendo la forms tipies de ts Feres durante casi todo el siglo vr, Quizé exe razado se maneavo fasta el alo 648 septin un enlace O-D-V que se ve en el epitafo de aque fecha, enlace extraordinae riamente interesance, porque a0 habria sido potible si los tvazas de la D no bubieran sido los tees que 1a focma, haan. Pero ha de observarse que, en el ato $88, ese mismo sexzado siende 2 ajustatse a la proporcion clésica lapidar tia, aunque sin desfgurar su segundo ttazo recto; al mise ‘mo tiempo propende 2 areecheese cada vex mas en relae Ja de Ta devecha. Una tercera pateja se ha regitrado en una inseripeién de la que me dis noticia el sear Flotiano Cambief, Ia cual, por los datos comunicados, ha de fecharse en las inmediaciones del afio goo. Se consce ade- mas un delfin en un fragmento de epitafio grabado entee fines del sighs v y prinefpios del vt. Un simboto, o simple adorno, formado por una combinacién de cirevlos, del aiio 465, ¢¢ cosa exceptional, eigualmente una palma de- hhajo del epitasio de Marclla, del 20 588 ‘Hay en esta setie epigritice unos simbolos © adornos cearactecsticas de las inscripeiones de Mérida, gue offecen aos segutos para fechar los epigrafés. Uno de ellos es Ia coron2 que encierra algunos epitafos, la coal se asd en Mérida durante unos sexente y cinco aos (igs. 3 ¥ 4). De consigviente, no puede exurafiar que elemento decors, tivo, en su forma exteana al menos, de tan lage dur cvolucionara en un proceso paulatino de degeneracién hasts el extremo de que el cjemplar del epicafo de Orbis tut, de los afios $25 al 535, no se parezca en nada al cjemplar de Floentia, del afto 465. Esta degenecacion se produjo partiendo de un modelo de tipo atucalista que incerpretaba la Hiurea clisica, Ese modelo se fig simpli ficando ca su ejecucién a teavés del tiempo hasta ol imite expuesio. Enite tanto, on ef aio 518 52 halla un tipo dis into, que parte seguramente de una lsurea clisica esti zada, cuyos modelos serfan ¢jemplares del siglo vs y oriz gina en la metrépoli lusitna una serie de coronas en 126 que al follaje se interpretS t29 geaméticamente, que flegs a desaparecer no slo Ja inspiracién naturalist, sino el concepto de fo vegetal. La degeneracién del motivo esta acompaflada de una degradacién paralela en la ejeeucibn, hhesta que por industializacion del tema aciba por per Fe tengo inn qc Dy Fr Nele— Bat fale 2 BG 8 Ss Ase

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