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TEMA 2.

2 EL DERECHO VISIGODO
1. INTRODUCCIÓN: CARACTERES DEL DERECHO GERMÁNICO
El Derecho Germánico se constituye sobre la base de la cultura del pueblo germano, entendiendo por
cultura el conjunto de pautas del comportamiento social determinadas por las condiciones sociales.
Las comunidades de vida germana estaban constituidas por grupos familiares que daban lugar a la
sippe (comunidad de parientes de sangre de una persona en línea masculina de tronco común).
Al ser una sociedad basada en la igualdad de sus miembros, la sippe se constituía como un
elemento relevante de enorme peso en el ámbito público y privado. Por ejemplo, cuando se cometía
un agravio contra una persona se permitía a todos los que conformaban la sippe vengar dicho acto
(venganza de sangre).
El esquema social de los pueblos germanos estaba compuesto por unas relaciones libres, dentro de
las cuales se encontraban las clases sociales privilegiadas, los simples libres, la población semilibre
(sujetos de derecho, pero con relación de dependencia) y los esclavos.
Los hombres libres con frecuencia se agrupaban en la clientela o séquito de un señor, que se
denominaba Gefalge, el cual los mantenía o ayudaba con determinadas prestaciones o auxilio, etc.
En cuanto al cultivo de tierras, el sistema económico se basaba en un cultivo colectivo, existiendo
ya asociaciones agrarias donde se poseía en común una tierra que se cultivaba entre los asociados, lo
que da lugar al Gewanne. Ese trozo de parcela que correspondía a la sociedad forma una unidad
económica denominada Hufe.
Finalmente, cabe destacar que el Derecho Germánico se inspira en los siguientes principios:
- Colectividad e individualidad: La condición de sujeto de derecho se adquiere con la
pertenencia a una colectividad. Los bienes colectivos priman frente a los individuales.
- Reciprocidad: La relación jurídica se forma a través de la reciprocidad de relaciones entre
individuos.
- Materialidad, simbolismo y publicidad: Todo acto que se realizase se debía llevar a cabo con
unos simbolismos comprensibles para todos los sujetos.
Este Derecho Germánico es un derecho inmerso en la cultura propia de los pueblos, cuyos
principios se transmiten por generaciones de forma oral, lo que forma el derecho de la sippe.
2. LAS FUENTES DEL DERECHO VISIGODO
Las fuentes del Derecho Visigodo son prácticamente todas fuentes directas que se clasifican en:

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- Leyes Teodoricianas: Con estas leyes es cuando realmente se inició el conjunto del Derecho
Visigodo, aproximadamente entre el 419 y 467 d.C, con los Reyes Teodorico I (Eurico
nombra estas normas en su código, es decir, que nos llegan por referencia) y Teodorico II
(mencionadas por Sidonio Apolinar, que posiblemente dieron lugar al código de Eurico).
Algunos autores han querido separar las obras de estos reyes, pero la mayoría de la doctrina
entenderían que formarían parte de un mismo bloque normativo jurídico. Estas normas (que
se llevó a cabo gracias al foedus del año 418 entre el rey visigodo y el hispano-romano).
Son las leyes más antiguas de las que tenemos constancia en este periodo y las estudiaremos
por su referencia en otras normas posteriores. A pesar de ello, esto nos permite confirmar que
los monarcas visigodos fueron grandes legisladores por influencia romana. Álvaro D’Ors y
la doctrina, afirman que Teodorico el Grande tuvo que dictar una serie de edictos sobre
normas concretas que se fueron recogiendo en diversas normas del derecho romano, aunque
no las conservamos en sí mismas, están referenciadas en la obra de Casiodoro, que
contiene documentación oficial y disposiciones de la cancillería real de los monarcas
ostrogodos, y dentro de ese conjunto encontramos un edicto realmente importante:
o Edicto Theodorici Regis: Su relevancia descansa en que fue un edicto romano del
460, promulgado por el precepto Magno de Narbona en la época de Teodorico II.
Es un texto legal que contenía 55 artículos breves del Derecho Romano, un prólogo
y un epílogo. Lo peculiar de este edicto es que esas normas tuvieron que haber sido
aplicadas tanto a los visigodos como a los romanos por su ámbito de aplicación
territorial donde habitaban ambos.
- Códigos: Vamos a estudiar cuatro códigos fundamentales:
o Código de Eurico: Eurico aprovecha la caída del Imperio Romano en occidente para
situarse como precepto en las Galias para tener la facultad de promulgar edictos (ius
edicendi).
Este código se encuentra en un palimpsesto (manuscrito con la particularidad de que
se borra lo original para volver a escribir encima) en la Biblioteca Nacional de París,
en las que se conservan alrededor de 50 capítulos. A pesar de ello, nos ha permitido
conocer la legislación más antigua de los visogodos.

