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Ficha técnica de clase [ DDTXX-XX ]

Asignatura Doctrina Social de la Iglesia

Código LCPRI23

Clase / Unidad Clase 1

Profesor/a Alejandro Eduardo Williams Becker


Última actualización 7/3/22 04:54:00

INFORMACIÓN GENERAL DE LA CLASE

PROFESOR

Alejandro Eduardo Williams Becker


Es Abogado y Politólogo, doctorando en Ciencias Políticas (UCA). KAICIID Inter-
national Fellow 2020. Es el Director Ejecutivo del Instituto de Diálogo Interreli-
gioso desde 2016. Ejerce como profesor con dedicación full-time en Universi-
dad Austral. Docente a cargo de las cátedras de Doctrina Social de la Iglesia
(Lic. en Ciencias Políticas y Lic. en Relaciones Internacionales), Ética Social
(Abogacía), Desarrollo y Derechos Humanos (Maestría en Políticas Públicas) y
Ética Social en materia de Relaciones Internacionales (Maestría en Relaciones
Internacionales), Universidad Austral. Ha participado y organizado foros y en-
cuentros sobre diálogo interreligioso en más de 10 países y ha sido invitado a
exponer en distintas ocasiones sobre temas bioéticos en el Congreso de la Na-
ción Argentina.
Correo electrónico: AWilliamsBecker@austral.edu.ar

TEMARIO

Antropología Personalista y Ética Social.


1. Antropología y ética: consideraciones metodológicas.
a. Los principios en el orden metafísico y en el orden moral.
b. La ética como ciencia autónoma y la originariedad de la experiencia moral.
c. La desactivación de la falacia naturalista.
d. La ética como ciencia práctica.

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e. Antropología, ética y metafísica.
2. La tarea de la ética.
a. El punto de partida: lo dado inmediatamente.
b. Exclusión provisional de todas las teorías.
c. Datos esencialmente necesarios e impresiones subjetivas.
d. El fenómeno.
e. Conocimiento prefilosófico.
f. Entidades necesarias e inteligibles.
g. Investigación sistemática vs. construcción de un sistema.
h. La primacía de la evidencia inmediata.
i. Los riesgos de la sistematización precipitada.
3. La experiencia humana.
a. Necesidad de una comprensión personalista.
b. La experiencia “el hombre actúa”.
c. La experiencia de ser y actuar “junto-con-otros”.
d. La experiencia del “nosotros”.
4. El personalismo.
a. El personalismo, ¿una filosofía?
i. El personalismo como movimiento de transformación social.
ii. El personalismo como anti-ideología.
iii. La batalla del concepto.
b. Algunas precisiones.
c. Conceptos, definiciones y clasificaciones.
i. Personalismo y filosofía personalista.
ii. Personalismo y humanismo.
iii. Personalismo y filosofía de la persona.
iv. El personalismo como escuela.
v. Origen histórico.
vi. Personalismo y defensa de la dignidad de la persona.
vii. Personalismo “auténtico” y personalismo “lato”.
d. Principales corrientes.
e. El personalismo como filosofía realista.
i. Visión del mundo.
ii. Trascendencia.
iii. Libertad.
iv. Realidad sustancial.
v. Naturaleza humana.
vi. Dimensión ética.
vii. Dimensión religiosa.
f. El personalismo como filosofía nueva.
i. Del qué al quién.
ii. Estructura tridimensional de la persona.
iii. Afectividad y subjetividad.
iv. Interpersonalidad.
v. Primacía de la acción y del amor.
vi. Corporeidad y sexualidad.

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vii. Personalismo comunitario.
viii. Expansiones.

INTRODUCCIÓN AL TEMA DE LA CLASE

Esta primera unidad toma como punto de partida la presentación del personalismo, perspec-
tiva desde la cual se abordarán los diferentes temas que tratamos en esta materia. En primer
lugar, se fundamenta la autonomía de la ética en relación con la originariedad de la experiencia
moral, estableciendo a partir de ahí su vínculo con la antropología, la metafísica y las ciencias
particulares.

Luego, explicitaremos la pertinencia de una comprensión personalista que complemente a la


comprensión cosmológica, y sus implicancias en términos de la norma personalista de la acción.

Por último, se precisan los matices del personalismo en tanto filosofía realista, en continuidad
con la tradición aristotélico-tomista, y en tanto filosofía nueva, con particular atención a las
cuestiones de la afectividad, el carácter relacional, la cultura y, sobre todo, en la valoración de
la modernidad.

OBJETIVOS

Al finalizar la unidad temática, has de ser capaz de:


1. Distinguir la novedad de la perspectiva personalista y su continuidad con la filosofía
realista.
2. Relacionar el origen histórico del personalismo con las dificultades para su definición,
con su desarrollo y con su influencia en la teología moral.
3. Ser consciente de la importancia de una comprensión personalista para la ética.
4. Identificar el lugar de la ética en relación a la metafísica, la antropología y las ciencias
particulares.
5. Aplicar la norma personalista en una situación concreta.

