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B3999° FAS 137 F279215 indice 1 . Ninguna tristeza es buena. /. Mutaciones La verdadera filosofia 9 Ni ridiculizar ni lamentar. Confitura de rosas rojas, “Nadie sabe lo que puede un cuerpo” La enfermedad de los signos ........... -68 Del amor pasién al amor accién «0.2... 6. .eeee 078 ). Elinfinito gozo de existir 6... e eee eevee eee 88 FY oeigots Se cuenta que la noche en que una multitud enloquecida, gritando consignas orangistas, proce- did al linchamiento de los hermanos de Witt, hubo que encerrar a Spinoza en su casa de La Haya, para que no saliera a hacer pintadas, ni a distribuir octa- villas contra esa barbarie. Corria el aflo 1672 y con la muerte de los hermanos de Witt finalizaba en los Paises Bajos la politica llamada de "verdadera liber- tad”: una gran autonomia de las ciudades y una atmésfera de enorme tolerancia intelectual. En su juventud, Spinoza habia sufrido en carne propia la intolerancia. Con sdlo 24 afos, habia sido expulsado de la Sinagoga de Amsterdam por mantener opiniones que no se ajustaban al hebraismo oficial. Y, animado por esa excomunién, un judio lo habia agredi do a la salida del teatro. Cuando Spinoza murié de tuberculosis a la edad de 45 afios todavia conservaba en el armario el abrigo que llevaba ese dia, con el desga- rr6n que el cuchillo de aquel fandtico le hizo, Cuestion de tener siempre presente cudn cauteloso habia de ser. FLOSOFIA, PARAFROFANOS 10 jExtrafio este filésofo que antes de serlo, antes de que escribiera una sola linea de los libros que lo harian famoso, ya habia sido condenado por los suyos y casi asesinado! Pero esas experiencias fueron fuente de inspiracién, ya que sus escritos tanto los que hizo ptiblicos, como los que sdlo ensefié a sus amigos y se editaron postumamente- combaten las supersticiones religiosas y analizan las causas de las pasiones humanas. A pesar de la cautela no pudo evitar, a lo largo de su vida, ser el blanco de muchos ataques verba- les, algunos de los cuales resultan graciosos, si omitimos la amenaza que contienen: “ese hebreo protestante” 0, atin mejor, “ese imptidico hebreo ateo”. Los insultos no dicen la verdad del insultado, sino de quien los profiere. Pero en este caso resul- ta, ademas de falso, paradéjico que se piense que Spinoza es un fildsofo ateo, cuando desprecia el materialismo vulgar de sus contempordneos ateos —que no se interesan mas que por el dinero y por la fama- y cuando, ademas, Dios esta presente de manera abrumadora en todos sus textos. Existe, claro esta, una explicacién al hecho de que se diga que Spinoza es ateo, y hay que buscar- la en la formula que inventé: Deus sive natura, esto es, Dios o la naturaleza. No es dificil hacerse una ‘UOsorA. PARA PROFAN imagen de lo que significa esta expresion; tenemos incluso la palabra panteismo que nos puede ayu- dar. Espontneamente pensamos que la identifica-t cién entre la naturaleza y Dios ha de entenderse como la inexistencia de un principio creador exte- rior al universo. En parte acertamos, y en parte no. Porque con esa explicacién realizamos la traduc- cién de Dios como naturaleza -lo que justificaria hablar de ateismo-, pero omitimos la correspon- diente de la naturaleza como Dios que, por el con- trario, no puede ser reducida a ateismo. Desde luego Spinoza critica el Dios trascen- dente del cristianismo y del judaismo, no sélo por estar fuera del mundo, en el mas alla, sino por haber sido inventado a imagen y semejanza de los humanos. Como los humanos buscamos siempre la utilidad de las cosas, nos hemos aficionado a las explicaciones finalistas: los ojos son para ver, las manos para coger, y puesto que los animales y las plantas sirven para alimentarnos, es facil concluir que existen para eso. Los partidarios de un Dios como principio creador externo del mundo lo ima- ginan antropomérficamente y hacen que en El con- verjan todas las argumentaciones finalistas. Un ejemplo. Carmen sale de casa, le cae una valla publicitaria encima y muere. Es un hecho for- ‘osoria. PARA PROFANOS 2 tuito y desgraciado. Pero quienes alucinan un Dios como explicacién finalista preguntaran: “{por qué le ha sucedido a ella?”