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INSTITUTO DE FORMACION ACADEMICA DEL

CENTRO Y SURESTE A,C


UNIVERCIDAD (INFA)

NOMBRE DEL ALUMNO:


YAHIR PECH SANCHEZ

NOMBRE DEL DOCENTE:


MTRA. MARIBEL ROJAS CASANOVA.
NOMBRE DE LA MATERIA:
VICTIMOLOGIA. 
TRABAJO:
ANALISIS DE LA UNIDAD 1 HISTORIA DE LA
VICTIMOLOGIA.
4TO CUATRIMESTRE
LICENCIATURA EN CRIMINOLOGIA Y
CRIMINALISTICA
11 DE SEPTIEMBRE DEL 2021.
1.1 Origen de la victimologia.
La aparición de la Victimología como campo del conocimiento no ha sido pacífica,
y fundamentalmente ha encontrado resistencia dentro del campo de la
criminología y de los criminólogos. La criminología tradicional ha mostrado muy
poco interés por la problemática de las víctimas y se ha centrado históricamente
en el criminal y en la ley. La víctima desde la perspectiva criminológica no tiene
lugar, ya que su defensa y sus derechos se garantizan, por la acción vindicativa
del Estado en contra del delincuente. La inclusión de la víctima por parte de la
criminología, se centra en su participación y en las características particulares que
la acompañan y que intentan definirla desde la perspectiva de su interacción con
el delincuente.
La Victimología por lo tanto, pretende diferenciarse de la criminología, haciendo
énfasis en la dinámica propia de la víctima, la victimización y la prevención. Sin
embargo, el debate sobre la calidad científica y su rango como ciencia, es
discutida tanto por criminólogos, como por los mismos víctimólogos.
La Victimología no es una disciplina científica, tampoco es un territorio académico
(como la criminología o la ecología) al que académicos y científicos entrenados en
diversas disciplinas hagan contribuciones teóricas y de investigación. En lugar de
ello, es un programa no-académico bajo el cual en un cajón de sastre ideas,
intereses, ideologías y métodos de investigación han sido arbitrariamente
reunidos. La Victimología se halla caracterizada por un conflicto entre dos
orientaciones hacia el sufrimiento humano igualmente deseables: la humanista y la
científica. Este conflicto parece interferir tanto con los esfuerzos humanitarios
como con los científicos. El trabajo del humanista tiende a ser menospreciado
porque es considerado más propagandístico que científico y el trabajo científico
tiende a ser mirado en menos porque no se halla suficientemente orientado hacia
la acción social. Cada conjunto de victimólogos probablemente produciría más si
se divorciara de otros y formase alianzas más allá de la sombra del programa
victimológico.
Otro de los problemas que aún son actuales en la Victimología, hacen relación a la
necesidad que como ciencia, tiene de indagar con tal profundidad, que le permita
no sólo acumular conocimientos sistematizados, sino que puedan generar
explicaciones y/o comprensión de los fenómenos victimológicos.

1.2 precursores de la victimologia.


