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 Derecho Civil IX(Sucesiones)

 Tema: El Concubinato en el derecho sucesorio

 Alumno:

-Alata Ynga Alonso Miguel.

 Profesor:

-Bravo Melgar, Sidney Alex.

 Ciclo: Decimo Aula: 305

Año 2019
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Introducción:
Hoy en día En esta oportunidad se dará a conocer en su totalidad a todo lo relacionado al
concubinato, el cual es conocida una figura que contrario a lo que podemos ver en el
matrimonio no requiere de un vínculo legal, nuestro código civil a si mismo cuenta con
artículos que ayudan a entender mucho mejor todos los elementos que posee el
concubinato y como la importancia de este a repercutido en la vida de nosotros los
ciudadanos así como al Perú entero al como ya mencionarse propagarse y tener un amplio
reconocimiento legislativo ,a tal punto de que incluso se dedicaron recientemente
decretos que ayudan a entender más y ampliar nuestra concepción de lo que es el
concubinato.

Objetivos
Objetivo General: La intención de este trabajo es la de establecer la noción general de
que entendemos por Concubinato también conocido como unión de hecho, el cómo este
funciona y el cómo desarrolla un papel muy importante en la sociedad tanto por la
manera en que las familias se establecen gracias a él y el cómo afecta al derecho sucesorio
siendo una figura “distinta” al matrimonio, así como poder informarnos mejor de sus
orígenes y la importancia que tiene hoy en día.

Objetivo Específicos:

1) Dar a entender el origen histórico del concubinato en el Perú, así como la presencia de
este en nuestras vidas analizando que tanto ha evolucionado esta figura con el pasar de
los años.

2) En esta oportunidad, también se dará a conocer en su totalidad a todo lo relacionado al


concubinato en la actualidad, así como las funciones que este cumple y el valor que tiene
actualmente en el código civil.

3) El poner en manifiesto como nuestro código civil cuenta con artículos que ayudan a
entender mucho mejor todos los elementos que posee el concubinato

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Marco Teórico
El Concubinato

1)Definición: Es un término que procede del latín concubinatus y que refiere a la relación
marital que mantiene una pareja sin estar casada. A los integrantes de estas parejas se les
conoce como concubinos aunque, en ciertas culturas, la concubina era una mujer de
menor posición social que el hombre en una relación del tipo matrimonial.

El concepto de concubinato se remonta a la Antigua Roma y a tiempos bíblicos. Por lo


general, el concubinato era voluntario (ya sea por un acuerdo entre el hombre y la mujer
o entre el hombre y la familia de la mujer) ya que se consideraba que esta relación
aportaba seguridad económica a la mujer. Existía, de todas maneras, el concubinato servil
que suponía la esclavitud sexual de la mujer.

Tanto en el imperio Romano como en la antigua China, el concubinato tenía un estatus


muy inferior al matrimonio. Eso quiere decir que un hombre podía tener una esposa y una
concubina de manera simultánea. Las leyes occidentales, en cambio, sólo admitían el
matrimonio monógamo y dejaban a la concubina fuera de cualquier protección legal.

Hoy en día el concubinato se asocia a una pareja de hecho que convive de forma estable y
que mantiene una relación análoga a la matrimonial o conyugal. Por eso, muchos Estados
han incluido a estas parejas dentro de un marco legal para evitar el desamparo de alguno
de sus miembros en caso de enfermedad o muerte.

El concubinato acarrea una serie de compromisos que a menudo se pasan por alto, ya que
su sentido va mucho más allá de acortar las distancias. Las relaciones de pareja suelen
comenzar por una etapa de enamoramiento que se opone a un análisis minucioso de los
rasgos de la otra persona; este nivel de objetividad suele darse pasado un tiempo de
convivencia, y es a través de esta experiencia cercana que los lazos se ponen a prueba, lo
cual puede resultar en que se vuelvan más fuertes o que se destruyan a causa de un pobre
sustento.

En la doctrina se ha distinguido dos tipos de uniones de hecho o concubinatos: la propia y


la impropia.

