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Víctor Castaño Díaz

Doble Grado en Lengua de Signos Española y Comunidad Sorda + Trabajo Social


Fecha de entrega: 25-02-2022

REFLEXIÓN SOBRE EL PRIMER CAPÍTULO DE “VEO UNA VOZ”

Ante una primera lectura de este capítulo, en el que se recogen y se sientan unas
bases muy interesantes para la investigación del origen y de la formación de diferentes
culturas sordas a partir de la visión de un oyente, resulta de especial interés lo que no
se dice, más que lo que se plasma sobre el papel.

Así, personalmente identifico dos ideas que subyacen a lo largo del texto: la
primera, más enfocada en las primeras páginas en las que se habla de la relación entre
el lenguaje (principalmente el oral) y el pensamiento, tiene que ver con la cuestión del
sentimiento Sordo. “Para Wright, para los que se quedan sordos después de haberse
asentado bien la audición, el mundo puede seguir lleno de sonidos, aunque sean
fantasmas.” (Sacks, 2003). En esta oración se recoge esta primera idea que se
desarrolla, subyacente, a lo largo del texto: a las personas sordas “les falta” algo. Tienen
carencia de “algo”. No es de extrañar que surja un cierto rechazo al leer este texto,
puesto que, aunque no sea en absoluto la intención ni el sentimiento del autor, deja
todavía entrever la existencia de cierta superioridad oyente en el pensamiento de la
sociedad de la década de 1980 y anteriores.

En conversaciones personales con la especialista en Lengua de Signos


Española Marta Cabrera (Suero Cabrera, 2022), y que por tanto no se pueden citar de
manera oficial, resalta la idea de que existe un cierto sentimiento de cobardía a la hora
de preguntar directamente a personas sordas cómo se sienten y consideran dentro de
una comunidad. A raíz de esto, es importante destacar que las diferentes comunidades
sordas que se han formado en todo el mundo no surgen a raíz de un sentimiento común
de carencia de un sentido, sino de una serie de características, inquietudes y
pensamientos comunes que deben respetarse y defenderse, debido a considerarse una
minoría cultural todavía en riesgo de exclusión social.

La siguiente idea que subyace en la segunda mitad del primer capítulo, y que
quiero destacar, tiene que ver con la formación escolarizada de personas sordas. El
repaso que se realiza en este texto de Sacks es más rico en detalles históricos que lo
leído y estudiado hasta ahora en el ámbito del Grado en Lengua de Signos Española y
Comunidad Sorda de la Universidad Rey Juan Carlos. El hecho de personalizar a
personajes históricos como De L’Epée, plasmando ideas y pensamientos no tan
conocidos y evidentes, o las aportaciones de Clerc y Gallaudet previas a la inauguración
de la famosa Universidad Para Sordos, hace de este capítulo un pasaje realmente
interesante que invita a la reflexión. Comparto con Sacks esa idea que subyace al texto,
Víctor Castaño Díaz
Doble Grado en Lengua de Signos Española y Comunidad Sorda + Trabajo Social
Fecha de entrega: 25-02-2022
y que no manifiesta en ningún momento de manera directa: siempre se ha planteado el
que los sordos aprendan de una u otra manera, mediante el lenguaje oral o la lengua
de signos, tratando la condición biomédica que parecen “sufrir” – utilizo este verbo para
exagerar el pensamiento de quienes trataban, hace dos siglos, de “curar” a los sordos.
Sin embargo, nunca hubo un pensamiento fuerte y consolidado de enseñar a los oyentes
la lengua de signos.

Esto evidencia, en mi opinión, el individualismo, la superioridad y la falta de


empatía que caracteriza a quienes creen saber qué es lo mejor para todo el mundo y
dictan unas leyes al respecto de sus propios ideales, no de una sociedad universal.

Así pues, es de gran satisfacción leer las últimas páginas del capítulo, en las que
Sacks refleja su propia fascinación al conocer la existencia de la comunidad tan especial
formada en Martha’s Vineyard, donde sus integrantes ni siquiera se paraban a
diferenciar entre sordos y oyentes, y todos utilizan la lengua de signos como vía natural
de comunicación entre ellos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Sacks, O. (2003). Veo Una Voz. Anagrama.

Suero Cabrera, M. d. (23 de febrero de 2022). (V. Castaño Díaz, Entrevistador)

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