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PICT 75 LAS MUJERES Y LOS DERECHOS DEL HOMBRE feminismo y suftagio en francia, 1789-1944 joan wallach scott 2K) sernmne gru0 editoral siglo veintiuno Reema aR ee ‘sgeesencomme ‘mses com ar ito depigina tesa ruers arpa Seon” Soro Sire ace Sensutsmeacm _wmbticirc ie_mamreper eau 2 Sor oan Wack [Etmnjre fos deechot del Bombe: ems y sao en Franca 1hriog4- ted: Huenos Ares Sg Venuno Elune ‘Sha piavan cm (Hinaria year // Digi por Lae Romeo) ‘Tadd por Seta Masrangeo // IBN 78870 450 |. Mito el Fenian. Sela Marangel, a Talo 0 gose “iad origin: ny Pre Ofer Ph Fins and he Rights oan © sag, President ad Fellows of Hara Catee (2012, Sig Veintuno Etre S.A, ISBN pS 8 Geng 6 Inpeesen Alana lngrsores SL / Dols 1968, Buenas Ares eto el dept ue area ey 11.725 Ings em Argentina 77 Sade Agena Para Lisi, Tony y Dow Indice Prefacio 1. Releer la historia del feminismo 2. Los usos de a imaginacion 5- Los deberes del cudadano 4: Los derechos de “lo socal” {5 El individuaismo radical de Madeleine Pellesier 6. Giudadanas pero no individuos Notas Prefacio ‘A menudo la lucha politica es mas intensa eusando tos problemas que se debaten no pueden justificarse en la naturaleza 0 en Ia verdad. Histéricamente, ese ha sido el caso de las dis: siones en torno al género, tanto en relacién con los derechos de las mujeres como con Ia educacién 0 Ia ciudadania, 2La biolo- sia determina la capacidad de razonamiento, de reflexion moral 9 de accién politics? zLa reproduccidn esté en conflicto con ka nposible dar ana respuesta definitva ‘esas preguntas, los que proponsan respuestas de signos opuestos rataron de determinar tina solucién, con freenencia en forma de leyes o reglamentos. En consecuencia, la ley susiuyé a la verdad ‘como guia de li accién humana. Sin embargo, esa sustitucion no cera reconocida como tal sino que, pore contratio, la norma apro- badla era presentada como basada en la naturaleza 0 en a verdad, Asi, los triunfadores aribuyeron su victoria, no a la politica, sino la superioridad de su comprensidn cienifica o moral y, de esa ‘manera, se Togrs ocular la intluencia de la ley en las percepciones de la naturaleza En los debates sobre el género se invocaba a la para explicar las diferencias entre los sexos, ala vez que se in- fentabs establecer definitivamente ests diferencias por medios legales. Por una especie de logica circular, una presunta esencia de los hombres ylas mujeres pasaba a ser Ia justificacin de leyes y politicas, cuando en realidad esa “esencia” (variable histrica y contextual) no era sino el efecto de esas eyes y politicas se feel caso de la ciudadania en Francia, Desde kt Revol cin ee 1789 fasta 1941 clusin de las mujeres era atribuida, con distinas variantes, a la los ciuladanos eran los hombres. La ex — 12 Las MUJERES ¥ LOS DHRCHOS DEL HOMBRE debit ‘una dlvisién del trabajo {que hacia que las mujeres so fuesen aptas para la teproduecign la maternidad, y las suscepbilidades emocionales, que ls im- plsaban al exceso sexta oe! faa lad de ss cuerpo y de sun no religiono, Para cada un de esas razones, sin embango, la autoridad wlkima invocada era la 2". ¥la naturaleza es una autoridad dificil de desaliae. Sin embargo. las feminists evestionaron la prictica de excluir Jas mujeres de la ciudadania. Afirmavon que to habs una co ntre el sexo y la expacdd de partici n indicador nnexi6n légica ni empirica par politicamente, y que la diferencia sexual no era de eapacidad social, intelectual ni politica, Sus argumentos eran vigorosos y convincentes, como se hari exidente en el curso de este libro, Pero también eran paradéjieos: para protestar contra sui nombre , de ese la misma diferencia que preven le exclusion de las mujeres, debian aetsay ey modo, terminaban por invoca fan nega: Ls sétminos de la exelusion de tas mujeres de fa vida pe Incluyeron intentos de producir uns definicién de género que fier ampliamente reconocida, Esos términos lsncfan que as f= ‘ministasse