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No se sabe con certeza el año de promulgación, pero se establece en torno al año 480
d.C. Su contenido es reflejo de un alto grado de romanización (por el lenguaje y
estilo que utiliza), lo que nos lleva a sospechar que quizá fuera redactado por juristas
romanos.
San Isidoro afirma que con el Código de Eurico se establece la primera legislación
visigótica escrita (porque lo anterior era oral). Existe unanimidad en la doctrina al
afirmar que no debió ser derogado por el Código posterior, sino que estuvo vigente
hasta el Código de Leovigildo.
Al aceptar este hecho afirmamos que, o bien el Código de Eurico se aplicaba tanto a
los visigodos como a los romanos, o a afirmar que tanto este Código como el
Breviario de Alarico formaban un solo ordenamiento jurídico, donde el texto de
Eurico era una norma específica y el Breviario sería solo una legislación general.
Ello también nos hace pensar que este código no fue creado con un objetivo
globalizador, sino que solo se promulgó para ir solucionando las coyunturas del
ámbito penal, pues no es una colección de leyes, sino una redacción sistemática del
derecho penal con las características de una cierta unidad en cuanto a la forma y el
fondo, sin enmiendas ni adiciones, sino que es un conjunto homogéneo de leyes
numeradas correlativamente y agrupadas en títulos).
Entre las Instituciones que regula se encuentra la donación, el préstamo, la
sucesión, el reparto de tierras, etc. es decir, que era un código bastante completo y
homogéneo, lo que justifica su durabilidad.
o Breviario de Alarico (II): Este breviario se conoce por muchos nombres, pero este es
el más común junto a Lex Romana Visigotorum. Este texto sí es una recopilación del
derecho romano, por lo que recoge tanto leges como iura, fundamentalmente del
Código Theodosiano.
Fue aprobado en una asamblea de nobles presidida por Alarico II, alrededor del 506
d.C. La mayoría de estas leyes sí que recogen una interpretación de la norma
realizada por juristas, que serán la fuente principal para el estudio del Derecho
Romano vulgar. Solo recoge fuentes jurídicas romanas.
De nuevo los estudiosos discuten sobre la finalidad y el ámbito de aplicación de este
código. Unas teorías afirman que la vigencia fue solo para los romanos, otra para los
visogodos, y otras afirman que solo tuvo un carácter subsidiario respecto a la
legislación general visigoda, pero ninguna de las teorías ha sido unánimemente
aceptada.
o Código de Leovigildo: No ha llegado tampoco ningún ejemplar de este código, por lo
que desconocemos si tenía un preámbulo donde especificase a quién iba dirigido, por
lo que desconocemos ese dato.
Sabemos de su existencia por alusión de otras obras, en concreto en la Obra de San
Isidoro, denominada Historia de los Godos, donde se especifica “corrigió Leovigildo

