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Ainonvl ofa DEL ORIGEN: el misterio trinitario de la missio Det En esta unidad mostramos el resultado de una larga evo- lucién y discusién sobre el misterio de la Santisima Trinidad, por ser importante para la misién. Se puede resumir este misterio con las palabras de Juan: “Dios es amor” (1 Jn 4, 16); el amor no se conten- ta de si mismo y por eso envia al Hijo en el Espiritu Santo en mision para anunciar la Buena Nueva a toda la humanidad. Por tanto, ha- blar de Dios significa hablar de amor y misién. En los primeros si- glos del cristianismo, esta verdad fundamental era vivida, sin defi- niciones de conceptos y dogmas. La palabra de Dios que se encuen- tra en los libros biblicos, fuente de las afirmaciones sobre la pater- nidad de Dios y la fraternidad / “sororidad” (hermandad) de las personas, es paradigmitica, llena de sabiduria, poética e historico- culturalmente situada (ver SCHIERSE). La palabra biblica no es una Palabra conceptual. Permite multiples interpretaciones y configura- ciones eclesiales que, en el transcurso de la historia, unidad de la fe y de la Iglesia. Después de tres siglos de martirio y clandestinidad de los cristianos, Constantino proclama en el afio 313 el Edicto de Tole- rancia (Edicto de Milin), que reconoce al cristianismo, dentro del Imperio Romano, como una religion entre otras. Hasta su muerte, en el afio 324, la religi6n cristiana acumula una serie de privilegios (ver FROHLICH, p. 31). En el aio 321, el domingo cristiano es in- troducido en el calendario del imperio, En el 375, el emperador ro- mano Graciano renuncia al titulo de Pontifex Maximus. Poco des- pués, los papas asumen este titulo de “Sumo Pontifice” que prevale- ce hasta hoy'. En el aio 391, Teodosio prohibe los cultos Paganos. amenazaron la eo Escaneado con CamScanner 42. / Paulo Suess Con la progresiva asuncién de la Iglesia como religion oficial del Imperio Romano, surgieron dificultades internas en las iglesias lo- cales respecto de la correcta interpretacién de Ia palabra de Dios Y la comprensién de la Santisima Trinidad. el Después de la razén del testimonio calificado, el martirio, que unié a los cristianos, la razén del concepto y del Estado ees 26 a dividirlos. El concepto amenaza convertit a la fe viva y eal a va por la cual se cree (fides qua creditur), en una formula heredaday histérica, pero no experimentada subjetivamente (fides quae cres B tur). No podemos experimentarlo todo de nuevo. Vivimos en una comunidad eclesial que nos permite confiar en Ia experiencit = i- giosa de los antepasados. Pero la apropiacién de esta experiencia Ce" be ser siempre vivencial, contextual y transformadora. Esta apropia- Gon vivencial de la fe exige, para su credibilidad, comprension ¥ transmisi6n, innovacién del lenguaje, de las formulas, las metéforas y las parébolas. Para quien nunca vio una oveja, la parabola del y aen Pastor es exética, Necesitamos una fina sensibilidad para la realidad de fe que esta simbélicamente estructurada. En el contexto de esta Introduccién a la Teologia de la Mi- sién, procuramos s6lo captar el resultado de estas primeras luchas doctrinarias, por ser relevantes para la misién. Estas discusiones, que eran basicamente discusiones sobre la encarnacién, no sélo se dieron en un debate entre obispos en aulas conciliares (Concilio de Nicea, 325; de Constantinopla, 381; y el de Calcedonia, 451), sino también en la calle, y entre la gente®. El pueblo cristiano de la épo- ca particip6 en las discusiones sobre el Dios Uno y Trino porque en- tend la importancia practica de estas discusiones para su vida dia- es euedot” 7 sQhien {as preguntas: “;Quién es Dios?”, “;Quién cristo?” y " es el Espiritu Santo?” estaban, y sij : tando, interconectadas, Son cruci peta neoraae tando, interconectaas, Son erucales para el anuuncio, la motiva-

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