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Mas Sangre en Nuestra Historia
Mas Sangre en Nuestra Historia
Pero ella tenía algo diferente más de 30.000 obreros se encontraban en ella y
tenían el favoritismo de muchos y llevaban más de un mes de duración, se inició
porque ya cansados por las malas condiciones de trabajo, en la insalubridad de
las viviendas, el mal tratamiento médico en los dispensarios, salarios mal
pagados, además que eran liquidados con vales; para ser remidas en tiendas de
la misma compañía, y según el gobierno colombiano de hegemonía conservadora
de Miguel Abadía Méndez, la compañía extranjera no cometía atropellos. Es de
ingrata recordación que según el decreto firmado por el general Carlos Cortés
Vargas eran los trabajadores, “los huelguistas amotinados” los que los
perpetraban.
El tren del mandatario fue detenido por el ejército antes de llegar, el comandante
de la policía del magdalena Carlos Cortes Vargas le dijo al político que mejor no
asistiese, porque la multitud estaba revuelta, por lo este fue el único que asistió a
la cita este el carnicero ebrio sangre, transcurrieron las horas y el personal
impaciente por el incumplimiento del burgomaestre con ansias esperado para
exponerle el dilema en el que se encontraban.
El cruel hecho fue denunciado por primera vez por Los líderes sindicales Raúl
Eduardo Mahecha y Alberto Castrillón y al mismo tiempo; pero después de este
masacre que se pudo prevenir fue que los liberales amigo del pueblo de la mano
de Jorge Elicer Gaitan, es que se dan la tarea de investigar los hechos y llevarlos
para exponer ante la cámara de representantes con estas palabras memorables
“¡El Ejército colombiano tiene la rodilla hincada ante el oro yanqui y la altivez para
dispararles a los hijos de Colombia!”, y no es primera masacre pero si la primera
destapándolo a luz pública.
Inicialmente se vendió la idea de que el culpable fue castigado, para darle justicia
un pueblo cediendo de ella; pero será que el solo es culpable, el gobierno tanto
departamental, como nacional y la empresa, no lo serian, será que la justicia fue
completa, por la incompetencia y el cinismo se dio muerte a muchos; y no se ha
aprendido el significado al mirar en las siguientes décadas y se ve que este hecho
se repite, con otras multinacionales, otros bárbaros y otros martilles.
Se sigue callando, pidiendo justicia y reparación, pero será que esos pocos
centavos que reciben, las madres, las esposas, los hijos; lavan el error del estado;
el pueblo ama al verdugo que traiciona el haber nacido en una patria que no goza
de libertad que vierte sangre patriota día tras día, pero el silencio y la impotencia
de 45.000 millones de colombianos, se ve a diario, y nos movilizamos, y
mostramos al mundo que no somos indiferentes.
Se perdió en esta guerra que antes de nacer fue ganada por forasteros, porque el
gobierno perdió el juicio en aras de presentar resultados en el presente, para bajar
los índices de desempleo, aumentar la inversión social, entre otras promesas.
Será que los inocentes caídos ese diciembre 6 rojo manchado de sangre costeña,
no enseño nada, solo para dar de que hablar, juventud toma conciencia, y crea tu
propio destino no te encamines por la facilidad, te enfermas con crueldad del
pasado que hora es más presente.
Este acto dejo cicatrices en nuestra historia y marca los hechos que en vuelven
aproximadamente cien años a la fecha, de matosas, será que esta sangre mestiza
es inmune al dolor del otro, a la perdida, es egoísta. O estamos encallados y
somos incautos aún no hemos aprendido la lección, se espera que esos más de
nueve mil 9.000 muertos nos recuerden el ser colombianos o se perdió ya esta
noción y se está contaminado por la abundancia recibida de la decadencia
extranjera.
Muchos han escrito sobre esta masacre, desde sus puntos de vista, pero no se
explican el porqué del proceder del general, por defender lo indefendible, por
llegar a mayores, pero el que hizo perder el juicio y su alma, una invacion de las
fuerzas estadunidense dijo, el perdón no lo conseguido, porque ese animal y
quienes enfundaron sus armas contra sin defender al débil o al inocente, solo tiene
repudio y aquellos asesinos de corbata blanca que no se ensucian su manos, pero
premeditan el hecho, el gobierno colombiano está lleno de sangre y se lava las
manos como Pilato.
Hemos perdido más de que hemos logrado, nuestras leyes siguen en las mismas,
solo que más maquilladas nuestros delincuentes de cuello blanco, siguen en su
escritorio abarrotando sus bolsillos de plata, sucia, para dejar que acaben con un
país, que fue liberado de los españoles, pero que ahora pertenece al mejor postor.
UN HOMENAJE A LA PRIMERA MASACRE CONOCIDA