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Norma Cacu
Norma Cacu
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha declarado que el cáncer cervicouterino es una enfermedad en la que se presentan cambios en las
células que cubren las paredes del cuello uterino (extremo inferior de la matriz que comunica con la vagina). Estas células inicialmente normales, a la
postre se convierten en precancerosas. Con frecuencia, en etapas iniciales del cáncer cervicouterino no se presentan síntomas, por lo que a menudo
éste no es detectado hasta que se halla en fases avanzadas de la enfermedad. Asimismo, la OPS, hace mención de que el factor de riesgo más común
del cáncer cervicouterino es la exposición a ciertas variedades del Papilomavirus Humano (HPV). Siendo ésta una Infección de Transmisión Sexual
(ITS), en muchos casos asintomática, por lo que puede transcurrir mucho tiempo antes de que se detecte. A menudo las mujeres se infectan con el Virus
del Papiloma Humano en edades entre los 20 y 30 años, pero sólo una minoría desarrolla el cáncer, proceso que puede tomar hasta 20 años.
Prevención
La prevención del cáncer cérvico uterino se realizará por medio de la promoción de la salud y de la detección oportuna, orientadas a evitar o disminuir los
factores de riesgo y a descubrir tempranamente alteraciones citológicas.
Detección oportuna.
La citología cervical se realizará cada tres años en aquellas mujeres con dos citologías previas anuales consecutivas, con resultado negativo a infección
por Virus del Papiloma Humano, displasias o cáncer; las mujeres con los problemas anteriores serán objeto de un seguimiento en una clínica de
displasias y, cuando sean dadas de alta, reiniciarán la periodicidad anual. Las mujeres con resultados positivos a procesos inflamatorios inespecíficos
deberán continuar con exámenes anuales hasta que haya dos resultados consecutivos negativos.
Para la toma satisfactoria de la citología cérvico vaginal es necesaria la observación directa del cuello uterino mediante el espejo vaginal, tomando una
muestra suficiente del exocérvix y endocérvix previo consentimiento informado de la mujer, y que no esté menstruando, eliminándose otras barreras de
los servicios y de las usuarias.
Para establecer el diagnóstico del cáncer del cuello del útero se requiere la presencia de células de aspecto maligno en el estudio citológico, imágenes
de
apariencia maligna en la colposcopía y la confirmación por el estudio histopatológico.
El resultado del estudio citológico es descriptivo y debe ser informado de la siguiente manera:
a.- Negativo a cáncer.
b.- Negativo con proceso inflamatorio.
c.- Displasia leve (NIC 1).
d.- Displasia moderada (NIC 2).
e.- Displasia grave (NIC 3).
f.- Cáncer del cuello del útero in situ (NIC 3).
g.- Cáncer microinvasor e invasor.
h.- Adenocarcinoma.
i.- Maligno no especificado.
PREVALENCIA
En México desde 2006 el cáncer cérvicouterino (CaCu) es la segunda causa de muerte por cáncer en la mujer. El CaCu es el crecimiento anormal de las
células que se encuentran en el cuello de la matriz. Por ello la importancia de las acciones preventivas, entre las que destaca la vacuna contra el VPH.
En 2014, se registraron 3,063 casos nuevos de tumores malignos del cuello uterino con una tasa de incidencia de 6.08 por 100,000 habitantes mayores
de 10 años. La edad promedio de presentación de CaCu es a los 49.2 años.
En las mujeres de 25 años y más, se registraron 4,056 defunciones con una tasa de mortalidad del CaCu de 11.9 defunciones por 100,000 mujeres. Las
entidades federativas con mayor mortalidad por CaCu son: Chiapas (18.2), Morelos (17.2), Sonora (15.7), Quintana Roo (15.2), Chihuahua (15.1) y Baja
California (15.0).
Las instituciones del sector salud realizaron 6,028,964 citologías en mujeres de 25 a 64 años y se efectuaron 1,166,317 pruebas de VPH para la
detección temprana de CaCu. La positividad por VPH en 2014 fue de 10.35.
Las entidades con mayor índice de positividad son: Veracruz (13.1), Tabasco (12.5) y Chiapas (12.1).