En las sociedades primitivas, la víctima tuvo un papel muy importante en la
respuesta penal al delito. La justicia era de carácter privado, y se hacía efectiva a
través de la víctima, que se vengaba individualmente de su agresor, de esta forma
se obtenía cierto protagonismo en la administración de la justicia penal.
En un deseo de superar las injusticias derivadas de la venganza privada, se crea
en el siglo XVIII el “ius puniendi” que es el derecho o facultad del Estado para
castigar a quien incumpla la Ley, con el objeto de mantener el orden, y a la vez,
determinar con aquella etapa previa al derecho penal, que consideraba a la
venganza como parte de la justicia impartida por las propias víctimas. Durante
esta época, y debido a esta situación, el protagonismo de las víctimas irá
desapareciendo poco a poco.
La preocupación por las víctimas ha sido siempre un tema muy presente en todas
las civilizaciones; no obstante, su orientación científica no comenzará hasta
después de la Segunda Guerra Mundial, es entonces cuando los estudios sobre la
víctima del delito obtienen un interés especial, evolucionando históricamente en
distintas etapas. La historia de la Victimología, a lo largo de los siglos es tan
intensa y apasionante que puede producir asombro a quien la conozca, ya que va
unida a la propia evolución de la humanidad; en el año 1949 el psiquiatra y
criminólogo Estadounidense Fredrick Whertham, en su obra “The show of
violence” utilizó por primera vez el vocablo “victimología”, entendiendo como tal, la
ciencia que estudiaba la sociología de la víctima. La Victimología se definió en el I
Simposio Internacional celebrado en Jerusalén (1973) como “El estudio científico
de las víctimas”, y según diversos expertos como “La disciplina que tiene por
objeto el estudio de la víctima de un delito”.
Los precursores de la victimología como ciencia en el siglo XX. Es importante
destacar la labor realizada por Benjamín Mendelsohn, Criminólogo de origen
rumano, nacionalizado israelí, que entendía que la Victimología era una ciencia
paralela a la Criminología. Según Mendelsohn la Victimología era como el reverso,
el negativo, de la Criminología porque esta se ocupa del delincuente y la primera
de la víctima. Este autor dio un ámbito muy amplio a la Victimología llegando a
distinguir una Victimología general y una Victimología penal, ocupándose solo esta
última de las víctimas del delito.
En 1985 la Asamblea General de las Naciones Unidas, adoptó la declaración
sobre los principios fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y del
abuso del poder, estableciendo los derechos de las víctimas en los procedimientos
de justicia penal, incluidos el derecho al acceso a la justicia, el derecho a ser
tratado como normas mínimas de respeto y dignidad, el derecho a la protección y
la asistencia y el derecho a la reparación. Esta declaración ha servido como base
para establecer los derechos jurídicos de las víctimas bajo el derecho internacional,
la reacción de la víctima ante un acto dramático.

1.3 Evaluación científica de la Victimologia.


La Victimología es una ciencia joven, sobre la cual se asientan los pilares de un
nuevo sistema de justicia, capaz de reordenar y equilibrar el orden social. Va
afianzándose como un campo de investigación científico que se encarga del
estudio de las víctimas en general, impulsando durante los últimos años un
proceso de revisión científica del rol de la víctima en el suceso criminal; una
redefinición del mismo a la luz de los conocimientos empíricos, el protagonismo,
neutralización y redescubrimiento, son lemas que nos reflejan su desarrollo.
La década de los setenta es, sin duda, el período de consolidación de la
Victimología como una disciplina científica. Quizás, lo más importante de la
Victimología sea la deducción de que no solamente debemos hacer prevención
criminal sino prevención victimal, no sólo hay que evitar que algunos sujetos sean
criminales, también puede evitarse que muchas personas lleguen a ser víctimas,
en definitiva: es importante enseñar a la gente a no ser víctimas.

Junto a esta Victimología originaria surgió en los años ochenta, una nueva
Victimología, diferente a la anterior; fundamentalmente por su preocupación por
las necesidades y derechos de las víctimas.
En la actualidad, se postula para las víctimas un tratamiento que les dé cabida en
el ordenamiento procesal penal, pero sin contraponer los derechos de autor del
delito a los de la víctima. Naturalmente hay que dar una respuesta a aquellas
personas perjudicadas por el delito y habrá de ser el Sistema Penal el encargado
de paliar, en la medida de lo posible, las consecuencias desfavorables que hayan
marcado a una persona en cuanto víctima del delito.

El surgimiento de esta nueva Victimología obedece a la justificación de una


política de "ley y orden" y a la mayor rentabilidad de satisfacer a las víctimas que a
los delincuentes, así como a la necesidad de establecer un contrapeso a la
criminología crítica que, en su análisis, parecía eximir implícitamente al
delincuente de la responsabilidad.

