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Julio J 036 Chiuvcnato

EL CONDE DºEU DEGOLLANDO PARAGUAYOS EN


LA BATTALLA DE ACOSTA NÚ

Carlos Schauman Editor


Julio je%é Chiavzmmm

Traducción: justo Pastor Benítez (h) ,

PRIMERA EDI¿T'ION EN CASTELLANO

Carlos S%chauman Editor


'Tapa': Iluétreáón _:icl Album de ¡3 Guy.“ .' de! Paragua);
Tomb II - No. 2.7. - "Año 1984 — ' . Argentina

_ Queda hecho el depósito que rca la ley


_Impreso en 'Pamguzw= mayo de 2048
indiée *

— &
Prefacio, 9

L El Supremo, !a dictadura :: (mr del pueblo

Una namór sin caudillos, l'/f


9º>¡.ºE-”:º“E—ºfºfº

El Supremo,; 18
El pueblo y gl ojo de Francia, 19
E.] aislamiento no fue elegido, 20
Está naciendp una nación ¡ibre, 722
El puehlo paraguayo, 25
Del absolutismo a Rousseau y_Voltaire, 26
Dónde está ¡3 salida?, 27

11. El país más programa di: Aniérica,"d&i Sur


_ … 7
9. Carlos Antoí'nio L¿p¿z asume el gobierno, 31
10. 'La infiltración inglesa, 32 _
!l. anero, resfstido por el progreso, 34
12. Dónde está ¡a clase d5ngeme, 39
13. Cuanáo era *preciso interpretar el futurº, 41
14. Diplomad1:_—un aprendxzaie inofensivo, 44

m. A los 36 años Franáam Soinno López asume el sub…


]*:'—. $: ¡mprovis£: un genera¡ de… diecioch¿ 3505, 53
16. En Europa. *;Al volver, un aviso a Andrés Lamas, 55
17… _Una extraña visita: los “makines”, 58
18. Paciñmndo para mantener al equilibrio, 61
H. Piratería inglesa 3 la luz del día en»cl Plata, 63
20. Cuando tod? se aprende en la práctma, 65

IV. “ !mp-u-kw 4435 Brasil Y Ai-xeana: dos gigantes ::an

"¿l. La gran cris?ís ¿¿ los gigantes áném¡cos, 67


22. La crisis argentina produre el “Mago”, '/1
23. La iibcrtad que no permítch concu1rencia, 75
V. Intriga, ca¡umnh: venenos que Hñen e! Plata

24. Mentiras y calumxiias sobre eí Paraguay,47-7 --


ZS. Diplomáticas cod11:ían 1a Repúblic'a Guaraní, 79
26. Los secretos y fuertes poderes de la masonería, 82

VI. El Imperialismo Inglés no quiere cambloe en el mundo

27. El león británico quiere el mundo a sus pies, 87


28. La opresión en .su etapa superior: el imperia1ismo, 90
29. Brasil: nada se hace sin los empréstitos ingleses, 92

VII. El Uruguay, Maná y las cuntradicdune£ del hnperlo

10… Uruguay: un feudo de los ñogmndenses, 97


11. Mnul: al mayor capitalista “uruguayo”, 101
11. Lun umhllm ringmndcnscs contra el Barón de Maná, 103

VIII. 14th lanhm In dlplom.nan vigilada por Mr. Thornton

31… Mb“… Snnivn lu diplomada sin nnlíc1a, 107


34. Lu d1p|omncln hechn par la. escuadra, 111
35. 131 caudillo y los 1nclrúncs de ganado, 113

¡X. El Tratado de la Triple Alianza. una vergonzosa farm

36. Un tratado () un “cuerpo ¿el de1ito"?¡ 117


1

X. Los ejército» en lucha: un pueblo en armas contra mu:1=voa ? mercgnaños

37. Haciendo 1a guerra por motivos equívocos, 123


38. El paraguayo, el americano más bien nutrido, 125
39. En la tropa, hasta los ricos, descalzos Por la tierra, 126
40. Las terñb1es picaduras de! humor: E1 Cabíchuf 1129
41. El ejército del Imperio es una suma de contradicciones, 132
42. Argentina: mercenarios y Voluntarios esclavizados, 134
43. Urquim: vendiendo caballos y hasta su alma, 138
44. Un ejército que queda en la retaguardia, 141
45. “Difícil sin la escuadra, imposible con e11a”, 142
46. Las contradicciones de los aliados van a la guerra, 143
WfºM“.—'—
>C ”…

El Imperio se ahonda en :ul contradicciones


“KT“ "_…

Cuando 1105 pobres van ¡¡ ¡jcguerra no falta oro, 145


“E1 pueBlo paraguayo mer ¿- el completo exterminio que lo aguarda”, 148
La naturaleza de la crueldacLen la guerra, 149
m“u1“m“* vr“! "gil…

Crímenes de guerra: el su (amo del Conde D'En


—— _.1r13¡——g—u—->_=r—_o———*

Los crímenes de guerra co+etidos por 105 aliados, 155


Obligando a paraguayos & matar paraguayos, 156
Mitre y Caxias: contaminando agua con cadáveres c01érícos, 157
Prisioneros paraguayos verrlidos como esc1avos, 158
(
Un saduco entra en escena E1 Conde D'Eu, 159
(h…; ¿1? m' *

Las intrigas Y sobornos de Charles Washburn


Ef

Una víbora ínstilando vene Lo en gl Plata, 163


'
… …U1…

Negociante astuto y conspí rador traicionero, 165


CN

El genocidio está hecho: 75,75% del pueblo paraguayo están muertos

99,50% de los hombres adrltos fueron muertos en el Paraguay, 169

Acosta ñú: símbolo de un? guerra: niños de seis años luchando y muriendo

Matandº “hasta ei fem de1íviemre de la mujer”, 173


Batallon_es de niños parag ayos; la última resistencin, 175
El día de Ia más heróica b talla americana: 20 mi! uolalndmu camu 3.500 niñ…
¿píaraguayos, 178

*“ Muero con m1íPatríal L% muerte del Paraguay


%
G:]. Madame Lynch sepulta al héroe de) Paraguay, 181
1
¡'_wn. la destrucción y el replrto del Paraguay

¿2 La destrucción final de un ¡país libre, 183

í+péndice 1, Tratado de la Triple Alianza, 187


:?
,,
Ai)énd1ce 2, Caxias: el más duro crítico ria la Guer%a del Paraguay.
203
Bibliografía Básica, 230
PREFACIO
(Comm Ia mentira y el silencio)
Durante náás de cien años se soponó una oíºada de mentiras
sobre la Guerra del Paraguay. junto a esa oleada de mentxras un
silencio criminál, procurando ocultar de todas ¡as formasposíb1es
¡o que fue aquella guerra, ¡o que represéntó para 105 pueblos
implicados, y p1inczpalmente, como, por su causa, elBrasi1y la
Argentina (IleVando ¿: Uruguay de contrapeso) quecrarcn dermi—
tívamenre colonizados por el capital inglés A pesar de su trans—
cendenta] impºrtancia hístóuca ———efla fue una de las causas fun-
damentales de
del Paraguay fue el marca más importante de nuestra historia y
que más repercusiones '…vo para el pueblo brasileño, fue silen—
ciado. O se miente. O, en un comportamiento críticamenré inge—
nuo, pero que ha conseguido sus resultados, se ensució Ia híston'a
y la verdad, alimentando ¡a fánrasía nacionalista con episodios
heroicos y mi!1rarfsras En fín, además de forjarse una historia
de la Guerra del Paraguay, con distorsiones y mentiras, o dando
mayor impom¡ncia ¿¡ hechos aislados, se usa el conflicto mayor
en e] que el Brási! se vio envuelto, como pretexto para sustentar
un nacionalismo xenófobo preconceptuoso y que tiene alimen—
tados extraños comportamientos, todavía hoy
Por qué, ja pesar de .la importancia fundamental para la
historia brasíléña de esa guerra, fue y es posible encubrir la
verdad? —¡
Esta es una pregunta para ser largamente contestada. Existen
muchas causasy la principal barrera para impedir las respuestas
que nos Hcven _a la verdad es justamente la mfanipulacíón de la
onda de patriotismo que los historiadores ofcm¡es crearon des—
cribiendo fenomenos dispemos de esa guerra, para denunciar-
toda posición ¿rítfca, como anu'patrióuca. Quien quiera abordar
la Guírra del Paraguay con una visión cr1tr'ca sin vicios seudona—
cioná1istas, por:remel riesgo de: ser “excom u1gacz'o” por los rema—
nentes del xenabismo que el Imperio nos legó y que, todav1a
hoy, detentan el poder de hecho para 1eprimir o denunciar como
antipam'órica toda la verdad que no les agrade o no!']6$Fsírvaí
aunque esa carga de verdad sea 1rrespondibíe índesmenf1ble y“
fuenememe documentada, como es 10 que se proponehacer este
11bro. ' '
Como se sabe, 13 hístor13 brasileña hasta eí primer cuarto
de este siglo, fue escrita por historiadora fomzados en el Imperio.
Fueron eHos m:smos que después de la proclamación de la Re—.
pública, abordaron nuestros prfnmpales Hechos h15tón'cos. La
propia historia de la Repúbhca, nuestros orígenes, fue escrita
por historiadores de] Impemo Y ellos sedimentaron Conceptos
y ºpiniones básicos de nuestra h;sroriograña. No sería de esperar
de esos hombres, monarquísrasvía mayoría de ellos beneficiados
con favores especiales del moribundo Imperio, una visión crítica
de ¡ns hechos. Agréguese & eso un 1nd1cio Fundamental para el
:mm:.imrmm da la Guerra de] Paraguay: ]a mayona cie sus
:!nm…:rnfus, xi ¡… todos los documentos más importantes, está
¡unhr'iafdu pum :*! investigador que prefende ir más allá de fenó—
mrmm r;'£rc.*unst:rnc:ia¡es. De eso resuíró que los primeros' libros
rsc*t*ifux mbrc la Guerra def Paraguay en el Brasil (y fuerón
ilimitados, muchos cír:—1dos en este libro), pasaron 3 ¿er fuente
documental de nuestra historia. O sea,en los propios libros
que desf?guraron y contáron u'na1113tq1:i3 acºmodada yxenófoba,
que onenra;on yhasta ahora orientan —-—romo documentos—“— a
los que investigan "datos sobre 13.fuerra del Paraguay Los do—
“camenros originales capturados o robados por las fuemas de]
" Imperio, son negados para e] conoczhiienío del invest;gadorim—
parcial.
Se substituye entonces, una historia crítica, profunda, por
una crónica de detalles donde el patriotismo y la bravura de
nuestros soldados encubren la Ví113nf5 de los motivos queílevaron
& Inglaterra a armar brasdeños y argentinos para la destrucción
de ¡a más gloriosa República que se vio en América Latina. Una
República, la de] Paraguay, quesí no fuese destruida, -asesinádá
¡¡junro con su pueblo, mod1fcama por completo la propia historia
de los americanos que tenían, mucho proba.,blemenre todos 105
elementos para que se ]iberaran delyugo de manos rn¡st1fcadores
de civilizadores, comó M1tre, de caudillos como Venancio Flores,

10
ó ?de meros juguetes en ¡aL manos del capital internacional, como
Pedro II.
13 Porque el acceso a los documentos sobre los hechos que
1395 llevaron a la Guerra d ! Paraguay ya la propia documentación
¿J"uranfe la guerra nos re elan el grado de esa villanía ellos son
escamofeados al pueblo No se puede "dar a conocimiento del
Ueb]o en la visión e5rr cha yxenófoba de los herederos de los
Estruct0res de ¡a emerge te República de] Paraguay. 105 motivos
¿p porqué se hizc>1a guer a. Eso sería revelarlos métodos que usó
T7nglarermen último aná isis, para imponer al 312511 la domina-
(:on de] capital extranje o: que perdura hasta hoy, cambiando
apenas la dirección deis bancos…

II

%! La Guerra del Par guay, fue causada en su esencia por


Ágorívos económicos. ruralmenre estaban las cuestiones de
ºhmires entre lo; países 1ás reivindicaciones territoriales de ¡a
* onfederación Argentin y del Imperio del Brasil, para mutilar
¡a la joven República de Paraguay. Esas cuestiones, no obstante,
fpor su falta de razón par causar una guéxra, como meros pretex— '
fos para crear cond1cio es de una invasión del Paraguay, son
;secundarias. Más allá la cuesnón de 11m1tes más aceptable
desde el punto de vista 'stón'co, si bien se demuestra su falsedad
fácilmente, había cuesti nes polmcas, estas o'n'undas aún de cau-
, Sas primordiales, a las económicas, Después estaban las que
;50drzan llamarse vulgar ente derazones ideológwas”, que ser“
¿firán para la propagan & de la guerra, acusando al gobierno de
López, de ser una riran a, una bakbarie que se debe exterminar
para “¡1berar” al pueb] paraguayo.
Í Cómo reaccionan 05 tradicionales historiadores brasileños
nte estos hechos? ,
Reaccionan exacta ente como ;ustifícadores de ¡a política
Lie] Impen'.o fabrican !? chos, suman mentiras para justificar la
guerra.PSe pierden inte cíonalmente _en un enmarañado de deta—
[les, para cubrir los in cios económicos fundamentales. En 105
libros brasileños, y hab mos de ¡'esclásicos ” de esa guerra, los
generalmente aceptado como los más precisos es raro encon—

ll'
¡trarse con una leve alusión a las causas e nómicas o una parti-
cipación del capital ing1'és.
Toda relación es presentada en una forma no crmca. La
mayorza absoluta de 105libros son una dos 'pc¡ón partículam'zada
de eventos o batallas y —-—como e] Í1bro eJoaquim Nabuco———
una interpretación forma] de la diplomacia que actuó en 61 Plaza.
'H3bí&, además, que tener el cuidado de .no condenar esa cosecha
de historiadores de fibras a!ienados que estimom'an la guerra
en sí, escritos por hombres que participa on militarmente de la
campaña. Como Taunax para citar un de los clásicos más
populares. 0 como el Comne]]osé Berna dino Bormann, recor—
dando un autor serio y generalmente des onocicfo de] público,
hombres como el valiente Genera] Cunha Martos, —que brillante-
mente comentó el libro de- Max von Verse… . Faerea de los autores
que dan un testimonio persoñal porque pa icipamn de los acon—
tecimientos militares, cuyos libros son re! rivameu…ra verdaderos
'e importantes para que se conocieran Ias ondicíones en que se
hizo la campaña del Paraguay, pocos s n los que se saivan.
Sobran las sabuesos del Imperio que desv rgonzadamen—fe usan
del patriotismo de esos actores de Ia gue ra para encubrir una
realidad que es indigna para la política ¡' peris]. En fín, ¡jodo
libro que se propone relatar la Guerra d .' Paraguay dentro de
un parámetro más claramente económico, o que significa poner
al desnudo la Triple Alianza como restafe ro de] Capital inglés,
es condenado por “crimen & Í_a naciona idad”. O que f1'euen
menosprecio & los estudios que podrían ar una Visión exacta
'sobre la Guerra de! Paraguay, su ¡'mporrancx ysus consecuencias.

HI

$e…crearon los mitos“


En la imposibilidad de que 103 prim .ms historiadores de
esa guerra trabajasen con hechos, manip1]aron hombres. Los
héroes, Falsos y verdaderos, abundan en la h 'storiografía brasileña
de esa guerra. Los hechos, especíafmenrel 5 económicos, cómo—
damente, fueron o]v.idados
Hoy, cuando fnic¡amus el análisis de os hechos, es obliga—
torio destruir o, por 10 menos, poner en j ¡cio algunos da“ esos

12
mito; nacígnales. Esc— planreamíenfc jm'ta aV_ÍOS, “dueños___d€l£í
verdad” que inonopolízáron los conceptos sobre ¡& guerra.
Por ejemplo, Caxias ———que a pesar de ser el Pacificador y_
soldado símbolo de] Brasil, es hombre, humano,'por tanto, pasible
de error, no puede según esos histon'adores, ser analizado críti—
camente. ? ' '
Cómo esºcn'bir sobre la Guerra del Paraguáy, sin un plantea—
miento crítica, no apoíogérico de Caxias? A cualquier individuo
de buen sentido Ie parecería imposible. Pero ese preconcepro ha
sido alimentado y aceptado por mucha gente. Como Homero de
Castro Jobim, traductor de 775€ W¿¡f I?? Fdfc(gl£cg¿ de George
Thompson, due afirma: v '
— “Para juzgar a Caxias )! Tamandaré 110 es idónea ¡a nanacfón
de George Thompson, su erñcial ¿! im reciso …en este caso, ade—
más*de parciál. Como 50 dadas akzmdmas*y5mwkiarex de!
paeb/a ¿Ewizsy Tammdar¿f yajzermg¿¿zgadospor sw
compam'o¡c$'i ' '
Igualmente, aceptarído errores de juzgamientos de T7zomp—
son ———que participó de la guerra de lado paraguayo, además, en
forma incompetente, wma verenaos—1 la narración de ]obim es
característica en el Brasil: no se puede tener,una visión crítica
de nuestros héroes. (Además es interesante notar que ]obim dice
que'Thompson no tiene? derecho de juzgar & Caxias () Tamandará,
pero sí tiene tcdo el derecho de dar testimonio sobre Solano
López: “Perú el testimonio de Thompson sobre López y e] Ejér—
cito paraguayo, esto sí, es,una narración válida porque es elfmlo
de la vivencia de] autor en ¡& intimidad de] alto comando durante
los ¿años de Ia guena”.
En condusíón, para 13 histoñograifa oficial, !a historia de
Ia Gue1ra dei Paraguay ya está escrita. Esfá lista y acabada.
Cúalquier V¿er5íón que contrariésus preconceptas está tác'ítan
mente prohibida. Para comprobar esa posición reaccionan'a y
antihísróñca, se prohibe el acceso a ¡05 documentos que ell?rasi1
po'see sobreja guerrá: pníctic3mente toda la:documentzdºfl de
Francisco Solano Lópe:'zy del gobierno paragúaj'º de 95": penado
fue capturada por los brasileños en Cerro Corá () en el saqueo
de Asunciónk

13
En la imposibilidad de una relación crítica, los historiadores
oñciales aceptan la táctica impuesta desde el Imperio —con
algunas daras dfscordancias durante ¡& Re"púbhca, como obras de
Téixeira Mendes, 1njustamen re o]vidadas—-— yhacen de su alinea-
ción un éjercicfo de caza de pulgas de los detalles hi5róricos. La
mayoría de los libros desmenuzan batallas (Cuánrós soldados
implicados? Cuántos cañones? Quiénes son los comandantes?
Cuántos muertos? A qué hora empezó?) y se escriben crónicas
románticas y se fozjan héroes.
Y ni hablamos agua de obras Hamadag didácticas; citamos
genéricamente los llamados “libros serios”En la escuela, los
brasileños son agredidos por una vers1ón 1msr1fcadera que da
la impresión que la historia está hecha para hacer cumplir un
miendarío (“Qué día Fue la batalla de. .?) o porJa cuah'djad
mrlimr de una nación.
( oncluycndo: este libro no es un “libro de historia”. El
umm :… es un hísroriador. Esta es una relación crítica deja
( ¡'m—rm del Paraguay, teniendo en vista su causa Fundamental
——!m ¡nmreses de! capital inglés— perosin descuidar su lado
político y mih'mr. Político, en aquello que representó para el
Bmsi! y 105 bcalígerantes y, principalmente, para la América Latina
en su totalidad. Y militar, por las características especiales que
los ejércitos emplearon, especialmente el paraguayo, que tuvo
que crear técnicas propias delucha, además de fabricar? totalmente
sus armas. Se hace un rápido análisis de 13 historia de] Paraguay,
pero que pretende abarcar desde los tiempos de El Supremo, el
dictador Francia, pásando por Carlos Antonio López (padre de
Solano), que puede ser cons;derado &] creador del Paraguay
modemo, terminando con Francxsco Solano López —-—el más in—
¡ust1fcado de los grandeshéroes Iarínoamerfcanos— yla tragedia
de la guerra que asesinó ala heroica y Horeciente República dd
Paraguay.
Sí los hechos son narrados co'n imparcialidad, ºa través de
un paciente análisis, el autor llegó a una síntesis precisºa, pemonál:
es un libro fávomble ¿] Paraguay de Francisco Solano Lópéz,
con las reservas históricas necesadas.
No es un libro contra el Brasil '—10 mismo adminéndo'se
que el Brasil aq…tratado es el Bmsí1imperial—porcjue el autor

14
¡
i

—ane que salimos de esa crm —-—como Argentina, el Uruguay-


y,especialmente, el Para ¡¡y—— destmidos, como víctimas de la
o 1e51ón que ¡as grande potencias ejercen sobre los débiles.
… Li En fín es unlibro p'a ¿¡ serlefdo como s1é1fuese un reportaje,
¡¿- Cn'to conpasión, con n cierro pathos” hege1iano.
?1
_ CAPITULQI
“ Elºoupremo,
la dictadura a favor del ¡pueblo

“El g?rci£o de ¡& Pdm'a será todo el pueblo ei; ropa_y dígnzdczd de
ser el pueblo en armas. Sus g.º¡%cáva.s; los campesinos libres... "
' _ (_en Yo el Supremo, de;Augusfo Roa Bastos)

1. UNA NACION SIN CAUDILLOS '


A partir del 14 de Mayo de 1811, cuando el Paraguay se
liberó de España, la característica común de los pueblos de Amé—
¡ica fue: el caudiliismo. A partir de la Independencia, el Paraguay
es la única república de la América Latinaque no sufre la
presencia de ios caudillos ni es perturbada por revoluciones y
golpes. Es ud país cohesionado, con una autoridad centralizada
y que puede darse el verdadero luujo, en el primer cuarto del siglo
XIX, de gozar de una auténiíca paz política.
Francia, El Supremo, asume el poder y ejerce una dictadura
peculiax: usa él absolutismo como método de gobierno en bene—
ñciodel pueblo. Ataca los derechos de los españoles y españo—
listas, persigue a los ricos, confisca propiedades yvuelve insopor—
table la vida de los 011garcas que eran privilegiados por España.
Cuañdo muere en 1840, asurnecl poder Carlos Antonio López,
un abogado que para escapar a posibles persecucionees de El
Supremo vivía retirado en el interior del país El crea, p1áctica—
mente, sobre la estructura socío—económica dejada por Francia,
elParaguay moderno. En su tiempo hubo un gran progreso,
surgen fábricas, los astilleros fabrican muchos navíos, trae inge—
nieros y técnicos cieÚ…uropanara modernizar el Paraguay y envía
para el exteriúr (sobre todo, Inglatexra, Francia, Alemania y Es…
tados Unidos),j óvenes páraguayos para que se especíalicem A1

17
morír,'en 1862, asume el poder su hijo, Franciséo Solano López,
que sedispone a continuar ¡a obra iniciada por Franciá, y perfec—
cionada pofCarlos Antonio López, y que tendría sus principales
frutos en el nuevo gobierno. Pero, la GUerra… de la Triple Alianza,
incubada hacía muchos años, obliga al Paraguay ' a i una lucha
desproporcionada que 10 destruíría completamente. a_

2. EL SUPREMO

José Gaspar Ródrfguez de Fráncía es un hombre exóticp.


Implacable en la persecución de sus enemigos, él práír:tícamenfte
creó el Paraguay. Ejerció una dictadura rigurosa, pero su abso—
lutismo n0'ha sido debidamente analizado: si no fuese por su
increíble capacidad de represión de 105 enemigos políticos, es
cierto que el Paraguay habría alcanzado la estructura que le dio
su Dictador Perpetuo, título que él mismo exigió del Congreso.
Se presta mas atención a las extravagancías de Fráncia que
¡¡ sus medidas prácticas y notables que dieron unagyestruct'ur'a
peculiar al Paraguay. Su primer acto al asumir fue acábar con Ia
influencia del poder económico que podría entorpecer ¿ su gobier—
no… Aún cuando es difícil 'acabar con esa influencia3del ,póder
económico, Francia no deja la menor…posibiíidád: extermina lite“—
ralmente, al propio poder económico. Decreta, se podría decir,
la pobreza como norma de vida de 163 paraguayos. Qujeda prohi-
bida, por la práctica que El Supr—enio determina a laíñación, la
riqueza. Los e5p3ñoles y españo1istaá, herederos de los 'privi1egios
de la corona, son perseguidos hasta el exterminio. En las cárceles
'no existen pobres: sólo los ricos, la. llamada “clase pri?ilegiadaº_º,
que podrían enfrentarse contra Francia, son 105 que están presos.
Como naturalmenteé“sa cIase privilegiada tiene ramificaciones
en la cuenca delPlatá., la fama de Francia es terrible: él es tenido
como un bárbaro asesino, contrario a toda norma de civilización.
Pero, la verdad', no es exactamente eso 10 que ocurre. El
Supremo no ataca a los ricos sólo para garantizar la(seguridad
de su gobierno, que 1será “perpetuo”. Su 'íra contra lbs ricos se
explica por la interpretación de que no es p05íble establecer la
soberanía de una nación con la presencia de la oligarquía dejada
por la corona española. El quiere exterminar -——y lo consigue——7

18
. !

cuaiqmer prmlegm espe 13! en el Paraguay. El umco privilegio.


' ' bie es'e1 suyo: ei go 1ernw austero y simple, casi. patriarcal,
Ps
¡favor del pueblo.
1+ EL PÚEBLO Y EL $010 DE FRANCIA
1
El pueblo, 31 princiB€io, reacciona tímidamente ante eí-go—
=… no de El Supremo. 1 terror de las prisiones y el confisca—
iiaiento de los bienes a5us an y hacen callar cualquier discrepancia.
Con el tiempo, los paraguayºs 'perciben perfectamente que el
L1¡i)solutísmo de Francia es dirigido específicamente contra los
Hc:o_s. Comprenclen claramente que 105 pobres nada-tienen que
Íff:mer' del iracundo dictador. Ellos le ápoyan.
?º Los paraguayos acostumbrados, en su mayoría, con el rigor
E: 165 jesuita's, abominahan los lujos y desmanes que 105 españo-
les y españolístas ostentaban, principalmente en Asunción. El
Supremo termina con e e reinado de pompa en un país pobre.
¿Vive austeramernte, es ¡Íeservado y sencillo. Gana la confianza
5130pu3ar.
La aún remanente. élite económica de Asunción, cuando"
[puede —-por carta a sus guales del Pláta, principalmente Buenos
!Aíres— se queja: dice q es Francia recibe con los brazos abiertos
…“ su casa a cua1quier h mbre del pueblo pero le niega un simple
|$esto & los ricos. Es ¿ mm de ese ambiente de una ¿ictadura
lpopular muy eSpecial —Ld0nde naturalmente no Faltó el terror a
¡1105 enemigos políticos—J— que El Supremo consiguió fortaleza
%para 'imponer las grandes reformas políticas y sociaies ¡11 Para—
fguay. Francia crea un sistema de información que abarca todo!
Nadie realiza nada en ¡el Paraguay que él no esté al tanto… Es
imposible conspirar coníra su gobierno. Si ese terrorismo político
le fue muy importante .1 cºmienzo de su administración, 'con el
jjcorrer del tiempo hasta se tornó estéril: ya no había a quiér3 o
3 ¡el qué vigilar. El Paraguay prácticamente era uno sólo: cohesxo—

' queílos qu e, po r cu a
a
bado y ¿bediente en resencia de la jefatura de El Supremº-
uí er mo ti vo po dr ía n ins pir
; de Francia, se retiraban cautelosamente para el mtenor & pam.
% ¿Fue el caso inclusiv e de Ca rl os A m o n i o Lo pe z, su
at:

su
re%

ce
rís

50
alx

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1 ¡

19
. 4. EL AISLAMIENTO NO FUE ELEGkD0
La principal medida del gobierno de rancia ——-en la ínter—
pretacíón de sus críticos——— fue el aislamient .impues.to al país. El
cierra ias fronteras y elimina todo el com mio y relaciones con
el exterior. Este hecho sería la causa, para uchos historiadores,
de una estructura extremadamente ínmov1ista en el Paraguay.
_ El país se tomaría hostil posteriormente, a toda manifestación
'de civilización. ' ' 7 … _ ,
, Además de no ser esa, rigurosamente la verdad, debe acen—
tuarse, que Francia fue forzado a aislar al ais. No fue su deseo
“basar en el aislamiento una política auto—es ogida. El aislamiento
dei Paraguay 16qu impuesto y Francia su o encontrar una po—
“1ítíca económica que enfrentó con éxito.
El Paraguay es un país'mfditerráne que no tiene salida
' propia hacia el mar. Para export r su prod ación ———-el tabaco era
".el ' pgincipz_zl producto en tiempo de Fra cía——— él necesitaba
de la libre navegación de los ríos, entre los cuales, el“ Plata.
Pensando en eso, el gobierno (entonces un ongreso Revolucio—
nario) realizó un acuerdo con Buenos Aires En 1811, para facilitar
, la salida'de sus productos. Buenos Aires, sin embargo, no"]o
“cumplió: además de no permitir la nave ¿¡ ción de 105 barcos
paraguayos, también crea un impue sto adiional sobre sus pro—
ductos, especialmente sobre el tabaco.
También en 1815 y 1817 continúan ] as presiones de las
provincias más al norte de Buenos Aires… EL.1 ganado paraguayo
ya no puede pasar por las provincias ve c;ías. Esas presiones
contra el Paraguay, obligan a Francia a to ar contacto directo
con Inglaterra, buscando en alia su apoyo como una forma de
conseguir la exportación de sus productos. El intenta obtener la
navegación para sus barcos en 1814, y, prin ípalmente, en 1823,
junto al representante inglés en Buenos Aires, Wood*bine Parish.
Pero Buenos Aires. es implacable en el bl agueo. Las presiones
de Buenos Aires obedecen a motivos evide tes: se pretende 50—
meter la prºpia soberanía del Paraguay ——no se perdona a Francia
acabar con la clase privilegiada que servía & infiltración para el
dom1mo de Buenos Aires al Paraguay. Y 11 se trata de simples

20
rep:esaliás, pero sí de la tentativa de recuperai- y ampliar el gran
merk:ado paraguayo; tanto para vender sus productos —-y 205
expórtados por Inglaterra— como para usufructuar su expona_
ción. … “ ' " '
ConViene recordar que en ese tiempo la Argentina no era
un país unífibado. Existían varias provincias que tenían libertad
de acción. La? mayoría de ellás seguían el procedimiento de Bue-
nos Aires contra el Paraguay de Francia. De tal forma se apretó
el cerco al Paraguay, que no'había salida posible para Francia,
si HQ ceder, a ios ¡ntereses de'Buenkos'Aires. Y qué es Buenos
Aírés? '— '
En esa época13uenosAíre5 era la sede de los intereses comer—
ciales ingiesejs, comenzando un largo reinado en el Plata. Luchar
contra Buenos Aires y las, demás provincias, es también, enfrentar
. las normas admitidas por Inglaterra pa_ra el comercio internacio—
nal Fan esa área Y quién controla, a partir de Buenos Aires, el
com'ercío intdrnaciona…l de] Plata? Ciertamente una incipiente bur—
guesía cuyas ramíñcacziones ván hasta la misma Asunción, el
corazón del gobierno de Francia. Eso signiñca que en la lucha
contra Buenós Aires, Francia ni siquiera tendrá el apoyo de la
burguesía rica de su país': ella está minacia por los intereses
ecof;ómicos que'la 1igan a los argentinos én forma directa y, en
fornºxa indirecta, al capímí inglés. '
Para organizar y haber progresar su país,_Francía necesita
de dinero. No le es posible obtenerlo sin someterse a la explota-
ción exportahdo 105 prodúctos paraguayos Dinero y medios,
entonces, él *¿f'¿ & obtenefsacando de los ricos de su país.. Es esto
lo que explica y determina las persecuciones de Francia: su dic—
tadura ejerce 'un poder cruel y terrible justamente para defenderse
de 133 exp]otáción dirigida por Buenos Aires y apoyada pºr la
propia burguesía de Asunción. Para conseguir riqueza y dinero,
Francia es ir?1placab]eí elimina a los representantes de] poder
económico paraguayo. Crea un estado policial, una dictadura
perpetua peculiarísima, para sustentar un gobiernº popular.
1 Pero sóío no se gobierna un país. Francia se alía entonces
con 2105 que están desvinculados de los intereses de Buenos Aures,

21
para su suerte, exactamente aquellos que pasan a detentar los
medios de producción: el pueblo. Y se rea1íza el aislamiento del
Paraguay Las fronteras están cerradas: nada entra () sale

5. ESTA NACIENDO UNA NACION LIBRE %


— ¡
Aislado el Paraguay, Francia está delante de dos problemas:
no se elimina la hostilidad de Buenos Aires y es preciso Crear
una nueva estructura económica para que el país sobreviva. La
superación de esos dos problemas es que podrá, inclusive, dar
estabilidad al régimen político de Francia. Al mismotiempo que
Francia va estructurando una nueva forma de gobierno, crea
nuevas relaciones económicas y paralelamente comienza la pre—
sión contra lo que además representa una herencia del Paraguay
…Inninl F.l multa desmesuradamente & 105 españoles y eSpaño— '
im.… y.1 en 1823 y promueve la primera gran reforma agraria
¡lr' ln América del Sur. Al contrario del ais1amiento del Paraguay,
¡…nº fue un:: circunstancia impuesta y no un deseo de Francia, e1
principal acta de su gobierno está justamentéen esa nueva política
económica. Y especialmente, una nueva estructura en el campo
permitiendo el acceso a la tierra por los humildes campesinos.
A través de conñscaciones o de compras abajo precio, el gobierno
adquiere y distribuye tierra a los campesinos paraguajzos —arren—
dándoles a costo irrísorio—— además de suministrarlés, inclusive,
implementos agrícolas, ganado y semillas. Esta fue la gran revo-
lución de Francia —-—creó una estructura agraria que la América”
del Sur aún no conocía. Además de eso, estipuló normas para
el comercio, de tal forma que la nación no se empobreciera por
la clausura de sus fronteras y consecuente falta de transacciones
con el exterior “: ¡
Francia creó las “Estancias de la Patria” donde¡ los trabája—
dores del campo producían con la ayuda del Estado y podían
disponer de la parte de su prodúcción como hombres libres
Todos trabajan en comunidad —una experiencia que los paragua—
yos ya tuvieron con los íesuíta5»—- y de las estancias salían prin—
cipalmente carne para el Ejército y cuero para su exportación;
que además se hac1a penosameme.

22
A1 Mientras que aún ¡¡ abia medias para exp0rtar ——porque la
.cííausura de las frentera 5 se hizo en Forma gradual y no una
¿determinación precisa de Francia como se piensa—— todo el,comer—
í<:Íio exterior fue hecho a t avés del Estado, En conclusión, Franciá
íéescarta la_ burguesía m rcantilísta de los lucrosque Ia exporta—
ldión puede dar y es el stado quien lucra. '
Naturalmente, ese u adro no despierta entusiasmo en los
?Vecinos del Plata, 10 mis rfmo en el Brasil. Francia está o'rganizando
3ú'na nación libre y dem strando que es posible sobrevivir sin la
:síumisión a los intereses xtranjeros y sin sustentar una oligarquía
piarásita. El Paraguay p sa a ser> ya a partir de ese momento,
¡in ejempio pésimo par América; veremos más adelante como
é¡sa estructura de naciórj puede incomodar al “]aissez-faire” que
los cañones ingleses imponían al mundo.
3 Por otro lado, El S u remo demuestra que no existe índepén—
! éncia política sin inde€endencia económica. Eso ya era muy
Eonocido en aquel tiemg 0: pero justamente por la evidencia y el

oi“¿f
ejemplo paraguayo, es ás incómodo. Tanto para sus vecinos
¡.

ominados como paral dominadores, Ei Supremo estaba cons—


%t?uyendo un país. Deba o de su absolutismo crecía rápidamente
61 Paraguay. Sus actitud 5 eran siempre duras y no tenían térmi—
—dos medios: mientras que, en los países del hemisferio Sur perdían
61, tiempo en debates est tiles sobre la libertad, Iibérálísmo, etc.,
¡El Supremo entendía qu -esas imitaciones libertarias eran apenas
'1in escapís”mo formal qu no conducía a nada positivo. Y, dentro
1
¡je su rudeza política, o _se detenía anteactos bruscos. Po'r
¡ —jempio, contra laIg1esi , que siempre tuvo su parte importante
Ee_n el banquete de las n ciones americanas.
M Francia suprimió t anquilamente las órdenes religiosas y
&kansformr3 sus convento $ en cuarteles… Ya en julio de 1815 —cua—
3t?o años de5pués de to Tr el podér—— Francia hizo romper a ¡a
“Iglesia catóhca con Ro a: la Iglesia en el Paraguay ahora es
'rjacional. Es más; Franc a ei 20 de Septiembre de 1824 conñsca
tbdos los bienes de la I 1esia y los transfiere al Estado; prohíbe
i¿3rminantemente la cons mcción de nuevos templos. El esfuerzo
1 5'a:raguayo sólo será utili ado en bienes de producción; determina
Fa libertad de creencia n el país y extingue para siempre los
tr1bunales de la Ínquisic ón. No satisfecho, y para hacer constar
¡
23
1.
?
que la Iglesia tiene que ser nacional, m1rída esculpir em el fmn
tispício de todos los templos el emble a de la República del
Paraguay.
Por qué él hizo eso?
La explicación dada _por sus enemigos en ei exterior, era;
natu_rahnemá la _de su “barbárie”. Evide- nfemex_1te_:, no se trató ¿
cso: Francia, coherente con sus convícci c,mes, eliminabá el poden
económico y político de ia Iglesia en el Paraguay. L ivelaba
los sacerdotes católicos con el pueblo. E Supremo, utííizandc 35
poder de su“ “dictadura perpetua”, conv e3rtía & todos, en'igualeq :
dentro del Paraguay. !

De esa forma, el Paraguay progre$a. Francia no descuida -


y observa todo: desde la diversiñcación de las cosechas en 1051
campos hasta los más simples problemas burocráticos. Además; %
el Paraguay con Francia, es€á libre de burocracia que mina otroái
esrados sudamericanos. Naturalmente, porque él acabó con una?
oligarquía parásita que se ramiñcaba especialmente en Buenos?
Aires y algunas otras províncias,la fama de bárbaro y ferrorísta,í
aumerífa cada día.
La verdad, Francia tenía una visión cultural más amplia qué?
los gobernantes del Plata y del Imperio del Brasil: en su tiempo,í "
la enseñanza adquiere una fuer¿a extra rdínaria. Al final de 5115
gobierno ya no había analfabetos en el país. Este es un hecho? _
testimoniado por varios europeos. Más ue el precio de haberí ¿
gobernado con poderes absolutos, ni si uíera con el simulacro
de un poder legislativo, El Supremo p ¿ga el precio de haberá _
organizado un país 1libre, cuando le achan de bárbaro y otros! '
juicios de! género.
Cuándo él muere ———só'ics—— dicen q & no tenía un pariente
… vivo, deja un país floreciente, con una oncíencia nacional For——
mada por el pueblo y que Caríos Antonip López va & perfeccio»[
nar. A pesar de su importancia, aún hoy son raros ios juzgamien-'
[OS más sobrios y justos'sobre Gaspar 0 dríguezz de Francia. A3
su fanatismo por ¿“1 gobierno y su violeíia por llegar a los fines“ ¿
propuestos, desñguraron no sólo 305 juic 05 sobre: éi, como ayu—
damn también, a crear una imagen co trn el Paraguay de los;<|
<.
López que fue largamente usada por sus enemigos como propa--11 :
ganda de gu erra.

24
La crítica más importante que se puede hacer, hi5tóricamen-
te, al dictador ancía, es haber exterminado a la oligar uía
económica desu país sin ¿conseguir paralelamente, crear una c ase
dirigente. Eso,a largo plazo, _fue fatal para el Paragúay. La
aus'_encia de una clase dirigente vinculada a los intereses naciona—
les fue sentidá fatalmente por Carlos Antonio López y después
por su hijo, Sqlano López, en los conflictos con la Triple Alianza.

6. EL PUEBLO PARAGUAYO
¿
¿La soberánía del Paraguayes una idea fija de Francia. Como
él ejerció despóticamente el poder para garantizar esa soberanía
y porque perjudicaba a los intereses internacionales en ¡a emer—
gente república, todosu gobierno pasó a ser analizado por sus
vecinos desdé el punto de vista de un libemlismo idealista. que
por vestigio só10 existía idealmente…
Pero ese_absolutismo tºtal ——Francia disponía simplemente
de la. vida y de los bienes de cualquier paraguayo——— tuvo lesu1—
tados prácticos que desmienten el estrechísmo político que pre-
tenden1mputár a El Supremo.E1 crea un pueblo con una naciente
conciencia histórica. Cuando dis!ccadel poder político y econó—…
mico a los hérederos cleí coloníaíismo español yáistribuye las
tierras en poder del Estado, lanza las raíces de una conciencia
naciºnal que se dispone posteriormente a morir en defensa de
su sociedad. Y qué clase de pueblo es este?
Es un pueblo que se dedicaunica y exclusivamente al trabajo
Que¡acepta las normas de F1 Supremo y llena los depósitos del
Estado de aquello que produce Dedicado exclusivamente al tra-
bajo,“ vigiladopersonalmente por El Supremo con leyes rigurosas,
encuentra una desconocida forma de libertad. La libenad de no
ser pcrseguidp por oligarquías impr0ductivas La libertad de no
precisar más ínclinarsca los preconcepros de los jesuitas. Y gana
algunos condicionamientos que comienzan a plasmar un nuevo
Sentimiento popular. Las penas rigurosas para asesinos y ladrones
(la muerte, púra y simple sin juzgamientos artificiales como se
conºcían eh la época, con leyes para absolver & los ricos y
condenar a los pobres) eliminan el crimen de1.país.

25
Aimé Bonpland, por ejemplo, un sabio fránc<as que fue a
realizar estudios botánicos en el Paraguay y que demoró muth0
en salir, retenido por la desconfianza de Francia, detestando al
dictador por su prisión injustificada, lo mismo da un testimonio
claro sobre el pueblo paraguayo, Después de largos años de
estar preso en el Paraguay, al salir finalmente una viez que cruzó
la frontera y entró en terrítorioargentíno, fue víctímja de un robo
de caballos. Y, para el negociador de su libertad, Grandsir, añr;nó:
“Como se ve, ya no estamos más en él Paraguay”. El propio
Grandsír, que para llegar al Paraguay y negociar con Francia la
libertad de Bonpland tuvo que Cruzar varias provincia's argentipas,
afirma: “El contraste (del Paraguay) es en general áorprendénte
crm todos los países que he cruzado hasta ahora: sie viaja en el
Pnrag1.my sin armas; las puertas de las casas apenás se cierran,
¡…en mdn ladrón es condenado con la pena de muerte e incluso
c-¡ min ¡'>mpictario de la casa o la comunidad en donde el robo
rn c:nmctinlu, cntfm obligados a índemnizarlo. No se vén mendigos,
mdn el mundo trabaja".

7. DEL ABSOLUTISMO A ROUSSEAU Y VOLTAIRE

Francia fue el primer estadista americano en lanzar el léma


de “Orden y Progreso", y para cumplido7 creó Íuna práctica
política que se resumió en Su frase pionera: “Independencia 0
Muerte”. Con esos dos lemas, alejó al Paraguay dg la anarquía
que imperaba en los estados vecino's, tanto en las provincias
argentinas, luchando fratricidamente, como en los conflictos se—
paratistas en el sur del Brasil, implicando a Rio Grande y el
Uruguay. _ 1
El absolutismo de Francia, sin embargo, dentqo de la pers—
pectiva de su tiempo, no es reaccionario. El es en cierto sentido,
un positivista que será admirado por Comte y sie enlaza %cog
Rousseau y Voltaire. Dentro de su concepción personah natúra1-
mente menos universal que sus maestros europeos ——si es que
se puede llamar maestros de Francía—f el Paraguzíy pasa a ser
algo peculiarísim9 en la América del Sur”. Será a partir de Francia,
el único país latino a no tener clero y cláse económica influyente
y, en contrapartidá, a sufrir una proñm¿ía reforma social que ya
26
)

%ue llamada por algunos -—aunquc sin mucha propiedad— de


Tso<:ialismo de estado". '
Y Su prevención con;ra el anarquismo de los países ,vecinos
…las, por tanto, no una eacción de Estado a las luchas sociales
¡e los,opresore:s contra los oprimidos, entre la clase dominante
las masas trabajadora, que en forma anárquíca y meramente
intuitiva muchas veces & verificaban en las provincias del Plata
y hasta en el mismo Ri3 Grande brasileño, pero sin el establecí—
miento de Una política ¡ieñnida en favor de un Estado que pre—
tíende ser popular. Como añrmá… Vivían Trias (“El Paraguay de
Francia, El Supremo, a lía Guerra de la Triple Alianza”), Francia
¿ze apoyó “en los campeainos, modestos industriales y comercian—
tfes, peones y ¿artesanos, para aplastar a la oligarquía de grandes
¡5ropietarios, altos jerar as y ricos traficantes”.
¡ No es posible ente der en su total dimensión la Guerra del
Paraguay5in comprendér la Revolución de Francia“. Y, justamen-
$Je, porqué los actos re o]ucionarios de Francia culminaron con
na extinción prácticam nte total de la clase dominante paraguaya
(entiénáase: oligarquía parásita ligada a los españoles y los inte—
|resés en el Plata.), sus m didas despótícas son criticadas en forma
¿neramente “ideológica” . En conclusión: se denuncia superñcial—
¿nente a Francia como n tirano sin preocuparse por los hechos
oncretos que resultaroyp de su “tiranía”. Es más fácil afirmarse,
£or ejemplo, que Franci¡a era un anticlerical fanático porque dice
“¡“Si! el Papa viniera al Paraguay yo le haría simplemente mí
¿:apellán”, que indagar las raíces históricas de esta afirmación,
¿gue están, ciertamente, n La lucha contra un elemento de domi—
1j1ación y alienación dei ueblo paraguayo: la influencia católico-
?omana, “domesticand ”. a los indios guaraníes, al principiº a
favor de España y, post riormente, en su propio beneñcio, explp—
tando su producción.
?

?. DONDE ESTA L4 SALIDA?


Pero no se libera u pueblo impunemente. En cuanto Francia
Órganí:¿a_ un Estado sob tan o, no per mit ien do nin gun a for ma de
infiltración extrañjera ? ra sustraer su riqueza y da un ejemplo
práctico de participació comunitaria en la economía del país,

27
paralelamente comienza a enfrentar el pr blema <:apital—, resul-
tante de esa política nacionalista y aut6n ma: la codicia de sus
vecinos, impacientes para el botín y desean entes de no participar
de la expoliadón de los bie.nes producidos or el puebl—:i pamgua“
'Yº> cierra cada día más el círculo de! come cio emeríor. El Para-
guay tiene una superproducción; los depó itqs en los campos Y
en Asunción están lienos. Si “hay exceden'e de producción para
» el pueblo, corresponde ¿al Estado export ese excedente para
transformarloen riquezas que vengan a 'mpulsaf el progreso
interno, modernizando los propios medios ¿e ptod%ucción.
_ Ese contraste, finalmente, va a prove … la guena impulsada
por sus_ vecinos_,' iristigado por ai capital inglés, manífaulando
políticosv_bmsileños ¡¡ argeútinos, cuando 1 gíán potenciá ímpe—
rialista, Inglaterra, comienza a sufrir sus p pias connadieeiones
“ internas y perder sus fuentes de materia p 'ma en el exterior, al
mismo tiempo que ella, también, necesita e portar sus excedentes
industriales. '
La no solución de ese problema por Francia (y posterior-
mente por Carlos Antonio López y por ] mariscal Francisco
Solano López),— es el comíenzo-de la Guerra el Paragpay. Francia,
, por tanto, creó un Estado libre y soberan .
Sus consecuencias económicas dete inaron ¡a largº plazo
los motivos económicos que se ocultaron & “razones políticas”
para la destrucción del Paraguay por los títeres ¿[e Inglaterra.
+
' …Para exportar, el Paraguay precisaba dej r gran parte de sus
ganancias en el puerto'de Buenos Aires, Y no había otro! medio
de escapar a eso a no ser perder la sobera ní del país,, permitiendo
* .lo que en esa época Inglaterra representaq a como forma de su—
prema civilización: el “libre comercio”. Ese conceptc colonialista
de “civilización” tenía sus beneñcíarios etx todo el hemisferio
sur, menos en el Paraguay, que por no acep ar una “civilización”,
que significaba vender el país al imperialisawo británico, entregar
la producción pºpular a los intereses ajen 5 a la nación, porque
como»ya vimos todo salía de las organizg ,
ciones ' comunitanas
incentivadas y creadas pór Francia, quad 0 eñnitivamente aisla—
do. '
El gran error de Francia, si es que 0demos llama; error
' Aesa incapacidad histórica, fue no crear ——d la forma como creo

28
ese tipo ¡:ccufliar de Esnado Pºpular——— una clase“ dirigente inte—
regada¿I. in ¡.que¿a nacional, capaz de abrir políticamente los
¿ios dei:Píz.1…1 _: cl,Paraná paaa1a_líbre navegación de sus barcos.
Quién va : ::'lizar esa tentativa, parcialmente bien sucedida a
mediano r.:i.1. : ::históricamente frustrada al final es Carlos -An-
t0m'o ICp<,, J…."'asume el gobierno con la muerte de josé G39par
Rad1ígw:- de. Mancia, en 1840.

29
CAPITULO II

El país más prºgresi$ta


e la América del Sur

9%. CARLOS ANTONIbLOPEZ ASUME EL GOBIERNO


' En 1840 el Paragua es uh país sin analfabetos; Existían en
a%quel tiempo para una equeña población de menos de cuatro-
centos mil habitante¿s (: atrocíentos treinta y dos escuelas con
Jeinte y cuatro mil _a]um os. Ese dato muy bueno para esa época
3% para las circuntancia del país llega a ser magníñco Más
sgniñcatívo, sin embarg , es que toda ur_1'a estructu'ra socio—eco—
r%ómica, atendiendo plen mente loq intereses pópúla_res, esta hbre
& burócratas, cortesano y los parásitos del género: en el Para—
guay só]o e'xíste trabaj genuinamente productivo. No había
deuda externa, algo abso utamente impensable dentro de las nor—
%r%aas dellgobierno de El upremo. El país está listo para el desa—
ráollo, que sólo no es pl no pór las altas tasas queBuenos Aires
%¿0bra para permitir la_ s Iida de sus produttos.
%% El 20 de Se=ptiemb de 1840 muere Francia.
% Su muerte fue recí ida con alivio por los pocos ricos que
¿onsiguieron escapar de su absolutismo Esos pocos ricos, gene—
almente, se refugiaron n el interior del país, menos para huir
de posíb1es pers.ecucion s de El Supremo y más para no llamar
%laatención del dictador. ntre esos hombres está Carlos Antonio .
¡López, que vuelve a sunción y se transforma en el primer
%%9residente constituciona del país. Carllos Antonio López es ge—
%neralmente presentado omo un “obscuro abogado”, oriúndo de
%ma familia muy católic (tenía dos hermanos clérigos, uno de
los cuaies llegó a obisp ) y va a ampliar el sistema heredado de
%Francia, modernizándol ,y que pasa a ser ostensiblemente agre—
j dido internacionalmente en la medida en que obtiene resultados.
,—

“ —10. LA INFILTRA CION INGLESA

Igualmente, antes de verificar" el cuádr económico respon—


?able _de_ la r1queza de Inglaterra, a trave del e;erc1_c1ojde un
Imperxahsmo económico imp1acable, es pr cisc cons¡derar que
el pequeño Paraguay cºmienza a romper to 0 un sísxema político
' yóeconómicp cuándo plánea su emancipa -íón nacional frente
a los métodos inglesé's, aplic¿dos sin pm lemas de delicadeza
nacionalistas en lasprovincias argentinas en el Imperio de?
Brasil. Era norma para el imperialismo in 1és (y otros menos
“poderosos, con inñuencia circunstancial e la América del Sur
de esa época) exportar su +e'cnología, fínanc ada por sus capitales
ganados con intereses extorsívos y, princi aimente, ai servicio
. inmediato de sus propios intereses. Así los ingleses financiaban
y tenían el dominio accionario denegocíos ásicos para su pene—
tración en la dominación económica del país señalado. Por_ejem—
. plo: la construcción de un ferrocarril creab múltiples intereses.
El propio lucro proporcionado por la explo ación del emprendi—
m1ento y también la facilidad que por co nlusión se volvía el
_ aSpecto más importante del negocio, en el t nsporte de materias
primas del interior para los puertos de exp nación.. (Evidente…
mente, las vías del ferrocarril servían tam íén para facilitar la
penetración de los productos ingleses imp nados)… Dentre de
— ese aspecto, naturalmente no interesaba al imperia]ismo inglés
la emancipación de 'la economía nacional & ningún país. Era
necesario para apuntalar la gran potencia in ue.tría1, un mercado
- consumidor de sus exportaciones… Era nece ario mantener ?. Ios
países de América del Sur como simples ab steced0res de mate—
rias primas y consumidores de per—UCtOS índustríalízados. La
… materia prima, a bajo costo, sustentaba 'las industrias ingiesas;
manipuladas, manufacturádas, ensanchaban Imercantilismo, au—
xiliado por países sudamericanos por las “f entes de progmso”
exportadas por Inglaterra. Vías de ferrocíarrik, telégra1fo, la propia
imprenta para mantener el mít_o de que el ºílibre comercio” era
“ú sinónimo de Civilización, etc. Cuando esas materias primas se
convertían en buen negocio lucrativo a pun o de “amar la; aten—
- _ción, el capital extranjero acababa por absor erlo: la expíotación
minera en el Brasil es un ejemplo clásico. a compra de tierras

,32
¡
x

a trax)és de contratos lesivos a los intereses naciona1es (por ejem-


plo:]a lo largo del ferrocgfríl, la que posmb1htó ín_numerables
'—', ¿$,,…5…cgammrmmmm…muwmm—w—— — — A.

especúlacíones y enriquecxg & muchagente) tamb1én'gra una


práctica, tanto en el Imp<;r1o del Brasd como en la Argentina,
los grandes vecinos del Paraguay.
Dentro de ese cuadro, tanto en el Imperio de] Brasil como
en laé provincias argentinas, especialmente Buenos AiresJ nace
una clase privilegiada y dístanciada de la nación, usufructuando
del capital inglés como su representante 0,10 mismo, directamente
subofdinada. Asociadas al capital inglés, una nobleza corrupta
en el Imperíoádel Brasil y una burgúesía naciente en Buenos
Aires dominan todo el sistema político. Esos testaferros del
imperialismo británico, para sustentación del dominio político,
mantienen el monopolio de los medios de comunicapíón: ya
ínsuñ<;ientes en esa época para formar cualquier resistencia po-
pular.; De esa forma, no existe Como concepto 'de nacionalismo
nada más queguna grotesca exaltación de fanfarronadas y una
nostálgica noción de la honra, por más viciadaque'se presenta
la clase dominante. Derecho y Justicia sólo existen formalmente
y el qomp1ejo “jurídico que sustenta el Imperio o las provincias
argentinas son; apéndices fidículos della historia.
Por eso, —a partir de la completa dominación del capital
inglés, imperiálista y envolvente poiíticamente, sedimenta una
mentalidad que acepta la intervención extranjera en el destino
—-— u;.á.¡;q_g_ w ,…5 ;…

económico de América ¿el Sur, como prueba de “civilización” y


resultado normal de progreso. No se debe olvidar que estanws
en la mitad del? siglo XIX y “progreso”, “civilización", “ciencia?
etc. son mitos muy bien alimentados por los ingleses. Con rari—
sima5* excepciones, tan raras que ningún resultado práctico obtu—
¡…
vieron, no había resistencia ante la avasalladora presencia del
imperialismo €conómico inglés en América del Sur, a no ser
cuando ella se arma & intenta como al comienzo del siglo XIX
“tomar”? Buenos Aires" Pero, la Guerra del Paraguay, entre otras
lecciones históricas, va a enseñar una más: es más eñciente “to—
mar” un país d0mínándolo económicamente que estabi€c€f 65€
domir;io por la fuerza de las arfnas. El Paraguay, Sin embargo,
fue un “accidehte” bastante extraño. Porque allí, la dominación
económica en una fase que el imperialismo sustentado por las

33
armas ya venía substituyendo sus métodos, adecuando! os & ias
z ción” ,no fue po-
nuevas circunstancias mundiales y decivilia
síbíe por la corrupción. Inglatezra tuvo que retropeder en el
tiempo. E, indirectamente con la presencia determinante, ren
—buena hora, estimula a. Brasil y Argentina & destruírlo.1róníca—
mente, se puede anrmar con re]ativa seguridad que el imperta—-
lismo brasileño y el caudi1hsmo argentino (ayudados por la b'ar—
barie de Venancio P]ore_s del Uruguay. Y por su atraso cronoló—
gico. emplearon los medios de dominac1ón mditar que Inglaterra,
líder del & “civilización” , representada por el “libre comercio”
que imponía al mundo, ya no podía usar sin Víoíentar sus hipo—
critas principios. .
Al mismo t1empo se define una estrategia económicade
resultados excelentes para Inglaterra: cuando es ncceáario, Brasil,
Argentina y Uruguay se unieran contra el 1araguay y requirier_on
dr: capital para sustentar la gue1ra, se determina la total depén—
¡imán de la economía de esos países__a lOs bancos ingleses. Las
drudas provocadas por la Guerra del Paraguay lievan a la órbita %—
3
<lc la rural dependencia al Brasil, Argentina y Uruguay, víctimas R
3
ahora de un déf1cit ñnanciero que va a sangrar para siempré el
organismo político,social y económico deºesas naciones Sólo
hubo un ganador: Inglaterra. — ' ;
Se destruyó al Paraguay. qué se oponía al sí¿tema de”su
dominación económica y se subyugó t:olahnente &“ los aliados
que lo destruyeron. *

11. PRIMERO, RESISTIDO POR EI' PROGRESO


El Paraguay va a romper violentamente toda una estructura
de dominación económica. Carlos Antonio López, un “obscuro
abogado”, va a enfrentar los métodos británicos y promover el
progreso de] Paraguay sin buscar un centavo de los financiamien—
tos ingleses. * 3
Y su método es simple: é1 trajo del exterior 3 todos los
técnicos que el país necesitaba para ímp1antat la Lasa de su
desarrollo industrial Es preciso no olvidar que los plocesos ín-
dustríales de esa época (mitad del siglo XIX) son simples Es
fácil transferir y copiar tecnología; obviamente no existía en

"34
> ,!

