You are on page 1of 50
Agrupar o dispersar: proyectos de ciudad y de conjuntos Si las actividades y las personas se agrupan, es posible ~como ya se ha dicho~ que los acontecimientos individuales se estimulen rmivteamente, Los participantes en una situacién tienen la opo! funidad depresencias offos acontecimientOs y participar en ello Asi puede comenzar tn proceso que se refuerza a si mismo En este apartado y los tres sucesivos, la atencién se centra en sna serie de decisiones de proyecto que influyen en la agrupacién 0 dispersién de personas y acontecimientos. Se trata de un andli- eal de algunos aspectos que han de considerarse para pro- porcionar una base al di a sea la meta la agrupacién o la dispersién. Ambos objetivos, se atin las circunstancias, son igualme Por tanto, el marcado énfasis que se hace a continuacién en los problemas de la agrupacién no significa que agrupar deba intentarse en cualquier circunstancia. Por el contrario, en muchos casos hay buenas razones para no hacerlo; por ejemplo, 0 qui para asegurar una distribucién mas uniforme de las actividade amplios de la ciudad, 1» para estable cer unos espacios apacibles y tranquilos como complemento de atlas, andes funciones y personas que puede encontrarse en muchas ciudades ejemplifica lo que es, en muchos aspectos, ii eOnCED fraciénldesacertads. Con menos podria valer, sin duda. ‘Con todo, el énfasis se pone en los problemas de la agrupacion micntos que dispersatlos, y en parte porq. Siege UeSieeY lo de la sociedad y el dogma urbanistico han establecido une fuerte inclinacién hacia la dispersin de personas y conte) ‘mientos, tanto en las nuevas zonas urbanas como en las antiguas. Es de fundamental importancia reconocer que no son los ed cios, sino las personas y los acontecimientos, lo que es necesario agrupar. Conceptos como el indice de ocupacién del suelo y la rT alas grand modiana y pequetia AGRUPAR © DISPERSAR 95 cdificabilidad no dicen nada coneluyente sobre si las actividades humanas estin adecuadamente concentradas, Proyectar los edificios en relacién con dimensiones humanas crucial: hasta dénde se puede llegar a pie desde wn punto determinado, y cuanto se puede {conjuntos edificatorios “densos y bajos’, con un gran ntimero de fasas colocadas en torno a un intrincado sistema de caminos no suponen automiticamente una notable concepsgagion de activi dad, nj siguicra cuando la edificabilidad es alr ario, la calle de un pueblo, con sus dos filas cont rnuas de ¢asas orientadas hacia la propia calle, representa uns Sgrupacion de actividades clara y congruent. La colocacion ce los edificios y la orientacion de las entradas con respecto a los re corridos peatonales y las zonas de estancia en el exterior son fac tores determinantes a este respecto. En la practica, el hecho de que el radio de accién habitual para la mayoria de la gente que va andando esté limitado a 400-500 metros por recorrido [biblio, 6] y el hecho de que las posibili des de ver a otras personas y el desarrollo de los acontecimientos estén limitadas a una distancia de entre 20 y 100 metros, depen: diendo de lo que haya que ver, plant exigencias muy impor. tantes sobre el grado de concenteacién, Para que sea posible ver a otras personas y acontecimientos desde casa, 0 tras un corto paseo de poco mas de medio kiléme tro, y llegar a pie a los servicios més importantes, las actividades y las funciones debe agruparse necesariamente con mucho cuida. do, Unas cuantas funciones triviales que exijan mucho espacio ¢ a distancia ligeramente excesiva bastan para convertir una ex periencia enriquecedora en otra deficiente En pocas palabras, es sumamente necesario tener mucho cui dado con cada metro de fachada o de recorrido peatonal. Los problemas relativos a la agrupacién o dispersién de personas ben analizar en un amplio contexto de proyec to. Las decisiones de escala grande (los proyectos regionales y ur- y actividades s banos), de escala mediana (los conjuntos de edificios) y de escala pequefia estén indisolublemente unidas. $i no se cumplen los re quisitos para que haya espacios piblicos que funcionen razona: blemente y se usen bien, mediante decisiones en el nivel primario del proyecto, cificilmente existiré una base para trabajar a escala pequefia, Esta interrelacién es muy importante porgite, en todos el entorno inmediato~ es donde cada los casos, la pequefia escal comadas en todos los alla en favor de la alta c ciudades y los conjuntos edificatorios se debe ganar en la escala niveles de proyecto. La bs idad en las car el éxito a este am bito se deben hacer en todos los niveles de proyecto. Aroparo dispersae a cscala grande Agrupar o dspersr Inetcala mediana La ciudad que es una plaza dispersién