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«Cualquier recién graduado, sumido en Ia crisis de su primer cuarto de vida, o simplemente aturdido por Ia libertad de una existencia post-universitaria, deberia considerar este libro lectura obligatoria». -Slate.com, Staff Pick q decada decisiva Por qué ‘son importantes de los veinte a los treinta aiios y como sacarles el maximo partido ahora MEG JAY Qsertos Prdlogo LA DECADA DECISIVA En un estudio sobre la evolucién de la esperanza de vida, va- tios investigadores de la Universidad de Boston y de la Univer- sidad de Michigan’ examinaron numetosas historias escritas al final de su vida por personas triunfadoras e importantes. A los investigadores les interesaban las «experiencias autobiogréficas relevantes», es decir, las citcunstancias o los individuos que tu- vieron mayor influencia en el desarrollo posterior de la vida de aquellas personas. Aunque muchos sucesos importantes tuvie- ron lugar entre la infancia y la muerte, aquellos que determina- ron los afios posteriores se concentraban principalmente entre los veinte y los treinta aftos. Parece légico que, en el momento en que uno se va de casa 0 termina la universidad y se hace més independiente, se produz- <2.un desarrollo de la iniciativa personal, un periodo en el que lo que uno hace determina en gran medida la persona en la que se va a convertir. Podriamos llegar a pensar que la edad adulta ¢s una larga sucesién de experiencias biogréficas relevantes, y ue, cuantos més afios cumplimos, mds control tenemos sobre ‘ucstra propia vida, Pero no es ast. A partir de los treinta afios, las experiencias relevantes em- Piezan a disminuir. Ya hemos terminado la carrera, 0 estamos 4 punto de hacerlo, Puede que hayamos pasado varios afios en la universidad, o puede que hayamos decidido no hacerlo. Es Posible que nuestros amigos 0 nosotros mismos tengamos una — 9 — LADECADA DECISIVA selacin importante con una persona, 0 que hayam, as formar una familia, Puede que tengamos una hiporer, ola oa sponsbildad que nos impida cambiar de run: * 8% coche por demo dels momentos decisis gene anes losin ols trina y cinco aos, nos vere dos enmendar las decsiones que tomamos cuando royr veinte afios, o bien a aceptarlas. aad Lo peor es que nunca pensamos que los veinte ffOS sean tay importants. Slemos creer que las experiencias mas signa de la vida se producen cuando nos lo estamos pasando bien cuando hemos conocido a alguien divertido, pero no es ast Los investigadores de aquel estudio descubtieron que la me: yorfa de los momentos decisivos ~aquellos que nos conducen a éxito profesional, ala dicha familiar o la felicidad personal, o ala ausencia de ellos- se producen a lo largo de dias, semanas o meses no poseen un efecto demasiado llamativo. Puede que la impor tancia de dichas experiencias no resultara evidente en su momen- to pero, cuando las personas del estudio reflexionaron sobre su pasado, admitieron que dichas experiencias determinaron su fu- ‘uro de manera fundamental. Nuestra vida esta determinada en grin medida por momentos trascendentales que se produjeron cuando tenfamos veintitantos afios y que puede que ni siquiera advirtiéramos. dee Este libro quiere ayudarte a identificar esos momentos decisi- 05, Lo he escrito para recordarte que los veinte afios son impo ‘antes. No dudes en sacarles el maximo partido. 20 — ae Introduccién EL TIEMPO REAL Esids harto de sumbarte al sol y de quedarte en casa mirando caer la lluvia, Eres joven _y la vida es larga y tienes mucho tiempo ‘por delante. Pero un dia te das cuenta de que ya ban pasado diez aos. Nadie te dijo que tentas que echar a correr. No excuchaste el pistoletazo de salida. Dano Guamour, Nick Mason, Rocer WarERs v Ricuaro WriGur (Pink Floyd), Time Casi de forma invariable, tanto el erecimiento como el desarrollo experimentan lo que podria Mamarse un pertodo evético, Existe un perlodo concreto de maduracién durante el cual, con la adecuada estimulacin externa, nuestras capacidades se desarrollan y maduran de manera ‘bastante repentina. Antes 0 después de dicho pertodo, dicho desarrollaes muy costo 0 incluso imposible Noam