Concubinato Propio: se entiendo por concubinato propio a la unión voluntaria entre un


hombre y una mujer, libres de impedimento matrimonial, para alcanzar los fines y cumplir
los deberes semejantes a los del matrimonio, de conformidad con lo establecido en el
primer párrafo del artículo 326 del Código Civil.

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Concubinato Impropio: mientras que por concubinato impropio debemos entender a
aquellas uniones de hecho que se dan sin cumplir con lo señalado anteriormente, es decir,
que uno de los concubinos o ambos estén casados, que los concubinos sean del mismo
sexo, o que ambos o uno de ellos tenga algún impedimento matrimonial.

En ambos casos, la legislación peruana ha regulado un tratamiento distinto. Así, en el caso


del concubinato propio, cuando dicha unión haya durado un periodo de 2 años continuos,
se originará una sociedad de bienes sujeta al Régimen de Sociedad de Gananciales;
situación que no ocurre con el concubinato impropio.

Por otra parte, cuando el concubinato propio termine ya sea por muerte, ausencia
(cuando uno de los concubinos lleve más de 2 años desaparecido), mutuo acuerdo
(cuando ambos concubinos están de acuerdo en terminar el concubinato) o por decisión
unilateral (cuando uno de los concubinos abandona al otro), se liquidará la comunidad de
bienes, en caso de que ésta exista.

De darse el último supuesto mencionado en el párrafo anterior, el ex concubino


abandonado, además de los derechos que le correspondan de la liquidación de la sociedad
de bienes, tendrá derecho a solicitar a su ex concubino, ante el Juez competente, el pago
de una indemnización o de una pensión de alimentos.

En cambio, en el caso del concubinato impropio, cuando esta unión termine, no se


generará ningún tipo de derecho a favor de los ex concubinos, ninguno de ellos podrá
solicitarse indemnización o pensión alimenticia. Por lo que la única acción que puede
ejercer el interesado, en contra de su ex concubino que se enriqueció o benefició
económicamente a expensas de él, es la del enriquecimiento indebido.

Cuando hablamos de la figura del concubinato en el Perú nos referimos a una figura que,
si bien en sus inicios no tuvo la respectiva representación e nuestro sistema, sin embargo
en la actualidad al estar mayor arraigado y generalizado entre las parejas jóvenes.

Orígenes del concubinato en el Perú:

Como antecedente mencionamos que, en un inicio, las uniones de hecho fueron vistas
como un problema para el matrimonio debidamente constituido (figura la cual tiene el
mismo fin mediante el uso de un vínculo legal) y se consideró que no merecían la tutela
del legislador. Este fue también el caso en el Perú, durante la mayor parte del siglo XX en
que apenas se destinó unas pocas normas a proteger a la conviviente cuando fallecía su
marido.

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Las leyes Numero 8439 de 20 de agosto de 1936 es decir contemporánea a la del código
civil, y número 8569 de 27 de agosto de 1937, aunque sin nombrar expresamente el caso
de la concubina, resulta comprendiéndola con referencia a la compensación por tiempo
de servicios en caso de fallecimiento del trabajador y más recientemente se hace explicito
el reconocimiento del fenómeno concubinato, primero en el Decreto Legislativo número
177716, de 24 de Julio de 1969, sobre reforma agraria, al tratar de la caducidad del
contrato de compra venta, por fallecimiento del campesino sin haber cancelado el precio;
Y después en el Decreto Legislativo número 205098 del 30 de abril de 1974, sobre
empresas de propiedad social al regular la transferencia de certificados del retiro al
fallecimiento del trabajador(cornejo, 1998 pag 79).

En ausencia de suficientes normas que protejan a la mujer, nuestra jurisprudencia busco


alternativas de tutela, luego de la ruptura de la convivencia. Expresa Cornejo que en
algunos casos esta resolvía la asignación de bienes por mitades con posterioridad al
abandono, mientras que en otros requería pruebas de aportes para asignar proporciones
en la distribución de bienes posteriores a la ruptura (1998). Estos fallos fueron un
precedente para que nuestra Constitución de 1979 regule una forma de protección
patrimonial para las uniones estables.

