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TEMA 3.

1: EL DERECHO MUSULMÁN
1. INTRODUCCIÓN
Cuando llegan los musulmanes se inicia todo un proceso de expansión del islam y, cuando
desembarcan en la Península estiman ya oportuno este territorio para llevar a cabo las Guerras
Santas.
La conquista árabe no extinguió la cultura existente, sino que permitió una convivencia. En
consecuencia, convive con otros tipos de derechos, si bien ocupa una posición importante dentro de
la historia jurídica de España.
Duró ocho siglos y permite poner un punto final y un punto de inicio. Se inicia en el año 711 con la
invasión musulmana y la desaparición del Estado visigodo, y finaliza en 1492 cuando los RRCC
conquistan Granada y hacen desaparecer el Derecho musulmán.
Con posterioridad a 1492, aún había un reducto musulmán, y esta expulsión de los moriscos tardía
hizo que permanecieran en la Península algunas instituciones árabes que se siguieron aplicando
solo para un determinado grupo de súbditos que seguían la religión musulmana, lo cual está recogido
en las Leyes de Moros y la suma de Mandamientos.
Según los nuevos pobladores, las gentes de la Península podían ser consideradas:

- Idolatras: Negaban la existencia de un solo Dios.

- Monoteístas o Gentes de libro: Creen en la revelación de un único Dios. Se poseían cargos


religiosos en atención a un único Dios y a una única verdad revelada en un libro (como los
cristianos, judíos y musulmanes).
La inclusión árabe fue pacífica, respetó la autonomía en la estructura política y administrativa y de
justicia de la Península, permitiendo también el libre ejercicio de la religión ya existente y de la
organización territorial y local preexistente.
Sin embargo, en contra partida los musulmanes exigieron una serie de obligaciones:

- Se les prohíbe acceder a cargos religiosos musulmanes.

- Se les prohíbe tutelar a personas musulmanas.

- Se les prohíbe testificar en pleitos de musulmanes.

- Se les prohíbe contraer matrimonios mixtos.

- Se les prohíbe heredar de una persona musulmana.

- Se les prohíbe utilizar símbolos musulmanes y en algunos periodos también se les prohibió
hacer propaganda de su religión.

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2. POSICIÓN JURÍDICA Y ESTRUCTURA SOCIAL
La situación jurídica específica de esta población (la previa a la invasión) que era confesional y
monoteísta, podía variar según su actitud frente a los musulmanes.

- Enfrentamiento armado: En el supuesto de que hubiese un enfrentamiento armado contra los


musulmanes, estos segundos los obligaban a someterse a través de la guerra y los convertía
en esclavos, pasando toda su riqueza a manos de las personas musulmanas como botín de
guerra.

- Aceptación de los musulmanes: En el supuesto de que aceptaran voluntariamente a los


musulmanes, quedaban sujetos bajo la protección de los musulmanes, lo que se conoce como
dhimma.
Adquirían, por tanto, la condición de protegidos mediante condiciones específicas
establecidas en pactos firmados. Así pasaban a tener una serie de derechos y obligaciones.
En cuanto a las obligaciones:
o Reconocer la superioridad política musulmana

o Respetar la religión musulmana

o Pagar determinados tributos.

En cuanto a los derechos que les dota de una posición un tanto mejorada respecto al resto
de ciudadanos:
o Podían salvaguardar sus propiedades

o Se les reconocía facultad para poder poseer bienes

o Se les reconocía capacidad de contratación (entre sí y con musulmanes)

o Se les reconocía el derecho de matrimonio

o Se les reconocía la libre disposición de bienes y derecho mortis causa (podían


heredar).
Ante esta situación socio-religiosa, jugó un papel muy importante la comunidad cristiana hispano
visigoda, puesto que sus miembros sufrieron en gran medida un impacto en sus costumbres y en su
cultura, adaptándose e influenciándose de la doctrina musulmana (aculturación).
De ahí que estos ciudadanos recibiesen el nombre de mozárabes (cristianos que conviven con los
árabes y que su derecho se ve afectado con influencias del derecho musulmán).
Respecto de la estructura social. Desde un punto de vista estructural, la sociedad se configuro en
diferentes clases sociales o jassa. Así tenemos la siguiente estructura social:

