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El sistema óseo: funciones y clasificación de los huesos

Los huesos están formados por células que dan lugar al tejido óseo y por minerales. Podemos dividirlos en tres tipos
de componentes: 

 Sustancia osteoide: material orgánico que aún no ha mineralizado, cuyo principal componente es la proteína en forma
de colágeno y otros elementos extracelulares. 
 Minerales: el calcio y el fosfato se unen para formar una capa cristalizada -hidroxiapatita- sobre la sustancia osteoide.
Este tejido ofrece mayor protección y sujeción a los huesos.
 Células: encontramos dos tipos de células con funciones antagónicas. De un lado, los osteoblastos, responsables de
formar el hueso sintetizando la sustancia osteoide. Y, por otro lado, los  osteoclastos, encargados de descomponer el tejido
óseo mineralizado para reabsorber sus moléculas para que puedan ser reutilizadas. 

Funciones del sistema óseo

Además de proteger a los órganos y dar movimiento al cuerpo, el sistema óseo realiza otras funciones como regular la
concentración de calcio en la sangre o encargarse de la formación de glóbulos rojos de la sangre. 

Tipos de huesos según su morfología

Podemos clasificar los huesos del cuerpo humano en largos, cortos, planos e irregulares según su morfología. La forma de
cada hueso también ayuda a la hora de observarlos y analizarlos a través de una radiología simple. 

 huesos largos: tienen una mayor longitud, como es el caso del fémur. En este sentido, se componen de la diáfisis
(zona central con forma de tubo), dos epífisis (situadas en los extremos y cubiertas de un cartílago), la cavidad medular
(dentro de la diáfisis y formada por médula ósea amarilla), el periostio (membrana fibrosa que cubre el hueso) y en endostio
(membrana más delgada encargada de cubrir la cavidad medular).   

ESQUEMA DE LAS PARTES DE UN HUESO LARGO.


 huesos cortos: tienen una extensión más corta y están cubiertos por cartílago auricular. Suelen unirse a otros para
formar las articulaciones móviles. Son cortos la rótulo, el hueso nasal o el tarso. 
 huesos planos: tienen una disposición ancha y plana para proteger a los órganos internos del cuerpo, como es el caso
de los huesos del tórax o del cráneo. 
 huesos irregulares: comprenden los que por su morfología no los podemos encajar en largos, cortos o planos. Por
ejemplo, la mandíbula o las vértebras. 

APARATO RESPIRATORIO
El aparato respiratorio permite la entrada de oxígeno al organismo, así como la salida del dióxido de carbono.
El aparato respiratorio comienza en la nariz y la boca y continúa a través de las vías respiratorias y los pulmones. El aire
entra en el aparato respiratorio por la nariz y la boca y desciende a través de la garganta (faringe) para alcanzar el órgano
de fonación (laringe). La entrada de la laringe está cubierta por un pequeño fragmento de tejido (epiglotis) que se cierra de
forma automática durante la deglución, impidiendo así que el alimento alcance las vías respiratorias.

La tráquea es la vía respiratoria de mayor calibre. La tráquea se divide en dos vías respiratorias de menor calibre: los
bronquios derecho e izquierdo, que se dirigen hacia ambos pulmones.
Cada pulmón está dividido en secciones (lóbulos): tres en el pulmón derecho y dos en el izquierdo. El pulmón izquierdo es
ligeramente más pequeño que el derecho porque comparte espacio con el corazón, también en el lado izquierdo del tórax.
Interior de los pulmones y de las vías respiratorias

Los bronquios, a su vez, se ramifican múltiples veces en vías respiratorias más finas, hasta acabar en las más finas de
todas (bronquiolos), que tienen un diámetro inferior a medio milímetro (o un 2/100 de una pulgada). Las vías respiratorias se
asemejan a un árbol invertido, por lo que esta parte del aparato respiratorio a menudo se denomina árbol bronquial. Las
vías respiratorias de gran calibre se mantienen abiertas gracias a un tejido conjuntivo, semiflexible y fibroso, llamado
cartílago.