Cuomsky, lingiista uando Kate empezé la terapia, llevaba mds de un aio trabajando de camatera y viviendo -y discutiendo con sus padres. Fue su padre el que me llamé para concertar ‘a primera cita. Pensaba que el mayor problema de su hija era ‘ha mala relacién que tenia con él. Sin embargo, lo que mds me a LA DECADA DECISiVA, sorprendi de Kate fue la manera en que estaba depen su juventud, Se habia eriado en Nueva York, peo siya en Virginia. Tenia veintistis afios, pero ain no se habis s¢"® el camer de conducir, a pesar de que aul litt syne cunidades laborales y la haca sentir como si euvierade pan su propia vida. Como no tenfa coche, solia lear tarde x ig nuestras citas. Después de acabar la carrera, Kate deseaba vivir ese peioy de diversién propio de los veinte afios, y sus padres la animaren cencarecidamente a ello. Su padre y su madre se casaron nada mis acabar la universidad porque querfan viajar juntos por Europa principios de los afios setenta, aquello era habitual y estaba bien visto. Pasaron la luna de miel en Italia y, cuando tegresaron, madre de Kate estaba embarazada. Su padre empezé a sacar ren. dimiento a sus estudios de Empresariales y su madre se dedics a criar a sus cuatro hijos. Kate era la més pequefia. Por tanto, Kate pretendia compensar todo lo que sus padres se habfan perdido, Pensaba que su obligacién era pasdrselo en grande, pero estaba todo el rato intranquila y estresada. —Me siento paralizada ~me dijo. Nunca imaginé que esta edad serfa tan dificil. Kate crefa estar viviendo una especie de drama juvenil y ¢s0 le petmitfa evadirse de la realidad. En la terapia se comportaba como una rebelde sin causa: durante las sesiones se quitaba los zapatos, se subfa los vaqueros y los fines de semana se ponta en contacto conmigo para ponerme al da de sus aventuras. Man- tenfamos conversaciones por internet. Kate me enviaba correos clectrénicos, fotos Y textos con las tiltimas noticias de su vida. En uno de sus mensajes me confess que le gustaria trabajar como recaudadora de fondos para una organizacién benéfica. También me dijo que esperaba Ilegar a los treinta afios teniendo claro a lo que se iba a dedicar, —Pero ahora los treinta afios son los nuevos veinte—bromeaba, Aquello me impuls6 a actuar. - 2 ~ EL TIEMPO REAL Siento demasiada simpatia por los veinteafieros para permitir que Kate, 0 cualquier otra persona de su edad, malgaste su vida. Como psicdloga clinica especializada en el desarrollo adulto, he visto a multitud de veinteafieros que se pasan afios sin ninguna perspectiva vital. Y, lo que es peor, también he visto a multitud de personas de treinta y cuarenta afios lamenténdose por las con- secuencias negativas ~a nivel profesional, amoroso, econémico y reproductivo— de su falta de previsién a los veinte. Apreciaba a Kate y queria ayudarla, asf que insisti en que debfa llegar puntual a las citas. Empecé a interrumpir nuestras conversaciones sobre sus miltiples amorfos para preguntarle por el carnet de conducir © por su buisqueda de empleo. Y, lo que es més importante, le dejé claro en qué consistfa una terapia seria y, de paso, le pregun- té qué pensaba hacer con su vida. Kate se preguntaba si debfa pasar algunos afios mds en terapia psicolégica para resolver los conflictos con su padre, o si debia utilizar el dinero que le costaba la terapia para viajar por Europa yencontrarse a si misma. Le dije que ninguna de las dos opciones me parecia una buena idea. También le comenté que, aunque la mayorfa de los psicélogos estaban de acuerdo con aquella frase de Sécrates que dice: «Una vida no examinada no merece ser vivi- day’, en su caso me parecia mas adecuada la cita de un psicélo- go norteamericano menos conocido llamado Sheldon Kopp, que dice: «Una vida no vivida no merece ser examinada». Le expliqué que serfa una irresponsabilidad por mi parte quedarme de brazos cruzados mientras ella malgastaba los me- jores afios de su vida. No tenia sentido centrarme en su pasado cuando era su futuro lo que estaba en juego. Tampoco me pare- fa légico centrarme en sus fines de semana cuando eran los dias de entre semana los que més la angustiaban. Ademés, intuia que