PROGRAMA
INTERUNIVERSITARIO _ EL REPUBLICAN ISMO
ao POLITICA EN HISPAN OAMERICA
Ensayos de historia intelectual
y politica
José Antonio Aguilar
y Rafael Rojas
(coordinadores)
CENTRO DE INVESTIGACION Y DOCENCIA.
ECONOMICAS
FONDO DE CULTURA ECONOMICA.
| MEXICO
iVII. REPENSANEO EL REPUB:
'NSANI LIC, :
LIBERAL EN AMERICA LATIN SMO if
Alber y la Constituci6n argentina de 1953
G. aL
(Centro de nestigaién y Doce NRG
i Sicass
‘Cuando los sucesos no estén asegurados,
Todo ead y unease
tas, todos los hombres vacilan, las in em.
due searos acres bap es oe at
acuerdo en cltivar ls ital
gina ovens ei
queen estima Amérce meio ees
SIMON BOLIVAR Crt jana i
IntRobucciéN,
I aa
"La historiografia tradicional zefleja al liberalismo hispano:
Hicano del siglo xix a través de imagenes que sugieren st fae
80 como ideologia fundadora de una reptiblica amodlenif a
gobiernos sujetos a la ley y tuertes libertades ptiblicas. Se ie
presentado asf al liberalismo como producto importado ineay 2
de romper con el legado absolutista de la Corona expatiel)
como una forma de conservadurismo, 0 como disfraz de i i
ideologfa lisa y lanamente autoritaria. En todos los casos z
indica como evidencia para \ustificar estas proposiciones el
predominio del ceittralismo politico y los fuertes poder
sobre tocio eit materia de gobierno y emergencias, con que fue
dotacto el ejecutivo en buena parte de las constituciones latino-
210
|
|
'
|
Donec
aor
tent
pePENSANDO EL REPUBLICANSMO LIBERAL au
de mitad del siglo x1x, En este trabajo propongo
seria
rics Ce ye estos resultados contraria a la visi6n tra-
id0 4, et caso de la ConstituciGn argentina de 1853, ar-
vag que el fortalecimiento de los poderes del gobierno
ete gneraly cel ejecuivo en particular fron frato de
resid dels élite iberales de constitu um orden politico
ven un contexto hist6rico en el que la fragmentacién
1 la cha intestina entre facciones hacfa imposible o
tafe el establecimiento de un poder estatal efectivo y legi-
“fina Este argumento tiene por finaidedl replantear tanto las
acteristicas propias del liberalismo latinoamericano como
Gj relacién con otras corrientes ce pensamiento de las cuales él
ar smo es heredero. En este sentido proponclsé que el liberals
Mp latinoamericano debe concebirse como una ideologia de
Faas que buscé amalgamar en un mismo esquema institt-
Zonal el origen electivo de'los gobernantes, proveniente del
‘publicanismo democratico, con una interpretacién conserva-
Gora de la reptiblica que proclaiaba la necesidad de centrali-
yarel poder, reducir la influencia de las asambleas legislativas
x la autoridad del gobierno. =
‘el trabajo en tres secciones. En la primera presentaré |
ina revisidn critica de la interpretacién predominante del libe- /
ralismo como tradicién politica que postula una visién negati- /
va del poder estatal. En una segunda analizaré las caracteristi- |
cas centrales del contexto hist6rico y politico que opers como
{elon de fondo para la creacién de la Constitucién argentina
de 1853 y en la tercera desarrollaré los puntos centrales del
pensamiento juridico-politico del inspirador de la Constitucisn,
Juan Bautista Alberdi, y de la visién de 0s constituyentes que
adoptaron su proyecto. Concluiré, finalmente, con una refle- |
xidn acerca cle los dilemas que enfrents el republicanismo libe-
ralen América Latina en su intento por construir una repuiblica
que conciliase la demanda de gobierno efectivo con el deseo |
de limitar el poder.
la
stable
iesitorialEXPERIENCIAS REPUBLICANAS EN HISPANOAMERICA
a2
1. La TRADICION LIBERAL EN AMERICA LATINA
icién convencional del liberalismo, como movimientg
| politico y como tradicién intelectual, asocia éste al objetivo de
limitar el poder del Estado como medio para proteger los de.