Las vías respiratorias de pequeño calibre se sostienen mediante el tejido pulmonar que las rodea y que está adherido a
ellas. Las paredes de las vías respiratorias más pequeñas tienen una delgada capa circular de músculo liso. El músculo de
las vías respiratorias puede relajarse o contraerse, cambiando de este modo el calibre de las vías respiratorias.

Al final de cada bronquiolo hay miles de pequeños sacos de aire (alvéolos). Conjuntamente, los millones de alvéolos de los
pulmones forman una superficie de más de 100 metros cuadrados (1111 pies cuadrados). En el interior de las paredes
alveolares se encuentra una densa red de diminutos vasos sanguíneos denominados capilares. La barrera entre el aire y
los capilares, extremadamente fina, permite que el oxígeno pase desde los alvéolos hacia la sangre y que el dióxido de
carbono pase desde la sangre en el interior de los capilares hacia el aire en el interior de los alvéolos.

SISTEMA DIGESTIVO

Los alimentos son nuestro combustible y sus nutrientes proporcionan a las células del cuerpo la energía y las sustancias que
necesitan para funcionar. Pero, antes de que los alimentos puedan hacer eso, los debemos digerir, descomponiéndolos en
trozos pequeños para que nuestros cuerpos los puedan absorber y aprovechar.

El primer paso del proceso digestivo tiene lugar antes de que siquiera probemos la comida. Con solo oler una tarta de
manzana casera o pensar en lo delicioso que va a saber un tomate maduro, empezamos a salivar, y el proceso digestivo se
inicia preparándonos para ese primer bocado.

Casi todos los animales tienen un sistema digestivo en forma de tubo, donde los alimentos:

 entran por la boca


 pasan por un largo tubo
 salen del cuerpo en forma de heces (caca) a través del ano
A lo largo del camino, se descomponen en moléculas diminutas para que el cuerpo pueda absorber los nutrientes que
necesita:

 Las proteínas se deben descomponer en aminoácidos.

 Los almidones se descomponen en azúcares simples.

 Las grasas se descomponen en ácidos grasos y glicerol.

Los residuos que el cuerpo no puede aprovechar son los que salen del cuerpo en forma de heces.

¿En qué consiste la digestión?


El sistema digestivo está formado por el canal alimentario (también llamado tubo digestivo) y otros órganos como el hígado y
el páncreas. El canal alimentario consiste en una serie de órganos, incluyendo el esófago, el estómago y el intestino, unidos
en un largo tubo que va de la boca al ano. El tubo digestivo de una persona adulta tiene unos 30 pies (unos 9 metros) de
longitud.

La digestión se inicia en la boca, mucho antes de que los alimentos lleguen al estómago. Cuando vemos, olemos, saboreamos
o incluso imaginamos una comida apetitosa, nuestras glándulas salivales, situadas delante de los oídos, debajo de la lengua y
cerca del maxilar inferior, empiezan a fabricar saliva.

Cuando los dientes desgarran los alimentos, la saliva los humedece para que nos resulte más fácil tragarlos. Una enzima
digestiva de la saliva llamada amilasa empieza a descomponer algunos de los hidratos de carbono (almidones y azúcares) que
contienen los alimentos antes de que abandonen la boca
.
La conducta de tragar (o deglución), realizada por los movimientos de los músculos de la lengua y de la boca, desplaza los
alimentos hasta la garganta, o faringe. La faringe es una vía de paso tanto para los alimentos como para el aire. Una lengüeta
de tejido blando llamada epiglotis cierra la entrada a la tráquea cuando tragamos para evitar que nos atragantemos.
Desde la garganta, los alimentos descienden por un tubo muscular llamado  esófago. Series de contracciones musculares que
describen un movimiento ondulatorio, llamado peristaltismo, empujan los alimentos por el esófago hasta el estómago. Las
personas normalmente no son conscientes de los movimientos del esófago, el estómago y el intestino, que tienen lugar
cuando los alimentos pasan por el tubo digestivo.
Al final del esófago, un anillo muscular (o válvula), llamado esfínter, permite que los alimentos entren en el estómago y luego
se cierra para impedir que los alimentos y los líquidos vuelvan a entrar en el esófago. Los músculos del estómago remueven
los alimentos y los mezclan con jugos digestivos que contienen ácidos y enzimas, lo que permite fragmentarlos en trozos
mucho más pequeños y digeribles. La digestión que tiene lugar en el estómago requiere un ambiente ácido.
Los alimentos no están listos para salir del estómago hasta que se han transformado en un líquido espeso llamado  quimo. Una
válvula muscular del tamaño de una nuez, situada a la salida del estómago y llamada  píloro, impide que el quimo salga del
estómago antes de que adquiera la consistencia adecuada para entrar en el intestino delgado. Entonces, el quimo pasa al
intestino delgado, donde prosigue la digestión de los alimentos para que el cuerpo pueda absorber sus nutrientes, que pasarán
al torrente sanguíneo.

