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ELIGE TU PROPFIO ESCALOFRIO FLIGE TU PROPID ESCALOFRIO LAMOMIA QUE NO QUERIA MORIR E. A. M. JAKAB Iustraciones: BILL SCHMIDT Un libro de Edward Packard No se permite la reproduccién toral o parcial de este libro, ni el registro en un sistema informético, nila transmisién bajo cualquier forma o através de cualquier medio, yasea electrdnico, mecénico, por forocopia, por grabacidn o por otros métodos, sin el permi- 50 previo y por escrito de los tiulares del copyright. Dedicado a Anna «Cuzco» Disefio de cubierta: Victor Viano Titulo original: The mummy whowouldn’e die ‘Traduccién: Gemma Gallart Copyright © 1996, Edward Packard © Ilustraciones: Bantam Doubleday Dell Books for Young Readers, 19% Published by arrangement with Bantam Doxbleday Dell Books For Young Readers, a division of Bantam Doubleday Dell Publishing Group, Inc, New York, US.A. All rights reserved «Choose Your Own Nightmare» ] es marca registrada por Bantam Doubleday Dell Boos for Young Readers, divisin de Bantam Doubleday Dell Publishing Group «lige tu propio escalofrio» es marca registrada } © Grupo Editorial Ceac, S.A., 1997 Para la presente versi6n y edicién en lengua castellana ‘Timun Mas es marca registrada por Grupo Editorial Ceac, S.A. ISBN: 84-480-2053-7, Depésito legal: B.4.113-1997 Gersa, Industria Grafica Impreso en Espaiia - Printed in Spain Grupo Editorial Ceac, S.A. Peri, 164 - 08020 Barcelona ADVERTENCIA Sin duda habras lefdo libros a cuyos perso- najes les suceden cosas aterradoras. Pues bien, en Elige tu propio escalofrio, ti formas parte de la accién: jeres ti quien se encuentra en situaciones espeluznantes! Afortunadamente, a medida que vayas leyen- do, tendrds la oportunidad de elegir qué hacer a continuacién. Cada vez que tomes una decisién, pasa a la pdgina indicada. De tus elecciones dependeré el final de tu aventura. En La momia que no queria morir, tienes que devolver a una momia su amuleto sagrado. ¢Podrds hacerlo antes de que ella se dé cuenta de que ha desaparecido? Es importante que elijas con cuidado... Una momia enloquecida no es cosa de broma. 1 —jLas momias son algo fantastico! —explicas a Kate y a Josh Danvers mientras atravesdis la bulliciosa entrada principal del Museo Metropo- litano de Arte—. En especial cuando resucitan. —Si, con los brazos estirados, listas para ma- tar —replica Josh, siguiendo la broma. —Vamos, eso sdlo sucede en las peliculas —interviene Kate, lanzdndote una severa mi- rada—. Nada de eso sucederé aqui. —Nunca se sabe —replica Josh en tono dra- matico. —Si, claro. —Kate pone los ojos en blanco. Ella y Josh se comportan de modo tan distin- to, que resulta diffcil creer que sean hermanos. Paseas la mirada por el atestado vestibulo central. Pasar un soleado sdbado en el museo no es algo que consideres muy divertido, pero el martes tenéis que entregar un proyecto esco- lar sobre el antiguo Egipto. —Apuesto a que ya has encontrado tu tema —dices a Kate. La muchacha es una alumna de grado superior, y el estudio del antiguo Egipto es uno de sus pasatiempos. —Vasos canopes —responde ella con aire sa- tisfecho. —¢ Qué son? —preguntas. Pasa a la pagina 2. 2 —En ellos se guardaban las entrafias de la momia. E] estémago, los intestinos, el higado y los pulmones se introducian en vasos distintos. —jAsqueroso! —exclama Josh, y sus ojos se iluminan. Por fin parece sentir interés por el antiguo Egipto. El ala egipcia esta a vuestra derecha. En la en- trada se encuentra una mastaba auténtica, una tumba, en forma de «U», de un solo piso de pie- dra caliza, con un techo plano y las paredes in- clinadas. Tiene el tamaiio de una casa pequefia. —jQué sitio mas estupendo para vivir! —exclama Josh al ver salir de su interior a un hombre de rostro aguilefio. El individuo os lanza una mirada penetrante mientras se aleja ripidamente. ~~ Vaya! Nos ha echado mal de ojo —afiade tu amigo. Kate y ti suspirais. —Bueno, pues no parecfa simpatico —farfu- lla Josh. Pasa a la pagina siguiente. 