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Debate: Entre el pasado y el presente MEMORIAS EN CONFLICTO POR ELIZABETH JELIM Las reflexiones sobre la memoria colectiva requieren de un esfuerzo por defini los campos de accién, los con- ceptos y las practicas sociales en torno a su produccién. Jelin a iza el reciente “boom” de la memoria y se plantea cudles son los rigenes y los alcances de la ten- sidn social y politica que despierta esta voluntad de procesar el pasado reciente. Los aalists culturales reconacen una “explosin de la memoria" en el mundo occidental contempocéneo. que Coexiste se refverza con la valoracin de lo efimeco. e ‘imo cpio, la fragiidad y transtoriedad de ls hechos de la vida. Las personas. los grupos fomiliaes. as com ridades y las naciones, norran sus pasados. para si mis ‘mos y pare otcos y otras, que parecen estar dispuesas 3 vista esos pasados, a escuchar y mirar sus iconos y fastos. a pregunta eindagar. Esta “cultura de fa memo- ria" es en pacte una eespuesta 0 reacién al cambio ri doy a una vida sin ancajes 0 races. La memoria tiene, entonces. un papel altamente significa tivo como mecanismo cultural para frtlecer et sentido de pertenencio y, 2 menudo, par construic mayor con- fianza en uno/e mismo/a (especialmente cuando se trata de grupos oprimidos, sitenciados ydiscriminados). La memeoria-olvido, la conmemaracién y el recuerdo se tornan cruiales cvando se vinculan a experiencias tra iitics colectvas de cepresién y aniguilacia, cuando se trata de profundas catéstrofes sociales ysituaciones de sufrimiento colectivo. En un sentido politico los debates acerca dela memoria de periodos represives y de violencia politica se plantean con relcin ala necesidad de constr 6rdenes democticos en ls cules ls derechos humanos estén garantizados po (2 toda la pobiacin,independientemente de su clase, “a- 2a, nero, ovetaciénideolica, rligin 0 eticidod Las luchas para defini y nombyar lo que tuvo lugar du ‘ante perdos de quer, violencia politica 0 terrorsmo de estado, asi como los intentos de honrar y homenajear a las victimase identifier alos responsable, son vistos como pasos necesarios para ayudar a que los horrores del pasado no se welvan a cepetir nunca més Et Cono Sur de América Latina es, en este tem, especial iment significative; hay muchos otros lugares en el un PUENTES HGNSIO 2000 “En cualquier momento y lugares imposible encontrar ‘una memoria, una vision y una interpretacién tnicas del pasado compartdas por foda un sociedad, Lo que hay es una lucha pola, y no pocas veces esa lucha es concebida en términos de lucha contr el olvdo.” o, desde Japén y Camboya a Africa del Sur y Guatemala. En verdad, los procesos de democratizacion post-dicta- duras militares 90 son sencillos ni féciles. Una vez insta lados los mecanismos democraticos en el nivel de los procedimientos formales, el desafio se traslada 2 su de- sacrollo y profundizacién. Las confrontaciones comien- zan a darse entonces con relacién al contenido de la de- ‘mocracia, Los paises de la regién confrontan enorme dificultades en todos los campos: la vigencia de los de- rechos econémicos y sociales se restringe, hay casos ‘eiterados y casi permanentes de violencia policial, hay violaciones de los derechos civles mas elementales las iminorias enfrentan discriminaciones insttucionales sist miticas. Los obstSculos de todo tipo para la real vigen cla de un “estado de derecho" estén a la vista. A pesar de todo esto, no cabe duda de que le vida cotidiana en estas fragiles democracias es sigificativamente diferente de la vida durante los periodos represivos del pasado reciente, Las desapariciones masivas, el asesinato de po: liticas de oposicion, la tortura, (os encarcelamientos ar bitrarios y otras formas de abusos son, afortunadamen: te, fenémenos del pasado autortario. EL pasado reciente es, sin embargo, una parte central del presente. Los esfuerzos por obtener justcia para las victimas de violaciones a los derechos humanos han te nido poco