efectiva di no aisladas, con una estructura urbana funcionalmente segregada gue depende del automévil como medio de transporte entre las partes. La dispersién de acontecimientos y personas es un fen6: meno habitual en casi todas las zonas suburbanas del mundo en claro, en el que los espacios paiblicas son los elementos mas im portantes de la planta de la ciudad, y donde todas las demas fur ciones se sitiian, convincentemente, a lo largo de las calles y dar do aeellas, Este tipo de estructuras urbanas se puede encontrar en casi todas las ciudades antiguas y, més recientemente, se estin volviendo a afianzar en los nuevos proyectos de las ciudades eu ropeas. La ciudad nueva mas reciente de Suecia, Skarpnack [bi blio. 46], al sur de Estocolmo (véase la pagina x00), es uno de los arios ejemplos de esta interesante evolucién, donde las calles plazas se han convertido otra vez en los el En la escala mediana ~en los proyectos de conjuntos de edificios las personas y las actividades se dispersan cuando los edificios es n situados a grandes distancias unos de otros, y con las zonas de entrada y las viviendas orientadas sin relacién entre si. El mo- delo es habitual en las zonas de viviendas unifamiliares tradicio nales y de bloques de pisos aislados funcionalistas. En ambos ca sos se produce un maximo de conexion mediante aceras y senderos, con superficies abiertas sobredimensionadas y la conse cuente disminucién de las actividades exteriores, A la inversa, las personas y las actividades se pueden agrupar colocando cada uno de los edificios y las funciones de manera que clsistema de espacios piblicos sea lo mas compacto posible y que las distancias de la circulacién peatonal y de las experiencias sen: soriales sean lo mas cortas posible. Este principio puede encon: trarse en casi todas las zonas anteriores a 1930 y cada vez més en cconjuntos recientes, En su forma més simple y ordenada, también se puede encontrar en ciudades pequefias en las que todos los edi ficios se agrupan en torno a tina plaza. San Vittorino Romano, al este de Roma, y Tel en la Repiblica Checa son ejemplos tempranos de esta forma edificatoria. Los pa: ralelos modernos incluyen recientes conjuntos residenciales en ra cimo y una serie de cooperativas de viviendas en Escandinavi La ciudad que es una calle AGRUPAR © DISPERSAR 99 Este principio organizativo se puede rastrear a lo largo de la historia, desde los campamentos tribales tradicionales a los ¢ pings contemporaneos, Los edificios, las entradas, las tiendas, eteétera, se ageupan en torno a un espacio piblico y se vuelven unos hacia otros como los amigos alrededor de Los conjuntos de edificios organi, cen torno a una plaza se caracterizan por tener un ntimero limitado de habitantes. Cuan- do la poblacién se hace muy grande, no hay bastante sitio para sntener unas di- todos alrededor de la plaza, sies que ésta ha de 1 ‘mensiones que permitan la agrupaciGn visual de las actividades. En esta situacién, la calle flanqueada por edificios bajos se con- vierte en la forma organizativa natural como consecuencia I6y de las limitaciones del movimiento humano y de un sistema sen- sorial orientado frontal y horizontalmente. Cuando las activida ds se agrupan a lo largo de una calle, cada persona puede saber lo que esta pasando en la zona dando tan s6lo un paseo corto, Este principio edificatorio se encuentra en su forma mas senci en torno a una sola calle. Ya se han mencionado los pueblos tradicionales que crecieron a lo largo de lla en las ciudades construid: una calle principal. Un ejemplo reciente de ciudad construida se rdsakra, en Eslov (Succia), por el arquitecto Peter Broberg [biblio. 13]. En Gardsak proyectada a, todas, puiblicos y las atin este principio es G las viviendas, las entradas, la escuela, los edificios oficinas y talleres incorporados se agrupan a lo largo de una ca llc, El principio de crear una estructura lineal ha hecho posible, a calle dispo en este caso, q ga de una cubierta de videio para asegurar la proteccién climética durante todo el aflo. Esta estruc- tura de conjunto, concisa y orientada a la calle, se ha uso también ‘ciudad’ se convierte en una calle con casas a lo largo de ella, con una estructura mas diferenciada que incluya calles mayores, calles laterales, plazas principales y secundarias, tal como se ha- llan en las ciudades antiguas Este principio se encuentra algunas veces en zonas suburbanas ¥ en conjuntos edificatorios funcionalistas. Por lo general, sin em bargo, es en esta modalidad diluida y dispersa donde las ‘calles enormes zonas abiertas, anodinas y sin gente, De esta manera, las ictividades aisladas se han dispersado en el tiempo y en el espa- cio debido al sobredimensionamiento