You are on page 1of 5

“Todos los dones de Dios tienen la intención de dirigir nuestra

atención hacia Él y generar un nuevo afecto por Él”

C.J. Mahaney

CAPÍTULO 3: EXCELENCIA

Una destreza es la capacidad o facilidad de hacer algo, en


ocasiones la subestimamos tanto hasta convertirlo en ídolos, lo
que ha sucedido en los últimos años en muchas
congregaciones; pero correctamente entendida y buscada la
destreza puede marcar una diferencia entre ineficacia y
productividad al dirigir la adoración.

Piense y escriba un momento en el que sintió que fue un ministro


excelente, que bajo del altar orgulloso de lo que había
realizado y explique por qué se sintió así.

Cuando Moisés buscó a hombres que supervisaran la


construcción del tabernáculo, escogió artesanos a quienes Dios
les había dado sabiduría e inteligencia (Ex. 36:1). Cuando David
buscó un levita para dirigir el canto, escogió a Quenanías
“porque era hábil” (1Crón. 15:22). Con la guía de Dios, David
escribió alabanzas y los músicos debían hacerlo con voz de
júbilo (Sal. 33:3). La destreza le importa a Dios, siendo un ser
perfecto ha hecho y sigue haciendo todo con excelencia, por
lo tanto, la destreza debería importarnos a nosotros.

Lea 1 Crónicas 25:7 y realice una explicación del verso,


destacando su relación con la destreza.

La excelencia viene por practicar duro, hacerlo más tiempo, el


talento debe perfeccionarse, la habilidad debe cultivarse; la
destreza además de desarrollar nuestra habilidad aporta a
vencer los nervios, la falta de confianza, el sentirse estancado.
La destreza es una herramienta demasiado útil para todo
ministro de alabanza. Dios valora la destreza, la preparación, la
práctica pero Él no acepta nuestra adoración sobre esa base,
he visto durante muchos años tocar a músicos profesionales
arriba de un altar, pero no son más que eso: músicos
profesionales, lo que las iglesias necesitan, quienes deben
conformar un ministerio de alabanza son ADORADORES EN
ESPÍRITU Y EN VERDAD, hombres y mujeres salvos que no se
cansan de proclamar el evangelio, de reconocer y agradecer
la obra redentora de Jesucristo, nuestro maestro. En cada
servicio hacemos una ofrenda de adoración (1 P. 2:5)

Dios no escucha el sonido de nuestra música, escucha el sonido


de nuestros corazones.

¿Cada cuando pide usted una evaluación acerca de su función


como ministro de alabanza a su líder? Aunque tengamos años
dirigiendo un culto o tocando no podremos saber si aquello que
estamos haciendo está siendo útil o donde debo crecer,
necesitamos los ojos y oídos de aquellos que están en el barco
conmigo.

La razón de nuestra práctica no es recibir alabanza de otros,


sino glorificar a Dios. No importa si mi tiempo es limitado, como
ministro de alabanza debo estar comprometido a cada día
apartar algo de tiempo para practicar, para desarrollar la
destreza, ya sea de dirigir o tocar algún instrumento. Hacer las
cosas con excelencia es reflejo de un corazón comprometido.

Piense un momento en lo siguiente. Cuando dirige o toca ¿cuál


es su enfoque, dirigir a otros a la adoración o adorar usted a
Dios? ¿Pueden hacerse ambas cosas?

La destreza nos permite ser capaces de hacer ambas cosas, de


modo, que los asuntos de dirección, musicales y administrativos
pueden darse de forma natural ¿cómo? Mediante la práctica,
la repetición y una cuidadosa planificación. Sé que al dirigir
principalmente, podemos enfrentarnos a un colapso nervioso, a
sentir incapacidad de conducir a otros a adorar y el resultado
final es pérdida total, pues mi mente se llena de distracción y
preocupación por hacerlo bien, de manera que no ayudo a
otros a adorar ni adoro a Dios. Podemos orar y leer su Palabra
para pedir que Dios nos dé la habilidad que necesitamos para
hacer las cosas bien, pero nos está faltando algo: PRÁCTICAR.
Dios necesita ver en nosotros un esfuerzo por mejorar y ese
esfuerzo no es hacerlo una hora antes del servicio, debe
hacerse toda la semana.

LA NATURALEZA DE DIRIGIR LA ADORACIÓN REQUIERE QUE


ATENDAMOS OTRAS ÁREAS TAMBIÉN

DESTREZA MUSICAL – AUDITIVA

Teoría: Entender cómo funciona la música

La teoría es como un mapa que nos ayuda a orientarnos y


regresar al camino correcto.

Gusto: Saber qué queda bien.

Escuchamos música para adorar a Dios, podemos hacerlo


intencionalmente para analizar y detectar con exactitud lo que
los ministros están haciendo o no.

BUSQUE EN LA PLATAFORMA DE YOUTUBE ALGUNOS CULTOS


PENTECOSTALES Y DETECTE LAS TÉCNICAS, TEORÍA Y GUSTOS QUE
EMPLEA. SEPARANDO, DE ACUERDO A SU CREENCIA CUALES SÍ
DEBEN EMPLEARSE Y CUÁLES NO, AGREGUE LOS ENLACES DE LOS
VÍDEOS VISTOS O BIEN ENVIELOS AL GRUPO.

Comunicación.
Tal vez se nos traba la legua cuando queremos citar un versículo
u orar o perdemos el hilo de pensamientos cuando queremos
explicar de qué trata la siguiente canción que se entonará o tal
vez, no decimos nada y dejamos que los cantos “hagan lo
suyo”. Hablar a otros con claridad y de manera persuasiva
implica prepararse

Las divagaciones espontaneas son más genuinas que algo


preparado con anterioridad. V F

Necesitamos una comunicación clara y teológicamente


informada (en el capítulo anterior definimos lo que era teología)

Oramos para que cada ministro de alabanza se entregue a la


práctica diligente y al cuidado necesario para el liderazgo
bíblico y para que nunca sustituyamos el talento, don, habilidad
o destreza por lo que Dios realmente busca: adoración genuina
que impacte todas las áreas de nuestras vidas.

Responda lo siguiente, considerándonos como creyentes


íntegros y sinceros.

En porcentaje ¿cómo me encuentro en las siguientes áreas?

Adorador genuino (salvo y en comunión con Dios):

Ministro con destreza:

¿Cómo va a ser honrado, proclamado y exaltado el carácter de


Dios, su gloria y sus propósitos de redención en cada servicio?

¿Estoy dispuesto a pedir una evaluación de mí trabajo como


ministro y a escuchar una respuesta objetiva? ¿Por qué?

¿Cuándo comenzaré a pedirla?


¿Considera correcto pedir evaluación de lo que hacemos como
ministros de alabanza? ¿Por qué?

El propósito de la tarea donde describiríamos a un compañero


del ministerio, era analizar cuánto conocemos a nuestros
hermanos, así como darnos cuenta de que no podemos hablar
de alguien de manera profunda si no pasamos un tiempo de
calidad real, lo mismo sucede con Dios, Él desea que
conozcamos su profundidad, su carácter y el plan que tiene
para nosotros como ministros de alabanza.

You might also like