3 No hay ninguna momia en la mastaba, pero si una capilla donde los parientes del difunto habfan orado y depositado comida en el pa- sado. —Generalmente a las momias las enterraban en cémaras subterrdneas, al final de pozos se- cretos situados a doce metros 0 mas por debajo de la mastaba. —Os explica Kate—. Lo hacian para evitar que robasen en las tumbas, porque a las momias las enterraban con todos sus te- soros. — Quieres decir que pensaban que podian llevarselo todo con ellas? —preguntas. —Claro —responde Kate, mientras pene- tris en el ala egipcia—. Momificaban el cada- ver para que su espiritu pudiera reconocer el cuerpo y darle vida eterna. — Oye, sucede algo con las luces? —pre- guntas—. Esta muy oscuro. —Siempre est4 igual —responde ella. Sin duda tiene que saberlo porque viene aqui muy amenudo—. Todo esto tiene miles de afios. No soportarfa una luz potente. —Resulta bastante tétrico —replicas con cierto nerviosismo. Pasa a la pagina 4. 4 Tampoco hay demasiados visitantes. Esta todo muy tranquilo, al contrario del bullicioso vestibulo central. —Mirad —dice Josh, sefialando a un grupo de personas detenidas junto a un objeto acor- donado. —jEsa debe de ser la nueva momia, Tutmo- sis I! —profiere Kate—. j;Acaban de descubrirla! Ante vosotros se encuentra un reluciente sarc6fago de piedra negra, el receptaculo exte- rior de la caja que albergaba la momia. Estd cu- bierto de incisiones; jeroglificos, la escritura pictogrdfica del antiguo Egipto. Kate os ex- plica que se trata de oraciones y conjuros magi- cos contra el mal. Pasa a la pdgina siguiente. 5 Después veis un sarcéfago de madera pin- tada y esculpida. Esta cerrado, y te preguntas si habr4 una momia dentro. A un lado, en una vi- trina de cristal, estan la mascara de oro de la momia, sus joyas y otros artilugios. Vuestros ojos se concentran en un amuleto que repre- senta un escarabajo de piedra, engastado en oro. — Qué hermoso escarabajo-corazén! —ex- clama Kate. —;Para qué sirve? —preguntas. —Los egipcios lo colocaban sobre el cora- z6n de una momia para que lo ayudara durante su juicio en el otro mundo. —Tu amiga sacude la cabeza—. No tendrian que haberlo sacado de la momia —refunfufia. —Bah, no es mds que un insecto ridiculo —interviene Josh. Hace una mueca y se gira a toda prisa para entrar en la siguiente sala; pero en su lugar, choca contra un hombre alto que contemplaba con atencién el contenido de la vitrina. —jChico esttipido! —grita el hombre. Se trata del individuo de rostro aguilefio de la mastaba—. gEs que no sabes comportarte en un museo? Pasa ala pagina 17. jPero te duele mucho la cabeza, y sabes que debes huir! En el mismo instante en que el l4- tigo del capataz restalla, te dejas caer al suelo y ruedas lejos de alli, a toda velocidad. jLuego te incorporas de un salto y echas a correr! Llegas al templo antes que el capataz, y te acurrucas en un rincén oscuro. Desde el exte- rior, él te grita que regreses. No puede ofender alos dioses invadiendo este lugar sagrado. Finalmente se va. Lanzas un suspiro de ali- vio y abandonas tu escondite. Hay un joven sa- cerdote sentado junto al pequefio altar, con- templandote. Tiene la cabeza afeitada, y lleva una ttinica blanca de lino y unas sandalias. — Por qué has venido? —te pregunta con severidad. —Yo no pertenezco a este lugar —respon- des, aunque no puedes recordar de dénde vienes. El sacerdote arroja unos guijarros sobre el altar y los observa con atencién. Pasa ala pagina 50. 7. Tienes el presentimiento de que Josh sabe lo que se hace; asi, que vas tras él. —jEspérame! —grita Kate. Pasiis entre sarcéfagos, estatuas y vasos ca- nopes. je encantaria echar un vistazo si no es- tuvieras intentando escapar! Sin saber cémo, Josh se os ha adelantado y ha desaparecido. ¢ Qué hards ahora? En ese instante te das cuenta de que la habi- taci6n esta totalmente en silencio. —Estén escuchando para averiguar donde estamos —susurras a Kate. Tu amiga asiente, luego indica un tenue resplandor a vuestra iz~ quierda. ¢Ser4 Josh con el amuleto? Pasa ala pagina 74. Tiras de Josh hacia atras. —jCorramos! —susurras. —A lo mejor es una momia amistosa —dice él. —jNo acttia como silo fuera! —exclamas. —Vete, yo me quedaré —replica tu amigo, sacando el brillante amuleto. Comprendes que no sirve de nada intentar hablar con él. —No te preocupes, conseguiré ayuda —di- ces y decides regresar al templo de Dendur. jAlli habra guardas! Abres de un empujén la puerta de cristal del enorme anfiteatro en el que se encuentra el templo. Un gato surge de la oscuridad y entra como una flecha delante de ti. —jEh, ése es el gato que me arafié! —auilla una voz. jEs Ben! Fue una suerte que el gato entrara primero, porque Ben podria haberte cogido. Te precipitas detras de una hilera de seis gran- des estatuas de piedra de Sejmet, la diosa con ca- beza de leén, que representa la guerra, las tor- mentas y la peste. Kate mencioné antes que Sejmet a veces ayuda a la gente, y, aunque sabes que es esttipido, deseas que te eche una mano. —jOs dije que cerrarais con llave esa puerta! —chilla otra voz. Es la del sefior Ramsey. Oyes un clic. Estas atrapada. Pasa a la pagina 14. 