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Articulo Tumores Infancia PDF 1
Articulo Tumores Infancia PDF 1
Ependimoma Meduloblastoma
(Fig. 1). La evolución natural es poco conocida debido a que, Astrocitoma pilocítico
junto a su baja incidencia, existe una falta de series bien estudia- Es el tumor astrocitario más frecuente en la infancia y el 70% de
das [15-18]. El extremo maligno de este espectro de tumores los casos ocurre en pacientes menores de 20 años. Su distribu-
astrocitarios corresponde al glioblastoma multiforme, que, aun ción topográfica, las características radiológicas, los patrones
siendo el tumor cerebral más frecuente en el adulto, resulta muy tisulares, los rasgos histológicos, el patrón de crecimiento y los
infrecuente en la infancia y muestra una gran disparidad en la factores pronósticos conforman una entidad clinicopatológica
incidencia aportada por las distintas series. En alguna de ellas se bien definida que corresponde a un grado I de malignidad (WHO
refiere que el 8% de los glioblastomas se presenta en niños, e 2000) [19-23]. Los marcadores citológicos e histológicos de ma-
incluso se han descrito casos con diagnóstico prenatal [1]. Se lignidad en otros tumores, sobre todo astrocitarios, incluso la
trata de un tumor de máxima heterogeneidad intratumoral e infiltración tumoral del espacio subaracnoideo, carecen de valor
intertumoral y con gran polimorfismo celular, como en su con- pronóstico en éste [24-28]. Las implicaciones clínicas de estos
trapartida en adultos. hechos son frecuentemente infravaloradas por clínicos, radiólo-
Vemos con excesiva frecuencia que para este grupo de tumo- gos y patólogos.
res prolifera el uso de una terminología oscura e inespecífica. Su localización cerebelosa es la más frecuente, y en la pobla-
Con el diagnóstico de astrocitoma de bajo grado se interpretan o ción infantil los astrocitomas de cerebelo son casi exclusivamente
engloban como iguales entidades de diferente biología e implica- pilocíticos (97%) [1]. En esta localización, la cirugía frecuente-
ciones pronósticas. Debe vigilarse, también, la utilización del tér- mente comporta una extirpación completa, mientras que en su
mino ‘astrocitoma’, sin un subtipo o calificativo, para el diagnós- característica localización cerebral en el tálamo, en las paredes del
tico de tumores astrocitarios de bajo grado, porque suele sobreen- III ventrículo o en su localización parcialmente intraventricular, la
tenderse como astrocitoma difuso. No son raras las situaciones de resección completa es difícil y el pronóstico está muy condiciona-
dificultad diagnóstica, escasez del material o pobre representati- do por la opción que se tome ante las ventajas y desventajas de un
vidad del mismo, y en ellas resulta imprescindible completar el tratamiento quirúrgico agresivo. Su localización en el nervio ópti-
diagnóstico histológico con los datos radiológicos y clínicos. co es típicamente infantil; un pequeño porcentaje de los mismos
a b
Figura 1. a) Lesión expansiva tumoral del tronco cerebral que distorsiona la protuberancia, comprime y deforma el cuarto ventrículo; b) Infiltración
tumoral de baja densidad celular sobre un fondo fibrilar en un astrocitoma fibrilar difuso; los astrocitos neoplásicos presentan un amplio citoplasma y
prolongaciones gliales sin atipia nuclear; c) Mayor densidad celular en un astrocitoma difuso fibrilar anaplásico; algunos astrocitos muestran mayor ple-
omorfismo celular y atipia nuclear; obsérvese una mitosis en el centro; d) Gran densidad celular, pleomorfismo y atipia nuclear en un glioblastoma mul-
tiforme; en la parte superior es visible una célula gigante multinucleada tumoral.
se asocia a neurofibromatosis de tipo 1 (NF1), en cuyo caso sue- son menores de 18 años. Localizado generalmente en el cerebro,
len ser bilaterales [29-31] (Fig. 2). En esta localización, frecuente- se distingue por su carácter circunscrito y su localización super-
mente se someten a radiación por falta de biopsia o de un diagnós- ficial relacionada con las meninges (Fig. 3). La historia clínica
tico específico. Algunos casos publicados debido a su comporta- se asocia típicamente a convulsiones resistentes al tratamiento.
