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Ponente:GERMÃ N RODRÃ GUEZ VILLAMIZAR

Fecha de Resolución:26 de Febrero de 2004


Emisor:Seccion Tercera

ECUACIÓN FINANCIERA DEL CONTRATO - Decreto ley 222 de


1983 Para establecer el contenido del concepto “Equilibrio” cabe
tener en cuenta lo que motiva a cada uno de los sujetos de la
relación jurídico negocial derivada del contrato estatal; para el
Estado, desarrollar los fines que nuestro sistema jurídico le atribuyó
fundamentalmente la satisfacción del interés público; para el
particular, obtener un lucro personal. El contrato estatal debe
entonces colmar las expectativas de uno y otro cocontratante, para
lo cual se ha previsto la conservación de la ecuación financiera del
contrato existente a la fecha en que surge la relación jurídico
negocial. Por virtud de la mentada ecuación, se pretende que la
correspondencia existente entre las prestaciones correlativas que
están a cargo de cada una de las partes del contrato, permanezca
durante toda su vigencia, de tal manera que a la terminación de
éste, cada una de ellas alcancen la finalidad esperada con el
contrato. Cuando las condiciones económicas pactadas a la
celebración del contrato, se alteran en perjuicio de una de las
partes cocontratantes, a consecuencia de hechos que no le son
imputables y que ocurren con posterioridad a la celebración del
mismo, surge el deber de reparar la ecuación financiera del
contrato. Los hechos determinantes del rompimiento de la
ecuación financiera del contrato son: el hecho del príncipe, los
actos particulares de la administración en ejercicio de la potestad
de dirección y control (particularmente del ius variandi) y los
factores sobrevinientes y exógenos a las partes del negocio. A más
de lo anterior, y no obstante que el contrato que se estudia está
sometido al imperio del decreto ley 222 de 1983, resulta ilustrativo
anotar que la ley 80 de 1993, al regular la figura del rompimiento
del equilibrio financiero del contrato, incorporó el incumplimiento
como factor determinante del mismo (art. 5, num 1), disposición
ésta que debe interpretarse dentro del contexto de la
responsabilidad contractual del Estado, toda vez que es uno de los
elementos que la determinan. El estatuto aplicable al contrato, del
que deriva el litigio objeto de este proceso, es el vigente al
momento de su celebración, esto es, el decreto ley 222 de 1983
que, si bien no reguló ampliamente lo relativo a la ecuación
financiera del contrato estatal, contiene algunas disposiciones que
permiten inferir su consagración legal, tales como los artículos 19
y 20, que establecen los poderes exorbitantes de terminación y
modificación unilateral de los contratos, para la administración,
cuyo ejercicio se condicionó a la debida protección de los intereses
económicos del contratista, otorgándole, en el primer caso, el
derecho a una indemnización y, en el segundo, el derecho a
conservar las condiciones económicas inicialmente pactadas. Se
sujetó la modificación unilateral del contrato a la observancia, entre
otras, de las siguientes reglas: “…c) Deben respetarse las ventajas
económicas que se hayan otorgado al contratista. d) Debe
guardarse el equilibrio financiero del contrato para ambas partes.
e) Deben reconocerse al contratista los nuevos costos
provenientes de la modificación”. De igual manera, determinó la
posibilidad para el contratista de no continuar con la ejecución del
contrato, cuando la modificación unilateral variara, en más del 20o
el precio inicialmente pactado. Se tiene así que, en el decreto ley
222 de 1983 se incluyeron disposiciones orientadas a la
conservación de la ecuación financiera del contrato en beneficio de
las partes contratantes y particularmente frente a actuaciones
legítimas de la administración. También se previeron eventos
determinados por hechos exógenos a las partes, cuando se reguló
la revisión de precios para los contratos de obra pública,
consultoría y suministro. (arts. 86, 113). El reajuste de los contratos
se dispuso respecto de los contratos de tracto sucesivo, puesto que
estos eran vulnerables frente al fenómeno inflacionario. Nota de
Relatoría: Ver Exp. 14855 del 29 de abril de 1999EQUILIBIRIO
ECONOMICO DEL CONTRATO - Hecho imprevisible.Se presenta
cuando situaciones extraordinarias, ajenas a las partes,
imprevisibles y posteriores a la celebración del contrato alteran la
ecuación financiera del contrato en forma anormal y grave, sin
imposibilitar su ejecución. Resulta, entonces, procedente su
aplicación cuando se cumplen las siguientes condiciones: a) La
existencia de un hecho exógeno a las partes que se presente con
posterioridad a la celebración del contrato. b) Que el hecho altere
en forma extraordinaria y anormal la ecuación financiera del
contrato. c) Que no fuese razonablemente previsible por los
cocontratantes al momento de la celebración del contrato.
Respecto del primer supuesto cabe precisar que no es dable
aplicar la teoría de la imprevisión cuando el hecho proviene de la
entidad contratante, pues esta es una de las condiciones que la
diferencian del hecho del príncipe, que es imputable a la entidad.
Y en relación con la imprevisibilidad del hecho, cabe precisar que
si el hecho era razonablemente previsible, no procede la aplicación
de la teoría toda vez que estaríamos en presencia de un hecho
imputable a la impericia, negligencia o falta de diligencia de las
partes contratantes, que por lo mismo hace improcedente su
invocación para pedir compensación alguna, toda vez que a nadie
le es dable alegar su propia culpa en beneficio propio. Cuando se
demuestra la ocurrencia del hecho imprevisible, posterior a la
celebración del contrato, determinante del rompimiento anormal y
extraordinario de la economía del contrato, surge el deber de
compensar al cocontratante afectado el desmedro sufrido. Dicho
en otras palabras, sólo nace el deber legal de llevar al contratista a
un punto de no pérdida, no surge la obligación de reparar la
integridad de los perjuicios. Según Riveró: “A diferencia de lo que
ocurre en la teoría del príncipe, esta indemnización no es nunca
igual a la totalidad de las pérdidas sufridas, o carga
extracontractual.”; para Bercaitz el contratista afectado tiene
derecho a reclamar “sólo un aumento de su contraprestación” y,
para Jeze, “La teoría de la imprevisión tiene por finalidad hacer
participar a la Administración, en cierta medida y temporariamente,
en las pérdidas experimentadas por el contratante. No tiende a
reparar un daño. Nunca conduce a mantener el beneficio del
contratante, ni aún a preservarlo de cualquier pérdida. El hecho del
príncipe, en cambio, tiene por resultado, cuando influye sobre la
situación económica del contratante, otorgar a éste el derecho de
exigir la reparación definitiva del perjuicio causado por la
Administración, en forma de un suplemento de precio; la equidad
exige que el contratante no sufra una pérdida, ni aún una
disminución de sus beneficios, a raíz del hecho de la
Administración. Nota de Relatoría: Ver Exp. 14577 del 29 de mayo
de 2003TEORIA DE LA IMPREVISIÓN - Riesgos externos, La Sala
precisa que la teoría del equilibrio financiero del contrato procede
respecto de todo contrato oneroso, de tracto sucesivo, conmutativo
y sinalagmático, sin consideración al sistema de pago acordado.
La aplicación de la teoría del equilibrio financiero del contrato está
condicionada a la conservación de la estructura original del
contrato, esto es, a que se mantengan las obligaciones y derechos
originales que surgieron para los co-contratantes, muchos de los
cuales están determinados por los riesgos o contingencias que
sumieron. En estas condiciones no es dable considerar que el
contratista, por las variaciones ocurridas con posterioridad a la
celebración del contrato, está eximido de atender los riesgos que
asumió. Dicho en otras palabras, so pretexto del restablecimiento
del equilibrio financiero del contrato, no puede modificarse el
régimen de riesgos acordado, para incorporar o excluir derechos u
obligaciones que se originaron para cada una de las partes al
contratar. La Sala ha manifestado que, por regla general, el
contratista asume “un riesgo contractual de carácter normal y si se
quiere a todo tipo de contratación pública.” pero ello no significa
que, en un contrato particular, el contratista no pueda asumir
riesgos adicionales a los denominados riesgos normales, como
sucedió en el presente caso. La entidad regula la distribución de
riesgos cuando prepara los documentos formativos del contrato,
según sus necesidades y la naturaleza del contrato, diseñado para
satisfacerlas. Y es el contratista el que libremente se acoge a esa
distribución cuando decide participar en el proceso de selección y
celebrar el contrato predeterminado. Como se indicó
precedentemente, los riesgos externos, extraordinarios o
anormales, configuran la teoría de la imprevisión y, por tanto,
deben ser asumidos, con las limitaciones indicadas, por la entidad.
De manera que la teoría del equilibrio financiero del contrato,
fundada en la imprevisión, sólo se aplica cuando el contratista
demuestre que el evento ocurrido corresponde al álea anormal del
contrato, porque es externo, extraordinario e imprevisible y porque
alteró gravemente la ecuación económica del contrato, en su
perjuicio. La Sala encuentra que, mediante el contrato bajo estudio,
el contratista asumió riesgos adicionales a los que normalmente
asume quien celebra el contrato de obra pública, lo cual significa
que debe soportar los efectos nocivos derivados de hechos
relacionados con los mismos, que hayan ocurrido con posterioridad
a la celebración del contrato y no estén cobijados por la teoría de
la imprevisión. En efecto, en el caso concreto, el contratista
propuso contratar bajo la modalidad III, lo que comportó la asunción
de mayores riesgos, relativos a: la selección del inmueble en el que
se desarrollaría la obra; la tramitación de los permisos y licencias;
la tramitación e instalación de los servicios públicos, el diseño de
las obras, la realización de obras urbanísticas etc. Si hubiera
querido asumir menores riesgos debió proponer y contratar bajo la
modalidad I o II, que comportaba el adelantamiento previo de
algunas etapas, lo que implicaba mayor certeza y seguridad
respecto de las características y plazos de ejecución de las obras.
De conformidad con lo anterior, la Sala deduce que no es dable
afirmar que el equilibrio financiero del contrato no se predique
respecto de un contrato como el que se estudia, de obra pública
bajo modalidades específicas, toda vez que por tratarse de un
contrato conmutativo, sinalagmático y oneroso, comprende
obligaciones y derechos recíprocos y equivalentes para las partes,
que se garantizan durante la ejecución del contrato. Lo que sucede
es que las obligaciones asumidas por las partes no pueden
modificarse durante la ejecución del contrato, con fundamento en
que se presentaron causas de rompimiento del equilibrio financiero
del contrato. Dicho en otras palabras, si al momento de contratar el
contratista asumió contingencias o riesgos, que podían
presentarse durante la ejecución del contrato, no le es dable
solicitar a la entidad que los asuma y cubra los sobrecostos que
hayan podido generar. Nota de Relatoría: Ver Exp. 10151 del 9 de
mayo de 1996Luego del análisis de los eventos anteriores, que
fueron invocados reiteradamente por el contratista para fundar sus
solicitudes de prórroga del plazo contractual, la Sala concluye que
son eventos comprendidos dentro del álea normal del contrato,
puesto que, a pesar de que se demostró su ocurrencia, no se probó
que los mismos fuesen extraños, imprevisibles y anormales al
contrato, requisitos indispensables para aplicar la teoría de la
imprevisión, determinante de la obligación de la entidad a reparar
la ecuación financiera del contrato. En otros términos, por la
naturaleza del contrato celebrado entre las partes, por las
obligaciones y riesgos asumidos por el contratista, no le era
suficiente probar hechos o actos provenientes de sujetos o
entidades distintas al contratista, para justificar la prórroga de los
plazos e imponer a la entidad la obligación de asumir los
sobrecostos generados por los mismos. Además de lo anterior,
cabe agregar que la circunstancia de que la entidad hubiese
aceptado prorrogar el plazo contractual, porque encontró
justificadas las razones del contratista, no traduce en la asunción
de los sobrecostos generadas con la mismas. Es un
comportamiento que desarrolla los principios de lealtad y buena fe
que gobiernan los contratos estatales, por virtud de los cuales las
partes co- contratantes deben propender por la ejecución del
contrato en las mejores condiciones posibles para cada uno de
ellos. La entidad, al aceptar las prórrogas solicitadas por el
contratista, ofreció a este las posibilidades necesarias para que
salvara las dificultades que invocó, permitiendo así que el
contratista tuviera mas tiempo para ejecutar las prestaciones
adquiridas y evitando que éste incumpliera el contrato por la no
entrega de las obras dentro del plazo contractual. Lo anterior no
significa, como equivocadamente lo invocó el contratista, una
aceptación por la entidad de los efectos económicos negativos que
las prórrogas pudiesen causar al contratista; pues, ya resultaba
suficiente que asumiera los efectos causados con la demora en
entregar las unidades de vivienda a los adjudicatarios, que fueron
privados de recibirlos en las oportunidades previamente
acordadas.Sentencia 07391 del 04/02/26. Ponente: GERMÁN
RODRÍGUEZ VILLAMIZAR. Actor: SOCIEDAD VIVIENDAS Y
CONSTRUCCIONES DE HORMIGÓN ARMADO LTDA. HORA
LTDA. Demandado:

CONSEJO DE ESTADO

SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

SECCION TERCERA

Consejero ponente: GERMÁN RODRÍGUEZ VILLAMIZAR

Bogotá, D. C., veintiséis (26) de febrero de dos mil cuatro (2004)

Radicación: 25000-23-26-000-1991-07391-01(14043)
Actor: SOCIEDAD VIVIENDAS Y CONSTRUCCIONES DE
HORMIGÓN ARMADO LTDA. HORA LTDA.

Demandado: CAJA DE VIVIENDA MILITAR

Referencia: APELACIÓN SENTENCIA RELATIVA A


CONTROVERSIAS CONTRACTUALES

Corresponde a la Sala decidir el recurso de apelación interpuesto


por la parte demandante contra la sentencia proferida, el día 15 de
mayo de 1997, por el Tribunal Administrativo de Cundinamarca,
mediante la cual dispuso:

“PRIMERO.- Declárase no probada la objeción que por error grave


se formuló contra el dictamen pericial.

SEGUNDO
Declárase no probadas las excepciones propuestas por la
demandada.

TERCERO
Deniéganse las pretensiones de la demanda.

CUARTO
Sin condena en costas.” (fls. 620 a 621, c.ppal.)

Antecedentes Procesales

1. Demanda
Fue presentada el 30 de agosto de 1991 y reformada el 16 de
marzo de 1992, con el objeto de que se hicieran las siguientes
declaraciones y condenas:

“PRIMERA.- Que la CAJA DE VIVIENDA MILITAR -CVM-


incumplió el contrato cofinanciado número 036 de 1987 y sus
adicionales Nos. 043 y 061 de 1987, 057, 089 y 099 de 1988 y 012,
032 y 044 de 1989, celebrados con la firma VIVIENDAS Y
CONSTRUCCIONES DE HORMIGON ARMADO SOCIEDAD DE
RESPONSABILIDAD LIMITADA HORA LTDA.- y que tuvieron por
objeto adelantar un programa cofinanciado de vivienda, por virtud
del cual HORA LTDA. Se obligó a elaborar, someter a aprobación
y construir un proyecto de 201 apartamentos, junto con las obras
de urbanismo, complementarias e instalación de servicios.

SEGUNDA.- Que como consecuencia de la anterior declaración,


se condene a la CAJA DE VIVIENDA MILITAR a pagar a la firma
VIVENDAS Y CONSTRUCCIONES DE HORMIGON ARMADO
SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA HORA LTDA-, los
perjuicios de todo orden que les causó con el incumplimiento de los
mencionados contratos, incluyendo el daño emergente y el lucro
cesantes resultantes de la mayor permanencia en la obra, el
inadecuado ajuste, las mayores cantidades de obra y las obras
adicionales ejecutadas por la demandante y no pagadas por la
demandada, así como los sobrecostos financieros o costos de
oportunidad en que incurrió mi mandante en el desarrollo de los
mencionados contrato.
TERCERA.- Que esa H. Corporación efectúe la liquidación del
contrato 036/87 y sus adicionales, con inclusión en ella de todas y
cada una de las pretensiones indemnizatorias de que trata la
petición anterior.

CUARTA.- Que el monto indemnizatorio debe actualizarse o


corregirse monetariamente con el fin de compensar a la firma
demandante de los efectos de la pérdida del poder adquisitivo del
dinero (inflación) entre la época de la causación del daño y la fecha
del pago efectivo, y que sobre las cantidades respectivas deben
reconocerse intereses comerciales desde la época en que se
causó el perjuicio o sobrecosto correspondiente la fecha de la
sentencia (sic) que providencia (sic) que ponga fin al proceso.

QUINTA.- Que la CAJA DE VIVIENDA MILITAR debe dar


cumplimiento a la sentencia dentro del término de treinta (30) días
contados a partir de la fecha en que la providencia le sea notificada.

SEXTA.- Que la CAJA DE VIVIENDA MILITAR CVM, pagará en


favor de la demandante intereses comerciales sobre las cantidades
líquidas reconocidas en la sentencia, durante los seis (6) meses
siguientes a la ejecutoria del fallo, e intereses moratorios después
de ese término.” (fls. 3 a 5, 167 y 168))

1.1 Hechos de la demanda

Fueron resumidos así por el Tribunal:

1) El 23 de mayo de 1987 la Caja de Vivienda Militar convocó el


concurso No. 002-CVM-87 para contratar por el sistema de
cofinanciación, la construcción de un mínimo de 100 y un máximo
de 300 viviendas, contemplando tres alternativas de licitación de
acuerdo a las condiciones que se ofrecieran, así: si contaban con
un proyecto aprobado, con licencia de construcción vigente y la
posibilidad de iniciar de inmediato la construcción podían optar por
la alternativa I; si el proyecto además,, se encontraba ya en
proceso de construcción, podían optar por la alternativa lI; y, si
solamente ofrecían un anteproyecto con plano topográfico
aprobado, respuesta de Planeación Distrital a la consulta previa
para urbanizar e indicación de las Empresas Distritales sobre las
posibilidades de obtención de servicios públicos, se podía optar por
la alternativa III.

2) Si la propuesta seleccionada correspondía a la alternativa III, el


contratista cofinanciador debía elaborar el proyecto arquitectónico,
obtener la aprobación de la licencia de construcción y de la
resolución urbanística ante las autoridades, aportar el lote sobre el
cual se proyectaba la obra, elaborar los diseños, cálculos y
memorias del proyecto y ejecutar la obra, ajustándose a plazos
determinados en 4 meses para obtener la licencia de construcción,
a partir del perfeccionamiento del contrato, y 12 meses para la
ejecución y entrega de la obra. El contratista sería el constructor
del proyecto de vivienda, su programador y debía elaborar todos
los estudios técnicos necesarios para la realización total del
proyecto, de manera que tendría remuneración por todos estos
últimos conceptos.

3) Conforme a las normas básicas de la licitación mientras a los


proponentes que eligieron las alternativas I y II se les exigió un
estudio de suelos definitivo como recomendación de cimentación,
a los proponentes de la alternativa III, solo se les pidió un estudio
de suelos preliminar. Además, las normas básicas determinaron el
valor jurídico del contrato, integrándolo con todos los documentos
con él relacionados y la obligación de someterse a las normas que
sobre construcción indicaran la oficina de Planeación Distrital y las
Empresas de Servicios del Distrito.

4) Como documentos integrantes de la propuesta para la


alternativa III, se contempló, entre otros, el estudio de suelos
preliminar y, dentro de los aspectos técnicos que se determinó que
los oferentes debían haber estudiado “... Las condiciones del suelo
donde se levantará la construcción y determinado el tipo de
cimentación y estructura a utilizar, entendiéndose con esto que con
posterioridad a la aceptación de la propuesta, la Caja no
reconocerá mayores costos por circunstancias imprevistas del
suelo o replanteamiento en los diseños de cimentación o estructura
requeridos para garantizar a cabalidad la estabilidad de la
construcción. Igualmente, debían prever las necesidades técnicas
exigidas por las Empresas Distritales de Servicios Públicos para
garantizar un perfecto funcionamiento de los servicios hidráulicos,
sanitarios y telefónicos para todos y cada una de las viviendas.

5) Dadas las condiciones de los suboficiales que ocuparan las


viviendas la Caja estimó un costo inicial por unidad entre
$2.800.000.oo y $3.300.000.oo.

6) El 9 de julio de 1987 la sociedad Hora Ltda. presentó propuesta


acogiéndose a la alternativa III, para la construcción de 178
apartamentos y 9 locales comerciales por valor total de $
572.522.510. Ofreció ejecutar la obra en un plazo total de 14 meses
incluyendo tanto la etapa de elaboración del proyecto y obtención
de licencia de construcción en 3 meses contados a partir del
perfeccionamiento del contrato, como la ejecución de la obra en 11
meses a partir de la fecha del acta de iniciación. El 19 de agosto
de 1987 la Junta Directiva de la Caja autorizó al representante legal
de la misma para adjudicar el contrato a la demandante.

7) El 27 de agosto de 1987 la firma Hora Ltda. y la caja celebraron


el contrato cofinanciado No. 036 de 1987 y las partes convinieron
que, por el mismo precio de $572.522.510.oo, en lugar de la
construcción de 178 apartamentos y 9 locales, se construirían 181
apartamentos. La Caja se compromete a aportar el 75% y la
contratista a cofinanciar el 25% restante del valor. Los aportes de
la Caja se entregarán en la forma allí acordada. Se pactaron
reajustes de las actas mensuales con base en los índices de
CAMACOL fijando la fórmula respectiva conviniendo, así mismo,
no hacer reajustes con posterioridad al vencimiento del término de
ejecución salvo que la CAIA acepte la prórroga pactando reajustes
durante ella.

8) El contrato quedó perfeccionado con la aprobación de las pólizas


el 8 de septiembre de 1987 dando comienzo a la primera etapa
contractual, es decir, la obtención de las respectivas licencias y
como el plazo para tal efecto se pacto en tres meses era de esperar
que el 8 de diciembre se hubieran obtenido.
9) El 30 de diciembre de 1987 las partes celebraron el contrato
adicional No. 043/87 conviniendo la construcción de 20
apartamentos adicionales por valor de $52.450.722.oo, para un
total de 201 apartamentos.

10) El 30 de octubre de 1987 Hora Ltda. envió al Director de la caja


una comunicación haciéndole entrega del cronograma de
actividades y el estado del trámite del proyecto arquitectónico,
manifestándole su preocupación por la demora de la Empresa de
Acueducto y Alcantarillado de Bogotá en presentar al Comité
Técnico de Servicio Público de Planeación Distrital los
presupuestos y diseños del acueducto de la urbanización.

11) Debido a la demora de la mencionada Empresa el día 19 de


noviembre de 1987 la contratista se vio en la necesidad de pedir a
la Caja una prórroga de 40 días en el plazo de la primera etapa
contractual. La Caja accedió a la prórroga pero sólo en 30 días y
las partes celebraron en contrato adicional No. 061 del 27 de
noviembre de 1987 prorrogando tal plazo hasta el 7 de enero de
1988, por cuanto se consideró la no obtención de los documentos
del caso y no era responsabilidad imputable al cofinanciador.

12) No obstante que antes de la obtención de las licencias, razones


de orden jurídico y técnico imposibilitaban al contratista para
comenzar la obra, los términos para la iniciación, ejecución y
entrega de la misma no fueron modificados y el 1º de diciembre de
1987 las partes suscribieron el acta de iniciación de las obras,
restringiéndose las labores de la contratista a la realización de
descapote, cerramientos, replanteo, fijación de ejes, niveles y tala
de árboles.

13) Sólo hasta el 31 de diciembre de 1987 el Departamento de


Planeación Distrital expidió la resolución No. 621 de 1987,
aprobando el proyecto, de manera que la contratista había
acumulado un atraso de 30 días en obra y aun faltaba la aprobación
de los planos de arquitectura y las licencias de construcción ante
la Secretaría de Obras Públicas.

14) El 5 de enero de 1988, Hora Ltda. envió a la Caja comunicación


que las licencias de construcción no podían ser obtenidas para el
7 de enero, fecha limite contractual. Finalmente se obtuvieron el 2
de marzo de 1988 con un atraso de casi tres meses en relación con
la programación inicial debido a las demoras de las entidades
Distritales.

15) La demora en la obtención de las licencias generó gravísimos


perjuicios económicos a la contratista por concepto de mayor
permanencia en la obra con los consiguientes sobrecostos,
además que la formula de reajuste prevista en el contrato
establecía la utilización de los índices de CAMACOL para
reconocer los aumentos con base en el mes de agosto de 1987 y
el mes en que, de acuerdo con la programación, debían ejecutarse
las obras, de manera que el atraso implicaba encarecimiento de los
costos que debía ser asumido por el contratista salvo que la Caja
en aplicación de la Cláusula Séptima aceptara ajustar los precios
hasta el mes de ejecución de la obra, lo que no ocurrió.
16) Con posterioridad a la adjudicación y celebración del contrato,
las Empresas Distritales de Servicios Públicos y la Caja
introdujeron, modificaciones al proyecto urbanístico, que la
contratista ejecutó y cuyos sobrecostos no fueron compensados,
así:

a. La Empresa de Teléfonos modificó el proyecto de la


Canalización Telefónica, presupuesto que ella misma elaboró
según oficio del 20 de marzo de 1987 que se acompañó a la
propuesta y que fue aceptado por la Caja, de donde resultaron
mayores obras por $3.521.083, según descripción del hecho 25
de la demanda.

b. La Empresa de Energía ordenó la introducción de


modificaciones al proyecto inicial cuyos mayores costos no
fueron compensados, por $17.213.824.oo según descripción del
mismo hecho.

c. La Empresa de Acueducto también introdujo modificaciones que


dieron lugar a que variara fundamentalmente el proyecto
urbanístico de alcantarillado fluvial y de aguas negras, con un
costo adicional de $5.548.187, también discriminado en la
demanda.

d. Otra variación resultó de la modificación ordenada por la Caja


para construir un mayor número de apartamentos en lugar de
los locales (contrato adicional 043) dando lugar a cambios en
obras relacionadas con vías y parqueaderos y la ejecución con
mayor cantidad de obra, ocasionando sobrecostos para el
cofinanciador que no fueron establecidos en el contrato, y
arrojan un valor de $8.149.283, también discriminados en el
hecho 25.

e. El 9 de febrero de 1988 la Caja ordenó la modificación de las


bajantes de aguas lluvias lo cual implicó la construcción de 1 35
metros adicionales de bajantes por un valor total de
$329.115.95.

Las modificaciones enunciadas generaron también demoras en


la programación de la obra y, en consecuencia, mayor
permanencia en la misma. ,

17) Acorde con la alternativa escogida HORA LTDA, acompañó


a, su propuesta un estudio de suelos preliminar junto con el
plano de sondeos. Los expertos que realizaron tal estudio
recomendaron a la demandante una cimentación normal para la
Sabana de Bogotá para edificios hasta de cinco pisos y con
fundamento en él se ofreció en la propuesta aceptada por la
Caja una cimentación basada en placa aligerada con casetón de
guadua. Para la zona No. 2 se previó la posible necesidad de
complementar la placa con pilotes de madera, pero no se podía
establecer su necesidad real ni la misma cantidad, lo cual sólo
podía determinarse una vez se conocieran las condiciones
reales del terreno al hacer las excavaciones correspondientes.