y la innecesaria duplica- cidn y extensidn de las carreteras de acceso. No es la ausencia de tulacién peatonal y de residentes lo que ha impedido el esta dispersos en vez de una red de calles mas concentrada, como la que hay en las ciudades antiguas, En toda la historia de los asentamientos humanos, las calles y las plazas han constituido los elementos basicos en torno a los cuales se organizaban todas las citidades, La historia ha de trado las virtudes de estos elementos hasta tal punto que, para dera esencia del fenémeno ‘ciudad’. Esta sencilla relacién y el uso légico de las calles y las plazas ~calles basadas en el trazado lineal del desplazamiento del ser humano y plazas basadas en la capa cidad del ojo para inspeccionar una superficie~ se han adoptado de nuevo en los iiltimos afios. Los proyectos y estudios tedricos de Leon Krier [biblio. 29, 30 y 31), las nuevas éreas urbanas de Robert Krier en Berlin [biblio. 34], la nueva ciudad de Alm Holanda y las nuevas ciudades escandinavas como Skatuddi Helsinki, y Skarpnick, cerca de Estocolmo [biblio. 46], apuntan a un interesante renacimiento de los principios ya comprobados de las ciudades construidas en torno a calles y plaz ; Agrupar 0 dspersa: lnvscala poqucia En la escala pequeiia ~en el disefio de espacios exteriores y las fa chadas adyacentes- es preciso elaborar un proyecto cuidadoso y detallado de los clementos que generan y sustentan la vida entre los edificios. Cada una de las funciones y las actividades deberian o por caso, y habria que asignarles un frente de ca- Ile segsin su valor como ateacciones y su importancia para el fun: ado en el limitado radio de cionamiento del espacio exterior. Ba accién y del modesto alcance sensorial de una persona, el diseiio de cada metro de calle o fachada y cada metro cuadrado de pla En la escala pequefa, la dispersién de las actividades en el cio se puede lograr sobredimensionando las superficies para po gente © pocas actividades. Ejemplos de ello son las calles peato: les de veinte, teeinta y cuarenta metros de anchura, las plazas con una longitud y una anchura de cuarenta o cincuenta hasta se amaiio modesto. No senta metros en conjuntos residenciales d sélo hay una gran distancia entre las personas situadas a un lado y otro de esos espacios, sino que la posibilidad de que quien los atraviesa experimente a la vez lo que pasa a ambos lados practi tratar de agrupar los acontecimientos di las calles como las plazas de manera realisca, A la inversa, se pued en relacién con el aleance de los sentidas y el mimero de personas ue es posible suponer que usaran los espacios. La distancia habitual entre los puestos de un mercado 0 unos grandes almacenes es de 2 a 3 metros, una medida que permite la circulacién peatonal, el comercio frente a frente y una visién cla- a ambos lados, En Venecia, la anchu ra media de las calles es de 3 metros largos, una dimensi6n que ra de los articulos situad proporciona espacio para un flujo de circulacién peatonal de en: renta y cincuenta personas por minuto. El hecho de que la intensidad de la experiencia aumente tam- bién debido al tamafio reducido, ser con frecuencia un incentivo io cuidadoso de los espacios. Casi siempre es mAs interesante estar en espacios pequefios, donde se adicional para el dimensiona pueden apreciar tanto el conjunto como los detalles: asi se tiene lo mejor de los dos mundos. Venecia y otros lugares con calles muy estrechas no deberian atilizarse necesariamente como modelos directos de nuevas ca- Iles, pero sirven para subrayar el hecho de que muchos espacios de nuestras ciudades modernas son de un tamaiio exagerado. Es como si los urbanistas y los arquitectos tuviesen una fuerte ter dencia, siempre que les asaltan las dudas, a poner algin espacio extra, por si acaso, reflejando asi la incertidumbre general con respecto al manejo adecuado de las dimensiones y los espacios pe quis. Ante la duda, quitemos algo de esp En los paises del norte de Europa, el clima plantea problemas di- ficiles con respecto al dimensionamiento de los espacios exterio- es, Espacios pequefios con edificios altos significan t pacios oscuros y sin sol. En el sur de Europa, resulta razonable Juz-como el sl son cualidades muy valiosas. Sin embargo, ¢s po sible combinar el deseo de uz y sol con un espacio de tamatio mo- desto en el que la gente pueda se. Una posibilidad es aterrazat los edificios; otra es con pacios pequefios dentro de otros grandes. Los espacios de las calles con hileras de arboles muestran el valor de ese principio de unos espacios pequefios den: tro de otros a andes. Andlogamente, los patios delanteros de las asas en hilera aseguran tanto unos amplios espacios llenos de sol como