miento agresivo, mostraban en su historia el antecedente de haber- Los rasgos histológicos complejos de este tumor son especial-
se sometido a radioterapia por un astrocitoma pilocítico anterior, mente característicos e incluyen un patrón fascicular, trama reti-
con períodos de latencia que variaban desde 2 a 50 años [32]. culínica rica, células astrocitarias pleomórficas y astrocitos lipi-
dizados o xánticos como datos positivos más importantes y
Xantoastrocitoma pleomórfico constantes. Adquieren especial relevancia en el diagnóstico
Este tumor astrocitario supone el 1% de este grupo y afecta, so- correcto de este tumor los datos negativos, como la inexistencia
bre todo, a niños y adultos jóvenes. Dos tercios de los enfermos de mitosis, necrosis o hiperplasia endotelial [1,2,32]. Su carácter
Astrocitoma pilocítico
Astrocitoma de tronco
Meduloblastoma
Tumores ependimarios
Tumores cerebrales
Astrocitoma pilocítico
Xantoastrocitoma pleomórfico
Tumores ependimarios
b Ganglioglioma/gangliocitoma
Meduloepitelioma
Ependimoblastoma
Pineoblastoma
Teratoma
Germinoma
Carcinoma embrionario
Coriocarcinoma
Craniofaringioma
a b
Figura 3. Xantoastrocitoma pleomórfico: a) RM en secuencia T2 axial con nódulo tumoral (flecha blanca) y edema (flecha negra); b) RM en secuencia T1
axial con contraste, porción tumoral sólida (flecha gris) de localización periférica y zona quística (flecha negra).
a b
Figura 4. a) Epedimoma supratentorial con hemorragia intratumoral en asta temporal derecha; b) Características pseudorrosetas perivasculares en un
ependimoma; c) Otro caso que muestra un patrón de túbulos o canales ependimarios.
terpretan como rasgos propios de tumores de bajo grado de ma- celular superior al 4%, mientras que la evaluación de la apoptosis
lignidad la presencia de lesión quística –especialmente si pre- de las células tumorales no ha aportado información pronóstica
senta un nódulo mural–, la localización superficial, la ausencia [39,40]. Además, no existe una relación clara entre las caracterís-
de efecto de masa, el edema escaso, la presencia de calcificacio- ticas histológicas y el comportamiento clínico de la neoplasia.
nes y la erosión ósea [35-37] (Fig. 3). Junto a la histopatología, la identificación de otros parámetros
con valor pronóstico es un asunto discutido y pendiente de resol-
ver. La supervivencia es significativamente menor en los niños
TUMORES EPENDIMARIOS menores de 3 años. La localización infratentorial comporta tam-
Son tumores neuroepiteliales derivados de células que expresan bién un peor pronóstico, así como la evidencia de extensión de la
diferenciación ependimaria. Suponen entre el 6 y el 12% de los enfermedad a través del líquido cefalorraquídeo y la amplitud de
tumores intracraneales infantiles y el 30% de aquellos que se dan la resección quirúrgica. Todos ellos son indicadores que influyen
en menores de 3 años. Pueden localizarse en cualquier región a lo en el curso clínico [1,41-45]. La incidencia referida del ependi-
largo del sistema ventricular y del canal espinal, pero el 70% de moma anaplásico (grado III) es muy variable, debido a la poca
los intracraneales lo hace en la fosa posterior y, de éstos, la mitad claridad en los criterios histológicos de malignidad.
se origina en el suelo del cuarto ventrículo. En los niños más
pequeños predomina claramente la localización infratentorial.
Patrones histológicos diferentes dan lugar a subtipos o variantes TUMORES DE PLEXOS COROIDEOS
de ependimoma que pueden plantear difíciles problemas de diag- Constituyen neoplasias intraventriculares derivadas del epitelio
nóstico diferencial con tumores de otros grupos. Histológicamen- de los plexos coroideos o sus células progenitoras específicas.
