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Infección por nuevo

Coronavirus SARS-COV-2
(COVID-19)
Contenido
1. Antecedentes
2. Características de la enfermedad
3. Microbiología y fisiopatología del virus
4. Mecanismos de transmisión
5. Periodo de incubación, duración de la enfermedad y
transmisión
6. Estabilidad del virus y efectividad de la desinfección
7. Evolución de la enfermedad por SARS-CoV2
8. Complicaciones
9. Marcadores de gravedad
10. Factores de riesgo
11. Detección de casos de infección activa por SARS-CoV-2
12. Estudio y manejo de contactos
13. Tratamiento
14. El principio del fin: la vacuna.
15. Otros aspectos importantes a tener en cuenta para el
examen:

02
1. Antecedentes

2019 2020
31 Diciembre 7 Enero 11 Marzo

China informa 27 casos Se identifica el agente: La OMS declara el estado


de neumonía de etiología nuevo tipo de coronavirus - de PANDEMIA
desconocida. SARS Cov 2

12 Marzo 14 Marzo

Recomendaciones del RD 463/2020 Estado de


ECDC - Medidas de Alarma
distanciamiento físico.

2. Características de la enfermedad
La COVID-19 es una enfermedad infecciosa causada por el coronavirus SARS-CoV-2. De acuerdo con los
datos disponibles en estos momentos, en el 80% de los casos identificados se presenta de forma leve o
moderada, el 15% precisa ingreso hospitalario y el 5% cuidados intensivos, según el patrón observado
repetidamente en diversos países.

Se estima una letalidad global de en torno al 0,8% del total de infectados. La gravedad de la enfermedad
depende de diferentes factores, entre ellos los relacionados con las características de la persona infectada.
Las personas mayores y con patologías crónicas previas, como la enfermedad cardiovascular, la hipertensión
arterial, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o la diabetes mellitus, pueden presentar una mayor
letalidad.

En cuanto a los síntomas, podemos encontrar:

Síntomas más Otros síntomas Síntomas más graves


frecuentes
Malestar y mialgias. Disnea.
Fiebre. Dolor de cabeza. Sensación de falta de aire.
Tos seca Diarrea. Dolor o presión en el pecho.
Cansancio Conjuntivitis. Incapacidad para hablar o
Cefalea. moverse.
Anosmia y ageusia.
Erupciones cutáneas.
Pérdida del color en los dedos
de las manos o de los pies.

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La hipótesis más aceptada actualmente sobre el origen ancestral del SARS-CoV-2 es que un virus de
murciélago haya podido evolucionar a través de hospedadores intermediarios.

En España, la franja de edad más afectada ha sido la comprendida entre 50 y 59 años,


siendo el 55% del total de casos mujeres. En el subgrupo de pacientes que requieren
ingreso hospitalario, aumenta significativamente el porcentaje de varones (55%), siendo
especialmente elevado en UCI (70%).

3. Microbiología y fisiopatología del virus.


Estructuralmente, los coronavirus son virus esféricos con envuelta y
contienen ARN monocatenario (de cadena sencilla) de polaridad positiva.
El genoma del virus codifica 4 proteínas estructurales: la proteína
S (spike), la proteína E (envelope), la proteína M (membrane) y la proteína
N (nucleocapsid). La proteína S contiene el dominio de unión al receptor
celular. El SARS-CoV-2 penetra en la célula empleando como receptor a la
enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE-2), y en la internalización del
virus participa también otra proteína denominada serin- proteasa
transmembrana tipo 2 (TMPRSS2). La ACE-2 está presente
fundamentalmente en el riñón, los pulmones (sobre todo en los neumocitos
tipo II) y el corazón.

La función de la ACE-2 es la trasformación de la angiotensina I en angiotensina 1-9 y de la angiotensina II en


angiotensina 1-7. Estos productos finales tienen efectos vasodilatadores, antifibrosis, antiinflamatorios y
favorecen la natriuresis. Por lo tanto, contrarregulan la acción de la angiotensina II.

