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James E, Dougherty Robert L. Pfaltzgraff _ TEORIAS EN PUGNA __ ENIAS RELACIONES INTERNACIONALES Editor L: éa leccién Estudios Internacionales } Fe ee ake Ae peter oe Capitulo 1 ENFOQUES TEORICOS DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES En toda disciplina 1a teorfa es esencial, para la comprensién’ de los fend menos, para pensar acerca de su interrelacién, para conducir la investi- gacién y —para mencionar un objetivo m4s inmediatamente: util en. las ciencias sociales— para recomendar una accién politica sdlida. Los ‘espe- cialistas en biologia, quimica y otras ciencias exigen teorias adecuadas para que les den una direccién bien orientada a su trabajo de busqueda de curas para enfermedades tales como el cAncer: No menos importantes son los disefios teéricos en la busqueda mucho més antigua de una solu- cién para lo que, en general, se considera como, el. problema ‘central. de las relaciones internacionales: el de impedir la guerra mientras que, al mismo tiempo, se les permite a las sociedades preservar sus valores mas caros.y mejores. El tedrico de las relaciones internacionales rechaza la tendencia a. sustituir el andlisis cuidadoso por consignas, superficiales de calcomanja del tipo. de “Hagamos el, amor, no.Ja guerra”. Una, doctrina de amor, universal, si se, la practicara) universalmente, sin’ duda’ nos -Ile- varfa,,con toda probabilidad; a;una era: de paz en. la tierra, pero) seme- jante doctrina no parece a punto de ser aceptada por el grueso dela huma- nidad. Quienes. se sienten, obligados sea como miembros. del Poder Ejecutivo o legisladores,.encargados. de. tomar decisiones, econémicas, ase- sores; diplomiticos,'-especialistas, maestros, periodistas 0, votantes— a adoptar un: enfoque responsable de. los‘asuntos internacionales; .deben: ir més alld de las opiniones y consignas, a un estudio’sistematico del sistema global, Cualquiera que intentesacar ‘algin sentido ‘de Ja aparente incohe- rencia de-la escena, mundial, de manera-que los acontecimientos, separa- dos, en, lugar de-resultar,puramente azarosos, puedan seriexplicados den- tro de un modelo ordenado-e inteligible, es un teérico de corazén. Los primeros enfoques de ta teora de las relaciones internacionales Los, esfuerzos por teorizar, acerca de las naturaleza de las relaciones en- tre. los estados son bastante viejos; algunos de hecho se remontan’a la antigiiedad en Ja India, China y Grecia. Si bien las reflexiones de’ Platén y Aristételes sobre el tema son bastante esquematicas, el historiador de la antigua Grecia, Tucidides, escribié un tratado clasico, Historia de la Gue- rra del Peloponeso, que cualquier estudiante de relaciones internaciona- les todavia puede leer con provecho.! Fl principe de Maquiavelo, un pre- cursor del moderno anilisis del poder y del sistema de los estados, ponfa: ul 12 ~ Enfoques tedricos de las relaciones internacionales el énfasis en una ciencia “libre de valores”, del trazado de politicas ¢, riores y del arte del manejo del Estado? De Monarchia de Dante se ats virtié en uno de los primeros y mAs poderosos Ilamados de la bibliog” fia politica occidental a una organizacién internacional capaz de has® cumplir Ia paz.) Otros tempranos defensores de una confederacién o rd de naciones-estado fueron Pierre Dubois (abogado y autor de panfleio, politicos francés de fines del siglo x1v y principios del xv), Emeric he (monje francés de fines del siglo xvr y principios del xvst), el Duc de Suni, (ministro del rey Enrique IV de Francia), William Penn, el Abbé de Sainy Pierre (publicista francés y reformador teérico de fines del siglo xv1y i principios del siglo xvii), JeanJacques Rousseau, Jeremy Bentham % Immanuel Kant‘ A pesar de estos escritos clasicos, no se produjo ningiin desarrolio sistemdtico comparable al de Jas teorfas polfticas internas del Estado en el campo de la teoria internacional antes de la Primera Guerra Mundial Martin Wight ha sefialado que si por!