éxito. A pesar de las protestas de las victimas Yy sus defensores, en toda la region se promulgaron le- {yes que convalidan amnistas a los violadores. EL conflicto social y politico sobre cémo procesar el pa- sado represivo reciente permanece, y 2 menudo se agu- diza, Para los defensores de los derechos humanos, el “Nunca mas” involucra tanto un esclarecimiento comple- to de lo acontecido bajo las dictaduras como el corres pondiente castigo a los responsables de las violaciones, de derechos. Otros abservadores y actores. preocupa- dos mas que nada con la estabilidad de las instituciones democraticas, estén menos dispuestos 2 reabric las ex- periencias dolorosas de la represién autoritaria, y ponen el énfasis en la necesidad de abocarse a la construccién de un futuro antes que @ volver a visitar el pasado. Des PUENTES ACOSTO 2000 de esta postura, se promueven polticas de olvido 0 de econciliacibn”. Finalmente, hay quienes estén dispues tos 2 vista el pasodo pare aplaudi y glrifcar el “or: den y progreso” de ls dictaduras En todos los casos, pasado un cierto tiempo que permi- te establecer un minimo de distancia entre el posed y el presente, las interpretaciones atternatvas (inclusive Fivales) de ese pasado reciente y de su memoria, co- imienzan a ocupar un lugar central en los debates cult: fales y politicos. Constituyen un tema pablico ineludble en la dificil trea de forjorsociedades democrsicas. sas memorias y esas interpretaciones son también ele- imentos clave en los procesos de (re)consrucciin de idemtidadesindividvales y colectvas en sociedades que cemergen de periodos de violencia y trauma. En cualquier momento y Luger. es imposible en contrar une memoria, ue Vision y una interpreta- Cién Gries del pasado, compartidas por toda una sociedad, Pueden encon- trarse momentos 0 peio- os histrics en los que el consenso es mayor, en los que un libeto nico de la memoria es mis aceptado 0 hegeménico Normalmente, ese libreto 5 lo que cuentan los vencedores de conflictos uy batallas histéricos. Siempre habré otras his tories, otras memoria € interpretaciones alterat vas. Lo que hay es una lucho politica activa acer ca del semido de lo oc ‘ido, pero también acer a del sentido de la me ‘moria misma. El espacio de la memoria es enton- ces un espacio de lucha politica, y no pocas veces esta lucha es concebida en términos de la lucha conta el olvido” recor dar pare no repel Las consiqnas pueden en este punto ser algo tramposas. La "memoria contra el te olvido" 0 “contra el silencio” escande lo que en realidad €5 una oposcion entre distntas memoria rivales, cada tna de ellas incorporando sus propios olvidos. Es en ver~ dad. “memoria contra memoria” Qué es la memoria? De qué memoris hablamos? Pact ‘mos de una nocién de memoria come concepto vsado pa- (a intercogar las maneras en que la gente construye un sentido del pasado, y cOmo se eniaza ese pasado con el presente en el acto de rememorarflvidar. Esta iterroga- Clén sobre el pasado 5 un proceso subjetivo: es siempre ‘activo y construido socialmente, en dilogo e interacién, sta nocion de memacia contrasta con lo que se suele tae mar memoria “habitual” 0 automatics. donde no hay rfl xin, Son los saberes adquiridos sobre habitos sociales bS- ‘icos (desde como subir una escalera hasta si dar uno. dos © tes besos para sada, © inna}. Enel omento de ‘actuar, estos conocimientos. que vienen de la memoria, se manifiestan como rutnas, casi siempre sin reflexi6n. Con trastan con las memavias narrativas inmersas en afectos y femociones. y es esto lo que las hace “memovables”,'o que las hace itersubjtivas y con vigencia en el presente Es en este punto, al decir que [3 gente construye un seatide del gasado en funcion de Su “experiencia paso” a, que se impone una distnci6n entre dos sub-orupos sociales (que conforman “la gente” de la frase inicial). Estén quienes viviefon un evento 0 experiencia, y para atios, «50 vivencia puede sec un hito central de su vida Si se trat6 de un acontecimiento traumatico. puede ser un hueco, un vacio. un silencio. 