. Si se les contesta que el viento, aquel dia, era fortisimo y que el azar hizo que Carmen pasara justo por debajo, seguiran pre- guntando que por qué el viento era tan fuerte ese dia y por qué tenia ella que haber pasado por ahi. Y asi seguiran sin descanso hasta encontrarle un sen- tido a esa muerte. Al final se tratara de la voluntad divina -“porque asi lo ha quetido Dios”- que es, seguin Spinoza, el refugio de los ignorantes. Ese Dios tiene los mismos rasgos que los humanos, pero en otra escala. En El todo es emi- nente. Si el triangulo hablara -dice Spinoza- diria que Dios es eminentemente triangular. Y si la mosca hablara diria que Dios es una mosca que vuela de manera eminente, de manera que, como los humanos hablan, dicen que Dios posee un inte- lecto y una voluntad eminentes. Si hay algtin filésofo que nos haya ensefiado que para hacer filosofia se debe utilizar el arte del “en tanto que”, ése es Spinoza. Denuncia la equi- vocidad de las palabras, su capacidad para referirse a imagenes diversas y confusas y se esfuerza cuan- to puede en fijar de manera univoca el significado de algunos términos. Por eso, su libro mas impor- FUOSOFIA. PARA PROFANOS tante se titula Ethica ordine geometrico demonstra- tay en él se propone hablar de las pasiones huma- nas como si se tratara de lineas o de planos. Un signo equivoco del lenguaje adquiere la univocidad de un concepto matemético cuando procedemos a definirlo y, a partir de ese momento, sdlo lo utilizamos con esa acepcién. Asi pues, nos dice Spinoza, la naturaleza es Dios en tanto que por Dios entendamos “el infinito gozo de existir". Esa naturaleza que es Dios no es sélo la mate- ria extensa. Este arbol -o esta persona— no es una parte de Dios, si sélo lo consideramos como un cuerpo con ciertas dimensiones cuyo desarrollo esta contenido en el numero y la disposicién de sus células. Este arbol -o esta persona- es una parte de Dios, si lo consideramos, ademas, como expresion del gozo y la felicidad que hay en la naturaleza y en la vida. No obstante, ni los arboles ni la mayoria de las personas son conscientes de esto ultimo, Con estas ideas, Spinoza da un triple salto fuera de las religiones imperantes en Europa y hacia una concepcién sorprendente de Dios, insdli- ta por su formulacién y ardua de comprender. Si algunas de esas ideas ya germinaban en el joven Spinoza, no nos es dificil entender que fuera expul- sado de la comunidad judia de Amsterdam. 1B FUOSOHIA. PARA PROFANOS 4 Su excomunién, que le impidié seguir ganan- dose la vida como mercader en el negocio familiar, lo llev6 a tener que aprender un oficio. Spinoza se convirtié en éptico, y muy bueno, a tenor de lo bus- cadas que eran las lentes que pulia. Sin duda, la pre- cisién que ponia en su trabajo manual no era dife- rente de la que aplicaba a la definicién de sus con- ceptos filosoficos, y la mirada que dirige hacia el mundo es tan concreta como la que pretendia obte- ner con los instrumentos dpticos que fabricaba. Uno de sus biégrafos cuenta que se divertia observando los combates entre arafas y mioscas. Esa mirada de entomélogo se armoniza con las reflexiones filoséficas y el trabajo de pulidor de len- tes. Observa con atencién a los humanos y sus pasiones, para poder comprender lo que los impul- sa a odiarse y a llevar vidas tan infelices. Aplica sobre la vida humana una lente que permite la rec- tificacién de la vision, a fin de percibir con claridad la fantastica y extraordinaria belleza de este mundo. Sus conocimientos, sus aficiones y su profe- sin le permitieron llevar una vida serena. Tuvo la sabiduria de distinguir entre quienes eran sus ami- gos y quienes, a pesar de presentarse como tales, no lo eran. Cuando, en una ocasién, le ofrecieron ocupar una catedra en la Universidad de Heidelberg para ensefar filosofia, declind la oferta al intuir que comprometia su libertad de pensamiento. En la Ethica dice que hay que evitar, en la medida de lo posible, aceptar regalos de los ignorantes, porque ellos esperan a su vez recibir otros tantos benefi- cios —como resulta normal esperarlo-, pero el que es libre no coincide con el que es ignorante a la hora de juzgar qué es un beneficio. Spinoza afirma que no ha pretendido nunca haber inventado la mejor filosofia, pero si que com- prende la verdadera. No es arrogancia, aunque asi lo parezca. Spinoza se coloca en la tradicién de quienes han considerado que la filosofia no ha de ser una doctrina sino un modo de vivir, una practi- a, una invitacion a la modificacién de la existencia. Esta es la verdadera filosofia y es ciertamente la filosofia que comprendié y practicé Spinoza. “EL hombre libre en nada piensa menos que en la muerte, y su sabidurla es una meditacién no sobre la muerte, sino sobre la vida”. Acaso son las pasiones humanas defectos a los que sucumbimos por nuestra culpa? ~se pre- gunta Spinoza. Al