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Voces: DAÑOS Y PERJUICIOS - PÉRDIDA DE LA CHANCE - INFORMACIÓN


CREDITICIA ERRÓNEA - DAÑO MORAL - INFORMACIÓN CREDITICIA -
INFORMACIÓN ERRÓNEA O DESACTUALIZADA
Tribunal: Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Rosario (S.F.), Sala

Fecha: 27/12/07
Partes: Ojeda, Marta S. c/Banco Credicoop Cooperativo Limitado y otra s/Daños
y perjuicios

SUMARIO:

I – La actora no ha probado el daño derivado de la falta de acceso al crédito. Al


no haberse consignado mínimamente cuál sería el destino que se daría al
préstamo ni cual sería el beneficio perdido al no haberlo logrado, resultando
imposible derivar per se la existencia del daño: la chance debe estar fundada y
aparecer con un grado de probabilidad suficiente, pues no se trata de un "daño
presunto" sino de un "daño cierto", aunque probado por vía presuncional, por lo
que corresponde el rechazo de indemnización por pérdida de la chance.

II – En la reparación por pérdida o frustración de chance, como pretende


encuadrar el daño analizado el agraviado, deben coexistir un elemento de certeza
y otro de incertidumbre. Certeza de que, de no mediar el evento dañoso, el
damnificado habría mantenido la esperanza en el futuro, que le permitiría
obtener una ganancia o evitar una pérdida patrimonial. Y la incertidumbre de
que, manteniéndose la situación de hecho o de derecho, que era el presupuesto de
la chance, la ganancia se habría en realidad obtenido o la pérdida se habría
evitado. Pero, para evitar confusiones con el daño eventual o hipotético, debe
quedar en claro que si bien la pérdida de posibilidades, constitutiva de chances,
se indemniza en razón de las mayores o menores posibilidades frustradas que
tenía el damnificado de obtener una ganancia o evitar una pérdida, debe exigirse
que la víctima se encuentre en situación fáctica o jurídica idónea para aspirar a la
obtención de esas ventajas al momento del hecho dañoso.

III – El solo hecho de figurar en los registros del Banco Central de la República
Argentina, como inhabilitado por el libramiento de cheques sin fondos o con
cuenta cerrada y aplicación de multas indebidas, ha debido producir
racionalmente un descrédito personal por la propia difusión de la información
que ocasionara la imposibilidad de operar en cuentas.
TEXTO COMPLETO:

A la cuestión, si es nula la sentencia impugnada, la Dra. Serra dijo:

El recurso de nulidad articulado por la demandada a foja 164, no ha sido


mantenido de manera autónoma en esta instancia, por lo que no advirtiendo la
existencia de vicios de procedimiento que deban ser abordados oficiosamente,
habrá de ser desestimado.

Voto, pues, por la negativa.

Sobre la misma cuestión el Dr. Ariza, a quien le correspondió votar en segundo


lugar dijo: que adhiere a los fundamentos expuestos por la Dra. Serra, y vota por
la negativa.

Concedida la palabra al Dr. Silvestri, a quien le correspondió votar en tercer


término, y a esta cuestión dijo: que coincide con lo manifestado por la Dra. Serra
y vota negativamente.

Sobre la cuestión, si en su caso es ella justa, la Dra. Serra dijo:

1. La sentencia de Primera Instancia.

La parte actora promovió demanda de indemnización de daños y perjuicios


contra el Banco Credicoop Cooperativo Limitado y/o contra el sistema de tarjeta
de crédito "Cabal", por la suma de veinte mil pesos ($20.000), alegando la
omisión de la parte demandada de imputar y/o registrar contable y/o
administrativamente el pago efectuado en fecha 8/1/98 por $610 -
correspondiente al resumen de tarjeta de crédito cuyo vencimiento operaba en
dicha fecha- o haberlo hecho de manera incorrecta, habiendo sido informada
erróneamente al Banco Central de la República Argentina como deudora de
categoría cinco (irrecuperable) y haber quedado asentada en esa condición en
otras bases de datos.

Mediante la sentencia Nº 3.212 del 17/10/06, la Jueza de Primera Instancia


anterior resolvió hacer lugar a la demanda y condenó a la demandada a pagar a la
actora, en el plazo de diez días, la suma de ocho mil setecientos doce pesos
($8.712) en concepto de pérdida de chance y la de cinco mil pesos ($5.000) en
concepto de daño moral, con más intereses e impuso las costas del juicio a la
vencida (fs. 151/158).