0 las huellas de ese trauma manifiestas en conductas actuales (pocas veces. sin embargo. un simple “oivido’. Estin también quienes no tuvieron la “experiencia pasa da" propia, Esta falta de experiencia los pone en una agarente otra categoria: son los “otro/as", los que no lo Vivieron en carne propia. Para este grupo. ta memoria 5 una visin del pasado construida como conocimiento ‘altural compartido por generaciones sucesivas y por verses “otca/as™ Es con relaciin a este sub-grupo que se plantean la cuestiones de la “transmision”. &A qué se reliere “la experiencia? En el sentido comén, la experiencia se refiere a las vivencias diectas,inme- ditas, subjetivamente capiades de la cealidad. Pero una reflexion sobre el concepto de “experiencia” indica que sta no depende directa y linealmente del evento 0 ‘2contecimiento, sino que ests mediatizade por el len- ‘uaje y por el marco cultural imterpretativo en el que se expiesa, se piensa, se conceptualize. Desde esta pers: pectiva, estamos hablando del proceso en el cual se canstruye [a subjetividad. Pero el proceso no es sencillo lineal. Qué importa de todo esto para pensar sobre la memo- q ia? Primero, importa el tener o 10 tener palabras para expresar (0 vivido, para constr {8 experienc y la subjetividad 2 partir de eventos y acontecimientos que 10s “chocan”. Una de las caracteisticas de (88 experien- ia traumaticas es la masividad del impacto que provor can, creando un hueco en la capacidad de “ser habtedo”™ © contado. Se provora un agujero en la capacidad de representacion psiquica. Faltan las palabras, faltan (os recuerdos. La miemaria queda desarticulada y s6lo apar ‘ecen huellas dolorosas. patologias y sitencios. Lo trau- mitico altera la temporalidad de otros procesos psig cos y la memoria no los puede tomer, no puede vecupe: fa a teansmitr © comunicas lo Wivida. En segundo lugar. si toda experiencia ests mediada y no es “pura 0 dizeca, se hace necesario revsar la supues: ta distancia y diferencia entre los dos sub-grupos de los que hablamos mas arriba, Aun aquelios que vivieson el ‘acontecimiento deben. para poder transformario en ex- periencia, encontca las palabras. ubicarse en un marco caltucal que haga posible la comunicacion y la transei- sin. Esto lleva a reconceptvalizar lo que en el sentido comin se denomina “transmisin” es decir el proceso por el cual se construye un conocimiento cultural com partido ligads @ wa visibn del pasado Pensar en los mecanismos de transmisi6n. en herencias Ly legados, en aprendizajes y en la conformacién de “Una de las caracteristicas de las experiencias traumati- cas eS la masividad del impacto que provocan, creando tun hueco en la capacidad de ser hablado 0 contado. Se ‘provoca un agujero en la capacidad de representacion psiquica. Falfan tas palabras, faltan los recuerdos. La memoria queda desarticulada y silo aparecen huellas dolorosas, patologias y silencio. Lo traumatico alfera la temporalidad de otros procesos psiquicos y la memoria no los puede tomar, no puede recuperar ni transmitir 0 ccomunicar to vivid.) Ain aquellas que vivieron e! ‘acontecimiento deben, para poder transformarlo en ex- periencia, encontrar las palabras, ubicarse en un marco cultural que haga posible la comunicacion y la transmi- Esto lleva a reconceptualizar o que en el sentido ‘comian se deniomina transmisién.” PUENTES HUIS(0 el) DDesaparecido - Oleo - 050 x 0.60 - 1983, Hermenegiido Sibat PUENTES ACOSTO 2000 Desaparecido ~ Olea - 050 x 0.70 1983, H. Sibat tradiciones, se torna entonces en una tarea analitca sig- importante porque permite articular los nive- les individual y colectivo de la memoria y la experiencia, Las memorias son simuitineamente individuales y sociales © colectivas, ya que en la medida en que las palabras y la comunidad de discurso son colectivas, la experiencia tam- bién lo es. Las vivencias individuales no se transforman en cexperiencias con sentido sin la presencia de discursos cul