una calle intima razonablemente estrecha, Espacio Agrupar o ds Tange de en las calles d pec pune Agruparo dspersar: El discfio de fachadas o superficies contiguas también ofrece po alo largo dela fachadasibilidades para influiren la concentracion de las actividades ¥ la intensidad de la experiencia para quienes pasan por las aceras. La concentracién de las actividades depende de las zonas de inter le y la fachada, y de das y otras funciones, lo que cambio activas y poco espaciadas entre la las distancias cortas entre las er contribuye a activar el en Edificio visitantes significan una dispersion efectiva de los acontecimier no piblico. indes con fachadas largas, pocas entradas y pocos tos. Por el contrario, el principio seria hacer piezas estrechas ‘muchas puertas. Agruparo dspesar alo Sih largo dela fachada: las calles de la ciudad que les de la ciudad, sélo las entradas a los grandes edificios, empre par, en ver de dispersar, las actividades en las ca sas, bancos y oficinas deben estar, naruralmente, en la fachada la zona piiblica La vida de la calle se reduce drasticamente cuando las piezas andes. En muchos sitios, se puede ver cémo la vida en las calles ha disminuido rad pequefias y activas son sustituidas por calmente cuando gasolineras, concesionarios de coches y aparca mientos han creado agujeros y vacios en el tejido de la ciudad, 0 cuando se trasladan alli piezas pasivas como oficinas y bancos, los Por el contrario, existen ejemplos de disefio cuidadoso e ‘que no se aceptan agujeros ni vactos, z se sitian detras o encima de las pequefas a Io largo de la facha: da, Sélo las entradas a todas las funciones y las actividades mas " interesantes ocupan espacio en la fachada. Este principio queda patente, por ejemplo, en los cines, donde sélo se colocan en la ca~ SS - _ le La entrada con la taquilla y los anuncios, mientras que la sala propiamente dicha esta bien escondida en algin sitio por detras. Esta deberia ser la solucién habitual cuando hay que situar ban: cos y oficinas en las calles de las ciudades. Para contratrestar el problema de las fachadas aburridas y mortecinas, muchas ciudades danesas han aprobado ordenanzas de edificacién a fin de restringir la implantacién de baneos y oft- cinas al nivel de la calle. Otras ciudades danesas han permitido con mucho éxito, que los bancos y las oficinas se sitvien en las ca Iles, pero siempre que el frente de fachada no exceda de cinco me No es de extrafiar que la préctica de dar a cada pieza una fa chada lo més estrecha posible se aplique en todos los nuevos cen- tros comerciales suburbanos, Sabiendo que en general los pea ar mucho, los proy icamente frentes estrechos, de manera que comerciales usan [6 haya sitio para la mayor cantidad posible de tiendas en el tramo de calle mas corto posible Aplicar el principio de las parcelas estrechas y profundas jun- .0 con el uso cuidadoso del espacio frontal evita el problema de los ‘agujeros’ y las ‘superficies sobrantes’, siempre que los edifi- cios den a las aceras y a los recorridos peatonales. Esto también cs asi en las zonas residenciales. Buenos ejemplos de este tipo de proyectos pueden encontrarse en muchos barrios tradicionales de viviendas en hilera y en una serie de conjuntos como la Siedlung, Halen en Berna, Suiza (véase la ilustracion en la pagina 94) y las zonas residenciales més recientes levantadas en las islas de Java, Borneo y Sporenburg, en el puerto de Amsterdam, Agrupar en un nivel Ademis de las opciones ya mencionadas para dispersar o agrupai pesar en varios Jos acontecimientos, también existe la posibilidad de agrupar © dispersar en uno o més niveles. El problema es muy sencill{QGQNCHviGaaes ae Genny en el mismo nivel se pueden experimentar dentro del alcance I mitado de los sentidos, es decir, dentro de un radio de entre 20 . Foo MetTOS) dependiendo de fo que haya que vers y cn esta situa ion es facil moverse entre las actividades. $i ocurre algo en un ni vel que esti a poca distancia por encima, las posibilidades de ex perimentarlo se reducen considerablemente. Trepar a un arbol siempre ha sido una buena man El problema es menos geave cuando ocurre algo en un nivel i podemos tener una buena perspectiva des. pero la participacién e interaccién amente dificiles. El efecto re ferior -con frecuen de una posicién mas elevad: siguen siendo fisica y psicol6y [biblio. 