enfrentaran a un dilema imposible de resoher, que ha Tegado hasta nosotros en forma de debates sobre i “iguaead” 0 la “diferencia”, 2Son las mujeres fo mismo que Tos hombres? Esa rmismidad es la tnica base sobre la cual pede afirmarse Ia ig dad? 0 son diferentes y, debido a ss diferencias 0 a pesar de ‘llas, tienen derecho a un tatam alquiera de estas posiciones aribuye identidadles fas y opuestas alas mujeres yylos hombres, respalda implicitamente la premisa de que puede Iraber una definicion generalmente aceptada de la diferencia se sual En consectencta la die ‘meno natural que es preciso tomar en euenta y que en si mismo es inmodificable, cuanelo en realidad es uno de esos fend indeterminados (como la raza y la etniidad) cuyo significado siempre esi en discusidn, ( igualitari? Ci a itensidad de la politica feminist ~de las acciones femsinis tas y las reacciones antifeminisas~ deriva le esa indeciibilidad de la diferencia sexual. Lo misma ocurre ean la esencia pars jiea de los reclamos Feminist de derechos: arrastradas a cebates werncto sobre la mismidad o la diferencia que lls no hbian iin las feminists francesas que examino en este libro trataron de invertir Jos términos empleados para diseriminanas ells. No-abstance, a igual que Tos negios 0 los juios 0 los musulimanes en otras circunstancias hstéricas, adoptaron fa identidad de grupo que se les auibuia, aun cuando rechazaban sus caraeteraicas negativas Esa afirmacidn de la idemtidad de grupo hiza imposil totalmente irclevante los fines polities Sin embargo, la difcultades no arredraron al feminism, de hecho, sestengo que le 2 politi, La posicisn de las feminists era contractor: en las palabras de declararta micron parte de sf revolucionaria frances Olymype de Gouges, eran mujeres que lenian “slo paradojas para ofrecer’, Por un kilo, parecian aeep- las definiciones dominantesdel génevoy., porotr, lis rechaza- dan, Est aceptacién y rechazo simultineos ponan dle manifesto lus incoltorencias y amisiones de las definiciones del. genera que se proponian en ne de la ley {Los reclamos de las fem cipios de libertad, igualdad acercs de su aplicabilidad univers. Proposian una evtea no 0 se haban manipaado ls cess sobre in diferencia fe de ka naturalera y se impo tases reyelaban los limites de lox pr fraternidad, y plantexban dds woridad de la naturaleza. Por est riz6n, si histor mente teleyante para nosotros hoy, cuando los politicos intentan legisla el significado det género apelando a la natualeza sapnes tamente immutable de lis mujeres y los hounbes, Si logramios en tender las huchas de las feninistas Francesa elo polica de indecdibilidad, quizi podamos comprender mejor, y asi enfientar mejor, los conflictos, dilemas y paradojas densest propia tiempo. se worizaba, se di Este ibro tom form cen un contexte en 4 cutia y se examinaba el uso de a diferencia de género, Durante tn seminario realizado en el Instinute for Advance Study, entre 1987 y 1988, presemté umn trabajo sobre Olympe de Gouges eon la idea de pensar la teoriafeminista en trmninos histsrcos con: INSTITUTO INTERSYSCIPLINARIO. —_ 1 LAs IUJHRES 108 DERECHOS Det OMIRE ‘retos. (Esa preocupacién por demostrar la posiilidades de una Historia tedricamente informada era tambi feror resistencia que mit interés por la teor‘a posestructaralista ha “despertado entre michos historiadotes) Ya habia decidido es bir sobre De Gowges para una conferes Rabine y Sarah Melzer sobre las aque se celebv6 on la Universidad ele California, en Irvine, dura te la commemoracién del bicentenario en 1989. El tema que me hhabian asignada era “los efectos de ki Revolucién en las mujeres del sigh XI ‘in examinar antes la Revolicién misma, y De Gouges parecia un ja onganizada por Lesie peso me results imposible considerar esos efectos ‘buen punto de partida, Tiempo después le presenté el trabajo a Donna Hara, y tuvimos una de esas langas conversaciones que silo retrospectivamente Hlegan a ser formativas investigar mis