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ui de Laie V Fons Crea dela Erba de Holand, ‘dada por aS Vc Ta Silla Vacia es un medio informativo ¢ interacti- vo para las personas interesadas en la actualidad politica colombiana, Mis que cubrir la noticia del day acudir a ruedas de prensa, nos centramos en aquellas hisiorias que realmente describen cémo se-ejerce el poder en Colombia: en los personajes {que mueven los hilos del poder, en las estrategias para aleanzarlo y mantenerlo, en las ideas ¢ inte- reses que subyacen las grandes decisiones del pats. El objetivo principal de este medio es hacer buen periodismo. Aquel que est en el lugar donde suce- den las cosas y que las puede contar porque estuvo alli o porque hablé con los protagonistas; mas que formular juicios buscamos plantear preguntas; mas que simplificar las cosas buscamos complejizarias; sms que agradar a un gran piiblico buscamos ayu- dar al segmento de los formadores de opinion a comprender Ia politica nacional; més que pertene- st al poder buscamos develar cémo opera; ma {que aliarnos con una facci6n incluiremos la mayor cantidad de voces, Mas que narrar eventos pun- tuales encontramos conexiones entre los sucesos. No nos comprometemos a mostrar todos los lados tanto como a reflejar la versién més cerca naa la verdad porque sabemos que muchas veces tuna parte tiene mas raz6n que otra, ra: angin Randers Howse Grp Et 1 Pia Marines Lares ha © Genyimagencom El dulce poder Asi funciona la politica en Colombia ‘il le pdr Alfio pti on Clo Primers din en Aur mr, 208 © 2018 dee pret einen astelane pr todo el undo, eu an out Gro Elsi SAS (GSA No tA 0, opts Colonia Pane 57.1) 78-4700 engin Random House Grape saa poy pec et ppt copyright sina creatine eral nd Jaden Lenox, promueels the expretny free uncle" Grac por compre nein aside dec liboy por nspeta aes dl copy aloo erode ener dur gins parte dct opr niagin med in permis Al acl et replant ose 1 permitends que PRLUGE contin pubic os ars todo ee. pes en Coir n Coo sanioressesese0 Compact encrcteres Garond Inpro orl Noms SA, [Sten RfA El dulce poder Asi funciona la politica en Colombia Para Myriam Cortés, por su cariio y dedicacién a La Silla Vacka Agradecimientos ste libro es el resultado del trabajo colaborativo de todo el equipo de La Silla Vacia durante varios afios de reporteria. Con frecuencia, en La Silla una persona escribe el articulo y lo firma, pero la reporteria se hace a varias manos o se construye sobre la informacién recogida previamente para otra historia por otro miembro del equipo. Este libro, en. 680, no es la excepcién. Por eso, aunque cada capitulo esti firmado por un periodista del medio, hay otros periodistas y practicantes, actuales y pasados, de La Silla ‘Vacia que contribuycron y cuyos nombres no aparceen, cen los capitulos. ‘También agradecemos a las fuentes que nos ha- blaron, que nos contaron sus historias, que nos dieron informacién y que nos dejaron seguirlas. Pero nuestro mayor agradecimiento es para Maria Fernanda Marquez, quien edit6 este libro, Sin su cri- terio, habilidad y empeiio, este libro no habria sido posible, ni siquiera en una versién menos buena. a Silla Vacia Este libro no es esperanzador. Pero tampoco busca deprimir a sus lectores. Lo vemos, mis bien, como un punto de partida para una comprensién y reflexién mas profundas sobre la politica, aquel espacio comin que podria ser de todos si nos apropiéramos de él y que, sin embargo, no es pricticamente de nadie. 10 Contenido Introduccion Por Juanita Leén 1 IL Mm. Vv. VL. La maquinaria, las arterias del corazon de la politica Por Jineth Prieto. La plata que mueve la rueda Por Laura Ardila y Juanita Leén.. Profesion: ‘puya ojos’ Por Laura Ardila El primer eslabén: la compra de los ediles Por Natalia Arenas..... La feria de los avales Por Laura Ardila. oe El empujén de las alcaldias y las, gobernaciones Por Juanita Vélez... . 65 a 1a Silla Vacia VIL. El autobombo Por Tatiana Duque ... VIII. Con los niimeros en el bolsillo Por Juan Esteban Lewin 81 IX. El Dia D Por Juanita Le6n y Manolo Azuero X. El cuadre de caja Por Laura Ardila XI. El contralor controlado Por Jineth Prieto... 103 XII. Todos quieren con la Tercera Por Laura Ardila... XIIL La dieta de la mermelada Por Laura Ardila y Manolo Azuero .....e00113 Introduccién l J no puede decir lo que quiera en Bogoti, pero Ja politica, la verdadera politica electoral, no se hace en el altiplano, se hace en la tierra_ caliente, que constituye la mayor parte de Colombia Es en los pueblos, al calor de una banda desafinada, de carne adobada con achiote, de mazorcas asadas, de aguardiente y de cerveza Poker, donde se define la representacién politica, el ADN de eso que llamamos democracia. ‘Hace unos afios, un congresista de los buenos, qui- 74s de los mejores, me invité un dia a verlo en campaiia para que entendiera cémo es que se hace politica en Colombia. En la legislatura inmediatamente anterior a nuestro encuentro, este politico habia logrado meter algunos articulos fundamentales en leyes que les traerian bene- ficios econdmicos concretos a segmentos vulnerables de la poblacién, y él estaba muy orgulloso de eso, aun- que ningtin medio hubiera escrito sobre el tema. Pero B La Silla Vicia aprobar leyes es solo una fraccién de lo que hace un politico como él. El resto del tiempo, ‘hace’ politica. En ese fin de semana, como todos, este congresista salié de campatia, porque aunque no aspiraba a ningiin cargo en esas elecciones locales, sabia que su reeleccién dependia en gran parte de lo que les sucediera a ‘sus alcaldes. Suyos en el sentido de que le debjan un favor (el olitica nadie es mas canfiable que algaien que debe favores. Alguien decia que el problema de Antanas Mockus es que no era confiable porque no le debia favores a nadie. “En la politica lo que importan son los amigos”, me dijo varias veces este politico, y la puesto), yen mejor forma de hacerlos, 0 por lo menos de conser- varlos, es haciendo favores 2Qué tipo de favores hacia este congresista? Mu- chos. Los més frecuentes (y baratos) eran los de in- termediacién. Llamar al Ministro para recordarle 0 convencerlo de que tal carretera era una prioridad; garantizar que tal municipia quedara incluida en el plan de aguas; recomendar al hijo de no sé quign para tal puesto; conseguir que la EPS piblica atendiera a tal paciente. Hay otros favores mis _costosos, que no son solo apreciados, sino esperados. En esas elecciones, por ejemplo, sus alcaldes esperaba finaticiar st campaiia.Y-&l lo hizo. No necesariamente “que los ayudara a porque los apreciara mucho, o pensara que serian los 4 El dulce poder mejores representantes de su pueblo. Lo hacia porque era una forma barata de financiar su reeleccién en el Senado, Era un pago anticipado con descuento. El, que no era todavia un cacique, calculaba que reclegirse en el Senado le podria costar entre 1.500 y 2.000 millones de pesos, y que le costaria 4.05 mil millones si no tuviera estructura politica. (Todos sabe- _mos que los topes son un chiste). Pero él era respetuoso de la ley,y el tope para una campafia al Senado el aiio en que fue elegido fire de 531 millones. Por eso, tenfa ‘que maximizar la inversién antes de que comenzaran a ‘operar los limites legales, y ninguna es mejor que tener alcaldes ‘propios’. Darle entre tres y cinco millones de pesos a cada uno de los diez alcaldes garantizaba su lealtad (y entre dos mil y cuatro mil votos de cada uno, dependiendo del municipio), y sobre todo, que no se la debieran a alguien mis. Este politico temia que su aliado local quisiera competirle en las siguientes elecciones. Se habia en- teracla de ciertos acercamientas que habia tenido con algunos de ‘sus’ lideres, y por eso sentfa que no podia ahorrar en las elecciones. Recuperar a.un lider es mas costoso que mantenerlo. ¥ mercado. ellos siempre estin en el ‘Una de esas lideres nos acompaiié en Ia gira de ese sibado. Era una mujer pequefia y simpatica, que trans- piraba fervor politico. Lleg6 con una camisa marcada con el nombre del senador. La acompaiiaba otro lider, LaSillaVacia este un poco més viejo y un poco més desencantado con la politica, Grefa que el congresista se equivocaba al ser tan fiel a sus aliados politicos. Le insistié en que le irfa mejor si montaba rancho aparte. El senador ya habia conside~ rado todas las opciones, pero opté por hacer un chiste y cambiar de tema. En el carro me dio la explicacién:era sencilla, bgica y humana, como casi todos los asuntos en la politica: si el senador tenia su propio grupo politico, el lider ten- dria més juego, seria mas importante y podria abrirles espacio a otros lideres locales. Pero el congresista no queria hacerlo porque el esfurerzo seria descomunal. Era mejor seguir en el equipo politico mayoritario de la regi6n en la cual él trabajaba, ayudando a financiar los alcaldes. Ademés, un trabajo de Hlanero solitario era imposible. Este politico era joven y tenfa plata propia. Pero igual, la maquinaria es un monstrue-voraz. Por eso, me dijo, estaba pensanda en crear nna findacién y comenzar a recoger donaciones desde ese instante para financiar las campaiias de sus alcaldes y la suya propia. Le daba miedo tener que pedirles a las grandes empresas y corporaciones, muchas veces asociadas con los gran- des grupos econémicos. Pero sino era a ellas, za quién? Le pregunté cémo hacfan los que no legaban ya con plata a la politica. El no me respondid. Lo hizo sti asistente. Me contd que el Instituto Nacional de El dulce poder Coneesiones (Inco), actual Agencia Nacional de In- fraestructura, por ejemplo, habia tenido tradicional- mente unos ‘cupos’ para ciertos senadores (algo que Juego Juan Manuel Santos hizo extensivo a varias enti- dades con los fumosos cupos indicativos). Esto les daba derecho a los senadores a incidir para que se hicieran ciertas carreteras, y sobre todo con ciertos contratis- tas. Los contratistas, una vez obtienen el contrato y el anticipo, le dan un porcentaje, el 3 0 4 %, al respective senador.