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Gobernanza Del Agua VB
Gobernanza Del Agua VB
Arturo Venancio-Flores
Universidad Autónoma del Estado de México
ID ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8149-8247
E-mail: arturo_venancio@hotmail.com
Edith Imelda Bernal González
Universidad Autónoma del Estado de México
E-mail: edim_bernal@hotmail.com
Resumen: A lo largo del tiempo, diversos espacios geográficos han sido objeto de explotación de
sus recursos naturales para el desarrollo de actividades económicas que muchas veces favorecen
a actores ajenos a la región, pero que cuentan con poder económico y político. Sin embargo, la
importancia estratégica ambiental que adquieren ciertos espacios, conduce a la implementación de
políticas espaciales para controlar el uso y manejo de los recursos naturales, como el caso del re-
curso hídrico. A pesar de los esfuerzos por conseguir una gestión integrada del recurso hídrico, las
dificultades y conflictos son persistentes y desfavorables para el sector social. Por tal motivo, sur-
ge la interrogante de cuáles son las causas de descoordinación existentes entre los actores socia-
les, gubernamentales y empresariales para implementar una gestión integrada del recurso hídrico.
En este sentido, bajo la corriente teórica del desarrollo regional de Ángel Palerm, se fundamentan
una serie de principios de gobernanza que facilitaron la evaluación de las prácticas de gobernanza
entre los actores sociales, gubernamentales y empresariales que limitan una eficiente Gestión de
los recursos hídricos de la Cuenca Hidrosocial de Valle de Bravo-Amanalco (CHVBA). Dicho es-
tudio se sustenta en trabajo documental y de campo, e identifica las redes de gobernanza de los di-
ferentes actores que participan en la gestión integrada de los recursos naturales (agua, suelo
y bosque) para el desarrollo de sus actividades económicas.
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Abstract: Across time, various geographical areas have been exploited for their natural resources
and for the development of economic activities that often favor actors outside the region, but who
have economic and political power. However, the strategic environmental importance acquired by
certain spaces leads to the implementation of spatial policies to control the use and management
of natural resources, such as the case of water resources. Despite efforts to achieve integrated
management of water resources, the difficulties and conflicts are persistent and unfavorable for
the social sector. For this reason, the important question is: what are the causes of lack of coordi-
nation among social, government, and business actors to implement an integrated management of
water resources? In this sense, a series of governance principles are based on the theoretical
framework of the regional development of Ángel Palerm, those principles facilitated the evalua-
tion of governance practices among social, government, and business actors that limit an efficient
water resources management of the Hydrosocial Watershed of Valle de Bravo-Amanalco
(HWVBA). This study is based on documentary and field work and identifies the governance
networks of the different actors involved in the integrated management of natural resources (wa-
ter, soil, and forest) for the development of their economic activities.
INTRODUCCIÓN
1
La cuenca hidrosocial es un concepto que espacialmente rebasa la cuenca hidrográfica –zona de
producción de agua, zona de aprovechamiento, trasvase de aguas de cuencas aledañas–, y rebasa
jurisdicciones político-administrativas, tales como departamento, provincia o municipio. Está más
orientado a las relaciones que se crean en torno al agua entre gente de las zonas altas y bajas – re-
des hídricas– mediante procesos de desarrollo hídrico –iniciativas locales, intervenciones– con
historias particulares que la configuran, encontrando equilibrios temporales pero sujetos a situa-
ciones de conflicto y resolución continuos, pudiéndose contraerse o expandirse en el tiempo (Qui-
roz, Delgadillo, Durán, 2012: 114).
Los actores son individuos o grupo de individuos que han desarrollado ac-
ciones colectivas y que han influido en la conformación socio-espacial de su en-
torno. Ya sea por imposición o por elección, estos actores representan los in-
tereses de determinado grupo con el que se identifican, ya sean organizaciones,
entidades, corporaciones o instituciones del sector público, social, privado, or-
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controles y es recíproca, lo que no quiere decir que tales relaciones sean iguales,
balanceadas o equivalentes.