rechos del individuo y las libertades del ciudadano. Desde este
punto de vista, el liberalismo abandona la clisica visién repu-
blicana de la libertad politica, como participacidn cel ciudada-
no en Ja administracién comin de los asuntos piiblicos, y fun-
da una vision puramente negativa de la misma, consistente en
acotar las competencias del Estado para expanditr la esfera de
accién privada del individuo." En otras palabras, el liberalismo
ubicaria la libertad del ciudadano y el poder del Estado como
extremos opuestos de una misma relaci
Esta concepcién refleja pobremente la trayectoria hist6rica
del liberalismo como ideclogia constitutiva del Estado repre-
sentative moderno. Tanto 2n Europa como en América, el libe-
ralismo que comienza a temar forma en las primeras décadas
del siglo x1x no fue sino desprendimiento de una tradicién
republicana que buscé adeptar el ideal clésico cel autogobier-
no ciudadano a la necesidad de llenar el vacfo de poder que
dejé el colapso del orden monérquico tradicional. La l6gica
republicana demandaba establecer el principio de la soberania
popular por medio de la eleccién ciudadana de representantes
¢ impedir la arbitrariedad de los gobernantes mediante una
constitucién que defina los Iimites legales ce la accidn del Es-
lado. El problema, sin embargo, es que ninguno de estos obje-
tivos podia realizarse plenamente sin antes crear un poder es-
* Como es sabido, el famoso discurso de Constant de 1819, "La libertad de
los antigos comparada con la ce los modernos”, fue el punto de partida
de esta Visiin del liberalismo. Véase “The liberty of the Ancients Compared
‘with that of the Moderns”, en Bianeamaria Fontana (1988). La influencia que
tavo el contrastetrazado por Constant entre libertad moderaa (eral) y Hee
tad antigua (republicana) puede constatase en que el mismo ha sido aceptado
con pocas modificaciones conceptuales, tanto por defensores como por crticos
de la tradicién liberal. Véase en est sentido Berlin (1969) y Skinner (1998)
REPENSANDO EL REPUBLICANISMO LIBERAL 213
tatal efectivo que sirviera de sustituto al poder del que goz6 el
monarca bajo el viejo orden?
En efecto, uno de los dilemas centrales del republicanismo )
moderno fue no sélo fundar una nueva legitimidad politica,
“contrapuesta a la de la monarqufa hereditaria, sino también
construir un poder estatal que, como en la monarquifa, fuese
Gapaz de decidir en forma tiltima e inapelable en los conflictos _/
internos entre grupos politicos que pugnaban por monopoli- |
zar la representaci6n popular. Mis atin, la creaci6n de un po- |
der de este tipo era tanto mas urgente en la reptiblica dado que ~
en ésta ningtin partido o grupo social podia reclamar privile-
gios de representaci6n por sobre las demas. Desde el punto de
vista hist6rico, parece entonces acertada la observacién de Ste-
phen Holmes de que el liberalismo nunca pretendié limitar el
‘poder arbitratio de los gobernantes, descuicando la necesidad | |
de contar con un Estado con la capacidad de establecer y man-
tener el orden politico (Holmes 1995: 18) Y no podia ser de otra
manera. Pensar en consagrar la libertad politica por medio de
tuna visién puramente negativa de: poder estatal implicaba de-
jar irresuelto el problema de cémo proteger los derechos de]
ciudadano sin un agente capaz de castigar la violacién de esos |
derechos y asegurar el cumplimiento uniforme de la ley.
Este abvio razonamiento no pasé inadvertido a quienes par
ticiparon activamente en la tarea de crear una repiiblica mo-
derma. Aun cuando muchos han visto la Constitucién estadu-
nidense de 1787 como un triunfo del ideario liberal, se olvida a
mentico que Ja intencién fundamental de los constiluyentes
{incluso quienes se oponian a la faecidn dominante de la Con-
vencién) era crear tnidad politica y fortalecer la autoridad del
Estado. Como lo sefala Riker, tina clara mayoria de los delega-
dos en la Convencién de Filadelfia consideraba que la maqui-
naria de gobierno creada por los articulos de la Confederacién
2 Véase sobre este punto el brilante andlisis de Kalyvas y Katanelson (1999)
acerca de los dilemas que enfrent6 el pensaniento politico posrevolucionario
francés para encontrar un sustituto republicano al poder del monarca,214 EXPERIENCIAS REPUBLICANAS EN. HISPANOAMERICA
se776 era demasiado debi e inefcnz data la neces
Saas con el acuerdo nsnime de os esas pam adopt
Siones a nivel nacional (Riker 1995: 126). La respuesta agar
mal fue fortalecer la autoridad del gobierno centeah Por sobre:
Trades ¥ rear un Foder eecutivo nacional indepeniens fh
2, la legislatura
ELproblema de construir poder politico, claro esti, no g,
Present con la misma intensidad en todas las encarnaciones
historicas del republicanism liberal. Tanto en Inglaterra comy
en Europa continental la autoridad estatal se hallaba consol
| ada 0 en vias de consolidacién durante el petiole de Besta
cite del liberalismo en los siglos xvit y xvi, En el easy de las
colonias americanas, si bien éstas carecian de la coordinacién
le un poder central, contaban con poderes ¢ instituciones loca.
