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UN HOMENAJE A LA PRIMERA MASACRE CONOCIDA

La masacre en las bananeras a más de 83 años de este magnicidio; me remonto


a los hechos anteriores a este suceso, ocurrido en la madrugada del seis (6) de
diciembre de 1928. Colombia se encontraba en una crisis financiera, estaba el
alza del precio del café, más la Deuda Externa contraída entonces y la violenta
irrupción de capitales extranjeros, los años 20 se convirtieron en la década de la
aceleración de la industria y de la iniciación de la infraestructura económica y
física necesaria para el desarrollo del incipiente capitalismo colombiano. Los
campesinos conocían el poder de la huelga y se habían realizado manifestaciones
y cese de labores por parte de los trabajadores, de la multinacional United Fruit
Company, siempre de manera pacífica, y esta no era la excepción.

Pero ella tenía algo diferente más de 30.000 obreros se encontraban en ella y
tenían el favoritismo de muchos y llevaban más de un mes de duración, se inició
porque ya cansados por las malas condiciones de trabajo, en la insalubridad de
las viviendas, el mal tratamiento médico en los dispensarios, salarios mal
pagados, además que eran liquidados con vales; para ser remidas en tiendas de
la misma compañía, y según el gobierno colombiano de hegemonía conservadora
de Miguel Abadía Méndez, la compañía extranjera no cometía atropellos. Es de
ingrata recordación que según el decreto firmado por el general Carlos Cortés
Vargas eran los trabajadores, “los huelguistas amotinados” los que los
perpetraban.

La evidencias muestra que esta multinacionales atropellaba al subcontrataba a


los trabajadores para pagar sus prestaciones sociales por la poca legislación
presente en el país en cuestión del trabajo, además de esto el favoritismo del
gobierno por preservar los derechos que según tenia la empresa, sobre sus
propios compatriotas, y por hoy por hoy sigue siendo igual, con la vendita
confianza inversionanista, que vende al pueblo, vende sus las riquezas, en esta
tierra vendita en donde se nace siendo libres pero estas condenado a servir al
extranjero, porque ser colombiano vale poco, cuando existen regalías por
explotarnos, esclavizarnos y enfermarnos.
Vale más el oro extranjero, que una vida colombiana; y seguir en la misma tónica
continuara por largo tiempo, pues la democracia en causa en este país en
pauperismo gobernantes, que se alardean de haber estudiado en gran
universidades para terminar vendiendo al país y a su mano de obra barata, de
manera fácil como lo haría cualquier analfabeta al escuchar dinero fácil, será que
los hechos siguientes podrán embarcar al que lee este escrito en la primera
masacre sacada a la luz pública y de tal relevancia que se presume tuvo justicia.

Por consiguiente los hechos trascurrieron mas o menos de la siguiente manera el


6 de diciembre entre los obreros de la bananera se escucho el rumor que el
gobernador del Magdalena, José María Núñez, reuniría con ellos en la estación
del tren de ciénaga, esperaban al quien se iba a reunir con ellos en la plaza del
pueblo. Pero algunos sabían que era una encerrona.

El tren del mandatario fue detenido por el ejército antes de llegar, el comandante
de la policía del magdalena Carlos Cortes Vargas le dijo al político que mejor no
asistiese, porque la multitud estaba revuelta, por lo este fue el único que asistió a
la cita este el carnicero ebrio sangre, transcurrieron las horas y el personal
impaciente por el incumplimiento del burgomaestre con ansias esperado para
exponerle el dilema en el que se encontraban.

Con las esperanzas perdidas el ambiente se calentó, entre estos se escucho un


grito que dijo abajo la multinacional, abajo el gobierno, y nuestro querido general
por defender los derechos de este gobierno la injusto y de esclavista moderna dio
la orden de disparar y a aquel seis (6) de diciembre en la madrugada los nidos de
ametralladoras del Ejército abrieron fuego contra los obreros, a los que el
Gobierno ya calificaba de “comunistas y anarquistas”. Murieron unos tres mil en
las que se encontraban mujeres y niños. Aunque el jefe militar declaró que habían
sido nueve. Más tarde, el Departamento de Estado dijo que eran cerca de mil. Los
trenes llevaban los muertos al mar. Para ocultar aquel acto barbárico ante a los
ojos del país.

El cruel hecho fue denunciado por primera vez por Los líderes sindicales Raúl
Eduardo Mahecha y Alberto Castrillón y al mismo tiempo; pero después de este
masacre que se pudo prevenir fue que los liberales amigo del pueblo de la mano
de Jorge Elicer Gaitan, es que se dan la tarea de investigar los hechos y llevarlos
para exponer ante la cámara de representantes con estas palabras memorables
“¡El Ejército colombiano tiene la rodilla hincada ante el oro yanqui y la altivez para
dispararles a los hijos de Colombia!”, y no es primera masacre pero si la primera
destapándolo a luz pública.