De acuerdo con Adams (1978), el poder es “la herramienta con la que se
controla a los hombres”. Él buscó demostrar que el poder se trata de un constan-
te flujo de energía, y que el control de los instrumentos y el acceso a las fuentes
de energía – y en todo caso también recursos naturales– son la base sobre la
cual se construye y reproduce el poder.
El poder limita las acciones de concertación entre actores, ya que implica
perder beneficios de un grupo para otorgarlos a otros. Aquí se hace más fuerte
el poder de grupos vinculados estrechamente con los beneficios locales, regio-
nales y nacionales.
2 Recientemente el trabajo titulado Water Conflicts and Hydrocracy in the Americas. Coalitions,
Networks, Policies editado por Poupeau y otros (2018), muestra la necesidad de estudios sociales
y ambientales aplicados para valorar el estado hídrico en espacios locales en América Latina y,
sobre todo, pensar en cómo reducir la crisis hídrica desde la integración organizada de los actores lo-
cales para fortalecer prácticas de gobernanza en dichos espacios y así llegar a fortalecer la GIReH.
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como orientación teórica las ideas de Ángel Palerm sobre desarrollo regional
(Romero et al., 2015), quien hace más de 20 años hizo referencia a la importan-
cia de la efectiva cooperación entre actores distintos al gobierno en el desarrollo
de proyectos y políticas públicas para la planificación integrada.
De esta definición de conceptos a partir de la obra palermiana (Romero et
al., 2015) se obtienen y se eligen las bases de la gobernanza hídrica en el pre-
sente artículo.
De acuerdo con Palerm, cada espacio geográfico –área o cuenca– posee ca-
racterísticas que los diferencian de otros territorios. De igual forma, los seres
humanos que los habitan han desarrollado históricamente relaciones que permi-
ten su subsistencia en ese espacio geográfico. Estas relaciones y redes, al paso
del tiempo, desarrollan características muy estables que no deben ser modifica-
das por actores externos porque destruyen las formas de relación tanto ambien-
tal como social. Por lo tanto, recomienda que los proyectos se deben llevar a ca-
bo utilizando técnicas cuyo contenido esté determinado por su adecuación al ob-
jeto y al espacio geográfico al que se aplica.
Se trata de la “afirmación de la interdependencia” entre los actores de la
región o cuenca hidrosocial, pero “no significa que los componentes de un todo,
se conciban necesariamente como teniendo la misma importancia”. Lo que se
postula es la existencia de interrelaciones, no la naturaleza igualitaria de los
componentes. En otras palabras, “existen componentes que poseen mayor im-
portancia que otros, especialmente en términos de su capacidad de producir mo-
dificaciones en el resto del sistema o estructura total” (Palerm, 1993).
Para el caso mexicano, la historia ha demostrado que, desafortunadamente,
el Estado ha jugado el papel de actor con poder, y no de regulador y guía del
desarrollo de las acciones humanas dentro de su territorio.
En este sentido, el concepto operativo de poder, si bien no es considerado
como un principio de gobernanza, sí lo es como parte de las responsabilidades
que el Estado debe de regular. El poder, más que una herramienta con la que se
controla a los hombres, es un constante flujo de energía en donde el control de
los instrumentos y el acceso a las fuentes de energía son la base sobre la cual se
construye y reproduce el poder. El poder en el Estado radica en el control de los
recursos e imposición de acciones entre los actores (Marchand, 2018; Santos,
2018; Venancio, 2016; Adams, 1978).
Palerm menciona que la cuestión central no consiste en hacer un ataque di-
recto e inmediato a los factores de resistencia de un grupo de actores – campesi-
nos, indígenas, etc. – que viven dentro de la cuenca hidrosocial y que acceden
a veces no de buena forma al uso de los mismos, sino más bien el hacer un es-
fuerzo de reflexión de los agentes de cambio para utilizar y encauzar de forma
positiva esas estructuras y características del complejo sociocultural como fuer-
zas para la ejecución del desarrollo.
