Juan Haro
LIBROS DE VENEZUELA PARA
AMERICA Y EL MUNDO
Editorial Lo Espada Rota
Coleccién La Cola del CometaJuan Haro
—_——
Luis Antonio Bigott:
Biografia
de un Educador
Editorial La Espada Rota
Coleccién La Cola del Cometa
—aeDieta: Albert Geamdin
Amtoediciin; Iursaaarvn, ag.
Numinackis: Consuelo Méndex
‘EdRetial La Espada Rota
‘Coleccida La Cola del Comets
Imprese por Griificas ELP apo
Caracas —Veeegeels. Marco de 195
BIOGRAFIA DE UN
EDUCADOR
Hubo de venirse Carlota a Cara-
cas con el tnico equipaje posible,
después de recorrer lo que segura-
‘mente ha sido cl derrotero de tan-
tas como ella, San Félix, Tucupi-
ta, Glliria. Pescado de rio y mar,
sabores dulce y salado. waraos y
culises. De Monagas y Nicolis
‘Rolando, y de toda esa amalgama
que en fin son el sury el oriente y,
mas alld, cn el Delia del gran pa-
dre Orin
Si-Su equipaje: un flaco orején y
desgarbado, su arraigo y unos co-
jones increfbles. Fundadora de
Accién Democritica en su lejano
Oriente, habria de echar masde una
vaina, alld y aqui, en la época en
que ser adeco era cuando menos,
algo digno,
Ratos buenos que uno pasa escu-
chando, sentado junto a ella la his-
toria reciente de este pafs: Ruiz
Pineda, y el Maco Escalera y Fa-
bricio.., y tantos otros que sélo re-
aparccen en esos ratos. Pura ora-
lidad como dirjan Chucho Garefa,
Rafuel Strauss y Jesés Blanco.
Claro, li dignidad y Ja serenidad
Henen un precio alto. La primera
para poder hablar de lo que sea sin
deberle nada a nadie. La segunda,
como ¢onjuro para poder con¥o-
‘caren tomo del café a los muertos
5sin que le espanten, sino, para que
te ensefien a buen vivir y a buen
morir, con afrechera mas sin re-
mordimieatos
Luis Antonio como le dice ella,
debia contar con unos quince afios
cuando llegaron a Caracas, alrede-
dor del afio 50, Nacido, segdn reza
Ja contraportada de un libro de
poesia de su autoria, en la goleta
“La Mano de Dios” en un camo del
Orinoco. Abstemio desde la vez
que le dieran una cueriza por ana
pea que agarré en Gitiria,
Pero, a pesar de eso, Orlando
Araujo y José Vicente Abreu, Lu-
dovico y Salvador Garmendia, y su
primo Luis Camilo siempre lo lla-
maron a su mesa. Aun lo hacen
aquellos que sobreviven a la amar-
gura, cambiando los deseos de
tomar el cielo por asalto por una
cirrosis, acaso porque en este te~
medal no queda otra cosa que ha-
cer salvo. beber pordesgarramien-
to.
Por eso le quieren y le respelan.
No por abstemio. Sino por haber
actuado segin lo aconsejan sus
principios, Entonces, poco ha im-
portado si bebe o no.
Luis Antonio heredé entonces la
extraiia virtud de ser recto en Ja
vida y la vena de fabulador galo-
pando entre la academia y lo Sgra-
fo, el mundo de la palabra escrita
y la galaxia migica hoy redescu-
6
bierta de la palabra hablada, plena
de contenidos y sugestiva cuando
se In cnfrenta al saber instituido y
legitimado, poniéndolosa dialogar
cual si fueran entraiables panas
Entonces, Carpentier no es mas cl
soberbio autor del Reeurso del
Método sino, nada menos su pro-
fesor de literatura, Aquiles, su
compaiero de eclda en la Scguri-
dad Nacional. Fanon, Salvador de
Ja Plaza y SimGn Rodriguez, tres
compaheros inseparables. El Ca-
balloes un carajo que una vez co-
ié en una playa de Cuba. Mon-
lilla, y José Leonardo Chirinos,
San Benito.... y de af al mito, y
de! mito a Ja fabulacién y la uto-
pia que son su conexién con el
mundo de lo real. Y, como quicra
que quien fabula comunica, proba-
blemente por eso, la imperiosa
necesidad de hacerse educador.