“teorfa internacional” aludimos a una “tradicién de especulacién acerca de Jas relaciones entre los estados, una tradicién pensada como gemela de Ia especulacién acerca del Estado a Ja que le corresponde el nombre de ‘teoria politica’”, semejante tradi. cion no existe Wight sugiere que una explicacién de esta ausencia es que desde Grotius (1583-1645), el jurista y estadista holandés, y Pufendorf (1632-1694), el jurista ¢ historiador alemAn, casi toda la especulacién acer- ca de la comunidad internacional cayé bajo el encabezamiento de’ derecho internacional: Sefiala que la mayoria de los escritos sobre relaciones entre los'estados antes de este siglo estaba contenida en Ia bibliografia politica de los escritores centrados en’ la paz, como los antes citados; enterrado ‘eri los trabajos de los historiadores; enclaustrado en las reflexiones peri- féricas de los fildsofos 0 albergados en discursos, despachos y memorias de estadistas y diplomaticos. Wight lega’a la conclusién de que en la tra- dicién politica cldsica, “la teoria internacional, 0 lo qué hay de ella, esta dispersa, es no sistematica’ y en’’su mayorfa resulta inaccesible para el Jego”, tanto como es “en’gran medida rechazante e intratable en su for- ma’é La tinica teorfa que inspiraba el pensamiento de la época —y era una teorfa en cierta forma’ mds cara a los diplomaticos profesionales que universitarios— era la del equilibrio de poder. Por cier- a los especialistas ser axiomas de sentido comin, to, era una recoleccién de lo que parecian més que una teoria rigurosa. é El perfodo de la historia europea que va de 1648 a 1914 constituye Ta edad de oro de la diplomacia, el equilibrio de poder, las alianzas y el dere- Iitico se centraba en el cho internacional. Casi todo el pensamiento po estadonacién soberano: los orfgenes) funciones y limitaciones de los pode- res gubernamentales, los derechos de Jos individuos dentro del Estado, las éxigencias dé orden’y los imperativos de la autodeterminacién y Ia in dependencia nacional. El orden econémico, de manera simplista, se enten- ia como algo separado de la politica ¥y las politicas internas derivadas del arte de Ia diplomacia. Se esperaba que los gobiernos promovie™ y protegieran él comercio, pero 0 que'lo regularan. Diversas ramas del per samiento socialista buscaban avanzar en nuevas direcciones, pero Ios socia- listas, a pesar de su profesado internationalismo, realmente no produjeron Enfoques tedricos de tas relaciones internacionales ~ 13 una teoria internacional coherente, Postularon una teorfa del imperialismo tomada en gran parte de John A. Hobson (1858-1940), el economista bri- tanico, y en consecuencia derivada de una teorfa econémica oriunda de los estados capitalistas.” Hasta 1914, los tedricos de las relaciones internacio- nales casi uniformemente suponian que la estructura de Ja sociedad in- ternacional era inalterable y que la divisién del mundo en estados sobe- ranos era necesaria y natural.’ El estudio de las relaciones internacionales consistfa casi enteramente en la historia diplomatica y el derecho i ake més que en la investigacién de los procesos del sistema inter- nacional. Los enfoques modernos de la teoria de tas relaciones internacionales Cierto impetu tendiente a un estudio serio de las’ relaciones internaciona- les se produjo en nuestro pais cuando Estados Unidos emergié como po- tencia mundial, pero las ambigiiedades de la politica exterior norteameri- cana, junto con la tendencia' hacia el aislacionismo durante las décadas de 1920 y 1930, impidieron el desarrollo de las relaciones internacionales