Nuestro texto fundamental de 1979 fue el primero de nuestra historia en proteger las
uniones de hecho, de pareja a través de las sociedades de bienes.

Art 9.- La unión estable de un varón y una mujer, libres de impedimento matrimonial
que forman un hogar de hecho por el tiempo y en las condiciones que señala la ley da
lugar a una sociedad de bienes que se sujeta al régimen de la sociedad de gananciales en
cuanto es aplicable (constitución de 1979).

En aquel entonces se pensó que se debía favorecer la protección del matrimonio por cual
solo se brindó una protección patrimonial a estas uniones. Expresa Vega que cornejo
chavez expuso en los debates de la comisión principal de constitución de la asamblea
constituyente que no se pretendía crear un matrimonio de segundo grado, por lo cual
debía debatirse únicamente los ejemplos patrimoniales, mas no los personales (2010).

El código civil de 1984 finalmente desarrollo las características de las uniones de hecho en
su artículo 326:

“La unión de hecho, voluntariamente realizada mantenida por un varón y una mujer,
libres de impedimento matrimonial, para alcanzar finalidades y cumplir deberes
semejantes a los del matrimonio, originan a una sociedad de bienes que se sujeta al
régimen de sociedad de gananciales, en cuanto le fuere aplicable siempre que dicha unión
haya durado por lo menos 2 años continuos”

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La posesión constante ha estado a partir de la fecha aproximada puede probarse con
cualquiera de los medios admitidos por la ley procesal, siempre que exista un principio de
prueba escrita.

La unión de hecho termina por muerte, ausencia, mutuo acuerdo o decisión unilateral en
este último caso el juez puede conceder, a elección del abandonado, una cantidad de
dinero por concepto de indemnización o una pensión de alimentos además de los
derechos que le correspondan de conformidad con el régimen de sociedad de gananciales.
Tratándose de una unión de hecho que no reúna las condiciones señaladas en este título,
el interesado tiene expedita en su caso la acción de enriquecimiento indebido (art 326,
código civil de 1984). Posteriormente entro en vigencia la constitución de 1993 con un
texto muy similar al de la constitución anterior.

La unión estable de un varón y una mujer libre de impedimento matrimonial, que


forman un hogar de hecho da lugar a una comunidad de bienes sujeta al régimen de la
sociedad de gananciales en cuanto sea aplicable (artículo 5, constitución 1993).

Pese a su similitud con el texto constitucional precedente las diferencias entre una y otra
constitución fueron sustanciales pues la primera únicamente busco ofrecer una protección
patrimonial mientras la segunda reconoció que estas constituyen familias que deben
recibir también una protección personal.

De lo mencionado por una constitución a otra, se aprecian 2 grandes cambios:

A) Mientras que en la constitución de 1979 matrimonio y familia aparecen vinculados en


la constitución de 1993, están desvinculados. En la primera es claro que la familia que se
protege es la de origen matrimonial. En la segunda la familia que se protege es
principalmente aquella que nace de un matrimonio, aunque no sea la única fuente.

B) Mientras que, en la constitución de 1979, la unión de hecho no es fuente generadora


de una familia, en la constitución de 1973 si lo es. En la primera, es claro que la unión de
hecho es productora de puros efectos patrimoniales, desde que ella no nacía una familia.
En la segunda, por el contrario, la unión de hecho es productora de efecto tanto
personales como patrimoniales, desde que ella nace una familia (Placido, 2013, página
89).

Su mejor uso e implementación de leyes en nuestro código civil, provoco ciertamente un


debilitamiento en la figura matrimonial a tal punto de que hoy en día, es mucho más
común ver la figura del concubinato a la del matrimonio en nuestro País. Esto debido a
que el matrimonio con su carácter de permanencia y estabilidad llevo a que, por siglos
desde su inicio hasta su aceptación como negocio jurídico, sea considerado un acto

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indisoluble. Solo la muerte acababa con el vínculo matrimonial. Se disolvía por deceso del
cónyuge mostrando su naturaleza natural más que legal, mostrando así que la figura tenía
como fin ser eterna, cuyos efectos repercutan tanto para ellos como para sus hijos.