18) El 5 de noviembre de 1987 se culminó el estudio de suelos


definitivo y como resultado el asesor del proyecto en la materia
recomendó complementar la cimentación de la manzana No. 1
con utilización de pilotes de madera, elaborándose una placa
que incluyó 495 pilotes de madera, aprobado por la demandada.
Además, durante la ejecución de labores de excavación
correspondientes a la misma manzana se encontró que las
condiciones reales del terreno exigían cimentación con un
mayor número de pilotes de madera, situación que determinó la
necesidad de ejecutar numerosas obras adicionales y mayores
cantidades de obra de cimentación, excavaciones, rellenos,
obras exteriores y estructura, concluyendo en que se debieron
hincar 990 pilotes con cabezal de concreto reforzado y con
acero de refuerzo sobre pilote de dos metros lineales, con
sobrecostos totales de $3.473.910, por pilotes de madera y
$5.831.377.oo por cabezotas de concreto los cuales no fueron
reconocidos.

19) Al realizar las excavaciones de las manzanas 1 y 2 se


encontraron rellenos no previstos y para conseguir una
adecuada cimentación fue necesario removerlos para
reemplazarlos por rellenos de material de recebo compactado,
con sobrecostos no reconocidos por $5.722.277.oo.

20) Como resultado del estudio definitivo de suelos y el plano de


cimentación elaborado por el asesor del proyecto y aprobado
por la Caja fue necesario aumentar los espesores de la capa de
cimentación, lo cual arrojó una mayor cantidad de obra a cargo
del contratista, por valor de $4.256.737.65.

21) El 14 de abril de 1988 HORA LTDA., solicitó a la CAJA el


reconocimiento de los mayores valores de obra y obras
adicionales enunciadas anteriormente, pero la Caja negó tales
reconocimientos aduciendo en cuanto a las mayores obras en
energía y teléfonos, que conforme a los pliegos de condiciones,
estos ítems debían haberse incluido en la propuesta, sin tener
en cuenta que fueron producto de modificaciones que no podían
estar contenidas en ella, y, en cuanto al mayor valor por
cimentación, que el contratista debió ajustar su propuesta a las
posibilidades contenidas en el estudio de suelos que previó la
utilización de pilotes de madera y en lo dispuesto por el literal
C.3 de las normas básicas, aplicable a las alternativas I y II pero
no a la llI.

22) Al realizar las excavaciones fue necesario retirar unas raíces


de gran tamaño, dando lugar a la construcción de unos replanos
cuyo costo total fue de $1.471.122.oo. El reconocimiento de tal
suma fue solicitada el 29 de abril de 1989 y negada por la Caja.

23) Para el mes de junio de 1988 los hechos y actuaciones


derivados de la demora de las Empresas Públicas en la
aprobación de los planos y expedición de las licencias y las
exigencias de la Cala de efectuar gran cantidad de obras
adicionales y mayores cantidades de obra, hablan transformado
totalmente la programación de las obras determinando un atraso
de tres meses en desarrollo de la etapa de construcción de la
obra, razón por la cual el contratista solicitó a la Caja una
prórroga de 100 días en el plazo contractual, mediante
comunicación del 21 de junio de 1988.

24) El día 8 de agosto de 1988 las partes celebraron un nuevo


contrato adicional el No.057/88, por valor de $13.093.629.93
que tuvo por objeto la realización de algunas obras adicionales.
25) Para el 19 de septiembre de 1988, dado que la caja no habla
respondido la petición de prórroga, Hora Ltda. insistió
nuevamente y, como habían surgido nuevos inconvenientes
ajenos a su responsabilidad, le solicitó que la prórroga se
concediera por 120 días. Los nuevos inconvenientes
consistieron en:

a. El excesivo aumento de pilotaje;

b. La construcción de un “box Culvert" por parte de la Empresa de


Acueducto;

c. Las dificultades presentadas en el proceso de negociación de


servidumbres, indispensables para la salida de los colectores de
aguas lluvias y negras al canal de Torca;

d. El incumplimiento de la ladrillera Santafé en suministro de


labriblock, con el consiguiente retraso de la obra pues tal
material era insustituible para la construcción de las fachadas de
los edificios;

e. Los cambios ordenados por la Caja mediante memorando del


27 de agosto de 1988, en los acabados de pisos, cocinas, etc.,
sumados a las características de las nuevas obras;

f. La restricción de crédito bancario existente en el país durante


1988 que impidió a la contratista la consecución de los recursos
económicos necesarios para el cumplimiento de sus aportes;
g. La falta de servicio de agua entre el 24 de agosto de 1988 y el
24 de noviembre del mismo año debido a la construcción del
“box Culvert” de la calle 183.

25) Tanto la Junta Directiva como el Director de la Caja


encontraron justificada la petición de prórroga y el 14 de octubre
de 1988, las partes celebraron el contrato adicional No. 089/88
ampliando el plazo en 4 meses, es decir hasta el 2 de marzo de
1989.

26) Como una consecuencia más de la naturaleza de los suelos


y del estudio definitivo de los mismos, la contratista tuvo que
modificar el diseño estructural del tanque de concreto reforzado
con la creación de unos lastres en concreto ciclópeo,
ocasionando sobrecostos por $653.632.oo que tampoco fueron
reconocidos.

27) Los problemas descritos en relación con las servidumbres


generaron retraso en la programación contractual en lo
relacionado con las obras de urbanismo que debiendo culminar
en el mes de julio de 1988, sólo pudieron terminar el 4 de julio
de 1989, con recibo por parte de la Empresa de Acueducto. Por
tal razón fue necesario prorrogar el plazo de ejecución del
contrato en tres ocasiones a través de los contratos adicionales
012, 032 y 044 de 1989, de fechas 10 de febrero. 2 de marzo y
6 de junio de 1989.

28) En razón de la naturaleza de los suelos el contratista tuvo


que ejecutar mayores cantidades de cimentación del muro de
cerramiento con un sobrecosto de $2.290.675, no reconocidos.
29) En relación con el acabado de los edificios e instalaciones la
caja ordenó múltiples modificaciones, cuyos sobreprecios
ascendieron a $21.195.003, no cancelados (hecho 39).

30) Los retardos en el desarrollo de la obra generaron una mayor


permanencia en ella de 11 meses durante los cuales la
contratista tuvo que mantener todo su equipo humano y técnico
con costos directos de $31.718.614.05 e indirectos por
$62.282.115.oo.

31) Además de lo anterior, el demandante sufrió perjuicios


financieros resultantes de haber tenido que pagar los mayores
costos del contrato, acudiendo para ello a sus recursos y a
préstamos del sector bancario y extrabancario, incurriendo en
costos de oportunidad del dinero, pago por concepto de
intereses, gravámenes hipotecarlos para garantizar los
préstamos, costos de procesos judiciales y honorarios de
abogados.

32) En vista del grave desequilibrio financiero y a pesar de las


negativas de Caja a efectuar los reconocimientos, de la
demandante presentó el 22 de septiembre de 1989 una
reclamación para el reconocimiento de los perjuicios.

33) En reunión realizada el 27 de septiembre de 1989, se


suscribió el acta de finalización de la obra en donde la
interventoría dejó expresa constancia de que Hora Ltda., finalizó
los trabajos encomendados y la Caja las recibió a satisfacción.
34) Además de los costos directos e indirectos ya mencionados
Hora Ltda., sufrió perjuicios financieros resultantes de haber
tenido que pagar los mayores costos del contrato acudiendo a
recursos propios y préstamo del sector bancario y extrabancario.
Para establecer el valor del perjuicio financiero se debe partir del
monto del perjuicios principal que ascienden en total a
$179.657.563 que debe corregirse monetariamente entre
agosto de 1987 y la fecha de pago de la indemnización, además
del costo propiamente financiero que consiste en los intereses
que compensen a su vez los intereses pagados durante la
ejecución de la obra, suma que debe calcularse a una tasa
comercial tomando como fecha inicial la fecha de los
desembolsos que se iniciaron a finales de diciembre de 1987 y
terminaron a mediados de septiembre de 1989 con un promedio
que debe situarse en diciembre de 1988.

35) El día 28 de septiembre de 1989 las partes contratantes se


reunieron con el fin de efectuar la liquidación final del contrato.
Como para tal fecha la Caja no habla resuelto la reclamación
final formulada por la contratista, el acta suscrita en esa fecha
no contiene el reconocimiento de los valores reclamados, el
representante legal de Hora Ltda., la objetó con la nota “Queda
pendiente la reclamación 220-GE-021/89, radicada en la Caja
de Vivienda Militar en fecha Sobre. 22/89”. En razón de tal
circunstancia el contrato no fue liquidado.

36) Como respuesta a la reclamación final la Caja, mediante


oficio No. 01 1408 del 13 de octubre de 1989, la Caja contestó
que no le correspondía adoptar, contradecir o conceptuar sobre
su petición, considerando: a) que ya se habla firmado el acta
final de liquidación del contrato; b) que el acta de liquidación final
se ajustaba al procedimiento de ejecución y a los elementos
esenciales del contrato; c) que el régimen de contratación, las
condiciones generales y especificas de las áreas técnicas,
económica y financiera y las recomendaciones contenidas en la
propuesta, a juicio de la Caja, habían quedado perfectamente
establecidas y aceptadas por Hora Ltda.; d) que la firma Hora
Ltda. No había utilizado la oportunidad para formular consultas
sobre aquellos aspectos de las normas básicas en que pudiera
haber encontrado las dudas que le habían surgido al momento
de finalizar las obras; e) que la peticiones formuladas por Hora
Ltda. en su reclamación tratan sobre asuntos que se liquidaron
en el acta final y no puede introducirse otro tipo de contratación
con diferentes estipulaciones para el pago de los conceptos
reclamados que no corresponden a lo previsto en las etapas del
contrato cofinanciado; f) que el acta de liquidación final incluye
la ejecución de un presupuesto, programa de obra y previsiones
convenidas siguiendo un orden cronológico y coherente con el
propósito de lograr el objeto contractual; g) que las actas de
avance de obra y las de reajuste surtieron sus efectos
administrativos y fiscales, razón por la cual no admiten
modificaciones o adiciones.

37) Mediante comunicación 220-GE-1 13/89 del 8 de noviembre


de 1989, Hora Ltda. insistió en que se le resolviera la
reclamación, haciendo ver que se habla presentado antes de la
liquidación del contrato para que se tuviera en cuenta en ese
momento y, además,, que se habla firmado el acta de liquidación
dejando expresa constancia de su inconformidad por no
reconocer los valores contenidos en su reclamación con la cual,
de conformidad con la jurisprudencia, tenia la oportunidad de
insistir en su petición frente a la Caja, o acudiendo al juez del
contrato.

38) Con fecha 22 de diciembre de 1983 la Caja mediante oficio


No. 0183, dio respuesta reafirmando su posición de no resolver
la petición ante una supuesta incompetencia, absteniéndose de
restablecer el equilibrio financiero del contrato cuyo rompimiento
ocasionó inmensos perjuicios patrimoniales a la demandante.”
(fols. 168 a 259)

2. Intervención de la parte demandada

La entidad demandada contestó la demanda en oportunidad[1],


mediante escrito en el que se opuso a las pretensiones de la
demanda, reconoció como ciertos algunos hechos, negó otros y
aclaró el contenido de los restantes. Manifestó que: en la etapa
precontractual el contratista tuvo oportunidad de conocer las
condiciones general y especiales del plan a los cuales se acogió
al presentar su propuestas; en las normas básicas del contrato
se dispuso que la Caja no reconocería mayores costos por
circunstancias imprevistas del suelo o replanteamientos en los
diseños de cimentación o estructura; el contratista en el numeral
7, cláusula 8ª se obligó a ejecutar las obras en un todo de
acuerdo con las especificaciones particulares ofrecidas y
discriminadas; las normas que invocó el actor para sustentar sus
peticiones no tienen nada que ver con el contenido de la
demanda; no existió violación de normas constitucionales ni
legales puesto que la entidad cumplió todas las prestaciones
que tenía a su cargo.

Propuso las “excepciones” de falta de causa en las


pretensiones, pago de lo no debido, falta de competencia del
Tribunal y caducidad de la acción. (fols. 154 a 162)

3. Sentencia apelada.

El Tribunal negó las súplicas de la demanda con fundamento en


las siguientes consideraciones:

1) En relación con la mayor permanencia en la obra por 10


meses; afirmó que debió generar sobrecostos al contratista por
administración y utilización de maquinaria, pero no se acreditó
que sus causas no fuesen imputables al contratista. “La caja de
vivienda militar cumplió el contrato en los términos pactados y a
ella no son atribuibles las causas de la prolongación del término
de ejecución y, por tanto, estas sólo pudieron tener origen en la
conducta del mismo contratista y en hecho imprevistos o
imprevisibles para las partes.” (fol. 613 c.ppal.).

Al respecto dijo:

a. La morosidad de la administración Distrital en la expedición de


autorizaciones y licencias era un hecho previsible, que el
contratista asumió cuando propuso un menor plazo y que no
produjo mayores contratiempos porque el contratista inicio las
obras sin las licencias, puesto que el retraso presentado fue a
causa de la escasez de personal.

b. Si bien es cierto que se probó la construcción del box culvert por


la empresa de acueducto y que ello generó demoras, el mismo
no tiene la virtualidad suficiente para justificar las prórrogas que
se produjeron.

c. La obtención de las servidumbres era un evento previsible para


el contratista, pues “es evidente que quien va a construir una
urbanización debe prever todas las condiciones necesarias para
la instalación y correcto funcionamiento de los servicios de
acueducto y alcantarillado y con ellos la necesidad de hacer las
diligencias pertinentes..” (fol. 615 c.ppal.).

d. La construcción de obras “adicionales” en la cimentación y


estructura pudo generar retrasos “pero no se demostró cual fue
su incidencia en el desarrollo total de la obra y, por otra parte,
dentro de la primera etapa del desarrollo contractual en que se
debía ejecutar tal parte, los períodos de atraso respecto al
programa fueron mínimos según se desprende del libro de obras
y los informes mensuales sobre su desarrollo, siendo así que
sólo en la última etapa del contrato se pidió la primera
prórroga...” (fol. 616 c.ppal.).

e. La demora en el suministro de ladriblock se probó, pero no la


proporción, ni la incidencia en la obra porque se podían
adelantar otros frentes de la misma.
2) En relación con los ajustes de las actas, explicó que se
realizaron de conformidad con lo acordado en el contrato, las
actas se suscribieron sin objeción alguna y su modificación
implicaría un desconocimiento del contrato.

3) Respecto de las mayores cantidades de obra y obras


adicionales, señaló que la viabilidad de estas peticiones está
limitada por la naturaleza del contrato y el sistema de pago
acordado.

En esa dirección, anotó que el contrato se acordó bajo el sistema


de precio global, toda vez que la entidad se obligó a pagar al
contratista el valor inicial de $641.797.731 con reajuste por
avance de obra, a cambio de lo cual el primero debía lograr la
elaboración y aprobación del proyecto, tramitar la licencia,
construir 201 apartamentos, obras de urbanismo,
complementarios e instalaciones de servicios, con tradición del
dominio del lote donde se construiría la urbanización y la entrega
definitiva de las construcciones a la Caja.

Por tratarse de un contrato sometido a ese sistema, no resulta


procedente invocar mayores cantidades de obra u obras
adicionales, porque el contratista asumió la ejecución y entrega
de las obras a cambio de un precio predeterminado.

Además de lo anterior, en el numeral C 3 de las normas básicas


del contrato se dispuso el no reconocimiento de mayores costos
por circunstancias imprevistas del suelo o replanteamiento en
los diseños.
4) No es dable el reconocimiento de sobrecostos financiero o
costos de oportunidades porque esta pretensión estaba
condicionada a la prosperidad de las anteriores. (fls. 563 a 621
c. ppal)

4. Recurso de apelación

Fue interpuesto por la sociedad demandante con el objeto de


que se revoque la sentencia y en su lugar se acceda a las
súplicas de la demanda.

Afirmó que en la sentencia impugnada se violaron normas


legales que regulan los efectos de la falta de contestación de la
demanda y de la falta de asistencia a la audiencia de
conciliación; invocó la ocurrencia de indicios graves en contra
de la entidad y de confesión respecto de los hechos imputados
a la misma, respecto de los cuales guardó silencio.

Adujo que la providencia carece de una adecuada valoración de


la prueba, que el Tribunal omitió considerar el comportamiento
omisivo y negligente de la entidad; que el a quo a pesar de que
encontró probados los hechos que determinaron las prórrogas
del contrato, no los consideró acreditados como causas del
desequilibrio financiero del contrato imputables a la entidad.

Explicó que en el expediente hacen falta documentos que


reposan en la entidad, que fueron pedidos como prueba,
requeridos a la demandada y negados por ésta en forma
injustificada.
Reiteró lo expuesto en anteriores oportunidades procesales, que
la disposición contenida en el literal C 3 de las normas básicas,
en la que consta que la Caja no reconocería mayores costos por
circunstancias imprevistas, no le era aplicable porque el propuso
dentro de la alternativa III, que exigía un anteproyecto
arquitectónico y un estudio preliminar de suelos, información con
la cual no le era posible establecer las circunstancias
imprevistas que normalmente se presentan al momento de la
excavación. Explicó que la referida cláusula era violatoria
del artículo 868del Código de Comercio que regula la
imprevisión y determina la revisión del contrato cuando las
circunstancias imprevistas hacen excesivamente onerosa la
ejecución de las prestaciones contractuales.

Insistió en que la entidad modificó el objeto del contrato cuando


dispuso la construcción de 181 apartamentos, a cambio de los
178 apartamentos y los 9 locales inicialmente acordados; como
también cuando ordenó la construcción de 20 apartamentos
adicionales para un total de 201 apartamentos.

Afirmó que las demoras en la expedición de las licencias y


autorizaciones imputables a las entidad competentes deben
analizarse bajo los fundamentos del hecho del príncipe y no
como circunstancias imputables a la imprevisión del contratista.

Explicó que la reubicación de los edificios determinó que una


parte de los mismos quedara en un sector del predio en el que,
ni el estudio preliminar de suelos ni el definitivo, hubieran
permitido prever la presencia de grandes cantidades de
escombros y de raíces de árboles en el subsuelo.

Manifestó que el Tribunal no valoró importantes declaraciones


de personas conocedoras y expertas en el tema de suelos y
estructuras, quienes manifestaron que el estudio definitivo de
suelos ocasionó cambios importantes en el diseño estructural de
las placas de cimentación, que determinó el aumento de la
cantidad de obra y por ende un mayor tiempo de ejecución;
además explicaron que un estudio preliminar de suelos en zonas
heterogéneos, como las presentadas en el caso concreto, no
permite definir adecuadamente lo que va a ocurrir en el proyecto
y agregaron que la elaboración del proyecto arquitectónico
definitivo es condición para elaborar un estudio definitivo de
suelos.

Con fundamento en lo anterior el recurrente afirma que no se


puede imputar imprevisión a la demandante cuando la entidad
invitó a contratar en la alternativa III con un estudio preliminar de
suelos, como tampoco aplicar la previsión C 3 de los pliegos
porque fue la entidad la que abocó a su contratista a situaciones
imprevisibles, para luego negárselas.

Dijo que resultaba inexplicable que el Tribunal hubiese negado


las pretensiones de restablecimiento, no obstante haber
encontrado acreditada la mayor permanencia en lo obra y haber
considerado que tal circunstancia debió generar mayores costos
al contratista y determinar el desequilibrio financiero del
contrato. No tuvo en cuenta el tribunal que las prórrogas se
produjeron por causas no imputables al contratista, al tal punto
que fueron aceptadas por la entidad como causas justificativas
de la prórroga.

Respecto de las demoras generadas por el trámite de las


servidumbres necesarias para realizar las obras de acueducto y
alcantarillado, manifestó que no eran imputables al contratista,
sino a la entidad, toda vez que fue diligente en esa gestión, a
pesar de los límites propios de su condición particular. Informó
que mediante oficio del 8 de noviembre de 1988 solicitó a la
entidad intervenir en la obtención de las servidumbres, mediante
el ejercicio de sus facultades legales y reglamentarias y en
consideración a su calidad de dueño del predio.

Reclamó la adecuada valoración del dictamen pericial solicitado,


decretado y practicado legalmente en el proceso, con
fundamento en que el mismo no se realizó dentro de la
inspección judicial a los libros y archivos correspondientes,
conforme se había solicitado y decretado, porque el día de la
inspección el Tribunal lo consideró innecesario. Adujo que si el
Tribunal descartó la inspección judicial porque era innecesaria,
como es que ahora desecha el dictamen porque carece de
fundamentos?

Finalmente solicitó tener en cuenta la valoración del perjuicio


realizada por los peritos, según la cual el daño emergente, a la
fecha del dictamen, corresponde a la suma de $3.630’315.518.
(fols. 623 a 647 c. ppal)

5. Escritos finales
En la oportunidad para alegar de conclusión las partes
guardaron silencio, en tanto que la Procuradora Segunda
Delegada ante la Corporación rindió concepto mediante escrito
en el que solicitó confirmar la sentencia apelada.

Afirmó que el contrato celebrado es de cofinanciación, privado


de la administración, sometido al derecho privado, pactado a
precio global, “es decir que el contratista se obligaba a ejecutar
la totalidad de la obra, sin consideración al valor unitario de los
ítems que conformaban la propuesta.” (fol. 675 c.ppa.).

Explicó que en consideración a tal naturaleza, en principio, no


resulta procedente una remuneración adicional por el aumento
de las cantidades de obra inicialmente proyectadas, puesto que
el contratista se obligó a ejecutar todas las obras y labores
necesarias para cumplir con el objeto como contraprestación al
precio pactado. Sin embargo, precisó, el reconocimiento sería
procedente si las mayores cantidades de obra obedecieron al
ejercicio del poder de modificación unilateral del contrato o a un
hecho imputable a la administración, puesto que en estos
eventos sería viable la pretensión fundada en las mayores
cantidades de obra.

Afirmó que en el caso concreto el demandante no probó que las


mayores cantidades de obra se hubiesen originado en actos o
hechos imputables a la entidad, explicó que la circunstancia de
que para ofertar sólo se le hubiera exigido un estudio preliminar
de suelos, no eximía al proponente de prever la utilización de un
sistema de cimentación adecuado, sobre todo si en el mismo
estudio preliminar se vislumbraba tal posibilidad.

Agregó que en el numeral C 3 de las normas específicas de


promoción, se dispuso que la Caja no reconocería mayores
costos por circunstancias no previstas del suelo o
replanteamientos en los diseños, norma que resulta aplicable a
todas las alternativas de contratación porque no contiene
exclusión o diferencia alguna. Dijo que resulta contrario al
principio de buena fe, que el contratista, después de haber
contratado sin reparo alguno, pretenda desconocer las reglas a
las que se sometió.

En relación con la mayor permanencia en la obra, señaló que el


contratista no demostró que las causas que la generaron fueren
imputables a la entidad, puesto que la morosidad de la
administración Distrital en el trámite de la licencia de
construcción no entorpeció la ejecución del contrato, porque la
misma se adelantó aún sin la misma. Agregó que la construcción
del box colbert, si bien fue un hecho imprevisto que pudo
ocasionar dificultades, estas no se probaron en el proceso.
Igualmente señaló que las demoras en la tramitación de las
servidumbres, se presentaron por la falta de previsión del
contratista, quien debió ajustar su conducta a los dispuesto en
la cláusula C3, según las cual debía prever las necesidades
técnicas exigidas por las empresas de servicios públicos para
garantizar un perfecto funcionamiento de los mismos; máxime
cuando mediante oficio del 19 de marzo de 1987 la Empresa de
Acueducto y Alcantarillado requirió al contratista para que
presentara el detalle de la entrega al canal de Torca y al colector
de la calle 183, para todos los desagues. (fol. 231 c. 3).

De igual manera consideró que la demora en el suministro de


ladriblock por el fabricante es un evento que debió manejar con
este y no con la entidad; que las restricciones en los créditos
bancarios que invocó no es imputable a la entidad sino a su falta
de previsión y que el ajuste de precios se hizo conforme a la
cláusula que pactó, que es claramente aplicable mientras no sea
declarada nula.

Finalmente concluyó:

“la parte actora no acreditó que la mayor permanencia en la obra


se haya debido a las razones aducidas en la demanda y, por el
contrario, en el proceso se encuentra probado con las
anotaciones hechas en el libro de obra y con los informes de la
interventoría que la demora en la ejecución de las obras se debió
a hechos imputables exclusivamente al contratista, como son la
falta de personal suficiente y de la maquinaria requerida, la
necesidad de corregir deficiencias técnicas por requerimiento de
la interventoría y fallas en los suministros de los subcontratistas.
(fols. 658 a 684 c. ppal).

CONSIDERACIONES

El demandante pretende la revocatoria de la sentencia apelada


con el objeto de que se acceda a las súplicas de la demanda;
fundó su solicitud básicamente en que: no se realizó una
valoración adecuada de la prueba; no se tuvo en cuenta que la
falta de contestación de la demanda y la inasistencia a la
audiencia de conciliación permiten tener por acreditados hechos
en los que se funda la demanda mediante la confesión y el
indicio grave en contra del demandado; se probó el desequilibrio
financiero del contrato por causas no imputables al contratista;
la Caja incumplió obligaciones derivadas del contrato estatal; se
causaron graves perjuicios al contratista por mayor cantidad de
obra, mayor permanencia en la obra, inadecuados reajustes de
precios; y sobrecostos financieros.

Para definir la cuestión planteada la Sala desarrollará los


siguientes capítulos: 1) Hechos probados; 2) La naturaleza del
contrato celebrado entre las partes; 3) La teoría del equilibrio
financiero del contrato estatal y 4) El desequilibrio financiero
invocado en el caso concreto.

1. Hechos probados

La Sala advierte que para definir los hechos que se relacionan


a continuación se valoraron los documentos auténticos
aportados por las partes, las declaraciones rendidas ante esta
jurisdicción y los dictámenes periciales rendidos en el proceso.

Así mismo precisa que no son de recibo los argumentos del


demandante que tienen por objeto considerar probados los
hechos en que sustentó sus pretensiones, con fundamento en
el comportamiento procesal de la parte demandada, porque la
entidad demandada sí contestó oportunamente la demanda
inicial (fol. 161) y la no contestación en tiempo de su adición no
le resta el valor jurídico atribuido a la primera intervención del
demandado.