9 —Devolvamoslo a la vitrina —dices. De ese modo nadie sabra lo sucedido; incluidos tus padres, que te importunarian durante semanas. Sin duda sera facil. —Kate y yo podemos charlar con cualquier guarda que se acerque, mientras tt deslizas el amuleto dentro de la vitrina —explicas a Josh. —Hay que moverse. El museo no tardard en cerrar —advierte tu amiga. El ala egipcia esta mucho més oscura ahora. Y se encuentra desierta. Mientras corréis por el pasillo, tropiezas con la base de una enorme columna de granito. —)Ay! —chillas, cogiéndote la pierna. Mientras te incorporas, oyes un curioso gol- peteo sordo a lo lejos, y luego el rapido claque- teo de unas fuertes pisadas que se dirigen hacia vosotros. Pasa ala pagina 24. 10 —Kate est en lo cierto —dices—. Debemos averiguar qué esté sucediendo en lugar de dejar volar nuestra imaginacién. —Serd mejor que yo me quede aqui —sugiere Josh—. Sino regresdis, iré en busca de ayuda. —jApuesto a que crees que la momia ha vuelto ala vida! —se burla Kate. —Nuncea se sabe —responde él, en tono mis- terioso. —Josh tiene razén. Alguien tiene que que- darse atrés —replicas, a pesar de que piensas que tu amigo ha visto demasiadas peliculas de terror. Kate te sigue de puntillas. Est4s a punto de echar una ojeada a la habitacién cuando vuel- ves a oir los chirridos, y retrocedes. ¢Es pru- dente proseguir adelante? —Vamos, yo entraré primero —te dice Kate, doblando la esquina a toda velocidad, antes de que puedas detenerla. — Socorro! —grita al cabo de un instante. Corres tras ella. Algo se esté moviendo y se est incorporando. jEs la momia! Contemplas con horror cémo extiende una mano vendada hacia Kate. Parte de la cabeza de la momia esta desenvuelta, y sus ojos muertos te ob- servan feroces mientras extiende la otra mano... Pasa a la pagina 21. iz —Hemos de encontrar a Josh —dices—. Apuesto a que nos oy6 chillar y fue en busca de ayuda, de modo que no sabe que hay ladrones en el musco. —Vamos —secunda Kate. Abandoniis el templo y salis a toda veloci- dad por la puerta lateral. De repente veis a tres personas al final del pasillo; aunque os es imposible saber quiénes son, distinguis que llevan linternas. No tenéis tiempo de regresar al templo, asf que os introducis en una galeria poco ilumi- nada, llena de sarcéfagos vacios bellamente de- corados. La mayoria estén colocados de pie, con las tapas retiradas; todos estan detras de cristales. Mejor dicho, casi todos. Alguien ha retirado algunos de ellos de los paneles de cristal. — Habran escapado las momias? —mur- muras, dando un paso atras y mirando a tu al- rededor con temor. —jAquf no hay momias! Sélo los sarcéfagos vacios —musita Kate—. ;Podemos ocultarnos en ellos! Pasa ala pagina 42. 13 Quieres terminar lo que empezaste, y eso significa encontrar la momia. También signi- fica que hay que moverse deprisa! —Seguidme —susurras, cruzando a toda ve- locidad el pasillo para penetrar en una sala con vitrinas llenas de shabtis, horquillas, peines y abalorios. Justo a tiempo..., el ruido de pasos no tarda en detenerse, y las linternas recorren la zona de exposicién. —jEh! jHa sucedido algo aqui! —dice una voz de hombre. —Se lo comunicaremos inmediatamente al jefe —responde una mujer, cuya voz resulta fa- miliar. Las pisadas retroceden de vuelta al ves- tibulo central. —Ser4 mejor que no sigamos en este lugar cuando regresen —apunta Kate. —Vayamos al templo de Dendur —propo- nes—. Como estd iluminado podremos planear nuestra bisqueda sin que nada nos asuste. —Y si nos descubren? —pregunta Josh. —Diremos que nos hemos perdido —con- testas. — Y qué sucede con el amuleto? —jLes diremos que lo encontramos alli! Pasa ala pagina 37. 