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loa ser obvio que ya no es obvio nada que tenga que ver ce, ni en él mismo, ni en su relacién con el todo, ni si recho a la vida. La pérdida de actuacién sin reflexién ni proble mas no queda compensada por la infinitud abierta de lo que se vuelto posible ante la que se encuentra la reflexién, En muchas dimen- siones, la ampliacién resulta ser estrechamiento, El mae de lo nuncs presentido en el que se adentraron los revolucionatios movimientos artisticos de 1910 no ha proporcionado la dicha aventurera pron tida. En ver de esto, el proceso desencadenado por entonces ado las categorias en cuyo nombre comenzé. Cada vez més cosas fueron arr ino de los nuevos rabies; por doquier, los artisas no disfr id que habian conquistado, sino que aspitaron d un presunto orden apenas so ble. Pues la libertad absolua en el arte n algo parti entra en concradiccién con la situacién perenne de falta de libertad en el todo. En éste el lugar del arte se ha vuelto incierto. La autono mia que el arte obtuvo tras quitarse de encima su funciéa cultual y sis secuclas se nutria de la idea de humanidad, cuanto menos la sociedad se volvia humana, En el arte desapare Gieron como consecuencia de su propia ley de movimiento. los constituyentes procedentes del ideal de humanidad. Pero le auton mia del arte es i ile al arce m tuna funcién so. lo en lo que duda lo que man r. Ahora bien, su autonomia comienza a mos tra un ceguera. Este momento ha sido propio del arve dexd en la era de su emancipacién, eclipsa a todos los demas pesar de (si no debido a) la ausencia de ingenuidad de la que, de .cuerdo con Hegel, ya no se debe desprender. La ausencia de in nuidad va unida a una ingenuidad de segunda potencia, ala incerceza sobre el pane gué estéico. Es incierto si el arte sigue siendo posit si, tras su emancipacin completa, no habri socavado y perdido su: erse oft alo lejos por medio d Ti como hac : ee nstrumento de viento, son irse de este tipo de argument = sudamente histérico, los datos no pasan carne d i, fon hhechie nte, por supuesto) de que no se puede encuadrar a las artes El pe oe ‘opilacidn positivista de material y la espe ala que tanto odiar las ciencias); Bachofen seria el ejemplo més grande, Si mundo en q fentra y que Top sto, se quisiera distinguir ala manera f nada area la emp caine concep del origen, la cucitién de la esencia a cuesti ino w ica dela pr ‘ a arbitrariedad al emplear ia. En cepto de nificado literal. La defini : asta los legit c seeha legado ase fe dirgirse contr lo que conforma sup be ae leit ae : ica materialista-dialéctica divertimentos una ver que han aniq y divert qui ner ero, ud consumé en sf oria del arte aenmudecimiento, su int su esencia barbara. Aunque el a1 i supe 30, pete nte que desaparecer. Podria sobrevivir Yor supuesto, esto no pued ia de la historia en el esp itu invencible [ET contenido pi Eh su cada TS GUE es “inde que clJEl a do por la division del trabajo), son no pntrapuest Con el propi principio alll imperance del tuno mismo de sus productos; se pinta ~< dro, nolo La en la realidad por a escapa d no de un se eomunic zona de si autonomi, En esa relack jenn i i habla desde ella = efiencia que mo Y gel impacto de mon e ociedad, L n an en I Tach ica de To exterior. El arte, xuplc de lo ex poriciGa ante ello eit GSnsonancia con el erg ica hegeliana y kierk pintura no objetual. Si loqueadas po! mismo tiempo l ii de Hegel, que piensa contenido, retro ica precstétcame lo asi, Heg in dala d ‘on cons aventado (co convencidn), sino 4 fente que son exigidas por éste, p pe oriedad, por sus potencia esonando nexos reales. El eto como un o de limaduras de hierro. del azce remiren no simplemente 5 te idn de los mismos, fi cual el espltitu ha equipado al mundi ra de arte no esed simplemente adhe- le medida en . nul lace debe denpacha fivamene la negated de " sen ss : Sade nas or eal 1 sexo oncrera entre la estructura de las obras y la estructura s tivas de los instintos. Descoc del arte. Para el