La enzima convertidora de la angiotensina (ACE), en cambio, transforma la angiotensina I en angiotensina II,


con efecto vasoconstrictor, pro-inflamatorio y de retención de sodio. Los casos graves de COVID-19 presentan
niveles de angiotensina II muy elevados. El nivel de angiotensina II se ha correlacionado con la carga viral de
SARS-CoV-2 y el daño pulmonar. A pesar de la unión a este receptor, no está esclarecido el papel de los IECA
ni de los ARA-II como factor de riesgo o factor protector.

La infección por SARS-CoV-2 activa el sistema inmune innato generando una respuesta excesiva que podría
estar relacionada con una mayor lesión pulmonar y peor evolución clínica. Se produce una activación de
macrófagos y granulocitos y conduciría a la liberación masiva de citoquinas pro-inflamatorias, destacando la
IL-6. Este síndrome de liberación de citoquinas (también conocido como “tormenta de citoquinas”) se ha
asociado al síndrome de distrés respiratorio del adulto (SDRA).

Además, la activación excesiva del sistema inmune innato ocasiona daño microvascular y activa el sistema
de coagulación e inhibición de la fibrinólisis.

Se han observado también alteración de las plaquetas por varias vías: daño indirecto mediante invasión de las
células madre hematopoyéticas de la médula ósea o daño directo mediante la activación del complemento.
La inflamación producida en el pulmón, junto con la hipoxia de los casos con neumonía, causa agregación
plaquetaria y trombosis, con un aumento de consumo de las plaquetas. Todos estos factores contribuyen a
desencadenar el estado de hipercoagulabilidad que se observa en los casos de COVID-19.

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4. Mecanismos de transmisión.
Transmisión mediante gotas (≥5 micras) y aerosoles
(<5 micras):
La vía de transmisión más importante es a través de las secreciones
de personas infectadas, principalmente por contacto directo con gotas
respiratorias de más de 5 micras y las manos o fómites contaminados
con las secreciones después del contacto con la mucosa de la boca,
nariz y ojos. La permanencia del SARS-CoV-2 viable en superficies
depende del material; se detecta hasta 3 horas en papel (incluidos
pañuelos de papel), 1-2 días en madera, ropa o vidrio, y más de 4
días en acero, plástico, billetes y mascarillas quirúrgicas.

El SARS-CoV-2 podría ser viable hasta 3 horas en aerosoles (en el


momento actual, se puede considerar aerosol a aquellas partículas
menores de 100 μm capaces de permanecer en el aire suspendidas
por un tiempo variable (segundos las mayores y horas las más
pequeñas)).

Transmisión animal-humano:
Se cree que la transmisión de animales a humanos pudiera ser a
través de secreciones respiratorias y / o material procedente del
aparato digestivo.

Los hurones, felinos, visones y los hámsteres son susceptibles a la


infección y pueden desarrollar la enfermedad.

Los perros también, pero en mucha menor medida. No obstante, no


parece que la enfermedad en animales tenga una gran contribución
en la epidemia.

Transmisión vertical:
Si bien la vía de transmisión vertical es posible, estudios recientes
confirman que la transmisión se produciría fundamentalmente tras el
nacimiento, por el contacto del bebé con las secreciones respiratorias
de la madre.

Transmisión sexual:
No se ha demostrado la viabilidad del virus en semen.

Otras formas de transmisión:


Aunque se ha detectado virus infectivo en heces de personas
enfermas, la trasmisión a través de esta vía es otra hipótesis para la
cual no existe evidencia hasta el momento.

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5. Periodo de incubación, duración de la enfermedad y
transmisión
El periodo de incubación es de 5,1 días. A los 11,7 días, el 95% de los casos sintomáticos han desarrollado
ya sus síntomas.