5 ido con el uso de espacios puiblicos elevados se ve cl los estudios de William H. White sobre Nueva Yor Las lineas de visién son importantes. Si la gente no ve un espa. cio, no lo utilizara.» Y con respecto a los espacios rehundidos, es cribe: «A menos que exista una raz6n convincente, un espacio abierto no debe estar nunca rehundido. Con dos o tres excepcio- nes notables, las plazas sehundidas son espacios muertos. (ye if En principio, por consiguiente, es una mala idea tratar de spar las actividades situandolas unas encima de otras en dife- s, Los puntos de observacién se pueden situar en lu- les que s grupat. Si, odo, se intenta, con frecuencia el resultado es decepcio: rnante porque las funciones situadas a distancias de entre 50 ¥ 100 metros unas de otras a lo largo de una calle se interrelacionan mas ficilmente que las funciones colocadas tan sélo 3 metros por en: cima o por debajo unas de otras. Estas experiencias se pueden trasladar, de manera significati- va, al debate relativo a los edificios bajos frente a los altos. (i cedificios bajos situados a lo largo de una calle estin en armonia con el modo en que la gente se desplaza y con Ja manera en que funcionan los sentidosy diferencia de los edificios altos, que no Modelos de proyecto sonas puedan funcionar juntas, codo con codo. La segregacion implica una separacién de funciones y grupos que se diferencian unos de otros, La integracién de varias actividades y funciones ¢ piiblicos y a su alrededor permite que las personas implicadas ac ttien juntas y que se estimulen ¢ inspiren unas a otras. Ademas, la los espacios mezcla de varias funciones y personas hace posible interpretar cémo esta compuesta y cémo actia In sociedad que nos rodea, También con respecto a este tema, lo que determina si la su perficie de contacto es monétona o interesante no es la integra cién formal de los edificios y las funcio sino la integracién real de dliversos acontecimientos y personas a uuna escala muy pequefia. Lo importante no es si las fabricas, las viviendas, los servicios, etcétera, estan situados muy cerca en los dibujos del arquitecto, sino si las personas que trabajan y viven cn los diferentes edificios usan los mismos espacios piblicos y s. La evolucién que va desde la compacta ciudad medieval, con una trama de actividades densa y entrelazada, hasta la ciudad funcio. nalista altamente especializada muestra las posibilidades de mez: clar y separar personas y acontecimientos en relacién con el pro- yeeto del entorno fisico, En las antiguas ciudades medievales, la circulacién peatonal las ventajas-e in convenientes de una estructura urbana orientada a la integraci6n. Anélogamente, el proyecto orientado a la segregacién se plas rma en la estructura urbana funcionalista, en la que el objetivo era la separaci6n de las distintas funciones. El resultado era una civ: dad dividida en zonas monofuncionales. eed Las grandes zonas residenciales ininterrumpidas, con grupos las zonas industriales, aburridas y moné- as construid: de personas como ls cen- ersitarias y las aldeas para jubilados: todos ellos son ejemplos de esa clase de zonas mono- funcionales. En estas zonas, un tinico grupo de personas, una tinica ocupa cidn, un Gnico grupo social o grupo de edad han quedado mas 0 menos aislados de! 0 de los grupos de la sociedad eso de proyecto mas racio- ones similares y una mayor tacto con la sociedad Una alternativa a estos modelos de pro: banistica mas diferenciada, en la que las r ventajas pricticas se valoren funcién por funcién, y en la que la epte s6lo cuando los inconvenientes de la agru- ventajas. Por ejemplo, tan sélo actividades industriales mas mo: ciudad gv aly Integr la escala grande se puede hacer un esfuerzo considerable par la scala grande 7 i mezclar todas las funciones que no se interfieran 0 se opongar Un plan urbanistico ori esto sefialando direcciones do a la integracién puede hacer pliadas en distintos n vez de indicar distintas furtcio- nes; 0 bien especificando los segmentos de crecimiento para los afios 2 20r5 en vez de zonas residenciales, industriales, de servicios piblicos, Un plan urbanistico orientado a la integracién también puede nidad para encajar muchas piezas pequefias en un contexto mas va universidad como una ocasién obvia para situar gran aiimero rncia y comercio. Que las antiguas das existan todavia codo con codo on las nuevas zonas monofancionales hace posible estudiar am. 108 principios urbanisticos, Buena parte de la universidad de Cope el centro de la ciudad antigua. Fl edificio principal tiene una po- cuelas, colegios mayores y departamentos, en varias localizacio- distintas que se fueron ocupando a medida que se necesitaba espacio. Las calles de la ciudad son parte de la universidad y ac tan como corredores de conexién tanto internos como externos. ativa. Pero para Ic usuarios, el contacto proximo con en su vida. Y para la ciudad Ia situacién de la un fica una valiosa aportacién de energia, vida, y actividades. ion entre los departam ro lado, ‘la ciudad’ contiene mu para que surjan muchas