psicosndli fiere al ob ala obra de arte misma; el hermoso modelo de un desntudo o la dulzura de unos soni dos musicales, que pueden ser kitsch, pero ta gral de la calidad artistic obra de arte sobre su contem; dor. ndonar el Ambito de la cfece la limita mediante una c igual que en conjunto el subjetivismo kantiano tiene su peso especifico en su intencién tiva, en el intento de salvar la objetividad mediante el andlisis de los momentos subjetivos. El desinterés se aleja del efecto inmediato que quiere con ado se con tan indeterminado que ya no s lo bello. La doctrina de resado es pobre a del fendmeno estético; lo reduce ente bello (que e muy dudoso en su aislamiento) o a los objetos naturales llamados sublimes. La sublimacién en k na absoluta pas6 por alto en la 0 nombre ggano, da fe honrada e involuncariamence de esta situacién. Kant separa I sentimiento estétco (y, de acuerdo con su concepcidn, virwualmente tambien al propio arte) de la facultad de apetecer, ala que se refiere epresentacién de la existencia de un ¢ con: el agrado por es de a etecer»’. Kant fue el primero en alcanzar el conocimiento Jo, de que el comp iato; Kant arrebaté el are a la ban: dad codiciosa que un nee ines estar efinido, cl ate obedece aun tabi as definiciones son tabu i bido al re es He presupern és, debid poder del tabi le peto a igencia publica. Cue Ka ‘ a, por él. No a ue Freud le diferencis del arce respecto de la facu aa r Po " la separacin de la esfera estética respecto de : mis niega. La teoria de la sublimacign ain a Kane en un hedonism correcta. No buscaba lesenfrenads, que no puede darse sin la satisfaccién individual. Correlativamente no-yo. A éste no tan en la ratea ps 0 Ia renuncia a los de adap. El pislogismo de ine somo algo que aps sasar en lo m le arranea la obra de arte. La ace tacién conformista por al psicoandlisis de la concepcién habieual Ia obra de arte como un bien cultural beneficioso esti en pregun a retrospect de actierdo con su pri nae t a ticismo de las ¢ que Cho bello. Por lo de filosofia de la his Chopin irradiaban Seis décadas a que ese intento fra palabras yoner juntas las jeccién de las Jeccién de ls p: jales nobles posibles en c juerea de loin ue en el len: blidad de adena de qu la industria cult io del fracaso © que comportarse liberaaa pai el objeta. De & jet, que se vuelve sujeto en Ta experiencia e enel La idea de libertad, que « elarte ies. se formé al hilo de! domin a - las obras de art. Cuanto mai luccién se han visto confrontadas con él por pri su optimismo teoldgico apenas secularizado, la expectativa de liber i realizada. Fl oscurecimiento del mundo acional [a irra ionalidad del arte, que es oscuro radical del arte modetno llaman, con mejor instinto 4 sos, su negarividad es el compendio de lo reprimido por la culeura esta blecida. Ahi hay que « En e vor lo seprimid, el arve asume al mismo tiempo la desgracia, el principio re tar simplemente en vano contra él. Que ¢ nila focografia de la desgracia ni la falsa felicidad, describe la posi: \n del arte actual auténtico frente a la objetvidad entenebrecida; cual quier otro arte se delata por cl empalago de su propia falsedad. Vin El arte Fancéstico, +1 arte comantico, al igual que rasgos de a uelve mortecina; esta trans a impulsa hasta la manifiest a a experiencia del otal esa soci nanecer es 0 se debe sdlo nia obra de arte pi completamente se contrae én un sistema Ui no haya sido corroida, Lo que tucede en el niicleo de la econom tido a lo existente. De las antinomias de hoy, es central la de que ¢ {la concentracién y cenralzacién que redn a y permite ure tiene que ser y quieres a xistencias independi para la estadistica profesional nds el nexo funcional re a utoy _ wid mend en la police Sise cumpliera la ucopfa del arte, habria i on adecuados a la ps arte, Hegel fue el primero en darse cuenta Goind 1 arte no puede ser sin int rn su concepto. Que no se cumpliera la profec ua nsoportable, Se lela damento paradéjico en su optimismo his 7 a al construir lo existente como si ful isma