te corresponden a un grado II de malignidad (Fig. 4). Sin embar- Éstos, de origen neuroepitelial, están formados por un epitelio
go, uno de los aspectos más controvertidos de estos tumores es el muy especializado con funciones de secreción y absorción. Los
intento de establecer unos criterios histológicos de graduación tumores poseen muchas similitudes con los papilomas y los car-
[1,2,34]. No es raro encontrar variaciones intralesionales signifi- cinomas sistémicos. Representan el 2-4% de los tumores cere-
cativas en el grado de diferenciación tumoral que se expresan en brales en niños, pero constituyen el 10-20% de los que se mani-
forma de nódulos que muestran pleomorfismo citológico, activi- fiestan en el primer año de vida. Incluso pueden verse en la vida
dad proliferativa, necrosis y todos aquellos parámetros que con- fetal, porque son uno de los tumores cerebrales congénitos más
dicionan malignidad obligada en los tumores astrocitarios [2,38]. frecuentes [46]. Los ventrículos laterales se afectan en el 50%
Un marcador histológico de anaplasia que parece emerger como de los casos, el cuarto ventrículo en el 40%, y sólo el 5% se lo-
un criterio pronóstico independiente es un índice de proliferación calizan en el tercer ventrículo. Constituyen un espectro tumoral
a b
c d
Figura 5. a) Carcinoma de plexos coroideos; RM T1 coronal con gadolinio; realce tumoral homogéneo. Nótese el realce ependimario (flecha izquierda) y la
diseminación subaracnoidea (flecha derecha); b) Tumor de plexos que mantiene el patrón papilar pero con gran pleomorfismo y atipia celular; c) Inmuno-
rreactividad celular a citoqueratinas como las células epiteliales; d) Elevado índice de proliferación celular, frecuentes núcleos inmunorreactivos con Ki-67.
que se extiende desde lesiones bien diferenciadas hasta otras dos por la proliferación de células redondas indiferenciadas,
muy agresivas. El papiloma es un tumor benigno, de crecimien- con abundantes mitosis y fenómenos de apoptosis que clásica-
to lento, que corresponde a un grado I de malignidad. La pérdi- mente se identificaban como tumores de células azules y con el
da de la arquitectura papilar, la poliestratificación, el pleomor- sufijo ‘blastoma’. Constituyen, por su incidencia, una fracción
fismo, las mitosis, un elevado índice de proliferación celular, la muy importante de los tumores pediátricos, pero su origen y
necrosis y la infiltración tumoral del tejido cerebral vecino son clasificación son temas muy discutidos. Particularmente, el tér-
criterios que indican malignidad y que el tumor corresponde a mino ‘tumor neuroectodérmico primitivo’ (TNEP) ha suscitado
un carcinoma de plexos (grado III de malignidad) (Fig. 5). Este largas controversias. Durante años se usó para incluir un sub-
último, además de diseminación meníngea, puede dar lugar a grupo de tumores embrionarios ampliamente distribuido a tra-
metástasis sistémicas. El 20-40% de los tumores de plexos son vés del SNC y caracterizado histológicamente por células muy
carcinomas y el 80% de los mismos se dan en niños (Fig. 4). indiferenciadas. La introducción de la inmunocitoquímica y de
los estudios genéticos moleculares ha realzado las diferencias
entre algunas de las entidades TNEP mejor conocidas. La con-
TUMORES EMBRIONARIOS secuencia ha sido que algunos tumores incluidos como TNEP
Se agrupan en este apartado aquellos tumores malignos, de con- en el pasado se han relocalizado en diferentes grupos tumorales
siderable heterogeneidad intratumoral e intertumoral, constitui- de la última clasificación WHO 2000, de modo que el uso de es-
a b
c d
Figura 6. a) Masa tumoral grande, circuncrita y centrada en el vermix cerebeloso en un meduloblastoma que debutó con hemorragia intratumoral y que
comprime el tronco cerebral; b) Características rosetas de Homer-Wright, que son expresión histológica de diferenciación neuroblástica en un medulo-
blastoma; c) Patrón tumoral en sábana de células atípicas con escaso citoplasma, núcleos hipercromáticos, frecuentes mitosis y apoptosis; d) Ele-
vado índice de proliferación celular que se expresa a través del número de núcleos inmunorreactivos al anticuerpo Ki-67.