activida realiza en las mente especia lizado-, mientras que ca entre el entorno cestudiantl y la sociedad en general se ha roto, : El cuarto de estar El rechazo de las zonas monofuncionales es un requisito para la imtegracion de diversos tipos de personas y actividades. Si se tra :a de recuperar las posibilidades, las labores de proyecto y disenio escalas mediana y pequefia son factores decisivos. Por ejemplo, las escuelas pueden estar situadas en medio de un conjunto residencial y, sin embargo, estar eficazmente separadas, de los alrededores con vallas, muros y praderas. Pero las escuelas también pueden proyectarse como parte esencial del conjunto. Por ejemplo, las aulas se pueden colocar en torno a las calles pi blicas de la ciudad, que entonces sirven de pasillos y patios de jue go. El café de la plaza se usa también como cafeteria de la escue la, y asi la ciudad llega a formar parte del proceso educativo. El comercio y otras funciones urbanas se pueden situar igualmente a lo largo de la calle o en la propia zona pablica, de manera que desaparezcan los limites entre diferentes funciones y g1 personas. A cada actividad se le da la oportunidad de colaborar Los centros urbanos del arquitecto F. van Klingeren en Dror ten y Eindhoven, Holanda [biblio. 11] ilustran este principio ur banistico y sus posibilidades. El centro de la ciudad se ha convertido en una plaza cubierta, dorada de equipamientos deportivos, pantallas de cine, gradas para espectadores, sillas, eteétera miiltiples maneras. En principio, igual que una tradicional, Comercio, fiitbol, mitines politicos, oficios religiosos, concier tos, teatro, actuaciones, cafés con terra exposiciones, jue bailes pueden coexistir en la plaza. El consiguiente resultado ha sido un nivel de participacién global de la poblacién en las diver sas actividades mucho mis alto de lo que es habieual en otras ciu- dades holandesas similares. La int proyectos de mejora de monétonas zonas residenciales en altura .cién también ha sido la palabra clave en muchos construidas durante la década de 1960. En uno de estos proyectos de remodelacién realizado en Sue ido para albergar in: a fin de pro: cia, varios edificios de pisos se han reforn as, oficinas y residencias de ancia porcionar mayor diversidad a la zona, Esta politica de in traordinariamente positivos. acién ha logrado unos resultados ex: El ejemplo del cuarto de estar privado de un hogar puede servir ‘como modelo de integracién de actividades a cualquier otra esca: Ia, En el cuarto d estar ocupados al mismo tiempo en varias actividades, pero cada una de las actividades y las personas también pueden actuar con- juntamente. star todos los miembros de la familia pueden Entre rodas las actividades que tienen lugar en el ambito piblico, la circulacién ~personas y mercancias en su camino de un lu otro es la mas completa, En un modelo de circulaci6n corriente, con calles mixtas, don- de la circulacién esté compartida por peatones, bicicletas y auto méviles, se produce una marcada dispersién y separacisn de pe sonas y actividades, Cuando los transetintes se dispersan atin mas debido a un sistema de vias diferenciadas, en el que cada tipo de circulacién tiene su propio recorrido, la separacion es total. Se vuelve mas aburrido conducit, mas aburrido caminar, y mas abu- rrido vivir junto a las cars ceteras y las calles, porque un niimero significativo de las personas en movimiento esta separado del res to de las actividades de la ciudad. Como alternativa al sistema de calles diferenciadas, se pueden concebir otras maneras de usar el coche y otros medios de medios, Por ejemplo, gran parte de los trayectos individuales se pueden transferir de los sistemas de automéviles a unas redes combina- das de sistemas de transporte puiblico, peatonales y de bicicletas. La importancia para la vida ciudadana de un sistema integra do de transporte se puede observar en esas ciudades en las que ransporte se ha realizado siempre a pie En Europa, hay un modesto néimero de ciudades antiguas en las que la circulacion y la vida de la ciudad nunca se han disoc do en trifico rodado y peatonal. Esto también e: de ciudades en colina de Italia, as ciudades con escaleras de la an: tigua Yugoslavia, las ciudades de las islas griegas y Venecia, que ser con mucho la mas grande, con mas de habitantes, ‘como por ser el ejemplo mas concienzudamente elaborado y ref nado de este tipo de ciudad. En Venecia, el transporte de mercancias pesadas se lleva a cabo por los canales, mientras que el sistema peatonal todavia funcio- nna como principal red de circulacién, Aqui la vida y la circulacién existen codo con codo en el mis- ‘mo espacio, que funciona simultaneamente como espacio para