Su trinsito por la escucla normal
rural de El Micaro y después el
Tnstituto Pedagégico de Caracas.
De abf a la Facultad de Ciencias
de la Universidad Central, donde
no concluiria sino que se marcha-
ria ala Escuela de Educacién de
la misma universidad para obtener
el iftulo de Licenciado en Educa-
cién.
Desde suis dias de maestro, a fina-
les de la década de los afios 50,
hasta la Wegada a su universidad
‘transcurrieron dos décadas plewus
7de acontecimientos que signarian
_SU exislench
La Resistencia a Pérez Jiménez
con su militancia en su organisma:
de base de la juventud de Accién
Demoeritica. Ala caida de la dic-
tadura, su trinsito al Partido Co-
munista para iniciar la lucha por
la liberacién Nacional y el Socia-
lismo. Su transformacién en din-
gente estudiantil que Io Neva a fun-
dar la Asociacién de Estudiantes
de la Escuela de Educacién, siea-
do su primer presidente, Antes ha-
bia sido presidente del Centro de
Estudiantes de la Facultad de
Ciencias.
Acontecimientos todos que van
combinados con una especial pa-
si6n por el estudio; no solamente
de Ja literatura que todo comunis-
ta, a su vez estudiante de una ca-
trera Universitaria debfa por obli-
gacién emprendes, También co-
mienzan a aparecer libros que,
imagino, scrian cn aquel momen-
to a los ojos de algunos poco me-
mos que vainas raras.
Sin temor a equivocarme, creo que
Bigott fue uno de los primeros
educadores formados al calor de
las luchas de los tormentosos afios
sesenta que leyda Enrique Bemar-
do Ndfiez, Mario Bricefio Irrago-
try, Simén Rodriguez y Frantz Fa-
non quizd buscando claves de
comprensién enraizadas cn la vena
antropoldgica de nuestros pucblos,
8
Sus lecturas de historia de Vene-
quela, hechas en la pluma de Sal-
vador de la Plaza le servfan para
despojarse de Io que probablemen-
te comenzaba a intuir, al igual que
todos los crfticos del marxismo
ortodoxo, como las deficiencias
conceptuales y metodolégicas de
los exponentes de la Revolucion
Socialista en Venezuela,
Jamds le sbandoné la conviccidn
de la justeza ética y de lo correcto
de los planteamientos de hombres
como Fidel y el Che Guevara,
Habida cuenta que la experiencia
cubana hallaba su asidero ca ¢l
pensamiento de Martf De alli su
pasiém por la comprensidn de lo
latinoamericano, desafiando a al-
gunos esclerozados militantes de
la izquierda y, mucho mas, a la
brutalidad, estupidez y esquema-
tismo torpe del pensamicnto nor-
\eamericano y norleamericaniza-
do.
La Renovacién Universitaria con-
vertiria lo que probablemente ha-
yan sido las cuitas de Luis Anto-
nio en certeza definitiva. No so-
lamente que se criticara los méto-
dos y contenidos de la ensefianza,
6 que se dicra al traste con una
manera de entender la formacién
de nuestros profesionales. Fue
principalmente el descubrir cudin
alejados podian estar, por muy sa-
nas que fucran las intenciones que
los animaran, aquellos singulares
9
nlhombres y mujeres de ejercer el
derecho a transformar Ja realidad.
Mezcla de culillo, deficiencias en
Ia interpretacién de la realidad en
algunos, En otros, descos incon-
trolables por abandonar una forma
de vida a todas luces incompati-
ble con lo que preludiaba la Gran
Venezuela del petrdleo y la prome-
sa del billete facil.
Entonces habla que mirar la pro-
testa, ain y principalmente la de
los estudiantes y profesores uni-
versitarios politizados, mas no en
él sentido clasico del término.
Sino, mis bien en el sentido de
haberse arrechado con los balur-
dos que no enseflaban un cofio, De
Jas aulas donde se iba a dormitar
Ja conciencia. En otras palabras,
habia un peo de descomunales pro-
porciones en las calles y en las
Montafias, pero eso no se refleja-
ba ni siquicra timidamente en Jos
contenidos programiticos y en
aquella fauna de profesores que el
macstro Humberto Cuenca defi-
nierd alguna vez como torpes abu-
tardas.