- Hombres libres: Dentro de estos hay una cierta jerarquía:

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o Jassa: Integrada por personas de linaje árabe, así como parientes más o menos
cercanos del príncipe y que pertenecen normalmente a la casa de los Omeyas (jassa
propiamente dicha) y se les suele denominar a esta casta gentes de quraish.
Se podía apreciar una posición privilegiada de esta casta en los siguientes derechos:
 Derecho a recibir pensiones del patrimonio privado del soberano.
 Derecho a recibir rentas de las propiedades inmobiliarias
 Derecho a recibir beneficios a nivel fiscal
 Exentos de ejercer trabajos a nivel de función pública (no ejercían empleo
público alguno).
Dentro de esta jassa también se incluían los titulares de los cargos más o menos
honoríficos cuya fortuna les había permitido introducirse en esta categoría social.
Por último, también hay que incluir el papel que tuvo la sociedad cordobesa (grandes
familias que heredaban por vía paterna los altos cargos del Estado en la sociedad
cordobesa), que eran cinco grandes familias de linaje oriental y todas descendían de
arabesinos o libertos que desempañaban puestos importantes como gobernadores o
preceptos de Córdoba.
o Clase media o plebe urbana: Es un escalafón intermedio entre la jassa y la amma,
constituidos por hombres de ley y comerciantes ricos, así como también por
propietarios rurales acaudalados.
Era una clase media rica que, a pesar de provenir en su mayoría del campo, habían
decidido vivir y asentarse en la ciudad, aburguesándose y solicitando un puesto
dentro de la jerarquía social musulmana, aunque no estaban fuertemente
organizados.
o Amma: Formado por artesanos, jornaleros, bereberes (moros que vienen de una
región musulmana), muladíes (cristianos que adoptan costumbres y creencias
islámicas, a diferencia de los otros que conviven) y libertos.

- Esclavos: Por debajo de los hombres libres. El hecho de que hubiese esclavos es
consecuencia de las aceifas, que son las invasiones militares de los sarracenos (musulmanes
de un determinado territorio, norte de África) en territorio cristiano-musulmán, especialmente
en tiempos de Almanzor, que hubo varias revueltas.
En general los esclavos eran comprados por los mozárabes o por los judíos y se convertían
al derecho musulmán, pudiendo ser mantenidos por el dueño que los compraba. Pero
también podía existir otro tipo de esclavos conocidos con el nombre de mawali, sobre los que
se ejercía el derecho de patronato.
La diferencia entre ambos es que en esta segunda categoría el esclavo podía ser mantenido
tanto en vida de la persona que lo compró como también tras su muerte a través de una

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disposición testamentaria (los herederos también lo mantenían si así se decía en el
testamento, resultando una unión entre el esclavo y la familia).

3. EL DERECHO MUSULMÁN
3.1 CARACTERÍSTICAS DEL DERECHO MUSULMÁN
En esta ocasión hay una definición unánime para definir el derecho musulmán, de la mano de
López Ortiz:
“Regulación dimanante de la voluntad de la divinidad de toda la conducta del musulmán aun en
esferas del todo heterogéneas a la que hoy entendemos por jurídico, cuya trasgresión es
principalmente considerada como pecado y como tal sancionada por dios mismo con castigos
ultraterrenos aunque sin excluir una organización de carácter estatal actuando en representación
de dios o al menos de su profeta y en tal concepto facultada y obligada a mantener en su pureza el
orden querido por el supremo legislador, aplicando para ello medios coactivos apropiados.”
El derecho musulmán, al igual que el resto, es aquel derecho de origen divino, que, como el
cristianismo y el judaísmo, ha sido revelado por Dios a través de un libro divino y su profeta.
Así, tiene como carácter fundamental el elemento religioso. Y de esta importancia del elemento
religioso se derivan dos caracteres secundarios:

- Es un derecho propicio a sufrir orientaciones o deformaciones territoriales o locales (se


adapta según las necesidades del territorio)

- Tiene un carácter hermético poco propio a ejercer o recibir influencia sobre otras obras
religiosas (se basa en sus fuentes y no admite ningún otro tipo de fuentes).
En cuanto a sus CARACTERÍSTICAS INTERNAS:
Ofrece ciertas particularidades propias tan especiales que le hacen parecer un derecho
completamente diferente a los sistemas jurídicos que hemos visto, puesto que lo normal es que se
considerase el derecho necesariamente circunscrito a un límite territorial (el Estado).
Sin embargo, en el Derecho musulmán no encontramos coincidencia con un Estado, sino que va más
allá de un territorio, no está circunscrito a unos límites territoriales concretos ni a un Estado, es
resultado de una unidad política de un enorme imperio religioso.
El islam no solo lo encontramos en territorio musulmán, sino que se extiende más allá de su propio
territorio. El derecho musulmán es fundamentalmente un derecho de una sociedad religiosa, no de
un territorio. La religión y el derecho de los musulmanes es una simbiosis, un único elemento.
Por tanto, se trata de un derecho revelado a la población de origen divino y cuyos principios o
criterios son considerados dogmas. De ahí que veamos que el derecho no solo se encarga de regular
aspectos religiosos de los musulmanes, sino que estará presente en cualquier ámbito de la vida
(político, económico, etc.)
En cuanto a sus CARACTERÍSTICAS EXTERNAS:

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Se da en el derecho musulmán una uniformidad, es decir, que el derecho islámico tiene un fondo
común independientemente de donde se aplique, siempre será homogéneo en sus dogmas.
Además, encontramos una permanencia que se debe a la carencia de órganos legislativos, ya que
la única función creadora de este derecho es la voluntad divina (no es necesario órganos legislativos
que creen normas, sino que es Dios, no hay legisladores), lo que aumenta su carácter permanente
debido a la ausencia de interpretaciones externas.
El Derecho musulmán no es un derecho originario que no tenga elementos comunes con otros
derechos, sino que recibe influencias tanto judías, cristianas y romanas, como por ejemplo su
confesionalidad, que se basan en un libro, etc.
3.2 FUENTES DEL DERECHO MUSULMÁN
En el Derecho musulmán no se llaman fuentes, sino raíces sobre las que se basa. En sentido estricto
podemos decir que solo habría una raíz, la voluntad divina revelada.
Pero evidentemente esta voluntad se ha conservado a través de diferentes procedimientos o
instrumentos, como el Corán, procedimientos sobrenaturales, indirectamente a través de la sunna, o
bien por la asistencia especial de ala a la comunidad de creyentes a través de ishma.
Primero hay que destacar el concepto de ichtihad, que viene a ser ese esfuerzo que realizan los
juristas para llevar a cabo la interpretación de todas estas normas para poder proyectarse sobre un
conjunto de textos escritos que vayan recogiendo esa religión oral, pues tras la muerte de Mahoma
hay que recoger esa sabiduría en textos escritos.
Esa recopilación de todas las revelación que Alá hizo a Mahoma es lo que se denomina ichtihad o
ciencia del derecho (FIQ), y donde aparecen ciertas escuelas que van interpretando esta ciencia:

- Escuela del hanefi: O también denominada escuela de la opinión. Era una escuela tolerante
y abierta que se encontraba en Turquía e India.

- Hanbali: Escuela de renovación en el s. IX, mucho menos tolerante dado que se cierra al
cambio y crea el santo precedente, que es motivo del fundamentalismo actual.

