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EL DISCURSO CIENTIFICO Teoria y aplicacion surco. ¢ Bartolo Garcia Molina CAPITULO I CIENCIA, SOCIEDAD Y DISCURSO Aguello que no se cuenta terminard por desaparecer tarde otemprana. JM, Adam 1. Ciencia, tecnologia y sociedad Sin los aportes de la ciencia, el planeta no podria albergar y ali- mentar los mis de siete mil millones de seres humanos que lo habi- tan. El conocimiento que produce la ciencia se convierte en tecno- logia, y esta en factor imprescindible para la produccién de bienes y servicios y para el aumento de la productividad. Hoy disfrutamos de bienes y servicios que serfa imposible producir sin el aporte de la ciencia a través de la tecnologia (aporte a la produccién). La tec- nologia permite que se alojen més personas en menos espacio, que se coseche mucho mas en menos terreno, que se produzca més con menos obreros, que nos transportemos en menos tiempo, ete. (apor- te a la productividad). La ciencia ha hecho posible que se coseche en terrenos estériles, que se produzcan asentamientos humanos en lugares inhabitables en condiciones naturales, que se aprovechen las aguas, el viento y el calor, que la tierra entregue sus minerales, ete. Las expectativas y la calidad de vida han aumentado espectacu- larmente al ritmo de desarrollo de la ciencia. La ciencia no sola~ mente ha permitido producir nuevos bienes y servicios, aumentar la produccién y la productividad y domar la naturaleza para bien de la humanidad, sino también garantizar una relativa seguridad de la produccién y de la vida. Comenzando con la conservacién de ali- mentos y terminando con el cultivo a discrecién en cualquier época _ ge isu ent frutos cuya pro zo: teortay aplicacion duccién era exclusiva de una temporad, Ja ha dado a los seres humanos la osibilidag | servicio de sus necesidades. Se podriy afirmar que la ciencia ha roto la dependencia de las veleidades de jy naturaleza. Las épocas de «das vacas flacas» se acontecen mas por jy ‘a humana que por la impiedad de la naturaleza. Probable. mente el fuego Y Ja sal fueron las primeras aplicaciones «tecnolégi. cas» de los seres humanos para transformar y conservar los alimen- tos, y asi prevenirse de las eventualidades naturales. En el eampo de la salud, el aporte a la calidad y las expectativas no solo ha posibilitado la produc- aluable. La ciencia ntos, de equipos y de material biolé- del aito de fi c Ja ciencia la ciencla de someter @ Ja naturaleza a injustici de vida es inv cidn de medicinas, de instrumel ‘acen posible hasta el trasplante de drganos y que contri- mentar la calidad y Ja expectativas de vida; sino ademiés, conductas nocivas, prevenir enfermedades y 2 arian el medio ambiente. El conocimien- ollar hébitos que optimizan la salud y e gicos que hi buyen a aun ha ayudado a evitar reciclar objetos que degrad: to cientifico permite desarr’ bienestar y que prolongan la vida. La prevencidn que permite el conocimiento cientifico no se limita al campo de la medicina. Conocer el peligro por adelantado permite minimizar su eventual efecto. Conocer la trayectoria de los fenéme- nos atmosféricos y la inminencia de una avalancha o del desborde de un rforpermite salvar miles de vidas y preservar bienes. ¥ ni qué decir de la intereeptacién de meteoritos o fragmentos espaciales que pudieran impactar el planeta La ciencia no solo puede predecitlos sino evitarlos, por lo menos reducir sus efectos. No obstante todo lo anterior, hay que admitir que el conocimien- to cientffico también ha sido usado en detrimento de la humanidad: armamentos de destruccién masiva, agresién al medio ambienté instrumentos de torturas, etc. demuestran | que el desarrollo cientifico tiene su aspecto polémico. La ciencia n° inventé Ia guerra, ni el egofsmo que lleva a unos pocos @ obtener ganancias a costa de la degradacién del ecosistema, nia los tortura dores, Ante que la ciencia se desarrollara, la actitud autodestructiva de los humanos ya existia, La ciencia lo que ha hecho es darles mas | manipulacién genética, Ciencia, sociedad y discurso posibilidades de construir y destruir. Tanto que el mismo Einstein admitié que «la tecnologia se ha convertido en hacha en manos de un demente». El problema esté en los seres humanos y en la socie- dad. Por eso surgié el enfoque CTS (ciencia, tecnologia y sociedad). «Si bien la ciencia y la tecnologfa nos proporcionan numerosos y po- sitivos beneficios, también traen consigo impactos negativos, de los cuales algunos son previsibles; pero todos ellos reflejan los valores, perspectivas y visiones de quienes estan en condiciones de tomar decisiones concernientes al conocimiento cientifico y teenolégico» (Cuteliffe, citado por Nujiez Jover, 2005:08). - La ciencia no se puede ver al margen de la sociedad en que se pro- duce y para la cual se produce, pero hay que enfatizar en la necesidad de reforzar y extender el aspecto ético y moral de la producci6n y aplicacién del conocimiento cientffico. Para Hostos, el orden moral en la ciencia tiene que ver con la verdad, y como la verdad es el norte de la ciencia, pensaba que el cientffico por su propia actividad era de los profesionales mas vinculados al orden moral: «Es en la ciencia probablemente la actividad humana en que se despliega mayor fuer- za concisa y en que los individuos viven de un modo mas conforme con el orden moral» (Hostos, 2003:199). De manera, que desde la perspectiva hostosiana, los problemas de la mal aplicacién de los conocimientos cientificos no es culpa de los cientfficos (estos para Hostos tienen un nivel de consagracién, entrega y desinterés por los bienes materiales que rayan en lo mistico). Algo debe quedar claro, la ciencia es imprescindible para la salud del planeta. Ella puede servir para autodestruirnos, pero sin ella es impensable que ni siquiera la mitad de la poblacién mundial actual pueda sobrevivir en el planeta. 