decir de fildsofos, tedlogos y moralistas, asi es. Pergefian una ficcién, una natu- raleza humana tal y como ellos creen que deberia ser, lo que los lleva a criticar con dureza la que de hecho existe. Cuando se deciden a escribir de ética, lo que hacen es una sétira: en ella ridiculizan los vicios humanos. Cuando escriben de politica, sus quimeras estan tan alejadas de la practica que aca- ban siendo ellos mismos los Unicos que parecen cualificados para gobernar. Hacer de la naturaleza humana algo diferente y superior al resto de la naturaleza es construir un imperio (el ser humano) dentro de otro imperio (la naturaleza), elevando el primero sobre el segundo, para que esté més cerca del Dios antropomérfico que han inventado. El moralista se muestra tan critico que parece una.persona por encima de lo normal, cuando en ver- FDSOFIA. PARA FROFANOS . dad, dice Spinoza, en su manera de ser despreciativo © sarcastico revela su envidia, su soberbia y su impo- tencia. Declara que desea ayudar a los demas con sus consejos, y en la practica esté ansioso de hacerse admirar por su doctrina, que espera que le haga famoso. Spinoza cita una frase de Cicerén: “incluso los fildsofos firman con sus nombres los libros que escriben sobre el desprecio a la gloria”. El que se presenta a si mismo como poco ambicioso, con escaso aprecio por lo que es 0 por lo que hace y modesto en sus aspiraciones posee un orgullo superior al que abiertamente reconoce que es orgulloso. En realidad juzga su nimiedad porque se compara con los demas, de manera que se sentira mejor en cuanto pueda sefalar también, entre los que son superiores a él, algunos vicios; y sin duda su tristeza aumentard en cuanto la iniciati- va de los otros ponga de manifiesto su propia impotencia. Asi pues, le gustaré acechar a los demés, no para corregirlos, sino para censurarlos. La Unica virtud que alaba es la modestia o la humi dad, y ésa es su manera particular de glorificarse, aunque parezca justamente que rehusa la gloria. Cuando los moralistas trasladan la idea del “imperio dentro del imperio” al ser humano, esta- blecen que existe una diferencia y una jerarquia a ‘oSoFIA._ PARA PROFANOS 2 entre las dos partes de las que esté formado: la mente y el cuerpo. Esta diferencia se entiende como una batalla entre bandos contrarios: si uno de ellos acta, el otro, como consecuencia, padece o sufre. Durante siglos los discursos morales y religiosos han des- preciado el cuerpo, como la parte que nos asemeja a los animales, y han considerado que la conducta virtuosa era aquella en la que la mente actda como dirigente, frenando 0 acallando los apetitos corpo- rales, La mente posee voluntad, y si esta acompa- fiada de raz6n, se enfrenta a los irracionales deseos corporales. Cuando, por el contrario, sucede que es el cuerpo el que se rebela, porque los apetitos son mas fuertes que la voluntad racional, la mente se muestra pasiva y va a remolque del cuerpo. (Uno de los motivos de la fuerte misoginia de estas doc- trinas reside en la consideracién de que, en las mujeres, el imperio dominante es el cuerpo). Spinoza también utiliza los vocablos “mente” y “cuerpo” para hablar de los seres naturales, aun- que les da una acepcién diferente. Segtin Spinoza, hay que entender la mente y el cuerpo en tanto que partes no independientes de una misma unidad, en tanto que cuando una de ellas actiia, también la otra actiia, y cuando una de ellas se muestra impo- susoria. PARA PROFANOS tente o pasiva, también la otra lo es. Cuando alguien es emprendedor, lleno de iniciativas y de capacidades realizativas, en una palabra, potente, tanto su cuerpo como su mente estan activos al uni- sono; o bien cuando es indolente, ignorante y teme- roso, esto es impotente, tanto su cuerpo como su mente padecen. Se podria pensar que el conocido dicho “mens sana in corpore sano” suscribe el punto de vista de Spinoza, y la popularidad de este dicho en nuestra sociedad nos podria hacer creer que ya estamos fuera del esquema moral y religioso de agonismo entre cuerpo y mente. Sin embargo, lo que se esta proponiendo es una versién light del enfrentamiento entre el cuerpo y la mente en el que se llega a una especie de cohabitacién democratica entre ambos: un nuevo equilibrio entre los dos imperios consistente en dejar que ambos, debilita- dos, dirijan nuestras vidas por turno, a fin de pre- servar la salud. Cuidar y darle gusto al cuerpo se ha convertido en la actualidad en una especie de reli- gién, aunque eso no significa que, al mismo tiem- po, no