Normas básicas del plan[2]

La Caja de Vivienda Militar, mediante resolución N° 767 del 8 de


mayo de 1987 dispuso la apertura de la promoción No. 002-
CVM-87, con el objeto de recibir ofertas que incluyeran lote,
proyecto y la construcción de hasta 350 soluciones de vivienda,
conforme a las normas básicas contenidas en el pliego
elaborado para tales efectos, de cuyo texto se destacan los
siguientes apartes:

- La propuesta debe tener por objeto la construcción de un


mínimo de 100 y un máximo de 350 viviendas en lote de
propiedad del oferente, dentro de las siguientes alternativas:

I) Proyecto aprobado por la oficina de Planeación Distrital con


licencia de construcción vigente expedida por la secretaria de
Obras Públicas del Distrito, para iniciar en forma inmediata el
proceso de construcción de la obra, en un plazo máximo de 12
meses.

II) Proyecto aprobado por la oficina de Planeación Distrital con


Licencia expedida por la secretaria de Obras Públicas del
Distrito y obra en proceso de construcción, indicando el
porcentaje de adelanto para la cual se propondrá un término de
ejecución de 12 meses.
III) Proyecto en trámite de aprobación; en este caso debe contar
por lo menos con el plano topográfico aprobado y con la
respuesta del Departamento Administrativo de Planeación
Distrital a la consulta previa para urbanizar, en donde las
Empresas de Servicios Públicos de Bogotá indiquen que el
predio cuenta con posibilidad de servicios. Se debe indicar
claramente el estado del trámite, el tiempo previsto de
conclusión de cada una de las etapas pendientes.“Para esta
alternativa se propondrá un término máximo de cuatro (4) meses
hasta obtener la licencia de construcción y máximo de 12 meses
para llevar acabo la construcción”. (Fol. 200 Cuad. 4).

- A. NORMAS GENERALES.

A.1 PLAN COFINANCIADO. DEFINICIÓN

“Es la participación directa de capital privado en la realización


de los programas de vivienda que adelante la Caja de Vivienda
Militar con destino a los afiliados - adjudicatarios de la misma
entidad.”

A. 24. (...)

“Los contratos se adjudicarán a los proponentes favorecidos por


el valor de sus respectivas ofertas por unidad de vivienda y con
el término de ejecución incluido en la misma propuesta, siempre
y cuando se encuentren dentro de las condiciones establecidas
en estas normas básicas.”
A.28 PRESENTACIÓN DE DOCUMENTOS
PRECONTRACTUALES

Para la alternativa III se exigió la presentación, entre otros, de


los siguientes documentos que debía aportar el oferente
favorecido, una vez le fuera notificada la resolución de
adjudicación:

ESTUDIOS TÉCNICOS.

a. Estudio de suelos y recomendaciones de cimentación.

b. Cálculos estructurales y memorias de cálculo.

c. Planos de instalaciones hidráulicas y sanitarias (redes interiores


y exteriores).

d. Planos de instalaciones eléctricas y telefónicas.

Todos los planos anteriormente enumerados, deberán estar


aprobados por las diferentes empresas de servicios públicos de
Bogotá y Planeación Distrital. Y debidamente respaldados con
la firma y matrícula profesional de quien los ejecutó.

Si la alternativa ofrecida y favorecida para la celebración del


contrato es la de un proyecto (alternativa III), el Cofinanciador se
compromete desde ahora a la presentación de los documentos
señalados anteriormente, obtener su aprobación por la
autoridad competente y licencia de construcción en el plazo
establecido en el contrato para llevar a cabo esta actividad y su
no cumplimiento por causas imputables al Cofinanciador, dará
lugar a la imposición de multas o a la declaratoria de caducidad
administrativa del contrato” (Subraya la Sala, fol. 213 C. 4)

B NORMAS ESPECÍFICAS

(...)

B.2 VALOR JURÍDICO DEL CONTRATO INTEGRADO

“Debe entenderse que el contrato contiene la normativa general,


fundamento de las obligaciones, para llegar al cumplimiento
exacto de su objeto.

Los anexos, trátese de planos, gráficos, dibujos o similares,


como también las normas básicas, presupuestos, .......son
extensión de estas cláusulas, son preceptos del convenio
contractual y surten el efecto jurídico que aquellas tienen en
caso de duda, interpretación, incompatibilidad, desacuerdo o
situación semejante que se presente en el desarrollo de la obra
y ejecución del contrato, se preferirá, adaptará o aplicará lo mas
favorable al cumplimiento del objeto del mismo, sin mengua en
el equilibrio económico financiero del programa
cofinanciado.”(Subraya fuera del texto)

B. 3. NORMAS DE LA OFICINA DE PLANEACIÓN DISTRITAL


Y DE LAS EMPRESAS DE SERVICIOS DE BOGOTÁ D.E.

(...)

“El proyecto contemplará todas las “OBRAS DE URBANISMO”


necesarias para la instalación y suministro de los diferentes
servicios públicos. En caso que en la actualidad falte por
construir algún tramo de estas obras, la propuesta debe incluir
su costo y la construcción, entendiéndose con esto que la Caja
recibirá las viviendas con los servicios públicos instalados y en
perfecto funcionamiento” (Fol 217 C. 4).

(...)

B. 7 DERECHOS POR SERVICIOS PÚBLICOS

“El valor de los derechos que cobren las empresas de servicios


públicos por concepto de instalación, empates, conexiones de
acometidas de acueducto, energía, teléfonos (excluida la
ejecución material de la obra), serán sufragados directamente
por la Caja, y por lo tanto el Cofinanciador no puede reclamar
ningún derecho al porcentaje de AIU sobre estos costos.”

(...)

NOTA

“El valor del capítulo de los estudios técnicos, el valor del terreno
y el valor entregado como antició al cofinanciador no son
reajustables” (fols 220 a 224 c. 4)

(...)

c.2 DOCUMENTOS INTEGRANTES DE LA PROPUESTA


1. Presupuesto diligenciado en formato anexo, por capítulos,
valores por capítulos, valor total, valor de la oferta globalmente
considerada y valor por unidad de vivienda.

El valor de la oferta se resaltará claramente en letras y en


números.

El presupuesto debe ser firmado por el proponente.

El valor del lote, debe obedecer a una oferta sobre precios


reales........

Igual cuidado debe tenerse en el valor propuesto para los


diseños y estudios técnicos correspondientes.

Finalmente, el valor presupuestado por unidad de vivienda, debe


consultar las condiciones socio económicas del grupo a quien
va dirigido el plan de vivienda, principalmente, en lo que hace
relación a la capacidad de endeudamiento y pago de un
suboficial de las fuerzas militares o de la Policía Nacional; para
ello la Caja ha estimado un costo inicial por unidad de vivienda
entre $2’800.000 y $3’300.000.”

2. (...)

si la oferta es sobre la alternativa III, se especificará el estado


actual de desarrollo y/o trámite de los estudios técnicos e incluirá
en el cronograma de actividades el tiempo que le tomará su
ejecución, aprobación y entrega (máximo cuatro meses).

(...)
16. Plano con levantamiento topográfico aprobado.

17. Estudio de suelos preliminar para quienes presenten oferta


sobre la alternativa III.

C.3 ASPECTOS TÉCNICOS.

Los aspectos técnicos que se incluyen a continuación, son los


mínimos que deben contener las ofertas y deben ser
complementado por el oferente de acuerdo con las exigencias
de las presentes normas básicas.

Los diseños, estudios técnicos y finalmente la construcción, se


realizarán conforme a las disposiciones de las diferentes
Empresas Distritales de Servicios Públicos, como también a las
contenidas en el Decreto 1400 de 1984 (Código de
Construcciones Antisísmicas)

Los oferentes deben haber estudiado las condiciones del suelo


donde se levantará la construcción y determinado el tipo de
cimentación y estructura a utilizar, entendiéndose con esto que
con posterioridad a la aceptación de la propuesta, la Caja no
reconocerá mayores costos por circunstancias imprevistas del
suelo o replanteamientos en los diseños de cimentación o
estructura, requeridos para garantizar a cabalidad la estabilidad
de la constitución. Igualmente deben prever las necesidades
técnicas exigidas por las Empresas Distritales de Servicios
Públicos para garantizar un perfecto funcionamiento de los
servicios hidráulicos, sanitarios, eléctricos y telefónicos para
todas y cada una de las viviendas” (Subraya la Sala; fol. 231 C.
4).

Se indican también en este capítulo las condiciones mínimas de


la solución individual y las especificaciones de acabados;
respecto de estas últimas se solicitó indicar en documento
anexo “todas y cada una de las especificaciones particulares de
construcción a utilizar, detalladas ítem por ítem e indicando la
calidad, marca y referencia correspondientes.”(fol. 232 c.4).

En relación con el PRESUPUESTO se dispuso presentarlo


tomando como base la unidad de vivienda, “pero para efectos
de los pagos parciales de avance de obra (los cuales se
calcularán y liquidarán por porcentajes), reajustes y otros pagos
contractuales, el proponente presentará un presupuesto
despiezado por capítulos según la siguiente relación:: Obras de
Urbanismo, Estudios Técnicos, Cimientos, Pisos, Mampostería,
Estructura, Cubiertas, Pañetes, Acabados, Obras exteriores,
Limpieza General, Retiro de Sobrantes y Lote. (fols. 234 y 235
c. 4).

Se dispuso un formato para la presentación del presupuesto, por


unidad de vivienda, con los 17 items arriba mencionados y lo
siguiente:

Total costo directo

AUI (%)

Sub total
Valor del terreno

Valor total de la oferta

Valor total por unidad de vivienda (fol. 237c. 4).

- La Caja formuló invitación para participar mediante avisos


publicados en diarios de la capital, los días 23 y 28 de mayo de
1987; 11 personas retiraron las normas básicas y se formularon
3 propuestas dentro de la alternativa III del pliego. (fols. 3, 81 y
82 c. 4).

La propuesta de Hora Ltda..

El 9 de julio de 1987 la sociedad Hora Ltda. presentó propuesta


en la que incluyó un valor inicial por unidad de vivienda de
$3.163.108, para un total por 181 soluciones de $572.522.510;
a un plazo de 14 meses, que comprendía “los tiempos de
elaboración del proyecto, aprobación y obtención de licencia de
construcción, ejecución final de la obra y entrega de la misma a
la Caja.”

Propuso, en síntesis, lo siguiente:

1) Un lote ubicado entre la calle 183 y las carreras 36ª y 37, que
no cuenta con vías de acceso totalmente desarrolladas, pero
con perspectivas de desarrollo por la construcción de la avenida
San Antonio que conectaría la avenida 7 con la autopista norte.

2) Un conjunto de 2 agrupaciones de edificios de 5 pisos, con


tres apartamentos por piso, para un número de 178
apartamentos y 9 locales (éstos últimos con un área equivalente
a 3 apartamentos), zonificadas alrededor de un parque de
cesión tipo A, con parqueaderos a nivel de terreno y obras
necesarias para su normal funcionamiento.

3) Areas por unidad entre 64,20 y 66,40 metros cuadrados, para


un área promedio por apartamento de 64.75 metros cuadrados
y un valor por inmueble de $3’163.108.

4) No especificó área privada por apartamento.

5) Propuso un valor total de $572.522.510; de los cuales son


$413’831.000 por costo directo; el 21% por AIU, $19’500.000
(3,4% del total) por costo de estudios técnicos; y $52.287.000
por valor del terreno. (fols. 51 c. 4, 6 y 7 c. 3).

6) En relación con las especificaciones de construcción consta


en la propuesta:

4. Descapote.(Incluye retiro de sobrantes) Antes de iniciar los


trabajos de cualquier tipo de construcción o de relleno de tierra,
el terreno natural se despojará de todos los elementos extraños,
tales como escombros, residuos, malezas etc y se ejecutará el
descapote teniendo el cuidado de dar la profundidad necesaria
para extirpar raíces, troncos y demás elementos extraños que
estorban el desarrollo de la construcción

(.....)
Cuando las especificaciones del terreno así lo aconsejen, la
Caja de Vivienda Militar podrá ordenar modificaciones en la
profundidad o área de descapote.

(...)

5. Excavaciones para cimentación.

Las dimensiones de las excavaciones se determinan en los


planos y detalles del proyecto de acuerdo con previo estudio de
suelos.

(......)

Cuando las excavaciones sean muy profundas se tomarán las


medidas tendientes a evitar derrumbes que ocasionen
accidentes de trabajo.

El contratista deberá prever condiciones climáticas, de


consistencia del terreno y de profundidad de excavaciones ya
que cuando se presenten condiciones extremas en forma que
hagan necesarias el uso de entidades o equipos de bombeo la
Caja no reconocerá obra adicional o reajustes por tales
conceptos

(...)

Cuando el terreno presente condiciones de resistencia que no


correspondan a la cimentación proyectada, el Constructor y el
Interventor... podrán en conocimiento de la División técnica esta
novedad con el fin de que sean adoptadas nuevas soluciones,
absteniéndose de ejecutar cimentaciones o profundizar
excavaciones en tales sitios, hasta tanto la División Técnica
suministre los nuevos diseños o que el Constructor presente
nueva solución a la Caja..., cuando se trate de un plan
presentado por él mismo.

(...)

Antes de fundir o cargar cualquier cimiento, el CONTRATISTA


dará aviso a la Interventoría, para que ésta le de el visto bueno
a las excavaciones, agregados, armaduras, formaleta, etc. El
acabado final de cimentación debe ser Horizontal”

(...)

8. Movimientos de Tierra

Esta especificación se refiere a la remoción y retiro, por medios


manuales y/o mecánicos de toda la tierra, roca o conglomerado
necesarios para obtener los niveles previstos en los planos. El
constructor será responsable de los procedimientos que para
esta actividad proponga la Caja...

El terreno se debe dejar nivelado, cumpliendo con las cotas


previstas en los planos...” (Resalta la Sala, fols. 270 a 298 c.3).

- De los documentos integrantes de la propuesta de Hora Ltda.


se destacan los siguientes:

1) Comunicación 394750 del 19 de marzo de 1987, en el cual la


Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá define los
datos técnicos y especificaciones que habrán de cumplirse para
el proyecto de alcantarillado de la Urbanización Pepita Norte.-
Etapa I.

En relación con las aguas negras, indica la localización de las


tuberías y agrega: “Los urbanizadores además del área propia
deberán considerar las áreas indicadas en las planchas y
desaguar en la forma señalada en las mismas, entregando el
área señalada al colector de 36’’ existente por la calle 183, el
cual deben investigar en el terreno. El resto del área debe
entregar a un colector que proyectaran por la calle 185 para
entregar finalmente al futuro inteceptor derecho de Torca.
Provisionalmente, pueden entregar al zanjón de Torca, el cual
deben investigar en el terreno. (Negrillas de la Sala; fol. 231.
c.3).

Respecto de las aguas lluvias se indican los elementos


necesarios, las especificaciones y la localización de las tuberías
“por el eje de las vías excepto en las avenidas de mas de 15.000
metros donde irán a 5.50 mts. de paramento. Los interesados
deberán recibir las áreas indicadas en las planchas a las cotas
y tiempos de concentración anotadas y desaguar en la forma
señalada en la misma, a un colector que proyectarán por la calle
185 el cual deben tener a la altura de la carrera 36 una cota
clave de 19,65 y el cual conectarán al proyecto del canal de
Torca según las cotas y sección que se indican. Deben
presentar el detalle de la entrega al canal de Torca y al colector
de la calle 183. Para todos los desagues por fuera de la
Urbanización deben conseguir los permisos y servidumbres que
sean convenientes.” (fols. 231 y 232 c.3).

2) Comunicación del Departamento Administrativo de


Planeación Distrital del 18 de junio de 1984, en el que se informa
que el plano de la Urbanización La Pepita Norte fue aceptado y
se definen condiciones para continuar con la tramitación. (fols.
309 y 310 c. 3).

3) Estudio preliminar de suelos y análisis de cimentaciones, del


21 de noviembre de 1985, en el que se afirmó: “En el caso de
que al efectuar el análisis detallado de los asentamientos se
encontraran valores elevados sería necesario complementar la
cimentación con los pilotes mencionados. En la zona 1 la
presencia de rellenos y materiales orgánicos hasta
profundidades entre 1.8 y 4.4 metros bajo el nivel 0.0 obliga a la
utilización de pilotes en la mayor parte de los casos. .......Para
edificios dependiendo de la magnitud de sus cargas se podrían
utilizar pilotes cortos del mismo tipo que los escogidos para las
casas o podría ser necesario recurrir a pilotes con mayor
longitud y diámetro.” (fol. 319 c.3)

En la parte final del documento el Ingeniero que lo realizó ofreció


ampliar la información “sobre el sistema de cimentación para el
tipo de estructura que ustedes escojan” (fol. 320 c.3)

4) Oficio del Departamento Administrativo de Planeación


Distrital en el que expuso las especificaciones y requisitos
necesarios para la urbanización del predio La Pepita Norte,
Etapas 1 y 2. Manifestó que era un área de actividad residencial,
con tratamiento de desarrollo progresivo y etapa de fundación
mejorada; definió los requisitos para la obtención de los
servicios básicos, las vías, las normas urbanísticas, lo relativo a
la cesión de zonas verdes y comunales, a estacionamientos,
normas específicas y demás requisitos que deben cumplirse
para la obtención de la licencia y el permiso de venta. (fols. 323
a 330 c.3).

5) Mediante oficio del 19 de junio de 1987, la Caja respondió


interrogantes formulados por algunos proponentes que
consideraron muy corto el plazo dispuesto para la obtención de
la licencia de construcción en el evento de contratación III;
explicó que ese plazo correspondía a un estudio teórico
realizado previamente teniendo en cuenta las demoras de los
trámites en las entidades distritales y que se ajustaba a una
actuación diligente; agregó: “No obstante la Caja a través de la
División Técnica o según el caso a quien corresponda está en
capacidad de valorar casos de fuerza mayor o imponderables
como también la responsabilidad imputable al contratista” (fols.
339 ss c. 3).

Evaluación de las propuestas.

a. El comité de evaluación consideró que la Sociedad Hora Ltda


presentó buena zonificación del lote y ofreció trámites
adelantados, porque “se encuentran aprobados el plano
topográficos, consulta previa, los datos técnicos de las
empresas públicas y el proyecto definitivo de energía y
teléfonos.” (fol. 7 c. 4).
b. En relación con el estado del proyecto, la sociedad demandante
obtuvo 7 puntos de los 10 posibles para quien presentara un
proyecto aprobado, con obra ejecutada en un 50% o más,
porque “presentó ofertas con proyecto en trámite de aprobación”
(fol. 9 c.4)

c. En cuanto al aspecto técnico obtuvo el máximo puntaje por la


ubicación del lote; un puntaje regular por el diseño
arquitectónico y un puntaje regular por las especificaciones
particulares de construcción.

d. Respecto de los factores económicos obtuvo por valor inicial por


metro cuadrado, 13.12 puntos de un máximo de 15; por
programas de barras, el puntaje máximo de 5 puntos; por plazo,
el máximo de 5 puntos; por área unidad, el máximo de 10 puntos
y por valor del terreno, el máximo de 5 puntos.

e. En relación con la capacidad del oferente, obtuvo el máximo


puntaje de 10 puntos.

f. La sociedad Hora Ltda. obtuvo un puntaje total de 86,87 sobre


100, superando a la otra oferta mejor calificada. (fols. 10 a 11
c.4).

g. El jefe de sección de interventoría observó, a propósito de la


propuesta que: “VI. Las especificaciones presentadas están
dentro de las exigencias de la Caja..., aunque no son muy claras
en el capítulo de pisos y cocinas, no especifica closets y
calentadores. (...) VIII. En caso de resultar favorecida la
propuesta, sería recomendable una revisión detallada de
especificaciones técnicas, presupuesto e incluso el diseño
mismo para lograr de esta manera el óptimo aprovechamiento
de un lote como el propuesta en esta oferta. Una vez revisado
el estudio de suelos, se encontró que el sistema de cimentación
propuesto coincide con las recomendaciones del estudio técnico
en mención.” (fols. 51 y 53 c.4).

h. El 22 de julio de 1987 la Junta Técnica de la Caja recomendó


adjudicar el contrato a las sociedades que ocuparon el primero
y segundo lugar, esto es, a Hora Ltda.. y Asucol Ltda..,
respectivamente. (fol. 80 c.4).

El contrato y su ejecución.

1) El 1º de septiembre de 1987 la Caja de Vivienda Militar y la


sociedad Viviendas y Construcción de Hormigón Armado Ltda.
Hora Ltda., suscribieron el contrato No. 036 que tuvo por objeto
“Adelantar un programa cofinanciado de vivienda consistente en
la elaboración, aprobación del proyecto, trámite de la licencia,
construcción de 181 apartamentos, obras de urbanismo,
complementarias e instalación de servicios, con tradición de la
propiedad del lote en el cual se construirá el proyecto a favor de
la Caja de Vivienda Militar”.(cláusula primera; fol. 264 c. ppal).

El plazo se fijó en 14 meses discriminados así: 1) Tres meses


calendario a partir de la fecha de perfeccionamiento del contrato
“para la elaboración y aprobación del proyecto urbanístico de
181 apartamentos, obras de urbanismo y complementarlos y
trámite de la licencia de construcción”. 2) Once meses contados
“a partir de la fecha del acta de iniciación de la obra para la
construcción y entrega de las mismas a la Caja, totalmente
terminadas”. (fol. 265 c.ppal).

Se acordó que tales plazos podían prorrogarse mediante


contrato adicional, “unilateralmente cuando la Caja lo considere
conveniente o si el cofinanciador lo solicita entre treinta y
cuarenta y cinco días de antelación al vencimiento, aduciendo
las causas y allegando las pruebas que lo justifiquen
plenamente, lo cual será estudiado y recomendado por la
Interventoría y la Junta Técnica de la Caja.” (Cláusula Segunda;
fol. 265 c.ppal.).

Se acordó como valor inicial total la suma de $572.522.510 “de


acuerdo con el presupuesto por capítulos, costos directos e
indirectos aceptados por la Caja y el cofinanciador, que se
anexa y forma parte integral de este contrato” (Cláusula tercera;
fol. 265 c.ppal).

La Caja se comprometió a aportar el 75% del valor del contrato


($429’391.882,50) y la sociedad el 25% restante
($143’130.627,50), mediante un sistema de aportes dispuesto
en las cláusulas quinta y sexta así:

“CLÁUSULA QUINTA. LA CAJA, entregará su aporte así:

A) VALOR DEL ANCIPO PARA APROBACIÓN DEL


PROYECTO: La suma de VEINTIOCHO MILLONES
SEISCIENTOS VEINTISÉIS MIL CIENTO VEINTICINCO
PESOS CON CINCUENTA CENTAVOS MONEDA
CORRIENTE ($28.626.125.50) equivalente al cinco por ciento
(5%) del valor inicial de que trata la cláusula tercera, que se
girará a EL COFINANCIADOR, cuando se perfeccione el
contrato y haya ingresado a la Oficina de Registro de
Instrumentos públicos y Privados de Bogotá, la escritura pública
que transfiera a favor de LA CAJA, la propiedad dominio y
posesión del terreno donde se construirá el programa de
vivienda.

“EL COFINANCIADOR, con el valor dado como anticipo abrirá


una cuenta en Banco o Corporación Oficial, autorizando la firma
del Interventor de LA CAJA y la refrendación de las facturas para
la compra de materiales y demás gastos con destino a la obra.

“B) VALOR DEL ANTICIPO PARA CONSTRUCCIÓN.

“La suma de CIENTO CATORCE MILLONES QUINIENTOS


CUATRO MIL QUINIENTOS DOS PESOS MONEDA
CORRIENTE ($114.504.502.00) cuando EL COFINANCIADOR
haya entregado a LA CAJA el proyecto de vivienda debidamente
aprobado o que a juicio de LA CAJA, se autorice la entre de este
valor existiendo la certeza de su próxima aprobación. La suma
de dinero establecida en este numeral una vez sea entregada
por LA CAJA a EL COFINANCIADOR, ingresará a la cuenta
corriente abierta con los dineros girados como anticipo del
proyecto aprobado, de que trata el literal C, precedente, y se le
dará el mismo tratamiento allí establecido.

“C) VALOR EN AVANCE DE OBRA.


“La suma de DOSCIENTOS OCHENTA Y SEIS MILLONES
DOSCIENTOS SESENTA Y UN MIL DOSCIENTOS
CINCUENTA Y CINCO PESOS MONEDA CORRIENTE
($286.261.255.00) en montos correspondientes a los valores
que resulten en cada una de las actas mensuales de avance de
obra, según el procedimiento y liquidación que enseguida se
establece.

“EL COFINANCIADOR, entregará su aporte así:

A. VALOR DEL TERRENO.- La suma de CINCUENTA Y DOS


MILLONES DOSCIENTOS OCHENTA Y SIETE MIL PESOS
MONEDA CORRIENTE ($52.287.000.00) mediante la
tradición de la propiedad, dominio y posesión a favor de LA
CAJA del terreno en donde se construirá el programa de
vivienda objeto de este contrato cofinanciado.

“B) VALOR EN AVANCES DE OBRA.- La suma de NOVENTA


MILLONES OCHOCIENTOS CUARENTA Y TRES MIL
SEISCIENTOS VEINTISIETE PESOS CON CINCUENTA
CENTAVOS MONEDA CORRIENTE ($90.843.627.50) en
montos correspondientes a los valores que resulten en cada una
de las actas mensuales, según el procedimiento y liquidación
que enseguida se establece.

“ACTA DE AVANCE DE OBRA. Para elaborar el acta de avance


de obra, se procederá así:
“1. Cada mes a partir de la fecha del acta de iniciación de la obra
de construcción el Interventor de LA CAJA hará constar y
relacionará, junto con EL COFINANCIADOR la cantidad y
porcentaje por capítulos de la obra ejecutada durante ese
período, acorde con el presupuesto.

“2. La sección de Liquidación de LA CAJA, liquidará el avance


de obra.

“a) Liquidación del avance de obra.

“De conformidad con el programa de trabajo y el presupuesto,


se liquidará el avance de obra del respectivo mes por porcentaje
de ejecución de cada capítulo, suma total que se incrementará
en un veintiuno por ciento (21%) de A.U.I. (Administración,
utilidad e imprevistos). A continuación se liquidará el valor del
proyecto aprobado y el del terreno, obteniéndose el valor global
del acta.

“b) Cofinanciación.

“De este valor global se deducirá en la primera acta de avance


de obra la suma de CINCUENTA Y DOS MILLONES
DOSCIENTOS OCHENTA Y SIETE MIL PESOS MONEDA
CORRIENTE ($52.287.000.00) que corresponde al valor del
terreno en donde se construirá el programa de vivienda. A
continuación se deducirá un veinticinco por ciento (25%) para
demostrar la inversión de la cofinanciación restante, y así
sucesivamente en las demás actas de avance de obra, hasta
completar la suma de NOVENTA MILLONES OCHOCIENTOS
CUARENTA Y TRES MIL SEISCIENTOS VEINTISIETE PESOS
CON CINCUENTA CENTAVOS MONEDA CORRIENTE
($90.843.627.50) para un gran total de CIENTO CUARENTA Y
TRES MILLONES CIENTO TREINTA MIL SEISCIENTOS
VEINTISIETE PESOS CON CINCUENTA CENTAVOS
MONEDA CORRIENTE ($143.130.627.50) equivalente al
aporte de EL COFINANCIADOR.