2. Sobre el discurso El discurso es el espacio donde la lengua cobra fisonomia y donde despliega todas sus potencialidades; se construye con las unidades lingitsticas (palabras, sintagmas, oraciones, pérrafos, etc.), pero es mucho més que la suma de sus partes. Mientras no se plasma en f 23] eiscurso enti: or yaplica ua es una entidad mental que permea y Condicig, " oreepciones del medio circundante y nuestro modg de na nuestras perce Jenguaje reproduce el mundo pero sometiénd, conceptualize von pape Es logos, discurso y raz6n al tiempo loauna Ore ae ariesom? (Benveniste, 1978: 26). Es en el discurg ae aie eal lo que hacemos con la lengua. Cuando somo, gees de convertir en discursos nuestras percepciones, emocig. nes ¢ informaciones es porque hemos realizado un proceso de cons. truccién conceptual por medio de Ia lengua. De ahf que el hablar y el escribir con rigor sean medios excelentes de producir y mejorar nuestro pensamiento, pues los mismos implican la produccién de discursos. Hace cuatro siglos el filésofo inglés Francis Bacon intuys lo que las teorias del discurso y la Psicologia cognitiva explican hoy En su Novum Organum escribié: «El leer hace completo al hombre, el hablar lo hace expeditivo, el escribir lo hace exacto». No todo conglomerado de unidades lingiifsticas constituye dis- curso, porque este tiene unas cualidades supralingiifsticas, tales como la coherencia, la cohesién, la isotopia y Ia relacién légica de las unidades lingiifsticas que son imprescindibles para pasar del | conglomerado de palabras al discurso. Son estas cualidades las que garantizan la textualidad. Por eso, las construcciones macarrénicas, cantinflescas 0 farragosas no se pueden considerar discursos. Tam- poco las «trespatinadas». Para construir verdaderos discursos hay que desarrollar la competencia discursiva, Esta competencia requie- rede mucha lectura y del habito de escribir, inten norte deben desarrollar la capacidad de retar 'scursos acordes con sus necesidades (com oe discursiva), Pues en ciencia, el discurso lo permea todo. » NO es solo eso, pero todo es eso» (Locke, 1992: 263). Los hallazgos de la cienci i iscurso Y con el discurso, ensar hablary eserbiren henna a ncane ‘i : ¥ escribir en los términos del discurs? cin discurso, Ia Teng Ciencia, sociedad y dscurso como afirma Marfa Pilar Jiménez Aleixandre, «aprender a hablar del mundo en otros términos» (Jiménez, Aleixandre, 2007). Otro factor importante para aprender a producir cientificamente es la actitud cientifica en la cotidianidad. Como dice Ezequiel Ander Egg, «En ultima instancia, la actitud cientifica es un estilo de vida» (Ander Egg, 1995:131). Esa misma idea es difundida y defendida por Eco (2006) y por Jiménez Aleixandre (2007). Una actitud cientffica ante los actos de la vida cotidiana y académica incide considerable- mente en la conformacién de una mente cientffica. Una mente cienti- fica refuerza el pensamiento critico y la btisqueda de respuestas logi- cas alos problemas epistemol6gicos, y procura soluciones racionales a las dificultades que se presentan. Los estudiantes , cuando aplican sus conocimientos curriculares para resolver problemas y dificulta- des de diversas indoles; los médicos, cuando hacen un diagnéstico; los meteorlogos, cuando hacen un pronéstico; los sociélogos y los economistas, cuando hacen una proyeccién; los mecénicos, cuando realizan un chequeo; y hasta los campesinos, cuando determinan las épocas apropiadas para la siembra estén aplicando conocimientos, con lo que muestran una actitud cientffica ante los desafios que les presentan sus respectivos ambitos de ejercicio laboral. La actitud cienttfica, por supuesto, favorece la produccién de dis- cursos dentro de los pardmetros de la ciencia, con lo cual se abona considerablemente el camino hacia la construccién del conocimiento: cientffico. Sin discurso no hay ciencia, por lo que hay que dedicar todo el esfuerzo necesario para desarrollar la capacidad de producir discursos en general y el cientifico en particular. La relacién de cien- cia y discurso se veré atin mejor en el siguiente apartado. 