Palerm (1993) advierte que una de las principales dificultades que debe
afrontar el Estado como sistema es la de vencer la tentación de imponer o sub-
yugar a la sociedad o a una cultura, hasta el punto de desaparecerla. Sugiere que
esto puede evitarse incorporando desde el principio a los actores mismos del
desarrollo: Así, no debe existir imposición sobre la población. Todo proyecto
integrador debe surgir desde sus capas más profundas.
Mediante éstas prácticas de buena gobernanza, el Estado se vuelve menos
poderoso, pero más eficiente, al operar y permitir una red flexible y democrática
entre los actores regionales o de una cuenca hidrosocial.
De la anterior forma, se entiende que el papel del Estado en la gobernanza,
debe ser el de guía de la ruta de interacción entre actores para lograr una inter-
dependencia equilibrada en elcontrol del poder, y regularlo para que no sea un
actor el que domine o imponga su desarrollo subyugando a otros.
En este sentido, considerando principalmente los conceptos del desarrollo in-
tegral de Ángel Palerm (1993) y autores como Warman (1982), Centelles (2006),
Prats (2006), Moreau (2003), CapNET (2000), Bassols (2011), y Venancio
(2016), la gobernanza es definida como las redes y estructuras de interrelación
cultural, autogestionada, democrática, voluntaria, equitativa y de cooperación de
los diferentes tipos de actores en la cuenca hidrosocial – gobiernos locales y na-
cionales, sector privado y sociedad civil–, cuya interacción es crucial para
sumar esfuerzos y alcanzar el mismo objetivo ante una problemática común.
Es así que el concepto de gobernanza cobra razón al posibilitar la interac-
ción entre una pluralidad de actores y no de un único actor, sea éste político,
económico, social o cultural. De aquí la importancia de utilizar este concepto,
en el cual radica su capacidad de lograr una mejor democracia en todas las insti-
tuciones y relaciones implicadas en los procesos de gobierno (Cerrillo, 2005: 13).
La gobernanza ambiental y específicamente la gobernanza del agua, reco-
noce que el gobierno no es el único agente que debe responsabilizarse de la ges-
tión de los problemas hídricos, sino que también debe participar la sociedad
y demás actores involucrados. Gobernar consiste hoy en crear y fortalecer las
redes y relaciones entre los actores gubernamentales y no gubernamentales.
Para Peter Rogers (2003), Miguel Solanes y Andrei Jouravlev (2001) y Ju-
dith Domínguez (2010), la gobernanza del agua hace referencia a la capacidad
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de un sistema social para movilizar las energías de una forma coherente y para
el desarrollo sustentable de los recursos hídricos. La noción incluye la habilidad
de diseñar políticas públicas y movilizar recursos sociales en apoyo de ellas que
sean socialmente aceptadas y que tengan como meta el uso y desarrollo susten-
table de los recursos hídricos, y permitan la implementación efectiva por los di-
ferentes actores involucrados en el proceso.
En este sentido, mediante los procesos de la buena gobernanza del agua, se
establece una interacción de los sistemas políticos, sociales y económicos para
desarrollar y gestionar los recursos hídricos (Rogers, Hall, 2003).
La OCDE (2015) demuestra que no existe una solución única para los
desafíos del agua a nivel mundial, sino más bien una gran diversidad de situa-
ciones entre países y dentro de éstos. Por ende, las respuestas de gobernanza del
agua “deben adaptarse a las especificidades territoriales y reconocer que la go-
bernanza es altamente dependiente del contexto e importante para adaptar las
políticas del agua a cada lugar geográfico”.