El intestino delgado consta de tres partes:

1. el duodeno, la primera porción en forma de «C»


2. el yeyuno, la porción intermedia y enroscada
3. el íleo, la última porción que conduce al intestino grueso
La pared interna del intestino delgado está recubierta de millones de proyecciones microscópicas similares a los dedos,
llamadas vellosidades intestinales. La función de las vellosidades intestinales consiste en absorber los nutrientes para que
lleguen a la sangre. El torrente sanguíneo transporta estos nutrientes al resto del cuerpo.

El hígado (situado debajo de la caja torácica en la parte superior derecha del abdomen), la  vesícula biliar (oculta justo debajo
del hígado) y el páncreas (situado debajo del estómago) no forman parte del canal alimentario, pero son unos órganos
imprescindibles para la digestión.

El hígado fabrica bilis, que ayuda al cuerpo a absorber las grasas. La bilis se almacena en la vesícula biliar hasta que sea
necesaria. El páncreas fabrica enzimas que ayudan a digerir proteínas, grasas e hidratos de carbono. También fabrica una
sustancia que neutraliza los ácidos del estómago. Estas enzimas y la bilis se transportan por unos canales especiales,
llamados conductos, hasta el intestino delgado, donde ayudan a descomponer los alimentos. El hígado también ayuda a
procesar los nutrientes dentro del torrente sanguíneo.
Desde el intestino delgado, los alimentos no digeridos (y parte del agua) pasan al intestino grueso a través de un anillo
muscular o válvula que impide que los alimentos vuelvan a entrar en el intestino delgado. Cuando los alimentos llegan al
intestino grueso, el proceso de absorción de nutrientes está casi completado.

La principal función del intestino grueso consiste en eliminar el agua de la materia no digerida y formar los desechos sólidos (o
caca) a excretar.

El intestino grueso consta de tres partes:

1. El ciego es la primera porción del intestino grueso. El apéndice, una bolsita hueca en forma de dedo, que cuelga al
final del ciego. Los médicos creen que el apéndice es un vestigio de épocas anteriores de la evolución humana. Parece que
ya ha dejado de ser útil en el proceso digestivo.
2. El colon asciende, desde el ciego, por la derecha del abdomen, cruza el abdomen superior, desciende por la izquierda
y finalmente se une al recto.
3. El colon se divide en tres partes: colon ascendente y colon transverso, que absorben líquidos y sales; y colon
descendente, que almacena los desechos generados. Las bacterias del colon ayudan a digerir los alimentos que aún
quedan por no digerir.
4. El recto es donde se almacenan las heces hasta que salen del sistema digestivo por el ano al ir de vientre.

Nuestro cuerpo tarda horas en digerir los alimentos por completo.

APARATO LOCOMOTOR
Le permite al cuerpo humano sostenerse en pie y realizar diversos movimientos.

¿Qué es el aparato locomotor?


Se llama aparato locomotor o también sistema músculo-esquelético  a la compleja red de tejido de distinta naturaleza
que permite al cuerpo humano sostenerse en pie y realizar diversos movimientos, desde simplemente caminar hasta los más
precisos y delicados gestos de las manos.