- Maliki: O escuela de la tradición, tiene sus raíces en España en el s. VIII por el apoyo
recibido por los califas del sur.

- Yafeii: Escuela abierta a la tradición romana-greco-bizantina, es decir, permite recibir


influencia de otros ordenamientos jurídicos.
Respecto de las fuentes en sí mismas, podemos encontrar las siguientes:

- Corán: Se puede definir como “esa hermosa composición que, según testimonios
irrefutables, fue trasmitida por revelación y confiada únicamente al profeta por medio del
ángel Gabriel”.
Encontramos aquí tres condiciones destinadas a que el Corán se configure como un libro
celeste diferente al resto de libros porque:

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o Ha sido dado al profeta por medio de un ángel (distingue el Corán de las propias
palabra de Mahoma, no son profecías de Mahoma sino palabras de la divinidad).
o Ha sido justamente dado exclusivamente al profeta durante 23 años a lo largo de los
cuales se revelaron estas creencias (esto lo distingue de la Biblia que no tiene tanta
temporalidad).
o Está probado por testimonios irrefutables que el Corán fue dado a Mahoma.

El Corán por tanto es el libro fundamental de los musulmanes, de toda su vida, no solo del
aspecto religioso. Rige todos los aspectos de la vida de los musulmanes.
En sentido actual no puede ser entendido como un código porque técnicamente no tiene su
estructura ni herramientas, sino que la fuente principal es justamente el derecho musulmán
junto con otro tipo de fuentes que tienen carácter subsidiario.
El Corán no fue redactado como una obra continuada, sino resultado de una revelación
longeva que, en primer lugar, se transmitió de forma oral, formado por los versículos o leyes
cortas y rítmicas a modo de pareados (poesía fácil de recordar para transmitir oralmente).
Sin embargo, al morir Mahoma se cierra la relevación divina y surge la necesidad de fijar
todo ese conocimiento para evitar que hubiese diferentes versiones y, así, en los tiempos del
primer califa se redactaron las denominadas serhuf, primeras hojas a mano por Zahid ben
Thabit, escribano de Mahoma y testigo directo de esa revelación, y se las depositaron a la
mujer de Mahoma que las custodió.
En un segundo momento, en tiempos del tercer califa ya se hizo la redacción definitiva del
Corán, eliminando todas las posibles versiones que había hasta el momento del Corán.
La estructura del Corán es la siguiente y se distingue según los periodos del derecho
musulmán:
o En el primer periodo denominado mequí, Mahoma se presenta como profeta
nacional encargado de dar a conocer a todo el pueblo esa revelación divina en lengua
árabe (entendible por toda la comunidad). Mahoma no piensa en crear una religión
nueva, sino que simplemente hace saber a todos los creyentes la gran verdad de la
divinidad. En este periodo distinguimos tres fases de desarrollo:
 La primera parte: Contiene pasajes más literarios e interesantes sobre la
revelación.
 La segunda parte: Es de transición, donde se va desarrollando poco a poco esa
idea monoteísta y va narrando las diferentes historias del profeta
 La tercera parte: Es más débil, más imperfecta, donde se van repitiendo los
temas que ya ha ido relatando anteriormente y se empieza a determinar las
obligaciones que tendrán los creyentes.
o En el segundo periodo llamado medinense Mahoma empieza a darse cuenta de que lo
que esta haciendo es crear una nueva religión, así que acaba rompiendo los lazos con