2. Como se ha expresado, la decisión fue apelada por la demandada. Radicado el


expediente en esta sede, expresó agravios a fs. 200/202, los que fueron
respondidos a fs. 205/211. Habiendo quedado firme la provincia de autos, la
causa se encuentra en estado de resolver.
No se han efectuado objeciones al relato de los antecedentes del caso que ha
reseñado la sentencia apelada, por lo que en este aspecto corresponde remitirse a
ella por razones de brevedad.

3. Los agravios del recurso de apelación.

3.1. En primer término, objeta que se haya condenado a la demandada a


indemnizar la pérdida de chance no obstante no haberse acreditado como
imputable a esa parte la pérdida del crédito supuestamente solicitado a
"Servicred SRL" y que se viera disminuido su patrimonio ni frustrada una ventaja
económica futura como tampoco que se hubiera visto privada de la posibilidad de
ingresar a trabajar como cobradora de la empresa "Gamess SRL".

Critica que el fallo se funde sólo en los dichos del testigo Muscio para dar por
probado ese extremo, ya que a su entender, la prueba debió ser contundente.

3.2. Cuestiona la procedencia del daño moral por ausencia de pruebas que
corroboren que el actor experimentó frustración, padecimiento y turbación de la
paz y, a todo evento, las molestias no fueron más que una mera contrariedad o
incomodidad.

A juicio del apelante, en el caso no se acreditó ninguna acción antijurídica por


parte de la entidad demandada que pudiera derivar en una condena por daño
moral.

3.3. Considera excesivo el monto del resarcimiento otorgado por cuanto no


responden a la realidad de lo discutido en la causa.

4. Sobre la procedencia de la apelación.

4.1. En primer lugar, conviene señalar que de la lectura del pronunciamiento


apelado surge que la magistrada de grado consideró liminarmente que en función
de la traba de la litis, correspondía evaluar las pruebas producidas a fin de
elucidar si el pago de $610 alegado por la actora, correspondiente al mínimo del
saldo adeudado por el uso de su tarjeta de crédito "Cabal", se había o no
efectuado en la sucursal Nº 276 de Villa Gobernador Gálvez del banco
demandado y, en su caso, si el pago lo había sido en término -en fecha 8/1/98-;
que conforme a lo informado en la pericial contable que no fue impugnada por las
partes (informe de fs. 94), juzgó acreditados los extremos anteriormente
señalados; también que la actora fue intimada por la codemandada en fecha
19/1/98 a cancelar la deuda (fs. 11) y que el 12/2/98 le comunicó que en esa fecha
anularon e incluyeron en el boletín respectivo la tarjeta "Cabal" que identificó
(Cfr. reconocimiento efectuado en el responde, fs. 41 vta.); sostuvo también que
la actora acreditó haber concurrido a la entidad bancaria para aclarar lo referente
al pago reclamado, en tanto existió por parte de la contadora Beatriz N. R. Farcuf
un reconocimiento implícito de la documental que le fue exhibida consistente en
la nota presentada en el banco por la actora el 8/1/98 y recibida por aquélla, en la
que se consignaba la secuencia del error administrativo y los perjuicios que le
generó (Cfr. audiencia de fs. 63; v. fallo a fs. 155/157).

Concluyó la magistrada, en definitiva, que de la pericia contable surgía con


claridad que la actora cumplió en término con su obligación, en especial, con la
que dio origen al reclamo y que si bien era obligación de la entidad bancaria
comunicar al Banco Central cualquier deudor moroso que tuviera por tal en sus
registros, ello no lo liberaba de responsabilidad si la información era a la postre
errónea y la conceptuación de la actora equívoca, como aconteció en el caso (fs.
157).

Estos tramos del fallo anterior, no han sido cuestionados en los términos
requeridos por el art. 365 del Código Procesal, por lo que se considera que se
encuentran firmes y consentidos y constituyen sustento suficiente de la decisión
en cuanto a la conducta antijurídica que se le atribuyó a la demandada.

En efecto, la apelante no esbozó -ni siquiera insinuó- en el memorial ningún


argumento tendiente a controvertir el razonamiento de la decisión de grado y,
menos aún, intentó justificar la razón por la cual la actora estuvo erróneamente
informada y continuó incluida en la base de datos de deudores de riesgo del
Banco Central de la República Argentina con posterioridad a la fecha en que fue
advertida que la deuda se encontraba cancelada.

