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¿A Dónde Va El Espíritu/Alma Del Cristiano Después De

Morir?
- junio 27, 2015

En nuestro artículo anterior, ‘‘Refutando falsas doctrinas ¿Es el


hombre un alma o poseedor de un alma?’’, refutamos la falsa
enseñanza de los testigos de Jehová que enseñan que el hombre
no posee una alma, sino que él mismo es un alma viviente,
vimos que la palabra alma tiene un sin número de significados,
entre ellos para referirse al ser interior del hombre, en este nuevo
artículo tengo como propósito reivindicar la doctrina del Estado
Intermedio y corregir la falsa doctrina del sueño del alma.
¿Qué es el sueño del alma?
‘‘Esta doctrina enseña que cuando los creyentes mueren van a
un estado de existencia inconsciente, y que lo próximo de lo
que estarán conscientes será cuando Cristo vuelva y los resucite
a la vida eterna.

Esta doctrina ha sido enseñada ocasionalmente por diferentes


individuos en la historia de la iglesia, incluyendo algunos
anabaptistas en la Reforma, y algunos de los irvingitas en
Inglaterra en el siglo diecinueve. De hecho, uno de los primeros
escritos de Calvino fue un tratado contra esta doctrina, doctrina
que nunca ha hallado amplia aceptación en la iglesia’’. (1)
La pregunta es, ¿Es bíblica esta doctrina?, ¿Tiene sustento
bíblico?, ¿Es cierto que el cristiano no va directamente a la
presencia de Dios, sino que es puesto en un estado inconsciente
hasta la venida de Cristo?

Textos fuera de contexto

Esta falsa doctrina al igual que otras se basa en textos fuera de


contexto, no tomando en cuenta las reglas de interpretación
objetivas para llegar a una conclusión verdadera, veamos el
siguiente ejemplo en uno de los textos que ellos usan para basar
esta doctrina.

Jn 11:11 ‘‘Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro


duerme; mas voy para despertarle’’.

Los TDJ basan esta falsa doctrina en versículos como estos, en


los cuales se relaciona la muerte con el dormir, pero esto
simplemente es una figura del lenguaje llamado, eufemismo, la
cual Jesús usó para referirse a la muerte.

Por ejemplo, la Biblia utiliza el eufemismo de ‘‘conocer’’ para


referirse al acto sexual de dos personas. (Gn 4:1; Mt 1:24-25)

Cuando Jesús les dijo a sus discípulos que Lázaro estaba


durmiendo, ellos no captaron como otras veces, el sentido en el
que dijo esto, por eso le respondieron a Jesús: ‘‘Señor, si
duerme, sanará’’ (Jn 11:12), pero Jesús tuvo que decirles que él
no estaba durmiendo, sino real y efectivamente estaba muerto.
(Jn 11:13-14)
‘‘Pero Jesús decía esto de LA MUERTE DE LÁZARO; y ellos
pensaron que hablaba del reposar del sueño. Entonces Jesús les
dijo claramente: LÁZARO HA MUERTO’’.
El Estado Intermedio
‘‘El estado intermedio se refiere a nuestra presencia consciente
con Cristo en el cielo, como almas sin un cuerpo, durante el
período entre nuestra muerte y la resurrección de nuestros
cuerpos’’. (2)
Sustento Bíblico

Al contrario del sueño del alma, el estado intermedio enseña que


después de la muerte el creyente va directamente a la presencia
de Dios en un estado consciente en el cielo, a continuación los
versículos bíblicos que apoyan esta realidad teológica.

Dios no es Dios de muertos

En cierta ocasión Jesús discutiendo con los Saduceos, una secta


judía que no creía en la resurrección física del cuerpo, les dijo lo
siguiente para probarles la legitimidad de la resurrección.
‘‘Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis
leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: Yo soy el Dios
de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es
Dios de muertos, sino de vivos’’. Mt 22:31-32
Jesús ‘‘deja implícito que, puesto que Dios no es Dios de los
muertos sino Dios de los vivos, la conclusión es que Abraham,
Isaac, y Jacob aún viven y están esperando una resurrección
gloriosa’’. (3)
El Estado Intermedio de Moisés en la Transfiguración