el conflicto con su padre no se resolveria hasta que Kate hiciera algiin cambio en su vida. Al poco tiempo de aquella conversacién, Kate entré un dia en mi despacho y se dejé caer en el divin. Estaba llorosa ¢ intranqui- — 3 LA DECADA DECISIVA Ja, Fijé Ja mirada en Ja ventana y empez6 a balancear las», nerviosamente, mientras me contaba la comida que habja ey, domingo con unas compafieras de la universidad. Dos de z cestaban de visita en la ciudad para asistir a una conferencia, Org acababa de regresar de Grecia, donde habia estado grabando cap, mere de cuna para su esis. la lima venfa acompatada en prometido. Cuando se sentaron ala mesa, Kate empez6 a sentry desplazada. Queria tener lo que posefan sus amigas —un trabij tun novio, o simplemente un objetivo en Ia vida-, asi que se pag wares ade buscando ofertas de empleo y una pareja en un pagina web de citas. La mayoria de los trabajos (y de los hom. pres) no le pareceron nada interesantes. Y aquellos que si sel pareceron, pensaba que no podria conseguirlos. Se fue a la cama sintiéndose vagamente traicionada. Una vez en mi despacho, me dijo: Dentro de poco cumpliré ereintaafios. Cuando estaba sen tada en aque restaurante, me di cuenta de que no tenia nada de To que senirme orgullosa. No tengo un, buen curriculum. No tengo novi. Ni siguiera sé qué pinto en esta ciudad ~alcanzé un pafuelo de papel y se eché a llorar-. Siempre habla pensado que no conviene precpitatse con las cosas. Pero ahora creo que debe- ria haber sido... No sé... Algo més decidida. Todavia no era demasiado tarde para Kate pero, desde luego, debia ponerse a elo cuanto antes. Cuando erminé Ja verapia ny aes en su propio apartamento, se habfa sacado el carnet . leur ai con un chico con bastante futuro ee meade de fondos para una organizacion bint relacién con su padre habia mejorado. En sin, le di las gracias por haberme permitido ayudarla a recuperar el ti 2 Ling une betia que estaba viv iempo perdido, Ella me dijo que por fin iendo «en tiempo real». haipaops esc forma mises, los veinte afi son reales, y deben vivirse de la Posible, La cultura actual, que insiste en qu “uo EL TIEMPO REAL Jos treinta afios son los nuevos veinte, pretende convencernos de gue esta época de la vida no importa. Pero, como dijo Freud en una ocasin, la vida consist bésicamente en: «Amar y trabajar, trabajar y aman*, Sin embargo, ambas cosas se atrasan cada ves ids. = Cuando los padres de Kate estaban en la veintena?, la mayorta dela gente de su edad estaba casada y cuidando desu primer hijo. Los estudios se terminaban después del bakilleratoo,en algunos casos, después de la carrera, y los padres jévenes se centraban en ganar dinero y cuidar de la familia. Como un solo sueldo bas- taba para mantener a toda la familia, los hombres trabajaban, pero al menos dos tercios de las mujeres se quedaban en casa, Los hombres y las mujeres que trabajaban solian conservar el mismo empleo toda su vida. En aquella época, el precio medio de la vi- vienda en Estados Unidos era de 17.000 délares". El divorcio y la pildora anticonceptiva ain no se habian popularizado, Sin embargo, en l lapso de una sola generacién, se produjo un extraordinario cambio cultural. Los métodos anticoncept. vos de ficil tilizacién inundaron el mercado y las mujeres inun. daron el mercado de trabajo. En el nuevo milenio, solo la mitad de las personas de treinta afios estaban casadas y todavia menos tenfan hijos, lo que les llevé a vivir una época de inesperada Ii. berrad. Se empeus a decir que ira la univesidad era muy cao y tal vez innecesario, que era més itil hacer formacién profesional Y que, en cualquier caso, convenia tomérselo todo «con mucha calma». Durante muchos afios, los veinteafieros habfan pasado di- rectamente de ser hijos ¢ hijas a esposos y padres, pero en solo unas décadas se abrié un nuevo periodo de desarrollo. Muchos veinteafieros como Kate se despertaban todos los dias en un lu- Bar que no era la casa familiar, pero tampoco la suya propia, y no sabfan qué hacer con su vida, Casi pot definicién, los veinte afios son un periodo de tran- sicién. Un articulo llamado La economia Bridget Jones, apare- a