8. Ciencia y discurso Cualquier definicién que se adopte de ciencia implica que esta en liltima instancia es discurso, independientemente de que el concep- to haya variado histéricamente. Desde las formulaciones mas tradi- cionales hasta las mas modernas sugieren que la ciencia se plasma en el discurso. Rosental (1967:65) la define como «...forma de la , oN j'- Ediscurso cientifico:teorfa yaplicacién conciencia social que constituye un sistema histéricamente form, Jeronocimientos ordenados cuya veracidad se comprueba y se ado seat) earso de Ta préctica social». Thomas Kubu, tambig, sean ne a la ciencia como discurso: «Si la ciencia es la constely we pide hechos, teorfas y métodos recogidos en los textos al use antonces los cientificos son las personas que con éxito o sin él, hat intentado aportar un elemento u otro de esa constelacién Conese (isuhn, 2006:58). David Locke, en la linea de Kuhn sostiene que cl empresa cientifica entera estd determinada en gran medida por ¢ Ienguiaje en que se formula». En cierto sentido, «esto es simplemen- te una extensin de la perspectiva de Kuhn y de Feyerabend cuando afirman que el trabajo del cientifico no esté determinado solo por el paradigma (si pudiera separarse el paradigma de su lenguaje) sino por la formulacién lingifstica del paradigma» (Locke, 199297) Otros muchos filésofos de Ja ciencia 0 metodélogos definen la cjencia como un conjunto de conocimientos racionales, ciertos 0 tables, sobre la realidad observable, obtenidos mediante el mé 2000; Ander Egg, 1995; Castell6, 2007; z. y Montero Melcher, 2002; Gutiérrez prol todo cientifico (Alvarado, Dfaz, 2000; Galin Rodrigue Rodilla, 2005; y Sierra Bravo 1998). Planteado asf el concepto de ciencia, encia. Ain més, esta se construye en el discur: oye la expresion «la ciencia», no se puede dejar de evocar como discurso. Las ciencias no estan en los libros de metodologi# de la investigaci6n cientffica, ni en Jos de historia de la ciencia, ™ siquiera en los de filosofia de la ciencia. Las ciencias especiales esta res discursos recogidos en libros, revistas ¥ artioulos stituye en discul™ a Histor discurs° culares !? es obvio que sin discurso no so. Cuando se hay ci Ja ciencia en sus particula’ especializados, etc. Cada ciencia se construye y con’ so particular. La Biologia, la Neurolingitfstica, la Fisica, | la Sociologia y todas las ciencias estan plasmadas en sus E] conjunto de todos los discursos de las ciencias parti lamaré discurso cientffico. ba | El discurso cientffico es mas que un vocabulario especial ie | discreto; es mas que una «jerga» 0 sociolecto; es el espacio 08 se construyen los hechos cientificos. «No existen objeto’ ° a loo Ciencia, sociedad y discurso + cientfficos que preexistan al lenguaje en que se formulan» (Galan Rodriguez y Montero Melcher, 2002:36) Locke es mas radical atin: «El discurso cientifico, como todo discurso, constituye, configura, organiza, estructura, y hasta, en cierto sentido, crean lo que pasa... (Locke, 1999:253). Se podrfa decir que en realidad esa es una funcién de la lengua y su expresién en el discurso que se aplica a cualquier tipo de conceptualizacién. Con distintas palabras Manuel Maceiras y Mufioz Redén (1999: 61) sostienen que la lengua mas que reflejar las cosas, las recrean. Aunque la ciencia no es solo discurso, sostengo que es esen- cialmente discursiva. También las dimensiones empfrica y meto- dolégica forman parte de la ciencia. «Una ciencia, en alguna fase de su desarrollo, implicaré una serie de técnicas para articular, aplicar y comprobar las teorfas de que se compone» (Chalmers, 2009:267). Atin en sus dimensiones practicas, la ciencia mantiene su esencia discursiva. La prdctica cientifica es posible porque existe el conocimiento cientifico, el cual siempre se construye y expresa en forma discursiva. En algunas ciencias se esta tomando conciencia de su esencia discursiva. E] antropdlogo Miguel Alvarado lo expresa sin amba- ges: «Desde nuestra perspectiva, la Antropologia actual es un tipo de discurso que deambula entre el recurso analégico estético y su adscripcién a la textualidad cientifica propia de la Lingiifstica y las ciencias naturales, nutriéndose para ello de discursos primarios que deambulan en el contexto cultural del antropélogo y que, desde la superestructura textual que apela a la reivindicacién de la diversi- dad, intenta constituirse, de manera bastante heterogénea y disimil en un tipo de discurso cienttffico» (Alvarado, 2000:38). Lo que se postula para la antropologfa se puede aplicar a cualquier ciencia par- ticular, a una mas que otras. ¢Qué ser la Historia, y demas ciencias sociales, sino discursos? » Bel sl elsersocientfio: teorlaY aplicacion sticas o principios de Ja ciencia Cominmente, al referirse a las earacterstces de la ciencia, se, confunde con las caracteristi 7 del discurso cientifico, a veces bj epfgrafes como: conocimiento cientffico, lenguaje cientéfico, investigaciy nus cientfficas, vocabulario cientifico, estilo ctentffico y hasta jerga ciey. flea. La ciencia como concepto es distinta a la ciencia como produ cién de conocimiento, aunque en ambos casos sea discursiva. Basady en esa distincién esbozaré una caracterizacién de la ciencia y en ¢ capitulo Ill, presentaré las caracteristicas del discurso cientifico con 4, Caracter’ sus correspondientes criterios de demarcacion. No toda actividad investigativa es cientifica. Hay condiciones indispensables (principios) que se exigen para considerar cientifica una actividad. Las cinco condiciones en que hay mayor coinciden- cia entre los filsofos de la ciencia y los metodélogos para consi- derar cientffica una actividad investigativa son la discursividad, la metodicidad, la objetividad la falibilidad, y la teoricidad. Estas caracterfsticas funcionan como principios demarcadores de las acti- vidades cientificas y por tanto, sirven para diferenciarlas de las no cientificas y hasta de las pseudocientificas, La discursividad: Que la ciencia sea discursiva significa que sts resultados no son puntuales ni fragmentarios ni aislados, antes bien, se despliegan en el texto con la coherencia, la cohesién, la isotopia J la sistematicidad, propias