You are on page 1of 5

Noche de los cuchillos largos

Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
Para la matanza ocurrida en la Britania del siglo V, véase Noche de los
cuchillos largos (artúrica).
No debe confundirse con Noche de los cristales rotos.

Las Sturmabteilung promovían actos de violencia callejera


contra judíos, comunistas y socialistas que eran apoyados por una parte de la población.1

La noche de los cuchillos largos23 (en alemán: Nacht der langen Messer)


u Operación Colibrí fue una purga política que tuvo lugar en Alemania entre
el 30 de junio y el 1 de julio de 1934, cuando el régimen nazi, dirigido por Adolf
Hitler, llevó a cabo una serie de asesinatos políticos. Se puede incluir dentro
del marco de actos que realizó el Partido Nacionalsocialista Obrero
Alemán para apoderarse de todas las estructuras del Estado alemán. Muchos
de los que fueron asesinados esos días pertenecían a las Sturmabteilung (SA),
una organización paramilitar nazi. Hitler se opuso a las SA y a su líder, Ernst
Röhm,4 porque percibía la independencia de las SA y la inclinación de sus
miembros hacia la violencia callejera como una amenaza contra su poder.
Hitler, además, quería el apoyo de los jefes de la Reichswehr, la organización
militar oficial de Alemania, que temían y despreciaban a las SA y, en particular,
la ambición de Röhm para que las SA absorbieran a la Reichswehr bajo su
liderazgo. Finalmente, Hitler usó la purga para atacar o eliminar a los críticos
con su régimen, especialmente contra aquellos que eran leales al
vicecanciller Franz von Papen, y para vengarse de sus antiguos enemigos.
Murieron en el suceso al menos 85 personas, aunque el número total de
fallecidos pudo ascender a cientos,56 y más de mil oponentes al régimen fueron
arrestados.5La mayor parte de los asesinatos los llevaron a cabo
las SS (Schutzstaffel), un cuerpo de élite nazi, y la Gestapo (acrónimo
de Geheime Staatspolizei: ‘policía secreta del Estado’), la policía secreta del
régimen. La purga reforzó y consolidó el apoyo de la Reichswehr a Hitler,
aportando fundamentos jurídicos al régimen, ya que las cortes alemanas
rápidamente dejaron a un lado cientos de años de prohibición de ejecuciones
extrajudiciales para demostrar su lealtad al régimen.
Antes de la ejecución, quienes la planearon se referían a ella como «Colibrí»
(en alemán: Kolibri), ya que esta era la contraseña que se usaría para enviar a
los escuadrones de ejecución el día elegido. 7 Parece ser que el nombre en
clave de la operación fue elegido arbitrariamente. La frase «noche de los
cuchillos largos» en alemán es anterior a esta masacre y se refiere en general
a cualquier acto de venganza. Su origen podría estar en la matanza de los
hombres de Vortigern por los mercenarios anglos, sajones y jutos del mito
del rey Arturo, que recibió el mismo nombre.8 Actualmente, los alemanes aún
usan el término Röhm-Putsch («Golpe de Röhm») para describir este suceso.
Este es el nombre que usaron durante el régimen nazi para indicar que los
asesinados tenían que ser necesariamente eliminados para evitar un golpe de
Estado. Muchos autores alemanes suelen entrecomillar este nombre o
nombrarlo como el así llamado «Röhm-Putsch».9

Índice

 1Contexto histórico
o 1.1Hitler y las Sturmabteilung
o 1.2Conflicto entre el ejército y las SA
o 1.3Aumento de la presión contra las SA
 2La purga
o 2.1Contra los conservadores y los antiguos enemigos
o 2.2El asesinato de Röhm
 3Consecuencias
o 3.1Reacción
 4Principales víctimas de la purga
 5La noche de los cuchillos largos en el cine
 6Véase también
 7Referencias
 8Bibliografía
 9Enlaces externos

Contexto histórico[editar]
Hitler y las Sturmabteilung[editar]
El presidente Paul von Hindenburg nombró a Hitler canciller el 30 de
enero de 1933.10 A lo largo de los meses siguientes, durante la
llamada Gleichschaltung («Sincronización» en alemán), Hitler logró prohibir
todos los partidos políticos rivales de Alemania, y en el verano de ese mismo
año, el país se había convertido en un Estado unipartidista bajo el control del
partido único, el Partido Nazi. Sin embargo, pese a la rápida consolidación de
su autoridad política, Hitler no ejercía el poder absoluto. Como canciller, no
lideraba el ejército, que estaba subordinado a Hindenburg, un respetado
mariscal que se encontraba débil y senil. Aunque muchos militares estaban
impresionados por las promesas de Hitler sobre un ejército mayor y mejor y
una política exterior más agresiva, el ejército se mantuvo independiente
durante los primeros años del régimen nazi.

Logotipo de las Sturmabteilung.