Ello conducirfaa Luis a revisar un
montén de cosas. No se habla equi-
vocado al leer a los pensadores
que examinaban a la histona y la
cultura, la de Latinoamérica. Pero,
Precisaba encontrar o, mds bien
Teenmcontrarse, con el reverso de la
moneda.
Su expulsién de la UCV, por parte
del gobierno del Doctor Caldera
después de la intervencidn, allana-
miento y cierre de la misma, junto
a hombres de muchos cojones
también que prefirieron ese hono-
rable camino, lo llevé a Mérida,
En la sierra iniciaré una etapa in-
teresante desu vida. Herman Bau-
lista, profesor de Metodologia de
Ja Investigacion, le babia brinda-
do su experiencia y conocimientos.
Los mismos que habria de probar
en las comunidades campesinas
andinas, en la zona sur del Lago
de Maracaibo, en los caminos ver-
des con los superexplotados bra-
ceros colombianas.
Esa pasién por estudiar comunida-
des lo conduciria a incursionar en
el estudio y traslacién de metdédi-
cas de investigacién de tan parti-
cular campo objetal al terreno pro-
piamente cducativo escolar. Mas
también produjo otra reflexion:
que n0 cra otra que Ja conclusién
segtn la cual si en una comunidad
el estudio de una microestructura
educativa ( léase plantel escolar )
venfa acompaiiada de la cotidiani-
dad de los nifios y adultos, de sus
ctiludes y creencias frente a la
escuela; tal cOmulo deinformacién
daba cuenta de la existencia de
determinantes materializados en
los procesos de la cultura, y que,
si bien tenfan una expresin visua-
lizada s6lo en esa parcela de lo real
Ilsocial que era la comunidad, de-
bfan existir procesos envolventes
mayores que los contenfan y con-
dicionaban.
Fl aiio 1976. vio a la luz un libro
titulado EL EDUCADOR
NEOCOLONIZADO, Era una
respuesta ala angustiante necesi-
dad de denunciar ¢f tremebundo
mojén de Ia preterida labor apos-
tolar de los cducadores. No era
cierto definitivamente el educador
no era mAs que un ser condiciona-
do por los procesos de dominacién
cultural ejercidos desde los centros
hegeménicos del capitalismo
‘Todo eso acompafiado de una efi-
cay distorsién de nuestra historia
cuando no de su olvido, y comple-
mentado con una especie de pseu-
donacionalismo que definfa sibi-
linamente como doctrinas exsticas
y ajemas a nuestra idiosincracia
como pueblo el pensamiento mar-
tiano, de contenido profundamen-
te bolivariano, sintetizado en la
frase: NUESTRO VINO DE
PLATANO, Y SISALE AGRIO
ES NUESTRO VINO.
Bigot babria de avanzar en el sen-
tido de dar sustento metédico a sus
reflexiones. Develado el mecanis+
mo de dominacién hubo de acudir
al estudio. de los modelos de sis-
temas educacionales presentes en
la escena latinoamericana. Para
ello recurrirfa a la comparacién
on situaciones similares: Africa,
2
fundamentalmente. Existfan dema-
siadas razones para establecer
Hexos entre una y otra situacién
colonial y/ o neocolonial.
Todo ello iba acompaiiado de lec-
turas y contactos intensos con
mexicanos y colombianos, perua-
nos, nicaragtienses, chilenos y cu-
banos. La investigacién partici-
pante y la historia oral lo contac-
tarian con lo mas avanzado del
pensamiento educative latinoame-
nicano. Alli,en las experiencias de
educacién popular existia una veta
que precisaba ser explorada, Una
brecha a la esperanza del educa-
dor nuevo en su. acepcién gueva-
Fista que se gestaba en esas expe-
Fiencias,
Alf Primera y Sekou Touré, cada
quien en su espacio geogrifico y
circunstancia individual comenza-
ban a andar un camino que Bigot
eo el terreno educativo recogeria
en una frase que sirvid de epigra-
fe en el libro que mencionamos If-
neas atrds, la cual se referfa a la
cultura popular como: el antidote
para evitar que la avalancha
neocolonialista nos partiera el
alma.