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los judíos y se constituye como jefe de la comunidad islámica, dejando de ser
profeta a hombre de Estado.
En esta etapa los versículos empiezan a ser mucho más elitistas (se centran más en la
elite musulmana) y extensos y se recurren a nuevas rimas más fáciles de entender,
pero a nivel jurídico los versículos de esta época son sumamente importantes, aunque
no se encuentra en ellos un precepto de carácter general porque Mahoma se limitaba a
resolver de forma particular los casos.
A nivel técnico de capítulos hemos de decir que el número de capítulos (suras o
soras o azoras) son 114, y de versículos tenemos 6236. El Corán está escrito en una
composición literaria conocida con el nombre de sach o prosa rimada (posición
intermedia de rimas comunes que facilita su transmisión).
Todas las suras empiezan siempre con la basmalah “en nombre de Dios clemente y
misericordioso”, a excepción del capítulo nueve, que no empieza así. También es
muy frecuente, sobre todo en los versículos mas antiguos, que estos recojan un
juramento. Cada sura siempre lleva un título.
La primera de las suras es la que abre el pórtico, llamada fatiha y consta de 7
versículos y constituye una especie de oración independiente que se le ha acabado
llamando el padre nuestro islámico.
Tras ella, las restantes no tienen ninguna conexión entre sí, solamente están
configuradas creando un cuerpo jurídico confuso, creando un libro inconexo que
mezcla leyendas, interpretaciones, etc.
Todos los dogmas coránicos son artículos de fe que se basan en la creencia de Alá
como único dios omnipotente misericordioso eterno y creador. La revelación que Alá
hace se manifiesta a través de libros santos como el Corán, pero también podemos
encontrar el pentatenco, el evangelio y otros textos de revelación religiosa.
Esta creencia en la divinidad y su revelación se realiza a través de Mahoma el
profeta y, en último lugar, se basa en la inmortalidad del alma y la creencia en la
resurrección de la carne en un juicio final. Además, también creen tanto en la
existencia de ángeles como de demonios. Como vemos recibe influencias de otras
religiones.

- Sunna o suna: Recoge la conducta del profeta, es decir, esa manera ordinaria habitual que
tenía de actuar el profeta (conducta, costumbres, respuestas que daba a las situaciones que se
le presentaban, y los silencios que daba ante dichas situaciones), es decir que a través de la
suna podemos conocer la voluntad de Dios de manera más específica a través del obrar de
su profeta.
El valor de la suna como fuente lo encontramos en un texto coránico que dice lo siguiente:
“Hermoso ejemplo os ha dado el profeta para todos los que esperáis en el señor y en el día
del juicio y habéis tenido a ala en vuestra memoria”. De este texto se saca el valor de fuente
de la suna.

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Cuando vivía Mahoma se le presentaban casos de la sociedad musulmana y los iba
resolviendo de forma oral y particular, dando respuesta a todas las situaciones que no tenían
regulación dentro del Corán, es decir, que actuaba como dador de fe y protector de los
musulmanes.
Por tanto, sentenciaba con su aprobación o con su desaprobación a través de su silencio. Él y
los compañeros iban contando todo lo que aprendía Mahoma y actuaban de trasmisores de la
actividad de Mahoma, de las enseñanzas del Corán y de la aplicación práctica que el profeta
establecía. Así se conserva una extensa colección de testimonios sobre todos los hechos y
resoluciones de Mahoma gracias a estos trasmisores.
Hay que diferenciar tres elementos fundamentales de la suna:
o Lo que dijo el profeta

o Lo que hizo el profeta

o Lo que consintió hacer el profeta

Todo este conjunto es lo que da forma y validez a la suna como recopilación de la práctica
del profeta en aplicación de las directrices del Corán. Pero no todo son ejemplos y sentencias
del profeta en aplicación de los preceptos del Corán, sino que también se recogen prácticas
personales, acciones que realizaba por su propio privilegio sin atención al Corán.
Por tanto, la suna no tiene solo un carácter interpretativo, sino que constituye
verdaderamente una fuente del derecho y que fundamentalmente se estructura en dos
partes:
o La isnad: Donde figuran todos los nombres de aquellos que actuaron como
trasmisores de todo lo que hacía Mahoma
o Narración: Narración de los actos de Mahoma.