¥ asi se repite con los contratos pablicos en | aceite que mantiene la maquina funcionando. Este senador, sin embargo, no se beneficiaba de ningiin cupo en ninguna parte, me aseguré su asistente. La plata es solo una variable de la ecuacién (un politico curtido me decia que es el 50 % de la ecua~ cién). Hacer presencia, estar fisicamente donde se necesita, es igual de importante. El objetivo de la gira de’ese sibado era ser visto y hacer visible al candidato del senador. Fuimos en tres camionetas a un pueblo que que- daba a una hora de distancia. Inicialmente pienso que los dos ‘Iideres’ que nos acompaiian cumplirin una fancién especifica en el pueblo que vamos a visitar, pero el politico me dice que su rol es ‘hacer bulto’.La importancia de un politico esti determinada por el tamaiio de la corte que lo sigue. Nada mis triste que un politico solo. La Silla Vacia es_que quieren parecer importantes (casi siempre son hombres), suelen ser seguidos por un séquito de asistentes, que parecen atro- pellarse unos con otros para seguitle el paso al jefe, que quiza por eso, o quiza no solo por eso, siempre es el que brilla, Sus asistentes siempre son anodinos, su funcién es realzar la figura del politico.Y también ir convirtien- do los deseos de los otros en’ promesas cumplidas que posiblemente se convertirin en votos. Dicho y hecho. Llegamos al pueblo y comenzamos a caminar y la gente a mirarnos. El politico se coge del brazo de su bella esposa y saca pecho como un pavo. Elrecorrido dura menos de 500 metros. Recorrer- los de ida y vuelta nos toma unas buenas dos horas a pleno rayo de sol. El politico va dindole la mano a todo aquel que se molesta en mirarlo, Eso toma tiempo. Lo que mis lo retrasa son los hombres que literalmente se le cuelgan del cuello al politico. Es cierto que estin borrachos, pero es més que eso. La politica es fisica.Y es de machos, pero de machos qué se tacan. Fl que no aguante el contacto, que se dedique a otra cosa. Los politicos locales juntan sus panzas con la del politico y la del otro candidato, que ya son grandes y crecen cada dia, porque después de cada abrazo viene un guaro y otto més. Nadie quiere ofender diciendo que ya ha tomado lo suficiente. En la esquina del pueblo nos espera una banda, que se prende cuando el politico se encuentra con su 18 El dulce poder candidato a Ia Alcaldia, Acuerdan que recorrerin el pueblo con la banda detris tocando; si la comitiva no ¢s suficiente para llamar la atencién de los campesinos que ya para la una de la tarde estin bastante ebrios, las cornetas estallando en sus ofdos lo lograrin. Cuando finalmente legamos a nuestro destino, que es la plaza de toros, el senador y su candidato se retinen con otros aspirantes del partido al Concejo y la Asamblea. Todos quieren algo del congresista: unos quieren acusar al contrincante que perdié la consulta; ‘ottos quieren quejarse de una componenda que hizo el gobernador para retirarles su apoyo a unos candidatos al Concejo a cambio de que otro partido le apoyara a su sucesor; otros quieren que vuelva a una reunién la préxima semana, Es un circulo cerrado el que lo rodea y yo solo puedo oir algunas de las peticiones. Pero un sefior que claramente no pertenece a ese circulo logra hacerse piches y acceder hasta el politico. El circulo se abre y el hombrecito —mide la mitad de Jo que el senador— le comienza a decir un secreto al ido, como una confesién vergonzosa delante de los ‘otros que por un segundo callan y miran al piso. El politico lo remite a su asistente y le hace una sefia. El asistente saca la billetera y le da 20 mil pesos. El asistente es el que mangja la billetera porque no ¢s extrafio que la gente le pida plata al politico: tuna solicitud frecuente no es solo que le consiga una ita en el hospital o con la EPS, sino que le dé plata 9 La Silla Via para la consulta de una hija, un sobrino 0 un papa anciano (cuando finalmente se la consiga el politico). El politico casi siempre da menos de lo que le piden, pero siempre da La reina del pueblo también accede al senador. Ese dia son las fiestas patronales, y, como en toda fiesta patronal, hay reina. Una mujer joven con una sontrisa hermosa le da su beso al politico, la tinica persona que ¢s tan importante como ella en su dia, que puede ser el Gltimo memorable quizas el primero. ‘Mientras el politico habla con la reina, el hermano del candidato a la Alcaldia me pide que convenza al senador de volver de nuevo. Que es muy importante para la candidatura de su hermano que la gente vea que lo respalda gente importante como el congresista. Yo asiento. Me cuenta que su hermano tiene varios activos importantes. Para comenzar, sus dos apellidos. El primero es el de una ciudad famosa, y el segundo,el de un expre- sidente, que ademés pertenecia a su mismo partido, Le ‘pregunto si acaso eran parientes. Se rie,y me dice que no, ‘pero que igual los que votan no tienen por qué saberlo. El candidato a la Alcaldia también viene a saludar- me. Le pregunto cual es su programa bandera para el pueblo. Me dice que garantizar la Seguridad Demo- critica de Uribe para su gente. :No es eso algo que depende del Gobierno Nacional (0 del anterior)?, le pregunto, Me dice que si. Pero que eso es lo que él ofrece porque eso es lo que la gente mis quiere. El dulce poder Ya es hora de entrar ala plaza de toros. Es una novi- llada, pero los toreros estin disfrazados. Uno de payaso, el otro del Chavo del Ocho y uno mis de Supermén. El senador esti sudando a mares y es tarde y no hemos almorzado, Comemos mango verde con sal que una mujer pasa vendiendo, La corrida nada que arranca. La esposa y la mam4 del politico deciden irse en uno de los cartos de la comitiva. El politico decide aguantar unos aguardientes mis, Pero el Chavo del Ocho no empieza su faena.Y el candidato ya esti borracho y ya no tiene mucho mis que hablar con el senador. Su contendor no asistié a la corrida, entonces ya no hay tanta necesidad de estar ali El politico eval la situacién y se da cuenta de que ya estamos en la fase de ‘réditos decrecientes’. Es hora de irse a almorzar. Nos paramos y nos despedimos y ya sin séquito detris salimos rumbo a casa. Al dia siguiente le espera al senador otra visita a otro pueblo, El que diga que los politicos no trabajan es porque no conoce bien a ningu mo este politico, la mayorfa trabajan una buena parte del dia y de la noche en mantener su poder y reproducielo a través de un engranaje que arranca mu cho antes de ser clegido y continta hasta Ia siguiente reclecia SSS Este libro, realizado por el equipo de periodistas de La Silla Vacfa, apunta a explicar cémo es que funciona cn la prictica el clientelismo, que es el sistema que ha at a Silla Vacia dominado la politica colombiana hasta este momento y del cual el politico genérico que describimos en esta introduccién era uno de sus mejores exponentes ‘Aunque una primera versién de algunas historias ya, salieron en La Silla Vacia, publicamos este libro justo antes de las elecciones presidenciales del 2018, cuando este sis- tema podria verse amenazado por candidatos populistas de izquierda y de derecha o anticlientelistas declarados. En ambos escenarios, el engranaje que produce y reproduce el poder, y que describimos en las siguientes paginas, con sus tuercas, tornillos y poleas, muestra sus dos caras: la que sirve de contencién para cualquier cambio brusco y la que sirve de talanquera para cual- quier transformacién. Es este sistema el que explica‘el nadadito de perro’ que caracteriza cualquier proceso politico en Colom- bia, incluso fendmenos tan importantes como la reduc~ cién de la pobreza a la mitad en los tiltimos 15 afios y el Acuerdo que puso fin al conflicto armado con las Fare: como cualquier decisién pol niiltiples transacciones, los recursos, las motivaciones y el vige n dil c Sobra decir que una vez ganan, 0 inclas6 para ganar, también juegan un papel fundamental las ideas, la capa~ cidad de trabajo o la inteligencia de los politicos. Pero, salvo casos insélitos como el de Mockus en Bogoté, el clientelismo es el soporte tanto para llegar al poder como para mantenerse alli : a es el fruto de van diluyendo en el camino. El dulce poder El gobierno de Juan Manuel Santos no fue la ex- cepcién. Entre las muchas cosas que ha sido, su mandato también es una radiografia descarnada de esa forma tradicional de ejercer el poder en