4.2. La primera crítica de la apelante se proyecta respecto del acogimiento del


rubro "pérdida de chances", por entender que lo resuelto resultó infundado ante
la ausencia de pruebas que demuestren que se configuró el perjuicio alegado,
siendo insuficiente la testimonial rendida.

Se adelanta que este agravio habrá de prosperar.

4.2.1. Al reclamar la indemnización por pérdida de chance, la actora afirmó en la


demanda que: "...a los efectos del cálculo de este rubro deberán considerarse los
ingresos mensuales que dejó de percibir la actora debido a la frustración de su
acceso al cargo de ‘cobradora’ de la empresa ‘Gamess - Medicina y Servicios
Sociales’ como consecuencia de la negatividad del informe previo solicitado por
dicha empresa acerca de la conducta comercial y bancaria de la actora, derivada a
su vez de una información errónea elevada al Banco Central de la República
Argentina por parte de la accionada" (fs. 22 vta.).

Intentó justificar el rubro pretendido con la testimonial de Muscio y en base al


cual la Jueza de Grado consideró probado el extremo en cuestión.

4.2.2. Entiendo que el rubro pretendido no ha sido debidamente acreditado y los


argumentos contenidos en el fallo tampoco resultan suficientes para sustentarlo.

En efecto, por una parte, considero que tan genéricas afirmaciones formuladas
por la actora en la demanda respecto de las consecuencias que, en abstracto,
produjo la circunstancia de haber estado incluida erróneamente en el boletín de
inhabilitados del Banco Central de la República Argentina, no satisface la "carga
de afirmación" que pesa sobre el actor conforme lo dispuesto en el Código
Procesal (art. 130, incisos 3 y 5, del Código Procesal Civil y Comercial).

Esta exigencia general adquiere ribetes específicos en materia de daños.

Se ha considerado que el daño constituye un elemento esencial y constitutivo de


la pretensión resarcitoria y debe ser cierto. Tal certeza, como requisito de fondo,
impone al pretendiente la carga procesal de afirmar en la demanda el daño cuya
indemnización reclama.

Desde luego, en determinadas situaciones puede quedar indeterminado en la


demanda el monto indemnizatorio y postergarse su definición para un estadio
posterior, pero no cabe la misma solución en cuanto al daño, considerado en sí
mismo.

Zavala de González explica que: "En la demanda debe describirse el perjuicio a


resarcir, que integra la causa petendi de la acción. Y la descripción debe ser
precisa e inequívoca, a fin de permitir al adversario el ejercicio de contradicción"
(Zavala de González, Matilde: "Resarcimiento de daños -3-. El proceso de daños",
Ed. H., 1997, pág. 47).

Ello no es otra cosa que una derivación del principio de "sustanciación" que rige
para la demanda (enunciación detallada de los hechos básicos), como opuesto al
más simplista de la "individualización" (enunciación de una genérica situación
fáctica), que entronca en el sistema dispositivo, se vincula con la defensa en juicio
y armoniza con la regla de la congruencia (Cfr. Cámara Civil y Comercial Rosario,
Sala 2ª, 27/2/04, "Galván, Eduardo y otros c/Nuevo Banco de Santa Fe SA
s/Daños y perjuicios", en Ed. Zeus, T. 94, fallo Nº 14.708).

También esta Sala, aunque con distinta integración, ha sostenido que: "...en la
reparación por pérdida o frustración de chance, como pretende encuadrar el daño
analizado el agraviado, deben coexistir un elemento de certeza y otro de
incertidumbre. Certeza de que, de no mediar el evento dañoso, el damnificado
habría mantenido la esperanza en el futuro, que le permitiría obtener una
ganancia o evitar una pérdida patrimonial. Y la incertidumbre de que,
manteniéndose la situación de hecho o de derecho, que era el presupuesto de la
chance, la ganancia se habría en realidad obtenido o la pérdida se habría evitado.
Pero, para evitar confusiones con el daño eventual o hipotético, debe quedar en
claro que si bien la pérdida de posibilidades, constitutiva de chances, se
indemniza en razón de las mayores o menores posibilidades frustradas que tenía
el damnificado de obtener una ganancia o evitar una pérdida, debe exigirse que la
víctima se encuentre en situación fáctica o jurídica idónea para aspirar a la
obtención de esas ventajas al momento del hecho dañoso..." (Cámara Civil y
Comercial Rosario, Sala 1ª, Ac. Nº 28, 24/4/03, "Martínez, Gabriel A. c/Banco de
Crédito Argentino s/Daños y perjuicios", en Ed. Zeus, T. 92, J-536: en su actual
integración, ver entre otros los siguientes: Acuerdo Nº 276 del 17/5/06, "Bernal,
Ángel D. C. Columbia Compañía Financiera y otra s/Daños y perjuicios", en Ed.
Zeus, T. 102, fallo Nº 16070; Acuerdo Nº 500 del 1/9/06, "Leoni, Alberto F. y
otro c/Banco Francés SA s/Cobro de pesos - Daños y perjuicios", expediente Nº
366/05; Acuerdo Nº 227 del 1/6/07, "Grassi, Marcelo c/Banco Francés y otros
s/Daños y perjuicios", en Ed. Zeus, T. 104, fallo Nº 16.544).