“aquel tiempo la soñsticajión actual, ni una legislación internacio—


nal específica que 1mpe 13 el uso del as técnicas conocidas en
ovecho de cualquier país. La única barrera era, justamgnte, el ,
! g£1a dominación económica; ¡& inhltración ¿e las potencias ricas“,
“ ¿Especialmente Inglaterra; en las clases dominantes de los países
; pobres para impedir la emancipación económica nacional Como
* ?n el Paraguay el capital inglés nunc_:a consiguió. pfédominar y
— n'p existía una (:1 aºae dominante al servicio del imperialismo extran-
' iázo. No hubo pxoblernas para el presidente- Carlos Antonio Ló—
1 9132, que crea una ínfrae1truciura básica de desarroíio industrial
¡ yicu1tural
1 De esa forma el primer ferrocarril del país es planeada por
! ¿… ingeniero inglés, Padfíson, con capital netamente nacionaly
( du-igido por el Estado F una vía de ferrocarril de: setenta y dos.
kilómetros que tiende especialmente, y tan sólo, a atender ínte—
, ¡(eses paraguayos. Así lle an ingenieros, profesores, arquitectos,
1 ¿ gíéólogos, médicos, ínst uctores milítarés y hasta periodistas.
' Í 1 Hilos llegan para estable er las bases del desarrollo: construyen
' f brícas y hospitales; se crean diversas empresas. Todos" esos
; ( cuicos son contratados y pagados en moneda de oro. La mayoría
¿ ' de ellos vienen de Ing] erra; también había grandes hombres
¿ie otros países. Como lexandre Ravizza, arquitecto italiano,
?pn;fructor de teatros. C mo Alfredo Du Graty,__fé_n_1_oso natura—
¡sta belga]; hasta el mis 0 argentino Juan Pedro Escalada, fun-
dhdor de(a instrucción úb1ica en el Paraguay y que consigue
ralizaciones jamás igua adas en Amé1ica; entre esos hºmbres
'no faitan brasileñºs,conho Villagrán Cabrita, instructor militar
(lie am" Haría balística
ts¡' En ñ1,n 10 que Carlos Antonio López hace es crear condicio—
nes básicas para el progreso y modernización del país, sin some-
* tema al imperialismo ecºnómico inglés. No sólo consigue eso
¿ cq>ntratando técnicos _extran;eros, como a mediano plazo hasta
ptescinde de ellos: envía para Europa (Inglaterra, Alemania y
Francia) y para los Estadms Unidos, los;óvenes más promisorios,
eílegídos entre los alumnos que más se destacan en las escuelas
paraguayas, para que se specialicen en varias áreas A su vuelta,
qrán ellos los pr'opi05 re ponsables por la evolución tecnológica
3?! país creando más industrias y abriendo vías y perfeccionando
'!
…, 35
.a-

'los establecimíeñ'tos eXistentes, además ¿? lanzar 113553535 de la


enseñanza superior. 1
v El Paraguayestá en una ebullició_n_de p?ogreso.La pro ducción
aumenta con Carlos Antonio López: tabacd>, yerba mate, algodón,
arroz, caña de azúcar y mandioca son abundantemente cosecha-
dºs. Veinte años de5pués de asumir Car 05 Antonio López, se
Bega a-cosechar una sorprendente sum de 5í'ete millones de
kiIos de tabaco“; se obtienen diez míllone y medio de kí1os de-
yerba mate y'había un significativo rebaño de siev:e mil]ones de

rm… -
cabezas de ganado bovino. ' '
' Toda Esa riqueza se exporta, a pes r de las expoliacíones
impuestas por Buenos.-Aires y su puer'1) controlado por una
aduana al servicio del merca'ntilísmoin lés. Pero no es todo.
Toda esa riqueza, en manos del Estado, o tenida en régimen de

…“… WJ-W=*-NWG?TE%…'£
v producción comunitaria, en una especie de cooperativismo socia— , ”
lizado, que ya por _sí estimula 121 codicia internza¡c:icmal3 además
_ es un a5pecto dé la infraestructura económi a del Paraguay. López ¡
. _ padre, sabe 'como perfeccionar el rudimen arío esbozo socioeco— !
nómico heredado de Frangia y, más que _es , sabe como implantar
en la pequeña República un nacionalismo uténtico que la rescató
' | de las industrias de base con predominio de capita! inglés; además
el construyó una industria de base, moduladora del progreso,
con dominio total y ábsoluto del Estado? que en el Paraguay

¿. … A..,__.__,.. …r-…»…… -:;-gm=ma;;am … '


de la época equivalía a decir: al servicio el pueblo.
' Ya en 1845 —-—cinco años después que C-ar105 Antonio López ' '
llegara :_al gºbierno del país— funcionaba la Fundición de Ybycuí.
Está fundición tenía la capacidad de fund r cada veinte y cuatro
...…

- _ horas una tonelada de hierro. Es bueno destacar para que se


entienda el desafío paraguayo de ia mit£d del siglo XIX: en
cuanto Brasil y Argentina importaban “bábidas espirituosas”, y
¿ desde álfííe_r y botón para ropas, hasta cucharas y utensilios …
domésticos, en el Paraguay la Fundición de hierro de Ybycuí ¿ ¡
ñ1ndfa una tonelada de metal cada veinte y Cuatro horas. Ybycuí
trabajaba las veinte y ¿naves horas con doscientos cíncuénta
operarios.En Asunción funcionaba un arsgnal fabricando armas
para el Ejército en formación y el armamento exa. hecho' con
metal fundido en el propio país por una 3roduccíón rorá]meme
' _ nacional.

36
Dentro de ésa €SEructu¡a económico--industrial, no era menos,
importante su astillero: los produótos paraguayos surcaban los
mares en navíos fabricados en el Paraguay, excluyéndose sus
motores a vapór, comprados y pagados la mayoría con el trueque
de mercaderías nacionales, pues, raramente Carlos Antonio pa—
gahalas importaciones en oro. Esos navíos (una Hora inicial de
once bamos a vapor y cerca de cincuenta ve1e105, aumentados
gradualmente con nu'evas unidades nacionales) partía de Asun-
ción para Europa cargados de yerba mate, tabaco yalgunos otros
productos, par¿a volver con aparatos científicos, armas más sofis—
tícadás, máquinas de imprenta y pzoductos químicos que, en su
mayoría, pasaban a ser fabricados en el propio Paraguay. Com-
pará'ndose Ia explosión nacional de progreso del Paraguay de
Carlds Antonio López con l'a dependencia total de la casi ínexis»
tente industria brasileña y argentín_a, es evidente que el Paraguay,
para lacívili¿ación inglesa”, era_ un peligro. 'La euforia del go—
bierno paraguayo, ante las realizaciones en tan cºrto tiempo y
las perspectivas que se ab1ían al país, se evidencia en el entu—
siasmo después del lanzamiento del vapor nacional “Río Blanco”
en las aguas, en 1856, cuando Carlos Antonio López proclamó
a la nación: —
“Nos es permítiáo comprender, si no al que experimenta,
el júbilo y la satisfacción con que Ies dirige la palabra vuestro
presidente ,
“Hace un año que visteis surcar en vuestras aguas el (<Yp0-
rá», vapor construido en vuestro astillero y por vuestros compa—
triotas Día para mi memorable y de satisfación, que marcará
época en ¡a humiíáe hist01ía de mi vida política.
¡Viernes 17, habéis pzesenciadoun espectáculo de igual
naturaleza, que COHITIOVIÓ nuevamente m1 corazón.
“Ciudadanos: la bánde_ra paraguaya surca nuevamente las
espumosas aguas del Atlántico y tal vez a estas horas se verá
solefñnemente_ saludada por el pabellón de la Gran Bretaña, en
cuyaá márgenes estará fondeaclo el Rio Blanco.
“Vuestro vapor Tacuarí tremoló también nuestro paño tri—
color el1nmen_so océano. Cuatro vapores mercantes de vuestra
exclusiva propiedad son cada día una patente revelación de nues—
tra Nación”…
37,
El progreso paraguayo se vuelve cada vez más evidenteén
térmír > concretos Ei_¡entusiasmo de la proclamaciórí del Presi-
den te f…1 rio s An to ni oL óp ez no es fon na1 :re ñej a law erd ad. Y
esa verdad provocará, por su impoztancia económica,: un resen—.
timientv aordo contra- esa magnífica emancipación nacional vé—
ríñcado s:empre donde las clases dominantés fuerqn habítuaf
mente mf:103 sabuesos d'el impexialí$mo: portugués,español o
inglés, de;>endiendo de¡as circunstancias. En Fm, el progreso
paraguay. - en la. mitad del sig1o XIX exporta madera produce
107za fina, construye ferrovías exporta sálítres yergue fábricas
de pólvorz.._ papely azufre Se insala el telégrafo. Una nueva
reformulacu3n en eluso de la tierxa exige más implementos agrí'—
cn]ns:v ellos son fabricados en la fundición de Ybycuí dando
nwjnrvs co…líciones de trabajo a los campesinos paraguayos qu_e
.mnmnmn su productividad.
¡videntemente toda esa estructura política produce un tipo
¡ir p.…icipución popular auténtica. El pueblo pzuaguayo está
mwumtn cn el proceso del desarrollo dei país y sabe,— por expe—
¡¡rmiu ptácticn, que participa de sus frutos. El mismociudádan_o
qum ¡…sivamentc cumplía ias determinaciones dé El Supremo,
ahora en forma activa enriquece el patrimonio moral de la nación.
La evidencia es dada por testimonios de aqueí tiempo: Ildefonso '
Bermejo ahrma en “Repu'bhca_s Americanas”que en el Paraguay
“no se conocían los 1ádr0nes” ., ni en las ciudades ni enlas regiones
despobladas. Cualquier viajan_te podía camin'ax sólo pór la noche
por el campo con grandes cantidades de dínexo para Ecompra de
tabacoa los hacendados y campesinos, seguro de que no había
de tener más que un respetuoso saludo de los caminantes que
encontrase” ..
Ese comportamiento popular que meme de los tiempos de
Francia, se observa en todos los niveles y es una de las Causas
del suceso de la administ1acíón de Caríos AntonioLópez. La
seriedad del paraguayo dela época .c01'1 losnegocios Lúblicoses
testimomada po; Félix de Azara: “El respeto a la cosa pública
existe hasta en la ciase más ínfima de la“ población. No sabría
citar un ejemplo de Falta de probidad desde el Estado o hasta de
pavte mismo del a gente más necesitada”.

38
&
Esa cohesión mora entre gobierno y —pueéblo, sedimentada
or una estructura somo conómica que 'emancípó el país, estaba
“'“TS

¿Nando al Paraguay a s r, en pocos años, la república americana


……

ás progresista, y que 3 era pºtencialmente. Eso representaba


”"I—.L ¿Bf

v n insuito & ios padron s que 51 imperialismo inglés impuso a'


'la? América dei Sur, dond predominaba ia_hípocresía enriquecida
31 la corté imperial bra ileña y en los salones de la burgueáía
Eorteña, para crear una canina de humo encubriendo el asalto
fe;onómíco practicado p r Gran Bretaña en el hemisferio Sur. El
':
Raraguay, un país me¿í erráneo olvidado del mundo, comienza
E; ser visto más allá de 10 salones diplomáticos de Buenos Aires
3?¿ Río. Su progreso comi nza & preocupar a la propia merrópolis
fo_;t1:4 :.-,……—..—………=._.……. , ………A….... … A

ír¿1glesa. Ya no sen apen 5 los representantes del capital inglés,


¿Íspecfñcamente en. el P1 ta, que reaccionan ante la pérdida del
Raraguay,que comenzó n 181 1 con Francia. Ahora, ya la propia
¿…etróp01is, con las me idas biien tomadas de Carlos Antonio
; ópéz, se ve amenazada or un ejemplo que= fructifícado, puede
%1¿?terar su dominio. Los rígenes de la Guerra dei Paraguay. que '
germinaban des<íe eí inici del siglo, comíenzanatomar contornos
'pí¿ítidos en la medida en q & el pueblo guaraní consigue consoiidar
"Tm: …

s progreso. Los buena resultados que Carlos Antonio López


oí tiene en las relaciones internacionales (que veremos más ade—
".:*m—Tiw5mºs:::.vasza'. "mi:…“

_lá'nte), finalmente serán nulados con cualquier pretexto disponí—


b1e, justamente para qu un país emancipado económicamente
x?o ponga en riesgo el “equilibrio” del Plata. Un “equilibrio”
!? , : - - . . . .
t que, como se vera, Stg ¡fica mantener el dom1mo del capital
íáglés sobre los dos más importantes países de América del Sur:
B;asíl y Aiºgentina.
12

…? 32. DONDE ESTAL CLASE DIRIGENTE


W

!
?
%
? ! ¡ Fem Carlos Antoni López va a ser víctima del mismo error
?¡¿ : (dometido por Francia: 11 consiguió formar una clase dirigente.
54 113 falta de esa clase dir gente impidió que su gobierno tuviefa
g
?L]?na visión global sobre los acontecimientos. El tuvo auxiliares,
%;
! 13 mayoría de 61105 extra jeros, actuando como “representantes"
!
L_ ' Hei Paraguay en el Plata ' en Europa, pero no consiguió de esos

%? 39
.

hombres una participación a nivel' de pol tica diplomática amplia. (1


No existía de esos ººrepresentantesºº'unav sión comprensiva sobre 1 *
los problemas que el Par_aguay causaba Inglaterra en el Plata, ¡
de forma indirecta, cuando directamente escapa ai control de los k ¿
testaferros del imperialismo británico. 505 hombres aprenden *
la realidad política y diplomática por' frag éntos, episódicamentej !
La propia dificultad del réconocimiento oiítíco del Estado para— ¡
guayo coñtríbuye a que no surja una di lomacía de gran nivel. [
Al lado'de eso, Carlos Antonio Lóp 2 no tenía una proyec—í %
" ción precisa de la política internacionai No obstante; obteníab
resultados estableciendo ;ratadosde ami, tad con el Imperio del *¡
Brasil, conseguía buenas relaciones con a Argentina y por eso ; 1
con Inglaterra, no consiguió percibir qu“ a 1argo plazo su país 1
. tendría una confrontación directa con los padrones imperialistas ¡
de la época. 4 ' > ' l ¡
La faltade 'una clase dirigente ligad' & los intereses nacio— -1 3
nales que podría establecer una estrategia aolítíca dle lucha corztra X 1
los sistemas ingleses de dominio o cre r concííc:iones de una ?… ¿
alianza comercial estableciendo un verd dem equilibrio en el 33
Plata, dejó al Paraguay desarmado ante la _presí0nes del Imperio '¡1 ¡y
del Brasil y de las provincias argentinas. Elpresidente Carlos 1
Antonio López incurrió hasta en una gran ingenuidad al analizar i*
los resultados de las luchas internas entre as provincias argentí- Í
_ _ -nas ———'q_ue él conocía bien-——- y nunca supo valuar las intenciones
expansionístas del Imperio de! Brasil. En fm, el Paraguay ¡lega
a una situación de estabilidad política'ja ás alcanzada por el
. _ 'Imperio del Brasil y, principal¡mente,'por 1 5 provincias argenti-
nas; conoce un desarrollo económico cu a base es totalmente
nacional, con un nivel de progreso técnic —índustríal superior a
. 1 sus grandes vecinos; tiene una estructu;a social gxceleme y un
nivel de instrucción y enseñán2a qúe e-li¿ ínó el analfabetismo
defpaís. Pero todo eso, hizo del Paraguay un vecino incómodo
y una presencia inquietante para el imperia isxpp'inglés. Por eilo,
una serie de circunstancias políticas interna í…0nales se van a unir
para destruirlo.
Los pretextoá serán varios, la mentira erá usada y prevalece
“ _ hasta en nuestros días. Las causas fundame taies para la destru& …
ción del Paraguay, es bueno resaltar, son níti amante económicas. ? 'f

.40
—u¡€_

Lo Que no ínípide que surjan otros motivos páfalelos que deter—


miriárán la guerra de exterminio de la república guaraní como:
cues£iónes de1 1ímites, accidentes políticos y diplomáticos inven—
tados, calumñ¡xías' manipuladas dentro de las embajadas yvluuás_ta
la grptesca crgzada de civilización para “1ibertar” al Paraguay de_
sus tiranos. Pbrqué López no comprendió anticipadamente todo
eso?!
_La incomprensión de Carlos Antonio López de esa coyun—
tura trágica está directamente ligada a la incapacidad de Francia,

y después de la suya propia, de crear paralelamente a un Estado


'…¿=— ;Wgwamvu:m&me£…¡ f

popular, una “clase dirigente capaz de interpretar prospectiva—


mente la realidad de su tiempo…
Rigurosaínente, no se puede decir que ese fue un “error”
de Carlos Antonio López 0 de Francia: la verdad, razones histó—
ricas ímpídierón el surgimiento de una clase dirigente identificada
con el nacionálismo popular del Paraguay. No obstante, si el
Presidente Caqlos Antonio López no consiguió interpretar global—
menté esa situación luchó para superar las circunstancias que
ataban al Paraguay & ur. círculo rígido, consiguiendo superar las
barreras impuestas por el dictador Francia. Con Carlos Antonio
López el Paraguay “se abre” para el mundo. Los tratados que
él consigue para la navegación de sus navíos, rápidamente posi—
bilitan un granºprogreso en el país. Paradojalmente, ese progreso
estimglado con las posibilidades de las primeras grandes expor—
……mxwx……m…nggggxaa

taciories van agdeterminar el cerco final a la joven República.


13. CUANDO ERA PRECISO INTERPRETAR EL FU—
TURQ — …
Pero es nécésario comprender que no son apenas las causas
econófnicas qué provocaron la Guerra del Paraguay. No es apenas
&] desarrollo industrial,la estabilidad política y una estructura
socia15más justa lo que suena a sus vecinos como un peligroso
ejemplo; que provoca Ia guerra que destruyó el Paraguay. Por
que, evidentemente, la República Guaraní está dentro de un
contexto contirjental que, a su vez, es dirigido como un teatro
de mafionetas dºs la metrópolis inglesa. Y ese contexto continental
tiene sus peculiaridades políticas y mórbidos deseos de expansión.
De un iado, el Brasil imperial siempre pretendió los territorios

41

… v ' 1
……

que con Ia guerra terminó consiguiendo: deiomo lado; las preten—


siones argentinas llegan hasta el Chaco BOrEaI. Claro, la ecogo—
mía es el resorte inicial y que irrita 105 intexeses ingleses, pero
no son despreciables 105 motivos secundario; de sus% agentes en
la América del Sur. Con todo ese empeño inglés .enel dominio
de América dei Sur 7 nunca su im eriaiismo tue tan“ sutil en la
forma y tan contundenteen el contenido. …
Eso porque Inglaterra inaugura aquí un nuevo tipo de do—
minio: deja la brutalidad de las intervenciones armadas y no
necesita de sus tropas de ocupación como en otras_ partes del
mundo. Pero se arma con la corrupción, asocíándosea la burgue-
sia mercantilista () a la nobíeza decadente financiando gobiernos
al trzwés de sus bancos e igualmente, fabricando banqueros na-
tivns que proveen sus socios en ei Brasil, Argentina o el U1uguay.
…n… el Buzón de Mauá, testaferro de Rothschild. Así9 es ingenuo
uuvmm- unn prueba documental (no obstante eíla existe) de… la
hnmvrnci1'm inglesa en el Conoºout“. Sin embargo, ias exidencias
unn c¡ur¡w y el ¡má¡isis de los intereses yacciones internacionales
nicmpw nos llevan a Inglaterra.
Cuanto más indeleble es la marca del imperialismo inglés,
cuanto más libe1al 1…»e vuelve en apariencias, más profundamente
él domina en esta parte del hemisferio.
No se puede perder. la perspectiva que &] liberalismo hipó—
crita, exportado por los ingíeses, era artícu]o de consumo para
la “opinión pública” de la clase dominante del Imperio 0 Buenos
Aires. Conceptos políticos, ñiosóñcos, morales y, sobre todo,
económicos, venían de Inglaterra. Eso era toda la “ópiníón pú-
blica” que, además, no existía fuer? de la clase dominante y se
imponía a la minúscula porción del pueblo que leía sus periódicos.
Con rarísímas excepciones era imposible comprender; los aconte—
cimientos: algunos posirivistas en el Brasil conseguían ver entre
las tinieblas pero sin conseguir sensibilizar a nadie. PoSterioa-mén-
te, en la Argentina,. de una forma vigorosa pero der_1tro de una
visión idealista Alberdi consiguió sensibilizar a mucha gente,
pero ya durante la guerra.
Dent10 de ese contexto, Carlos Antonio López conducía al
Paraguay como si al país le bastase el fonalecimiento desu
economía .Y con5truyó una ceiada que acabó destruyéndo1o:

42
+15;
…zuvwmmmm mmmueer. msmm=rxnwhmmmrzmrmzruuá afde ………&mqu¿aam:& …»”hW……M……W… ……

v ¿uianto más fuerte y organizado ímamamente, más débil externa—


? ¡h%nt€; se vuelve un país er:1 desarrollº que enfrenta a una gran
_pcgtencía usando su. lenguaje. .0 59 mala como. autodefensa, al
_ ¿5gtílg ciel Dr. Franc1a y sobrev1ve por un corto nempo, o se abre
gí(;jeptand0 las reglas del juego internacional y no copsigue.sobrer
vii$r'ir & su independencia como sucedió en el tiempo de Carlos
' Á1 tonio López y después con So£ano López. Esa incapacidad de
% Áefende'r sú autonomía no se maniñesta en la rendición política
… “económica al imperiali5mo; pero, específicamente, én un pro—
' degso históricamente determinado que pr0voca el enfrentamiento
91é igual a igual de fuerzas desiguales: de un Estado emergente
y €líbre con una potencia undíal superdes'ar'rollada e imperialista.
Q F¡º1e eso 10 que sucedió ¿Emo tenía que suceder, con el Paraguay
y ique Caríós Antonio López no supo interpretar con anticipación.
¡ La guerra, por tantcL, se determinó 'como fatai ya en 1850,
<E:úando &] Paraguay cumenzó a desarrollar una fuerte Economía
a;x3í1tónoma. La íncompre sión de Carlos Amonio López de que
ha bía un determinismo lll¡istóriczo conduciendo a las naciones y
éíaltando los contrastes de las relaciones internacionales, áspe-
cfalmente cuando esas relaciones son entre ºprimido y opresor,
gánalizó contra el Paraguay los conflictos internos de los países
' 1&ff;—:<:ínos, Brasil, Argentina y Uruguay, para equilibrar un sistema
h21undial particularizado en el Cono Sur de América y superar
1q>s propios contrastes internos del… jmperiaiismo ingíés, () sea,
íí?s submetkópólís': Imperio del Brasil, Buenºs Aires y Uruguay.
' ¡ La Guerra del Paraguay ya se perñlaba y Carlos Antonio
Hópez no la percibía, coisaq'ue Mitre, Sarmiento y sus patrones
_izágleses vieron muy bien. Se cumpliría un destino históricamente
%dí£líneado: a) destruir el araguay, porque era un país progresista
¿tbn una economía autó oma; b) garantizar el equilibrio econó-
… — ¿co en el Plataa defen ido por 105 representantes del imperia—
5ÍJsmo ingíés; c) salvar el mperio brasííeño y lasprovincias argen—
t¿nas de la segregación, ara que el dominio británico no sufriese
¡S]Olución de continuidad ¿) satisfacer los deseos expansionistas
¡d_el BfaSí1'y Bue:nos Air s; e) estabíiizar finalmente la situación
¡en. la cuenca del Plata' Eedimentando un estado tapón entre el
33ra511 y 13 Argentina. Es 3 causas determinantes no fueron com—
! ¡1 ;

rendidas por Carlos A tonjo López. El trató de cuestiones pe—

! I — 43
1
' %

riféricas: las mismas que posteriorment , de manera sut11, h13tq—%


. . %

ta rá n om o ra zo ne s de gu er r
% 11…
riadores de l Ia do ve nc ed or pr es en %

Así, como veremos, Carlos Antonio Ló ez, en las relaciones co %


el Imperio del Brasil y los argentinos, onsiguió eliminar toda
las divergencias que podrían formalmen e amenazar al Paraguay%… 1
Con todo eso, la guerra se hizo.

[DJ. _.nL…,..._j
Por qué?
Evidentemente,por una falsa persp ctiva histórica: la luch
no se trábaba contra brasileños y argen ines, meras extensione
W.
imperialistas, pero sí, contra el corazón del capital inglés, contra
decido en contenido dentro del Paraguay Por eso estaba decídíd
¡& guerra, la destrucción total del Parag ay hasta el Fm, aunquñeg '';
se tuviese que cometer, como se cometió moda los dos mayores% “¡
genocidios que el mundo finalmente vio. Veremos cómo en las
relaciones diplomáticas, Carlos Antonio López tuvo un relativo
¡…
resultado con el Imperio del Brasil y la C nfederación Argentina
iv
y la forma como era apenas una demora ara su ñn o, histórica-
mente superñcia1 ya que el contenido d una historia hecha al
“ margen de los intereses populares como 1 del Imperio brasileño ¡
y del caudillismo sudamericano era deter inado por el imperia—
lismo inglés.

al
%,a

& .

%'a
14. DIPLOMACIÁ: UN APRENDIZA] INOFENSIVO 1 X

A pesar de esa incomprensión global, arlos Antonio López


pudo superar varios incidentes diplomátic s importantes. La ma—
yoría de ellos violentos para complicar al gobierno paraguayo.
' 1 Una rápida información sobre algunos de esos principales inci-
dentes demuestra que en la superación, n influyó en nada para
el estallido de la guerra. Y, justamente, los motivos de esos
— _ incidentes, sobi*e todo por e] lado del Imp río del Brasil y de la
Argentina, son en general presentados co 0 causas de la guerra.
Ellos sólo son superados en Cuanto la guerra no sea una necesidad;
cuando ésta es una exigencia internacion 1, no habrá acuerdo
diplor'nático posible.
Lo que el* Imperio del Brasil podría re lamar del Paraguay,
y con razón, sería la libre navegación de us barcos por el río
Paraguay para llegar & Matte Grosso. Esa libre navegacióñ de
los barcos brasileños era negada por el” araguajla 53gun las
denuncias brasileñas, porque en Marto G 0550 se encontraban
“44
los mismos productos que los paraguayos expof-ta—ban.»No que—
riendo perder el monopolio de la yerba mate y de la madera,
p1incípaímente,i el gobierno paraguayo creaba problemas a los
barcos brasileños. Pero a fines de 1857 el propio Barón de Rio
Branco en Asunción presiona al Pxesidente Carlos Antonio Ló—
pez para abrir los ríos paraguayos a 105 barcós brasileños. Lo
que vá a conñrmarse en un tratado firmado en 1858, con todos
los ríos del Paraguay abiertos a los navíos de todas las naciones
Para el Imperio del Brasil eso era fundamental: en la dificultad
o ímposibilídadíde comunicación por tierra, sólo existía un medio
prácticode llegar a Matte Grosso, por los ríos paraguayos, única
forma de garantizar la integridad territorial del Imperio. Fue
inaugurada, posteriormente, una línea de navegación entre Rio
de ]aneho y Marto Grossoque funcionó normalmente hasta el
comienzo de laguerra
Ese servicio de comunicación fluvial, sin Embargo, tenía
otra sutil connotación: sirve principalmente a los intereses ingle—
ses. Los barcos brasileños son una garantía constante para el
transporte de productos industrializados íng1eses y para proveer
de materia prima barata & la matriz exportadora. Carlos Antonio
López que ya Había resistido la decisión del Imperio dei Brasil
de abrir a la fuérza los ríos paraguayos, antes, elimina un punto
de fricción que podría haber sido un pretexto importante_pma
cualquier accióñ armada contra 511 país.
Ya en 1855,e1A1mirante Pedro Ferreira de Oliveira amenazó
con entrar en aguas paraguayas con una escuadra poderosa,
exigieñdo librenavegación para los barcos brasileños. Ese1nci—
dente también fue controlado por el gobierno paraguayo, de
modoa no aceptar las pre siones imperiales y no sufrir represalias
militares. El AI mirame Pedro Ferreira de Oliveira, comandando
una fuerte escu?dra, con un ejército listo para &] desembarque,
armada con cien cañones fue al Paraguay como ministro pleni—
potenciario para reso]ver cuestiones; de límites y de los ríos Para
robustecer su poder militar y fortalecer sus a1gumentos diplomá—
ticos dos de ¡(55 otros ejércitos imperiales partieron de Matte
Grosso y de Río Grande del Sur dirigiéndose al Paraguay, donde
se encontraríani con el Almirante.
Ese fue el más importante incidente con el Imperio afrontado

45
por Carlos Antonio López. Cedef a las reivindicacionés expansio—
nístas del Imperio del Brasil signiñcaría prácticamenft€ perd€f ía
mitad del territorio paraguayo. Las reivindicaciones ¡Territoriales
del Imperio pór su lado, no se basaron nuhca en hechºs concretos
de derecho o de tradición. La noticia déla escuadraj navegañdo
hacía el Paraguay y dos ejércit05 que partieron de Marto Groáso
y Río Grande del Sur, llegó anticipadamente a Asu:fnción movi—
lizando al gobierno y al pueblo. _ f
Las fuerzas militares de invasión imperial contaron con toda
la complacencia de las provincias argentinas. Surcaron sus navíos
tranquilamepte las aguas argentinas y hasta sus mismos soldados
ciesembarcaban algunas veces para ejercicios bélicos en la margen
de sus ríos. Esa expedición poderosa, ima verdadera 1prueba para
la ”capacidad diplomática de Carlos Antonio Lópei, que tenía
Huln para constituir una gran fuerza depresión del Imperio cont_ra
r! l':n*a¡.guny1 termina casi automáticamente transformada en uno
¡Ir Im ¡¿ramdqs <Ie:5:xstrus de la diplomacia brasileña. El propio
Hm-c'm de: Rio Branco afirma que el Almirante Pedro Ferre;ira
rvm'n nrriun, rn ciertos casos, para un “procedimieúto enérgico
y militar", Y es ]cmquim Nabuco quien considera a la expedición
ridícula de Pedro Ferreira un “desastre diplomáticoí'. Por tanto,
¡a que podría ser ¡a prueba de fuego de la capacidad de resistencia
diplomápica del gobierno de Carlos Antonio López, sie diluye por
la propia íncompeténcia y falta' de energíadel enviadoimperial.j
Cómo fue recibida esa expedición? … ! ' '
Al llegar a lá entrada del territorio paragua'yo, en Tres
Bocas, la escuadra1fue detenida en forma humillante. Permitió
el gobierno paraguayo, que apenas el vapor Amazon'as las trans—
pusiera para dirigirse a Asunción y negociar con Carlos Antonio
López. Eseíbarco, no obstante, encalló antes de Negar & la capital
guaraní. Y las nego'ciaciones se realizar0n & través de una extraña
correspondiencia entre el Almirante Pedro Ferreira ———un exótico
“ministyo plenipotenciario”?— y el presidente del Paraguay. Los
resultados fueron prácticamente nulos porque ni sic£uiera fueron
re_conocidos posteriormente por el ministerio hrasileño.Y es de
observar que segúñ hace constar ]oaquim Nabuco, esa expedición
era, dentro de ]osfbásícos y monárquicos principios del homer
dE? imperio, una e'specie de castigo al Paraguay, eri desagrávío
46
; n
i 5; antiguo embajador, ac1 sudo por el presidente Carlos Antonio
_ [Eópez de conspirar en unción contra su gobierno. Alegando
¡ E' & comportamiento del mbajador brasileño, López le entregó
éí pasaporte, prácticamen & expulsándole del país, acusándolo en
ºota oñcíal ¿le dedicarse “a la intriga y a Ia impostura con odio
31 Supremo Gobierno del Estado, y de levantar atroces”calumnias
CÍontra él”. _ '
' ¡ ¡ Ese incidente£que p ovocó la ida de la e_x.pedición del Almi—
í ante Pedr'o Ferreira & hi 0 desplazar dos ejércitos brasiléños de
> ; ; 'atto Grosso y de Río G ande del Sur para cualquier emergencia,
átfendría por sí solo, dent o de los conceptos monárquicos brasi—
é1feños, ía gravedad suñci me para realizar la guerra contra el
I?araguay. A pesar de es , habiendo orden, para forzar el pasaje,
[ql Almirante Pedro Fer eíra, alegando razones internacionales,
iñ>reñere ac_eptar ¡a íntimi ación paraguaya y de la armada a media
51Fgua marítima de las a nas de] Paraguay. Es con ese prudente
!Y tímido comanc'iante bra ileño que Carlos Antonio López coteja
1silu capacidad diplomática Y es con un régimen monárquico que,
Í¿1entro de _sus estrechos rincípios tiene todos los motivos —por
?¡Í1ás puerííes que ellos p adan parecer prácticamente— para de—
' —1arar la guerra cuando 5 expulsa a su embajador, que se realiza
:lº_a gran experiencia de rato internacional de Carlos Antonio
López. El— está, por tant , fuera de la inflexible y dará realidad,
_ jQue manej'an por dentro los hechos económicos. Y sólo utiliza
¡ alias vías diplomáticas co 0 capa formal de sus acciones imperia—
%' 11¿ístas, qué orientan el mportamiento de Inglaterra. Por eso,
> 'por esos sucesos episódi os, que él no considera para comprender
%la amplitud de los prob emas que el Paraguay estaba causando
¿ la metrópolis inglesa, es que Carlos Antonio López se entu-
1%iasma con reacciones t n pueriles con respecto a la diplomacia
¿ Qel Imperío_del Brasil. me la aproximación de la escuadra bra—
:'Sileña comandada por edro Ferreira, López lanza el siguiente
Manifiesto a la nación: '
“El presidente de 1 República descansaba tranquilo en su
…¿_*.… TT …… ……

onciencizr y en las sin eras disposiciones y sentimientos» que


enía quej tratar pacíñc y amigablemente con el Gobierno del
¡ rasi] las cuastiones q e estaban pendientes; su s'egurídad y
' ¿tranquilidad aumentarox cuando! vio que Su Majestad el Empe—
!
!
1 : 47
í !
rador, en ocasión solemne y grave, que es ia apertura de las
Cámaras, aseguraba que el incidente ocur ido con su engargado
de Negocios en el Paraguay (se refiere ! caso del Embajador
Leal, expulsado) no alteraría la paz y las b enas relaciones entre
ambos países”.— ' '
“Era tan sagrada y áugusta la palabr a'del Emperador, tal
la confianza que debía de inspirar, qué: el residente de la Repú—
blica no quiso durante muf:ho tiempo cre r en 135 noticias que
¿ de todas partes"llegaban 'que 'el Brasil reparaba una expe-
dición al Paraguay; sólo. cuando vi que onsiclerables fuerzas
penetraban en“ 'el Paraná y“ cuando ya no ude dudar de que se
reunía un ejército en San"Borjá, comencé & tómar algunas medidas
de defensa del te:rito'río; el presidente quíría desviar hasta las
sospeéhas que“ 1e'anímaba' un espíritu ho til; quería mostrar a
sus compatriotas que estaba dispuesto a acer toda coricesión
— _compatible con" el decoro de la República y sus intereses para
librar a los paraguayos de males causados or1a guerra; el pre—
sidente no había recibido ningún comunica o del gabinete brasi—
x leño; no se le había'hecho ninguna recla ación, no se había
presentado queja alguna, y era increíble, un agresión injustifica—
da. ' '
“Con todo, ya no es posible la duda; f erzas brasileñas han
penetrado en nuestro río; no nos dirigieron una sola palabra de
cortesía; somos invadidos y obligados a de nder nuestro suelo,
nuestra independencia, honra y existencia. Ayer 20, tal vez se
“haya realizado un combate con nuestra atería en Humaitá.
Aguard_emos por el momento la noticia de 1 suerte de nuestras
armas”.
“El presidente de la República cuenta con la Ciecisión fría
y serena del pueblo paraguayo; no 16 espant la superioridad del
enemigo; no le intimidan los males a que' & va a exponer; el
sentimiento de nacionalidad, su profuñdo ntagonismo a toda
dominación extranjera, son sentimientos mu fuertes: & inaltera—
blc.as en el pueblo paraguayo; a él apela al Pr sidente de la Repú—
bhca, y, sea cual fuere la suerte de las arma , quedárán & salvo
“la honra del país y sus intereses.
Adelante, paraguayos! El Pre5idente de a República cuenta '

'43
con vosotr05Í a 7 3

Carlos Antonio López


Asunción, 21 de Febrero dé 1855

En el día¿ 21, Carlos Antonio López no Sabía aún que eí


Almirante Ped;o Ferreira, retrocedería ante la intimación para-
guaya. O tal vé; supo, de ahí su dramático y patriótico manifiesto.
De cualquier f©rma, también el mismo día, dirige otro maniñcsto,
al ejército: _ '
“Soldados; y - - …
Cuando el jefe supremo de. la República qontaba con una
paz segura, Fundada en las relaciones amigables con todos 105
Estados vecinoé, nos asalta e invade repentinamenté un enemigº
insídioso. Ei Bfasíí, cuyo Emperador terminaba de asegurarnczs
una paz inalterableen su Mensaje a las Cámaras, atropella nues»
tros ríos y nueptra tierra y pretende imponernoa su autoridad y
sus órdenes. …
Una escuadra brasileña entró en el río Paraguay, sin que
ni su gobierno ni su jefe hayan pasado al gobierno de la Répúblíca
un simple aviso: un acto que no tiene ejemplo sino entre los
pueblos salvajes, nos llama al combate.
Soléados: 313 Patria cuenta con sus hijos; con ese valor frío,
con esa serenidad imperturbable que os ha hecho enfrentar lqs
peligrós y la muerte cuantas veces se ha invoga_dg vuestro auxilio.
Soldados: sea cuai fue;e la suerte que la Providencia mas
depara, nuestra resistencia será una protesta eterna contra la
injusticia del Brasil y de: gloria inmarcesible, aunque seamxa:s
derrotados. '
Soldados: Viva ¡a República! Independencia 0 Muerte: sea
vuestra_divisa.-Sustentagí esa divisa, soldados, y el Paraguay se
volverá memorable y admirable.

¿ ' Carlos António López


! Asunción, 21'c'1eífebrer'o de 1855

Esos dos Ímaniñestos wrm necesitanser tenidos en cuenta: El


Almirante Pedro Ferreira nose dispuso. a cumplir la misión que

49
1

con toda verdad bélica el Imperio le Había confiado El propio


tratado de amistad firmado por Pedro Ferreira cori el gobierno
paraguayo el 27 de Abril de 1855, no fue reconpcído por el
gobierno brasileño. Y este fracaso de la diplomaciabrasileña fue
finalmente cor1egído, en parte en 1858,'p(1r el Vizconde deRío
Branco, cuando no se resolvieron las cuestíones de los límites,
pero consigue] alibre navegación de los ríos paraguayos.
Carlos Antonio López, de 6321 forma, aprénde & tratar con
una diplomacia de gran fama en ¿1 P1lata pero que carece de una
política deñnida. El tratado dei 12 de febrero de 1858, conseguido
por Paranhos, estabiliza en cierto sentido las relaciones diplomá-
ticas en &! Plata. '
Este tratado, además fue fhmado_por Francisco So. anoLó—
pc? de pame de Paraguay.Como se verá también; Cários Ánto'nio
l.ópuv. tendrá problemas con Estados Unidos y la prfopía Ingl¿te-
rm, má3 o menos del mismo orden formal,implicañdo intereses
¡1.uliullzlms de ciudadanos extranjeros en ei Paraguáy y de_ ésos
rnhvnramimtc>s diplomáticos consiguesalir bien % 1
l'.sos acontecimientos pa1ecen desviar al gobierno para—
guayo de cuestiones internacionales más ¿ecisívas¿para el país.
Lo que se pretende. demostrar es que el Presidente Carlos Arito'nío
López podía jugar la_ suerte de la República como demostrarbn
los dos manifiestos del 21 de febrero de 1855, pdr cuestiones
formales o líos diplomáticos, y nunca llegó a tratar »ni su
sucesor Francisco Solano López——' los problemas fundamentales
que destruirían al Paraguay: el choque fatal entre los intereses
imperialistas ingleses y la soberanía económica y política de la
República. >
Tan1mportante como el progreso del Paraguay en elperí0do
de Carlos Antonio López, con la ímpiantación de las industrias
de base y activación de toda su económía, fue, por'tanto, 1a;n0
percepción por el presidente paraguayo de los choques fatales,
aparentemente indirectos, que ocurrirían con Inglaferra. En 'yez
de establecér una estrategia para esa situación, Caflos Antonio
López adoptó las vías de una diplomacia tradicional, restringiendo
la defensa de 105 ihtereses nacionales paraguayos, tratando con
sus vecinos cuestiohes formales, por más que aparentemente esas

50
15
1 ¡
, 1: ._ . . . ,
cúgst10n con el t1empo represe proble def]-
es, ,pudxe ntar mas
nit2ívos y sustanci ran
ales. básica, dejó a1Para-
* 3 Ese desvío de la cuca ¿ón interna
cional
, ng51y sin posibili de na estrateg para perñiar el peligro
dad e o e e ia
:; inglés que, ñnalmen x p tó n lTratad de la Tr*p1e Alianza
te, o
¡ En conclusión: la em ncipacíón de la economía "paraguaya,
!

que 1iberaba al país y lanz ba las bases de su desarrollo trajo en


smmatriz una contradicc_i n flagrante: oponerse ('el Paraguay) a
sistema económico mu“ dial controladopor una g_ra'n potencia
(£?g¡aterra), que exportaba setenta por_. ciento de su producción
yque no podía admitir, po más particularizada que fuese, rép¡ica
wi algunaa sus métodos. L incomprensión de esasituación por
Cárlos Amonio Lópezm _apacitó al Paraguay de defenderse de
láíagresíva polítíca del ¡ perialismo inglés, ejecutada por sus
representantes en la Amé ica del Sur, catalizando todos" los pto—
? b1émas del a Argentina, rasil, Uruguay y el propio Paraguay,
fo£mando una especie de “ecuación histórica” , que sólose resol-
1gv:aíría en la guerra.
| El no entendimient de esa problemática compleja no es
c,“íÍpa personal de Carlos ntom'o López Sin una clase dirigente
——y Otra vez se ácentúa 5 gran deficiencia, reaparecíendo Fran-
<:¡ía——— no era posible abar ar toda la gama] de intereses en juego
en la América del Sur. L que no fa]tó a11mperio del Brasil y
la?Argentina fue justame te una numerosa clase dirigente, anti—
patriota, que estaba absol tamente enlazada con el imperialismo
»éc'onómicoing1 és. De ahí, losentrechoques de intereses y ventaja
absoiuta para los enemigo del Paraguay. Brasileñas y argentinosa,
n¿> obstante, actuando a n vel oficial y diplomático, también ejer—
1 c:í'án en los bastidores e onómicos ———y dentro de las Logias
Masomm: inclus;íve——— u aestrategia política que se definía en
' um “Delenda est Paragu y”.
¿ 5 Muriendo el 10 de Septiembre de 1862, Carl05 Antonio
Ibpez dej a un país prós ero y el más progresista de la América
6
el.8ur Es el único país la República del Paraguay, que tiene
una industria de base. El úni<_:o país que no tiene deuda externa"
ní_ interna. Es el único p ís que no tiene analfabetos Es el país
mej or dotado de progres s modernos como el telégrafo, ferroca—
' 1

51
rri1, líneas de navegación para Europa, jm. Es un país que tiene
al mismo tiempo los depósitos llenos e tabaco y yerba mate
para la exportación, como de alimentos ara el pueblo¿ Indiscu—
tiblemente, es el más estable régimen p 1ítico de las Américas… ¡
Posee el más moderno sistema de moneda, acuñadas en Asunción 3
y también papel-moneda impreso en su capital. 1
Está libre de ingerencia de bancos eixtranjeros en su econo- *
mía. Paradojalmente, todo ese progreso ea su sentencia de muerte. ¡ 3
Pero, para morir, el Paraguay va q dar al'mundo el más
heroic'o ejemplo americano de resistenci nacional. Y va ¿: expe-'
rimentar una de 1ás más trágicas lecci31es de la historia, que'
cuando un pueblo autodetermína su destino es invéncibíe & inco.— ' ¿
rruptible. Es preciso, entonces, como se hizo con el Paraguay, :
“ destruir hasta su último germen. La ne esidad del opresor de gº
destruir totalmente un pueblo libre para & tablecer él su dominio,
fue cabalmente expresa'cío por el Duque de Caxias, en cama al ¡
— Emperador Pedro II, fechada el 18 de noviembre de 1867, cuando
afirmó que para vencer al Paraguay, el Imperio necesitaría matar º —
al último paraguáyo en el vientre de su n¡adre...
“'"—”__—

52
CAPITULO. III…
A 10536 años
F1rzmci5co Solano López
asume el gobierno

15. SE IMPRQVISA UN GENERAL DE DIECIO CHO ANOS


Carlos Antonio López murió el 10 de septiembre de 1862.
El 16 de Oc_tub1%e del mismº año, el Congreso designó presidente
de la ºRepúblic4 a su hijo, Francisco Solano López. De acuerdo
con la “Constitución, éi debía gobernar al Paraguay por diez años.'
Sobre la elección de Solano“ López para la presidencia de la
República existían muchas especulaciones. Se afirma que el viejo
Carlos Antoni<é prefería al hermano de Solano, Benigno. La
propia conñrmáción legal de: Solano fue refutada por algunos
diputados que ¡afirmaban set constitucionalmente prohibida el
transpáso del gbbiemo de padre a hijo. Los hechos, no obstante,
desmienten todas esas espéculaciones:__lfírgngigcg Solano López
participa del go%3ierno paraguayo_ desde los dieciocho años; antes
de”]áurfnuerte dql padre tie:ne.iínportánte papel en la pacificación
_ de las provincias argentinas, moderando al caudillo Urquiza; es
él quién negocia con el Barón de Rio Branco… el tratado que
_ Berndit“e al Imperio del Brasil navegar los ríos del Paraguay; es
¿1 quien comíepza a formar un moderno .ejército…del país, aún
con su padre" B;¡'ÍVO. Cuando Carlos Antonio López asumió el
gobierno, _$91ggg ¡tenía catorce años y ya comenzaba a participar
g;_adualmggggádq195 problemas de; su patria..Al ser designado
presidente, porftanto, tenía una larga experiencia administrativa
y c_¡%_>£omátíca y: una buena formación política, militar y cultura!
en uropa, en ;ibnde frecuentó la corte de Napoleón III.
Para gobernar un país prógresista como el Paraguay, política
y económicamente estructurado, no era más necesario que seguir

53
Ias directrices de] vie;o Carlos Antonio López. Pero,j ustamente,
a Partir de ia posesión de Solano, la coyuntura injternacional
comienza a cercar duramente al Paraguay. Antes; no obstante
de ser examinado ese cuadro asñxíante para La República Guaraní
es preciso conocer la figura histórica más calumniáda y ofendida
de la historia americana. *
Francisco Solano López natció el 24 de julio de 1827. Su
familia era muy católica y bastante esclarecida intelectualmente,
especialmente el padre Dos tíos, hermanos de Carlos Antonio
_eran _clerigos: Basilio Lópezun franciscano, llegó a obispo. Otro
tío_,_ Francisco de Paula López, era conocido como “El Filósofo”,
un pensador introspectivo que Vivió místicamenteLa madre de
Solano López juana Pabla Carrillo, era una mujer Sencilla, here—
dem de algunas tierras en e] interior, 10 que dio tranquilidadpara
que Don Carlos Antonio López, viviese lej os de lá díctadur_a de
¡xnncia. SqlanQ v_iv_e retraído junto a _la_ _farpilia_,_en_ '(;1_ interi_or_ del
¡mías, hasta los catorce anos. Cuandoeí padré viene a Asunción
y ¡mune el gobierno, él tiene los mejores maestros del país.P_e_ro
nu ínrmncíón es autodidacta y se completa, princ1pa1mente, en
París. 1
Fn 1845, a los dieciocho años, la necesidad apremiante de
líderes en el Paraguay, hace que Solano López ya sea general
en jefe del Ejército Nacional. Esa anomalía no se explica pueril—
mente como pretenden varios historiadores por un beneficio
dinástico de padre a hi10; tampoco, como de forma pueríl preten—
den los admiradores románticos de F1:mcisco SolañQ Lóger po__r_
su extraordinaria inteligencia y actitud militar. Simplemente,
como yase_ repitió hasta el exceso, no había clase dirigente en
elParaguay: elPresidente Carlos Antonio Lópeztt1vo que echar
mano de aquel que estaba más próximo, mejor entendía su go—
bierno y que más fácilmente podría instruir para la creac_ión
della defensa armada de] Paraguay Era una cuestión práctica:
el Paraguay se preparaba para resistir al tirano Rosas; no había
ejército ni líderes militares suñcíentes o capaces. Carllos Antonio
optaba, dentro de un cuadro dirigenté que prácticamente no
existía, de lo que mejor o más rácii era posible. Así fue como a
los dieciocho años Francisco 501ano López fue improvisadoge—

54
% %fl€fa1 Por su país, forrm do a su vez., por un ejército también con
¡%%rmas y oficiales ímpr visados. Solo no nacía de improviso la
: ¡conciencia naciqnah la oluntad de resistencia del pueb%o para—
. guayo, porque desde lo tiempos de la dictadura de Francia, con
%%una herencia venida de los jesuitas, el estoicismo era parte del
% %pueblo guaraní. Con un ejército improvisado en armaáy oñcíales
; %:ero con:soldados con cientes d(_3 la necesidad de la defensa de
% %a patria, porque la estmctura pºpular del gobierno estimulaha
“¡3 participación de los ciudadanos de la República, Francisco
<%

%Eolano López hacía nac r la más coherente y díscíp'linada fuerza


¡%—ñílitar de América de Sur. Nada era fruto de 1a*inteligencia
%%upéríor de Solano; ná£ía venía de beneñcios dinásticós_, rodó
[dar_ivaba de la necesid d apremiante del Paraguay, de armarse
%

%%p_aga la defensa. Y fue iempre así, corriendo contra el tiempo,


% ¿que se modeló Iz_a y%d_a pública de Solano López. 30 mismo que
: %:uando sc divertía en E ropa o se perfeccxonaba antes de asumir
%e% gobierno en 1862.

% 16. EN EUROPA. A']… VOLVER, UN AVISO A ANDRES


%%_AMAS %
%% Al partir para Eur pa, en 1854, como mini3tro Plenipoten—
% %:iario del Paraguay junt & varias cortes, Francisco Solano López,
; o es apenas el hijo de presidente: éltya tiene una experiencia
¿: ráctíca que va a per ccionar. Ya era el comandante de un
' %ejército…que se prepara a para enfrentar al dictador Rosas, con-
frontación que no ocu rió'por la intervención brasileña en el
% Plata, ocasionando la d rrota del violento caudillo. El ya estaba,
% '¿en Fm, con grandes resp nsabilidades en el gobierno) paraguayo.
%. Su presencia en E ropa, entré otras cosas, era parte de la
%… 'onsolidación de la poh ica de Carlos Antonio López, de buenas
-% elacíones con las pot ncías de la época. En Europa, Solano
% López no solo :mantuv contactos amistosos con los principaleá
% %gobemantes, como prin ípa1mente, contrata más técnicos y cien"—
_ ¡15005 que vinieron al araguay, perfeccionando y estimulando
*.

% “Fl progreso del país. Es rincipalmente del viaje de Solano López


íºque resulta la venida & más ingenieros, técnicos, químicos e

55
intelectuales, que consolidan la industria e base del país, además
de instructores militares. Además de eso él se hace conocer y
respetar por importantes persºnajes: com la Reina Victoria, que“
1e recibió personalmente; o Napoleón III, de quién fue huesped
y se hizo amigo. No era un “hijo del residente” que hacía
turismo: era 'el futuro estadista procurand objetivamente trazar
para su país las condiciones básicas de ¿ sarrollo, importando,
no productos manufacturados, pero sí, ho bres y máquinas, qué
fortalecieran al Paraguay, _con más eñcién“ ia del que ya se reali-
zaba, un parque industrial que era único en a América del Sur.
_ Personalmente, su pasantía por París, marca definitivamente
a Solano López. Allí conoce a Elisa Alici Lynch, una irlandesa
separada de Su marído.»-El tiene vei'nte y'ócho años y nella diez '
y ocho; madame Lynch, como pasó a ser c nocida posteriormen—
' te, se casó & los quince años con un franc s y tres años después
se separó de él. Se une a Solano López, qu la trajo al Paraguay,
viven juntos hasta la muerte del Marísca en Cerro Corá, que
' ' además ella asiste, y tiene cuatro hijos, uno de los cuales, Pancho,
muere defendiendo a la madre en el asa] o final de las tropas
brasileñas el lo. deuMax—zo de 1870. Esa u ión es blanco de los
más disparatados comentarios: desde los ue acusan a madame
Lynch de ser una prostituta francesa, hasta los que en ella observ
van como mala consejera de Solano Lóp acusada durante la
u

1 guerra y en los primeros libros surgidos espués de' la derrota


del Paraguay de insuflar al mariscal sojuz ar a los pueblos ve-
cinos y coronarse el “Napoleón de las Amé icas”. Estas acusacíe-
nes a Madame Lynch son groseras: ella & enas fue la mujer de
'Francisco Solano López, le acompañó has la muerte en la ha—
talla, le dio cuatro hijos y sobresalía princ'palmente por ser de
tipo físico diferente en el Paraguay. Tuvo solo una relativa in—
. fluencia cultural en Asunción. Fuera de las e peculaciones calum—
niosas y de romanticismo que sus admirad res hacen de su vida,
lo que se podría acentuar en madame Lync es su extrema dedi—
_ cación & Francisco Solano López: ella preñr ó acompañado hasta
el fm, pasando_ por terribles privaciones y ufrimientos, cuando
podría simplemente volver a Europa, segu & y nca.
A su vuelta, trayendo entre otros técnicos a los ingenieros
ingleses Whitehead y Richardson, que pres arían excelentes ser—

'¿56
»

vicios para la ampliación de la siderurgia y4míne'rías paraguayas,


Solano López, pasó por el Brasil donde se entrevistó con Pedro
11”, También en Rio, él se encontró con Andrés Lamas, un diplo_
máti€Q uruguayo, amigo del Barón de Maná, y, en esa visita,
prácticamente recoriíó ¡a ifnportancia histórica del tratadº Para—
guay/Uruguay de 1850. Cinco años después de ese tratado, en
Rio, Solano López, siete años antes de asumir el gobierno y diez
años antes de 1? guerra que impulsó la Triple Alianza, afirmó a
Andrés Lamas: Z“Sí alguna vez se—repitieran agresiones como la
de Rosas al U€ugua'y, vengan de ¿onde vinieran, piensen los
orientales que Qxiste un pueblo, metidoen'tre las selvas del con—
tíhente, que os fsabrá hacerirespetar. .E] Párgguay, Ipodrá lohz¡ue .
nunca pudo.yNádie sabe el ¿éétín'o que os espera y, en cuanto a
mi país, si algún pénsamiento él agita y piensa es la política del
Río de la Plata; en un sentido pá_cíñcó y sin más propósito que
se coh¿serve el ¿actual equilibrio, buscando él 1la garantía de su
propia conservación y autonomía, beneñcio-quese peligraría el
día que Argentina y Brasil) los íeternos rivales, uno 'u otro a
inñueqciar decididamente: y sin control en esta parte de América”.
Esa añrmapión de Solano López, en 1855, al volver de Eu-
ropa, a Andrés Lamas es la autobiografía de su política exterior:
está trazada en 16535 pocas palabras en que el futuro presidente
del Paríaguay eritiende como seguridad nacional y como irá hasta
las últimas consecuencias si esa seguridad fuera amenazada por
la ruptura del equilibrio político en la cuenca del Plata. Proféti-
camentle —o no: tanto—— ocurrió todo ¡o que se temía tácitamente
en las“ palabras del joven Soiano López: a) el equilibrio del Plata
realmente determinaba la seguridad nacional del Paraguay; b) el
Paraguay pretendía influir en el mantenimiento de ese equilibrio
como forma de' autodefensá nacional; c) roto ese equilibriº, la
guerra sería ineyitable; d) con la guerra, el Paraguay “podrá lo
que nunca pudq” y termina dgrro_ta_d:0- “ , _ ” ,
Pero lo importante no es la v1510n profetllca de Lopez;Lo
fundamental también es el formalismº en Ia mterpretacíón de
ese cuadro, denío stran do que el anális is de Solan o López pErma —
ua l q u e El d e su pa dr e. . , . .“
nece ig
O sea: Fr a n c i s c o S o l a n o L o p e z n e n e la m 1 5 m a d e ñ c 1 e n c i a

57
n 1
l
¡ a
de los anteriores gobiernos paraguayoá para enfrentar …la coyu'n—
tura internacional. Como Carlos AntonidLópez, él no con51gue
maniobrar los hechos internacionales más allá dei an0 Sur del
Hemisferio. Sus palabras a Andrés Lamas demuestran en 1855
lo que se conñrma. prácticamente durant;— la guerra (1—3 3.21 Triple
Alianza: el Paraguay nunca supo entendér perfectamgnte' queja
guerra era determinada por el rompimiento de una; estructura
dominante del imperialismo inglés, panicúlarizada en su emanci—
pación económica y en los traumas que podría provocar. Y se
perdió en la lucha dipíomática que originó la Tripie Alianza,
apenas una máscara para la intervención de la metrópolis impe—
rialista que ¡o destruiría. Más los indicios prácticos de esa cues—
tión serán examinados más adelante.