circunstancia de otra manera al indicat que la sicuaci il ; as mds all arte se afirma su otra doctrin: ia fectista pre : arte en la existencia contradictori re contra toda filosofia ° afirmativa. Esto lo demuestra la arquisectura: si ella quisiera, por b “ fo ante las fe nales y su acomodacién coral, entregarse a beet 2 fancasia desenfrenada, caeria de inmediato en lo kitsch. Igual que la vane reorfa, el arte tampoco es cap ner ropla; ni siquiera neg moe bi mediante su negatividad absolut i Ie, laut tes d stor en G en esa imagen se red ant bjetividad de las obras abominabl ce no cable a reno coinciden i alon apariencia de reconciliacidn, el n medio fe expresion a le o ireconciliado, consciencia correcta de una época en que la posbi naba a su malentendido ¢e los enunciados prot lidad real de la utopla (que, de acuerdo con la situacién de las fuer tivistas, también es a Tierra pos €l paraiso aqui y ahora, iamedia erm une en una Cum ma con la posibilidad de la cats gaaje del se 1 ka imagen de la catistrofe (que no es una copia, sino 1 arte bajo el hechizo total; como si el arte quisiera evi jurando su imagen. El tabi sobre el teloshistricc nacién de aquello mediante lo cual lo nuevo se com litica y en la punta que cl arte vuelve contra la sociedad es, a su ver, algo sa presién del social body, igual que sun progreso de las fuerzas product 1 sujeto consiguen, tant bien qu la sociedad organizad satiam de ls planificacién de una figur 1 nico que separa lo visto de tiv ambiado nada, igual es humanos estd de aac fiere de momento al concept indmica histérica n el modo induscrial le pro e durant smbiado 1 a del luccién masiv la automatizacién, El r a modernidad os procedimientos de pro no se limitan al dmbito en el que surgen inmediatamente. De un desde ahi hacia 4 de la experien iva, la cu as. Es moderna el arte que, de ac ializacién ha creado be cedimientos superados. Mas bie ica radical le jetarios de la cultura se aferean desespers i ue dice el tépico, la modernidad e peligro allé dond. vlinsies problema de z rmbio del sent ee no dialectic d wd a unidad dialer (0s estéticos por deb aistas del siglo XIX se revelaro Bau al principio es ineonsciente y cs el sedimento de las ‘ada probibicion de los fend brass en El expirisu de la utopia, y la probibicién se extiende retros. igue operando incluso en tanto que evitads, negada. A veces, el a : que evitads, negad rc palabra di in, esté mis aci de la categoria pias esta dite : mira «cco antagociatboe, Las Bormas est Tencia le pesa ala extética més que la eminiscencia Es dificil de im 3 ae pueda sot se fearon hiscricas aucdan eo vein. Fo spuee no a qc hips prohbiions uc ha ment al n indice temporal la bs obra de rido en la modernidad de tipo Cocteau) de sacar de | su figura coceificn Normas especialmente [a = bido temporalmente,presntrto como si fuer fisco Taegan de aur expose acne i Ia modernidad se converte en reaccibn, Lo que vue materiales, contra la nocién de un no categorasysoluciones preproblem a fuente fal ‘oul le concede so rar con los tritonos que él habia relegado pliacién di le un arte que no experimente, Tan crasa se ha vuelto la 7 lecida y el estado de las fuerzas pro mensién de lo simulténeo en la misica en conjunto, que habia sido degradada a un mero resul 0 irrele rualmence casual o,y el arte socialmente sin techo y2 no es se suscrajo a la musica una de sus dimensiones, la expresiva dim nada seguro de su propi inculante. Por lo elexpe: sidn de la armonia, y ésta fue una de las razones por las que se em rimento cristaliza, en tanto que prueba de posibilidades, en tipos y brecié el material enormemente enriquecido. No hay q) air 08 y es fécil que obra concreta a ejemplo de escul los erie i otros acordes del repertorio tonal; pero es u ‘uno de los mn imiento del arte moderno. Ciertamente, alguna vez vuelven a agitarse fuerzas cualita en la estética los medios y los fines; pero a lo in tora de la musica, la dimensién vertical vuelva a vestar en di ecettinetine ncemano, de acuerdo con su con cusidn» y las