Conforme a lo expuesto, en el caso, la pretensión del rubro "pérdida de chance"


que se sustentó en meras afirmaciones de la actora anteriormente transcriptas y
que se tuvieron por probados en el fallo sólo con el testimonio de Muscio que
refirió a eventuales circunstancias acontecidas respecto de la solicitud que habría
presentado la demandante para acceder a un empleo (v. fs. 158 del fallo apelado),
no se ajusta a las directrices señaladas.

No se ha demostrado, por lo demás, la conexión causal entre la conducta


antijurídica que se le atribuye a la demandada y el hecho alegado de haber
perdido la posibilidad de acceder al empleo en la empresa señalada.

Tampoco justifica la procedencia del rubro pretendido que se alegue la privación


de acceso a un crédito.

Sobre el particular, debe advertirse que la pérdida de acceso al crédito merecerá


reconocimiento resarcitorio en la medida en que se demuestre que esa
circunstancia haya sido generadora de disvaliosas consecuencias patrimoniales
para el afectado, en tanto, sigue constituyendo un requisito necesario para el
resarcimiento del daño que éste tenga carácter personal (Calvo Costa, Carlos:
"Daño resarcible", Ed. H., Buenos Aires, 2005, pág. 237), lo que no aconteció en
el caso.

Es que mal podría considerarse configurada la existencia de daño a una


probabilidad, más allá que en la demanda la actora se limitó a postular
únicamente la imposibilidad de acceder al crédito, sin demostrar que tal
circunstancia hubiera tenido alguna repercusión patrimonial desfavorable
concreta respecto del actor.

Como fuera dicho, el requisito de certeza del daño admite varios niveles, desde
los perjuicios ya sucedidos y comprobados, hasta la probabilidad objetiva propia
de perjuicios que todavía no se han producido. El juicio de valoración se efectúa
tomando en cuenta el grado de probabilidad objetiva existente para que la
prosecución del proceso causal pudiese derivar en un beneficio económico o
espiritual y, también las circunstancias particulares del caso. No obstante, se
destaca que la chance debe ser real y seria y no una mera ilusión o conjetura de la
mente del damnificado (v. Pizarro, Ramón D.; Vallespinos, Gustavo:
"Instituciones de Derecho Privado. Obligaciones", Ed. H., T. 2, Buenos Aires,
1999, págs. 650/651).
Sin embargo, la actora no ha probado el daño derivado de la falta de acceso al
crédito. Al no haberse consignado mínimamente cuál sería el destino que se daría
al préstamo ni cual sería el beneficio perdido al no haberlo logrado, resulta
imposible derivar per se la existencia del daño: la chance debe estar fundada y
aparecer con un grado de probabilidad suficiente, pues no se trata de un "daño
presunto" sino de un "daño cierto", aunque probado por vía presuncional.

Así sostuvo la Corte Suprema de Justicia de la Nación que: "Para la procedencia


del resarcimiento del rubro pérdida de chance debe acreditarse la existencia de
un perjuicio con un concreto grado de probabilidad de convertirse en cierto,
razón por la cual no es admisible el reclamo si versa sobre un daño puramente
hipotético" (Corte Suprema de Justicia de la Nación, 15/7/97, "R. P. A. c/Estado
Nacional y otros", en Ed. L.L., 1997-F, 15; Cámara Civil y Comercial Rosario, Sala
2ª, Acuerdo Nº 112 del 14/11/03, "Laucero, Rubén D. c/Banco Credicoop C. L.
s/Daños y perjuicios", expediente Nº 187/03).

Por tanto, corresponde revocar el fallo en cuanto consideró procedente la


indemnización por pérdida de chance.

4.3. En lo que refiere al daño moral, considero que las argumentaciones de la


recurrente no pasan de ser una mera discrepancia con lo decidido en la instancia
anterior y no constituyen una crítica razonada de la sentencia atacada.