te acrónimo ha quedado restringido a un tumor del cerebro o su- do casos de afectación prenatal y neonatal [46,49]. El 75% de de
praselar formado por células neuroepiteliales poco o nada dife- estos tumores se localiza en el vérmix y muestra rasgos muy
renciadas y que muestran capacidad de adoptar rasgos divergen- característicos en la neuroimagen [35-37]. A pesar de su hetero-
tes de diferenciación. En la práctica, la mayoría de las lesiones geneidad intratumoral, la variedad de subtipos histológicos y la
muestran características de la línea neuronal. Otros miembros irregularidad y variedad de los resultados inmunohistoquímicos
del grupo constituyen entidades histológicamente identifica- para diferentes proteínas, el diagnóstico diferencial es sencillo si
bles, e incluso muestran afectación en diferentes vías genéticas. se dispone de la información clínica y radiológica adecuada,
Todos ellos tienden a la diseminación a través del espacio sub- incluso en el caso de una biopsia por congelación intraoperatoria
aracnoideo y corresponden a un grado IV de malignidad. Así o de resección parcial y recepción de escaso material. Una eleva-
pues, meduloepitelioma, ependimoblastoma, TNEP supratento- da densidad celular, abundantes mitosis y apoptosis, así como
rial, tumor teratoide rabdoide atípico y meduloblastoma consti- gran tendencia a la infiltración subaracnoidea, son rasgos comu-
tuyen los miembros de este grupo con algunas características nes a todas las variantes de meduloblastoma (Fig. 6). La identifi-
histológicas y biológicas comunes, pero que también presentan cación de estos subtipos tiene, a veces, implicaciones pronósticas
diferencias topográficas, radiológicas, de patrones histológicos o puede suponer grupos patogénicamente separados. Estas
y genéticas, lo que permite considerarlas como entidades clini- variantes reconocidas son: meduloblastoma clásico, meduloblas-
copatológicas diferenciadas [1,2,33,34,47,48]. toma desmoplásico, meduloblastoma con nodularidad y diferen-
ciación neuronal avanzada, meduloblastoma de células grandes,
Meduloblastoma medulomioblastoma y meduloblastoma melanótico [34,50-59].
Es el tumor embrionario del cerebelo y, a su vez, el tumor La supervivencia es notablemente superior en la actualidad
embrionario intracraneal más frecuente. Sin embargo, el resto de debido a la mejora de la quimioterapia y la radioterapia.
las entidades tumorales del grupo son extremadamente infrecuen-
tes. Supone el segundo tumor en incidencia durante la infancia, Tumor teratoide/rabdoide atípico
constituye el 20% de todos los tumores del SNC infantiles y el Se trata de una enfermedad que afecta a niños muy pequeños, fun-
70% de los mismos ocurren en pacientes menores de 16 años. Su damentalmente menores de 3 años, y que se localiza en la fosa
incidencia máxima es a los 7 años, pero también se han publica- posterior en el 52% de los casos y afecta con frecuencia al ángulo
pontocerebeloso. Un tercio de los casos muestra ya diseminación Tabla III.Tipos y frecuencia relativa de los tumores de células germinales [34].
en el momento del diagnóstico. Algunas de sus características
biológicas e histológicas son similares a las de los tumores rabdoi- Germinoma 50%
des malignos de riñón. Clínicamente son muy agresivos y la su- Teratoma inmaduro 14%
pervivencia media, a pesar del tratamiento, es de dos años en
menos del 20% de los casos. Aunque las células rabdoides son un Teratoma maduro 6%
rasgo histológico característico, con frecuencia presentan compo- Teratoma con transformación maligna 4%
nentes de distintas líneas de diferenciación, por lo que dan lugar a
serios problemas de diagnóstico diferencial. Genéticamente, se Carcinoma embrionario 3%
caracteriza por monosomía del cromosoma 22 o deleción parcial Tumor del seno endodérmico 2%
del 22q11.2. En esta región se localiza el gen hSNF5/INI-1, cuya
Coriocarcinoma 1%
inactivación está implicada en la patogénesis de este tumor [60].
Recientemente, se ha descrito el hallazgo de la inactivación de Tumores mixtos de células germinales 20%
este mismo gen en tumores de plexos coroideos, lo que apunta
hacia una estrecha relación patogénica entre ambos tumores [61].
planificar el tipo de biopsia, los estudios preoperatorios o la po- nóstico del tipo específico de tumor, así como que los patólogos,
sible conservación de material para estudios especiales. radiólogos, cirujanos y oncólogos entiendan la nomenclatura
Los sistemas numéricos de graduar los tumores son muy úti- tumoral y los criterios que se utilizan para su uso y para asignar-
les, sobre todo en el análisis de grandes series, pero deben usar- les un grado de malignidad. Los términos ‘benigno’ y ‘maligno’
se con precaución y no suplantar el necesario abordaje multidis- entrañan riesgos y deben usarse con cuidado en relación con los
ciplinar del hecho diagnóstico. Se hace necesario una compren- tumores neuroepiteliales, debido a que no tienen el mismo signi-
sión firme de los criterios histológicos que se usan para el diag- ficado que cuando se aplican a tumores en otros órganos.
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