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Poulet + Yorectes! . = Prrailowty, Be (2009). “A ewe ere exclop'3, lo cows ueloy le gel’hze : lL EL CRUCE ENTRE LA ECOLOGIA, LA ECONOMi. YLA POLITICA bisa as et iCudnto cuesta combatir la contaminacién? Una de las caracteristicas mas signiicativas de la econo inia internacional actual se relaciona con los costos eresioniea de la contaminacién. Cuidadosamente silenciado en el Tercer Mundo, es tin Tema de primer orden en Europa, Estados Uni- dios ¥ Japén. Digamos que hay un par de razones importantes Pot las que controlar la contaminacién, sea cada vez mAs caro. Por una parte, las presiones politicas de los grupos ecologistas aumentan cada vez més y su incidencia politica crece coneide. rablemente. Pero ademés, los avances de la ciencia permiten el descubrimiento de nuevos riesgos para la salud humana, que habian sido subestimados unos afios atras. Algunos de estos descubrimientos son dramiticos, otros, son casi folkl6ricos. Por ejemplo, a principios de siglo se ven. dieron en Estados Unidos unas botellas de agua mineral a las que se le agregaban, con el argumento de que debian ser fortificantes, pequefias cantidades de minerales radiactivos, Del mismo modo, la cocaina formaba parte de muchos especi- ficos medicinales de la época, y el famoso Sherlock Holmes era adicto a esta sustancia. Lo mismo ocurre con los desechos industriales. Humos due antes aparecian simplemente como molestos, hoy estén catalogados como cancerigenos. La practica corriente de arro- jar al agua los desperdicios de las fbricas encontré sus limi- tes, al afectar las fuentes de agua potable de gran ntimero de personas. Yaen la década de 1970, los organismos téenicos del go- bierno norteamericano arribaron a la conclusion de que cu =a sta, questa nica Tien “Antonio Eis Bralovaly | [Cepitslo N°7 “Bl euee ent a ecologly ls cconomia y pollen as. quier aplicacién del control ambiental provocaria un alza del nivel general de precios, es decir, que seria inflacionaria. En forma simuitanea, la Secretaria de la UNCTAD (el organismo de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo) arriesgé una cifra. Suponia que la adopcidn de tecnologias no contaminantes en los paises avanzados, causaria un alza de los precios de exportacién, del cuatro al nueve por ciento. Las cifras pueden parecernos a8, pero en momen- ‘os de fuerte competencia por los mercados mundiales puc- den significar quel pals que protege su-medio.ambiente, ventas. Asi, comenzaron a aparecer voces que decfan que la proteccién ambiental iba a provocar desocupacion masiva, al hacer menos competitivas las exportaciones de los paises que la adoptaran. El Banco Mundial hizo estudios para tranquilizarnos Esos estudios decian que a medida que un pais se enriquecia, iba dejando de hacer actividades econémicas contaminantes y lo ejemplificé con estadistioas del Sudeste Asiatico. Nos que- da la duda de qué ocurre en un caso opuesto. Es decir, cuando un pafs se empobrece, como ha ocurrido recientemente con la Argentina. Al mismo tiempo, el problema no podia ser dejado de Jado, ya que tenfa implicancias politicas y econdmicas. Prote- er el ambiente tenia un cost también lo tenfa. En los paises de la Comunidad Europea, los costos de controlar la contaminacién se estimaron, hace dos décadas, en alrededor del uno al dos por ciento del Producto Bruto Inter- no de los respectivos paises. Pero, después de la catastrofe nuclear de Chernobyl esas cifras aumentaron bastante, ya que todos los paises comenzaron a revisar sus politicas de protec- cién ambiental, para hacerlas mucho més estrictas. Pero, si cuidar el ambiente tiene un costo, no cuidarlo, también To tiene. Se @sfimé que los darios causados por la con. taminacidn equivalian al tres o cinco por ciento de su Produc- to Bruto, y sin contar el costo econémico de las catéstrofes ecol6gicas. En Europa Oriental, las consecuencias econémi- cas son atin peores, ya que el tema ingress tardfamente a la consideracién social. La degradacién ambiental costaba a Po- Tonia entre el diez y el veinte por ciento de su Producto Bruto Anual, y a Checoslovaquia del cinco al siete por ciento™. Pre. venir la contaminacién en