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aquellas leyes que parecían confusamente establecidas por Eurico añadiendo muchas
otras preteridas y suprimiendo algunas superfluas”.
Esta afirmación es la que nos ha llevado a afirmar que este código existía. Suponemos
que recogía en torno a 400 leyes que revisaban y corregían la obra de Eurico, lo que
nos lleva a afirmar nuevamente la expansión temporal del Código de Eurico. La
revisión que realiza Leovigildo se puede establecer de tres formas:
 Suprimió las normas que consideraba superfluas.
 Corrigió aquellas otras normas que estimaba inconcretas o incorrectas
 Añadió normas o leyes: Añadió las leyes Praeter Misas. Solo disponemos de
un criterio que nos permite intentar establecer cuáles fueron estas leyes y es
que a partir del rey Recaredo, todas las normas recogidas en el Liber
Iudiciorum, llevaban el nombre del rey que las promulgaba, por lo que las
que no llevaban nombre, eran anteriores.
Si el código de Leovigildo añadió en el año 580 un conjunto de estas leyes, es
justamente porque esas normas debieron seguir vigentes durante esos años. El no
saber cuáles son esas leyes nos permite afirmar que el código de Eurico debió estar
vigente hasta la época de Leovigildo.
Podemos tener una cierta idea aproximada de la labor que hizo Leovigildo a través de
esas normas antiguas que se fueron recogiendo, sobre todo con un cierto estilo moral
y un vocabulario rocambolesco y cargado de adverbios, con defensas al fisco y
discriminaciones sociales que había entre clases por la aplicación de las penas, etc. Es
decir, hemos podido ir conociendo aspectos de la legislación visigoda gracias a este
conjunto de normas que iba recopilando Leovigildo.
o Liber Iudiciorum: Es el último código que forma parte de las fuentes del derecho
visogodo, que también tiene muchos nombres. En este código sí se sabe que fue
promulgado por Recesvinto en el año 654 d.C. aproximadamente. En esta ocasión
tampoco se tiene dudas sobre la vigencia territorial: se aplicó a visigodos y a hispano-
romanos.
Fundamentalmente regula la práctica forense. Consta de doce libros de contenido
muy sistemático, dividido en 53 títulos, y estos en 526 leyes. De esta obra hubo varias
versiones oficiales y varias vulgares, incluso en la Alta Edad Media fue traducido a
romance con el nombre de fuero Jusgo.
Para algún sector de la doctrina, con este derecho se alcanzó la unificación jurídica
entre visigodos y romanos, aunque otro sector piensa que esta unificación se dio
previamente.
No obstante, mediante las leyes segunda, primera y diez, se prohibió definitivamente
la aplicación del derecho romano. Estas leyes dicen: “permitimos que se investiguen
en las leyes de otros pueblos para aprovechar su utilidad, pero las rechazamos y

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prohibimos en la tramitación de los pleitos bastan las leyes que se contienen en este
código. No queremos soportar ya más las leyes romanas o las instituciones extrañas”.
Esto tiene una diversa interpretación, puesto que efectivamente, no se deroga
tajantemente el derecho romano, sino que se prohíbe su invocación en juicio, por lo
que se podrá seguir usando en pleitos extrajudiciales. Además, ello viene apoyado
por invocación que se hace al derecho romano en uno de los concilios de Toledo un
año después, por lo que todavía estaba vigente, no prohibido específicamente.
Podemos distinguir dos tesis respeto a su vigencia y aplicación:
 Tesis germanista: Afirma que este Liber tuvo una escasa aplicación debido a
una excesiva romanización, que justamente contribuyó a mantener vivo el
derecho consuetudinario germánico, ya que, si la norma era dificultosa, la
gente sigue aplicando lo que le es más simple.
 Otra tesis: Afirma que el Liber tuvo un amplio grado de aplicación y que no
es posible suponer la existencia de cualquier otro ordenamiento como el
germánico, sino que se aplicó el Liber para todos.
Esa facultad que tenían los reyes de dictar normas hace que, junto a este Liber,
aparezcan las denominadas novelas (4 del rey Recesvinto y 4 de Uhuanba).
Sin embargo, la imprecisión de algunas leyes, el elevado número de pleitos que
había, la incompetencia de los jueces para aplicar las normas por la falta de criterio,
etc. hace que el Liber y las normas que lo acompañan no se apliquen o se apliquen de
forma defectuosa.
Para subsanar esta situación, el rey Ervigio realizó una nueva revisión del Liber,
donde suprimió algunas leyes, añade algunas novelas y añade algunas leyes propias,
por lo que acaba teniendo 559 leyes.
Respecto de las versiones vulgares de los particulares, estaban basadas en los
contenidos del Liber y en el derecho que se transmitía de generación en generación,
aportando materiales no jurídicos.
- Fórmulas visigodas: Por último, tenemos que aludir a las fórmulas visigodas, en concreto a
una colección de 46 fórmulas que regulan aspectos del ámbito civil, canónico y procesal.
Estas fórmulas fueron una especie de compilación que se consagró como un modelo para
elaborar los diferentes documentos de aplicación del derecho (DAD).
Fueron redactadas supuestamente bajo el reinado de Sisebuto, alrededor del 615-616 d.C.
La redacción de este conjunto de fórmulas no es homogénea, ni está clasificado ni tiene
rúbricas, pudiendo únicamente establecer que el uso de la métrica es la latina y que en ciertos
aspectos coincide con el Breviario de Alarico.