El aparato locomotor consiste en la unión de varios conjuntos diferentes, que son el sistema osteoarticular (compuesto


por huesos, articulaciones y ligamentos) y el sistema muscular (músculos y tendones). Entre ambos brindan soporte al cuerpo,
lo mantienen en su forma y le permiten realizar movimientos coordinados, gracias a la coordinación que ejerce el sistema
nervioso (compuesto por los nervios, la columna y el cerebro).

De estos dos sistemas principales, el óseo y el muscular, el primero se considera pasivo y el segundo activo, ya que este
último es el que pone en marcha el movimiento, a través de la compresión y estiramiento de las fibras musculares, una vez
que llega a ellos el estímulo nervioso proveniente del cerebro.
Un punto importante en este aparato lo constituyen las articulaciones, que son el punto de contacto de dos huesos en el
cuerpo, las cuales pueden permitir cierto tipo de movimiento y conforme a ello se clasifican en: sinartrosis (sin movimiento),
sínfisis (con un movimiento monoaxial, es decir, en un mismo eje) o diatrosis (con movimientos complejos). Los huesos
ocupan un sitio fijo en las articulaciones, gracias a los ligamentos que los mantienen en su lugar.

De manera semejante, los tendones son el tejido que une los músculos a los huesos, hechos de un material sumamente
resistente, que permite el movimiento elástico de las fibras musculares sin que ello signifique desprenderlos de su lugar
obligatorio en el esqueleto.

¿Para qué sirve el aparato locomotor?


El aparato locomotor no sólo permite la enorme y diversa variedad de movimientos de los que nuestro cuerpo humano es
capaz, sino que a la vez mantiene el cuerpo erguido, en su posición exacta, lo cual es sumamente importante para la salud de
los órganos internos. Sin el aparato locomotor estaríamos condenados a la inactividad, como las  plantas, ya que no podríamos
desplazarnos físicamente a voluntad.

¿Cómo cuidar el aparato locomotor?


El cuidado del aparato locomotor incluye las siguientes recomendaciones:

 Realizar calentamiento antes de someterse a una actividad física o ejercicio.


 Mantener una dieta rica en potasio, calcio y hierro (aunque sin excesos perjudiciales para la función renal).
 Evitar las situaciones de desgaste extremo de las articulaciones (sobre todo en oficios como escritor, pianista, tejedor,
y otros oficios manuales) o tomar precauciones para minimizar el daño.
 Evitar el sobrepeso.
 Realizar actividades físicas de manera regular (vida activa).
 Utilizar posturas adecuadas cuando se realicen actividades de largo plazo (incluso dormir), mediante materiales
ergonómicos y tomar consciencia de la postura.

Enfermedades del aparato locomotor


En la artrosis las articulaciones entre los huesos van perdiendo el tejido elástico.
Existen dolencias propias del aparato locomotor, algunas por causas más o menos naturales y de desgaste, y otras causadas
por agentes externos al organismo. Entre ellas destacan las siguientes:

 Artrosis. Una enfermedad crónica y degenerativa, a veces de origen autoinmune, en la que las articulaciones entre
los huesos van perdiendo el tejido elástico que permite su movilidad: el cartílago, y por ende van permaneciendo cada vez
más rígidas.
 Artritis. La artritis consiste en una inflamación del tejido de las articulaciones, ya sea permanente o transitoria,
generando hinchazón, dolor, rigidez y dificultad para mover los miembros, aunque con el paso del tiempo pueden incluso
retorcer las articulaciones y deformar las extremidades.
 Osteoporosis. Se trata de una pérdida crónica de calcio en los huesos, la cual los desmineraliza y torna más frágiles
con el tiempo. Esto ocasiona un adelgazamiento y debilidad de los huesos, que se vuelven porosos (de allí el nombre) y
pierden masa.
 Mal de Parkinson. La enfermedad de Parkinson es realmente una dolencia del Sistema Nervioso Central (Cerebro),
que afecta al modo en que se transmiten los impulsos nerviosos a lo largo del cuerpo. Sin embargo, los síntomas comunes
se manifiestan en el aparato locomotor, a través de rigidez, temblores o movimientos involuntarios.

