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Ar Eval Impac Algodon GM 20
Ar Eval Impac Algodon GM 20
Introducción
El algodón es una de las fuentes naturales más importante de fibra, aceite y las semillas
para la alimentación del ganado. Todo el algodón producido en el mundo se obtiene de
cuatro especies domesticadas del género Gossypium de la familia de las malváceas. Con
18 especies, Centroamérica y Sudamérica son las regiones más ricas en especies de
Gossypium a nivel mundial, siendo México uno de los países más diversos con 14
especies diferentes. El noreste de África y el suroeste de Arabia también tienen 14
especies diferentes y Australia tiene 17 especies. ( Cronquist, 1981; Fryxell, 1992;
Percival et al., 1999)
Una característica sobresaliente de la domesticación del algodón es que ocurrió
simultáneamente en diferentes continentes a partir de ancestros locales de algodón
silvestre. Este proceso de domesticación paralela y convergente ocurrió para las
especies Gossypium Hirsutum en México, G barbadense en Perú, G. arboreum en
Saudan y G. herbaceum en Pakistán. En cada uno de estos cuatro casos, las
propiedades únicas de la fibra de algodón útil para hacer cuerdas y textiles se notaron
hace miles de años. De estas cuatro especies el G. hirsutum, comúnmente conocido
como algodón mexicano o algodón highland, es el más cultivado, y representa el 90% de
la producción mundial. Esto es relevante, ya que México es un importante centro de
origen y domesticación de muchos otros cultivos, tales como maíz, calabaza, frijol y
chiles. Actualmente en México varias especies de algodón nativas están presentes,
incluyendo los parientes silvestres de G. hirsutum. Las concentraciones más altas de
parientes de algodón silvestre se encuentran en la región sureste del país, el único lugar
donde se encuentra el G. hirsutum como especie común en la flora nativa. (Coppens
d´Eeckenbrugge and Lacape, 2014)
Antes del despliegue de la tecnología genéticamente modificada, la producción de
algodón estaba asociada a altos costos ambientales, económicos y sanitarios debido a
la necesidad de grandes cantidades de aplicaciones de plaguicidas. Se necesitaba una
estrategia diferente para mejorar los rendimientos. Por lo tanto, los productores
adoptaron la tecnología que involucraba huertas de algodón transgénico con genes
insertados que confieren resistencia a las plagas de lepidópteros y a los herbicidas.
(Deguine et al., 2008; Benbrook, 2012.
En México, como en otras partes del mundo, el cultivo del algodón se caracterizó por la
aplicación de grandes insecticidas químicos. Por ejemplo, en la década de 1970, el
cultivo de algodón requirió casi 20 aplicaciones de insecticidas químicos desde la
emergencia de la planta hasta la cosecha, ya que las plantas de algodón deben
protegerse del ataque de insectos desde que la planta emerge, hasta que se abren las
cápsulas rentables (un período de ~ 20 semanas). A mediados del siglo XX, en el apogeo
de la producción algodonera en México, la superficie de algodón que se plantó alcanzó
900000 hectáreas con 2 millones de pacas producidas por año (el término "oro blanco"
se utilizó en ese momento para describir el algodón). Años más tarde, la creciente presión
de plagas y las altas dosis de pesticidas dieron como resultado la evolución de la
resistencia de los insectos a los insecticidas químicos. Además, las reducciones en los
precios internacionales de la fibra dieron como resultado una disminución de la
producción debido a costos operativos insostenibles. (Martinez-Carrillo and Diaz-Lopez,
2005; Martinez-Carrillo, 2015)
En 1996, el algodón transgénico se plantó por primera vez comercialmente en México y
en otros cinco países (James, 2016), debido a la imposibilidad de cultivar algodón
convencional en áreas con una fuerte presión de plagas (Terán-Vargas et al., 2005).