casos de los sglos XIX y NX, ya escribir un bro sobre la historia del feminisin francés, continuando la decons tmuccin de ln opesicién igualdad diferencia que habia iniciado em el ensayo sobre De Gouges. Bajo la influencia det entusiasino ia genera ese tipo de intercambios, empecé a pensar en qué otras feministas pod ineluir Enabril de 1991, mientras ditaba las conferencias “Tobias and ‘que con free Hortense Cohen Lewin” en la Washington University, en Saint Louis, hice las primers investigaciones y excibt el borrador pre Timinar de lo que serian los eapitalos 2, 3, 4y 5 de este bro, Yet ‘loi siguiente, presenté versiones reviadas de lo que ahora son las capitulos 3, 4 y 5, como ponencias de las conferencias “Catt Becker", en Cornell Universiy: Mas tarde ofrecf una nueva ver= sin de os eapitlos 1,3, 5 y Gen el Institute for Human Sciences ide Viens. Esas conferencias no s6lo me permitieton eristalizar et proyecto, sino que me proporeionaron publicos muy sagaces de profesoresy estudiantes, cvitias, las preguntas y suger diontes, colegas y amigos, en el contexto de las constantes activi dads ucalémicas, en genera, y de los estudios feminists, en par ticular, ayularon a dar forma a las ideas y los argumentos de este libro, Elhecho de que muchos de los intercambios mais fructiferos ‘haya tenido lugar en los centros ferinista (el Pembroke Center ‘Sus intervencion ian de esa for Teaching and Research on Women, en Brown University, vel wi Santa Crz, para menciomar silo dos) es estinonia de la vital jad de California, en men's Studies Program, de la U importaneia que han aleanzado estas instinuciones. Enlse mis mejores erticas ha habido estutiantes, muchos le tos cuales son ahora estudiosos por derecho propio; sus preguntas ysis desafios me ayudaron a aclarar mis argumentos ya refinar interpretaciones. También me dirigieron hacia fuentes que dlesconocia o habia pasido por alto, compartieron ge te referencias c ideas, yaportaron la. amistad y el eompromiso er: tico que hacen dle la ensehanza ui parte integra indispensable de mi vida seams, Por sus sugerencias yu aynda, agradezco a Tos siguientes liamtes, colegis y amigos: Andrew Aisenberg, Leora Auslander, James Bono, Wendy Brown, Joshua Cole, Marianne Constable, Drucilla Cornell, Paul Friedland, Donna Haravay, Steven Hause, (Carla Hesse, Jonathan Kaban: aod Ma, Claire Moses, Mary Louise Roberts, Sysia Schafer, Charles owerwine y Hayden White. Debra Keates contibuyé con trade cones rites, asistencia en Ia investigacion y consejo editorial Por sus lecturas extmordinariamente cuidadosis y exi todo el original, agradezco a lan Burney, Judith Butler, Crosby, Laura Engelstein, Donald Scotty Elizabeth Weed, Denise joy Kramer, Ruth Leys, Riley merece un recontocimiento aparte, por s1 minicioss ee critica del original durante lo que supuestamente debian haber sido sus vacaciones de verano, Dos anéinimos lectores de Harvard University Press efalaron inconsistencias en ee lo oen barge -mestacidn, con um enfogue sil y soldat. Los investigadores no pueden trabajar sin bibliotecas,y yo he asistd a varias mientras eseribia este libro: en Pars, ala Biblio- théque Nationale, la Bibliotheque Marguerite Durand y la Bibio- jue Historique dela Ville de Pass; en Princ uy de la Universidad dle Princeton y la Historical Sciences Sciences Library, del Instiwte for Advanced Seudy. En la ste Library, debo agradecer especialmente a Elliot Shore, Faridah Kasim, Marsha Tucker y Rebecca Bushby. quienes me ayularon a ubicar Fuentes reesnditas y me ensefiaron usar las on, tla Firestone - 16 LAs MUJERES ¥ 108 BeRECHOS DEL HOME ‘compuadonss para buscar informacién, siempre con inteligen- a, paciencia y buen humor. La preparacion tGenica del original, con tolas sus compli des, fie obra ee Meg Gilbert, secretaria extraordinaria, tanto por su paciencia como por la consistencia con que realiza su trabajo, Soy especialmente afortunsida por tener familiares que han Hegado ser colegts imteligentes