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3. DERECHO CANÓNICO VISOGODO
Cuando a inicios del s. V los pueblos visigodos empiezan a incorporarse en la Península Ibérica,
todavía se encontraba el Imperio Romano de occidente, cuya religión era el cristianismo (religión
oficial).
Sin embargo, los visigodos tienen otra religión, el arrianismo (creencia cristiana que no se basa en
la trinidad, es decir, que Jesús está en otra posición diferente a Dios). Esto produce un conflicto
religioso, lo que influenció a los misioneros de la escuela de Urfilas, quienes a finales del s. IV
arrianizaron a los romanos, sobre todos a las provincias del sur del Danubio.
Por tanto, el establecimiento de los visigodos en España dio lugar a nuevos elementos religiosos que
o bien se armonizan con el cristianismo, o bien alguno debería desaparecer.
El sistema religioso de Hispania se modificó sobre todo a partir del reinado de Leovigildo, que
intentó una unificación religiosa confesional mediante la formulación de la doctrina trinitaria,
concediendo amplias concesiones a los cristianos (se asimilaba más al cristianismo que al
arrianismo).
Sin embargo, su política no prosperó. Pero, su hijo Recaredo se mantuvo férreo e intentó llevar a
buen puesto esta unificación sobre la unidad católica, y para ello utilizó las diferentes fuentes del
derecho canónico. Las principales fuentes que encontramos son:
- Los acuerdos de Concilios o cánones conciliares: Era muy frecuente que los eclesiásticos se
reunieran para tomar acuerdos en diferentes Iglesias. Estos cánones o acuerdos fueron el
primer núcleo que se conoce de origen totalmente español y que procede en concreto del
concilio de Iliberis, aproximadamente del 303 d.C.
El núcleo más importante de estos cánones conciliares, serán los Concilios de Toledo. En
estas reuniones se trataba de resolver problemas del Derecho Canónico que se pudieran
aplicar a diversas Iglesias.
Cuando estos cánones se recopilaban todos juntos, se denominaban colección. La colección
más destacada es la Hispana (Collectio Canónica Hispana). El núcleo de esta colección es
el derecho canónico visigodo y los cánones de la Iglesia africana, la galicana y los concilios
ecuménicos y orientales, es decir, que no solo recoge el derecho canónico, sino que también
regula muchos aspectos de la conducta de los fieles no regulados por el Estado o que se
apartaran de la idea cristiana.
- Epístolas y Decretos de los pontífices y obispos: Se dirigen generalmente a la Iglesia.
- Textos doctrinales dispersos.
4. ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL
En primer lugar, hemos de decir que la base jurídica que justifica el asentamiento de los visigodos en
el Imperio Romano es ese tratado o acuerdo que se realizó en el 418, denominado foedus, entre el
rey visigodo Valia y el emperador Honorio en el que se establecía el repartimiento de las tierras
entre unos y otros.