Colombia. Desde como financié su reeleccién hasta como mantuvo una coalicién fuerte en el Congreso a punta de mermela- da, Santos apuntal6 su gobierno en todo el engranaje clientelista que describimos en este libro. Durante los ocho afios de su gobierno y las milti- ples elecciones que ha habido en el interregno, que son casi los mismos de existencia de La Silla Vacia, hemos podido documentar en cientos de historias cémo es, gue se consigue el apoyo de un edil; cémo se financia a los lideres que consiguen los votos; como se moviliza a los votantes el dia de la eleccién; cémo se arman las formulas a Camara y Senado; y luego, cémo es la dis- puta para ocupar las poderosas comisiones terceras del Congreso, cémo se bajan los recursos del nivel central alos municipios y cémo se reparten con los contratistas que financian las campafias. En Colombia nos decimos muchas mentiras. Qui- zis, si comenzamos por sincerarnos sobre cémo es que —salvo contadas excepciones— se reproduce el poder en Colombia, podrfamos dar el primer paso para la siempre postergada reforma politica. O, por lo menos, para entender por qué es tan dificil hacerla. Este libro busca ayudar en ese sentido, I La maquinaria, las arterias del corazén de la politica a maquinaria es para un politico como las ar- L terias al corazén. Si flaquea, el resto empieza a fallar. Es visible en temporada electoral y casi invisible los afios en los que la campafia no esta encendida, Pero eso, no quiere decir que pare de trabajar. Siempre se mueve. “Un politico profesional 0 que aspire a serlo, la ccuida, la alimenta, la riega como a una planta”, explicé un politico que leva cuarenta afios activo. Hay de muchas clases. Est la maquinaria orgénica, esté la maquinaria que se mueve solo con plata, la ma~ quinaria de partido, y la maquinaria pablica. “Oigame bien, con excepcién de unos pocos, pero muy pocos,|os politicos necesitan de todas para ganar”, continud. 25 La Silla Vacia La maquinaria orginica es la de los amigos, Es onginica porque la integran personas que realmen- te estin dentro del llavero de un politico y no piden plata para apoyarlos, Esa es la misma que empuja a los independientes. “Es gente que cree en el discurso, 0 en que uno ¢s su paisano, 0 que es amigo de muchos afios. Los politicos que posan de buenos dicen que son los dini- cos que tienen esa clase de apoyo, pues vea que no, también la tenemos a los que nos dicen malos”,agrego un senador. El trabajo para mantenerla y hacerla crecer empieza exactamente después de la eleccién. —“Doctor, es que voy a bautizar a mi hijo y queria que usted y su esposa fueran los padrinos”, —“Doctora, mi hija cumple 15 afios. La invito a que nos acompaiie en la celebracién” —“Doctor, aqui en el pueblo tenemos una fiesta, ¥ queriamos que usted asistiera”. Doctor me van a sacar del Sisbén...”. —*... Aytideme para que el servicio militar de mi hijo no sea en zona roja...”. El servicio del politico debe ser 24/7. Tiene que estar presto a responder, a ayudar con lo que le pidan, © por lo menos en lo que mis pueda. El que no teja esas relaciones pierde seguidores, y como sin amigos la campafia es mis cara “entonces es mejor hacer buena cara”, agreg6 un representante. 26 El dulce poder “Las obras también son importantes”, continud.“A usted no le parece importante unas placas huellas en una vereda, Pero cuando uno esta all, y las inaugura, hay agradecimiento, y seguro ahi uno puede encontrar ‘unos voticos”. Arreglos de escuclas, tramos de vias, parques, can- has, canalizar quebradas,arreglar puentes. Hasta regalar ventiladores, televisores, planchas. Todos suman. “La gente agradece.Yo tengo personas que atin me recuerdan cuando les regalé alguito y lo guardan”, ex- plicé un politico que manejari la campaiia de otros, dos en 2018. Esa parte de la estructura también se teje repartien- do puestos. No hay nada que garantice més fidelidad que un empleo en un pais en el que mis de la mitad de la poblacién vive en la informalidad. Los que el politico fideliza son los que nombra en cargos de carrera administrativa 0 én provisionalidad: Los que llegan por contrato de prestacién de servicios hacen parte de la maquinaria pablica. Aqui entran cuo- tas en gobernaciones,alcaldias, en entidades nacionales y en fortines regionales. “Lo importante es la necesidad. Ellos necesitan em— pleo y si usted sabe cémo moverse como politico, les da puesto. Todo depende de lo que hayan hecho en las, elecciones, Los que mueven muchos votos tienen los primeros y mejores puestos”, le explicé a La Silla un politico que ha sido concejal, diputado, y alcalde. 2 La Silla Vacka Otro nos describié esta maquinaria como el ‘mul- tinivel’. La estructura es piramidal y en cada eleccién es donde tienen la oportunidad de escalar. En la base estin Jos lideres con menos votos, pero que recibieron un contrato en una entidad péblica por su esfurerzo, © los que reciben un contrato recomendados por al- giin lider fuerte. En cada nivel hacia arriba aumenta la categoria. Entre esos eslabones intermedios estn los cargos de coordinadores o enlaces, que son los que integran el primer cfrculo de confianza del politico y hacen las ve~ es de puentes con los niveles que estin abajo de ellos. Ascienden en cada eleccién porque dependen de su desempeiio. Si se esfurerzan més, poniendo votos o ha- ciendo reuniones, en los cuatro afios siguientes reciben tun mejor contrato, 0 son considerados como candida tos. Incluso pueden llegar a la cabeza de la pirimide. ‘Cuando eso sucede es porque le montan competencia a su jefe politico, o porque le heredan. “También hay atajos. Peto esos estin reservados para emergencias como una condena o que el que uno tenia en mente ya no pueda por alguna razén” La estructura se mantiene con frecuencia a punta de generacién de empleo financiada por Ia alcaldia. El aiio pasado, un exalcalde, preso por su participacién en.un homicidio y padrino de su sueesor, reparti6 600 cempleos de medio tiempo a todos sus lideres con un contrato de $16 mil millones. El dulce poder En una gobernaci6n, un representante a la Cimara que es pariente del gobernador tiene a una contratista que le dirige la entrega de beneficios a ediles y lideres. En muchos casos los contratistas de prestacién de ser~ vicios también sirven para mantener financieramente has estructuras. Esos contratos de prestacién de servicios también se entregan cn las corporaciones auténomas regiona- les y en entidades como el Sena, que son los fortines politicos por excelencia en los departamentos. “Pero con esos hay que tener cuidado porque no dependen solo de uno. Si en presidencia dan la orden de mover directores, uno se queda viendo un chispero”, nos dijo un senador. Hay politicos que cobran desde el 10 hasta el 50 % del salario a sus cuotas. Eso se va para pagar la sede (muchos la mantienen abierta cuando no hay elecciones), para pagar actividades. Ademis, sus padrinos los ponen a vender boletas de rifas y a organizar bazares para sumar plata que uti- lizardn en la temporada electoral. Pero hay “carifiitos de vuelta”, nos explicé un po- litico. “Usted se tiene que acordar de las fiestas de cumpleatios de todos. Un mensajito, una tarjetica, un, vinito dependiendo de qué tan grande sea el apoyo. Usted no le va a dar lo mismo a un edil que a uno de sus financiadores, a esos un whisky de los mejores”, aseguré, 2» La Silla Vacia Los financiadores en la estructura son como el im- pulso del latido en el corazén. No se ven, solo se sienten y son los que en la mayoria de ocasiones marcan el ritmo al que se mueve un politico. Hay dos tipos de financiadores, Politicos que finan- cian‘a politicos y empresarios que finlancian a politicos. Los primeros son generalmente los gamonales, con es- tructuras de afios, con plata que han hecho a través de contratos. Los segundos son los dificiles de conseguir. Para un congresista el secreto es hacer mis favores. “Que una cita con el Ministro, que apéyeme tal ley, que consiga que me atiendan en tal cosa. Ese agradeci- iento se retribuye en votos”,nos explicé un congressta, También hay una maquinaria que se mueve solo ‘con plata; es la que se aceita para elecciones, y luego desaparece. Esa es la menos rentable. Es un mercado competido y en el que los politicos pierden la mayo ria de la plata porque los lideres que no pertenecen a ninguna estructura salen a vender los mismos apoyos a diferentes politics. ‘Ademis, esti la maquinaria del partido, pero esa solo funciona para cargos uninominales (alealdia, go- bernacién, presidencia). En el entietanto, cada quien esti con su propio grupo. “Aqui el secreto es hacer que todo esto fiancione el dia electoral. Si usted no hace que eso pase, esti con- denado a desaparecer o a tirarse Ia plata que no esti escrita para salir elegido”. 