“c) Amortización de los anticipos. Del mismo valor global del


acta, se deducirá otro veinticinco por ciento (25%) para
amortizar los valores entregados como anticipo para la
aprobación del proyecto y para la construcción de que tratan los
literales A y B de la Cláusula Quinta, y así sucesivamente en
cada una de las actas de avance de obra, hasta completar la
suma de CIENTO CUARENTA Y TRES MILLONES CIENTOS
TREINA MIL SEISCIENTOS VEINTISIETE PESOS CON
CINCUENTA CENTAVOS MONEDA CORRIENTE
($143.130.627.50).

“d) Valor favor de EL COFINANCIADOR. Finalmente se


obtendrá el valor a favor del EL COFINANCIADOR, que equivale
al aporte de LA CAJA, enunciado en el literal C de esta cláusula.

“3) La Oficina Jurídica redactará el acta y si a ello hubiere lugar


incluirá las observaciones, obligaciones y demás asuntos
pertinentes, tales como las diferencias encontradas en la
comparación, entre el programa de trabajo y el avance de obra.
Formarán parte del acta los anexos de constancia de avance de
obra y los cálculos de valore y estado financiero del contrato.
“4) El proyecto de acta será sometido a estudio, revisión y
recomendación de la Junta Técnica.

“5) Se suscribirá el acta por el Subdirector el Jefe de la Oficina


de Planeación, el Jefe de la Sección de Liquidaciones, los Jefes
de las Divisiones Técnica y Financiera, el Interventor y EL
COFINANCIADOR, para luego ser verificada y firmada por el
Auditor Especial ante LA CAJA y autorizada por el Director
General de la Entidad.

“6) Con base en el acta de avance de obra, EL


COFINANCIADOR, presentará cuenta de cobro, que se
someterá al trámite administrativo y fiscal para su pago.” (fols.
265 266 c.ppal).

“SEXTA. REINTEGRO DE LOS APORTES.- EL


COFINANCIADOR, reintegrará su cofinanciación y la suma
aportada por LA CAJA, mediante la ejecución de este contrato,
todo de conformidad con el programa de trabajo, presupuesto y
demás estipulaciones contractuales así:

“1) Cuando EL COFINANCIADOR demuestre la inversión del


100% del valor de cofinanciación, LA CAJA le reintegrará la
suma de SETENTA Y UN MILLONES QUINIENTOS SESENTA
Y CINCO MIL TRESCIENTOS TRECE PESOS CON SETENTA
Y CINCO CENTVOS MONEDA CORRIENTE ($71.565.313.75)
equivalente al cincuenta por ciento (50%) del valor de
cofinanciación, mediante la expedición en la fecha del acta de
avance de obra, en que se establezca tal situación de doce (12
pagarés con vencimientos mensuales y sucesivos a partir de
esta fecha, e interés a la tasa del 24% anual sobre saldos.

“2) La suma de SETENTA Y UN MILLONES QUINIENTOS


SESENTA Y CINCO MIL TRESCIENTOS TRECE PESOS CON
SETENTA Y CINCO CENTAVOS MONEDA CORRIENTE
($71.565.313.75) una vez se perfecciones el acta de liquidación
final del contrato, mediante la expedición en esa fecha de doce
(12) pagarés con vencimientos mensuales y sucesivos a partir
de esta misma fecha, e interés del 24% anual sobre saldos, para
reintegrar el cincuenta por ciento (50%) restante de aporte de
EL COFINANCIADOR.

“PARAGRAFO.- Los pagarés serán entregados a EL


COFINANCIADOR en la fecha de su expedición, con excepción
del último que será entregado seis (6) meses después de la
fecha de su expedición siempre y cuando no se encuentre
pendiente de solución alguna, queja o reclamo por parte de los
adjudicatarios del plan de vivienda relacionada con la
construcción o cono los materiales empleados en ella, así como
por defecto en las instalaciones hidráulicas, sanitarias,
eléctricas, teléfonos, etc.

“Llegado el día para la cancelación del pagaré, sin que hubiere


sido entregado y pagado por LA CAJA, por existir una
cualesquiera de las causales señaladas anteriormente, el
pagaré no causará ninguna clase de interés comercial y LA
CAJA procederá mediante acto administrativo a ordenar la
ejecución de las obras o reparaciones que fueren imputables al
Cofinanciador, cuyo costo se cancelará con cargo al valor del
pagaré, reintegrando al Cofinanciador el saldo, si a ello hubiere
lugar.” (fols. 268 y 269 c. ppal.).

En relación con los reajustes, se acordó lo siguiente:

“CLÁUSULA SÉPTIMA: REAJUSTES.- Durante el desarrollo de


este contrato se reajustarán las actas mensuales de avance de
obra, en un valor liquidación a los precios pactados en el
contrato y en razón de la variación de los costos de materiales y
mano de obra en el sector de la construcción, basándose en los
índices del costo total de edificación, publicados por la Cámara
Colombiana de la Construcción -CAMACOL- Seccional
Cundinamarca.

“ACTA DE REAJUSTE.- Para elaborar el acta de reajuste, se


procederá así:

“1) La sección de Liquidación reajustará cada una de las actas


mensuales de avance de obra.

“a) Confrontará la obra ejecutada con el programa de trabajo,


para verificar su cumplimiento. Si de tal verificación se establece
que EL COFINANCIADOR ejecutó obra por un menor valor al
estipulado en el programa general de construcción, la diferencia
se reajustará con base al índice del mes en que ha debido
ejecutarse y no podrá acumularse para mes posterior, salvo
imponderables acontecimientos extraordinarios, debidamente
comprobados y estudiados por la Junta Técnica de LA CAJA.
“Así mismo si de tal verificación se establece que ejecutó obra
por un mayor valor al estipulado en el programa general de
construcción la diferencia se reajustará con base en el índice del
mes en que se ejecutó.

b. A continuación aplicará la siguiente fórmula matemática:

“Mes base: Agosto de 1987

R= (Po-A1) (Id/Io) (Po-A2) (In/Id) - (Po Vr)

“DONDE:

“Po = Valor global del avance de obra.

A1=Suma amortizada del primer valor agregado como anticipo


y otros valores no reajustables.

Id=Indica el costo total de edificación para el mes en que fue


recibido el proyecto aprobado (o sea el del mes anterior a la
iniciación de la obra)

Io=Indice del costo total de edificación para el mes base


(Agosto/87)

In=Indice del costo total de edificación aplicable al mes


programado para ejecutar la obra.

A2=Valores tomados del avance de obra para amortizar los


anticipos y otros valores reajustables.

Vr=Valor reajustable igual a (Po-A1-A2)


“2) La Oficina Jurídica redactará el acta de reajuste, haciendo
las anotaciones pertinentes y adjuntando las liquidaciones de
reajuste y estado financiero.

“3) El acta será suscrita por los mismos funcionarios y EL


COFINANCIADOR que firmaron el acta de avance de obra.

“4) De conformidad con lo establecido en el Acuerdo No. 11 de


1976, el pago de reajuste será autorizado por la Honorable Junta
Directiva.

“PARAGRAFO PRIMERO.- Los períodos de reajuste serán


mensuales y no se reajustarán actas acumuladas ni se
levantarán actas de avance de obra ejecutadas en período
superior a un (1) mes.

“PARAGRAFO SEGUNDO.- Con posterioridad al vencimiento


del término de ejecución del contrato, no habrá reajustes salvo
que por LA CAJA se acepte la prórroga y se pacten reajustes
durante ella.” (fols. 269 a 271 c.ppal.).

Respecto de las obligaciones de las partes se convino:

“CLÁUSULA OCTAVA: OBLIGACIONES DEL


COFINANCIADOR.- EL COFINANCIADOR sujeto a las Normas
Básicas de la Promoción No. 002-CVM-87 y a su propia oferta
se obliga a:

“1) Transferir a LA CAJA, la propiedad, dominio y posesión del


t4rreno en donde se llevará a cabo la construcción del programa
de vivienda, en una fecha vista al recibo del primer anticipo y
como requisito indispensable para su cancelación.

“2) Utilizar la suma aportada por LA CAJA y su propia


cofinaciación, exclusivamente en la ejecución del objeto
contractual que incluye la elaboración de planos, diseños,
memorias, estudios, aprobación del proyecto, trámite y
obtención de la licencia de construcción así como la
construcción de 181 apartamentos sus obras de urbanismo,
complementarias e instalación de servicios, todo de conformidad
con el presupuesto con el presupuesto y oferta aceptada por LA
CAJA.

“3) Disponer los medios necesarios para que en un término de


seis (6) meses, contados a partir de la fecha del acta de
iniciación de obra se acondicione sin costo para LA CAJA, un
apartamento modelo, teniendo en cuenta facilidades de acceso,
seguridad, etc., que garantice la exhibición y visita de los
posibles adjudicatarios.

“4) Entregar 181 apartamentos del diseño, área,


especificaciones, servicios, etc. ofrecidos y aceptados por LA
CAJA.

“5) Adquirir a su costa los materiales, equipo, maquinaria,


herramientas, elementos y enseres necesarios para el correcto
desarrollo de la obra, entendiéndose que los materiales deben
ser de la calidad propuesta y aceptada por LA CAJA.
“Los gastos de reparaciones y sostenimiento o cualquier
erogación que demanden dichos equipos y maquinaria serán de
su cargo exclusivo, así como los correspondientes a útiles,
equipos y elementos de oficina y demás que se requieran para
la ejecución de la obra.

“6) Entregar los diseños, planos, memorias y en general el


proyecto aprobado y licencia de construcción, dentro del plazo
establecido en el numeral 1) de la cláusula segunda de este
contrato

“7) Ejecutar las obras en un todo de acuerdo con las


especificaciones y calidades generales que figuran en las
Normas Básicas, especificaciones particulares ofrecidas y
discriminadas por el Oferente, presupuesto, programa de
trabajo, planos y demás anexos de este contrato y entrega
terminado según lo exijan las autoridades y empresas de los
servicios.

“8) Llevar a cabo todas las actividades tendientes a la oportuna


instalación de los servicios públicos y su posterior entrega a la
empresa de servicios que corresponda.

“9) Responder que la obra permanentemente sea dirigida por un


Ingeniero o Arquitecto Residente graduado y matriculado,
aceptado por LA CAJA quien deberá atender personalmente los
trabajos.

“10) Reconocer como representante de LA CAJA, para los


efectos relacionados con la ejecución de las obras objeto del
contrato, al Interventor que LA CAJA asigne, facilitarle su trabajo
de inspección en la ejecución de la obra, suministrarle los datos
que requiera y atender sus indicaciones.

“11) Responder por la estabilidad y buen funcionamiento de las


obras contratadas y por la calidad de los materiales descritos
utilizados. Por lo tanto los deterioros que ocurrieren, durante la
ejecución o recibo de la obra, ya sea por mala construcción o
por defecto en los materiales serán subsanados por su cuenta
inmediatamente después del aviso dado por el Interventor de LA
CAJA.

“12) Aceptar la subrogación de la acción consagrada por la Ley


a favor de LA CAJA por defectos de construcción, demás
situaciones que consagra elArtículo 2060 del Código Civil
Colombiano , a los adjudicatarios en la correspondiente escritura
pública.

“13) Demoler y reconstruir a su costa, la obra mal ejecutada o


con especificaciones inferiores a las estipuladas, dentro del
plazo que fije la Interventoría de LA CAJA, sin que esto motive
modificación en el término del contrato. LA CAJA podrá retener
el pago de la respectiva cuenta, hasta cuando EL
COFINANCIADOR ejecute a su costo la obra rechazada.

“14) Retirar por su cuenta todas las estructuras provisionales,


así como los desechos y sobrantes de materiales y
transportarlos a lugares apropiados, tanto durante la ejecución
como al finalizar la obra.
“15) Responder exclusivamente por la celebración y ejecución
de subcontratos o destajos y por consiguiente, el subcontratista
no tendrá derecho a reclamación alguna contra LA CAJA. De
esta obligación se dejará constancia en los subcontratos que
suscriba EL COFINANCIADOR.

“16) A establecer por su cuenta y bajo su responsabilidad


exclusiva, las relaciones laborales con el personal suficiente e
idóneo para cumplir est3 contrato. LA CAJA se reserva el
derecho de rechazarlos o de pedir el término de dicha relación
laboral.

“17) A pagar oportunamente al personal empleado en la


ejecución de las obras, todos los honorarios, salarios,
prestaciones sociales, asistenciales e indemnizatorias que le
corresponda de acuerdo con las leyes vigentes y en especial,
con las señaladas en el Código Sustantivo del Trabajo , así
como los subcontratos de empleados y obreros.

“18) Responder exclusivamente por el valor o valores de la


sentencia, aún después del vencimiento de la vigencia de la
póliza de garantía por prestaciones sociales en caso de que se
instauren acciones laborales contra LA CAJA, por razón de
hecho o de derecho, relacionadas con la ejecución de este
contrato.

“19) Presentar las pruebas para demostrar que EL


COFINANCIADOR ha cumplido sus obligaciones en las
relaciones laborales, tales como duplicados de las planillas de
pago de salarios, prestaciones sociales e indemnizatorias, al
igual que los subcontratos o destajos, debidamente cancelados,
cuando LA CAJA las exija.

“20) Constituir en una compañía de seguros legalmente


establecida para funcionar en el país, una póliza de seguro de
vida, accidente e invalidez que ampare el personal bajo su
dependencia, durante el tiempo de ejecución de la obra o en su
defecto tener afiliado al instituto de Seguros Sociales.
Cualquiera de los eventos deberá demostrarlos a LA CAJA a la
firma del presente contrato.

“21) Suscribir las actas de iniciación de obra, avance de obra,


reajuste y la que liquide finalmente el contrato, sometiéndose a
los formatos, procedimientos y trámites administrativos y
fiscales que rigen LA CAJA.

“22) Responder desde el momento de la iniciación de obra,


hasta la terminación de los trabajos, por daños que por razón de
los mismos ocasione a terceros, arrendatarios o propietarios de
los inmuebles aledaños.

“23) Colocar al finalizar la obra, la nomenclatura interna de cada


apartamento así como la externa del edificio de acuerdo con lo
establecido en el reglamento y plano de propiedad horizontal.

“24) Mantener en buen estado las vías públicas o comunales y


repararlas al finalizar la obra, en caso de daños por razón y
causa de la construcción.
“25) Colocar sin costo adicional para LA CAJA una valla en el
sitio de los trabajos y hasta la terminación de los mismos de las
dimensiones, leyendas y especificaciones que le suministre la
División Técnica según lo regula al Resolución No. 56 de 1978,
emanada de la Dirección General de LA CAJA.

“26) Presentar para la liquidación final del contrato, documento


idóneo de encontrase a paz y salvo por efecto de las relaciones
laborales, prestacionales, indemnizatorias, asistenciales, así
como con subcontratistas, proveedores, etc., como requisito
indispensable para que LA CAJA proceda a entregar todos los
saldos a favor de EL COFINANCIADOR, una vez se liquide el
contrato.

“27) Presentar para aprobación de LA CAJA, antes del primer


avance de obra y como requisito indispensable para la
cancelación de los dineros a su favor por este concepto, el
programa de obra y flujo de fondos, porcentaje de obra por
entregar en las gráficas correspondientes CPM o PERT, así
como ruta crítica ajustada al programa de Barras GANT y
organigrama de la firma cofinanciadora en la obra.

“28) Ejecutar las obras de acuerdo con los diseños


arquitectónicos, de estructura, técnicos y demás estudios y
responder por su cumplimiento en los términos del título G-
Capítulo G-1 del Decreto 1400 de 1984.

“29) Acatar en un todo la Resolución No. 2413 del 22 de Mayo


de 1979, emanada del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social,
relacionadas con las prevenciones a cargo de los Constructores
para velar por la seguridad de la mano de obra en el manejo de
materiales, maquinaria y equipo.

“30) Las demás obligaciones que surjan en la ejecución de este


contrato y por razón de la naturaleza del mismo.” (fols. 271 a
274 c.ppal.).

“NOVENA: OBLIGACIONES DE LA CAJA.- LA CAJA se obliga:

“1) Aportar los dineros en efectivo, de acuerdo con la cláusula


quinta, que trata de la entrega de los valores cofinanciados para
este contrato.

“2) Expedir en su oportunidad los pagarés a favor de EL


COFINANCIADOR, para cancelar el aporte de cofinanciación.

“3) Ordenar para los derechos no presupuestados por concepto


de instalaciones, empates y conexiones de acometidas de
acueducto, energía, teléfonos, etc.

“4) Reconocer y pagar a EL COFINANCIADOR el porcentaje


pactado por concepto de administración, utilizad e imprevistos
(A.U.I.) liquidado en las actas mensuales de avance de obra.

“5) Elaborar las actas de iniciación, avance de obra, reajuste y


liquidación final de acuerdo con las normas internas de la
entidad y demás procedimientos.

“6) Cumplir las demás obligaciones que resulten en la ejecución


del contrato y por razón de la naturaleza del mismo.” (fol. 275
c.ppal.).
2) El 30 de septiembre de 1987 las partes suscribieron el
contrato No. 043 de 1987 adicional al 036, en el que acordaron
la construcción de 20 apartamentos adicionales, obras
complementarias e instalación de servicios, dentro del plazo
originalmente acordado, por valor de $52.450.722, de los cuales
el 75% sería aportado por la Caja y el 25% restante por el
contratista, en las condiciones inicialmente pactadas (Fols. 282
a 288 c. ppal).

3) El 30 de octubre de 1987 el contratista informó a la Caja sobre


el estado del proyecto arquitectónico; explicó que se presentaba
un atraso porque la empresa de acueducto no presentó a tiempo
los presupuestos y diseños correspondientes. (fol. 123 c.ppal.).

4) El 19 de noviembre de 1987 el contratista solicitó a la Caja


una prórroga de 40 días del plazo de la etapa de proyectos, con
fundamento en que se había aplazado la obtención de la licencia
de construcción hasta el 29 de diciembre, porque la “Empresa
de Acueducto y Alcantarillado no presentó oportunamente la
aprobación, por su parte, de los proyectos de acueducto y
alcantarillado al Comité Técnico de Planeación Distrital”. Advirtió
que “De todas maneras, estamos haciendo los preparativos para
iniciar las obras preliminares de construcción en los próximos
días, a fin de no perder tiempo en dicha etapa y comunicaremos
a la Interventora oportunamente para iniciar oficialmente la obra
(Fol. 122 c.ppal.).

5) El 27 de noviembre de 1987, las partes suscribieron el


contrato adicional No. 061, con el objeto de ampliar el plazo para
la presentación del proyecto aprobado y la licencia de
construcción en 30 días calendarios contados a partir del 8 de
diciembre de 1987, con lo cual quedó como fecha límite la del 7
de enero de 1988, “sin perjuicio de la fecha de iniciación de la
obra, ejecución y entrega de acuerdo con el programa anexo del
contrato”. (fol. 289 c.ppal.).

Se afirmó que la prórroga atendía la solicitud formulada por el


contratista, que se consideró procedente porque “no es
imputable a la responsabilidad del cofinanciador la no obtención
de los documentos aludidos”, como también que todas las
demás cláusulas del contrato principal quedaban vigentes. (fol..
289 c.ppal.).

6) El 1º de diciembre de 1987, se suscribió el acta de iniciación


de la obra, en la que consta que el representante de la
contratista manifestó que el terreno destinado a la urbanización
estaba en condiciones propicias para iniciar los trabajos. (fol.
204 c.5).

7) El libro de obra se abrió la misma fecha; en él constan las


anotaciones realizadas por el interventor y la sociedad
contratista respecto del desarrollo de la obra; de su texto se
destaca lo siguiente:

7.1) 28 de enero de 1988: “De acuerdo a la definición


arquitectónica sobre los niveles definitivos del proyecto y
teniendo en cuenta la topografía del terreno natural, aparecen
una serie de rellenos que en algunos casos son de un espesor
de importancia, los cuales deberán ser motivo de un estudio
especial. Estos rellenos no considerados en nuestra propuesta,
son el resultado de la definición basada en las rasantes de las
vías y zonas internas de parqueo.” (fol. 347 c.3).

7.2) 9 de febrero de 1988: “En la tarde de hoy se presentó a la


obra el interventor de la EAAB quien al no encontrar una persona
que estuviera responsabilidad en el momento de la obra por
parte del contratista me hizo las siguientes observaciones que
esta interventoría corrobora y solicita sean cumplidas
rigurosamente:

“1. Debe disponerse de un mezcladero para los concretos de


atraque, que impidan su contaminación.

“2. Deben tomarse mínimo dos cilindros por tramo y llevarse a


la EAAB para su prueba.

“3. Disponer de copias de planos aprobados por la EAAB en la


obra.

“4. No se han ejecutado excavaciones que conserven los


lineamientos totalmente rectos notándose unos atraques
laterales insuficientes en la tubería.

“5. Aunque la tubería dispuesta en la obra se acepta por parte


de la EAAB, se observa que no reúne las calidades de una
tubería tipo AA.” (fols. 348 y 349 c.3).

7.3) 14 de abril de 1988: “A la fecha se observa bajo rendimiento


en las actividades que se está realizando.....” (fol. 356 c.3.).
7.4) 20 de abril de 1988. “Como resultado de las verificaciones
hechas por la interventoría sobre los pilotes de eucalipto, hemos
encontrado que una buena parte de los últimos descargados en
obra, no están cumpliendo con los diámetros mínimos
recomendados en el estudio de suelos.(...)” (fol. 357 c.3).

7.5) 5. de mayo de 1988: “A pesar de las repetidas solicitudes


verbales hechas por la interventoría acerca del cabal
cumplimiento de la recomendación dejada por el asesor de
suelos en la nota N° 48 primera parte, hemos observado que
piedras con sobre tamaños están quedando sin rajonear ...Por
las razones expuestas, esta interventoría le comunica a la firma
contratista que no aceptará el desplazamiento de pilotes en
cuanto a su localización se refiere, al tempo que le solicita se
corrijan o se hinquen nuevos pilotes en el sitio donde algunos de
ellos no cumplen con este requisito.” (fol. 359 c.3).

7.6). 10 de mayo de 1988; “Paso revista a la obra en compañía


del Dr... y de....... Con respecto al lento avance de la obra se
comenta que a partir del próximo miércoles se normalizará la
entrega de entrepisos lo cual permitirá un ritmo apropiado para
recuperar por lo menos 45 días del atraso teórico. Se fundirán 1
placa diaria(...)” (fol. 359 c.3).

7.7) 10 de mayo de 1988: “De la reunión en obra donde se trató


el problema de las grietas en los muros del primer piso sacamos
las siguientes conclusiones....” (fol. 359 c.3).

7.8) 15 de junio de 1988: Se visitó la manzana #1 y se


observaron los trabajos de construcción del pilotaje. Las
inundaciones en esta zona no afectan el futuro comportamiento
dela cimentación, cual está prevista para estos suelos blandos
con un nivel freático alto( ...)

De otra parte se solicita pensar en la posibilidad de ampliar las


dimensiones de los tanques de agua y disminuir su profundidad
a valores de 1.5 m o 2.0 m como máximo, ya que previendo
inundaciones en un momento en que el tanque esté
desocupado..se podría presentar un empuje hacia arriba que
flotaría o sacaría el tanque. Por otra parte los tanques de agua
deben ser construidos a la mayor brevedad, pues sus
excavaciones pueden afectar la estabilidad de edificios
aledaños.” (Recomendación del experto en suelos de la
contratista) (fols. 361 y 362 c.3).

7.9) 15 de junio de 1988: se condiciona la autorización para la


ejecución de muros a que se reciban las pruebas de resistencia
de materiales, solicitadas en repetidas ocasiones. (fol. 362 c.3).

7.10) 15 de junio de 1988: “Como consecuencia de los rechazos


detectados en la ejecución del hincaje de algunos pilotes en el
Bloque 7 de la manzana 1, le informamos a la firma contratista
que se autoriza la fundida de sobre pilotes en concreto menores
de 2 metros...” (fol. 363 c.3).

7.11) 22 de junio de 1988: “Como resultado de la poca


protección a la acción de los agentes atmosféricos que se está
dando al hierro de refuerzo destinado a la obra, este se está
colocando finalmente muy oxidado, por lo que la interventoría
exige a partir del módulo 4 de la manzana 1 y hasta cuando se
mantenga esta circunstancia que antes de ser colocado se le
practique limpieza” (fol. 363 c.3).

7.12) 17 de agosto de 1988: “Con el propósito de rectificar las


anomalías presentadas al construir el tanque de la manzana 2,
la interventoría de común acuerdo con el contratista corrobora
las soluciones tomadas en la obra, así: (...)” (fol. 366 c.3).

7.13) 29 de agosto de 1988: Manifiesta el contratista que en la


fecha de presentación del apartamento modelo, la Caja, por
medio de la interventoría, solicitó el estudio de alternativas, que
fue presentado por la contratista y está a la espera de que la
entidad los defina. (fol. 367 c.3).

7.14) 22 de septiembre de 1988. “En inspección hecha a la obra


en el día de hoy se encontraron totalmente paralizados los
edificios 9 y 3 de la manzana 2 y los edificios 1,3 y 9 de la
manzana 1, de la misma forma el tanque manzana 1” (fol. 369
c.3).

7.15) 27 de septiembre de 1988: “La interventoría nota con gran


preocupación el bajo rendimiento de la obra y requiere del
contratista se tomen las medidas del caso para solucionar y
reponer en gran parte el atraso alarmante que presenta la obra.
A continuación se relacionan actividades que se deben ir
ejecutando simultáneamente con la estructura:

.Rellenos en material común.

Terminación redes de alcantarillado.


.Tanque de la manzana 1.

.Ejecución de vias.

.Adelantar pañetes, pruebas hidráulicas, muros de aguas.....

.Incrementar el ritmo de trabajos de las diferentes actividades de


acabados como pañetes, carpintería metálica, muros de aguas,
antepechos, ventanas cubiertas, estuco, vinilo etc, para la
manzana 2.

.Andenes exteriores e interiores.

La interventoría insiste nuevamente en la necesidad de ejecutar


a la mayor brevedad posible ls cubiertas de la manzana 2, ya
que es la actual actividad crítica de la obra, porque no se pueden
terminar o ejecutar acabados de quintos pisos.” (fol. 369 c.3).