les bien establecidas el momento de estallar la rev olucién por
In independencia. El excenario histérico fue totalmente distinto
én América Latina. En esta regién, la construcciGn del nuevo
orden tuvo que hacerse sobre las cenizas de una monarquia
Centralista y absolutista que no dlejé a su caida institueion esta.
ble o legitima alguna. En este sentido, la independencia de Es.
Fan fepresenté en la América hispana un gradual proceso de
| desintegracién territorial en el que diversos Srupos comenza-
\ Fon a competir por controlar las nuevas enticladies politicas y
‘definir su forma de organizacién. Que estos Brupos estuviesen
micos contrapues-
‘es s6lo hizo axin més intensa la hucha interna por el poder.
Este proceso imprimié un carécter peculiar al movimiento
Fepublicano que intent6 dofinir el esquema constitucional det
[Auevo régimen en la Amética hispana, En Particular, hizo que
clestablecimiento de la libertad politica y el autogobierno ci
| dadano se vieran temporalmente postergados frente a le necesi-
1 dad de establecer orden y estabilidad politica. Durante las pri-
meras décadas posteriores a la independencia hubo expresiones
nds o menos radicales de republicanismo que buscaron alte
mar el sufragio universal y la eleccisn directa y periddica de
Cee
a
REPENSANDO EL REPUBLICANISMO LIBERAL 25
jocias las autoridades, sustituir el centralismo colonial por es-
racturas federales y aislar alas mayorias populares represen-
tadas en Ia legislatura ce la influencia que en el pasado ejercic-
ron monarcas, vitreyes y clases privilegiadas en la formacién
de decisiones puiblicas. En este sentico, bajo la inspiracién de
autores com Rousseat y Thomas Paine, las iniciales expresio-
nes del radicalismo republicano implementaron esquemas de
‘separacion pura de poderes que hacian de la asamblea legisla-
tiva el centro exclusivo y adsorbente de la representacion
popular. Se concentré asf el poster legislativo en una sola cama-
ra elegida directamente por e. pueblo, y se crearon ejecutivos
nombrados por la asamblea, amenuclo colegiados, con escasos.
oningunos poderes de nombramiento y sin participacién algu-
naen el proceso legislativo. Estas formas instituicionales, que se
presentaron con diferentes metices en constituciones como la
de Apatzingn de 1814 0 la venezolana de 1811, fueron gra-
dualmente abandonadas hacia mediados del siglo xrx3
Dada la intensidad de los conflictos que separaban a los gru-
pos politicos en pugna, las constituciones que establecieron
procesos electorales abiertos y de amplia participacién ciuda-
dana se vieron a menudo desprestigiadas por la prictica del
fraude y la imposicion de candidatos por medio de la fuerza
militar. Fue asi como crecié gradualmente el atractivo del me-
canismo de las elecciones indirectas, la creacién cle cuerpos po-
Iiticos no electivos y el estricto control de los gobiernos sobre el
desarrollo del proceso electoral. De diversas maneras se buscé
poner limites a las elecciones frecuentes y a la participacién
ciudadana por considerar que la América Hispana no habia
alcanzado atin el grado de pacificacién y civilizacién necesario
Pata el ejercicio pleno de las libectades politicas.