se alimente también a la mente (las numero- sas revistas que hoy en dia circulan y que dan rece- tas para una vida saludable, al lado de las dietas y la gimnasia, aconsejan viajes y lecturas, asi como también una especie de control racional de la mente 23 FUDSOHIA PARA PROFANOS sobre los posibles excesos del cuerpo). En suma, es la moderacion entendida como disminucién de la potencia del cuerpo y de la mente, para que ningu- no de los dos domine al otro. Una especie de enve- jecimiento adoptado como régimen vital. Spinoza esta hablando de otra cosa: como no considera que los intereses de las partes lleven al enfrentamiento, no puede pensar que la solucién del tratado de paz sobre minimos, en la que tanto la mente como el cuerpo claudican, cediendo una parte de su potencia, sea una vida feliz. Cualquier cosa que le sucede a un ser humano tiene una tra- duccién simultnea a dos lenguajes, el del cuerpo y el de la mente: o lo que acontece fortalece al cuer- po y ala mente, o debilita a ambos. La educacién y el crecimiento tienen que lograr que el cuerpo sea apto para realizar muchas acciones, lo que hard igualmente que la mente sea mas activa; y si la mente proyecta y realiza, piensa y lleva a la practi- ca lo que piensa, se tiene también un cuerpo que es més activo que pasivo. En este planteamiento no cabe que existan cuerpos sin mentes ni, claro esta, mentes sin cuerpos. Ademés Spinoza define qué es “actuar” y “padecer”: “actuar” es tener en uno mismo la causa de las propias acciones, mientras que “pade- FUOSOFIA. PARAPROFANOS cer” es tener sélo parcialmente en uno mismo la causa de las propias acciones. Asi, mucho de lo que hacemos y consideramos acciones no lo son, por- que confundimos la conciencia de querer hacer algo con saber por qué queremos: las causas de nuestro comportamiento no estén en nuestra voluntad, aunque asi lo creamos. Eso salta ala vista en cuanto analizamos la conducta de alguien. Un ejemplo. Antonio es un bocazas insoporta- ble. Le gusta exhibirse en la conversacién, dando a entender que sus experiencias y su persona son mejores que las de los demas. Cree que habla libre- mente por la sencilla razén de que dice lo que quie- re. Pero si acercamos la lente del entomélogo, podemos observar que se trata de un pobre tipo que necesita espectadores a su alrededor, porque sdlo proclamando y haciendo visibles sus hazanas se siente contento. Su mirada implora atencién y sus gestos lo traicionan al ser exageradamente amisto- sos hacia quienes parecen oyentes interesados. zQuién no ve la determinacién afectiva de su conversacién? No es una persona que habla porque quiere, sino que no puede callar. Es consciente de su deseo de hablar, pero ignorante de las causas que lo determinan a hablar. Esas causas permane- cen en la sombra para él: no residen en su concien- 26 FLOSOFA. PARA PROFANOS: 26 cia, sino que son inconscientes. Si supiera por qué se ve impelido a hablar de esa manera, cambiaria su relacién consigo mismo, dejaria de ser un boca- zas ignorante de si mismo para ser alguien que sabe de su debilidad, lo que implicaria simplemen- te que dejaria de serlo: un bocazas consciente de si hablaria conociendo su necesidad de fanfarronear para sentirse querido, por lo que o bien seria un bocazas simpatico 0 sélo rara vez lo seria. La libertad no es hacer lo que nos da la gana, porque la mayoria de las veces no sabemos por qué tenemos esas ganas. Tampoco la libertad es coartar nuestros deseos para que nuestra conducta se acer- que a la de un modelo ideal de comportamiento moral, ya sea en la version de enfrentamiento de la mente y el cuerpo, 0 en la versién de convivencia pacifica entre fuerzas debilitadas. El programa ético de Spinoza consiste en ser més conscientes de las causas que determinan nuestros deseos porque asi nuestro comportamien- to sera més activo, mas potente y més libre: algo asi como llegar a ser conscientemente el que se es inconscientemente. Parece facil y sin embargo exis- ten muchos impedimentos. No se consigue espon- téneamente, pero tampoco podemos traicionar nuestro modo de ser y constrefirnos a un ideal. FOSOFIA. PARA PROFANOS gCémo armonizar la espontaneidad y la recti- ficacién? ¢Cémo practicar una ética que no haga de cada ser humano algo diferente de lo que es? Nietzsche llamé a Spinoza “médico de la civiliza- cion”. Tiene razén, ya que a pesar de la prolifera- cién de terapias que existen hoy en dia, sus pro- puestas siguen siendo superiores. 27

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