la ex Uni6n Soviética cuesta el once Por cento de su Producto Bruto. Por supuesto, que son cifras muy generales y no hay porqué consideratlas como exactas, En sintesis, el mayor control ambiental eleva los costos industriales, y un menor control aumenta los daiios provoca. dos por esas industrigs. En ambos casos, estan en jurego canti- dades inimaginables de dinera Podemos discutir si ésa es la forma de tratar el tema. Porque, si hay gente que-enferma y que muere por la contaminacién, es ético plantear lacuestion en téminos de dinero? Para agregar un poco de complejidad a la situacién, di- Femos que un aumento en la demanda de ciertas tecnologias, hace que las empresas encuentren la manera de abaratat esas tecnologias. En los tltimos afios, los costos de las técnicas para controlar la Contaminacién se han reducido sustancialmente, Controlar lo mismo que hace veinte afios, hoy sale mucho mas barato. Pero, ahora, la presién es para controlar mayor canti- dad de téxicos y con un grado mucho mayor de detalle, La situaci6n se complica al entrar en juego cuestiones de Politica internacional, ya que el humo y el agua no reconocen fronteras. Estados Unidos y Canada se envian mutuamente emanaciones de didxido de azufre y lo mismo hacen varios paises europeos entre si. Esos gases son responsables de la famosa “luvia acida” Los éxidos de azufre se combinan con el vapor de agua de las nubes y después llueve Acido sulftiri- co. Se mueren los bosques y los peces, y la gente se pregunta qué significan esas mortandades de peces en los mismos rios de los que se extrae el agua para beber: :podremos beber el agua que maté a los peces? Bote, qucstra iniea Tien Mientras los bosques se van secando, la Iluvia acida de- teriora las cosechas. Afios de sofisticacién teenolégica, de in- genieria genética, de nuevas semillas o de sustancias quimi- cas de iltima generacin; estudios meteorolégicos realizados con satélites, programacién por medio de computadoras y des- pués Ilueve Acido sulftirico y los campos rinden una miseria, Y ademiéds, algo que resulta profundamente conmovedor para quienes viven apegados a sus tradiciones: en las ciudades afec- tadas por la luvia écida, las estatuas de las plazas, las escul- turas géticas, obras de arte que duraron siglos, se van que- dando sin caras. La contaminacién les borra los rasgos y crea, asi una sutil trama de horror. Esta situacién obligé a establecer acuerdos entre los dis- tintos paises afectados. En Europa, donde hay tantos paises diferentes en tan poca superficie, los problemas de la conta- minacién que atraviesan las fronteras tienden a agravarse. Des- pués de mucho debate, adoptaron el principio conocido como. “el que contamina, paga”, walizado entre nosotros como “con- taminador-pagador”. Por supuesto que la mayor parte de los daiios que provoca la contaminacién no pueden repararse con dinero, pero las sociedades modernas no conocen otra forma de hacer frente a ciertos problemas. Esto supone que los contaminadores son responsables de los dafios que provoquen, estableciéndose acuerdos para agilizar los juicios de los afectados. Pero, como sabemos, los dafios que provoca la polucién no siempre tienen_un respon- sable fatilmente identificable. Los juicios empezaron a eternizarse sin que se le vea salida al problema. Una solucién ha sido elevar los costos de controlar la contaminacién. En los Estados Unidos, esos costos fueron de doscientos sesenta y un millones de délares en 1968, con lo que su incidencia sobre los costos industriales fue muy baja. Pero, en 1978 ya eran dieciséis mil trescientos millones de délares y comenzaban a pesar bastante. En la década de 1980, la Agencia de Proteccién Ambien- El cruce entre i ecologa ta economia y a pollica tal de Estados Unidos estimé que controlar la contaminacién los llevaba a gastar la inverosimil suma de quinientos veinth, séis mil millones de délares. Esto se refleja en mayores im. Puestos, en precios mas altos para muchos productos de con. fumo. Estas ciffas se conocen y se discuten puiblicamente en todos los paises avanzados. Sin embargo, las cifras globales Van pasando de moda, ya que no tienen en cuenta que los cos. tos mas impresionantes no se