i LA DECADA DECISIVA cio en el priico «The Economist» en 2001, as como op del revista «Time» publicado en 2005", sefialaban guj, vyeinteafieros de hoy en dfa disponen de abundante tiempo lity y de considerables ingresos para el consumo. En 2007, otro x. ticlo dsignaba esta franja de edad como «los afios de lasix, ture, porque son un perfodo de busqueda’. Numerosos pei disas einvestigadores de todo el mundo comenzaron a refer a los veinteafieros con estipidos apodos, como «nifioadults, «preadultos» 0 cadultescentes», Algunos consideran que los veinte afios son una prolong:- cidn de la adolescencia, mientras que otros los llaman la «ada tex emergentes!’. Sin embargo, la continua postergacidn de madurez.nos ha llevado a tratar a los veinteafieros como si no fueran adultos de verdad’, precisamente en el perfodo de st vidaen el que més necesitan comprometerse. A los veinteafirs como Kate se los ve como una tendencia, lo cual refleja hate qué punto se esté malinterpretando y trivializando la décads més crucial de la vida adulta. Y, a pesar de ser despreciados, a los veinteafieros también © 4os ideaiza. Nunca han estado més de moda. La cultura poptlt parece obsesionada hasta tal punto con ellos, que los muestra & ‘odas partes, Los artistas infantiles y los nifios andnimos se pas 'ainfancia comportindose como si tuvieran veinte afios, mie Was que algunas mujeres maduras se visten y se maquillan pa* ‘parentar veintinueve, Los jévenes parecen mayores y los m2 Ss parecen jévenes, por lo que la vida adulta parece haberse dete: nido en unos eternos veinte afios. Hasta se ha llegado a inven! ‘un neologismo —xamortalidady"”— para describir el hecho de vi" ‘lmargen dela edad real desde la adolescencia hasta la mue Pero se trata de un mensaje contradictorio y peligros0- POF lado se nos hace creer que esta franja de edad no import ¥ Fo" Sto, sla idealiza hasta tal punto que podemos llegar ala co" ’ rant onde que en realidad, ninguna época de la vida es impor" Consecuencia de todo esto es que cada vez hay mas hom Bi) att EL TIEMPO REAL mujeres que malgastan los afios més transformadores de su vida adulta y mds tarde se ven obligados a asumir las consecuencias, Nuestra actitud cultural hacia los veinte afios no es mas que otra muestra de la tradicional exhuberancia estadounidense, que «es absolutamente itracional. Los veinteafieros del siglo XI han crecido con el boom de internet, la comida basura, la burbuja in- mobiliaria y la especulacién bursétil. Al principio se pensaba que internet iba a generar una riqueza ilimitada para todo el mun- do, Tampoco se tuvo en cuenta la cantidad de grasas y calorias que aportaba la comida basura. Los propictatios, por su parte, se endeudaron para comprar casas a precios desorbitados. Final. mente, los especuladores financieros sofiaban con un mercado siempre en alza. En definitiva, los adultos de todas las edades permitieron que se impusiera lo que los psicélogos llaman un coptimismo irreal» —la idea de que nada malo puede suceder- que desafia la ldgica y la razén. Los adultos de todas las clases sociales se mostraron incapaces de prever lo que iba a ocuttir. Los veinteafieros de hoy en dia, por su parte, se convirtieron en otra burbuja a punto de estallar. En Ia intimidad de mi despacho, yo misma he sido testigo de cémo estallaba. La crisis econémica actual ha provocado que muchos vein- teafieros se sientan engafiados. Estn més preparados que nun- ca, pero muy pocos encuentran trabajo cuando terminan la universidad. La mayorfa de los trabajos no cualificados se han trasladado a los paises pobres, por lo que cada ver es més difi- cil introducirse en el mercado laboral'*. Con la economia en recesién y la poblacién en continuo aumento, el desempleo ha alcanzado cotas histéricas"”. El primer empleo de un veinteafie- ro suele ser una beca no remunerada”, Aproximadamente el 25 Por ciento de los veinteafieros no tiene trabajo” y otro 25 por ciento trabaja a media jornada. Los veinteafieros con empleos remunerados ganan menos que los de los afios setenta”, si ajus- tamos las cifras a la inflacién. LADECADA DECIsiva \ | | Como los contratos a tiempo parcial