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Este contrato fue aplicado en Hispania durante los reinados de Teorico II, Eurico y Alarico, por lo
que estuvo vigente durante varias épocas. El texto de ese foedus no se conserva, pero se intuye que
su origen se sitúa en el ius hospitalitatis romano, que era una práctica habitual del imperio romano a
través de la cual mantenía guarnecidas a sus tierras y guerreros en las provincias, pudiendo así los
guerreros establecerse en las casas de los indígenas de estas tierras (íberos) y que además pudiesen
tener parte en el patrimonio, enseres y tierras de esas familias que los acogían.
Tenemos que destacar los bienes que ostentaban los visogodos, denominados sortes goticae. Sin
embargo, la participación que tenían los romanos se conocía con el nombre de tercia romanorum.
En cuanto a la estructura económica, se basaba en el reparto y división de tierra para la
continuidad y desarrollo de esta tierra ya existente.
Los ejes fundamentales de la economía eran la agricultura y la ganadería (caballos, ovejas y vacas).
En cuanto a la agricultura, se ha podido encontrar que convergen dos modelos de explotación de
tierras:
- Los latifundios: Se podían dividir en terra dominicata o terra idominicata. La primera era
aquel conjunto de tierras explotadas directamente por el señor de las tierras, aunque solía
nombrar a un capataz o villicus; y las segundas eran diferentes formas romanas de
contratación agrarias, por lo que no será explotadas por el señor.
- Minifundios libres de cargas
Por tanto, la economía visigoda fue fundamentalmente monetaria basada en los clásicos modelos
romanos, tanto en las monedas, como en el concepto general monetario. En la sociedad visigoda, la
moneda era acuñada por los visogodos y era denominada tremis de oro, que venía a ser la tercera
parte del solidus romano (unidad monetaria empleada por Leovigildo) y la competencia para acuñar
esta moneda era exclusiva del Estado.
Respecto a la estructura social, encontramos que la sociedad visigoda se formó en su mayoría por
población hispano-romana y por una minoría visigoda, lo que obligó a que tuvieran que convivir
diferentes costumbres y religiones, lo que en ocasiones daba lugar a discrepancias a la hora de
regular determinadas instituciones (como la prohibición de matrimonios entre visigodos y romanos).
El rey visigodo siempre era elegido de entre una familia visigoda noble, fundamentalmente de la
familia de los Baltos. En cuanto a la clasificación social tenemos tres categorías
- Aristocracia: En este se incluye tanto a la nobleza visigoda de carácter familiar, como a los
altos funcionarios, terratenientes y el alto clero. Pertenecer a esta clase suponía tener ciertos
privilegios, como la eximición del castigo del tormento físico.
- Hombres libres: Son aquellos económicamente independientes, es decir, el resto de la curia
romana (conjunto de órganos del Gobierno que incluye también a los miembros de la Iglesia
católica), mercaderes, artesanos, pequeños propietarios, industriales, etc.
- Siervos: Eran los esclavos que alcanzaban su condición, o por nacimiento, por ser prisioneros
de guerra, o por haber cometido algún tipo de delito. Podemos encontrar distintos tipos de
siervos, como los menores, los del rey, o los eclesiásticos, cada uno con unas funciones.

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- Judíos: Pasaron por distintas etapas desde la tolerancia absoluta hasta las situaciones de no
tolerancia
- Extranjeros: A los que se les da cierta protección a través de esos pactos de hospitalidad, al
igual que a los romanos.

5. ORGANIZACIÓN POLÍTICO-ADMINISTRATIVA

Fundamentalmente la organización política visigoda se constituye sobre un acto contractual


realizado en el momento en el que se asientan los visigodos en el territorio romano a través del
foedus y que, en principio, no les permitía obtener poder político, pero si les permitía libertad de
actuación en su asentamiento, hasta que se creó más tarde el Estado Visigodo en Toledo por parte
del rey Eurico que vincularía tanto a visigodos como a romanos.
No será hasta mediados del s. VI cuando se produce el traslado a España y se constituye todo el
aparato organizativo estatal. Pero hay que tener en cuenta que, hasta Leovigildo, la Península
estuvo bajo la tutela de tres estados diferentes: el visigodo, el suevo y el bizantino.
Tras la expulsión de los suevos y los bizantinos es cuando empezamos a hablar verdaderamente de
un Estado hispano-visigodo, que en su caracterización tiene influjo tanto romano como hispano.