y buenos amigos, Son, a la ver, tis eriticos mis seweros y mis mais firmes defensores, Ellos me hhan ayudado a reflexionar sobre muchos de los problemas que tuato en este libro, a veces directamente y otras veces a través le ‘onversaciones sobre ideas y libros que silo tenian una relacin "angencial, 0 sobre costs totalmente distntas. Les agralezco st prese Iibro es para ellos ia perddurable en mi vida y todo lo que me han dado. Este 1, Releer la historia del feminismo Los que olvidan releer se obligan leer en todas parts la misma historia, Ese libro es un intento de repensar la historia ele fs vés del examen de ls campaitas realizacias por los Aerechos politicos de las mujeres en Francia entre 1789 y 1944 Mediante el andisis de los escritos y los actos de dlistintas acti vistas poltcas feministas en diferentes momentos histsiicos, he intentado dar otra perspectva a enfoque tpico de la historia eet feminismo, heredadlo de las feminists de tas construyeron una historia comparable las grandes historias ron una historia tleoldgica de glo XIX. Bs feminie ‘volucionistas desu 6poca. Es progres acurmutativo hacia una meta siempre esquiva ria en que las mujeres inexitablemente encontrabun dent de si rmismas los medios para lucha contra st exehusidn de a politica ‘democritica; una historia en que la identificacn de las feminis: tas con acciones dispares y discontinus de otrss anjeres del pe sao se convrdé en una twadicién histérica ordenacay conti Diferentes generaciones han extraide de abi leceiones morales adicionales, relacionadas con sus propios debates tesiricos. Nues tra versin, a fines del siglo XX, es la insstencia en que sas las sea la igual la dforere feminists del pasado reelamaban cia, y que una de esas estrategias era ~y todavia en quel otra! Ese enfoque del siglo XIX nos impideanalizar, 0 siguiera vise Tmbrar, el aspecto negativo de la experiencia feminist: sus eon tradieciones insolubles, las obsesivis repeticioney que pareeen 18 LAS sIUJPRES ¥ Los DERECHOS BEL NONRE ‘contdenar a cata generacidn a vive de muewo los dilemas de sus predecesoras y sit incapacidad para ablener una representacién igual pi largamente buscada como el voto, Una historia Feminista que da Ta autonome Los ‘entre Ta igual y la diferencia ha reproducido sn cuestionarles siquiera~os mismos igico dentro del eval ha operado el nismo, Lo que hace falta, en cambio, es distancia anal, Lo que me hizo comprender en profundidad mi sensacién de que ert necesirio un enfoque distinto para Is historia feminista fue uns noticia ce Francia publicada en el New York Times? Cansa- eL nGimero minisculo de mujeres que ocupaban = his mujeres, incluso después de alcanzar una meta tan por sewtada In inevitabildad det progres agentes individuales y la necesidad de eeg términos del discurso ideo f do de constau ‘escaiios en la Asimblea Nacional (la proporeidn es inferior ala de ‘cualquier otro pais de Europa y ha permanecido pricticamente invariable ~entre 39% y 68- desde que se concedid el voto las por ‘jeres insists en que hubiera paridad de género en la Asim: rujeres en 1944), un grupo consttuido mayoritariam bea. En demands que ellas mismas reconocian “algo ut6picas", pedian que se aprobara una ley que otorgara la mitad del total de bancas del Paslamento a mujeres. “La exchisidn de las miyje- res ha sido parte de la ilsofia politica de Francia desde ln Re volucin’, dice Chude Servan-Schreiber, cuyo libro Au powwir, ‘tonnes! [(Al poder, ciudadanas!) es un manifiesto del grupo." “tengo 58 afior no tuvieron que luchar por el oto", areas, “pera no ha pasado nada desde el Fragio universal" aprobado hace casi cincuentaaiios. Yo ageegarian queel ‘enirentar un problema que es anterior a sufragioy 4 “Las mujeres de mi generaci Schreiber remonta, con precision, a la gran revolucién demoere vica de 1784 El dilema era cémo posiian es de fas mujeres como in ‘can derecho a ejercer plenamente tas ls derechos politicos en ‘una repiiblica demacritica.' Es