14 Atisbas desde detrds de una estatua. Han va- ciado el estanque, y varios hombres bajan sar- céfagos y otros objetos por una escalera. —jCuando llegue la policfa, ya estaremos a punto de reunirnos con nuestro comprador se- creto! —se regodea el sefior Ramsey—. jCre- yeron que podrian atraparnos, disfrazandose de guardas y momias! —Pero no hemos encontrado el amuleto —interviene Ben atropelladamente. —Lo meti en el bolsillo de aquel chico antes de que la policia pudiera cogerme —contesta Ramsey—. Es la pieza mas valiosa de todas. Pero sé el nombre del chico y dénde vive. jJosh esta en peligro! —jMiiiaaauuu! —mailla el gato. Se dirige hacia la estatua tras la que te has escondido; sin duda, ha percibido tu presencia. —jApartad ese gato del tablero de mandos! —chilla Ramsey. El y Ben corren hacia ti. Te vuelves, y descubres un panel a tu espalda. Presionas todos los botones, y un suelo de bal- dosas deslizante empieza a cubrir la escalera. jEl agua vuelve a brotar en el interior del estanque! —jTu! —ruge el sefior Ramsey, arreme- tiendo contra ti. Pasa a la pagina 70. 1S Entonces os mira, a Kate y a ti. —Teniente Anna Cuzco, departamento de policia de Nueva York. ; Qué hacéis aqui? —Intentamos devolver el amuleto —expli- cas—. No sabemos cémo aparecié en el bolsi- Ilo de nuestro amigo Josh. —,Donde esta él? —os pregunta. —Justo ahi fuera —respondes. —Ahi no hay nadie —dice ella. Las tres corréis hasta la entrada. Josh ha desa- parecido. Gritdis su nombre, pero nadie contesta. La teniente Cuzco habla por un pequefio transmisor. Luego os indica que permanezcais junto al detective Kelley, mientras ella y sus hombres buscan a Josh y atrapana la banda. —No os preocupéis, estard bien —os dice. Regresas al templo y te preguntas si vosotras no deberiais también ir en busca de Josh. —Josh est en peligro —afirma Kate. Luego se detiene—. jNo podra distinguir a los policfas de los ladrones, porque los policias van disfrazados! Intercambidis una mirada de desaliento. Si decides ir en busca de Josh, pasa ala pagina 12. Site quedas en el templo, pasa a la pagina 52. 16 Con los guardas empujando desde atrAs, descendéis por la desvencijada escalera, y cru- zais otra puerta que conduce a una especie de almacén y taller, lleno de objetos egipcios. La puerta de la escalera se cierra de un por- tazo. Corres hasta ella y mueves la manilla. jEsta cerrada con llave! Oyes las fuertes pisa- das de los guardas que suben por la escalera. —jAhora si que nos la hemos cargado! —se lamenta Kate. —No hay que darse por vencido —le dice Josh. —jOh, no! ;Fijate! —gime ella, sefialando un par de camas rigidas en forma de ledn. Los lechos se parecen a mesitas altas de café, y estan tallados en forma de leones—. 'Tenemos problemas. ;Esas plataformas se usaban para envolver alas momias! Le lanzas una mirada asustada. —No creerds que el conservador nos quiere convertir en momias, verdad? —No es el conservador —interviene Josh con voz tranquila. —jCémo lo sabes? —le preguntas. —El amuleto —contesta como en suefios, y lo saca del bolsillo. El objeto desprende un suave fulgor. Pasa a la pagina 53. 17 Josh retrocede. —Por qué no se mete con alguien de su ta- maiio, sefior? —le increpa una mujer de cabe- llos rizados, que lleva unos vaqueros. —jEstos objetos son sagrados! —contes- taél. —No creo que la momia vaya a salir de ese sarcofago para vengarse —replica la mujer. Varias personas se echan a refr. El hombre enrojece, y se aleja veloz. —Gracias —dice Josh a la mujer. Esta le mira frunciendo el entrecejo. —El tiene razon, sabes. Deberias mostrar un poco de respeto. —De acuerdo —responde él sumiso. Ta y tus amigos os vais a toda prisa. Hay mucho que ver, como, por ejemplo, los shabtis, estatuillas que realizan el trabajo de la momia en la otra vida... {Te encantaria tener una que te hiciera el proyecto! Y momias de gatos. Los gatos eran sagrados en el antiguo Egipto. jIn- cluso, llevaban pendientes! Pasa a la pagina 40. 18 —Mueve el amuleto arriba y abajo de la pa- red —indicas a Josh. Horrorizada, descubres que tenéis compaiifa. —jBichos! —chillas. jEstdis sentados sobre escarabajos, no sobre guijarros! Los tres os incorporais de un salto, sa- cudiéndoos frenéticamente los insectos. —jLos tengo en el brazo! —grita Kate, empu- jandote contra la pared. Clic-clic. La puerta de piedra se abre y aparece un pasadizo a tu es- palda. Miras el punto de la pared contra el que acabas de chocar, y descubres un panel con va- rios botones... jE] panel de control! —jUn pasadizo oculto! —musita Josh. —jVamonos! —dice Kate, regresando a la pequefia capilla de la mastaba. —Quizis el tiinel sea mds seguro. Esos ma- tones atin siguen ahi fuera —indica Josh. —Podemos escabullirnos sin que nos vean —responde ella—. Ademéas, no sabes adénde conduce el tiinel. Crees dificil que los ladrones no os vean; pero el pasadizo parece horripilante. Si decides entrar en la capilla, pasa ala pagina 20. Si prefieres meterte en el tinel, pasa ala pagina 62. 