Dentro de la administración central de este Estado visigodo tenemos que hablar de tres elementos:
- Monarquía visigoda: La forma del Estado visigodo es la monarquía, la cual presenta una
evolución temporal, ya que en principio era electiva (se elegía al representante entre los
miembros de familias nobles, en concreto de la familia de los Balthos) a través de una
Asamblea, y se le otorgaba poder político, militar y de Administración de la Justicia.
Los contactos frecuentes con Roma y también debido a la influencia de la Iglesia católica,
irá trasformando tanto el poder de la monarquía como la forma de elegir a ese representante,

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de forma que fue en el Concilio sexto cuando se establecieron las normas específicas de esta
monarquía visigoda.
En ese sentido, el rey es un vicario o representante de Dios, y, por tanto, son reyes porque
gobiernan rectamente en atención a las condiciones divinas y, por tanto, cuando se realice
cualquier acto contrario a la divinidad, perderán la condición para ser rey.
El rey se sitúa al frente de toda una comunidad política como jefe supremo de esta. Para ello
está rodeado de una cierta simbología a la hora de reconocerlo como rey (por ejemplo, era
elevado al trono con un juramento del rey y del pueblo que lo recibía como jefe supremo).
En el Concilio cuarto de Toledo (633 d.C.) se genera el reglamento de elección del
monarca, atribuyendo la capacidad de elegir sucesor a los príncipes del reino y a los obispos
(ya se ve el cambio en la elección).
En el Concilio séptimo de Toledo (653 d.C.) lo que se crea es una nueva regulación de la
institución monárquica, atribuyendo la facultad de elección a la corte regia y a los obispos.
Y, por último, el Concilio octavo de Toledo establece como requisito que la elección del
representante de la institución monárquica debe realizarse siempre en Toledo o donde hubiese
fallecido el último monarca.
- Aula Regia y Oficio Palatino: En los pueblos germánicos lo tradicional era que hubiese una
Asamblea General de súbditos entre los cuales el pueblo tenía la potestad de intervenir en el
Gobierno y colaborar con el monarca en la legislación y en la Administración de Justicia.
Esta Asamblea General del pueblo es lo que ha llegado a conocerse con el nombre de
Senatus.
Al llegar a la Península Ibérica la extensión del territorio es tan amplia que es imposible que
todo el pueblo se reúna y, por tanto, el número de participantes de la asamblea se va
reduciendo hasta que solo se reúna una ínfima parte de la población, y esa nueva asamblea se
conocerá como Aula Regia.
Esta Aula Regia es un organismo cuya creación se atribuye a Leovigildo y que se dice que
copió de una institución romana llamada Consistorium Principis. El aula regia tiene como
función colaborar con el rey y participar activamente en el gobierno visigodo, tanto en la
legislación como en la administración de justicia (tribunal de apelaciones).
También tiene como función elegir al rey y, en colaboración con el mismo preparará las
normas del Estado visigodo. Y en general además tiene como función el asesoramiento
político, jurídico y militar de forma continuada, no puntual, es un órgano asesor permanente.
Pero, como órgano asesor, el rey no estaba obligado por sus dictámenes, no tenía por qué
cumplir lo que este órgano aconsejase.
Esta aula está formada por un núcleo central llamado Palatium Regis, de ahí que a este solo
pueden asistir los jefes del Estado a los que se unen los fideles regis (que son grandes cargos
políticos que están unidos al rey de forma personal), los fieces (llamados por el rey
personalmente), y los gardindos (miembros de la comitiva real).