de los discursos construidos con rigor Ciencia, sociedad y discurso + una verdad. Pero la verdad al ser virtual tiene que estar expresada por uno o mas enunciados. La verdad se construye discursivamente a partir de los hechos empiricos, los cuales son circunstancias 0 es- tados de cosas reales. «Todo lo que es enunciable correctamente en algiin lenguaje posible es un hecho» (Reschy, 1994: $1). No hay una relacién biunivoca entre hechos empiricos y verdad, pues la verdad se puede enunciar de distintas maneras condicionada por la lengua en que se concibe y se expresa. Ademés pueden existir hechos que no se expresen discursivamente. «Hay prima facie més hechos que verdades. Toda verdad debe enunciar un hecho, pero es en principio posible que haya hechos que transitoriamente o nunca sean enuncia- bles en ningtin lenguaje disponible. Los hechos son verdades poten- ciales cuya actualizacién como tal depende de la disponibilidad de un aparato lingiifstico adecuado para su formulacién» (Reschy, 1994: 32). También puede acontecer que algunos hechos sean ignorados discursivamente y que desaparezcan sin dejar rastros, ni empfrica ni virtualmente. Otros desaparecen y la ciencia los «desenmascara» y los reconstruye factica y/o discursivamente. Una calle en mal esta- do que nunca se convirtié en referente discursivo desaparece como tal, sin dejar rastro. Lo mismo se puede decir de un bosque, de una reunién etc. Muchas noticias son discursos que se construyen cuan- do alguien es capaz de ver més allé de lo aparente, y a partir de una realidad social (relaciones de injusticia, por ejemplo), fisica (una ca- le en mal estado, por ejemplo) o natural (exterminio de una fauna, por ejemplo) que ha estado ahf 0 que ha estado sucediendo por mu- cho tiempo, produce un mundo nuevo, virtual y real ala vez. Virtual porque es una recreacién de la realidad material; y real porque se corresponde con ese mundo objetivo que es la realidad material. Metodicidad: La ciencia es metédica porque sin método no hay actividad cientifica. «A nuestra actual comprensién de lo que es la ciencia, en tanto paradigma de verdadero conocimiento, le es inhe- rente la centralidad del concepto de método» (Ruben H. Prado, en Dfaz, 2000:40). El método de la ciencia incluye la capacidad especu- lativa o de transcender los hechos mediante la conjetura. La ciencia co. EI Eldiscurso cientifco: teorfay aplicacién ms que fitica es trangfetica porque la ciencia se atiene g pero los relaciona, explica y los sistematiza para constr, cubrimientos. «E] método de la ciencia — dice Popper - es ling de conjeturas audaces e ingeniosas seguidas por intentos pip, de efitarlany (Poppe, 2007108. Este sera el metodo rage 0 racional-erftico por el que propugnaba Popper, it Parte del método de la ciencia es la problema: vacién. Hay una estrecha relacién entre problem ci6n, pues para que una observacién sea eficaz di ma, pero a menudo, se problematiza una realida observaciones. Para Karl Popper (2007:808) no se Parte de obsey ciones, sino de problemas, (problemas précticos o de ung teoria Se encuentre en dificultades). Popper parece contradecir Ja tradi tedrica en cuanto a que la ciencia parte de la observacién. Lo sucede es que las primeras observaciones son preliminares y sirven para formular las preguntas que ayudarén a realizar obser-vaciones nds perspicaces y audaces. Digamos que se parte de observations imprecisas, se formulan problemas, se continia con observaciones mas perspicaces y audaces, etc. Pero en todo caso, la observacién y a problematizacién forman parte del método de la ciencia, El método de la ciencia también es analitico, La ciencia no aborda la realidad como un todo, aunque al estudiar una parte no pierde de vista la globalidad. Las investigaciones cientificas parten de proble- mas circunscritos 0 limitados a aspectos especfficos, En la investige- cién cientifica, el objeto de investigacién se descompone en pattes (Bunge, 1915). Sin método cientifico, no hay garantia de la «cientificidad» de los Conocimientos que se produzean. A pesar de eso, algunos fil6sofos de la ciencia como Paul Feyerabend niegan la pertinencia del métor do cientffico. «La idea de un método que contenga principios - tificos infalibles, inalterables y absolutamente obligatorios que a los asuntos cientificos entra en dificultad al ser confrontada con ‘ resultados de la investigacién histérica» (Feyerabend, 2010). 7 rabend exagera las ponderaciones que se hacen del método ci a fico para poder justificar su «anarquismo epistemolégicon. En los OS het, Uir Jos tizacion Y a ob, atizacién y obser, lebe haber un prot, d después de algung TV que cion que Ciencia, sociedad y discus [ES de sus libros, Adiés a la raz6n, declara la inexistencia del método cientifico: «Soy profesor de método cientffico, pero tengo un proble- ma: el método cientffico no existe» (Feyerabend, 2008). Se podria discutir el peso del método en la produccién cientifica, pero negarlo es quitarle a la ciencia uno de sus principios, con lo que se acercarfa a Ia pseudociencia. Y es que para Feyerabend, no hay diferencia entre ciencia y aquello que no lo es. Su consigna es que solo existe una re- gla para el conocimiento: odo vale. Con esto Feyerabend favorecfa la chapucerfa y las imposturas cientfficas, por lo que no es de extrafiar que surgieran algunas modas pseudocientificas y hasta anticientifi- cas. Una