decir, por qué ha sido tan dif] para las mujeres. durante tanto tiempo, materalizarla promesa de 1a Revolucign {y de todas las repiblicas después de clla) de Ibe ecer las feminists el estatus vidos autéinonmos autorrepresentativos, tad e igualdad universales, de derechos polices para todos? La respuesta exige algo mis que nna evdiniea de hs heroicas lehas, las taiciones inmerecidas y los errores estratégicos del Feminis smo (aunque también esta versin nueva trae su parte de lchas y tuaiciones). Demanda algo mds que una historia intema de] movi jetta feministatratada como algo tangencial al escena politica “grande”, pero también algo distinto de la explicacién que s6lo remitea factores sociales 0 econsmicos anteriores o exterios a ka politica ode las interpretaciones que los propios politicos asignan ‘sus acciones, La nueva respuesta, por el contratio,requiere en: tender las repeticionesy ls conflctos del feminisino coi sintor ‘mas de ls contradiccfones en st discurso politico lemasa los que aapelaba y que a ka vee desafiaa: ef individvalismo, los derechos inlviduales y la obligacin social, segtin el enfoque que lo rey blicanos proponian (también algunos socialists) par orgnizar las insitueiones deta ciudadana cemocritiea en Francia, Las feminists tenfan conciencia de la indole repetitiva de sus acciones, incluso cuando escribéan sus propias historias pr sistas, En 1913, la psiquiatra y activist social Madeleine Pelletier asociaba cl surgimiento de los 08 revolicionsarios del siglo XIX, Sin embargo, a igh ss Feminists Tos tarbas Tents su {que Servan-Schreiber en 1998, remontaba sus 0 dela primera tevolucifin, Fue entomees, de mo *aprendis a ennciar todos sus reclamos de derechos.” La legitimidad de exos reclamos y su satishsecin de se reconociera que la proclamacign de ka revel para todos no era consstente con la negacidn de ka ciudadania Jas mujeres, Pero lo que para las feminists era una contradicci6n evidente, no lo era para los legisladores, que repetidamente les se los homes. nnegaron el voto en razdn de ser die Asi. en la historia del feminism, el ‘inculado con las inconsistencias¢ incongruencias, eon las dis. ‘asiones acerca de lo que es contradictorio y lo que no lo es Sin ‘embargo, la cuestion va mis alld del conflito entre el principic "universal yla prctica exeluyente (coniito que presumniblemente puede resolverse), vse centra en el tema imposible de tratar de 1a “diferencia sexual”. Cuando se legivimeé la exclusin hacienelo 20 Las MUJERES ¥ 108 DERPEHOS DEL HOMARE referencia a dstintabiologta de los hombres y las mujeres, kx rencia sexual” queds establecida no slo como un hecho na tural, sino como una base ontolégica para la dferenciacion poli ticay soci, En la era de las revoluciones democritias, 7 res" nacieran como excluidas politicas producto del dsenrs de kt diferencia sexual. El Feminismo surgi6, entonces, como protesta contr esa exchisién, y st objetivo era eliminar la “diferencia se- sal" en a politica, pera para elo del nombre de “las mujeres” (que 9 nivel del discurso eran producto exual) y, en la medida en que aetabs por “hs ‘mujeres’ erminaba reproduciendlo la misma “diferencia sexta” {que queria climinar. Esa paradoja -la necesidad de acepta y de rechazaral mismo tiempo la “diferencia sexual" fue la condicién constitutiva del feminismo durante su larga historia En 1788, Olyinpe de Gouges, que xis tarde se ganaria st hagar cn Ia historia del feminismo como autora de la Decaraién dels evens dels ery de a cian (1791), reconocts ia difeultad de superar esa paradoja. En un largo tratado, en el que emul bia a Jeanrfacques Rousseau, expuso st versiGn de la historia del to social, asf como ua serie de observaciones acerea de de ta “dliferen Silosofia, la ciencia y la sitwaci6n acl del teatro, ademis de wna lista de proposiciones para una seforma politica. En un trame de- queda dela dicado alos efectos nocivos para Ia sociedad de ka

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