armonfas vuelvan a ser escuchadas y adquieran una vale cepto, los medios y h ar en vano al fin, Ademaés, durante las pecifica. Se pue 0 andlogo sobre el caatrapunco iilimas décadas se ha vuelto equivaco el concepto de experiment ar a desapar integraciGn ciega. Por supuesto, n Mientras que en 1930 todavia designaba la entativa fltrada por l redescubierta, del tipo que sea, es fa a las tendencias armoni anto se ha afadido que las obras han de contener rasgos que no sta; es ficil imaginarse cémo el deseo no menos fundamentado de 8 sersivamente) por encima de s! mismo ve no tendria que sacrificar su idea socal (cm por el sujecofio tiene por qué pens: dad de la elexin tobre [a estétc del 10F decirlo asf) quieren independiza ie hiciera entrar en conflicto con la consciencia m rt supuesto sélo Re a aed pee ce atte ps See ee nea sake dida cape de de neon ae Pe col dl conocimento que le iba tl principio de azén es deseamacaraa po la iracionalidad ee iia ons yl mamo tempo coal en rocediment El cpa’ pana katcnl eet sdues tx minora Se eee dd poem dl coficio pone el limite contra la inf nina’como p pto de la lige onstruccida, que expre odo arts id mezclada con la expresién; no para obras de expresion ache organs * oeanotde To que en ella alld de lo dado, su contenid _ inal 1 arte. También las obr d istas de Picas inrenido, que no se contenta ni co pensa a la individualidad desvalida con una impor ni con la construccidn (py mds que and an surplus de idad sobtela expresién como un ingredient —_— — —_- © an Tori enti contingente: el fragmento ¢s la parte de la totalidad de la obra que fe opone a ella se 00 Es un lugae sino que par2.¢ Pero de este me feo en tanto q) vulneracion inmanente. Su debe haber nad convertido elaborado, recepcién medi conformar un lo de Hegel Vasc wadicior Tele formal 7 Ch Kad Rovannnanz, Aether de Hache, Kongsberg, 1853. pintura holandesa del siglo xv1t. El placer anal y el orgullo del arce por asimiléselo con superioridad abdican; en lo feo capitula por impo- tente la ley formal. Tan completamente dinmica cs la categoria de lo feo, ¢ igualmente necesaria que su contraria, la categoria de lo bello. Ambas se niegan a ser fijadas mediante una definicién, como pretende manera muy indirecta. El juieio de que algo (un paisaje devastado por la industria, un rostro deformado por la pineura) es simplemente feo puede ser la respuesta esponténea a esos fenémenos, pero carece de la atutoevidencia con que se presenta. La impresidn de la fealdad de la té- nica y del paisaje industrial no estéexplicada suicientemente desde el punto de vista formal, aunque por lo demds puede seguir déndos formas finales elaboradas puramente e integras estéxicamente en el sen tido de Adolf Loos. Esa impresién se remonta al principio de violencia, delo destrucivo, Los fines establecidos no estin reconciliados con lo que la naturaleza quiere decir por si misma, aunque de manera mediada, En latécnica, la violencia sobre la naturaleea no se refljaa través de a expo- 10 que saltainmediatamente ala vista Esto lo podria cambiar un giro de s productivas tnicas que midiera a étas no sim: plemente con los fines pretendidos, sino también con la naruraleza que ahi es formada técnicamente. El desencadenamicnto de las fuerzas pto: ductivas podria, tras la eliminacién de la carencia, transcusrie en otra dimensién que s6lo el incremento cuantitativo de la produecin. Atis bos de esto se muest onde las construcdTones se adaptan a las for- mas ya ls lineas del paisaje; pero también ya donde los maceriales a par Gir de los cuales se realizaron los artefactos procedian de su entorno y se acomodaron a éste, como algunos castillos. Lo que se llama paizaje cul tur es bello como esquema de esta posbilidad. Una racionalidad que acogiera estos motivos podria ayudar a curar las heridas de la racionali dad. La propia sentencia sobre la fealdad del paisaje destrozado por la industria que la consciencia burguesa dicta ingenaamente da con una tela

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