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I.
II.
*
Ponencia presentada en el seminario Norberto Bobbio a cien años del natalicio.
Un diálogo abierto con su pensamiento, Santiago, 9 de junio de 2009, Universidad
de Chile.
1
“Alguien que no hace cosas, sino que reflexiona sobre las cosas, que no maneja
objetos, sino símbolos, y cuyos instrumentos de trabajo no son las máquinas, sino
las ideas”, B OBBIO , “Los intelectuales y el poder”, en: Mondoperaio (1977), pp. 63-
72, recogido en Norberto Bobbio: El filósofo y la política. Antología (comp. de
Fernández Santillán, FCE, México, 1996, 516 p.), por el que se cita, p. 452.
1
Si bien la convocatoria a este seminario ha hecho referencia al
compromiso del intelectual en Bobbio, nuestro autor ha preferido
preocuparse de la responsabilidad del intelectual antes que de su
compromiso, no sólo porque es más relevante saber por qué el
hombre de cultura se compromete con o se desentiende de alguna
causa 2 , sino porque el compromiso supone ciertas adhesiones
políticas más estrictas que restringen la labor del intelectual, por
cuanto el sujeto pierde parte de aquella libertad que le permite
dudar y dialogar. Por otro lado, en el contexto actual del Estado
democrático, Bobbio pone el acento en la responsabilidad que es
posible exigir a toda autoridad pública por sus actos y decisiones.
Así, el intelectual es continuamente requerido para pronunciarse
acerca de los grandes conflictos que se presentan en la convivencia
democrática; en este requerimiento al intelectual en tanto
referente público, Bobbio es claro acerca de la postura que él ha
tomado y defendido.
2
intelectual es ingrata, ya que “no puede salvarse de una u otra
condena: si participa, traiciona; si no participa, deserta” 4. He aquí
el gran dilema que enfrenta al intelectual.
4
B OBBIO , “Los intelectuales y el poder”, p. 460.
5
BOBBIO , “Los intelectuales y el poder”, p. 461.
6
BOBBIO , “Sobre la presencia de la cultura y la responsabilidad de los
intelectuales”, p. 478.
7
BOBBIO , “Sobre la presencia de la cultura y la responsabilidad de los
intelectuales”, p. 479.
3
intelectual-masa hace patente el tipo de responsabilidad que él
asume: responde en primera persona. Para el intelectual, ello
supone ser conciente de las consecuencias de las propias acciones
así como de la responsabilidad política de quien pertenece al
mundo de la cultura. Esta responsabilidad supone, particularmente
en democracia, abrirse a las razones antes que a las decisiones.
8
DÍAZ , Elías, “Norberto Bobbio: la responsabilidad del intelectual”, en: Doxa.
Cuadernos de Filosofía del Derecho, Nº 28 (2005), p. 39.
9
BOBBIO , “Sobre la presencia de la cultura y la responsabilidad de los
intelectuales”, p. 483.
10
BOBBIO , “Los intelectuales y el poder”, p. 462.
4
reglamentos militares, pero no tan adentro para olvidar que los
reglamentos militares no bastan. ¡Ay de la humanidad si se rige
sólo por los reglamentos militares! El recordar que no bastan los
reglamentos militares, ¿no es acaso la tarea de los
intelectuales?” 11.
C. El intelectual mediador.
5
última posición, que Bobbio hace suya, implica el diálogo con unos
y con otros y el esfuerzo por comprender sus argumentos, siendo
capaz de extraer la razonabilidad que pueda presentar cada
parte 12.
12
DÍAZ , “Norberto Bobbio: la responsabilidad del intelectual”, p. 40.
13
B OBBIO , Norberto, “Intelectuales”, en: Enciclopedia del novecento, Istituto
dell’Enciclopedia Italiana, vol. V, 1989, pp. 798-808, recogido en Norberto
Bobbio: El filósofo y la política. Antología (comp. de Fernández Santillán, FCE,
México, 1996, 516 p.), por el que se cita, p. 437.
14
BOBBIO , “Los intelectuales y el poder”, p. 470.
6
completamente ajena al pensamiento de Bobbio. Él tiene una clara
postura frente a los problemas que caracterizan a nuestra
sociedad, y la expresa sin problemas.
15
B OBBIO , “Los intelectuales y el poder”, p. 455 ss.
16
BOBBIO , “Los intelectuales y el poder”, p. 458 ss.
17
BOBBIO , “Intelectuales”, p. 444.
7
sociocultural, tan cercano a la crítica fácil, muchas veces
infundada, tan propia de la actual sociedad de masas y que es
alimentada, a veces en forma irresponsable, por los medios de
comunicación. El espacio de la sala de clases debiera privilegiar la
duda metódica por sobre las afirmaciones livianas, la
argumentación de las razones propias por sobre los argumentos
dogmáticos de autoridad.
III.
8
de la sociedad podría no ser la familia? Me parece que no podemos
desconocer el texto, pero tampoco doblegarnos acríticamente ante
él; mal que mal, se trata de la norma de autogobierno del pueblo.
19
B OBBIO , “Los intelectuales y el poder”, p. 463.