Fruto de las persistentes luchas entre caudillos locales y de
5 Pata un analisis de la evolucicn de les distintos modelos de diseno consti-
tucional en América Latina, véase Safford (1985: 347-421), Pata un estudio,
cexhaustivo de las distintas constituciones que encarnaron el republicanistna
radical, véase Gargarella (2001)./
IAS REPUDLICANAS EN HISPANOAMERICA
los periédicos levantamientos internos que debfa enfrentar la
qutoridad central, las constituciones que se fundaren inicial-
mente en el ideal federalista fracasaron en consolidar una
aatotided nacional estable con jurisdiccién sobre todo el terri
F(orio. Lucgo ce una breve experiencia con estructura federa-
Tes que brindaban amplia autoriomia. a os Estacos 9 POTS,
Ja mayorfa de los paises en la América hispana comenzaton a
adoptar, de iure ode facto, formas unitarias de gobierno 0 for-
aene contralizadas de federalismo en las que el gobierno cen,
tral tenfa a su disposiciOn distintos instrumentos Pav? limitar y
‘controlar la autonomia poxitica de las entidades locales. i
thn movimiento andlogo se puede observar er 10 relative a
la divisién y el equilibrio -e poderes entre ejecutivo ¥ legislati-
ia Dados Tos conflictos entre éites y la ola de movilizacion, |
| popular que desaté el proceso independentista en muchos par
ins constituciones que establectan ejecutives débiles y asane
derosas fueron percibiclas por la clase)
Ta fuente misma de inestabilidad po: |
xyo revisionismo constitucional
‘taciones del concepto republi- |
a con el fin de introducir
216 EXPERIENCI
ses,
bleas legislativas todopo:
Jlitica dominante como
(litica y desorden social. $I nue
| apelé entonces a varias interpr
cano clasico de la constitucién mixté
| “equilibrios” en la constitucion que Jimitaran el poder de los,
| parlamentos y fortalecieran el ejecutivo# Hacia mediados del
siglo xix los resultados de este movimiento se hicieron visibles
tanto en la creacion de segundas cémaras legislativas con po-
deres equivalentes a los de la camara de representacién popt
Jar como en el surgimiento de ejecutivos unipersonales, elegidos
ton forma independiente de la legislatura y dotados de poder
“he veto sobre Iegistaciny capaciclad para decidir en mater de
cemergencias.
‘Quiz nadie mejor que Simén Boliv
alaque arribarian
seutiv'
far proclamé tempranie
mente la conclusion. Jas corrientes dominat
4 Como sefilan Vile (1998 131-192) y Wood (1969: 430-4077. 20 revs
a et nat de caractxisticas similares se produce 0 > iestados ne
ro cone tes de ser convocadala Convencion de Felis be 1787.
REPENSANI
"ENSANDO EL REPUBLICANISMO LIBERAL 217
tes del republicanismo lati
d ‘anismo latinoamerican
S tuclbnale wericanto en materia de disefio
[Abandonemos as formas f
a formas federales ce no nos conviene!
ns al unviato del poder jcativ yconcenir ae
sidente, confimosle la autoricad surielente para que logre
aes suufrimos y ala especie
é 0 extemes y damnéstins, conta quienes tends
go tiempo de combatir[..]> wes tendremos
Es preciso aclarar en este punto
re into que la gradual convergencia
pgiones en cunt i Besson ad sintaleat pode )
acd as mayorie no hizo del epcanirs intron |
Go na cote de pense neceaniamente homoge
mA esp de ser sonarus las expesioncs sl
ao epul ree persistisron hasta avanzaco el si-
ienovineto ons Toque luego se denier mas
pi isonet Meer ga republicanismo. En ver.
Rios a divisién se traz6 en torno al grado de con-
pa oruptura que debs exstic ete ls mess repiiblias
pe ce ee 7 la sociedad tradicional.
eneste sentido fue precisa-
pint a iid qu cdi es eisai
paper ce equlibros de la constitu, Muchas ve-
are ce eae de mantener la estructura de
Bap 2 Se poder pal ea ce la Colonia, los grupos
ig sreveorcs den clase politica buscaron en los ejem-
eee eas oe ls ceptiblins antiguas y en el modelo més
pee mone fe bl el ideal cle una constitucién
dhe pg ebreeentara mas un equiv entre estaments so
le gobiemo contrapuestas que entre funciones
*Vease ol “Discus
'ts0 de Angostura” (1819), sn Simén Bolivar (1986: 110).218 EXPERIENCIAS REPUBLICANS EN HISPANOAMERICA
dle gobierno estrictamente separadas. De esta manera no sig
ntentaban hacer del ejecutivo un poder independiente de iy
legislatura, sino otoigarle wna organizacion lo mas cercana po.
sible a la de un morarca constitucional. Tres caracteristicas se
seguian de esta légica. En primer liga, y con el fin de aislar a
ejeculivo de presiones electorales frecuentes, las constituciones
conservadoras otorgaban al ejecutive mandatos de larga dura.
