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El Pacto de Redención (El Pacto Adámico)

En el primer pacto, Dios colocó a Su hombre, hecho a Su semejanza, en una

posición de autoridad para que tuviera dominio o control sobre toda la creación. Dios

realmente confió en Adán. La más alta de Sus criaturas iba a gobernar sobre el resto.

Dios hizo al hombre una criatura de toma de decisiones para permitirle realizar

las acciones necesarias para tener dominio sobre el mundo creado. Él estaba

complacido con Su creación y el plan para su operación. Proveyó abundantemente para

el bienestar del hombre en el Jardín del Edén.

Entonces, para probar su habilidad para escoger el bien en su alto llamado al

dominio, Dios hizo un decreto, separó un árbol que no era para el hombre ni para su

esposa. Él sabía que esa autoridad del dominio tenía que ser probada. Pero, piensa en

esto: toda la creación estaba a disposición para el uso del hombre, excepto un árbol.

El registro de lo que le sucedió a Adán y Eva en el Jardín del Edén es claro. En

cierto sentido, se ha repetido en cada uno de sus descendientes hasta nuestros días. El

hombre escogió desobedecer a Dios, demostrando incredulidad en Sus Palabras. El

resultado fue una terrible caída de su alto llamado. Se vendió a sí mismo al pecado.

Llegó a ser un esclavo del tentador. Él se encontraba perdido en la muerte y en la

separación eterna de Dios.

Dios se acercó a los primeros pecadores y vio el pacto roto. El par de culpables

debían ser juzgados y castigados; pero, también redimidos. Dios se ató a Sí mismo por

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medio del pacto para proveer redención para el hombre. Así que fue necesario un

segundo pacto; porque, el primero fue roto por la desobediencia.

Dios actuó para cubrir a la pareja culpable, ahora consciente de su desnudez. Él

tomó la vida de varios animales y usó sus pieles, como capas para cubrir a Adam y a

Eva quienes estaban desnudos. Aquí en el Jardín se inició la corriente de la redención,

por medio de la sangre que fluyó hacia el Calvario y continuó hasta nosotros hoy en día.

Así que hay una conexión clara e importante entre el Pacto del Dominio y el

Pacto de la Redención. En el Pacto de la Redención Dios lidió con el tentador, luego

con la mujer que escuchó a la serpiente y después con el hombre que escuchó a su

esposa. En medio de esos pronunciamientos, se ató a Sí mismo con el fin de llevar a

cabo la redención para la humanidad y vencer la tentación. El texto está en Génesis

capítulo 3, versículos del 14 al 19, en el Antiguo Testamento.

14. Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás

entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu

pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.

15. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente

suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

16. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus

preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y

él se enseñoreará de ti.

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17. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste

del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra

por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.

18. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.

19. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra,

porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

¡Necesitamos entender la importancia y necesidad de que Dios estableciera el

Pacto de la Redención porque el Pacto del Dominio estaba roto! Los términos son

exactamente como Dios los pronunció. Se ató a Sí mismo por el pacto para

proporcionar la redención para el hombre caído, el pecador.

Hay varios ASPECTOS de ese pacto que deben ser entendidos.

LA MALDICIÓN SOBRE LA SERPIENTE es el primer aspecto del Pacto de la

Redención. "Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos

los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu

vida." De lo que podemos observar, por lo menos está implícito, que la serpiente era un

animal erecto antes de esa experiencia cuando Dios proclamó una maldición sobre ella.

Entonces ella iba a tener una relación diferente de la que había tenido antes con el

resto de las criaturas y con la tierra.

LA ENEMISTAD ENTRE LA SERPIENTE Y LA MUJER es el segundo aspecto

del pacto. Dios estableció en el versículo 15: "Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y

entre tu simiente y la simiente suya." La humanidad y las serpientes son enemigos. No

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hay lugar para el argumento. Dios lo dijo y eso lo resuelve. Más adelante veremos que

la Semilla de la mujer y la semilla de la serpiente finalmente se enfrentarán en conflicto

ante la muerte.

EL TRIUNFO DE LA SEMILLA DE LA MUJER SOBRE LA SERPIENTE es el

tercer aspecto del Pacto de la Redención. Nuestra Biblia dice: "Esta te herirá en la

cabeza." El pronombre hebreo es masculino y debe ser traducido, "él te herirá en la

cabeza y tú le herirás en el calcañar." Este es el triunfo prometido de parte de Dios

sobre la serpiente.

EL PAPEL SUBORDINADO DE LA MUJER es el cuarto aspecto en la

comprensión del Pacto de la Redención. La Biblia dice muy claramente: "Y tu deseo

será para tu marido, y él se enseñoreará de ti." Esa clara orden es fuertemente

discutida por las mujeres quienes exigen igualdad de derechos para la liberación de las

mujeres.