como una disciplina intelectual. Se desarrollé una dicotomia entre los idealistas intelectuales, que compartian la visién de Woodrow Wilson de la Liga de las Naciones, y los politicos que, sintiendo presiones en favor de un “retorno a la normalidad”, bloquearon Ja entrada de ‘Estados Uni- dos en la organizacién mundial. Los norteamericanos exigfan un orden mundial moral y pacifico, pero no estaban dispuestos a pagar el precio. Esta dicotomia entre impulsos nobles y tendencias hacia el aislacionismo se vio claramente reflejada en el Tratado Kellog: riand) de 1928, que “deslegitirnaba” la guerra a través de una declaracién moralista, pero no suministraba ningtin medio adecuado para’ hacerlo cumplir? Durante una década o mas después de Versailles, los dos enfoques mas populares de Ja ensefianza de los asuntos mundiales en las universidades horteamericanas inclufan cursos de acontecimientos actuales y cursos’ de derecho y organizacién internacional. Los cursos de acontecimientos actua- les estaban disefiados mds para promover la comprensién internacional que para aplicar metodologias de ciencias sociales con 'provecho.” Los cursos de derecho internacional subrayaban las discrepancias entre las obligaciones formales de los estados (especialmente los miembros de la Liga) y su conducta concreta en una era de lucha entre potencias ansiosas por preservar el statu quo internacional y/aquellas decididas a transfor- marlo.!t Mientras algunos especialistas ingleses y norteamericanos de este pe- riodo entre las dos guerras mundiales se concentraban en el estudio del derecho y Ja organizacién internacional, otros buscaban evaluaciones mas dindmicas, y abarcadoras de fuerzas y acontecimientos en las relaciones entre los estados. Los historiadores diplomaticos de primer nivel busca- ban las “‘causas” y los “orfgenes” de la Gran Guerra de 1914-1918. Otros historiadores exploraban el fenémeno del nacionalismo, durante mucho tiempo considerado (hasta hoy) como la fuerza politica’ mds potente del mundo moderno,’a pesar del advenimiento de ideologias universalistas.8 14 ~ Enfoques tedricos de las relaciones internacionales Apaiecieron escritos especializados en diversas éreas — guridad, guerra y desarme;" imperialismo, aisiommclaqaniee ss de se. el equilibrio de poder; los aspectos geogrAficos del poder mundit ot” se apoyé en el trabajo de Alfred Thayer Mahan y Sir Halford Mackin t¢® tratado en el Capitulo 2);!8 la historia de la teorfa de las relacionee nacionales; y los factores econémicos en las relaciones internacien Por ejemplo, Sir Norman Angell, uno de los escritores britanicos mans lificos de este tiempo y recipiendario del Premio Nobel de la Par de oc sugirié que la guerra ‘entre estados altamente industrializados ete ejercicio futil, porque el comercio libre habfa hecho surgir una incr” pendencia sin precedentes, que a su vez hacia esencial la cooperacién fice nacional para su bienestar individual y colectivo. Un conjunto de tans parciales' estaba en proceso de desarrollarse. Muchas de éstas lue cee convirtieron en elementos de esfuerzos mas abarcadores tendientes 4 face sintesis a posteriori de la Segunda Guerra Mundial. — EB) H. Carr'y ta crisis de la politica'mundial Para los afios treinta ‘habia un creciente reconocimiento entre los profe- sores de relaciones internacionales de Ja brecha existente entre los “uto- pistas’y los “realistas’, Eli‘clima académico posterior’ a la Primera Gue- rra'Mundial‘hizo que’ fuera’ conducente ‘para los'utopistas’ preocuparse por lo$medios ‘de impedir’ otra’ guerra. En consecuencia, esta tarea’ impulsé el estudio serio de “las relaciones internacionales. Ningtn especialista de dicho perfodo 'analizé de’ manera mas'aguda que Edward Hallet Carr en surcelebrad6’ trabajo, Jas ‘diferencias’ filoséficas ‘entre utopistas y realis- tas. Este, ‘si’ bien publicado ‘en’ 1939, no tuvo'su efecto en Estados Unidos hasta después’ dela’ Segunda Guerra’ ‘Mundial.