1.4 La Victima en el Análisis de Justicia Penal.

El Derecho Penal, históricamente se ha hablado en el estudio del autor del delito,


su acción delictiva, el grado de peligrosidad y a elaborar teorías del porqué de sus
acciones que lo llevan a delinquir. Los estudiosos del Derecho, los legisladores y
las autoridades judiciales han realizado interpretaciones sociales, psicológicas de
la violencia, se elaboran leyes cada vez más sofisticadas para la regulación de su
conducta; pero en todos sus estudios, no se considera a la víctima o mejor dicho,
a sido objeto de marginación y ocultamiento. Así, el delincuente es estudiado,
protegido, tratado, explicado, clasificado, sancionado y auxiliado; en tanto que la
víctima es mencionada en muy pocas veces. La escuela clásica del Derecho
Penal centra su importancia en el delito, es básico el hecho delictuoso y la justa
retribución al responsable del mismo, le interesa el nivel conductual, se
desinteresa por el nivel individual, dejando en un segundo lugar al delincuente, y
con mayor razón a la víctima. Por otra parte la criminología (escuela positiva) en
su estudio por la comprensión del criminal, siempre se ha preocupado en analizar
unilateralmente al delito desde el punto de vista del delincuente y ha dejado
olvidada a la contraparte, que es la víctima. Pienso que la conducta de la víctima
debe estudiarse en estrecha relación con la conducta criminal. El error de la
criminología es estudiar solamente al delincuente, olvidando que este y su víctima
son dos partes que interaccionan dentro de un mismo problema. Cotidianamente
nos ha pasado, que hemos escuchado y observado en la calle, en los medios de
comunicación; sobre casos de delincuencia y la primera impresión que se nos
queda es la del autor material del delito o sea el delincuente. ¿Por qué sucede
esto?, ¿se deberá a la peligrosidad de este? En estos cuestionamientos,
convergen muchas situaciones. A ninguna persona le gustaría ser el afectado, ser
el débil, el vencido, el que sufre o simplemente no existe identificación con la
víctima. Por ejemplo, cuando vemos una película, siempre nos identificamos con
el héroe, el fuerte, el ganador, con los vencedores cuyo nombre e historia quedan
escritos en libros. Pero y del perdedor, del débil, de la víctima, ¿quién se
acuerda?, ¿quién los toma en cuenta?, ¿quién les hace justicia? La verdad es que
existe un total desconocimiento del dolor y la problemática de la víctima ante el
delincuente.

Lo que los estudiosos del Derecho no han notado o no han querido entender, es
que la víctima con su denuncia, da a conocer el delito y tan solo por este motivo
evita nuevas víctimas, con lo cual viene siendo una parte esencial dentro del
proceso, lugar que no se le ha dado o no se le ha querido reconocer.
Desgraciadamente es aun ignorada por las instituciones que administran justicia y
se le considera tan solo como un testigo. Por ello, dentro del ámbito de los
estudios criminológicos surge la “Victimología” en años recientes.

1.5 Derechos de víctimas.

La presente Ley obliga, en sus respectivas competencias, a las autoridades de


todos los ámbitos de gobierno, y de sus poderes constitucionales, así como a
cualquiera de sus oficinas, dependencias, organismos o instituciones públicas o
privadas que velen por la protección de las víctimas, a proporcionar ayuda,
asistencia o reparación integral. Además, reconoce y garantiza los derechos de las
víctimas del delito y de violaciones a derechos humanos, en especial el derecho a
la asistencia, protección, atención, verdad, justicia, reparación integral, debida
diligencia y todos los demás derechos consagrados en ella, en la Constitución, en
los Tratados Internacionales de derechos humanos de los que el Estado Mexicano
es Parte y demás instrumentos de derechos humanos.

Se denominarán víctimas directas aquellas personas físicas que hayan sufrido


algún daño o menoscabo económico, físico, mental, emocional, o en general
cualquiera puesta en peligro o lesión a sus bienes jurídicos o derechos como
consecuencia de la comisión de un delito o violaciones a sus derechos humanos
reconocidos en la Constitución y en los Tratados Internacionales de los que el
Estado Mexicano sea Parte.

Las víctimas tendrán, entre otros, los siguientes derechos:

I. A una investigación pronta y eficaz que lleve, en su caso, a la identificación


y enjuiciamiento de los responsables de violaciones al Derecho
Internacional de los derechos humanos, y a su reparación integral.

II. A ser reparadas por el Estado de manera integral, adecuada, diferenciada,


transformadora y efectiva por el daño o menoscabo que han sufrido en sus
derechos como consecuencia de violaciones a derechos humanos y por los
daños que esas violaciones les causaron.

III. A conocer la verdad de lo ocurrido acerca de los hechos en que le fueron


violados sus derechos humanos.

IV. A que se le brinde protección y se salvaguarde su vida y su integridad


corporal.