0 Il La plata que mueve la rueda | que tiene plata para financiar una campafia puede ganar 0 perder. Pero el que no tiene la plata seguro no gana, Eso lo descubre rapida- mente cualquier candidato en campai “Bl voto de opinién se acabé”, dice un politico veterano que intenté ser alcalde, senador y hasta presidente. Explica que pricticamente toda la mo- vilizacién politica tiene que ser pagada: no nece- sariamente comprar el voto, sino pagar el evento al que se convoca a la gente a ofr el candidato, las sillas Rimax, la miisica, el sinwich y hasta el agua que se les da a los que van a escuchar al candidato. ‘Todo vale. Por eso, conseguir la plata, y mucha, para una campaiia es fundamental, y es una de las cosas que mis trabajo les cuesta a los candidatos. at a Silla Vaca ara la campajia al Senado 0 a la Camara de Re~ presentantes, el aspirante tiene que sacar un crédito con el banco ofreciendo una garantia personal 0 con el namero de votos que cree que va a sacar. El banco hace su propio célculo con base en los votos que ha sacado antes 0 en las encuestas y presta la plata segiin la estimacién de la reposicién de votos que cree que obtendri el candidato. Pero como hacer ese estimativo no es ficil, salvo que el candidato tenga su curul tan fija como Alvaro Uribe o Roberto Gerlein, normalmente, exige una garantia personal En algunos lugares, Jos préstamos no los hace un banco, sino un contratista que le presta la plata al candidato contra un pagaré en blanco y la amenaza de hacerlo efectivo si ya elegido no le cumple la promesa del contrato 0 del puesto. Con frecuencia, el pagaré no es necesario porque el circulo de la financiacién, elecci6n y contratacién es un gana-gana para todos los involucrados. No para el ciudadano, El contratista financia al congresista. El congre- sista usa sus cupos indicativos para direccionar pro yectos para los alealdes de su cuerda politica. Los alcaldes, por su parte, deben contratar las obras, nor- malmente a través de una licitacién ya previamente arreglada para que se la gane el contratista escogido por el congresista que se gané el cupo. En el 72% de las licitaciones de obras piblicas concedidas el El dulce poder afio pasado, solo particip6 un tnico proponente. Son licitaciones ‘sastre’, hechas a la medida. Este contratista, segiin nos dijeron varias firentes, le suele otorgar el 10 % del contrato al congresista como comisién, aunque obviamente habri muchas excepciones. Con esa plata, el senador o representan- te financia su campafia y, en algunos casos, compra con esa plata los votos que le permitirin volver al Congreso. ¥ as aechar a andar. una vez mas, la maquina se vuelve Algunos politicos también financian su reelec~ cién con los puestos que les consiguieron a sus clien- telas en el periodo anterior, y a los cuales les cobran un porcentaje del salario. Para la presidencia es distinto. Abi el Estado da un anticipo generoso. Pero si un candidato tiene cémo conseguir financiacién por otro lado, suele no pedirlo porque quien pide anticipo recibe reposicion solo por la mitad de la plata por voto. Los candidatos por firmas tienen que Ienar una péliza por el valor del anticipo para inscribirse. Pero como no tienen un partido que los respalde, las ase- guradoras suelen exigitles un CDT por el valor equi- valente al anticipo. Los candidatos que escasamente registran en las encuestas terminan no inscribién- dose, para no quedar endeudados hasta el cuello si no alcanzan los votos suficientes para obtener la re- posicién de votos. 3 La Silla cia El anticipo para un candidato a la presidencia esti alrededor de los 6 mil quinientos millones de pesos para la primera vuelta y casi 4 mil para la segunda. Suena mucho, pero no lo es. “Después de las elecciones legislativas de marzo, Ja campaiia presidencial le toca pagar la movilizacién. Hay que poner buses, sindwiches, hay que darles un tinto. Alguien tiene que poner la greca”, dice el varias veces candidato. Hasta antes del escindalo de Odebrecht habia unos patrocinadores grandes y medianos —nor- malmente contratistas con intereses en el préximo gobierno— que asumian directamente esos gastos: desde los buses hasta los refrigerios, pero como ante cualquier escindalo la solucién més inmediata que se idean los gobernantes en este pafs es una ley, tras el escindalo de la multinacional brasilefia, ahora toca declarar todos esos gastos. No hacerlo se volvié delito. La financiacién de campaiias y la corrupcién se han vuelto sinénimos en el imaginario colectivo, y los empresarios reconocidos, que por conviecién democritica, o por interés de tener al futuro presi- dente de su lado, antes giraban sin problema, ahora lo piensan dos veces. Sobre todo porque las campatias presidenciales solo pueden ser financiadas por per- sonas naturales, y no por personas juridicas, lo que obliga al presidente de la empresa que decide hacer El dulce poder Ja donacién girar un cheque personal y asumir la responsabilidad personal. En todo caso, y ahora més que antes, los can- didatos buscan gran parte de la financiacién de su campaiia mucho antes de ser oficialmente aspiran- tes y mucho antes de que tengan que declararla. Crean una funndacién que recoge las donaciones de las empresas, que a su vez las pueden deducir de sus impuestos o cargarla al gasto. Las campaiias suelen arrancar fondeadas; el pro blema suele presentarse hacia el final, porque ante Ia inminencia de una victoria o una derrota gastan hasta el dltimo peso en las tiltimas dos semanas de la primera vuelta y en el famoso Dia D, el dia de la eleccién, en el que la movilizacién de votantes en buses, mototaxis y taxis es fandamental para asegurar los votos y se puede ir ficilmente la mitad de los gastos de campaiia. Es en ese interregno que el comité financiero de la campafia se vuelve el activo ms preciado. de un candidato. “Tener en estos comités gente como Néstor Humberto Martinez es lo ideal”, me dijo un excandidato. Su cercania con Luis Carlos Sarmiento, el hombre mis rico de Colombia, y su credibilidad y acceso a mucha otra gente rica y poderosa le facilitan enormemente a una campafia la posibilidad de pedirles plata, como lo hizo para Ia de Santos. 35 La Silla Vicia Sarmiento es el que mis plata suele aportar. Se giin alguien que lo sabe de primera mano, puede darle 2 mil millones a su candidato preferido, y 500 a cada uno de los otros. “Los comités financieros maximizan el contacto personal”, dice el mismo excandidato.“Uno pregun- ta quién conoce a quién para llegarles personalmente y pedir la plata”. Obviamente, el candidato solo va donde ya sabe que existe la intencién de aportar a la campafia. Uno que lo ha hecho dice que en esas reuniones los em- presarios no piden “nada muy concreto a cambio” “Le echan a uno una teoria sobre algo, sobre cémo debe crecer la ciudad hacia el occidente, o hacia el sur, y uno entiende que quieren algo del POT”, agrega. ‘Ya en ese momento decisivo, cuando las campa~ fias se han volado el tope, las donaciones se piden para los partidos que avalan al candidato. Estos no tienen ning limite leyal y, ademés, pueden reci- bir dinero de personas juridicas. El riesgo es que se queden con parte de la plata cuando el candidato no es el duciio del partido, pero es un riesgo que en ese punto las campafias asumen. Los grandes problemas de corrupcién asociados ala financiacién de las campaiias surgen justo antes de la segunda vuelta, Asi ocurrié durante la campafia de Ernesto Samper que dio lugar al proceso 8.000, y 36 El dulce poder asi ocurrié durante la campaiia de Santos con Ode- brecht, que se ha vuelto un manual de texto sobre cémo es que realmente entra la plata a una campafia. A partir de las confesiones de los implicados en el caso Odebrecht y de lo que ya ha verificado la Fiscalia, qued6 al desnudo cémo corrieron los rios de plata para asegurar la reeleccién de Santos, jus- to cuando acababa de perder en la primera vuelta contra el candidato uribista Oscar Ivan Zuluaga. El destino de esos recursos era aceitar las maquinarias de Jos politicos costefios para que pudieran aumentar la votacién. Es decir, para que pudieran comprar votos. Un politico de Cérdoba nos conté que, para la primera vuelta, de la campafia alla les dieron 5 mil pesos por voto comprometido. Asi, por ejemplo, si un cacique cordobés se comprometia a poner 50 mil votos, le daban 250 millones de pesos, que en todo caso para los politicos es muy poco para conseguir esa cantidad de apoyos. En aquella primera etapa,a los congresistas no les dieron todo lo que estaban pidiendo para buscar los votos, sino una parte, lo que explica que se hubieran quedado “quietos” y que Santos solo hubiera sacado €l 25 % de los votos depositados, cuatro puntos por debajo de Zuluaga. En a segunda, no escatimaron. El grito de campa- fia a partir de ese momento era moverse como si fue~ ran unas legislativas. Es decir, como silos congresistas Ta Silla acta se estuvieran jugando el pellejo. De la campaiia de Santos, segiin dos fuentes que dicen haberlo sabido de primera mano, el voto se tasé en 10 mil pesos para el congresista que lo pusiera. Lo dificil en estas situaciones de emergencia no es tanto conseguir la plata, porque,al fin y al cabo, siem- pre hay un contratista dispuesto a hacer la inversion. Lo verdaderamente complicado es distribuirla. Por es0 no es extrafio que los que estin ahora rindiendo cuentas ante la Fiscalia son los que se encargaron de poner el billete en las manos de los politicos que, a su vez, eran los encargados de bajarla hasta los lideres. Segtin un politico experto en politica tradicional, en promedio mover un yoto puede costar entre 50 y 100 mil pesos, sin incluir gastos en los que incurre el politico en precampaiia (en, por ejemplo, favores a sus votantes). La formula varia y, por ejemplo, cuando un con- gresista tiene dominado politicamente un pueblo y puede garantizar que tiene la capacidad de mover a toda su gente recibe un poco mis. Este mecanismo y el valor por voto comprome- tido fueron similares a lo que ocurrié en la campaiia del plebiscito para refrendar los acuerdos con las Farc, Pero, en esa ocasién, la plata nunca llegé y tampoco hubo casi buses ni motos para trasladar a los votantes. “Mira, no nos lamemos a engafios, aqui esto se mueve es con plata”, nos dijo el politico cordobés. 