Ello es así, ya que para declarar la procedencia de la indemnización, la Jueza de


Grado brindó suficientes argumentos por los que consideraba que el perjuicio
debía tenerse por acreditado in re ipsa, aludiendo a las repercusiones que el obrar
ilegítimo de la demandada pudo haber tenido en el ámbito laboral, personal y de
relación del actor.

Las consideraciones de la recurrente sobre este aspecto se limitan a afirmar


reiteradamente que el daño no ha sido acreditado sin explicar el por qué de su
afirmación y sin confrontar la aserción con el razonamiento seguido en la
sentencia (es decir, por qué no correspondía en el caso considerar que el
menoscabo extrapatrimonial podía tenerse por acreditado in re ipsa loquitur); lo
cual no resulta suficiente en orden a desvirtuar que el hecho pudo haber tenido
consecuencias en el plano emocional o espiritual del actor.

Por otra parte, si bien es cierto que esta Sala en su actual composición se ha
pronunciado sosteniendo que en cuestiones de responsabilidad contractual la
prueba del daño moral corresponde a quien se considera damnificado (Cfr.
Acuerdo Nº 318 del 9/6/06 in re "Enrique, Juan D. c/Fata Seguros SA s/Daños y
perjuicios", expediente Nº 493/04); no lo es menos que también recientemente
en una causa análoga que ha sido reiterada en posteriores precedentes de este
Tribunal se ha sostenido que: "...el solo hecho de figurar en la registración del
Banco Central de la República Argentina como inhabilitado por el libramiento de
cheques sin fondos o con cuenta cerrada y aplicación de multas indebidas, ha
debido producir racionalmente un descrédito personal por la propia difusión de
la información que ocasionara la imposibilidad de operar en cuentas. A ello debe
sumarse los seguros trámites o gestiones que debió asumir... para tratar de
revertir una situación injusta que ella no había creado, sino la demandada de
modo antijurídico. Ellos son suficientes motivos para considerar la existencia de
un padecimiento que debe ser objeto de resarcimiento. Constar en las bases de
datos del Banco Central de la República Argentina y de la Organización Veraz,
con el consiguiente nivel de impacto en el plano profesional y comercial, trasunta
un nivel de desconfianza con los terceros, en su aspecto social, personal, incluso
pudo haber puesto en entredicho su integridad y honorabilidad frente a sus
colegas y clientes" (Acuerdo Nº 235, 2/5/06, in re "Tamango, Silvia c/Banca
Nazionale del Lavoro SA s/Daños y perjuicios", expediente Nº 136/05). Con cita
de otros precedentes, también se afirmó: "...apartándose de lo que generalmente
ocurre en materia contractual, conductas como las que aquí se juzgan -que
socavan la honorabilidad de una persona, al difundir su condición de libradora de
cheques sin fondos o cuenta cerrada y deudora de multas, sin serlo- generan per
se el daño moral invocado: existe una relación constante y frecuente (aunque no
automática) entre la conducta lesiva juzgada y la alteración disvaliosa del ánimo
que ella produce" (Cámara Civil y Comercial Rosario, Sala I, Acuerdo Nº 74/05,
causa "Giorgis, G. c/Banco Francés SA s/Daños y perjuicios"; Cfr. tb. de esta Sala,
Acuerdo Nº 436 del 3/8/06, "D´elía, Andrés I. c/Banco Francés SA s/Daños y
perjuicios", expediente Nº 455/05).

Por tanto, corresponde confirmar este aspecto de la decisión recurrida.

4.4. En cuanto al monto de la condena, como ya se ha expresado, la demandada


cuestiona el resarcimiento por considerarlo elevado.

En primer lugar, la apelación en lo que a esta cuestión refiere, no cumple con los
recaudos del art. 365 del Código Procesal por lo que el agravio no puede tener
andamiento.

En efecto, la apelante no determina cuál es el monto de la condena que considera


justo y razonable, lo que impide al Tribunal establecer si su pretensión representa
un agravio computable en los términos del art. 43 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, de acuerdo al método de cálculo que establece el art. 349 del Código
Procesal, lo que resulta suficiente para desestimar el planteo.

