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BAUTISMO SEMEJANTE A MATRIMONIO

Convertirse en un discípulo de Jesucristo dedicado y bautizado guarda


cierta similitud con casarse. En muchos países, a la boda le preceden varias
etapas. El hombre y la mujer se conocen, se familiarizan el uno con el otro
y se enamoran, después de lo cual se comprometen. La boda hace público
lo que los contrayentes han decidido en privado: casarse y vivir juntos
como marido y mujer. Es la boda lo que señala públicamente el inicio de
esa relación especial. Esa fecha marca el inicio del matrimonio. Así mismo,
el bautismo señala el comienzo de una vida consagrada a andar en una
relación dedicada con Jehová.
Veamos otro paralelismo. Después de la boda, los cónyuges deben
profundizar y madurar el amor que se tienen. Para acercarse aún más el
uno al otro, ambos deben procurar con altruismo mantener y reforzar la
relación marital. Si bien nosotros no nos casamos con Dios, tras el
bautismo tenemos que esforzarnos por mantener una relación estrecha
con él. Jehová observa y valora el empeño que ponemos en hacer su
voluntad y se acerca a nosotros. “Acérquense a Dios —escribió el discípulo
Santiago—, y él se acercará a ustedes.” (Sant. 4:8.) (w98 15/11 pág. 12)

Canción:
Tema: ¿Qué relación tiene usted con Dios?
Orador: Mardoqueo Ramos
Congregación: Chiantla

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