han sustity contatosindefnidos, ls veineaRers se ven gh bia de abajo continuamente”. Cuando llegar mayor de ellos han pasado por multitud de empleos 4 tes. Muchos se ven obligados a trasladarse Constante, ifeten, ciudad o de pais, por lo que tanto sus familias como ae fi terminan desperdigados, su curriculum dispersy ¥ eos mn desuraigados. Aproximadamente uno de cada acy ea casa de sus padres, en parte porque los sueldos sy bajos y el precio de la universidad, cada ven timos diez afios, el nsimero de estudiantes c tras superiors a 40,000 dolaes se ha multiplicadorps dice Parece que todo el mundo desea tener vente aren salle Propios veinteafieros. La expresién: «Los treinta afioe Son los ‘huevos veinte estd empezando a provocar a siguiente reacts «Dios mio, espero que no». los tina a cadaver mds alto. En los on duds urine, Todos las dias trato a veintcaeros que aseguran estar ve, do la peor etapa de su vida. Mucha gente cree que have rn Pia con ellos consiste en escuchar divertidas anécdotas de petso- nas despreocupadas,y algo de eso hay. Pero, en la intimided mi despacho, también he escuchado confesiones perturbadoras como estas: * «No encuentro nada a lo que aferrarme», * «Nunca pensé que tendrfa que encerrarme todos los diasen el cuarto de bafio del trabajo para llorar». «Los veinte afios son un perfodo para reflexionar sobre el tiempo. Sé que tengo un montén de tiempo por delante y tun montén de cosas que hacer, pero no sé por dénde em- pezar», “Mi hermana tiene treinta y cinco afios y estd soltera. Me da mucho miedo terminar como ella». «Estoy deseando librarme de esta década». — 3 — EL TIEMPO REAL * «Espero que cuando tenga treinta afios no tenga que seguir yendo al psicélogo». * «Anoche le pedi a Dios que me diera una certeza en la vida, por pequefia que sea». En Estados Unidos hay cincuenta millones de veinteafieros y la mayoria de ellos viven en un grado de incertidumbre sin precedentes. Muchos ignoran a qué se van a dedicar, dénde van a vivir 0 quién va a ser su pareja en los préximos dos afios. No saben si conseguirin ganarse la vida y ser felices. Se preguntan si deberian ser fordgrafos, abogados, disefiadores 0 banqueros. No saben cudnto van a tardar en tener una relacién significativa. Les preocupa si van a ser capaces de formar una familia y si su ma- ttimonio va a ser duradero. En definitiva, quieren salir adelante, pero no saben cémo. La incertidumbre genera ansiedad, de ahi que la diversién se haya convertido en el nuevo opio del pueblo. Muchos veinteafie- ros como Kate se sienten tentados, y a veces se les incita a ello, a dejarse llevar por la irresponsabilidad, a cerrar los ojos y esperar a que las cosas se arreglen por si solas. Un articulo publicado en 2011 en la revista «New Yorko, titulado Los chicos estén bien, se- fialaba que, a pesar de que los veinteafieros se enfrentan a la peor situacién econémica desde la Segunda Guerra Mundial, se mues- tran optimistas. El articulo explicaba que, gracias a las descargas musicales graruitas, «ya no hace falta tener dinero para poseer una buena coleccién de discos». También aseguraba que Facebook, Twitter, Google y las aplicaciones gratuitas han permitido que scuno se divierta por muy poco dinero». Hay un dicho que asegura: «La esperanza es un buen desa- yuno pero una mala cena»**, Aunque la esperanza puede ser un estado de dnimo muy stil, que ayuda a muchos veinteafieros explotados a levantarse cada matiana, al final hace falta algo més que optimismo porque, al llegar a los treinta afios, la mayorfa no vaa conformarse solamente con miisica y diversiones. —»- LA DECADA DECISIVA Ylosé porque los pacientes mis dfciles que tengo no sp veinteaferos, sino los de treinta y cuarenta afios, que se attepien. ten de no haber hecho bas cosas de otra manera. He sido req del profundo dolor que provoca darse cuenta de ue la vide ya no vaa cambiar. Puede que escuchemos que los t reinta afios son los nuevos vente, pero ~ya sea por la crisis econdmica o no lo que se refere al amor, el cerebro y el cuerpo, podemos ex seguros de que los cuarenta afios no son los nuevos treinta, Muchos veinteafteros estén convencidos de que