“La mayoria de los anilisis comparatistas siguientes! Se-remiten claramente a dicho trabajo. »»-Carr vefa a los utopistas, en’ su'mayoria, como a descéndientes inte- Jéctuales del optimismo iluminista’ del! siglo: xvm1,’ ¢l liberalismo del glo’x1x y'el idealismo: wilsoniano del siglo xx. El utopismo-esta estrecha- mente asociado’con ‘una’ tendencia ‘distintivaménte “anglo-norteamericana a)suponer que los estadistas disfrutan ‘de amplia libertad: de eleccién en el trazado ‘de la ‘politica exterior.” Echados a perder por un cierto fari- sefsmo, los utopistas” se” aferraban ) a” la ‘creencia: de que* Estados Unidos habfa entrado:env la Ptimera Guerra Mundial como un adalid desinteresado, inclusive remiso, de la! moral’ internacional, Subrayando cémo deberia comportarse la gente en sus relaciones internacionales mds que como se comporta de:hecho, los utopistas norteamericanos desdefiaban la politica del equilibrio. de poder (histéricamente' identificada con Europa), los ar mamentos nacionales, el uso de’ la fuerza en los asuntos internacionales y los tratados secretos de’alianza que precediéron a la Primera Coe os dial: Por éontraposicién, subrayaban los derechos y» obligaciones lee” ©” internacionales, la armonfa’ natural del interés’ nacional —que Dee la “mano invisible” de-Adam Smith #— como! reguladora de la Pe it cién de la paz internacional; una fuerte confianza en la raz6n en oe ‘del tos hiimanos y la confianza’en’ la funcién’ de preservador de la: p’ E infoques tedricos de tas relaciones internacionales ~. 15 “tribunal mundial de rps ae dian a adelitequecel are Ptiblica’”. (Los utopistas, por cierto, po- GEMMA MAGIA Aas deere ete oe ae El'utopismo en la ee ee en su enfoque.) el presupuesto, tomado del Tlu le las relaciones internacionales se basa en fiicié| dél'entomo} configura: intent del siglo xvii1, de que las circuns- pueden ser alterados Seth eS s la conducta humana y que tales factores agudo contraste con la teorta one transformar la conducta humana. En jos utopistas sostienen que la h alista, que se discutira en el Capftulo 3, EAE mines perfectible, o al menos capaz formado por el desarrollo de maclonaty el entorno politico puede ser trans- NuAbHee olla Nadhce toe instituciones tales como la Liga de las de conducta, el cobiporisaneh ie a través del establecimiento de normas les patrones se planteen a politico puede cambiarse, Una vez que ta- erate cede tel eae crear electorados educados y un nién. publica eke pry eneeens que puede esperarse que la opi- BEE racionales, Més atin, capital Tesieriotiniyshdenia eee tc susie de una armonfa de interés en la TEMES RGR ore estado-naci6n, basado en. el interés eainudseburiel detle ee ico. El interés més, alto, del. individuo eadmareseecidite cite sie general. Si los estados no han_abra- Reignea lattes eal acres noi respondido a la voluntad vos (un mundo que se ha vuelto segu) Core aoerae representa eae eal suena la democracia, en palabras motivo, un dogma principal de Ja teorfa utd Bs ae Dee nacional; Silos pueblos:son: libres de ele; snlanfor nudes ane la cual qiiieren vivir, elegirén formas’ re Seen See eee siedobeestereadielgiercoingeosaconnsen! ealizacl6 Frohne io ‘dain hasn iermnlo mantic, para la lizacién de la_armonia. El utopismo se ‘planted en ut eaanict ; cr te nt hata pnb tf, a ciones internacionales “surgieron’ de ey y-el propésito sabrumador ee Eat ere SP Saas aS nueva’ ciencia era:impedir la recurrencia de esta enfer ealeenrle sede politico internacional’. La \destruccién, producida’ ea: fee Mundial fue Jo. que llevé ademés.a la busqueda de ee ee aUS TD internacionales’ en Ja forma del Acuerdo de: la,Liga. de 1 See ee marco de seguridad colectiva establecido, por jal eaidoniaannipal crear sel de Carn, se dice qué el:deseo es el padre del pensamiento eeanosrar eas que un urgente deseo por abolir Ja.guerra o reducir su p od Beuesaree Un configuré la, aproximacién a la teorfa de las’ rel pms aces aes les. |En--esteestadio; inicial;, el) fino la :teleologia *' Sop ge aad el:pensamiento”.:En consecuencia, afirnia canal ore ae 5 eee miento! de. un nuevo ‘campo, de investigacién, el ae a peltee tayo pésito es abrumadoramente fuerte, y Ia ttendencia.a: analiz; hi Se Gios, débil-o inexistente’’ Tal es la-perspectiva que-guis ere Jas-relaciones internacionales: en: Jas,décadas) Geers santo ae guerras.-mundiales,| éspécialmente en, Estados: Unidos. eee Gran-Bfetafiar Elpunto des vista dominante,consist{a.:en addptat lo, que: 16 ~ Enfoques' tedricos de las relaciones internacionales era internacional y rechazar lo que era nacional, y evaluar los aconteci cNentos del dia segiin el nivel en el que se adecuaran a los patrones cae biocides por las normas Iegales internacionales y la Liga de las Nason ‘Asi surgié una literatura especial, altamente normativa en su contenido, cuyo propésito era, tal como se establecia en el prélogo de uno de tales Solamenes de G. Lowes Dickinson: “Diseminar el conocimiento de ise hechos de las relaciones' internacionales ¢ inculcar la forma internacional mds que la nacionalista de considerarlos... pues el mundo no puede ai Zalvado por gobiernos y clases gobernantes. Sdlo puede ser salvado re tn ereacién, entre los pueblos del mundo, de una opinién publica tal que no pueda ser engafiada por una mala interpretacin ni levada a posicio. nes erroneas por la pasion” Ademés de Dickinson, la lista de contribu. yentes a esta bibliografia utépica inclufa a Nicholas Murray Butler, Ja. Mes T. Shotwell, Alfred Zimmern, Norman Angell y Gilbert Murray, En la medida en que la Segunda Guerra Mundial se aproximaba, la brecha entre la teorfa utdépica y los acontecimientos del momento se en- sanchaba. Los fracasos de la Liga de las Naciones en los afios treinta arrojan dudas acerca de la armonia de interés en Ja paz, que parecia ade- cuarse mas a los intereses de las potencias satisfechas del statu quo,'que Stas necesidades notorias de Ios estados revisionistas ‘que buscaban cam- bios de fronteras, una posicién més importante y un mayor poder y, especialmente en el caso de la Alemania nazi, la venganza por Ja humi- Jci6n del acuerdo ‘posterior ala Primera Guerra Mundial impuesto por el tratado de Versailles. Contrariamente al presupuesto utépico, la auto- Geterminacion nacional no siempre producia gobiernos representativos. Por el contrario, el derrocamiento del viejo orden monérquico dio. surgi- qnienito, en muchos lugares, Rusia’ incluida, a un Estado totalitario atin més generalizado. El mundo no:consistfa principalmente oo estados que vamatan la paz, basados en Ja realizacién de tna armonia internacional de interés en la paz. Por el contrario, cada vez mds los agentes principales abrazaban ideologias como el fascismo y el comunismo, unidos, por ejem- plo, en’el infame Pacto Molotov-Ribbentrop’ de agosto de 1939 entre la Unién Soviética y la-Alemania nazi, que dispuso el escenario para la inva- si6n’nazi a Polonia, el estallido de la Segunda Guerra Mundial, la divisién de Polonia y la absorcién de Jos estados balticos en’ Ja Union Soviética, ducta internacional plantea- todo en contravencién de los patrones de con s estados que de manera mds fuerte encarna- dos en la teorfa’utdpica. Lo: ban la teorfa utdpica y eran sus centros intelectuales, fueron Jos que mas cortos se quedaron respecto de sus preceptos. Estados Unidos habia recha- ‘al internacionalismo y se habfa negado @ zado’ el) llamado ‘wilsoniano unirse ala