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Envidia en el trabajo: qué hacer para que no sea

un problema
Varios consejos para combatir la influencia dañina de la envidia en el
trabajo.

Nahum Montagud Rubio


Artículo tomado de: https://psicologiaymente.com/organizaciones/envidia-en-trabajo
21 febrero 2020

La envidia es mala, y en el trabajo puede ser mucho peor. Es un sentimiento que puede
degenerar en situaciones terriblemente perjudiciales, como mobbing, estrés laboral,
incompetencia en el puesto de trabajo, además de tensiones que se pueden manifestar
en forma de agresiones físicas y verbales.
Vamos a ver más a fondo cuales son los causantes de esta emoción en las organizaciones,
además de ver algunas formas de gestionarla, tanto si somos nosotros quienes somos los
envidiosos como los envidiados, y qué papel puede desempeñar la empresa ante ello.

Envidia en el trabajo ¿por qué puede surgir?


La envidia en el trabajo es un sentimiento que puede ser causado por múltiples
factores. Los entornos de trabajo pueden ser el lugar de relaciones interpersonales que,
dependiendo de si hay o no hay un mal clima, se pueden degenerar de tal forma que
afecte al desempeño de toda la plantilla.
Una de las causas que puede generar este nocivo sentimiento es la presión competitiva.
No son pocas las personas quienes en el lugar de trabajo no se sienten bien tratadas,
además de sentir que si fallan en algo puede conllevar a serias consecuencias. Si la
persona no sabe cuál es su valor en la empresa y no se siente segura, el tener que competir
contra otros para mantener su puesto de trabajo, además de una experiencia casi
traumática, puede generar muchas tensiones en la oficina.
A la mínima que vean que alguien es mejor en algo que ellas mismas, es posible que se dé
inicio a toda una serie de dinámicas muy perjudiciales dentro de la organización. Es muy
frecuente que, a causa de la envidia, se den situaciones de mobbing o acoso (no sexual)
en el trabajo, que harán que la víctima se sienta cada vez peor y más aislada del resto de
trabajadores.
Los efectos perjudiciales de la envidia no son algo que aparezcan de la noche a la mañana.
Empiezan por un sentimiento de rencor hacia la persona envidiada, buscando
posibles debilidades y fallos con la intención de hacerles ver a los demás trabajadores y
al jefe que esa persona no es tan eficiente como aparentemente creían. Esto puede
perjudicar a la persona envidiada o, por el contrario, a la envidiosa, dado que estará
mostrándose como una persona débil e inmadurez emocional, que no es capaz de tolerar
el éxito de los demás.
En esencia, la envidia en el trabajo surge de sentir rabia por no poseer las potencialidades
de otros compañeros del trabajo, miedo a que uno sea menos valorado al ser comparado
con los demás o temor a perder el empleo por percibir que no se está a la altura.

¿Qué se puede hacer para evitar sentir envidia?


Somos seres humanos y, por eso, en algún u otro momento sentiremos envidia de
alguien. Sin embargo, como personas maduras y con recursos, podemos hacerle frente a
esta emoción o incluso evitar que la sintamos.

1. No obsesionarse con cómo lo hacen los demás


En este mundo siempre habrá gente mejor y peor que nosotros, pero la gente que tiene
más cualidades que nosotros serán más propensas a ser nuestro centro de atención.
No debemos obsesionarnos con cómo lo hacen los demás, ni tampoco intentar
superarlos sí o sí simplemente por el hecho de que nos negamos a ser peores que
ellos. Cada uno tiene un potencial que debe mejorar de la forma más sana y adulta
posible.

2. Nadie es perfecto
Es posible que al ver a otra persona hacer algo mejor que uno mismo se sienta envidia de
ella; sin embargo, nadie es perfecto en este planeta. Todos tenemos nuestras fortalezas
y debilidades.
Hay que ser objetivos, y entender que de la misma manera que estamos sintiendo envidia
por algo que hace bien esa persona, también es muy probable que tenga algo que hace
peor que nosotros. De una u otra forma, las fortalezas y debilidades de ambos
combinadas se neutralizarían.

3. Transformar envidia en admiración


La envidia es, en esencia, admiración malintencionada. Lo mejor que se puede hacer es
saber ver lo bueno de los demás y felicitarles por ello, hacerles ver que encontramos
admirables varias de sus cualidades.
La admiración invita a tener buenas relaciones con las personas que poseen ciertos
dones, mientras que la envidia nos hace alejarnos, nos frustra y nos pone de malhumor.

4. Sentir empatía
Al tenerse envidia hacia un compañero al que se le atribuye una posición por encima de
nosotros, es muy habitual pensar que su vida es un lecho de rosas y que realmente no
se ha esforzado para esta allí.
Tratemos de sentir empatía y pensar cómo se siente una persona que está en su
posición. ¿Nos gustaría tener que hacer todas las llamadas que hace cada día? ¿Acaso
sería agradable para nosotros pasar tan poco tiempo con la familia como él lo hace?
¿Cuándo fue la última vez que no hizo horas extra?
Si nos hacemos todas estas preguntas y obtenemos como respuesta algo negativo, quizás
cambiemos la envidia por comprensión.