7.16) 3 de Octubre de 1998: “Para efectos de la evaluación de


los atrasos, esta interventoría deja constancia que en el
transcurso de la semana que terminó el sábado 1 de octubre no
se adelantaron actividades en los siguientes bloques por
manzanas así:

Lunes 26 de septiembre- Manzana 1- Bloques 1 al 4

Martes 27 Manzana 1- Bloques 2,4,6,9

Miércoles 28 Manzana 1- Bloque 9

Jueves 29 Manzana 1- Bloques 1, 4,9


Viernes 30 Manzana 1- Bloques 1 al 4 y 6 al 9

Sábado 1 octubre Manzana 1 - Bloques 1 al 5 y 8 al 9

“Se aclara que el martes 27 de septiembre en las horas de la


tarde se agotó la existencia de bloque estructura en la obra.”
(fols. 369 y 370 c.3).

7.17) 3 de Octubre de 1988: “Concluida la semana del 26 de


septiembre al 1 de octubre, la interventoría considera importante
que la firma contratista acometa con prontitud las siguientes
actividades: 1...8” (fol. 370 c.3).

7.18) 10 de octubre de 1988: “Continuando con la evaluación de


las causas del atraso creciente, la interventoría deja constancia
a través de este libro que en la semana que terminó el 8 de
octubre no se efectuaron actividades en edificios por manzanas
así:

Manzana 1

Lunes 3 Bloques 1,2,3,4,5,8

Martes 4 Bloques 2,3,4,5,8,9

Miércoles 5 Bloques 2,3,5,6,8,9

Jueves 6 Bloques 1,2,3,5,6,8,9

Viernes 7 Paralizados todos excepto el bloque 4


“Se aclara que durante la semana en mención no hubo bloque
estructural en la obra, pero la obra si permitía adelantar varias
actividades que van después de la construcción de muros.” (fols.
370 y 371 c.3).

7.19) 14 de octubre de 1988: Interventoría advierte que no será


de recibo la utilización de material de segunda adquirido por la
contratista. (fol. 371 c.3).

7.20) 2 y 28 noviembre, 5 diciembre de 1988: Interventoría


formula observaciones y recomendaciones en relación con la
obra, para que el contratista las acate inmediatamente conforme
a las especificaciones técnicas correspondientes. (fols. 373 a
375 c.3).

7.21) 9 de diciembre de 1988: Contratista manifiesta que la


época invernal impide el inicio de las obras de urbanismo
faltantes; que la falta de solución respecto de la obtención de las
servidumbres ha generado grandes inconvenientes económicos
y de tiempo. “Las gestiones elaboradas por Hora Ltda para
resolver el grave problema han sido infructuosas, por lo tanto
solicitamos a la CVM por intermedio de la interventoría,
gestionar lo que corresponda ante los propietarios o entidades
de servicio público para dar solución oportuna y definitiva a esta
situación. Queremos poner de presente el incumplimiento
reiterado de la Ladrillera Santa fé en el suministro de Ladriblock,
situación que nos ha implicado un retraso importantísimo en la
estructura de la manzana 1 y consecuentemente en los tiempos
de entrega final de la obra” (fol. 376 c.3).
7.22) 14 de diciembre de 1988: La interventoría formula
observaciones para que se corrijan puntos que presentan
anomalías. (fols. 376 y 377 c.3).

7.23) 15 de diciembre de 1988: “Debido al atraso que ya marca


la reprogramación de obra, esta interventoría solicita se
incremente la mano de obra en remates de aptos y en pañetes
para la manzana 1, ya que esta actividad se puede adelantar sin
ningún impedimentos hasta el 4 piso. Es importante aumentar el
rendimiento de la manzana 2 en actividades de acabados para
evitar atrasos considerables en la obra.” (fol. 377 c.3).

7.24) 23 de diciembre de 1988: Interventoría reitera solicitudes


realizadas al contratista para que corrija aspectos de la obra.
(fol. 377 c.3).

7.25) 17 de enero de 1989: Interventoría reitera


recomendaciones formuladas al contratista para que realice las
correcciones indicadas en cada caso, “y se permita una
verificación posterior, sin que hasta la fecha hayamos logrado
que esto ocurra con la eficacia que se espera. En la fecha esta
interventoría ha encontrado que se ha vuelto a desacatar las
observaciones que en ocasiones anteriores hemos impartido, en
cuanto a que cada vez que haya que corregir la colocación de
una tubería, esta se debe hacer sin afectar la estructura del
edificio.” Luego de precisar los errores e inobservancias del
contratista, la interventoría exigió la aplicación de las
correcciones estructurales requeridas para cada caso. (fols. 377
y 378 c.3).
7.26) 31 de enero de 1989: “Se le solicita a la firma contratista
dar estricto cumplimiento a las exigencias transmitidas por la
interventoría, con relación a los siguientes puntos.”(8 aspectos).
(fol. 381 c.3).

7.27) 2 de febrero de 1989: “La interventoría insiste nuevamente


en la falta de colaboración por parte de la firma contratista para
agilizar las revisiones de las diferentes actividades por parte de
la interventoría. ......Debido al atraso que presenta la obra, es
indispensable y urgente que estas revisiones las atiendan
inmediatamente para seguir con el normal desarrollo de la obra,
de lo contrario esto implica que se aumente el atraso y se
estanquen varias actividades de acabados. Se espera se tomen
los correctivos necesarios en cuanto a organización del personal
de contra maestros, lo mismo que el incremento de personal
para realizar los remates de apartamentos. Un ejemplo es la
revisión de los pañetes de fachada, a los cuales no se les ha
realizado los correctivos, implicando esto un atraso en la pintura
de los antepechos.” (fol. 382 c.3).

7.28) 15 de febrero de 1989: “Nuevamente estamos recordando


a la firma contratista que la interventoría continúa a la espera de
que se haga entrega definitiva de la fachada (obra negra) por el
costado sur de los edificios 9, 8, 7 cuya primera revisión la hizo
desde el pasado 24 de enero sin que hasta la fecha se hayan
ejecutado los correctivos necesarios.” (fol. 383 c.3).

7.29) 16 de febrero de 1989: “Reiteradamente la interventoría ha


insistido sobre la desorganización y atraso en la colocación de
la ventanería de la manzana 1, lo mismo que en la ejecución de
los pañetes de fachadas, sin que hasta el momento se hayan
tomado los correctivos en estas actividades, ocasionando esto
un incremento en el atraso que ya presenta la obra.” (fol. 383
c.3).

7.30) 6 de marzo de 1989: Interventoría solicita a contratista


tomar las medidas necesarias de control respecto de la actividad
de los plomeros en relación con los elementos estructurales, en
consideración a que se han presentado “rupturas
irresponsables”. (fol. 384 c.3).

7.31) 8 de marzo de 1989: “No obstante el reducido plazo con


que se cuenta para llevar a término la obra, es motivo de
preocupación por parte nuestra, el bajo rendimiento que se
observa en las obras de la manzana 1; ..” (fol. 385 c.3).

7.32) 14 de marzo de 1989: Contratista da respuesta a la nota


anterior para indicar que el avance en la manzana 1 ha sido
óptimo; “con respecto al capítulo instalación de marcos,
ventanas y puertas, este va al ritmo de los suministros de los
subcontratistas y en la actualidad sólo se encuentra en bodega
la marquetería que ha sido rechazada por defectuosa. En cuanto
al capítulo de pañetes de fachada, estos se han visto afectados
por el alto régimen de lluvias que hemos registrado en el mes de
marzo.” (fol. 386 c.3).

7.33) 22 de marzo, 3 de abril de 1989: Contratista informa que


realizó pruebas hidráulicas sin la interventoría, porque no había
ninguno de los funcionarios que la ejercen. (fols. 386 y 387 c.3).
7.34) 17 de abril de 1989: “Dadas las excelentes condiciones de
tiempo en los últimos 20 días, la interventoría considera que el
ritmo de trabajo que se le está dando a las obras de urbanismo
(vias) no se compadece con la necesidad urgente de terminar
cuanto antes esta actividad, por lo que le solicito verificar con el
subcontratista y comunicar por este mismo medio a la
interventoría las razones de este reducido rendimiento.” (fol. 389
c.3).

7.35) 18 de abril de 1989: “En visita realizada a la obra, se


encontró con gran preocupación la falta de suministro de
algunos materiales, como es el caso de los aparatos sanitarios
de la manzana 1, ocasionando atraso en la secuencia de
actividades posteriores. Lo anterior no se justifica a estas alturas
de la obra, ya que el pedido correspondiente se debió hacer
hace mucho tiempo” ......”se llegó a un compromiso por parte de
la firma para tener como fecha límite la entrega a la interventoría
de 7 bloques de la manzana 2 para el viernes 28 de abril de
1989. La interventoría requiere se cumpla con este compromiso
dado que no debe haber ningún impedimento, si se tiene en
cuenta que el contratista al determinar como entrega abril 14/89,
es porque cuenta con los medios y recursos para cumplir con
esta solicitud. También se nota el bajo rendimiento en las
actividades de urbanismo desperdiciando el buen tiempo que se
presenta actualmente, es indispensable contar con la
maquinaria y materiales necesario para atender varios frentes
en la obra (todos urgente de terminar)......” (fol. 389 c.3).
7.36) 15 de mayo de 1989: La Interventoría requiere al
contratista para que incremente el ritmo de trabajo, en
consideración a que no se ha cumplido el cronograma de
entregas. “Por esta razón, la interventoría le solicita a la firma
contratista revisar el procedimiento de estas entregas, pues a
nuestro modo de ver exige que se le dedique mayor tiempo y se
incrementen los frentes de trabajo.” (fol. 391 c.3).

7.37) 6 de junio de 1989: “Una vez mas la interventoría pone de


manifiesto su inquietud respecto del mermado interés que la
firma contratista le está dando al proceso de entrega a la
interventoría de la obra blanca de la manzana II. Debo
recordarles que de acuerdo con el último comité de obra se fijó
como fecha límite para estas entregas el día de hoy
encontrándose que hasta este momento quedan aún por
efectuar la primera revisión a 25 apartamentos mas el salón
comunal..” A juicio de la interventoría deben incrementarse los
frentes de aseo, pues éste ha sido el mayor problema a la hora
de realizar las entregas. (fol. 391 c.3).

7.38) 16 de junio de 1989: La Interventoría reclama al contratista


acatamiento de observaciones y solicitudes realizadas
anteriormente, respecto de aspectos de las obras que se
adelantan en el módulo 3 de la manzana II. (fol. 392 c.3).

7.39) 29 de junio de 1989: La Interventoría formula solicitudes al


contratista en relación con aspectos de las obras: “A juicio
nuestro, se observa negligencia por parte del sub contratista y
exige que la firma contratista tome medidas que corrijan esta
anomalía, dado que esta circunstancia obliga a que se desplace
también la fecha tentativa para la obtención del servicio
causándole serios perjuicios a la Caja..” (fol. 392 c.3).

7.40) 18 de julio de 1989: La Interventoría requiere al contratista


para que tome los correctivos necesarios a efecto de terminar
las construcciones finales e instalaciones en los apartamentos
de la manzana I. Solicita igualmente la reparación de elementos
ya instalados en las edificaciones, que se han dañado. (fol. 393
c.3).

7.41) 1 de agosto de 1989: Se solicita al contratista gestionar lo


necesario para que todo esté terminado, puesto que el conjunto
residencial será inaugurado el 16 siguiente. (fol. 393 c.3).

7.42) 11 y 14 de agosto de 1989: Se solicita al contratista asear


toda la urbanización para su entrega. (fols. 393 y 394 c.3).

7.43) 2 de octubre de 1989: “Con fecha 29 de septiembre/89 la


EAAB le ha dirigido una nota originada en su sección de
interventoría ala División Técnica d ela Caja de Vivienda Militar
que contiene observaciones encontradas tras revisiones en el
alcantarillado sanitario y que exige una inmediata solución por
parte de la firma contratista, puesto que ellos constituyen en este
momento requisitos cuyo cumplimiento es también inmediato
para que la EAAB permita que el trámite de consecución de
agua potable continúe su curso normal...” (fol. 394 c. 3).

8) El 31 de diciembre de 1987, mediante resolución N° 621 el


Departamento Administrativo de Planeación Distrital aprobó el
proyecto general de la Urbanización La Pepita Norte Etapa I.
(fols. 92 a 103 c. ppal; 361 ss c. 2).

9) El 5 de enero de 1988, el contratista informó a la entidad que


no le era posible obtener la licencia de construcción para la
urbanización en la fecha acordada mediante el contrato
adicional 61 de 1987, esto es el 7 de enero siguiente. (fol. 112
c.ppal).

10) El 21 de junio de 1988, el contratista pidió una prórroga de


100 días para la entrega final, con fundamento en la demora en
la aprobación de los planos, en la consecución de las
formaletas, en el intenso invierno y en el aumento de las
cantidades de obra, especialmente en la cimentación. (fol. 119
c. ppal).

11) El 4 de agosto de 1988, el Interventor de la obra formuló al


contratista observaciones y sugerencias respecto del desarrollo
de la obra, entre otras relativas a: la presencia permanente de
un profesional de la sociedad contratista en el lugar de la obra,
disponer de un acceso al cuarto de bombas y al compartimiento
de almacenamiento de los tanques; utilizar hierro no oxidado;
utilizar closets perfectamente acabados y pulidos; dejar las vigas
en perfecto estado, sin abultamientos; utilizar una válvula de
alivio en el calentador por razones de seguridad; terminar de
colocar grifería; rectificar la colocación de la caja de los
automáticos. (fols. 126 a 132 c.ppal).

12) El 6 de agosto de 1988, se suscribió el contrato No. 057 para


la construcción de obras adicionales por valor de
$13.093.624.93.La entidad se comprometió a aportar el 75% de
este valor l y el contratista el 25% restante, de la manera
dispuesta en el contrato principal. (fols. 291 a 298 c.ppal).

13) El 7 de septiembre de 1988, el contratista solicitó a la


Empresa de Acueducto que reinstalara el servicio de agua,
suspendido por más de 15 días, con ocasión de las obras
realizadas en la calle 183. (fol. 124 c. ppal).

14) El 19 de septiembre de 1988, el contratista solicitó una


prórroga de 120 días para la entrega definitiva de las obras
materia del contrato, con fundamento en lo siguiente:

“a) La licencia de construcción que conforme al contrato se


debía obtener a mas tardar el 3 de diciembre de 1987, solo se
obtuvo el 2 de marzo de 1988, por las trabas burocráticas del
Distrito,

“b) El estudio preliminar de suelos determinó un pilotaje parcial


de la manzana 1, pero no se previó en el programa de trabajo el
mayor tiempo que tomaría el exagerado aumento de pilotaje,
que exigió el estudio definitivo de suelos realizado con
posterioridad al programa, ni el mayor costo que ha causado un
desequilibrio presupuestal y programático.

“c) Ya avanzada la obra la Empresa de Acueducto inició la


construcción de un Box-culvert por la calle 183 impidiendo el
acceso directo a la obra, que ha impedido acometer las obras
por las vías
que circundan el proyecto.

“d) Se han presentado dificultades en la negociación de las


servidumbres de los predios vecinos.

“e) La ladrillera Santafé ha incumplido los despachos.

“f) Las formaletas necesarias para la construcción de los


entrepisos en el momento del diseño estaban disponibles en el
mercado de alquiler de equipos, pero al momento de requerirlos
se encontraban ocupadas por otra constructora.

“g) A raíz de la entrega del apartamento modelo a la Caja, se


suscitaron cambios en el acabado que dilataron su definición
para poderlos contratar, tanto por razones de la interventoría
como por demoras de los proveedores en pasar cotizaciones;

“h) Han existido dificultades para obtener los créditos bancarios


para cumplir su obligación de financiamiento de la obra.

“i) Las intensas lluvias y la escasez de agua por algunos días


interrumpieron los trabajos. (fols. 116 a 118 c.ppal).

15) El 4 de octubre de 1988, la contratista informó a la Caja que,


de acuerdo con concepto emitido por el asesor de suelos, fue
necesario modificar el diseño estructural del tanque de concreto
reforzado de la manzana 1, con la creación de unos lastres en
concreto ciclópeo, lo que determinó un nuevo costo de dichos
elementos por valor de $314.251.28. Advirtió que la
construcción del tanque quedaba pendiente de la aprobación de
este valor (fol. 114 y 115 c.ppal).
16) El 13 de octubre de 1988, la entidad comunicó al contratista
que los sobrecostos que invocó con fundamento en las
modificaciones del diseño estructural del tanque, deben
asumirse por el contratista toda vez que “las normas básicas
para este plan cofinanciado, determinan claramente en su
numeral C3 la responsabilidad del proponente en relación con
los estudios técnicos.” (fol. 133 c.ppal).

17) El 14 de octubre de 1988, las partes celebraron el contrato


adicional No. 089, por medio del cual ampliaron el plazo de
ejecución en cuatro meses contados desde el 2 de noviembre
de 1988, con lo cual quedó como fecha para la finalización de
las obras el 2 de marzo de 1989. La prórroga fue solicitada por
el contratista con fundamento en las dificultades invocadas
durante la ejecución del contrato.

Consta en el contrato lo siguiente:

“La junta técnica en sesión del 29 de septiembre de 1988 analizó


los fundamentos de las dos solicitudes concluyendo que no
obstante, no aceptarse algunos de los argumentos de prórroga,
unos porque no debieron incidir en la construcción y otros
porque son parte de los imprevistos asumibles por el
cofinanciador, son justificables los planteamientos en lo relativo
a la construcción de un Box Coulvert, por parte de la Empresa
de Acueducto y Alcantarillado, así como los trámites previos a
obtener las servidumbres necesarias de acueducto con los
propietarios de predios aledaños. En lo relativo al problema de
orden financiero, actual y de conocimiento público, de restricción
en la concesión de préstamos y créditos para financiera las
obras de construcción se consideran justas y que ameritan la
modificación solicitada.

“La junta técnica recomendó conceder la prórroga solicitada y


modificar el sistema de cofinanciación....” (fols. 298 y 299
c.ppal).

En el contrato se dispuso respecto del sistema de


cofinanciación, una modificación de la cláusula sexta del
contrato y sus adicionales así:

“1. Cuando el Cofinanciador demuestre la inversión del setenta


y cinco por ciento (75%) del valor establecido de cofinanciación
en los contratos arriba señalados, La Caja le reintegrará el
cincuenta por ciento (50% ) de dichos valores, mediante la
expedición, en la fecha del acta de avance de obra, en que
demuestre tal situación de seis (6) pagarés con vencimientos
mensuales y sucesivos e interés del veinticuatro por ciento
(24%) anual sobre saldos.

Parágrafo. Teniendo en cuenta que con el acta de avance de


obra del mes de septiembre de 1988, se demostró la inversión
del setenta y cinco por ciento (75%) del valor establecido como
cofinanciación del contrato N° 036/87, La caja expedirá en la
fecha de perfeccionamiento de este contrato, los pagarés de
cofinanciación hasta por la suma de Setenta y un millones
quinientos setenta y cinco mil trescientos trece pesos con
setenta y cinco centavos moneda corriente ($71’565.313,75,) en
la forma estipulada en este contrato adicional.
2. Cuando el Cofinanciador demuestre la inversión del ciento por
ciento (100%) del valor establecido en los contratos arriba
señalados, la Caja le reintegrará otro veinticinco por ciento
(25%) de los mismos valores, mediante la expedición en la fecha
del acta de avance de obra en que se demuestre tal situación,
de seis (6) pagarés con vencimientos mensuales y sucesivos a
partir de esta misma fecha e interés del.24% anual sobre
saldos.” (fols. 299 y 300 c.ppal).

18) Mediante comunicaciones de 8 de noviembre y 16 de


diciembre de 1988, de 16 y 24 de enero de 1989 el contratista
solicitó a la entidad intervenir ante los propietarios de los predios
vecinos para obtener las servidumbres de paso de la tubería de
alcantarillado de la urbanización el Valle de Usaquén. En las
últimas comunicaciones también propuso gestionar la
adquisición de un lote vecino para obviar las dificultades
presentadas para la constitución de las servidumbres. (fols. 104
y 105 c. ppal).

19) El 9 de noviembre de 1988, las partes suscribieron el


contrato adicional No. 099 por medio del cual se acordó el
cambio de especificaciones en los apartamentos, por valor
$3.730.874, sin variación de las cláusulas del contrato principal
y sus adicionales, relativas a porcentajes de financiación,
reintegro de aportes, obligaciones de las partes, garantías etc.

Respecto de los reajustes se acordó que el valor adicional del


contrato, incluido el porcentaje de AIU, “se reajustará siguiendo
el mismo procedimiento y aplicando la misma fórmula incluída
en el contrato adicional N° 054/888 con mes base: septiembre
de 1988.” (fols. 302 a 307 c.ppal).

20) El 10 de febrero de 1989, suscribieron el contrato adicional


No. 012, con el objeto de prorrogar el término de ejecución del
contrato en dos meses más, esto es hasta el 2 de mayo de 1989.
Consta que la prórroga se produjo a petición del contratista y
que procedían los reajustes durante la prórroga. (fols. 308 y 309
c.ppal).

21) El 4 de abril de 1989, la Caja explicó a la Empresa de


Acueducto las dificultades presentadas para desarrollar el
proyecto de alcantarillado y solicitó agilizar la tramitación de las
soluciones alternas propuestas a esa entidad. (fols. 138 y 139
c.ppal).

22) El 2 de mayo de 1989, las partes suscribieron el contrato


adicional No. 032 por medio del cual se amplió el plazo de
ejecución hasta el 6 de julio de 1989; consta que la prórroga se
produjo a petición del contratista y que se seguirían reajustando
las actas durante la prórroga. (fols. 310 y 311 c.ppal).

23) El 15 de mayo de 1989, el Director de la Caja manifestó al


contratista “... la gran insatisfacción que ha producido en la Caja
de Vivienda Militar, el negligente manejo que la firma HORA
LTDA. ha dado a la ejecución de las obras encomendadas en
desarrollo del contrato No. 036/87 y adicionales de 201
apartamentos en la urbanización “Valle de Usaquén”, manejo
que permite deducir que esa Empresa constructora no es la
firma organizada y pudiente como pretendió mostrarse para la
adjudicación del contrato correspondiente” (fol. 163 c.ppal).

Afirmó que el plazo inicialmente pactado en 14 meses debió


cumplirse el 1º de noviembre de 1988 y como para entonces la
obra no estaba terminada, se concedió una prórroga de 120 días
más que se vencieron el 1º de marzo de 1989, fecha en la que
tampoco se cumplió con lo acordado, lo que motivó conceder
una nueva prórroga por dos meses más hasta el 2 de mayo que
tampoco fue cumplido; lo que determinó a la Caja conceder una
nueva prórroga hasta el 6 de junio, lo que determinó molestias y
perjuicios a los adjudicatarios de las viviendas, quienes
contaban con su vivienda para finales de 1988 y aún no tienen
certeza sobre la fecha de entrega.

Adujo también que en visita reciente se observó que el ritmo de


ejecución de la obra no era el suficiente para cumplir en el plazo
vigente y que aún no se había solucionado lo relativo a los
desagües de aguas lluvias y negras. Agregó la Caja que es
incierta la instalación de los servicios públicos correspondientes,
toda vez que, de las comunicaciones recibidas de la contratista,
se desprende su despreocupación para hallar la solución
correspondiente, porque pretende que sea la Caja quien
resuelva la situación, lo que llevó advertir al contratista que no
sería exonerado del cumplimiento de esa obligación y sería
responsable de cualquier perjuicio derivado de esa situación (fol.
163 y 164 c.ppal).
24) El 6 de junio de 1989, celebraron el contrato adicional No.
044 por medio del cual se prorrogó el término de ejecución,
hasta el 31 de agosto de 1989.

También se dispuso la modificación del parágrafo tercero, de la


cláusula tercera del contrato adicional N° 089 de 1989, relativa
al reintegro de aportes, así:

“Para el reintegro del 25% restante, la Caja expedirá en seis (6)


pagarés con vencimientos mensuales y sucesivos, equivalentes
al 50% en el acta de avance de obra del mes de junio de 1989 y
en seis (6) pagarés, con vencimientos mensuales y sucesivos el
50% restante, una vez se perfeccione el acta de liquidación
final.” (fols. 312 y 313 c.ppal).

25) El 27 de junio de 1989, la contratista informó sobre las


gestiones adelantadas para la instalación y funcionamiento de
los servicios de acueducto, alcantarillado, energía y teléfono.
(fols. 110 y 111 c.ppal).

26) El 22 de septiembre de 1989, la sociedad contratista formuló


reclamaciones a la entidad para el reconocimiento y pago de
sobrecostos por valor de $362’447.220, por reliquidación de
honorarios, reajuste del terreno aportado, costos de
permanencia en la obra, costo real del contrato, reajuste de
precios y reajuste de reintegro de cofinanciación. (fol. 113
c.ppal).

27) El 27 de septiembre de 1989, se suscribió por las partes el


acta de finalización de la obra, en la que consta que quedó
pendiente la conexión definitiva de la red de acueducto de la
urbanización y la instalación de contadores de energía eléctrica
de la manzana I. (fol. 344 c.ppal).

28) El 28 de septiembre de 1989 las partes suscribieron el acta


de liquidación del contrato, N° 42, en la que el contratista dejó a
salvo la posibilidad de formular las reclamaciones contenidas en
el oficio 220-GE-021/89 radicada en la Caja el 22 de septiembre
de 1989.

Consta en este documento que el valor inicial del contrato fue


de $641.797.731, que correspondió al valor de obra ejecutada;
que el valor de los reajustes fue de 116’807.324,32 y el valor de
intereses de financiación fue de $11’231.460,31, para un total
de $769.836.515,63; que de ésta suma $598’155.622,57 fueron
financiados por la Caja de Vivienda Militar y $171’680.893
($160’449.432,75 valor cofinanciado y $11’231.460,31,
intereses de cofinanciación) por la sociedad contratista; que la
fecha de iniciación fue el 1 de septiembre de 1987 y la de
terminación, el 31 de agosto de 1989 y que todas las obras
fueron ejecutadas por el contratista y recibidas por la entidad.

El acta también da cuenta de que el contratista recibió los


siguientes valores: anticipo, 156’243.308; avances de obra,
321’033.837,12; reajustes, $115’145.168,15 y pagarés
expedidos, $150’096.030,38; y que a la suscripción de la misma
se adeudaba al contratista $27’318.171,9, por concepto de
pagarés por expedir ($21’584.862,68 y acta final de obra:
$5’733.309,30).
Se disponen igualmente prestaciones finales a cargo de las
partes, de las cuales se destacan, de las obligaciones del
contratista, constituir la garantía de estabilidad de las obras;
garantizar la conexión definitiva de algunos servicios públicos en
las manzanas 1 y 2, ejecutar reparaciones correctivas que se
presenten con posterioridad a la entrega de los inmuebles,
permitir la retención del pagaré N° 6 para garantizar el
cumplimiento de algunas de esta obligaciones poscontractuales;
retirar las estructuras provisionales, responder por defectos post
liquidación del contrato y asumir la celaduría de la obra hasta
que sean recibidos totalmente y en forma definitiva los servicios
públicos.

