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BUROFAX

Jimena Valdez
Una mirada política sobre internet, tecnología y redes.

04/03/2022

Hola, ¿cómo estás? 

Hoy escribo sobre el tema que está en todas las primeras planas: la
invasión de Rusia a Ucrania y sus consecuencias. En este news voy a
hablar en particular del rol de las redes sociales. Pero pongamos
contexto: una de las primeras sanciones sobre Rusia fue echar al país de
la infraestructura de pagos internacionales Swift. Esto implica quedarse
fuera del flujo global de dinero. Las sanciones que siguieron tuvieron
que ver principalmente con la difusión de la información en redes
sociales, algo que señala la importancia de las plataformas. Pero no fue
lo único que pasó en relación a la tecnología. Si estuviste prestando
atención a las noticias te habrás dado cuenta de que lo digital estaba en
todas partes: la comunicación y organización de la resistencia, las
criptomonedas y hasta la pornografía.  

Acá me voy a concentrar en el rol de las redes como medio de


información y lo que les están pidiendo tanto el gobierno ruso como la
Unión Europea. Al final te dejo varias otras cosas que están pasando y
que muestran esa imbricación de la que hablé arriba. 

La guerra en redes
Las redes sociales se enfrentan a un dilema en países con democracias
o sistemas políticos de corte más autoritarios. Para estar en esos países
los gobiernos les piden ciertas condiciones a Facebook, Twitter, entre
otras (es el caso de Rusia y China, pero también de India). Si cumplen,
bajan ciertas banderas de información libre y conspiran contra la idea
de una internet global, pero están disponibles para los ciudadanos. Si
no cumplen, mantienen sus principios, pero dejan de estar en el país y
proveer una red alternativa -que no será perfecta, pero es mejor que
nada-. 

Veamos un ejemplo. En septiembre de 2021, el gobierno ruso le pidió a


Apple y Google que bajaran de su tienda una app de votación diseñada
por aliados del líder de la oposición rusa Aleksei Navalny -que está
actualmente en prisión, luego de retornar al país post recuperación en
Alemania del envenenamiento sufrido en 2020… y vos que pensabas
que habías tenido una semana difícil-. Apple y Google cumplieron. El
objetivo de la app era aglutinar un voto de protesta ante las elecciones
oficiales que suelen dar el mismo ganador (yendo en contra de la
definición del politólogo Adam Pszeworksi de democracia que dice que
es “un sistema en el que los partidos pierden las elecciones”). Las
autoridades rusas decidieron que la app era ilegal y amenazaron con
encarcelar a empleados de Apple y Google en Rusia -o sea, no se
anduvieron con chiquitas-. Las tecnológicas cedieron y eliminaron la
app. 

De lo anterior uno podría concluir que el gobierno ruso controla la


difusión de información vía redes en ese país. Pero aparecen al menos
dos matices en esto. Por un lado, las tecnológicas también proveen
espacios de difusión de ideas contrarias al gobierno. El mismo
protagonista de la historia del párrafo anterior, Navalny, tiene un canal
en YouTube con 6.43 millones de suscriptores. También tiene su perfil
en Instagram. Desde allí obviamente hace campaña, cuenta sus ideas y
acumula apoyos. 
Por otro lado, controlar la difusión en redes no es tan simple. Es decir,
prohibir las redes es más sencillo y es lo que hace China con su firewall
y aún así emplea muchísimos recursos, ingeniería y creatividad
(acá podés leer más sobre la historia reciente de la censura en ese país).
Sin embargo, Rusia no tiene la misma estrategia de prohibición
general y entonces pasan cosas raras. Esta nota cuenta cómo Rusia
intentó bajar la velocidad de Twitter y al mismo tiempo se cayeron varios
sitios propios, o sea del gobierno. El gobierno dijo que no había
relación entre ambas cosas, pero otros dicen que sí citando además
antecedentes de otros intentos de censura que terminaron bajando
más cosas de las deseadas (no quisiéramos ser los rusos que la pifiaron
en el trabajo). 

La sanciones 
Ahora veámoslo del otro lado. La Unión Europea le pidió a Google,
Meta y TikTok, entre otros, que restrinjan los medios de prensa rusos
que son propiedad del gobierno como Russia Today y Sputnik. Las
compañías cumplieron, de modo que ya no se pueden ver videos de,
por ejemplo, Russia Today en YouTube. El objetivo inmediato de la UE
es limitar la propaganda rusa durante esta guerra. La presidenta de la
UE, Ursula von der Leyen, lo expresó de este modo: “La empresa
estatal Russia Today y Sputnik, así como sus subsidiarias, ya no
podrán difundir sus mentiras para justificar la guerra de Putin y
generar división en nuestra Unión”.

Sin embargo, hay otro objetivo de más largo alcance. Al anunciar estas
medidas funcionarios de la UE dijeron que las plataformas deberían
haber limitado la propaganda rusa hace tiempo. Thierry Breton,
comisionado del Mercado Interno, dijo: “La libertad de expresión no
cubre la propaganda de guerra. Durante demasiado tiempo, el
contenido de Russia Today y otros medios estatales rusos ha sido
amplificado por algoritmos y propuesto como 'contenido
recomendado' a personas que nunca lo habían solicitado”. Y siguió:
“La propaganda de guerra nunca debe ser contenido recomendado; es
más, no debe tener ningún lugar en las plataformas en línea. Cuento
con la industria tecnológica para que tome medidas urgentes y
efectivas para contrarrestar la desinformación”.

Esta medida abre dos puntos de debate. El primero es cómo hacerlo.


¿Cómo puede la UE controlar la información que circula, no solo en
redes? Lo mismo que aplica a Rusia y sus intentos de censurar la
información, aplica acá. No es tan simple y tampoco está claro que sea
legal. El segundo es sobre las implicancias. El paso que dieron crea
preguntas sobre la libertad de expresión y el control gubernamental de
la información. Al respecto, Josep Borrell, el Alto Comisionado para
Asuntos Exteriores, dijo que “si empezás a decir mentiras todo el
tiempo, si creás una atmósfera de odio, esto tiene que estar
prohibido”. 

Me gustaría decir algo más interesante que “qué complejo, todo, ¿no?”,
pero lo cierto es que tenemos muchas dudas y pocas certezas. Diré dos
cosas que creo están claras. La primera, es que las redes son jugadores
ineludibles en este conflicto. La segunda, es que la pendiente de la
regulación de la información es cada vez más resbaladiza. 

El del estribo
 Las criptomonedas: protagonistas en el conflicto. 
 Acá podés leer sobre unos nenes que acumulan followers en
Instagram posteando videos sobre la guerra. La internet es muy
rara o la gente es muy rara y ahora lo sabemos más pues
internet, capítulo 1000.
 Acá podés leer sobre una app de minitrabajos que funcionaba en
Ucrania, sus posibles usos y riesgos. 
 No está claro si Pornhub, un sitio para mirar pornografía, está
funcionando en Rusia o no. Acá podés leer sobre problemas
anteriores entre ese sitio y el gobierno ruso. 

Cosas que pasan


 La UE demanda a China ante la Organización Mundial de
Comercio por usar su tecnología sin pagarles. 
 A Uber llevar comida le da más dinero que llevar pasajeros. Era
previsible.
 Nuevas medidas de YouTube para combatir la desinformación.  

Gracias por llegar hasta acá. 

Un abrazo,

Jimena

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