de estas modas es el anarquismo epistemolégico del profesor el cual “...expuso con brillantez, agudeza, irreverencia y escanda~ losa superficialidad en su Tratado contra el método. Esta obra se ha convertido en la Biblia de quienes han abandonado la universidad, asi como de los suspicaces y los enemigos de la ciencia, porque ens: fia que esta no es mejor que la magia, la religién o la pseudociencia» (Bunge, 2010). Teoricidad y legalidad: La ciencia es teérica y legal. La cien- cia construye y constituye conocimientos a partir del cuerpo tedrico (marco teédrico) y de las leyes existentes. La ciencia se preocupa «... por construir sistemas de ideas organizadas coherentemente, y de incluir todo conocimiento parcial en conjuntos cada vez mas am- plios. No pasa por alto los datos que puedan ser relevantes para un problema sino que, por el contrario, pretende conjugarlos dentro de teorfas y leyes mas generales» (Sabino, 1992:20). Este principio justifica y resalta la necesidad que tiene todo investigador de revisar y estudiar las investigaciones colaterales a la suya (antecedentes) y las teorfas que subyacen en su linea de investigacién o que ayudan a explicar el problema abordado. El conocimiento (discurso) que produce la actividad cientifica est4 nucleado por teorfas y leyes cientificas. «Todo capitulo de una ciencia especial contiene teorfas o sistemas de ideas que estan rela- cionados légicamente entre si, esto es, que estan ordenadas mediante la relacién ‘implica’. Esta relacion entre Jas ideas puede clasificarse do de que la sustitucién de cualquiera gg h bio radical en Ia teorfa o gruy, i ulacién del nuevo Conociniey y con las teorfas y Jeyes existentes al timentacion del conocimiento cientfigg nocimiento cientffico aunque ¢ vinculaciones holisticas precisa, ica, en el sentit -oduce un cam! jg basicas PP —_ esis basieas Pe .98), Sin la vine (Bunge, 1985:28 .o.con e] anterior -fq en la compar" {que denuncia Morin (2007). El co} necesariamente especializado logra mente por su caracter legal. tearfas» to cientific ecto, se caer La falibilidad es el principio 0 caracterfstica més jencia. Al asumirse falible, la ciencia esta en stante refutaciones, falsaciones y contras- surge la semilla renovadora, critica y em. prendedora de la ciencia. G. Bachelard 1o dice casi poéticamente en el eptlogo de su libro. La formacién del espiriin cientéfico: contribucina wm psicoanélisis del conocimiento objetivo. «En la obra de la ctencia sol puede amarse aquello que se destruye, s6lo puede continuarse el pa- sado negandolo, sélo puede venerarse al maestro contradiciéndolo» (Bachelard, 2007:297). Karl Popper (1972:266), con todo y que es un abanderado de Ia objetividad de la ciencia, no deja de escribir unas Iineas Menas de poesfa aplicables a Ja falibilidad de la ciencia: «La historia de la ciencia, como la de todas Jas ideas humanas, es una historia de sue- fos irresponsables, de obstinacién y de errores». Que la ciencia se falible también implica que sus descubrimientos sean transitorios 0 Haale sujetos a falsaciones, refutaciones y contrastaciones y ras Vi i i Be naan ees la Gencia implied duela iniema eg Wacthadin heer ae depres, eLaciencianoea uh sstoos aes ce total de conocimiento, sino un proc See eae terminade fin dltimo puede oe eso: una actividad investigadora cuy? perfecto, cae a ser completar un sistema acabado J Altimo término inaleanzable, (e lena conciencia de que este fin es €” enfatiza que mientras = : (Rescher, 1994:1003). E] mismo autor Bresar tiene sentido, llegar no lo tient: Falibilidad: revolucionario de la ci constante cambio, en con: taciones. De la falibilidad Alcanzar la perfeccién no le es dable a la ciencia, a lo sumo, pretende alcanzar grados cada vez mayores de perfeccién. Ast lo expresa John Herschel (citado por Rescher 1994:103); La ciencia es esencialmente incompleta e incapaz de ser plena- mente incorporada en un sistema, o abarcada por una sola mente (-.-) De modo que en cualquier estado de conocimiento en que poda- mos pensar que esté situado el hombre, su progreso hacia un estadio superior nunca tiene por qué tener un Ifmite, sino que ha de conti- nuar mientras exista la sociedad. Popper (2000:327) ademas de admitir que la ciencia «no avan- za firmemente hacia un estado final», afirma que la ciencia tiene un valor que excede la mera supervivencia bioldgica: «...aunque no puede alcanzar ni la verdad ni la probabilidad, el esforzarse por el conocimiento y la biisqueda de la verdad siguen constituyendo los motivos més fuertes de la investigacién cientifica». Si la ciencia no puede alcanzar la verdad, ni siquiera la probabilidad, al menos debe empefiarse en lograr la verosimilitud, postula el mismo Popper en otro de sus textos (2007:78). El que la ciencia sea falible implica que su discurso o sistema de conocimientos pueda ser refutable y testable o falsable. Mientras mas fracasan los intentos de refutaciones empfricas, mAs exitosa se considera una teorfa, segtin Popper (1972). La verificabilidad que los epistemélogos y metodélogos le asignan a la ciencia hay que verla en funcién de que garantizan la refutabilidad: lo que no puede ser verificado, tampoco puede ser refutado. Lo que no puede ser verifi- cado, refutado o falsado hoy puede serlo mafiana. Fue lo que sucedié con la teorfa (hipétesis en principio) de la relatividad formulada por Albert Einstein en 1905 y