todo se so- lucionard cuando lleguen a los treinta, y en algunos casos es a, Pero no siempre sucede como ellos esperan. Creen que, aunque ahora estén perdiendo el tiempo, cuando cumplan treinta affos Podrin recuperarlo, Piensan que, al negarse ahora a tomar deci siones, més tarde tendrn muchas més opciones. Sin embargo, no tomar decisiones es una decisién como otra cualquiera. Cuando uno cumple treinta afios sin haber hecho nada, la Presiin es mucho mayor. Porque va a tener que salir adelante, casurse, decidir dénde va a vivir, ganar dinero, comprarse una casa, disfrutar de la vida, ira a universidad, emprender un ne- 89cio, conseguir un ascenso, ahorrar para la pensidn o tener dos © tes hijos en mucho menos tiempo. Ademds, muchas de estas “osasson incompatibles y, como empiezan a demostrar muchos ‘studios, mucho mds dificiles de hacer con treinta afios que 00 ‘veinte””, 1a Vida no se acaba a considerable. Un cusricul Set un teflejo de libertad, los treinta afios, pero sufre un cambio lum disperso, que con veinte afios pu , con treinta puede resultar sospecho? J.omPtometido. Una primera cita, que antes nos parecta 8° diverdo, ahora la vemos como una oportunidad para casaenos) *F Padres cuanto antes, : Por supuesto, muchos logran asentarse y, cuando nace s# zt ‘mer hijo, numerosas Parejas de treintafieros reconocen ae ida ha adguirido un nuevo sentido. Sin embargo, tambien " ilidad 8°" 4 xpetimentan un doloroso sentimiento de culpabil 0 ~ ss EL TIEMPO REAL cuando eso ocurte, porque saben que no van a poder darle a su hijo todo lo que quisieran. O, cuando se disponen a formar una familia, ya estin agotados 0 sufren problemas de fertilidad. O se dan cuenta de que, cuando sus hijos vayan a la universidad, ellos tendrin casi sesenta afios y cerca de setenta cuando vayan a su boda. Y que lo mas probable es que no Ileguen a conocer a sus nietos. ‘A muchos padres, como los de Kate, les preocupaba tanto proteger a sus hijos de su propia crisis de la madurez ~el remor- dimiento por haberse asentado demasiado pronto, que fueron incapaces de sospechar la crisis atin mds grave que se avecina- ba. La crisis de la madurez del nuevo milenio consiste en darse cuenta de que, cuando nos esforzamos en no perdernos nada, acabamos perdiéndonos lo més importante. Supone descubrir que postergar algo no siempre equivale a hacerlo mejor. Mu- chas personas de treinta y cuarenta afios se echan a temblar cuando piensan en todo lo que les queda por hacer. Analizan su situacién, luego se me quedan mirando y me dicen: «;Pero qué he hecho con mi vida? En qué estaba pensando?», ‘Me gustarfa invitar a todos los veinteafieros a reivindicar su edad, su estatus como adultos y su futuro. Este libro les ensefia- 14 por qué y cémo deben hacerlo. En las péginas siguientes, me esforzaré en convencer al lector de que los treinta afios no son los nuevos veinte. Eso no quiere decir que los veinteafieros no puedan o no deban asentarse més tarde que sus padres. La mayorfa de las personas estn de acuer- do en que, hoy en dia, tanto el trabajo como el amor se encuen- tran mds tarde, no solo por la situacién econémica, sino porque existe esa posibilidad. Me gustarfa convencer al lector de que los treinta afios no son los nuevos veinte precisamente porque ahora ‘nos asentamos més tarde. Eso no convierte los veinte afios en un perfodo irrelevante, sino en una hermosa etapa de desarrollo que solo se produce una vez en la vida. 1 ~ LADECADA DEcIsiva En la mayoria de las etapas del desarrollo huma; duce lo que se llama un perfodo critico™, iy ey que el sujeto estd especialmente preparade pan ele = ag crecimiento, en el que la simple exposicion pc, Prantioya transformacion fundamental. Hasta los cineg sg?" pueden aprender cualquier idioma sin rlodos criticos, el individuo posee miilti aprender con facilidad. Después, ya no es tan sencillo, Los veinte afios son un periodo critico de la vida adulta, Es el momento ideal para encaminarnos hacia vida queremos. Independientemente de lo que hagamos, ke ae afios son un punto de inflexién ~de reorganizaciGn-- ne en la que las experiencis poseen una influencia decisvaen na tra vida