Es con el devenir de los tiempos y la liberación de su institucionalidad en que se comienza


a pensar en admitir su decaimiento antes que su disolución. Surge la figura de la
separación de cuerpos, en la que se debilitaba la relación conyugal sin acabarla; el
matrimonio persiste, pero no por su fuerza ni trascendencia primigenia: la sociedad de
gananciales y la co-habitacion entre los cónyuges se extinguen; sin embargo, ellos
continúan siendo tales para cuales, marido y mujer, con todo el resto de relaciones
jurídico-matrimoniales diligentes.

Esto nos da un panorama mejor establecido acerca del por qué el concubinato(unión de
hecho) se volvió mas importante, sin embargo y adecuando la informacion que nos lleva a
este tema, ambas figuras comparten un mismo fin, que es la formación de los niños
nacidos en el vínculo ya sea matrimonial o en el de la unión de hecho y el cómo estos
obtienen la herencia, calidad de herederos y cuando esta se hace efectiva, como se verá a
continuación.

La Herencia como el Derecho Fundamental de la Persona

Definición: La Herencia “Llamada masa hereditaria total, acervo bruto, común o ilíquido.
Está constituida por el conjunto de bienes y obligaciones de las que el causante es titular
al momento de su fallecimiento, incluyendo todo lo que el difunto tiene, o sea, el activo; y
todo lo que debe, o sea, el pasivo.”(Ferrero, 2012, pág.127).

La idea o el concepto de la herencia va vinculado al significado de lo que es el dominio o la


propiedad misma y a la de la noción del patrimonio, y remontarse a sus orígenes pasa por
la experiencia mística de la Fe religiosa, conforme a lo prescrito en el Capítulo 9 del
Génesis, en sus versículos 1 al 3; hasta una no menos interesante concepción mítica de la
Edad de Oro de la filosofía griega.

Definitivamente no habría herencia si no existiera la propiedad privada, lo que nos lleva a


aseverar que la herencia tiene como contenido típico o exclusivo y además como
presupuesto ineludible la propiedad de las cosas, pues además es el patrimonio de la
persona humana lo que se transfiere con la herencia. Y esto nos lleva también a decir que
la herencia viene a ser la consecuencia natural de la propiedad, y decimos consecuencia
natural porque la muerte es el destino inexorable de todo ser viviente, y la herencia está
estrechamente vinculada a la muerte de la persona humana. Puedo asegurar que no hay

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Estado o Nación que desconozca la propiedad privada más allá de los matices y del mayor
o menor grado de permisibilidad en el ejercicio de los atributos de la misma,
específicamente nos referimos al ius utendi, ius fruendi, ius vindicandi, ius abutendi, ius
enajenandi, los que muchas veces van de la mano con postulados filosóficos o de matices
socio políticos que determinan su amplitud o restricción, por eso hoy en día queda solo
como referente histórico ese dominio o señorío absoluto que implicaba la propiedad de
las cosas en el antiguo Derecho Romano.

Lo cierto del caso es que pareciera ser que la propiedad privada sobre las cosas corre en
paralelo con la Historia de la humanidad misma, vale decir, que el ser dueño de algo o de
mucho es ínsito a la naturaleza misma del ser humano, y de ahí que el concepto de
patrimonio lato sensu consista en ser un atributo de la persona, es decir, algo inherente,
ínsito e intrínseco al ser humano.

En consecuencia, con lo anterior, se puede colegir que puede existir la propiedad sin el
derecho a la herencia, pero que no puede existir el derecho a la herencia sin la propiedad
como base o sustento pre existente que además le sirve de contenido.

