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NOTA SOBRE LOS ROSTROS DE LA PLEBE ROMANA! Resumen: Frente ala hostilidad de la mayoria de los autores antiguos y la indiferencia de muchos historiadores modernos, el estudio de la plebe romana durante la Repablica cxige hoy un planteamiento innovador. Junto a los aspectos politicos y sociales més tratados, dis- tintos autores antiguos (poetas, bidgrafos, anticuarios), nuevos acercamicntos a la ciudad de Roma (con la taberna como elemento central de la sociabilidad plebeya) y diferentes temas (cLocio, fa oralidad, la cultura y religiosidad populares) contribuyen a un conocimienso més completo de una realidad compleja y heterogénen. ‘Palabras cave: Repiiblica romana, plebe romana, historia social, culeura popula, saberna Abstract: Against the hostility of most of the ancient authors and the lack of interest of many modern historians, the study of the Roman plebs in Republican Rome demands today a renewed approach. Besides well-known political and social aspects, different sources (poets, biographers, antiquarians), new perspectives about the city of Rome (with zaberna as central clemenc in the plebeian social life) and new subjeets (spare time, oralty, popular culeure and religion) will help us gain new and decper insight in this complex phenomenon, ‘Key words: Roman Republic, Roman plebs, social history, popular culture, taberna 1, EL RosrRo DE LA MULTTTUD El estudio de los contflictos sociales es uno de los campos mas interesantes de la investigacién hiscérica. Como es kigico, son aquellos acontecimientos especialmente destacados y en particular las revoluciones, como culminacién de procesos de enfrentamientos sociales (véanse la Revolucién Francesa, la Revolucién Rusa o la Revolucién romana), los que han despertado un mayor interés en la comunidad historiogrifica. ‘Sin embargo, este campo es también uno de los que presenta mayores dificultades, ya no sélo por problemas metodoligicos habituales, como la mayor o menor disponibilidad de informacién, sino por los prejuicios presentes en la historiografia tradicional respecto al estudio de los grupos sociales distincos alas elites. ‘Una mayoria importante de los autores que, alo largo de la historia, han abordado esos episodios y problemas parte de una actitud de profunda desconfianza y recelo, cuando no de abierto rechazo y condena tajante, hacia los grupos populares La linea se puede trazar desde Marco Tulio Cicerén hasta Sir Ronald Syme, con muy ilustres nombres entre ambos. "Mi primer contacto can Ignacio Barandiarin twvo lgar en la Universidad de Zaragoza, a mediados de los alos etenta, cuando Aleta Agregado de Historia Antigua ¥y mi compara Laura Sancho y yo, estudiantes, intent bbamas dar nuestros primeros pasos en la especialidad de Historia Antigua. Considero un privilegio poder parti- ‘Ast aparece, por ejemplo, en el caso del vicus creado para sostener el culto a Stata Mater, una estatua En las éilkimas décadas epublicanas ls tabernari se identfican con la plebe urbana, con fecuenciaasocia- dos a noticias de cieresy boiots a eantones polticas © twibunales. Vid. Cie. domo 89: quem te tamien pope: is sabernis class frequentare nom poteas (un pucble al (que, pese a todo, no era dpa de renir si no ent cerrande les tiendas —ttad. de .M. Baios, BCG 195—) © Cicerén (Art. 14.9.1) muestra su preocupacion por sus inmuebles en Puteoli: tabernce mihi dae co- rruerunt reliquceque rimas aguns (se me ban derrumba- dr tendas ys dt non gras —trd, de JM Rodiguer-Pantoja, BCG 224—} 5! aRome and the plebs urbanas, CAH, 673. 5 Jy Sat, 10.80: navn qu dat alm inperinm, fase ces legiones omnia, nune se continet aque dias santun res axiusoptat, panem et cicenses, en traduccion de F. Socas: y esque e que otorgaba antao genera insig- as, legiones todo, abora se rete y ansioxo no pide més (que dos costs, pany carreras de cablos (Madtid, Aliana, 1996). Segtin Horsall el comentario se podia remontar ELE, 2625 20072008 al Egipto prolemaico, a propésito dela poblacin urbana de Alejandra (The Cultare of che Roman Pb, p. 28) 8° Vid. supra, 0. 