17. UNA EXTRANA VISITA: LOS “MARINES” 1

La formación política de Solano López no fue he¿ha apenas


mn algunos maestros en Asunción y un rápido viaje a Europa:
¡'un hecha, marcadamente, en la práctica administrativa junto a
su padre. El participó de todos los acontecimientos írhportañtes
del gobierno de Carlos Antonio Eópez a partir de 3131845. Por
tanto, para entender su futuro gobierno es preciso Áretroceder
algunos importantes acontecimientos dei período de Carios An-
tonio. El gobierno-de Carlos Antonio López tuvo una Seria crisis
con los Estados Unidos, recibiendo la indefectible ainenaza de
los “marines” para defender los “intereses de ciudadaáos norte%-
mericanos”. Los incidentes comenzaron cuando, en 1853, un
norteamericano,'Edward August Hopkins creó en A3unción ia
Compañía de Navegación de Estados Unidos en el Paraguay,
con financiamiento del gobierno paraguay'0. Hopkins'consiguió
transformar un incidente con su hermano en problema internacio—
nai, implicando al cuérpo diplomático norteamericano… Este epi—
sodio sería fácilmente superado ai no ocurriese enseguida otro
incidente, implicando esta vez al navío “Wrater Witch”.1Ese navío
estaba explorando científicamente el Alto Paraguay hasta Bahía
Negra. A la vuelta, alt fondear en Asunción, su comand'antetoma
conocimiento del caác> e insulta al gobierno de Carlds Antonio

58
López. Y dentro de ese mbiente tenso, cl “Water Witch” intenta
! ínavegar por un brazo d 1 río Paraná que el gobierno prohíbe a los
¡ ¿extranjeros. Al recibir rden de parar, no espera y acabá siendo
1 ?¿metrallado por la Porta eza de Itapirú, sufriendo serías averías.
', En represalia, el g bierno norteamericano envía una escua—
í Edra con un ejército de esembarco contra el Paraguay. A pesar '
' Ide la gravedad de la cu stión los problemas son fácilmente solu—
'* %cíonados con la interve ción de Urquiza, entonces presidente de
¡iia Confederación Arg ntína. En ese episodio es nuevamente
¿íFrancísco Solano Lóp ?. quien organiza la defensa nacional y
5 ¡moviííza al pueblo. Su xperiencia militar y de movilización del
¿pueblo se. va haciendo paralelamente ai gobíetno de su padre.
1 Ei hecho más important de ese incidente con los Estados Unidos,
a Egen la formación polític de Solano López, es saber que muchos
E ¿paraguayos se pueden nir con los extranjeros para derribar el
¡

E*gobierno de la Repúbl ca. Son los remanentes de la burguesía


…espojada desde los ti mpos de Francia, permaneciendo fuera

¡ ;del saqueo nacional ne ado & las oligarquías iigadas a1 imperia-


'ismo inglés, por Carl s Antonio López. Cuando la escuadra
—-r_r

norteamericana llega a uenos Aires, esos paraguayo's disociados


! 5de su nación, se solida izan con las fuerzas invasºras.
Í Manuel Pedro de a Peña, saluda a los “marines” con un
Fnaniñesto: “Bienvenid s seáis a estas playas sudamericanas, ilus—
tres americano:; del N rte! Bienvenidos seáis, digo, porque sé
que vosotros os dírigis al Paraguay!”.
' Naturalmente Peñ sabe, como toda burguesía alejada del
poder) que una interve ción extranjera al Paraguay significa el
; retorno de una oligaqu a que se presta a satisfacerlas necesidades
¿Bel conquistador. Fran Asco Solano López, en ese período inter-
T

i acíona], aprende que a calumnia es un arma podérosa contra


? =Ílos intereses de su pgís: “Podéis ir al Paraguay, y no encontraréis
*íma nación, no Lendréi una Repúb1ica, pero sí, …una masa de
hombres cuya educació hace imposible- su regenerac_íón por sí
&nisma”. La disposición & Peña ya tiene antecedentes más serios.
…En 1851,“ un maniñest ñrmadc por los paraguayºs Fernando
Íturbuw y Carias Lo¡za & pedía a Rosas, entonces p_1:es¡dent€ de
ia Confederación Arge tina, la intervención en el pens. Esos dos
1
1 ¡

¡ 59
ñl ar la s tr ad i ío na le s ac us ac ío .n es de
traidores, después de hace.r d<_as_
no , c1 ud ad an 05 ¡e n la s cá rc el es ,! et c. , “p 1d 61 :1 &
ºPre sj ón d d go bi er
invada el Paraguay Y I0 IH CO TP re El la C o n f e d e r a m ó n
R0535 que
º El apºyo de do s … ho mb re s, qu e si le n—
Argºm¡"3º “señºrn araºº
pi de z m a r c h e n po r el ha ce . ha st a As un ci ón
ciosament€ y“ co
e ínfaliblemente tomando aquel punto y odos ios paráguayos
' — somos ya de Vuestra Excelencia, y nose ros nos ofrecemos a
marchar en la expedición con cualquier m sión que Vuestra Ex—
celencia nos dé llevando en nuestra co pañía otros patricios
que como nosotros, no ven la felicidad para don nuestra provincia
sino en la reincorporación a la Confederac ón Argentina, debajo
del paternal gobierno de Vuestra Exce1en 'a”. '
De esos dos acontecimientos López articípa & los 25 y 27
' - años. Y siendo tan joven aprende que los in identes diplomáticos
son fácilmentesuperables, no ve que las m nifestacíones de traí—
dores como Loízaga, por ejemplo, ya es apan al incidente y
' < reflejan una política en re5puesta & la ema cipación económica
del Paraguay. Así cbmo Francisco Solano ópez tiene la misma
mentalidad progresista de su padre y racío almente estimula el
desarrollo del país, carga con igual incapa ¡dad de veriñcar que
la correspondiente emancipación económic de esa política pro»
voca choques que no se resuelven diplom ticam_ente. Paraíela—
mente, los sucesos diplomáticos del Parag ay en la solución de
“ pequeñas rencillas'e incidentes diplomático , apartan a los López
cada vez más de la 'raíz del problema que (1 struirá al Paraguay:
' el imperialismo inglés herido.
En cuanto a los problemas del Parag ay en las relaciones
indirectas con el imperialismo inglés se agudizan, a través de su
simple presencia, como una economía aut'noma contrastando
_ con sus vecinos —meros brazos británic s extendidos en el
Plata——, la formación de Francisco Solano ópez, que irá & go—
bernar el país en su momento crítico, gs la m sma del viejo Carlos
' Antonio López'. 0 sea: las exigencias políti as del desarrollo de
'una economía nacional emancipada no fuer n comprendidas en
el Paraguay. La economía paraguaya estaba preparada y organi—
> zándose para funcionar a largo plazo; eso e uivalía a exigencias
“urgentes 361 gobierno para perñlar proble as internacíoñales
inmediatos; el gobierno, no obstante, en las elaciones exteriores,

.60
era inmediatisga sin comprender la naturaíeza del enfrentamiento
inmediato coñ e1 imperialismo'ínglés. Era un gobierno formal
en términos internacionales; luchaba contra las amenazas…forma-
les en cuanto su economía estímulaba los conflictos y contrastes
que creaban e_1 contenidoj de la guerra: los traumas económicos
que provocabá… '
181 ?PACIF1CANDQ PARA MANTENER EL EQUILIBRIO
Por la peculiaridad de la guerra de la Triple Alianza, en la
formación de Solano López ño interesa seriamente 10 anecdótico
o epísódico7 los acontecimientos cronológicos de su vida particu-
lar. Ppro sí, el<1telón de fondo de un cuadro económico interna—
cional que exigía una participación más allá de la capacidad
analítica del futuro presidehte de la República. Conviene recordar
en buena "hora, aun'que'parezc'av repetitivo, que la falta de L_1_na
ciase dírigenté deja _tanto a Carlos Antoníóícqmo a Francisco
Sglanb Lófuez¿a solas al frente del gobierno. Ello; pomo _1íde£res
y'ho'rñbrés" de estado, tienen que pfoveer y atender todo. Si no
fuese por la sólida estructura_ económica del país y su impertur—
bable paz polítiíca, fatalmente el Paraguay sería dí_lacerado muchos
años antesl Laineapacidad analítica de la situación internacional
Sé reláciona, pp1*_tanto, con la falta de una clase dirigente 1iga;_da
a ios intereses nacionales y3156yando al gobierno. Las viejas
fricci0nes conáel Brasil po—rlcausa 'de sus límites y territorios
reivindicados por el Imperio, mantienen por largos años al Para-
guay áal borde de la guerra'. La relativa facilidad que Carlos
Antoñio López siempre encuentra para zafarse del peligro, de
una confrontación armada con el poderoso vecino, aún después
de recibir “ultimatums” aparentemente definitivos, como el de
1853, por ejemplo, cultiva la creencia de que la guerra se hará
siempre, por cdestíones de límites y, principalmente, como aden-
tuó López a Andrés Lamas en 1855 en Rio, por el equilibrio en
e] Plata. No se? percató que el móvil interior es económico; por
eso la gu_erra sé torna inevitable.… Los López' superaron todas las
cuestiones_ dip1c_>mátícas práctica'mente, yy continuafígfj__—ffºpefan'
c]ola$1(ínclusivg el problema del Uruguay con Venanc1_o Flores
impuesto por el Imperio y Buenos Aires) Sí €5f35 cuestiones no
fuesen el prete;cró fina? para la destrucción del Paraguay.
61
>
1

Con la Guerra del Paraguay, se puede demostrar exhat_xstí—


vamente que diplomacia alguna supera problemas cúyo or1_gen
está en las contradicciones económicas. Por.tanto, fen nada le
favorece a Francisco Solano López ser 1151 gran diplomátíc'ó,
10 que prueba en 1859, cuando consigue pacificar & Íosfargentinós
& impide la marcha de Urquiza sobre Buenos Aires. Después de
la independencia, la Argentina se dividió en catorce provincias,
muchos caudillos y una inestabilidad política permanente. En '
una de las muchas luchas, Buenos Aires se reveía contra la Con—
federación y prácticamente sería dominada p01" Urquizh, viniendo
del Paraná con un poderoso ejército, lo que traería” perjuicios
inmensos y podría generar una guerra civil de proporciones
trágicas. Para evitar ese enfrentamiento, mediadores de Inglaterra
y de Francia ya habíanfracasado… Surgió entonces Francisco
Solano López, con una paciencia y habilidad dipíomátié:a increíble
para un joven de treinta y tres años, consigue convencfer a Urqtíii-
rw, un hombre violento y astuto7 a contener su ejército. Solano
López tenía larga experiencia diplomática; por tanto, él conocía
muy bien. la sicología de los políticos del Plata. Ese hecho, además,
tiene dos aspectos importantes para el futuro del Pafaguay ¡¡ és
narrado aquí porque fue el propio Solano López uno de sus
agentes principales. ;' 1“
Cuando Urquiza con veinte mil hombres, se disi>onía, par—
tiendo de Rosario, a caer sobre Buenos Aires, la situación política,
económica y militar de la Confederación Argentina era tan anár-
quíca que sería fácil al Paraguay dominar territorios .egstratégicos
e imponerse en el Plata. Podría inclusive, por las inclinaciones
de Urquiza, aliarse al caudiilo. Pero 'el Paraguay nunca tuvo
pretensiones territoriales, nunca tuvo un gobierno eransíonista,
Ia diplomacia paraguaya ahora claramente comandadá por Fran—
cisco Solano López e inspirada en el gobierno de Carlos Antonio,
sólo le interesaba el equí]ihrio del Pirata. Este es un aspecto
p_ráctico: cualquier pretensión paraguaya sobre territorios argen-
tmos, aumentando su influencia en la cuenca de! Plata, provocaría
ev1dentemente al Imperio; y como es una cuestión práctica esa
pol¡_t1ca de1no irritaría los brasileños, son más reales lbs empleos
pac1ñstas de la d1p10macia paraguaya. Por tanto, y justamente

62
; f
1 ;
… . . º . ,
— f%>$fa ev1t31' el enfiaquecm41ento total de la Confederac1on Argen-
tfiha y consecuente prfedominío absoluto del Brasil imperial,
tentado a intervenir sobra los escombros argentinos, era también
L“gña medida práctica pacificar a los caudillos para que ellos no
¿¿ destruyesen, destruyendo el tan necesario equilibrio del Plata,
*» cáns íder ado elem ento de seguridad por el Paraguay.
¡
.¿ !' Al. . mismo tiempo, n obstante, que Solano López consigue
— , - ) ' . .
i'_af pacxf1cacxon ——que m d spues de la guerra los argentmos dejan
¿ie reconocer al Paragua *———, crea condiciones para que las divi—
didas provincias argentín s se unan más fácilmenre. Ese indicio,
aliado & Ii: intervención la a…sileña en el Uruguay en 1864, apoyada
¡5¡br Mitre> facilitará la cohesión de los argentinos y, consecuen-
' te;meme, el Tratado de la Triple Alianza. 0 sea: una irónica
> ¿:élada histórica, Solano López promueve la pacificación de la
Eonfederación Argentina que vendrá contra su país a corto plazo.

lb. PIRATERIA INGLESA A LUZ DEL DIA EN EL PLATA

¡5 Paciñcada 1a Arge tina, Solano López deja Buenos Aires


1
1 $: medio de las acostquradas festividades y muchos homenajes.

¿ ¡ el imperialisme inglés, que cuando no puede actuar Con cauteía,
iñventa pretextos que pueden tener peligrosas consecuencias in-
1fcgmacíonalas, tiene una cie las más descaradas acciones agresivas
gh la América del Sur. ¡
Francisco Solano López volvía a Asunción en el “Tacuarí”,
*¡ino de 105“. más moderno y veloces barcos de la cuenca de! Plata.
3uando salía de Bueno£ Aires, desgraóiadamente, fue atacado
or dos cañoneras íngleslas. Al conocer de ias intenciones piratas
e los ingíeses ——querían raptar & Soiano López—— envió un bote
Í¡pjara verificar las realeá disposiciones del ataque. Los barcos
¿ fifagleses dispararon af ote con tiros de cañón. López ordenó
Íque el lacuarí se apart sc rápidamente, lo que no fue posible:
rv—v

ej1 capitán y 105 maqui istas eran ingleses y argumentaron &


ígópez que no podían “] Char” contra la. bandera inglesa. Re_sul—
¡
ft?do: López volvió al pu rto de Buenos Aires. Los acontecím1en—
3be fueron tan _próxim s que el puebío porteño los aYUdº Y
(' …C_Íespués de informar al obiemo argentino fue por txerra hasta
a

¡$ 63
el Paraná, allá tomó otro barco )! retornó a Asunción. Ese episodio
* …de —mu est ra el atr evi mie nto de] im pe ri aí is mo ing lés y su des pre cio
hacia los sudamericanos.
El origen está, justamente, en. Ia incapácídad del dípíomático
inglés WD. Christie en conseguir un acuerdo comercial con
Carlos Antonio López, en 1858. La represaalía llegaba en 1359,
con 61 pretexto —y siempre ios ingleses encontraban un pre;
texto— de desagraviar a un enigmático ciudadano, Santiago
' Constant, acusado de cónspíración contra 1 gobierno de Carlos
Antonio López… Constatt!1egó al Paraguay jon pasaporce urugua—
yo, diciendo ser ciudadano del Uruguay. Cuando fue acusado de
' .conspirador y apresado, afirmó que era in lés y pidió ]a protec—
ción del cónsul de Ing1ataºrrraj Henderson, 5 cónsul actuó a favor
de Constatt, pidiendo su libertad y además xígíendo una indem—
' nización del gobierno de Carlos Antonio Ló ez por tenerlo preso.
Fue rep'udiado y el gobierno de Carlos ntonío decidió solo
tratar ei caso directamente Con el gobierno inglés o un represen—
tante diplomático. Después de varios lances diplomáticos y notas
vigorosas) Constan fue liberado. En ese mámento Solano López
se preparaba para dejar Buenos Aires y hrístie, diplomático,
negociante frustrado, ordenó al Almiranteá.ushigton qué abor—
'…dase eí “Tacuari” y raptáse él hijo de arlos Aznt0nio, para
mantenerlo cómo rehén y cambiarlo sí fuesd necesario poxyCc-ns—
tatt. Termina toda esa comedia, tres año¡s después, con otro
' diplomático inglés, Thornton, al reconocer que la razón estaba
con el Paraguay...
Pero ese incidente de opereta sirve para emostrxar al servicio
…de quién se colocaba un almirante de la es£1adra inglesa) como
Lushigton, y con qué írresponsabilídad y audacia el imperialismo
inglés daba sus avisos de intolerancia al Paáraguay. El personaje
( central de esa aventura en el P1ata, fue el pro io Solano López.
* Por qué, la presencia de Ínglaterráfaúl "cuando es atrevida
y ostensiblemente agresiva dentro del me or despropósito €n-
“' , 1?5 relaciones internacionales, no fue compr ndida realmente por '¿ ¿
hancisco Solano López? 3 !

"64
20 CUANDO TODO SE APRENDE EN LA PRACTICA
Para respºnder es preciso entender que el Paraguay'se in—
dependizó en 1811, cuando Francia se transforma en “dictador
perpetuo”'y lán_za las bases de una sociedad prácticamente a
partir de la nada. Francia era un admirador de Rousseau y Vol—
taire, im personaje citado por Comte en el calendario positivista,
pero circunstancias ya analizadas demostraron que el Paraguay
“se cerró” en su época. El progreso del país se impulsa realmente
a partir de Carlos Antonio López, rápidamente, y no hay tiempo
para formar una clase dirigente y ni una intelectualidad con
capacitlad crítica para aprender dialécticamente ¡3 realidad nacio-
nal frente a sus¿vecinos y de Inglaterra. Todo ocurría vertigino-
samente en el *Paraguay; Solano López, como su generación,
estaba£ aprendiéndo “en 1a;práctica”. La formación era general—
mente empirical Solo se veíá lo “visible”. Dentro de ese 'ambíente
nacional, se debe veriñcar la deficiencia de Francisco Solano
Lópezíal no eñtender la naturaíeza del rostro del imperialismo
inglés en ei Paraguay; perono se puede culparlo de esa deficien-
cia, que es el resultado de un país joven incapaz…aún (y para
síempne, porqu;e lo destruyeron), de formar sus íiderazgos de
acuerdo con sus necesidades; estas, aú'n insospechables a la ma—
yoría per la diminuta clase dirigente paraguaya.
Ehtre tant9 ocurre lo contrario en el Imperio del Brasil y
de la Argentina. Su clase dirigente, tradicionalmente“ ligada a la
economía inglesa, además de estar secularmente colonizada por
portugueses y españoles, comprende todo ese proceso. Pero al
contrario de lo que ocurre en el Paraguay, el interés nacional no
choca con el irñperialismo inglés dentro del punto de vista de
esa burguesía que se beneficia con la dominación económica
extran¡era. ¡
Mientras tanto en el Paraguay, con Carlos Amonio— López
y Francisco Solano López, las relaciones internacionales son va-
lorizadas por su; naturaleza diplomática, argentinos y brasileños
sin despreciar la eficiencia de esos canales consiguen $US m3d105
manipúlando el capital ingíés, con 10 cual, el imperíahsmo de Su
Majestad, la pérf1da Albión, demina la América del Sur.

65
.> 1
1

- 1

Y dentro de ese cuadro sudamericano, un Paraguay autén—


ticamente nacionalista y de economía emancipada, y el Imperio
del Brasily la Confederación Argentinainestables políticamente
y con una economía en las manos de los ingleses, muere en
septiembre de 1862 Carlos Antonio López. Y fruto de ese am—
biente, de lucha por la supervivencia nacional limitado por las
propias presiones externas que se hacen al Paraguay, es cuandó
un hombre de treinta y seis años asume la presidencia de la
República del Paraguay. '
Comienza la mayor tragedia americana Nace el mayor líder
de los pueblos de América: Francisc:o Solano López, Héroe de la
resistencia popularante el avance del imperialismo colonizador.

66 - , 1 l
CAPITULO IV

. 1—11 Império
& lBrasil y Argentina:
& s gigantes anémicos

' 2 . LA GRAN CRISIS DE LOS GIGANTES ANEMICOS

¿ 3 Cuál es la situación del Imperio de! Brasil y de la Confede-


rla'ción
… 5! Argentina en 18623 cuando Francisco Solano López asu'me
' _ . . ,
t::fl gob1mno de su pa.1s. ;
¿ Exactamente lo opu sto de 10 que se veríñca en el Paraguay.
El Imperio y la Argentina estárí viviendo un período de crisis
éá:onómica y política, con graves problemas sociales, e5pecial-
.fr¡áente el régimen esclav'sta brasileño. La crisis brasiíeña se de—
$énvue1ve de tal forma q 'e va a llevar al país en '1864, al borde
dL la bancarrota. Momen áneamente, seráía Guerra de] Paraguay
' …: salvará al Imperio, por una serie de circunstancias en ue
eptra, principaln*aente, !a ayuda de 105 empréstitos íngleses.qEn
lá Confed'eración Argen ina, formalmente uniñcada & pesar de
1% libertad de las provín ias, la situación política, con… siempre,
?cºontinúa inestab1e. Los roblemas económicos mundiales, reper-
,3cfutíendo en Inglaterra, c mo la GuErra de Secesión en los Estados
íÍ;línidos y ¡ma incipiente "alta de: materias primas, más aliá de_los
ícíonrrastesi internos del capitalismo inglés, ahogan también la
*eíconornfa argentina.
1g El Imperio del Bra ¡l, cuya fuerza de trabajo reposaba sig-
3$iñcarivamente en los & clavos, ya había_sufrído un rudo goipe
€;] 1850 cuando el flujo“ & esclavos dejó'de venir del Africa. Efe
?1fiecho, :a1íádo al paro ac muado de ¡a producp1_ón del nºrte (CHM
jg|e azúcar, algodón y ta aco) transfirió deñmt1vamente el centro
3 .
67
El progreso del país para el sur, pero ma có negativamente de
forma acentuada la economía brasileña. El Imperio, además, P0f"
' … que tenía una mano de obra barata con 1 s esclavos, nunca se
preocupó por su calidad: suplía sus necesida es con la abundancia
de brazos'africanos- Ai cerrarse la importa ión de negros africa—
' —n05> obv1amente, cayó la cantidad de tra ajadores y no existe
también un ñujo-inmigratorio para substi uírlos. Justamente, &
partir de 1852, los empréstitos de Inglaterra _e agfandan, al punto
de Signiñcar, siempre, a partir de esa fecha, 1 medio de equilibrar
temporariamente sus finanzas. En el mens je del trono de 1864,
el Emperador Pedro II, aborda la crisis eco ómica en que estaba
la nación, acentuando la diñcultad para sus 5 bditos con 121 quiebra
'-de diversas casas bancarias. Esas falencia Hevarorr de vuelta
muchos pequeños y medianos capitales y (: n la escasez de cap_í—
tales y la, falta de crédito en ese período del Imperio, se creó una
“ ¡situación difícil internacionalmente, ya su riendo las presiones
exrernas. Además de esos atropellos, el Im erío tiene que sufrir
la incompetencia del ¿iplomático inglés W. . Christie, que acen—
túa los contrastes de las relaciones entre yl Brasil e Inglaterra,
al transformar accidentes aislados, sin cons cuencias, .en la rup—
tura de relaciones entre 105_ dos países. 11 barco inglés fue
saqueado en las costas de Río Grande deI ur y dos oñcíále5 de
“ la escuadra británica, borrachos,, fuerºn apñesados por desacato
a las autoridades brasileñas. Estos hechos, más la irascibilidad
de Christie (es el mismo'que intentó rapmr & Solano López),
' —pr0vocaron _el rompimiento de relaciones hasta 1865 ———cuando
se normalizaron de modo deprimente—— agravando la situación
pºlítica del Imperio.
y No obstante, ese extraño rompimiento de relaciones diplo—
máticas causa dificultades po]íticas y crea áesconña.nza hacia el
Imperio del Brasil, los empréstitos ingleses continúan llegando.
' Más importante que las re1acíones normailízacías de Estado a
“Estado, Inglaterra con su liberalismo económico, contaba para
controlar las finanzas, con el Barón de Mamá, un banquero con
estrechas ligázones con el capital inglés, specialmente con el
' Banco Rothschild, del cual era al inicio, encjbierto representante
y descarado testaferro en los últi_mos años, con intereses exten—

68
diéndose principalmente por el Umguay y Buehos Aires. —De—-tal
forma; la infiltración del Barón de Mauá se hacía en (_:I Uruguay,
'en donde, además de principal y pionero banquero, era el mayor
propiétario & inversionista, que estableció una contradicción,
cuando para sátisfacer al imperíaíismo inglés fue necesaria la
' intervención brasileña en. la República Oriental: era una guerra
» dec1arada contra los propios intereses brasileños, no obstante,
aparentemente realizada para defender cuarenta mil súbditos del
Imperío'que estaban establecidos allf-con propiedades en la ciudad
y en el campo. —Es'a contradicción, además, pro*vocó posterior—
mente:la quieb17a de Mauá.—. …
Esa“ monarquía decadente que no consiguió coordinar for—
mas de desarrollo, entra. a partir de la mitad del siglo XIX, en
un violento proceso de tranºsicíón: tiene que abandonar y no sabe
como ¡resolver el problema, su fuerza de €mbajo esclava. Tendrá
que sustituir la mano de obra barata pero s:ompletamente incapaz
de acigg:uarse & un nuevo tipo de desarrollo del país, por un nuevo
tipo df; trabajador, con el consecuente-cambio en las relaciones
sociales y económica& La resistencia dei Imperio ante esé cambio
es pasiva, ineñqiente; no había tampoco ningún programa iu-:º—.1—
can&u ¡que el Imperio se preparase para pasar de un réet…»¿:aen
esclavistá haciafun sistema de trabajo libre. Al lado de r35u, la
nobleza sustentáyada por los brazos negros, repudíaba cu;5¿¿uier
cambio que inte1rñríese en sus privilegios. Y justament»» —' -»a no—
í…síeza detentaba Í_el poder po1ítíco,símbolizado en ei Emperador
Pedro 11.
Dentro de ese cuadro económico, destinado fata]m::nte &
perecer, el Imperio sufría otros graves problemas. Su pwítica
estaba desvinculada de la realidad social y económica de la nación.
Su clase dirigente, representada por la nobleza latifundiaria y las
casas exportadoras, estaban íntimámente ligadas al imperialismo
inglés, sin el cúal no conseguía colocar sus productos en el.
mercado mundial. El gigantismo de la nación y su falta de comu—
nicaciones, sus problemas peculiares de. cada región, hacían gue
las rebel'días' regibnales no seusíbilizaran ai pueblo; los movim1en-
tos separatistas de Rio Grande o las revoluciones populares df31
norte a; pesar de la autenticidad de esms úhím215, no eran mas

69
que fenómenos Iccales; menos por la pecuiiaridad regional y más
por lamexístencía de un pueblo consciente de su 51tuacíón. Esos
movimientos por más auténticos que fuesen no conseguían trans—
pasar ei límite de las rebeliones, ahogadós más por la extensión
del país que provocaba por si solo el desconocimiénto de sus
causas ———cuyos efectos solo eran sufridos regionslmeme—— ¿[ue
propiamente de ¡a falta de condiciones sociales para una revolu—
ción que derrumbase el Imperio. ¡ l
El Brasii es, en ese período un gigante anémicd. Su pueblo
está constituido de la manera más deprimente. Ménos prarííñ
menira de que para el país vinícsen, “desterrados”marranos”
¿¡ negzos, y más por una evolución política y social que separaba
& su pueb'o de la producción económica. Era un pueblo que
apenas trabajaba,jamás participaba ni po¡ítica ni ecoñómicamen—
re. La máquina burocrática del Imperio, formado por ¡fos parásitos
paniaguados dt: la nobleza, era corrupta en todos los nívelesl
En 1850, paraxma población cerca de los ocho miliones de
habitantes teníamos cinco y medio millones de hombres libres
y nada menos que dos y medio millones de esclavos 0 sea en
ocho mífmnes de habitantes, casi [& exclusividad de ;Ia Fuexza de
tmbajo era ñ:rmada por dos millones y':nedío de esclavos nsgrras
El Imperio here.ló todos los vicios de] periodo colonial “ no
supo crear una personaalidad política capaz de desarrollar al[Brasil.
Entretanto, sus 0cho millones de kilómetros cuadradd>s, ¡a caiidad
excepcional de sus tíerrasylas riquezas de las mismas continua-
ban atrayendo inversiones… De 'Fom1' anárquicav sin participa“
ción popular el desarrol 10 del Brasil11mpe¡ini sumaba una signi—
ficativa producción. Pero traía en sí un esp€ctacular contraste
además de no corresponder a nuestz& potenciaíidady no utiliza;
ios recursos disponibles de la época, toda esa riqueza estaba a¡
servicio de un sistema mundial imperialista en manos de Ingla—
terra; lo que nos sobraba era mal vendido para el sdstenimíento
de una nobleza mestiza, alimentando y autoaiimentándose del
latifundio ímproductivo o de cargos burócrá'ricos distribuidos por
el Imperio En fin,… el Brasil era el p…totipo del servilismo eco—
nómico y político—encubíerto por la soberbia imperíaI—-—í de
que necesitaba ei imperialismo i.glés para mantener el status
& ?
1
70
1

¡quo de dominación int rnacionalEl Imperio del Brasil era eí


¿ aladín como represent me de la “civilización” de laepoca, tan
£elosameme divulgada or Inglate1ra. .
*¡ Dentro de ese cont nido económico, nada más lógico esperar
%% razones formales e su conformación política y contrastes
'internos que terminan por ser transformados en “razones de
¡“estado”, inclinen al Imp rio del Brasil a actitudes internacionales
coherentes con las mece idades de dominación del imperíaiismo
¡ inglés, del cual es una & pecíe de sub-menópoli5. No es extraño
gue sus contrastes so'cio económicos intenten diluirse en conflic—
tos externos; la interve ción en el Uruguay, mem prczexto para
¡!a Guena¿ del Paraguay no es más que ¡& sublimación hísrórica
Ide la incapacidad de res lver los problemas básicos de ¡a sobre—
¡Zivencia del Imperio, n acentuado régimen de degeneración
¿.conom1ca
11 Ese cuadro se ace túa con el nacimiento de su adversario:
“a República del Parag ay, floreciente y autónoma económica—
mente, desestabilizando un status que que sustenta una forma
£ erárquica de dominació mundial.
4

¡
… Será necesario__hacfr la guerra: se inventan cuestion::z—z de
límites, se presentan so emmes “razones de estado” ,…...
=—= ,1.,._,.,
: :'l'u an

gobiernos pac1facos com el del Uruguay, aún contra los mi mos


jiintereses de1 Imperio (! 1 Brasil.
;; En Fm, para respo dera las necesidades del imp::ralísmo
ipgl és, que satisfechas terminan el mantenimiento en el ¿Joder
…_ file la nobleza b:as1íena, odo será hecho.
|

2£2. LA CRISIS ARG NTINA PRODUCE EL “VAGO”

Cuando Solano Ló ez toma posesión de la presidencia del


Paraguay, la Argentina atraviesa también por una grave crisis.
ILa umón de varias prov ncias es apenas ílusoria. Los problemas
… ¡ihte_rnos indican un futu o incierto. La Guerra del Paraguay, quel
' síe avecina, aumenta la tradición política Argentina: unidos 0
… j;d€sunidos los argentino colocarán siempre el gobierno encima
de la narión y del Est do. Solamente con la ºexplosión de la_
guerra, como se verá, es que la Argentina consigue superar —de

71
Forma relativa y contradictoria—— ese c_omp namiento czmdille5co
' -. de su política
Para conocer bx en el carácter del¡mp rialismo inglés en la
Argentina, es preciso volver al comienzo el 1 siglo XIX. En 1806
y 1807, Inglaterra intenta conquistar el de la P¡ata con sus
dosx¡ívasiones frustradas… A partir del frac so de esas expedicio—
nes guerreras, el imperialismo inglés se ¡ filtra insidiosamente
en Buenos Aires: sobomando :] ofreciendo nzereses a su burgue—
sia y políticos, usufructuando de ¡amgenui ' ad intelectual de una
pequeña élite deslumbrada con los artíñci s culturalesmggleses
y, principalmente, ofreciendo medios de es ablecer lía permanen—
' * cia de una clase dominante al frente de la ación. Buenos Aires
se convierte en punta ¿e lanza de Ia ind stría inglesa: recibe
manufacturas que,“distríbuye en las restan es provincias y atrae
' 'para su puerto 105 productos de] campo materia prima para
exportar hacia Inglaterra.
Comienzan los empréstitos ingleses, & crean leyes para la
importación y exportación que arruinan al 5 pequeños artesanos
y acaban por beneficiar a la burguesía y s s patxones ingleses.
Ni las constantes divergencias políticas p rjudican el dominio
1 del capital extranjero.
"J No se hace nada para que ei país pos a una base industrial:
sería contraria; los planes _ingieses. Por t nto, la burguesía de
Buenos Aires, liderando el Plata, es merc ntílista y servil a 105
” intereses metropolitanos de inglaterra.
La tierra penenece ¡¡ los grandes la ifundistas, sirviendo
especialmente para la cría de ganado. Nat ralmente, dentro de
esa estructura, el pueblo no usufructúa e la produc..ción Al
comienzo y mitad del siglo XIX, la Argent na exporta principai-
mente cuero de buey, charque, lana y sab .
Esa producción viene, en la mitad d 1 siglo XIX de un
*respetable rebaño de tres millones de buvi os y casi veinte mi—
llones de ovinos. Esa estructura latifundí ria degenera en una
sociedad completamente inestable, sin con iciones de mantener
'un mínimo de equilibrio político y econó ¡co. Así el censo de
1869, revela que existen, en una población (1 un millón novecien—
t05 mil habitantes, un millón cien mil, vi iendo en el campo…

72
)

Pero, …y es un3c'lato revelador, un millón de esos campesinos'


argentinos no tiene ocupación definida: viven de grabajos c%isper—-
905 o¿ en tal cash, de ia caza y de Ia pes'ca. O sea: 58% del pueblo
vive en el cam:%>o y de esos 58% (1.100.000) cerca del 90% no
tienen ocupación fija. :
Esa situación es tan extravagante que la prºvíncia de Buenw
Aires crea legalmente el “ciudadano vagabundo”. En .la imposiv
bilidad de dar ¿rabajo normal & tada ésa gente, por una ley del
gobierno de Bufenos Aires, se declara “vago” (errante, vagabun—
do, sin ocupací'én) a todo aquei que ,no prueba tener un medio
eñcaz de subsistencia… Loque vale decir: la estructura Iatifundíaria
de Buenos Aírés obliga al campesino privado de tierra y de
trabajó, al nom?dismo; la ley de ¡a ciase dominante condena a
ser pe“rseguido por ociosídad... Agrava la situación social de
Buenos Aires el hecho de 'que apenas el 2% de sus tierras se
dedicaran al cultivo. El resto quedará para el ganado, bovino y
ovino, que ocupa mucha tierra y poca gente.
Los grandes propietarios de tierra encuentran una prolonga—
ción del poder económico en la burguesía comercial decíicada a
exportár ¡& producción de los campós. Y hasta, según acentúa
León Homer, uná significativa mezcla de intereses e identificación
entre lbs latifundistas y la burguesía comercial.
“la gran burguesía comercial, del mismo modo que los
latifundistas pecuarios no es una Clase en estado puro: en ella se
unen el ejercició simultáneo del comercio y La cría del ganado.
El beneficio qué produce el Campo se transfºrma én capital co—
merciai* y el capital comercial transforma a su dueño en latifun—
dista pecuario ..L”
Esa estructúra es un instrúmento de dominación interna por
el imperialismo Íexterno. EIIÓ porque evidentemente marginalíza
al pueblo de la participación social y estimula condiciones para
la alianza del poder económico nacional con el capital llegado
de afuera. Sin u¡3a estructura latifundista disociada del pueblo no
sería fácil la penetración del imperialismo inglés en la economía
Argentina. De la misma manera, sin efapoyo de! capital extran—
jero, de una estmctura mercantilista sustentada por el imperia—
lismo inglés, la producción de ese latifundio, comercializada por

73
1
la burguesía de Buenos Aires, casi no fevertirí,a en lucro de la“
clase dominante (Es obvio: cuanto más concentrada es. la forma
de la renta, más fácil es la dominación extranjera)
Esa formación ecºnómica condéna & Buenos Aires y a sus
provincias hermanas, débil estructurá política para satisfacer inf
tereses de las clases dominantes. Sus gobiemps son meras pm;
longaciones de ese poder económico: p0r eso son colocaáo$
encima de la nación. Por eso no se procura encontra? medida;
básicas para modificar el grado de dependencia de Inglaterra',
que provee todos los productos industrializados a los argentiríos.
Antes, se procura mantener un status quo, que no modiñque las
condiciones que benefician los lucros de los latifundísgas y ¿le la
burguesía comercial. Naturalmente, esó aiim_enta una extrema
contradicción: porque las necesidades del país crecen y' se agran-
dan índependientemente del control férreo de los gobernantes,
representando a la clase dominante aliada al imperialismo —íngié5.
También crecen, esPecialmente, las necesidades de ¡a población:
es preciso, para mantener un relativó equilibrio social, dar em—
pleos y matar la miseria del puebio… Eso…signiñca caéi siémpré
un preceao gradual de emancipación económica. Pero la oligar—
quía de Buenos Aires y de sus provincias hermanas no admite
perder terreno en el dominio que establece la nación. De eso se
aprovechan los representantes ingleses para mantenenuna situa—
ción que es excelente para la industria británica, tánto como
proveedora de productos manufaczturadós como importadora de
materia prima. Cuando ese status quo de dependencia y ausencia
de progreso interno que pueda revertir en favor del pueblo agrava
la situación política y económica, se apela a los empréstitos que,
exactamente como en el Brasil, superan dificultades momentáneás
y ligan más a los argentinos al imperialismo inglés. '¿ :
A la clase dominante en Buenos Aires, como a la noblezá
del Imperio del Brasil, poco le importaba que ese procefso conver—
tía al país en víctima de la especulación inglesa. Lo importante
¿ no era la nación: lo importante eran los propios intereses de las
oligarquías que se sobreponían a todo. Así, poco significaba, por
ejemplo, que de un empréstíto de un millón de libras hecho en
1824, los argentinos pagasen casi cuatro millones ochocientos
mil, en 1904 (llevándose en cuenta que de un millóp de libras

74
!
':
_2
E
?

áfaenas quí_níentas mil lle arma a Buenos Aires).*Ese antecedente


: é¿$candaloso que arrastr a Buenos Aires. (como es_taba arras—
f¡r'ande al mismo tiempo al Brasil) al imperialismo ingles.,” con—
*Herte a 13 cíase dirigente rgentína en mero agente de los mtereses
' i;r1gleses.
EJ La dependencia eco ómica que se va creañdo tiene su prec10
mayor: no se trata de a astecer & ba]o costo al me¡cado 1ng;es
1

c©n materias primas", ni d consumir & altos precios sus productos


Ládusrrializados; cuando 5 necesario hay que pagar con la sangre
'acional, haciendo ]a gue ra, la “generosidad” de 105 empréstitos
q¡he sustentan esa oligar uía parásita en el poder._

2% LA LEB ERTAD Q B NO PERMITE LA CONCURREN-


C?IA
¡ :
i ¡
¡1 Dentro de ese cua ro económico argentino está implícita
_ *na fabulosa contradicci 'n propuesta al mundo por Inglaterra:
l©s ingleses inauguran partir de! siglo XIX, eí liberalismo
chonómica, la famosa (
civilización de] comercio libre”. Es al
Wismo tiempo en que ¡ plantan la libertad del comercio para
pps productos y niegan ua1quier forma autónoma para el resto
lº… munáo. No está per itida ninguna competencia a su produc—
1cí:ión: para que esa com etencia no ocurra es necesario que no
'_ Ís!e dé ———ní “siquiera accide talmente——la emancipación económica
1de! nuevos países… Por e o, se mantienen oligarquías retrógradas
¿cºomo la brasileña. y la argentina. Paradojalmente, esos paíseu
,cíominados por e:] ímperi iis.mo económico inglés, desactualizados
iº;iºl proceso de producci n, se embanderan de representantes de
¡La “civilización” para des ruír —como hicieron con el Paraguay»—
ll*gs economías nacionali tas y autónomas, 10 que sólo lograrían
¿ Qentro de un sistema de protección al comercio nacional. Es que
?lja libertad comercial par el imperialismo inglés significa invadir
. xl mercado ajeno mame iendo ias mismas relaciones tradicionales
íein América del Sur: “nat vos” exportando materia prima & impor-
jtf¿nt0 manufactu ra. El li re cambio en las manos del_imperialísmo
1éconómico, sustentado or una potencia industrial, sofoca cual—
!€¡uier tentativa de ema cipación nacional. Por tanto, es preciso

75
mantener la dependencia argentina y brasiieñ para escurrir—con
absurdos lucros y usurpaciones la producción i1 dustria] ingles?.
Los episodios políticos ocurridos en la Argentina apenas
representan esa estructura económica. Unitarios, federalistas, li—
berales () cualquier nombre que se dé a las o ganizaciones polí—
ticas, nada significan. No signiñcan ninguna pr puesta económica
de liberación nacional; no significan ningu & resistencia a la
dominación agresiva del capital inglés. Mitre Urquiza dífíéren
en el método ——para citar dos líderes, en tal ca 0, como se podría
citar a Sarmiento 0 Derquí—— pero son igual 5 en aquello que
representan como clase dominante: la estructu a económica apo—
> yada en el latifundio y en' la burguesía corner ial, con el auxilio
externo del imperialismo inglés.
Desconocer la conformación económica e la Argentina y
1 de su estructura social, es desconocer tambíé los mo¡:ivos fun—
damentales que llevaron a la Guerra del Par guay. Los hechos
políticos son meros residuos de esa guerra: 1 s argumentos de
Mitre y la diplomacia de Elizalde tendrán otr s contornos anec-
dóticos si otros fuesen los políticos en el pod r, pero la guerra
venía porque estaba determinada por un moti () interior econó—
mico. Perder tiempo cuando se trata de busc r las causas de la
guerra, en las explicaciones y complejidades p líticas y diptomá-
ticas de la Confederación Argentina, es incurri en lo meramente
anecdótico. Argentina y Brasil tenían que hac r la guerra. Latí—
. fundistas y burgueses beneficiarios de! imperi lísmo económico
en el Plata; nobles y políticos aliados a los v cios imperiales y
militarí5tas del Imperio, todos al servicio del tarus quo preten—
' dido por Inglaterra, hicieron la guerra por un s lo motivo: defen—
der los intereses económicos de la metrópolis ¡ adre, de la matriz
que los sustentaba devolviéndoles migajas de lo que robaba de
los pueblos que irían a sacriñcarse en el próx'mo genocidio.
CAPITULO v
¡

Intriga, calumnia: vemenós


¡ “ que tiñen _el Plata

24. MENTIRAS Y CALUMNIAS SOBRE EL PARAGUAY

Imbecilídadíes y mentiras sin número ya fueron_ escritas para


explicar las causelxs de la Guerra.del Paraguay. Desde el irrespºn-
sable áñnador de pianos George Thºmpson ——-—que escribió un
montóf—1 de dispárates en un libro que se volvió clásico y hasta
plagiado de vez íen cuando—— que ¡legó a añrmar que Francisco
Solano López ($iempre pre$entado como un bárbaro) hiz'o la
guerra por vengánza & los diarios de Buenos Aires que lo críti—
caban () cuando el mismo áutor dice que la guerra fue hecha
porque el presidente de la República Guaraní “tenía la idea de
que solamente ppr medio de' una guerra el Paraguay pueda ser
conocí¿o”. A pesar de la cretinidad de tales afirmaciones, durante
años ellas fueroh (y aún son) llevadas en serio dentro de la
mistifídación con que sé escribió la historia.— No ves superfluo
examinjar_ esas tonteras, porque tonteras de ese tipo arrastraan
a mucha gente a la- comprensión sobre la Guerra del Paraguay.
Vgríos otros autores, considerados “serios”, añrmán dispa—
rates dé ese tipozí no es raro tropezarse en los voluminosos libros
que se escribieron sobre la guerra de la Triple Alianza, con una
añrmacíon de qué Solano López quería coronarse Emperador de
la América del Sur, en un remedo ridículo de Napoleón. Durante
cien años, cosas!de ese tipo prevalecieron. Son raros 105 libros
llamados “clásicós” de esa gueri-a que escapan a ta1es caricaturas
históricas. Al lado ¿& ese tipo de anécdotas corría generalmente
la infamia contra Solano López. El prºpiº George Thompson
dice hasta el hartazgo, ¡¡ lo largo de su Ebro; que él es cobarde

77
o sátiro; tal mamquexsmo h15tor1co transformo la guerra en gna _
pelea de “Cowboy v bandido”. _
*
1 …
;
Si esos procedimientos,que no son s'olo dee Thon*3pson, cit?do
aquí como ejemplo, no ayudasen & sedimemar una visión concep—
tuaí sobre el Paraguay y Solano López, bastaba ¿implemente
tirados a la lata de basura de la historia. Pero es preciso acentúar—
ios biem porque tales procedimientos admirablemente ilógicfos
encontramos hasta" en Sarmiento, un hombre al que3no se puede
ni se debe despreciar intelectual y pºlíticamente. 1 '
Sarmiento, 11 quien no se pueitie acusar de falta de sagacidad
intelectual ni de falta de preparación política? varias veces refleja
el de:565perado odio porteño ante la' situación del Paraguay.— En
1860, el escribía que “tenemos fe en qué ha de llegmf el mome'nto
que los países vecinos y la desgraciada ¿población die? Paraguay,
ham dí? intervenir para mejorar las condiciones del gobierno tan
anómalo cama el de don Carlos Antonia López”. ESO demuefstra
fácilmente, la expresión de ¡as opiniones de la clasfe dominante
… la Confederación Argentina, que la “anomalía” de] gobierno
naciºnalista y económicamente aurón0mo de! Paragúay, —inc0fno—
daba, al punta de provocar diatribas de Sarmiento. En 1862,
Sarmiento vuelve a demostrar ia índisposíción contra el Paraguay:
“si queremos saívar nuestra libertad y nuestro futuro, tenemos
el deber de ayudar al Paraguay, obligáncio a sus rñandatarios a
entrar en la senda de la civilización”. La “civilización” signiñca
someterse a los principios vigentes en el Cono Sur, libre comercio
en favor de Inglaterra. Pero, la calumnia como arma de propa—
ganda de guerra aún alcanza límites increíbles con Sarmiento…
“Es providencia! que un tirano haya hecho mata? a todo! ese
puebio guaraní. Era preciso purgar ia.£ierra de tolda esa excre—
cencia humana”. Esa frase ¿es Sarmiento están en una carta es(:rita
después de la guerra. Pero para él, el asesinato del púeblo guaraní
también em imputado a Solano López, aún cuandº el reco$oce
&] crimen en 1869. : Í Í
“La Guerra del Paraguay concluye por ¡a simple razón de
que matamos a todos los paraguayos mayores de diez años.”
Los diarios —del Imperio del Brasi1 y más esí3ecíñcamente
les de Buenos Airés, ofrecen centenas de diatribas d.º ese género.
Entre 105 autores de esos escritos rencorosos se encu¡entra también

78
Í
&
1 3
' $

I%Bartolomié Mirré, presi ente de ¡a Confederapión Argentina en


T 11865, que en su diario, ¿¡ Nación Argentina, comprueba el odio
iivigeme: ¿ —
_% “LaRepúblicá Ar entina está en el imprescindible deber de
%formar alianza con el mail a fin de derribar esa abominable
¿ %clictadura de López y a rir al comercio del mundo esa esplénciida
y magnífica región que osea, tal yez, los más variados y preciosos
?
%productos del trópico ríos navegabiés para ser explotados.”
! Dentro mismo de la diatríba usada como forma de propa— _
Iganda contra 431 Parag ay no se consigue esconder la codicia ,
! 'intemacibnal: es preci o derribar 1a dictadura de "López ——dice
% Mitre——- para tener a ¿ sposición sus “variados y preciosos pro—
i ductos”. — v
Como se ve, las ne esidad65 del imperialismo inglés encuen—
1 ítran un ropaje hasta exage'radamente servil en la propaganda que
' %se hace contra el Paraguay en el Plata. Lo que es una preparación
— ; para la inminente agres ón a la República Guaraní. Esas diatribas,
1—-

3 ino obstante, como formas de cubrir la codicia imperialista, son


1 %apenas de insignificantes proporciones cuando la calumnia i'nvade
Ela condu;cta diplomática ¡¡ soborna representantes de casi todos _
ilos países implicados. '

525. DIPLOMATICOS CODICIAN LA REPUBLICA GUA—


%RAN
z
I =
' Al lado de las diaºtribas que surjan en 103 diarios del Brasil
%y en Buenos Aires, co ienzan a aparecer comentarios diplomá—
?tico
%… v
s insi nuan do que J1nPa raguay “naturalmente", tiene que ¡n-
% corporarse territorialmente a sus vecinos… Las tesis dipiomáticas
1 $ y políticjas sirven com una gratificación para los intereses eco»
nómicos ingleses, fue un elias losque determinaron el surgi—
1 miento de tales argu emos. Así, el diplomático Pclhan Horton
) Box, añi*ma: “Si ei B asi! había de tener un centro no tropical
que dominaría ¡a red & ríos que le sirvan de sistema nervioso,
% 3 ese centro sería Mont video, que permitiría al Imperio_ controlar '
1 i el río Uruguay y dom narel Río de 'la Plata y la desembocadura
1
de su otro m'.butario, ] Paraná”.
Sut11mentre la “pr sa” és el Paraguay-
¡
¡
¡
[
“Para dejar de ser un país colonial, ara poseer un capital
que explore su imperio colonial, como ve dadera metrópoli, ,el
Brasil tenía que buscar un centro político en el estuario del río
de la Plata. El desarrollo del país con una 'nmigración europea,
el Brasil carecía de ventaja ínenarrable de n centro focal como
Buenos Aires. Y así, trataba de remedia ese défecto con un
esfuérzo constante_de expansión Lastá_el "mplio estuario, que
fue por tanto tiem¡50 la rñéfa de todas sus esperanzas”.
La traducción de esa tésis de _Pelhan Horton Box, dentro
' _de ¡a red de intrigas diplomáticas que's_e t amaban, erásimple—
mente el cierre. del Plata y'e1 control de 16 mismos ríos citados
hasta el Paraguay por los aliados.
, Los ingleses, representados aquí en el pensamiento de Pel—
han Horton Box, no se interesaban por 11 da por el futuro del
Brasil, pero su diplomacia era una red de inf rmaciones e influen—
cias intentando formas de prevalecér econ micamente.
Hasta los mismos geógrafoé Censpira an contra la autono—
mía del Paraguay: E. Re-::í*us, en su Nouveh' Geógr3_phie Univer—
selle, afírma'íngenuamsrnte ——E“] no tenía ingún 1'nr<-:rés --…-…:w
' bierto——- que e.! “Paraguay es uua'pm¡ong ción meridiona—¿i del
Estado de Matte Grosso ¡¡ el Uruguay una pxolongación mmídáo…
nal de Rio Grande del Sur”. Ese “determíni m0 geógráñco“] no
“obstante, ingenuamente esbozado por Rec us, también em un
fuerte argumento en la red de intrigas y calumnias que iban
revistienclo de “razones' de e's'tz1doºº'1'as nece idades imperialistas
de los ingleses.
El representante británica en el Plata Edward Thornmn,
va a tener un papel especia1 en esa red de in rigas. En un famoso
despacho a la sede de su gobierno, pinta un cuadro dantesco del
Paraguay: aún ahí (como se verá en la tra scripción de trozos
de ese dºcumento) él coloca ropaje diplom'tico en el cuerpo de
las razones económicas. El representante de los Estados Unides?
'el venal & intrigante Charles Washburn, re istra en su libro la
disposición de Thornton al dejar el Para uay: “El Paraguay
estaba representado como Abisinia y López (: mo el rey Teodoro.
Un despotismo implantado de esa forma, er un obstáculo en el
camino de la civilización. Insigniñcante en sí mismo, el Paraguay
podia 1mpedir el desarro¡lo y el progreso ¿ todos sus vecinos-
30
¡' 7

Su exiétencia era nociva y su extinción como naciona___lidagl _o la


caída de la família reinanlz,e debía ser provechosa para su propio
pueblo como también para todo el mundo”.
“ Es fantástico como las argumentaciones de una rencorosa
diplomacia sirven como una gratificación de los interes'es del
imperialismo íng]és—. Más fantástico aún es que, es la diplomacia _
- inglesa a través de Thornton, quien emite ese. enunciado, pero
lo quexes asomb'rosó: son argentinos y brásileñ05 los que ejecutan
la política propuestá por Inglaterra. Obsérvese que no hay pudor
alguno: el representante inglés avalaba, como testimonia Wash—
burn, que era necesaria la'“extínción como nacionalidad” del
Paraguay! Asombroso, no obstante, es que el Imperio del Brasil
y la Confederación Argentina Se unen para poner en práctica la
destrucción propuesta por la dip]omacia inglesa atendiendo a las
necesidades de su imperialismo económico! '
Sin emba1go, un representante de Su Majesfad Británica,
no se máncha jlas manos 'con la torpeza de la calumnia hecha
públicamente. Para eso cu':enla con sus testaferros en el Imperio
deI B'L"xrii () en él PIlata uno de los cuales es el corrupto represen—
tante de los Estados Unidos Washburn. Ese Washburn, como
veremos más adelante maniobrab'a sobornado po'r los intereses
del irf¿perialísmo inglés, informando pérñdamente a su gobierno
(105 E A) quetenía conocimiento desñgu-rado sobre la situación
' en e'] Plata.
El 28 de Septiembre de 1862menos de un mes antes de
que rancisc0 Solano lópez tomara posesión en el gobierno de]
Paraguay y ¿íeciocho días de9pues de la muerte de Carlos Antu—
nio Lópe¿ 'W¿shburn infíc>rmaba & su gobierno: “Estoy asom-
bradofde que el Paraguay cuente ran pocos amigos más allá de
sus propios límites El es ¡ onsidf—:z:aclo como una especie de tierra
incógnita donde alg…¡en puede 1venturarse a entrar solamente
corriendo grandes rie5gos
El principal deralle dci ír1lo¡me de Washburn:
“Hasta donde pude :falvgir, era casi universal el sentimiento
de que sería eL motivo má: <1Í()ILunach que alguna potencia po—
derosá enviase aquí una Fuerza que ob!"Stgase a respetar las leyes
de la hospitalidad nacional e internacional”.

81
Esa desvergiíenza_hacía parte de lalred de intrigas en que
se ajustaba de forma definitiva, deshoneét21 ¿: ímpúdica —hagta
el robo del dinero—— el represéntante de 105 Estados! Unidos_jen
el Paraguay. La codicia ínternácíonal era un hecho índesmentible
y, probablemente, si no fuese por la—Guerra de Secesión, los
Estados Unidos, tal vez, pudiesen ser tentados a intervenir con
sus “marines”. En 1863, Washburn escribía sobre eíUruguay y
la inminencia de un dominio extraño en forma definitiva: “Hay
tantos franceses e ingleses en la Banda Oriental 0 Uruguay, que
teme el presidente una intervención extranjera en ¿el cáso de
producirse una guerra muy prolongadá ('en los Estados Unidos)
o que el ñlántropo imperial Luis Napoleón pueda ensayar en los
países del Río de l_a Plata un papel análogo al que acaba de
desempeñar en México... ' " —%
Aquí estoy extremadamente deseoso que la rebélíón en los
Estados Unidos sea rápidamente sofocada, de modo que nuestro
gobiernº se encuentre en condiciones de íñtervenir ante cualquier
ugresión monarquista en América” Por el papel que el Uruguay
vn :: desempeñar en la conñagración, se va introduciendo enla
compleja red de intrigas que se canaliza posteriormente en las
“razones” del conflicto. '

26. LOS SECRETOS Y FUERTES PODERES DE LA MASC)—


NERIA ' '
Toda esa red de intrigas sembradas en las representacioríes
diplomáticas () en nuestros diarios, apenas forma ima estructufa
de propaganda que va a desembocar posteeriormenteí (como ve—
remos) en la diplomacia oñcial del Imperio de] Brasil y la Cón-
federación…Argentina. Al lado de ese &nrarecido ambiente intér—
nacional en el 'Piata, especialmente en Buenos Aires,; gravita un“
grupo de paraguayos despojados de sus privilegios que se origi—
naban también de la corona española *o¿ de la ligazón con las
oligarquías argen'tinas asociadas al capital inglés, que forman
una Legión Paraguaya conspirando en el exterior contra su pa—
tria. Esa Legión, formada por hombres cómo Loizagá, por ejem—
Plº> que después dé la guerra tendrá impoftante participación
82
Alianza, no pierde ocasión de intrígar
¿…lo que además es ¡ necesario… a argentinos, brasileños …e

¡ Las razones econ micas 'que llevan & ia destrucción de_1


' Faraguay son revestida de innumerabies causas. Papel prepon-º.
IEerante para ciar ropaj & esos principios ejerció la Masonería?
_ . n el Imperio del Brasi o en Buenos Aires. Todos ——y aquí no
: ¿hay exageración alguna todos los hombres con poder de. decí—
E jsión en el ?Íata y en el rasíí, eran masones. Pedro II pertenecía
: El Gran Oriente del Br si], del cual josé Bonifacio había sido el
¡ 3primer Gran Maesire. ¿ anual Calmon du Pin y Almeida, de gran
; (peso en la diplomacia b asiíeña, era masón. El, inclusive, otorgó
.
Ívarias cartas para la fu dación de Logias en diversos locales del
7 Plata. El Duqf1e de Ca ias fue masón y más: el General Osorio,y
' ¿Menna Barreto, el Bar n de Rio Branco, ]oaquín Marceíino de
'11
1
$Brito,
x
hasta el mismo 5 ldanha Marinho y Deodoro da Fonseca.
3 :Era una tradición la p sencia masónica en todas las luchas de
W¡1mp0rtanc1a'— en [& Am 1']Ca
'»d15& ur. El enten ¿"1m1€nt0 ¿“l'
& og13
! . 31
… ¡& log1a se hacxa 1nter ac10nalmente: de Londres & R10, de Río
r - . - ' '

1 !a Buenos Aires o a otro centros, estableciendo un entendimiento


¡ 5más fácil entre sus cof adas. EI Paraguay era el único país de la
América:del Sur dond la Masonería no funcionaba. Allí hubo
% ¡una Logia clandestina en 1845 —Logia Pitágoras… que no tuvº
"='¿x1to. P oster1o¡.ment_e,a
'” or 0 e . ocust'” , un barco mg
bddl“L es ¿:
'l'd¡
¿Comodoro Ernest Hottan, la “Logia Volante Conway” hizo una
jreunión.
ff Se limitaron a esos dos acontecimientos la presencia de la
: fMasonería en ei Paraguay. Pero los traidores de Buenos Aires
. 1eran casi'todos masones, inclusive Loizaga y todos los integrantes
. del gobierno impuesto por el Imperio del Brasil después de la
1
' caída de Asunción. 0 sérvese: la primera Logia Masónica de1
'1|! Paraguay en 1869, fu creada con el patrocinio del Duque _ de
| ! Caxias… Por otra parte, el “Locust”, donde se hizo una reumon

º?
¡
clandestina de masones, fue el barco que conduiº a Asunc1on ai
Mini5tro británico, Sirl Charles Hottan, en 13_53- E535 comc1de1:n—
5¡ 11 cias(?) no pueden ser despreciadas. Aún para ¡lustrar la presenc;a
;; ".
J . , …s3
de la Masonería en la Guerra al Par_a'g ay, es importante la
traríscripción de Un trozº dei acta de fu dación de la primera —
Logia en Asunción, firmada por un coron 1 brasileño: ,
“El 18 de Enero de 1869, se instaló & Asunción, la primera
Logia regular bajo el distintivo FE, el c al trabaj'o en el rito
escocés, antiguo y agradable, bajo los uspicios de la Gran
Oriente del Brasil, del Vale Benedicti'no & Rio de Janeiro. La _
referida Logia fundó un asilo e_1 16 de-]uli_ de 1869con él .títu30
distintivo de la misma logia FE, que lleg & contar con más de
dos mil personas.
' a) Coronel Francisca Viei a-de Fa_ria Rocha”
En 1869 la guerra aún estaba en rna_r ha: "Francisco Solano _
López tenía un ejército que después de la instalación de esa X
primera Logia FE en Asunción bajo los a spicios dé las fuerzas .
de ocupación, resistió por más de un año dosmeses al Conde
DºEu! Y Cirilo Antonio Rivarola es propu sto para .la Masonéría
“(y aceptó) el 9 de agosto de 1869: el día 15 del mismo mes y
año, integra eltriunvirato patrocinado porl s tropas de ocupación
- encabezadas por comandantesmasones (!osmro_s dosmtegrant::s
del triunvirato renunciaron y Cirilo Antoni ' Rivaroía asume solo
el gobierno). Una de las primeras medidas ¿ las tropas brasileñas
de ocupación, como se ve, es fundar una ogia Masónica, antes
' , de crear un gobierno provisorio...
No se puede despreciar la importan ¡a de la Masonería.
Retrocediendo en el tiempd, es bueno desta r que fueron miem—
bros activos de la Masonería, hombres com Bolívar, San Martín,
' ' O'Higgins y Alvear. En el momento de los acontecimientos que
resuitaranen la Triple Alianza, todos los hombres claves del
gobierno argentino eran masones, siendo itre, inclusive, histo—
7ríador de la Masonería argentina. Es él uíen relata como la
Masonería influyó decididamente en la ca paña de Chile:
“ “(…) todos los corre5pondíentes de Sa Martín eran miem—
' bros de la Logia y, así, llevando al Frente una triple corresponden— 1
cia con los agentes de Chiie, el gobierno y sus amigos íntimos, í '… 1
extendían por todas partes sus misteriosas mas”. 1
La Masonería _en la América siempre stuvo, formalmente, í:
al lado de las causas libertarias. Fue así en a independencia de!
Brasil, para citar hecho bastante conocido. así, en el apoyo a

"84
Ias lucha( de los masomesz Bolívar y San Martín. La presencia
inglesa era para la clase dominante —y los masones eran la cláse
dominante y dirigente—— la encarnación de los más justos princi—
piosde civilización. Por tanto, es evidente que en la complejidad
de fuºerzasqué hostilizaban al Paraguay, laMasonería tuvo papel
importan:e en bastidoms, exactamente porque es innegable
que todos losque tuvieron participación decisiva en su destruc—
ción eran_ masbnes
Como en la época estaba de moda ser másón —en buena
hora esos aquí citados no 10 fueron por mero comodismo——
aigunos historiadores informan que Francisco Solano López tam-
bién eramasón. Para algunos, el Duque de Caxias no 10 persiguió
en 1869, solo por ese motivo: los dos eran masones. A pesar de
ello no existe prueba alguna de que Solano López era masón, ni'
en el Plata ni en Europa en donde pudo haberse afiliado a una
Logíá por mera formalidad, no consta en registro alguno. Fran—
cisco Solano López no era y nunca Fue masón.
Perº no es la masonería 10' que se discute…aquí. Pero sí su
importante influencia en la compleja red de intereses & intrigas
que vanenvolviendo a diplomáticos, militares, el gobierno y
preparanáo laopinión pública para la guerra de exterminio del
Paraguay. Todos esos hechos narra'dos hasta ahora representan
razones externas a la diplomacia oficial y a la política oficial
ellos van a servir de fuerza de presión para que la diplomacia
oficial tuvierasuficiente argumento para dar cuerpo y razón a
los intereses del imperialismo inglés.
1

1
k

85
CAPITULO VI
El imperialismo inglés
no quiere cambios
en el mundo
¡ ¡
!

i
¡
.5 '
27. EL LEON BRITA áuco QUIERE EL MUNDO A sus
p;! nas
:…“l ¡ Lu .
¡ , Antes de llegar al U guay, coadyuvante de gran ¡mportan—
Ícia para 1 a deñag;ración de la guerra, es preciso examinar a1ngla—
* “ térra.
En 1871, Eiartol om Mitre hizo mio de sus más famosos
3 '. , , -
3d1scursos y pregunto cua era la fuerza que 1mpulsaba el progreso
¡de la Argentina. Y su re íuesta es la más cabal demostración de
¿lía posición inglesa en ¡a América del Sur: “Señores, es el capital
íifng]és”. El imperio del Brasil dedicaba casí setenta por ciento
del saldº , favorable de $u comercio exterior, a partir de 1861,
! ara pagar los intereses contraídos con los empréstitos ingleses.
Ese dato es revelador: c£si setenta por ciento del saldo favºrable
… He] comercio exterior d 1 Imperio era usado para pagar los inte-
"| ' [eses de los empréstit051ng!eses… Por qué Inglaterra se tran3fcarmó
1 ¿ s n una potencia de ta! fu rza y podía tanto y tan avasalladoramen-
— ; ,te? La prosperidad ingl sa tomó fuerza con la piratería. Al lado
1 He su fuerza economxca, piratas comó Francis Drake, por ejemplo
1 f .

f ¿armados por la cor0na, aqueaban y robaban por todo el mundo.