cién, con posibilicad de reeleccién 0, incluso, como en la frus.
trada Constitucién de Bolivia de 1826, mandatos vitalicios 6 Ey
segundo lugar, estas constituciones tendfan a uibicar al ejecutivo
como una camara legislativa mas, al estilo de la constitucién
britsnica, dotindolo de un poder de veto absoluto.0 casi abso-
luto sobre la legislacisn Por tiltimo, estas constituciones bus.
caban liberar al ejecutivo de cualquier responsabilidad polit.
a, cesechando la posibilidad de un juicio politico durante el
ejercicio de sus funciones.® En cuanto a las segundas cémaras,
se intentaba hacer de éstas un cuerpo aristocratico lo mas aisla-
do posible de la influencia popular. Se establecian ast estrictas
calificaciones ce prcpiedad para ser senadores y se les selec-
cionaba mediante nombramientos no electivos 0 por eleccio-
nes indirectas que en todo caso otorgaban extensos mandatos?
Un ejempto cle largos mandatos es la Constituciéa mexicana de 1836, de
acuerdo con a cal el presente duraba en su cargo ocho aos con posi
clad de reeegirse. Acerce de la Constitucign mexicana de 1836, véase Tena
Ramiez (199). ‘
7 EL caso dela Constitucion cilena de 1833 es quizds arquetipic en ete
sentido, Si bien los coatitsyentes no aceptaton a limo momento arecomen
dlacin de Mariano Egat ce declarar explictamente que el presente es pr-
te de la legislatura sf conservaron cl veto abvolto que este constitucinalila
proponte. Véase en este sentido Galdames (1925: 905-909)
Tambign en este sentio la Consttucion chilena de 1833 sive de ejemplo.
En st reaccion final esta constitucinestableci la iresponsabilidad poticn
dle prosconte durante el rmino de su mandaio. Véase Galdames (1925:50)
"neste endo po empl Cons agen de 1819 eb
senaclo compuesto no solo por representantes provincals sino por represr-
tans dela insttucia mitre cleo, la aniversidades yex dretores de
Estado, Sobre la Constiticion argentina de 1819, véase Abad de Santi
(1955) Elinento masextemo y conecido de hacer del snado un poder ase
{xatico fe Ia propissta de Bolivar en el "Discurso de Angostuta” de cea
senacl hetediarto, lest dela Camara de los Lores de Gran Bretata
REPENSA
EL REPUBLICANISMO LIBERAL 219
Los liberales, en cambio, dieron a la tradicién republicana
lisica del gobierno mixto una interpretacién distinta, fundada
enel modelo cle frenos y contrapesos de los fedleralistas ameri-
‘anos. En este modelo, como sefiala Gordon Wood (1969: 547-
563), la idea central no fue lograr un equilibrio de intereses de
clase 0 una mixtura de formas de gobierno contrapuestas, sino
nds bien un equilibrio entre fuciones separadas de gobierno
asignadas a agentes igualmente representativos de la voluntad
popular"? En este sentido, si bien los liberales buscaron for-
talecer al ejecutivo mediante su eleccién independiente, lo
sujetaron a mandatos més breves, proscribieron en general la
reeleccién inmediata y le otorgaron un poder de veto limitado,
{que podia ser superacto por la insistencia de la asamblea legis-
lativa."' El veto, en este sentido, fue concebido més como ins-
tnumento defensivo y de control sobre las mayorias legislati
vas que como una forma de hacer del ejecutivo una rama de
la legislatura.'? Asimismo, si bien los liberales favorecieron la
creacién dle segunclas cdmaras, a menudo formadas por candi-
dalos sujetos a requisitos de propiedad mas esttictos que para
las c4maras bajas y dotados de mandatos mas extensos que
para diputados, rechazaron la idea de nombramientos no elec-
liyos 0 mandatos excesivamente extensos.!?