11. Sobre las eontiones en genera Pina Polo, Las contiones eivilesy militares en Roma, 23 agora 1989. Comm. pets 30: Deinde habetoraioncr urbis to ius, collegiorin amnion, pagorn, vicinitauom: cis ‘principe amicitiam rwam sh adivnser, per eos religuam ‘ultitudinem facile tenebis, Luego, ocipate dela cindad center, de sods sus corporaciones,aldeasy barrios. i artes ‘tu ana a sus principals, su avs contarsfactlmen- te com el resto dele mulitud (raduccién de G. Fatis on A. Dupli, G. Fatés, F Pina, Ef manual del candidato de Quinto Cicerin. (EI Commentarolum petitions, Servicio citorial Universidad del Pais Vasco, 1990). Vici, mots, _pagi son Simbitos revalorizados permanentemente ens. 1 ‘ts segin cestimonios epigréficos 5 En eve sentido las reivindica P. Lépex Bayja de Quiroga, 2004, sFormaciones sociales de clase en la Re- piblia tardian, Athenaeum XCUL2, pp. 509-18. 960 ANTONIO DUPLA ANSUATEGUL indemne tras un devastador fuego a comienzos del sig. 1 a.e.,culto que probablemente incluiria no sélo a la plebe, sino en general a la poblacién «baja» de Roma™. Esta plebe incluso escribe sus reivindicaciones en porticus, muri y monumenta y tiene sus mét- tires, a quienes dedica lugares, que cuida a modo de auténticos «lugares dle la memoria». Es el caso de los Graco y los lugares donde cayeron y también de Mario Gratidiano, a quien las tribus, en una decision sin precedentes, deciden dedicar estaruas en rodos los vici de la ciudad”. Los lugares de la memoria plebeyos en sentido amplio se relacionan con el Comitium, donde los tribunos tenian sus bancos especificos (swbvellium), al are libre, junto a la curia, en un lugar emblemético, cerca de la carcer, del aerarium, incluso de la roca Tarpeia®; més tarde, cuando, por problemas de espacio, el centro politico se traslada al Foro, presumiblemente las contiones también se celebrarfan alli y, desde mediados del siglo 12. los tribunos comienzan a ditigirse al pueblo también vueltos hacia el foro, dando la espalda a la curia®. Légicamente, desde la mids temprana historia republicana, un lugar privilegiado de la plebe era el Aventino, donde se situaba el templo de la triada plebeya Ceres, Liber y Libera”, Esta plebe, y en parte el conjunto de la poblacién popular de Roma, participa también de la redistribucién de los beneficios de la conquista. En ese sentido, la poblacién urbana de Roma es privilegiada frente ala de otras ciudades, Este es un elemento clave en la telacién clite-plebe y, presu- miblemente, un factor que compensaria todas las dificultades y miserias de la vida en Roma, Entran en este capitulo desde los repartos en los eriunfos hasta la integracidn de la plebe en los ambitos hhasta entonces reservados a los ricos que permite la nueva arquitectura piblica (batios piiblicos, an- fiteatros, teatros, etc.) Se trata de una arquitectura monumental cada vez més lujosa, destinada a ese recepcién publica; el gran teatro permanente de Pompeyo, construido en el 55 a.e. con un templo y un gran pértico adyacente, representa un punto de inflexidn. Cobran una importancia creciente en este contexto los /udi y ocasiones como kis comidas colectivas piiblicas, generalmente formando parte de /udi y con connotaciones religiosas"! Como comentibamos antes, la taberna es otro elemento central en la vida de la plebe urbana. En la vida cotidiana los habitantes de Roma trabajan, compran y comen en las numerosas tabernae % Fest. 317L: Statae Masri sinmulscrum ix Foro co- learur; postquam id Cotaa seat, ne lapidesigne corrum= ‘perentur, ui plurimistibifcbat nocturno tempore, mag- nna pars popull in sues quigue wsivcosretulerunt eicu>s ddeae cultum, Lo destaca Purcell, «Rome and the plebs uurbanae, CAH, p. 676s. © Sobre las Graco: Pat. Graco 8; sobre Mario Gratidia- toy la decisin dels eibus: Pin. NH. 33,132; 3427..Co- rnocemos también algunos lidees plebeyor no arstécatas como el disiguaiar Decumus, supuesto paridatio de Clo- dio, organizaior de una compasia de cancantes en grego, con sus propios