reformulada en 1915, pero sometida a verificacién en 1919. Sin embargo, la falsacién no debe descartar la comprobacién, pues la verificacién corroboracién de las hipétesis y teorfas son for- mas complementarias de Ia falsacién. (Cuando trate las caracterfs- ticas del discurso cientifico, en el capitulo Ill, retomaré este tema). Si la ciencia es falible, también es inacabada, pues el cientffico no asume que sus hallazgos o teorfas constituyen verdades inamovibles. Ciencia, sociedad y dscurso + determinado tipo son datos tiltimos : wn dogina peligros ; un dogma que, le r ractica cientifica» (Bunge, 197.74 absolutas, dogmas incuestionables, con; absolut jefinitivas, <-- debe mirar py cia, Esta SOlO elabora hipétesis, mae e siempre pueden ser modific,, Ja fuerza de los hechos: pero es Jo mj crear», J L. Arsuaga, citado fo, te por o es capaz de enicia se puede observar en que un ob. table en su descripcion. Basta aplicare jan aristas, perspectivas o hados. «Simplemente, Ja ciencia no puede descr. bir e} mundo completo. La tarea es demasiado grande: el dominio de los hechos cientificamente relevantes es demasiado amplio para describirlo por completo» (Rescher, 1994:30-$1). De ahf surge lt necesidad de que el investigador precise su objeto de investigaciény delimite el problema que abordard. No hay que decepcionarse por los limites de la ciencia: falible, inacabada, mutable, etc. Estos limites en lugar de frenar el progreso cientffico mas bien lo estimulan. Como explica el filésofo Manuel Maceiras: «...no por el desconocimiento de su contingencia verite ae . menos rigurosa, porque toda verdad queda gadores, y por sf a sits a ee, ae Cone oie ae goza de objetividad por” ella misma considere revocable o revisable cance nsidere revocable de sus teo i ‘visable el al pricticamente inag0 Jicas para que Sul jeto es nee las categorfas aristote aspectos no sospecl Objetividad: i oo nm cimiento cientifico Hes este principio, Jaeoria eakseignbttel Go" investigador r tratada como al iy ideot YG cothd producto ‘ae'cus siete ee del sui logia. Si le sus intereses, Siti i ferencias © coo investi prefer’ igador se dej: - leja gui ar por los ele Concise does EEN mentos subjetivos podrfa crear opinién pero no ciencia, Para Ba~ chelard (2004:17), la opinién es el primer obstaculo a superar en el desarrollo del espfritu cientifico. La objetividad cientffica se manifiesta desde la planificacién del proyecto de investigacién hasta la redaccién del informe (discurso cientffico). Tiene que ver con la capacidad del cientffico de separarse del objeto que se quiere conocer. Rubén H. Prado (en Dfaz 2004:41), sostiene que por objetividad debe entenderse «...la capacidad del sujeto de elevarse por sobre todo condicionamiento histérico y sub- jetivo y de tomar distancia suficiente respecto al objeto por cono- cer, como para tomar el punto de vista de un observador neutral». Los cientificos no tratan de probar un punto de vista personal ni de refutar una teorfa por factores personales. Por el contrario, «. toman ciertas precauciones para evitar que cualquier prejuicio per sonal influya en sus observaciones. Buscan la verdad y aceptan los hechos, aun cuando vayan en contra de sus opiniones» (Ary, Jacobs y Razavieh, 1998:13). El principio de la objetividad obliga al cientifico a ocuparse de hechos, no de valores y opiniones y a hacer corres- ponder las teorfas con los hechos o datos recolectados, y no al revés. Para muchos metodélogos y epistemélogos, la objetividad con- siste en la posibilidad de verificar el conocimiento o teorias (Ander Egg: 1995; Ary, Jacobs y Razavieh: 1998; Chalmers: 2009; Galan Rodrfguez y Montero Melchor, 2002; Sabino, 1992). En cambio, Po- pper mantiene que «las teorfas cientificas no son nunca enteramente justificables o verificables, pero que son, no obstante, contrastables» (1972:54). Luego dir, refutable. Cuando se habla de objetividad en ciencia, tampoco hay que interpretar que esta existe en términos absolutos. La objetividad «qufmicamente pura» no existe. Pretender eso es caer en el «absolutismo». Lo que es esencial es que el cientifi- co parta de los hechos, «los respete y vuelva a ellos» (Bunge, 1985: 16). En otras palabras, para el cientffico, el conocimiento esta fuera de él, o al menos las fuentes a partir de las cuales se construye. El ce- rebro, la lengua y la mente del cientffico juegan un papel importante en la construccién del conocimiento cientffico, pero no son la fuente nil referente del mismo. wo" iscurso cient des un principio ideal de 1a ciencia. Es un aley, prichosa. La aspiraci6n de todo ine, ado de objetividad. Hoy, la objetivig blemas epistemolégicos eSencialey fico: teoriayaplcacion tivida para evitar la subjetividad ca} Mores alcanzar el mayor 81 ademas constituye Une de los prol de la ciencia. La objet ‘dad: Sin teorfa cientifica no hay ciencia. El investiga rico que le permita comprender y explicer deducir acontecimientos Pero, ademis ¢| teorfas a partir de sus hallazgos la ciencia es tedrica de principio gue ante el cientifico es siem- Teorici necesita de un cuerpo ted Jos hechos; y predecir o cientffico aspira a construir nuevas y de las teorfas existentes. Es decir, ‘afin, «La tarea consciente que se yer} pre la solucién de un problema a través de la construccién de una teorfa; por ejemplo, explicando observaciones inesperadas ¢ inex- plicadas (...). Podemos decir que la