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Caso Crediticio
Caso Crediticio
SUMARIO:
III – El solo hecho de figurar en los registros del Banco Central de la República
Argentina, como inhabilitado por el libramiento de cheques sin fondos o con
cuenta cerrada y aplicación de multas indebidas, ha debido producir
racionalmente un descrédito personal por la propia difusión de la información
que ocasionara la imposibilidad de operar en cuentas.
TEXTO COMPLETO:
Critica que el fallo se funde sólo en los dichos del testigo Muscio para dar por
probado ese extremo, ya que a su entender, la prueba debió ser contundente.
3.2. Cuestiona la procedencia del daño moral por ausencia de pruebas que
corroboren que el actor experimentó frustración, padecimiento y turbación de la
paz y, a todo evento, las molestias no fueron más que una mera contrariedad o
incomodidad.
Estos tramos del fallo anterior, no han sido cuestionados en los términos
requeridos por el art. 365 del Código Procesal, por lo que se considera que se
encuentran firmes y consentidos y constituyen sustento suficiente de la decisión
en cuanto a la conducta antijurídica que se le atribuyó a la demandada.
En efecto, por una parte, considero que tan genéricas afirmaciones formuladas
por la actora en la demanda respecto de las consecuencias que, en abstracto,
produjo la circunstancia de haber estado incluida erróneamente en el boletín de
inhabilitados del Banco Central de la República Argentina, no satisface la "carga
de afirmación" que pesa sobre el actor conforme lo dispuesto en el Código
Procesal (art. 130, incisos 3 y 5, del Código Procesal Civil y Comercial).
Ello no es otra cosa que una derivación del principio de "sustanciación" que rige
para la demanda (enunciación detallada de los hechos básicos), como opuesto al
más simplista de la "individualización" (enunciación de una genérica situación
fáctica), que entronca en el sistema dispositivo, se vincula con la defensa en juicio
y armoniza con la regla de la congruencia (Cfr. Cámara Civil y Comercial Rosario,
Sala 2ª, 27/2/04, "Galván, Eduardo y otros c/Nuevo Banco de Santa Fe SA
s/Daños y perjuicios", en Ed. Zeus, T. 94, fallo Nº 14.708).
También esta Sala, aunque con distinta integración, ha sostenido que: "...en la
reparación por pérdida o frustración de chance, como pretende encuadrar el daño
analizado el agraviado, deben coexistir un elemento de certeza y otro de
incertidumbre. Certeza de que, de no mediar el evento dañoso, el damnificado
habría mantenido la esperanza en el futuro, que le permitiría obtener una
ganancia o evitar una pérdida patrimonial. Y la incertidumbre de que,
manteniéndose la situación de hecho o de derecho, que era el presupuesto de la
chance, la ganancia se habría en realidad obtenido o la pérdida se habría evitado.
Pero, para evitar confusiones con el daño eventual o hipotético, debe quedar en
claro que si bien la pérdida de posibilidades, constitutiva de chances, se
indemniza en razón de las mayores o menores posibilidades frustradas que tenía
el damnificado de obtener una ganancia o evitar una pérdida, debe exigirse que la
víctima se encuentre en situación fáctica o jurídica idónea para aspirar a la
obtención de esas ventajas al momento del hecho dañoso..." (Cámara Civil y
Comercial Rosario, Sala 1ª, Ac. Nº 28, 24/4/03, "Martínez, Gabriel A. c/Banco de
Crédito Argentino s/Daños y perjuicios", en Ed. Zeus, T. 92, J-536: en su actual
integración, ver entre otros los siguientes: Acuerdo Nº 276 del 17/5/06, "Bernal,
Ángel D. C. Columbia Compañía Financiera y otra s/Daños y perjuicios", en Ed.
Zeus, T. 102, fallo Nº 16070; Acuerdo Nº 500 del 1/9/06, "Leoni, Alberto F. y
otro c/Banco Francés SA s/Cobro de pesos - Daños y perjuicios", expediente Nº
366/05; Acuerdo Nº 227 del 1/6/07, "Grassi, Marcelo c/Banco Francés y otros
s/Daños y perjuicios", en Ed. Zeus, T. 104, fallo Nº 16.544).
Como fuera dicho, el requisito de certeza del daño admite varios niveles, desde
los perjuicios ya sucedidos y comprobados, hasta la probabilidad objetiva propia
de perjuicios que todavía no se han producido. El juicio de valoración se efectúa
tomando en cuenta el grado de probabilidad objetiva existente para que la
prosecución del proceso causal pudiese derivar en un beneficio económico o
espiritual y, también las circunstancias particulares del caso. No obstante, se
destaca que la chance debe ser real y seria y no una mera ilusión o conjetura de la
mente del damnificado (v. Pizarro, Ramón D.; Vallespinos, Gustavo:
"Instituciones de Derecho Privado. Obligaciones", Ed. H., T. 2, Buenos Aires,
1999, págs. 650/651).
Sin embargo, la actora no ha probado el daño derivado de la falta de acceso al
crédito. Al no haberse consignado mínimamente cuál sería el destino que se daría
al préstamo ni cual sería el beneficio perdido al no haberlo logrado, resulta
imposible derivar per se la existencia del daño: la chance debe estar fundada y
aparecer con un grado de probabilidad suficiente, pues no se trata de un "daño
presunto" sino de un "daño cierto", aunque probado por vía presuncional.
