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Misa del 23 de diciembre

Comentario de Entrada.
Estamos reunidos como comunidad de creyentes, para celebrar la
Eucaristía, manifestación de amor y entrega para los elegidos que son
merecedores de la salvación; preparémonos y permitamos que el Señor
Jesús nazca en nuestros corazones, de esta manera podamos dar
testimonio de su grandeza y amor por todos nosotros. Continuemos esta
celebración.

Monición a las lecturas.


La liturgia de la palabra para este día, nos invita a permanecer alegres y
llenos de gozo al reconocer que Cristo por su misericordia nos colma de
gracias y bendiciones. Hoy la Buena Nueva ha llegado al hogar de Isabel,
este signo nos colme de esperanzas a nosotros próximos en recibir al
salvador en nuestras vidas. Escuchemos con atención.
Oración de fieles

Llenos de esperanza y deseosos de la venida de Cristo decimos todos


a una sola voz:

R/. Ven, Señor en nuestro auxilio.

 Para que el Papa Francisco y los obispos trabajen con esfuerzo por
la construcción de la paz, la justicia y el amor fraternos entre los
hombres. Oremos al Señor.

 Para que los esposos se preocupen por dar ejemplo de vida y


formen a sus hijos en el amor, respeto y generosidad acogiendo a
Cristo en sus corazones. Oremos al Señor.

 Para que los enfermos, desamparados y tristes, vean en el pesebre


la esperanza de la venida de una nueva oportunidad en sus vidas.
Oremos al Señor.

 Por todos los gobernantes, para que trabajen por crear una sociedad
justa, donde todos los ciudadanos puedan servir y trabajar
glorificando a Cristo con amor. Oremos al Señor

 Para que el Señor ilumine los ojos de nuestro corazón, a fin de que
sepamos descubrir la esperanza a la que nos ha llamado, Oremos al
Señor

Señor, acoge cuanto te hemos suplicado, acepta la ofrenda de


nuestras vidas y haz que tu Reino llegue a nosotros en plenitud. Tu
que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Misa del 24 de diciembre

Comentario de Entrada.
Nos hemos reunido como pueblo Dios para celebrar la Eucaristía y en ella
conmemorar la llegada del Salvador; por eso, llenos de felicidad recibamos
en nuestras vidas a la persona de Jesucristo, conscientes que Él nos
transformara en nuevas criaturas. Con estas intenciones y las que hemos
traído a la mesa del altar continuemos esta celebración.

Comentario de la Palabra.
El evangelio de hoy nos presenta el acontecimiento trascendental que
sucedió en Belén: El nacimiento de Jesús. Su encarnación es la
manifestación del amor de Dios para con el hombre. Escuchemos con
atención.

Oración de fieles
En la festividad del nacimiento de Jesucristo, presentemos nuestras
suplicas, para que la Palabra cumplida del Padre, nos alcance la
salvación y la unión de los hogares en nuestra comunidad. Llenos de
confianza, decimos todos:

R/ Salvador del mundo, renueva nuestras vidas.

 Oremos por la Iglesia y por todos sus ministros, para que Cristo
recién nacido sea quien los proteja e ilumine. Oremos al Señor.

 Para que al celebrar el misterio del amor hecho carne y cercano a


nosotros, podamos alcanzar los bienes y gozos prometidos por el
Padre. Oremos al Señor.

 Para que Cristo transforme nuestras vidas de tinieblas en luz,


nuestros odios en perdón, y nuestras dificultades en alegrías.
Oremos al Señor.

 Para que el amor de Nuestra madre la Virgen María, se convierta


en la defensa de la vida y el rescate de los valores. Oremos al
Señor.

Padre bueno, mira a tu pueblo y dale la paz que te suplica al adorar a


tu Hijo; haz que en todos los corazones se manifieste tu salvación, y
atiende cuanto con fe te hemos suplicado. Por Jesucristo nuestro
Señor. Amen.

Reflexión sobre la Encarnación


Dios por amor a su pueblo y conociendo la debilidad que tienen las personas para
pecar, decide en su infinita misericordia, enviar a su Hijo al mundo para que nos salve,
guie hasta la verdadera felicidad. El amor juega un papel importante en este proyecto
salvífico, Cristo se hace igual a los hombres menos en el pecado; “asume la naturaleza
humana”, y nace de una mujer sin mancha, ni pecado. El Concilio Ecuménico Vaticano
II afirma: "El Hijo de Dios... trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de
hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la
Virgen María, se hizo verdaderamente uno de los nuestros, semejante en todo a
nosotros, excepto en el pecado". (Constitución Gaudium et Spes, 22).

El Hijo de Dios está próximo a nacer, desea entrar en nuestras vidas, por eso se dona y
se hace carne, lo único que necesita es encontrar nuestro corazón dispuesto para
recibirle. Esta donación es única e irremplazable, muchas personas tratan de cambiar o
modificar este gran regalo con dinero, ropas, vehículos; perdiéndose la oportunidad de
volver admirar en el pesebre la creación como modelo familiar, de amistad, de promesa
cumplida. No olvidemos que en la Encarnación se cumplen las promesas mesiánicas
del pueblo de Israel, sino también las nuestras.

La fidelidad, el respeto, la fe y el amor son las herramientas para vencer en este tiempo
las adversidades de un mundo que se ha olvidado de ver al prójimo como persona y
solo se afana en poseer, satisfacer sus propios deseos temporales y goza al pasar por
encima de los demás. Un elemento que podemos descubrir en María, es que da a luz al
Hijo de Dios porque antes permitió que Él se encarnase en Ella. De igual manera
estamos llamados a ejercer nuestro apostolado permitiendo que el Señor Jesús se
encarne en nuestros corazones. El papel de María está enmarcado en la dulzura y el
cariño que manifiesta a su Hijo, donde lo abriga y toma en sus manos para darnos
ejemplo de amor, entrega y servicio por los más débiles.

La Encarnación es el deseo de vivir en plenitud y perdonar definitivamente; Dios se ha


desbordado en amor y nos ha dado la Salvación por medio de su Hijo que se hace
pequeño y humilde, para enseñarnos el significado del servicio y la verdadera entrega
por el prójimo. No olvidemos en este día pedir a Dios por quienes han perdido un hijo,
han sufrido el flagelo del secuestrado o las drogas, para que Cristo próximo a nacer
llene cada una de sus vidas de sensibilidad y aprecio, valorando a quienes sufren y
buscan una luz que les guie y lleve de vuelta al camino de la verdad, el perdón y la
salvación.

Es importante reconocer en esta navidad de nuevo el asombro de la Encarnación en


cada uno de los fieles de nuestra comunidad. Dios al abrazar la fragilidad de la
humanidad, nos salva y nos da una nueva condición de hijos de Dios. El mismo Cristo
caminó por nuestras calles, comió junto a sus padres, visito el templo dando ejemplo de
fe, curo enfermos y alimento al pueblo mostrando ejemplo de servicio. Lloro y clamo al
Padre por nuestras culpas; por eso Dios da poder a su Hijo para que desde la imagen
del niño, nos dé ejemplo de humildad, entrega y amor por los demás.

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