19 —Yo voy en busca de Johnson —anuncias. Josh te acompaiia, y Kate decide subir la es- calinata para ir a buscar al sefior Ramsey. —Ten cuidado —susurras a Josh cuando en- trdis en el ala egipcia. Esta muy oscuro, y mientras esperas que tus ojos se acostumbren a la poca claridad, oyes voces; no puedes descifrar lo que dicen. Algo te roza la pierna, y sueltas un grito ahogado. —Chissst —musita Josh—. Es sdlo un gato. Josh sostiene una especie de luz tenue. A su lado hay un gato grande y delgado, con unos ojos enormes. Le haces una caricia. Sin duda, es un gato va- gabundo que se ha metido en el museo. Tiene un agujerito en una oreja, «probablemente a causa de una pelea», te dices. — De dénde has sacado esa luz? —preguntas. —Es el amuleto—murmura Josh—. Brilla. jUn amuleto que brilla en la oscuridad! ¢Y ahora qué? Bueno, al menos lo podéis utilizar para buscar a Johnson. Tu amigo se vuelve a guardar el amuleto. —Nos verian. No se puede apagar —explica. Volvéis a estar a oscuras; pero ahora puedes ver. Pasa ala pagina 71. 20 Decides salir por la capilla de la mastaba. Una vez de vuelta en el pasillo del museo, os podéis esconder de los ladrones y buscar a los auténticos guardas. Pero al entrar en la capilla, casi tropiezas con varias bandejas de comida. Al verte, una pareja, curiosamente ataviada, retrocede horrorizada. No entiendes lo que dicen. Entonces te das cuenta de que es de dia... y de que hace mucho calor. jAlgo no anda bien! —jRetroceded! —gritas a Kate y a Josh. Corréis de vuelta al interior de la habitacién de los escarabajos, y presionas todos los boto- nes del cuadro de mandos. ‘Tanto la puerta de piedra como la abertura del tunel se cierran. ;Y los escarabajos empiezan a correr otra vez por vuestras piernas y brazos! Pasa ala pagina 58. 2k —jEsta viva! —chilla Kate. El terror te impide moverte. Tienes la frente perlada de sudor. —jQue alguien... nos ayude! —gritas. La momia se lleva ambas manos a la cabeza. —jEh, callaos un poco! ;Sois capaces de des- pertar a un muerto! Sientes que te vas a desmayar, cuando de im- proviso observas manchas de sangre en los vendajes de la cabeza de la momia. Las momias no sangran. —j(No eres una auténtica momia! —jadeas. —Detective Dave Kelley, departamento de policia de Nueva York, distrito diecinueve. —jVaya! gEst4 aqui debido a los robos? —preguntas. —Acertaste. Sdlo que los ladrones me atra- paron primero... me dejaron sin conocimiento. Mientras Kate y tt ayudais al detective Kelley a levantarse, entra corriendo la mujer de los cabe- llos rizados, que defendié a Josh en la exposicién. —j(Dave! Estas bien? —exclama. —Lo estaré en un minuto —contesta él. —Las salidas estén cubiertas. No pueden huir —anuncia ella—. No tenemos mas que lo- calizarlos. Pasa a la pagina 15. 23 Hay un hombre sentado de espaldas ante un gran escritorio, hablando por teléfono; cuando termina, se vuelve hacia vosotros. jOh, no! jEs el desagradable tipo de rostro aguilefio de la mastaba y de la exposicién de la momia! —Soy el sefior Ramsey —se presenta, ce- fiudo—. ¢Queriais hablar conmigo? —Si, sefior —respondes, hablando tt antes de que Kate pueda decir nada. No sabes si de- bes hablarle del amuleto. Seguramente culpara a Josh; jpuede que, incluso, haga que lo arres- ten, y también a tu amiga y a ti! Parece bastante mezquino. Por otra parte, habéis venido a devolver el amuleto. ¢Realmente quieres marcharte con él, cuando atin Josh lo tiene en el bolsillo? Si optas por entregar el amuleto al senior Ramsey, pasa ala pagina 47. Siprefieres inventarte una excusa, pasa a la pagina 51. 