Por otra parte, la lectura de la sentencia anterior permite inferir que para la
determinación del resarcimiento se tuvo en cuenta la conducta del banco
demandado, que a juicio de la Jueza de Grado "...implicó un agravio a los
derechos esenciales de la persona (...) como consecuencia del hecho ilícito, que
puede inferirse derechamente de los padecimientos derivados del acontecimiento
dañoso, imposibilidad de contar con crédito que la tarjeta le brindaba, los
trastornos sufridos, el tiempo transcurrido sin que se intente solucionar el
problema causado por equivocación de la codemandada..." (fs. 157 vta.).
Se encuentra probado que la información errónea fue cursada por la demandada
al Banco Central estando incluida en esa base de datos desde diciembre de 1999
(v. fs. 15, informe del Instituto de Informes Comerciales de la Cámara del Crédito
Comercial de Rosario según la información suministrada por el Banco Central de
la República Argentina) y se mantuvo -al menos en el centro de datos de
Organización Veraz- hasta el mes de abril de 2004 (fs. 17).

Por tanto, debe desestimarse el agravio de la demandada que cuestiona cómo se


ha valorado su proceder a los fines de establecer el monto de la indemnización.

Ello ya que los aspectos considerados por la a quo para mensurar el perjuicio
concuerdan con el criterio seguido por algunos precedentes de esta Cámara,
conforme a lo expuesto en la causa "Tamango, Silvia H. c/Banca Nazionale del
Lavoro" ya citada. Allí se dijo que a los fines de determinar el quantum de la
reparación, debían tenerse en cuenta aspectos tales como el lapso que duró la
información indebida en los bancos de datos, la premura de la entidad
responsable en informar el error y la diligencia puesta en obtener la rectificación;
ello, con la finalidad de lograr que las decisiones judiciales que establecen
indemnizaciones de este tipo sean predecibles o previsibles, con beneficio para la
seguridad jurídica.

Con arreglo a esas premisas, dado que la situación perjudicial para el


demandante se prolongó por espacio aproximado de cinco años y teniendo en
cuenta lo resuelto en igual sentido por esta Sala y otras de la Cámara de
Apelación de Rosario (v. de esta Sala, causa "Tamango" citado; "Utrera, Jorge
c/Banco Francés SA", Acuerdo Nº 127/04; "Borraz c/Citibank NA", Acuerdo Nº
35/06; Cámara Civil y Comercial Rosario, Sala 4ª, "Jaef c/Banca Nazionale del
Lavoro SA", Acuerdo Nº 172/05), la suma establecida como indemnización en
concepto de daño moral resulta razonable.

Por lo que a esta cuestión, voto parcialmente por la negativa.

Sobre la misma cuestión, el Dr. Ariza dijo: que coincide con lo propuesto por la
Dra. Serra, y vota de la misma manera.

A la misma cuestión, el Dr. Silvestri dijo: que hace suyas las razones expuestas
por la vocal preopinante y vota en idéntica forma.

Sobre la cuestión, qué resolución corresponde dictar, la Dra. Serra dijo:

Atento al resultado de la votación que antecede, corresponde desestimar la


nulidad, admitir parcialmente el recurso de apelación de la demandada y, por
tanto, revocar parcialmente la resolución apelada en cuanto al reconocimiento
del rubro pérdida de chance, declarándolo improcedente.
Atento al éxito obtenido y conforme a las pautas del art. 252 del Código Procesal,
las costas de ambas instancias se imponen en un cincuenta por ciento (50%) a la
demandada y en un cincuenta por ciento (50%) a la actora.

Los honorarios de esta instancia se regulan en el cincuenta por ciento (50%) de


los que en definitiva se fijen para la Primera Instancia (art. 19 de la ley 6767).

Así voto.

Sobre la cuestión, el Dr. Ariza dijo: que coincide con la resolución propuesta por
la vocal preopinante, y vota en el mismo sentido.

Concedida la palabra al Dr. Silvestri dijo: que concuerda con lo expresado por la
vocal preopinante y vota en igual sentido.

Se resuelve: 1) Desestimar la nulidad, admitir parcialmente el recurso de


apelación de la demandada y , por tanto, revocar parcialmente la resolución
apelada en cuanto al reconocimiento del rubro pérdida de chance, declarándolo
improcedente. 2) Atento al éxito obtenido y conforme a las pautas del art. 252 del
Código Procesal, las costas de ambas instancias se imponen en un cincuenta por
ciento (50%) a la demanda y en un cincuenta por ciento (50%) a la actora. 3) Los
honorarios de la Alzada se regulan en el cincuenta por ciento (50%) de los que en
definitiva se fijen para la Primera Instancia (art. 19 de la ley 6767).

Serra. Ariza. Silvestri.

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