producen cuando se trata de evitar que contaminen, sino cuando se intenta Jimpiar lo que ya se ha daiiado. Las estimaciones de lo que cuesta na _Temediacién ambiental, son simplemente astionomicas, lo que a Hevado a abanconar éveas cohtaminadas, por impasisie Gacide pagar los costos de limpieza. Pee Es una situacin parecida a la del cén Yenlela enfermedad es infntamente mis baie joe oana en el caso de la con i6 : cacion cee Comtaminacid, con pocas esperanzas de wea es0, de un Hempo a esta parte, se viene oyendo el © mensaje: ¢Y si mandéramos esas fabri — icas al Tercer iManden esas fabricas al Tercer Mundo! Las recomendaciones de transferir las industrias sucias ¥ peligrosas at Tercer Mundo, se han convenido en un Tagar comin en la literatura sobre economia internacional de los ul. mos treinta afios. La primera de ellas aparecis en un informe de un grupo de expertos convocados por el Secretario Gene, ral de las Naciones Unidas, en 1972. Mas adelante, se plante6 en diversos tonos, si a los pat Ses del Sur les conventa aceptar més contaminacién a cambio demas desarrollo. Lo que significs reeditar una confusion que creiamos superada. El desarrollo econémico no se produce solamente cuando alguien hace algtin negocio, Para pensar en desarrollo, tiene que tratarse de actividades que generen al, ‘Antonio Ela Braloval wate Eat nossa dniea Tierra | gin bienestar a la poblacién. Pero, gpodriamos lamar desa- rrolloa un aumento del cancer, de las malformaciones genéticas, | © de los accidentes catastroticos? En un estudio de la CEPAL (Comisién Econémica para América Latina) sobre esta parte del mundo durante la déca- da de los 80, se afirma que las politicas de proteccién ambien- tal “aplicadas con un rigor cada vez mayor” en Europa y Esta- dos Unidos, aumentan el interés de las empresas en poner sus fabricas quimicas y metalitgtcas errtos paises en desarrollo, Cualquiera de nosotros se preguntaria por qué los pai- ses desarrollados aplican politicas cada vez més rigurosas de control ambiental, pero los autores de este informe sdlo vie~ ron la oportunidad de recibir algunas de las inversiones re- chazadas por el Primer Mundo. Del mismo modo, los especialistas de la Comunidad Econémica Europea recomiendan instalar fabricas en los si- tios en los que se obtienen las materias primas, en vez de lle- var esas materias primas a procesar a Europa. Nuevamente, el argumento es contaminar alla lejos. ‘También la Organizacion de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) se sumé al concierto y aconse- j6 “desplazar hacia los paises en desarrollo” las industrias que tuvieran problemas con el medio ambiente. Lo dijo en un con- texto, en el que argumentaba que estas inversiones eran favo- rables para los paises del Sur. En varios de estos textos se utiliza la nocién de ventaja comparativa. Usada hace casi dos siglos por los economistas jingleses Adam Smith y David Ricardo, esta nocién suponia / que cada pats tenia que especializarse en producr solamente aquellas mercaderfas que pudiera hacer de la mejor manera posible y, por supuesto, de la manera mas econdmica posible. | Elresto las tenia que comprar en el exterior. Se trataba de jus- [_ifcar el reparto de roles en el mundo, dado a comienzos de la Revolucién Industrial: los paises del Norte producirian bie- ee | [CepruloN°7 El erues entree wok a, Ia economia y Ia polica 20. es industriales ylos del Sur materias primas, En cambio, ah Se usa para definir al Tercer Mundo como el lugar pars incor zat las industrias de alta peligrosidad. Eee need La idea es la de "favorecer” a los pai Proponiéndoles que usen como venaja compaatee ie truccién de su ambiente natural y humano. Ey decir oe wees, dera razonable que se especiatice ee La propuesta es lo suficientemente nadie se haya atrevido a plantearla pdblcaronee een abundan en la literatura especializada, pero no suclen llecee los medios de difusién masiva. A puertas cerredne, hey sone nas que consideran que es una buena ides vnc hae oo ayudar a pagar los compromisos externos.