5. Menos envidia y más superación personal


La envidia es un sentimiento que no nos beneficia. Vemos que los demás hacen las cosas
mejor que nosotros y nos sentimos mal por ello y la pagamos con ellos.
Sin embargo, teniendo en cuenta esto, ¿no sería mejor que hiciéramos autocrítica y
viéramos cómo podemos inspirarnos en las virtudes de los demás?
En vez de sentir tanta envidia por lo bien que lo hacen los demás, debemos buscar la
manera de mejorar cómo somos nosotros mismos. Una vez lleguemos al nivel de los
demás, no habrá motivos para sentir envidia de ellos.
Puede que parezca algo complicado, y en verdad lo es, pero de conseguirlo se pueden
obtener grandes resultados a corto plazo.
¿Qué hacer si sienten envidia de nosotros?
Otras veces puede pasar que seamos nosotros quienes generamos envidia en el resto de
nuestros compañeros y, si bien puede parecer que esto nos sea beneficioso, realmente
puede hacernos correr riesgos. El principal es la posibilidad de que nos acusen de estar
donde estamos por favoritismo o que nos ataquen tanto física como psicológicamente.
Se pueden hacer unas cuantas cosas para intentar disminuir este sentimiento en
nuestros compañeros.

1. Las circunstancias cambian, pero el trato no


Puede ser que nos hayan ascendido. Eso es algo indudablemente bueno, sin embargo se
debe ir con cuidado, dado que corremos el riesgo de empezar a tratar a quienes hasta
hace poco eran nuestros iguales como gente por debajo nuestro.
Aunque cambien las circunstancias, debemos hacer ver a los demás que seguimos
siendo las mismas personas, que seguimos apreciándose y que el cambio en la jerarquía
interna de la empresa no es motivo de cambiar las relaciones interpersonales.
Ser humilde y sencillo, mostrar que nuestro valor como personas trasciende cualquier
estatus laboral son buenas formas para evitar envidias innecesarias.

2. Ayudar a los demás


Podemos ofrecer nuestra ayuda a la persona envidiosa dándole consejos e incluso
invitarla a que nos acompañe mientras hacemos una tarea para que aprenda cómo se
tiene que hacer.

3. Huir del protagonismo


Ya sea en reuniones o en cualquier contexto laboral, intentar ser el centro de atención
cuando no es necesario es un problema, dado que puede que los demás nos vean como
una persona demasiado egocéntrica, aunque haya algún motivo para ello.
Puede ser que un día contado el jefe o algún compañero nos quiera rendir un homenaje
por algo que hemos hecho, pero debemos intentar evitar que se nos dé demasiada
importancia de manera sistemática, dado que en caso contrario los demás
trabajadores pueden verse menospreciados.

4. No atacar a los demás


En todo contexto social pueden surgir conversaciones en las que se ataquen a los demás.
Es muy importante evitar este tipo de charlas, dado que, además de hacer daño, puede
iniciar toda una serie de chismorreos, cotilleos y rumores que pueden ponérsenos en
nuestra contra.
Las conversaciones destructivas pueden generar muchísimas tensiones en la empresa, y
no queremos que las víctimas de ellas nos la devuelvan en forma de rencor, ataques
personales y promoción de una mala imagen nuestra.

¿Qué puede hacer la empresa para evitar este tipo de


situaciones?
La empresa es tan responsable de las interacciones entre sus trabajadores como el
personal mismo. Es por ello que, en caso de que vea malas relaciones interpersonales
entre sus empleados debe plantearse iniciar algunos cambios para disminuir las
tensiones, sobre todo si no quiere que el rendimiento de la organización disminuya.

1. Dejar de lado las competiciones


Es bastante común en empresas el hacer que sus empleados compitan por un mismo
puesto de trabajo o realizar algún tipo de tarea.
Esto, que en principio puede parecer positivo porque se fomenta el poner todo el empeño
para conseguir un objetivo y es percibido por el empresario como un posible incremento
de la productividad, implica ciertos riesgos.
Una cosa es motivar al personal para que dé lo máximo, y otra es hacer que se vean
como enemigos los unos y los otros, pudiendo darse el caso de que se saboteen
mutuamente.
Si se es el jefe o el encargado de una determinada sección o departamento y se ha
detectado a personas que parecen ser propensas a la envidia y a los celos, lo mejor será
evitar todo tipo de competición interna intensa.

2. Huir de comparaciones
Para evitar envidias innecesarias, lo mejor es evitar las comparaciones dentro de la
organización, ya sean en boca del jefe o de sus subordinados.
A un empleado envidioso no le hará ni pizca de gracia saber qué dejan y que no dejan de
hacer sus compañeros, especialmente qué bien lo hacen. Esto puede iniciar todo tipo
de tensión en forma de pequeñas acciones dañinas de él hacia el resto de los
empleados.
3. Sistema de recompensas transparente
Este consejo es especialmente recomendable para aquella persona quien se encarga de
los sueldos y ascensos de su empleados.
En toda empresa la gente corre el riesgo de compararse en función de la cantidad de
dinero ganado cada mes. Esto puede causar enfrentamientos y, claro está, muchas
envidias y celos.
Lo mejor para evitar esto es crear un sistema de recompensas transparente, el cual
consiste en explicar a los trabajadores los motivos de los ascensos, las subidas de sueldo,
recompensas y otras formas de recompensar su buen desempeño laboral.
Al hacerlo, también se debe asegurarse de que se explica todo lo necesario y que no se da
a entender que la persona quien ha sido beneficiada de una u otra forma lo ha sido por
favoritismos de algún tipo, y evitar la percepción de que se trata de una situación injusta.

Referencias bibliográficas:

• Westhues K. (2006) The Envy of Excellence: Administrative Mobbing of High-Achieving


Professors Lewiston, New York: Edwin Mellen Press.
• Westhues K. (s. f.) At the Mercy of the Mob. OHS Canada, Canada's Occupational Health &
Safety Magazine, 18(8), pp. 30 – 36.

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