; No pocos naví05 españ£les cargados de plata y oro sufrieron esa
Í ¿Forma de “confiscación . El imperialismo inglés se estableció en
,

Í ; …el dominio de pueblos enteros por ,la fuerza sometiéndolos y


' ] !explotándolos en form abyecta. Los ejemplos de la China y de
Ula
!
India son conoci dos ¡o suficiente para que nos detengam os
¡sobre ellas. Pero la evo lución de los acontecimientos mundiales,
?
1 87
1 v—…
'el perfeccionamiento del sistema capitalista y la revolución indus—
trial“ substituirían esos métodos empíricos violentos pet una
dominación 'más eficiente y “civilizada”… C ando surgela má—
quina a—vapor y su aprovechamiento se vuel racional y práctico
a¿ partir de'1840', la industria inglesa se tran forma en la mayor
exprésión económica del mundo, dando a 1 corona una fuerza
de dominación 'que nunca sus invencibles n víos consiguieron?
En la_ mitad del siglo XIX, Inglaterra prod ce cincuenta veces
más hierro per' cápita que _e:1 resto del mun o. Y más que todo
.el mundo junto, cién veces más tejido de a godón. Setenta por
ciento de esa producción es éxportada; prácti amente, ciento por
ciento de la materia prima es importada de 1 5 países atrasados)
.a ha)”¡simo costo. La flota inglesa no sólo 5 la mayor sino la
mejor del mundo.
Al lado de ese extraordinario progreso industrial, se crean
exigencias y nuevas relaciones sociales dentr dg Inglaterra Para
' producir en las fábricas,lngiaterra ve surgir u nuevo proletariado
numeroso, que.necesita, por lo menos, co er. Las relacmnes
comerciales externas, dominadas ampliame & por los ing]eses,
“necesitan ser conducidas con mucha atención cualquiermtenup—
ción en el abastecimiento de materias prima puede paraliza: las
fábricas. Por esos motivos, entre otros, inclu ive las ¡necesidades
'de sustentar una nobleza parásita con grandes exigencias pecunia—
rias y un ejército siempre listo a prevalecer n Eurooa () en las
colonias, los ingleses no pueden permitir Cua quier alteración en
el status quo mundial, por más insignifica te que lo parezca.
Cualquier piéza del engranaje mundial que p ede perjudicar toda
la máquina británica de explotación. Pero n todo el mundo es
controlado por .el imperialismo inglés. Algu os acontecimientos
"escapan a su dirección. Por ejemplo, de 186 a 18655, ocurre la
Guerra de Secesión en los Estados Unidos. Durante la guerra,
el Norte (la parte industrial de los Estados nidos) bloquea el
”litoral Sur dei país. Eso impidió la salida de algodón que iría a
abastecer las fábricas inglesas Es el primer olpe que recibe el
gran parque industrial. Sus fábricas se para izan totalmente de
1861 a 1862. Esé: paro provocó una baja en la reservas bancarias
y el aumento de la tasa de interés. Para una otencia económica
que ya tenía substituida la forma de conseguir su riqueza pasando

83
de la violencia. a la explotación industrial, eso, más que un serio
golpe, era un dramático aviso. Qué ocurriría si esa masa surgidl
. en Inglaterra quadase sin trabajo? Qué ocurriría a un país Que
Exportaba el setenta porciento de la producción de sus fábricas
y se qu_edase sin producir? Las respuestas son obvias, acóples:
que La mecanización de las industrias ya provocaba desempleo.
La máquina¡¡ vLapor, te'íares más modernos y otxos mejoramienton
industriales, a¡veces, cien operarios por dos o tres. Ac6pleae |
_eso que. el prdletariado europeo comenzaba a tomar conciencin
' histórica y de¿ciase, especialmente en Alemania y en Franch.
Más allá'de esa, Alemania y Francia no eran meras potencias de
segunda clase;en buena hora, se distanciaron mucho de la fuerza
inglesa: esas naciones podían hacer competencia industrialu
Inglaterra, especialmente con el- descubrimiento de nuevas técni-
cas del tratamiento del acgro,lo que ocurría principalmente en
Alemania, abaratando y mejorando varios productós industriales,
entre ellos, el armámento.»
A su_' vez, Nel establecimiento del dominio colonial era puesta
en prueba en varias partes del mundo. El nacionalismo de los
pueblos sometidos por los ingleses comenzaba a provocar movi-
mientos I1be;tanos en la India (1857, provocando una represión
víolentísirna de- los ingleses), en Persia (1857/58) y en China
(durante veinte años a partir de 1848) Otras potencias imperia-
listasátambién tenían paoblemas, como España y Francia, la
cuales se alían & Inglaterra, por una estrategia política de mama-
nimiento del equilibrio en la“división del mercado mundial. Como
los españoles para imponer el sistema de explotación a México,
con participación de los franceses. Como los franceses también
para la penetración en la China y en sudeste asiático, procurandº
aún más, el equilibrio de: la situación que permite un sistema de
domihación mundial. Inglaterra tiene por tanto, toda una herencia
colonialista a preservar, para mantener la explotación económica
que realiza sobre varios pueblos. Para que esa—explotación sea
eficiente es preciso establecer un equilibrio en el sistema de
expolíacíón que garantice algunos pedazos del banquete intema-
' cional ¿1 las subpotencias. Cualquier cambio en ese sistema influirá
peligrosámenté; en el equilibrio mundial, con repercusiones eco—
nómicas que podrían tener consecuencias peligrosas dentro

89
mism o del pro pio imp eri o ind ust ria ! ing lés . Po r tan tq, tod a ur? a
estructura ec0nómíca mundíai conspira ¡para que Inglaterr'a np
permita ningún cambio en el sistema, aún cuando ese camb1o ;e
de' lejanamente, en un país que caéi se lle conoce en ei mapa»
como el Paraguay. Porque, ese pequeño país,esa autónoma Re—
pública con una economía propia y no sofnetida & !a ¿xplotación
del imperialismo inglés, puede modiñcar el srarus que “en el Plata,
posibilitando mucho, posiblemente, la attacción de otros intere—
ses, de otras potencias. La gran máquina del capítaíismo interna“—
ciona1 no puede tener una pequeña pieza desarticulandp el engr'a—
naje. Es fácil percibir que el Paraguay será víctima de ése sistema
internacional. Los ingleses, desde SL1 punto de vista imperialista,
dominador, violento y desprovisto de cualquier éticía, guiadós
apenas por el cálculo económico, están en la verdad:1es precisó
destruir y substituir el pequeño engranajé que no se ¡ajusta a la
máquina. '

28. ¡…A OPRESION'EN SU ETAPA SUPERIOR: EL IMPE—


RIALISMO '

La revolución industrial que nace en Inglaterra, en el sigÍo


XVIII, estimula técnicas de producción, hace surgir lla máquiáa
a vapor y a partir de 1850, promueve algo de suma importancia
en la historia mundial: el capitalismo inglés pasa a— su forma
superior: el Imperialismo. Eso no se realiZa sin contrástes inhe-
rentes al proceso: de tal forma ese cambio es una evolución y
una degeneración. Implícito al procesosupremo de ekpoliacíóyn
capitalista está -su decadencia 0, por lo menos, un período de
transición que desestabiliza la economía. '
Eso no solo ocurrió con Inglaterra como tuvo en ¿su period?o
áureo importancia fundamental para el destino de la A&nérica dél
Sur. ' '
Una economía industria] basada en la exportación; para. mer—
cados garantíza¿os por la división política internacíoqal, abaste—
' cido por el suministro de materia prima de! exterior, naturalmente
puede con cualquier áccidente histórico Caer en su propia contra-
dicción. Así, cuando los movimientos nacionalistas de las colonias
surgieron y casi paraleiamente se produjo la Guerra dé SBCESÍÓU>

90
¿ ! í…1glaterra—mvo dos prob emas importantes: los gastos militares
% … pára la manutención del dominio colonial, en expediciones que
' algunas veces tuvieron ue repetirlse durante años y mantener
fuerzas de ocupación de Ito cost0;1 a pérdida de algodón del sur
día 105 Estados Unidos. . sos dos problemas causaron otros: el
desempleoamerr. o comí s fábricas inglesas reduciendo" la produc—
jqón y, consecuentement disminuyenáo las rentas de la nación
'5 Era preciso encontr r otras fuentes de materia prima, espe—
cíaIme-m& de algodón L falta de algodón no afectaba solamente
las fábricas de tejidos: acia parar todo un comple;o industrial
1 & transportes zepresen ado especialmenie, por la vía de ferro—
carriles ingleses la may ría de ellos creados para ilevar materia
prima dellos puertos a las industrias. Era urgente, por tanto,
efncontrar sustitutos a ¡o abastecedores de algodón.
5 En el viaje que Fr ncísco Solano López hizo a Europa en
Í 3854, entre Ias muestra de productos paraguayos que llevó y
_ ¡freció a la exportación, estaba justamente el algodón, que para
';á]gunos técnicos era su eríor al norteamericano y que el Para—
?guay podría producir en gran escala d55pués que se manífestase
mayor interés _—»p1incx'p !mente——-— por los ingleses, pero las con—
¡ ;Uradíccí0nes de] ímpería1 smo inglés ofrecían una interesante par-
uiculaxidad: si el algod n podía ser comprado de los Estados
Unidos en Ia ?5c>rí1r1atjtra icí0na1 dei proceso capitalista ———compra
¡y venta, sencillamen& — ¡a que de esta manera adquirido del
¡ 1Paraguay estimular1a .l quiebra del status quo en el Plata, del
; tual dependía la dominación del imperialismo económica inglés.
En 811P111t3 ias relaciones comerciales habrían de ser establecidas
Exactamente como se veriñcaban con la Confederación Argentina,
;a través de una burguesía mercantilista aliada ?. las Fuerzas expo-
1%Ííadoras extranjeras. El Paraguay, sin embargo, no sería un simple
¡ j %kxportador de materia rima y mero consumidor de productos
: 1¡ nd1.1stríalizados. EI Par guay tenía un parque industrial-desarro-
í13d(); ya demostró enºel iempo de crisis de1algodón su capacidád
¡Íde producción industrial. A largo píazo, su amenaza era más
! “temida dentro de los principios alimentados por1as contracíiccío—
; Wrnes del imperialismo inglés de Eo que podría ocurrir a corto
? píazo con su fortalecim emo. Esto es, se temía a latgo plazo, la
;1 c0mpetencia en una zo a delimitada como simple consumidora
de la explotación inglesa, mucho más que ias consecuencias del
. ' rc 'Upimíento del status quó a corto tiempo; sea, la manutención
.1e* status que era necesario para que poste iormente no se rom—
p;ee.e el propi… mecanismo de fuerza econ mica de Inglaterra.
Parai-cí.=r—- ¿me a eso, también había n' hecho importante:
el crecimientc- de la producción inglesa 3 artir de la máquina a
'vapor exige. 1atonquístá de nuevos marca 05, además es claro,
_ del mantenir;aíento de los ya existentes. El Paráguay, por tanto,
“tenia que ser conquistadd como un nuévo mercado tradicional.
Cons*¿g*úr en él materia prima, en el caso el algodón? sería por
. las condiciones de la joven República, estím lar el fortalecimiento
'de sus ¿xp ¿naciones posibilitando inversio es en un parque in—
dustrid que haría perder al imperialismo in 1és, no_ sólo su mer—
cado inter1.o como el nacimiento de una fu rte competencia jus-
.. tamente en el Pláta y en el Imperio del Bra il, no enterrando las
condiciones internaciºnales que transform ron esos dos países
en ampliaciones de los intereses británicos. odo raciocinio lleva
. siempre a unamíáma conclusión: necesidad inglesa de manuten—
Ción del statu quo expoliadpr en la América del Sur; un descuido
de Inglaterra en ese aspecto, fatalmente cre ría estados libres en
.el área, que se traducirían, dentro de la cr'sis del imperialismo
inglés, un golpe difícil de Ser'absorbido. [ abastecimiento de-
materia prima, por tanto, deja de ser un pr lema inmediato, de
solución urgente para restablecar el crecim canto de la industria
.inglgsa; ya pasa a ser un problema que tra a la superficie toda
la contradicción del sistema imperialista.
Todos esos hechos ocurrían de 1840 … asta 1865, ———con la
.;risis de algodón agudizándose en 1861/186 —— cuando concluía
la Guerra de Secesión y comenzaba la del araguay… La política
internacional, la diplomacia y la red de irítrigas que searmó
contra el Paraguay apenas disfrazan de “ctoíor local” los inte»
reseseconómicos. Los“ hechos. económicos son determinantes,
pero examinaremos más adelante la forma política que posibilitó
la deñagración de la guerra.

29. NADA SE HACE SIN LOS EMPREST TOS IN GLESES


4—4.

Para tener una idea de la manutención del Status quo er

92
América delqur por 105 íng1esés, basta veriñcar, que a partirde
1850,1ng1aterra, ya monopoliza a través'de sus firmas !a expór—
tación de café del Brasi1.Y, delas exportaciones brasileñas, treinta
y tres por ciento eran comprados por Ing1aterr_a; 1as1n'zporiaciones
del Imperio eran hechas en tomo de los cincuenta y cinco por
ciento también de 1nglate=rra.$in contar los int_ereses en las
minas, prácticamente todo 93tá en las manos de 105 jngleses y
.sus ásocíados, además de la sensib1e participación del c_apiml
ing1és en el sisrema _fmanciero, ¡ecordándose también que la
_mayoría de los servicios públicos eran proveídos por firmas bri—
tánicas. No se“puede o1vídzir— que ¡os ingleses taxiían tanto interés
en ei merca&o financiero del Impe'rio del Brasil y del Plata, que
sus mayoreº casas bancarias, Barin'g y Rothschild, dividirán sus
“áreas deinf1uenaía los bancos Rothschild quedarán en el Imperio,
fasoc_iándose aquí a otros capita115tas o creando testaferros con
' el Barón de Mauá. Todaesa estructura económica de dominación
imperialista no podría ser contradecida ni siquiera en detalle:
demandaba Una suma de intereses que contrariados repercutían
“ en sensibles áreas en Inglatezra.
Solamente los empréstitos hechos por Inglaterra 31 Brasi,l
de 1825 a1865, suman17.73752011br.as,1a mayorparte p_ro…veída
por Rothschild Y para que se traduz'ca réa1mente ¡a nécesidad
del imperialismo inglés en mantener el status ¿quo obligando a
que se haga la Guerra del Paraguay, hasta resaltar el hecho de
que, de esos emp'réstitos, setenta y cinco por ciento llegan en el
año 18165,micio de las hostilidades (sin contar aún lo que em…
hasta1870) Cuando termina la guerra, en 1870,1nglaterra ya
tenía prestado al Brasil la escalofriante cantidad de treinta y un
millones de libras. O sea, hasta 1865,1os empréstitos sumaban
11. 373 90711íb¡as en cuarenta años. Y apenas en cinco años, de
1865 a 1870, suman cerca de veinte mi11'ones de libras… Esa estu—
penda inversión ——que representa apenas los empréstitos,exce¡a.—
tuándose otros negocios——— expresa la necesidad inglesa de armar
el Imperio ¿el Brasil para destruir al Paraguay. Naturalmente,
esos empréstitos se agranclan, ya que la Argentina también los
recibe en larga esca1a; hasta 1875, a través de la casa bancaria
de Baring, la Argentina recibe nada menos que veinte y siete
millones de 1ibras ester15nas. Más de tres millones y medio de
1

- ' v

libras prestadas al Urugúay, dan un totai de 61.500&000 librás.


Pero, quérepresenta para Inglaterra el mercado interan de esbs
países? Lo que representa abastece“rseya bajísim0 prec1o de sus
materias primas? 010 que representa, apenas, tener en las manos
el monopolio de la exportación del café del Imperíogdel Brasil?
Y más que todo eso, es vital para el próceso de su imperialismo,
ía mañutención deI status quo, que permite tan fascinante fuente
de lucros. _ ; …
Dentro de ese cuadro económico internacional; dominado
y guiado por Ingfaterra, la Guerra del Paraguay ya e's;á en curso:
comienza a tomar contornos nítidos Wen 1845, cuando Carlos
Antonib López da al país una estructura económica y se libra 1cie
cualquier forma de coloniaíísmo. Se va tomando una determi—
nante histórica cuando la revolución producida por la máquina
a vapor aumenta desmesuradamenze la capacidad ínídustriai gn—
¡.glcsn y, consecuentemente, exige más mercado. Se torna evideñte
mundo a partir de 1850, los instrumentos ingleses de dominaéíón
chm::m con el nacionaiísmo de varias c010nias. Es cláro cuando
lua intereses de sus testaferros en el Imperio del Brásí] y ami ¡a
(Íonfederacíón Argentina se identiñcan contra la autónomía del
Paraguay. 1 ¡
Y se torna fatal e ínap]azable cuando !a Guerra de Sécesíón
provoca el primer gran susto en el liberalismo capitalista inglés,
ya dentro" de una suma de contradicciones cuando alcanza su
Forma suprema: el imperialismo ec0nómico, puente para su de—
cadencia que aún demorará unos cincuenta años...
E…e proceso determinado, escapa al contr01 de gobiernos y
hombres. Se toma más fácil ante la incomprensión_del propio
Paraguay y su mecánica avasalladora. Se toma irresistibie cuando
su lógica fundamental encuentra contactos supremamente atrac—
tivos para ia burguesía sudamericana ———-en el Imperip de! Brasil
0 en el Plata. Y exp10ta, en una aparente paradoja, exactamente
cuando la industria inglesa consigue superar ia falta de aígodón
para sus máquinas ——es que el proceso en marcha es irreversible
y las formas de la crisis no alteran el contenido ecoñómico' que
determinó la destrucción del Paraguay. 13
. Al lado de todo eso, corre inevitablemente la farsa de una
d1plomac1a que va "revocando las necesidades económicas“ del

94
_“ímperíaíismo inglés y d la codicia sudamericána con “razones
' ide Estado” y enfrentam entes políticos. Esa política diplomática
' l5í los propios enfrenta ientos nacionales en el hemisferio sur,
' en apenas causales de as necesidades económicas. Pero deben
Qer analizados ¿: interpret dos, principalmente para que se acentúé
' ! 1116 son determinados or el imperialismo inglés amenazado y
;- Emm0 de forma Iaíguna, co 0 episodios fundamemales que deciden
Ela suerte ciel as naciona sudamericanas.
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95
CAPITULO VII “

E1…Umguay,Maua y
las =contradñcciones
del Imperio

…¡ .

i 30. URUGUAJY: UN PELUDO DE LOS RIO—GRANDENSES

Déntro del éuadro económico internacional, aflora una cues—


tión de suprema importancia: el Uruguay es estratégicamente,
factor decisivo para la supervivencia del Paraguay como Estado
libre. Lz_i posición geográfica del Uruguay1mp0ne que él sea un
Estado libre, fuera de la influencia de la Argentina y del Brasil,
— para que el Paraguay pueda existir Cualquier desequilibrio en
ese sector automáticamente está condenando a muerte al Para—
guay. Esa dramática situación geográñca ya venía siendo sentida
por los paraguayos desde los tiempos de Francia. Por eso fue
de importancia fundamental para &! Paraguay el tratado de 1850.
Ese tratado era cie una claridad,meridiana: por él, el Paraguay y
el Uruguay acordaron que lcualquier amenaza a la soberanía
uruguayasería qonsíderaáa causa de guerra y determinaría la
pronta intervención del05 paraguayos en defensa de los mienta—
“les. La ocupación de cualquier parte del territorio uruguayo por
un país extranjeró, automáticamente por el tratado de 1850 ———que
era de cpnocimiento uníversal——- movilizaría al Paraguay militar—
mente en defensa del Uruguay. La importancia del'cumplimíento
de ese tratado Fue resaltado como ya vimos, en 1855, por Fran-
cisco Solano López, que volviendo de Europa, tuvo un encuentro
con ei diplomático uruguayo Andrés Lamas, en Rio de Janeiro
Posteriormente, en varias ocasiones el Paraguay recordó tanto
a la Argentina como al Imperio deL Brasil que el tratado de 1850
siempre sería cuxhplído en el caso de um invasión del Uruguay.

97
v

x
¡

Evidentemente argentinos y brasileños siempre tuvieron a mano


Un pretexto sólido para provoca] 31Paraguay la gue1;ra, cuando
ella se volviese necesaria: no respetar la soberanía del Uruguay,
como fue hecho descaradamente y obligar al ParagUay a venir
en su socorro, c1eñagrando la guerra.
* Queda bien clara la importancia del Uruguay para la sobre—
vivencia de] Pazaguay como Estado libre, en el análisis de Juan
Bautista Alberdi: “Montevideo es para el Paraguay, por su posi—
ción geográñca lo qug el Paraguay es para el interior" del Brasil:
La]11 ave de su comunicación con el mundo exterior. fan sujeto's
están los destinos del Paraguay a los de la Banda Oriental que
&] día en que el Brasil Ileegue a amenazar a este país, el Paxaguay
podrá ya considerarse colonia brasileña, aunque conservando su-
independencia nominal.
“Ocupado Mºntevideo por el Brasil, la República del Para—
u.¡y, vendría a caer de hecho en medio de los dominios del
“npnrin. Esaquí porque el Paraguay se había visto amenazado
rn uu pmpi;l independencia por ¡amvasíón del Brasil en la Banda
Oriental. Hacer como suya la causa de la independencia oriental,
purquc ella es, en efecto, y su actitud de guerra contra el Brasil
es esencialmente defensiva, no obstante las necesidades estra€é—
gicas le obligan a salir de sus propias fronteras”. ¡ ?
El Imperio del Brasil, en combinación con la Argentinay
apoyado por una complicidad internaciona1 (:omandada por Ingla—
terra, va a invadir el Uruguay, derribar a su gobierno constitucio—
nal pretextando varios motivos pero especialmente cerrar la
cuenca del Plata al Paraguay? es una premisa de guerra Antes
de examinar esa_ coyuntura, no faltan contradicciones económicas
como los intereses=…%del Banco Mauá, es bueno observar que Tei»—
xeira Mendez uno de los raros brasiíeños que supo entender las
maniobras imperiales, escribió: …
“El Gobierno paraguayo debía sospechar de las secretas
intenciones de la m0narquía; no podía creer que el Emperadór,
p01 mero amor a los republicanos orientales, se transformase
inopinadamente en su libertador, cuando en el propib territorio
nacional mantenía en la más completa esclavitud & más de cuatro
millones de africanos. Lo lógico era esperar que él Imperiº=

98
¿espués de resolver víple tamente sus cuestionés con el Uruguay,
Rºratase de hace r 10 rms o con el Para guay ”. y
En las palabras de eixeira Mendez está realmente todo lo
jcqu ocurrió. Pero para ein endeír perfecta'rlnente la s1tuac1ón interna
ide] Uruguay, que perm1tíó la mtervenc1on armada de la escuadra
Lirasileña comandada? po el Almirante Tamandaré y yla invasión
!de un ejército imperial p r Rio Grande del Sur, con apoyo logís—
¡,tico de Buenos Aires, eí preciso conocer los grandes intereses
,del Imperio del Brasil en aquel país. ,
31 Desde 1862 ya se Fablaba en el parlamento brasileño, de
forma pública y categó ica, de la necesidad de una guerra al
ÍRaraguay.… Ya a partir d 1858, el propio Barón de Río Branco
ditaba »w—en artículosen cíiaríos brasileños— la cuestión de límites
601…) solo pasible de smlución por la intervención armada. La
¡ guerra al Paraguay, no obstante, tenía que forzosamente pasar
gor una intervención al Uruguay, 10 que significaba derribar el
ºáobierno constituido y — olocar un caudillo dispuesto a servir los
íhtereses de! Brasil yAr entina. Ese caudillo fue Venancio Flores,
yí*a aliado de los argen ¡nos anteriormente, instigador de una
¿éermaneme agitación & el Uruguay, unido a las oligarquías
brasileñas y argentinas 3 las cuales pagaría un precio elevado
'por su conducción al p,vderz colocar al Uruguay ¿11 servicio de
1,05 “aliados en una guer a contra el Paraguay.
, En la frontera entre el Uruguay y Rio Grande del Sur, vivían
i_<,ferca de cuarenta mil 13 asileños, en el lado uruguayo, con pro—
,píedades significativas: Ellos son dueños de treinta por ciento
de Ias tierras del país! 111' establecen —-—al contrario de: lo que
¿permiten las Íeyes urug ayas—— un sistema esclavista y ejercen
gámplio dominio local. El gobierno de Bernardo Berro -—que,
¿3,20m0 veremos, es ñnanqiado por el Barón de Mauá— tiene serios
problemas con esa ocupación blanca que trae serios peligros al
ipaís. Po]íticos uruguayo,s temen la “brasileración” de sus fronte—
¿1fas. Para hacer frente a esa situación, el gobierno de Bernardo
Berro intenta la nacio alización de su frontera, y una de $us
3,1?neciídas perjudica sens blemente a los latifundistas brasileñols:
gé1 prohibe la esclavitud fuerza de trabajo normal en el Impeno
!, ¡ . , .
“,y que en esa reg10n com nzaba a ser 1mportado por los ganaderos

, 99
venidos príncipaímente de Río Grande del ur. Es preciso recor—
dar que en esa región fronteriza, enterame te dominada? por 105
brasiíeños, está nada menos que el setenta cinco por Clent0 del
rebaño bovino del Uruguay. Berro aumertó el impuesto sobre
el ganado y la tierra. La anímosídad de los c udíllos riograndenses
es exaltada especialmente, poque de ese rebaño brasil&ño en
¿tierras uruguayas, se obtiene el charque ara'alimentar a los
esclavos del Imperio. Para los brasileños er mucho más lucrativo
explotar el ganado en el Uruguay, donde 1 s tierras perm1ten un
… ¡rendimiento superior al del lado brasileño. E buey orienta] rendía,
en término medio, cincuenta por ciento má que el rziograndense.
Además de eso_ el Uruguay en esa región fronteriza, era usado
por los brasileños como una simple ínver ada. Allí se crzaba el
' ganado y, generalmente, se- contrabandeaba rebaños enteros para
el Brasil, dejando de pagar las tasas e i puestos debidos al
Uruguay.
Felipe Netto, Uno de los grandes pro ietarios establecidos
v en el Uruguay, abasteció de carne a los solda os de Oiribe durante
el cerco de Montevideo. Y, como acentuó Pelhan Horton Box,
— .el Uruguay era una bella presa deseada por 05 caudillos riogran—
densas:
“Entre las más importantes ñguras de Rio Grande del Sur,
estaba el General Netto, el General Marqu 5 (después Barón de
Porto Alegre) y el General Osorio, los coro eles Saldanha & Ílía.
Esos hombres eran caudillos del tipo de Urq iza, señores feudales
que reunían en sus personas una triple aspendencia: personal,
política y económica. Sus intereses econórhicos vitales exigían
el establecimiento en Montevideo de un g?bierno favorable al
Imperio”.
' Ese análisis de Pelhan Horton Box es í$1porta11te para com—
prender el enmarañado de la situación, im lícando al Uruguay
y a Rio Grande del Sur, con nítidos reflejos e111 la política imperial.
Continúa Horton Box: “Necesitaban (los caudillos brasileños
citados) libertad de acción para hacer pastar svl1numerc=sahacíenda _
de ganado en los prados orientales, con un r£1ínimo de IUOÍ€SÚ35
de parte de los funcionarios públicos; mece itaban exportar ga—
nado de ias estancias brasileñas del Uruguíay, cuando y como

”1001
eHOS ráuisieran3 Eran los grandes jefes económitos y. políticos y
exigían el laisscz—íaire y el derecho de hacer con lo suyo lo que
ellos quisieran) .
“En la condición de políticos ——-—continúa Box—-—la revolución
ciel Uruguay s“;_e les ofrecía como una oportunidad manifiesta.
Los emigradosiharían su elogio; acaso podría encontrarse algún
otro ajuste de fronteras semejante al de 1852 P”.

31. MAUA: EL MAYOR CAPITALISTA “URUGUAYO”

Como citá Pelhan Horton Box, entre esos caudillos que


explotaban el Uruguay como una ínvernada, eludiendo los ¡m—
puestos por el éontrabando'y no es raro, robando ganado, estaba
el importante y poderoso Generaí ]oáo Felipe Netto, uno de los
jefes cie la Revolución Farrupilha y que tenía constantemente en
armas; cerca dé: mil gauchbs. 3050 Felipe Netto, ínclusivé, fue
uno dé los oiigarcas brasíieños que ímpulsaronal Imperio a la
intervénción armada. Para la política imperial era más peligroso
dísgustar a esos caudillos establecidos en 'el Uruguay, ya que su
poder ¡tenía sede en Rio Grande del Sur, que siempre amenazaba
con uña políticá separatista cada vez que eran contrariados por
el Imperio. ]05p Feíipe Netto, además, tenía una participación
direcra en los aéontecimientos de;la política caudillista del Plata:
sus gauchos erán una especie de ejército particular que pesaba
en los;enfrenramíentos entre los uruguayos.
Aliado & eée cuadro, de cuarenta mil propietarios brasileños
establecidos con grandes haciendas en la frontera entre el Uru—
guay y Rio Grande del Sur,» esraba también la presencia sobresw—
liente del 821an Mauá, el más ¿fuerte, el que más actúa y, después
de todó, el primer banco en funcionar en ei Uruguay, con auxilios
y privilegios concedidos)p0r el gobierno. Cuando la famosa “Mi—
sión Saraiva” comienza a actuar en el Plata para “pacificar” ei
Uruguáy, atendiendo formalmente a los llamados de los brasile—
ños residentes víctimas de la violencia oriental, se vuelve flagrante
la pre$encia del la diplomacia inglesa. Parte, Pºr. un lado: del
represéntante diplomático de Inglaterra, el ya conoc1do Thornton,
la idea de una lcomisión tripartita para resolver los problemas
*…*-rientales, despíués del fracaso de Saraiva. Se reunen en un barco
)
101
de guerra inglés, Thornton, Elizalde pór la Argentina1 y Saraivaj
por el Brasil y discuten la situación. El barco inglés zarpa de
Buenos Aires con destino a la vecina Montevideo y con qus
continúa el diplomático uruguayo Andrés Lamas, amigo de lás
causas brasileñas 'e íntimo del Barón de Maná. Todos ¿SOS enteú-
dimientos diplomáticos con representant65del gobiern9 “blanco”
en el Uruguay, no “paciñcan” ni resuelven situación alguna; era
imposible cualquier acuerdo, porque brasileños, argentinos y
Thornton ya tenían en vista una meta necesaria: la imposición
de Venancio Flores, la pieza que desmontaría cualquier resquicio
de independencia del Uruguay y él arrastraría a la Triple Alianza.
Como se ve, la fºgaciñcación” y la defensa de ios hacendadgs
brasileños en el Uruguay eran un mero pretexto para la ?deposición
de] gobierno de Bernardo Berro, después de Aguirre, y la ascen—
sión de Flores y la consecuente alianza del Brasil, Argentina y
Urng1…my, para dominar al Paraguay. i 3
Además de eso, el Uruguay constituía una respetable “pre—
…" mm el imperialismo inglés. Ya en 1857, el Barón de Maná
Í'untl,n su banco en Montevideo, pero antes de esoloperabala
través de una casa bancaria. 1 ……
El Barón de Maná, irá a lo largo del tiempo, volviéndose
cada vez más íntimo de los intereses financieros ipgleses¿_hasta
que se transforma en su propio agente. La presenciá dei bancó
brasileño en el Uruguay, no obstánte con algunas Concesiones
del gobierno de Berro, no siempre fue fácil. Pero de 1853 hasta
1858, Mauá forma un estúpendo patrimonio en el Uruguay,; a
tal punto que en 1862 es él uno de los mayores eXportadofes
uruguayos: casi no en la comercialización de la exportación, como
exportando prih.cipalmente productos de sus propias empresas.
Mauá, en ese tiempo, es seria competencia, inclusive para Buenps
Aires: él exporta lanas, & partir de Montevideo, sup€ri0res ada
producción argentina. Tiene fábricas, un" rebaño que es el mayor
del Uruguay, industrialíza carne en- cónserva y en suis tierras ise
cultiva trigo. Las tierras de Maná e5tán diseminadas por todolel
Uruguay y e] famosg banquero además compra muchas hectáreas
también en la Arg$ntina. La iluminación de Montevideo que
estaba en completa decadencia fue recuperada con la ayuda directa

102

¿ ¿¿el Barón de Mamá. Uno de los directores de la*empresa benefi-
¿i£ada por Mau_á era jus&amente Manuel Herrera y Obes, por
' —Hastigio hO_mbre clave e la política económica de su país. Su
… ¡íyifincipal biógrafo, Alberto de Faria informa:
' '] “Es por eso que el Banco Mamá y Cía. y el Barón de Maná
Eguraban en todo cuantc se hacía de útíi eri el Uruguay: diques
jr;astiHeros que aún existín, plantaciones de algodón, curtiembres
(¡ias pieles Curtidas ñgura an en la Exposición de Londrés), fábrica
dle hielo, piantacíones y olinos de trigo (el trigo figuró también
ch Ia Exposición), tejas, adrillos, etc., todo”.
1 *[ Y además completa añrmando “qué sería difícil encontrar
en ese período, que va ¿ie 1857 a 1868, alguna empre$a útil al
p&ogreso de Ia Repúblíc1vecina en que Maná no estuviese inte-
;r! sado, o carne promote o inversor de capital”. Alberto de Faria .
áestaca Ia inequívoca presencia de Mamá, “amigo del Presidente
Herro y banquero del g<pbierno”. De esa forma, añrmar que !a
¿ptervencíón brasileña (1111 el Uruguay era determinada por ia
&efensa de los intereses e brasileños residentes, 'no es correcto.
los intereses brasileños están identificados plenamente con los
ihtereses de Mauá, apo ados por el gobierno uruguayo. Los
¿átropeilos de la zona fro teriza eran insignificantes y expresaban
íefspecialmente disputas 1 cales entre gauchos. Las violencias que
dc.urrían en esa zona fr nteríza eran indiferentes a brasileños ()
úruguayoé. No creaban ningún riesgo para los prºpietarios es—
tablecidos en la región.
¡ La intervención de & escuadra brasileña en el Uruguay, sin
¡duda, soIamente perjudíc?aría la estabilidad del gobierno uruguayo
H—claro, como era su objetivo… causando perjuicios a los propios
ihtereses brasileños, representados financieramente por el Barón
¡(¿le Mauá. Pero, para atender al ímperiaiismo inglés se tenía que
¿Lbasar por encima de esía: era necesario “desestabilizar” el Uru—
guay, cambiar su gobie no y preparar la guerra contra el Para—
' uav.

"32. LOS CAUDILL s PJOGRANDENSES CONTRA EL


113AR0N DE MAUA
»

¿ '
í; Pero siempre la d'plomacia presenta la intervención en el

? “i 103
Uruguay como medio de defender a los s bcíitos del Imperio.
No se puede olvidar que desde la colonia, on el patrocinio de
Inglaterra, Portugal tenía pretensiones an_<3x onístassobre el Pa—

“n'…
raguay y el Uruguay. En 1811, Portugal ha e algunas tentativas
junto_al dictador Francia, de transformar ei Paraguay en un
ducado. Esa tentativa frustrada se repitió en 1826 por el Imperio .
del Brasil, con una carta de Pedro I al mis 0 Francia, para que
el.Paraguay se incorpore a la “casa de Borb 'n”, con la gatantía
.de“ Inglaterra; y se habla de ese “ducado” a n en 1860, a través
de Teófilo Ottoni. Por tanto es un proble a maduro: dominar
el Paraguay, atendiendo no sólo la diplomaci del Imperio, segui—
dor del expansionismo portugués del cual he edó todos los vicios
—y mantiene los mismos comportamientos, co 0 va de casualidad
a las necesidades británicas, ya presentes en los acontecimientos
extraños con el dictador Francia en 1811 1826. La situación
está lista para la intervención: ñnalmente, 5 puede dominar (¿1
Uruguay sin un grave conflicto con la Ar entina, que jamás
admitiría la presencia brasileña, ostensibíem nte, en el Plata. El
dominio que ya se hacía económicamente, se consolida en forma
militar a costa de perder peso los propios i tereses financieros
inmediatos del Imperio, pero abre el camín hacia el Paraguay.
En lugar de “hacer una intervención en el Uruguay contra la
Argentiga, se hace ahora con los argentino . La situación que
podría resultar en una divergencia con lá Ar entína, se resúeíve
automáticamente, en forma pacífica entre lo dos, porque había
un problema mayor: el Paraguay. La desesta ilización poíítica y
económica que 'sufrírá el Uruguay perjudica do los intereses del
imperialismo inglés y sus representantes bras leños y argentinos,
sc¿rá compensada por la absorción del Para uay. Solamente las
contradicciones de relacionamiento económi o entre el Imperio
dei Brasil e Inglaterra podrían exigir ¡a interv nción brasileña en
el Uruguay. En su historia deI Banco de ia epúblic:a Oriental
del Uruguay, Claudio William dice que el Ba ón de Mauá, “Fun—
¡Eldad01” y dueño del Banco, hace de su estab ecimiem:o, además
de una poderosa casa de crédito, una agan ia diplomática del
Imperio, más poderosa aún, capaz de influir en los destinos de
la nacionalidad oriental”. Por qué entonces, d struír Ia estabilidad

» 104
uruguaya? La respuesta_por más repetitiva qué se ——vuelva, es
importante: para provocar la guerra al Paraguay.
EsÍ preciso conocer las presiones de Río Grande deLSu:-,
antes que la “Misión Saraiva” comience a actuar en el Uruguay.
Y veññcar también el conflicto entre “blancos” -y “colorados”
en el Uruguay¡ con ramificaciones con los riograndenses allí
establecidos: la mayoría de los “colorados” con un gobierno -——el
de Berrp— “blanco”. De esa -forma ei Journal de Commercio,
del 20 qíe agosto de 1864, publicaba:
“Las tierras de la República (del Uruguay) tuvieron valor
después que ¡os brasileños con su industria y actividad las enri—
quecieron con sus ganados y que la inteligencia de un brasileño
notable, quien es! el señor Barón de Mauá, a quien debe el Estado
Oriental la fundación del mejor establecimiento bancario que en
él funciona, viene contribuyendo por medio de su bien, combina—
das operziciones,lno sólo para su desarrollo comercial del país y
por consiguiente; para su riqueza, como para restaurar el crédito
público¡ que e-ralnulo y que hoy se sustenta en una posición
favorable no obstante todas las desgraciadas ocurrencias que
1
& pesan sóbre la Nación”.
Este comentario del ]ournaÍ—do Commercio era un despacho
periodístico venido de Montevideo, probablemente es envío del
propio Barón de Mauá. El torna evidente 10 que se tiene añrmado
aquí: la intervención en el Uruguay es contraria a los intereses
económicos del Imperio de] Brasil, representados por el Barón
de Mamá. Pero 105 río_g'randenses establecidos en el Uruguay, en
forma enérgica, acusan al Imperio de qu_gdar inmóvil amé las vio—
lencias qu€díE€n sufrir ——y no másmde las veces practican, en
lugar de ser Víctiñnas— para no ser tocados los intereses de Maná.
A los riograndenses poco leímportah los intereses del Imperio.
Esa disociación de intereses con el Imperio ]1egaáafup tiempo
a satisfgc_er, de un mo¿10 aparentemente parádoja], las nece-
sidades del gabierno imperiál: kuando el—Bra_sil nekesita dejar de
lado SUS“ prºpios intereses en el Uruguay para crea: una situagión
que Permita el estallido de la guerra. Ahí las presiones ejerc1das
Pºr 105 ¿“colorad05” ríograndenses contra 105 “blancos” del ge—
bierno! uruguayo pueden ser “aceptadas” como un “deber patr10—w
tico”. Eso no quiere decir que el Barón de Maná no protestaraz
… 1 ,
r
105
%
,. <

la noticia. citada arriba, en el journal do CommerdO, €1"d una
defensa de las acusaciones que hacían contra el Imperio en Rio—
Grapde. Como está por ejemp10, en el mismo periódico del 10-
de Octubre de 1863: “Nosotros 103 riograndenses, llegada la
última necesidad, sabremos hacer que nos respeten. se vuelve;
inevitable un conflicto del Imperio con 1aRepúblíca (del Uru—
guay) o con la provincia de Rió Grande”.j ¿
Como se ve, los riograndenses ponían las cosaséen claro:
si el Imperio del Brasil no interviene en elUrugur—1y, satisfaciendo
sus aspiraciones —que se opongan al gobierno “blanco” que ya
les prohibió la esclavitud y aumentó el impuesto sobre el ganadg
y las tierras——, la provincia de Rio Grande del Sur ¿se puede“
volver contra el Imperio, una amenaza que…síempre hizo temblar
a la corte de Pedro Hyla quiebra de la unidad nacional. Clarísima
es a continuación la nota en el Journal de Commercío: “Si la
nacimmalidad no sirve a nuestros compatriotas para ser réspetados
cn el exterior, para nada más les sírv'e”. Esos comentarios fueron
1mnscriptos de un diario riograndense: la— propía trañscrípciófq
ya era una presión sobre la Corte. El 24*de Febreroj de 1864,
transcribían los diarios de Río esa apelación divulgada en Río
Grande del Sur: “Los brasileños establecidos en el Estado Orien—
tal deben apelar a su propio valor, pór su fuerza, prestarído apoyó
al elemen_to colorado y romper en mil pedazos el chíripá s'an—'
griento de los feroces'“blanquíllos”. Esa violencia era apoyada
ºy transcripta en Rio, nada menos que por José María cie Amaral,
ex—representante dei Imperio en el Uruguay. ?
Mauá ——y eso está claro en su biografía por Alberto de
Faria— termina por someterse a la política del Imperio, “del
'cual era un interventor oficial”, y se alía & ios “c010íºados” de
Venancio Flores, apoyados por los riograndenses pr0pietarios
de tierras en el Uruguay. La contradicción es tan ñagiºante que,
lo mismo con todo eí apoyo que continúa recibiendo ldeI nuevb
gobierno uruguayo, el Banco Mamá algunos años más tarde, va
a la quiebra: el gran banquero termina sus días en laapobreza.
¿& Dentro de todo 'ese cuadro político y económico,1 evolucio—
3ando paralelamente'los conflictos inconcilíables entre caudillos
“blancos” y “colorados” en el Uruguay, paso inicial de la guerra
al Paraguay, cuando Francisco Solano Lói3ez, para laíseguridad
de la Repúbiica que preside, decide cumplir el tratado de 1850.
106
CAPITULO VIII
Misión Saraivai
!
…¡¡
;!
H
ii

L diplomacia vigilada ,
H

…1
v
a
por Mr. Thornton
:s
1
1.
*.
1xx !
V:
H
15
1
1

33., MISION SAÍBAIVA: LA DIPLOMACIA SIN SALIDA


v —¿
¡¡ Al Brasil no le interes ha la ocupación dei Uruguay. Cuando
'esó ocurrió en 1817, se aírendió ]a lección que al Imperio del
1B?ási1 era necesaria la exís encia del Uruguay como estado libre
p©]íticamente, para equilibrar la situación en el Plata y contener,
p1figncipalmente, el expansionismo argentino. Andrés Lamas, que
v%xgió mucho tiempo en Rio de janeiro, afirma categóricamente
quÍe nunca temió una intervención brasileña con ñnes anexionís-
¿taÁ. El Visconde del Uruguay, Paulino ¿e Souza, a partir de 1853,
defiende seguidamente esa posición. Si esa iínea diplomática era
adpptada por el Imperio del Brasil, para mantener el equilibrio
dfinñuencías en el Piata hacer frente a la Argentina, también
el:? consecuente con sus n cesidades económicas la no interven-
=cíón, para no desestabi1£z r 1aRepública, y ya sufriendo las vir)—
lexj1cias de Sus luchas inte nas. Pero, la “Misión Saraíva", justa—
…njénte con el pretexto de la pacificación interna, del equilibrio
%d'efl Plata y la defensa de los intereses ganaderos brasileños en
…el Uruguay, va a crear co diciones para enfrentar toda esa línea
dle; acción de] Imperio.
! 1“ Al lado de esa políti a concreta del Imperio del Brasil, esta—
bfaín Ias contradicciones d su propio sistema económico, depen—
dí_ente de 165 empréstitos ngleses. Además de eso, ideas estram—
Hétícas y en cierto sentid humorísticas, como e1 “ducado” Pre—
' t?bdido por. Teófi1o Otto i (una idea que ya venía de los port?—
¿ gu_h'eses en 1813 y reiterad por Pedro I en 1826). E] hablaba a_un
'ºnf 1860,de la creación de n “ducado” del Plata, ahado al Brasnla--
!

11
107
Péro, esas ¿osas pi nt or es ca s se al ía ba n & la nu va si tu ac ió n pa ra
da r fu er za y fo rm ar la co rr ie nt e in te rv en ci on is &. A5 1, cu an do en
1864 el General ]osé Felipe Netto llega a Rio para pres10nar al
Emperador, cons_1gue un resultado total: se cre la “ M1510n Sau ¿1—
va ”

Respondiendo a Ios intereses de los ali dos de Venancio


Flores »——que existen en-forma numerosa en 1 Brasil, a punto
de influir en el rninísterio— Saraiva llega a ontevídeo el 6 de
Mayo de 1864, aliándose posteriormente en jun 0 con el represen—
tante diplomático inglés Thornton y tonferenci ndo con Eíizald.e,
ministro de Relaciones Exteriores de la Arg mina y llevando,
además, a Andrés Lamas al hombro. Pasando a los hechos con—
cretos cie la “Misión Saraiva”,-esquivándose co entar su carácter
subjetivo, es este en síntesis, el ultimátum q e Saraíva hace al
gobierno uruguayo en el mismo día de su lle ada: “
1) Castigo, por el gobierno uruguayo, de. _odos los crimiha—
les_ 0, por lo menos: de los más notorios, recon cidos como tales,
lo mismo que ocupen cargos en el Ejército acionai o ejerzan
cargos civiles en el Estado; * .
2) La destitución inmediata de los agen es de policía que
habían hecho abuso de autoridad, con su cast go total…
3) Indemnización, & través de la Justicia, de los brasileños
que habían sido despojados de sus propiedade por las autorida—
¿es—militares o civiles de la República;
4) Que sean puestos en libertad completa todos los brasile—
ños, a los cuales se obligó a tomar las arma al servicio de la
República.
Además de lo insólito de este u1timátu había una larga
* serie de exigencias. Casi todas pidiendo prote ión para los bra—
sileños residentes o castigo para los “criminales” que habían
provocado cualquier violencia contra los súb ¡tos del Imperio.
“ Naturalmente, el ultimátum no podría tener ni gún efecto prác—
tico, fuera de la presión al gobierno uruguayo ya entonces con
!a presidencia de Aguirre. Y, antes de la lleg da de sus aliados
¿'de Buenos Aires, el Consejero Saraiva respond & una nota of?cial
uruguaya, demostrando, sin la mínima preoc pacxón, cuál es la
meta final de sus trabajos:
“(...) habiendo el General Flores goberna o a Ia HL€Públíºa
º
'103'
¡
v

teniendó afinidad con uno dé los partidos que p9¿1;_muchos años


tuvo panicípación en la política activa del país, 'no puede ser
considerado como jefe de salteadores, sin que se atribuya_una
grave injuria & t<?dos los orientales. No es conveniente, porque
caliñcando de esc'e modo la guerra civil, el gobierno oriental...”
Esá nota comienza pozrwnegar al'General Flores cualquier
pretensión ilegal iy afirma categóricamente en su defensa que las
fuerzas del “Genéral Flores no cometerán contra los brasileños
residentes en el campo, más violencias que las del propio gobierno
oriental”. Sé vuélve claro que*en la disputa entre el gobierno
Íegal y establecido constitucionaimente y una fuerza revoluciona-
ria, la “Misión Saraíva”, actuando como fuerza ínterventora del
Impe1-iodeí Brasil, toma el partido de los rebeídes.
Dentro de es'se cíima se efectúa la conferencia entre Elizalde,
de la Argentina y Saraiva de Brasil, en donde" se definen las
líneas básicas para la destitución del gobierno Uruguayo y la
imposición de Venancio Flores. Para ello, con el apoyo de Buenos
Aires y el beneplácito de Inglaterra, es preciso que La escuadra
del Almirante Tqmandaré bombardeº el Uruguay y el Ejército
invada €;] país por la frontera con Río Grande del Sur. Y es 10
que ocurrirá: todó el antecedente diplomático es mera'mise en
scéne...* “¡
Admitiénd05e la sinceridad de la misión paciñcadora de
Saraiva y el deseo de proteger a los brasileños, él consiguió un
éxito casitota1 el 10 de junio de 1864, cuando un decreto uruguayo
concede amnistíai general y sfn_ restricción a todos los orientales,
restituyendo a sus antiguos cargos a los que vuelvan & reivindi-
tarse, y prornene elecciones para formar un nuevo congreso que
elegirá ¿1 futuro presidente, además de suspender todas las ope—
raciones“milítaresf. Pero esto, obviamente, no le ilevará aVenancio
Flores al poder: por eso, la “Misión Saraiva” no puede conside—
rarse satisfecha. Y es ei propio Flores, con el indudable apoyo
imperial; y dle laArgentina, quien presenta algunas exíggncias
que sólo tenían una finalidad; destruir la pacificación, pidl€nd0
el cambio de algunos ministros, lo que colocaría a Agt_1irre contra
su propio partíd6. Siguiendo la nárración de ]º?fí…m Nab13co
sobre e505 acontecimientos, tenemos esa reacc10n de Saraxva
sobre la situacióñ creada por Flores:
1
109
“Observarán los señores Lamas y Castellanos ————dice Sar
raiva en un informe a] gobierno ímpérial e] 5 de julio ¿& 1864——
que el presidente temía, en caso de dimisión del ministro, una
revolución hecha por el propio ejército….” Saraiva dice que le
informó al Presidente Aguirre, que no pudiendo éi,poiº no tenen
respaldo militar suficiente, cumplir promesas que por ventura
realizase, “que organice enseguida un ministerio superior a la;
facciones, y amplíe por escrito que se comprometía que ese
ministerio durase hasta organizar el país', y me comprometía
también 3 ¿ar a ese gobierno el apoyo moral y material de 10
que hecesite para evitar la anarquía de la República”.
Las opciones ofrecidas & Aguirre, por tanto, son siempre
impracticables teniendo en vista la' situación política oriental…
Cómo admitir que un hºmbre sagaz como Saraiva no ;sabía eso?
F.ntre tanto, en esa misma propuesta que Saraiva hacía al gobierno
de Aguirre, estaba la prueba de que él ya está fundaméntalmente
cumpmmetido con Venancio Flores: “resuelva pues, el señor
presidente, esa cuestión de modo decisivo e inmedíáto, () nos
consideraremos desligados de la negociación con Flores, dando
por terminada y dejándonos en completa libenad de ácción...”
Aguirre prometió formar un nuevo ministerio, lolque le era
imposible. Tanto que en la relación de…nombres que ya ofrecía
a las tres potencias que estaban determinando el futuro político
del país ——Inglaterra, Argentina y Brasil, represenitados pór
Thornton, Elizalde y Saraíva—— había nombres como Leandro
Gómez, futuro deferísor de Paisandú, que jamás sería aceptado
por 105 “colorados” comandados por Flores… De esa erma, todo
acuerdo falló, se acentúa apenas el cambio*de actuacióh de Sarai—
va, que en la defensa de los brasileños presuntamente víctimas
de la violencia en la región fronteriza pasó a intentar cóndiciones
para un nuevo gobierno en el Uruguay. Y era frustrándo todas
las líneas de acuerdo,' lo que evidentemente era de esperar porque
no había una identificación plena de métodos 'entre la ¿liplomacia
y los intereses del imperialismo ingíés mitando_al Paraguay, 1215
conversaciones se orientará hacia Buenos Aires;, en donde, a partir
del 7 de ]ulio de 1864, se acuerda con Mitre 105 medios d
1mponer a VenancioFlores en el Uruguay. - v '

.no ' *
?%
a? 4. LA DIPLOMACI HECHA POR LA ESCUADRA.
3
H De la presencia & Saraiva en Buenos Aires resulta un
;? cuerdo entre la Argent na y el Imperio del Brasil que détermina
' 1121 intervención armada Ese acuerdo solo fue revelado, por el
”Barón de Rio Branco, casi un año después: ñrmado e1 10 de
[hgosto de 1864, del mi mo se ha_bió públicamente el 5 de junio
¡ ¡de 1865 sin e1 Congres Brasileño. El acuerdo firmado entre las
¡idos grandes potencias de la América del Sur 10 supervisa el
¡'fepresentanfe díplomá ¡co de Inglaterra, Thornton, presente
: desde su discusión hast su ñrma. El mismo en correspondencia
% ía Lord Russel informa ue asistió a las tratativas. *
Í1 En líneas generale , el documento ñrmado por Rufino Eli—
¡ izaide y por Antonio Saríiva, determina: 1)E1Uruguay pacíñcado
“¡¿es condición indispens ble para el equi1íbrio del Plata, y por _
'… tanto, el Imperio del Brasil y la Argentina tienen el derecho de
Í %ntervenir para garantí€r la paz interna, que no es ———de acuerdo
% pon el entendimiento lizalde/Saraiva— útil solamente al Uru—
¡' uay, sino también 21 sms vecinos; 2) E1 Brasil y la Argentina
º cuerdan que pueden, ,en defensa de su independencia, actuar
1 komo árbitros en los c nf1íctos dentro del Uruguay, desde que
Í;ellos amenacen & sus gaíses y la intervención no agravi-e a la
“soberanía de la Repúlglica Oriental; 3) Tanto Brasil como la
_ i¿Argentina pretenden ej rcer su papel en forma amistosa y prove-
% 5chosa para el Uruguay.
¡ Ese Tratado es cínico y brutal, donde dos grandes potencian
% íresuelven que pueden í ter'venir en un pequeño país para gnmn—
f Átízar su soberanía... lo mismo que cuando hacen, a corto plazº,
[ %para cambiar su gobienpo por uno más servil. La diplomacia, sin
! ¡embargo, está ahí al sqrvicio de una necesidad económica y el
¡¿tiempo es importante: no se puede arrasar la suerte del Plata,
* 3porque es inminente la guer;a al Paraguay. Tanto que, desgués
j ;de firmar ese acuerdo,fl Consejero Saraiva deja el escenario y
3 í;la diplomacia es ejercíd por la escuadra comandada por el Almi-
X krante Tamandaré. ]oaquiin Nabuco, que no raras veces, analizando
; %la diplomacia brasileña en el Plata, se queda perplejº: comenta
1 513 situación dándole los! contornos deñnitivos: . . '
! “Entre la partida e Saraiva de Buenos Aires & prmc¡pws

¿ 1114
de Septiembre y la llegada de Paranhos (después Vizconde dí:
Riº Branco) en los primeros días de diciembre, quedó siendo
árbitro de nuestra posición el almirante brasileño, barón (después
vizconde y marqués) de Tamandaré. Este resuelve el 20 de Oc-
1tUbf'ºa por convenio en Santa Lucía, y cooperación de nuestras
fuerzas de mar y tierra con las del General Flores. El secreto de
ese convenio disgusta al General Mitre, qué ve en él una prueba
… de desconfianza… Tamandaré procede como si nos halíásemos en
"guerra abierta con el Estado Oriental, cua do apenas habíamos
anunciado represalias, da la orden de apo erarse a viva fuerza
de Paisandú y Salto. El reconocimiento de Flores por Saraíva,
el 7 de Septiembre, era una declaración de guerra. Al principio
y según su propia frase, Tamandaré halláb se animado de]) espí-
ritu “pacíñco y conciliador”; más la fuerza d la corriente lb lleva
' _a identificarse con Flores, …y su exaltado pertriotismo 10 empuja
a tomar para el Brasil el principal papel y a despreciar por com—
pleto la actitud del Paraguay, del cual nadá teme”.
Comienza a hablar la verdadera “diplomacia”: la de la fuema,
la que interesa y corresponde a los interes 5 que determinan la
destrucción del Paraguay. 'Es preciso, y c anto antes, liquidar
con la cuestión uruguaya. Así7 correctam*e te, Joaquim Nabuco
comprende: 1 _
“Nada influyó más para décidir la Gui:ºra del Paraguay en
que esta provino del incidente uruguayo, q te Ia aptitud de Ta—
—mandaré, que por acaso creía interpretar el pensamiento del
Emperador, para lo cual, como para Solano Dópez, parecía llegada
en 1864, la hora de la guerra”. '
_ Solo resta ahora que ocurra lo ya detetminado largamente,
Z las palabras insospechables de Nabuco Ro narran, contando
como sucesos capitales a las represalias y unión del Almirante
Tamandaré y del General Meana Barret0' con Ias tropas del
'Generai Flores, el bombardeo, asalto y ton'1a de Paisandú, y el
bloqueo y asedio de Montevideo, a cuya ciudad libra Paranhos
' de un ataque a viva fuerza el 20 de febrero Fe 1865, haciendo la
¡l'€ntrega del poder al jefe de Ia revolución 0¡ríental”.
El asalto al Uruguay, especialmente por la escuadra del
U'*"ÓT'

Almirante Tamandaré, se hace con munici n abast—ecída por la


“Argentina. La invasión del General Flores es echa con un ejército

112
integrado por lárasíleños de Rio Grandé del Sur.“ Lo mismo a5í,
la incompetencia y la lentitur3 de las fuerzas armadas del Imperio
ya se hacen sentir, preanun]ciando 10 que ocurrirá en Ia campaña
del Paí-aguay, éonforme nds relata el Barón de Río Branco, en
discurso en el Senado el 5 de Junio de 1865. Rio Branco relata
en ese discurso,“ que el gobierno del Brasil pretendía una demos-
tracióri de fuerzá 'en el río de la Plata, más n_o consiguió más que
reunir º—siete mili soldados, hasta el ataqu_e de Paysandú¿Además,
el ejérbíto Imperial brasiíeño no tenía ingenier95 y carecía de
oñcía!és competentes. Mientras tanto —-continúa su discurso Rio
Brancó— Montevideo con una débil fuerza mejor 0rganizada,
conseguía resísfcír yyhasta envió una expedición de sócorro ¡:
Paisanglú. Ese <:omienzo de la guerra obligó laísuspensión del
sitio y dejó inclusive zonas de la frontera al descubierto. Para
Rio Bfanco, sería difícil convencer a la… Argentina que el Brasil,
“por sí solo”; fuese incapaz de subyugar rápidamente a Monte—
video y colocar1 a Flores en el poder”

35. I%L CAUÚILLO Y LOS LADRONES DE GANADO

En ésa pequeña guerra, por 10 menos la mitad de los soldados


de Flores eran gauchos brasileños. Ahora se unen ríograndenses
y el Imperio: sus intereses… dejan de s'er conflictuantes. Nobles
caudi1los como el Barón de ]acuhy, acusado habitualmente de
ladrón de ganado en el Uruguay, señores de esclavos que avizcran
en la guerra una oportunidad de! dar caza en elwlado oriental ¡¡
105 africa1105 húid05 del régimen esclavista brasileño, luchan al
lado de Flores ———él es 13 esperanza no sólo de esos ladrones de
ganado 0 de señores de esclavos como es la certeza de un camino
que se abre hacia el Paraguay ——meta final del Imperio. Una
serie de actos bélicos tienen inicio. A todo pgecede un ultimátum
de Saraiva, ya completamente impropio en su función práctica.
Venancio Flores toma Florida, fusila oficiales. Entre las pri—
meras escaramúzas ya el gobierno del Paraguay advierte oficial—
mente al Imperio de] Brasií que hará cumplir el tratado firmado
con el Uruguay en 1850, de auxí1io ante la invasión. Nada más
de 10 que se eSpera por un lado, de parte de los aliados. Francisco
' Solano López comienza a ser blanco de una campaña que va a

113
ser el norte de toda la propaganda dé guerra, “Atila deílas Arné—
ricas”, dictador implacable, etc. El régimen paraguayo comienza
a ser presentado como la máxima forma de desprecio; humana.…
Antes que se 1iquíde la cuestión uruguaya ya corre para3elamente
la propaganda de guerra contra el Paraguay, apuntando especialf
mente a Francisco Sólano López. Y Paisandú es destruida por
la escuadra brasileña de Tamandaré, después de mucho costo y,
mucha munición venida de Buenos Aires. … 1
Es fatal la caída de los “blancos” y la subida def F10res al
poder. Pero, los episodios del Uruguay agitan a la Argentina,
los acuerdos de Mitre y Saraiva no son aceptados o simplemente
no son conocidos por los argentinos. Importantes jefers políticos,
cumo Urquiza, se inclinan por ¡a defensa uruguaya; la opinión
pú|>licn argentina es francamente contraria a la intervención bra—
Fii|t:ñíl. Se espera que Urquiza tome la defensa del Uruguay: perú)
¡… czuulilius argentinos, especiaimente Urquiza, tienen ¿leshones…—=
lic…hufcm que ulinmntan sus contradicciones: como veremos más
eulvl:mtv, él fue aolaof*nado por el Barón de Rio Branco, que le
mmpró poster'urmcnte (con ayuda de Mauá) treinta mil caballos
¡1 precio extorsivo. El Uruguay cayó dentro de la misiºna red dé
infamias y vergúcnza con que se coronará, hasta la sáciedad, la
guerra al Paraguay. Flores es llevado al gobierno ei 20 de febrero
de 1865. Luego de ejecutar actos para los cuales tenía gran
idoneidad: por ejempio, cortar la cabeza de Leandro Gómez 1—
después de fusilado—— y mandar exhibirla en la puna di? una
lanza. Enseguidajese títere violento satisface sus amores. Entrega
el Uruguay a los extranjeros, recibe en abundancia dinero del
Brasil como premio de su adhesión a ¡a causa de la destrucción
dei Paraguay —a tal¡punto que Pelhan Horton Box se espanta
e informa que “el Brasi] está distribuyendo oro a manos…Henasºº——
y marcha apresuradamente hacía Buenos Aires. Allí va para pone;
su ñrma en los documentos que le presentan ——-eI Tratado de la
Triple Alianza. 1 ' —
:“ El papel de Venancio Flores, si bien es secundafío, era el
punto de partida” para el gran drama de. la América del Sur.
Para comprenderlo bien, nada mejor que“ un testimónio de la
ep9ca.vEl aimirante árgentino Martín Guer*rico narra¡sobre 105
€p150d108 en el Uruguay:
¡
¿
114
…i
¡ ¡
¡
f% “La invasión del G neral Flores a la República Oriental fue
%e'1 punto de partida para los sucesos extraordinarios que commo-
&)gieron a esta región de mérica, convirtiéndoIa en un inmenso
Ícíampo de batalla. Aqu 1 hecho obscuro e ínjustiñcable fue el
%¿rígen de…las complicac ones, de los sacrificios y de las luchás
! 1rí1ás crueles y sangrient s que recuerda la hqmanidad en largos
' ¡gºigíos. Aquella invasíó sirvió de pretexto a las redamaciones
íextranjeras, trajo la inte ención del Imperio al Estado uruguayo;
lia complicidad de ]as au orídades argentinas; ía alianza de hecho
í— ¡ W de derecho, emtre los _eligerantes, regulares e irregulares,_del
1 ¡Río de la Plata; el ataq e y la defensa heroica de Paysandú; la
ítfriste rendición de Mo tevideo, plaza codiciada para ulteriores
¿ !?peraciones de la alianz ,y guerra implacable contra el Paraguay,
' ¿marcada por contínuos ígnos de devastación y de muertes, desde
¡Uruguayana hasta el quídabán, en cuyo itinerario de sangre
í_'os vencidos se ¿contaba por los muertos, y el clarín de ¡a victoria
5 fresonaba sólo en medi de ruinas y montones de cadáveres”.
1 Dentro de! dram tico éxtasis del A1mírapt_g Gurríc_:_o , la
¿ ¡Evidencia que nadie pu de negar conocimiento: el Uruguay fue
| *¿ ;víctima de Ia agresión ¡: ra que se hiciese la Guerra del Paraguay.
' ¿Nenancio Flores, impopuiar en su país, solo podría asumir el
; gobierno por la ímposi "ón del Imperio del Brasil y por la Argen—
; — %tina, con la connivencia de la diplomacia internacional en el Plata,
3 í1íderada por 105 interes 5 del imperialismo inglés.
_ _… ; Esa trama era de tal forma tan clara, que cuando Montevideo
' ¡ jestá por ser tomada p r las fuerzas del Imperio del Brasil, pam
? !evitar cualquier represa ia del gobierno “blanco”, ella es invadida
] %por las fuerzas de Fran;cia, de España, de Italia, y naturalmente,
¡ ¿de Inglaterra, que hacep desembarcar Ios soldados de sus escua—
¿ 3 3dras para “garantizar lg pr0piedad privada” y ocupar todos los
: ?ediñcios públicos. Porl noche, las escuadras europeas desembar—
F jcaron selapada.mente s 5 soldados como una guardia “pretoria—
' 2113”, según la denunci de Carlos Guido Spano… Cuando Flores
“entró en Montevideo, custodiado por la escuadra brasileñaí y
¿recibido por 165 marine os franceses, ingleses, italianos y es_par30— '
¿ 15165 que le “vigilaban” ] aduana, ía sede del gºbierno? Ios_ed1fic1os
4públícos hasta las mis as empresas comerc1ales extranjeras.