Es interesante descollar como el artículo 2° inciso 16° de nuestra vigente Constitución


Política del Estado considera como un Derecho Fundamental de la Persona a la Propiedad
y a la Herencia, frase con la que por cierto comulgamos en parte y en otra disentimos. No
obstante, conforme lo indica García Toma (1998), lo referido al tema hereditario recién
aparece con la Constitución de 1979. (p. 103)

En efecto, si consideramos que todo Derecho Fundamental de la Persona se denomina así


precisamente porque la existencia del ser humano es inconcebible sin la titularidad y
eventual ejercicio posterior del mismo, y que en el peor de los casos estos derechos
fundamentales le pertenecen a la persona solo por el hecho de ser persona y nada más,
independientemente de cualquier otra característica del sujeto (religión, idioma, sexo,
nacionalidad, raza, etc.); podemos entender que la propiedad de las cosas o ser
propietario o dueño si resulta fundamental en la medida en que el patrimonio como
atributo de la persona se nutre y circunscribe en gran medida con el llamado derecho real
por excelencia: a saber, la propiedad.

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Herencia en el concubinato:

El concubinato al ser aceptado como un hecho social caracterizado por la unión,


convivencia y trato sexual entre un varón y una mujer, con capacidad legal para contraer
matrimonio. En los Códigos Civiles anteriores al vigente con anterioridad a la reforma del
25 de mayo del año dos mil, no se reconocía el derecho de la concubina o el concubinario
para heredar al causante, y tampoco tenía derecho a pedir alimentos en los casos de
transmisión de bienes por testamento.

Como recordamos el Código Civil de 1979 ya establece ese derecho, que se encuentra
plasmado en el artículo 1635 y que regula el derecho a heredar de la concubina y el
concubinario con arreglo a las disposiciones aplicables para el cónyuge, siempre y cuando
la concubina y el concubinario hayan vivido juntos como si fueran marido y mujer durante
los cinco años que precedieron inmediatamente a la muerte del causante o cuando hayan
tenido hijos en común, y hayan permanecido libres de matrimonio. Conforme a ese
precepto, se trata de dos hipótesis para que una persona pueda ser considerada
concubina o concubinario y tenga derecho a heredar, la primera se da cuando los
concubinarios han vivido juntos haciendo vida marital durante los cinco años que
precedieron inmediatamente a la muerte de uno de ellos; la segunda se refiere al
supuesto en que se hayan procreado uno o más hijos entre los concubinarios. Esta última
hipótesis no exime del primer elemento, o sea, la convivencia entre los padres, como si
fueran cónyuges, ya que el simple nacimiento de un hijo no da lugar a presumir la
existencia del concubinato, pues el hijo pudo ser producto de una relación transitoria, lo
que no da lugar a que se produzcan las consecuencias jurídicas que establece el citado
artículo 1635; y lo único que este precepto implica, al señalar la segunda hipótesis, cuando
haya habido hijos, es que en ese caso no es exigible que se cumpla cabalmente el término
de cinco años de convivencia marital, pues basta con un lapso menor, con la condición de
que se demuestre objetivamente ese propósito de formar una unión más o menos
estable, permanente, y su subsistencia inmediatamente anterior a la muerte del
concubinario.

Esa disposición legal responde a una realidad social, conforme a la cual se considera justo
que la concubina o el concubinario que hacía vida marital con el autor de la herencia al
morir éste, y que tiene hijos de él o vivió en su compañía los últimos cinco años que
precedieron a su muerte, tenga una participación en la herencia legítima, pues en la
mayoría de los casos, cuando se reúnen las expresadas circunstancias, la concubina o
concubinario es el verdadero compañero de la vida y ha contribuido a la formación de los
bienes. Sin embargo, el derecho de la concubina o concubinario tiene lugar siempre que
no haya cónyuge supérstite. Luego, para que tenga derecho a heredar, la concubina y el
concubinario deben haber permanecido libres de matrimonio porque el cónyuge los
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excluye.