V. A solicitar y a recibir ayuda, asistencia y atención en forma oportuna,


rápida, equitativa, gratuita y efectiva por personal especializado.

VI. A la verdad, a la justicia y a la reparación integral a través de recursos y


procedimientos accesibles, apropiados, suficientes, rápidos y eficaces.
VII. A la protección del Estado. Lo anterior incluye el derecho a la protección de
su intimidad contra injerencias ilegítimas, así como derecho a contar con
medidas de protección eficaces cuando su vida o integridad personal o
libertad personal sean amenazadas o se hallen en riesgo en razón de su
condición de víctima y/o del ejercicio de sus derechos.

VIII. A solicitar y a recibir información clara, precisa y accesible sobre las rutas y
los medios de acceso a los procedimientos, mecanismos y medidas que se
establecen en la presente Ley.

IX. A solicitar, acceder y recibir, en forma clara y precisa, toda la información


oficial necesaria para lograr el pleno ejercicio de cada uno de sus
derechos.

X. A acudir y a participar en escenarios de diálogo institucional.

XI. A participar en la formulación, implementación y seguimiento de la política


pública de prevención, ayuda, atención, asistencia y reparación integral.

Además de los deberes establecidos para todo servidor público, los funcionarios
de organismos públicos de protección de derechos humanos, en el ámbito de su
competencia, deberán:

V. Solicitar, cuando sea conducente, medidas cautelares necesarias para


garantizar la seguridad de las víctimas, familiares o bienes jurídicos.

VII. Utilizar todos los mecanismos nacionales e internacionales para que de


manera eficaz y oportuna, se busque fincar las responsabilidades administrativas,
civiles o penales por graves violaciones a derechos humanos.

1.6 Declaración de los derechos de la víctima.

A. Las víctimas de delitos


1. Se entenderá por "víctimas" las personas que, individual o colectivamente,
hayan sufrido daños, inclusive lesiones físicas o mentales, sufrimiento emocional,
pérdida financiera o menoscabo sustancial de los derechos fundamentales, como
consecuencia de acciones u omisiones que violen la legislación penal vigente en
los Estados Miembros, incluida la que proscribe el abuso de poder.

2. Podrá considerarse "víctima" a una persona, con arreglo a la presente


Declaración, independientemente de que se identifique, aprehenda, enjuicie o
condene al perpetrador e independientemente de la relación familiar entre el
perpetrador y la víctima. En la expresión "víctima" se incluye además, en su caso,
a los familiares o personas a cargo que tengan relación inmediata con la víctima
directa y a las personas que hayan sufrido daños al intervenir para asistir a la
víctima en peligro o para prevenir la victimización.

3. Las disposiciones de la presente Declaración serán aplicables a todas las


personas sin distinción alguna, ya sea de raza, color, sexo, edad, idioma, religión,
nacionalidad, opinión política o de otra índole, creencias o prácticas culturales,
situación económica, nacimiento o situación familiar, origen étnico o social, o
impedimento físico. Acceso a la justicia y trato justo.

4. Las víctimas serán tratadas con compasión y respeto por su dignidad. Tendrán
derecho al acceso a los mecanismos de la justicia y a una pronta reparación del
daño que hayan sufrido, según lo dispuesto en la legislación nacional.

5. Se establecerá y reforzarán, cuando sea necesario, mecanismos judiciales y


administrativos que permitan a las víctimas obtener reparación mediante
procedimientos oficiales u oficiosos que sean expeditos, justos, poco costosos y
accesibles. Se informará a las víctimas de sus derechos para obtener reparación
mediante esos mecanismos.

6. Se facilitará la adecuación de los procedimientos judiciales y administrativos a


las necesidades de las víctimas: a) Informando a las víctimas de su papel y del
alcance, el desarrollo cronológico y la marcha de las actuaciones, así como de la
decisión de sus causas, especialmente cuando se trate de delitos graves y cuando
hayan solicitado esa información; b) Permitiendo que las opiniones y
preocupaciones de las víctimas sean presentadas y examinadas en etapas
apropiadas de las actuaciones siempre que estén en juego sus intereses, sin
perjuicio del acusado y de acuerdo con el sistema nacional de justicia penal
correspondiente; c) Prestando asistencia apropiada a las víctimas durante todo el
proceso judicial; d) Adoptando medidas para minimizar las molestias causadas a
las víctimas, proteger su intimidad, en caso necesario, y garantizar su seguridad,
así como la de sus familiares y la de los testigos en su favor, contra todo acto de
intimidación y represalia; e) Evitando demoras innecesarias en la resolución de las
causas y en la ejecución de los mandamientos o decretos que concedan
indemnizaciones a las víctimas.