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Todos estos eran nombrados por el rey, y la asistencia a las convocatorias era siempre
obligatoria.
Junto a este núcleo central aparece también otro grupo de personas agrupadas bajo el nombre
de Oficio Palatino, que tiene como función esencial ejercer potestad en el ámbito privado y
público del monarca, estando formado por una serie de Comites Palatinii (condes palatinos,
la gran nobleza) que actúa como agente del monarca a través de la delegación del poder
real, se encargaban del tesoro regio y del servicio de chancillería (hacían funciones en
representación del monarca gracias a esa delegación de poder).
- Concilio de Toledo: Se constituyen como órgano de asistencia al monarca, tanto en
materias propiamente de Gobierno, como en temas más legislativos.
Desde que el rey Recaredo se convierte al cristianismo (sucede en el tercer Concilio), la
Iglesia empieza a tener mayor poder dentro del Estado visigodo, y no solo se encargará del
aspecto religioso, sino que también va a tener capacidad para dictar normas de conducta
que regirán el poder político.
Los Concilios tienen ese factor de influencia porque reúnen a todos los obispos de España y,
si bien al principio solo trataban de asuntos religiosos, con el paso del tiempo empiezan a
tener mayor presencia en la vida civil y, por tanto, empiezan también a dar cabida en los
Concilios al aula regia (empieza a entrar como miembro en los Concilios).
Es el monarca quien convoca los Concilios, pero no asiste a sus deliberaciones. Las
decisiones a las cuales llegan estos Concilios se denominan decretos conciliares, y están
promulgados y firmados por todos los asistentes, pero, para que tenga realmente eficacia, es
necesario que se sancionen mediante una Ley, en concreto mediante la Lex In
Confirmatione Concili. Los Concilios no son meras promulgaciones, sino que también son
un órgano asesor.
Dentro de la administración territorial señalamos dos elementos, siguiendo al autor Torres
López. La base de la organización territorial visigoda es la misma que la romana, por tanto, todos
los órganos encargados de la administración están jerárquicamente ordenados y burocratizados y
no podemos afirmar que se organicen de forma autónoma, sino que están incluidos dentro de una
pirámide.
- Ducados: Las provincias ducadas, son coincidentes con las antiguas provincias romanas y
al frente de las cuales se sitúa un dux (duque) manteniéndose las provincias romanas que ya
existían (Tarraconense, Bética, Lusitana y Gallaecia y Cartaginense) y se añade la
Narbonense. El duque tenía funciones militares en aras a poder garantizar esa estructura
organizativa territorial.
- Condados: Proceden también de una estructura romana circunscrita a esos territorios
colindantes externos a las ciudades, conocido como los suburbios y que se independizan de
las mismas, a cuyo frente se encuentra el comes teritorii. El titulo tanto de conde como de
duque era un título que concedía el monarca a razón de simples vínculos personales.

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La administración local corre paralelamente a la territorial, así que nos centraremos solo en su
organización estructural:
- Municipio: En torno al municipio surge una polémica centrada sobre todo en saber cuál es la
continuidad de los esquemas romanos trasladados al Estado visigodo, y así podemos
establecer tres teorías.
o Sector de la doctrina que considera que fruto de la crisis del Bajo Imperio, el
municipio hispano-romano entra en crisis y desaparece (no existe en el Estado
visigodo).
o El municipio hispano-romano presenta cierta continuidad en la etapa visigoda pero
no se sabe durante cuánto tiempo.
o El término supone que sí que tiene cierta permanencia en el Estado visigodo, pero
con elementos diferentes al romano.
- Curia: También de origen romano, que sí continúa existiendo en el periodo visigodo,
aunque algunas de sus funciones se transforman y otras acaban desapareciendo. Por ejemplo,
la función fiscal pasa a manos de los numerarii (funcionarios fiscales con jurisdicción en el
ámbito del control fiscal).
Dentro de la curia el Liber (Lex romana visigotorum) alude a que hay dos figuras con
funciones específicas, pero como la interpretación puede no ser concreta, simplemente
aludiremos a su posible existencia, pero no a su explicación:
o Defensor civitatis

o Curator

- Asamblea de vecinos: Fundamentalmente destacaremos dos elementos dentro de este órgano


de la administración local:
o En primer lugar, San Isidoro de Sevilla habla de la costumbre de los campesinos de
reunirse en el cruce de caminos para poder resolver las disputas que entre ellos
pudiesen surgir o que fuesen temas de interés para esa comunidad de campesinos, y
entre ellos se nombraba a un conventus rusticorum, que se encargaba de dirigir esa
asamblea de campesinos para encontrar una solución satisfactoria para la comunidad.
Esta costumbre tiene su origen en el mundo visigodo.
o En segundo lugar, podemos afirmar que, al existir tierras comunes a la vecindad, se
convocaban también asambleas generales de vecinos que tenían carácter agrario
preferentemente (propiedad de tierras, ganados o disputas entre lindes o situaciones
limítrofes).

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