METODOLOGÍA

En las clases se utilizarán distintas herramientas pedagógicas:


1. exposiciones teóricas y prácticas del profesor;
2. diálogo con los cursantes, procurando una metodología participativa y práctica;
3. recurso al método del caso, con análisis y discusión de casos reales.

MATERIAL DE LECTURA

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TEMA 1. ANTROPOLOGÍA Y ÉTICA: CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS

a) Los principios en el orden metafísico y en el orden moral.


v GILSON, Étienne, Las constantes filosóficas del ser, EUNSA, Pamplona, 2009, pp. 74-
75.

b) La ética como ciencia autónoma y la originariedad de la experiencia moral.


v BURGOS, Juan Manuel, La experiencia integral, Palabra, Madrid, 2015, pp. 320-325.

c) La desactivación de la falacia naturalista.


v BURGOS, Juan Manuel, La experiencia integral, Palabra, Madrid, 2015, pp. 325-328.

d) La ética como ciencia práctica.


v BURGOS, Juan Manuel, La experiencia integral, Palabra, Madrid, 2015, pp. 329-330.

e) Antropología, ética y metafísica.


v BURGOS, Juan Manuel, La experiencia integral, Palabra, Madrid, 2015, pp. 330-333.

f) Antropología, ética y metafísica.


v BURGOS, Juan Manuel, La experiencia integral, Palabra, Madrid, 2015, pp. 333-341.

TEMA 2. LA TAREA DE LA ÉTICA


v VON HILDEBRAND, Dietrich, Ética, Ediciones Encuentro, Madrid, 2020, pp. 19-38.

TEMA 3. LA EXPERIENCIA HUMANA

a) Necesidad de una comprensión personalista


v GUERRA LÓPEZ, Rodrigo, Afirmar a la persona por sí misma, Comisión Nacional de
los Derechos Humanos, México, 2003, pp. 53-56.

b) La experiencia “el hombre actúa”


v GUERRA LÓPEZ, Rodrigo, Afirmar a la persona por sí misma, Comisión Nacional de
los Derechos Humanos, México, 2003, pp. 56-59.

c) La experiencia de ser y actuar “junto-con-otros”


v GUERRA LÓPEZ, Rodrigo, Afirmar a la persona por sí misma, Comisión Nacional de
los Derechos Humanos, México, 2003, pp. 60-78.

d) La experiencia del “nosotros”


v GUERRA LÓPEZ, Rodrigo, Afirmar a la persona por sí misma, Comisión Nacional de
los Derechos Humanos, México, 2003, pp. 79-81.

TEMA 3. EL PERSONALISMO

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v BURGOS, Juan Manuel, Introducción al Personalismo, Palabra, Madrid, 2012, pp.
132-138, 142-147 y 156-167.

MATERIAL COMPLEMENTARIO

v BURGOS, Juan Manuel, Introducción al Personalismo, Palabra, Madrid, 2012, pp.


139-141, 148-155.
v CHALMETA, Gabriel, Ética social. Familia, profesión y ciudadanía, 4ª ed., EUNSA,
Pamplona, 2005, pp. 18-31.
v GUARDINI, Romano, El poder. Un intento de orientación, Ediciones Guadarrama,
Madrid, 1963, pp. 19-34.

CASOS PRÁCTICOS / SITUACIONALES

Caso “Las bombas V1”1

1.- Situación

A las 4:13 de la mañana del 13 de junio de 1944, hubo una explosión en un campo de lechu-
gas a 40 kilómetros al sureste de Londres.

Gran Bretaña había estado en guerra durante cinco años, pero esto marcó el comienzo de
un nuevo tormento para los habitantes de la capital, que duraría varios meses y costaría
miles de vidas. Los alemanes llamaron a su bomba aérea Vergeltungswa –arma de represa-
lia–. El primer V1 simplemente destruyó plantas comestibles, pero hubo otros nueve misiles
de venganza esa noche, y tuvieron un efecto más letal.

Los V1 eran un espectáculo aterrador. Las dos toneladas de acero se precipitaron por el
cielo, con una cola de color rojo anaranjado en llamas. Pero fue el sonido que más profun-
damente se imprimió en los testigos. Los cohetes zumbarían como una abeja trastornada y
luego se volverían inquietantemente silenciosos. El silencio señaló que se habían quedado

1
Traducción y adaptación propia a partir de: Edmonds, David, “Would you kill the Fat Man?”, Princeton University
Press, Princeton, 2014, pp. 3-7.

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sin combustible y estaban cayendo. Al contacto con el suelo provocarían una explosión en-
sordecedora que podría aplastar varios edificios.