Duración de la enfermedad:
El tiempo medio desde el inicio de los síntomas hasta la recuperación, es de 2 semanas cuando la
enfermedad ha sido leve, y 3-6 semanas cuando ha sido grave o crítica.
Hay personas que describen la persistencia de síntomas prolongados y recurrentes durante meses, como
puede ser: cansancio (55%), disnea (42%), pérdida de memoria (34%), trastornos de la concentración y del
sueño (28% y 30,8%, respectivamente) y alopecia (20%). A este hecho se le ha denominado COVID-19
persistente o “Long COVID”.

El número básico de reproducción R0 es el promedio de casos secundarios producidos a partir un caso, y


varía proporcionalmente en función de los contactos sociales.

El número reproductivo efectivo (Re) es la estimación de cuantas personas en promedio se han


contagiado cada día a partir de los casos existentes observados durante una epidemia (en el momento en el
que son notificados). A diferencia de R0, que sería un cálculo promediado y teórico, Re es un valor que tiene
en cuenta la observación a tiempo real de la epidemia y permite seguir su evolución dinámica.

Se puede concluir que, de acuerdo con la evidencia existente, la transmisión de la infección ocurriría
fundamentalmente en los casos leves en la primera semana de la presentación de los síntomas, desde 2-3
días antes hasta 7-8 días después. En los casos más graves, esta transmisión sería más intensa y más
duradera.

RESUMEN:
La mediana de periodo de incubación es 5-6 días, con un rango de 1 a 14 días.
Sobre los casos detectados en estudios exhaustivos de contactos, actualmente se conside-
ra que la transmisión de la infección comienza 1-2 días antes del inicio de síntomas.

En pacientes que tienen un curso leve de infección, el pico de la carga viral ocurre durante
los primeros 5-6 días y prácticamente desaparece al día 10. En personas con un curso clí-
nico más grave, la carga viral es de hasta 60 veces mayor que las que tienen un curso más
leve, y la carga viral elevada puede ser más duradera.

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6. Estabilidad del virus y efectividad de la desinfección
El virus es muy estable a temperatura ambiente en diferentes superficies y pHs, pero se destruye con
temperaturas superiores a 56 grados en 10 minutos y también con desinfectantes habituales.

El SARS-CoV-2 se inactiva con lejía en concentraciones de 1:49 y 1:99, etanol al 70%, povidona yodada,
clorhexidina y solución de jabón líquido. Se ha demostrado la termolabilidad del virus in vitro. Sin embargo, se
mantiene estable sin modificaciones a distintas condiciones de pH.

7. Evolución de la enfermedad por SARS-CoV2


La enfermedad por SARS-CoV-2 consta de dos fases: una de replicación viral en los primeros días, y una fase
inflamatoria que aparece a partir del 8º -10º día.

El tiempo entre el inicio de síntomas hasta la instauración de síntomas graves como la hipoxemia es de 1
semana. Los pacientes que desarrollan neumonía comienzan con disnea entre 5-10 días después del inicio
de los síntomas. De aparecer el SDRA, sucede a una mediana de 8-14 días desde el comienzo de los
mismos. En caso de fallecimiento, este sucede a las 2-8 semanas del inicio de síntomas.

8. Complicaciones
• SDRA: es la complicación más grave, principal causante de mortalidad.

• Tromboembólicas arteriales y venosas: lo más frecuente es la trombosis venosa profunda y


tromboembolismo pulmonar.

•Ictus isquémico: entre el 1-5% de los pacientes COVID-19 sufre un ictus isquémico. Existe evidencia que
indica que los pacientes con COVID-19 tienen mayor riesgo de sufrir esta patología, incluso en pacientes
<50 años sin factores de riesgo.

• Otras manifestaciones neurológicas menos frecuentes: meningo-encefalitis, Guillain-Barré,


mielitis…

•Polineuromiopatía del enfermo crítico: los pacientes con COVID-19 que ingresan en la UCI sufren con
frecuencia una tetraparesia flácida con arreflexia como consecuencia del daño del nervio periférico y del
músculo. Se produce como consecuencia del estrés metabólico, puesto que es más frecuente en pacientes
que reciben tratamiento con corticoides, antibioterapia y que presentan alteraciones metabólicas graves.

•Síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico vinculado a SARS-CoV-2: se ha descrito un cuadro


de inflamación generalizada y shock en la edad pediátrica (típicamente en escolares mayores y
adolescentes) que puede aparecer de 3 a 5 semanas tras una infección por SARS-CoV-2.

•Manifestaciones cardiacas: el SARS-CoV-2 puede producir miocarditis, que habitualmente pasa


desapercibida clínicamente. Por otra parte, es frecuente que los pacientes con COVID-19 presenten, durante
la infección y los meses posteriores, taquicardia sinusal inapropiada (se piensa que por desarrollo de
disautonomía).

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•Manifestaciones del aparato digestivo: los síntomas digestivos reportados más frecuentes son anorexia,
diarrea (al inicio del cuadro o durante su evolución, de curso leve y habitualmente sin deshidratación), náuseas y
vómitos. En menor medida, también abdominalgia y sangrado digestivo.
Aparte de las manifestaciones gastrointestinales, los pacientes presentan frecuentemente daño hepático
(elevaciones de ALT y AST y un leve aumento de bilirrubina).

•Manifestaciones dermatológicas: se han observado manifestaciones muy variadas. Las lesiones


cutáneas tienden a aparecer tardíamente, 1-2 meses después del contacto con el virus, tras haber pasado la
enfermedad, por lo que la mayoría de los pacientes tienen ya PCR negativa y buen estado general.

•Manifestaciones oftalmológicas: los pacientes infectados con SARS-CoV-2 pueden presentar síntomas
de conjuntivitis, que incluyen enrojecimiento ocular, irritación ocular, sensación de cuerpo extraño, lagrimeo y
quemosis.

9. Marcadores de gravedad
Las alteraciones analíticas características son: linfopenia (83%), trombopenia (36%), proteína C reactiva
elevada, tiempo de protrombina prolongado, elevación leve de transaminasas, LDH, CK, troponina, mioglobina,
dímero D, ferritina e IL-6. Estas alteraciones son pronósticas y marcan la evolución.

Otros marcadores de mal pronóstico son:

• Un índice neutrófilo/linfocítico >3.

• La fiebre alta mantenida.

• Empeoramiento respiratorio: aumento de crepitantes, taquipnea, SatO2 <93%, trabajo respiratorio.

• Progresión radiológica rápida (24-48h).

10. Factores de riesgo


• Edad >65 años.

• El sexo masculino es un factor de riesgo de enfermedad grave, de progresión de la enfermedad, de


necesidad de ventilación mecánica y de aumento de la mortalidad.

•Enfermedades cardiovasculares e HTA: se ha observado que los tratamientos con IECA y ARA II
aumentan la expresión y actividad de la ACE-2, aunque aún no se conoce con seguridad si esto implica mayor
predisposición a infectarse para los pacientes con este tipo de tratamientos.

• Diabetes mellitus.

•Obesidad: puede contribuir a que sea un factor de riesgo de infección por COVID-19, de ingreso en UCI, de
necesidad de ventilación mecánica invasiva y de mortalidad.

•Enfermedades pulmonares crónicas: la EPOC está asociada a un peor curso clínico y una mayor
mortalidad por COVID-19.

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• Grupo sanguíneo A: el grupo sanguíneo O parece protector.

• Tabaquismo.

• Cáncer.

• Inmunodepresión.

• Embarazo: las mujeres embarazadas experimentan cambios fisiológicos e inmunológicos que les
hacen más susceptibles a cualquier infección viral y bacteriana.