<*i
m . 115
Fue un hecho vergon'zoso de una trama internaciongli 11de—
rada por Inglaterra para abrir el camino a la destrucgog del
Paraguay. Abre el camino también para el endeudam1€nto el
Uruguay: Flores comienza —a recibir urgent mente el oro _del
Imperio de] Brasil para sus primeras necesi ades, y postemor—
mente para sustentar su pequeño ejército contra los Paraguayos_.
No es preciso decír¡el origen del oro que el Imper1ode1 Bra51í
distribuyó; provienen delos empréstitos ínáleses, que ahogan
' paulatinamente al gobierno de Pedro II. _
. Todo está listo para la guerra. Ahora v mos a ver1fícar la
gran mancha de 1a—dip10macía de las Améríc s: el Tratado de la
Triple Alianza.

¡116
; CAPITÍH&QÁX…
E1Tratadaa de la
Triple1 A'!liaúza,
una farsa vea'rganzosa

36. UN TRATADOO UN “CUERPO DEL DELITC”?

La firmadel Tratado de la Triple Alianza el lo. de Mayo


de 1865 resulta una fensa: un año antes ya estaba listo, esperando
apenas que los; representantes del imperialismo inglés 10ñrmasen,
así que 121 ho¿a de la guerra se aproximaba. Y por más tiempo
seríaocultado del mundo, si no fuese por la infidencia de uno
de sus firmantes, el diplomático uruguayo Carlo< de Castro, que
mostró una copia dei taxio a la curiosidad del representante inglés
en Montevideo, ya en 1866. Posteriormente, fue publicado por
e! Parlamentoábritánico, una indiscreción que motivó la protesta
de casi… todo el mundo contra el increíble texto del Trátado de
la Triple Alianza.
Bolivia., Ecuádor…, Colombia, Perú y Chile, además de los
Estados Unidos, protestaron con1tra el pacto, tal es la naturaleza
del rapiñaje c[e su contenido: el Tratado de la Triple Alianza
(publicado enforma íntegra en el apéndice) estipula detallada-
mente la destrucción del país, el saqueo al Paraguay, el botín de
Asunción y la repartij a del país, además de estipulan hipotéticas
condiciones de paz, que implícitamente solo eran posibles con
la destrucción de la nación, como se vio. Traía un infame proto—
colo secreto. 'No encu'ent¿rá defensores ni siquiera entre 105 alia—
dos, y es por eso que es ocultado al máximoJ y así quedaría si
no fuese porla infidencia de.l diplomático uruguayo y la indiscre—
ción de? Pariár'nénto inglés. Alberdi lo traduj o para el español y
el francés y 10divulgó por todo el mundo.

117
… X
Las bases de ese tratado son discutidas un añº antes en
Puntas del Rosario, en el interior del Uruguay, dond? se en_cuen—
tran aún para discutir la situación oriental, Saraiva, E11za]de,
Venancio Flores y el propio representante diplomático de 1pg3a—
terra, Edward Thornton. Existe por 10 menos dos infprmac1ones
seguras de que así fue: además de Mármol, un conocedor íntimo
de las intenciones dé Mitre, la propia declaración deíSaraivaxEl
20 de diciembre de 1864 ——por tanto, seis meses antes de la ñrma
del Tratado de la Triple Alianza——- una carta de Rufino Elizalde
se refiere a la alianza que se forma contra el Paraguay. Y… el
propio Mitre, presidénte de la Argentina, el 3 de febrero de 1865,
alude claramente al Tratado de la Triple Alianza, que swerá firmado
tres meses después: ““La República Argentina está en el impres—
cindible deber de formar alianza con 621 Brasil a fmfde derribar
crm abominable dictadura de López y abrir al comerciq del mundo
can espléndida 3! magnífica región que posee, tal vez, los más
variados y preciosos productos de los trópicos y ríosínavegables
para explotados” -
De una sola vez se prueba con el artículo publicado en ¡La
Nación, ——clíarío de Mitre— que ei Tratado de la Triple Alianza
está listo, 5010 faltan deta]les finales y ia Sima de 5105 agentes
del imperialismo británico, y más aún, que el mismo será firmado
y la guerra hecha para “abrir al comercio del mundoiesa esplén—
dida y magnífica región...” Es justamente por su naturaleza¡de
rapiña y porque vergonzosamente ya estaba combinado hacía
un año, esperando la ocasión propicia para la guerra, que* el
Tratado de la Triple Alianza quedó escondido. Es] importante
para veriñcar &] Tratado de la Triple Alianza ——por si: desprecia—
ble lado diplomáticq-— caminaba “<<naturalmente», acompañado
por “La Nación Arggnrina”, el diario de Mitre y que répreseñtába
el pensamiento del presidente argentino… Ese diario no sólo esti-
mula la opinión pública contra el Paraguay, presehtado como
un escondrijo bárbafo dominado por.un loco con manía de'c0n—
quistar y subyugar pueblos americanos, como va iñsinuando la
alianza “civilizadora?º entre brasileños y argentinos que, por En,
arrastra a los uruguayos. “Si no se alían, por 10 merios un com—
pleto acuerdo debe eétablecerse entre los gobiernos que represen-
tan1a América el priñcípióde la civilización contra las áspir*aciones

118
.… .. … 4. .…......-—uuu

% z % %y las sombrías deseen anzas de 105 vendaderos representantes


% %'de la barbarie”. Eso est publicado el 4 de septiembre de 1864.
%Como dice León Pom r, se está procesando lapreparación
%%deolóogica” para la Tri 16 Alianza. Ya el 28 de Octubre He 1864
%%———por tanto, seis mese antes de la firma del Tratado—— Mitre
%%ya 10 ¿Ej a bien claro en La Nación Argentma,.' ºLas al ianzas en
% %el Río de la Plata qued n as1 deñnidas: A1ianz'a de civilización y
%del as formas regulare de gobierno: La República Argentina,
%e'l Brasil y e? Genera] ores, representante del partido liberal en
% x%a Banda Oriental, sig íñcan indudablemente el orden, la paz,
% %
%
%as formzis regulares d gobierno, Ias libertades y las garantías
%para 105 nacíona1es y e tranjeros que se coloquen debaj () de su
…"_amparo”.
%* ESIla Triple Alían a que surje antes de la toma del poder
%por Flores en el Urugu y (que ocurre el 20 de febrero de 1865),
justamente porque inc] ye también la imposición decíviliza—.
% %Ción” en ¡Montevideo p ra que la guerra sea más fácil. Práctica-
* %unente, todo está listo esde la reunión de Puntas del Rosario,
% 'un año antes de la firma el Tratado de la Triple Alianza. También
% %dos mes és antes de la 1rrna del renombrado tratado, el mismo
¡%diarío de Mitre no deja dudas: “No duden nuestros lectores que
% %próximamente rronarán los primeros tiros de cañón que anuncian
— %al mundo que va a caer %el miserabie opresor de un pueblo mártir
%%Los hombres de todos 1qs pueblos de Áméricá deben de contribuir
¡%por todos los medios a su alcance para la caída del déspota
% — %%opresor de una Repúblíc%a hermana” Ypa1a comprobartfinalmente
%que este tratado ya esct%%isto para ser usado por los intereses del
% %imperiaiísmo inglés, fecha preñjada, se destaca lo que uñr—
%maba la misma La Na zon Argentina e124 de Marzo de 1865,
treinta y seis días antesde la ñrma formal de la Tnle Alianza:
“Hoy se vuelven tpdas las miradas de todos los pueblos del
i ¡¿Piata hasta aquellaaRe ública esclavizada tantos años por el bár-
_% % — %baro poder de 105 Lcí%>ez. Los acontecimientos que se van a
% º … %desenvo%ver marcaran…una época enla historia de este continente”
Para probar qu e e & Tr at ad o de la Tr ip le Al ia nz a ya es ta ba
; %de%ineado y listo hacía fn uc ho ti em po , co n la ac ti va pa rt ic ip ac ió n .
ím a' tí co in gí és Ed wa rd Th or nt on , de sd e
%%del representame diph
. %Puntas del Rosari o ba ta de st ac ar su- tra nsc end ent a—l im po rt an ci a

“119
histórica Para el Brasil., la Argentina y el rugpay y veri_ñríaf el
tiempo gastado para dxscun_rlo y aProba1—1 oñc1glmente. _L)hc1¡al—
mente, el Tratado de la Tnp le Aha nza co enzo a ser d15c ut1d o
… :_…¡l 20 de Abril de 1865; el 10. de Mayo de 1 65 ya estaba firmado.
¿ Por tanto, un tratado de tal magnitud, se d scute, negocia y_ñrma
.——en Buenos Aires, sin que el Emperador udiese tomar conoci—
miento amplio de la Situación pór las evi entes diñcultadeg de
comunicación de la época—-—— en apenas onc días? Será por tanto)
de un cinismo mayor que el demostrado ¡) r los farsantes argen—
tinos y brasileños que “discutirán” ese atado en once días,
“ “continuar añrmándose que la Triple Alian nació dei encuentro
entre Mitre,Eh'zalde¿ Flores y Otaviano de Almeida en ese corto
período. Había sin embargo" otras pruebas: quien las quisiera en
- Yabundancia, basta con investigar eri la pr pia correspondencia
del Consejero Saraiva, uno… de sus artífí es, que literalmente
explica el nacimientº de ese inicuo y verg nzoso tratado;
' Inicuo y vergonzoso ———tal es así que se retendió mantenerlo
en secreto—— porque no estipulaba solament la alianza de algunos
países para 'una guerra; determinaba inequív camente, la destruc—
ción del Paraguay. Por— eso, especialmente e la República Argen—
tina, el Tratado de la Triple Alianza, fue vi lentamente atacado
cuando se 10 hizo público…En las polémica que se produjeron
en torno del Tratado de la TrípleA]ianza, tal el volumen nacional
»alcanzado, que tuvo que intervenir el pr0p'o'Presídente Mitre,
también comandante inicial de todos los atro ellos militares con—
tra e1 Paraguay. Y, textualmente, es él quien umini'stró la prueba
_de esa iniquidad, al añrmar, ya después de la uerra, defendiendo
el Tratado de la Triple Alianza:
“Los soldados aliados y, muy partícula mente, los argenti—
nos, no fueron al Paraguay 'a derribar una ti anía, en buena hora
por accidente; ese sería uno de los fecund 5 resultados de su
v1ctor1a.
“Fuerón & vengar una ofensa gratuita a asegurar su paz
interna y externa, así en el presente como en 1 futuro; reivindicar
¿la libre navegación de los ríos y reconquis ar las fronteras de
derecho; fuimos como argentinos, sirviendo a los intereses argen—
tinos, y de la misma forma hubiesemos id sí en vez de un
gobierno monstfuoso y tiránico como el de ópez, hubiésemos

120
sido insultadqs por un gobierno más liberal y¿civilizado”. _ ¿
& Mitre, dqspués de la agresión que él comandó y fue uno de
los artífices, deja claro que la meta era la destrucción del Paraguay:
“(...) non se va a matar a tiros a un puebio, no se va a
incendiar sus; casas, no— se va a regar de sangre su territorio,
dando por ra$ón ¿& tal guerra que se va á derribar una tiranía
a despecho del sus propios" hijos que lá sostiénen o soportan (…)”
Y el cínico Mitre, dueño aquí de una ínsospechable sinceridad,
expliCa literalmente cómo y porqué la Triple Alianza, fue hecha
para destruir al Paraguay:
“La filosofía, la humanidad, y la moral desertarían de sus
ñlas sí hubiésemos ido a matar paraguayos y destruir al Paraguay
para ¡redimir un'montón de ruinas y 'un grupo de viudas y huér—
fanoá, cubriendo con la bandera de la libertad el último cadáver
del último sustentador de su tiranía”.
Es claro y terrible: el Tratado de la Triple Alianza es ——como
afirmó Eduardo Amariila Fretes——- el “cue;po del delito” que
denuncia el crimen. La guerra wno'fue hecha para “libertar” al
Paraguay ni para defender principios… Los agresores que decían
ser vícíimas dq: agresión: fue 'una guerra de conquista cuyo último
fin era Ia destrucción de un puebio. Y si es preciso aportar más
pruebas de esa iniquidad y de que el Tratado dela Triple Alianza
estaba ya listo un año antes, además de ser un instrumento
agresivo de destrucción de un pueblo, hasta citar a José Mármol,
que a)cornpañó( todos los acontecimientos y fue ministro argentino
en Rio, en 1869: ' _
?La alianza con el Brasil no proviene de abril del 65, pero
sí de mayo del 64. Desdíe la presencia del Almirante Tamandaré
en las aguas del Plata, y de los Generales Netto y Menna Barreto
en las fronteras orientales se estableció la verdadera alianza de
hecho entre los gobiernos brasiíeño y argentino, en protección
de la inícua rejvolución del General Flores contra el mejor de Icás
gobiernos que tuvo la Repúblicá. Oriental, y con el cual' F10*kjljabla
cuestiones qué no pudiesen pasar de las carteras diplomát1cas ._
Aún Mármol considera con razón que el Tratado g? la "I'rxple
Alianza alió & los gobiernos brasileño y argentino, en msp;rado—
res de una débílidad criminal y de una política cobarde - Nº

121
menos riguroso en su crítica es otro argen_tíno, ]uan Carlos Gó-
mez, que afirma: “El Tratado es una espantosa contradicción, un
desmentido dado a sí mismo, una burla audaz del pueblo, de la
razón y de la conciencia humana. “Pero, para comprender y
aprender la vergúenza del Tratado de la Triple Alianza, más que
investigar conceptos críticos de laepºca, hasta su lectura (ver el
texto íntegro en el Apéndice) -
Para concluir y demostrar la iniquidad del Tratado de lá
Triple A]ianza, vale destacar las irrespondíbl es pmguntas hechas
porLuis A de Herrera: “Acaso la circunstancia de que el Mariscal
López fuese un tirano, sanciona las venganzas de la Triple Alian—
za? Qué correlación entre causa y efecto puede existir entre el
desmembramiento del país vencido y el régimen interior del
gobierno? Cómo se justifica el saqueo de Asunción?Cómose
hace lucrativo el robo de prisioneros y su venta? Y la deuda
colosal impuesta? Y el exterminio lento _y tenaz de una raza? Y
la nvgativa de apertura de paz? Y la ocupación arbitraria del
tmrimrío pm seis años más, sumados a los cinco de guerra? Y
nl inicuo pacto del bdtín? Y el despojamiento de media naciónº¡
Y su aniquilamiento mora] y políticot” '— *
Esas preguntas, cuyaS“ re$puestas írrespondíbles” cubren
de vergiíenza a los aliados dela Triple Alianza, no se refieren
apenas a los efectos de la guerra: se reñeren a las causas ya
previstas en el propio texto del Tratado, especialmente en su
artículo 60. y en el Protocolo Secreto. La sordidez diplomática,
ahora, está toda configurada: marchamos para la guerralde hecho.
Van a comenzar las luchas, cuyo fm y naturaleza están previstas
en el Tratado de la Triple Alianza,aajustado 6118 de Junio dé
1864, en Puntas del Rosario, baj o lamspírac:ión de EdwardThorn—
ton, representante diplomático de Inglaterra, y firmado por sus
ejecutores el 10. de mayo de 1865 º -
»

122
, CAPITULO x
, Los ejércitos _en lucha:
Un pu blo en armas contra
efclavos y mercenarios

37. HACIENDO LA 33UERRA POR MOTIVOS EQUIVO-


¡ ($05
¡ La ocupación del Úruguay por Ías'fuerzas del Imperio del
1 ¿Brasil ofendían al Trata () de 1850. No había otra salida para
1E'rancisco Solano Lópuí—32;íidesde que toda una coyuntura interna-
3dional estaba armada c ntra el Paraguay, que hacer cumplir el
¿cuerdo de defensa mutua con los orientales. Estaba comenzando
1% guerra: ]ya el 14 de no¡viembre de 1864 la República del Para-
íg'uay rompió relaciones diplomáticas con el Imperio del Brasil. _
¡En ese mismo día fue apresado por fuexzas paraguayas el
ínjavío brasileño Marqués de Olinda, que llevaba al Matte Gros—
so, al Coronel Carneiro de Campos, nominado su gobernador.
..…....

' ¿Era el inicio de las host lidades. Exactamente,“lo que el Imperio


» *rílel Brasil esperaba para denunciar la º “agresión de Solano López.

E
1 y configurar una guerra e <<1egítima defensa»”. El 24 de diciem-
! _bre'partía de Asunción 1 primera fuerza militar que conquistaría
¿ Q%I'Matto Grosso, llevada po'r hartos de guerra, a las cuales siguió
i j or tierra7 él día 29, otr F expedición comandada por el Coronel
¡ sí'doro Resqúín.
¡í Francisco Sokmo López explica a lá nación el motiv0'del
ífompimiento de re'laci o es con_ el Brasil pbr la írrespetuoéídad
1 del Tratado del 25 de diá?embre de 1850, que previa la permanen—
…a de.] U ruguay como stado libre: “El motivo de la ruptura de
: ' huestras relaciones con el'1mperío del Brasil ——-6Xplicaba 311 CON—
':greso Extraordinario de! 5 de marzo de 1865—— y e] estado poco
1
* 4

123
cordial en que quedaron con el*gabinete arg _ntíno, sen los san—
grientos acontecimientos que hoy enlutan la República Orienta1
“del Uruguay y que amenazan díslocar el quihbríc: del Pirata.
Estas dos potencias, garantías de la indepen encia de aquel esta—
do, son las que '_hoy la atacan, y el Brasil, ue en 1850, en un ,
“tratado solemne sostenía con nosotros la ecesídad del status
quo de las nacionalidades de esa parte de Amé ica y especialmente
la autonomía del Estado Oriental, se alía al anido rebelde que,
enviado desde la capital argentina y con 105 a xiíios de un comité
revolucionario públicamente establecido a11 , desola la riqueza
nacional y ensangrientg_ el suelo patrio”.
Aún y siempre, Francisco Solano Ló ez va a realizar la
guerra sin entender la verdadera naturaleza (1 sus orígenes: para
él, ella se vincula a tratados no cumplidos, c estiones de 1írnites
y reivindicaciones territoriales, etc. Lo que n deja de ser verdad
'en parte: pero no es el motivo fundamental ue causa la Guaira
de la Triple Alianza. De aquí en adelante casí odo es una crónica
de guerra, aunque su propio desenvolvimí nto demostrará de:
forma aguda la superioridad de organizacíó económica para»
guaya sobre los aliados. Una sólida estruct ra económica, con
una naciente fuerza industrial, va a permití que el Paraguay
asombra al mundo, resistiendo solo, sin rec bir armas ———fabri—
¿tando desde sus navíos, cañones y lanzas-— 1 poderoso ejército
aliado. El Paraguay va a hacer también la g erre sin recibir un
centavo de empréstito de nación alguna; entr en esa guerrá sin
&euda externa y sale de ella, aunque destroz do, sin deber nada
a nadie. Y la guerra es realizada justament para destruir esa
estructura económica contrastante con el rest de la América dei
Sur.
Las añrmaciones de que Francisco Sola 0 López pretendía
agredir a sus vecinos se muestran desubicadas n el simple análisis
del ejército paraguayo: el presidente del Parag ay estaba forman—
do, rápidamente y a partir de 1864 como exi íanlas ¿aircunstam
cias, una fuerza militar nítidamente defensiva. egún documentos
…;c_iel Archivo Nacional de Asunción, en 1864, el jército paraguayo
“ tenía 38173 soldados (Y es posible que ha ta 1865 llegase a
50.000 hombres, pero nunca como añrman algunos historia—
dores las fuerzas paraguayas llegarían a 80. 00 hombres) Un

124
¡

tercio de los Eoldados formabá la caballería;Í 105 restantes se


dividían en infantería y artillería. Ese ejército tenía soldados de
16 a 50 años. Erá evidente su superioridadfísica sobre los solda—
dos aliados.

38. EL PARAGUAYO: 1E'L AMERICANO MAS BIEN NU—


TRIDO …

La superióridad física del soldado paraguayo fue observada


desde: 1778 ha$ta 1865, pqr científicos europeos como Buffon,
Deme'rsay, Larousse, Quatrefagest de ]Bréau, Rengger, Du Graty
——el propio Thompson observa, no obstante no ser una autori-
dad—— y Félix 'de Azara.
Según esás observaciones se puede afirmar con seguridad
que lá altura media ¿el soldado paraguayo era de un metro
setenta y dos centímetros, contra un metro sesenta y dos centí—
metro? de los soldados brasileños… En media los paraguayos eran
diez centímetros más altos que los brasileños. Ségún algunos de
esos científicos; en el ejército paraguayo había cinco blancos por
un mestizo o negro. Entre los aliados …brasileños; argentinos
y uruguayos——-g para cada soldado blanco había veinticinco mu—
latos o negros;; Esa desproporción racial aumentaba cuando era
comparada con'-_ el ejército brasileño. En el ejérqito del Imperio
del Br'gsil, para… cada soldado blanco había nada menos que cua—
renta y cinco negros! ' …
Esto no es apenas un curioso dato racial: determinará ¡u
superipridad física del ejército paraguayo en su totalidad; obvia-
mente'nb se trata*de una interpretación totalmente racista, pero
la propia c0nf0;mación de ios ejércitos aliados formados especial—
mente. por su mayor contingente (e] brasileño) por africanos y
mulatos, indicaba su origen en las clases más oprimídas y-, con-
secuentemente,poco alimentadas de' la población.
En contrapartida; ya Buffon; por ejemplo, destacaba la ex—
celente alimentáción tradicional de los paraguayos. Había mucho
maíz, banana, mandioca, miel, yerba—mate y carne abundgpte en
el Paraguay. Según Buffon, esa alimentación bie_n eqml;bradar
era consegui da con poco trabajo. La propia dívisxónys gc¡ial de;
trabajo (en el Paraguay la esclavitud era formal¿ y exxst1o hasta

125
1843) y un régimen político igualitario desde los tiempos de
Francia, facilitaba a todos a obtener aliniez.ntos ,
Demersay, por ejemplo, llegaba al punto de añrmar que el
Paraguay era uno de 105 países donde el pueblo mejor se alimen—
taba en el mundo entero. Textualmente: “La influencia dé] alímen3 V
to, indiscutible entre los animales, bastante clara en todos los,
países, en ninguna parte él es más que entre los paraguayos”… 2
Era un ejército formado evidentemente con una masa hu—
mana de excelente estado de salud. Hasta el comienzo de la"
guerra no se conocían locos o suicidas en el Paraguay, según
testimonio de algunos cientíñcos. Además de e1lo, la cohesión
cultural preservada desde los tiempos de losjesuitas era otro
factor importante. Era común ——según también observaciones
de varios científicos europeos— que cada pa1aguayo tenía cuatro
o cinco profesiones, que ejercía de acuerdo con las circunstancias.
Así un solo paraguayo podía ser zapatero, carpintero, sastre,
mecánico y hasta casi arquitecto y músico. No era ningún “mii!
lagro”: apenas una consecuencia del cu ltivo de 10 que lósj esuítas
enseñaron y de la política educacional —no se debe olvidar que
a la muerte de Banda, en 1840, ya no existían analfabetos ex?
el país. Además, por las peculiaridades del país —muy vasto
para su pequeña población— desde 1778 Existía en el Paraguay
una especie de servicio militar más o menos obligatorio. La
herencia de ese hecho era que aún en 1865,¡cada colono ——de
las “estancias de la patria” o de sus propias tierras— erá obligado
a tener cuatro caballos, armas propias y estar siempre listo para
el combate
Esa masa humana de excelente estado físico fue el cimiento
en que se apoyó Francisco Solano López para formar su ejército.
Tenía que ser necesariamente un ejército de: mejor condición de
salud y vigor que el aliado La estructura económica del país,
por otro lado, creó condiciones para que esos hombres elabora—
sen, inclusive sistemas propios de hacex la guerra.

=39. EN LA TROPA, HASTA LOS RICOS, DESCALZOS


POR LA TIERRA *
L

Nomenos importante en ¡a formación de] ejército paraguayº

126
1
¡

i les el siguiente dato: to 05 los oficiales salían Be la tropa… Nadie


$¡llegaba a oficial por o igen social, como ocurría, por ejemplo,
1 ?en el ejército imperial, uyos puestos superiores eran reservados
¡ a los nobles. A1:al puntj era una política rigurosamente cumplida
“: íque si un joven rico sq alistaba, tendría que entrar en la tropa
1 ficomo un soldado raso y andar descalzo, ya que a ningún soldado
1 ¡Paraguayo se permitía andar calzado. Esa espartana formación
¿ ¡favoreció la propia disc plina de ese ejército que se formó, prác-
1=n
;Lt'icarnente> en la batalla
,_..U__

a1 Los ingleses acom añando el desarrollo de la" formación del


¡ 1 ejército paraguayo con mucho cuidado, informan también sobre
¡¿el número de soldados. Thornton, por ejemplo, en carta a Lord
3… $Russel, dice que deberá haber unos cuarenta mil hombres listos
… Ípara la lucha. El arma ente, sin embargo, es anticuado: existen
* Ílanzas de] tiempo del díEtador Francia. Percibiendo ¡a inminencia
ide la guerra, Franciscq So]ano López. encargó cien milfusiles
; _!modernos en Europa, pero ellos jamás llegaron al Paraguay. Lo —
; :mismo la compra de cañones encargados & ¡& fábrica Krupp no
¡alcanzó a llegar al país. La marina de guerra del Paraguay estaba
¡ ¿Formada por barcos de asajeros improvisados en navíos de gue—
f ¡rra. Aperjas uno de sus£atorce navíos eran de guerra: el “Tacua—
:“ íri”. Lo que había de m ] or en términos militares en el Paraguay,
justamente era un “ar a” defensiva: la fortaleza de Humaitá...
1
Í ¿El rearme del ejército pgraguayo, muy lento & intermitente desde
|

… ie! tiempo de Carlos Antonio López, no indicaba ninguna predis-


1! ¿posición agresiva del ¡:1aíszla propaganda de guerra que cundía
w.!1

— ienw Buenos Aires, prin ipalmente, pintando a Francisco Solano


3_ ;López eomo un “Atila ímericano”, pronto a caer sobre los argen—
'; ítinos, aunque no sea más que una caricatura de la realidad. Y
“justamente por esa disposición poco bélica en la lentitud de
1 ºarmarse) el Paraguay & tr,a en plena guerra, con su único acceso
¿ 1para traer armas cerra () por el enemigo, sin mucha preparación
i icon relación a las arm 5. Si no fuera por su sólida organización
¿%¡ndustrial, reparesentad por la Fundición de Ybycuí y por ?1
H-

1¡arsenal de CaleUpé, & país ciertamente no conseguiría resrs_t1r


uerra. Prueba ejemplaf de 10 que se ¿lee
» %_durante Cinco añºs de
¡aquí, las palabras del arón de Río Branco: '
' 5 “Estamos persuad dos de que el dictador López 'no se armaba

¿í 127
para hacer la guerra al Brasil: así se deduce d los documentos
del_ archivo de López. Su proyecto consistía en extender sus
dominios por el sur conquistando Corrientes, y aún tal vez se
reducía a nada más que ganar fama militar e influencia en las
cuestiones Río de la Plata. ' ' '
Nuestra intervención en 1864 en el Estad Oriental, hábil—
mente explotada por los “blancos”, infundíó ¡¡ ó_pez la sospecha
de que pretendíamo$ hacer guerra de conquis a”. '
y De la misma forma que también Francí co Soíano López
—como Frantiá y Carlos Antonio——' no consigu 6 dar al Paraguay
una clase dirigente, también hb formó por 10 m nos un verdadero
Estado—Mayor del ejército. Y sin" ese Estado Mayor y sin 'un
ejército profesional es que el Paraguay va a enfr mar la guerra.
A pesar de ello, con todas esas deficiencias, Francisco Soláno
López va a contar con un fabuloso ejército. Un ejército que
estoicamente enfrenta a un enemigo absurda ente superior én
número y fuerza material y sólo es derr0tad0 en la destrucción
total: no se rinde. Ni así, aún cuando al final, sus solda_dos son
niños de seis a "nueve años, fos mártires de costa Nú. Para
destacar la superioridad moral de los soldados araguayos sobre
los aliados ————a quién naturalmente no se nie a el sacriñcio y
actos de heroísmo inherentes a la guerra, pero e deplora porque
estaban colocados inocentemente al servicio del imperialismo
inglés— nada mejor que transcribir 10 que añr ó ]uan Bautista
Alberdi: '
“El ejército paraguayo es numeroso relativ mente al pueblo,
porque no se distingue del pueblo. Todo ciud dano es soldado,
y como no hay un cíudadano'que no sea propiet rio de un terreno
cultivado por él. y su familia, cada soldado ¿ ñende su propio
interés y el bienestar de su familia, en la defen & que hace de su
país. (…) El ejército del Paraguay es numeros reiatíva.mente al
del Brasil, porque se compone de ciudadanos, ¡1 de aventureros,
de esclavos y de hombres venales: esos ciud danos son libres
ep el mejor sentido en cuanto viven de sus medi s, no del Estado,
en-que tienen un pedazo de tierra, un techo, u a familia y deben
a su trabajo el sustento de sus vidas; ese bom re y señor de sí
mismo, es decir, libre en el mejor de los 5entid 5. Diez libertades
de Palabra no valen una 1ibertad de acción y sólo es librº; en

128
realidad, el que vive de lo que es suyo. Todo soldado paraguayo
sabe leer y es raro el que no sabe escribir y contar. Esa condición
no es la del esclavo en ningún país moderno y si la lectura
preparase al servilismo, 105 países libres no la prepagarían en el
pueblo como elemento de libertad.”

40. LAS TEÁBIBLES PICADURAS DEL HUMOR: EL CA-


BICHUI ' >

El hecho de que todo soldado paraguayo seba leer y escribir


fue ir;jteligentemente aprovechado por Franciscp Solano López.
La imprenta fúe largamente usada para eí addetrinamíento de
los soldados. Las tropas' paraguayas eran excepcionalmente bien
informadas sobre ¡a marcha de la guerra; su naturaleza es fácil—
mente percibida por los avisos del comando. El diario del gobier—
no, E1'Semanario, era leído prácticamente por casi todos los
soldados. Por el uso intensivo de la imprenta era común que el
simple soldado paraguayo estaba mejor informado sobre la guerra
del que estaba informado el mismo oñcial brasileño. La prueba
nos es dada ¡3011 el Vizconde de Taunay, que cuenta en La Retirada
de ¡a Laguna, y halla en los cuerpos de los soldados paraguayos
muertos El Semanario, para que se enteraran de la marcha de la
guerra. 1
Pero la participación del soldado paraguayo en la imprenta
que se hace áurante ia guerra no fue apenas pasiva. Los soldados
tuvieron diarios propios, hec__hos por ellos. Tres de ellos circulaban
con gran suceso entre la tropa, todos satíricos y fuertemente
ilustrados con grabad05 tal]ados en madera. Eran El Centinela,
Cacique Lambaré (totalmqhte escrito en— guaraní) y principal—
mente…Cabichuí (abeja en portugués; cabichuí en guaraní). Esos
diarios animan? a la trepa, ”hacíah sátiras sobre las fuerzas de lá
Triple Alianza y presentabán versos y artíéulos escritos por 501—
dados. Son de valor excepcional sus diseños, todos hechos por
soldados, tallando la madera para la impresión.
Esos diarios, especíalménte el Cabichuí, eran impreso_s en
la propia línez( del frent& La máquina…de escribir, CO“ “POS,
galones de tinta, etc., funcionaba generalmentey s—ob)rje una carretúa.
Si fuese neceszíria una retirada el “parque grafico º” campana

? 129
1
1

estaba siempre para partir. La importancia del diario gra tanta


para Francisco Solano López que al final de la guerra; cuando
faltaba papel, mandó recoger toda hoj a en blanco que por ventura
estuviese perdida en 105 archivos de Asunción. Cuando finalmente
ya no había papel de forma alguna, ordenó que se fabricase dei
forma artesanal, en plena línea del frente. De esa forma losr ¡
paraguayos consiguieron fabricar papel apartir del “caraguatá”,
una pulpa fibrosa que se colocaba en el agua (en donde ella
“fermentaba” cón ácido de naranjas) y se sobaba hast3_x formar?
una masa ue se estiraba des ués , transformándolas en láminas
de papel.El Cacique Lambaré y el Cabichuí tuvierorí muchas
ediciones impresas en ese papel. ' '
Cuando faltó tinta para la impresión, López ordenó que se
la obtuviera de cualquier forma: en la impossibñlidad de fábricarla,"
!cm paraguayos descubrieron en ¿el campo una fruta que exprimida,
mltaba un líquido marrón obscuro, casi negro, útil para ¡imprimir.;
En fruth es conocida aún hoy en el Paraguay por el nómbre de'
“tinta”; El diario era por demás importante, especialmente los"
semanarios satíricºs hechos por los propios soldados: ellos levan—
taban el ánimo de la tropa, informaban, mantenían esperanzas y
ridiculizaban al enemigo. Sus chanzas son dignas, aún hoy, de
figurar en cualquier diario moderno. … ' ' ”
Apenas un pequeño ejemplo de un “decreto” del Cabichuí:
. ' | - . . 5
“El Cabachu1 cons1derando la convemencxa de llamar alas cosas
de la _ uerra or sus 'ro ios nombres 3 o al menos con*nombres
que ehcierren ideas análogas a los efectos que producen, ha
acordado y decreta: Art. 10.) Se prohibe bajo severa pena que
desde hoy en adelante se llame bombardeo al que ¡realiza la
escuadra brasileña: se llamará macacada si es de día, y si es de'
noche, macaquize...” Referíase el Cabx'chuí a la mala puntería de'
la escuadra imperial.íLos 1íderes del gobierno imperial tenían
ímpiedoso tratamiento. Pedro II era Iiamado siempre el Macaconj
Porto Alegre, conocido como Puerto Triste; Osorio, quédó cono—
jcido por el Cabichuí fco'mo General Osarío; Polidoro, se volvió
Pollo Loro; y, fmalmjent'e, el Duque de Caxias, merecía el título!
del Cabíchw', de Mar'qués de Cajón, “el gran jefe Mac'acuno”...
Estos diarios, múy bien hechos e impresos, eran una terrible

130 7
arma de propaganda, de vez en cuando surgía” en el Cabichuf
… alguna cosa escrita en porthxgués, y adrede los paraguayos dejaban
_q e muchoº números en onde aparecían*vícios de los jefes del
¡I perio fuesen capturadios por los soldados brasileños. Para
' Francisco Solano López ] pr0paganda para la tropa, durante la
guerra, fue mucho más f cil, además de'czontar con un ejército
1 cohesionado moralmente dispuesto a la lucha en la defensa del
país todossus soldados s bían leer y escribir_, a ta1punto, que en
varios frentes surgían seinanarios satíricos. Ypor ese motivo,
qúe todos supier:an leer y escribir, la propaganda de guerra de
i IOS paraguayos, destinada a sus soldados, tenía un buen nively
exJ¡a básicamente verdadera -—basta hojear la colección del Cabi—
chuí para comprobar el sentido crítico de los soldados paráguayos
;) su excepcional informa ión sobre el enemigo y el buen nivel
de los textos——— a pesar dF que algunas veces el Cabichw usaba
malicia y apelaba a duros insultos. En cuanto a los diseños eran
realmente excepcionales, todos en xiíograbados, con un rasgo
— satírico muy propio de 1¿s paraguayos.
" ; Era réalmente un ejército peculiar en la América del Sur.
Muy diferente de 105 aliaios, formados en su mayoría por negros
e¿clavos analfabetos y po- groseros gauchos uruguayos y arggn—
mnos
¡ [ Pequeño numérica enté, frágil por la calidad y cantidad de
ármas, el ejército paragu yo se va a tomar fuerte por lá cohesión
níoral de sus soldados, riunda de una estructura social justa
como define Alberdi, y jecutar esa voluntad de resistencia con
suceso por la superiorid física de sus hombres, aliada al conn—
… ¿miento de! terreno don & se hace la guerra. A esos factores se
5 suman las contradiccionfs de los ejércizos aliados, el comando
iñdeciso y especiíefalment lento del lado de las fuerzas del Imperio
yí los intereses divididooídaArgentina, Brasil y Uruguay, que
luego se enfrentaban N menos importante es el desinterés ma—
&¿0r de esa masa de soId dos que luchaban por la Triple Alianza:
nº se puede olvidar q & en las fuerzas imperiales, por cada
Sºldado 13¡anto -———esto e para cada hombre más ligado con la
fºídeología” del Imperi aT
había cuarenta y cinco negros, esclavos
sin razón al guna para orir por la patria” .
1¡…
[ 131
41. EL EJERCITO DEL IMPERIO ES U"le SUMA DE CON—
'TRADICCIONES

El ejército del Imperio del Brasil, espefalmente en cuanto


'no estuvo comandado por el Duque de Ca ias, estaba lleno de
contradicciones. Una dé ellas, es que la mayoría de sus soldados
en Río Grande del Sur sólo existían en el parñelz burocrát1cam€nte
_en la papelería del Imperio, el ejército era ucho más numeroso
de 10 que se podía contar de soldados en els arte1. 1NTaturalmente7
10 que no impedía al tesoro nacional de co tribuir con la paga
_;:ara esos fantasmas… En su formación, lue o que se evidenció
que no era posible enfrentar a los paraguayos con las fuerzas
disponibles, comienzan las medidas que van & empeorar SUS cua—
lidades.
'' Después, las divergencias políticas en re los caudillos rio—
grandenses, obligan al ejército de! Sur a n comportamiento
traidor, al comienzo de las hoétílidades, c ando el Tte. Cnel.
Estígarribía marchaba sobre el territorio la asileño. El General
Canavarro, que podría contener o dificultar la invasión de Esti»
garribia, deja inmóvil su ejército, porque ra rival político de
otros caudillos, ¡entre los cuales, el Barón e ]acuhy. Ese'es un
buen retrato (pintado detalladamente por B rmann) del ejército
imperial al inicio de 1213 hostilidades.
_ “ El ejército para la guerra al Paraguay, en su gran mayoría
—'—exceptuándose a la oficialidad— fue forma o cuando el Imperio
del Brasil se debatía en grandes dificultades 1nancieras. Era muy
difícil la vida del pueblo y raros los emple 5. Un país de poco
progreso industrial, sólo tenía prácticamen & en el comercio la
oportunidad de empleos para la población lanca no nacida en
la cuna espléndida de la nobleza. Para la obleza que no tenía
.acceso a las tierras, al latifundio, formando na especie de “clase
' media” aristocrática, quedaba reservada to?a la burocracia del
gobierno. Los otros empleos eran desemp ñados por la fuerza
vesclava. Por tanto, el pueblo de color neg"o o mulato, que no
era identificado con el Imperio, resistía al H'llamamiento militar.
Cuando finalmente tenían que entrar para las ñlasu reclutados,
muchas veces, por la fuerza en las calles de To —como testimo-

132
nian diarios de la época e: inclusive varios diseñps satíricos—_no
se tomaban náturalmente soldados animosos. 1
La nobiezia iba a la guerra comandando: los nobles formaban
la máyoría delíos oñcíales; en el comando, quien no era noble
por origen familiar; luego recibía su título de vizconde, barón,
etc. Otro medio de conseguir soldados fue crea“r el cuerpo de
“Voluntarios de la Patria”… Los voluntarios, no obstante, forma»
dos por la burguesía, principalmente, con aspiración a la nobleza
o llegando a eíla a través de la compra de títule nobiliarios, se
zafaban fácí1méame del problema: podían enviar en su lugar negros
esclavos, que 1';automz'aticamente se tomaban liberros al ingresar
al ejército. Esa es la razón, inclusive, de tantps negros en el
ejército brasileño que luchó en el Paraguay: algunos “volunta—
rios” ofrecían hasta diez negros, volviéndose así más “heroicºs”
en la ¿0ntribución de sangre a la patria... (La Guerra del Paraguay
fue hasta una especie de “arianización” del Brasil: en 1850 había
una población_de cinco millones y medio de habitantes libres
blanc05 contra dos millones y medio de negrps esclavos; esa
proporción no cambió si.gníñcativamente hasta la guerra, por
tanto,;si fuésemos a seguir la prºporción, nuestro ejército debería
estar formado por dos tercios de blancos y un tercio de negros,
aún admitíéndose el absurdo de que negrºs esclavos tenían quc
defender el régimen que los oprimía... Pero la proporción según
cálculos de los europeos, era de un blanco pór cada cuarenta
y cinco negrosi: es fácil preverse la desproporción en las bajas.
Así, en 1872, el Imperio del Brasil ya no tendrá siquiera el
dieciocho por ciento de negros en su pob1ación; en cuanto a la
población de blancos creció sesenta y cuatro por ciento, y la de
negros bajó ses;enta por ciento!).
Un régimgn esclavista c_uya masa de soldados se basaba
fggdamentalmente en negros esclavos, como el Imperio del Bra-
sil, no podía tener un ejército que ofrecíiese cohesión moral. Tenía
que réflejar las contradicciºnes del Imperio, condo reflejó, y es-
tablecer en sus relaciones la misma jerarquía opresora del sistema
económico que defendía. Y ese contraste 5010 no fue mayor
justamente porque cuando el Duque de Caxias asumió el co—
mando general supera en parte el problema, y había comandantes
como el General Osorio, por ejemplo, hombre rudo pero de tráto

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41. EL EJERCITO DEL IMPERIO ES U"le SUMA DE CON—
'TRADICCIONES

El ejército del Imperio del Brasil, espefalmente en cuanto


'no estuvo comandado por el Duque de Ca ias, estaba lleno de
contradicciones. Una dé ellas, es que la mayoría de sus soldados
en Río Grande del Sur sólo existían en el parñelz burocrát1cam€nte
_en la papelería del Imperio, el ejército era ucho más numeroso
de 10 que se podía contar de soldados en els arte1. 1NTaturalmente7
10 que no impedía al tesoro nacional de co tribuir con la paga
_;:ara esos fantasmas… En su formación, lue o que se evidenció
que no era posible enfrentar a los paraguayos con las fuerzas
disponibles, comienzan las medidas que van & empeorar SUS cua—
lidades.
'' Después, las divergencias políticas en re los caudillos rio—
grandenses, obligan al ejército de! Sur a n comportamiento
traidor, al comienzo de las hoétílidades, c ando el Tte. Cnel.
Estígarribía marchaba sobre el territorio la asileño. El General
Canavarro, que podría contener o dificultar la invasión de Esti»
garribia, deja inmóvil su ejército, porque ra rival político de
otros caudillos, ¡entre los cuales, el Barón e ]acuhy. Ese'es un
buen retrato (pintado detalladamente por B rmann) del ejército
imperial al inicio de 1213 hostilidades.
_ “ El ejército para la guerra al Paraguay, en su gran mayoría
—'—exceptuándose a la oficialidad— fue forma o cuando el Imperio
del Brasil se debatía en grandes dificultades 1nancieras. Era muy
difícil la vida del pueblo y raros los emple 5. Un país de poco
progreso industrial, sólo tenía prácticamen & en el comercio la
oportunidad de empleos para la población lanca no nacida en
la cuna espléndida de la nobleza. Para la obleza que no tenía
.acceso a las tierras, al latifundio, formando na especie de “clase
' media” aristocrática, quedaba reservada to?a la burocracia del
gobierno. Los otros empleos eran desemp ñados por la fuerza
vesclava. Por tanto, el pueblo de color neg"o o mulato, que no
era identificado con el Imperio, resistía al H'llamamiento militar.
Cuando finalmente tenían que entrar para las ñlasu reclutados,
muchas veces, por la fuerza en las calles de To —como testimo-

132
nian diarios de la época e: inclusive varios diseñps satíricos—_no
se tomaban náturalmente soldados animosos. 1
La nobiezia iba a la guerra comandando: los nobles formaban
la máyoría delíos oñcíales; en el comando, quien no era noble
por origen familiar; luego recibía su título de vizconde, barón,
etc. Otro medio de conseguir soldados fue crea“r el cuerpo de
“Voluntarios de la Patria”… Los voluntarios, no obstante, forma»
dos por la burguesía, principalmente, con aspiración a la nobleza
o llegando a eíla a través de la compra de títule nobiliarios, se
zafaban fácí1méame del problema: podían enviar en su lugar negros
esclavos, que 1';automz'aticamente se tomaban liberros al ingresar
al ejército. Esa es la razón, inclusive, de tantps negros en el
ejército brasileño que luchó en el Paraguay: algunos “volunta—
rios” ofrecían hasta diez negros, volviéndose así más “heroicºs”
en la ¿0ntribución de sangre a la patria... (La Guerra del Paraguay
fue hasta una especie de “arianización” del Brasil: en 1850 había
una población_de cinco millones y medio de habitantes libres
blanc05 contra dos millones y medio de negrps esclavos; esa
proporción no cambió si.gníñcativamente hasta la guerra, por
tanto,;si fuésemos a seguir la prºporción, nuestro ejército debería
estar formado por dos tercios de blancos y un tercio de negros,
aún admitíéndose el absurdo de que negrºs esclavos tenían quc
defender el régimen que los oprimía... Pero la proporción según
cálculos de los europeos, era de un blanco pór cada cuarenta
y cinco negrosi: es fácil preverse la desproporción en las bajas.
Así, en 1872, el Imperio del Brasil ya no tendrá siquiera el
dieciocho por ciento de negros en su pob1ación; en cuanto a la
población de blancos creció sesenta y cuatro por ciento, y la de
negros bajó ses;enta por ciento!).
Un régimgn esclavista c_uya masa de soldados se basaba
fggdamentalmente en negros esclavos, como el Imperio del Bra-
sil, no podía tener un ejército que ofrecíiese cohesión moral. Tenía
que réflejar las contradicciºnes del Imperio, condo reflejó, y es-
tablecer en sus relaciones la misma jerarquía opresora del sistema
económico que defendía. Y ese contraste 5010 no fue mayor
justamente porque cuando el Duque de Caxias asumió el co—
mando general supera en parte el problema, y había comandantes
como el General Osorio, por ejemplo, hombre rudo pero de tráto

133
para su ejército, a cargo del poeta Hiíario As asubi, A través de
él, Lopacher y los ochenta europeos tomará e1 velero “Andre
María” y panirán para Buenos Aires. Los c ntratos que fúeron
ñrmados con los europeos dándºles derechos & “labrar la tierra”
ya les fueron substraídos en el navío, info mándales que les
serían devueltos en Buenos Aires, lo que evi entemente no ocu—
rrió. La manera criminal como Mitre reclutaba colonos transfer»—
mándolos en soldados mercenarios da la med da de la impopula—
ridad de esa guerra en la Argentina. Lopach r cuenta la llegada
de los “labradores” en— Buenos Aires: “En r spuesta & nuestras
réclamaciones subirán a bordo dos compañ1 s de soldados, de
modo que si alguien abría la boca, era pue to inmediatamente
preso en el cefao. Es decir: amarrábanle a bos pies en una
estaca y, en el peor caso, ¡a cabeza, () ambo , pies y cabeza, al
mismo tiempo. Durante cuatro semanas nos & ¡tamos y sufrimos
hambre a bordo de ese transporte, sin socorro édico aíguno.” _
Era la recepción usual en Buenos Aires los que pensaban
“labrar la tierra” y se rebelaban al recibir la riste noticia de ir a
morir matando paraguayos. Pero, después & ese tratamiento
especial, ocurría siempre lo que Lopache; uenta: “Debíamos
aceptar nuestra fatalidad: nos hicimos solda os argentinos.” Ei
hecho era tan común que Lopacher después d contar otros Casos
de la misma naturaleza, dice que el Preside te López protestó
ante esa fegimentación, ante Francia, junto a apoleón III. (Pos—
teriormente el gobierno francés prohibió el embarque de esos
“colonos”). El estado del espíritu de las tropas rgentinas también
es narrado por Ulrich Lopacher, antes de 18 5 ——pozr tanto? en
cuanto se luchaba aún en el Uruguay——— al lle ar al campamento
a que fue remitido junto con los soldados extra ¡eros “reclutados”
para la Legión Militar:
“(...) nos esperaban los compañeros del c mpamento dándo—
nos;eñales, corrían curiosos para recibimos saludar; parecían
ánimas_; enñaquecidos por el hambre, empe ueñecidos; se le—
¿Vantaban maldiciendo la vida de perro o de esc avos que UeVaban,
de la arbitrariedad reinante abajo 0 arriba y el absoluto desco—
nocimiento de los derechos humanos. “Vale la pena detenerse
en la narrativa de Lopacher, que murió octo enario &n un asilo
de Viellt08 en Trogem… E1cuenta la conducta-b tal de los oñcxa165
136
1
6

argentinos y la situación de los “gringos”: “Para nosotros, los


gringos en servicio militar argentino, no había ni derechos ni
íusticia”. ” '
Fuimos éntregados al capricho y a la mala fe de nuestros
¡ superiores, comenzando desde los sub—ofíciales; ellos tenían siem-
pre la. autoridad, o por 10 menos la usurpaban, para castigamoa
por hechos irrisorios, arbitrariamente, con lo_s puños, sables, baa—
'tones o 10 quize tuviesen en las manos. Podíz_an, a su deseo,
desenvainar sú pesado sable; para las heridas, las mutilacioneu
y hasta las muertes, solo encontraban, elevándo 105 hombros,
las pálabr:asz Un gringo rn_enos! (…). Es <£aracteríºstico el siguiente
hecho; el capitán de nuestra cuarta compañía, Paunero, de Buenºs.
Aires; se vanagloriaba de esa Costumbre. Cuántas veces al ordenar
“volver a la derecha”, marchaba a lo largo de la_formación blan—
diend*o un agudo sable próximo a] pecho de los soldados que
como podían,miraban & ña derecha, para formar la línea de
manera más eaícactamente posible. De ese brutal modo tra5pasó
el pecho extráordinariamenté abultado de un compañero, que
cayó muerto. Nosotros teñíamos que asistir indiferentes a esa
escena escandalosa”. . _
Pues ese tipo de ejército tenía que sustentar un gobierno
que hacía unaÍ campaña estruendosa por sus diarios sobre la
barbarie del enemigo.…Lopacher también cuenta una serie de
torturás brutaies que sufrían los soldadºs argen_tihos por las faltas
cometidas. > '
El propiogMitre también trata de ese desastre nacional que
fue la formación del ejército para la campaña del Paraguay. En una
de sus carta_s Mitre dice: “(…) el <<Chacabuco» llevaba a su bordo
el contingente éalteño, pero esos individuos, que parecían ser la
excepción de-los contingentes que nos enviaran las provincias,
mostraron también sus cualidades,_ amotinándose a _0nce leguas
de Esquina y obligando a los oficiales y a la tripulación & que los
desembarcáran(en el Chaco, llevando los víveres y todo cuanto
le convenía & bordo.” La dificultad causada por la latente guerra
civil 'en que se debatía la Argent_ina y tratada por el propio
Presidente Mitre: “Esas revoluciones son un escánáalo en este
momento, y más allá del oprobio que nos cubre, pueden ser

137
causa de que el desorden se extienda como mal ejemp¡ºa hº“?
en la base misma del ejército de quien depende la honra n€chi<J_na1.”
Un otro testimonio, de Ramón ]. Cárcamº, expone la d1f3Cu1-: í
tad de formar un ejército nacional argentino: “En las provincias:
la guerra es impopular y odiosa. Cuando en las plazas!públicas
Íeen los avisos de los gobernadores y los tambores corren a la—
ciudad convocando a la guardia nacional, los hombres huyen a —
la selva más próxima. No los impulsa el terror. Nacieron y vívie—-…
ron en las batallas. Resisten a Buenos Aires y al Imperio… EL
Paraguay es el amigo y el vecino histórico, antiguo aliado ¿e
“¡
!
los pueblos del litoral, mediador afortunado en la paz de noviem-
bre después de Cepedá”. ; 1
Otro testimonio de la anarquía imperante en Ia Aírgentin'a,g

,!
durante la formación del ejército ———y es parte del repudio a la !
guerra—— es del Vice—presidente de la República, Marcos Paz, el
21 de noviembre de 1865: “Tenng el pesar de saber que lasL
fuerzas con que debía concurrir a la Provincia de Ehtre RÍOS“
para la formación del ejército y que el gobierno de la República
había puesto bajo el comando inmediato de V. Excia. se desban-
daron en parte”. Es trozo de una carta a“ Urquiza, que como
veremos, también contribuye con su deshonestidad para la per—
turbación general. En fm, los soldadosargentinos que se regimen-
tan, o son mercenarios que así se toman por engaño o por
ciudadanos de la República que se Hevan & la therza,esclavizados
gran parte de el1os, para los campos .de batalla. Ese ejército no
tiene, naturalmente, el mínimo de condición moral para enfrentar
a los paraguayos, más állá de que detestan a sus aliados brasileños. “

43. URQUIZA: VENDIENDO CABALLOS Y HASTA SU


ALMA … '
En la formación del ejército argentino importante papel
desempeñó Justo José de Urquiza, ¿en quien Mitre dºepositabá
;grandes esperanzas y no menores desconñanzas. Urlquíz'a, un
' caudillo astuto y oportunista, traicionero y viofento, era im Estado
dentro de otro Estadó. Luego que los paraguayos entraran eh
Corrientes, Urquiza se posesionó de aires pa.tríóticos y prometió
socorrer a la ciudad. Pero, si le era. posible, el caudillo'preferirí?

138 (
entrar en la guerra al la o de López. Si hubieer esa unión sería
fácil, para losdos, forma un gran ejército, arrasar prácticamente
ála Argentina 5010 con 1 peso síco]ógico de la alianza y ,cierta—
mente Urquiza podría as irar a una excelente posición. La alianza
¿2011 Francisco Solano Ló cz de quien era compadre: López bau—
tizó (& través de un repr sentante porque no pudo viajar) a una
hija del caudillo. Además no fue posible: Uequiza ya estaba secre—
¿camentecompmmetído con el dinero ¿lei Imperio
' 5 Ese hombre tendría importante p¿p=':l en las desventuras del
e3ércíto argentino. Patti ndo para “socorrer” a Corrientes, hizo
d:eelaraciones a la preus y bajo un decreto, movilizando diez
mil hombres todos con us caballos, inmediatamente consiguió
(¡¿le el gobierno argent no le pagase los caballos. El decreto
torizando el pago permitía que sus hombres quedasen aún en
lá posesión de los caballos. Los grandes negociados que esa
guerra iría & po>1b111tar 3:11 la Argentina, ya comienzan con uno
¡de sus g12mdes líderes.
!? Despidíéndose de sus amigos de Buenos Aires por la prensa,
para ir a la batalla Urquiza ¡anrmaba que la celeridad con que
E;] deber ¡e llamaba no la permitía abrazar personalmente a cada
uno de _ellos. En la paanida de Buenos Aires fue al muelle el
Ú10pi0 Presidenae Mitre pidiéndole celeridad y empeño patriótico.
Llegando a Entre Ríos, U¡quíza comenzó a reunir a su ejército.
a información de que enfa más de diez. mil hombres, para los
cuales (después de ya '( ner “comprados" los caballos) con5i uc
unif01mes del gobierno No demoró mucho y Urquiza cs ín%or-
mado que la mayoría ¿ sus tropas se desbandó: va a veriñcar
y confirmar la verdad. .! aprovechay licencia por treinta días a
lios pocos sol-dado_s qu; quedan. Comienza un nuevo esfuerzo y
reúne ahora cerca de oce mil hombres, confmme informa él
1Ínismo. N 0 pasó much tiempo cuando él informa nuevamente
Mitre que s15 tropas olvieron a desbandarse. Promete reunir
¡áfos hombres ona vez. P ro durante la guerra envía pocos solda—
3%05 ———deberían ser sus enemigos.. .— para el ejércitº argentino.
rquiza no quería y n nea quiso luchar contra los paraguayos
lo que 110 le impidió de ! crar con la guerra, “vendiendo” caballos
¡ y obteniendo unif0rmes.
¡:

»
!ar 139 _
1
Urquiza, además, recibía cartas de sus compañeros repun
diando la alianza con el Imperio del Brasil. Co 0 la que le es_cribe
López jordan, negándose a atender su pedi o de luchar contra
el Paraguay: “Ud. nos llama para combatir a Paraguay. Nunca,
general. Ese pueblo es nuestro amigo. L1á emos para luchar
contra los porteños y brasileños. Estamos lis os. Esos son nues—
tros enemigos. Escuchamos aú_n los cañones e Paisandú. Estoy
seguro del yerdadero sentimiento del pueblo de Entre Ríos…”
Como ya viinos, el Tratado de la Triple líanza, e:stabalisto
' mucho antes de que comenzaran las conversa iones oficiales que
résultaron en su firma el lo. de mayo de 1865. rquiza, en cuanto
nos da una prueba más, demuestra que no le agrada una guerra
en alianza con el Brasil. En carta al Preside te Mitre, dice el 8
de febrero de 1865: “Tengo calificado la alia za con el Brasil de
odiosa, porque así lo es para el país, porque t Tes el sentimiento
general, que V. Excía. tiene ocasión de aprec ar, también. Si no
fue él en el año 51, en otra ocasión y con g an ñnalzldad, él es
hoy incuestionable.”
Urquiza no sólo demuestra su poca dis osición de luchar
contra el Paraguay, la hostili¿ad popular a la a 'anza con el Brasil,
cómo también anticipa las dificultades que 1 Argentina tendrá
para formar su ejército. Pero, no se piense que Urquiza está
movido por esos sentimientos: todo supera él, cuando puede
sacar ventajas políticas y, principalmente, ma eriales.
Las desbandadas de sus ejércitos fuero ordenadas por éi
mismo. Si era capaz de ese crimen “menorº, hizo también el
mayor: antes de eso, cuando representaba peli ro para el Imperio,
en una posible unión con el Paraguay, fue sobornado con la
compra de sus caballos por un precio abusivo. Nótese: él recibió
el'dinero y entregaría los caballos posteriorm me. 0 sea: con la
Argentina lista para entrar en guerra, él ven & sus caballos al
Brasil, recibe el dinero anticipadamente y pas subreplziciarnente
para el lado de quien le paga.. No está demás recordar, Urquiza
¿ya tenía recibido el dinero ¿[el Imperio, pres ándoles servicios
'en la lucha contra Rosas en 1851. Ya en 1858, el Barón de Maná
abre sus casas bancarias en Entre Ríos, con el poyo de Urquiza.
La personalidad del caudillo es tan conocid del Imperio que

140
¡

cuando apareqen los problemas de la guerra cóp el Paraguay, el


propio Barónde Mauá tranquiliza el gobiernq,-añrmando que
con Urquiza es fácil entenderse cuando el 01'f0 es abundante,
confórme registra Alberto de Faria. La forma de comprar a Ur—
quiza; con “oro abundante” es comprarle treinta mil caballos,
pagadgs ¡¡ altísimo precio.
El ejércitó argentino como se ve, además de sufrir las con—
tradicciones internas del propio sistema que representa, tiene
que afrontar la 1deshonestidad de jefes como Urquiza, que no
dejan de ser también la expresión de sus insolubles conflictos.
]amás ia Argentina tendrá, en la Guerra del Paraguay, un ejército
que corre35ponda a sus necesidades. :

44. UN EJERCITO QUE QUEDA EN LA RETAGUARDIA


$eydebe acentuar, también, que lo mejor de lás tropas argen—
tinas, el que existe de soldados profesionales,queda en el país
para combatir _1as rebeliones que amenazan &] gqbierno de Mitre.
Intele?tuaíes de renombre protestan contra la guerra al Paraguay;
no solo Alberdi, Carlos Guido Spano, ]osé Hernández (el autor
de Mártín Fierro) su hermano Rafael, Miguel Navarro, y otros
más. Es exhaustivo e innecesario continuar*inforijnando desercio—
nes: rºesta decif que, entre los desertores están “¿también ——con-
formeí alarmó al propio Presidente Mitre——— oficiales del ejército.
Muchos de 61105 en licencia, prefieren escondersp en el campo o
salir de la Argentina, para …no volver al combate. Esa es una
contradicción del sistema económico argentino que también tiene
origen en la propia concepción mitrista de dirigir al país. Mitre
colocá al gobierno encima d_e_la nación, como necesidad de manu—
tencióh de la propia estructura económica de la“ regública y esa
condutta clisociada de 105 intereses populares torna más fácil el
repudio del pueblo en luchar en sus fuerzas. La represión desen—
cadená_xda por Mitre ante la resistencia del pueblo argentmo de
enrolarse en las tropas del ejército y las rebeliopes durante ese
período, ocasionaron una triste paradoja: muriergp más soldados
argentinos en la retaguardia que en los campos;de batalla en el
Paraguay!