turales, y éstos son siempre colectivos. A su vez, la expe- Fiencia y la memoria individuales no existen en si, sino {que se manifiestan y se tornan colectivas en el acto de compartic.O sea, la experiencia individual construye co- munidad en el acto narrative compartido, ‘Sin embargo. no se puede esperar una velacién lineal o directa entee lo individual y lo colectivo. En la medida en ‘que la realidad es compleja, miltiple y contradictoria, y ‘Que las inscripciones subjetivas de la experiencia no son ‘nunca reflejos especulares de los acontecimientos pabli- 0s. no podemos esperar encontrar una “integracién” 0 “ajuste” entre memorias individuales y memorias pibl 2s, 0 la presencia de una memoria Gnica. Hay contradic- cones, tensiones, silencios, conflictos, huecos, disyuncio- i] “¢Cuales son los objetos materiales o los lugares liga- dos con acontecimientos pasados? Monumentos, pla- cas recordatorias y otras marcas, son las maneras en ‘que actores oficiales y no oficiales tratan de dar ma- ‘erialidad a las memorias’. ‘nes, asi como lugares de encuentro y aun “integracin”. La realidad socal es contradictoria, lena de tensiones y conflicts. La memoria no es una excepcin. Si no se califica lo anterior, podciamos estar frente 8 tuna perspectiva que centra la atencién exclusivamente sobre el discurso, sobre la narracién y el “poder de las palabras”. No es ésta la perspectiva que queremos ade- lantar. El poder de las palabras no esti en las palabras ‘mismas. sino en la autoridad que representan y en los rocesos ligados alas intituciones que las legitiman. La ‘memoria como construccién social narrativa implica el estudio de las propiedades de quien narra, de la institu cién que le otorga 0 niega poder y lofa autoriza a pro- rnunciar las palabras. Supone también examinar los pro- ces0s de construccién del ceconocimiento legitino otor~ gado sacialmente por el grupo al cual se dirige En resumen, la "experiencia" es vivida subjetivamente, 5 culturalmente compartide yo compertible. Es la agencia humane la que activa el pasado, corporizado en los contenidos culturales (discursos en sentido amplic) La memoria, entonces, se produce en tanto hay sujetos ‘que comparten una cultura, en tanto hay agentes socia- les que intentan corporizar estos sentidos del pasado en diversos productos culturales vistos como vehiculos de la memoria, tales como libros, museos, monumentos, peliculas, libros de historia, etc Algunos vehiculos: Fechas, conmemoraciones y lugares Como estudiar estos vehiculos de la memoria? Una pri- mera cuta para explorar los vehiculos de la memoria consiste en mirar las fechas, los aniversarios y las con: memoraciones. Algunas fechas tienen significados muy amplios y generalizados en una sociedad, como el 1 de setiembee en Chile 0 el 24 de marzo en Argentina. Otras pueden ser sigificaivas en un nivel regional o local. y ‘otras pueden ser significativas en un plano més personal © privado: el aniversario de una desaparicin, la Fecha de cumpleatios de alguien que ya no ests En la medida en que hay diferentes interpretaciones so- Ciales del pasado, las fechas de conmemoracién PUENTES AGUSI0 200 pablica estas sujetas a conflictos y debates. Qué fecha conmemorar? O mejor dicho, €quién quiere conmemorer qué? Pocas veces hay consenso social sobre esto, El 1 de setiembre en Chile ¢s claramente una fecha conflict va. EI mismo acontecimiento el golpe mititar— es re= cordado y conmemorado de diferentes maneras por it~ ‘quierda y derecha, por el bando militar y por el movi rmiento de derechos humanos. Ademss, el sentido de las fechas cambio a lo largo del tiempo, 8 medida que las diferentes visiones cistalizan y se institucionalizan. y @ medida que nuevas generaciones y nuevos actores les confieren nuevos sentidos. Las fechas 4 los aniversarios son coyunturas de activa cin de la memoria, La esfera pablica es ocupada por la cconmemoracién, e trabajo de la memoria se comparte. Se trata de un trabajo arduo para todos, para los dis: tintos