contribucién mas perdurable al desarrollo del conocimiento cientifico que puede hacer una nueva teorfa consiste en los nuevos problemas que plantea, lo que nos lleva nuevamente a la concepcién de la ciencia y del desarrollo del cono- cimiento como partiendo de problemas y terminando siempre cm ellos...» (Popper, 1972:272). Los hechos reunidos por los investigadores cientfficos necesita” ser relacionados e integrados para que tengan sentido. Las relacio- an 2 aera ala luz de una teorfa. Una de «un conjunto de construecione: ee i Sap ee especificar las relaciones de las varia e es matica de los fenémenos, con el propésite explicarlos y predecitlos» (Ary. Jacob: Lo oe los autores citados, objetiv 'y: Jacobs y Razavieh, 1998:14). u de tor tas (idem). ‘0 central de la ciencia es Ja elaboraci” La ciencia mms La veatn de ode tablecergeneraidades emt los izacién de la ciencia es recogida P™ epistemélogos, filés 7 , fil soft ‘a Gutiérrez Rodilla, ae fenciay metodslogos (Bunge, 18" : # escher, 1994; Sabino, 199: 5 » 1992). Ciencia, sociedad y discurso La experiencia de Darwin confirma que sin teorfa no hay ciencia. Mientras este recolectaba datos sin ninguna teorfa que lo ayudara a seleccionarlos y explicarlos y darles sentido, anduvo sin rumbo. Cuando fue capaz de formular una hipétesis provisional para expli car las observaciones, comenzé a darles sentido a sus hallazgos. Asi «Darwin logré crear una teorfa de la evolucién...» (Ary, Jacobs y Razavieh, 1998:07). Thomas Khun no diferencia entre paradigma y teorfa, pero le asigna al paradigma que adopte el cientffico un papel fundamental para que se produzcan las revoluciones cientificas. Sos- tiene que «guiados por un nuevo paradigma, los cientificos adoptan nuevos instrumentos, miran en lugares nuevos y, lo que resulta mas importante, durante las revoluciones cientfficas ven cosas nuevas y diferentes cuando miran con instrumentos familiares en lugares en los cuales ya antes habfan mirado» (Khun, 2006: 212). Es posible plantearse otros principios para el concepto ciencia (por ejemplo el principio ético de no tolerar el engafio), pero los cin- co que he propuesto son los de més amplio consenso entre quienes se han ocupado de explicarla. Ademés, ellos son suficientes para di- ferenciar la ciencia de las pseudociencias y de las semiciencias. Algu- nas de las caracterfsticas que se le atribuyen a la ciencia, en realidad pertenecen al discurso cientifico, el cual se pierde en los tratados de Filosoffa de la ciencia, de Metodologfa de la investigacién cien- tifica y en los de Epistemologia, con los nombres de conocimientos cientificos, lenguaje cientifico, estilo cientifico, léxico especializado y hasta {jerga de los cientificos. Como una manera de valorar mejor la ciencia, presento, a rasgos muy generales, a su antagonista subrepticia, «su impostora falaz», la pseudociencia. 5, Las pseudociencias Existen varios tipos de conocimientos ademis del cientifico: enci- clopédico, de sentido comin, empirico o de la experiencia, intuitivo, instintivo, religioso, etc. Todos ellos muy titiles para el ser humano, siempre que se apliquen en el émbito adecuado. El problema la fa- libilidad, se origina cuando se le quiere conferir a algunos de ellos esponde, por tanto, una aplicacién ina ocasiones conocimientos que no retine, i quiere conferir la categori, : 7 pseudociencia. En Cll ste, En este cag una «impostora falaz» de la ciencia a cas0, ee Pero las pseudociencias no surgen solo z epost jnocente 0 por Ja osadfa de aren tambiy Jos chapuceros, charlatanes ¥ timadores preten len cer Pasar gatos por liebres. Los primeros por falta de rigor 7 seriedad; y los otros Javier Armentia, director de la colecciéy por el interés de engafiar. i me Vaya timo! de la editorial Laoetoli, advierte que vivimos rodeados tle supercherfas que se repiten Y wenden como ciertas. Las superche rias, las chapucerfas y charlatanerfas a veces — mayor difusién y acogidas que el diseurso auténticamente cientffico, 1o que aumenta su capacidad de confundit: «Algunas Iegan a alcanzar notoriedad gracias a Jos medios de comunicacion, que nos transmiten misterios s pseudocientificas sin aparentemente sobrenaturales 0 afirmacione {nimo criterio de veracidad. Asf, astrélogos, establecer antes un mi tarotistas, curanderos y muchos otros ti- homeépatas, creacionistas, madores parecen disfrutar de completa impunidad para vendernos sus productos» (Javier ‘Avmentia, contraportada del libro Pseudo- ciencias jvaya timol). [La pseudociencia como toda impostora, y por demés falaz, deviene en engafios, y como tal, no est exenta de peligros. Por ejemplo, en 1 campo de la medicina pone en riesgo la salud, en el campo dela economia, pone en riesgo los bienes de las personas; en el campo de Ja filosofia pone en riesgo hasta la vida misma, Por eso, nunca serd de- masiado demarear los territoris de la ceneia y a pseudociencia (con Ja anticiencia es més fécil porque esta al menos no tiene mascara): Mario Bunge llama la atencién de los fildsofos e investigadores para que denuncien la pseudociencia (incluso, la anticiencia), pues pen no se trata de basura inofensiva. Una de las razones para ene ne ee formarla en algo itil: se trata de virus i Se ie irus intelectuales que pueden ataca” (2010). Ciencia, sociedad y discurso + a cualquiera —lego 0 cientifico— hasta el extremo de hacer enfermar toda una cultura y volverla contra