SISTEMA CIRCULATORIO

¿Qué hace el corazón?


El corazón es una bomba, que suele latir entre 60 y 100 veces por minuto. En cada latido, el corazón envía  sangre a todo el
cuerpo, transportando oxígeno a todas sus células. Después de distribuir el oxígeno, la sangre vuelve al corazón. Desde allí, la
sangre se bombea hacia los pulmones, donde se vuelve a cargar de oxígeno. Este ciclo se repite una y otra vez.

¿Qué hace el sistema circulatorio?


El sistema circulatorio está formado por vasos sanguíneos que transportan sangre desde el corazón y hacia el corazón.
Las arterias transportan la sangre desde el corazón al resto del cuerpo, y las venas la trasportan desde el cuerpo hasta el
corazón.
El sistema circulatorio lleva oxígeno, nutrientes y hormonas a las células y elimina los productos de desecho, como el dióxido
de carbono. El recorrido que sigue la sangre siempre va en la misma dirección, para que las cosas sigan funcionando como
deben funcionar.

¿Cuáles son las partes del corazón?

El corazón consta de cuatro cavidades, dos en la parte superior y otras dos en la inferior:

 las dos cavidades inferiores son el ventrículo derecho y el ventrículo izquierdo. Estas cavidades bombean sangre
hacia afuera del corazón. Una pared llamada tabique interventricular separa ambos ventrículos entre sí.
 Las dos cavidades superiores son la aurícula derecha y la aurícula izquierda. Las aurículas reciben la sangre que
entra en el corazón. Una pared llamada tabique interauricular separa ambas aurículas entre sí.

Las aurículas están separadas de los ventrículos a través de las válvulas aurículoventriculares:


 la válvula tricúspide separa la aurícula derecha del ventrículo derecho.
 la válvula mitral separa la aurícula izquierda del ventrículo izquierdo.

Otras dos válvulas cardíacas separan los ventrículos de los grandes vasos sanguíneos que transportan la sangre que sale del
corazón:

 la válvula pulmonar se encuentra entre el ventrículo derecho y la arteria pulmonar, que se encarga de trasportar
sangre hacia los pulmones.
 la válvula aorta se encuentras entre el ventrículo izquierdo y la arteria aorta, que se encarga de trasportar sangre al
resto del cuerpo.

¿Cuáles son las partes del sistema circulatorio?

Existen dos recorridos que parten del corazón:

 La circulación pulmonar es un circuito de corto recorrido que va del corazón a los pulmones y viceversa.
 La circulación sistémica trasporta la sangre desde el corazón al resto del cuerpo y luego la lleva de vuelta al corazón

En la circulación pulmonar:

 la arteria pulmonar es una gran arteria que sale del corazón. Se ramifica en dos, y lleva la sangre del corazón a los
pulmones. En los pulmones, la sangre recoge oxígeno y elimina dióxido de carbono. Y la sangre regresa al corazón a través
de las venas pulmonares.

En la circulación sistémica:

 la sangre que regresa al corazón se ha cargado de oxígeno en los pulmones. Por lo tanto, se puede distribuir al resto
del cuerpo. La aorta es una gran arteria que sale del corazón llena de sangre rica en oxígeno. Las ramificaciones de la arteria
aorta trasportan sangre a los músculos del mismo corazón, así como a todas las demás partes del cuerpo. Como si de un
árbol se tratara, las ramificaciones se van volviendo más y más pequeñas conforme se van alejando de la aorta.

En cada parte del cuerpo, una red de diminutos vasos sanguíneos, llamados  capilares, conecta pequeñas ramificaciones
arteriales con pequeñas ramificaciones venosas. Los capilares tienen unas paredes muy finas, lo que permite que los
nutrientes y el oxígeno se distribuyan a las células. Los productos de desecho entran en los capilares.
Luego los capilares desembocan en pequeñas venas. Y las venas pequeñas desembocan en venas de mayor tamaño a
medida que la sangre se va acercado al corazón. Las válvulas de las venas permiten que la sangre siga fluyendo en la
dirección correcta. Las dos grandes venas que llevan sangre al corazón son la vena cava superior y la vena cava inferior. (Los
términos "superior" e "inferior" no significan que una vena sea mejor que la otra, sino que están situadas por encima y por
debajo del corazón.)