38 El dulce poder “0 tu crees que la viejita de la veredita por all perdida iba a salir a votar por la linda cara de Santos o la mia? jA esa sefiora habia que ayudarla! Hombe, que pagarle la formula médica, hombe, que tengo a mi hijo prestando el servicio en tierra perdida y quiero que me lo trasladen. El dia de la votacién hay que ponerle un carro, hay que darle un pastel. Esto cuesta, una eleccién en este pais cuesta porque voto de opinin no hay”, dijo esa fuente. Para pagar esas ‘ayudas’ se recurri6, como lo han hecho campafias en el pasado, a los contratistas lo- cales a fin de que pedirles plata para la campafa y después pagarles con contratos. Pero todo indica que también se apelé a la mi- Honaria caja menor de Odebrecht, que utilizé un mecanismo para bajar la plata que parece ser la regla, segtin pudimos comprobar con dos personas que han estado cerca de campatias. ‘Cuando Ilegan las afugias, el donante ideal es el que ticne un negocio que maneja mucho efectivo y que hace muchos contratos que no exigen IVA, por ejemplo, transportadores. Por ambas razones, un concesionario es ideal: cobra peajes y puede justifi- car méltiples contratos de transporte. Un retail que vende productos en la calle o un sanandresito, por cjemplo, también sirven. En Odebrecht, la concesién Ruta del Sol mane- jaba miles de millones en efectivo producto de los 39 La Silla Vacia peajes. Segiin lo que ha verificado la Fiscalia, emiti6 multiples facturas falsas para contratar movimientos de tierra en Sahagiin, el pueblo del Nofi muchos otros contratos simulados. nitre El contratista Gabriel Dumar, muy amigo del senador preso Nojio Elias, le reconocié a la justi- cia que presté su empresa Sion para que, a través de contratos ficticios, Odebrecht pudiera desem- bolsar la plata que supuestamente le pagé al hoy exsenador (entre 13.500 y 14 mil millones de pe- sos, segiin Dumar) y uno de los electores claves de Santos. El contratista, que esté ahora en juicio, aseguré a la Fiscalfa que los pagos por los trabajos fantasma se los giraba la entidad financiera Corficolombiana (socia de Odebrecht, propiedad del magnate Luis Carlos Sarmiento Angulo) y que luego él le llevaba en maletas el billete en efectivo al Nofio Elias. Parte de la plata se pagé entre febrero y marzo de 2014, es decir, para la fecha de las legislativas y ad portas de las presidenciales. “Durante los afios 2014 y 2015, desde Colom- bia y por conducto de las sociedades colombianas Concesionaria Ruta del Sol Dos (CRS2) y el Con- sorcio Constructor Ruta del Sol-CONSOL filiales de Odebrecht, se llevaron a cabo pagos relacionados con la adicién de la Ruta Ocafia-Gamarra, a través de contratos simulados, cuyo objeto consistia en la 40 El dulce poder ptestaci6n de servicios que —segtin las evidencias re- caudadas— no se habrian ejecutado ni prestado”, ra~ tifica la Fiscalia en un comunicado de julio de 2017. “Una vez recibido el dinero, estas empresas distri- buian parte del mismo a través de otros subcontratos © transacciones posteriores, los cuales tenfan el ob- jeto de hacer llegar pagos irregulares a funcionarios paiblicos, que presuntamente prestaron su concurso para impulsar la adicién de la Ruta Ocafia-~Gamarra ante la ANI, en especiales condiciones econémicas, segiin los intereses de Odebrecht”. El Nofio Elias, quien esti colaborando con la justicia y fue uno de los grandes beneficiarios de la mermelada de Santos, les dijo el pasado 20 de septiembre a dos fiscales delegados que instruyen su caso que su interés era ayudar a sacar adelante la adicién hecha a dedo de Ocaiia-Gamarra para que Odebrecht entregara “recursos econémicos con destino a la campaiia presidencial de Juan Manuel Santos”, como lo publicé El Espectador cn su mo- mento. Dijo también que no sabfa si el presidente Santos estaba 0 no enterado. Esto es parte de lo que la justicia tendra que probar. En todo caso, otro de los mencionados en el escindalo es Luis Miguel Pico, quien entre 2014 y junio de 2017 fue el director de Asuntos Poli- ticos de la presidencia como cuota compartida de Zulema Jattin (exsenadora de La U investigada por 4“ Ta Silla Vacta parapolitica) y el exministro, también de La U, Sergio Diaz-Granados. Desde ahi administraba el llamado “computador de Palacio”, en el que se maneja toda la reparticin burocritica del Estado, y trabajé varios meses cerca del entonces ministro de la presidencia Néstor Humberto Martinez y hoy fiscal general. Segém nos contaron de manera separada cin~ co politicos importantes de la Unidad Nacional, de varios partidos que ayudaron en la reeleccién de Santos, Pico era la persona que supuestamente via~ jaba al Caribe en esas presidenciales con maletines Uenos de plata. Pico negé a la justicia y también a La Silla Va- cfa haber manejado recursos durante la campaia y también haber patinado un contrato de estabilidad juridica entre Odebrechty la Nacién. Es otro punto que la justicia tendra que probar. “[La plata la Ievaban] en bolsa, en maletin, en Jo que sea, pero Ia Hevaban”, dice uno de los que la recibié. 2 Il Profesién: ‘puya ojos’ “Lideres” es la forma mas comiin de referirse a ellos, pero les tienen otros nombres segéin la zona. Por ejem- plo,en el Magdalena los conocen también como “ma- yores”o“tenientes” y en Cartagena algunos los llaman “mochiletos”. Son los protagonistas de las elecciones que no salen en la foto cuando la prensa anuncia a Jos ganadores, a pesar de que en buena parte de esos triunfos tienen todo que ver No. No son los encargados de la publicidad ni los asesores de las propuestas, Son los profesionales de la compra y venta de votos, barrio a barrio, casa a casa, determinantes en la perpetuaci6n de una clase politica tradicional y tramposa que no concibe apostarle al voto de opinién, Su labor tiene que ver con bastante més que en- tregar dinero el dia de las votaciones, pues en la gran Ta Silla Vaca empresa del clientelismo electoral, los apoyos se co- miezan a amarrar desde mucho antes Son clave, por ejemplo, el mes que se suele dar de plazo para la inscripcién de las cédulas de los votantes, pues ellos son los encargados de procurar el cambio de lugar de votacién de sus clientes para controlar me- Jor que el voto que compran efectivamente vaya para el candidato-jefe. Desde ese momento se comiezan a ganar las elecciones, La siguiente es la historia de un cartagenero que,en 2015; llevaba 43 aiios en el comercio de apoyos. Un lider, mochilero 0 mayor, al que podsiamos mis bien lamarle —como a todos sus colegas—‘puya ojos’, que es como see dice en Cartagena al que engaiia a otro, incluidos muchos “Iideres”, para obtener un beneficio. Son puya ojos’ porque la primera regla de este ‘ne gocio’ es que siempre hay un 50 % de pérdida, pues para comprar 10 votos hay que pagar 20. tee “Lo primero que tengo que decir, doctora, es que hay varias clases de lideres. Hay lideres permanentes, 0 sea, unos profesionales, como yo, que estamos en un grupo politico y sostenemos a otros lideres mas pequefios todo ¢lafio con nuestros negocios y fiandaciones. Usted sabe cual es el embuste de las fiundaciones, verdad? “Y estan los lideres ocasionales, sin técnica, sin ra- diografia del candidato; son unos loros gritando para 4 El dulce poder pedir votos y ms nada. Esos desaparecen después de las elecciones. "Yo arranqué en esto, como arrancan todos, me- tido en acciones comunales y comités en mi barrio. La clave cuando uno empieza es hacerse visible en el barrio, liderando cosas, y asi los politicos lo van cali- ficando a uno. "Porque los politicos tienen su gente que va a los barrios y lo van probando a uno. Dicen ‘vea, este hizo una reunién y llevé 10 personas’ y otro dia regresan y dicen ‘vea, este hizo otra reunién y ahora llevé 50", y asi uno va ganando la confianza de ellos. EL primer politico con el que trabajé, recuerdo que era el doctor Guerrero, él ya murié, Después trabajé con Javier Caceres (exsenador, condenado por parapo- Iitica), cuando era coneejal, Recuerdo que en esa época se votaba con las famosas papeletas, y a mf me tocaba llenar papeletas a la lata para que ganara Caceres. Es que un buen lider tiene que mostrar que trabaja, tiene que mostrar beligerancia, que es bueno Yo asi fue que desplacé al lider que tenia por encima mfo, porque esto ¢5 por anillos: en el primer anillo del candidato esti el lider mis allegado que sirve de intermediario frente a otros lideres. "Yo he desplazado como a cinco de esos allegados en los grupos politicos con los que he