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Seminario Mayor Arquidiocesano Nuestra Señora del Rosario

Julio César Ramírez Osorio


I de Teología
Sacramentos

LA RECIPROCIDAD ENTRE FE Y SACRAMENTOS


EN LA ECONOMÍA SACRAMENTAL

Los sacramentos son el centro de la fe cristiana, por los que Dios comunica su gracia, se
hace presente y actúa en nuestra vida. Los siete sacramentos de la Iglesia prolongan en la
historia la acción salvífica y vivificante de Cristo, con la fuerza del Espíritu Santo. S.s Papa
Francisco
Esta frase del Papa Francisco, resume en sí todo el artículo, pues afirma que en Jesucristo
se concentra el fundamento y la fuente de toda la sacramentalidad, que luego se despliega
en los diferentes signos sacramentales que generan la Iglesia, sin embargo, no es
simplemente el sacramento como tal, sino que a éste debe ir unido intrínsecamente la fe, ya
sea del destinatario o en otros casos de sus padres para que pueda realizar lo que
verdaderamente significa. Es necesario pues, constatar que la fe sea íntegra, fuerte y que
esa misma fe, lo lleve a anunciar en palabras y obras la salvación que ha recibido en Cristo
Jesús.
En contraposición a esto, surge en la actualidad grandes dificultades para que la fe este
íntimamente unida al Sacramento, por ejemplo, el empirismo. Éste tiene como base la
experiencia sensible y rechaza toda clase de conocimiento sobrenatural; la fe al ser un don
que procede del Padre y que se transmite de padres a hijos, carece de importancia, y se
llega a la conclusión que los Sacramentos son solo eso, símbolos sin sentido alguno y que se
realizan simplemente por tradición; a esto se le suman los cambios culturales tan rápidos que
van surgiendo en la sociedad y que llevan a un pensamiento pobre en cualquier
razonamiento acerca de Dios o la Iglesia; la sociedad actual no quiere ver símbolos
invisibles, sino realidades concretas y que tengan un efecto visible y rápido en las personas;
y algo más difícil es que las personas que creen en los sacramentos, no los ven con ojos de
fe, sino con una mentalidad supersticiosa y creadora de milagros; y lo más triste de todo es
que esto se ha ido dando por la falta de una pastoral fuerte de parte de los obispos,
sacerdotes, seminaristas y laicos comprometidos, que se olvidan que su misión es
evangelizar y enseñar a aquellas personas que tienen sed de conocer, y sigue sucediendo
las palabras que Dios dice por medio del profeta Oseas “mi pueblo perece por falta de
conocimiento” y los principales responsables somos nosotros que nos hemos vuelto ciegos
para reconocer que es Dios, Uno y Trino la fuente y el fin de los sacramentos y que no
somos dueños de la gracia, sino administradores que se nos ha confiado la tarea de llevar a
los demás al encuentro con Dios.
Es Dios que, al crear por amor, ya tenía en mente la Salvación del genero humano, se
encarnó por nosotros y nos amó hasta el extremo; y ¿para que se encarna? Para asumir
nuestra naturaleza, para hablarnos en nuestro mismo lenguaje, para experimentar nuestro
dolor y sufrimiento, para entender de forma mas perfecta la fragilidad humana, “por eso se
asemejó en todo a nosotros, menos en el pecado” (Hebreo 2,17) y luego con su Muerte y
Resurrección, levantar la humanidad caída y darnos la entrada al Reino celestial; los
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Julio César Ramírez Osorio
I de Teología
Sacramentos
sacramentos pues, son la manera perfecta en la que el ser humano, se inserta en el Misterio
Pascual de Cristo, que se realizó de una vez para siempre (Éphapax) y por el cual seremos
salvados por nuestra fe y nuestra adhesión a Él, pues la fe es la respuesta del hombre al
Dios que habla, en nuestro

lenguaje, en nuestra carne, en nuestra vida y la Iglesia es la encargada de administrar la


gracia, que se nos da a través de los sacramentos. Cristo sigue presente en la Iglesia como
Cabeza y nosotros somos sus miembros, el Espíritu Santo sigue santificando la Iglesia de
Cristo y la sigue renovando y purificando y es por eso que los sacramentos que realiza,
cargados de símbolos, significan y verdaderamente realizan lo que significan.
Para concluir, deseo subrayar la importancia que tiene la catequesis, una catequesis hecha
con amor, con fe, apasionarse por Cristo, amar la Iglesia y no creernos dueños de la gracia,
sino dispensadores de la misma; es la verdadera catequesis, la que lleva a las personas al
encuentro con Cristo y a acoger la gracia de los sacramentos y creer con fe lo que ellos
realizan.
Recuerdo aquí, que tiempo atrás me enseñaban cinco regalos que el Bautismo realizaba en
la persona: nos hace hijos de Dios, hermanos de Jesucristo, Templos del Espíritu Santo,
Miembros de la Iglesia y herederos del cielo y hoy puedo comprender mejor que los
sacramentos son verdaderamente trinitarios, que nos llevan a una comunión con Dios y con
nuestros hermanos y que además son necesarios para la salvación.
La catequesis es una educación en la fe de los niños, de los jóvenes y adultos, que
comprende especialmente una enseñanza de la doctrina cristiana, dada generalmente de
modo orgánico y sistemático con miras a iniciarlos en la plenitud de la vida cristiana, a
llevarlos a una experiencia viva de Dios (Catecismo de la Iglesia Católica Nº 5).

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