la investigacién cientifica». ‘A modo de ilustraci6n, obsérvese el estilo ambiguo, impreciso y falaz. del siguiente fragmento de un libro de pseudociencia. NUMEROLOGIA La numerologfa es el estudio de los néimeros y la manera oculta en la que ellos reflejan ciertas aptitudes y tendencias del cardcter, como una parte integra del plan césmico. Cada letra tiene un va- lor numérico que proporciona una vibracién césmica relacionada, y la suma de los mimeros de su nacimiento, més la suma del valor derivado de las letras del nombre, proporcionan una interrelacién de vibraciones. Estos ntimeros muestran una gran cantidad de da- tos sobre el cardcter, su forma de vida, lo que motiva a establecer ciertas reformas en nuestras costumbres, Los expertos en numero- logia acostumbran a emplear los ntimeros para determinar el mejor momento para realizar modificaciones y actividades en la vida. La numerologia, por tanto nos indica el mejor momento para inverti casarse, viajar, cambiar de trabajo 0 de domicilio. No le estoy asegu- rando que con este libro consiga encontrar toda clase de respuesta a sus dudas 0 problemas, pero debe intentarlo de cualquier manera. La pasividad ante nuestro destino, esperando acontecimientos que nunca Ilegaran o que otras personas le Tleven de la mano en Ia vida, es una mala actitud. (Karl Levi: Numerologia, pagina 05). En las tesis de maestrfa, la produccién pseudocientifica ocurre mayoritariamente por falta de rigor 0 chapuceria, y, en ocasiones, por imposturas (copias, plagios, simulaciones de investigaciones, etc). Con el estudio y la asuncién de los principios de la ciencia y de las caracter{sticas del discurso cientifico se pueden superar las fallas pseudocientificas. Se podrfa argtlir que lo segundo es asunto de ética. Pero precisamente, es parte de la ética de la ciencia y de la actitud de los cientfficos no tolerar el engafio. Para Hostos, el apego ala verdad es parte de la ética del cientffico. Defiende al cientifico auténtico como un ser excepcionalmente apegado a la ética de la ciencia, «En la historia pasada hay alguno que otro nombre cienti- fico que es odioso a la moral. Pero en el movimiento coeténeo de la 2: | Ea Bl dscurso cientfico:teorfay aplicacién historia no hay nombres més puros ni més limpios ni mds onto para la humanidad que Tes de las personficaciones de lag (Hostos, 2003:200). Se podria ene) Ostos es un idealista, el cientffico como ser humano no deja le ser un gran idealista, a que como investigador se despoje de subjetividad hasta donde lege dado hacerlo. Un es una paradoja: el cientifico es un idealist, ue sabe actuar con objetividad. Es un asunto de roles: como ser human no busca el bien personal, se apega a los ideales de la ciencia y sue, con descubrir el secreto de algunos hechos que no encajan con las teorfas existentes o con dar respuesta a algtin problema sin resolyy en un rea especffica del conocimiento. Todo un idealista, se dirt Pero como investigador o pensador cientifico actiia con todo la obje tividad posible. Asuncién de roles o desdoblamiento, pero es posible Los cinco prineipios de la ciencia que acabo de presentar: discus vidad, metodicidad, falibilidad y objetividad y teoricidad configura un cuerpo de indicadores 0 demarcadores de lo cientifico y lo 1 Gientifico. Sin importar la ciencia especifica en que se desarrollen las investigaciones, o el tipo de investigacion, el discurso cientifico debe responder a esos principios, por lo que hay una relacién estrech{sitm entre los principios de la ciencia y las caracterfsticas del discurs cientifico. Discutidos los celadas de la pseu clentffica Paso previ Principios de la ciencia, y presentadas algunas pit dociencia, paso examinar el proceso de producciét Y Proponer una taxonomfa del discurso cientffico, com 10 a una caracterizacién del mismo, CAPITULO II EL PROCESO DE PRODUCCION CIENTIFICA Los datos los construimos nosotros, no andan sueltos por la calle José Miguel Marinas 1. Investigacién y discurso Con frecuencia los noveles investigadores (especialmente en los programas de maestrfa) confunden la ciencia, la investigacién y el informe de la investigacin (discurso cientifico). Sin duda, la causa es la estrecha relacién que existe entre estas nociones. Empezaré por establecer los puntos de contacto y los criterios de diferenciacién. En el proceso de investigacién cientffica, se pueden evidenciar tres momentos o fases: planeacién (produccién de un proyecto, plan 0 programa de investigaci6n), ejecucién (levantamiento de datos) y textualizacién o redaccin (produccién del informe o construccién del discurso). Es vital diferenciar esas tres etapas del proceso de investigacién para evitar confussiones, solapamientos inconscientes e inconsistencias en el discurso cientffico. Diferenciar las tres etapas del proceso de investigacién implica diferenciar método de investi- gacién y método de exposici6n, como sugirié Karl Marx, en su libro El Capital. Si se asume que la investigacién no culmina hasta que no se prepara el informe, y que la preparacién del mismo implica la cons- truccién de un discurso, se pondria de manifiesto la necesidad de prestar atencién a ese momento 0 etapa culminante del proceso investigativo. Con la elaboracién y publicacién del informe cientifi- co, termina una investigacién y, posiblemente, se generen otras. Es

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