Inicialmente se vendió la idea de que el culpable fue castigado, para darle justicia
un pueblo cediendo de ella; pero será que el solo es culpable, el gobierno tanto
departamental, como nacional y la empresa, no lo serian, será que la justicia fue
completa, por la incompetencia y el cinismo se dio muerte a muchos; y no se ha
aprendido el significado al mirar en las siguientes décadas y se ve que este hecho
se repite, con otras multinacionales, otros bárbaros y otros martilles.

Se sigue callando, pidiendo justicia y reparación, pero será que esos pocos
centavos que reciben, las madres, las esposas, los hijos; lavan el error del estado;
el pueblo ama al verdugo que traiciona el haber nacido en una patria que no goza
de libertad que vierte sangre patriota día tras día, pero el silencio y la impotencia
de 45.000 millones de colombianos, se ve a diario, y nos movilizamos, y
mostramos al mundo que no somos indiferentes.

La comprensión de este pasado no da la base para solventar un mejor presente,


será que son tan ciegos nuestros gobernantes de turno, que por proveernos de
empleo venden sus conciencias y las almas del pueblo al mejor postor. Pero
nuestra malicia solo sirve para matarnos entre nosotros mismos, porque es más
fácil matar al que defiende el bien común por pocos pesos, que perder millones
defendiendo el individual.

La creencia de que el mas fuerte sobrevive es la ley de la vida al adaptarse mejor


a las circunstancia y parece que los colombianos se han adaptado a la muerte, es
pan nuestro de cada día, es normal escucharlo en las noticias, se vive con el
Jesús en la boca esperando que otra masacre ocurra.

Concluyendo porque razón no se toma ejemplo de los vecinos del país y se


apropia de lo que por derecho propio pertenece a los hijos de la tierra será que el
ingenio de los colombianos es inútil, que no se podemos explotar al país, crear las
propias empresas. Pero no es mejor que otros venga se enriquezcan y el pueblo
siga comiendo basura, explotado y en sometimiento, que solo se tecnifique que no
sea profesional.

Se perdió en esta guerra que antes de nacer fue ganada por forasteros, porque el
gobierno perdió el juicio en aras de presentar resultados en el presente, para bajar
los índices de desempleo, aumentar la inversión social, entre otras promesas.

Igualmente todo se ve perfecto sentado en las mesas de las casas, cuando el


muerto no es alguien cercano, pero cuando se nos toca como a muchos de los
hijos de este país, es que comprendemos la dimensión de la brutalidad cometida
por más de doscientos años de libertad.

Será que los inocentes caídos ese diciembre 6 rojo manchado de sangre costeña,
no enseño nada, solo para dar de que hablar, juventud toma conciencia, y crea tu
propio destino no te encamines por la facilidad, te enfermas con crueldad del
pasado que hora es más presente.

Este acto dejo cicatrices en nuestra historia y marca los hechos que en vuelven
aproximadamente cien años a la fecha, de matosas, será que esta sangre mestiza
es inmune al dolor del otro, a la perdida, es egoísta. O estamos encallados y
somos incautos aún no hemos aprendido la lección, se espera que esos más de
nueve mil 9.000 muertos nos recuerden el ser colombianos o se perdió ya esta
noción y se está contaminado por la abundancia recibida de la decadencia
extranjera.

Muchos han escrito sobre esta masacre, desde sus puntos de vista, pero no se
explican el porqué del proceder del general, por defender lo indefendible, por
llegar a mayores, pero el que hizo perder el juicio y su alma, una invacion de las
fuerzas estadunidense dijo, el perdón no lo conseguido, porque ese animal y
quienes enfundaron sus armas contra sin defender al débil o al inocente, solo tiene
repudio y aquellos asesinos de corbata blanca que no se ensucian su manos, pero
premeditan el hecho, el gobierno colombiano está lleno de sangre y se lava las
manos como Pilato.

Hemos perdido más de que hemos logrado, nuestras leyes siguen en las mismas,
solo que más maquilladas nuestros delincuentes de cuello blanco, siguen en su
escritorio abarrotando sus bolsillos de plata, sucia, para dejar que acaben con un
país, que fue liberado de los españoles, pero que ahora pertenece al mejor postor.
UN HOMENAJE A LA PRIMERA MASACRE CONOCIDA

YELITZA TORRES FUENTES

INSTITUCION EDUCATIVA DEPARTAMENTAL


“NÉSTOR ANDRÉS RANGEL ALFARO”
GRADO UNDÉCIMO (11º) A
GUAMAL
2012
UN HOMENAJE A LA PRIMERA MASACRE CONOCIDA

YELITZA TORRES FUENTES

FAUSTINO OCHOA OCHOA


Lic. Lengua Castellana y Español

INSTITUCION EDUCATIVA DEPARTAMENTAL


“NÉSTOR ANDRÉS RANGEL ALFARO”
GRADO UNDÉCIMO (11º) A
GUAMAL
2012

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