bandos, para vejos y j6venes, con experiencias vividas muy diversas. Los hechos se reordenan, se de- sordenan esquemas existentes, aparecen las voces de nuevas y viejas generaciones que preguntan, celatan, ‘rean espacios intersubjetivos, comparten claves de lo Vivido, lo escuchado, 0 lo omitid. Estos momentos son bites o marcas, ocasiones cuando las claves de lo que est8 ocurriendo en la subjetividad 1u er et plano simbélico se toman més visible, cuando las memorias de diferentes actores sociales se actuai- zan y se welven “presente”. Aun en esos momentos, ‘in embargo, no todos comparten las mismas memorias Ademas de las diferencias ideologicas, las diferencias entre cohortes —entre quienes vvieron la represion en diferentes etapas de sus vides personales, entre ellos y tos muy jévenes que no tienen memorios personales de {a represion producen une dinémica particular en la cir- culacion social de las memorias. Alo largo de los aos, los 24 de marzo han sido con- ‘memorados de distintas maneras. Las marches han cam- biado, tanto en la configuracién y orden de quienes ‘marchan como en las presencies y ausencias. La misma marcha del 24, adems, tiene sentidos diferentes incluso para ia gente que ests “en el mismo bando” y va a la marcha —para los distintos grupos ¥ las distntas iden- tidades que se juegan en ese espacio. ‘Ademés de las marcas de las fechas, estén también las marcas en el espacio, los lugares. éCules son los obje- tos materiales © los lugares ligados con acontecimientos pasados? Monumentas. places recordatorias y otras marcas. son fas maneras en que actores oficiales y no oficiales tratan de dar materatidad a las memories. Hay también fuerzas sociales que tratan de borrar y de PUENTES AGUSTO 200 ‘esoparecido - Ole = 050 x 0.90 - 1983. Sébat transformar, camo si al cambiar la forma y la funcion ‘de un lugar, se borrara la memoria. Las luchas por los monumentos y recordatorios se des- pliega abiertomente en el escenario politico actual del pais y de la region, Tomemos un par de ejemplos del destino de lugares y espacios donde ocurri la repre sin, de los compos y cArceles de ts dictaduras. En al- unos casos, et memorial isco esta ali. como el Par~ ‘que de fa Paz en Santiago, Chile, en el predio que habia sido el campo de la Villa Grimaldi durante la dictadura. La inciativa fue de vecinas y activstas de los derechos umanos, que lograron detener la destruccin de la edi- ficacin y el proyecto de cambiar su sentido (bo 2 ser ‘un condominio, pequetto “barrio privado") También ests fo contraro, los intentos de borrar las marcas. destivic los edifcios, para no permitc to mate rializacion de ta memoria, como la circel de Montevi- eo, convertida en un moderna centro de compras. De hecho, muchos intentos de transformar sitios de cepre- sin en sitios de memoria enfrentan oposiciéa y des- truccién, como las placas y recardatorios que se inten- taron poner en el sitio donde funcioné el campo de te Desaparecido - Oleo detencin El Atlético, en el centro de Buenos Aires. Estos lugares son los espacis fisicos donde ocurrié la re presi6n dictatorial, Testgos innegables. Se puede intentar borrarlos. destruir edificios, pero quedan las marcas en la memoria personalizada de la gente, con sus miéltiples sen tidos. €QUé pasa cuando se malogya Ia iniciativa de ubicar fisicamente el acto del recuerdo en un monumento? éCudndo la memoria no puede materalizarse en un lugar espectico? La fuerza o las medidas administrativas no pueden borrar las memorias personaizadas. Los sujetos anales alterativos de expre sin. Cuando se encuentra bloqueada por otras fuerzas Sociales, la subjetividad, el deseo y la voluntad de las mujeres y hombres que estén luchando por materializar su memoria se ponen claramente de manifesto de manera pblica, y se renueva su fuerza 0 potencis. No hay pausa no hay descanso. porque la memoria na ha sido “deposi: tada en ningén lugar tiene que queder en las cabezas 4 corazones de la gente. La cvestién de transformar los ser