Desde entonces, un total de 15 países han comercializado algodón GM (Argentina,
Australia, Birmania, Brasil, Burkina Faso, China, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos,
India, México, Paraguay, Pakistán, Sudáfrica y Sudán). En México, el aumento en la
adopción de algodón transgénico fue gradual (Martínez-Carrillo, 2005), y desde 2008 el
96% del área cultivada con algodón fue algodón GM. (Purcell et al., 2008)
Sin embargo, la superficie sembrada con algodón transgénico en México ha fluctuado,
dependiendo de los precios internacionales de la fibra, los costos de los insumos y las
plagas, malezas y enfermedades prevalentes. Las principales áreas de producción de
algodón de México se encuentran en la región norte del país. Esta región tiene un clima
árido y los productores utilizan sistemas de riego. Estas áreas de la producción de
algodón no están muy cerca de áreas que contienen parientes silvestres del algodón,
como lo establece la ley mexicana. (CIBIOGEM, 2018)
Los eventos de transformación o transgenes que se han autorizado en México desde
1996 confieren dos características principales, una es la tolerancia a los herbicidas y la
otra es la resistencia a las plagas de lepidópteros. En el primer caso, las plantas son
tolerantes a los herbicidas como el glifosato (Nida et al., 1996), el glufosinato de amonio
(Blair-Kerth et al., 2001) y dicamba (Cahoon et al., 2015) que se usan para combatir
malezas. En el segundo, la resistencia a las plagas de lepidópteros se debe a la inserción
de genes cry de la bacteria Bacillus thuringiensis (Bt) que confiere resistencia a etapas
larvarias de diferentes plagas de lepidópteros tales como Pectinophora gossypiella,
Helicoverpa zea, Heliothis virescens (Benedict et al., 1993) y Spodoptera exigua (Wilson
et al., 1992, James, 2016).
En México, la "Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados" regula
el cultivo de algodón transgénico y otros cultivos biotecnológicos paso a paso y caso por
caso. Los diferentes pasos se refieren a las diferentes etapas de lanzamiento:
plantaciones experimentales, piloto y comerciales. Antes de la comercial, las autoridades
evalúan los resultados de las liberaciones a escala experimental y piloto (semicomercial),
realizan estudios de evaluación de riesgos y examinan los resultados experimentales,
así como el cumplimiento y la eficacia de las medidas de bioseguridad (DOF, 2005). Las
instituciones académicas deben respaldar la investigación llevada a cabo en México. Se
solicitó un total de 15 eventos de liberación de algodón GM de 2005 a 2015, en 342
expedientes [Figura 1; (CIBIOGEM, 2018)].
Los estudios de evaluación de riesgos ambientales tienen como objetivo identificar el
daño potencial al medio ambiente donde se estima el nivel de riesgo, se identifican los
posibles efectos negativos y se determinan las acciones necesarias para reducir los
riesgos ambientales (EPA, 1998). En el caso de los riesgos ambientales asociados con
la liberación de OGM agrícolas, es importante compararlos con los riesgos asociados a
las prácticas agrícolas utilizadas en cultivos convencionales. Esta es la razón por la que
se debe realizar un análisis "caso por caso", es decir, considerar el organismo
modificado, el uso previsto, el entorno probable y las condiciones ambientales en las que
se cultivará. Los estudios de evaluación de riesgos para la liberación de algodón
transgénico en el caso de México incluyó una evaluación de los riesgos de flujo de genes
a parientes silvestres, el posible efecto en organismos no objetivo, los riesgos de la
selección de malezas resistentes a los herbicidas y la evolución de la resistencia a las
proteínas Cry por parte de las plagas de insectos (SEMARNAT, 2018).
En este trabajo, presentamos un análisis actualizado de los datos disponibles desde el
lanzamiento de algodón GM en 1996. Se cuestionaron dos hipótesis principales: la
primera es si existe un riesgo potencial en el flujo de genes a las especies nativas,
mientras que la segunda es si el uso de algodón GM en México daría como resultado
una reducción en el uso de pesticidas y en mayores rendimientos.
MÉTODOS
Análisis de especies silvestres de algodón
Distribución
Para el análisis de la distribución de las especies silvestres de algodón, utilizamos la
base de datos CONABIO donde se curaron y verificaron 2.238 registros (incluidas 16
especies de algodón: G. thurveri, G. armourianum, G. harknessii, G. davidsonii, G.
aridum, G. raimondii, G. gossypioides, G. lobatum, G. laxum, G.trilobum, G. turneri, G.
schwendimanii, G. lanceolatum, G. hirsutum, y G. barbadense; CONABIO, 2018).