En este sentido, el término integrado parte de aquella forma de planificar
con el medio geográfico y de las formas en que la población lo habita; es decir,
toma en cuenta tanto la organización de la ocupación humana como sus estruc-
turas sociales y culturales, políticas y económicas.
En concreto, el objetivo de una buena gobernanza en la GIRH es lograr un
desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano
equilibrio entre el gobierno, la sociedad civil, el medio ambiente y la economía;
es decir, un buen gobierno del agua. Los procesos para lograr una buena gober-
nanza en la GIRH deben estar debidamente protegidos a través de la formaliza-
ción de instrumentos jurídicos adecuados; del fortalecimiento de las capacida-
des de los diferentes actores involucrados para que puedan participar e incidir
en la toma de decisiones; del establecimiento claro de arreglos institucionales;
de la transparencia y rendición de cuentas por la gestión, y de la generación, di-
vulgación y socialización del conocimiento en torno al agua (CONAGUA, 2011).
La buena gobernanza en la GIRH emerge cuando los tomadores de deci-
siones se comprometen y participan democráticamente con los demás actores de
manera incluyente, transparente y responsable. Y, además, considera los princi-
pios de cooperación, voluntariedad, equidad, interdependencia y autogestión pa-
ra gestionar los recursos hídricos y lograr una mejor prestación de servicios que
esté libre de corrupción y abusos, y se realice dentro de un estado de derecho (Pa-
lerm, 1993; CapNET, 2000; Centelles, 2006; Prats, 2006; Moreau, 2003; Domín-
guez, 2007).
Principios de gobernanza
Los seis principios identificados son:
1. Democracia.
2. Equidad.
3. Cooperación.
4. Interdependencia.
5. Voluntariedad.
6. Autogestión.
Respecto al principio de democracia, Palerm (1993) advierte que “sin de-
mocracia es casi imposible llevar a buen fin cualquier acción que involucre el
desarrollo de algún proyecto; es decir, si no ha sido concebido, elaborado y dis-
cutido por los diversos grupos sociales, económicos y políticos involucrados”
en una Cuenca Hidrosocial.
Peters (2003) plantea que se puede agregar el adjetivo democrático a la go-
bernanza cuando existen medios para la participación popular en el proceso de
establecimiento de las metas.
A través de principios democráticos que confieran representatividad a los
diferentes actores y grupos sociales para dar legitimidad al proceso de toma de
decisiones (Aguilar, 2010), las instituciones y los organismos públicos buscan
generar las instancias necesarias para el diálogo, la generación de consensos y la
negociación de asuntos hídricos regulando el poder. Además, los usuarios com-
parten tanto los beneficios como los costos, y se utiliza un proceso transparente
para la toma de decisiones.
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METODOLOGÍA
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Instancia encargada de planear y coordinar las acciones de administración y conservación que se
realizan en relación con el agua y los recursos naturales asociados a ella, en el ámbito de la Cuen-
ca de Valle de Bravo-Amanalco.
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Cuenca Hidrográfica
Cuenca Hidrosocial
Cuerpos de agua
Límites municipales
Corrientes de agua
apales
Puntos de entrevistas
4La delimitación se realizó con el apoyo del software TerrSet considerando las relaciones hídri-
cas que poseen los actores de aguas arriba y aguas abajo de la cuenca.
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misión Federal de Electricidad –CFE–, que expropió los terrenos para fines hi-
droeléctricos, y las grandes empresas constructoras, como la Empresa Propulso-
ra de Valle de Bravo S. A., quienes adquirieron los terrenos abandonados por la
extinción de la agricultura y la emigración campesina a muy bajo costo, pero
con necesidades hídricas muy grandes.
En la década de los setenta, el sistema hidroeléctrico Miguel Alemán tenía
ya una capacidad muy pequeña para cubrir las necesidades de energía eléctrica
de la Zona Metropolitana del Valle de México, por lo que se decidió cambiar de
uso, abasteciendo de agua potable a la misma y con ello, el sistema Cutzamala
aprovechó las obras que formaban parte de él.