141
masa magra oprimída en el trabajo esclavo y q 6 continúa siendo
llevada al matadero por ias clases dominant s del Imperio; el
reclutamiento de ese ejército se realiza en for a ambigua obede-
ciendo siempre a los privilegios de la noble a; sus oñciales en
su may0ría no tienen formación suficiente p ra el comando; su
armamento, a pesar de_ ser superior 'al enemi o, es inadecuado
para la guerra que se peleará. .
b) el ejército de la Argentina para ser f rmado, tiene más
argentinos muertos en la retaguardia, en ia r presión a 105 mo—
vimiento_s contrarios a la guerra, que las baj s ocurridas en la
línea de frente; esclavizados son conducidos a campo de batalla
contingentes enteros, además que se formaron egiones de ext1an—
jeros éngañados en Europa, enviados en la guerra a la fuerza; el
despotismo de los oficiales de un_ ejército así formado, provoca
deserciones y odio al comando, traduciéndos en la—ineñcíencía
anotada muchas veces por los propios argentinos; Mitre deja 10
que hay de mejor de su ejército en la retaguardia, para garantizar
la estabilidad de su gobierno, por encima de los intereses de la
nación. V
' c) el ejército del Uruguay es apenas un montón de pocos
soldados, orientados por el sentimiento caudilllesco representado
por Venancio Flores: para él la guerra es apenaF un bu€xn negocio
de…donde obtiene dinero del Brasil.
d) la gran esperanza de los aliados, la egguadra brasileña,
— por una serie de circunstancias 'no presenta la e 1ciencia esperada.
' La guerra que terminaría rápidamente, se atrast a por cinco años.
Antes, sin embargo, de entrar en la guerr en sí, es preciso
analizar algunos detalles importantes, como la feroz propaganda
que se hace contra el Paraguay; las intrigas diplomáticas que
continúan y las repercusiones inmediatas del onf]icto en la sal—
vación de la economía argentina e imperial, p incipalm_ente.

144
CAPITULO XI
El Imperio
se ahondá en sus
cºntradicciones
<
!

47. CUANDO LOS POBRES VAN A LA G;,UERRA NO


FALTA“ ORO * 1 9

Cómo ya fue dicho, cuando ei Brasil se enfrenta con la


guerra del Paraguay, a partir de 1864, está en una grave crisis
económica. El Emperador_ Pedro 11, en su mensaje al trono' en
aquel año, acen€úa las dificultades de la nación, observando la
quiebra de varias casas bancarias, y sus consecuencias. Al lado
de eso, el rompimiento de relaciones con Inglaterf causaba pro—
bíemasinternos) si bien los emprésrítos ingleses que siempre
fueron el remedio para las cléteúoradas Fmanzas imperiales no
cesan de llegar al Brasil
Enl.a Argentina no era dife1ente) agravándose como de
costumbre]la cris is económica con la inestabillidad polí!íca fan…
en el Imperio del Brasil como én la A1gentina, la crisis económica
vivida en los añ05 60 la c¡ecíente dependencia del imperialismo
ínglées —:-—-no permitiendo una política económica de d&sarrollo
nacional autónomo— provoca el desempleo, la falta de capitales
en una situación que orillaba en insolvencia La guerra para
Argentí_na y Brasil que vendría & agravar posteriormente toda
esa dependencia al imperialismo ing1és,de inmediato alivia los
ultraj es financieros de estos países. Con!la guerra aumentan los
empréstitos, especialmente al imperio dé! Brasil. Es necesaria
una créación de una “economía de guerra”, con nuevos abaste—
cedores, pequeñas industrias, etc. La absorción de los desemplea—
dos por el ejército estabiliza momentaneamente… &] mercado de
trabajo… Momentaneamentca, hastavuna falsa situación de progreso

145
material; la guerra comienza a animar a mucha gente y, realmente,
para los que saben explotar, se va a transformar en _Lm buen
negocio. La situación, con variantes locales, es la mxsmn dEl
Imperio del Brasií () de la. Argentina. Existe animación comercial
tanto en Buenos Aires como en Río de Janeiro. Leon Pomar …en
La Guerra delÍ Paraguay; sintetiza de forma ejemplar la situación
argentina, citando a Cas'arinos; “La guefra contra el tirano López
1mpr1mió gran actividad al comerc1o y a todas las mdustr1as,
. ' . x ¡

puestas a la contribución' para proveer a las múltiples necesidades


de los tres ejércitos, que luchaban tan dístanciados de Su gran
centro de recursos, la ciudad de Buenos Aires. El oro brgsíleño
estacionaba en el país,“ en razón de las compras hechas para
proveer su gran ejército…” Para acentuar, también, citando a
Agote, que el oro entrado en la Argentina “dio un movimiento
nxtraordinario al comercio e industria, haciendo subir el valor de'
los productos del país, estimulando una fuerte importación de
nmrcnrlcrías extranjeras”. Todo eso, sin embargo, como bien
nucmúa Pomar, era una ilusión: ese oro,'que estimuló el cqmercio
provºcado por las necesidades de la guerra, no representó inver—
siones de interés social, creándo industrias, por ejemplo, pero
sirvió tan sólo para animar el ambiente comefcial y crear nuevos
ricos.
En el Brasil, en donde a pesar de la cuasi bancarrota de
1864, la situación económica era más estable. Por el propio po—
tencial del gigantesco país, la guerra inminente sirvió, al menos,
para estirar de las calles a los desocupados v———a [a fuerza y? contra
el gusto de ellos—— y estimular también proveedores, etc. Los
empréstitos que eí Imperio del Brasil 3" Argentina comienzan a'
recibir, naturalmente, son sangre nueva en la economía de esos
países. A nadie le interesa la dependencia que ellos creáran en
el futuro; surge una nueva clase fantaseando en tornoi de los
gobiernos aliados, que usufructúan de todos modos la situa'ción.
Se crea, en fin, una situación de éuf0ria: un clima de falso
ppogreso, que al correrf de Ia guerra,'sin embargo7 comienza ¡¡
sér desmontado, para verse desenmascarado después de la Vict0ria
de la Triple Alianza y 1¿ps primeros desenten¿_limientos entre los
aliados. Asimismo, conísíderando problemas ia largo plaio, m0-
mentáneamente los empréstitos y la agitación comercial creada

146 ;
|!
c¿31h la guerra desvían los problemas del Imperio del Brasil y de
¿'IArgentin'a; se posibilita con ía guerra, la canalización de ias
rú%sas populares, por un tiempo, del foco de problemas sociales
de,? esos países.
1_ Paradoj almente, cómo esque un país que tiene un cuarto
de; su renta como garantía de las deudas (supera su capacidad
de 501vencia), como el Brasil, a ]a vera de una bancarrota, consigue
105 empréstitos ingleses para comprar acorazados, armas y sus-
tÍehtar una guerra, después de sa!ir endeudado de la intervención
eri el Uruguay?
¡ La respuesta es sim le: los intereses ingleses autorizan y
';a'vgian eí financiamiento. omo ya examinamos, con esa política,
elímperíaÍismo inglés n sólo liquida la “amenaza paraguaya”,
cómo hace sumergirse más en su redl a 11mperio y a la Argentina
; ; Tanto interés tenía Inglaterra de ver esa guerra conducida
(¡<3pn éxito que envía sus diplomáticos para reanudar urgentemente
k3s relaciones con el Im erio. Eso ocurre de forma insólita: el
¡
' Qónocído diplomático E ward Thornton Hega a Uruguayana,
Cámpamento de guerra ei Emperador ——que resolvió ver las
£ñaniobras de ce:rca—-—— y resenta sin más dilación las disculpas
de Inglaterra Las relacio es diplomáticas se reanudan en horas,
3:0n dos cortos discursos. No es sin ironía que Thornton, después
djs los discursos, acentú que el loca! donde se reanudan las
¡%lacíones“aumenta mi eíicidad y es prueba de que la política
del Brasíí continuará inspirándose en un espíritu de armonía,
:f—jústa y digna en sus relaciones con los demás puchlos” . Eso
o'curre el 23 de septiembre de 1865 Todo se presenta maior para
los futuros emp1est1tos
;li Resumiendaze1 Imperio del Brasil y la Argentina no sólo
_t1&nen en la guerra una pausa para sus inmensas dificultades
efconómicas, como, principalmente, Pedro II resuelve dentro de
su ingenuidad política un problema internacional que ¡o incomo-
daba:1a reanudación de relaciones con Inglaterra.

147
43. “EL PUEB L O P A R A G U A Y O M E R E C EL C O M P L E T O
EX'I“ERMINIO QUE LO AGUARDA”
Mientras tanto, la diplomacia no. duerme Es preciso encon—
trar una “razón justa” para preparar al pueblo sobre el genocidio
que se comete contra el» Paraguay y que en b eve-va ¡& esPantar
al mundo. Para ello, es preciso poner en movi iento una amplia
maquinaria de mentiras, en la prensa de Bue os Aires y de Rio
de Janeiro, y mantener inflamado el fuego de la calumnia, de la
intriga y de la infamia, en que es maestro a triste F1gura de
Charles Washburn, representante diplomátí o de ¡05 Estados
Unidos, que trabaja, inclusive, contra su pro io país, en donde
acaba siendo juzgado y condenado por sus vi lanías.
Contra el Paraguay y Francisco Solano L pez en particular,
se invehta todo. Es la propaganda de guerra implacable, % ia
“ideología” de liberación que grotescamente s impone al put:le
argentino y brasileño, con los uruguayos síern re de contrap&so.
Los deseos de intervención y dominio del Para uay son antiguos.
Ya en 1860 el irascible Sarmiento no pierde la casíón de demos—
trar la mala voluntad con el Paraguay, de la fo ma más belieosa:
“Tenemos fe que ha de llegar el momento n que los países
vecinos, irán a intervenir a la desgraciada pobla ión de! Paraguay,
para mejorar ias condiciones del gobierno tan anómalo como el
— de don Carlos”. Sarmiento aún no está tan & tremista.... él va a
ser superado en 'el odio al Paraguay; el ya itado y bastante
conocido Washburn, con la responsabílíciad d representar en el
Plata al gobierno de los Estados Unidos, cultí aba un particular
odio al Paraguay: “Por su torpeza y ceguer junto con otros
pécados, el pueblo paraguayo merece el co pleto exterminio
qué lo aguarda. El mundo tendrá justo motivo ara congratularse
' cuando no hubiera ni una sola persona que h ble el endiablaclo
idioma guaraní”.
Tan fantástico como ese odio, es el expres do por un diplo—
'mático de 105 Estados Unidos. Y) tan fantást co como eso, es
que ese Washburn va a tener actuación destaca ísima en la diplo»—
macia de bastidores que conduce a la guerra. Esa campaña de
odio no está desligada de una política prácti a: tiende a crear
una opinión pública tan íracunda cuanto a d'sposíción oficial

148
contra los paraguayos. En ese período, en la prensa de Buenos
Aires y de'Río de janeiro) “tirano” pasa a ser un complemento
inseparable del nombre de Francisco So1ano López.El “mari_scal
paraguayo_es atacado en todas las formas. '
Antes de la guerra, por tanto, se pintó un cuadro absurdo
del Paraguay. El país, en la prensa de Buenos Aires especialmente
—síempne la más extremista——— y en la de Río de janeiro, era
dominado por un'loco, que pretendía coronarse Emperador de
la América del Sur para atender su 'enorme ggolatría y satisfacer
la vanidad de su amante, que deseaba ser la Emperatriz... Decíase
que López mantehía al pueblo —bajo el terror: mafaba familias
enteras de jóvenes; que se rehusaban & ir con él a la cama. Pintado
como ungsátíro, un salvaje—y un loco que, como un “Atila Ame—
ricano” estaba listo & desparramar muerte sobre las Américas;
contando la miseria moral y material del país con detalles minu-
ciosos, se pretendía crear un sentimiento de “humanitarismo”
en la opinión públgca, para tomar la intervención y el exterminio
del Paraguay más fácil. Durante años funcionó esa campaña
sorda, hasta que en las puertas de la guerra ella se tomó descarada.
Lo mismo después de la guerra, para justificar e1 genocidio,
continuaban las cá1umnias contra el Paraguay y Solano López.

49. LA NATURALEZA DE LA CRUELDAD EN LA GUE—


RRA … 7 '

Cuando aíguhos pocos diarios de Europa desmentían esas


v_ersiones a través de sus enviados especiales, inmediatamente
las embajadas de la Triple Alianza acusaban & López de estar
sobornando & periodistas. Durante la guerra todos los actos de
salvajismo eran imputados a Francisco Solano Ló ez: se informa
'de “humanítarísmío” de los aliados en el trato a os pr:sxoneros
paraguayos y de la criminaí conducta de los guaraníes contra los '
soldados de la Ti'iple Aiianza. A los soldados det López se le
imputaban todos 165 crímenes:'degollaban prisioneros, saqueab.an
Ciudades y víolentá baná mujeres y niños…To do eso repetido cha—
riamente en los dié1rios brasileños y argentinos. Cua_x'ndo la guerr_a
se desarrolló, ya 'en su primer año, en el territono paraguayo,
lo mismo no césaban las calumnias: se acusaba a las tropas de

149
50¡an0 López de atacar a su propio pueblo La campaña era:
grotesca, pero surtía efgctos. Hasta hoy, desembczadalrhente, em1
el Brasil, es común observar a ios paraguayos como uha horda”…
de vagabundos, contrabandístas y bandidos indolentes.“
A pesar de ello, si la guerra fue cruel, fue por que era unaí
guerra. La crueldad estuvo presente gn ambos lados. Tanto lost
paraguayos como los áliados cometieron actos de extremo salva-
jismo. Como la histoíºía es siempre escrita por el vedcedor, al
vencido se le imputa todas las vergñenzas humanas. Fue lo queí
ocurrió y ocurre con el Paraguay. La crueldad, las explosiones?
de violencia extrema, son inherentes a 13 propia guerra; detenersef
en esos aspectos es muy cómodo cuando se pretendía olvidar?
otro aspecto que no debe ser tan rápidamente 01vidadó: Eos crí—
menes de guerra. (
Vamos & analizar*aquí, antes de entrar En la campaña militar
prnpiumentu dicha, los crímenes de guerra cometidds en esa
campaña. Puede atribuirse crueldad a los paraguayos; como a
¡na argentinos y a los brasileños ——y eso se explica, sin justificar—
|'>u:* la propia naturaleza de la guerra. Pero a los paragUayos les
será difícil imputar los crímenes de guerra 'que brasileños y
argentinos cometieron hasta el hartazgo. .
Además, las crueldades atribuidas a Francisco Solano López
son determinadas, no raras veces, como una defensa de 'la propia
disciplina de su ejército, cometidas contra sus'soldados: cuando
por ejemplo, él manda fusilar a un oñcía] que se negó & de5pertarse
temprano. 1 '
Para sus acusadores el oñcíal Fue fusilado por no despertarse
temprano, para la realidad de la guerra, porque daba un peligroso!
ejemplo de negligencia frente al enemigo, Cuando lás tropas '
paraguayas estaban prácticamente cercadas en un círculo de fue—
go. No hay ningún crimen de guerra que se pueda ifnputar a;
Francisco Solano López. En cuanto al lado aliado, son varios.
Existen necesidades de guerra que inducen ¿¡ crueldades. Bolívar
_por ejemplo, mandó f'usilar ochocientos prisioneros de una sola
vez: esa ferocidad inaudita, ínjustíñcada ¿ 1a íuz de ¿la razón…
humana, eta necesaria para la victoria y no 'degradó histórica—
mente al Libertador. No es un acto crirxíinal desde eí punto de

150
H
í?¡

vista de la naturaíeza de 1 guerra, no fue Bolívar impelido por—


séntímíentos de venganz , había una razón histórica superior.
Cómo acentúa el historiad r peruano Vidaurre, justamente recor-
dado por O Leary: “Bolí ar era incapaz de derramar una' 5013
, gbíta de sangre por placer pero es capaz de derramar ]a sangre

dí! mundo entero si creyese ser necesario para la independencia


América.”
Es preciso hace1 una Jomprensi5n dialéctica entre la crueldad
die,; la natura]eza de la guerra desde el punto de vista de las
necesidades histó:ricas y e crimen de la guerra en sí, una acción
' 'criminal 5ínjustiñcaciónh stórica. Para dañar esa razón contribui—
“ n las calumnia: dífama_ das contra los paraguayos en forma
ríecánica maniqueísta. A esar de ello, hasta una pequeña retros—
p'eccíón histórica demues ra que el Paraguay, tradicionalmente,
' e'ré un país desp1ovisto e la violencia que se entrañaba en la
vida política de sus enem ígos.
“ Por &j,emplo Ios ar entínos tenían una larga tradición de
;viq'alencia poíítica que es xpuesta por Sarmiento:
¡ ¡ ¡ “Los caudillos se dist nguen por su odio a la especie humana.
Matar es su misión; mueran, su crecio; el exterminio su objetivo.
Mheran los ciudadanos dj opiniones contrarias, mueran los jefes
y"¿ñcíales de los ejércitos; en la derrota no se da cuartel y ejércitos
ejnf1cros son degollados.”
“ % ¡ “Habíá países en el undo —»continúa Sarmiento—— en que
reina la fiebre amarilla, ] vómito negro y otras enfermedades
eq'démícas que diezman 1 5 familias. Entre nosotros es endémica
d]idegñello” .
' La tradición del de%úeilo es una presencia en las luchas
ar entinas y fue llevada al Paraguay. Urquiza, demostrando como
es¡a terríbl & tradición de la violencia era común en la Argentina,
después de la célebre banalla de India Muerta, en 1845, mandó
,degollar a ios prisionero$ al son de música! Urquiza tenía una
pérformance más atrayente: es acusado de degollar al General
Medina y)jugar bocha co su cabez:1...]oaquím Nabuco recuerda
también la terrible prácti a del cu_chillo: “El duelo en las Pampas
a<%aba siempre en degíjell y la guerra, sea cual fuere, no es más
quun due l () en gra n e cala . ” Par a Joa qui m Nab uco era má s
a1gaucho ejecuta a su prisioner o con un PUñaI-' .En Fm,
P ético
l
?
151 '
' i
¡
' esa tradición de víolencia'incontrolable, c mún también—en las
revoluciones de Río Grande del Sur, en do oe los brasileños no
despreciaban eí degúello cor'nométodo, fue introducida al Tiara—
guay durante la guerra. Ante un enemigo (11 e usaba el deguelio
normalmente como trato a los prisioneros, aturalmente la res—
puesm 5010 podría ser también, la crueldad del lado paraguayo:
de ahí esa extrema vi01encíay ferocidad ue marcaran a esa
guerra. _
El degúello y la brutal inclemencia con los enemigos vencí—
dós era una tradición de lucha política ya co ocida de los argen—
ytinos. Convivían con hechos contaminados or la ferocidad. Por
tanto, más fácil hacer c-_reer a su pueblo que sos mismos hechos
fuesen ejercidos también por el enemigo. L prensa de Buenos
Aires, especialmente, contribuyó para crear sa impresión: todo
.10 que era perversd venía de los paraguay s.
El “cepo boliviano”, por ejemplo, ta ién conocido en el
Paraguay como “cepo uruguayana” -——una especie de “cuerno
.de guacamayo”—— largamente usado por los ¿ gentinos y urugua—
y'os (una de las víctimas fue Lopacher que lo arra detalladamen-
te), como forma de tortura de prisioneros presentado como
una “invención” guaraní. W'illiam Barret, orteame-rican0, ex—
plica bien el origen de esos métodos que se atribuían ¿¡ los
paraguayos: '
“El <<cepo uruguayana» como Se cono ía en ell Paraguay
(…) tal como indica su nombre fue íntroducid£ al Paraguay desde
el Uruguay y era conocido y practicado en npuchos otros países
sudamericanos. Lejos de ser una invención sudamericana, era“
una adaptación de una tortura practicada domo castigo en la
marina bri_tánica y en los Estados Unidos, en donde se conocía
con la denominación de buckfngº' (castigar atando los codos,
muñecas y rodillas). La costumbre mentirosa de que en el Brasil
no ocurrían violencias de este tipo, se desmiente fácilmente en
las revoluciones de Rio Grande del Sur, ¡311 Santa Catarina y
hasta en el mismo Paraná, donde el degiíeílo f 6 resultado común
…¡ de las luchas políticas. (Lo mismo hasta la Re lucióaneder31ista
' de 1893 tuvo episodios de increíble vioíenc &, descritos por ei
Coronel josé Bernardinó Bormann, que también hizo la campaña
del Paraguay, en Días Fram'cídas).

152.
Métodos de tortura como el “cepo urug1flayana” o “Cepo
boliviano”, degúe]los, etc., por lo tanto, fueron introducidos en
fil Pañagu'ay ——-y allí largamente usados— por las fuerzas aliadas,
por los argentinos, orientales y los soldados oriundos de Río
Grande del S…; Eso desencadenó una onda de ferocidad ínaudita,
terrible, pero que tiene razones sociales e históricas.51mplementez
la virulencia dé la política argentina, extremando los contrastes
económicos del país, se manifestaba en formas violentas, las
cuales se hallaban en la psicología de] gaucho, la forma de colo—
nización del país, etc. El degiíeiIo, la violencia, la inclemencia
con el enemigo, que intuitivamente Sarmiento llamó de enferme-
dad endémica,yrepresentan una patológica herencia cultural pre-
servada por las propias contradicciones del sistema político. No
son un “crimeñ de guerra”. Representan una consecuencia de la
propia deformación de: las luchas políticas entre— gauchos…
Y qué 5013 los crímenes? Quién los cometió?

153
CAPITULO XII

Crímenes de guerra:
el sadismo del
Conde D'En

50 LOS CRIMENES dE GUERRA COMETIDOS POR LOS


“ AIIADOS
& I
'. El Tratado de la Tri le Alianza, ya es por sí solo, un crimen
pblítico, no obstante, lo más importantes serán los crímenes
1 ¿ometidos con la huma idad en esa guerra. El Tratado de la.
Triple A1íanza pxevé en u artículo 60.:
-3 “Los aliados se co rometen solemnemente a no deponer
las ar :sino ¿e común cuerdo, y solamente después de elimi-
nadala autorída¿í del act al gobierno del Paraguay, así como no
. ; nggociar separadamente on el enemigo común, ni celebrar tra-
: táclos de paz, tregua o rmisticio, ni convención alguna para
515s-pendex… o concluir la erra, sino de perfecto acuerdo de to-
dos”

…:
¡ Evidente: La paz 5 lo con lacaída de! gobierno" En la
pfáctica el ímpe1ío hizo anta cuestión de cumplimiento de esa
cláusula que en septíem te de 1866, la paz sería posible si no
fuese por su 1nt1ans1gen ia política. Más criminal todavía, una
mancha difícil d1= ser bo ada en la historia óiplomátíca de los
aliados, es su abo minab]e rotocolo en sus cortos cuatro artículos:
8 “lº—»——Que en cum limiento deI tratado de alianza de esta
fecha, se procurará dem ler las fortiñcaciones de Humaitá y no
¿¿ permitirá levantar en 1 futuro, otras de igual naturaleza que
puedan impedir .la F1e1 ej cución deeste tratado;
—' ! 2º.——-Que siendo un de las medidas necesarias para garan-
- 1i27.ar la paz con el gobier 0 que se esmble:zca en el Paraguay, no
…1
11 155
…*…
(…
dejar armas ni elementos de guerra y 1as¡q & se encontraran
serán dividi das en partes iguale s por los ahad s;
3º_-—Que los trofeos y presas que fuesen tomados del ene—
migo se divida… entre aquellos áfíados que h yan efe&ctuadó la
captura; . .' —
4º.——Que los jefes superiores de los ejércí os aliados combi—
nén los medios. de ejecutar estos ajustes”. '
Por tanto, un protocolo secreto estipula a división del 53—
queo, del botín al Paraguay! Además de, evide tamente, imponer
uhv nuevo gobierno y destruir todos los medi 5 de d&:fensa del
país (La totalidad del Tratadg de la Triple iianza está en el
' Apéndice) Este, no obstante, todavía es _apenas n crimen político.
Por detrás de él, durante la guerra, ocurren los erdaderos críme—
nes contra 1ahumanidad.

51.. OBLIGANDO A PARAGUAYOS A ATAR PARA—


GUAYOS

El primero de estos crímenes, todavía me es grave porque


prºviene de una política que subjetivamente 1 cinismo de 105
aliados podría explicar -—difícil sería encontra quien acepte las
explicaciones—— es la formación de legiones ente as de prisioneros
paraguayos obligándolos ¡¡ luchar contra su p tria. Esa mancha
también permanece para …los aliados de esa gue ra de destrucción
del Paraguay, especialmente los argentinos, si b'en los brasileños
no _son inocentes de ella.
(Uno de los acontecimientos dramáticos xcep%tuándcgse
, Ia tragedia de obligar a hermanos a matar herma os—— es; contado
por, Lopacherí “Durante la rendición de los de Humaitá ocurrió
algo notable: uno de 105 que se rendían, aband nó de inmediato
a sus compañeros, se precipitó como un loco obre uno de los
nuestros y 10 abrasó, io besó y no quiso despr nderse de él: era
un sargento de la artillería de la fortaleza. OCU rió que este sin“—
gento era una sargenta en úniforme de ¿miller que había parti—
cipado del sitio de la fortaleza, de Humaitá. Nu stro compañero,
Un Paraguayo, su marido y luchaba, como pri ionero, contra el
odiado tirano López, como él lo llamaba. En r alidad, debía de

156»-
haber todo un báfallón de prisioneros y desertores paraguayos,
que al mando de los brasileños, combatfan contra López”).
Independientemente de los acontecimientos dramáticos
como ese relatado por Ulrich Lopacher ———uno de los eurºpeos
luchando al lado' de los argentinos, inclusive contra su voluntad
como ¡¿ mayoríá de los qué fueron engañados en Eurºpa— el
simple hecho dei obligar a prisioneros a luchar contra su patria
es un crimen.de guerra. A pesar de todo, no fue el crimen mayor
cometido por 1053 aliados: por el contrario, el preludio de otros,
y tal vé; el menos grave de: ellos. '

sz. MITRE y? CAXIAS: CONTAMINANDO AGUA CON


CADAVERES COLERICOS " :

Uno de los“!1 mayores crímenes de esa guerra es confesado


,por el Duque dé Caxias, en c1f35pacho privado al Emperador, de
su propia mano. ¡En extenso'despacho, entre otras'informaciones
& Pedrolll, el Duque de Caxias*escribe eí 18 de septiembre de 1867:
“El General Mitre está resignado plenamente y sin reservas
a mis órdenes; él hace cuanto yo le indico, como ha estado muy
de acuerdo conmigo, en todo, aún en cuanto a que los cadáveres
coléricqs se amojen en las aguas del Paraná, ya sea de la escuadra
como de Ita_pirú,¡ para llevar el contagio a las poblaciones ribere—
ñas, principalmente las de Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe que
le son opuestas (…) B] General Mitre también está convencido
que deben exterminarse los rest05 de fuerzas argentinas que aún
,» quedan; pues de ellas no divisa'síno de peligros para su persona”.
Un Crimen de guerra con el agravante de ser cometido contra
la población civil, inclusive, Evidente, de quién es :la responsabi—
lidad, confesada ide propio Puño... Es diferente enviar cadáveres
de coléricos para contaminár poblaciones y &] degñeilo brutal de
prisionéros. Una cosa es la criminal conducción… de la guerra,
otra la explosión“ de violencia previsible y culturalmente explica-
ble. Este es uno de los crímenes de guerra más comunes cometidº
en ¡& Gúerra del;Paraguayz la contaminación de las aguas de los
ríos, inmólandoºso ldad os y civile s, con el vims ldel cóler a. Y
como existen prue bas incue stion ables ,_ el crim en come tido por"
los aliados, Argqntina, Imperio del Brasil y Uruguay-
157
Mitre, también, que con sus acostumbrados actos <:1¡mínales .
afectaba a los propios compatriotas, envía soldados enfmmos
frente a las fuerzas paraguayas, para cºntamina1a los enemigos.
El 28 de Febrero de 1865 —-—para configurar Un crimen cometido
contra sus compatriotas—— Mitre firmó un decreto condenando
a muerte “(.. .) A todos los individuos titulados jefes que ºformen
parte de grupos anarquistas, capitaneados por el cabecilla(Geró—
nimo) Costa y cuantos fueren capturados en ármas.Si en capaz …
de vilezas contra su propio pueblo, no sorprende que haya man—
dado sus soldados contaminados por la viruela para qué fuesen
“hábilmente” capturados por el enemigo. !

Era, por tanto, esa. “guerra bacteriológica” primitiva, un …


comportamiento normal en las fuerzas aliadas. ,

"53. PRISIONEROS PARAGUAYOS VENDIDOS COMO'


IS( [AVOS

!¡ r¡atamiento dado a los prisioneros de guerra, noes raro,


cm absolutamente criminál. Cuando cayó Uruguayana, cerca de
cinco mil seiscientos paraguayos fueron víctimas de gran vejamen
Físico. Además, el crimen de la guerra es allí tan flagrante que
puede ser probado en lá correspondencia de Mitre al Více—Presi— *
dente de Ia Argentina. Estos prisioneros paraguayos, maltratados,
violentados, asimismo eran vendidos como esclavos y obligados …
a luchar contra su propio país… A tal punto llegó la venta de…
prisioneros en Uruguayana, que un oñcia! bras ileño caminando
por las calles de la ciudad, necesitaba gritar que era brasileño,
para no ser raptado y vendido como esclavol La pruebá nos da
el Presidente de la Argentina, también comandante de] e]ército
aliado en laepoca, Bartolomé Mitre, en carta al VicePresi]dente, '
Marcos Paz, fechada eí 4 de Octubre de 1865
“Nuestro lote deílprisioneros en Uruguayana fue: más de '
1..400 Extrañará a V. el número, que deberíaser mayor, peroa la
razón es que, por parte de la cabaílería brasileña, hubo en el díaÍ
_de la rendición tal robo de prisioneros, que arrebataron pero lo
menos de 800 a 1.000 de _ellos, y que muestra a Ud. el desorden
de esa tropa, la falta de energía de sus jefes y la corrupción de…
esa gente Pues, los robaron para esclavos; hasta hoy mis m0

158
3
33
53
33 . . l
: andan robando 3:ompra de prisioneros del otro lado. El Coman—
3 . ... _ . ' . .. .
' dante Gu.1maraes, ¡efe d una bngada bra51lena, escandahzado
dé; este tráfico indigno, e decía el otro día que en las calles de

4…_3
Uímguayana', tenía que nd);ar diciendo que no era paraguayo
pz%ra que no Ie secuestrasen . 4 ' '
3 La carta es evidente 3por sí sola: el robo de prisioneros para
tránsfozrmatlos en esc13vof es un crimen de guerra que se adecua
: 3 . ;! . . 4 .
&l¡prop1o sastema del Imp rw, reflejado en sus tropas: el esclav1s—
m;o… Si los prisioneros aídos en las manos de los brasileños
ér?an transformados en es 1avos, peor suerte tenían los que caían
< cdn Venancio Flores. El orresponsal de1_Evening Star, de Lon-
c3r3es, recorrió el campo d batalla y relató a sus lectores:
' 3 “Era un espectáculo horrible. Mil cuatrocientos paraguayos
J.—

'
yác¡an 3331 sm haber rec1b1do sepultura; la mayor1a de ellos teman
33 a r - - r "

f 131% manos atadas y la cz3beza reventada... Los prisioneros una


“ Véz desarmados, habían sido degollados y abandonados en e]
' qaimpo de batalla?”
3; Tales crímenes tuvifron la protesta de Francisco Solano
' Ií,ópez, naturalmente sin resultados. Los crímenes de esa guerra,
' q1;1e de por sí sola ya er un crimen, continuaron hasta el fm,
hasta el exterminio de ! nación guaraní, con el asesinato de
Frlancisco Solano López.

54. UN SADICO ENT EN ESCENA: EL CONDE D'EU


3
.'3
3 Pero el gran crimina de esa guerra es el Conde D'Eu,gcrno
' dá Pedro II, que a partir e 1869 substituye al Duque de axias
da el comando del ejérc to. El Conde DºEu tiene una crónica
… f'aÍntástica por 105 crime es que cometió en esa guerra. En la
batalla de Piribebuy, cua do murió el valiente general brasileño
'… 1M;enna Barreto, la irrita ión del príncipe francés llegó a tales
… Iífgnítes de brutalidad que mandó en un torpe acto de venganza,
q1,33<3 ciertamente 110 hour al militar muerto, degol3ar a todos 105
1p¡3isíonaros paraguayos capturados, inciusívé al comandante
Pédro Pablo Caballero (n confundir c0n Berhardino Caballero).
EÍ Conde D)Eu, pálido trémulo, según los testimonios de la
é¡$oca, asistió de lejos, el d gñe110 colectivo de un ejército vencido.
3 3, 3,
3¿3 '
?

' 159
Pero la crónica de su_villanía tiene asp ctos más rudos y
salvajes. E] mandó cerrar el v:e;o hospxtal de iribebuy, mame-
niendo en su ímerior a los enfermos —1a mayor a viejos "y níño&—
y lo incendió. El hospital en llamas quedó cera do por …las tropas
brasileñas que cumpííend'o órdenes de ese ru io príncipe loco,
empujaban a punta de bayonetzs hacia dentro 6 ias Hamas alos
enfermos que milagrosamente intentaban salir & la hoguera. No
se conoce en la'hist_oria de la América del 5 r, por lo menos,
ningún crimen de guerra más asqueante qve se. Incendiar un
hospital y matar los enfermos! Quemar vivos a viejos y niños.
' Pues bien, las tropas aliadas quecometie n tales crímenes
' —-los más bárbaros de ellos al mando del Conde DºEu——— proceden
por cuenta de gobiernos que se esmeraban en ¡) asentar ¡al mundo
aLParaguay como una_ guarida de bárbaros, la guerra como una
forma de redención de los paraguayos de las g rras de Francisco
Solano López! Nunca el crimen de la guerra e tuvo_tan íntima—
mente ligado a ¡a calumnia, a la infamia y a ] mentira. Nunca
se vio tanta vergííenza en América.
Es difícil, empero, saber cuál es la mayor íllanía cometida
por el Conde D)Eu, porque él, un sádico en ! comando de la
guerra, gonsigue excederse. Después de la (: lebre batalla de
Acosta Nú (que más adelante está detallada) cuando tres mil
quinientos niños enfrentaron a veinte mil alíad 5 (como se verá
más adelante, no hay exageración ninguna y 5 prueba con tcs—
timonios brasileños ese fantástico acontecimie fo militar), por
con$iguiente, después de esa insólita batalla, c ando al% final al
caer la tarde, las madres de los niños parag ayos salían de]
matorral para rescatar los cadáveres de los hijo y socorrer a los
pocos sobrevivientes, el Conde D”Eu mandó in endíar la… maleza,
matando quemados ¿¿ 105 niños y a _sus madres
. Después de la batalla, Acosta Nú era un (: mp0 llameante:
entre las llamas se veía, ya en la noche, levantarse un niño—»soldado'
que yacía allí herido y huir del fuego hasta ser lcanzado y caer
en la hoguera, quemándose vivo. Es difícil en 1 crónica miíitar
eqcontrar actos de mayor salvajismo.
_Otros crímenes de guerra podrían proseg ir siendo narra—
dos. El ejército paraguayo acostumbraba ser eguido por las
mujeres de sus soldados: las “residemas”. Después de las batallas

160,
¿… c0mún en las “residentas” que entrasen en el_,ca.mpo de
batalla“, recogiendo y curando a sus heridos —padre, hermano,
hij o marído— o simplemente para enterrar a sus muertos. En
la bata… a de Avay, cuando el general Osorio fue herido y murie—
ron nes mil brasileños, eiifuror fue tanto, que al f1nal, cuando
cien “residentas” salían de la orilla de Ia selva para recuperar a '
los muertos, sufrieron una carga de caballería, fueron muertas
debajo de las pagas de los caballos y lanceadas. Algunos soldados
brasileños intentaron evitar esa carnicería —que ya había sido
precedida de otra, en el exterminio de heridos»———, pero no lo
consiguieron. ¿
Erí la Guerra del Paraguay se cometieron los mayores crf-
menes que la historia miíitár de las Américas tiene registrado
Y fueron cometidos contra=el Paraguay, por el Imperio del Brasil
Argentina y Uruguay. El Conde D'Eu inscribió su nombre entre
los grandes criminales de la historia en apenas un año que co—
mandó el &]'ércító del Imperio. Al lado de esos nefandos crímenes
de guerra, ]traba]ó una propaganda mentirosa, infame, zafada y
vergonzosa que para encubrírlos, los imputaba al Paraguay. La
documgntación de los crímenes de guerra cometidos en el Para—
guay, por la Triple Alianza, obviamente no es abundante pero
es indeámentíble; Para destruir al Paraguay, el Imperio del Brasil,
la Argentin_a de Mitre y el Uruguay de Venancio Flores …todos
al servicio del iráperíalismo inglés—-——— se cubrirán de los crímenes
de guerra más vergonzosos jamás tometidos en las Américas.

161
CAPITULO XIII
La intrigas y sobornos
e Charles Washburn '

$Í5 UNA VIBORAINS¡TILANDO VENENO EN EL PLATA


!

! [ Durante la ¿guerra, áún va a ejercer un papel importanteen


lá diplomada del Plata, coninf1uencia vegonzosa, ei representante
diplomático de los Estados Unidos, Charles Washburn. En él se
Ír;%presentaba toda la indiínidad que se pueda sospechar: es sobor—
* ' 1nfado, soborna, roba, mi nte, intriga y trae la conñanza del go-
Hierno de su país. Su in dísposición con el Paraguay, Como ya
? 'Áximos, es antigua. Dura]1me la guerra sirve a los intereses más
… ) ijscuros para perjudica al Paraguay y ganar dinero.
Washburh, por suámsición, tenía el respeto del gobierno
¿de Francisco Solano? L' pez. En 1864, por ejemplo, recibió un
%6Jncargo dei Presidénte el Paraguay para comprar armas en los
1 ; ¡Estados Unidos, de los fabricant es que las proveyer un para la
Guerra de Sece:31on. En cuánto decía que estaba preparando el
1 , . ,

3rfmgocio ——algunas vec s llegando a añrmar que las mucmras


gestaban en camino—W shburn no se avergonzó de recibir dinero
,_ íádelantado de López. D acuerdo con la declaración de su diplo-
añnático adjunto en el P ata, Porter Cornelio Bliss, en Historia
Í ;$ecreta de la Misión de Ciudadano Noneamerícano Charles A.
3 v íWashbum, recibió en 1 64, mil patacones para pagar las primeras
…r;nuestrazs y con el diner que sobrase comprar implementos agrí—
i¿:olas y .º»2míila:—a No hi 1) ni una cosa ni otra, a pesar de haber
áiecibido el dinero de la manos del representante paraguayo en
¿ ¿Buenos Aires, Egusqui a.
| ¡ Robando el dinero partió para los Estados Unidos en 1865,
$' … ! Ftprovechando su estanc a en Buenos Aires y en Río para informar
3 +—g¿eneralmente mentir s, como el prop10 gobierno norteamer1—
ca no Pr ob é pos ter ior men te— — sob )re la sit uac ió del Par agu ay; En
Rica, tuvo reu nio nes con el Ba ro n (_ie Rio Bra nco y Zac ar1 a y
otras importantes figuras de la polít1ca impe iaí. _
El origen diplomático de Charles Washb m es extraño. lara
amigo de piratas nicaragííenses —los que se situaban en Nicara—
gúa— como Walker. Amigo también de otro pirata, el Coronel
French, cuya base de*operaciories era Calífo ia. Washburn re-
presentaba una e5pecie de esos filibus—ter05 ue, aprovechando
la' Guerra de Secesión7 actuaban en al litor 1 norteamericano,
creando gran fortuna por el saqueo, robo y ntrabando.
Aparece enla vida diplomáticaapadrinad por el embajador
inglés Matheurs, con quien inclusive, después de ser una especie
de secretario, viaja para Buenos Aires. Finaí ente, se estab1ece
en el Plata como representante de 105 Esta os Unidos. En su.
identificación con los intereses del imperíaiís o inglés, se hizo
enemigo implacable del Paraguay. Las difam ciones contenidas
en su libro son conocidas y suficientes. Wa hbum hizo de' la
carréra diplomática un trampolín para el enri uecimieznto. Intri—
gante, envolvente y lisonjeador, consigue ínsi uarse en. 105 gran—
des intereses del Plata. Por ejemplo, fue socio e Edward August
Hopkins, en_ una empresa de transporte que t nía doce vapores
que abastecía… a iosgej'ércítps de la Triple Alia za. Negocio bien
extraño para diplomáticos. Era un maestro de doble juego.
Al volver delos Estadús Unidos, ya enc entra la guerra “en
marcha. Coinolconocía muy bien el Paraguay, yuda & los argen—
tinos en Buends Aires, iñterrbgando a los pri ioneros. Además,
era íntimo amigo de los paraguayos traidores esidentes en Bue—
nos_Aires, a uno de los cuales, Carlos Saguie , quiso ubicar en
la presidencia del Paraguay, a través de una conspiración. No
' representaba de hecho a los Estados Unidos: omo veremos, el
gobierno norteamericano desconócía su actu ción deshonesta.
Para llegar a Asunción en 1866, con los ríos el usurados, simula
una farsa para agradar a los paraguayos. Simuló estar en el
“Sham0kin”, barco que lo conducía, retenido or las fuerzas de
¡3 Triple Alianza. Informa, en su propio libro 5 bre el Paraguay,
Huff “forzó” el pasaje, tratando al Almirante amandaré como
ergffn.dulce”. Finalmente, llega con el “Sha okin” a Asunción
Y—dºbidº a 'la expectativa que creó, es recibió álegremente. El
v 164
barcó viene cgn alimentos y abusando de su cóndición de diplo—
mático, no pagó impuesto sóbre ellos: pero los—'vendió & precios
extersivos, de'cuatro a diez veces más de lo normal.
Es ese tipo de hombre, inescrupuloso y aventurero, que
tiene una de la; más importantes presencias diplomáticas durante
la guerra. 1 …
'Y su suma de indignidades continúa. Favorecído por el
Duqúe de Caxias ——naturaimente, por su condición de dip10má—
tico y no menos aún porqúe era un informante en potencia
—consíguíó romper el bloqueo a Asunción, recibiendo en lanchas
que lá e_scuadqa brasileña dejaba pasar, abundante provisión de
alimentos. Washburn vendía en el cambio negro esos alimentos,
ya escasos en Asunción. Aprovechándose de las dificultades del
gobierno paraguayo en guerra, c0bró y consiguió obtener, una
' indemnización …de siete millones de patacones por desapropíados
de un7judío, Luís ]ager, presuntamente ciudadado norteamerica-
no. E11Cónsul de Francia en Asunción ———otra vergonzosa ñgu ¡'a—'
quedó encargado de llevar el dinero al judío norteamericano;
Washburn quedó con Ia…mitad como “comisión”... Posteriormen—
te, cohx el mismo cónsul francés, Emilio Laurent Cochelet, Wash—
burn Se mete en una conspiración contra el gobierno de Francisco
Solano López. ¡

56. NEGOCIíANTE ASTUTO Y CONSPIRADOR TRAI—


CÍONERO :
Sabía, po£que era íntimo de Ía Triple Alianza, que la pur;
seríaimposib1egaún así, varias veces se ofreció a Francisco Solano
Lópezlcomo un mediador capaz de conseguirla. Esto, para ganar
la confianza del presidente paraguayo. Y también para conseguir
entrevistarse cqn el Duque de Caxias, lo que hizo algunas veces
y a quien prestó exceientes informaciones: no trataba de la paz
que sabía era imposible, pero trañsmitfa al c0mandante del e_jér—
cito br?s'ileño irnpcrtames datos militares, po]íticos y económ1cos
sobre 'el gobierno del Paraguay. El primero de sus encuentros
COU €1Duque dé Caxias ocurrió al comenzar 1867- Naturalmente,
nada de práccíco para la paz resultó de ese encuentro. Washburn,
además, ya conspiraba: cun el Ministro de Relacibnes Exteriores

165
del Paraguay, José Berges, y 105 herr-nanos (11€ López, _Ve:r¡x:fmciq
y Ben ign o, esp era ba der r1b ar e_l g9b 1€r no. x Esa con sp¡ 1mc an cs
comprobada nosolo por la confesmn de los hermanos de bc>]anq
López, como por la aprehensión de una carta de und de ellos,
Benigno López, dirigida al Duque de Caxias. Además, ¿1 proceso
que sufrió en los Estádo$ Unidos deja claro que Washburn hizo
mucho más que conspirar contra el gobierno de López. Hay,
para comprobar la conspiración de Wá5hbum ———que envolvió
aún a su mujer, 61 cónsul francés también con su mujerf— impor—
tante testimonio de Cornelio Porter, su adjunto diplomático… 1 _
La corrupción, además, fue una de las armas del Imperio
del Brasil para acelerar la caída del Paraguay. Eso queda defini—
tivamente probado, del propio puño del DUque de Caxias, en su
“Despacho Privado al Emperador”, del 13 de agostd de 1867:
“Vuestra Majestad tenga por bien encomendarme muy especial—
mente el destino del oro para concurrir al íugar y ¡allanar la
campaña del Paraguay, que_viene haciéndose demasiadament€e
larga y cargada de sacrificios y aparentemente imposible por la
acción de Ias armas; pero el oro: Majestad, es materia inerte
contra el fanatismo patrio de los paraguayos desde que están
bajo la mirada fascinante y el espíritu magnetizador de López”.
Elocuente e innécesario, por tanto, cualquier comentario...
El oro, sobre todo, fue dado a hombres como Waáhburn, de
importancia significativa en el Plata, No fue el represéntañte de
los Estadºs Unidos, era, sin duda, íntimo de'todos los gobernantes
y políticos qué hacían la guerra. Es important& saber cuál era gel
carácter de ese hombfe, para conocer la naturaleza de lá diplomá—
cia durante la guerralFinalmente, en el proceso impulsádo contf*a
Washburn, iniciado en Montevideo a bordo del “Waép”, barco
que lo conducía a los Estados Unidos, está &! testínt—;oniu'd€
Charies Davie, intérprete de la escuadra norteamericana, que
asistió en los propósitos y actos de XWa'shburm E1 cónsul de 105
Estados Unidos en Montevideo, que condujo en parte;] interro—
; gatorio, añrma “(…) ¿quehallándose & bordo del barco 1110rtearrm—
ricano “Wasp” ——se€réfie_re ¡¡ Davíe——- en! su "viaje al Paraguay,
con la aprobación del comandante en jefe “de la escuadra nonea»
mericana del At]ántico— Sur, se encon mba present“ en el camarote

166
!

¿(jtlel capitán cuando el Ho orab1e Charles A. Washburn, ex—Minis-


írL1—o de los Estados Unido en el Paraguay, que entonces regresaba
Zá Asunción, expresó su eseo categórico y su decisión de comu-
;ñicar al Mariscal Caxia , comandante en jefe brasileño de las
¿fuerzas aliadas en oper ciones contra el Paraguay, todas las in—
formaciones que poseí y había obtenido en el ámbito oñcial,
fifeíativo al número, la osicíón "y las fuerzas de las tropas del
¡ 1 'Mariscal López y eí pla de operaciones, solicitando del Capitán
'“ ' ?Kirkland se dew:uviese n Humaítá para permitir al citado Mr.
;NVashburn compartir es información al Mariscal Caxias, desem—
: barcando y transladánd se al campamento militar con ese propó-
j _E…ito, sobre el cual el Ca ¡tán Kirkland se negó a detener la nave
' ara ningún fin. semeja te y declaró que en el caso de que fuese
¡ _.xigido él lo haría, y s vería en la necesidad de comunicar el
-fproblema y denunciar Mr. Washburn ante su gobierno.
? También estaba p esente en otra ocasión subsiguiente en
!

¿ bl curso de la cual, habi ndo Mr. Washburn abandonado la mesa,


¡ a señora; Washburn al dió a un plan revolucionario contra el
E ! residente López de qu tanto ella como Mr. Washburn estaban
¡ informados, para derri ar el gobierno _de López y colºcar a uno
; ºfie sus hermanos, Beni no o Venanciolópez, en su lugar”.
1; El resultado de ta extraña conducta fue el alejamiento de
! íCharles Washburn del ervicio diplomático de los Estados Uni—
¿dos. Transformar los se icíos diplomáticos en prácticas de espio-
ñÍ ínaje y medio de enriqu cimiento, no fue privilegio solo de Wash»
%;burn, sino de casi tod s 105 diplorñáticos que actuaron en ese
; ¡ Eperíodo ¿an e1 Plata. La tentativas de paz que una u otro repre—
1 1Esentante diplomático i tentaba, de cuando en cuando, servían
' %apenas para darias con iciones de influir en los acontecimientos,
“ ísacando de ellos, vent jas personales. La diplomacia fue larga-
¡ … Emente usarla para encu rir propósitos criminales —como el citado
ºfcaso de espionaje y <: nspiracíones de Washburn, un hombre
í ésobornable y ladrón—— y que raramente suavizó las condiciones
“ade esa guerra…
1
4
i

CA
= PITULO XIV
Ei genocidio está he_cho:
15,75 % del pueblo paraguayo
1 está muerto
1
1
1
1
1

57. 99,50% DE LOS HOMBRES ADULTOS FUERON


MUERTOS EN EL PARAGUAY
No obstante este libro no sea una crónica militar de la
Guerra del Paraguay vale la pena, muy rápidamente, destacar
algunosacontecimientos que resultaron de esa campaña. Menos
para acentuar una historia o una cronología de hechos militares
y más para que se examine la peculiaridad de esa guerra. Esa
guerra iría a desmentir al Presidente Mitre,) de la Argentina.
Cuando eíia se inició, seguro de Ia victoria fáqil, él habló solem—
nemente a los argentinos: “En 24 horas en los cuarteles, en
quince díasen Cerrientes, en tres meses en Asunción”. Más
realista no obstante de un realismo duro, Alberdi supo compren-
der mej or 1aguerr_a': “Unaguerra de bosta”. Una guerra en donde
las Enfermedades y epidemias mataron más que las balas. Una
guerra de exterminio total que sólo terminó cuando prácticamente
no había más paraguayos que matar.
Cuando comenzó la guerra, el Paraguay tenía aproximada—
mente ochocientos mil habitantes. (Hay estadísticas informando
que la población llegaría “a un millón trescientos mil, 10 que es
muy improbable). A3¡terminar, el genocidio fue hecho tan eñcien—
temente qué 5010 existían en ei Paraguay, ciento noventa y cuatro
mil habitantes. De estos, catorce mil eran hombres y ciento
ochenta mil mujeres. 0 sea la población masculina fue práctica—
mente exterminada: de los cato¡ce mil hombres que quedaron
de la población inicial de ochocientos mil habitantes; porlo menos
setenta por ciento eran niños de menos de diez años. Según

169
cálculos bien rea lis tas , po r ta nt o, nu ev e mi l nc ho ci mi tu -— ha bi ta n-
tes del sexo masculino en el Páraguay …de l:¡ poblaciun restante
de catorce mil hombres…— eran niños de menos de diez años
Sobran cuatro mil doscientos mayores de diez años De esos.
cuatro mii doscientos mayores de diez años, apenas la mitad
debía tener más de veinte años 0 sea: quedaron en el Paraguay]
mayores de veinte años, dos mil cien hombres!
Calculándose que la mitad de la población enel iniciode .
la guerra estaba formada de muj eres (ninasv adultas) tenemos
cuatrocientos mil habitantes del sexo femenino. Como quedaron
ciento dchenta mil, se mataron —-y muíieron víctimas dei hambre
y epidemias—— ¿oscientas vº1nte mil mujeres y niñas 'en la Guerra
del Paraguay :
De esa misma forma, quedaron de la población masculina
aduita del Paraguay, al Ena] de la guerra, 0525 %! Evidentemente,
se mataron 99,475% de los hombres aptos mayores de veinte
años! Esos datos son mejores para comprendºrse la naturaleza
de la guerra del que hace desfilar por páginas y págifímas, descrip—
ciones de batallas y combates... Es importante hace; un Cuac'íro
poblacional del Paraguay, antes y de5pués de la guerra:

Población del Paraguay en el comienzo de la guerra 800.000 100,0000%


Población muerta duránte la guerra ....................... 606.000: 75¿7SOÓ%
Población del Paraguay después de la guerra ...... 194.000l 24,2500%
Hombres sobrevivíehtes ..............................'............ 14.0003 1,7500%
Mujeres sobreviviente*s ..............................— ....... 180.000? 22,5000º/o
Hombres sobrevivientes menores de 10 años. .. 9.800 *… 1;2250%
Hombres sobrevivientes hasta 20 añ05 .................. 2.1001 0,2625º/o
Hombres sobrevivientes mayores de 20 años ....... 2.100 0,2625º/o

Otro cuadro muy interesante es el siguiente:

Mujeres paraguayas al comienzo de la guerra? .......... 400.0Ó0 100%


M“ÍETES paraguayas*xñuertas durante ¡a guerra ........ 220.000 55%
Mujeres Paraguayas sobrevivientes .......... 180.000 45%

170
No deja de ser inteqesante, también, verifiCar la proporción
dice los habitantes del1Paraguay, después de la guerra, en réiación
'— 53! sexo ya la edad:

H“… de la:poblacíón d.espués_de la.gúerrá 194.000 100,00%


Total de hombres ..... 14.000 _' 7,22%
1 Total de mujeres ...............J..….............'. .........;—.=.-.—.;;..-—1so.000… 92,78%
* .$Hombres5Sta die2 años. ............ 9.800 5,06%
1 ¿ omb1es hasta mírate años 2.100 1,08%
! (Homb1eº ma;ores de 20 años ............................... 2.100 1 ,08%
!

11
% Veam35 ¡a poblací¿ n masculina en proporción por edad:
)

(
. íHombres ¡usta 1C años ............................................
9800 70%
Hombres hasta 20 años 2.10015º/o
Hombres mayores de 20 aHos ...................................... 2.100 15%
T &Tota general de la poblacipn masculina ..................... 14.000. 100%
.í - -
% Y. si es preciso um comentario más apenas Ip,
_ Hu e solamente 15% de83 pob1acíón de hombres desgpues'v'vcl'e la
”guerra tienen más de 2 años: son apenas 2.100. Y ellos 'repre—
Sentan apenas el 1 08% de la población total. Por fin, la propor-
¿ión de ¡35 pérdidas:
> ¡
5 1
¡ 1

wMuenos durante la guerra ................ _ 606.000 75,75º/u de ¡a población


: »“.
*Hombres muertos ¿urante a guerra . 386.000 48,25% de [a población
¡

' $Mujeres muertas durante 11 guerra ….520.000 27,50% de la población


¡
' Y concluyendo:
“: [
Hombres muerto; en relación a la población total de 800000
Nantes de la guerra ......... 48,25%

Hombres muertosen reíac gnalapobi_acíón masculina total de


400. 000 ant_es de 1ag'ue_rr_a :";.""_'r"g"v.'.".'II'—""'.'7:"""'5"n'-""47"5 ........................
9 6 750%
1 I
..

Mujeres muertas en relación a la población total +le 800.000


antes de la guerra ................................................ .…]........................ 27,50%

Mujeres muertas en relación a Ia poblaciórí femedina total de


' 400.000 antes de la guerra ...................................... ....................... 55,00%

Proporción total de muertos en la guerra en reladión al total _


. de 800.000 antes de la guerra .................................L ...................... 75,75%

172
_ CAPITULO xv
Acosta 1Nú: símbolo de
¡má guerra: niños de: seis ”años
¡ luchando y ¡muriendo
* A
Y……<f:.….;….……. …….…;…;¿¿;… —

58. MATANDO “HASTA EL FETO DEL VIENTRE DE LA


MUJER” ; . _

Esa guerra de exterminio, brutal genocidio, tenía que exigir


propedimientos especiaíes de los militares. La résistencia paragua—
ya, cuando tbdo ya estaba perdido, transformó el año ñnal de la
guerra en una caza a Francisco Solano López y a los que le
segpíñn. Sarmiento,_como siempre, nos da un buen ejemplo dg
eso: _La guerra está concluida, no obstante, aquel bruto (se
refiere & Solano López:), aún tiene veinte piezas de artillería y
dos mi! perros que habrán de morir debajo de las patas de nuestros
cabíallos”. La ferpcidad de Sarmiento es profétíca:' ocurrió exac—
tamente 10 qúe él previó,;por póc0 las “patas dé nuestros caballús”
no fueron argentinas, pero sí brasileñas. '
1 El Duque de Caxias negándoseábáilar sobre el enemigo
—que él cobocía en la lúcha y no de iejos tomo Sarmienm———
dio por terminada la guerra en Asunción. Al entrar el ejército

%
imperial en—Asunción, el 5 de Enero de 1868, para Caxias la
guarra estaba terminada; tácitamente se negó a desempeñar el
sádico papel—del Conde D”Eu. El comandante del ejército imperial
í sabía lo que era preciso para la “victoria final” sobre el ejército
paraguayo. EY deja bien claro en un despacho privado al Empe—
rador Pedro: II, el 18 de noviembre de 1867:—
“Todos los encuentros, todos 105 as'altos,ítodos los combates

3 realizados desde Coimbra a Tuyuti, muestran y prueban dº una


. 1
manera mcontestable que'los soldados paraguayºs 5? caracter1
'.