timientos personales, Gnicos intransfeibles en significa os colectivos y pablicos queda abierta y activa La pregunta que cabe aquf es si es posible “destruir” lo {que la gente intenta recordar © perpetuar. éNo ser que el olvido que se quiere imponer con la oposicién/repre sin policial (en el caso del muro recordatorio 0 con la tienen que buscar entonces Clandestino de a calle Paseo Colén, 0 con el shopping) tiene el efecto paradéjico de multiplicar las memoras, y de a valizar las preguntas y el debate de lo vivido en el pasado reciente? ‘Sobre transmisiones, legados, aprendizajes y “restos” Volvamos a las memorias y a los sujetos. En el sentido Comin, ests muy extendida la idea de la “transmisién inter-generacio conduct, de informacién, de saberes. En un primer nivel, esta de patrones de de valores, parte de los mecanis ultural. La fo milia primero, las demés insttuciones después, tienen mos bésicos de la reproduccién social y un papel active y directo en la sociaizacién de las nue vas generaciones. Sabemos que la transmision de una cultura de una generacién a otra no puede reducirse 8 Feproducir y crear pestenencias. En tanto se presuponga la socializaci6n de sujetos autorreflexivos, con capaci- dad para elegi y organizar su propia vida, siempre he bd discontinuidades y novedades. La transmisi6n de la feflexividad atenta contra la transmisién automstica de patrones sociales de comportamientos explicitos ee qué transmit"? €A quiénes? éQué les queda 0 qué incorpo: wablamos entonces? éQuién y qué se intenta taciones y explicaciones del pasado, como manifestaco nes de posturas y luchas politicas por [a memor pueden ser transmitidas avtomsticam én a otra, de un periodo a otro. Par nos dos requistos: el primero, crear las bases para un proceso de identificacién, para una ampliacininter-gene- El segundo, dejar abierta la posi bilidad de que quienes “reciben” le den su propio sentido, reinterpreten, resgnifiquen —y no que repitan 0 memor hacerlo hay al me racional del “nosotros cen. De hecho, en cuanto se incorpora el nivel de la sub: jetividad, no hay manera de obturarceinterpretaciones, ‘esigificaciones, relecturas. Porque la “misma” historia la verdad, cobra sentidos diversos en contextos di ferentes. Y la sucesiin de cohortes 0 generaciones implica, inremediablemente, la creacin de nuevos contextos. En este punto, hay otro mecanismo que el sentido comin asociar un tipo de la existencia 0 la falta de informacion, la idea de que sila gente “sabe”, cambiar’ su acttud y, en consecuencia, su prdctica. Entonces la estategia seré la de “trensmitr” i da por supuesto: omportamiento con formacién y e “recordar para no repet” también pueds ser interpre: tada en esta clave. Cualquier pedagogia modecna, sin em: en la dstincion entre los conteni eres. Quirds la insstencia nla necesidad bargo, basa su préctc PUENTES “La pregunta que cabe es si es posible ‘destrut’ lo que la gente intenta recordar 0 perpetuar. ;No sera que el olvido que se quiere imponer con la ‘oposicidn/represién policial tiene el efecto paradéjico ‘de multplicar las memorias, de actualizar las pregun- ‘tas y el debate de lo vivido en el pasado reciente?” dos informativos y las prcticas “formative. Lo que cuenta son los procesos més complejos de identificacién y apropiacin del sentido del pasado, y no solamente la transmisin de informacion. En consecuencia, a misma ‘idea de transmision. sea en una vision mis pasiva 0 més ‘activa del proceso, comienza a quebrarse. Convene aqui hacer una nueva distinciin anaitic. Los ‘actores sociales y las instituciones pueden expresar Una voluntad de actuar (preserva, transmit) sobre las me~ rmorias. Puede estar presente la intencién de justicia, la de econocimiento y homenaje a las victimes. la intencion ceducativa hacia el futuro, Difcimente pueden separarse ‘estas tres tareas 0 intenciones en lo prctica. aunque 53 bemos que algunos vehiculos pueden ser mas efcientes en una u otra direcciéa (los juicios para la primera, los. memorials y