Si la doctrina del SUEÑO DEL ALMA es cierta, no hay manera


de que Moisés apareciera en la transfiguración, sin embargo
leemos lo siguiente al respecto en Mt 17:2-3.
‘‘Y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro
como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y he
aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él’’.
Moisés había muerto (Dt 34:5-6), sin embargo se nos dice que él
estaba hablando con Jesús acerca de su partida y lo que iba a
cumplir en Jerusalén. (Lc 9:31)

Hoy estarás conmigo en el paraíso

Unas de las citas más esperanzadoras que leemos en las


Escrituras es la promesa de Jesús al ladrón en la cruz. (Lc 23:42-
43)
‘‘Y dijo [el ladrón] a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en
tu reino.
Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás
conmigo en el paraíso’’.
En momentos de agonía y dolor, el ladrón reconociendo a Jesús
como el Mesías prometido, el Rey de los judíos y conociendo
que Él vendría en su reino en el futuro para reinar, le
dijo: ‘‘acuérdate de mí cuando vengas en tu reino’’, el ladrón
de seguro esperaba que Jesús le contestará: -Si, me acordaré, no
te preocupes, cuando venga en el futuro tú estarás ahí, pero no,
Jesús le contesto, que ese mismo día él estaría con él en el
paraíso. 
‘’Quienes respaldan el concepto del sueño del alma argumentan
que Jesús no pudo haber querido decir que se encontraría con
el ladrón en el paraíso ese mismo día porque Jesús
permanecería muerto durante tres días, y que además todavía
no había ascendido. Aunque la ascensión de Cristo, por
supuesto, todavía no había tenido lugar y su cuerpo ciertamente
estaba en la tumba, Él le había encomendado su espíritu al
Padre. Se nos asegura que en el momento de su muerte, el alma
de Jesús fue al paraíso como declaró. Los defensores del sueño
del alma arguyen que la mayoría de las ediciones de la Biblia
en inglés han colocado la coma en el lugar equivocado. Leen
este texto del siguiente modo: "De cierto te digo hoy, estarás
conmigo en el paraíso".

Al realizar este cambio en la posición del signo ortográfico,


"hoy" se refiere al momento en que Jesús está hablando y no al
momento en que Jesús se encontrará con el ladrón en el
paraíso.

Esta posición de la coma, sin embargo, es poco probable. Al


ladrón le resultaba perfectamente obvio en qué día Jesús estaba
conversando con él. No había ninguna necesidad de que Jesús
dijera que estaba hablando "hoy".

El que un hombre que se está asfixiando sobre el madero de la


cruz malgaste las palabras de este modo resulta poco probable.
En cambio, y de acuerdo con el resto de la evidencia bíblica
que respalda el estado intermedio la promesa al ladrón es que
este se reuniría con Cristo en el paraíso ese mismo día’’. (4)
¿Dónde queda el paraíso?
Jesús le dijo al Ladrón que ese mismo día estaría con él en el
paraíso, la pregunta es donde queda el paraíso.

El paraíso según el apóstol Pablo está en el tercer cielo. (2 Co


12:2-4; Ap 2:7)

Por tanto, Jesús y el ladrón fueron ese mismo día al paraíso.

¿A dónde fue el espíritu de Jesús cuando murió?

Lc 23:46 responde:
‘‘Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en TUS
MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU. Y habiendo dicho esto,
expiró’’.
Jesús encomendó su espíritu/alma al Padre,

¿Dónde está el Padre?

Jesús enseñándole a sus discípulos como orar les dijo que su


Padre estaba en los cielos. (Mt 6:9)

O sea, que el espíritu de Cristo fue a donde estaba su Padre, al


cielo, claro, Jesús aún no había subido (ascendido) a su Padre
con su cuerpo glorificado, sino en espíritu.

El deseo de Pablo: Ausente del cuerpo y presentes al Señor

Cuando Pablo piensa en la muerte dice: «Así que nos


mantenemos confiados, y preferiríamos ausentarnos de este
cuerpo y vivir junto al Señor» NVI. (2 Co 5:8)
En pocas palabras, Pablo dice que prefiere estar ausente del
cuerpo, y presente al Señor.

Él también dice que su deseo es ‘‘partir y estar con Cristo, lo


cual es muchísimo mejor’’. (Fil 1:23)

Pablo no dice que su deseo es estar inconsciente en la muerte,


sino estar con Cristo, esto es una bendición, la muerte no es algo
que produzca temor, todo lo contrario, es la puerta para ir a
disfrutar en la presencia de Cristo mientras esperamos la
resurrección.