!
zan por una bravura, por un amo…, por una 1ntrep1dez, y por …

173
una valentía que. raya a la ferocidad si'n Ejemplo en 'la historia
del mundo”.
Las palabras de Caxias no eran vanas. Sabía lu quv estaba
informando al Empe'rador, anticipando enormes dihcu¡tudes y
procurando evitar que el ejército imperial desempuñase <:¡ papel
que, fínalmente, el propio Pedro H!e obligó a ejecutar bajoel
comando del feroz cónde D'En.
El soldado paraguayo, escribió Caxias preñere morir ¡¡ ren—
dirse; acentuó además que la rn'oralIde ese ejército yaderrotado
aumenta en la derrota y cuando sus soldados están bai oí_ la mirada
de López,sse sienten magnetizados, pudiendo hacer lo imposible
“..( .) lejos de economi7ar su vida, parecen que buscan con Gené“—
tico interés la ocasión de sacrificar! a heroicamente y dé venderla '
por otra vida o pormuchas vidas de sus enemigos?” , agrega
Caxias Y es en ese de'spacho ya citado anteriormente, que Caxias
denuncia el empleo del oro para la corrúpción y elsoborno,
como política impe1ia'l *
“Vuestra Mai estad tenga por bien encomendarme muy espe—
cialmente el destino del oro para concurrir al lugar y allanar lá
campaña del Paraguay, que vienehaciéndose demasiadamente
larga y cargada, de sacrificios y aparentemente imposible por la
acción de las armas; pero el oro-',Majestad, es materia inútil contra ,
1 fanatismo patrio de 105 paraguayos deáde que están bajo la"—
mírada fascinante y e1195píritu magnetizador de López?. La des—
cripción del Duque de Caxias sobre el soldado paraguayo, de
cierta forma recuerda lo que Alberdi“ ya había señalado Sobre
los soldados paraguayos, Caxias ahrmó al Emperador que siendo
“simples ciudadanos, mujeres y mños” son una sola y misma“
cosa, “un sol_o ser moral ¿- índis—”.olubl€ La guerra, por tanto
para 1a“víctoria final” tendría que ser crúe1 -——c0mo fue—— y no
agradaba al Duque.de Caxias, que informó a1Emperaáor Pedro 11:,
“Cuánto tiempo, cuántos hombres, cuántas vidas y cuántos;
elementos y recursos necesitaremos para terminar la guerra, es
decir, para convertir en humo y polvo a toda ¡a poblacion para—
guaya, para matar hasta ei feto en el vientre de !a mu¡érf”' '
Ese es el tipo deguerra que el Duque de Caxiasno llevó
hasta el hn: éÍ se. detuxxo en Asunción. Una guerra obviamente
de exterminio que tendría que “_matar hasta ei feto de! vientre

174
g ¿'de ia mujer”. Una guata que intentó en su año final, “convertir
¡ ¿en humo y polvo a to a la población paraguaya”. Se mataron
' Í96,50º/o de los hombrés pa'raguayos! -
¡5
í¿59. BATALLONES_ E NINOS PARAGUAYOS: LA UL—
¿ aTIMA RESISTENCIA
! Caxias imputaba lia demora de la guerra a los aliados, Mitre
— especialmente: “Nues ros aliados no quieren terminar con la
_% guerra, porque con ell están lucrando y empobreyciendo al Brasil.
¡í Desde que Mitre11egó, ha intentado por todos los medios posibles
_¡ demorar la marcha de las operacionesfº, escribió Caxias el 20 de
¡ ?¿ septiembre de 1867. Para Caxias la guerra pudo haber terminado
ya en agosto, si fuesen pbedecidos sus planes. Cuanto más demora
5; la guerra, cuanto más disminuyen los recursos paraguayos,»más
J' feroz sé vuelven las atallas. Los yerros tácticos que se van
]
, acumulando desde el nido de la guerra acaban por determinar
j sacriñczios increíbles los cuales se unen epidemias, hambre,
¡ enfermedades, etc. Al final de la guerra, 10 que ocurría era una
¡' lucha absurda; los 501 ados de la Triple Alianza, enfrentando un
: ejército de fantasmas, moribundo, con lanceros de seis a quince'
¡
, años! La defensa del araguay estaba en la misma proporción
í que el deseo de ext rminio de sus enemigos. Así, cuando el
? Duque de Caxias ent ndió que era necesario matar paraguayos
= 1 1 en el vientre de sus rn dres, los paraguayos ya sabían q£1e debían
*¡ resistir, para salvar ] nacionalidad, hasta la muerte. 5. guerra
¡
sin cuartel provocó la esistencia sin esperanza: por_eso, surgieron _
los batzlliones de niño _. Francisco Solano López salió dwe_5;u cuarte1
general de Ascurra ncabezan_do una legión de hambrientos y
|

enfermos) para refug'arse finalmente en Cerro Corá, en donde_


esperó 1a batalla B al. Antes de eso, ádemás, la guerra del
Paraguay, ofreció ep sodios increíbles. _
Una 'guerra ¿le se tipo, con ejércitos en lucha de br1._1tal
desproporción, tenía que provocar métodos originales, es.pecml— —
mente del lado parag ayo. Por la propia conformación SO,CIO-eco—
nómica del país, el P raguay estaba aptº, Cºmº, demostrº, a cre_ear
condiciones propias & resistencia.. Construye sus nav¡os, hlzo .

175
1
sus armas, e improvisó comandantes mili_ta es que crearon l'urnms &
diferentes de lucha.
A partir del momento que comenzó ¡ guerra y durante sus
cinco años de penosa duración, el Paragua no recibió ni siquiera
una bala del exterior, ya quea
la cuenca ¿ 1 Plata estaba cerrada
por los aliados de la Triple Alianza La es ructura indust1íal que
se formaba en el país pasó a fabricar cañ nes y munición; co—
! menzó la fabricación de pólvora en íarga. scala; en fm de: todo
' lo que el ej ército paraguayo necesitaba para & resistencia. Cuando
ya no había más medios de continuar fbricando armas fue
común que los cañones paraguayos usar n comc»proyectiles,
cocos, piedras y pedazos de vidrio?
Desde el.inicio ——y probablemente por primera vez en la
historia—— la escuadra paraguaya (más o m nos iguai en número
- “a la brasileña, pero acentuadamente inferio en la caIidad de los
navíos) procuró superar esa deficiencia c n la guerrilla naval.
Los paraguayos usaron chatas ——la verdad grandes jangadas*»—
. _armadas con cañones para poder aproxim rse a 105 acozazados
brasileños e intentar perforar sus cascos.
Los cañones eran obtenidos fundiendo las campanas de las
iglesias —-—uno de ellos, “El Cristiano”, fue moso y los técnicos
tuvieron que extraer minerales de material ¡ sospechable aún en
la época. La fundición de Ybycuí y el arsen 1 de Caacupé prove—
yeron hasta el fm las necesidades de la gue fa: ellos representa—
' ban, proveyendo al ejército paraguayo de rmas y municiones,
la superioridad industrial de la Repúbiíca del Paraguay sobre sus
vecinos. Es una expresión de la superiori ad ec0nómica que
'necesita ser destruida. Y 10 será de forma c imínal.
Ybycuí fue destruida cuando el Marisc 1 Francisco Solano
López estaba abandonando su cuartel gener 1 en Ascurra y con—
taba con apenas mil seiscientos hombres ara defenderlo. La
iñcreíble voluntad del Conde DºEu de dest uír la fundición de
Ybycuí, hizo desviar su atención de la “caza” & López:, detenién—
dose para que sus soldados se ocupasen en & destrucción de la
…": “siderúrgica. El Conde D”Eu deja anotado en su diario de guerra
(Diario de [a Cámpaña de! Paraguay) la dest ucción de la fundi—
ción de Ybycuí: “La fundición de Ybycuí e tá arrasada total y
definitivamente por el ingeniero ]ardim, q ¡en encontró gran

176
número de máquinas aún aprovechables y carígídad de armamen—
tos, mostraxádo que el Teniente Coronel Coronado no había
realizado la destrucción deéeable. La destrucción estuvo a cargo
de los ochenta hombres que acompañaban a] ingeniero; que
desmontaroñ piezas importantes de fábrica de pólvora y fundición
de hierro','ca1jpintería, romería, herrería y armería, así como depó—
sitos de alimentos y combustibles. La obra fue completada me—
diante la destrucción de una compuerta y posterior inundación
del estrechqvalle en'que se hallaba el establecimiento.”
El Conde D'En anota ese crimen el 9 de junio de 1869. El
ya había mandado destruir Ybycuí, pero no_ satisfecho con el
servicio, volvió para completar la destrucción, inclusive reven—
tan'do la represa & inundando el Valle. Una acción de vándalo,
de' bárbaro. “El Comandante Ynsfrá…n, de Ybycuí naturalmente,
fue degollado. Se_ negabade esa forma al Paraguay vencido, la
oportunidadí de resurgimiento de su economía después de la
guérra, destruyendo Ybycuí. Í_
Antes, sin embargo, la guerra tuvo largos años de lucha
implacable. A pesar de ia evidente superioridad, los ejércitos del
Imperio del…Brasil, de la Argentina y del Uguguay, demoraron
un año desde el comienzo de las hostilidadgs, para pasar a la
ofensiva y entrar en territorio paraguayo. Las fortalezas paragua—
yas¿ caerían por hambre y falta de municiones: eran aband0nudas,
no fueron tomadas. Humaitá, por ejemplo, sufre un cerco riguroso
y acabó siendo desocupada en uno delos muchos ardides que
empleaban los paraguayos: Cuando no hubo más munición, cl
Cómandantga Martínez, hizo dar un gran concierto a la banda de
músicos, lo que llevó a ios brasileños & pensar que se conmemw
raBa algunzi ñesta nacional. Y al son de la música y ante el
descuido y sorpresa de los brasileños, desocupó .disimuladamente
Humaitá, con los paraguayos llevando inclusive Ia mayoría de
los. cañones¿.. ' .
K La ]entítud de los brasileños para avanzar o la decisión para
comenzar una batalla fue muy criticada comotausa de la demora
de la guerrá. Especialmente,a la escuadra se hacen dichas acusa—
ciones. La guerra? en verdad, tuvo largos períºdºs de tregua
espontánea, que generalmente favorecían a 105 paraguayos que

177
se reorganizaban. Como ejemplo de la indecisión de l0:—a.hrlusiie-
ños, Thompson cita Curupayty, que fue bombardeada dwcwcho
meses. Los oficiales afgentinos con 165 cuidados para ellos exce—'¡
sivo del Duque de Cáxias, que ganando posiciones, en vez de…
avanzar procuraba consolidarse en¿e1 terreno. Todo eso, no obs-
tante, no es parte de este libro: lá historia militar de esa guerra
puede ser conocida eh varios autores brasileños, arg¿minos yj
paraguayos, además de los europeos. Pero, es bueno de$tacar
una de las batallas -—-—generalmente désconocida de los brasile—
ños— que configura la increíble resistencia paraguaya y"_lgs Con-
diciones en que se hizo la guerra hacia su Fmal: Acosta Nú.

60. EL DIA DE LA MAS HEROICA BATALLA AMERICA?


NA: 20 MIL SOLDADOS CONTRA 3.500 NINOS PARAGUA— “
YOS & 31 ¡
¡

.Acosta Nú fue uná de las más terribles batallas de lá historia


militar del mundo. De 'Un lado estaban los brasileñós con veinte
mil hombres. Del otro,len el medio de un círculo, los paraguayos !
con tres mil quinientos soldados de nuevé & quince áños, nc—
faltando niños de seis., siete y ocho años! junto a los tres mil
quinientos niños paraguayos, combatían quinientos veteranos
comandados por el. General Bernardino Caballero.
Esa batalla librada…el día 16 de agosto de 1869, fue necesaria
para que el Mariscal Fiancisco Solano López contínuasé su reti- º_-
rada del cuartel generál de Ascurra y siguiese con séguridadj
hacia Cerro Corá7 mien'_tras los “niños Combatie_ntes” retárdarían '
a las tropas brasileñas. (Esa batalla de Acostá Nú es aludida por
Tasso Fragoso como batalla de Nú Guazú —1 Campo Grande),-
.La bátalla comenzó por la mañana, 'en un campo abierto, '
cubierto de malezas. Bernardino Caballero -———el mejorgeneral
de Francisco Solano López—— con sus quinientos soldados del
VI Batallón de Veteranos, reunió a ¡es tres rñil quinientos niños
y esperó el ataque. Lós paraguayos quedaron, como acentuó
'[fasso Fragoso, en un ;“círcuío de fuego”. Sufrieron e] ataque
Hrasileño por 105 cuatfo lados: por el norte, la caballería de …
Hipólito Ribeiro; 'por el este, las fuerzas del General Cámara; 1
por el sur, 105 veteranós del General Resin; y, ñnalmehte, por :
>

173 » ' Í
V:
::

: :el oesrel atropeliaban : s fuerzas comandadas por el Conde DºEu_


: ¡Atacados por los cuatr flancos, en una flagrante desproporción
2de fuerzas de cinco bra ileños por cada paraguáyo,“lºa resistencia
¿ :duró todo el día y, aún&30r1a noche, el renombrado Coríde D'Eu
::se tuvo que p_reocupar con 105 sobrevivientes heridos..
: Acosta Nú es el sÍmbolo más terrible de la crueldad de esa
: :guerra: los niños de 5 is a ocho años, en el calor de ¡a batalla,
: : aterrados, se agarrabaí de las piernas de los soldados brasileños,
: :llorando, pidiendo que: no 105 matasen. Y eran degollados en el
: ::acto. Escondidas en la selvas próximas las madres observaban
: : el desarrollo de Ia luchE. No pocas empuñaron las lanzas y llega—
: ron a comandar grup s de niños en la resistencia. Finalmente,
: después de todo un dí de lucha, Ios paraguayos Fueron derrota-
": dos. Por la tarde, cuando las madres vinieron a recoger a 105
; niños heridos y enterrar 105 muertos, el Conde D'Eu mandó
: : mcend¡ar la maleza. E:1 la hoguera se velan nmos heridos cgrrer'
[ . . : ' up.; .

! : hasta caer víctimas de las llamas. La resistencia en'Acosta Nú y


:
&] sacriñcio de esos iños simbolizan perfectamente cómo la
: guerra sé tornó ímplac ble. Tanto por el lado dg Francisco Solano
& : López, Formando un & ército de niños, como por el lado brasileño
= que no se avergonzó & matarlos. Simboliza, también, la concien— .
: cia máxima de la def nsa de la nacionalidad; la lucha extrema
? por la independencia 1:¡acíonal, llegando al suicidio de un pueblo
: que no quiso rendirse para no perder la libertad: la libertad, en
: el Paraguay de la époc:a era un concepto práctico y no una palabra
:: abstracta. Era el dere*ho_a la tierra; a la alimentación; tm Fm, ::
: la autonomía del país::
:: (El historiador p raguayo Andrés Aguirre consiguió que e]
: 16 de agosto, sea el “Sja del Niño” en el Paraguay, en homenaje
: a los niños de Acosta Nú. Hay un mc_>vimiento para que la OEA
:, reconozca ese día como el Qía del Niño en América)
La bata]la de Aícosta Nú permitió que Francisco Solano
López consiguíese e capar del cerco de las tropas del Conde
: D”Eu. Su Fm está p óximo: él resiste con un poco menos de:
: : quinientos hombres cercado de conspiradorea Su muerte oc_uy—
: % rrirá el día lo. de m me de 1870. Con él muno_ ¿1 Paraguay.
Desde 1868 en que Asunción ya había 510,10 tomada_ ““Y
saqueada por los soldados brasileños»— ya hab1a un gºbierno

179
títere impuesto y el Paraguay estaba síendd fraccionado y entre-
gado al imperialismº internacional. No obstante, Francisco 50—
lano López continuó ía desesperada resistancia. Ei murió resis—
tiendo.

180
CAPITULO XVI
.5

? ¡Muerócon mi Patria!
…. ._……__… ___…..….…..—......uh ,…v…_»…………w…._—yv.;_….…… …,.

¡La muerte delParaguay

61. MADAME LYNCH SEPULTA AL HEROE DEL PARA-


GUAY ?

En el día 10 de marzo de 1870, después de ser cercados


por las tropas brasileñas comandadas por el General Cámara,
los cien resrantes soldados de López, no pudieron ofrecer más
que una pequeña resistencia. Finalmente, algunos soldados bra—
sileños cercaron a Francisco Solano López en la margen del
1íacho Aquidabán——Niguí y le intimaron a rendirse. Negándose,
avanzó contra los 501dados, y exclamó:
“¡Muero con mi Patria!”
El episºdio es bien conocido: el lancero Chico Diabo perforó
su vientre, y otro soldado le acierta la testa con un sablazo.
Socorrido por dos de sus oñciales7 López intenta at1avesar el
riacho, pero perdiendº mucha sangre, no tiene fuerzas. Cae, y
nuevamente cercado, recibemtimacíón del propio General Cáma—
ra de rendirse. Seniega nuevamente. El general ordena desar—
mario y él résíste francamente: está casi sin sentido, no distingue
más, blanda la espada débilmente. Cámara ordena que sus solda-
dos desarmen & López: cuando uno de ellos aferra su puño para
tomarle la espada, el rnáriscal aún intenta resistir con sus últimas
fuerzas. Es Cuando un tiro pór las costillas ¡ó mata.
º . Mientras tanto, su hijo Pancho, de dieciocho años, luchaba
contra los 501dados brasileños, en defensa desu madre ——Madame
Lynch——-— y*sus hermanas. También fue muerto por negarse a
rendirse. El General Cámara escribió varias versiones sobre la
muerte de López, la primera ——y verdadera——— es ésta: “El tirano
fue derrotado y no queriendo rendirse fue muerto a mi vista.

181
Intimélo con orden de rendirsé cuando ya estaba completamente
derrotadovvegravmente herido y no queriendo Fue muerto”
Muerto López, se precipitó sobre su cadáver un oñc ia] nor—
uenésío Conga!ves Fraga, cortándole una oreja.
tista, el Teniente
Otro soldado le arrancó un dedo; aún otro el cuerocabelludo
y por fin el último ha reventó la boca con la cureña; del fusil,
para recoger sus dientes. La violación del cadáver de lFrancisco
Solano López, que Fue escupído y pateado por la so]dadesca,
también es un símboío de esa guerra hecha de odios.*
Finalmente, entregaron el cadáver mutilado de Francisco
Solano López a su compañera, Madame Lynch. Ella, mientras la
batalla final se desarrollaba, protegida por el Corona!í Panch_ito
(su hijo de dieciocho años) estaba en una carreta, junto a otra
hija. Panchito murió; junto al vice—presidente del Paraguay, uh
anciano semiparaíírico quéenfrsntó a las tropas brasileñas coñ
el sable en Ias manos, a la vista de Madame Lynch. El cadávet
violado de Francisco Solano López se unió al de Panchito, y
Madame Lynch con sus propias manos y ayudada por su hija
menor cavó con una lánza la sepultura del héroe, en Cerro Corá.
“¡Muero con mi Patria!” … '— *
jamás un hombre entró en la historia con una frase tan
trágicamente verdadera. ]uan Bautista Alberdi nos revela a Fran—
cisco Solano López por entero: _
“Solano López n'o tiene su igual ni en Bolívar ni en San
Martín, ni en los más bellos tipos de constancia ind0mable y“
grande que presenta la historia de América.” ¡

182
' ¡CAPITULO "XVII
La destrucción y '
ei reparto del Paraguay

62. LA DESTRUC(EION FINAL DE UN PAIS LIBRE

En fín, la guerra ¡está terminada. El Paraguay está destruido.


El Paraguay perdió ci nto cuarenta mil kilómetros cuadrados de
su territorio. El Impe io del Brasil, fmalmente, tiene los pedazos
de tierra que siempre codició. La Argentina quedó con el Chaco —
Austral y casi se apddera de todo el Chaco Boreal. Las tierras
perdidas por el Paraguay suman en kilómetros cuadrados, más
que los Estados bra ileños de Pernambuco y— Alagoas juntos_;l¿
más que Alagoas, Es¡píritu Santo y Paraíba juntos, más que Santa
Catarina y el Rio de ] neiro juntos. En Fm, es robado ai Paraguay
un te rritorio mayor que Portugal y Dinamarca juntos; mayor
que Bélgica y Cubá juntos; mayor que Alemania Oriental y
Albania juntos; may ir que Austria y Costa Rica juntos...
Pero eso no esa 'n 10 más importante. Lo importante es que ci
imperialismo inglés, estruyendo al Paraguay, mantiene el srntus
quo en la América eridional, impidiendo la ascensión di: un
único Estado económicamente libre, con una estructura industrial
desarrollándose rápí damente. Y al hacer eso, agrega a su poder,
como acreedor implicable, el Imperia del Brasil ——que va a caer
por causa de esa gue ra—-—, 3 la República Argentina y al Uruguay.
Estos tres a?iiados d la Triple Alianza, ganando los territorios y ,
dividiendo el botín % guerra, en realidad pierden. E1B_rasil queda
con una deuda ext ma cuantiosa.y 5010 consigue saldar su5'
compromisos más drgentes aumentando los empréstitºs con ¡05
bancos ingleses, lo Eue vale decir, arrastrándose cada vez mas a …
ios intereses de Rot schíld. De 18 71 a 18 89 , el Im pe ri o de l Br as il

18 3*
——hasta caer de podrído—— fue obligado hacer 1.a siguiente
evolución de Su deuda junto al banco Roth child:

1871 .......................................... 3.000.000 de libras


1875 ........................................ 5.301.200 de libras
1883 4.599.600 de libras
1886 .................................. 6.431.000 € libras
1888 ........................................ 6.297.300 & Íibras -
1889 19.875.000 6 libras
Total ...................................... 45.504.100 6 libras

La Argentina no transita por mejor ca ino. De 1865 hasta


…“1876, su deuda originada en empréstitos en el exterior suma la
apreciable cifra de 18.747.884 libras. El Imp rio del Brasil*y la
República Argentina —siempre con ei Urugu y de contrapeso—
destruirán al Paraguay para el imperialismo ¡ g1és y pagarán por
eso: en vidas humanas y en un endeudami nto creciente; que
determinó inclusive en la imposibilidad de n desarr0110 amó…
nomo de sus economías, siempre ligadas hasta hoy, al capital
extranjero. -
El Paraguay que tenía una estructura 5 cial basada en el
acceso de todos a la tierra, con ias “estancias d la patria”, creadas
por Francia, estimuladas por Carlos Antonio y n p1enodesarrollo
en el período de Francisco Solano López, será destruido en toda
su organización criminalmente en los cinco ños de ocupación
de los aliados. Sus tierras, después de la der ota, son vendidas
,al capital extranjero. Pasan a ser propietari s, capitalistas de
' Amsterdam, Lóndres o Nueva York que jamá visitaban el país
pero que cobraban enormes tasas para que e campesino para-
guayo uti1izase los campos por ellos robado . El gobierno de
ocupación entreg'a todo ¡o de valor, propieda del Estado, que
_quedó en pie en el Paraguay. Una de esas pr p“íedadesa, orgullo
del Paraguay libre,. fue su vía del ferrocarril “vendida” a los
1ngleses. Resta un país mutilado, casrrado que nunca más puede
levantarse: mataron al Paraguay literalmente, extérminaron el
96,50% de su pob1ación mascuíina!

' 184
…… .……¿…,_,—.…;,…,…_…; …_._;…-…___… .-…..;.…

En1a ¿estrucción del Parraguay, se mató el nacimiento de


una gran esperanza de liberación económicade la América del
Suri. Se co'nsolidó el dominio extranjero del Ícapital expoliador;
se echaron por tierra la audacia y la voluntad indomable de
resistix y se perpetuaron hasta apoderarse del poder políti_co,
hombres como Mitre Sarmiento, los gabinetes fantoches de Pedro
II y los herederos dei caudillismo de Venancio Flcres.
El desastre económico que se abate sobre los ex—alíados de la
Triple Alianza, el agravamiento de la deuéa de estos países y la
imposibilidad de liberarse del capital extranjero, hasta hoy eviden—
cian la presencia brutal del imperíaiismo inglés manejando los
cordeles de la dominación. '
En fin, al modelo de libera¿íón que nos proponía con gran
_

eñéiencia eíParaguay de la mitad del siglo XIX, los sabuesos


delimperialislmo inglés destruirán, acabando también con la po—
sibilidad de eliminación de las relaciones abyectas entre el Opri—
mido y el opresor en la América del Sur, desplazado este último,
representado en aquél período histórico por el capital inglés.
Se destruye a1 Paraguay, asesinando a un pueblo. Extermi—
nando brutalmentea¿una nación. Sí no fuese ocultada la verdad
por generaciºnes y generaciones de historiadores oficiales, que—
daría hoy aílas masme americanas po'r 10 menos el ejemplo de
un pueblo libre, condenado al exterminio por el crimen de su
libertad. _
' Una lección que sería tanto más útil —-'—sí fuese enseñada al
puéblo—-— pórque hoy ninguna potencia más puede tener el des-
precio de Inglaterra al conocer el extermínío*de la nación para—
guaya, expresado en las cretinas palabrás de Lord Palmerston:
“Inglaterra tiene tanta fuerza que puede cargar con todas
las consecuencias”.

185
?9
5
:.¡
f:5'

5?
¡ Apéndice 1 f y
I
I
¡

% TRATADO DE LA T PLE ALIANZA, CELEBRADO EL 10.


3 DE MAYO DE 1865, NTRE EL IMPERIO DEL'BRASIL, LA
REPUBLICA ARGENTINA Y LA REPUBLICA'DEL URU—
[!
GUAY

! El gobierno de u Majestad el Emperador del Brasil, el


í . gobierno de 1aRepúbl ca Argentina y el gobierno de ¡a República
: ? Oriental del Uruguay
E Los dos primero en guerra con el gobierno del Paraguay,
.y 1 ; por :enerle éste ¿esla ado de hecho,. y el tercero en estado de
" 3 1 …; hostilidad y viendo & enazada su seguridad interna por dicho '
1 ¡ gobierno, el cual viol ' la fe pública, tratados solemnes y los usos'
% internacionales de las naciones civilizadas y cometió actos injus—
Í tiñcahles, después de haber perturbado las relaciones con sus. ' '
; vecinos por los mayo es abusos y atentadog; '
¿ Persuadidos de ue la paz, seguridad y prosperidad de sus
3 respegt_í_vas nacíoness volvieron imposibles, en cuanto exista el
1 acíual gobierno del P raguay y que es una necesidad imperiosa,
¡ * rec]amuda por los más elevados intereses, hacer desaparecer aquel
gobierno, respetando la soberanía, independencia e integridad
de la República del
Resuelven con e ta intención, celebrar un tratado de alianza
ofensiva y defensiva, ara ese fin, nombraron sus plenipotencia—
rios, & Saber: '
Su Majestad el Emperador del Brasil el Excmo. Sr. Dr.
;; Franci3co Otaviano e Almeida, de su Consejo, Diputado a la
— ¡ Asamblea General L gíslativa y oñciai de la Imperial Orden de —
la Rosa; _
S. E. el Preside te de la República Argentina el* Excmo. Sr.
Dr. Don Ruñno de E1'zalde, su Ministro y Secretario de Estado cie (
los Negocios Extranj eros; el Gobernador Provísorio ¿€ la Repu— “
blica Óriental del U uguay &! Excmo. Sr. Dr. Don Carlos de

1—87 '
Castro, Su Ministro y Secretario de Esta o de 105 Negocios
( Extranjeros; '
Los cuales después de haber cambíad sus respectivos pg—
deres, que fueron hallados en buena y debid orden, concordaron
lo siguiente: ' y -
Art. 10. Su Majestad el Emperador d 1Brasil, Ia Rapública
Argentina y la República Oriental del Urugu y, se unen en alianza
ofensiva y defensiva en la guerra promovíd por el gobierno del
* Paraguay. _
Art. 20. Los aliados concurrirán con todos los medios de
guerra de que puedan disponer, por tíerray gua, como juzgaren
» necesario.
Art. 30. Debiendo comenzar las ope ciones de la guerra
en el territorio de !a República Argentina o en la parte del terrí—
'_torio paraguayo que es límite con aquél, & comando en jefe y
dirección de los ejércitos 31iados quedan co ñados al Presidente
de la misma Repúbliéa, General en Jefe del Ejército Argentino,"
Brigadier—Coronel Don Bartolomé Mitre.
No obstante las partes contratantes e tán convencídus de
que no cambiará el terreno de las operacion s de la guerra; aún
para salvar los derechos soberanos de las t es—nacíones, Srman
“ya el principio de la reciprocidád para el c mando en jefe, en
el caso que las dichas oper'ácíones se tuviere que trasladar hacia
el territorio brasileño u oriental, …
Las Fuerzas marítimas de los aliados q edarán bajo el co—
mando inmediato del Vice—Almírameº Vísconde de Tamandaré,
Comandante en jefe de la Escuadra de Su Ma estad el Emperador
de] Brasil.
Las Fuerzas terrestres de Su Majestad el Emperador del
Brasil formarán un ejército debajo de las in ediatas órdenes de
su General en Jefe Brigadier Manuel Luís 0 orio.
Las Fuerzas terrestres de la República 0 ¡enta! de] Uruguay;
una…división de las fuerzas brasileñas y otra d las fuerzas argew
¡ tinas, que designaren sus respectivos j_efes su eriores, formando
Un ejército a las órdenes inmediatas ciel Gober ador Provisorio de
la República Oriental del Uruguay, Briga ier… General, Don
Venancio Flores.

188
¿Art. 40 3 El orden y economía militar de los ejércitos aliados
dependerán"únicamentede sus propios jefes.
Los gas_.tos de sueldo subsistencia, municiones dg guerra,
armamento,.vestimenra y medios de movilización de las tropas
aliadas serán hechas a costa de los respectivos Estados.
Art. 50. Las altas partes contratantes, se prestarán mutug-
mente, en caso de necesidad, todos los auxilios y elementos de
guerra que dispongan, en la forma que ajustaren.
Aru 60 Los aliados se comprometensolemnemente & no
deponer las almas sino de común acuerdo, y solamente después
de derribar a las autoridades del actual gobierno del Paraguay y
también como la no negociación separadamente con el enemigo
común, ni celebrar tratados de paz, t1egua () armisticio, ni conven-
¡
1
ción alguna para suspender o finalizar la guerra, sino de perfecto
acuerdo de todos.
_ Art. 707 No siendo la guerra contra el pueblo del Paraguay
y sí contra 511 gobiemo, los- aliados podrán admitir en una legión
paraguaya los ciudadanos de esa nacionalidad que quieran con-
currir para derribar a dicho gobierno y les darán los elementos
necesarios en la forma y con las condiciones que ajustaren.
Art 80. Los aliados se obligan a respetar la independenciá,
soberanía eintegridad territo;ial de la República del Paraguay
En;consecuéncia, el pueblo paraguayo podrá escoger el gobierno
e instituciones que él aprobare, no pudiendo ser incorporado a
ninguno de los aliados ni pedir su proteccióncomo consecuencia
de esa guerra. - 3
Art. 90. La independencia, soberanía e integridad de': la
República del Paraguay están garantizados colectivamente de
acuerdo con el artículo precedente por las altas partes contratantes
durante el período de cinco años. …
Art.100. Concue1dan entre sí las partes contratantes que
las Haquezas, privilegios y concesiones que obtengan del go—
bierno del Paraguay han de ser comunes a todos ellos, gratuíta—
mente, si fueran gratuitos, o con la misma compensación () equí—
valencia si fueran condicionales.
Art. 110. Derríbado el actual gobiernqde ¡a República del
Paraguay, los aliados harán los ajustes necesarios con las aum—
rídades que allí se constituyan para aseguraríla libre navegación

1—89
<.A,.… …...…=.-
de los ríos Paraná y del Paraguay, de suerte quu ¡… ¡"rml'llm'lm'm
o leyes de aquell & República no puedan esmrl>ur, vntt5r¡u … 0
cerrar el tránsito y la navegación directa de los n;wíus mwu:mms
y de guerra de los Estados Aliados, dirigiéndose& para más tcs»pec—
tivos territorios que no pertenezcan al Pauaguay; y tommzín las
garantías convenientes para la efectividad de aquellos ajustes
bajo la base de que los reglamentos de policía Huviai sea para
aqueilos dos ríos, sea para el río Uruguay, serán hechos de
común acuerdo entre los alíadosy los demás ribereños que
dentro de] pl320 que ajusten los dichos aliados adhieran a la!
invitación que les será dirigido
Art. 120. Los aliados se reservan Combinar en£re sí los
medios adecuados a la conducción de Ia paz con la República
del Paraguay, después de cíerribaclo el actval gobierne
Art. 130. Los aliados nombrarán oportunamente los pleni—
potenciarios para la celebración de los ajustes convenciones o
tratados que se tengan que hacer con el gobierno que se establezca
en el Paraguay. —
Art 140. L05 aliados exigirán de ese gobierno el pago de
los gastos de guerra que se vieron obligados a aceptar bien
como reparación e indemnización de los daños y perjuicios a sus
propiedades públicas y particulares y a las personas de sus con—;
ciudadanos sin expresa declaración de gúerra; y de los daños y
perj¡uicíos veriñcados posteriormente con violación de los princi—
pios que rigen el derecho de la guer.ra
La Repúbl'¡ca Oriental de! DUruguay exigirá también unal
indemnización proporcionalaaios daños y perjuicios que le causa_
el gobierno del Paraguay por la guerra que se le obligá_ a entrar1
para defender su seguridad amenazada por aquel gobierno.
Art.150. En una convención especial se establecerá el
modo y forma de liquidar y pagar la deuda p10cedente de las
causaé mencionadas. … *
Art.160. Para evitar las disensiones y guerras que traen
consigo las cuestiones de límites, queda establecido que los alía-
dos exigirán de] gobierno del Paraguay que celebre con los res—
pectivos gobiernos, tratados definitivos de límites bajo las si-W
guientes bases:

190
¡ Del lado del Para él por el primer río abajo del salto dé las
“Siete Caídas, que, seg n el reciente mapa de Mouche_z, ;s_ el
¡Ygurey y de 'la embo adura de] Ygurey y por encima hasta
E,"

9.
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1 ¡a cumbre de Ia sierra del Mbaracayú,


3' º»síendo las vertientes d 1 este del Brasil y las del Oeste del Para-
f!guay y sacando de esa misma Sierº líneas las más rectas en
“dirección a las nacíent s del Apa y del Ygurey.
5¡ La República Arg mina será dividida del Paraguay por los
¿* ! ríos Paraná y Paragua , hasta encontrar los límites con el Imperio
…del Brasil, siendo est s del lado de la margen derecha del río
¡ ¿ Paraguay y Bahía Ne ra. '
—% Art. 170. Los al'ados se garantizan recíprocamente el fiel
¡ Í cumplimiento de los c nvenios, ajustes y_ tratados que se deben
? —ee]ebrar con el gobier o que se tiene que establecer en la Repú—
blica del Paraguay en irtud de que fue concordado en el presente
¿ & tratado de alianza, el ual quedará siempre en toda su fuerza y
vigor para que el fm“ e estas estipulaciones sean respetadas y
ejecutadas por ia Rep blica del Paraguay. '
Para conseguir & &" resultado, concuerdan que en caso en
que una de las altas artes contratantes no puedan obtener del
gobierno del Paragua &] cumplimiento de lo ajustado, () en el
caso de que este gobi mo,intente anular las estipulaciones ajus-
; tadas con los aliados,l 5 otros emplearán activamente sus esfuer—
[ 205 para hacerlos res etar.
—¡ Si estos esfuerzo resultaren inútiles, los aliados concurrírán
Í con todos sus medios Para hacer efectiva la ejecución de aquellas ,
Í! estipulaciones. _
¡! Art. 180. Este kratado se conservará secreto hasta que se
;! consiga el fm principia] de la alianza. _
:; Art. 190… Las eítipulaciones de este tratado, que no depen-
* ? den del poder legislat vo para ser ratificados, comenzará a funcio—
nar desde que sea ap obado por los gobiernos respectqu y las
otras desde el camb[o de las ratíñcaciones, que tepdra lugar
dentro del plazo de muarenta días, contados de la m15ma fecha

? . " 191…
del mismo tratado, o antes, si fuese posi le, que se hará en Ia
ciudad de Buenos Aires.
.En testimonio de los abajo firmantes plenipotenciaríos de
Su Majestad él Emperador del Brasi], de . E. el Sr. Presidente
de la República Argentina y de S. E. el Sr. G bernador Provisorio
' ¡de la República Oriental del Uruguay, & virtud de nuestros
plenos poderes, ñrmamos el presente trát do y ¡& hacemos con
nuestros sellos.
_ _ Ciudad de Buenos Aires, 10. de mayo el año del nacimiento
de Nuestro Señor, de 1865.
Francisco Otavian de Almeida Rosa
Rufino de Elizalde
Carlos de Castro
PROTOCOLO
' Reunidos en la Secretaría de Estado de elacíones Exteriores
de la República Argentina los Excmos. Ple ipotenciaríos de Su
Majestad el Emperador del Brasil, del Gobi mo de la República
Argentina y del Gobierno de la República rientai de] Uruguay,
abajo firmantes concuerdan lo siguiente:
lo.—Que 'en cumplimiento del tratad de alianza di: esta
fecha, se harán demoler las fortificaciones & Humaitá y no se
“permitirá levantar, para el futuro, otras de i ual naturaleza, que
puedan impedir“ la 561 ejecución de las esti ulaciones de aquel
tratado; '
20.————Que siendo una de las medidas necesarias para ser
garantida la paz con el gobierno que se establ z.ca en el Paraguay;
no dejar armas ni elementos de'guerra, las que se encontraran
serán divididas en partes iguales por los ali dos;
3o.—-—Que los trofeos y presas que fue en tomados al ene»
migo se dividan' entre aquellos aliados que abian hecho la cap—
tura;
4o.——-Que los ¡efes superiores de los ej rcitos aliados com—
bmen los medios de ejecutar estos ajustes.
Y ñrman en Buenos Aires, el lo. de m yo de 1865. *

Francisco Otavían de Almeida Rosa


Ruñno de Elizalde
Carlos de Castro
192
CANTIDAD RECIBIDA Y GASTOS DEL IMPERIO DEL '
BRASIL DURANTE LA GUERRA DEL PARAGUAY

Años / Cantidad Recibida 8 Gastºs

1863/1864 58.35¿.845$210 59.393.0048568


1864/1865 1 61.058.419$862' 86.325.3728087
1865/1866 : 63.511.500$842 125.366.074$524
1866/1867 ; 70.086.2538534 124.489.2598163
1867/1868 75.668.4168862 169.536.838$075
1868/1869j _ 92.586.0388574 154.558.272$061
”1869/1870 ( 101.335.4018827 102.405.8598794

Totales ' — 522.602.87615711 _ 822.074.680$272

Déficit de 1863 a 1871 ¿


299.471.8033561

LOS RECUERDOS DEL CORONEL


]OSE LUIS RODRIGUE$_DASILVA

Algunos recuerdos del Coronel José Lúis Rodrigues da Silva,


en su libro, Recuerdos de la Campaña de] Paragua;g aparecido
en 1924. El Coronel Rodrigues da Silva participó de la campaña
y dice: “(.) del núcleo del invencible Ejérc1to, en lucha porñada
en el Paraguay, dman£e largos cinco años, abnegado, sufriend_o
_ privaciones formidables tal vez no toleradaspor las tropas euro—
peas, estrenó, perfumó los brillantes uniformes, obteniendo pará
Ia estremecida pat1¡a, buena parte de magníficos lauros...
1

193
LOS COMERCIANTES DE LA GU¡¿1:¡:A

(canw10 VIH ; págs . 43 y 5igú irºr .rcs )

“En Paso de Patria comenzó a ñuir el gran comercio, aloj án—


dose en embarcaciones, donde nada taltaba pero costando todo
un ej 0 de la cara. ' *
No había lista de.: precios multípíicándose así los abusos…
despiadadamente. * -
EI pintorzuelo de estas impresiºnes, mal alineadas, no obs-
tame impregnadas de verdades, pagó una libra es*jerlína por dos
pequeñas galletas, duras como proyectil, en !a picada de Curugua-
ty, después del combate!
Los hombres ya no vendían, saqueahan.
Ani es que si el Dr. Recegueiro apareciese en compañía del —
recordado Rio Branco uien cabíaIe el dicho, que pasó a ser
rmdicmnal: “Dinero fabrique, Sr. Barón”.
Los negociantes de un coraje, 0, antes, ambicióninaudíta,
su insinuaban por todas partes: en las líneas avanzadas, en los
patmllajes peligrosos en carrozas, cargueros y a pie, muchas
veces A su “Delenda est Cartago” , única, exclusívamente —1a¡
1íbra—— por e'ia sacrincaban sin verguenza, la vida y el bienestar. “
Nada los detenía. » —
Movidos por el provecho pecuníario, practicaban prodigios.á
Con todo, no siempre lograban buen éxito. El 3 de Noviembre' '
en Tuyutí, en la batalla en que el heroico Conde de Porto Alegre,?
vestido de gran unífoífme, espuela de o'ro, a golpes de, bravura*
índómita, salva nuestra base de operaciones y la- honra“ de la
Patria, en ese día, experimentarazn perjuicios incalculables. Ardie—
ron sus mercaderías expuestas al fuego y al pillaje del enemigo.
(…) ' » ¿
F1 campamento del comercio er"a ei boulevard 0% nuestro
Famoso club. Concurríamos & él en Ins 1nte1regnos de los malva—
dos ejercicios. Ahí se char]aban en continuos vía; es de la Patria,
portadores de noticias frescas de los parientes y personas carac— '
terizadas; se saboreababuen café dulces finos, los mejores vinos
y cervezas, intercalados de chistosas bromas y anécdotas,ye¡ gusto

194
1
1
v
[
¡

%P¡Hº v sugestivo de Z la y Paulo d_e Mantegazza; ,se chafrla2&


1evasi¿a1ñent€, además, cop Ias p_r ost xtu tas de alt a cat ego gr1 a, &
gorigen p]átens€:0 e_u ro eo2 acc esx ble s ape rga s & Ios arg ent mos , a
' lios elevados jefes de g la bor dad a, pan tal on de gal a y so mb re ro
Ede penach o.. . _ _
W % ' Osorio det erm inó 'l reg res o de las mu1 ere s de v1d a ale gre ,
3%nclusive viudas que d's imu lad ame nte pas aro n en Pa so de la
Patria ; ta i al ga ºz za ra y g. . ite río hic ier on qu e é] rev oca ra la ord en,
' kíejando al “personai” n libertad de amplia acción...
¡
1
LA ENTRADA EL CORONEL EN ASUNCION

¿ (Capítulo XII, págs. 67 y siguientes)

1 “La jornada fe1iz & diciembre último, nos abrieron las puer—-
¡ tas de Asunción, el 5 6 enero de 1868.
5
x
i
!
Cuando ¿[e lejos, empezamos a distinguir las torres de las
! iglesias y las alturas & la capital, nosotros, en cuyos cálculos '
jamás ñguró la hípóte is del regreso con vida a la tierra nata!,
¿sentimos notoria cunm ción y un rayo de viva esperanza iluminar
¡ .
¡nuestro honzonte.
¡ !
¡
La ciudad, otrora opulosa, pintoresca, con algunos edificios
¡ 'arquitecrónicos, íglesi s bonitas, largas calies y bien alineadas,
f ¿si bien resintiéndose d 1 apisonamiento, arrabales encantadores,
; ¿majestuoso e ízmpresio ante de la Rígoleta (se refiere a la Reco—
gleta) enclavado animo de ellos, paseos lindísimos, ¡a urbepara—
Eguaya causaba-Iástim verla desprovista por completo de ser
“ ¡humano. Predios abíe . 05, con lujo y esmero, armarios llenos de
I%ropas finas de hombre , mujer y niño, 10235 y cristales cubiertos
: ide valor, instrumentos objetos de arte, todo, en Fm, concerniente
¿ &! confort, al bienesta de un pueblo que se cuida, yacía allí en
; gun abandone increíble, debido solamente a los instintos perversos
¡ $e indomables ¿(el indiv dúo renegado de los sagrados dictámenes
E ¿de la razón humana. *
'— 1 El Ejérºít0, parte e acuarteló y parte acampó' en los subur—
bios. Los oñciales se irvieron de las casas y cosas de que 55
: ,apoderaban.
3i Gozamos de bue a vida durante un tiempo”.
2% 195
LAS FAMILIAS LLEGAN A A UNCION

(Capítulo XIII, págs. 68 y si mientes)

“Asunción, de ciudad desierta, depl rable en el abandono


premeditado, se transformó en fond de c ble.
Hoteles, cafés, billares, Teatros, casas (1 bailes, fiestas impul—
sadas por el viejo Hermes, que batuta en m no, dirigía magistral-
mente las orquestas, el convivir confortab & de muchas familias
. 1 de oñcíales llegados del Brasil, todo es . en plena actividad,
rozando las fronteras de la verdadera felicid d. Ei concurso asiduo
y Seleccionadó, en medio delbpulento ele ento comercial) for—
“ ta1ecía y prestaba el tono alegre al cuadro , a de p01; sí risueño y
próspero de la existencia agradable que uía, después de los
sufrimientos deprimentes del cuerpo por la marchas constantes
y combates sucesivos”.

DEFICIENCIAS CULTURALES DE LO COMANDANTES

(Capítulo XIX, págs. 102 y si uiente5)

“Entre otros, dos de nuestros buenos nerales._, de probado


'oñcio, por sobre cualquier elogio, eran de co firmada ingenuidadl
De uno se contaba la siguiente anécdota: archaba el ejército
hacia Asunción, a lo iargo de la línea telegr fica de López, y por
- orden superior, íhase recogiendo el alambre endído de los postes
o esparcido por el terreno. El ingenuo de p ños de hilo de oro,
con la mayor buena fe de este mundo, enc ntrando superñuo y
¿ penoso el trabajo determinado, llegó a deci : “No sé porqué se
manda hace; este trabajo; en el Paraguay 561 se habla el español
y el guaraní, de modo que no aprovechamos ¡1 nada ese material
en lengua extranjera”. , "
Otro colega (ya fue “baronízado” en el rasil) se encontraba
en una choza en ocasión de una gran to menta y queriendo
conocer el origen de la caída de la centella el .ctrica () rayo, llamó
ravsu as1s
' tente, oficial de ingenieros, para qu Ie explicara… Este,
en el corre): de la lección, le habló de los polos opuestos de la
atmósfera, por los cuales más frecuentemente éóhúérgen dichos
fenómenos físicos”
Eso bastó para que é1,en cierto día de tormenta, Ie digaa
su camarada muy seguro de sí: “]unte sin demora todas esas
puntas de cigarrillos y cigarros p01 alh' esparcidos para evitar la
caída de un rayo. No e3cuchó, burro, cuando p1eparaba mate,]as
explicaciones del doctor?” Mientras que en su carácter militar,
reyelado eh el correr de la campaña, representaba un personaje
digno de ínf1ítacíón, quizá veneración, sino le“empañasen el bríí¡o
y “acción repugnante de m'asacrar cruelmente en Espinillo, tres—
cientos y tantos enemigos indefensos, ahí refugiados después de
la'batalía d,e Campo Grande.”

EL JUEGO EN EL EJERCITO BRASILENO

(Capítulo* XV, págs. 79 y siguientes)

' “En elfejército el juego, cosa estupenda, áífícilménte se puede


nárrar Imágínese que no jugándose por interés y cálculo, no
hacían pour amuser ¡e temps. El número de estos referido al
mínimo, tampoco se apuntaba hacía la perturbadoracarpeta” ,
sino al brillo seductor del vii metal… (.. .) Los tipos de¡uego
variaban al infinito; de 105 más usados, los pr_eferi_,dos Lasqucnct,
31,10.,9 y Punto Mayor ——principalmente esta comilona, pm
breVe y fácil, pues consistía en la agitación de dos dados en un
pequeño copo de suela que se lanzaba rápidamente en la mesa.
Había hombres tan prácticos que por movimientos calcula—
dos obtenían el número deseado para vencer almgenuo compar
ñero. Perdían 5010 por conveniencia. Al respecto de las apuestas,
el caso pasaba casi a la locura. Al contaje del dinero solo se
procedía e'n bancas de importancia ínferio1.En las de orden
elevado, se adoptaba elsistema de montón,. introducido por un
“peine ñn0”. La moneda, la libra esterlina, bcupaba el lugar de
honor. Se tenía el sobºrano, la onza de oro,eel mexicano, el dólar,
siendo además la más cotizada, el de cuño inglés. Del Brasil
partían, exclusivamente para eljuego en el Pazaguay, montón

f 197
)

de su;etos profesionales en el género de x ida en que*, como dice


el sabio autor deos Miserables: lo menos que sr. pierde es el
dinero". 1 .
Caxias publicó una ordeh del día, eíocuente, destruyendo
el vicio y mandó expuisar del ejército un conjunta de numerosos
jugadores incorregibles”.

FIN DE LA ESCLAVITUDEN EL PARAGUAY !

Se atribuye al Conde D”Eu ser &! “libertador de los esclavos”


en el Paraguay. El Paraguay, sin embargo, desde el 16. de enero
de 1843 ya no tenía esclavos y allí,la esclavitud solo existió con
ñnes domésticos, completamente diferente de 10 que *se cnnocía
en el Imperio del Brasil. Este es el decreto del 24 de noviembre
de 1842 terminando la esclavitud doméstica en el Paraguay, que
se extinguiría gradualmente en una generación: ¡ *
“El Supremo Gobierno de la República del Paraguay acuerda
y decreta:
Art. 10. Desde el día lo. da enero del entrante'año 1843,
serán libres los vientres de ¡as esclavas y los hijos que nacieren
en adelante serán ilamados “Líbertos de la República del Para—
guay”. '*
A.ri: 20. Quedan en la obíigación los libertos de servir a
sus señores, como patronos de 105 libertos, hasta la edad de 25
años, los varones y las mujeres hasta 105 24 años.

CARTA DE FRANCISCO SOLANO LOPEZ AI; HIJO

Es común atribuir a Francisco Solano López el envío de


dinero para Europa, en donde tenía una fortuna. También, es
común describirlo como un “hombre sin sentimientos” Esra
*- cana & su hijo Emiliano, desmiente las dos acusacion_es: muestra
a un padre cuidadoso, lleno de amor y un hombre preocupado
por la pobreza de loshijos

198
Ascurfa, 28 de junio de 1869

Mi querido hijo Em liano


(…) …
Por las inform ciones que tengó, te convendría 31quilar en
Nueva York un cu rto a]quilado en una casa de pensión (en '
ing]és en el original: boardfn house), tomando e3 alimento en ¡…
hoteí, cosa que me d'cen, costaría, en total, cuando mucho, 1.500
pesos ameru:anos p r ano. .
En los period s de. reunión dei Congreso, podés pasara '
vivir en Washingto en donde la vida es más barata y tendrás
la ocasión ¿la ver el mundo político y diplomático, y si hicieras
mérito, como yo es ero, serás admitido en él. (
Como tus estu ios de derecho no llevan por objeto recibir
ninguna remuneración por el trabajo que puedas tener, puesto
que ahora no busca-. 05 sino tu instrucción y adelantamiento en
el verano, cuando el pueb]o cie Nueva York va al campo, Poárás
tú hacer lo mismo vítando los lugares fashionables, en donde
se gasta mucho din ro, e inútilmente y procurando en las inme— .
diacio'nes menos de moda, podrás pasar igualmente bien y ccºm
menos gastos y has a haciendo alguna economía.
Podrás tamb1é visitar otrcs estados y ciudades,- cuidando _
siempre de hacerlo con provecho y gastando 10 menos posible;
digo Icon provecho para tu instrucción, porque debes tener ¡…
principio bien esta lecido, que es no ver nada con indiferencia,
pero siempre desde el punto de vista de su objetivo, en relación
a la razón y a la mi idaé. Es decir, date cuenta de todo; porque
de todo esto ha de emir un día en que lo necesitarás.
Como en los stados Unidos la ropa es cara, harás bien en —
llevar de allí lo qu necesites, para no hacer compras allá.
El General Mac Mahon pondrá a tu disposición, cien (100)
onms de oro y otr s cuatrocientos en los Estados Unidos. &&
es lo que puedo e viarte y te recomiendo ¡a mayor economía
en tus gastos, porq & no sé cuándo podré enviarte más, ni sé si.
podré hacerlo? porq 6 nuestra fortuna está arruinada Cºn1aguerra -
y estoy decidido a oner sus restos al servicio de la patria.
La guerra, sin duda, no puede durar mucho, y si la patria .
se salva todo estar' salvo, pero si por desgracia cae, yo caeré'

199
con ella, y en este caso, tú serás, como te díj antes, ]a esperanza
de tus tiernos hermanitos, te recomiendo q e entonces trabajes,
aunque sea labrando Ia tierra, para que no es falte el pan, que
así nuestro Dios les ayudará a todos los s res benditos por El
como a mí.
Ya ves queno tengo la posibilidad e mandarte cuanto
quisiera, pero cor_1fío que portándote-con la oderacíón y discre—
ción que te deseo y ilevando una vida modest y sin pretensiones,
que no las debes tener., ¡& permitirá vivir alg nos años y hácerte
apto para afrontar cualquiera que sea1a suert que 13Providencia
,quisíerá reservamos, y en todo caso te reco iendo desde ya el
' Conformismo y resignación posible.
(.. .) Bien será que no incurríeses en gast s demasiado g1an—
des, tomases algunas lecciones de música (:O no entretenimiento
más útil que ,otros, y te dedicases al estudio de lenguas.
' A propósito de eso, escribe tus cartas ¡1 francíés, pero no
[e descuídes de cultivar el español, que el inglé te será familiar.
Te prohibe todo juego de azar, y evitas a 'n de los inocentes,
de los que fácilmente se pasa a los otros.

Muy joven me dej aste ), muchos años correrán sin tener


noticias tuyas y sin que tú recibas mis consejos, de manera que
tú _no me conoces, pero por esta carta, esc ta al correr de la
tristeza, conocerás mis deseos y te servirán d consejos sus pre—
ceptos que, mientras que tenga ocasión.de escribirte otras, te
recomiendo leas con atención y reflexión to dos los domingos,
después de la misa, pues, pudiendo, nunca €ebes faltar a este
precepto, así como al Santo Amor y Temo de Dios, a cuya
Majestad te recomiendo y ruego te bendiga y haga feliz
Recíbas los cariños de tus hermanitos y los de tu amomso
padre,
Francisco Solano López.”

WASHBURN ACUSA AL DUQUE DE CAXIAS DE IMPE—


RIAIISTA

El rgpresentante de los Estados Unidos e el Plata, Charles

200
A Washburn, acusa al Duque de Caxias de _tener deseos impe—
rialistas para toda !a América Su declaración,según él, se originó
en una conVersacíón con Caxias en el campamento del coman—
dante b1asileño, cuando conversaban sobre varios asuntos. Wash—
bum, sin embargo, como ya fuimos demostrando gan este libro,
es'venal, de$honesto, mentiroso & intrigante, por tanto su decla—
ración tiene que ser aceptada con mucha desconfianza y es aquí
tr_anscr_íptº con mucha reserva, ápenas porque no deja de ser un
testimonio (lo mismo aunque sea falso) de une de 105 personajes
de 'esa guerra '

Palgbras de Caxias, según Washburn: !

5 “Hace años que el Perú y el Ecuador nos ;están embrollando


sobre la navegación die] río Amazonas, per0¡ en cualquier mo—
mento tenemos que resolver la cuestión y sacándoles'.a materia
de discusión. Es tiempo que el Imperio ajuste sus límites con
esas bellacas republiquetas, y seguramente no tenemos que ceder
un apice de 'nuestras antiguas pretensiones, pero asentaremos el
principio deque el río Amazonas nos pertenece por entero, con
todos sus afluentes, hasta donde se extienda la navegación de
ellos. '
El Brasil no puede admitir que esas republiquetas nos insul-
teny nos estíren la barba, como se complacen en hacer ahora,
ni menos que cOn sus congresos de Lima nos preetendan¡mponer
¡eyes internacionales! Hace tiempo que tenemos la vista fija sobre
aquellos mundos y la expedición de Pinzón era el resultado de
una combinación que habíamos hecho con España y que V E
puede recordar la escuadra de él demoró mucho tiempo en Rio
de Janeiro, para no dei ar incompleto ei,acuerdo. Además, todo
aquel aparato de una expedición científica no era más que una
parte de la farsa que jugamos entonces con España, para intro—
ducir nuestros espías en todas partes. Aquellos sabios naturalistas
de la expedición tuvieron muchas consultas con nuestros minis-
tros )] con el mismo Emperador y io menos que se trataba era
de asuntos científicos! Recordará V E. que el Capitán Navarro
y el¡oven Pinzón, sob;¡ino del Almirante, vinieran al Paraguay,
con el pretexto de buscar madera para el timón del barco del

201
,

, — , . . N —
almirante! Que le parece? No esta 16305 que f:] Impemo haga una
alianza ofensiva con España, contta las 'repúblicas del Pacífico y
ya hemos sido consultados en efecto por e] ministro español
Gonzales Bravo, que es el verdadero director de política*de Es—x
pana…

LIBERANDO ESCI.AVOS PARA EL EJERCITO IMPÍREAL

Decreto No. 3725-A, de] 6 de noviembre de 1866.

Tiene por bien ordenar que a los esclavos de la nación, que


estuvieren en condiciones de servir al 'f:ljército> se dé gr'atmta—
mente libertad para que emplearen en aquel servicio; y $iendo
casados, extiéndasc el mismo beneficio a sus mujeres.
Zacarías de Góis y Vasconcelos, de mí Consejo, sénador
del Imperio, presidente ¿el Consejo de Ministros, etc., de esta
manera téngase por entendido y haga ejecutar.
Palacio de Rio de Janeiro, a los seis días del mes de noviem—
bre de mil ochocientos sesenta y seis, cuad1agésimo quinto de
la Independencia y del Imperio.
Con la rúbrica de Su Majestad el Emperador.
, … ¡
Zacanas de G015 y Vasconcelos”. …

202
Apéndice 2;

CAXIAS: EL MAS DURO CRITICO DE LA GUERRA DEL .


PARAGUAY

Con el título_ en español de Despacho privado He] Marqués


de Caxias, 'arísca] e Ejército en la guerra contra el Gobierno —
de! Paraguay, a $. . el Emperador del Brasil Don Pedro II,
Fechado el 18 de nov;íembre de 1867, existe en el Museo Mitre,
' en Buenos Aires, un folleto, traducido del portugués, transcri- —
* ? biendof un documenth atribuido al Duque de Caxias. Este folleto
pretende ser la tran cripción Gel de un despacho privado en'
donde el comandante de] Ejército Imperial informa al Emperador
de1 Brasil, la situací'n de la guerra. Hay fuertes indicadores de
que ese documentoíea auténtico: los hechos analizados por el
Duque de Caxias se. identifican plenamente con el desarrollo de
la guerra, cotejando 1ílxasta en det311es con otras fuentes, eSpecíal— '
mente _argentinas, y 0 que es sintomático, con interpretaciones
de observadores europeos, tratando del mismo período. Docu—
mentos paraguayos coinciden con las informaciones ofrecidas“
¡ por el Duque de Caxíías. Y algunos libros de memorias de oficiales
fi brasileños también presentan la misma versión de los hechos.
En relación a estos últimos, las diferencias que existen sobre
varios accidentes de la guerra son de interpretación; en cuanto
a los hechos en sí, la narrativa de Caxias y de algunos oñciales
son idénticas.
El desarrollo posterior de la guerra, la violencia extrema a '
;5 'que el'Ejércíto Imperial tuvo que recurrir para vencer al Paraguay,
conñrman las previ&iones de Caxias. Relatos, por ejemplo, dex
Charles Washburn, ministro norteamericano en el Paraguay, con— '
'signados en su libro Historia del Paraguay, tiene puntos de con— -
tacto impresionante¿ con el Despacho de Caxias. Entre los autores
brasileños que participagon de la guerra, sei encuentrg_n ;;ozgs
que confieren autehticidad gl Despacho,;specíalmente en Historia
de la Guerra delPaz-J¡guay, del Cofonel José Bernardino Bormanñ. .