es- tancias en el exterior y como medio de conexidn, En este conte to, la circulaci6n no plantea problemas de seguridad, de gases de tubos de escape, de ruido ni de suciedad; y por tanto, nunca ha ido necesario separar el trabajo, el descanso, las comidas, los juegos, la diversion y el desplazamiento, Venecia es un cuarto de estar con unos procesos integrados ampliados a escala de ciudad, Esta misma idea explica la civilizada costumbre veneciana de tarde a las citas concertadas de antemano, porque la gente blemente se encuentra con amigos y conocidos, 0 se detie ne para mirar algo cuando camina por la ciudad. Cambiar a jreulacion lata en los Tints dela ciudad Incograci de la jrculacion y las El principio fandamental de la circulacién en Venecia es que ¢ cambio del desplazamiento rapido al lento se produce en los li mites de la ciudad y no delante del portal, como ha sido habitual durante afios en Ia mayoria de los sitios en los que se ha llegado 1 los iltimos aitos, se ha extendido en las zonas residenciales ceuropeas el principio de dejar los coches en los limites de la ciu: ss de las zonas residenciales y caminar los iti 100 0 150 metros por el vecindario hasta llegar a casa. Se trata de una evolucién positiva que permite que la circulacién local se integre de nuevo con otras actividades exteriores El esfuerzo por integrar la circulacién rodada local en los ambi- (0s peatonales es también una evolucién positiva. Este principio se introdujo por primera vez en Holanda, donde las zonas locales se han disefiado o remodelado para una circulacién rodada lenta n estas zonas, llamadas Woonerf, se permite que los automé. viles legen hasta los portales, pero las calles estan claramente disefiadas como zonas peatonales por donde los coches estan obligados a circular a poca velocidad entre las zonas dedicadas a stancias y juegos. Los coches son huéspedes en los dominios de los peatones. La idea de integrar la circulacién rodada en ambitos peatona: aunque las zonas totalmente libres de coches tienen tanto un mayor grado de seguridad vial como mejor dis io y dimensiones para las estancias al aite libre y la circulacién peatonal -y, por tanto, ofrecen una solucién éptima-, la idea ho- landesa de integrar la circulacién proporciona en muchos casos una alternativa muy aceptable, la segunda mejor solucién. Con independencia de si las zonas residenciales estan construidas segiin el principio de Venecia (con un cambio de la circulacién ré pida a la lenta en los limites de la ciudad) o segiin el principio ho- landés del Woonerf (con calles multifuncionales para circulacién también de bicicletas y peatones), es importante Cuando la citculacién consiste en pei * zan a poca velocidad, los argumentos para separar las 20, El hecho de que la circulacién desde y hasta las casas sea en casi todos los casos la mas amplia de todas las actividades exteriores tegear con la circulacién tantas actividades como sea posible Para los transetintes, para los nifios que juegan y para los ocupa: El principio fundamental de la circulacién en Venecia es que el cambio del desplazamiento rapido al lento se produce en los li: mites de la ciudad y no delante del portal, como ha sido habi durante afios en la mayorfa de a usar el automovil turopeas el principio de dejar los coches en los limites de la ¢ dad o en los bordes de las zonas residenciales y caminar los il mos 50, 100 0 150 metros por el vecindario hasta llegar a casa. Se trata d local se integre de nuevo con otras actividades exteriores. tuna evolucion positiva que permite que la cigculacién El esfuerzo por integrar la circulacién rodada local en los ambi- tos peatonales es también una evolucién positiva, Este principio se introdujo por primera vez en Holanda, donde las zonas locales se han disefiado o remodelado para una circulacién rodada lenta En estas zonas, llama 7, se permite que los automé- viles leguen hasta los portales, pero las calles estan claramente diseftadas como zonas peatonales por donde los coches estin obligados a circular a poca velocidad entre las zonas dedicadas a minios dk los peatones, La idea de integrar la circulacién rodada en ambitos peatona- les ofrece ventajas considerables sobre los métodos las circulaciones, Aunque las zonas totalmente libres de coches tienen tanto un mayor grado de seguridad vial como mejor dise fio y dimensiones para las estancias al aire libre y la circulacién peatonal -y, por tanto, ofrecen una solucién éptima-, la idea ho- landesa de integrar la circulacién ciona en muchos casos tuna alternativa muy aceptable, la segunda mejor solucién Con independencia de si las zonas residenciales estén construidas segin el principio de Venecia (con un cambio de la