Algo sucedió en el jardín cuando Eva y Adán pecaron y rompieron el Pacto del

Dominio. Algo les pasó a las relaciones entre el hombre y la mujer. El punto es, Dios en

ese pacto definió ciertas relaciones entre el hombre y la mujer que no pueden ser

dejadas de lado ni pueden ser ignoradas sin consecuencias graves. La historia

demuestra que el orden de Dios es el mejor.

EL PAPEL DEL TRABAJO DEL HOMBRE es el quinto aspecto del Pacto de la

Redención que debemos entender. "Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que

vuelvas a la tierra." La vida es un lapso corto entre dos vastas eternidades y del polvo al

polvo. Eso no significa el final. No, por el hecho de que el hombre no es meramente una

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criatura física. Él participa de dos mundos: el físico y el espiritual, el natural y el

sobrenatural, porque él fue creado a imagen de Dios y fue puesto a cargo de toda la

creación de Dios. Él no ha perdido por completo esa relación sobrenatural. Él fue hecho

de la tierra; pero, también fue hecho a la imagen de Dios.

Por lo tanto, el Pacto de la Redención debe abarcar todo lo que fue afectado por

la violación del Pacto del Dominio. El pronunciamiento de Dios fue hecho a la serpiente,

a la mujer, al hombre y la tierra. El Pacto de la Redención ciertamente debe

relacionarse con todos.

La Biblia lleva esa escena de la redención a su conclusión. Vamos a rastrear por

medio de secciones seleccionadas de las Escrituras. En Génesis, capítulo 3, versículo

21 leemos: "Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió

(Los cubrió)." La cobertura con las túnicas de pieles es un acto simbólico, porque Dios

entendió que la necesidad del hombre requería que fuese cubierto. Eso es exactamente

lo que la palabra expiación significa: la palabra "kaphar" en hebreo significa cubrir. Con

el fin de obtener esta cobertura para Adán y Eva, fue necesario tomar vidas. Algunos

animales fueron sacrificados para hacer abrigos a fin de cubrir al par de pecadores.

Desde la primera infracción de la voluntad divina, la primera vez que el género

humano rompió el mandamiento hasta hoy ha habido un río escarlata fluyendo,

fluyendo para cubrir los pecados de la humanidad. Un ejemplo de los más destacados

sobre esto se encuentra en Éxodo capítulo 12, versículos 12 y 13: "Pues yo pasaré

aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto,

así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de

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Egipto. Yo Jehová. Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y

veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad

cuando hiera la tierra de Egipto."

Dios prescribió la manera como lo hijos de Israel debían proteger a su

primogénito cuando Él pasara por la tierra de Egipto con la última plaga antes de su

liberación. Eso se llama la Pascua. Dios les dijo que seleccionaran un cordero y el día

14 del mes lo mataran. Tomarían su sangre y la aplicarían a los dos postes laterales y

al dintel de la puerta de la casa donde se comerían el cordero después de haberlo

asado. Esa sangre le indicaría al destructor que pasara sobre ellos. Se derramó sangre

animal para cubrir a la primera pareja. Se derramó sangre animal para cubrir al

primogénito en Egipto y salvarlo de la muerte.

La cobertura perfecta para el pecado fue predicha en Isaías capítulo 53, versículos del

1 al 6, en el Antiguo Testamento: "¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién

se ha manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz

de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para

que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores,

experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue

menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y

sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de

nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos

descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová cargó en él

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el pecado de todos nosotros." El Profeta vio la relación particular de nuestros pecados

con la muerte del Mesías.

Lo que Isaías previó el Apóstol Pablo lo confirmó en Romanos capítulo 3, versículos del

19 al 26, en el Nuevo Testamento: " Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a

los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el

juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante

de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del pecado. La justicia es por

medio de la fe. Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios,

testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en

Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos

pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por

su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como

propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de

haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar

en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe

de Jesús.”

Vamos a localizar la palabra "todo": en el versículo 19, "... y todo el mundo quede

bajo el juicio de Dios," versículo 23 "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la

gloria de Dios."

Hay otros dos lugares en los que esta palabra aparece en el versículo 22: "Y la

justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en

él. Porque no hay diferencia." Para resumir: la Biblia lo deja claro que todos

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son culpables; todos han pecado; todos pueden tener redención. ¡Alabado sea

el Señor!

Por lo tanto, el Pacto de la Redención por los términos que Dios estableció

provee redención para todos. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su

Hijo unigénito, quien fue la Simiente de la mujer.

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