24 —jHay que esconderse! —susurra Josh. Los tres os apelotondis detras de la columna de granito. El haz de luz de una linterna barre el punto en el que os encontrabais hace un instante. Oyes voces, pero todo lo que consigues en- tender es: «Debe de ser el gato», y unas risas. Luego los pasos se alejan. —Tengo un mal presentimiento —musita Kate. —Todo ira bien —susurras, aunque no estas tan segura. E] museo ya debe de haber cerrado, asi que una vez haydis restituido el amuleto, tendréis que explicar al guarda que os habjais perdido. No resultara divertido; es probable que los empleados del museo telefoneen a vues- tros padres. Las luces de la exposici6n se apagan. —jAlgo va mal! —susurra Josh. Pasa ala pagina 69. | | 25 De repente se oyen unos arafiazos en el inte- rior del templo. Arafiazos muy fuertes. —jMe parece que la momia se ha desper- tado! ;'Tenemos que irnos! —murmura Josh. —Deberiamos averiguar qué est4 sucedien- do —replica Kate con firmeza. Tu légica esté de acuerdo con ella, pero tu imaginacién parece haberse desbocado igual que la de Josh. ; Qué debéis hacer? Sieliges salir corriendo del templo, pasa ala pagina 32. Si decides regresar para echar un vistazo a la momia, pasa a la pagina 10. 26 Te empieza a doler mucho la cabeza. Ya no puedes recordar lo que es un libro 0 un museo. —No eres la tinica aqué que suefia con el fu- turo —masculla el capataz—. jEs asi como los espiritus de los faraones se vengan de los que no trabajan! Estas en una loma elevada, desde donde pue- des ver a los obreros trabajando penosamente en una pirdmide medio terminada. Parece un trabajo agotador. Reparas en un sendero sinuoso que conduce a un pequefio templo. ;Podrias llegar hasta él? Estarfas a salvo del capataz durante un tiempo y conseguirias descansar un poco més, Enton- ces quiz4 lograrias descubrir por qué los dioses te han maldecido. Pero no sabes si conseguiras moverte con la suficiente rapidez para escapar al latigo del ca- pataz. Si decides regresar al trabajo en la piramide, pasa a la pagina 73. Si intentas regresar al templo, pasa ala pagina 6. 27 —Eso parecia divertido —suspira Josh, pen- sativo. —jTampoco pertenecemos a ese lugar! —ex- clama Kate—. Es peligroso estar en la época equivocada! —Josh, esta vez mantén el amuleto fuera —indicas, y aprietas de nuevo los botones. Los tres salis a una oscura y desierta capilla, luego abandoniis la mastaba y penetrdis en el pasillo del museo. jEstdis de vuelta en vuestro tiempo! De repente aparece un guarda uniformado que empufia una pistola. —Quietos donde estais —ordena. Se te cae el alma a los pies. ;Ahora si que es- tdis atrapados! —Detective Al Johnson, departamento de policia de Nueva York —dice el hombre, guar- dando el arma—. Trabajo aqui en secreto. —Se saca algo parecido a una radio pequefia del bol- sillo del abrigo. —Los encontré, teniente, sanos y salvos, y con el amuleto —anuncia por el transmisor. jFenomenal! ;Por fin podéis volver a casa! Pasa a la pagina 81. 28 —jEh, agente! —chillas—. ;Puede detenerse un minuto? Pero no lo ves por ninguna parte. ¢Cémo ha podido ir tan rapido? Entonces, al doblar una esquina, distingues un curioso resplandor de- lante de ti. Es el agente disfrazado de momia. Todo él brilla. —{ Qué sucede? —te pregunta en voz baja. Te echas hacia atrds. Sam sigue tumbado so- bre el hombro de la momia, pero ahora tiene el rostro convulsionado y la mirada desorbitada por el terror. Algo terrible est4 sucediendo. —(Po... podria da... darme su no... nombre, se... sefior? —inquieres—. Mi... mis pa... padres me dijeron que siempre preguntara el nombre de la persona a la que entregdramos cosas de valor. —Desde luego —contesta la momia con una risita—. Me llamo... Thad Moses. Detective Thad Moses. —jUh... gracias! —dices, antes de dar la vuelta y echar a correr a toda velocidad junto a Josh. —i Qué ocurre? —pregunta tu amigo. —Nada —respondes. Decides que es mejor que no lo sepa. jPero desde luego compadeces alos otros ladrones si Thad Moses, alias «Tut- mosis» les pone sus vendadas manos encima! Fin he 30 jSubitamente recuerdas algo! —Este templo seré mundialmente famoso. Vendra gente de todas partes para contemplarlo. —Eso no puedes saberlo —contesta el sacer- dote con una carcajada—. Tan sélo unos pocos escogidos conocen el nombre del templo y su destino. —Dendur. Y sera dedicado a la diosa Isis de Filé —respondes. El rostro del sacerdote se torna palido. Te vuelve a doler la cabeza, pero sigues ha- blando. —Trasladaran el templo muy lejos, al otro lado del gran mar, y lo colocaran dentro de una casa gigantesca. —Que los espiritus de los faraones te ayu- den —murmura el sacerdote, retrocediendo atemorizado—. Adiés, amiga mia. Sientes como si te arrancaran de dentro de ti misma. —No te olvidaré —le dices. La cabeza te duele de un modo atroz, asi que cierras los ojos. Todo parece dar vueltas a tu alrededor... jEs- tés