de adultos. En las secciones tituladas «El trabajo», «El amon y «El cere bro yel cuerpo» abordaremos cuatro periodos criticos separa aunque interconectados— que tienen lugar entre los vine los tinea afios. En la titulada «El trabajo» descubsiremos por 4ué los empleos que se tienen a esta edad suelen ser los mis in- fluyentes desde el punto de vista econémico y profesional aun que en principio puedan parecernos precatios. En «El amor trataré de explicar por qué raz6n las elecciones amorosas que se toman a los veinte afios son atin mas importantes que is k- borales. Finalmente, en «El cerebro y el cuerpo» aprenderemos Por qué en esta etapa nuestro cerebro, a pesar de no estar del todo desarrollado, determinaré el adulto que seremos, mientas ue nuestro cuerpo alcanzard los afios mis fértles de su me , Aunque los periodistas nos bombardeen con pea = Que pasa con los veinteaieros?” 0 :Por qu se niegan a ere» en realidad esta etapa de la vida no es ningtin misterio. oe 0 «my pe Fae descubriminto lewd a Granovettera escribir un de gran nluenciaulado La fteraa de los winewos debe revelaba el valor de las personas a las que apenas conocems, Segin Granovete, no todas las relaciones ~o vinculo iguales. Algunos vinculos son débiles, mientras que otros son, fueres La fuerza de un vinculo aumenta con el tiempo aes perienca, Cuanto mds frecuentemos a una persona, més fre seri el vinculo que establezcamos con ella, porque lo mis pio bable es que hayamos compartido experiencias ¥y confident, Ena infancia, os vinculos més fuertes los establecemos con familia y los amigos, Con veinte afios, los vinculos més fuees se amplian a los compafieros de la universidad del trabajo, as compaiieros de piso 0 nuestros nuevos amigos. Los vinculos débiles son las personas con las que mantene: mos algin tipo de relacién, pero que en realidad no conocemes bien. Pueden ser compaiieros de trabajo con los que apenas h- blamos, 0 ese vecino al que solo decimos hola y adids. Todos tenemos conocidos con los que queremos salir pero nunca h- cemos, © amigos a los que perdemos la pista al cabo dels ais Los vinculos débiles también pueden ser nuestros antiguos cm jo, 0 nuestros profesores, o cualquier persona 108 a considera amiga. 4 ciertas personas las consideramos amigas ¥4 ‘otras no? Después de un siglo de investigaciones en el campo la Pero a ape Los vincutos venues es sl = de afios de pensamiento occidental-, se oo lusién de que ela similitud facilita la comu- nicaciém»®. Como dice el refrin, slas aves del mismo plumaje siempre vuelan juntas»“, Esto se debe a la homofilia® o el «amor a los iguales». Desde el patio del colegio hasta la sala de reuniones de la empresa, solemos establecer relaciones mas estrechas con aquellos que son parecidos a nosotros. Como consecuencia, los vinculos fuertes ~como la tribu urbana, o incluso las redes socia- les virtuales— suelen formar camarillas cerradas y homogéneas**, Esto nos lleva a lo que otra socidloga, llamada Rose Coser, lla- maba «la debilidad de los vinculos fuertes»", haciendo referencia al hecho de que a veces nuestros propios amigos pueden impe- dirnos avanzar. Nuestros vinculos fuertes nos resultan cémodos y familiares, pero es frecuente que, aparte de brindarnos su ayuda poco més puedan ofrecernos. Normalmente son demasiado igua- Jes a nosotros ~y a veces estén igual de estancados que nosotros para brindarnos algo mas que comprensién. Muchas veces saben Jo mismo que nosotros sobre el mundo laboral y las relaciones. Los vinculos débiles suelen parecernos demasiado diferentes a nosotros 0, en algunos casos, estin literalmente demasiado lejos de nosotros para ser nuestros amigos, porque viven en otra ciudad. Peto de eso se trata. Como no pertenecen a un circulo cerrado, Jos vinculos débiles pueden proporcionarnos el acceso a algo nue- ‘yo. Poseen informacién y relaciones que nosotros desconocemos. Tanto ka informacién como las oportunidades se consiguen mejor y mds répido gracias a los vinculos débiles que a los amigos, por- que con los primeros tenemos menos conocidos en comtin. Los vinculos débiles son como los grandes puentes: es imposible ver Lotro lado, por