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no son suficientes. «Se tendré que abandonar la quijotes- ca buisqueda de construir un capitalismo que pueda ser ético y justo», escribié David Harvey. «Al final del dia no importa ni un 4pice si somos bienintencionados y éticos 0 codiciosos y demasiado indulgentes con nosotros mismos y ‘competitivamente destructivos. La l6gica de la acumulacién ccapitalista infinita y el crecimiento infinito esté siempre con nosotros*”*. El problema, por tanto, no es que yo no crea en un capitalismo justo, el problema es que no existe. Algunos de los métodos para la reforma organizada dis- cutidos en este capftulo son fragmentos de un proyecto para tuna sociedad ideal. El movimiento obrero internacional y las campafias de solidaridad tienen unos papeles vitales que desemperiar para cambiar el mundo y proponer y construir luno nuevo. Las campaftas organizadas pueden unir, atraer, educar e inspirar a la gente. Lo que no pueden hacer es producir ropa que esté libre de explotacién o degradacion medioambiental. Esto es imposible bajo el capitalismo. Por decepcionante que pueda ser oft esto, no existe ropa ética en venta, La decepcién temporal es, sin embargo, un pequefio precio a pagar para tomar parte en el mayor desafio al que nunca se ha enfrentado la humanidad: el derrocamiento del capitalismo. 775, Hacvey, David: The Enigma of Capital and the Crises of Capitalism, Profile Books, 2012 pig. 27. 292 capfruto prez [REVOLUCIONANDO LA MODA, «Viste apropiadamente con faldas cortas y botas resis- tenes, deja tus joyas en el banco y compra un revlver Consejo de moda de la revolucionariairlandesa ¥¥ eondesa CONSTANCE MARKIEVICZ ‘Apunta alto, muy alto». ‘wa woerour,jfa de redaccién de Vogue Revolucion LA PALABRA ‘REVOLUCION» significa dos cosas, Por un lado, capta la escala de los problemas a los que se est enfrentando la humanidad actualmente, problemas a los que solo la revo- lucién. puede responder. Por otro lado, representa el espiritu de la gente que combate la injusticia en busca de un mundo mejor”, Este capitulo imagina una sociedad postcapitalista donde el capitalismo ha sido derrocado y el mundo esté en un estado de revolucién permanente. Aunque podria parecer una posibilidad lejana, es importante que este capitulo sea situado en un futuro revolucionario porque el problema de plantear exigencias parciales es que las exigencias parciales se enfrentan a un marco preestablecido y a las limitaciones fijadas por el capitalismo””. Llegar a la revoluci6n y crear un nuevo mundo requiere la liberacién de la imaginacién y la esperanza. Todo esto contrasta con. un clima social general 776 Sex End Pres e):Tllng abou a Revolution, South End Press, 1998 pig. 777-Mésxisos stv: Beyond Capital Merlin Press, 1995, pli. 812. que promueve la desilusién y la desesperacién”*. Por eso, este capftulo da permiso para imaginar y sofiar. El marxismo no es un anteproyecto para una sociedad futura, ni un conjunto de reglas o un credo segtin el cual vivir. Més bien es una exigencia de reconocimiento de que una nueva forma de sociedad es posible. ;Cémo podemos imaginar una época que no hemos experimentado? Trotsky ‘observé que no esté escrito qué aspecto tendré esta sociedad porque sel desarrollo del arte es la méxima prueba de la vita- lidad e importancia de cada época>””. En cierto modo, qué aspecto tendrén las cosas es itrelevante porque lo que pasa bajo la libertad es menos importante que legar a ella. En la pelicula Lincoln, que describe el final de la esclavitud legal, tuna exesclava, la sefiora Keckley, dice a Lincoln: «Los negros hemos estado luchando y muriendo por la libertad desde que el primero de nosotros fue esclavo. Nunca of a nadie pregun- tar qué traerfa la libertad. La libertad es lo primero». ‘Aunque la tarea principal es lograr la libertad en lugar de preocuparse por lo que sucede a continuacién, quiero usar este capitulo como escaparate para algunas de las incon- tables ideas para la creacién de una sociedad justa, para demostrar que tenemos un mundo rebosante de ideas para alcanzar la justicia y la igualdad. También he procurado responder a algunas de las preguntas sobre revolucionar la moda que surgen repetidamente, siendo la principal: «;Ten- dremos todos que llevar puestos blusones maoistas?». 778 Entrevista con bell hooks, South End Pest: Talking About A Revolution, pig. 52. «Discourse: Studies in the Cultural Plies of Edseations, ol 32, nimero 5/2011, pigs 699-712, 1779-Trotsky, Leon: Literature and Revolution, worm marxistsonglarchiveltrote Jeyfsgaq{it evofinwo hm 780-Del guion de Lica, de Tony Kushner. Papel de Gloria Revben como la sei 1a Elizabeth Kechley activist soil amiga intima del setira Linco y auto ‘ae Behind the Scones ~ or Thirty Years Slave and Four Yeas inthe White House, 1868 294 Empiezo investigando él impacto del comercio sobre cl arte y la obra de las disenadoras de moda bolcheviques Liubov Popova y Varvara Stepanova. Luego, examino la produccién y discuto cémo podria transformarse aplicando ‘um nuevo modelo econémico. gHabria fabricas? ¢Quién trabajarfa en ellas? sQuién decidirfa qué hacer? Finalmente, discuto cémo podria transformar los aspectos vistales ‘de la sociedad y la eliminacién de cuestiones como la clase, la raza, el