7. Se utilizarán, cuando proceda, mecanismos oficiosos para la solución de


controversias, incluidos la mediación, el arbitraje y las prácticas de justicia
consuetudinaria o autóctonas, a fin de facilitar la conciliación y la reparación en
favor de las víctimas.

1.7 diferentes organismos en atención a víctimas.

De 1993. Que se incluyó en el artículo 20 de la Constitución Política de los


Estados Unidos Mexicanos los derechos de las víctimas del delito hasta la
inclusión en 2008 de un apartado C dedicado a ellas, así como la reforma
constitucional en materia de derechos humanos de 2011, se ha venido
construyendo una sólida base constitucional que reconoce y tutela los derechos de
las víctimas del delito y de violaciones a derechos humanos.

El cambio constitucional ha originado la adecuación del marco legislativo y


reglamentario en el tema, la más reciente es la expedición en enero de 2013,
producto del impulso decidido de organizaciones sociales y familiares de víctimas,
de la Ley General de Víctimas, instrumento que recoge los estándares
internacionales en la materia y prevé la creación de un Sistema Nacional de
Atención a Víctimas, conformado por las instituciones y entidades públicas del
ámbito federal, estatal, del Gobierno del Distrito Federal y municipal, organismos
autónomos, así como organizaciones públicas y privadas vinculadas con las
víctimas.

Con este nuevo marco jurídico la Procuraduría Social de Atención a las Víctimas,
creada en septiembre de 2011 para proporcionarles asistencia y apoyo, se
trasformó en enero de 2014, en la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas.

1.8 Base Legal.

El respeto a los derechos fundamentales de las víctimas del delito constituye


un elemento primordial para consolidar el sistema de libertades y garantizar un
mejor ejercicio de los derechos humanos en un estado democrático, lo cual
implica la necesidad de identificar a las víctimas en un ámbito independiente al
del derecho penal que es su campo original y prioritario, con el objetivo de que
se establezcan las bases legales necesarias para la adecuada y oportuna
atención sin más limitaciones que las establecidas en la ley.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos está comprometida a ofrecer


una atención especial a las víctimas del delito, básicamente entre otros
aspectos, el de redimensionar su papel y señalar las directrices que el Estado
Mexicano está obligado a observar no sólo para reconocer sus derechos, tal y
como actualmente lo establece la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, sino para hacerlos valer.

De igual manera, propiciar que las autoridades en el ejercicio de sus funciones


se abstengan de anular o desconocer tales derechos o de utilizar mecanismos
que provoquen una doble victimización institucional. Los efectos del delito no
terminan con la afectación directa a la víctima, sino que además se extiende
indirectamente a terceros como la familia y a los testigos que le prestan ayuda,
entre otros.
Las víctimas consideradas como las protagonistas olvidadas dentro de los
sistemas de justicia, quedan aún sujetas al desamparo institucional, situación
que en un estado de derecho y por humanidad no puede tolerarse.

Tradicionalmente las legislaciones de los distintos países en el mundo han


contemplado al delincuente ignorando a la víctima, sin tomar en cuenta que la
victimización puede provocar daños severos que en muchas ocasiones son de
difícil o imposible reparación ya que, penetra el nivel más profundo de la
integridad de una persona, no solamente en su aspecto físico, sino en su
estado emocional alcanzando a sus relaciones sociales y familiares, su
situación económica y hasta jurídica en la mayoría de los casos.

El abandono de las víctimas, la violación a sus derechos humanos, la ausencia


de una política criminal efectiva, la impunidad, y la inexistencia de instituciones
victímales suficientes y adecuadas, son razones para generar los mecanismos
que se orienten a la búsqueda de propuestas concretas para su atención
rápida y eficaz.

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