tanto no sabemos adénde pueden conducitnos. Lo importante no es solo la informacién o los contactos que pueden poser nuestros vinculos, sino nuestra manera de co- municarnos con ellos. Como los grupos cerrados de los vinculos fuertes suelen ser tan parecidos, suelen comunicarse entre ellos —= 5 LADECADA DECISIVA day codificada, con un discus ‘ez incompleto, el discurso resting y abreviaturas de moda para fee cosas ent menos tiempo. Todos los usuarios de las redes soci. cons EO sein poruen igh los hombres deny, goss saben gE JIT hace referencia al modelo de comercial, én just in time. mega Josmienbros de los grupos crrads no unilizan un voeabulario coloquial. También comparten los mis mos ptejuicios sobre los demas y sobre dl mundo. Normalmen. te han ido a fa misma universidad, 0 tienen las mismas ides wen el amor, Es muy posible que nuestros vinculos fuertes vean las mismas series de television o las mismas peliculas que tras. Sea cual sea el origen de la simil nosotros y que odin 0 ior celacionarnas tnicamente con los vinculos Fuertes puede Tinta nuestra personalidad, nuestros conocimientos, nuestra forma de hablar y, finalmente, nuestra forma de pensar. Los vinculos déiles, en cambio, nos obligan a comunicarnos desde a diferencia y a utilizar lo que se conoce como un discurs daborado, A diferencia del discurso restringido, que presupone una serie de similitudes entre el hablante y el oyente, el discurso claborado no presupone que el oyente piensa igual o pose I misma informacién que el hablante. Debemos set mucho més cuidadosos cuando nos comunicamos con los vinculos débile «sto nos exige mayor organizacién y reflexién. Urilizamos menos coletilas como «sabes, y no interrumpimos las oraciones mitad, Independientemente de si hablamos del mundo labor! 9 — concepcién del amor, debemos explicarnos de mane austiva. Por tanto, los vinculos débiles fomentam ¥ ‘casiones refuerzan, el pensamiento elaborado y el cambio- de manera simplifies do, Conciso pero # incluye coloquialismos la Me usa presente a Cole ya Bes. = 'tando termind la univesidad, Cole se puso ™8 in nifo a la hora del recreo. Como habia estud content? liado Jo" 6 Los vixcuros estes geniela, se habia pasido varios afos resolviendo ecuaciones, mientras los estudiantes de otras carreras se dedicaban a dives tre. Ahora era su oportunidad para pasirelo bien, Acepes us trabajo sencillo de inspector de obras. Queralimitarse a ganar algo de dinero sn tener que pensar demasiado en el trabajo, AL quilé un apartamento con un grupo de conocides. Muchos no hablan ido ala universdad, Algunos ais despues, aquel grupo se convirtié en su tribu urbana, Nos tirdbamos en el soft a beber y a despotricar sobre el trabajo y el mereado laboral. Nunca hacfamos nad, ni intercambidbamos puntos de vista diferentes, porque todos Pensdbamos lo mismo, Ninguno pensaba en su faturo, ast «que yo tampoco. Nos creams muy guays Lo tinico que nos hacia ilusin era it a ver partidos de baloncesto. Yo creia que toda la gente de mi edad estaba haciendo lo mis. mo que yo, porque era lo tinico que vela a mi alrededor, De ver en cuando me llegaban noticias de algin co- nocido que habfa emprendido un negocio o que tenfa un ucsto importante en Google o en alguna empresa simile Y pensaba: «A ese tf le han contratado en Google? Qué injusta es la vidal Mientras yo me quemaba las pestaias en !a universidad, el se dedicaba a perder el tiempo en An. ‘topologia..». No queria admitir que aquel chico haba subido aprovechar las oportunidades mientras yo me pa- saba el dia vagueando. Aunque no quisiera reconocerlo, al poco tiempo me propuse hacer algo con mi vida. Pero no sabia qué. Lahermana de Cole le convencié para que la acompafiara al Cumpleafios de su compafiera de piso, que cumplia treinta afios. Cole se sentia incémodo entre los invitados, que eran mayores que él y estaban todos bien situados, as{ que se limité a hablar on una joven escultora, una paciente mia llamada Betsy. Betsy estaba harta de salir con chicos parecidos. Cada ver que Tompfa con alguno porque «no tenia las cosas claras», conocla a - so

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