Los santos del AT y la Iglesia están en el cielo

Uno de los versículos más relevantes es He 12:22-23, el cual nos


dice lo siguiente.
‘‘Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del
Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de
muchos millares de ángeles, a la congregación de los
primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez
de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos’’.
El autor de Hebreos nos dice que los creyentes nos hemos
acercado a 4 grupos y/o individuos que están en el cielo, en el
monte Sion, la ciudad del Dios vivo.

1ro. Nos hemos acercado a Dios.


2do. No hemos acercado a los millares de ángeles.
3ro. Nos hemos acercado a la congregación de los primogénitos,
el cual es la iglesia.
4to. Nos hemos acercado a los espíritus de los justos hechos
perfectos, los santos del AT. (He 11:39-40)
Alguien podría decir que la congregación de los primogénitos y
los espíritus de los justos del AT no están en el cielo, pero si esa
persona dice eso, también debe llegar a la misma conclusión
acerca de Dios y los ángeles, quienes son mencionados en la
misma lista.

Este texto es claro y contundente, tanto Dios, los ángeles, la


iglesia y los santos del AT están en el monte Sion, en la ciudad
del Dios vivo, la nueva Jerusalén.

Los Mártires están en la presencia de Dios

En Ap 6:9-10 el apóstol Juan dice lo siguiente.


‘‘Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los
que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por
el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo:
¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas
nuestra sangre en los que moran en la tierra?’’
Este texto nos dice que las almas de aquellos que han muerto
están bajo el altar de Dios, el cual está en el cielo; y estos
mártires clamaban por venganza delante de Dios, los cuales
recibieron descanso en la presencia de Dios hasta que el número
de sus consiervos se completará. (Ap 6:11)

Aparente contradicción

Pero y que de aquel versículo en Eclesiastés 9:5 que dice:


‘‘Porque los que viven saben que han de morir; pero los
muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es
puesta en olvido’’.
Este versículo al igual que otros en este libro es el favorito de
los TDJ para basar su doctrina del sueño del alma, sin embargo
estos versículos deben interpretarse a la luz del contexto
inmediato del libro de Eclesiastés y el contexto general de las
Escrituras.

Primeramente quien escribe es el rey Salomón y su enfoque en


este libro es escribir desde la perspectiva de lo que pasa debajo
del sol. (Ecl 1:3,9,14; 2:11,17,18,19,20,22; 3:16; 4:1,3,7,15;
5:13,18; 6:12; 8:9,15,17; 9:3,6,9,11,13; 10:5)

Hay que tener en cuenta que gran parte de este libro se escribe
desde una perspectiva de una razonamiento humano secular.
Estos son los pensamientos del hombre que vive [debajo del
sol].

Por tanto, Salomón no escribe desde el punto de vista


teológico, para esto tenemos las epístolas del NT, en cambio
este libro nos muestra la vida desde el punto de vista humano (lo
que pasa debajo del sol), de manera que esta expresión de
Salomón aunque es cierta desde el punto humano, no es la
realidad desde el punto de vista teológico.

Además, debemos tomar en cuenta dos cosas:

1ro. La consistencia teológica. Una doctrina no puede


contradecir otros versículos, y como hemos visto anteriormente,
la Biblia enseña expresamente el estado intermedio.

2do. La revelación progresiva. El AT no nos revela muchas


cosas acerca de la muerte, como nos habla el NT claramente.
Conclusión:

De esta manera concluimos que el alma/espíritu del creyente


cuando muere no es puesta en un estado inconsciente, sino que
va directamente a la presencia de Dios (Lc 23:42-43), al paraíso,
el tercer cielo (2 Co 12:2-4; Ap 2:7), donde están los
primogénitos de la iglesia y los espíritus de los santos del AT
(He 12:22-23), a ese lugar Pablo deseaba partir y estar con
Cristo, lo cual es muchísimo mejor (2 Co 5:8; Fil 1:23), sin
embargo ese estado intermedio nunca será tan glorioso como la
glorificación de nuestros cuerpos cuando seamos transformados
a la semejanza de nuestro Señor Jesucristo (1 Co 15:51-54; 2 Co
5:1-2; 1 Jn 3:2)

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