~ Tae El trafico internacional de desechos téxicos ; Lo anterior ha sido calificado a menudo deterrible, pero, almenos se enmarca en una concepcidn de crecimiento cen imico, Sin embargo, zcémo calificar el enxio-de-desechos tov cos a paises del Sur? Esk 7 é 0 fe Comercio se inicié en la década de cular Estamos hablando de contenedores con una clase parti- le desechos, que son los residuos indi : lustriales. Pero, con Fa ee Sutil no exactamente los mismos que las fabricas arro- jan a los arroyos negros de América Latina, cada 1 Estados Unidos, en Japén, en Europa, una legislacion 4 cz mas stricta prohibe contaminar los rios. Las empre- ih i que tratar esos efluentes para neutralizar su toxici- Tene COmOTAGIE SS PerFeCS, ni siquiera la teonologia en la otra punta del cafio queda el des tratamiento de efluentes. uy eco Esta, nuestra Gniea Thera ‘Antonia Elo Brailovaky 7a ‘nuestra dnl lamente peligrasgs (cromo, plomo, mercurio, arsénico, Bpautos potdiocsoe oe ejemplo), que no son Diodegradables no son biodegradables Y ottos que, si se biodegradan, lo hacen xpi Sando sistanéas altamentenocivas. Esta es una basura irreducible, centrada y de una toxicidad extrema. ~ Desecados y compactados, esos residuos industrials peran algtin destino final. El subsuelo de la vieja Paratani leno de vertederos saturados de esta maravilla de la gia modema. Ya no quedan més higares donde se en: rrandolos. Yademés, los depésitos de a tipo a arn treinta afios se pensaba eran seguros— estén empezan\ e fl trar ya contaminar las napas subterréneas. Y una ven 4 a napa de agua se contamina con estos residuos, no hay Jogia imaginable (0 pagable) para limpiarla. seen A lo sumo, lo que se puede hacer es aislar la ene contaminacién, remover la tierra que esta en peor ea doy bombear parte del agua més contaminada, esperan ° ae naturaleza por si sola—en algunos silos oalgunos oa haga el resto. Y atin esta tarea, bastante limita a, ene un 7 to exorbitante. “En Estados Unidos, por eae iento de miles de depésit S eligros Se eae de ana, costaré 500.000 millones de délares’"™. Al ver estas ciftas, alguien volvi6 a formular 18 ssi pregunta de veinte afios atras: af si mandérame to eesiaal, Sur? Y asf como en ese momento se propuso enviar a s péligrosas, hoy ~gracias a algunos avances en tas tbnt cas de descontaminacién- se plantea enviar solamente sus ‘hos. ete organizaciones ecologistas han detectado una ence me cantidad de envios de sustancias y desechos tdxicos al Sur; ipalmente clandestinos. : ane ae de Guinea-Bissau rechaz6 una oferta 7 a cientos millones de délares ~tres veces su siciaad In sia Bruto anual~ que le hicieron compafifas internacionales para depositar en su territorio.desperdicios peligrosos. Oferta: milares se efectuaron para envios a la ciudad de Pisco, Pert y a varios lugares de la Patagonia argentina Se trata de los casos més publicitados, pero existen mu- chos més. Hay registrados, intentos de ofrecer resicuos torn 695.2 Honduras, Guatemala, Panama, Republica Dominicana, México, Guayana, Paraguay, Uruguay y Brasil. Con much fre- Seencia la Aduana argentina se enciientra con importacience de residuos peligrosos disfrazados: a veces Uegan donaciones de medicamentos, que resultan estar vencidos Otras, vienen pilas casi descargadas, de marcas con dibujos que imitan las marcas conocidas. También vienen neumaticos usados, para empresas que se encargarfan de recapatlos para sti uso sn el pais. Y que habitualmente terminan titados en cualquier zanjén. Un ministro de Proteccién del Ambiente de Alemania, Klaus Toepfer, califics de escandalosos los envios de dese- chos t6xicos al Tercer Mundo. $08 de nuestra sociedad de bienestar sean volcadee a los pat Ses pobres, donde no existen las condiciones financieras y tec. nolégicas suficientes para recibir y tratar los desechos'™2 Sin embargo, seria una simplificacién excesiva alvibuir {ods la responsabilidad a leanas empresas productoras dese, Siduos. Desde el Sur, también hay activas gestiones para atraer- los. Por ejemplo, en la Argentina’se discatis la posibilidad de financiar una planta de tratamiento de reside indusiriales eligrosos mediante la importacicn y procesado local de sear cuos del exterior; lo que fue explicitamente prohibido Por una 'e¥, y posteriormente por la propia Constitucidn Nacoeet EI canje de deuda externa por naturaleza Elcanje de titulos de la deuca