Estas dos partes completas se entiende como la auténtica suna, pero podemos encontrar
también sunas sin una de las partes, denominadas sunas apócrifas.
Solo se hacía trasmisión de este conocimiento de forma oral, pero con el tiempo todos los
trasmisores que iban contando todo esto, se les permitió que se apoyasen con pequeñas notas
escritas y a través de estas, surgieron las recopilaciones denominadas masnada.
Por tanto, el Corán es en sí mismo lo que establece el único dios, la suna es su aplicación en
la vida ordinaria musulmana a través de su profeta, y ahora pasamos a la ichma.

- Ichma/ idjma: Es el consentimiento de la comunidad musulmana. Se encuentra ubicada


dentro de diferentes partes del Corán, aunque no está de modo claro, sino entremezclada.
Su fundamento se encuentra en una tradición según la cual Mahoma dijo: “Mi comunidad
jamás se pondrá de acuerdo acerca de un error, lo que a los musulmanes le parece bien, le
parece también bien a Alá”. Este es el fundamento de la ichma.

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Su valor como fuente del derecho se sitúa en una especie de asistencia provincial que
asegura esa voluntad y asentir comunitario y unánime de todos los musulmanes.
Generalmente se entiende que son portadores de ese sentimiento de pueblo y que se puede
ver en la personificación de los doctores, de ahí que se defina el ichma como esa opinión
unánime de los doctores musulmanes en una determinada época.
Adquirió gran importancia porque el consentimiento que tenía que dar el pueblo musulmán
es justamente el que sanciona y da validez y eficacia a la interpretación de las normas,
garantiza, por tanto, su autenticidad, y constituye el fundamento de la autoridad jurídica
musulmana.

- Quiya: Es simplemente la analogía, es decir, es la técnica que sirve para agrupar varios
procedimientos deductivos, la metodología lógica que se utiliza para aplicar las fuentes del
derecho a casos concretos y los medios a través de los cuales se aplica ese derecho.
El quiya no corresponde con lo que nosotros entendemos como fuente, pero en el derecho
musulmán sí se considera una fuente, puesto que cualquier interpretación pretende aplicar
la norma divina a un caso concreto en un momento y con unos medios de derecho muy
concretos. No es un parámetro general, sino que se aplica a cada caso concreto con unas
técnicas específicas.

- La costumbre o usos locales: Hay muchísima variedad, pero hay que destacar sobre todo
aquellas costumbres del reino de Granada, porque ahí hubo una serie de normativa muy
específica que se sigue aplicando hoy en día, como el libro de contratación.
El derecho local siempre va a convivir con el derecho general, porque antes circunstancias
especiales que el derecho general no regula van saliendo leyes específicas locales.

4. INSTITUCIONES POLÍTICO-ADMINISTRATIVAS
La comunidad islámica o musulmana o andalusí, aparece vinculada a la creencia de la existencia de
un único Dios, aunque también es una sociedad que se basa en los vínculos de sangre y tribu.
A la cabeza de esa configuración tribal se sitúa el vicario de Dios que es el califa, cuya sede al
incorporarse a la Península se encuentra en Damasco y de forma habitual correspondía
hereditariamente a la familia de los Omeyas.
La formación del Estado pasa una serie de fases de formación:

- En primer lugar: Tenemos un periodo de iniciación donde se empieza a organizar el territorio


sustentado sobre la organización provincial del califato omeya.

- En segundo lugar: Se da una fase de transición donde el reino está pacificado pero
descontento, y es cuando se empieza a configurar el Al-Ándalus como centro independiente
de poder del califato.

- En tercer lugar: Tenemos un periodo de consolidación en el que ya se establece un califato


de Córdoba, rompiéndose ya los lazos con oriente.