Ota de las éreas en que conservadores y liberales se dispu-
laron la interpretaci6n de la repiiblica fue la relativa al lugar
que debia ocupar la moralidad puiblica, la religidn y los dere-
«hos individuales en la conformacién de los nuevos Estados
Eneste sentido, algunos de los canservadores mas influyentes
"8 Tara un andlisis de la relacin entre I teotfa de frenos y contrapesos y la
oarinarepublicana del gobierno mixto, véase también Vile (1998: 25557),
neste sentido, una consituciontipkamente liberal, como la chilena de
42 lorgaba al presidente un mandato de cinco afos sin posblidad de reelec
in un poder de veto sobre Ia legislacion que podia set sperado por lan
swlencia de una mayoria simple del congteso. Véase Gaidarnes (192547
Yase Wood (882: 559 : ae
PA por eemplo, la oposicion liberal cabezada por Manuel José Ganda-
tiles durant a rdaccion de a conservalora Conttucign chiles de 1833
acinar la propuesta de Mariano Egafa de inclu senadoresvitalicos y
Imandstos de 15 avis para los restantes. Vease Kinsbruner (1967. 71-73),=
220 _EXPERIENCIAS REPUBLICANAS EN HISPANOAMERICA
cen materia de diseto constitucional en Amética Latina toma.
zon selectivamente elementos de la reptblica antigua, com
parta y Roma, pera defender una nocién unitaria del bien
comiin y proponer la creacién de cuerpos especiales pata g]
mantenimiento de una moralidad ptiblica a cuya observancig
dlebiatt suburdinarse los derechos individuales. Tal fue el caso de
Juan Egafa, quien propuso para la Constituci6n chilena de 1993
la creacién de un senado encargado de velar por las costum.
bres y la moralidad catdlica, 0 el caso de Boltvar, que propusy
pata la Constitucién de Bolivia cle 1826 la creacién de un cuer.
po de censores, responsable de asegurar el cumplimiento de
Ja Constitucién y proteger la moral, las artes, la instruceidn y la
{imprenta."* En contraposicién con esta corriente, la visidn libe-
| ral buscé establecer una repuiblica moderna que al estilo de la
| cteada en los Estados Unidos fuera compatible con el pluralis.
| mo de valores, la tclerancia religiosa y la proteccién de los
| derechos individuales.8
| Amediados del siglo, como es sabido, la interpretacién libe-
ral del republicanismo adquirié un caréeter hegeménico en el
_ escenario politico regional. No llegé a este punto, sin embargo,
en un estado ideoligicamente puro. El liberalismo triunfante
‘emergié en verdad como un pensamiento de sintesis y com-
promiso entre corrientes politicas contrapuestas. En particular
adopts el principio cemocratico de la soberanfa popular y la
autodeterminacién ciudadana al postular el origen electivo de
todos los gobernantes, pero lo limits, al mismo tiempo, toman-
do de los conservadcres la idea de desmovilizar la participa-
"Sobre el pensamiento de Juan Egafa y referencias alas fuentes republicn
nas clisicas de su pensamienio, véase Collier (1967: 264-231). Para una inter-
pretacin del pensamiento politico y constiticional de Bolivar en clave rep
blicana cldsica, véase Brading (1983) y Pagden (1990).
"8 Existieron desde luego otros conflitos,frecuentemente retratados en Ia
literatara, como el papel que debian tener Ia Iglesia y los militares en los nue
+05 Estados o el mantenimiento de instituciones de propiedad precapitalit,
como los mayorazgos y las vinculaciones. Estos conflicts, sin embargo, tenfan
frectuentemente un carscte- mas estratgico y autointeresado que ideologico
propiamente dicho.
REPENSANDO EL REPUBLICANISMO LIBERAL 2
«én ciudadana, fortalecer la autoridad del ejecutivo y limitar
al poder de las legislaturas como requisito para crear orden,
fstas limitaciones al principio democratico eran asimismo justi-
jeadas como forma de proteger los derechos del individuo mas
ue como instrumentos para preservar una estructura politica y
dicial prerrevolucionaria. La repuiblica liberal naci6 ast como
aan gobierno representativo que tendria ante sila dificil tarea
de alcanzar un equilibrio entre las libertades ciudadanas y un
gobierno fuerte y centralizado.!
Esta compleja trama histérica ha sido francamente ignora-
dao relegada a segundo plano por las interpretaciones predo-
minantes que se han hecho sobre la naturaleza del proyecto
Iiberal latinoamericano en el siglo xix. No me detendré aqui a
analizar la visién més conocidz, que presenta al liberalismo
como un producto importado, un idéal de gobierno limitacto
ylibertad individual completamente ajeno a un mundo en el
que las practicas politicas se fundaban en el centralismo, el pa-
trimonialismo y la concentracién de poder heredadas de la
colonia (Véliz 1980: 163-188; Mcrse 1964: 163-164; O'Gorman.