11. Detección de casos de infección activa por SARS-CoV-2


•PCR : son las siglas de reacción en cadena de la polimerasa, y lo que detecta es el material genético de un
patógeno. Para hacer la prueba se toma una muestra (de la mucosa nasal en caso del COVID) del paciente y
se mira si se encuentra su material genético. Es una prueba con una sensibilidad y especificidad muy alta y
con una fiabilidad del 98%. Estas pruebas detectan el ARN vírico.

•TEST DE ANTÍGENOS: detectan proteínas del virus que nuestro sistema inmunitario ha marcado como
“malo”. Los avances que se han hecho en estos tests hacen que tengan una buena fiabilidad, siempre y
cuando el paciente tenga una alta carga viral (del 3º al 5º día de infección). La gran ventaja que tienen es
que son más baratos y mucho más rápidos, teniendo resultados en 15 minutos.

•TEST SEROLÓGICO: detecta anticuerpos, es decir, la respuesta de nuestro sistema inmunitario para
eliminar/combatir el virus.

No se recomienda la realización de ningún tipo de pruebas serológicas para el diagnóstico de infección activa
ni en personas con síntomas ni en asintomáticos. Ante las diferentes pruebas rápidas de detección de
antígenos existentes en el mercado, sólo deben utilizarse aquéllas que cumplan los criterios de la OMS de
sensibilidad (S) ≥80% y especificidad (E) ≥97%, y que hayan seguido estudios independientes de validación
por laboratorios clínicos o de referencia a nivel nacional o internacional.

En pacientes con enfermedad respiratoria grave se recomienda obtener muestra por lavado broncoalveolar,
esputo o aspirado endotraqueal.

Un resultado positivo de PCR tiene más peso que un resultado negativo, debido a la alta
especificidad (95%), pero sensibilidad moderada (70%).

A toda persona con síntomas sospechosos de infección por el SARS-CoV-2 se le realizará una PCR o test
de Ag en las primeras 24 horas. Si la prueba resulta negativa y hay alta sospecha clínica de COVID-19, se
valorará repetir la prueba y descartar otras infecciones respiratorias (gripe, VRS).
Si se realizó una detección rápida de antígeno de inicio, se realizará una PCR. Si se realizó una PCR de inicio,
se repetirá la PCR a las 48 horas.

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12. Estudio y manejo de contactos
Aislamiento de casos positivos

Positivos que Positivos Positivos que


no requieren asintomáticos requieren ingreso
ingreso y personas hospitalario
institucionalizadas
Aislamiento hasta pasados
10 días desde la toma de la Si su estado lo permite,
Aislamiento hasta 3 días tras muestra para diagnóstico. pueden recibir el alta a pesar
el cese de síntomas (mínimo de presentar PCR positiva,
10 días) pero manteniendo 10 días de
aislamiento domiciliario.

Si antes de transcurrir esos


10 días se realiza una PCR
y es negativa, se podrá
desaislar.

Ante cualquier caso sospechoso está indicado iniciar la identificación y control de sus contactos estrechos
convivientes, recomendándoles evitar interacciones sociales.

La identificación y control del resto de contactos estrechos (no convivientes) se podrá demorar hasta que el
caso sea clasificado como caso confirmado con infección activa, a consideración de la comunidad autónoma
correspondiente, siempre que dicha confirmación pueda garantizarse en el plazo de 24-48 horas. Si la
sospecha de caso se descarta, se suspenderá la cuarentena de los contactos.

Aislamiento de contacto estrecho

Se consideran contactos estrechos


- Cualquier persona que haya proporcionado cuidados a un caso sin las medidas de protección adecuadas.
-Cualquier persona que haya estado en el mismo lugar que un caso, a una distancia menor de 2 metros y
durante más de 15 minutos.
-En un avión, tren u otro medio de transporte de largo recorrido, cualquier persona situada en un radio de
dos asientos alrededor de un caso y la tripulación que haya tenido contacto con dicho caso.

- Cuarentena de 10 días desde el último contacto confirmado.