Ley Numero N° 30007:

La Ley N° 30007.- Ley que modifica los artículos 326, 724, 816 y 2030 del Código Civil, el
inciso 4 del artículo 425 y el artículo 831 del Código Procesal Civil y los artículos 35, 38 y el
inciso 4 del artículo 39 de la Ley 26662, a fin de reconocer derechos sucesorios entre los
miembros de Uniones de Hecho. El Peruano 17 de abril del 2013.

Más de cinco millones de convivientes accedieron a derecho a la herencia desde esa


fecha.

Esta Ley promueve que los convivientes se presenten ante un notario para registrar su
situación ante SUNARP y así asegurar su derecho a la herencia.

Las personas que se encuentren en condición de convivientes tendrán derecho, en


adelante, a heredar los bienes de su pareja en caso esta falleciera, tal como dispone la Ley
30007, por la cual se modifica algunos artículos del Código Civil.

La norma, publicada en el Diario Oficial El Peruano, tuvo su origen de una iniciativa


legislativa del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos para garantizar, bajo una óptica
de inclusión social, los derechos de una importante porción de la ciudadanía que no ha
formalizado su unión mediante un matrimonio civil.

“Dicha situación era injusta en el ordenamiento jurídico nacional, dado que desprotegía a
los convivientes, más aún cuando las uniones de hecho cumplen un rol social muy similar
al del matrimonio, es decir, generan vínculos afectivos, filiales y bienes comunes en
beneficio de la familia”.

La Ley 30007 elimina esta diferencia y promueve que los convivientes se presenten ante
un notario para registrar su situación ante la Superintendencia Nacional de Registros
Públicos (SUNARP) y así asegurar su derecho a la herencia.

Aquellos que no realicen dicho trámite podrán iniciar un juicio para que el Poder Judicial
les reconozca como convivientes y, así, convertirse en beneficiarios.

De acuerdo con el censo de 2007, en el Perú existen más de 5 millones 124 mil personas
en condición de convivientes, frente a los casi seis millones de casados. En la actualidad se
encuentran inscritas 2,513 uniones de hecho en la SUNARP.

Como se puede apreciar, gracias al avance en nuestro sistema legislativo, con la ayuda de
la Sunarp la figura el concubinato ha crecido tanto, una buena parte de la población en

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Lima y el resto del País salió beneficiada y el derecho a la herencia de los(as) convivientes
ahora pueden estar completamente protegidos frente a circunstancias que podrían
vulnerar el derecho de estos, demostrando que la transición aunque amplia si rindió sus
respectivos frutos.

Problemas presentes en la Herencia a favor de los Concubinos:

Como se ha mencionado hoy en día la sucesión hereditaria en nuestra legislación se ha


visto ampliada en cuanto a los herederos forzosos –éstos llamados así por cuanto el
causante en vida no puede apartarlos de su herencia en el momento de otorgar su
testamento, y por ende para dicho testador resultan siendo forzosos-; al incluirse en
virtud de la Ley N° 30007, como uno más de los herederos forzosos al conviviente o
integrante sobreviviente de una unión de hecho, con lo cual, prácticamente desaparece
toda diferencia entre los efectos o consecuencias de un matrimonio disuelto por viudez y
una desvinculación de la convivencia por muerte de uno de los integrantes de la unión de
hecho; cuestión que consideramos lesiva para aquellos convivientes que conformando
una pareja decidieron en forma deliberada vivir juntos como familia y no casarse
precisamente para no tener que heredarse entre ellos, por sus motivos o o razones
propias, valederas o no socialmente, pero si sumamente válidas para ellos, y que al darse
la entrada en vigencia de la Ley N° 30007, los coloca en una situación crítica no querida y
mucho menos esperada que resiente su unión y hace decaer y colocar en precariedad su
vida en pareja, pues en algunos casos no les quedará más opción que dejar de vivir juntos
y seguir amándose con alguna distancia. No olvidemos que la vida familiar es bastante
íntima y privada y mucho más y compleja aún la vida en pareja, de ahí que no es
apropiado poner en tela de juicio o bajo cuestionamiento prima facie las causas o motivos
por los cuales los integrantes de una unión de hecho quieran mantenerse al margen de la
herencia forzosa, por distintas razones que puedan presentarse.