circulacién ra pida a la lenta en os limites de la ciudad) o segin el principio ho. andés del Woonerf (con calles multifuncionales para circulacién Jada lenta y también de bicicletas y peatones), es important hacer esfuerzos para integrar la circulacién con las actividades re acionadas con las estancias en el exteri¢ Cuando la circulacién consiste en peatones 0 coches que se desplazan a poca velocidad, los argumentos para separar las z0- nas de estancia y juegos de las de circulacién pierden su valid El hecho de que la circulacién desde y hasta las casas sea en c todos los casos la mas amplia de todas las actividades exteriores de las zonas residenciales, es una buena razén para tratar de in tegrar con la circulacién tantas actividades como sea posit Para los transecintes, para los nifios que jue} Capitulo 11 Atrascdnstansiciones publics ype Atraer o repeler Los espacios piiblicos de Ia ciudad y de las zonas residenciales pueden ser atea las pe do al facilmente accesibles, y fomentar asi que ico. Por el c pliblicos pueden es a 0 repela de entre otras ed I privado y de ¢ Los limites muy definidos rura, donde 0 Que el entorn 0 atrai disefiada la zon mbos 1 las viviendas en ba) o bien en u 1 totalmente paiblica (fuera, en las escal en form traslado al ent Po tra parte, los limites flexible 1 ni totalmente privad des vayan y vengan entre los espacios pili dentes y las activid ana os, entre el interior y el exterior. Este importante liza con més detalle en un apartado posterio: specto se a se la pagina t Poder ver lo que esta pasando en los espacios pablicos también puede ser un element Silos nifios pueden ver Ia calle o el patio de juegos desde ca ta pasando y ver quién salir fue ién pueden seguir de cerca lo qu esti jugando fuera. Entonces se sienten més motivados. ra a jugar, al contrario que los nifios que no pueden ver lo que demasiado arriba o demasiado lej pasa porque v Numerosos ¢ y el deseo de participar pueden encontrarse cenfatizan la relacié oder ve los qu imente entre las wal actividades de los adultos. Los clubes juveniles y los centros co- lubes con las salas en los s6tanos, porque los que pasan por de- lante se sienten incitados a asociarse al ver lo que sucede y quien 2 participa. Los comerciantes, por cierto, siempre han sabido que " es fundamental estar situado precisamente en lugares por dond z pase la gente y tener escaparates dando a la calle. De la misma manera, los cafés con terraza funcionan como una invitacién di Atraccién: un recorrido La atraccién puede ser también cuestién de que haya un recorri- «orto y asequile do corto y asequible entre el entorno pablico y el privado, Multi- tud de ejemplos ilustran la gran influencia de factores como la distancia, la calidad del recorrido y el medio de transporte en la conexién entre las personas y entre las diversas funciones. s alld de so metros Los nifios pequefios rara vez se mueven n de la puerta de su casa, ¢ incluso dentro de este pequetio radio la papel importante. Los nifios jue- ieee gan mas a menudo con sus vecinos que con los que viven un poco mas lejos, distancia parece desempefiar un ‘También es habitual que la familia y los amigos que viven fs entre si que con los conocidos que ven mAs lejos. Las situaciones de contacto informal, como ‘de jarse caer’, tienen un papel més importante cuando la gente im plicada vive cerca. Una vez més, esto puede ejercer una influencia Ba, Quebec) positiva sobre otras formas de contacto. También las bibliotecas piblicas han obse tre la distancia y el préstamo de libros, Los que viven mis cerca de la biblioteca y los que puede llegar a ella mas facil mente también piden prestados mas libros. Morivacién cambiame: Entre las exigencias que quedan satisfechas, en parte, en los es las salidas come pacios piblicos estan la necesidad de contacto, la necesidad de conocimiento y la necesidad de estimulo, Todas ellas pertenecen al grupo de las necesidades psicoldgicas. Su satisfaccidn no suele set un objetivo tan directo y deliberado como en el caso de las ne cesidades fisicas bésicas como comer, beber, dormir, etcétera. Por ejemplo, los adultos raramente van al centro con la intencién ex- presa de satisfa tacto. Con independencia de cual pueda ser el verdadero propo- sito, salimos por una raz6n plausible y racional: ir de compras, iecesidad de estimulo o la necesidad de con dar un paseo, tomar el aire fresco, comprar el periédico, lavar € coche, etcétera, ‘Quiza sea erréneo hablar de que salir a comprar es un pretex- to para el contacto y el estimulo, porque muy poca gente que sale a comprar aceptars cl hecho de que la necesidad de contacto y es: timulo tiene un papel en sus planes de compra. El hecho de que

You might also like