en un tinel y caes cada vez mds deprisa! Pasa a la pagina 66. ZL Ramsey ordenaa los guardas que empiecen a trasladar los tesoros a un camién que espera fuera. Luego os ata; primero a ti, y después a Kate, sobre una de las plataformas con aparien- cia de leén. —jSeréis las esclavas de Tutmosis en el otro mundo! —chilla, y Kate se desmaya. Antes de que puedas gritar, Ramsey te unta el cuerpo con una gruesa capa de pasta de al- quitrdn, que penetra en tu nariz y tu boca... as- fixiandote. Las vendas empiezan a enrrollarse a tu alrededor con rapidez. {Te vas a convertir en una momia! En ese momento, oyes: «;Policia! |Estan de- tenidos!» ;Asi que, finalmente, Josh consiguidé ayuda! Escuchas disparos y ruido de lucha. Pero es demasiado tarde para ti. Alguien vuelca tu plataforma de embalsamar con forma de leén, tus ligaduras se rompen, y vas a dar contra el suelo. Algo te cae sobre el pecho. Pasa ala pagina 83. 32 Si en el templo estan sucediendo cosas so- brenaturales como la vuelta a la vida de la mo- mia, jt quieres salir de alli! —Vayamos a escondernos detras de esas esta- tuas de Sejmet —propones, al recordar una hile- ra de estatuas de esa diosa que has visto antes—. Desde allf podremos observar lo que sucede. —Gran idea —asiente Josh. —Sois unos gallinas —os dice Kate—. Se- guro que el ruido lo ha hecho ese gato callejero que mencionaron los guardas. — Vamos, Kate! —suplica Josh. La muchacha sacude la cabeza. Sabes lo tozuda que puede ser tu amiga, de modo que ni siquiera discutes. Te pones en marcha para salir de alli. —jEspera! —auilla Josh, corriendo hacia ti. Da un traspié y chocais, de tal manera que te derriba y hace que te golpees la cabeza con el suelo de piedra. ‘Tardas unos minutos en recuperarte, pero enseguida comprendes que algo no va bien. Es- t4s tumbada sobre la hierba con la luna Ilena brillando encima de ti y, a lo lejos, distingues los contornos de enormes pirdmides. Una brisa calida alborota tus cabellos. Oyes voces. Pasa a la pagina 44. 33 Es Josh, de pie junto a una momia al fondo del ttinel. El amuleto resplandece sobre el pe- cho de la momia. {Qué alivio! Kate y ti, temblando, os ayu- dais mutuamente a incorporaros, luego corréis hacia Josh, dando trompicones. —Esto es el almacén secreto de Ramsey para las cosas que ha robado —explica Josh—. Sé como salir. —Y el amuleto? —pregunta Kate. —Pertenece a esa momia —contesta él. En ese momento ofs un ruido en la entrada del ténel. —jLos encontré! —chilla una voz. Uno de los guardas aparece en el corredor, jempufiando un revolver! —jQuietos! —ordena. —jCorred! —grita Josh, alejéndose. Inten- tas agarrarlo pero ya esta fuera de tu alcance. Al ver que el guarda os apunta, Kate y ti os arrojais al suelo. ;Un alarido escapa de vuestras gargantas cuando varias momias os caen en- cima! Pasa ala pagina 56. 34 —Si hay ladrones en el museo, podrfamos correr peligro —dices—. Si esperamos a los guardas, éstos sin duda telefonearan a nuestros padres y seremos castigados, pero al menos es- taremosa salvo. —Tienes razén —dice Kate, y Josh asiente con la cabeza. —jSocorro! jSocorro! jNos hemos perdido! —gritdis a coro. Los pasos se detienen, luego se encaminan hacia vosotros. Los dos guardas iluminan vues- tros rostros con sus linternas. —Mira qué hay aqui, Sam —observa un guar- da rollizo y coloradote. En su placa se lee: BEN. —Por favor, aytidenos —suplica Kate—. Nos hemos perdido. —jAsi es como hemos encontrado la exposi- cién de la momia! —les dices, indicando toda la habitacién—. ;Alguien la ha saqueado! —Lo sabemos, esta todo bajo control —res- ponde Sam, que es bajo, enjuto y de facciones angulosas. —¢ Qué hacemos con ellos? —pregunta Ben. —Sacarlos de aqui, como han pedido —res- ponde el otro. —De acuerdo —rie Ben—. Por aqui, chicos. Pasa a la pagina 75. 