La Herencia Forzosa:

Hablar de la Herencia Forzosa implica hablar casi siempre como si fuese una identidad de
los Herederos Forzosos, siendo éstos una especie de causahabientes o sucesores del
causante, mientras que la Herencia Forzosa al menos en nuestra legislación tiene dos
connotaciones, a saber: una la clásica, común o tradicional referida a los herederos
forzosos y su mejor derecho a recibir la herencia, y otra muy distinta relativa a la
imposibilidad del sucesor o heredero de repudiar, apartarse o renunciar a la herencia
dejada por el de cuius.

En el primer supuesto, la herencia es forzosa desde la perspectiva del causante, es decir,


existen determinadas personas vinculadas en vida al causante por lazos de sangre

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(parentesco consanguíneo en línea recta) o por mandato de la ley (vínculo conyugal o
uxorio) respecto de las cuales a su muerte van a heredarlo inevitablemente en la medida
en que lo sobrevivan, es decir, para el causante son forzosos en la medida en que dicho
causante no los puede privar o apartar de su herencia aun cuando deje testamento y los
soslaye en el mismo, pues el derecho a heredar de estas personas es imperativo y
descansa en normas de orden público que no admiten disposición en contrario, salvo que
por causas especiales de la desheredación a estas mismas personas se les pueda excluir de
la sucesión mortis causa, pero cumpliéndose una serie de requisitos formales y sustantivos
que además tienen que estar expresados dentro de un testamento.

No debe nunca entenderse que lo herederos forzosos por llamarse así estén obligados a
aceptar o a recibir la herencia del causante y que no puedan desligarse o renunciar a dicha
herencia, pues ello es un derecho que todo sucesor tiene llámese heredero o legatario
pues a nadie en principio se le puede obligar o imponer a recibir o aceptar una herencia,
tanto así que la aceptación y la renuncia de la herencia conforme a nuestra legislación civil
son considerados actos puros, es decir, no pueden estar sujetos a modalidad alguna del
acto jurídico.

Por el contrario, y, en segundo lugar, también se puede hablar de la herencia forzosa en


nuestra legislación común para el caso de la pérdida del derecho a suceder bajo la
modalidad intra vires haereditatis.

La sucesión intra vires haereditatis implica heredar al causante dentro de los alcances o
dentro de la fuerza de la herencia, y está referida a la situación de la responsabilidad
económica o patrimonial de los causahabientes o herederos respecto de las deudas u
obligaciones que conforman el patrimonio hereditario tal y como lo dejó el causante, esto
es, que quien hereda en principio no debe responder más allá comprometiendo su peculio
propio sino limitarse a pagar los pasivos de la herencia con todos los bienes y activos que
dicha herencia contenga y solo hasta donde alcance.

Se pierde el derecho a suceder o heredar intra vires haereditatis cuando el heredero


incurre en cualquier de las conductas ilícitas previstas en el artículo 662° del Código Civil,
con lo cual la responsabilidad de este heredero se hace solidaria y eventualmente puede
llegar a ver comprometido su patrimonio personal para el pago de las deudas insolutas del
de cuius, pero como una sanción o castigo para aquel heredero que comete una conducta
reñida y reprochable tipificada en el numeral 662° de nuestra ley común. A esta

situación se le denomina sucesión ultra vires haereditatis cuyo significado etimológico


acorde a las voces latinas equivale a “más allá de la fuerza de la herencia”.

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Este heredero sancionado que puede ser cualquiera de los herederos y no necesariamente
un heredero de los llamados forzosos, incurre en una hipótesis de herencia forzosa por
hechos o conductas cometidas por el mismo que le impiden poder renunciar a la herencia,
pues queda sometido a ella y responde solidariamente por todos los pasivos y deudas
dejadas por el causante, pero reiteramos que esta es una situación excepcional que opera
a modo de castigo o sanción.