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- En último lugar: Periodo de declive donde se colapsa el califato, se desmiembra el Estado y
aparecen pequeños estados árabes y bereberes, denominado como los reinos taifas
(desaparece el califato y se desmiembra el Estado musulmán entendido como esa gran
unificación territorial). Los reinos taifas suponen una creación de un Estado más pequeño y
descentralizado y desaparecen con la famosa Guerra de las Navas de Tolosa.
En cuanto a la Administración Central y territorial , en un primer momento, la mayor parte de los
territorios estaban bajo la autoridad y bajo el gobierno de un valí, que era un delegado del califato
de Damasco y que, en territorio peninsular, se encontraba situado a la cabeza de la administración de
la hacienda, de la Justicia y del Ejército, pero sin que ello genere que realmente haya un órgano
político administrativo en sentido estricto, sino simplemente había un delegado que realizaba esas
funciones, sin que haya administración.
La idea fundamental de esta estructura político-administrativa es la descentralización del poder
político. Solamente se produce una reforma administrativa con Abd-al-Rahman II para organizar
todas las Instituciones y la economía del país, concentrando el poder en manos del emir y situando
bajo él, al hayid (península, paralelo al califato de Damasco) y al wasir.
El emir reúne las mismas condiciones que el califa en Damasco. Por tanto, es una especie de
monarca y guía espiritual y religioso. Aquí en la Península se configuran también como monarcas
absolutos y máximos representantes religiosos, por encima de ellos no se sitúa ninguna especie de
Institución.
Como persona más cercana al emir, situamos al hayid, que es ese chamán o mayordomo, mano
derecha o secretario de Estado, que equivalía al visir de Damasco, es decir que la estructura es
equivalente a la del califato de Damasco. Sus funciones eran suplir al emir y realizar todas
aquellas funciones que le delegase. Era también el jefe directo de la Administración central,
militar y provincial. La Secretaría de Estado que dirigía estaba organizada jerárquicamente y se
encargaba de la correspondencia oficial, de la Administración de la Hacienda Pública y de mantener
informado al monarca.
El esquema de Gobierno de la Administración se completa con una especie de cancellería
denominada Katib o Kitaba a cuyo frente se encontraba el jefe de la cancillería (katib) cuyas
funciones eran muy diversas y numerosas.
Esta estructura en el reino de Granada presenta una serie de particularidades:

- A la cabeza de esa Administración se sitúa el sultán (nombre con el que se designa a todos
los reyes granadinos, en posición inferior a los crecientes reyes cristianos), no el califa ni el
emir.

- Por debajo del sultán se sitúa el visir, que a veces es primer ministro y se ocupa de todas
aquellas funciones que tienen que ver con informar de los asuntos político-administrativos
que deben saber y aprobar el sultán (persona más cercana al círculo del sultán).
Respecto de la administración territorial, los musulmanes aprovechan el esquema administrativo
de las provincias romanas, fruto de esa división constantiniana que dividía el territorio en

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diócesis, con estructura eclesiástica. Por ello al principio existía un gobernador provincial (como el
duque).
Durante el califato se organizan distritos administrativos centrados únicamente en las ciudades y
en el territorio occidental, de forma que cada distrito podía dividirse en diferentes distritos con una
capital en común.
Al frente de ese distrito había un gobernador o valí que nombraba el califa a dedo y a cuyo cargo
estaba una secretaria, un servicio fiscal y la denominada caja de reclutamiento. Es decir, existía
un listado con todos los miembros de la Cora (un censo) y se formaba parte de esta justo en el
momento de organizar una lega (guerra), es decir, cuando había una guerra se formaba esa lista
como personal de la guerra.
En las ciudades existía también la figura del Sahib aql-madina, que era una figura que proviene o es
idéntica al encargado de la Administración y de la policía urbana (comes civitatis romano),
existiendo también junto a él un jefe del mercado con jurisdicción específica, aunque en la realidad
es muy difícil conocer realmente quien ejercía cada función dentro de las Coras.
Por último, junto a las coras, existieron también las marcas, es decir, aquellos territorios militares
que se establecían en las zonas de guerra y estaban permanentemente en alerta.

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