oficiales, pain y un sepulero comiin en |a periferia de la ciudad (FLLRP 771); cf Cic., domo 89: opule duces Letidion, Lollies, Plagueis, Segios procera, ‘conocemos también los casos de indivdos que rcivindican ancestos presigiosos para labrar su propia carrera politica ‘ona plebe:el abo hijo deT: Graco (Val, Max 3.2.18: 3.8.6 9.7.13 9.15.15 el ilo nero de Mario (Val. Max. 9.15.1, © Liv, 42.33: ad subsllia wibunorum ves agebatur (el examen del cas rena lugar ante las bancos de les tribumres “ad. de J. AVillar Vidal, BCG 192), % Seguin Cicer6n (de amie. 96), ol primero en hacer- lo fc supuescamente L. Licinio Craso: atque te primus Insite forum versus agere com popula (y él, el pitnero, insttuyé tratar yuelo hacia el foro con el pueblo —trad. de]. Pimentel, BSCRM—), “© Sobre el tema, L. Thommen, «Les ius de la plebe cet de ses tribuns dans la Rome sépublicaines, Kilo 77, 1995, pp. 358-70. El punto de partida conceptual en tomo a los slugares de memoria» se remonta a P. Nora ed.) Les Licux de Mémoire, Pasis 1997. “A la muerte de César la plebe romana disfrutaba de 59 dias de grandes ludi al aho. Sobre los banquctes ppiblicos, se atribuia 2 Paulo Emilio un famoso dicho (Liv. 45.32.115 cf Pol. 30.14}: algo dicuon iprius fer dant ef conuiuiuon instruere et lider parare cusder ese, (qui uincere bello scvet (El gue sabe vecer en una guerra ‘también sabe preparar un banguee yorgantzar unes juegos ~ tad. de JA. Villar Vidal, BCG 192). YVELBIA, 2625, 20072008 NOTA SOBRE LOS ROSTROS DE LA PLEBE ROMANA, 961 de la ciudad. El cuadro que nos presenta Livio, en principio relativo a Tasculum, es perfectamente aplicable a Roma: Camilo entré en la ciudad , donde vio abiersas las puertas de las casas y las tiendas com todo su con- ‘tenido expuesto ala vista de todo el mundo, y ls artesanos concentrades cia uno en su trabajo, y las es- ‘elas rsonanda con las voces de sus aluomnos, ast como las callejuelasllenas de gente En ese cuadro podemos incluir otro elemento que entiquece nuestra imagen de la plebe, A partir de testimonios posteriores, es posible deducir otro aspecto hasta ahora no considerado por los estu- diosos. Se trata de la costumbre de la plebe romana de cantar mientras trabajaba, que hace decie a Horsfall que el romano era un pueblo notablemente musical, que cantaba y bailaba*?. Asi se eviden- cia en las requisitorias tardias contra los monjes quc entonan cantos de trabajo o taberna, en lugar de cantar textos piados0s y cristianos, restimonios aplicables a otras 6pocas, segin confirman noticias en el Satiricin y ottos textos, En numerosos casos, se tratar‘a de canciones originarias de pantomimas © artistas callejeros, de contenido contemporineo y con intencién satirica. Y junto a las ocupaciones laborales, también es posible comentar algo del ocio, no sélo del en- tusiasmo con el que la plebe acude al teatro y a otros espectéculos, aspecto éste mas conocido". Es cl caso de las referencias a la plebe que va de epic-nic» al Campo de Marte cuando la fiesta de Anna Perenna, en los idus de marzo, donde cantan lo que han aprendido en cl teatro y dan palmas para seguir el ritmo*®, Pero esta plebe dvida de distracciones y espectaculo, es también un sector de la poblacién, cierta- mente no sabemos quiénes ni cuintos, interesada en la historia, segin el conocido paso ciceroniano”. Incluso, cabe pensar en la plebe, en sus sectores més ilustrados, como destinataria dela literatura anti cuaria, a juzgar por las referencias contenidas en la Pragfatio dela Historia Natural de Plinio', En el terteno religioso, también cabe pensar en una plebe con sus preferencias particulares, por cjemplo por las religiones orientales, ajuzgar por los incidentes protagonizados por la plebe, en las skalendas de enero del 58, contra la decision senatorial de destruir los altares dedicados a Isis, Sérapis, Harpdcrates y Anubis. Es posible que la accién pueda enmarcarse en la actividad politica de Clo- dio y su lugarteniente Sexto Cloclio y, por tanto, tener también una motivacién politica coyuntural, pero ello no anula