En el caso de los grupos de actores del municipio de Amanalco, las afecta-
ciones producto de la construcción de la presa no fueron tan drásticas e inme-
diatas, debido a que se localiza en la parte alta y media de la cuenca. Sin embar-
go, hoy ya son objeto de la subordinación al actor gubernamental. Por ejemplo,
se les ha limitado el acceso a los recursos hídricos y forestales con el fin de al-
canzar los niveles óptimos de agua para abastecer al sistema Cutzamala, afec-
tando gravemente sus actividades de subsistencia.
Esta dinámica ha propiciado la conformación de diversos grupos de actores
distribuidos a lo largo de la cuenca y con diferentes características.
Entre los principales usuarios destacan, para la cuenca media, los propieta-
rios de piscifactorías, agricultores de temporal y de riego, una parte de autocon-
sumo y otra parte de renta de terrenos a grandes productores de haba y papa. En
la cuenca media y baja, para uso doméstico y comercial. En la cuenca baja se
encuentran los empresarios del turismo –hoteles, clubes, campos de golf, bares
y restaurantes–, que usan el agua para llenar albercas, regar jardines y campos
de juego, brindar servicio de hospedaje y dar mantenimiento a sus instalaciones.
Finalmente están los dueños de lanchas y veleros (Bonfil, Madrid, 2007).
El mapa de actores para esta cuenca es complejo, amplio e incluye tanto
a actores usuarios, como a no usuarios del agua, tomadores de decisiones sobre
el recurso, investigadores, promotores de manejo integral, proteccionistas, con-
sumidores, abastecedores, entre otros. Es importante reconocer que más allá de
los límites político-administrativos y los roles institucionales, el agua es un re-
curso que traspasa lo geográfico, lo ecológico y lo social. Un mismo curso de
agua puede atravesar diferentes jurisdicciones territoriales y políticas, diferentes
cotas y ser usado con diferentes propósitos por diferentes actores localizados en
sitios espacialmente dispares (FFLA, 2007).
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En el siguiente diagrama se muestran las relaciones entre los actores de los di-
ferentes sectores entrevistados de la CHVBA. Sin embargo, hay que señalar que se
identifica que dichos vínculos y su número no determina las buenas prácticas de
gobernanza, sino que éstas están determinadas en función del desarrollo de acciones
y del cumplimiento de los elementos que definen a cada principio de gobernanza.
Por ejemplo, el hecho de que los ejidatarios pertenecientes a las Unidades
de Riego (UR) dentro de la CHVBA tengan vínculos con la CONAGUA, no
significa que existan buenas prácticas de gobernanza con dicha instancia guber-
namental, ya que regularmente el vínculo se da, en su mayoría, por las solicitu-
des y el pago de concesiones por el uso del recurso hídrico. Por lo tanto, una
buena práctica de gobernanza se define a partir de lo que establece el principio
analizado; por ejemplo, el principio de cooperación, se define como “el trabajo
en común llevado a cabo por diferentes actores hacia un objetivo compartido,
usando métodos también comunes, en lugar de trabajar de forma separada”. Di-
cho concepto se ve reflejado en el trabajo que realizan los ejidatarios pertene-
cientes a las unidades de riego entrevistados mediante el desarrollo de faenas
comunales para mejorar la infraestructura hídrica, tales como canales de riego
u otras necesidades.
En este apartado se analiza la perspectiva emic –acciones mencionadas por
los actores entrevistados– de los diferentes sectores –gubernamental, empresa-
rial y social– entrevistados en trabajo de campo, sobre las acciones mediante las
cuales se vinculan con otros actores, de acuerdo con lo que establece el marco
teórico de gobernanza y sus principios: democracia, equidad, cooperación, in-
terdependencia, voluntariedad y autogestión. En este sentido, se realizó la eva-
luación y análisis de las prácticas de gobernanza entre actores, la cual consiste -
como se mencionó en el ejemplo anterior- en identificar la presencia de prácti-
cas que definen a cada principio en la práctica de gobernanza a evaluar.