Conclusiones:
A lo largo de este proceso en el cual se citaron diversas fuentes puedo decir con toda
seguridad que si bien la unión de hecho/concubinato no fue en un primer momento
aceptada los cambios que se le realizaron por medio de las nuevas leyes integradas en
nuestro código civil la volvió una opción más viable a la hora de hablar de cómo están
conformadas las familias hoy en día.

Como se pudo apreciar el origen del concubinato es amplio, tratándose paralelamente con
la figura del matrimonio, sin embargo, fue regulándose de manera mucho más tardía, a tal
punto de que es la constitución de 1979 la que la ampara en las leyes y la reconoce
mientras que la de 1993 la acentúa, desvinculándola del matrimonio y dándole la
singularidad para que sea analizada de la manera más completa posible. Así también
debemos tener en cuenta que estos procesos hoy en día siguen ocasionando ciertas
diferencias respecto a lo que, designado en nuestro código civil concernientes a este
tema, a tal punto de que es recién en 2013 con la Ley N° 30007 la cual esclarece aún más
el derecho a herencia que poseen los convivientes.

Como bien se dijo hoy en día, esta todo más esclarecido respecto al concubinato, dando
así a que se resuelva de manera más eficiente un numero de procesos respecto al derecho
sucesorio los cuales son muy importantes para el correcto desarrollo de la repartición de
bienes así como la importancia de este a futuro, pues los beneficios que obtienen los
herederos reconocidos pueden ser determinantes para el desarrollo y la vida de estos,
que a su vez nos otorga una mejor perspectiva del concubinato y promover resolución de
conflictos que pueda presentarse en la herencia, si bien no es perfecta, es una base
considerable que será usada para la posteridad.

Como pudimos apreciar en la información anteriormente compartida también es


importante notar el esfuerzo que el código civil ha logrado respecto a una figura tan
descuidada como lo fue en su día el concubinato pues anteriormente el conviviente no se
le reconocieron ciertos derechos, al no poseer el vínculo legal, que era obligatorio en esa
épocas, el hecho de tener muchos problemas incluso demostrando que pasaron tiempos y
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hasta se formó una familia, situaciones las cuales como se enfatizó no fueron muy justas
en su época, sin embargo y gracias a él como cambiaron los tiempos se logró una mayor
comprensión a la hora de establecer la importancia del concubinato como una alternativa
al matrimonio, es cierto afirmar que el Perú es un país muy religioso y muy ligado a estas
costumbres, las cuales en su tiempo llegaron a no tener más fin que la propia muerte,
siendo que incluso el divorcio era muy poco común hasta el siglo XX. Nunca es fácil para
un estado tan conservador dar este tipo de pasos en lo que yo considero la dirección
correcta, sin embargo, es algo que aprecio debido a todo lo acontecido y las muchas
personas que llegan a beneficiarse en todo el País, proponiendo así un mejor futuro para
el Derecho Civil Peruano.

Bibliografía:
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14
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ref=rpp (último acceso: 5 de noviembre de 2019).

Índice General

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Caratula………………………………………………………………………………………………….…….…………….…1

Objetivos…………………………………………………………………………………………………….……….….....…2

-Objetivo General………………………………………………………………………………………….……….……...2

-Objetivos específicos……………………………………………………………………………………….………..….2

Marco Teórico………………………………………………………………………………………………….….....….....3

El concubinato…………………………………………………………………………………………………….………....3

Concubinato propio………………………………………………………………………………………………………...3

Concubinato impropio………………………………………………………………………………………….…..…….4

Orígenes del Concubinato en el Perú………………………………………………………………………..….….4

La Herencia como el derecho fundamental de la Persona……………………………………….…….…7

Herencia en el Concubinato…………………………………………………………………………………….….…...9

Ley N° 30007………………………………………………………………………………………………………………..….10

Problemas presentes en la Herencia a favor de los concubinos…………………………….…….…..11

Herencia Forzosa……………………………………………………………………………………………………..………11

Conclusiones………………………………………………………………………………………………………….….…….13

Bibliografía……………………………………………………………………………………………………………..……….15

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