el valor del dato y el protagonismo de la plebe. © Liv. 6.25.9: ingress urbe ubi patenteriamuas et sabernasaperts propasta omnia in medio uiditntentoxgue opifces suo quemaue oper et des litenaranasirepere dis ‘eentium wocibus ac repleta semitas (a raduccién citada es de J.A. Villar Vidal, BCG 145); sescuelas» por ludoelt- zerarum puede ser equivoco, por el sentida modemo del término: Purcell (eRome and the plebs urbanas, CAH, (659), ms literal, prefiere «learning gamese, * Horsall, The Culure of the Roman Plebs, cap.3, ‘con un apéndice con tetimontos especficos Peston, Satyr 314 ss © N, Purcell, »Rome and its development under Au- ‘gustus and his sucessorse, The Augustan Enmpire 44 B.C 77 AD., CAH X?, pp, 782-810. %© Ovid. Fasti, 3, 523-42 (ile et cantane quicquid idicere theatre iactan facies ad sua verba mars). Lo ccomenta Horsfill (The Culture of the Roman Pebs, p. 12) VELBA, 2635 207-2008 © Cie, Den. 5.52 guid quad homies nia fo- sana, spe rerun gerendaram pf deni dae ta bata? (Yor que hombres de infin toni, mo enon pene elon en tomar paren sat 1 pub nl lor arco deen nl bara? tnd. de). Heme, BCG 101) Plan, NAL Pf oil uo srpa ns Aaycolaram, wpa trbae (otter pa a ene ‘alr par uz mara de campetosde bre) Sterna 1. Cetera Soup et dom ex Arpt t nabem pris Capt Varo commoneacts woremge ars a sen des raw. tt per ai popular rears (Aden, Varn de gue Srp i, Harpy Arabi wk clyde Capt y que rs aka), dibs pore sede ren otal po le iene itrven on del pba rad. de: Caio, BCG 285) 962 NOTA SOBRE LOS ROSTROS DE LA PLEBE ROMANA El breve recorrido anterior no tenia otto objetivo sino mostrar cémo tendenciss recientes de la investigaci6n intentan presentar una imagen mas completa de la plebe romana. Las especialistas son conscientes de las difcultades y limitaciones de las fuentes, como st ha apuntado anteriormente, Pere bien de la ampliacin de la perspectiva que supone recur a informaciones y mewodologisy fenovadorss. La informacion de los istoiadores debe completase con la de poets, bidgrafos yom, ‘cuatios, las fuentes literarias deben cruzarse con la epigrafia y la arqueologia urbana, Bi cuacro resultante noes, desde luego, el de una plebe democritica, no podria stl, pero tame Poco el de una masa amorfa y pasiva, manipulada por los lideresaristocréticos al precio fel mania anem et cirenses. Como podemos lec en el importante trabajo de Purcell en la reciente edicign de [a CAH, esta plebe es aurdnoma en numerosas de sus manifestaciones, precisamente por la conelen, cia de su precariedad y manginalidad. Fr Probable que, dada lis limitaciones de ls fuentes, en no pocas ocasiones no se pueda ir més allt dew método impresionsta cencrado en la descripcion mis detallada de algunos casos y pero, rales, No es posible avanzar demasiado en nuestro dibujo de los «rosttos» de la plebe romans, En exe sentido, en el caso de la historia tardorrepublicana, ser dificil proceder a una «rudifacions esto cn, Poder deducir. a partir de los datos individuales, procesos y comportamientos colectives en un dee Fag ane de tempo. No obstante, y precsamente por ls caracerstics especificas dela epoca final de la Republica, cabe establecer en ciertas situaciones lineas de continuided y conclusiones mas Benerales, Asi, un planteamiento que intente situar las informaciones conctetas en su conteree ha ‘rico a lo largo del periodo tardorrepublicano, ademas de evitar caer en la sociologfa histérica, nos Petmitird conocer mejor la dindmica politica y social de la época, a través de un elemento central como fue la plebe romana. Awtonto Dupré ANSUATEGUT Deparcamento de Estudios Clisicos Universidad del Pats VascolEuskal Herriko Unibertivatea rei king wudifisciine proviene de Ia citca ga y amigo, lhisoiador Richard Cobb (en «El rosto seen ge eens Lierey Supplement (30.12.1965) de a multitude, ed HH). Kaye, Valencia 2003, pe ise a la obra de Rudé Ze mulitud en la bistoia. El propio. —“véase upra nc} —). Rade piensa que el aucor de la misma pudo ser su cole VELBA 2625 207-3008

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