Por otra parte, si bien es cierto que esta Sala en su actual composición se ha
pronunciado sosteniendo que en cuestiones de responsabilidad contractual la
prueba del daño moral corresponde a quien se considera damnificado (Cfr.
Acuerdo Nº 318 del 9/6/06 in re "Enrique, Juan D. c/Fata Seguros SA s/Daños y
perjuicios", expediente Nº 493/04); no lo es menos que también recientemente
en una causa análoga que ha sido reiterada en posteriores precedentes de este
Tribunal se ha sostenido que: "...el solo hecho de figurar en la registración del
Banco Central de la República Argentina como inhabilitado por el libramiento de
cheques sin fondos o con cuenta cerrada y aplicación de multas indebidas, ha
debido producir racionalmente un descrédito personal por la propia difusión de
la información que ocasionara la imposibilidad de operar en cuentas. A ello debe
sumarse los seguros trámites o gestiones que debió asumir... para tratar de
revertir una situación injusta que ella no había creado, sino la demandada de
modo antijurídico. Ellos son suficientes motivos para considerar la existencia de
un padecimiento que debe ser objeto de resarcimiento. Constar en las bases de
datos del Banco Central de la República Argentina y de la Organización Veraz,
con el consiguiente nivel de impacto en el plano profesional y comercial, trasunta
un nivel de desconfianza con los terceros, en su aspecto social, personal, incluso
pudo haber puesto en entredicho su integridad y honorabilidad frente a sus
colegas y clientes" (Acuerdo Nº 235, 2/5/06, in re "Tamango, Silvia c/Banca
Nazionale del Lavoro SA s/Daños y perjuicios", expediente Nº 136/05). Con cita
de otros precedentes, también se afirmó: "...apartándose de lo que generalmente
ocurre en materia contractual, conductas como las que aquí se juzgan -que
socavan la honorabilidad de una persona, al difundir su condición de libradora de
cheques sin fondos o cuenta cerrada y deudora de multas, sin serlo- generan per
se el daño moral invocado: existe una relación constante y frecuente (aunque no
automática) entre la conducta lesiva juzgada y la alteración disvaliosa del ánimo
que ella produce" (Cámara Civil y Comercial Rosario, Sala I, Acuerdo Nº 74/05,
causa "Giorgis, G. c/Banco Francés SA s/Daños y perjuicios"; Cfr. tb. de esta Sala,
Acuerdo Nº 436 del 3/8/06, "D´elía, Andrés I. c/Banco Francés SA s/Daños y
perjuicios", expediente Nº 455/05).
En primer lugar, la apelación en lo que a esta cuestión refiere, no cumple con los
recaudos del art. 365 del Código Procesal por lo que el agravio no puede tener
andamiento.
Por otra parte, la lectura de la sentencia anterior permite inferir que para la
determinación del resarcimiento se tuvo en cuenta la conducta del banco
demandado, que a juicio de la Jueza de Grado "...implicó un agravio a los
derechos esenciales de la persona (...) como consecuencia del hecho ilícito, que
puede inferirse derechamente de los padecimientos derivados del acontecimiento
dañoso, imposibilidad de contar con crédito que la tarjeta le brindaba, los
trastornos sufridos, el tiempo transcurrido sin que se intente solucionar el
problema causado por equivocación de la codemandada..." (fs. 157 vta.).
Se encuentra probado que la información errónea fue cursada por la demandada
al Banco Central estando incluida en esa base de datos desde diciembre de 1999
(v. fs. 15, informe del Instituto de Informes Comerciales de la Cámara del Crédito
Comercial de Rosario según la información suministrada por el Banco Central de
la República Argentina) y se mantuvo -al menos en el centro de datos de
Organización Veraz- hasta el mes de abril de 2004 (fs. 17).
Ello ya que los aspectos considerados por la a quo para mensurar el perjuicio
concuerdan con el criterio seguido por algunos precedentes de esta Cámara,
conforme a lo expuesto en la causa "Tamango, Silvia H. c/Banca Nazionale del
Lavoro" ya citada. Allí se dijo que a los fines de determinar el quantum de la
reparación, debían tenerse en cuenta aspectos tales como el lapso que duró la
información indebida en los bancos de datos, la premura de la entidad
responsable en informar el error y la diligencia puesta en obtener la rectificación;
ello, con la finalidad de lograr que las decisiones judiciales que establecen
indemnizaciones de este tipo sean predecibles o previsibles, con beneficio para la
seguridad jurídica.
Sobre la misma cuestión, el Dr. Ariza dijo: que coincide con lo propuesto por la
Dra. Serra, y vota de la misma manera.
A la misma cuestión, el Dr. Silvestri dijo: que hace suyas las razones expuestas
por la vocal preopinante y vota en idéntica forma.
Así voto.
Sobre la cuestión, el Dr. Ariza dijo: que coincide con la resolución propuesta por
la vocal preopinante, y vota en el mismo sentido.
Concedida la palabra al Dr. Silvestri dijo: que concuerda con lo expresado por la
vocal preopinante y vota en igual sentido.