Esa ha sido una de las ensefianzas
mas importantes que muestra Bi-
gott hey a nosotros los educado-
tes de nuestro pats; aquella que
postula la importancia de dialogar
con la multiplicidad de saberes que
concurren en el escenario social.
BPor eso denunciarfa las deficien-
eias tedricas presentes en la con-
fusién existente entre los concep-
tos de sistema csoolar y sistema
educativo,
La otra, dé tremenda importancia,
la sinteliza en una frase que reza:
La tinica moral y meta posible
del educador y donde no puede
existir recurso alguno interpues-
to es aquella referida a la urgen-
te necesidad de devolver a la co-
munidad educacional, a su mun-
do social, una respuesta peda-
gégica —en sus dimensiones se-
mantica, sintictica y pragmiti-
ca, nueva, personal, distinta en
todo caso a la que existia y reei-
bié en ella en el momento en que
inicié su trabajo como educador.
Mis de una vez sus detractores,
con muy mala leche, han dicho que
sus experiencias de trabajo’han ido
acompafiadas de un fuerte compo-
nente utépico. Nada mas cierto,
como también nada tam correcto
como eso. Sino se dibuja la uto-
pla como norte a nuestro trabajo,
‘entonces para qué cofo estamos
aqui,
Que si eso no es realizable, que
para qué todo esa reflexién si, al
fin y al cabo, lo que fundé Luis en
los Estudios Universitarios Super-
visados fueron tres centros regio-
nales y una coordinacidn donde
hasta los empleados tenfan voz y
voto. Habladurias de cagatintas
14
para quienes Luis siempre respon-
did con trabajo y nuevas propues-
tas.
‘Su aporte tedrico y lo innovador
de las propucstas de trabajo que ha
emprendido, aderezadas con un
componente profundamente demo-
enitico y de un clima de trabajo de
absoluta libertad, han sido reeono-
cidas en su_pafs pero, fundamen-
talmente, allende las fronteras de
Venezuela. Efectivamente, Luis
Antonio fue factor de importancia
en el proceso de. transformacién
del sistema escolar nicaragtiense
iniciado con la revolucién sandi-
nista, Alf encontrarfa nuevos ele-
mentos que outrirfan su comcep-
cidn acerca del educador y, proba-
blemente reconocié el fendmeno
de araigo latinoamericano en el
cual la cultura popular se encon-
traba con el marxismo y el cristia-
nismo produciendo esa excepcio-
nal y desafortunadamente malo-
grada experiencia que fue la revo-
lucidén nicaragtiense.
Probablemente esa experiencia le
haya servido para reforzar su con-
cepcién acerca de la necesidad del
encuentro de culturas, de escena-
fios institucionales y espacios
geoculturales concretos. Los cuba-
nos aportarian Jo suyo al promo-
ver una polftica cultural que ten-
dia a profundizar esa dimensién
enriquecedora del trabajo cultural
Y¥ que, analizada on la perspectiva
15de treinta afios de revolucidn so-
‘cialista en la isla arrojaba un com-
plejo de instituciones culturales
donde tenfan cabida inclusive los
cabildos africanos originados en la
colonia. Y Luis, siempre atento, no
desoyé tan formidable postulaciGn
préctica.
El Congreso de Pedagogia 90 ce-
lebrado en la Habana en febrero de
1990, en plena erisis del socialis-
MO curopeo y sovittico, colocé a
Bigott en una nueva responsabili-
dad que no es mas que la conelu-
sién natural de quien ha bregado
por comunicar a la América Lati-
na. En la actualidad preside la Aso-
eiacién de Edueadores de Lati-
noamérica y ¢l Caribe. Cargoque
asumido en las postrimerfas de su
carrera como profesor universita-
rio ¥ cn un contexto nada facil para
nosotros los latinoamericanos con-
denados por los errores de unos y
los apetitos de nuestros pésimos
vecinos a ser la hex de la tierra
como dijera alguna vez Oswaldo.