3S —;Te encuentras bien? —pregunta, ayud4n- dote a levantar—. jNo era mi intencién hacerte caer! jEra un suefio! {Qué alivio! Miras a tu alre- dedor para asegurarte. El cocodrilo de piedra est en su sitio; las palmeras crecen todas en macetas, y no hay pirémides alo lejos. Entonces un escalofrio te recorre la espalda. No hay monedas en una zona del estanque, la zona donde los hombres de tu suefio vadeaban, —2 Qué ha...? —empiezas a decir, justo en el momento en que Ilegan Kate y unos guardas. Tu amiga te cuenta que el personal del museo ha atrapado a los vandalos que han causado el embrollo con la exposicién de la momia. Todo vuelve a estar en su lugar. —Incluido el amuleto —afiade. El jefe de los guardas desvia la mirada hacia el estanque. —jBen y Sam vuelven a robar monedas! —exclama—. ¢Ddnde estan? jEsta vez los des- pediré! —Nadie los ha visto —responde otro guarda. Tragas saliva. Tienes el presentimiento de que los hombres desaparecidos seguiran desa- parecidos. Fin 36 El guarda mas corpulento enrolla un trozo de tela alrededor de su mano. —jEse maldito gato! —gruiie. —Ben, olvidate del gato —le espeta el guarda mds menudo—. Saquemos el material. La momia primero. —Eh, Sam, esto pesa muy poco —dice Ben mientras levantan el sarc6fago de la momia. —Eso se debe a que las momias estdn secas como una pasa—rie el otro. —A lo mejor es que la momia no estd aqui dentro. —Ser4 mejor que lo comprobemos —indica Sam, mirandolo. Apoyan la caja contra la pared y retiran la tapa. —jLo ves! ;Una momia! —anuncia Sam. En ese instante, jla momia extiende los bra- zos y lo agarra por el cuello! Sam empieza a farfullar, con ojos desorbitados. —jEsta viva! —aiilla Ben, arrojando la tapa al suelo antes de salir corriendo. Sam no se mueve. La momia lo suelta, muy despacio sale de la caja y mira a su alrededor. Os agachiis. El corazén te late con violencia. jNo puede saber que estais ahi! ;O sf puede? Pasa a la pagina 64. 37 De regreso al pasillo, andas més despacio para no tropezar con nada. Sientes un gran ali- vio cuando Ilegas al templo, aunque la tenue iluminacién nocturna del lugar crea espesas sombras que producen un ambiente mas miste- rioso del que recordabas. Incluso las dos enor- mes estatuas del faraon Amenofis III, situa- das cerca de la entrada, parecen contemplarte airadas. —Vamos. Entremos en el templo —indica Kate. Agachados, os escabullfs hasta la plataforma del templo. Por un instante, tienes la impresién de que el cocodrilo de piedra del borde del es- tanque se ha movido; aunque cuando miras atrds, tiene el mismo aspecto de siempre. La fi- gura muestra en sus ojos de piedra la misma ex- trafia expresién que las estatuas. ste no es momento para dejar volar la ima- ginacion. Pasais por debajo de la cuerda, colocada para mantener al publico fuera de las dos salas inte- riores del templo, y os precipitais dentro de la Ultima sala, en el santuario. —jOh, no! —jadeas. Pasa ala pagina 57. 38 Josh y té deberiais intentar desatar a John- son antes de que la momia consiga llegar hasta vosotros. La criatura se mueve muy despa- cio..., seguramente debido a que acaba de re- gresar de la muerte. —jEh, venid aqui y echadme una mano! —os grita de improviso la momia. Se te ponen todos los cabellos de punta, y empiezas a temblar. Josh abre la boca aténito; parece mas asus- tado que tu. Luego traga saliva con fuerza. —j Esto es grandioso! —dice con voz entre- cortada—. jEstamos hablando con una momia! Con las piernas paralizadas por el terror, contemplas cémo la criatura intenta moverse. —Tenemos todo el museo vigilado para atrapar a esta banda, y yo tengo que seguir con el disfraz. ;Podéis desatar al detective John- son? —pregunta la momia, agitando sus manos vendadas. Aspiras con fuerza. Claro que no se trata de una momia auténtica; éstas no vuelven a la vida ni hablan castellano. —En realidad no creia que estuviese viva, si es eso lo que estés pensando —te suelta Josh, con el rostro rojo como un pimiento. Pasa a la pagina 72. ; ' 39 Si no supieras que es imposible, pensarfas que una momia se est4 desenvolviendo. —Quizé deberiamos regresar —susurra Kate. —No, ya casi estamos en el despacho de Ramsey —replicas. Doblais una esquina, y alli est4 la puerta... y también un trozo de tela mu- cho mas largo. Sin duda alguna, algo se esta desenvolvien- do o dejando un rastro. Nerviosa, abres la puerta. La pequefia sala de espera esta totalmente a oscuras; pero se filtra una luz por debajo de la puerta que conduce al despacho interior. ¢Deberias llamar? Oyes un golpe sordo; luego otro, y ense- guida voces enojadas, aunque no entiendes lo que dicen. —jSalgamos de aqui! —te exhorta Kate. Vacilas un instante. El sefior Johnson nece- sita ayuda. A lo mejor las voces slo son perso- nas que trasladan los objetos del sefior Ramsey de un lado a otro.” Si decides marcharte, pasa ala pagina 49. Siabres la puerta de Ramsey, pasa ala pagina 65.

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