Para realizar el análisis, fue necesario agrupar aquellos entes que son multi-
actores o que pertenecen a varias asociaciones civiles, cooperativas o uniones de
ejidatarios, identificando a un total de 47 ítems5. Posteriormente, los 47 actores
se clasificaron de acuerdo con sector al que pertenecen, quedando de la siguien-
te forma: el 30% –14– corresponden al Sector Gubernamental, el 13% –6– al
Sector Empresarial y el 57% –27– al Sector Social.
5 Es importante mencionar que, debido al gran universo de actores, se dio prioridad a los actores
con mayor trascendencia histórica y con mayor incidencia en la administración y manejo de los
recursos hídricos. Es importante también mencionar que algunos actores quedaron excluidos de la
entrevista debido a las dificultades para localizarlos o acordar una fecha para realizar la entrevista.
actores gubernamentales
actores empresariales
actores sociales
Fuente: elaboración propia con base en información documental y de trabajo de campo (2014-2015).
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Fuente: elaboración propia con base en datos obtenidos en trabajo de gabinete y de campo, 2015-2016.
Por otro lado, el sector gubernamental culpa del deterioro de los recursos
naturales a la falta de conciencia de la población, pues la gente muestra muy
poco interés en participar en acciones que benefician a la cuenca en materia
ambiental, ya que no ponen en práctica las recomendaciones ambientales.
Asimismo, este sector gubernamental menciona que entre las principales
dificultades está el financiamiento, pues los recursos económicos destinados
a cuestiones ambientales son insuficientes, ya que gran parte del recurso está
etiquetado y su finalidad principal es el desarrollo social, dejando de lado la par-
te ambiental, a pesar de ser una cuenca estratégica en materia hídrica. Depen-
dencias gubernamentales municipales como la Dirección de Ecología y la de
Turismo de Valle de Bravo, así como el Síndico de Amanalco, por mencionar
algunos, coinciden en que debe haber mayor financiamiento para implementar
acciones que beneficien a la cuenca, pues ésta aporta agua al Sistema Cutzamala
y, en este sentido, beneficia a muchos actores ajenos a ella.
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Fuente: elaboración propia con base en datos obtenidos en trabajo de gabinete y de campo, 2015-2016.
Actualmente, son las empresas constructoras las que dominan este espacio
mediante la construcción de infraestructura para el turista residencial. A decir de
los pobladores locales, es el turismo residencial el que da vida a Valle de Bravo.
Sin este tipo de turismo no hay entrada de capital al municipio. Es por ello que
la mayor parte de los recursos económicos que destina el gobierno son para
atraer mayor turismo y se les favorece muchas veces a expensas del deterioro de
los recursos naturales. Esto es lo que declaran algunos entrevistados de asocia-
ciones civiles como el CEMDA –Centro Mexicano de Derecho Ambiental– y el
Fondo Procuenca Valle de Bravo A.C. Por otro lado, de acuerdo con la CCVBA
–Comisión de Cuenca de Valle de Bravo Amanalco– los recursos sólo se desti-
nan a mejorar la imagen de las zonas céntricas y en los alrededores de la presa
de Valle de Bravo, pues es ésta la que atrae al turista residencial. La mayoría de
actores entrevistados mencionan que, en principio, la presa es la que atrae al tu-
rista. Es por medio del turismo que se desarrollan una serie de actividades
y servicios, ya sea al turista residencial o a personas que buscan espacios recrea-
tivos y de descanso. Sin embargo, no se ha logrado una integración y participa-
ción de todos los actores para mejorar la calidad de los recursos naturales que
están en deterioro constante.
Fuente: elaboración propia con base en datos obtenidos en trabajo de gabinete y de campo, 2015-2016.
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