Una vez la sangre regresa al corazón, necesitará volver a entrar en la circulación pulmonar, donde eliminará el dióxido de
carbono y se cargará de oxígeno.

¿Cómo late el corazón?

El corazón recibe mensajes del cuerpo que le indican cuándo debe bombear más o menos sangre en función de las
necesidades de la persona. Mientras duermes, tu corazón bombea solo la cantidad de sangre necesaria para suministrar la
cantidad de oxígeno que necesita tu cuerpo en estado de reposo. Pero, cuando haces ejercicio, tu corazón bombea más
deprisa para que tus músculos reciban más oxígeno y rindan más.

Cómo late el corazón es algo que está controlado por un sistema de señales eléctricas del corazón. El  nódulo sinusal (o
sinoauricular) es una pequeña área de tejido en la pared de la aurícula derecha. Envía una señal eléctrica que indica al
músculo cardíaco que se empiece a contraer (bombee). Este nódulo se considera el marcapasos natural del corazón porque
establece la frecuencia cardíaca y hace que el resto del corazón se contraiga a este ritmo.
Estos impulsos eléctricos hacen que las aurículas se contraigan primero. Y luego se desplazan hacia abajo hasta llegar
al nódulo aurículoventricular, que actúa como una especie de repetidor. Desde allí, la señal eléctrica pasa por los ventrículos
derecho e izquierdo, haciendo que se contraigan.

Un latido cardíaco completo consta de dos fases:

1. La primera fase se llama sístole. Ocurre cuando los ventrículos se contraen y bombean sangre a las arterias aorta y
pulmonar. Durante la sístole, las válvulas aurículoventriculares se cierran, lo que origina el primer sonido del latido cardíaco.
Cuando las válvulas aurículoventriculares se cierran, esto impide que la sangre regrese a las aurículas. Durante este breve
período de tiempo, las válvulas aórtica y pulmonar están abiertas para que la sangre pueda entrar en las arterias aorta y
pulmonar. Cuando los ventrículos se dejan de contraer, se cierran las válvulas aórtica y pulmonar para impedir que la sangre
retroceda hacia los ventrículos. Este cierre es el que crea el segundo sonido del latido cardíaco.
2. La segunda fase se llama diástole. Ocurre cuando las válvulas aurículoventriculares se abren y los ventrículos se
relajan. Esto permite que los ventrículos se llenen de la sangre procedente de las aurículas, y se preparen para el próximo
latido cardíaco.

SISTEMA NERVIOSO

El sistema nervioso es uno de los más importantes y complejos del cuerpo humano.
Muchas personas, cuando escuchan hablar del sistema nervioso, piensan solamente en los nervios. Pero lo cierto es que se
trata de un entramado que comprende muchas más partes del cuerpo, y que tiene una función esencial en él.
Tiene múltiples funciones, entre ellas recibir y procesar toda la información que proviene tanto del interior del cuerpo como del
entorno, con el fin de regular el funcionamiento de los demás órganos y sistemas.
Este sistema está formado, principalmente, por dos tipos de células, las neuronas y las células gliales. La primera es la célula
fundamental, se encarga de procesar y transmitir la información a través de todo el sistema nervioso. Las segundas son
células que realizan la función de soporte y protección de las neuronas. Las neuronas no pueden funcionar en ausencia de las
células gliales.
En este blog vamos a intentar resumir todo lo que hay que saber sobre este tema: qué es el sistema nervioso, cuáles son sus
funciones y cómo se estructura. Y es que conocer este sistema es esencial en neurocirugía, ya que son varias las lesiones de
columna que derivan en la presión o incluso aplastamiento de algunas de sus partes.
El sistema nervioso
Se llama sistema nervioso al conjunto de órganos y estructuras de control e información del cuerpo humano, constituido por
células altamente diferenciadas, conocidas como neuronas, que son capaces de transmitir impulsos eléctricos a lo largo de
una gran red de terminaciones nerviosas.
 