externa por formas de pro- ‘eccion de Ja naturaleza es una propuesta de diverses orga- iismos financieros internacionales, que la consideran come tog de las principales estrategias de proteccién ecolégica para ‘América Latina. Veamos en qué consiste el mecaristis eee ‘Antoni Bo Sralovaky| CepitloN 7 Hl ewes ent I ecologia Ta ecmnominy pal 2 ota, nuestra nica Tiere eas] Una organizacién no gubernamental de un pais del Sur elige un ecosistema que considera necesario preservar e inicia gestiones locales e internacionales, en las que tiene una parte activa el Fondo Mundial de la Vida Silvestre (WWE). Esta en- tidad obtiene de algunas fundaciones o empresas del Norte la compra de titulos de la deuda externa de ese pais del Sur. Esos titulos equivalen a pagarés de la deuda externa y se suelen cotizar en algunas bolsas de valores del mundo desarrollado (Londres 0 Ziirich, por ejemplo). Entregan los titulos de la deuda al Banco Central del pais del Sur y ese Banco Central los destruye, con lo cual, la deuda externa del pais disminuye. A cambio de los titulos de la deu- da, emite moneda local que entrega ala organizaci6n ecologista privada para que administre esa area de reserva {Por qué se elige un camino tan complicado? gPor qué no darle directamente esa cantidad de dinero? {Porque los titulos de la deuda externa se cotizan muy por debajo de su valor impreso. En algunos casos, cada titulo se cotiza a veinte o treinta centavos de délar por cada ddlar de valor nominal. Pero el Banco Central se compromete a entre- gar moneda local por todo el valor que esta impreso en los titulos de la deuda externa, sin importarle a cuanto se com- | praron. O sea que con doscientos o trescientos mil délares se | puede obtener un millon de délares y destinarlos a la protec- cién ecolégica. Esta idea no hace mas que proponer una herramienta, y, como toda herramienta, puede ser usada en un sentido 0 en otro. Con un hacha se puede construir una cabafia o decapitar aun inocente. Lo mismo ocurre con las propuestas de canjear verde (délares) por verde (Arboles). En primer lugar, no se entiende por qué motivos las mis- mas personas que nos han dafiado tanto a través de la deuda | externa, tendrian interés en cuidar nuestros ecosistemas. Pero ademas, entre los grupos ecologistas existe la pre- vencidn de que este sistema permita el apoderamiens ‘ensos tervitorios del Sur por parte de subsidiarias de goo Sesinlomacianales, dstrazadas de grupos ecologistas Ve ‘0 se acministra una reserva faunistica se puede decidie Gemplo, que los zorros o los jaguares son muy peligrosos shor 's seguridad de los vecinos, ycontratar a una empresa pele. para que nos libre de ellos. peleiera ioe, ado se administra una reserva forestal, ce puede oe de malezas daflinas, a los Pinos o las araucarias, y mvVOcar a una companiz 0 seat lina compatia maderera para que nos dej el bos. El peligro existe, pero no invalida la técnica, sino que Plantea requisitos para su utilizacién. Por ejemplo, quie las Propuestas de canje sean previamente aprobadas pot ley del Congreso y supervisada su ejecucién por universidades o ine- litutos cientificos diversos. Esto quizd genera un dilema com. Plicado; si los controles son excesivos, es dificil que aparen. can fundaciones que donen titulos dela deuda externa. si or el contrario, los controtes son escasos, es dificil que se resh una verdadera Proteccién ecoldgica. ie elmpuestos verdes? 1a tendencia reciente en muchos paises, es aplicar im- uestos que traten de modificar las sefiales del mercado, en el sentido de incorporar la proteccién ecoldgica al sistema de pre- ios. Segtin Postel y Havin, "El instrumento mds poeroso ara remodelar las economtas nacionales hacia una actitud ecolégica Preservadora, tal vez sea la fijacién de impuestos, Fijar im. Puestos sobre las actividades que contaminan, agotan o de algtin otro modo degradan los sistemas naturales es un modo dle asegurar que se tienen en cuenta los costos ecolégicos en las decisiones privadas. Cada productor 0 consumidor cect. 7 individualmente cémo ajustarse a unos costos mds eleva 0s. Un impuesto sobre tas emisiones atmosféricas haria que

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