Liga de las Naciones, revirtiéndose por el contrario hacia el Aislacionismo, En Gran Bretafia la carniceria’ de la Primera Guerra Mun- dial, que habia tenido como resultado la pérdida de gran parte de una generacién de hombres, generé un pacifismo: cuyo efecto fue restringir, én gran medida, cualquier capacidad de aplicar la fuerza necesaria den- tro o fuera de la Liga de las Naciones contra los estados expansionistas Hae Ja Alemania nazi o la Italia fascista, tanto como el Japon imperial, hasta el principio de la Segunda Guerra’ Mundial. Este fue el escenario internacional que 'mareé Ia declinacién de la fase utépica y suministré un Enfoques tedricos de las relaciones internacionales ~ 17 terreno intelectual fértil para la revalorizacién y reformulacién! de una teoria realista de ‘las relaciones internacionales, discutida en el Capitulo 3. Los realistas, en contraste con los utopistas, subrayaban el poder y el interés, mas que los ideales, en las relaciones internacionales. El rea- lismo es basicamente conservador, empirico, prudente, sospechoso ante los principios idealistas y respetuoso de las lecciones de la historia. Es mas probable que produzca un enfoque pesimista que uno optimista de la politica internacional. Los realistas consideran el poder como el concepto fundamental de las ciencias sociales (tal como la energfa en la fisica), si bien admiten que las relaciones de poder a menudo estén encubiertas en términos morales y. legales. Mas atin, critican a los utopistas por preferir Jas metas visionarias al andlisis cientifico. Para los realistas, las apélaciones a la raz6n ya la opinién publica han demostrado ser, lamentablemente, débiles apoyos para mantener Ja paz en los afios treinta; por ejemplo, no salvaron a Manchuria y Etiopia de Ja agresién. Asi, si bien los idealistas esperaban un cambio que permi- tiera el desarme, los realistas subrayaban la seguridad nacional y la nece- sidad de la fuerza militar para apoyar la diplomacia. « El argumento:que:opone el utopismo’ al realismo‘es clasico. “El and: lisis de Carr de esta dialéctica’ sigue’ siendo: oportuno: “El sentido ‘mas profundo de Ja crisis! internacional moderna”, afirmaba, “es ‘el colapso; de toda la estructura del utopismo basado én el concepto de la armonfa de in= tereses” En su opinién, la moral internacional de los afios de entreguerra simplemente justificaba los intereses de las ‘potencias dominantes esta- blecidas, angloparlantes, de’ los’ satisfechos frente a ‘los ‘insatisfechos, de- Jos “que tienen” frente: a los: “que no tienen”. Carr, un pragmatico, cen- suraba a utdépicos y realistas, Veia:que mientras los utopistas ignoran las: Jeccioneés de la historia, los realistas a ‘menudo een la historia de forma. demasiado ‘pesimista. ‘Mientras los idealistas exageraban la ‘libertad de eleccién, Jos realistas ‘exageraban la causalidad=fija y‘cafan en ‘el ‘deter= minismo. Mientras’ los idealistas podian confundir el interés nacional com Jos: principios morales‘ universales, el realismo’ corre'el riesgo del cinis- mo y ““fracasa’ en.:suministrar’ ‘cualquier: terreno para'las acciones con fines y sentido”, es decir, el realismo niega que el :pensamiento humano modifique la accién humana. El fin precede a la observacién; la visi6n de un Platén viene antes que el andlisis de un Aristételes. ‘La visién inclusive puede parecer totalmente irreal. Carr cita a los alquimistas que intentaban: convertir el plomo en oro, sefialando que cuando su proyecto visionario fracas6, empezaron a analizar los “hechos” con mas cuidado, dando naci- miento asi a la ciencia moderna” Llega a Ja conclusién de que las teorfas polfticas sélidas contienen' elementos de utopismo y realismo, de poder tanto como de valores morales.”

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