. …203*
1
O£ro brasileño, el General Gomes de Castro, n La Patria Bra—
sileña, exalta a Caxias por no aceptar la continu ción de la guerra.
Y además otro, el Almirante Américo B. Silv do, en La Nueva
Márína, está en compieto acuerdo con los conce tos de Caxias.
Es innecesario recordar los estudios de eixeíra Mendes,
que podría ser sospechoso por su activismo re ublican0, o aún,
el argentino A1berdí,que desde la primera hora del conflicto
abrió un frente de batalla con la propaganda Fontra la guerra
desde Buenos Aires hasta París.
En suma. los hechos de que trata Caxias en su Despacho
coinciden con decenas de otras narraciones. Y, domo hechos, son
irrefutables. Las interpretaciones de esos hech s —-—que siendo
auténtico el Despacho alejarán a Caxias de la onducción de la
guerra—— pueden ser discutidas. Primero, pro urando saber si
Caxias estaba en lo cierto o no, y se verifica fácilmente, que
Caxias acertó en la mayoría y en lo principal errando en los
detalies, habiendo salido casi un profeta de esa uerra Segundo,
conocerse 10 que queda por cuenta de losmnú eros de especia—
listas que existen en el Brasil hasta ahora mudo sobre !a Quema
del Paraguay ——sí fue el mismo Caxias quien & cribíó ese Des—
pacho o si él fueinventado” por alguien. Invent do por aiguien?
Para qué? '
Y por F…, la inexistencia del documento or ginal nada tiene
de extraño: centenas o millares de documento de esa guerra
sucia fueron quemados,robados, destruidos, per ¡dos. El D85pa—
cho, por razones obvias, pudo muy bien ser uno d ios “perdidos”…
El estudioso de esa guerra, encontrará, sin emba go, en el mismo
Museo Mitre, en Buenos Aires, toda la correspon encía cambiada.
entre Caxias y Mitre.
Este es el Despacho:

“204'
DESPACHO PRIVADO DEL MARQUES DE CAXIAS,
MARISCAL DE E]ERCITO EN LA GUERRA CONTRA
* EL GOBIERNO DEL PARAGUAY,jA S.M. EL
EMPERADOR DEL BRASIL DON PEDRO '11
Cuartel General en Marcha en Tuyucué
18 de Noviembre de 18673
— 1
1 Majestad.
Después _de besar respetuosamente la “mano Imperial de
V.M., paso a cumplir con su augusta orden de informar & V.M.
po; vía privada, de la situación e incidentes más culminantes de
los ejércitos imperiales, y de manera precisa.que V.M. me ha
encargado. ¡ _
No obstante el esfuerzo destinado en formar la conciencia
de las tropas, de que el lamentable acontecimiento de Tuyutí fue
favorable para nuestras armas, por tener elj pequeño resto de
nu=jestras fuerzas en aquel campo restablecidó la posesión de las
posiciones perdidas en manos del ;nemige, durante el combate,
tales han sido sus efectos, como ya tuve la honra de informará
V.M., que es moralmente imposible sofocar lía profunda conmo—
ción que esíe depíorabíe acontecimiento prodújo y aún está pro—
duciendo en nuestras trepas.
Los gloriosos e importantes acontecimientos que por su
parte coronaron nuest1as armas en Vanguardia y nos dieron la
ocasión de realizar la ejecución de nuestro gran pensamiento, de
nuestra gran operación inilítar y nuestro gran paso estrátégico
defsítíar completamente al enemigo por agua y tierra, como el
más eficaz, el más poderoso y el único medio cie vencerlo, hacién—
dole rendirzáe por faltade víveres, por falta. de municiones y por
falta de todó recurso de que se provea con su comunicación con
el resto ¿ef país, ha servido, no hay duda, 'de un admirable y
prodigioso estímulo para nuestras fuerzas. Después de cortar la
línea telegráñca en su curso desde Villa del Pilar, después de '
tener cortada la comunicación terrestre del enemigo, sobre ¡a
parte oriental del río Paraguay, y Negar hasta la margen izquierda
de este río y estableczíéo en un punto de ¡& fuetrte batería, de
nuestros mejores cañones, como tengo oñcíal y particularmente _
205
informado de todo eso & V..,M era natural que hubiese un gran
y universal regocij¡o en todo el njércitd, en que participamos, al
más alto grado, sus jefes, porque creíamos, ciertamente, que no
más de cuatro o seis, y cuando mucho ocho o diez días, serían
únicamente necesarios para que López se rindiese incond1cional—
mente con todo su ejército. '
El contraste de Tuyutí fue adormecido por esta íneáperada
y fe1icísíma perspectiva; pero me es pesaroso tener que informar
V.M. que si grande fue la esperanza…,a el ánimo y la satisfacción
de los Ejércitos imperiales del que tengo la gran honra de ser su
comandante en jefe y en grado aún mucho mayor fue su crjeciente
desilusión y su desmoralízador desaliento, cuando se vio por
hechos prácticos de lamentables efectos y consecuencias, que el
enemigo no solo conserva su vigor, después de tamos Hías de
cerrado sítio, sino que, buriando nuestras esperanzas y nuestros
medios, abrió un camino grande y ¡argo de comunicación por la
parte del Chaco, que se encuentra protegido y fuera deI aicance
de nuestras armas.
Un. estratega europeo, un militar cualquiera que conozca el
mo. de la guerra, opinará, sin duda, que enviemos nuestras fuerzas
al Chaco para que nos apoderemos de esa nueva vía de cómuni—
cación del enemigo; pero aquel que estuviese en el teatro de la
guerra, aquel que estudiase y sintiese las operaciones y 103 acon-
tecimientos existentes en ella, estoy persuadido que dirá31o que
digo: que esa operación es de todo punto de vista imposible,
apoyado en los siguientes fundamentos. '
Todos 105 encuentros, todos los asaltos, todos los coinbates
existentes desde Coimbra y Tuyuti, muestran y'demuestrán, de
una manera íncontestabie, que los soldadosíparaguayos est.'n
caracterizados por una bravura, por un azrojo,por una intrepidez
y por una valentía que xaya a la ferocidad sin ejempló en la
historia del mundo '
Cuando esos soldados eran reclutas, esa;cualidadesya las!
tenían y se habían adiestrado .de una mane1a sorprendente. Hoy
esos soldados reúnen a esas cuaíidades la pericia militar adquirida ,
en ¡os combates; su dis_ciplina proverbial de morir ames que
rendirse y morir antes de caer prisioneros, porque tienen esa
orden de su jefe, había aumentado por la moral adquirida, es

206
;g.
¿¿_
¡
% Hnecesario decida por ue es la verdad, en las victorias, 10 que
_ (víene a forma] un con unto que constituye esos soldados en un
…* soldado extraordinario invencibie, sobrehumano.
” López tiene tam ién ei don sobrenatural de magnetizar &
¿ios soldados infundíé doles un espíritu que no se puede explicar
Í Í suficientemente con 1 palabras_: el caso es que se vuelven ex—
* ¿otrardínaríos, lejos det mer el peligro, enfrentando con un arrojo
; “¿ sorpr€ndente, lejos d economizar su vida, parece que buscan
H con frenético interés ocasión de sacriñcarla hereicamente y
¿gvendcrla por otra vid o por muchas vidas de sus enemigos.
& 3 Todo eso hace que, an e los soldacíos paraguayos, no sean garan— …
' tía la ventaja numéri a, la ventaja de elementos y las ventajas
; de posición: todo es f cil y accesible para ellos. A estas circuns—
1 j tancias que son de inc timable importancia, se une un fenómeno
verdaderamente SCT endente El número de los soldados de
55 López es íncalcuiab be todo cálculo & este respecto es falible,
porque todos ]íos cálcu os han faIlado. López tiene un gran número
¿ de fuerzas en su cuad 'látero de Paso—Pucú; tiene fuerzas fuera
; de esas posiciones; ti me fuerzas en el interior de la República;
¡ riene fuerzas en el Al 0 Paraguay; tiene fuerzas estaciona¿las en
¿ ) varios campamentos c me Asunción, Cerro León y otros, y tiene
¿; fuerzas en el Chaco: todas esas fuerzas son una misma en su
5 valor, en su entusias o y su disciplina y moral; y todas esas
¡¿ fuemas no son de sol ados sm armas, ni de armas sin soldados,
? sino de fuerzas tanto al N. como al S.; aquí y en todas partes,
¿; ayer y hoy ya se han experimentado. Esas fuerzas tampoco son
*$ de hombres desnudo y hambrientos, sino de hombres, no obs—
¿ tante,mal vestidos, bustos, de soldados que sean de nueve
1¿ palmos o de cinco, t dos son uno.
Vuestra Majesta , tiene a bien encargarme muy especial-
¿ mente del empleo de oro, para, acompañado al sitio, solucionar“
i la campaña del Parag ay, que viene haciéndose demasiado larga
' y cargada de sacriñcí s y aparentemente imposible por la acción
3 de las armas, pero el oro, Majestad, es recurso ineficaz contra el
; fanatismo patrio de 1 s paraguayos desde que están bajo el mirar
¡ fascinante y el espí i;u magnetízador de López. Y es preciso
í convencerse, pues se ¿ crasá necedad mantener todavía 10 contra—
_… ¿“ río, que: 305 soldado , o simples ciudadanos, 'mujeres y“niños, el '

207
Paraguay todo cuanto es él y López, son un misma cosa, 'una
sola cosa, un solo ser moral e indisoiuble; 1 que viene a dar
- Como resultado que la idea procíamada de que a guerra es contra
López y no contra el pueblo paraguayo, no solo es asaz c¡uimérica,
sino que, comprendiendo ese pueblo de que ópez es el medio
real de su existencia, se comprenda También que es imposibie
que López pueda vivir sin el pueblo paragu yo, y a éste sea
imposible vivir sin López, y es aquí Maj estad, n escolloGinsupe—
table, un escollo que por sí mismo quiebra y epale el verbo de
láguerra al Paraguay, en la causa y en los H ¡es. Y es aquío lo
que muestra la lógica de que es imposible de encer ¿ López y
- que es imposible el triunfo de la guerra co tra el Paraguay;
porque resulta insostenible de que se hace co tra López y que
en vez de ser una guerra que apunte hacía la eta de .!egítimas
v aspiraciones, sea una guerra determinada y term nante de: destruc—
ción, de aníquilamient0. Esto muestra, incuesti nablemente que
si no tuviéramos doscientos mil hombres para c ntínuar la guer1a
al Paraguay, habríamos en caso de triunfo, (: nseguido reducir
a _cenizas la población paraguaya entera; y esto no es exagerado,
porque eswy en posesiónde datos irrefutable que antic1pada—
mente prueban que, 'si acabásemos de matar a 1 5 hombres, ten»
dríamos que*combatír con las mujeres, que ree piazarán a éstos
con igual valor, con el mismo ardor marcial y con el, ímpetu y
la constancia que inspiran el ejemplo de. los p rientes queridos
' y nutre la sed de venganza. Y sería admisible u posible triunfo
sobre un pueblo de esa naturaleza? Podemos, caso, contar con
elementos para conseguirlo, y si aún lo consi uiésemos, cómo
lo habríamos conseguido? Y, después qué habría es com¡eguidorfº
Cómo habríamos consegu1doJ fac¡l es saber to ando por exacto
() infalible antecedente del tiempo que tenemos mpleac10 en esa
_gueua, losmmensos recursos y elementos esté ilrnente emplea-
dos en ella; los muchos millares de hombres tam ién estérilmentez
sacrificados en ella; en una palabra, los incalcul' bles & inmensos
sacrifzcios de todo género que ella nos cuesta; si todo eso no
h_?ya dado por resultado más que nuestra abatida ituación, cuánto
tiempo, cuántos hombres, cuántas vidas y cuán 05 elementos y
recursos precisaremos para terminar la guerra, & to es, para con-
vertir en humo y polvo toda la población parag aya, para matar

208 '
ua,s & el feºro del vientre de lamujer y mataí]o no como un feto,
aunque como un adalíd.Y 10 que tendríamos conseguido, también
es difícil decir: sería sacriñcar un número diez veces-mayor de
hombres de lo ques…on losparaguayos; sería sacrificar un número
diez o veinte veces mayor de mujeres y niños de 10 que son 105
niños y mujeres paraguayas; sería sacrificar un número cien mil
veces maer de toda clase de “recursos de lo que son los recursos
paraguayos? sería conquistar no un pueblo, pero un vasto cemen—
terio en que sepultaríamos en la nada toda ¡a población y recursos
paraguayos y cien veces más la población y recmsos brasileños.
Y ¡qué sería'mos sobre un vasto—ceníenterio? Seríamos los sepul—
turerós que;tendrían que enterrar las cenizas de nuestras víctimas,
que responder a Dios y al mundo de sus clamores; y más que
esto, desapárecída la población paraguaya, desaparecidáía nación
paraguaya y desaparecida en proporción equivalente la población
brasileña, quién sería, sino, única y exclusivamente el Brasil,e1
responsable; delante de Ias naciones extranjeras de losmmensos
daños causados con esta guerra y a sus súbditos? Y exhausto de
recursos y de población el Brasil, cómo responder a estas deudas
sino con sus vastos territorios: Qué harían las naciones extran—
jeras, aún con el mejor derechode 10 que hicieron las naciones
bárbaras sobre el Imperio Romano? Qué derecho y qué práctica
internacional alega1ría en su apoyo el Bras1l _cuando se encontrase
sepu1tando "Sobre una fosa de una nación soberana y de sí mismo,
haría mucho menos que el Imperio Romano, que delante de 105
bárbaros sé encontró como un cuerpo helado y frío, el Brasil
añte las poderosas naciones extranjeras se encontrará como una
planicie con entrañas de oro y diamantes. No habría una sola
nación europea, como nohabría una sola nación americana, que
nó se alisté y forme en las filas de esa revolución reparadora, y
es para no dudar que nuestros aliados de hoy, el Estado Oriental
y la Repúbiíca Argentina, que no se han sacrificado tanto como
pretendíamos y habíamos deseado, reunírían sus restos, for— .
mando un cuerpo unido y compacto, ponién¿ose al frente de esa
desesperada expedición sobre el Brasil, rec]ámando también, no
solo los territorios de que se les ha despojado, sino hasta los
mismos gafstos y todos los daños y perjuicios'causad05 por la,
guerra.
209
..y-……
Pero, como en el cuadro que dejo trazado y se destacan dos
acontecimientos inesperados, y de los menºs esperados y no
premeditados efectos cie la guerra; y que, por tanto, [lejos de
tomar parte, contradice extremacla y abiertamente el risueño re-
pertorio de felices resultados que e5perabamos de ella,basados ;
en la gran facilidad de triunfar sobre el Paraguay, que no encon-
traríamos resistencia alguna que nos detuvíese en nuestrá marcha
triunfal un solo minuto y que como César sobre Farnaces en el : '
Asia, diríamos & V. Maj'estad 10 qué él dijo al Senado Romano
“Viní, vidi Vici”, cúmpleme informar a V. Majestad, como me
propuse, 10 que es en si nuestra situación y nuestros elémentos '
actuales para la guerra, suponiendo que ya tengo transiniticío a 1
V. Majestad de una parte muy importante que es el conocimiento '
del enemigo contra quien combatimos, y o;alá hubiésemos tenido
de él siquiera una remotísima idea, en lugar del cúmulo ¿le falsas
y erróneas apreciaciones que se han hecho de él. _ ¡
Tengo dicho a V. Maj estad que la operacion de pasar fuerzas
al Chaco para apoderamos de la nueva vía de comunicaciones …
del enemigo, y desde todo punto de vista, imposible, ya por lo
que dei () expuesto a V. Majestad, relativoal enemigo y también …
porque, comprendiendo el enemigo la importancia vital de esa j
vía, pondrá todos los medios de que es capaz para conéervarla …
a cualquier costo; pondrá todos 105 medios para colocarla a cu—
bierto de cualquier riesgo, y para eso cuenta con todos los elemen—
tos que podrá nacesitar y, cuenta, además, Con el conocimiento :
del terreno de que nosotros carecemos abs olutarnente, pues 4“
siendo un terreno jamás transitado y, a su vez, apenas sabido ?
pero no conocido, nuestros baqueanos se encuentran totalmente f
inhabilitados para suministrar la menor noción de él y aunque '
ese esencialísimo & indispensable conocimiento lo tuviésemos,
cómo hacer el pasaje de nuestras fuerzas? No tenemos e1fnbarca—
ciones para eso y las embarcaciones tendrían que ser acofazados;
el río es caudaloso y las márgenes occiderítales son hºañados,
t_erreno falso, carrízados y enraizados montes y el pasaje de nues—
tras fuerzas, podríamos etectuarlas sorprendiendo () burlando lá
vigilancia de] enem1go, ¡mpunemente? Imposible: el enemigo, en
su radio de actividad, r'eúne una vigilancia superior a toda idea,
y estoy en la verdad qué ninguno de nuestros movimientos, sean

210
elios ejecutados de ía o de noche, escapan a su observación, 10
que círcunscrip_tam nte ha1ía sumamente peligrosa una expe_dí-
ción rodeada de tan serías dqsventajasg y aún en el caso de que
pudiésemos efectua la, qué fuerzas dispondríamos para el109 No
soíamente correría 05 un eminente peligro de que sucediese Io '
de Tuyucué:, un co traste de mayores proporciones y de más
fataies consecuencia que 10 de Tuyutí, por la simple razón de que
nuestras posiciones uedarían sumamente debí1itadas por ¡a falta
de hombres; y ento ces no…solo se perdería Tuyucué, sino que
también se perdería las fu&rzas enviadas al Chaco, que quedarían
aisladas, cortadas y a merced del enemigo, sujetas a toda clase
de penurias y caíam'dades; en una palabra, se perdería todo; hay '
que además tener cuenta una circunstancia de enorme peso,
en nuestra…consíder ción, que es la cualidad de nuestras tropas—
Perdida la e5peranz de que el enemigo se rindiese sin condiciones '
después de haber o rrado el sitio hasta la margen izquierda del
río Paraguay y des_ ués de conocer la nueva vía de comunicación
abierta y usada porel enemigo, no se ocultaa la v1'sta ni del más '
miope de nuestros soldados que: después de una campaña de
mas años, plena de oda clase de priva_ciones y penurias, cribada
de contrastes, en qú,e todas las rísuefias esperanzas se cambiaron _
por amargas y profúndas decepciones;v cuando se confiaba estar
al tan esperacío final de ella, se abre una nueva campana cUyo
fin se pierde detrá; de los horizontes de las borrascas que la_
amenazan. Esta idea que es hija de la realidad engendrada en los
hechos, que es ñrnne e ineludible, no cree V. Majestad, proce-
diendo con buen ráciocinio, que sería más que suficiente para
atemorizar, para alíejar, para asustar y espantar también a los
soláados ejemplareá de Napoleón I,y que les haría caer las armas
de las manos si es q e no se pronunciaran en abierta conspiración?
Ciertamente que sí3porque no hay razón y menos derecho algunº-
para poner a tan ¿ ra prueba a] hombre, y tanto más a un buen
súbdito en una gue ra, no de defensa, que puede ser con justicia
_._.._r

indeñnída, pero et1 una guerra de agresión, en una guerra de.


mera ofensa, cuyo final está sujeta al agresor y por cuya razón
cae sobre él la resp nsabilidad del tiempo y de 105 acontecimien-
tos. Y si esto aún d bería de oturrir con ¡os soldados que tengan
cubierto el mund en sus armas y que guiados por un gran

211
Capitán marchaban de victoria en vícroría, juzg &: V. Majestad 10
que debe pasar con nu35tras tropas. Nuestras tr pas virtualmente
opuestas a la milicia y a la camara militar, encara los sufrimientos,
' disciplina y peligros que le son inherentes; nu stras tropas, que
el amor a los gozos de familia es superior y dominante a todogtro
sufrimiento es que hoy se encuentran & mill res de leguas de
esos gozos y mucho más aún distantes todaví de la esperanza
de volver a ellos; nuestras tr0pas que sin ante edentes., sin pre—
disposición y sín“hábitos militares, si tendrán que arrojarse de
frente a una campaña de más sacrificios, de más sangrientas y
formidables batallas, y todas funestas, de cuán as en la América

<p5—H—
y en Europa presenta la historia contemporáne ; nuestras tropas
que abandonan por la acción de 1a fuerza sus querícíos lares y
, se lanzan a remotos climas, y un clima que por 1'solo es bastante
para combatírlas y consumírias, cómo ha suceci1do; nuestras tro—
pas que antes de ser soldados han sido diseminadas o destrozadas
por las grrnas enemigas" o la peste; nuestras tropas, que se com—
ponen de reservas de niños y ancianos; que han%enicl0 a impreg—
nárse de la desnioralización de los que con la mJuerte han condu—
cido su carrera y que debajo del constante azot del enemigo, no
consiguen r65pirar má; que el pesti1ente aire de la desesperación;
nuestiºas tropas, m'ezcladas con tantos extranj ros, mucho's sin
patria, como los franceses, ingleses, austriacos, uizos, prusianos,
italianos, norteamericános, etc. y otros trayend su patria como
los argentinos y orientales, sin aspiración le ítíma alguna en
favor de la causa del Imperio, y generalmente to 05 ellos, corrom—
pidos y por demás antipátícos a los súbditos b asileños, y vice»
versa; nuestras ,tropas que no han tenido en 5 frente más Que
ruinas, montones de cadáveres y crudas derrotas n que inspirarse
y que, al final se encuentran reducidas ya mat rialmente a una
quinta parte de lo que fueron y moralmente & un quinquagésima
paiºte. Cree, V. Majestad, por ventura que con e las puede comí—
nuarse la "campaña del Paraguay, que podrá ríunfar sobre el
Paraguay; o cree, como creo yo, que no serán apaces ¿[e soste—
n;rse en nuestras posiciones fortificadas en cas de que el ene—
migo nos haga un ataque? Pu'nes1 en la verdad, si uestras_mejores
troi3as y nuestras enteramente excelentes fortiñc ciones de Tuyu--
tí, que no sirvieron sino de juguete a.únas ppcas uexzas paragua—
yas,“porque realmente las deºshicíeron, apoderánd salas, incendiá—
212
ronlas & hicieron de ellas cuanto quisieron, éausándonos inmensos
& irreparables males y pérdidas, qué no habrá de esperar de un
ejército véncedor sobre nuestrastr0pas.… .y dentro de posiciones
muy inferiores a las de Tuyutí —.
Algo más, Majestad: lá alianza con elGeneral Flores y el
General Mitre, suponía el concurso de fuerzas argentinas y orien—
tales, y en buena hma eilas servirían moralmente o tendrían por
obj etivo hacer segura y tranquila la consumación de los fines de
V. ]jMa estad sobre el Paraguay, y materialmente aniquí. ar y dc…s—
truír el e1,-emento militan argentino y oriental, para cuando las
armas imperiales triunfantessobre elParaguay convergiesen sobre:
la República Argentina y la Orienta], éstas se encontrasen sin
hombres,.¡sin soldados, sin nada que pudiese oponerse a los
deseos de3V. Majestad, anexándolas al Imperio con toda facilidad;
servirán como era consecuente de carne deºcañón, de pasto para
los combaltes; las fuerº¿as argentinas y orientales estaban siempre
én' la vanguardia, sufrían la peor parte y por último se acabaron
volvíéndóse apenas un pequeño resto, y resto pernicioso. Dellos
orientales ya no tienen metido en eleejército de V. Majestad un
solo hombre, y de los argentinos, si bien han venido algunos,
han venido con el espíritu de revuelta y anarquía, de un espíritu
claramente manifiesto de oposición a la guerra, de hostilidad a
la causa imperial y de simpatía & la del enemigo. Así es, pues,
sí para llegar a 105 Hnes de V. Majestad dgsearía de dejarse de
cuantos afgentinos y orientales viniesen al campo de la guerra
para resguardar con su vida a los súbditos de V. Majestad, hoy
se presenta una alternativa funesta de dos caras: si vienen, vienen
& inñltrar su desmoralizado espíritu, su espíritu de oposición y
sí no vienen, las fuerzas brasileñas tendrán que sufrir inmediata-
mente los“ efectos de 1asarmas, como ya há ocurrido en muchos
encuentros, desde Tuyutí y después de Tuyutí. Ya en las pocas
fuerzas argentinas que existen, hubo en estos días un comienzo
de motín que fue sofocado, pero creo que el fuego no se extinguió
y precisamente no nació en esas fuerzas ¡sino que Vino de la
República; Argentina y allí tiene su foco; 10 que me hace temer
que de un momento a otro, reviente una sublevación que será
de todos modos Funesta, porque dará lugar a un combate entre
las crepas; argentinas y brasi]eñas; el éxito de nuestra parte se
"213
hace dudoso, porque, cn buena hora, nuestras fuerzas serán su—!
periores en número a las argentinas, éstas, con el arfojo que …
caracterizan a las conspiraciones, con las ventajas de poder tomar
las mejores pcsiciones de apoyo y con el amparo que;en todoi
caso podrá encontrar el enemigo, esto es, si no fuese ¿qu eficazl
protección, nuestras fuerzas se encontrarían envueltas en una
difícil y sumamente crítica situación. Mis serios temores en ese
sentido me han hecho concebir la idea de colocar en Ia vahguardia
a este resto de fuerzas argentinas para que, sí el eneníigo nos
ataca, perezcan ellas Como por acaso entre dos fuegqs, como
hemos hecho en muchas ocasiones anteriores; y en caso ¿de c'ons—¡
píración, queden nuestras fuerzas aseguradas en sus pósicione&
y asegurada también su retaguardia; no obstante, por otra parte,
estas fuerzas rebeldes que están contagiadas ya de 1aidea práctica
de la conspiración que pulula en todas partes de la Repúblic'a
Argentina contra la causa imperial sobre el Paraguay, porque el:
misterio retiró sus vendas y las consecuencias ya comienzan a
sentirse y temerse, qué harán en la vanguardia? Nada más natural
que conjeturar, sino que se pondrán de acuerdo con el enemigo, — '
franquea'ndole sus posiciones en caso de un ataque a nosotros,
incorporándose y operando conjuntamente sobre el eiér(cito bra—í
sileño; o se pasen simplemente al enemigo debajo del exprese“
pacto que garantice sus vidas y sus actos pasados. Ya ve V.
Majestad que la alianza con el General Mitre y el General Flores
hoy ya no existe en cuanto a las condiciones en las propuestas;
y que sí de alguna forma algo se cumplió por la desapafrición de
más de veinte mil argentinos y más de ocho mil orientales, hoy
_qug estos ya no vienen al carqpo_de _guerrá y_ van aumentando'
lbs peligrós que nos cercanf¡íarece de extrema conveniencia que
105 ejércitos de V. Májestad queden estrictamente reducidos a '
sus súbditos brasileños; pero si esto se hizo así, no tendremos,¡
por 10 que dejo expuesto a V. Majestad, ni como sostener la;
campaña, ni la guerraícontra el Paraguay y: corremos el peligro
¿"de que a un golpe del enemigo desaparezcan de sobrefla tierra
los ejércitos de V. Majestaú, y entonces, qué será del Imperio?
V. Majestad debe pen$arlo muy bien. '

214
No se oculta, a rimera vista, que mis precedentes observa-_
ciones resultan com corolarios en relación directa de Ia frustra- '
ción de la operaciónxjeeutada con el fin de sitiar completamente
al enemigo y hacerl por meáio del hambre, rendirse iñcondicio—x
nalmente. Pero hay otras censideraciones no menos serias que
parten de esa mismíí operación y que me permito exponerlas a
las ilustradas vistas & V. Majestad.
En justa apreciación del poder extraordinario, moral y ma-
terialmente habland3>, de] enemigo, probado en los muchos con—
trastes que activa y pasivamente han sufrido nuestros ejércitos,
es que lo hemos reducido a la posible formación compacta y :
abandonando la ide de seguir adelante, por la prºpia seguridad,
empleamos todos ] 5 medios de estricta defensa en que se han
agotado todos los adios y la inteligencia de los numerosos
ingenieros enviados por Vuestra Majestad. '
Vuestra Majest ad tuvo la b0ndad de hacerme conocer cuán
triste y añicztiva era nuestra situación de manera general. Que la
alianza había dejadq de existir de hecho, mientras era manifiesta,
sostenida y vígoros¡a la oposición del pueblo de las Repúblicas
Argentina y Orient ai a ella; y que, para caimarla o disfrazada,
ha sído necesario us |ar del único medio, de prorneterle la cesación *
de la guerra y una próxima paz honrosa; pero que, siendo ésa
comradicción a losávastos fines del Imperio, Vuestra Majestad
apenas utilizaba es embriaguez embargadora de esos pueblo&
para activar Ia gue ra, ya que acreditaba que el enemigo al ñn
tendría que rendírs; y con su rendición todo se habría alcanzado.
Que los cofres est ban exhaustos; que la deuda era inmensa y
ya comprometía la tranquilidad del Imperio; que las Cámaras
habían resistido abiertamente a aufnentarlas, y que el gobierno
pueda contraer nue ¡vos empréstitos; y negándose también a ad—
mitir más emisione 5 de-título de crédito nacional; que por ese'
lado se hacía casi imposible la" continuación de la guerra por más
tiempo.
Que sintiendo los contrastes de la guerra y sus desastrosos'
efectos, que habían udado diametralmente su apariencia de fácil
y breve a la de pe osa & imposible, los gobiernos extranjeros
que habían consent do en inducir púb1ícamente a sus ciudadanos

215
'en sus mismas plazas, calles y puertos, ho ellos negaban y
también protestaban contra esos actos; y que os mismos extran-
jeros, que 'por ambición de oro, fácilmente ab icaban de su nacio-
nalidad y de sus derechos y engañados veni n de todas partes
a ingresar en los ejércitos imperiales, hoy y no había medios
posibles para seducirlos, y que por tanto n estrosñejércitos se
encontrarían En el futuro privado de ese v lioso contingéme.
Que en cuanto a nuestros súbditos, desde las ámaras generaies
de los gobiernos de Provincias y hasta la ú tima chuza en los
montes, sostenían, una vigorosa oposición a la guerra, todo envío
de contingentes a ella. Que V. Majestad, sob eponíéndose tam—
bién al derecho constitucional, había_allanado odas las garantías
que éste proporcionaba al puéblo brasileño, y había ordenado la
aprehensión capcíosa y coércítíva de hombr s, recíutando por
este medio, a padres de familia, a ancianos a toda. clase de
trabajadores y artistas y hasta niños, para encar elarlos y mandar—
los a nuestros ejércitos; pero que en Perna buco, en Bahía y
en casi todas las provincias del Imperio ocurri ron subleevaciones
armadas, destrucción de cárceles y maniñest s conspiraciones
contra esos medios violentos y anticonstitucio ales, con marcada
tendencia de una abierta oposición a la guerra, que amenazando
muy seriamente la unidad del Imperio, había uestra Majestad,
para aquietar el espíritu púb2ico, hacer lo que izo con la Repú—
blica Argentina y Oriental: prometido la paz pr x'rma y algo más,
que ya no marcharía un solo brasileño a la uerra. Que, por
estas razones y otras no menos capitales que d jo de menciºnan
con lo relativo a algunas repúblicas suczlaméri amas, 105 últimos
suéesos de México con ei Emperador Maximiíi no y los. Estados
Unidos del Norte, V. Majestad había tenido por íen comunicarme
su_ indeclinable resolución, en consideración a m responsabilidad;
de 'salir de nuestro plan de defensa; pero que sin abandonarlo,
active mis operaciones hasta llegar al río Para uay y cerrar allí
“ el sitio al enemigo por agua y por tierra para al anzar eí deseado
t3bjetivo de hacerlo rendirse sin condiciones.
" Esa operación se efectuó en 10 que a nos tros nos tocá y
mi responsabilidad, séame permitido decir resp tuosamente a-V.
Majestad, está a salvo. Pero esta operación, demás de 10 ya

216
…-1.;A ..—.;=….....…<.¿………… ___“..AhA—;__L__.A

dispuesto, ríos tiene colecado fatalmente en una nuevay peligro—


sísima situación “
' Nuestros ejércitos han disminuido y disminuyen considera—
h16mente por los contrastes bélicos, por las pestes, entre las
cuales se destaca el cólera. Que en todos los cuerpos de nue'stros
ejércitos y.,Armada y en nuestros hospitales hasta lo que tenemos
en Corrientes, hace díá1ía y espantosa mortarídad Nuestros re—
cursos de boca también se han tomado tan difícilesy escasos
que mantienen' a nuestros ejércitos en una mala & insuñciente
alimentación Las desercíones son continuaa, considerables y no
habrá cómo contener!as Y en este estado que hemos salido de
nuestro plan ¿e defensa y ex+endido hasta llegan a lo imposiblc
ríuestra línea; habiendo la misma escasez de!hombres y la natu—
raleza de] terreno, nos vimos en Ia necesidad de fraccionar nuestro
poder militar en siete "contingentes: la 1a.—-—que es la División
acorazada que quedó en Humaitá y Curupayty; 132a.—División
no acorazada, que está acamonada desde 313330 de Curupayty
hasta Itapirú; la 33——105 esclavos, restos de la División del Ejér—
cito que sef salvó el 3 de noviembre próximo pasado en Tuyuti;
la 43.———Diwisión que está sobre mis inmediatas órdenes en este
lugar- de Tuyucué; la 5a.——División que se ocupa del trangporte
de ganadosvíve1es
, y municiones de Tuyuti & este puntº; la 6a.
División de Vanguardia situada entre este punto y el de Tayy,
y que también se ocupa de transpórtes de ¡municiones de boca
y de guerra & Tayy y la 7a.——— División de Tayy. Estas fracciones
553 encuentran aisladas y apenas protegidag entre sí, y muchas
de ellas ha5ta en difícií y'costosa comunicación. Circunstancia que
presenta 33 enemigo y facilidad de hacer conícualquiera de ellas o
lo que hizo con la mejor fortificada que era la de Tuyutí. Pur
mi parte,jdebo francamente manifestar & V. Majestad que mis
témores Crecen de momento a momento, como de momento a
momento decae nuestra situación y se a]ienfna al del enemigo, de
que éste, repentinamente dé un asalto a las posiciones que ocupo
con la 4aL Fracción de nuestros ejércitos; y si tal sucede, no es
posible responder del resultado, pues ya tengo visto y experimen-
tado que105 soldados de López no sólo son invencibles, sino
que son irresistibl es. Si iuesen destruidas, que el cielo no permita
nuestras posiciones de Tuyucué, habríamos pe1dído el punto
217
céntrico () centro de gravedad, el corazón de toda nuestrá línéá:
sería perdida infaliblemente la 6a. División que quedaría cortada
y sin apoyo alguno; quedaría perdida y perdida pon_ rendición,
¡& 7a. División de Tayy y las demás Divisiones, excepto la aco—
razada que se encuentra imposibilitada de subir 0 descender,
entre Humaitá y Curupayty sería obligada a abandonar sus po—
siciones; y los demás de este aciago porvenir, V. Majestad puede
medir.
Los peligros que cama… la situación de! Ejército y Armada
de Vuestra Majestad en el Paraguay, no es posible' narrarlos
detalladamente sin caer, quien lo haga, en la sospecha de que se
encuentra dominado de un gran miedo, que: está atemorízado y
acóbardado, pero confío que V. Maj estad haciendoj u8ticia a mis
antecedentes y mis sentimientos no encontra1á en esta éxpo»ición
sino rasgos de leal tad y probidad de amo¡ a la suerte dei Imperio
de Vuestra Majestad. ! 1
Debo aún agregar sobre este punto dos palabrasl_ más, por
lo que me atrevo a llamar no menos seriamente la afención de
f.jMa estad. .
Hace algún tiempo que estoy haciendo notar ciertos inciden—_
tcs desagradables y sensible en nuestros ejércitos que inspiraban…
recelos de que el enemigo tuviese en e Mos alguna parte. Esne
género de incidentes han sido advertidos más frecuentes y más
graves desde que pisamos Tuyucué. Más hecuentes y más graves
aún desde que nuestra 7a. División se encuentra en Tayy; y
mucho más frecuente y más grave aún a medida que avanzamos. …
Es un hecho que, habiendo más líneas nuestras dez_ Fnrtif'1ca—'
ciones., haya más cuerpos avanzados de grandes retedes y sus
detalles, en vigilante observación del enemigo, que se han esta—;
blecido uniformemente en todas las fracciones de nuestro ejército,
cuadruplícados cordones de puestos, también de observaciones
y vigiiancia; pues Majestad, ¿¡ través de todos estos medios, ni»
dejan de haber los que pasan al enemigo, ni dejan de existir¡
desertores por todas las partes y 10 que es más han ocurrido
»mbos de ganado en cantidad considerable, han habido incendios
en el interior de nuestros campamentos que revelan el punto caSi ;
infalible que, en elmté1íor de nuestros cuerpos e¡ enemigo tiene
considerable número de cómplices que conspi¡an consrzmte )!

218
secretamente contra n estra causa y en su favor, 10 que nos hace
te=mer mucho pruden mente que de un momento a otro, haya
acontecimientos fun sros y desgraciados, cuya extensión no
puede calcularse, 0 q e revienta una rebelión en favor dei enemi—'
go, que gstará síemp & activo en protegerla, y cuyos¡resultados
serán fatales y funes os. —
Vue$fra Majesta , no dudo, habrá de ver que veo a través
de esa situación: de ue nuestr03 ejércitos, en cuaiuo a su orga—
nización, que: es, en eneral, la combinación de elementos cons—
titutivos de los misrn s ejércitos, basada en los intereses militares,
políticos y económícps del país; y que tuvieron por objeto espe-
cial: garantizar la s guridad interna y externa del país, desar-
mando a sus enemigos; sostener y defender las instituciones
patrias; desagraviar 1 honor nacional y mantener los derechos
del Estado en sus relaciones con las otras potencias, han dejado
de existir. Como han dejado de existir como el medio poderoso ' -
y único de sustentar” la guerra contra. eí Paraguay y de Hegar a
105 fmes del Gobierno Imperial en ella. '
No solo es pesároso decírselo, sino un cuerpo que contiene
las flagrantes infracciones de] derecho' público interno de] Impe—
rio; un cuerpo, que lejos de salvar el honor y sustentar sus
intereses, y la deshrnra y el poder en inminente peligro; y es…
un cuerpo que lejos de prometer la_consecusíón de los fines de '
Ea guerra, compromete la vitalidad del Imperio y engrandece al
enemigo, enaltecíendo su fama que ya tiene subido a un grado.
eminentísímo y que, sin más accidentes que el hecho de su “
resistencia por tanto tiempo, es basta_nte para que ante el mundo,
ante la historia, ant nosotros mismos y para sí mismo, aprecie
una gran victoria g nada en cada hora, en cada minuto, en cada
instante) es victoria Majestad, sobre nosotros, sobre el Imperio,
sobre la Alianza y obre nuestros recur505.
Extrañará tal ez & V. Majestad, que en mis apreciaciones
y en mis datos, se ¡ayan guiado independientemente de nuestra
Armada; pero si 1 tengo hecho es porque ella no influyó de,
manera alguna par mejorar nuestra situación y antes, 10 contra—¡
río, para empeorar &; pero pasaré a ella.
La escuadra h' jugado y juega aún importante su papel de
bloquear las ríosv araná y Paraguay en sus desembocaduras y_

219
privar de toda comunicación al enemigo, ta bién con las naciones
neutrales; pero la Escuadra, no obstante &. combinación inme—
diata con &] Ejército,¡amás adelantó una pul ada en ias operacio—
' nes de la guerra. La división acorazada & la “Escuádra pasó
Curupayty para operar conjuntamente con lEjércit“o sobre Hu-
maítá; pero quedando en su pasaje de C1rupayty, ínutííizada
para afrontar las fortificaciones de Humaítá, mvo que detenerse,
' escondiéndose de los fuegos de Curupayt como de Humaitá.
El primer efecto fue frustrar el plan de ataqu sobre el enemigo, ei
segundo, se deterioraron nuesrros mejores avíos acorazací 05; el
' tercero, que quedan sin accióny bloqueada, )! 1cua'rto darluoar al
enemigo que hagá en tho puntoinexpugnab "és las fortificaciones
de Humaitá; pue_s lo mismo que éstas no hub esen abs;olutamente
, existido, no hubiesen tenido un solo cañón, n solo torpedo, una
sola corrienre, en,cuatro meses ya había c ¡1 su activídací pro-
verbial, más que sobrado y suñciente tiempo para crear fortifica-
1ciones, para establecer todo género de obst cuiosv hasta pa¡a
Cerrar de paredes de hierro el río. La Divisí 'n acorazada, pues,
nuestra Escuadra, queda inutilizada, queda impotente no solo
para ascender afrontando los peligros (…e Cur payty, que si ames
se afrontaron con gran daño para nosotros, h y no podrá hacerse
sino con inmineñte peligro, de perderse ante el a nuestra División
acorazada. Esto sería sin duda,-el mejor de los re:;ultadoa en
perspecriva, pues aún [emo, y temo seriamen &, que López, que
todo puede con _sus soldados, haga abordarl . y la tome como
prisionexa y entonces todo y todo estará p rdído, y hasta no
ve_ría distante el peligro de ser bombardeada 1 Capital del Impe—
rio. Entonces todos nuestros planes sobre las epúblícas Argen—
tina y Oriental, y las demás repúbíícas sobre ¡ Amazonas, que—
darán frustrados y frustrados para siempre.
Ante este cuadro, diseñado con el pincel de la verdad y la
tinta de una saludable razón, como dirigido or los purísimos
sentimientos de amor a V. Majestad y al Im erio, qué camino
nos toca seguir, cuál paso nos cumpl& dar? Yo no veo ono,
,_Majestad1mperíal, que el de hacer la paz, y ha er1a cuanto antes,
con López. Con Ia paz tendremos equilibrado& su man!estación
moral nuestra causa, con la paz tendremosa s:1vo los .;estos de
nuestros ejércitos y nuestra Armada, con la paz endrernos ¿¡ salvo

220
eí Imperio; con la paz tendremos conservada nuestra actitud de
--un mejor tiempo para llevar adelante y con los otros medíosa las
prétension_es imperiales sobre las repúbii_cas americanas; con la
paz conserx-aremos nuestra ascendencia sobre las Repúblicas Ar—
gentina y Oriental! por razón ¿a los compromisos que el General
Mitre y el3General Flores han contraído con" el gobierno de V.
Maj estad y por razón también de la aumentada deuda de estos
pueblos con el Imperio '
Un puhto de fácil solución que me resta aún mencionar a
V. Maj estad, y esto es 10 que se reñere & nuestros aliados. Cuando
al General1Flores se .le había 1etirado ex—abrupro del campo de
la guerra y no concurrido con un solo hombre, claro es que no
tiene derecho a_ _sgestlón alguna sobfé los actos de V. Majestad
en 1a soluc1ón de la cuestión; debiendo conside1arse por todos
Ios acatamientos, como un miembro pasivo de las deliberaciones
de V. Majestad.
Y en cuanto al General Mitre, después de su obstinado
empeño enºhacer prevalecef su personalidad de acuerdo con el
tratado del lo. de Mayo, está convencido que sin pueblo y sin
soldados debe no solamente someterse a cuanto V. Majestad
haga por bien disponer, sino más aún, de ser las almas imperiales
& las que debe concurrir buscando el único amparo que debe
buscar. El General Mitre está resignado plenamente y sin reservas
a mis órdenes; él hace todo cuanto le indico, como ha estado
muy de acuerdo conmigo, en todo, hasta a que los cadáveres
colérícos s<éan ianzadc>s desde la escuadra, como de Itapirú a las
aguas del Paraná, para llevar el contagio a las poblaciones ribe-
reñas, prin”cipalmeme las de Corrientes, Entre Ríos, y Santa Fé,
que le: son qpuestas; pero convencido ¿e nuestra situación y
aunque coin la paz queden nuías sus aspiraciones de virreinato,
comprende también que es razonable e imperioso abandonarlas,
y que la paz es ei único medio salvador de nuestra peligrosa
situación. El General Mitre está tarñbién convencido que deben
exterminazfse los restos de fuerzas argentinas que aún le sobran,-
pues que de ellas no divisa sino peligros para su persona. Pero
él espera, finalmente., que por medio de la paz tendrá satisfecho
el clamor ¿del pueblo argentino y de sus tropas y que así habrá
podido te1fminar pacífica y honrosamente su presidencia y que
221
conservando la ascendencia de su partido,.podrá continuar traba-
jºando en favor de la idea que hoy quedará postergada y podrá
con el tiempo, pudiendo hacer vaie: su influencia oficiaípara la
elección del nuevo presidente, preparar el país y las cosas, con
el poderoso auxilio de V… Majestad, a los mismos objerivos de
Ia Alianza, que esta vez no se puede realizar. Si así no fuese y
la guerra consumiere el tiempo bastante corto que le resxa de su
período presidencial sí es que no fuese depuesto por la revolución
que sigue triunfante y tomando mayores proporciones en las
prov1ncias del Norte seguramente, que su abatido partiao caerá
por tierra, el partido nacional se encontrará p;eponderanre y en
los trabajos e1ectorales que ya habrían comenzado, saldría sin
duda triunfante la candidatura de un Corifeo de ese partido, que
ei General Mitre teme mucho que sea el Gen eral Urquiia; y 61
General Urquiza, Majestad, en buena hora había procedido favo—
reciendo con eficacia los fines de V. Majestad en la guerra ai
Estado Oriental apoyancío ia conduaa del…Genera] Mitre en
cuanto a la Alianza, y cooperando aunque disimuladamente pero
poderosamente en la. guerra actual contra el Paraguay y eí General
Mitre y yo creemos que el General Urquiza tendrá necesidad de'
buscar garantías de su posición en el mismo partido nacional; y
sí la República Argentina en genera] así como el Estado Oriental,
les son antipáticas a la Alianza de ia guerra al Pa'raguayi, & ese
partido nacionai le es odiosa; en cuanto al Genera] Urquiza que
cuando' ha necesitado del Brasil le sirve bien y cuando no, le
huele mal, no ofrece vacilación al juicio que a él en la presidencia
de la República Argentina, le importará ¡& rescisión de la Alianza,
la denuncia contra ella, que será nada menos que la Alian2a con
el Paraguay y la guerra contra el Brasil, que es para temer que
no sea simplemente la de la triple alianza delas Repúblicas del '
Paraguay, Argentina y Uruguay sino de toda ia Amér'r1ca, inclusive
la del Norte pues todas estas repúbiicas más que las causas
_ pendientes que han tenido con el Imperio, no les faltarán pre1extos
que alegar; y así como el Gobierno del Brasil en .a guerra con
el.Estado Oriental rechazó la mediación del gobimno paraguayo;
! réchazó el arbitraje de¡:"¡;.3 naciones neutrales ); ra:hazó todos] os
, medios de ccnciiiación1 porque la guerra le prometía un tfiunfo
fácil y seguro1 la alianza ámericana estará en el mismo derecho,
autorizada, per esos otorios anteceáentes, para lanzarse a la
guerra sin previa ¿& laracíón, sin manifestación de motivos
yde una manera íntr nsigente y de irrefrenable arl: itrariedad
apoyada por el buen argumento de la seguxídad y facilidad“
del triunfo; segurid ¿ y facilidad infalibles, pues que el
Imperio se encontra 'a eritc>nces absolutamente incapacitado
para enfrentar por un solo día esa guerra, que traegá por
resultado la desapari ión del_ Imperio cuyos? territorios serán
…í recuperados por Ias repúblicas limítrofes que fueron sus
propietarias primitiva ; otras fracciones serán c0nquistadas y
otras serán, con su p biac¡ón, constituidas en varias naciones
independientes que & razarán el gobierno democrático y que
hoy mismo aspiran m Jchas provincias del Imperio y es natural-
en todas las asociací nes políticas del mundo. A la sombra
de esa guerra, nada uede libramos de que aquella inmensa
esclavítúd del Brasil del grito de su divina y humanamente
legítima libertad; y t nga lugar una guerra interna, como en
Haití de negros con a blancos, que siempre tiene amenazado
al Brasil, y desapare ca de él la escasísíma y diminuta parte
blanca. que hay.
Todas esas con ideraciones y otrasÁque aún omito, por _
dejarla a la ilustrada interpretación de V. Majestad, me hacen
._ínsístir en la idea “d la paz.
A la paz con 'ópez, la paz Imperi311Maje5tad, es el …
único medio salvad r que nos resta. López es invencible,
López puede todo; y sin la paz, Majestad, todo estará perdido,
y antes de presenci r ese cataclismo funesto estando yo al
% nente de los e;erc1os imperiales, suplico a V. Majestad la
1 especía]ísíma gracia de otorgarme mí dimisión del honrcso
U puesto que V. Majeftad me tiene confiado.
]Lntíendo cump1dos mis 'a]tos deberes, de mariscal y
comandante en jefe de los ejércitos de V. Majestad, de leal _
11 súbdito de V. Majestad, de las calíñcadas dígnidades que me 1
¿¡ íígau a la casa imp rial, y de mí lealtad de ciudadana ruego
: a V. Majestad, qui ra dignarse recibir en buena hora mi
exposición privada.

223
Hago sinceros votos por la augu5ta ida de V. Majestad,
por la excelente salud de la família impe ial, y el acierto del
Gobierno Imperial de V. Majestad.
Beso ¡a Imperial Mano de V. Majes ad.

El Marqúés & Caxias

224
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13£ººl PFCU. Año 1. H". 35-


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v_munda'mnmzidn , par =onnccr 'en-um ¿! quezint19 c_ompañarm, Roi plana!
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— ¡malo que l¡r.vendn —u honor y ru vida mlav'nud; uuu dla: 14mmwznln un la-
—mvu_nm nº.“ un -pocndú :uvihcídn aro: despues du» ¡mln uu p=líbuiu lunnl=do ¡sur
rrn: u Iu3| inhL 1b—- .|… duugumio ymublnmmu eucuzw big), la :iv!líncion y !: socitdnd. '
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" Ilj '_Viémn .'s:m |lsrnin ¡¡ annm- -m||n,' xiu.ver fúnnm [-mllernhleihú'mi- ¡ gu.qua ¿mum uubeñndm. l1u.mu ,…
…" '1'mrní…mi'rlliºes…f ' "¡¡no ¿a rod¡|lu: :": 101 pi'm dei snlduxlp'l 'vueuru ¿érr ndnrl: cnllluú dn In | nllll
_8:ln1= Béginn v.'y m,
… ¡ “" 1' Sibutlu. Im Nat lvh igd de !=: ¡niamn Pulrin 'que ha unido a noa- , y ¿¡ hpl:num de la;… lo: bMMI-
" ll, Yla_ ming n.' ¿H q!li;lar, á ºfrecerá ; un) undoá mil|h¡rn ' | ¡Amn ei .bárbzneuvnugu ñon Um:ln¡
1 ' dó x_..;m … s.¡ñom. ¡:qu qua d<qí¿:rln de T:» M:; de! hºnºr. ¡ ¡us b-Iagm'f
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. - '-…- a - ” —IB¡ infmuii. del Mulmlol,' del ynbu ! du ¡_ “ »' ' ' '
_. lnamigu !mumr; 'el laviulagínndn imh:»!ul yu. - ' >1.¡u(l-gn ddvpiiml.
andlnígº comun- ela ll "-»"Hiur=hl'es Inúcm;u,tomºa mnllrsnn <“ ] '¡- -u-ijlnduf pm“ rm
-' ;; ciu)ll:acinu; delúurenhh- |u.¡:ubmñu yxwimpm.nrial;..—. ' - = . , »… 's. ' '1laau coulrálanle—_
» ' yd11lihetlzdd'punblm "" -'Nu_euron vir.luoam ! ul|rntu ¡aldn- ' 7:— dn'h irlplu .1Img-
zhombros.e!quu nmzi- dm, elink… [»an !'.1I"prec¡ºsº Hm- ¿ _:u, mhnu alvgúrm
_ da un m cnmmnlidn cu-“ br: atdmu couqauiu1niuduadni_—';' "querrp“menkzwn
. ]uul' oder,'enlrbqlán-— ra'el mundo dvill:ndu.indlguudm nrla " b=shnu lidn_¡idud
vu_uuab: de: In ' esenfrenaú: udr—1 injuria ¡¡un se Iadnfcrh por el :p “¡riu ' …, " m ¡¡ gilnuelo'n bullm-
rupuinn ¡: nfrenrxm mnlnru d» vl| bar-' -enomlgn, la han m»lellndo(n! bakan. u…. -rcmlll¡:: Bi: mmilruu :! !
harie;sc pm:ipitñ :? au'n dela cn]ade I'¡u- ' . Mcre:eís uu ¡¡¡ brava!!! quer!due uom-: a'¡o<:_ied:£ devl' rulñlaruna» Jm:_u
dur;xú =sn:iunr yreducir ¡¡ || “ yp'ol- 'pañere; por vu:.lra uuh!n' y»ºjemph¡ [zuk¡n r;¡nilibñu_ ;¿d4mhv'uu pm
uu |av|¡t;1úh¡?e:r dci P.:rag-j ¡;píl;m» "'L,l%llduch. — —' ' ¡ pum En ¡(mln zh! bneu»¡ y|ila,nu [.
dn.vguu:rr.1, guerra, y guerra ¡1 hºy Y l '— El cobqrdc mmuign. que se rlndciu=-— nru.1;u|uuunzlNín_liníuvj*culr:!*iu_gv
—5Sn ¡mnuipiu : gunrl'n '; xue!r:v ¡mv …… i …su…» aun: el !Irillu du 1uullhu arman. lmrm'-; el leon : peru—li"?!mn

El Diario Cabichui (Abeja, en gua"an em hecho por los propios soldados y


distribuido en el frente. El logotipo de la primera página representa un
soldado bmsileño, negro, perseguido por las abejas (cabichui)
E:¡“ef“C-Pabích'uí. "11?
cºf "ch ¡src mue_sa"a &
,
negro¿; Sí'miriesenjma .é' ñí!t 1u¿baxgcjgnrg '

.5

.m..
0
P
.… mm;.3.,.… …… ..… 1
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.. .-.…,.f.,…r&h.a…u,… .
—.—n...¡¡uhm…m,ámha,…th
H : ,, _. , _
.la-ch… ¡umkilrc.uhruui …una. :unn'n.x.:¡u.—yu¿as.g&.mhuk .I—J

El ejército brasileño (compuesto tóralmcnre de negros, en este c75isre) es dermfado por Sol
ano López, en el
sueño paraguayo. Bajo Ias patas def caballo de Solano Lópezlas banderas del Brasil, Urugua
yyArgentinz.
* Aj frente, pidiendo clemencia, Pedro II.
¡..y-..…. _

Párlu ;- Elena.
p1:g=&a la historia del mundo, y un !¡nyu' Áu!:pl lui prnlncr¡un.
ENERAUIENTE su dice. una rinco n de unesl ro phncx a lnci:l que no “ q…- 11 .— …:; numupms
" .=I amir :| :=pfianolu. que nrmnle =l mp==lu um =np=r=hund:n- bolo || ¡unn vu:slrn amar.
el 5|uur_n= manu, que :; cia que ¡: e:!raran da MGM am pºr…. Acá …as. que I! _Furn
x_y7 -' *L! um puma :icgn , fo]céni- El Gran Drnyutu 0vz'<SaPi-th'nqh» ]hr:r _:¡vflnpre ¡]…mh.
…» ',, ::.que mduln ancha en Tarlug uílero ¡quu!: de Cajun : Cu;him— ¿que ¡¡ :rr.is lu reímx
' ' su dubnrde. qu: un En u, bu, muy:a p:rimInlhdu ::an c::rr hd mi. ml: em|)rcn nmbmm.'
mu ¡mhm que camu !: pºlvora cunda. l¡1ur. dllou :.onl urhudnrei e.'il'lºs det :- ¡. |uil n.- Any. Erñnr..
nnn 1nu !ucun :! 'In encima ycumprim- mor.y ennve nclnln de su capri chm im: lnr lu ;ublime hunrhd
m:yur ¿: u_u :: Iou'íun. ) qua por l.:ntn ya merce d sn Im engan dradu au xi¡¡u ¿: Q4u— ¡ n: alli'ng mE-Ieclo
son mas ”…un aru ¡us cf:=lnn; qua :: m.h=nuy ¿m maru: num: mcsrs y nu:- tin … Ida y sin ¡full.
d: =an que nacen lo: frecuenlu ¡lulu- Iro minui n: ; m&d!a; y n'.“¡sudn pur I: - Pero …un: rrcumppnm
dEl con… el honor. ?: v¡rlud, l.'l moral; prmi a, de que ¡: pl… :» un exe¿: nl: Queltle =ndnrma ox d?gn=b
lo: l:g]l¡mu¡ inl-rcm o:cí:nfu¡ ¡¡ salad. ¿unn pin empnvuunm lus lurlu(-n¡ le:nl Mi. ¡in duda,
¡: Vida, que quiera d:u'r todo: ¡que]… |.:nd n pm- donde : corre r el amor, h:-¡c S¡mxdn Í|ll| ¡Le equidad.
1-uurtes qua conducida! ¿ ubern=du aqui, que ¡I: cunvle x-l: en un ¡¡una Tro- Pues mi amºr sn*n,1|sluño
por la mu debian ubnrh fuidñnd …! udor y umpn ndu ¡: conqu isí: ¡mor on Nu pu: (: (ruclifuur ;
humana. para queinvndídu: por]. nu— dul cºmun dcdp.| Gcnu¡ l 0bqj:l . Y_5 ju lar con nl de otro-
:¡on niega] ír:néllú del mar. coma Hilux :… viuúp urndm gn ri cuadr ¡ln ' If:ll-uu la facultad.
pa¡íun vulc5nícn _! ar::lmladuu. Inu- qu» uu:iz :¡ ¡¡ vim ; :; gu. de…… de úm-Sopl—No ¡;;—… Mn, 5=ñun.
fenn=n uu r=n¿rm :n un mmm ¡Imi- lu uc…» nc-un-ido; dude Enum im: Que un alla !: (=cu¡rnd,
_b=mdo, q1: hnh;a el p=hd=r du lu fecha, bien pudr= h calzg' rr … abjuo , ¡in Pu:1 nl amor un mon:
¡enlhlu¡ pera qui ¡mmm la …ver“. nnce: idnl de oír su: p=hb ns. [ii dlsli ¡gue !l. equí¡luú.
Hu nlnluule. el . l:ah?:huí . que oyen
Gun ul amar, :s una eA)nr."ns da divinii- e1d|i !vku :momw. va :] lrumilim: ln-
¡ ¡ol pur hey pre:una :
. Qu: mm: hay voluntad
¡
dan sobre n=lumf. qu: :]nrca un poder ¡
m':=L:rlnso 'y magica; que :… un¡c'h¡b- lu¡l'm:nle zlgu ¡1qu que en él ¡: dijo : P.I amo no reconºce
B: du ¿¡ :: &munlz ¡um dulruír pu!— 0lív-$£pí—Eru hermosa, mi vida, Ningun diñ:ullnd |
Ius ““mi; para prarocv lu mu ¡:m- Nublf. e! In :nrnwn. ? all Srñnm.hu:cñ
Gr¡eMas ¡ueml. pl|.1 d:r run… 6! mm '( lui mmm; me hech¡z=n La que -¡=ga nmur mm¡un:,
¡10 ¡| rerex. r.nmn pur ejemplo, nun |¿ Y te eauliv:m mi amor. 'de: su ¡ruuulzndrrh
w;1=v1(ud guardia en ¡n: circe¡uih Em huérfana, la ecu nu bn' nlu mmm!
lib:rlld: &. &. ¿L Tux ¡d:plas lamhínn sm- : Mi pa ¡»¡un ¡a la nit.
¡ Qué no su dice del mun ! Q'no ¡u :*ern lu ¡un:rlr. ¡:s la mía. Quoé : 1: Ludu ¡¡ humítiz.
' hechº :| :¡mnr | ¡mpu9ible uslrzer5 !:_ T f:: la ¡II ello: mi p:uian. Y yo m tqm ¿ vumrnmul'
ví… sun rjuunlon cuandº de clics m=_ ' º 'Mrpln mis .—pnlimipniw, . E! ¡ici dema: :: rmda.

La leyenda de esre chiste dice: ?París y Helena”, relia'e'ndo ¿ a! Duqucde Caxias


_v Bartolomé Mitre. La tortuga es una alusión a la demora de] ejército brasileño
1
j en marchar para la guerra.
……k … . . '- »… …. %r .. v
' “E,er diario, también distribuido en la línea de! frente, Lz¡cique Lambare,
era romim ente cscm'fr) en guaraní, siguiendo ¡zz misma línea agresiva de Cabichui.
GEN0amo
AME 1CAN()
LA GUERRA DELPARAGUAY
*…¡nó htm… huy rl mnynr con…cto de la historia latinoamericana
mm1m-r |nhu*nhle? Pur C|llé. aparentemente, hay un acuerdo tácito
Íu¡ur nn sw |nvmli…w In (iucrm del Paraguay?

mc … l'uc …… guerra ¡lc intereses económicos, a favor del Im—


Británico, que tímidamente comenzó a tener su estructura de
“1151611 negada por la República del Paraguay.

araguay, & partir de 1845, modernizóse rápidamente, volviéndose


ais autónomo, libre de íngerencias internas en su economía y
' aciendo todo 10 que precisaba para su consumo. '

libro es un reportaje sobre la guerra; relata cómo los paraguayos


fmrím con armas que ellos mi3mos fabricaban y demuestra cómo
.“mguny cm en esa época, mucho más desan'011ado que sus vadi-

--I n. también, episodios terribles de esa guerra cruel, como la bata—


JC Acbsta Nú, en la cual 'los combatientes paraguayes,que tenían
a 14 años, fueron díezmad.oá, habiendo sido quemados los sobre—
ntes, inclusive los heridos.

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