-Si son convivientes pero no pueden garantizar el aislamiento del caso positivo, la cuarentena se prolonga
10 días desde el final del aislamiento del caso positivo.
-Si hay recursos, se realiza PDIA cercana a la finalización de la cuarentena. Ante resultado negativo, la
cuarentena finalizará igualmente a los 10 días de la fecha del último contacto.

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Un resultado positivo de IGG por serología de alto rendimiento se
considerará una infección resuelta.

Tabla resumen de las definiciones de caso:

Caso sospechoso

-Cualquier persona con un cuadro clínico de infección respiratoria aguda de aparición súbita
de cualquier gravedad que cursa, entre otros, con fiebre, tos o sensación de falta de aire. Otros
sintomas como la odinofagia, anosmia, ageusia, dolor muscular, diarrea, dolor torácico cefalea,
entre otros, pueden ser considerados también síntomas de sospecha de infección por SARS-
CoV-2 según criterio clínico.
-Si el paciente tuvo una PDIA+ hace más de 90 días, es sospechoso de reinfección (ver
apartado 3.1)

Caso probable

-Persona con infección respiratoria aguda grave con cuadro clínico y radiológico compatible
con COVID-19 y resultado de PDIA negativos, o casos sospechosos con PDIA no concluyente.
-Casos con alta sospecha clínico-epidemiológica con PDIA repetidamente negativa (al menos
una PCR) y serología positiva para SARS-CoV-2 realizada por técnicas serológicas de alto
rendimiento)

Caso confirmado con infección activa

- Persona que cumple criterio de caso sospechoso y con PDIA positiva.


-Persona asintomática con PDIA positiva y con lgG negativa en el momento actual o no
realizada.

Caso descartado

- Caso sospechoso con PDIA negativa y serología por técnicas de alto rendimiento negativa (si
esta prueba se ha realizado) en el que no hay una alta sospecha clínico-epidemiológica.

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13.
Tratamiento

Entre las medidas generales, se ha visto que no


hay evidencia en contra de los AINES. Se pueden
administrar antitérmicos como paracetamol,
metamizol o ibuprofeno.

Se debe suplementar a los pacientes que lo


requieran con oxígeno para conseguir una
saturación adecuada, siendo frecuente que se
precisen altos flujos. Se debe evitar la fluidoterapia
agresiva, ya que empeora la oxigenación, a no ser
que exista evidencia de shock (no siendo frecuente
esta situación).

En caso de sospecha de sobreinfección


bacteriana, se debe añadir antibiótico. Si fuera
necesario, se recomienda la administración de
broncodilatadores en cartucho presurizado
asociado a cámara espaciadora, para evitar la
generación de aerosoles.

Se ha demostrado que la colocación temprana en


posición de decúbito prono de los pacientes
despiertos y no intubados mejora la saturación de
oxígeno, y puede retrasar o reducir la necesidad
de cuidados intensivos.

El plasma de convalecientes no ha demostrado,


por el momento, mejorar la supervivencia ni los
días de síntomas.

A continuación, se recogen aquellos tratamientos


que se han venido utilizando en alguna de las
estrategias terapéuticas puestas en marcha en
relación con la infección respiratoria por SARS-
CoV-2, y que están o han estado sujetos a
condiciones especiales de acceso por motivos
diversos (medicamento en investigación no
comercializado, restricciones de suministro, etc.):

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•Remdesivir: es un análogo de nucleótido, que interfiere con la polimerización del ARN del virus. Se
desarrolló inicialmente como tratamiento para el ébola, pero presenta también actividad in vitro frente a otros
virus, incluyendo el coronavirus. Remdesivir se ha autorizado para el tratamiento de pacientes con neumonía
y que requieran oxígeno suplementario pero que no precisen ventilación mecánica ni oxígeno a alto flujo.
Puede acelerar el tiempo de recuperación en algunos pacientes y la estancia hospitalaria.