La entidad se comprometió a reintegrar los valores restantes de


la cofinanciación, cancelar el saldo final y entregar pagares Nos
5 y 6, una vez cumplidas las condiciones correspondientes. (fols.
336 a 341 c. ppal; 1 a 200 c.5).

29) El 13 de octubre de 1989, la Caja se negó a acceder a las


reclamaciones del contratista, mediante escrito en el que
manifestó que no era procedente modificar lo dispuesto en el
contrato y que el acta de liquidación se ajustó al desarrollo del
contrato y a lo pactado en él. (fols. 134 y 135 c.ppal).

30) El 9 de noviembre de 1989, se suscribió el contrato adicional


No. 099 que tuvo por objeto “Cambio de especificaciones en los
apartamentos” y el consecuente incremento del valor original en
$3.730.874.07. Se mantuvo el sistema de cofinanciación
acordado en el contrato principal y de reajustes. (fols. 306 y 307
c.ppal).

31) El 22 de diciembre de 1989 el Director General de la Caja


reiteró lo expuesto al contratista en comunicación del 13 de
octubre anterior, cuando este solicitó su reposición. Señaló que
el acta de liquidación se ajustó a derecho y que es el competente
para responder sus solicitudes.(fols. 136 y 137 c.ppal).

32) El interventor y el Director de la obra en representación de


Hora Ltda., presentaron informes de obra, en los que consta lo
siguiente:

a. Enero de 1.988. La obra se inició de acuerdo con la fecha


pactada con poco personal y poco equipo, como consecuencia
se ha venido ejecutado lentamente (fols. 242 y 243 c.5).

“b) Febrero de 1988. Se incrementó el personal para iniciar la


actividad de cimentación de la Supermanzana No. 2, pero
continuó siendo insuficiente. En dicha Supermanzana ya se
encuentran fundidas tres cimentaciones y se halla una
pendiente (fols. 238 a 240 c.5).

“c) Marzo de 1988. Se contrató personal de mampostería y se


inició dicha actividad en primeros pisos de los bloques 1, 2, 7, 8
y 9. Las redes de aguas lluvias están en un 30% y la de aguas
negras en un 80%. Continúa el atraso, se recomienda al
contratista incrementar las actividades en la Supermanzana No.
1. (fols. 236 y 237 c.5).

“d) Abril de 1988. Según el programa de obra el atraso ha


aumentado en 25 días más, como ya se iniciaron los preplanos
se espera que una producción y colocación masiva permita
reducir el atraso (fols. 233 y 234 c.5).

“e) Mayo de 1988. El atraso frente al programa presentado por


el constructor es de 65 días. El contratista promete acelerar el
ritmo de la obra (fols. 231 a 232 c.5).

“f) Junio de 1988. El atraso se estima en 82 días. El contratista


informa que estudiará la posibilidad de crear un frente de trabajo
adicional para reducir el atraso. Continúa sin resolver el
problema de las servidumbres para el paso de redes de aguas
lluvias y negras. Se recomienda al contratista que una vez
definidos los acabados disponga de personal suficiente para
recuperar el atraso que también se presenta en estas
actividades. (fols. 227 y 228 c.5).

“g)Julio de 1988. Se completaron las cimentaciones (100%). Se


presenta problemas con el suministro de ladriblock. En este,
mes se dio trámite al problema de desagüe al vallado
(servidumbre) quedando este solucionado. El contratista
comunica que la tubería estará en la obra en 25 días hábiles
para inmediatamente tendería al vallado. Se recomienda al
contratista disponer del personal necesario para adelantar a la
mayor brevedad lo concerniente a los acabados de los
apartamentos (fols. 225 y 226 c.5).
“h) Agosto de 1988. Se presentan problemas con el suministro
de ladriblock. A causa del invierno se pueden ver afectadas las
obras de urbanismo. Se recomienda al contratista acometer
rápidamente lo concerniente a los acabados y agilizar el trámite
del problema de servidumbres de desagüe al vallado. Las obras
proyectadas para el mes se cumplieron en un 70% (fols. 223 y
224 c.5).

“i) Septiembre de 1988. Se presentan problemas de suministro


de bloque. Se insiste al contratista en acometer
simultáneamente los acabados de las manzanas 1 y 2. Las
obras proyectadas para el mes se cumplieron en un 61%. Se
insiste al contratista para que incremente al personal (fols. 221
y 222 c.5).

“j) Octubre de 1988. Continúa el problema con el suministro de


bloque. Las obras proyectadas para el mes se cumplieron en un
40%. Las obras de urbanismo se deben acometer de inmediato.
Se debe incrementar el personal (fols. 219 y 220 c.5).

“k) Noviembre de 1988. Observaciones similares al anterior


(fols. 217 y 218 c.5).

“l) Diciembre de 1988. Se ha incrementado el plazo en 4 meses.


Es necesario incrementar el personal para mejorar el
rendimiento y así terminar con la obra pendiente. De no
solucionarse el problema de las servidumbres no se podrán
terminar las vías de la urbanización (fols. 215 a 216 c.5).
“II) Enero de 1989. Es necesario incrementar el personal de obra
por parte del contratista (fols. 213 y 214 c.5 ).

“m) Febrero de 1989. Autorizada prórroga de dos meses (fols.


211 y 212 c.5).

“n) Marzo de 1989. No se conoce aún la solución definitiva de


los problemas de servidumbre. Pese a habérsele concedido
prórroga por segunda vez la firma contratista no dispone en la
obra de personal suficiente que haga prever que se pueda
concluir dentro del plazo final pactado (2 de mayo). Se estima a
la fecha un atraso de 12 días. Solo se cumplió el 60% del
programa de obra del mes (fols. 209 y 210 c.5).

“ñ) Abril de 1989. Se prórroga en 35 días más el plazo a partir


del 2 de mayo. No se conoce aún la solución definitiva al
problema del desagüe. El atraso en la manzana 1 se debe al
deficiente suministro de materiales de acabados y a la falta de
personal. la proyección de la obra se cumplió en un 50%. De
acuerdo con el estado actual se calcula que la manzana 2 se
terminará en el tiempo prorrogado; la manzana 1 presenta un
atraso de 15 días. La terminación del urbanismo depende de la
solución al desagüe (fols. 207 y 208 c.5).

33) El 18 de junio de 1991, el señor Luis Fernando Orozco,


asesor de suelos de la obra, mediante documento que reconoció
posteriormente en diligencia judicial, expuso a la sociedad
contratista aspectos relacionados con las dificultades
presentadas en desarrollo del contrato. Dijo que con el estudio
preliminar de suelos no se puede determinar, en forma exacta,
los volúmenes y cantidades de obra de cimentación para la
elaboración de un presupuesto definitivo; con el estudio
definitivo se obtienen las características necesarias para
efectuar el presupuesto definitivo; la cantidad de terreno sólo se
determina, en forma exacta, al hacer las excavaciones y “la
necesidad de quitar los árboles no fue contemplada en nuestros
estudios preliminar y definitivo. Aún así se aclara que el volumen
a rellenar como producto de la extracción de las raíces se
determina únicamente cuando se ha retirado el árbol” (fols. 140
y 141 c.ppal).

34) El 26 de marzo de 1996, el Departamento Administrativo de


Planeación Distrital certificó que para el Conjunto Multifamillar
del Valle de Usaquén se concedieron las siguientes licencias de
construcción: No. 039952 de marzo 2 de 1988, solicitada el 18
de diciembre de 1987; No. 04756 del 27 de abril de 1989,
modificación de la anterior, solicitada el 18 de enero de 1989;
No. 039931 del 2 de marzo de 1988, solicitada el 20 de enero
de 1988. (fol. 262 c.4).

Declaraciones rendidas antes esta jurisdicción:

- Luis Fernando Orozco, experto y asesor en suelos de la


contratista, informó que: “el estudio preliminar de suelos se
realiza sobre un terreno con pocos sondeos que son unas
perforaciones para determinar las características del suelo que
permiten establecer preliminarmente o con anterioridad a los
diseños las características físicas aproximadas y por lo tanto le
permite conocer el tipo de problemas a los cuales se va a
enfrentar durante las etapas de elaboración de los proyectos
definitivos. En zonas de suelos homogéneos la información del
estudio preliminar a veces permite definir bastante bien lo que
va a ocurrir en el proyecto, en zonas de suelos heterogéneos
como es este caso simplemente le informa uno que se va a
encontrar con cierto tipo de problemas de cimentación....Para el
estudio preliminar de suelos basta con conocer cual es el terreno
y saber que se necesita conocer las condiciones físicas de los
suelos en ese terreno....El estudio definitivo de suelos determina
de mejor manera las características físicas de los suelos
mediante una exploración de suelos mucho mas detallada y el
estudio definitivo es un requisito indispensable para que el
ingeniero calculista pueda llevar a cabo el diseño definitivo o
final de la cimentación......Se hace una primera aproximación
con el estudio preliminar tratando de determinar como va a ser
la cimentación pero por su carácter preliminar en esta no se
pueden basar decisiones serias, con el estudio definitivo se hace
la mejor aproximación que tenemos antes de iniciar la obra
incluyendo la posibilidad de que a pesar de haber realizado
todos los sondeos previstos se regrese al terreno a hacer mas
sondeos para corroborar ciertos aspectos de los cuales no se ha
obtenido la totalidad de la información, pero aún así durante la
ejecución de la obra se presentan circunstancias que requieren
de modificaciones y ampliaciones de las cantidades o diseños
previstos, esto ocurre por ejemplo cuando se extrae una raíz
muy grande de un árbol que deja una depresión que no fue
posible prever en su tamaño...Concretando, únicamente se sabe
con certeza lo que se gastócuando se hizo porque durante la
obra se presentan circunstancias que no eran posibles de
prever.......en la obra....en la etapa dos se presentó por una
parte la necesidad de utilizar pilótes de madera con cabezote de
concreto y esto no se definió con certeza sino con el estudio
definitivo de suelos, con dicho estudio fue posible obtener las
dimensiones de las cimentaciones y las características de los
pilotes que iban debajo de las placas de cimentación........ ”
(subraya la Sala) (fols. 2 a 9 c.2)

- Gonzalo Alberto Cárdenas, ingeniero interventor de la Caja de


Vivienda Militar, que supervisó la obra en su parte final; afirmó
que el contrato se prorrogó en varias oportunidades; que se
presentaron dificultades respecto de la tramitación de las
servidumbres lo que determinó cambiar el diseño de
alcantarillado; explicó que por la renuencia de un dueño se
solicitó a la EAAB la relocalización de la red y esta entidad
demoró la definición las obras, lo que determinó atrasos;
manifestó no saber si tales cambios causaron sobrecostos;
agregó que sin la realización de las obras de alcantarillado no
se podían realizar las de urbanismo. (fols. 11 a 15 c.2).

- Humberto Amaya Rey, ingeniero calculista de la obra, que


participó en su ejecución, señaló que el anteproyecto estructural
se basó en unos estudios preliminares de suelos; que se
hicieron estudios especiales de suelos para cada uno de los
edificios de la urbanización que determinaron cambios
importantes en el diseño estructural de las placas de
cimentación, hasta el punto de repartir los diseños para cada
uno de los edificios y para los tanques de agua, apoyados
directamente sobre el terreno. Explicó que el aumento de la
cantidad de obra también se produjo por el volumen que
ocupaban las raíces del gran número de árboles que estaban en
la zona y por la presencia de suelos contaminados con materias
orgánicas, todo lo cual ocasionó demoras difíciles de cuantificar,
porque las cimentaciones se hicieron durante un año y las
demoras se causaron en forma escalonada durante todo el
período. Señaló también que, dadas las condiciones del terreno,
se necesitó un número adicional de pilotes que aumentaron el
tiempo de ejecución de la obra; que hubo necesidad de
modificar la estructura del tanque para reforzarlo; que se
presentaron demoras por cambios de diseños efectuados por la
EAAB “que hizo que toda las conexiones sanitarias demoraran
la definición de la localización por un tiempo, esto demoró la
obra entre 3 o 4 meses y eso ocasionó una demora en la
iniciación de las excavaciones de la cimentación de algunos de
los edificios porque ya había unos construidos” . Afirmó que
también se produjeron demoras por cambios dispuestos por la
empresa de teléfonos y la de energía. (fols. 19 a 23 c.2).

Dictámenes periciales:

1) Uno primero, rendido por un contador y un ingeniero civil con


el objeto de determinar el monto de los perjuicios reclamados
por la demandante, mediante la determinación de los costos
efectivos que demandó la ejecución del contrato.

Con fundamento en el análisis de los libros de contabilidad de la


sociedad contratista, determinaron que los sobrecostos
financieros de la sociedad para los años 1988 a 1990 fueron de
$79.365.443; establecieron que los costos directos e indirectos
durante el mismo período fueron de $819.227.587, luego de lo
cual sumaron estas dos cantidades para un total de
$898.592.950, que actualizaron desde octubre de 1987 hasta
agosto de 1994, para una cifra total de $4.528.908.468, a la cual
le restaron el costo obra y concluyeron que el daño emergente
corresponde a $3.630.315.518.

El lucro cesante lo calcularon aplicando un interés de 36.89%


mensual sobre la suma inicial durante el mismo periodo, con lo
cual obtuvieron $2.311.228.492. (fols. 262 a 272 c.2).

2) Se practicó un segundo dictamen, rendido por un ingeniero


civil con el objeto de explicar el concepto y la función de los
estudios preliminar y definitivo de suelos, determinar el costo de
los apartamentos construidos; conceptuar sobre la previsibilidad
de las mayores cantidades de obra y las obras adicionales que
se ejecutaron y cuantificar el valor actual de las mismas; definir
las cantidades definitivas de las obras ejecutadas; establecer el
valor de las obras que no fue pagado por la Caja; definir si el
precio ofrecido por el contratista resultó suficiente para cumplir
con las exigencias de las normas básicas de la alternativa III;
precisar el costo de la mayor permanencia del contratista y el
monto de todos los perjuicios sufridos por el contratista.

Los peritos dijeron, en síntesis, lo siguiente:

a. Con el estudio preliminar de suelos no es posible determinar las


cantidades de obra a ejecutar en la cimentación, pues esto es
función del estudio definitivo; los costos por este concepto
corresponden al “I” de imprevistos.

b. El costo de los apartamentos en agosto de 1987 para el


contratista estaba entre $2.800.000 y $3.300.000.

c. No es posible para contratos de esta naturaleza determinar en


la licitación la gran cantidad de imprevistos que se pueden
presentar para obtener las normas básicas estipuladas.

d. El cálculo del valor de las obras adicionales y mayores


cantidades de obra se logra con la diferencia entre el valor inicial
y el valor final del capitulo de gastos, así se deduce que el valor
inicial fue de $551.031.531.61 y el final de $757.374.381.61,
para una diferencia de $206.342.580.01.

e. El valor de las cifras ejecutadas y no pagadas por la Caja,


corresponde a la diferencia entre el valor de la obra ejecutada:
$757.374.442.21 y el valor pagado que consta en el acta de
liquidación: $641.863.711.201, esto es, $167.863.711.20.

f. El valor de la mayor permanencia en la obra se calculó en la


misma suma: $167.863.711.20 y los sobrecostos financieros por
el mismo concepto en $6.831.175.05.

El dictamen se rindió con fundamento en cálculos de costos


iniciales y finales hechos por la demandante según cuadros que
anexan los puntos (fols. 286 a 299 c.2).

Este dictamen fue objetado por la parte demandada, por


considerar que se incurrió en error grave en la totalidad del
mismo: “El experticio en su totalidad carece de apreciaciones en
concreto, por el contrario se limita a apreciaciones subjetivas
utilizando conceptos que incurren en imprevisiones que traen
como consecuencia una desviación al valor técnico des esta
prueba.” (fols. 511 a 513 c.1).

2. Competencia de esta jurisdicción

El contrato bajo estudio es del conocimiento de esta jurisdicción,


así tuviese la naturaleza de un contrato privado de la
administración, porque contenía cláusulas exorbitantes.

La Sala advierte que el contratista asumió la construcción de las


unidades de vivienda a precios globales, con sometimiento a los
requerimientos definidos por la entidad en las normas básicas
del plan, en las que no se exigieron valores unitarios por ítems
de obra, puesto que la entidad solicitó simplemente “valores por
capítulos, valor total, valor de la oferta globalmente considerada
y valor por unidad de vivienda.(fol. 227 c. 4), y el contrato se
celebró bajo estas condiciones.

En efecto, del análisis de los documentos y formatos integrantes


del pliego, de las propuestas presentadas, del contrato y sus
anexos, no se deducen especificaciones del valor del contrato
por cantidades de obra o valores unitarios de cada elemento;
mediante los aludidos documentos se definieron el número de
viviendas, el costo por unidad de vivienda, el costo del terreno,
el costo total de la urbanización mediante la multiplicación del
valor de cada unidad de vivienda por el número de unidades, el
área privada de cada apartamento, los componentes básicos de
cada unidad de vivienda, el sistema de construcción con
indicación de acabados de muros, techos, puertas, pisos,
ventanería, y cocina; descripción del calentador, lavadero y
aparatos; como también la especificación de las instalaciones
hidráulicas, sanitarias y eléctricas, (fols. 48 ss c.4).

No se trató entonces de un contrato a precios unitarios.

3. La teoría del equilibrio financiero del contrato estatal

El contratista afirmó que la entidad estaba obligada a mantener


el equilibrio financiero del contrato, frente a las situaciones
nuevas e imprevistas que se presentaron durante su ejecución.
Procede la Sala a precisar los elementos que configuran esta
teoría, particularmente por causa de la imprevisión.

1. Para establecer el contenido del concepto “Equilibrio” cabe


tener en cuenta lo que motiva a cada uno de los sujetos de la
relación jurídico negocial derivada del contrato estatal; para el
Estado, desarrollar los fines que nuestro sistema jurídico le
atribuyó fundamentalmente la satisfacción del interés público;
para el particular, obtener un lucro personal.

El contrato estatal debe entonces colmar las expectativas de


uno y otro cocontratante, para lo cual se ha previsto la
conservación de la ecuación financiera del contrato existente a
la fecha en que surge la relación jurídico negocial.

Por virtud de la mentada ecuación, se pretende que la


correspondencia existente entre las prestaciones correlativas
que están a cargo de cada una de las partes del contrato,
permanezca durante toda su vigencia, de tal manera que a la
terminación de éste, cada una de ellas alcancen la finalidad
esperada con el contrato.

Cuando las condiciones económicas pactadas a la celebración


del contrato, se alteran en perjuicio de una de las partes
cocontratantes, a consecuencia de hechos que no le son
imputables y que ocurren con posterioridad a la celebración del
mismo, surge el deber de reparar la ecuación financiera del
contrato.

Los hechos determinantes del rompimiento de la ecuación


financiera del contrato son: el hecho del príncipe, los actos
particulares de la administración en ejercicio de la potestad de
dirección y control (particularmente del ius variandi) y los
factores sobrevinientes y exógenos a las partes del negocio.[3]

A más de lo anterior, y no obstante que el contrato que se


estudia está sometido al imperio del decreto ley 222 de 1983,
resulta ilustrativo anotar que la ley 80 de 1993, al regular la figura
del rompimiento del equilibrio financiero del contrato, incorporó
el incumplimiento como factor determinante del mismo (art. 5,
num 1), disposición ésta que debe interpretarse dentro del
contexto de la responsabilidad contractual del Estado, toda vez
que es uno de los elementos que la determinan.

Resulta ilustrativo tener en cuenta lo manifestado por la doctrina


al respecto:
“ si el cocontratante debe soportar, como en todo contrato, el
riesgo normal propio de cualquier negocio, no debe cargar con
un riesgo anormal, que lo privaría de las ganancias razonables
que hubiera obtenido si la relación contractual hubiera podido
cumplirse en las condiciones tenidas en cuenta inicialmente.

“El fundamento jurídico de este derecho reconocido al


cocontratante particular, sin perjuicio de las disposiciones
constitucionales o legales que en cada país puedan darle
sustento, se encuentra en el hecho de que teniendo en cuenta
los fines de interés público que dan lugar a la contratación
administrativa, y el rol que en ella tiene aquél al constituirse en
un colaborador activo para el logro de dichos fines, resulta justo
que entre los derechos y las obligaciones del cocontratante
exista una equivalencia honesta, una relación razonable, de
modo que el particular no sea indebidamente sacrificado en aras
de una finalidad cuya atención corresponde prioritariamente a la
administración pública.

(...)

“La ecuación económico - financiera del contrato puede verse


afectada, según se sostiene comúnmente, por tres causas
fundamentales:

“1)Por causas imputables a la administración pública, cuando


ésta no cumple en la forma debida las obligaciones que el
contrato puso a su cargo o cuando introduce modificaciones que
las afectan. Estamos frente a supuestos que generan
responsabilidad para la administración y a los cuales nos
referimos en este mismo capítulo.

“2).Por causas imputables al Estado, incluida, como es obvio, la


misma administración pública, y cuyos efectos inciden o pueden
incidir en el contrato administrativo. Estos supuestos son
tratados, por lo general, dentro de la llamada teoría del ‘hecho
del príncipe’…

“3).Por causas no imputables al Estado, que son externas al


contrato y que sin embargo alteran su economía general, por
incidir en él. Estos supuestos son tratados dentro de la “teoría
de la imprevisión” [4]

El estatuto aplicable al contrato, del que deriva el litigio objeto


de este proceso, es el vigente al momento de su celebración,
esto es, el decreto ley 222 de 1983 que, si bien no reguló
ampliamente lo relativo a la ecuación financiera del contrato
estatal, contiene algunas disposiciones que permiten inferir su
consagración legal, tales como los artículos 19 y 20, que
establecen los poderes exorbitantes de terminación y
modificación unilateral de los contratos, para la administración,
cuyo ejercicio se condicionó a la debida protección de los
intereses económicos del contratista, otorgándole, en el primer
caso, el derecho a una indemnización y, en el segundo, el
derecho a conservar las condiciones económicas inicialmente
pactadas.

Se sujetó la modificación unilateral del contrato a la observancia,


entre otras, de las siguientes reglas:
“…c) Deben respetarse las ventajas económicas que se hayan
otorgado al contratista. d) Debe guardarse el equilibrio financiero
del contrato para ambas partes. e) Deben reconocerse al
contratista los nuevos costos provenientes de la modificación”.

De igual manera, determinó la posibilidad para el contratista de


no continuar con la ejecución del contrato, cuando la
modificación unilateral variara, en más del 20% el precio
inicialmente pactado.

Se tiene así que, en el decreto ley 222 de 1983 se incluyeron


disposiciones orientadas a la conservación de la ecuación
financiera del contrato en beneficio de las partes contratantes y
particularmente frente a actuaciones legítimas de la
administración.

También se previeron eventos determinados por hechos


exógenos a las partes, cuando se reguló la revisión de precios
para los contratos de obra pública, consultoría y suministro.
(arts. 86, 113). El reajuste de los contratos se dispuso respecto
de los contratos de tracto sucesivo, puesto que estos eran
vulnerables frente al fenómeno inflacionario.

3.1 . La teoría de la imprevisión.

Se presenta cuando situaciones extraordinarias, ajenas a las


partes, imprevisibles y posteriores a la celebración del contrato
alteran la ecuación financiera del contrato en forma anormal y
grave, sin imposibilitar su ejecución.
Según Riveró: “Para que la teoría se aplique se requieren tres
condiciones: - los cocontratantes no ha podido razonablemente
prever los hechos que transtornan la situación, dado su carácter
excepcional (guerra, crisis económica grave) - Estos hechos
deben ser indepedientes de su voluntad. - Deben provocar un
trastorno en las condiciones de ejecución del contrato. La
desaparición del beneficio del cocontratante, la existencia de un
déficit, no son suficientes: hace falta que la gravedad y la
persistencia del déficit excedan lo que el cocontratante haya
podido y debido razonablemente prever.”[5]

Resulta, entonces, procedente su aplicación cuando se cumplen


las siguientes condiciones[6]:

a. La existencia de un hecho exógeno a las partes que se presente


con posterioridad a la celebración del contrato.

b. Que el hecho altere en forma extraordinaria y anormal la


ecuación financiera del contrato.

c. Que no fuese razonablemente previsible por los cocontratantes


al momento de la celebración del contrato.

Respecto del primer supuesto cabe precisar que no es dable


aplicar la teoría de la imprevisión cuando el hecho proviene de
la entidad contratante, pues esta es una de las condiciones que
la diferencian del hecho del príncipe, que es imputable a la
entidad.
En cuanto a la alteración de la economía del contrato, es de la
esencia de la imprevisión que la misma sea extraordinaria y
anormal, supone “que las consecuencias de la circunstancia
imprevista excedan, en importancia, todo lo que las partes
contratantes han podido razonablemente prever. Es preciso que
existan cargas excepcionales, imprevisibles, que alteren la
economía del contrato. El límite extremo de los aumentos que
las partes habían podido prever..(...) Lo primero que debe hacer
el contratante es, pues, probar que se halla en déficit, que sufre
una pérdida verdadera. Al emplear la terminología corriente, la
ganancia que falta, la falta de ganancia, el lucrum cessans,
nunca se toma en consideración. Si el sacrificio de que se queja
el contratante se reduce a lo que deja de ganar, la teoría de la
imprevisión queda absolutamente excluida. Por tanto lo que se
deja de ganar no es nunca un álea extraordinario; es siempre un
álea normal que debe permanecer a cargo del contratante”[7]
(Subraya la Sala)

Y en relación con la imprevisibilidad del hecho, cabe precisar


que si el hecho era razonablemente previsible, no procede la
aplicación de la teoría toda vez que estaríamos en presencia de
un hecho imputable a la impericia, negligencia o falta de
diligencia de las partes contratantes, que por lo mismo hace
improcedente su invocación para pedir compensación alguna,
toda vez que a nadie le es dable alegar su propia culpa en
beneficio propio.

Resulta ilustrativo conocer la explicación de cada uno de los


anteriores supuestos dada por Escola:
“Es condición exigida para que la teoría de la imprevisión
proceda, tal como es aceptada en el derecho administrativo, que
se esté en presencia de un contrato administrativo stricto sensu.
Sólo relaciones contractuales de esta naturaleza podrían
generar ese efecto, pero, al mismo tiempo, también se acepta
que la imprevisión tiene vigencia en todo contrato administrativo,
cualquiera que sea su clase, y sin que se requiera la existencia
de normas legales o convencionales que le den cabida. Su
aplicación responde a un principio general del derecho
administrativo.

El hecho que da lugar a la imprevisión no debe ser - valga el


concepto - previsible, es decir, debe ser un acontecimiento
razonablemente imprevisible, bastando a este objeto que la
imprevisibilidad sea aplicable a las consecuencias del acto, y no
a éste en sí mismo. El hecho, además, debe tener efecto sobre
los aspectos económico - financieros del contrato, que
perjudiquen al cocontratante en las condiciones que exige la
teoría en cuestión.