1967). Se trata ésta de una posicién excesivamente simplista,
tanto del liberalismo en general como del liberalismo latino-
americano en particular.'” Me gustaria, en cambio, referirme
brevemente a una interpretacién més original, que postula
que el liberalismo-chvAmérica Latina no fue Sino wna Velada
“forina de autoritarismo que dio sustento legal a formas arbi-
‘arias de gobiério.—
El autor més representativo de esta postura es Brian Love-
‘man, De acuerdo con Loveman, las provisiones cle emergencia
que incluyeron la mayoria de las Constituciones liberales del
siglo xtx sirvieron de base para lo que él llama “Ia constitucién
de la titania”. En sus palabras:
"6 Sobre este punto véase al andliss del iberalismo latinoamericano de
Merquior (1991: 75-80), Véase también Botana (1984)
Me remito para la critica de esta postura a Negretto y Aguilar Rivera
(20009).a
222 EXPERIENCIAS REPUBLICANAS EN HISPANOAMERICA
En la prictica, liberalismo y autoritarismo se fusionaron; dictado.
res y presiclentes constitucionales ejecutaron opositores, enviaron
adversarios al exilio, censuraron la prensa, apresaron a autores
publicistas, y confiscaron propiedad —en pocas palabras, goberng.
ron suis naciones cor una autoridad virtualmente absoluta, Fre:
cuentemente lo hicioron, sin embargo, de acuerdo con constitucig.
nes que supuestamente garantizaban las libertades civiles, log
derechos individuales y la soberania popular.!*
La interpretacién de Loveman distorsiona el sentido que
tuvo la constitucionalizacién de poderes de emergencia en
América Latina, Mas que ser reflejo de una mentalidad autor.
taria, las provisiones de emergencia fueron un esfuerzo por
prevenir el uso arbitrario de esos poderes. En contextos politi
cos donde la lucha violenta entre facciones y los levantamien-
tos contra la autoridad establecida eran moneda corriente, la
opcién, realistamente hablando, era dejar que los poderes de
emergencia se usaran de hecho y sin regulacién alguna o bien
incorporarlos a una constitucién que definiera los limites de su
uso. Desde una perspectiva estrictamente liberal, es obvio que
la solucién debia recaer en esta tiltima alternativa. Basta tener
en mente dictaduras personales al estilo de la instauurada por
Juan Manuel de Rosas en Argentina, doncle se perseguta y eje-
cutaba a oponentes politicos a voluntad, para entender que era
un progreso someter la declaracién del estado de sitio a la
aulorizaci6n 0 aprobacién de una asamblea legislativa, y res.
tringir las facultades del ejecutivo a arrestar pero no a juzgar
personas, como fue el easy ent Ja mayoria de las constituciones
Iatinoamericanas. Noes en este sentido de extrafiar que el ge
po liberal que participé en la supuestamente conservadora
Constitucién chilena de 1833 aprobara sin desacuerdo alguno
el capitulo relativo a los poderes de emergencia del presidente
(Kinsbruner 1967: 64-65).!°
$8 Loveman (19936)
tivo tents
La provision de poderes de emergencia en manos del ejecutivo ten
|
REPENSANDO EL REPUBLICANISMO LIBERAL 23
Fs preciso también sefalar que los poderes de emergencia
no son ajenos a Ia teoria ni a la praictica de un Estado liberal. Si
bien es cierto que de Montesquicu en adelante, y sobre todo por
influencia de Constant, el liberalismo europeo y anglosajén re-
chaz6 incorporar regimenes generales de excepcién en la cons-
titucidn, existian antececentes dl esta doctrina entre los que se
consideran autores liberales clasicos, Tal fue el caso de Locke,
{quien reconoci6 el lamado poder de prerrogativa, que consistia
enla capacidad del ejecutivo de suspender el imperio de la ley
cuando esto fuese necesario para resguardar el bienestar de la
comunidad. En la préctica, por supuesto, los poderes de emer-
encia se utilizaron con amplitud toda vez que tn Estado liberal
vio desafiado su monopolio sobre el uso de la violencia, sin im-
portar que es0s poderes fweran o no autorizacios por la constitu
BORDABERRY Y GOLPE DE ESTADOCaetano, G. & Rilla, J. (2005) - Historia Contemporánea Del Uruguay. de La Colonia Al Siglo XXI. Montevideo, Fin de Siglo Editorial. pp.299-309