monumentos para a sequnds. los museos y materiales educativos para la terera). En todas estos ca- 50, lo dominant es la intenci6n, la voluntad, la accion estratégica orientada a este triple objetivo. Transmisién, herencias y legados (como cosa dejade @ algien en tes- tamento) suponen la inscripeién de sentidos en un mensa- je con la intencién de preservacion Estas tes intencionalidades han estado presentes en el accionar del movimiento de derechos humanos durante los itimos quince anos. El reclamo de justicia estuvo presente desde el momento inical de la transicon. Las onmemoraciones, los homenajes 3 través de placas 4 ‘monumentos han estado presentes, con “calentamientos” 4 “enfriamientos” alo largo de la dima década, La discusion sobce museos. archivos y una politics de in- vestigacién académica constituyen en este marco lo nve- vo, lo que esté a la orden del dia en la actualidad Pero hay otro nivel en el que deben ser estudiadas las ‘memorias del pasado. No tanto en la intencionalidad de los actores. sino en el registro de aprendizajes y restos, practicas y ovientaciones que “estan alli”, cuyos orige- nes pueden rastrearse de manera més confusa pero no ‘menos significativa en los periodos de represién y tran- sicién cecientes. Son los aprendizajes implicitos, pero también las repeticiones«itvalizadas, las nostalgias © PUENTES ALIISIO 2000 idealizaciones, los quiebres y fisuras, los retazos y s0- bras de distinto tipo. Quizas lo mas notorio en nuestras sociedades actuales sean los miedos, el individvalismo y las desconfianzas, Pero también nuevos sentidos de la solidaridad y la indignacion frente a violaciones. y nue~ -¥as apropiaciones sociales del propio sentido de la no- cin de derechos humanos y el repudio a las violencias. eonde y cdmo vbicar estos procesos de transmitr /Le- ‘gar | heredar[ recibir / resignficar/ aprender? eCdmo incorporar. ademés de la dimensién de la identiticacién 'y la pertenencia. las cvestiones ligadas a la responsabi- lidad por el pasedo? Se puede partir de sujetos colecti- ‘0s de diferente amplitud: desde un individuo 0 grupo de victimas 0 sobrevivientes, hasta —en el limite— una humanidad que se concibe a si misma como participe y responsable de todo lo humano. En el medio, y de ma- rera més concreta, actores sociales especticos tales, co- imo los ligados al movimiento de derechos humanos (con su diferenciacion interna de “ofectados dlrectos” y “no afectados’), os actores y movimientos que intro duce en sus preacupaciones los sentidos propios de la memoria de la dictadura y la transcién (el movimiento estudiantil o sindical, por ejemplo) Hay otro plano, especialmente significativo en este te- ima, Se trata de las insltuciones estates. La pregunta aqui es cémo el Estado y sus instituciones incorporan interpretaciones del pasado en los procesos de demo- ceatizacién. Una pregunta adicional: en qué medide asu- men la responsabilidad por el pasado 0 plantean un uiebee entce lo actual —el régimen democratico— y el pasado, que “no nos pertenece”. El sistema educative, cel Smbito cultural. el aparato judicial, son algunos de los espacios que pueden llevar adelante una esteategia de incorporacion de ese pasedo. Que lo hagan, de qué manera, y con qué resultados, es siempre parte de los procesos de lucha social y politica. 1 Las ieterpretacones del paso Son temo de contovessias sie. Esto se hizo claromenteeviderte cand se conmemoraron los 500 tos de 4a. Lr et “Sescabimiento™ de Amica 0 9 “conqusta? ra el “encuentro” de iferates cas 0 el comienzo del “gen0c 40" de os pueblos indigens? En esa oxi, ferent actress fon sets erpetacioes ¢ inclusive nombres dvssos. 2 fo ave se estab cecordando, No hubo una “coomemoracir” nice Agraderco 4 SinanaKasimen po el loge y el debate permanente de esr ideas lo largo de varios aos. Lis ides presntades cu son en buen parte wn producto conjuno dees colaboracn. La responsabilidad por eres inprescions es solamente mi.

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