El sistema nervioso es común al ser humano y a la mayoría de los animales cordados, los artrópodos, los moluscos,
platelmintos y cnidarios. Otros grupos animales, como los protozoos, los poríferos y las plantas, en cambio, no poseen sistema
nervioso diferenciado.

 
Este aparato de transmisión de energía química y eléctrica recorre el cuerpo entero y permite la coordinación de los
movimientos y acciones, tanto las conscientes como las reflejas, a partir de lo cual se distinguen dos tipos de sistema
nervioso: el somático y el autónomo. El primero se ocupa de la conexión entre las extremidades del cuerpo y  el cerebro,
mientras que el segundo lo hace de las acciones reflejas e involuntarias.
 
Funciones del sistema nervioso
El sistema nervioso tiene tres funciones básicas: la sensitiva, la integradora y la motora.
– Sensorial: Percibe los cambios (estímulos) internos y externos con los receptores u órganos receptivos. Los cambios
incluyen una amplia gama de factores físicos como la luz, presión o concentración de sustancias químicas disueltas.
 – Integradora: Analiza la información sensorial y toma las decisiones apropiadas. Se activa o modifica por la información que
está almacenada y se recupera de la memoria.
 – Motora: Provoca respuestas de músculos o glándulas. El sistema nervioso puede estimular músculos y glándulas para que
actúen o inhibirlos.

Partes del sistema nervioso

 Sistema nervioso central (SNC): está compuesto del encéfalo y la médula espinal. El encéfalo, a su vez se compone
de: cerebro, cerebelo y bulbo raquídeo. La médula espinal, en tanto, se conecta al encéfalo y se extiende a lo largo del cuerpo
por el interior de la columna vertebral.
 
 Sistema nervioso periférico (SNP): engloba todos los nervios que salen del sistema nervioso central hacia todo el
cuerpo. Está constituido por nervios y ganglios nerviosos.
Las neuronas
Las células del sistema nervioso se llaman neuronas, y son de suma importancia para su correcto funcionamiento, ya que se
encargan de transmitir la información sensorial.
Las neuronas reciben los estímulos de todas las partes del cuerpo y, a su vez, mandan las respuestas para que los órganos y
otras capacidades físicas funcionen adecuadamente.

SISTEMA REPRODUCTOR MASCULINO


El sistema reproductor masculino está formado por el pene, el escroto, los testículos, el epidídimo, el conducto deferente, la
próstata y las vesículas seminales.

 El pene y la uretra forman parte del sistema urinario y reproductor.


 El escroto, los testículos, el epidídimo, los conductos deferentes, las vesículas seminales y la próstata constituyen
el resto del sistema reproductor en el varón.

Introducción al aparato reproductor masculino

El pene consta de la raíz (que está unida a las estructuras abdominales inferiores y los huesos pélvicos), la parte visible del
cuerpo y el glande del pene (el extremo en forma de cono). El orificio de la uretra (el canal que transporta el semen y la
orina) se encuentra en la punta del glande del pene. La base del glande recibe el nombre de corona. En los hombres no
circuncidados, el prepucio parte de la corona y cubre el glande.
El pene contiene tres espacios cilíndricos (senos llenos de sangre) de tejido eréctil. Los dos más grandes, los cuerpos
cavernosos, se encuentran uno al lado del otro. El tercer seno, el cuerpo esponjoso, rodea casi toda la uretra. Cuando estos
espacios se llenan de sangre, el pene aumenta de tamaño y se pone rígido (erecto).
El escroto es un saco de piel gruesa que rodea y protege los testículos. Además, actúa como un sistema de control de la
temperatura para los testículos, porque estos necesitan estar a una temperatura ligeramente inferior a la corporal para
favorecer el desarrollo normal de los espermatozoides. El músculo cremáster de la pared del escroto se relaja para permitir
que los testículos se alejen del cuerpo para enfriarse, o se contrae para tirar de ellos y que se acerquen más a este en
busca de calor y protección.
Los testículos son cuerpos ovoides con un tamaño medio de 4 a 7 cm de largo y de 20 a 25 mL de volumen. En general, el
testículo izquierdo cuelga un poco más que el derecho. Los testículos tienen dos funciones principales:

 Producir espermatozoides (que transportan la carga genética del hombre)

 Producir testosterona (la principal hormona sexual masculina)

El epidídimo consta de un solo conducto microscópico en espiral que mide casi 6 m de largo. El epidídimo recoge los
espermatozoides del testículo y proporciona el entorno adecuado para que los espermatozoides maduren y adquieran la
capacidad de moverse por el sistema reproductor femenino y fertilizar un óvulo. Cada testículo tiene un epidídimo.
Órganos reproductores masculinos

El conducto deferente es un canal firme, del tamaño de un espagueti, que transporta los espermatozoides desde el
epidídimo. Este conducto viaja desde cada epidídimo hasta la parte posterior de la próstata y se une a una de las dos
vesículas seminales. En el escroto, otras estructuras, como fibras musculares, vasos sanguíneos y nervios, también
acompañan a cada conducto deferente y juntos forman una estructura entrelazada, el cordón espermático.
La uretra cumple una doble función en el hombre. Es la parte de las vías urinarias que transporta la orina desde la vejiga y
la parte del aparato reproductor por la cual se eyacula el semen.
La próstata se localiza justo debajo de la vejiga y rodea la uretra. Tiene el tamaño de una nuez en los hombres jóvenes y
crece con la edad. Cuando la próstata aumenta demasiado de tamaño, obstruye el flujo de orina por la uretra y
causa síntomas urinarios molestos.
Las vesículas seminales, situadas encima de la próstata, se unen a los conductos deferentes para formar los conductos
eyaculadores, que cruzan la próstata. La próstata y las vesículas seminales producen un líquido que nutre a los
espermatozoides. Este líquido suministra la mayor parte del volumen del semen, y con él se expulsan los espermatozoides
durante la eyaculación. El resto del líquido que forma el semen proviene de los conductos deferentes y de las glándulas de
Cowper en la uretra.

Sistema Reproductivo Femenino

El sistema reproductivo femenino se encuentra ubicado en la parte inferior del abdomen, protegido por los huesos de la pelvis.

Se divide en dos partes: los genitales externos y los genitales internos.

Los genitales externos están constituidos por la vulva, donde se encuentran los labios mayores y menores, el orificio urinario
por donde fluye la orina, el clítoris: pequeño cuerpo eréctil ubicado en la unión de los labios menores y el orificio de la vagina,
cubierto parcialmente por el himen.

Los genitales internos están formados por la vagina, el útero, las trompas de Falopio y los ovarios.

La vagina comunica el aparato genital interno con el externo; es el canal que recibe el pene durante la relación sexual y sirve
como canal de nacimiento durante el parto.

El útero (matriz) es un órgano hueco. Su cavidad está revestida por una membrana llamada endometrio que es un tejido
especialmente preparado para la protección y nidación del bebé. La función del útero es albergar y proteger al embrión hasta
el nacimiento.

Las trompas de Falopio se extienden desde la parte superior del útero hasta los ovarios. En ella se produce la fecundación
(unión del óvulo o célula reproductora femenina con el espermatozoide o célula reproductora masculina)
Transporta el óvulo fecundado hasta el útero.

Los ovarios son dos pequeñas glándulas ubicadas una a cada lado del útero y próximas a las aberturas de las trompas de
Falopio. Tienen dos funciones:

La producción y almacenamiento de los óvulos hasta que maduren.

La producción de las hormonas sexuales femeninas: estrógeno y progesterona.

Ahora que ya conocen cual es la función de cada órgano del sistema reproductivo femenino, pueden consultar en el ciclo
menstrual como funcionan todos en conjunto.

SISTEMA ÓSEO

APARATO RESPIRATORIO

SISTEMA CIRCULATORIO

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