•Lopinavir/ritonavir (LPV/r) y Cloroquina/Hidroxicloroquina: fueron utilizados en la primera ola de la


pandemia. No obstante, han demostrado no tener beneficio en ensayos clínicos, por lo que actualmente no se
utilizan.

•Tocilizumab (TCZ): es el primero con el que se ha intentado frenar la fase inflamatoria de la infección por
SARS-CoV-2 por lo que, en ausencia de evidencia sólida, es con el que más experiencia se cuenta.

• Dexametasona

• Interferón Beta-1B (IFNb) e Interferón Alfa-2B.

• HBPM.

14. El principio del fin: La vacuna


El objetivo de la estrategia de vacunación es disminuir la gravedad y la mortalidad de la COVID-19, protegiendo
de forma prioritaria a aquellos grupos con mayor vulnerabilidad. La reducción de la incidencia de la enfermedad
disminuirá el impacto de la pandemia sobre el sistema asistencial y la economía.

A día de hoy, a nivel mundial, se están desarrollando diversos tipos de posibles vacunas contra la COVID-19,
entre ellas:

•Vacunas con virus inactivados o atenuados: utilizan un virus previamente inactivado o atenuado, de
modo que no provoca la enfermedad, pero aun así genera una respuesta inmunitaria.

•Vacunas basadas en proteínas: utilizan fragmentos inocuos de proteínas o estructuras proteínicas que
imitan el virus causante de la COVID-19, con el fin de generar una respuesta inmunitaria.

•Vacunas con vectores virales: utilizan un virus genéticamente modificado que no puede provocar la
enfermedad, pero sí puede producir proteínas de coronavirus para generar una respuesta inmunitaria segura.

•Vacunas con ARN y ADN: un enfoque pionero que utiliza ARN o ADN genéticamente modificados para
generar una proteína que por sí sola desencadena una respuesta inmunitaria.

Las vacunas más importantes, candidatas europeas frente al SARS-CoV-2 son las siguientes:

1.Pfizer/BioNTech:
Es una vacuna basada en ARNm que da a las células del cuerpo instrucciones para producir proteínas virales
que pueden ser reconocidas por el sistema inmunitario. Contiene una pequeña parte del código genético para
la proteína de espiga SARS-CoV-2. Al suministrar el ARNm a las células del cuerpo, se expresa la proteína
viral y se genera una respuesta del sistema inmunitario en su contra, con el objetivo de prevenir la COVID-19.
La vacuna no contiene ningún virus vivo ni las partes del virus que puedan enfermar a una persona.
Se compone de dos dosis, separadas 21 días, conteniendo cada una de ellas 0,3 ml que son administrados
de forma IM. Uno de los grandes inconvenientes de esta vacuna es que necesita ser conservada a -80 ºC

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2. Moderna:
Contiene ARNm que codifica la proteína S encapsulada en partículas lipídicas. Consta de dos dosis,
separadas 28 días, conteniendo cada una de ellas 0,5 ml que son administrados vía IM. Necesita almacenarse
y transportarse a bajas temperaturas (-20º).

3. AstraZeneca/ Oxford
Contiene adenovirus de chimpancé, no replicativo, que vehiculiza la proteína S. Son dos dosis, separadas 10-
12 semanas, y cada una de ellas contiene 0.5 ml, administrándose de forma IM.

Además, es importante saber que la vacuna contra la COVID 19 es VOLUNTARIA y, en la primera etapa, en
la que las vacunas estarán disponibles en menor cantidad, se vacunarán los siguientes grupos en EL ORDEN
en el que figuran a continuación:
1.Residentes y personal sanitario y sociosanitario que trabaja en residencias de personas mayores y de
atención a grandes dependientes.
2. Personal de primera línea en el ámbito sanitario y sociosanitario.
3. Otro personal sanitario y sociosanitario.
4.Personas consideradas como grandes dependientes (grado III de dependencia, es decir, con necesidad de
intensas medidas de apoyo) que no estén actualmente institucionalizadas.