El evento invocado debe producir una perturbación


suficientemente profunda en el equilibrio económico - financiero
del contrato, de modo tal que se evidencie que se está ante un
alea contractual anormal, que excede los cálculos que las partes
pudieron hacer al contratar y que incluyen, normalmente, el alea
común a toda negociación, que el cocontratante particular está
obligado a tomar a su cargo.
Debe existir una íntima correlación, una relación directa, entre el
hecho alegado y el trastorno producido en la ejecución del
contrato, estando a cargo del cocontratante la prueba de esa
relación.

Asimismo, para que un hecho determinado pueda dar lugar a la


aplicación de la teoría de la imprevisión, es preciso que ese
hecho haya sido independiente de la voluntad de las partes
contratantes, o por lo menos de la del cocontratante particular,
puesto que éste no podría invocarlo si lo ha provocado o si no
ha hecho lo que podía y debía hacer para evitarlo.

El trastorno o perturbación del contrato no debe ser definitivo,


sino, al contrario, temporal o transitorio, ya que si así no fuera
no habría motivo para que el cocontratante reclamara la ayuda
de su contraparte, que es admisible sólo para continuar la
ejecución del contrato. Correlativamente, debe estarse en
presencia de un contrato administrativo ya en curso de
ejecución, puesto que debe ser posterior a su celebración, y
cuyas prestaciones no estén enteramente concluídas, que en
este último caso no habría interés en “ayudar” a la ejecución de
un contrato ya cumplido.

Por lo general, la teoría de la imprevisión es aplicable a los


contratos administrativos de cierta duración, que den lugar a
prestaciones sucesivas o múltiples u obligaciones a término.
Pero ello no excluye que también pueda aplicársela a contratos
de cumplimiento inmediato, si las circunstancias hicieran
equitativa su vigencia.
Finalmente, es indispensable que el cocontratante particular, a
pesar del trastorno producido, no haya suspendido por sí la
ejecución del contrato. Si la imprevisión busca una ayuda al
cocontratante para que éste no interrumpa el cumplimiento de
sus obligaciones, y si aquél debe actuar como un colaborador
de la administración pública, este requisito es de importancia
trascendental, pues da razón a ese apoyo económico. La
imprevisión, en consecuencia, impone la obligación de continuar
con la ejecución del contrato, para abrir en favor del
cocontratante particular el derecho a una indemnización.

(...) Debe tenerse presente que la aplicación de la teoría de la


imprevisión, a diferencia de lo que ocurre en los casos en que
procede la teoría del hecho del príncipe, no importa el derecho
del cocontratante a una compensación completa, integral, sino
a la que sea necesario otorgarle a fin de asegurar la ejecución
del contrato y en la medida en que lo sea. Esta es la regla
general que habrá de hacerse prevalecer en todos los casos.”[8]

Cuando se demuestra la ocurrencia del hecho imprevisible,


posterior a la celebración del contrato, determinante del
rompimiento anormal y extraordinario de la economía del
contrato, surge el deber de compensar al cocontratante afectado
el desmedro sufrido.

Dicho en otras palabras, sólo nace el deber legal de llevar al


contratista a un punto de no pérdida, no surge la obligación de
reparar la integridad de los perjuicios. Según Riveró: “A
diferencia de lo que ocurre en la teoría del príncipe, esta
indemnización no es nunca igual a la totalidad de las pérdidas
sufridas, o carga extracontractual.”; para Bercaitz el contratista
afectado tiene derecho a reclamar “sólo un aumento de su
contraprestación”[9] y, para Jeze, “La teoría de la imprevisión
tiene por finalidad hacer participar a la Administración, en cierta
medida y temporariamente, en las pérdidas experimentadas por
el contratante. No tiende a reparar un daño. Nunca conduce a
mantener el beneficio del contratante, ni aún a preservarlo de
cualquier pérdida. El hecho del príncipe, en cambio, tiene por
resultado, cuando influye sobre la situación económica del
contratante, otorgar a éste el derecho de exigir la reparación
definitiva del perjuicio causado por la Administración, en forma
de un suplemento de precio; la equidad exige que el contratante
no sufra una pérdida, ni aún una disminución de sus beneficios,
a raíz del hecho de la Administración.”[10]

3.2 La procedencia de la teoría del equilibrio Financiero en el


caso concreto

El demandante invocó la aplicación de esta institución con


fundamento en la teoría de la imprevisión; el demandado alegó
en varias oportunidades procesales que esta figura no opera
respecto de contratos pactados a precio global, como el
presente.

La Sala precisa que la teoría del equilibrio financiero del contrato


procede respecto de todo contrato oneroso, de tracto sucesivo,
conmutativo y sinalagmático, sin consideración al sistema de
pago acordado; así lo precisó la Sala en sentencia proferida el
29 de abril de 1999, cuando dijo:

“No es dable tampoco considerar que por tratarse de un contrato


de obra pública a ‘precio global’ el contratista estaba impedido
para reclamar y obtener el reconocimiento y pago de las
mayores cantidades de obra que ejecutó en cumplimiento de lo
ordenado por la entidad contratante.

La tendencia doctrinal y jurisprudencial contemporánea


considera al contratista como un COLABORADOR de la
administración, no sometido de manera exclusiva a los riesgos
del alea de pérdida o ganancia en desarrollo del contrato estatal.
Ni siquiera en los contratos pactados a ‘precio global’, que
fueron definidos por el artículo 88 del decreto 222 de 1983, así:

‘Los contratos a precio global son aquellos en los que el


contratista, a cambio de las prestaciones a que se compromete,
obtiene como remuneración una suma global fija, en la cual
están incluidos sus honorarios , y es el único responsable de la
vinculación de personal, de la elaboración de los subcontratos,
y dela obtención de materiales , todo lo cual realiza en su propio
nombre y por su cuenta y riesgo, sin que el dueño de la obra
adquiera responsabilidad alguna por dichos actos’.

En aplicación del principio general de la equidad, no puede


atribuirse de manera exclusiva al contratista los efectos que
produce la presencia de áleas en un contrato estatal, entendidas
estas como los riesgos que pueden alterar la economía original
de los contratos. El derecho moderno reconoce y protege los
intereses legales y justos que movieron al particular a suscribir
el contrato con la administración.

Por otra parte, cabe afirmar que la modalidad de ‘precio global’


lo que pone de presente son los elementos o aspectos que él
envuelve o comprende, pero nunca podrá entenderse como la
rigidez inmutable que impida llevar a cabo los desajustes de
contenido económico, originados en causas sobrevinientes, eso
sí, no imputables al contratista.” (Se subraya).

Con fundamento en lo anterior y, a diferencia de lo manifestado


por la demandada, la Sala concluye que al contrato en análisis,
le resulta aplicable la teoría del equilibrio financiero del contrato.

3.3 La teoría del equilibrio financiero del contrato y los riesgos


del contrato

La aplicación de la teoría del equilibrio financiero del contrato


está condicionada a la conservación de la estructura original del
contrato, esto es, a que se mantengan las obligaciones y
derechos originales que surgieron para los co-contratantes,
muchos de los cuales están determinados por los riesgos o
contingencias que sumieron.

En estas condiciones no es dable considerar que el contratista,


por las variaciones ocurridas con posterioridad a la celebración
del contrato, está eximido de atender los riesgos que asumió.

Dicho en otras palabras, so pretexto del restablecimiento del


equilibrio financiero del contrato, no puede modificarse el
régimen de riesgos acordado, para incorporar o excluir derechos
u obligaciones que se originaron para cada una de las partes al
contratar.

La Sala ha manifestado que, por regla general, el contratista


asume “un riesgo contractual de carácter normal y si se quiere
a todo tipo de contratación pública.”[11]pero ello no significa
que, en un contrato particular, el contratista no pueda asumir
riesgos adicionales a los denominados riesgos normales, como
sucedió en el presente caso.

La entidad regula la distribución de riesgos cuando prepara los


documentos formativos del contrato, según sus necesidades y
la naturaleza del contrato, diseñado para satisfacerlas. Y es el
contratista el que libremente se acoge a esa distribución cuando
decide participar en el proceso de selección y celebrar el
contrato predeterminado.

Como se indicó precedentemente, los riesgos externos,


extraordinarios o anormales, configuran la teoría de la
imprevisión y, por tanto, deben ser asumidos, con las
limitaciones indicadas, por la entidad.

De manera que la teoría del equilibrio financiero del contrato,


fundada en la imprevisión, sólo se aplica cuando el contratista
demuestre que el evento ocurrido corresponde al álea anormal
del contrato, porque es externo, extraordinario e imprevisible y
porque alteró gravemente la ecuación económica del contrato,
en su perjuicio.
Es por lo anterior que deben precisarse las obligaciones
asumidas por el contratista en cada caso para definir el álea
normal del contrato, esto es, los riesgos normales que asumió

3.4 Los riesgos asumidos por el contratista en el caso concreto

Mediante la valoración de las normas básicas del plan, la


propuesta del contratista y las cláusulas del contrato la Sala
encuentra probado lo siguiente:

3.4.1) El contratista asumió los riesgos derivados de la


tramitación y obtención de la licencia de construcción durante un
plazo perentorio

La Caja diseñó tres alternativas de contratación, con diferentes


niveles de riesgo; dentro de la modalidad III se requirió a los
interesados para que presentaran el proyecto de urbanización
en trámite de aprobación, por lo menos con el plano topográfico
aprobado y con la respuesta del Departamento Administrativo
de Planeación Distrital a la consulta previa para urbanizar, que
comprendiera la manifestación de las Empresas de Servicios
Públicos de Bogotá respecto de la viabilidad de servicios.

El proponente debía señalar el estado del trámite y proponer el


tiempo necesario para concluir las etapas pendientes, hasta
obtener la licencia de construcción, para lo cual se dispuso un
término máximo de 4 meses. (fol. 200 c. 4).

Bajo la misma modalidad la entidad exigió a los interesados


comprometerse, “desde ahora”, a presentar los documentos
relativos al estudio de suelos y recomendaciones de
cimentación, cálculos estructurales y memorias de cálculo,
planos de instalaciones hidráulicas y sanitarias (redes interiores
y exteriores) y los planos de instalaciones eléctricas y
telefónicas, debidamente aprobados por las diferentes
empresas de servicios públicos de Bogotá y Planeación Distrital.
(fol. 213 c.4).

Cada proponente debía definir la localización del lote y sus


beneficios (vías de acceso, servicios disponibles, estudio
topográfico), valor del metro cuadrado del lote, la forma de
distribución de los inmuebles (número de agrupaciones, de
edificios, de pisos), el contenido del proyecto (parqueaderos,
zonas verdes, peatonales etc), el número de metros cuadrados
de cada inmueble, la composición definitiva de cada uno de
estos (hall de alcobas o áreas de circulación, etc), el sistema de
construcción y el desarrollo de los trámites administrativos y de
servicios públicos.

En la minuta del contrato, que formaba parte integral de las


normas básicas, se definieron las obligaciones que estarían a
cargo del proponente seleccionado, dentro de las cuales se
destacan la de transferir el derecho real de dominio del inmueble
en el que habría de desarrollarse el proyecto de urbanización;
entregar los diseños, planos, memorias y “en general el proyecto
aprobado y la licencia de construcción” en el plazo acordado. (fol
249 c.4)
La Sociedad Hora Ltda. se acogió a la modalidad III y con ello
asumió la obligación de adelantar todo lo necesario para obtener
la licencia de construcción, a cuyo efecto propuso un término de
3 meses, en tanto que otras de las firmas participantes
propusieron el plazo máximo permitido en el pliego, 4 meses (fol.
20 c. 4).

Así mismo manifestó en su propuesta que “si hay sugerencia de


cambio del proyecto arquitectónico, no se afecta el trámite
adelantado” (198 c.3); respecto de proyectos y gestión de
servicios públicos, ofreció condiciones que motivaron a la
entidad a seleccionarla, como por ejemplo, un lote con futuro
urbanístico en relación con el cual la oferente sabía que sería
afectado por obras viales, como en efecto ocurrió.

Celebró el contrato en las condiciones previstas en el pliego y


con ello se obligó a “la elaboración de planos, diseños,
memorias, estudios, aprobación del proyecto, trámite y
obtención de la licencia de construcción (...) “6) Entregar los
diseños, planos, memorias y en general el proyecto aprobado y
licencia de construcción, dentro del plazo establecido en el
numeral 1) de la cláusula segunda de este contrato” (fols. 271 y
272 c.ppal.).

De lo anterior se infiere que la sociedad Hora Ltda., asumió esas


obligaciones y con ello los efectos determinados por su no
realización oportuna, al punto que aceptó la sanción de multa o
caducidad del contrato, en el evento de que no se cumpliera esta
obligación.
En el caso concreto no se cumplió esa obligación dentro del
término acordado y la entidad no sólo no multó al contratista, ni
declaró la caducidad del contrato, a pesar de estar facultado
para ello, sino que en desarrollo del principio de buena fe, le
otorgó prórrogas con el objeto de que salvara las dificultades,
previsibles, que se presentaron.

Es por ello no que no resulta aceptable que, además de lo


anterior, sea la entidad la que asuma los efectos nocivos de tales
demoras, cuando quien asumió el riesgo fue el contratista.

3.4.2) El contratista asumió los riesgos derivados de las


dificultades del terreno

Como la sociedad seleccionó el inmueble donde se realizaría el


proyecto de urbanización y, lo vendió a la entidad por considerar
que era idóneo para la construcción del proyecto urbanístico y
viable para la instalación de los correspondientes servicios
públicos, adquirió un doble compromiso: como vendedor y como
constructor.

La primera condición comporta garantizar las calidades


ofrecidas del bien objeto de la compraventa y, la segunda las
obligaciones relativas al estudio y manejo del suelo, con todo lo
que ello implicaba: descapote, rellenos, retiro de sobrantes,
excavación, cimentación etc. (fols. 270 ss c.3).

La circunstancia de que el contratista hubiese formulado su


propuesta con fundamento en un estudio preliminar de suelos
no lo exime de la asunción del riesgo que se analiza, máxime
cuando el profesional que los realizó ofreció ampliar la
información “sobre el sistema de cimentación para el tipo de
estructura que ustedes escojan”(fol. 310 c. 3) y, la sociedad
contratista decidió acogerse al estudio original, olvidando que el
mismo se había realizado el 21 de noviembre de 1985 y la oferta
se presentó en julio de 1987. Ello permite inferir que el
contratista no fue diligente, ni adelantó todo lo que estuvo a su
alcance para realizar su propuesta sobre datos mas definidos.

Además de lo anterior, se considera que los riesgos derivados


de la obligación asumida por el contratista eran conocidos por
él, puesto que, para todos los profesionales del ramo, es un
hecho cierto y claro que el estudio preliminar de suelos no
permite definir los diseños definitivos, ni las cantidades exactas
de la obra de cimentación.

Se tiene así que el contratista, a pesar de contar con el estudio


preliminar de suelos, se comprometió a que “Cuando las
especificaciones del terreno así lo aconsejen, la Caja de
Vivienda Militar podrá ordenar modificaciones en la profundidad
o área de descapote” (fol. 272 c. 3) y además aceptó “prever
condiciones climáticas, de consistencia del terreno y de
profundidad de excavaciones ya que cuando se presenten
condiciones extremas en forma que hagan necesarias el uso de
entidades o equipos de bombeo la Caja no reconocerá obra
adicional o reajustes por tales conceptos “ (fol. 213 c. 4).
3.4.3) El Contratista asumió los derivados de la ejecución de las
obras en acatamiento de las especificaciones dispuestas en el
contrato y en los documentos que lo integran

El contratista se obligó a construir las unidades de vivienda con


sus obras de urbanismo, obras complementarias e instalación
de servicios, en los términos de las normas básicas y de su
propuesta, dentro del plazo señalado, a sabiendas de que el
proyecto no contaba con licencia de construcción, ni con los
correspondientes servicios públicos.

Al efecto se obligó a adquirir los materiales, equipo, maquinaria,


herramientas, elementos y enseres necesarios para el correcto
desarrollo de la obra, como también a acatar lo indicado por el
interventor designado por la caja y entregar las obras dentro de
los plazos previsto.

3.4.4) El contratista asumió los derivados de la gestión e


instalación de los servicios públicos

Porque así lo exigía la modalidad III de contratación y porque


esa obligación se acordó en la cláusula octava del contrato: “
Llevar a cabo todas las actividades tendientes a la oportuna
instalación de los servicios públicos y su posterior entrega a la
empresa de servicios que corresponda.” (fol. 272 c.ppal.).

Se obligó a la tramitación de todo lo necesario para realizar la


instalación de los servicios públicos y con ello a tramitar las
servidumbres que fuesen necesarias, de cuya existencia tuvo
conocimiento con suficiente antelación, si se tiene en cuenta que
en la comunicación 394750 del 19 de marzo de 1987, que aportó
con su propuesta, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de
Bogotá, al definir los datos técnicos y especificaciones que
habrían de cumplirse para el proyecto de alcantarillado de la
Urbanización Pepita Norte.- Etapa I, le indicó: “Deben presentar
el detalle de la entrega al canal de Torca y al colector de la calle
183. Para todos los desagues por fuera de la Urbanización
deben conseguir los permisos y servidumbres que sean
convenientes.” (fol 232, c.3).

En estas condiciones se tiene que si la sociedad, a sabiendas


de lo que se requería para la instalación de los servicios
públicos, aceptó gestionar lo pertinente y entregar los inmuebles
con los mismos instalados, dentro de un plazo perentorio,
asumió los riesgos derivados de estas actividades y por ende
los efectos nocivos derivados del incumplimiento de esta
prestación.

3.4.5) El contratista asumió los derivados de la renuncia al


reconocimiento de sobrecostos por circunstancias imprevistas
del suelo o replanteamientos en los diseños de cimentación o
estructuras, requeridos para garantizar a cabalidad la
estabilidad de la obra

En efecto, dentro de los aspectos técnicos de las normas


básicas de la promoción, la entidad dispuso que los mismos
debían ajustarse a las disposiciones de las correspondientes
empresas y a las normas sobre construcciones antisísmicas.
(fol. 232 c.4).
Se le impuso al oferente estudiar las condiciones del suelo
donde se levantaría la construcción y con fundamento en ello
determinar el tipo de cimentación y la estructura a utilizar, al
punto de radicar en cabeza suya los sobrecostos generados por
las circunstancias imprevistas del suelo o el replanteamiento de
los diseños de cimentación.

La sociedad Hora Ltda. al presentar su propuesta y celebrar el


contrato se sometió a esta disposición y por ende asumió el
aludido riesgo.

3.4.6) El contratista asumió los derivados del transcurso del


tiempo presentado entre la celebración del contrato y la fecha
de iniciación de las obras, respecto del valor de las obras

En efecto, cuando formuló su propuesta y firmó el contrato


aceptó la aplicación de la cláusula de reajuste, integrada por un
índice inicial determinado por la fecha de iniciación de la
ejecución de la obra, no por la fecha de presentación de la
propuesta o de su perfeccionamiento, con lo cual asumió los
efectos de las demoras que se presentaran durante la etapa de
gestión de la licencia.

Conclusión

Con fundamento en todo lo anterior, la Sala encuentra que,


mediante el contrato bajo estudio, el contratista asumió riesgos
adicionales a los que normalmente asume quien celebra el
contrato de obra pública, lo cual significa que debe soportar los
efectos nocivos derivados de hechos relacionados con los
mismos, que hayan ocurrido con posterioridad a la celebración
del contrato y no estén cobijados por la teoría de la imprevisión.

En efecto, en el caso concreto, el contratista propuso contratar


bajo la modalidad III, lo que comportó la asunción de mayores
riesgos, relativos a: la selección del inmueble en el que se
desarrollaría la obra; la tramitación de los permisos y licencias;
la tramitación e instalación de los servicios públicos, el diseño
de las obras, la realización de obras urbanísticas etc. Si hubiera
querido asumir menores riesgos debió proponer y contratar bajo
la modalidad I o II, que comportaba el adelantamiento previo de
algunas etapas, lo que implicaba mayor certeza y seguridad
respecto de las características y plazos de ejecución de las
obras.

De conformidad con lo anterior, la Sala deduce que no es dable


afirmar que el equilibrio financiero del contrato no se predique
respecto de un contrato como el que se estudia, de obra pública
bajo modalidades específicas, toda vez que por tratarse de un
contrato conmutativo, sinalagmático y oneroso, comprende
obligaciones y derechos recíprocos y equivalentes para las
partes, que se garantizan durante la ejecución del contrato.

Lo que sucede es que las obligaciones asumidas por las partes


no pueden modificarse durante la ejecución del contrato, con
fundamento en que se presentaron causas de rompimiento del
equilibrio financiero del contrato.

Dicho en otras palabras, si al momento de contratar el contratista


asumió contingencias o riesgos, que podían presentarse
durante la ejecución del contrato, no le es dable solicitar a la
entidad que los asuma y cubra los sobrecostos que hayan
podido generar.

4. El desequilibrio financiero invocado en el caso concreto

El demandante solicitó el restablecimiento del equilibrio


financiero del contrato con fundamento en que durante la
ejecución del contrato se presentaron eventos imprevisibles,
externos y anormales, que alteraron gravemente la economía
del contrato en perjuicio suyo.

Se procede por tanto al análisis de cada uno de los hechos


invocados en la demanda, para definir si los presupuestos que
hacen posible aplicar la teoría de la imprevisión, se hayan
cumplidos.

4.1 Mayores cantidades de obras y obras adicionales

Cabe tener en cuenta que en el caso concreto se contrató la


construcción de un mayor número de unidades de vivienda
(contrato adicional 043 de 1987, fol. 282), a cuyo efecto se
acordó el incremento el valor del contrato, determinado por el
número adicional por el valor unitario (20 x 2’622.536 =
$52’450.722), y se pactó el mismo sistema de pago previsto
para el contrato original. En estas condiciones, estas obras se
entienden cobijadas por el precio acordado en el
correspondiente contrato adicional.
Afirmó igualmente el contratista, que se presentaron mayores
cantidades de obra que se produjeron por causas que no le son
imputables. Al efecto conviene advertir que, por la modalidad
acordada, precio por unidad de vivienda, no resultaba suficiente
probar que el incremento de los ítems de obra correspondientes
a cada unidad de vivienda; como se explicó en acápite
precedente, el demandante debía demostrar que hechos
sobrevinientes, extraordinarios y extraños a él, alteraron el
normal desarrollo del contrato, en su perjuicio.

El examen de las causas invocadas por el actor, arroja el


siguiente resultado:

4.1.1) Variaciones unilaterales dispuestas por las Empresas


Distritales y por la Caja

Afirmó el contratista que la entidad y las empresas distritales de


servicios públicos introdujeron modificaciones al proyecto
urbanístico; explicó que las Empresas de Teléfonos y de
Energía, introdujeron cambios a los diseños aprobados por
ellas, que determinaron mayores costos que no le fueron
compensados.

Al efecto conviene tener en cuenta que el contratista asumió las


vicisitudes derivadas de la tramitación e instalación de los
servicios públicos a la urbanización y, aceptó acatar los
requisitos dispuestos al efecto por las correspondientes
empresas.
Es por ello que el demandante debió probar que las empresas
de servicios públicos dispusieron y ordenaron medidas
unilaterales injustificadas y/o absurdas que implicaron
variaciones del proyecto urbanístico en forma injustificada.

La sola demostración de que las empresas dispusieron


procedimientos necesarios para la instalación de los servicios
públicos en la urbanización, como en efecto ocurrió, no traslada
a la Caja los efectos negativos para el costo del proyecto, que el
cumplimiento de tales requerimientos hubiese podido causar, si
se tiene en cuenta que el contratista, como se indicó, asumió
esas obligaciones y por ende, los riesgos derivados de su
incumplimiento. (num. 7, cláusula octava del contrato, fol. 269
c.ppal.).

Con fundamento en las anteriores consideraciones, la Sala


estima improcedente considerar que los efectos económicos
negativos generados por el cumplimiento de las
recomendaciones y órdenes dadas por la entidad a través de la
interventoría deban ser asumidos por la entidad contratante, si
se tiene en cuenta que el contratista se obligó a acatar lo
dispuesto por la entidad, con el objeto de ajustar lo ejecutado a
lo acordado en el contrato y sus documentos complementarios.
(num. 7 cláusula octava del contrato, fol. 269 c.ppal.).

Afirmó el demandante que la entidad ordenó nuevas obras


mediante memorando del 4 de agosto de 1988, mediante
anotaciones en libro de obra relativas a accesos al cuarto de
bombas, impermeabilización de tanques, tapas de alfajo,
escaleras de gato, topes para puertas, parqueaderos,
estabilización del fondo de las excavaciones, diseño y arranque
de las escaleras, uniones de muros, pañetes, entre otras.

Mediante el estudio de las anotaciones del libro diario, la Sala


deduce que no le asiste razón al contratista, toda vez que en
reiteradas oportunidades, el interventor dejó constancia de que
la obra se estaba desarrollando con el desconocimiento de los
requisitos y especificaciones correspondientes.

A manera de ejemplo, la Sala resalta eventos en que el


contratista fue requerido: 20 de abril de 1988, para que utilizara
pilotes adecuados; 10 de mayo, para solucionar las grietas del
entrepiso; 15 de junio, para que se amplíen las dimensiones de
los tanques porque las que se están utilizando ponen en riesgo
la estabilidad de los mismos frente a inundaciones; 22 de junio,
para que se trate el hierro oxidado antes de usarlo en la obra;
17 de agosto, para que se rectifiquen anomalías en tanque; 14
de octubre de 1988, para que no se utilice material de segunda;
2 y 28 de noviembre, para que contratista ajuste la ejecución de
la obra a las especificaciones técnicas correspondientes; 14 y
23 de diciembre, para que se corrijan anomalías; 17 y 31 de
enero de 1989, se le reiteran solicitudes para que corrija los
defectos de la obra; 16 y 29 de junio de 1989, para que acate
observaciones que se han realizado con fundamento en
defectos de las obras.

Como puede verse, no fueron solicitudes injustificadas o


caprichosas de la entidad; por el contrario, fueron
recomendaciones y observaciones fundadas en deficiencias de
la obra y en la necesidad de que esta se ajustara a los
requerimientos técnicos y específicos adecuados para la
urbanización.

Si el contratista aceptó someter la obra a la evaluación y


aceptación de la entidad debía acatar las recomendaciones
formuladas por esta y para que prosperaran sus pretensiones
debió demostrar que tales solicitudes escapaban a la obra
contratada, que eran obras suntuarias, caprichosas o
innecesarias.

4.1.2) Por la calidad de los suelos y obras de cimentación

La modalidad de contratación asumida por el contratista


comportaba el estudio y manejo de los suelos, máxime cuando
fue él quien propuso la ejecución de la obra en ese inmueble.

El contratista afirma que como sólo se le pidió para ofertar el


estudio preliminar de suelos, no puede exigírsele que asuma los
sobrecostos por rediseños y mayores cantidades de obra en que
incurrió, por la situación real del suelo.