trabajado. Ya por esa época, me llamaban los politicos a son- dearmes‘hey, tu estis trabajando con Caceres. ;Cuanto 6 LaSilla acta te da él?, yo te doy tanto’. Uno se destaca para que le offezcan mis, como al futbolista que le pagan por sus habilidades, por su potencia, Esto es asi. Este trabajo es de todo el afio, doctora, no sola- mente en elecciones. Mejor dicho, es de los cuatro afios que dura el politico en el cargo. A mi me sostiene el grupo politico con el que trabajo y yo sostengo con esa plata a 15 lideres mios, mis pequefios, que me ponen entre 70 y 130 votos cada uno. ”Cémo los sostengo? Bueno, yo ahorita llevo ocho afios trabajando con los Blel (la casa que lideran el ex- senador, condenado por parapolitica, Vicente Blel y sus hijos:la senadora conservadora Nadia Blel y el concejal de Cambio Radical Vicente Blel),y gracias a eso tengo varias OPS (6rdenes de prestacién de servicios).Yo vivo de esos puestos y de ahf tengo que pagarle a cada lider mio 300 mil pesos mensuales Mis lideres trabajan en sus cosas aparte, tienen sus negocios: uno vende arepas, el otro tiene unos puestos, de perros calientes, algo hacen, y cuando no estin en «so estn inventando cosas para sostener los votos que ‘me ponen. Esa ¢s su tarea todo el afio. Entonces, ha- cen rifas, bingos, reuniones, de todo, para mantener la relacién con su gente, "Vea porque eso es lo mis importante en esto: conseguir votos. Al politico no le importa si tit eres profesor, o marihuanero, 0 doctor, o atracador, le interesan son tus votos. Asi que uno tiene que hacer 46 El dulce poder con la gente como quien riega la mata para que dé mangos. En aio de elecciones [regionales] en octubre, mis ‘o menos desde junio, uno empieza a pasar revista todas Jas semanas. Yo hablo con mis lideres y les pregunto ‘gtd tienes 50 votos?, gesos siguen firmes?... para ir confirmando. ”Y entonces cuando confirman, uno les da el 50 %, Por ejemplo, a un lider que me diga que tiene 20 votos le puedo dar un millén de pesos. A mi esa plata si me la da el grupo politico o el candidato. Pero yo esa plata la pongo en otras partes, la guardo en otras casas, no en la mia, porque gqué tal un allanamiento? "Eso hago yo con mis lideres porque ellos trabajan conmigo, peto hay otros lideres, los temporales que le digo, que se van vendiendo al mejor postor. Entonces, cuando el candidato © uno, como intermediario, les paga a esos, no asegura los votos, lo que esta asegurando, ¢s la primera opcién de la compra, pero puede llegar otto candidato y levarselo.Y en ese caso se pierde la plata, "Después de eso viene el momento de la zonifica~ cién. Vea, doctora, si un Hider es de una parte no sitve que los que van a votar con él voten en esa misma parte, Se tienen que zonificar en otros lados porque asi uno controla, "Entonces, yo les digo ‘ztu gente vota en el [barrio] El Bosque? Bueno, me los pones a votar en [el barrio] "7 La Silla Vacia Manga, y me dices en qué puesto van a votar. Si yo di un millén de pesos para 20 votos, me tienen que aparecer alli’. (Luego de triunfos inesperados de candidatos in- dependientes en 2011 —como Marcelo Torres én Magangué 0 Carlos Caicedo en Santa Marta— sobre politicos tradicionales, algunas campafias estin cam- biando a grandes mochileros como este por ‘jefes de hogar’ que venden entre 10 y 20 votos de su familia. De esa manera, pueden controlar més que no les hagan la ‘patuleca’: que es como se dice cuando los electores aceptan la plata y votan por otro.) "Claro que, doctora, eso nunca lo puede uno con- trolar. Al final la gente vota por el que le da la gana, y sile va bien saca la mitad del total de lo que compré.Y €s0 lo saben los politicos: las pérdidas son siempre del 50 %, para sacar mil hay que comprar dos mil. "Cuando se cierran las inscripciones de las cédulas, ‘iis lideres me entregan las listas de sus votantes y todo eso se tabula en un computador. "Doctora, es que eso aqui esté muy sofisticado, (Algunas campafias, en solidaridad, suelen cruzarse la informacién de esas listas para verificar que no haya personas repetidas prometiendo el voto a mis de un candidato. Asi también detectan a los ‘puya ojos’ que juegan a la doble.) "EI dia de las elecciones, yo como intermediario les pago a mis lideres la otra mitad de los votos. Ellos El dulce poder verin a c6mo los compran, lo importante es que a mi me tienen que responder para yo no quedar mal con el candidato. “Eso si le digo, ese dia yo no duermo.Yo duro sin dormir como desde los tres dias anteriores a eso. Hay mucha tensién, estrés "Peto a pesar de es0 lo disfruto. Yo tengo 65 aftos, y todo lo que tengo se lo debo a este trabajo de la politica. Tengo mi casa, doctora, y cuando yo empecé era un limpio. Tengo también un carro y estudié para ser abogado. Al final, si uno gana celebra,y sino, de todas for~ ‘mas siempre hay una eleccién que viene para empezar a trabajar, Porque politico que se respete nunca cierra sus comandos después de las elecciones. Dejan uno, principal abierto y ahi atienden a su gente una vez por semana, todo el afio. El politico que cierra su comando se muere”. 4” IV El primer eslab6n: la compra de los ediles “Mire, doctora, yo tengo 2.000 votos. Mi campafia vale 50 millones de pesos. Setenta, si no me puede conse guir los puestos para mi hija que se acaba de graduar de la universidad y para la esposa del presidente de Ia Junta de Accisn Comunal del barrio. Me los paga a cuotas, 30 % para empezar —se viene el Dia de la Madre y hay que conseguir para los mariachis y la rifa—, 30 % en septiembre —el mes del amor y la amistad— y 40 % para octubre, cuando ya se calienta la campaiia, Eso es lo que me esti ofreciendo el con- cejal X, usted cudnto me va a dar?” Cada vez que el calendario llama a elecciones se rei~ nauguran en el mercado electoral-Y el primer eslabon de la cadena, los ediles que trabajan consiguiendo los ‘votos, empieza su trmite para definir con qué candi- dato les conviene irse para ganar las elecciones locales. La Silla Vacia Un ‘mercado’ que se rige, como cualquiera, a punta de oferta y demanda. El candidato que logre sumar mis ediles en sus filas tends mis posibilidades de ganar. Por- que quien ha hecho campaiia sabe que el poder de un politico se mide por el tamafio de la corte que lo sigue. Aunque hay muy buenas excepciones y candidatos que no hacen nada de esto, el mercado de los ediles si determina en buena parte cémo se ganan elecciones en ciudades como Bogota. Sobre todo para aquellos politicos que no confian suficientemente en sus ideas, La‘doctora' de esta historia es una concejal que en Jas elecciones de 2011 se eligié heredando los votos de su padrino, que habia resultado involucrado en el cartel de la contratacién que se robé la capital, pero que para las elecciones de 2015, precisamente por eso, tuvo que redoblar las apuestas para mantener sus ediles en 11 de las 20 localidades. Ella es uno de las cinco coneejales y ediles con los que La Silla reconstruyé cémo funciona el mercado de Jos ediles en Bogoté. Aunque sus relatos fieron toma dos en visperas de las elecciones regionales de 2015, la prictica se replica en las elecciones al Congreso, porque ellos suelen ser la base de una maquinaria més grande que casi siempre encabeza un senador. ‘Asi, este mercado se mantiene vigente de eleecién en eleccién y empieza por definir el precio del edil a partir de tres variables: la oferta, la Localidad a la que pertenece y su trabajo con la comunidad. 52 El dulce poder La primera esti determinada por las novedades que trae la temporada. En Bogoté hay 182 ediles que se reparten en las 20 ocalidades. Dependiendo del tamaiio, cada localidad puede tener entre siete y once ediles. Se eligen por votacion popular en las elecciones regionales, y para lograr una curul necesitan, en promedio, entre mil y cinco mil votos Los que entran al mercado son de dos tipos. Estin, por un lado, los ediles nuevos. Suelen ser lideres barria~ les que quieren dar un salto a Ja Junta Administradora Local, y aunque no ofrecen muchos votos (100 y 500 ¢8 lo caleulado) no son tan costosos porque no tienen trayectoria politica, La transacci6n con ellos es la mis simple de todas: candidato y edil comparten los gastos en publicidad y cen logistica de los eventos y las reuniones de la cam- pafia. Un combo que no pasa de 20 millones de pesos Y que incluye el tradicional TLC —Tamal, Lechona y Cervera— y el pago del salon comunal. Por otto lado, estin los ediles con credencial que entraron al mercado porque se quedaron ‘huérfanos’, ya sea porque su anterior padrino no les cumplié y decidieron buscar otros horizontes, porque su padrino terminé destituido © preso, o porque simplemente no van a aspirar mas.Y Jos que atin con padrino vigente quieren apuntarle a uno mejor. 53 La Silla Vaca La ventaja en ambos casos es que ya se han hecho contar y su capacidad de endosar votos —que es en ‘iltimas lo que mis importa— es medible.“Es la mag- nitud de lo que aportan”, dice la ‘doctora’, Un edil que sacé 500 votos y le puso 400 a su can~ didato en las elecciones tiene un 80 % de capacidad de endosar. Otros solo logran endosar entre el 30 y el 40 %.A mayor capacidad de endoso, mayor tarifa, y algunos llegan a cobrar entre 50 y 80 millones solo por los votos que prometen. 