Contraindicaciones de la vacuna

Contraindicaciones Precaución No son


contraindicaciones

Reacción anafiláctica a una Antecedentes de reacción -Historia de alergias a


dosis previa de vacuna frente anafiláctica a cualquier otra animales, alimentos,
a la COVID-19 o alguno de vacuna o terapia administrada insectos, látex u otras
sus componentes por vía IM. alergias no relacionadas
con vacunas o medicación
En estos casos, la persona inyectable.
debe recibir información
sobre posibles riesgos de -Historia de alergia a
reacciones alérgicas graves medicinas administradas por
vía oral.

-Alergias no graves a
otras vacunas o fármacos
inyectables.

-Historia familiar de
anafilaxia.

-Cualquier otro cuadro de


anafilaxia no relacionado
con vacunas o con fármacos
inyectables.

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Todos los medicamentos, incluidas las vacunas, pueden desencadenar REACCIONES ADVERSAS leves,
como fiebre, dolor en el lugar de inyección, etc. o, con menor frecuencia, otras más graves, como encefalitis,
vasculitis, neuralgia, etc.

Los efectos adversos más frecuentes observados son los siguientes:

• Dolor en el lugar de la inyección.


• Cansancio.
• Cefalea.
• Mialgias.
• Escalofríos.
• Artralgias.
• Fiebre.
• Hinchazón del lugar de la inyección.

La Estrategia de Vacunación COVID-19 en España, está basada en las


recomendaciones del Grupo de Trabajo Técnico de Vacunación COVID-19 y
la Ponencia de Vacunas, y será coordinada por el Consejo Interterritorial del
Sistema Nacional de Salud (CISNS).

15. Otros aspectos importantes a tener en cuenta para el


examen:

Procedimientos de BAJO RIESGO Procedimientos de ALTO RIESGO


de transmisión vírica de transmisión vírica

- Colocación de tubo de Guedel. - Aerosolterapia, nebulización.


-Colocación de mascarilla facial de - Gafas nasales de alto flujo.
oxigenoterapia con filtro espiratorio. - Ventilación manual con mascarilla.
- Compresión torácica. - Ventilación no invasiva CPAP/BiPAP
-Desfibrilación, cardioversión, colocación de - Intubación orotraqueal.
marcapasos transcutáneo. - Traqueotomía quirúrgica > percutánea
- Inserción de vía venosa o arterial. - Broncoscopia, gastroscopia.
-Administración de fármacos o fluidos - Aspiraciones de secreciones.
intravenosos. - Resucitación cardiopulmonar.

NOTA IMPORTANTE: El Real Decreto-ley 3/2021, de 2 de febrero, establece la


consideración de enfermedad profesional de la COVID-19 para los profesionales sanitarios
y sociosanitarios. Con esta decisión, mejora la cobertura de este colectivo.

15 Instituto de Formación Sanitaria


Calle de Fernández de los Ríos, 52, Local, 28015 Madrid. Teléfonos: 91 726
7115 – 669 840462
www.ifses.es
De esta forma, aquellos profesionales que presten servicios en centros sanitarios y socio sanitarios inscritos
en los registros correspondientes; aquellos que atiendan en el ejercicio de su profesión, durante la prestación
de servicios sanitarios o socio sanitarios, a enfermos contagiados por el virus SARS-Cov2; y hayan contraído
el virus desde la declaración de la pandemia internacional por la OMS hasta que las autoridades sanitarias
levanten todas las medidas de prevención adoptadas para hacer frente a la crisis sanitaria tendrán las mismas
prestaciones que la Seguridad Social otorga a los afectados por una enfermedad profesional.

Los servicios de prevención de riesgos laborales deberán emitir el correspondiente informe donde se haga
constar que la actividad profesional conlleva la atención a enfermos contagiados por el virus SARS-Cov2.
Una vez acreditado el contagio se presumirá en todo caso que este se ha producido por atender a personas
contagiadas por la COVID-19.

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