Debido a que los misiles no fueron piloteados, podrían enviarse a través del Canal de la
Mancha de día o de noche, llueva o truene. El hecho de que no estuvieran tripulados los
hacía más, no menos, amenazadores. Las V1 apuntaban al corazón de la capital, que estaba
densamente poblada y contenía las instituciones del gobierno y el poder. Algunas V1 alcan-
zaron la zona objetivo. Uno rompió ventanas en el Palacio de Buckingham y dañó la cancha
de tenis de George VI. Más grave aún, el 18 de junio de 1944, un V1 aterrizó en la Capilla de
la Guardia, cerca del Palacio, en medio de un servicio matutino al que asistieron civiles y
soldados: 121 personas murieron.

Las cosas podrían haber sido peor. Los nazis enfrentaron dos problemas. En primer lugar, a
pesar del casi accidente del Palacio de Buckingham y del terrible número de víctimas en la
Capilla de los Guardias, la mayoría de las bombas V1 cayeron a unas pocas millas al sur del
centro de Londres. En segundo lugar, este era un hecho que los nazis ignoraban.

Un plan ingenioso se presentó en Whitehall. Si se pudiera engañar a los alemanes haciéndo-


les creer que los V1 estaban dando en el blanco –o, mejor aún, perdiendo su objetivo al caer
hacia el norte– entonces no reajustarían la trayectoria de las bombas, y tal vez ni siquiera la
alterarían para que cayeran aún más al sur. Esto podría salvar vidas.

Los detalles de este engaño fueron intrincadamente tramados por el servicio secreto e in-
volucraron a varios agentes dobles, incluidos dos de los más coloridos, ZigZag y Garbo. Tanto
ZigZag como Garbo estaban en la nómina nazi pero trabajaban para los Aliados. Los nazis
solicitaron información a testigos presenciales sobre dónde estaban explotando las bombas,
y durante un mes se tragaron la información regular y engañosa que ZigZag y Garbo propor-
cionaron.

Los militares reconocieron de inmediato los beneficios de esta artimaña y apoyaron la ope-
ración. Pero para los políticos había sido una decisión más difícil. Hubo un apasionado de-
bate entre el ministro de Seguridad Interior, Herbert Morrison, y el primer ministro Winston
Churchill. Sería demasiado crudo caracterizarlo como un conflicto de clases, pero Morrison,
que era hijo de un policía del sur de Londres y que representaba a un electorado desespe-
radamente pobre en el este de Londres, quizás sintió más profundamente que Churchill la
carga de que la operación sería imponer en las áreas de clase trabajadora al sur del centro.
Y le inquietaba la idea de "jugar a ser Dios", de que los políticos determinaran quién iba a
vivir y quién morir. Churchill, como de costumbre, se impuso.

Los historiadores cuestionan el éxito de la operación. La agencia de inteligencia británica,


MI5, destruyó los informes falsos enviados por Garbo y ZigZag, reconociendo que, si alguna
vez salieran a la luz, a los residentes del sur de Londres no les agradaría ser utilizados de esta
manera. Sin embargo, los nazis nunca mejoraron su puntería.

A fines de agosto de 1944, el peligro de los V1 había retrocedido. Los británicos mejoraron
a la hora de derribar a las V1 tanto desde el aire como desde el suelo. Más importante aún,
las plataformas de lanzamiento V1 en el norte de Francia fueron invadidas por las fuerzas
aliadas que avanzaban. El 7 de septiembre de 1944, el gobierno británico anunció que la
guerra contra la bomba voladora había terminado. Los V1 habían matado a unas seis mil

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personas. Áreas del sur de Londres –Croydon, Penge, Beckenham, Dulwich, Streatham y Le-
wisham– habían sido sacudidas y golpeadas: 57.000 casas habían sido dañadas solo en
Croydon.

No obstante, es posible que sin el subterfugio del agente doble se hubieran destruido mu-
chos más edificios y se hubieran perdido muchas más vidas. Churchill probablemente no
perdió demasiado el sueño por la decisión. Enfrentaba atroces dilemas morales casi a diario.

2.-Cuestiones a resolver.

¿Cuáles son los argumentos que esgrimiría para defender la decisión de Churchill?

¿Cuáles son los argumentos que sustentarían la posición de Herbert Morrison?

¿Por qué la misma decisión había sido más difícil para los políticos que para los militares?

¿Cómo se vincula el caso con la relación ética-ciencias particulares?

¿De qué manera puede relacionarse el principio personalista con la posición de Morrison?

¿Hay un “caso” personalista para apoyar la decisión de Churchill? ¿Cómo lo fundamentaría?

¿Por qué se menciona el hecho de que Morrison era hijo de un policía? ¿Qué tiene que ver
esto con su posición?

¿Qué relevancia tienen, para pensar el caso, las últimas oraciones del último párrafo?

¿Qué dificultades plantea el contexto del caso para pensar una “respuesta” o “solución” al
caso?

¿Sería igual la valoración de la decisión si el contexto fuese distinto al de la guerra?

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