1La segunda variable son el tamaiio y el tipo de lo- calidad en la que fue elegido o se quiere hacer elegir cl edil. No es Jo mismo ser edil en Kennedy, que tiene el tamajio de Cartagena, que en La Candelaria. Otras localidades cotizadas en Bogoté son Bosa, Ciudad Bolivar, Suba y Engativa. Las mis grandes y las {que tienen mis poblacién en estratos 0,1 y 2. El problema es que en esas localidades “la gente no vota"y por eso terminan siendo las mis costosas, segiin explicé otro concejal consultado que hace parte del grupo de un senador costefio. Ademis, en esas locatidades los ediles necesitaron entre 3 y 4 mil votos, mientras que en las pequefias como Los Martires o Santa Fe necesitan solo mil. Eso implica que, aun si su porcentaje de endoso es menor, hay mis votos de por medio. s4 El dulee poder La consecuencia es que en esas localidades suelen jugar los duros del negocio, que ademis estin dispues- tos a pagar tarifas mucho mis altas. Y finalmente esti la variable de cémo el edil ‘atien- de a sus clectores’. Es decir, cOmo reparte la mermelada para mantener aceitada su maquinaria de eleccién en elecci6n. as juntas de Accién Local fancionan como conce- {jos en cada Localidad, llevan a cabo proyectos de acuerdo relacionados con el plan de desarrollo de las alcaldfas locales, avalan los presupuestos y eligen la terna para escoger al alcalde local,a quienes, adems, pueden citar para hacerles control politico. Es como un Congreso, pero en micro. con la diferencia —nada desprecia~ ble— de que los funcionarios de la alcaldia local no estén obligados a asistir a esos debates. En la prictica, son el primer eslabén entre el po- litico nacional © distrital y los cindadanos de a pie. Pero a diferencia de los Iideres barriales 0 ‘puya ojos’, se han hecho contar y pueden ‘gestionar’ contratos y convenios con las alcaldias locales. Usualmente en Bogoti, dependiendo del peso po- litico de un edil y de su cercania con el alcalde local, puede ‘recomendar’ a un contratista 0 una fundacién de su cuerda para que realice obras tan variadas como, la pavimentacién de la via del barrio o el campeonato de fiibol local, De paso, como ocurre en Kennedy, recibe el rédito politico al dejar la huella de su mo- 55 [a Silla Vicia vimiento politico en la valla que anuncia la obra o el programa, ‘También son quienes terminan por definir cémo se Henan los cupos para ingresar a un programa social del distrito o a un paseo que paga la administraci6n.Y los que estin pendientes de organizar las fiestas importantes como la del Dia de la Madre o la Navidad en el barrio, en has que los politicos de mas alto rango van a darse un baito de popularidad. Antes de que empiece la puja, como nos contaron los candidatos, ellos se sientan con sus colegas para definir cémo estén repartidas las cargas y cuales ediles cstin fuera del mercado. La falta de honestidad en este punto puede resultar muy costosa porque siempre hay avivatos que offecen sus servicios a mas de uno y al final no le cumplen a ninguno. En este negocio gana el que ofrezca mis y lo haga mis rapido. “Es como una subasta”, dijo uno de los consultados. Ademés, un edil fuerte sucle traer a otros que también le quieren apostar a un buen candidato. Elltrato se concreta a unos cuatro meses de las elec- ciones y se terminan de cuadrar los detalles de la lo- gistica: cudntas reuniones, con qué frecuencia, cuinta y donde se pega la publicidad, (En promedio, un paquete de 10a 12 reuniones cuesta 15 millones de pesos). Lo diltimo que se define es el mecanismo de pago. Aunque hay quienes cobran mensualmente, la mayoria difiere los pagos en cuotas durante el tiempo que dure 56 El dulce poder Ja campaiia. El dltimo pago —que suele ser el més grande— se realiza entre un mes y dos semanas antes del cierre. Estin también los pagos en especie, es decir, los puestos que garantiza el politico a los que lo ayudaron cen su campaiia y que se pagan una vez resulte elegido. Los beneficiarios en este caso son los familiares del edil y quienes conforman su estructura, como los pre- sidentes de las juntas de Accién Comunal y los lideres de los barrios. La mayoria son OPS —érdenes de prestacién de servicios— en entidades o secretarias de la administra~ in distrital, Para conseguirlas,los concejales se apoyan en los amigos, que usualmente son cuotas de Ja misma estructura que los ayudé a elegirse. Con esos mismos amigos se tramitan los ascensos de los que ya trabajan cen esas entidades. La tiltima opei6n son los puestos en la Unidad de ‘Apoyo Normativo del concejal que resulta electo. Son hasta 12 cargos con salarins mensuales, con todas las prestaciones que obliga la ley,en la escala de 1,5 a nueve millones de pesos. Son los que los politicos guardan con mayor recelo y con los que se suelen quedar los alfiles mas claves de la campafia. Aunque eso no significa réditos para el politico. “Yo contraté a la hija de un Iider que me ayudé en. ‘mi campaiia y en los cuatro afios nunca fue a la ofici- na en el Concejo. Una vez la lamé para pedirle que 37 al menos trabajara moviendo las redes sociales desde su casa y me respondié que no, que su papi ya habia cumplido con su parte”, conté la concejal, El pago tampoco garantiza el trabajo, porque en ‘itimas, como nos dijo otro concejal,“lo que se compra s la lealtad”. “Hay que estar encima de ellos porque sales tumbado cuando juegan con otro 0 cuando re~ parten los votos”. “Estar encima de ellos” significa gastar también parte de los recursos en una avanzada de monitoreo y supervisién que se encarga de ir frecuentemente a los barrios y reuniones para verificar que el edil esté cum- pliendo con su parte, Las avanzadas incluso se quedan mis alld de la reuni6n de su politico para revisar que a Ja reunién de su competencia no vaya la misma gente, (© gue al edil no Je dé por terminar una reunién, ba- jar los afiches con la cara del candidato y colgar unos nuevos con la cara de otro. Al final, de todas formas, es un acto de fe."*Todo se basa en la confianza, Ni ellos saben cuntos votos te van 4 poner”. El tinico control que sirve es el que se hace el dia de las elecciones, cuando la suerte ya esti echada, vi La feria de los avales as vueltas de los politicos para conseguir la ne- cesaria bendicion de un partido que oficialice tuna candidatura con un aval —y las vueltas de los partidos para negociar esas ‘bendiciones'— siempre generan alguna puja o polémica mediitica, especialmente en las elecciones regionales y sobre todo respecto a los candidatos a alcaldias capitales 0 gobernaciones. Pero la verdadera feria de avales, el festival en el que se venden, se prestan o se alquilan esos apoyos,se siente, se vive y se goza es en los pueblos, como un carnaval, ‘Aungue cada partido tiene estatutos distintos, en la politica tradicional colombiana hay una regla ticita que consiste en que los avales en los municipios (para alcal- dias, concejos y juntas de Accién Local),son decididos por los congresistas que sacaron la mayor votacién de su respectiva colectividad en esos sitios. a Silla acta Asi es como, por ejemplo, el aval conservador para la Alealdia de Manati (en el sur del Atkintico) lo defi- ni6 en 2015 el senador Laureano Acuiia —conocido como ‘el Gato Volador'—, quien sacé 743 votos, y no el cacique godo del departamento, Roberto Gerlein, que obtuvo 430 y también queria poner aspirante. Sin embargo, debido a que es en las regionales donde se suma la estructura con la que se reeligen en las legislativas, todos los legisladores buscan acomodo, tengan 0 no la mayor votacién de su partido en un municipio, Ninguno esti dispuesto a perder un aliado local que queria aspirar y esperaba que su congresista Je consiguiera el preciado aval “ZT crees que si tile dices que no puedes darle el aval a un tipo que quiere ser candidato y que te apoy6, I sale a sentarse? (Sale para otro partido! Y para que no se vaya del grupo de uno, toca acompaiiarlo hasta alli, hasta que consiga su aval, asi sea en otto partido, pero siempre y cuando siga en el grupo de uno”, dice un cacique costefio, Es decir, hasta que ambos consigan una sombrilla para disimular, porque en la prictica, si el congre- sista le consigue aval, ese politico local lo seguiré apoyando para efectos de su reeleccién al Congreso, asi sea desde otra colectividad.Y si gana la alcaldfa una curul en el concejo, sumara esa estructura a su padrino politico. o El dulce poder Esa sombrilla o plan B suele encontrarse por lo general en los partidos pequefios, que algunos llaman de garaje, como Aico, Mais y la ASI. ‘Algunos senadores de partidos robustos como La U,el Liberal, el Conservador y Cambio Radical pac- tan, desde antes de que se abran las inscripciones, con algunos de esos hermanos menores para instalar alli a sus cartas cuando les quede imposible ir por sus propias colectividades.A veces necesitan aval para una alcaldia © simplemente que les acomoden unos aspirantes en una lista al concejo. En 2015, en Cérdoba, todos los aspirantes del grupo del ahora exsenador Musa Besaile (capturado en 2017, tras reconocer el pago de dos mil millones de pesos para frenar un proceso en la Corte