No abandona a Luis ta imposter-
gable necesidad de construir nue-
Vos caminos a la esperanza, como
tampoco la tozudez por defender
la utopfa rediviva en nuestra pro-
pias narices, amenazada pero afor-
tunadamente atin viva y con mu-
cho gudramo,
Combina en la actualidad su labor
docente a la cual se entregé por
16
entero después de ejercer durante
tres aflos la Coordinacidn Acadé-
mica de la Facultad de Humanida-
des y Educacién de la Universidad
‘Central de Venezuela, con sus la-
bores de investigacién las cuales
3¢ mucven perpendicularmente
entre su tarea de planificador de
nicleos universitarios ¢n cl inte-
ior de Venezuela; la investigacién
histérica en educacién, evidencia-
da en un trabajo préximo a ser
publicado por la Academia Nacio-
nal de la Historia titulado: EDU-
‘CACION, CIENCIA Y POSITI-
VISMO EN EL SIGLO XIX
VENEZOLANO; ademas cnsaya
historia de la educacién regional cn
el Territorio Federal Amazonas con
una investigacién sobre la consti-
tucidn del sistema escolaren el si-
glo XX.
No abandona la responsabilidad
con el movimiento cultural dictan-
do cursos y conferencias a lo lar-
go y ancho de todo el pafs sobre
educacién popular, investigacién-
participacién-accién,
Asesora a grupos culturales y de
educadores en proyectos concre-
tos, Su preocupacién en este sen-
tide la ha transformado en un li-
bro préximo a ser publicado por
“La Espada Rota” justamente so-
bre cl tema de investigacién-ac-
cién-participante. Todo ello inseri-
to dentro de la perspectiva de la
formacién de cuadres, preocupa-
7
eee eTci6n que no le ha abandonado nun-
ca, y por la que ha cobrado mas de
una ver sin que él hubiere pasado
factura de ninguna especie, a no
ser la de exigir originalidad, tra-
bajo ¥ menos manganzoneria,
Podrfamos mencionar un sinniime-
To de libros no publicados referi-
dos a temas como a revolucién
nicaragtiense, la renovacién uni.
versitaria, ¢l movimiento estudian-
til, en los cuales no obstante la di-
versidad tematica podemos encon-
trar el hilo condactor de un edu-
cador que cn esta condicidn se
sabe trabajador de la cultura y que
combina lo que ha sido historia
personal con los eventos que le ha
correspondido vivir, estudiar ¢ his-
‘toriar.
Ha logrado elevar la oralidad a la
categoria de discurso académico,
ain cuando muchos trasnochados
Se ni¢guen a reconocerlo. como
también ha intentado elaborar un
discurso desde lo académico que
8€ caracterice por su dialogicidad
con los otros saberes de los cuales
ha tomado conciencia. Eso, a su
vez, lo retrotraca la historia, la que
no se ha escrito, lo que algunos
consideran interesadamente sin
importancia quizi porque fueran
actores indignos de ese acontecer.
Por eso, su discurso es redonda-
mente. coherente, Por eso, Fabri-
cio Ojeda igualable a Montilla,
Olimpfades Pulgar, Portillo de Ja
18
Luz, Leopoldo Torres Abandero o
el Chano Pozo o, las tres mil qui-
» mitntas fichas de compaiieros des-
aparecidos que en el archivo de
Luis reposan esperando su eréni-
ca. De ellos, los verdaderos hace-
dores de la historia, se ha servido
mis de un hijo de puta-buen ciu-
dadano para hablar, arrellenado en
su asiento acerca de su propia y
chimba actuacidn en la historia,
Lo que de él se espera, cosa que
no parece dificil, por cuanto es
sumamente jodido cambiar a los
cincuenla y pico de afios es que
siga echindole bolas y con Ia es-
Peranza siempre puesta en el futu-
fo, que para €] se traduce en una
fe casi ciega cn las nucvas genc-
raciones, con ideas nuewas. No
obstante, creo que mds de un lec-
tor espera en esta nueva hora de
América Latina, y entre tantas
‘olras cosas, una nueva y orenta-
dora versién de su libro fundamen-
tal: EL EDUCADOR NEOCO-
LONIZADO, .
Los Teques, mayo de 1991.