género, la talla y la propiedad privada. ;Qué le suce- derfa a la cultura sin el capitalismo? {Habria monotonia 0 una inimaginable variedad? No hay nada inevitable sobre el progreso y nada en este capitulo esté destinado a hacerse realidad. Lo que discuto én esta tiltima parte del libro son posibilidades. Si se convier- ten en realidades, depende enteramente de lo que hagamos. La vasta mina de potencial «Por muy edulcorada y ambigua que sea toda forma de autoritarismo debe comenzar con una creencia en 1 mayor derecho al poder de algin grupo». El arte desempefia un papel muy importante en la sociedad. Tiene el poder de hacer la vida bonita, de hacernos sofiar, de desafiarnos y de levantar nuestra mirada fija por encima del horizonte para imaginar un futuro mejor, Esto incluye la ropa. Sin embargo, el arte y la moda estén enredados en una mara- fia de comercio, competencia y exclusividad. Hace unos pocos afios, mientras admiraba las colecciones de los licenciados del Central St. Martin, una amiga brome6: «No te preocupes, el afio que viene, por esta época, todos estarén sin blanca y para- dos, asf que podrés comprar sus colecciones por una miseria». Hablaba por amarga experiencia. 295, Incluso las diseftadoras y diseftadores que se licencian los primeros de su promocién se enfrentan a la perspectiva de practicas no remuneradas, desempleo 0 sucumbir a un empleo por tuna marca que ni les gusta ni respetan, La suer- te de un disefiador, como el destino de nuestro patrimonio cultural comin, estén determinados por un mimero relat vamente pequefio de instituciones financieras e industriales privadas que no tienen que rendir cuentas al piiblico. Estas ‘corporaciones tienen el poder de bloquear y controlar qué narraciones aflorarén en la sociedad”. El poder corporativo esté reforzado ideol6gicamente por la idea roméntica de que el disefiador de moda famoso es una figura divina capaz de evocar sus ideas de la nada’. Esta idea del arte fue criticada por Bertolt Brecht y Walter Benjamin como un concepto indiyidualista y mistificado que omite al artista como un trabajador arraigado en una historia particular con materiales especfficos a su disposi- ci6n. Los diseftadores y diseftadoras de moda no hacen los materiales con los que trabajan. El constante reciclado 0 reinvencién de ideas en la industria demuestra que, como los trabajadores y trabajadoras en una planta de montaje de coches que usan materiales ya procesados para hacer coches, también las formas, los mitos, los simbolos y las ideologias de la moda vienen ya elaborados”. En The Style Engine, un comisario de museos describfa cSmo «la funcién nuclear de las personas més creativas en una era saturada de informa- ci6n no es la innovacién, sino la reordenacién»”™. No se deberfa simplificar en exceso el trabajo artistico. El disefio de ropa es una manifestacién artistica especializada 78 Said Caltare and Imperialism, pig xa. 78a Eagleton: Marsiem and Literary Criiciom pg 68 783-Ihid, pig. 69. Cita sobre escritores de Pierre Mackerey, basada en Louls “Althusser. ‘784-Nichlas Bourriau, cto en Males: The Style Engine, ag. 27. 296 ‘que se diferencia mucho del trabajo con una maquina”. Sin ‘embargo, la idea del disefiador como reordenador es un antido- to para el elitismo y la divinizacién que imperan en la industria de la moda, demostrando, en su lugar, que todos los materiales yy destrezas que producen grandes obras son producidos social- ‘mente. Mészéros sefiala que incluso el mejor pianista necesita ‘un piano que tocar producido socialmente”™. El disefiador ‘més alabado también necesita lépices y papel, materiales pro- ducidos socialmente, un conjunto de destrezas aprendidas de profesores y una historia, ya sea para seguirla o para rebelarse contra ella, por no mencionar tuna enorme asistencia en forma de equipos de disefio, administradores, financieros y personal doméstico. Sin embargo, con el poder tan concentrado en la industria, la gente se apelotona aduladoramente alrededor de figuras clave con la esperanza de ganar su parte. El disefto tampoco es un campo de juego con igualdad de condiciones donde el talento autométicamente gana sobre las privaciones. La moda puede parecer una industria igualitaria con un significativo mimero de diseftadores que son mujeres, de clase obrera 0 de la comunidad Lcer. Sin ‘embargo, las limitaciones de clase atin se combinan con las barreras de raza y género para excluir a muchas personas del proceso creativo. Se ha descubierto que los procesos de selecci6n de estudiantes en las escuelas de bellas artes son abiertamente racistas, reproduciendo las desigualdades exis- tentes en la sociedad”. La economia de la produccién estéti- ‘ca comprar materiales y tener tiempo libre- también limita las oportunidades*, El riesgo que implica convertirse en 785: Berger, John: Art and Revolution, Writers & Readers, 1969, pig 43, 1786 Méseivos: Mars Theory of Alienation, pig 175 ‘7 Barke, Penny Janey McManus, Jackie: «Art for a Few: Exclusions and misre ‘cognitions in higher education admisions practices», Discourse: Studies in ‘the Cultural Politics of Education, vo. 3, nimero 5,201, ge. 699732 788- Lorde, Aude: Sister Ousder, cada en Hobson: Venus in the Dark pig. 143. 297

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