Suprema) que no podian ir por su partido, en pueblos en los que otro legislador de La U tenia la mayor votaci6n, encontraron, techo fijo en Aico. En el caso del conservador Roberto Gerlein, ese techo estuvo en Mais o la ASI. Alvarista y doctor en conseguir votos luego de casi medio siglo ininterrum- pido en el Congreso, ese senador, el mis antiguo del Poder Legislativo, se queja de la inflexibilidad de los, partidos en el tema de avales: “Como decia Alvaro Gémer, los partidos deben ser iglesias para que la gente entre y salga a voluntad”, Pero como eso no se puede, lo que se da pasando es que los congresistas terminan incurriendo en doble militancia por los laditos. ot La Silla Vaca “Lo que hacemos nosotros es una doble militancia de bulto, no comprobable, porque, al menos en mi caso, yo me cuido de no ir a los pueblos en donde mi partido lleva otro candidato distinto al mio, Pero lo que tendria que pasar, para acabar con esa doble moral, ¢s que volvamos a la época en la que los partidos podian llevar a varios candidatos para el mismo cargo”, dijo hhace varios meses ya otro cacique del Caribe que pre- firié no ser citado, Ese senador se refiere a la época anterior al Acto Legislativo 01 de 2003, que impulsé las listas y los can didatos Ginicos. Entre 1991 y 2003 no fie asi, y antes del 91 ni siquiera se necesitaban avales. Ahora, para conseguir uno en los llamados partidos de garaje, a veces toca pagar. El mismo cacique cuenta que a un colega suyo le cobraron en una ocasién 50 millones de pesos por avalarle una lista al concejo y un candidato a la alcaldia en un pueblo del Caribe, por un partido que no era el suyo, Pero los avales no solo se dan por plata. También entre el congresista del partido grande y su colectividad ‘sombrilla’ se cuadra un peaje que puede consistir en burocracia (alguna secretaria de la administracién del pueblo, por ejemplo, en caso de que el aspirante avalado gane) 0 en una promesa de apoyo para el futuro. “Uno le puede decir al partido pequefio que en cuatro afios le va'a apoyar a ese cargo al candidato que ellos escojan”, prosigne su relato el cacique. El dulce poder En pocas ocasiones avalar se hace como un favor sin pedir nada a cambio, Otro politico, un congresista de Bolivar, detallé la siguiente historia: “En un pueblo cerca de Cartagena, la lista al once jo debia contener 15 nombres, pero él tenia 40 miem- bros de su grupo que querian aspirar. Por ello, armé una lista por su partido y a los otros 25 ‘los meti repartidos: un poquito en La U, otro poquito en los conservadores y otros mis en el Mira. Eso simplemente se pide cl favor y hay veces en que a los otros partidos les sirve porque no tienen sus listas completas””. Eso evidencia que también partidos grandes sirven de sombrilla. Eso si: en los lugares en los que los congresistas de un mismo partido (y a veces de otros, que se unen en coalicién) deciden juntar esfuerzos’alrededor de un nico aspirante no hay pulso ni feria de avales, sino un ganador cantado. a VI El empujén de las alcaldias y las gobernaciones ay una politica que no sale en television y H que se juega en el dia a dia en las alcaldias y gobernaciones en época electoral. Ast la ley se los prohiba, alcaldes y gobernadores de todas partes del pais tienen su candidato y hacen de todo para que salga elegido. Ese empujén es el que muchas veces inclina la balanza y define quién se queda con el poder en Colombia Los congresistas y poderosos del Gobierno comien- van a cultivar esa fidelidad desde mucho antes de las elecciones, En muchos casos financiando las campaiias e808 alcaldes o gobernadores por debajo de la mesa, ganandose asi el derecho de imponerles contratistas y de nombrar gente de su cuerda;y también poniéndoles Ja maquinaria a su servicio. 6s La Silla Vacia Entonces los mandatarios locales quedan agrade- cidos, quién sabe si eternamente. Pero en todo caso agradecidos y llamados a empujar a quien los ayudé antes. E incluso si no los ayudaron, aspiran a ganarse su afecto para las proximas elecciones. se empujén viene de muchas formas. Por lo general viene en forma de orden, Los secre- tarios de las alcaldias © gobernaciones les dicen a los fimcionarios de némina que como parte de su trabajo tienen que llenar planillas, ya sea para recogerle firmas a un candidato para que inscriba su candidatura, 0 si ya esti inscrito a nombre de un partido, para tener los datos de potenciales votantes. Lo usual es que cada funcionario tiene que lenar listados con los nombres de unas 20 personas, con sus cédulas, sus teléfonos fijos, sus celulares, correos electrénicos, fechas de nacimiento y sus puestos de votacién. ‘A medida que se acerca el dia de la votacién la presién erece. Entonces las secretarias ya no piden dea 10 o de a 20 firmas, sino de a 30, de a 40. Incluso hasta 100. Entre mas, mejor. Con los contratistas, que no estin sujetos ala misma prohibicién de participacién en politica que los fan cionarios de némina, la amenaza también funciona: 0 ayudan © no tendran adiciones en sus contratos ni la més minima posibilidad de que los enganchen en la siguiente administracién. El dulce poder La presién puede venir de lamadas telefénicas como esta, que nos reprodujo un contratista en las elecciones regionales del 2015. —Tenemos que hablar de su contrato, De arriba me estin pidiendo resultados. —2Cémo resultados? —Por el bien de todos y para sostener el trabajo, necesitamos que quede John. No sé si usted nos puede colaborar, —2¥ cémo es eso? —Tiene que mostrar resultados y luego veremos Io de su contrato. “Mostrar resultados” aparte de Hlenar planillas, para los contratistas, consiste en organizar reuniones y even- tos para el candidato, asistir a todo encuentro al que los lamen para hacer bulto y que asi el candidato muestre fuerza Para esas reuniones, como dice un politico tradicio~ rn tiene su estilo.A unos les gusta presio- nar con amenazas, otros simplemente dan la instruccién esperando el apoyo por lealtad con el partido”. Estin los empleados de némina o contratistas que invitan a reuniones que incluyen empanadas y gaseosa. Son reuniones privadas en un club o en una casa,a las que van los cuadros politicos del candidato y funcio- narios de las alealdias 0 gobernaciones y los lideres de las localidades. 6 La SillaVacia En esas reuniones, a las que obviamente no dejan entrar cmaras, ni celulares, ni mucho menos periodistas, piden directamente el favor de apoyar al candidato, re- parten su programa de gobierno, los volantes public tarios y asignan ‘tareitas’, palabra que escogié un lider de una campatia a la alealdia en Bogota. Las ‘tareitas’ pueden ir desde pegar afiches con el logo de la campafia en las ventanas de sus casas hasta decirles a sus familias que vayan tal dia y a tal hora a llenar una plaza. En muchos casos, ira los encuentros o eventos piibli- cos es una obligacién, y para corroborar,toman asistencia y los que vayan “son los que van a tener en cuenta para que empiecen a trabajar de nuevo”, como decia una nota de voz de la jefe de una secretaria de una alcaldia, Como la mayoria de la gente que trabaja en el Estado 5 por contrato que se renueva cada seis meses 0 cada afio, la necesidad de “trabajar de nuevo” es muy alta Para ir a los eventos les ponen buses, y las secre- tarias se reparten la logistica con la plata y los bienes de la administracién, Unas se encargan de cuadrar los reftigerios, otras, las rutas, otras, que la gente se baje y sepa dénde se tiene que parar, Hace tres afios, en un evento piblico en la plaza Luis Carlos Galén de Bucaramanga, en el que la Go- bernacién y la Alcaldia ayudaron levando gente para Ja campaita de reeleccién de Juan Manuel Santos, se ofan comentarios como estos: es El dulce poder “Bste bus es liberal”, “Piedecuesta. al otro lado del puente”, “Donde estin los buses, me hubieran puesto de coordinador a mi y aqui estabamos con garrafa”, “No, mija,el reftigerio para nosotros era arriba, ya que yo no voy a subir unas galletas hasta allé otra ve2”,“El que se suba al bus se queda sin comer”,"Dénde estin los de Claudia, digales que bajen que arrancamos de aqui”,“No, mano, el bus de los mfos no llega, limelo usted”,“A mi me trajo un sefior Eduardo, lider de la cumbre [uno de los barrios més pobres de Florida- blanca, Santander}, pero me dejaron y no tengo plata”, cuenta desesperado un sefior de unos 80 afios,“z¥ usted con quién vino, para qué barrio va?”, le preguntaron al periodista de La Silla, Luego de Ilenar las plazas, por lo general vienen encuentros, a puerta cerrada, entre el candidato y al- caldes o ediles. Son reuniones que en muchos casos los mismos gobernadores ayudan a cuadrar para asegurarse de que no falte ningfin mandatario local. El ingreso lo controlan funcionarios publicos y agentes de Policia. “Claro que nos pidié el voto”, le contaba un edil a La Silla a la salida de una de esas reuniones privadas con un candidato a la presidencia."*Nosotros le pedimos que nos cuidara, porque hay mucha inseguridad, y nos dijo que iba a ver el tema” agreg6. En entidades adscritas a las alcaldias 0 gobernacio- nes como institutos o empresas de servicios piblicos o

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