Mantenga una alimentación variada y equilibrada, ella proveerá la energía y
nutrientes necesarios para la salud materna y el desarrollo y crecimiento del bebé; Incluyendo en tu menú alimentos de todos los grupos: granos, cereales, tubérculos y plátanos; hortalizas y frutas; leche, carnes y huevos; y aceites (crudos). Procure beber ocho vasos de agua o dos litros al día. Tome las comidas principales desayuno, almuerzo y cena, más tres meriendas diarias de frutas (enteras o licuadas) y lácteos (leche o yogurt). Así garantiza la energía y los nutrientes necesarios para el bebé. Elimine productos dañinos, tales como alcohol (cerveza, vino u otra bebida alcohólica), cigarrillo y drogas ilícitas, especialmente perjudiciales para la embarazada y su hijo. Disminuye o elimine el consumo de café durante el embarazo. Recuerde lavar muy bien las frutas y vegetales que consume crudos. Modere el consumo de sal, recuerde que existen alimentos procesados que tienen sal, como los enlatados, embutidos, salsa, entre otros. Practique ejercicio, como caminar que le ayudan a mantener el peso.