Adujo igualmente que aún con el estudio definitivo de suelos, se


produjo un hecho imprevisible consistente en que los suelos no
cumplían con las condiciones necesarias para realizar las
cimentaciones previstas, lo cual generó obras adicionales,
mayores cantidades de obra, en las tareas de cimentación,
excavaciones, rellenos , obras exteriores y estructuras.
Con fundamento en lo anterior solicitó el reconocimiento y pago
de mayores cantidades de obra reflejadas en mayor número de
pilotes de madera, cabezales de concreto reforzado, rellenos
para las manzanas I y II, áreas de cimentación,

Agregó que en el terreno fue necesario retirar raíces de gran


tamaño de unos árboles existentes en el lote, lo que generó la
construcción de recebos de cemento lo que determinó
sobrecostos.

Así también afirmó que la Caja no podía aplicar lo dispuesto en


el literal C. 3 de las normas básicas del contrato porque lo allí
dispuesto sólo era aplicable a los contratos de las alternativas I
y II, no a la III.

Al respecto, la Sala considera que por la naturaleza del contrato


y por los riesgos que asumió el contratista, la entidad no está
obligada a pagar los sobrecostos que reclama el contratista.

Fue el contratista quien seleccionó el predio, realizó el estudio


preliminar y definitivo de suelos, quien diseñó el proyecto y se
comprometió a la construcción de los inmuebles; por tanto él
debió tomar todas las medidas necesarias para sobrellevar
cualquier circunstancia nueva que se presentara en desarrollo
de tales prestaciones. Todas las razones expuestas pueden
tener sustento en la realidad fáctica del contrato, pero por
tratarse de un contrato en el que el contratista asumió
prestaciones de cuyo cabal cumplimiento pendía el éxito de la
construcción, cualquier circunstancia que agravara o
entorpeciera la ejecución de las obras debía ser asumido por él.
Y no es dable aplicar aquí la teoría de la imprevisión, toda vez
que la falta de coincidencia entre la calidad de los suelos hallada
y proyectada era un evento fácilmente previsible, si se tiene en
cuenta que así lo manifestó reiteradamente el contratista y lo
demostró cuando trajo documentos técnicos y declaraciones de
expertos, que informaron sobre la insuficiencia del aludido
estudio preliminar, para definir los diseños definitivos.

Dicho de otra manera, el contratista no probó la imprevisibilidad


que alegó y como todo hecho nuevo o toda dificultad no es de
por sí un hecho imprevisible, el que invoca la imprevisión tiene
a su cargo el deber de probar la infrecuencia y anormalidad del
hecho.

En relación con las raíces, lo lógico era que la contratista


hubiese previsto su existencia cuando ofreció ese predio, realizó
el diseño y el proyectó, con lo cual resulta improcedente que
invoque esta circunstancia como un hecho nuevo e imprevisible.

En otras palabras, en nada cambia demostrar que los estudios


preliminares de suelos no arrojaban la información suficiente
para determinar un diseño definitivo y una proyección real de los
costos de cimentación; tampoco probar que para todos los
expertos es una verdad sabida que los estudios preliminares, y
algunas veces los definitivos, pueden resultar equivocados
frente a la realidad presentada en el terreno, por cuanto la
sociedad demandante propuso contratar bajo la modalidad III,
con el pleno convencimiento de que los estudios preliminares de
suelos no arrojaban datos definitivos y reales para la ejecución
de las obras, asumió todos los riesgos derivados de esta
circunstancia y, por ende, quedó sin la posibilidad de reclamar a
la entidad por los sobrecostos generados precisamente por la
situación real del suelo.

A demás de lo anterior, cabe tener presente que en la normas


básicas del contrato, literal C. 3, el contratista aceptó que la Caja
no reconociera mayores costos por circunstancias imprevistas
del suelo o replanteamiento en los diseños de cimentación o
estructura requeridos para garantizar a cabalidad la estabilidad
de la construcción.

La demandante no probó que la anterior disposición no fuera


aplicable a su contrato por pertenecer a la alternativa III, pues,
está contenida dentro de un capítulo general, “Aspectos
técnicos”, aplicable a todos los interesados en contratar con la
Caja. A diferencia de lo que alega el contratista, la Sala
considera que el nivel de riesgo dispuesto dentro de la
alternativa III era mayor, frente al contemplado bajo los
esquemas I y II, pues la primera comportaba mayores
obligaciones a cargo del contratista y por ende mayores
contingencias.

Conclusión

Con fundamento en todo lo anterior la Sala considera que no


resulta procedente condenar a la entidad al pago de los
alegados sobrecostos causados por las invocadas obras
adiciones y mayores cantidades de obra, puesto que, como se
explicó, las mismas se produjeron por hechos y circunstancias
que asumió el contratista.

4.2 Mayor permanencia en la obra por 11 meses

Está probado que, mediante contratos adicionales, las partes


prorrogaron en varias ocasiones el plazo del contrato, con
fundamento en hechos y situaciones invocadas por el
contratista.

Procede la Sala al análisis de cada uno de esos hechos que


invocó el contratista al solicitar las prórrogas, con el objeto de
establecer si los mismos son imputables o no a la entidad
demandada.

4.2.1) La demora en la licencia de construcción.

El demandante afirmó que el Distrito demoró la aprobación de la


licencia de construcción, las entidades encargadas de lo
servicios públicos también demoraron la aprobación y
disposición de lo relativo a las redes correspondientes, lo que
motivó atrasos en la primera fase del contrato. Ello motivó una
suspensión del plazo contractual que fue aprobada por la
entidad.

La aprobación de planos y la obtención de las licencias de


construcción exigía la expedición de la resolución urbana de
conformidad con lo dispuesto en los artículos 11 y 15 del decreto
2443 del 1 de diciembre de 1982, mediante el cumplimiento de
lo indicado, para el caso concreto, por el Departamento
Administrativo de Planeación Distrital. Este último documento
sólo se obtuvo el 31 de diciembre de 1987 a pesar de que había
sido solicitado el 19 de mayo de 1987, mediante resolución 621
de 1987 y la licencia de construcción se expidió el 2 de marzo
de 1988, esto es, 3 meses después de vencido el plazo fijado en
la programación contractual (8 de diciembre de 1987).

Afirma el demandante que lo anterior le generó un retraso inicial


en obra de 30 días, y con ello perjuicios por los costos por mayor
permanencia en la obra. Explicó además que estos perjuicios no
se repararon con el ajuste de precios porque el índice inicial allí
previsto era el de la fecha de iniciación de la ejecución de las
obras.

La Sala considera que las demoras en los trámites de los


documentos exigidos para obtener la licencia de construcción,
son eventos previsibles, que debieron ser tenidos en cuenta por
el cofinanciador al formular su propuesta.

En algunas comunicaciones (fol. 123 c.ppal.), la contratista


manifiesta que las demoras en la obtención de la licencia
obedeció a incumplimientos de la Empresa de Acueducto y
Alcantarillado en la presentación de documentos necesarios
para la aprobación del diseño del acueducto de la urbanización;
sin embargo, no aportó pruebas demostrativas de que las
mismas fuesen extraordinarias o anormales para este tipo de
trámites, sobre todo si se tiene en cuenta que a su cargo también
estaba la gestión de lo necesario para lograr la instalación de los
servicios públicos.
En estas condiciones, se tiene que las demoras en la tramitación
de la licencia de construcción son eventos previsibles, que
asumió el contratista cuando ofreció contratar bajo la modalidad
III; los efectos nocivos derivados de tales circunstancias no
pueden trasladarse a la entidad, porque el contratista no
demostró los mencionados supuestos que hacen procedente la
aplicación de la teoría de la imprevisión: no demostró que todas
las demoras se hubiera generado por causas extrañas a él, ni
que las mismas hubiesen sobrepasado el límite de lo frecuente
y normal.

4.2.2) Construcción de un Box-culvert por la calle 183

El demandante alegó que la ejecución de esta obra, retrasó


gravemente el desarrollo del contrato y le generó graves
sobrecostos.

La Sala encuentra que la ejecución de esa obra era un evento


previsible para el contratista, cuyos efectos asumió desde que
ofreció el inmueble a la entidad, para que se desarrollará allí el
proyecto urbanístico, si se tiene en cuenta que el inmueble fue
calificado favorablemente por las buenas perspectivas que
ofrecía por la construcción de vías y obras de infraestructura de
servicios públicos. (fol. 7 c.4).

Además de lo anterior, el demandante debió probar la grave


incidencia que este hecho produjo en la ejecución del contrato;
afirmó que impidió el acceso directo a la obra y acometer las
obras por las vías que circundan el proyecto, pero no demostró
los efectos concretos derivados de esta precisa circunstancia.
4.2.3) Insuficiencia de formaletas deslizantes

Adujo el demandante que las formaletas necesarias para la


construcción de los entrepisos estaban disponibles en el
mercado para el momento en que se diseñó la obra, pero al
momento de requerirlos se encontraban ocupadas por otra
constructora. (fol. 117 c.ppal.); al respecto la Sala estima que
éste es un evento típico de incumplimiento contractual, si se
tiene en cuenta que el contratista se obligó a ejecutar la obra en
las condiciones pactadas y, a “ Adquirir a su costa los materiales,
equipo, maquinaria, herramientas, elementos y enseres
necesarios para el correcto desarrollo de la obra,” (num. 5,
cláusula octava).

Disponer de la formaleta en el momento necesario, era una de


sus obligaciones e invocar la insuficiencia de la misma es una
aceptación clara del incumplimiento de esta obligación.

4.2.4) El trámite de las servidumbres para las salidas de


colectores

Afirmó el demandante que las dificultades para obtener las


servidumbres de paso de los colectores de aguas lluvias y
negras al canal abierto de Torca, determinaron gran parte de la
prolongación del plazo. Adujo que hizo todo para solucionar la
situación, planteó soluciones alternas, formuló solicitudes, pidió
la colaboración de la entidad y de las empresas prestadoras de
servicios públicos.
Los problemas anteriores obligaron al contratista a realizar un
diseño alternativo que presentó a la Empresa de acueducto el
mediante oficio del 4 de abril de 1989 y fue tramitado por esta,
con carácter urgente.

Agregó que todo lo anterior generó atrasos y parálisis que


hicieron necesario prorrogar el plazo de ejecución del contrato
por medio de los contratos en reiteradas oportunidades.

Al respecto la Sala considera que estaba a cargo del contratista


prever y atender todo lo necesario para entregar la urbanización
con los servicios públicos debidamente instalados y en perfecto
funcionamiento.

Debió tener en cuenta que el trámite de servidumbres de paso


o la adquisición de predios conjuntos para lograr la realización
de tales obras demandaba tiempo; debió también gestionar con
la suficiente antelación una u otra alternativa.

No resulta aceptable que el demandante, luego de haberse


obligado a realizar lo necesario para dotar los inmuebles de los
correspondientes servicios públicos, pretendiera trasladar esa
obligación a la entidad, con el argumento de sólo las entidades
públicas pueden ordenar las servidumbre o las expropiaciones
necesarias mediante actos administrativos.

Fue el contratista quien escogió el terreno, lo traditó a la entidad


y suscribió un contrato de obra pública, con obligaciones
adicionales que comprendieron la asunción de ese preciso
riesgo.
El contratista no demostró que la tramitación de servidumbres
fuese un evento exógeno y extraño a este tipo de trámites,
máxime cuando, como se indicó, la empresa de Acueducto y
Alcantarillado, desde el 19 de marzo de 1987, le había advertido
sobre la necesidad de conseguir los permisos y servidumbres
indispensables para el desague de la urbanización. (fol. 231
c.3).

Se precisa igualmente que la demandante no demostró cual


parte de los retrasos presentadas durante la ejecución del
contrato fue determinado por la falta de instalación del servicio
de alcantarillado, pues obran en el expediente suficientes
medios de prueba que dan cuenta de que gran parte de las
demoras se produjeron por la insuficiencia de materiales y el
bajo ritmo de trabajo.

4.2.5) Insuficiencia en el suministro de ladriblock

Adujo la demandante que el exceso de demanda de este


producto determinó que la Ladrillera Santafe cambiara las
condiciones de los despachos, incumpliera las programaciones
de las entregas y determinara una escasez de la mano de obra
especializada “que nos disminuyó el ritmo de la obra
notoriamente”. Este hecho, al igual que el relacionado con la
formaleta, traduce de manera clara en un falta del contratista al
cumplimiento de sus obligaciones como constructor. No se trata
de un evento extraordinario, imprevisible e irresistible; era una
situación que habría podido resolverse con una actuación
diligente del contratista.
Resulta absurdo pretender que sea la entidad la que asuma los
efectos negativos derivados de las demoras de los proveedores
del contratista, cuando fue este quien los escogió y negoció con
ellos.

4.2.6) Cambios en acabados de las unidades de vivienda

Adujo el contratista que con la entrega del apartamento modelo


se suscitaron cambios en acabado de pisos, closets, cocinas y
enchapes, “que dilataron por varios días su definición para
poderlos contratar, tanto por razón de la interventoría como por
las demoras de los proveedores en pasar sus cotizaciones.” (fol.
118)

Obran en el expediente documentos que dan cuenta de que la


interventoría tuvo que requerir reiteradamente al contratista para
que ajustara las obras a lo dispuesto en las normas básicas del
contrato, a las especificaciones de la propuesta y a los planos
aprobados (fols. 122 a 132). Por lo tanto, si el contratista estaba
obligado a ejecutar las obras bajo la supervisión y vigilancia de
la Caja, debía acatar las observaciones formuladas por la
interventoría y entregar las unidades de vivienda a satisfacción
de la entidad.

De los documentos obrantes en el proceso no se deduce que


las exigencias realizadas por la Caja, a través de la interventoría,
hubiesen excedido lo dispuesto en los referidos documentos; se
infiere que si el contratista incurrió en sobrecostos, fue porque
pretendió eludir la obligación de acatar las normas y
disposiciones a que estaban sometidas las obras y de utilizar
materiales de optima calidad y ello le implicó, en muchas
ocasiones, rehacerlas. (libro diario de la obra, fols. 345 a 394
c.3).

4.2.7) Restricciones bancarias

Invocó también restricciones en los créditos bancarios, que


había diligenciado para obtener los recursos necesarios para el
cumplimiento del contrato

Esta situación, como las anteriores, debe ser asumida por el


contratista, porque a su cargo estaba ejecutar las obras en las
condiciones pactadas. Las dificultades que se le hubieran
presentado para la financiación de las obras, debían ser
afrontadas por él, máxime cuando, como en este caso, asumió
un compromiso económico de inversión, mayor al que deriva de
un contrato simple de obra pública.

4.2.8) Lluvias y escasez de agua

Afirmó el contratista que el trabajo se suspendió temporalmente


por las fuertes lluvias que causaron inundaciones parciales en
el sitio de la obra; agregó que la empresa suspendió el servicio
de agua, con lo cual se obstaculizó la ejecución normal de la
obra.

La Sala reitera lo afirmado en anteriores providencias a


propósito de las lluvias invocadas como fenómeno de
imprevisión, para señalar que sólo es dable tomarlo como tal
cuando se prueba que la intensidad, la frecuencia y la ocurrencia
geográfica de las mismas, es absolutamente extraordinario,
imprevisible y anormal.

A este respecto resulta ilustrativo tener en cuenta lo manifestado


por la Sala en sentencia proferida el 9 de mayo de 1996,
expediente 10151, en la cual, no se consideró previsible el
evento que se analiza porque el demandante sólo demostró el
fuerte invierno pero no demostró su imprevisibilidad:

“Ninguna duda tiene la Sala sobre la presencia de una severa


temporada de lluvias en la zona por donde transcurrió la línea
del oleoducto. La certificación expedida por el Instituto
Colombiano de Hidrología, Meteorología y Adecuación de
Tierras —HIMAT— sobre la precipitación durante 1988 en los
departamento de Santander y Boyacá (fls. 266 a 272 c. 1); los
testimonios recaudados en torno de la época de lluvias y su
incidencia en el desarrollo de la obra y las fotografías aportadas
al proceso igualmente permiten concluir que fueron muchas y
muy graves las consecuencias del invierno que asoló la región,
especialmente en la serranía de La Russa, dificultando en grado
sumo la labor de los obreros, impidiendo el desempeño eficaz
de la maquinaria, retardando el ritmo de la construcción y,
obviamente generando problemas y sobrecostos financieros
para la compañía constructora.

No obstante, estima la Sala que en tratándose de dificultades


resultantes del factor climático, el mismo no resulta extraño en
esa y en casi todas las regiones del país, dada su ubicación
geográfica, a causa de la cual la permanencia de una temporada
de invierno o de verano casi siempre es incierta y susceptible de
inesperadas variaciones. Tal circunstancia no podía pasar
desapercibida para las partes y de manera especial para la
contratista, empresa que debía ser conocedora de las múltiples
dificultades que podían sobrevenir durante la construcción de
oleoducto, pero de manera muy especial y relevante, respecto
de la topografía montañosa y de la severidad y variación
climática propia de esta zona geográfica. Así las cosas, desde
el momento mismo de la oferta la firma demandante ya sabía de
esos probables inconvenientes de la naturaleza, conocía lo
escabroso del terreno en la cordillera oriental, estaba obligada a
conocer el rigor de las bajas temperaturas, pero por sobre todo
debía saber que la programación de la obra en cuanto al clima
o a la temporada invernal no ofrecía ninguna garantía, que la
pluviometría no era físicamente fácil de establecer y, en fin, que
se trataba de un álea que asumió desde el instante mismo en
que se comprometió en la construcción del oleoducto. Se infiere
de las anteriores consideraciones que la mayor permanencia de
la contratista en la obra le resulta jurídicamente atribuible a ésta
por causa de la temporada invernal o lluviosa.”

En el presente asunto está demostrado que se produjo un fuerte


invierno y que el mismo causó retrasos en la ejecución de la
obra, pero no se acreditó que tal circunstancia fuese
imprevisible, por tanto está comprendido dentro del álea normal
del contrato y sus efectos son deben ser asumidos por el
contratista.
Respecto de la escasez de agua, el demandante sólo aportó
solicitudes que tramitó ante la empresa de acueducto para que
el servicio fuese reinstalado, en las cuales adujo que las
suspensiones se habían producido por las obras de la calle 183
(fol. 124). La Sala considera que estas solicitudes no son
suficientes para considerar demostrado que las suspensiones
determinaron todo el retraso aducido, máxime cuando en una de
tales solicitudes se informa a la empresa que la suspensión del
servicio de agua lleva casi 15 días, lo que impone preguntar
porque la sociedad demandante esperó tanto para hacer el
reclamo.

Además de lo anterior, procede reiterar lo tantas veces expuesto


respecto de las obligaciones y riesgos asumidos por el
contratista en el presente caso, para indicar que solamente
quedaba eximido de su cumplimiento y asunción cuando
demostrara los supuestos de la teoría de la imprevisión que
invocó. De manera que como no probó que la suspensión del
servicio de agua fuese un evento extraordinario, imprevisible y
determinante de la alteración grave de la economía del contrato,
no procede el reconocimiento de los sobrecostos que alegó.

4.2.9) Otras causas probadas de retrasos

La Sala encuentra relevante precisar que está suficientemente


demostrado que gran parte del retraso ocurrido durante la
ejecución del contrato se produjo por omisiones y negligencia de
la sociedad contratista.
A manera de ejemplo, cabe tener en cuenta anotaciones
realizadas por el interventor en el libro diario de obra, de las que
se deduce que el contratista fue requerido en muchísimas
oportunidades para que agilizara el desarrollo de la obra: 4 de
abril de 1988, se observó el bajo rendimiento en las actividades;
22 de diciembre de 1988, se encontraron totalmente paralizados
los edificios 9 y 3 de la manzana 2 y los edificios 1,3,9 de la
manzana 1; 27 de septiembre; se requiere para que soluciones
y reponga el atraso alarmante; se le propone adelantar obras en
forma simultánea; 15 de diciembre de 1988; se solicita el
incremento de la mano de obra, aumentar el rendimiento en las
manzanas 1 y 2; 2 de febrero de 1988, se insiste en la necesidad
de que la contratista colabore atendiendo prontamente las
observaciones de la interventoría; 15 de febrero de 1989, se
insiste en la necesidad de que se entregue oportunamente la
fachada de los edificios 9,8,7; 16 de febrero de 1989; se requiere
diligencia del contratista en la ejecución de algunas obras para
no continuar con los retrasos; 8 de marzo, se pide al contratista
para que supere el bajo rendimiento presentado en la obras de
la manzana 1; 18 de abril, se solicita al contratista realizar lo
necesario para superar los retrasos presentados por la falta de
materiales; 15 de mayo de 1989, se solicita al contratista
incrementar ritmo de trabajo; 6 de junio de 1989, se solicita
interés y cumplimiento frente a la llegada de la fecha límite. (fols.
345 a 394 c.3).

Conclusión
Luego del análisis de los eventos anteriores, que fueron
invocados reiteradamente por el contratista para fundar sus
solicitudes de prórroga del plazo contractual, la Sala concluye
que son eventos comprendidos dentro del álea normal del
contrato, puesto que, a pesar de que se demostró su ocurrencia,
no se probó que los mismos fuesen extraños, imprevisibles y
anormales al contrato, requisitos indispensables para aplicar la
teoría de la imprevisión, determinante de la obligación de la
entidad a reparar la ecuación financiera del contrato.

En otros términos, por la naturaleza del contrato celebrado entre


las partes, por las obligaciones y riesgos asumidos por el
contratista, no le era suficiente probar hechos o actos
provenientes de sujetos o entidades distintas al contratista, para
justificar la prórroga de los plazos e imponer a la entidad la
obligación de asumir los sobrecostos generados por los mismos.

Además de lo anterior, cabe agregar que la circunstancia de que


la entidad hubiese aceptado prorrogar el plazo contractual,
porque encontró justificadas las razones del contratista, no
traduce en la asunción de los sobrecostos generadas con la
mismas. Es un comportamiento que desarrolla los principios de
lealtad y buena fe que gobiernan los contratos estatales, por
virtud de los cuales las partes co- contratantes deben propender
por la ejecución del contrato en las mejores condiciones posibles
para cada uno de ellos. La entidad, al aceptar las prórrogas
solicitadas por el contratista, ofreció a este las posibilidades
necesarias para que salvara las dificultades que invocó,
permitiendo así que el contratista tuviera mas tiempo para
ejecutar las prestaciones adquiridas y evitando que éste
incumpliera el contrato por la no entrega de las obras dentro del
plazo contractual.

Lo anterior no significa, como equivocadamente lo invocó el


contratista, una aceptación por la entidad de los efectos
económicos negativos que las prórrogas pudiesen causar al
contratista; pues, ya resultaba suficiente que asumiera los
efectos causados con la demora en entregar las unidades de
vivienda a los adjudicatarios, que fueron privados de recibirlos
en las oportunidades previamente acordadas.

4. 3 Reajuste de precios

El contratista afirmó que la cláusula de reajuste pactada en el


contrato no salvó los efectos nocivos que el transcurso del
tiempo produjo respecto de los precios del contrato; explicó que
desde antes de que se presentaran los inconvenientes la
fórmula presentaba “un desequilibrio” porque tomó como mes
base los precios de materiales del mes de agosto de 1987,
cuando debió tomar el mes de junio del mismo año, en el que se
hizo la propuesta.

La Sala considera que la fórmula de ajuste aplicable al caso


concreto es la pactada en el contrato, y no le es dable a ninguna
de las partes solicitar su inaplicación con fundamento en que no
atiende sus expectativas económicas.

Si la sociedad participó en el proceso de selección del


contratista sometiéndose a las normas básicas de la promoción
y suscribió en contrato en las condiciones señaladas, se obligó
de conformidad con lo dispuesto en sus cláusulas. Por tanto, no
resulta procedente pretender el desconocimiento de lo pactado,
pues ello resulta atentatorio contra los principios de lealtad y
buena fe que rigen los contratos estatales, dentro de los cuales
se destaca la doctrina de los actos propios, que impone al sujeto
estarse a lo que pacto o decidió.

Tampoco resulta procedente modificar la cláusula con


fundamento en que su fórmula fue insuficiente para conservar la
ecuación financiera del contrato, porque esta, se definió al
momento de la celebración del contrato y para entonces, como
se indicó, el contratista asumió los efectos nocivos que se
pudiesen generar por las demoras en la tramitación de la
licencia de construcción.

5. Decisión

Con fundamento en todo lo anterior la Sala concluye que no se


produjo el rompimiento de la ecuación financiera del contrato
que invocó el contratista, como también que la entidad no
incumplió las obligaciones derivadas, con lo cual se impone
confirmar el fallo apelado.

Finalmente se advierte que no procede la condena en costas,


con fundamento en lo dispuesto en el artículo 55 de la ley 446
de 1998, modificatorio del artículo 171 del C.C.A., vigente para
el presente caso por ser una norma procesal de aplicación
inmediata, que condiciona el pago por este concepto a la prueba
de la conducta abusiva o temeraria de la parte vencida; la que
no se presentó en el subjudice.

En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, Sala de lo


Contencioso Administrativo, Sección tercera, administrando
justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley,

F A L L A:

1) CONFIRMASE la sentencia apelada, proferida por el Tribunal


Administrativo de Cundinamarca el 15 de mayo de 1997.

2) Sin costas

COPIESE, NOTIFIQUESE Y CUMPLASE.

Ramiro Saavedra Becerra

Presidente

Alier Eduardo Hernández Enríquez Ricardo Hoyos Duque

Germán Rodríguez Villamizar

-----------------------

[1] La Sala advierte que la entidad contestó la demanda dentro


del término de fijación en lista, dispuesto luego de la admisión
de la demanda originalmente presentada. (fol. 161)

[2] Cuaderno 4 del expediente.


[3] A este respecto puede consultarse la sentencia proferida el
29 de abril de 1999; expediente 14855.

[4] Escola, Hector Jorge, Tratado Integral de los Contratos


Administrativos, Volumen II 1979, Editorial De Palma, Buenos
Aires, Argentina; págs. 453 y 454..

[5] Jean Riveró, Derecho Administrativo, Traducción de la 9ª


edición, Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1984,Pág.
142.

[6] En este sentido se pronunció la Sala en sentencia proferida


el 29 de mayo de 2003; expediente 14577.

[7] Jeze Gastón, Principios Generales del Derecho


Administrativo,Traducción directa de la tercera edición francesa;
Editorial de Palma, Buenos Aires, 1950; tomo V, págs. 51, 52,

[8] Escola, Hector Jorge; ob. Cit. Pág.

[9] Bercaitz, Miguel Angel. Teoría General de los Contratos


Administrativos. Segunda edición Ediciones De Palma. Buenos
Aires, 1980; pág. 153.

[10] Jeze, Gastón. Ob. Cit. Pág. 38

[11] Sentencia proferida el 9 de mayo de 1996; expediente


10151; Actor: SAE.

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