Las SA, una organización paramilitar, se mantenían autónomas respecto


al Partido Nazi. Ésta evolucionó a partir del movimiento de
los Freikorps surgido tras la Primera Guerra Mundial. Estas organizaciones del
periodo de entreguerras del siglo XX se caracterizaban por su fuerte carácter
nacionalista y su anticomunismo; durante la República de Weimar colaboraron
con el gobierno en la represión del movimiento obrero y organizaciones
izquierdistas, destacando acontecimientos como el Levantamiento
Espartaquista o el Levantamiento del Ruhr, además de participar en el fallido
Golpe de Estado de Kapp contra la joven república. Freikorps eran una
organización nacionalista compuesta básicamente por veteranos alemanes
desencantados y enfadados que creían que su gobierno había traicionado
a Alemania y los había vendido a los países enemigos al rendirse y aceptar los
humillantes términos del Tratado de Versalles. Los Freikorps se opusieron a la
nueva República de Weimar. Ernst Röhm era su comandante en Baviera,
donde recibió el sobrenombre del Rey de las metralletas de Baviera porque era
el responsable de almacenar y repartir metralletas ilegales a las unidades de
los Freikorps. Posteriormente se convirtió en jefe de las SA. Durante las
décadas de 1920 y 1930, las SA funcionaron como una milicia privada que
Hitler usaba preferentemente contra reuniones de comunistas. También
conocidos como «camisas pardas», los miembros de las SA se hicieron muy
notables por sus batallas callejeras contra los comunistas. 11 Las
confrontaciones violentas entre los dos grupos contribuyeron a la
desestabilización del experimento democrático de la Alemania de entreguerras,
conocido como República de Weimar.12 En junio de 1932, uno de los peores
meses de violencia política, hubo más de 400 altercados callejeros, que
causaron 82 muertes.13 Esta desestabilización fue crucial en el ascenso de
Hitler al poder, sobre todo porque aseguró que si llegaba a la cancillería,
acabaría con la violencia.
El nombramiento de Hitler como canciller, seguido de la supresión de todos los
partidos políticos menos el nazi, redujo, aunque no terminó, con la violencia de
los camisas pardas. Estos últimos, desprovistos de mítines comunistas que
interrumpir y acostumbrados a la violencia, a menudo protagonizaron
altercados callejeros. Golpeaban a los viandantes y posteriormente se
enfrentaban a los policías que acudían a terminar con los altercados. 14
En 1933 hubo numerosas quejas del comportamiento de los miembros de las
SA; incluso el Ministerio de Exteriores alemán se quejó de los ataques a
diplomáticos extranjeros.15Este comportamiento molestaba a los elementos
más conservadores de la sociedad, como el ejército.
El siguiente movimiento de Hitler fue reforzar su posición con respecto al
ejército enfrentándose a sus enemigos, las SA.16El 6 de julio de 1933, ante un
grupo de oficiales nazis de alto rango, Hitler declaró que, tras el triunfo
del nacionalsocialismo en Alemania, debían consolidar el poder. En ese
discurso afirmó que «La corriente revolucionaria no se ha detenido, pero debe
ser canalizada en el seguro curso de la evolución». 17
El discurso de Hitler señaló su intención de frenar a las SA, cuyo poder había
crecido rápidamente en los años 1930. Este no era un objetivo fácil, ya que las
SA habían aportado muchos de los votos que había recibido el Partido Nazi.
Las SA registraron un gran crecimiento en sus filas durante la Gran Depresión,
cuando muchos alemanes perdieron la fe en las instituciones tradicionales y
habían conseguido llenar de fervor nacionalista y solidario a la clase media. 18
Muchos de sus miembros creían en la promesa del nacionalsocialismo y
esperaban que el régimen nazi tomase medidas económicas más radicales,
tales como acabar con las grandes fincas de la aristocracia. El hecho de que el
gobierno no llevase a cabo tales reformas desilusionó a aquellos que
esperaban una revolución económica ligada a la política. 19
Conflicto entre el ejército y las SA[editar]
La voz más disconforme con la situación y la que pedía con más insistencia la
continuación de la revolución alemana era la de Röhm. 20 Como uno de los
primeros miembros del partido nazi, Röhm había participado en el Putsch de
Múnich, el fallido intento de Hitler de alcanzar el poder por la fuerza en 1923.
Era un veterano de la Primera Guerra Mundial que alardeaba de que ejecutaría
a doce hombres por cada camisa parda asesinado.21 Röhm veía la violencia
como un medio para alcanzar fines políticos. Se tomó muy en serio la promesa
socialista[cita  requerida] del nacionalsocialismo y pedía a Hitler y al resto de los
líderes del partido que iniciasen una reforma a gran escala en Alemania.
No contento con la simple dirección de las SA, Röhm presionó al canciller
alemán para que lo nombrase Ministro de Defensa, un cargo que ejercía el
general Werner von Blomberg.22 Aunque algunos críticos lo apodaban el «León
de Goma» por su devoción a Hitler, Blomberg no era nazi y, por tanto,
representaba el nexo de unión entre el ejército y el partido. Blomberg y muchos
de sus oficiales fueron reclutados entre la nobleza prusiana y consideraban que
los miembros de las SA eran plebeyos que amenazaban el tradicional alto
estatus del que gozaban los miembros del ejército en la sociedad alemana. 23
Ernst Röhm fue el principal dirigente de las SA. Sus ambiciones políticas y el recelo que inspiraba en
los líderes nazis fueron unos de los principales motivos que llevaron a la «Operación Colibrí».

Si el ejército regular mostraba desagrado por las masas que pertenecían a las
SA, muchos camisas pardas sentían la misma aprensión hacia el ejército, ya
que no lo veían suficientemente comprometido con la revolución nazi. Max
Heydebreck, un líder de las SA en Rummelsburg, denunció al ejército ante sus
compañeros, diciéndoles que «Algunos de los oficiales del ejército son unos
cerdos. La mayoría de los oficiales son demasiado viejos y necesitan ser
reemplazados por jóvenes. Nosotros queremos esperar hasta que Papá
Hindenburg muera, y entonces las Sturmabteilung marcharán contra el
ejército.»24

You might also like