Con el fin de evaluar la probabilidad de flujo de genes, se caracterizaron las regiones de
cultivo de algodón y se construyó un modelo de distribución de G. hirsutum silvestre. Las
características ambientales de estas regiones productoras de algodón fueron
identificadas por un árbol de clasificación, utilizando como covariables de 19 capas
bioclimáticas actuales (Hijmans et al., 2005), 12 capas de radiación solar (WorldClim),
pendientes del terreno e índice de robustez.
Desarrollo de un modelo de nicho ecológico
Para elaborar modelos de nichos ecológicos (ENM) de dos escenarios de algodón
cultivado (sin voluntarios y con voluntarios), utilizamos una base de datos construida con
259 registros únicos de presencia de parcelas de algodón modificadas genéticamente y
17 registros de voluntarios de algodón informados por varias campañas de monitoreo
voluntario llevadas a cabo en las regiones productoras de algodón. Los registros de
parcelas en la región Nordeste (Tamaulipas) no estaban disponibles y no se incluyeron
en el análisis.
Se descargaron diecinueve capas bioclimáticas actuales del conjunto de datos
WorldClim 1.4 (Hijmans et al., 2005) y seis capas topográficas de la base de datos
derivada de elevación HYDROI1k (disponible en: http://lta.cr.usgs.gov/HYDRO1K),
usando una resolución de 30 arc-s (aproximadamente 1 km).
Se realizaron las ejecuciones de Maxent 3.3.3e (Phillips et al., 2006), una para cada
escenario. Cada ejecución incluyó 30 réplicas utilizando el modelo logístico y una prueba
aleatoria del 20% mediante bootstrap. Todos los modelos de distribución se evaluaron
usando puntajes AUC (0,98 con y sin voluntarios). Los modelos se transformaron en
datos binomiales, con un valor de presencia total como punto de corte para cada
escenario. ( =.01 con voluntarios y 0.15 con voluntarios)
Encuestas de productores de algodón
En México, el cultivo de algodón es comúnmente administrado por el dueño de la tierra
o el agricultor que lo utiliza, y un "asesor técnico; es un asesor profesional de cultivos
para el control de plagas.
Con el fin de determinar la percepción de los agricultores mexicanos sobre los impactos
de la plantación de algodón transgénico, se diseñó y aplicó una encuesta a 167
agricultores en 20 municipios de los principales estados productores de algodón. Los
objetivos de la encuesta fueron identificar los factores asociados con el uso de algodón
transgénico en México, para conocer la disposición de los agricultores a utilizar esta
biotecnología y la percepción de los beneficios o problemas que han observado, para
identificar cambios en los rendimientos, costos de producción, control de plagas, manejo,
uso de pesticidas desde la transición del algodón convencional al GM y evaluar los
efectos indirectos del uso de esta tecnología en el medio ambiente y en la salud humana.
La encuesta se diseñó de acuerdo con la metodología de encuestas agrícolas con
marcos de muestreo múltiples y el diseño muestral para el estudio de organizaciones
rurales en México (Kish, 1990; González-Villalobos y Wallace, 1998). El margen de error
de esta encuesta fue de + o - 7.46% con un total estimado de 5.000 productores de
algodón y un nivel de confianza del 95% (Survey System, 2018).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Explorando la primera hipótesis: flujo genético de algodón cultivado (convencional
o transgénico) a parientes silvestres
Dado que México es un centro de origen y diversificación de G. hirsutum, una de las
principales preocupaciones medioambientales de la liberación de algodón transgénico
fue la posibilidad del flujo de transgenes a las poblaciones nativas de algodón (Ellstrand,
2002, 2012; Ellstrand et al., 2013).
En México existe un amplio rango de variedades de algodón G. hirsutum que van desde
silvestres, salvajes y domesticadas localmente hasta variedades mejoradas, por lo tanto
existe la posibilidad de que ocurra un flujo de genes si coexisten en la misma área. Para
evaluar tal riesgo, es necesario conocer los patrones de distribución geográfica de las
diferentes variedades, y también los mecanismos de dispersión de la especie. La
distribución geográfica de las poblaciones silvestres y el algodón cultivado fue tomada
en cuenta en la evaluación de riesgos y la separación geográfica constituye una de las
condiciones en México para la liberación de algodón transgénico en el medio ambiente
y antes de la siembra se realizaron visitas de campo para identificar la posible presencia
de parientes silvestres de algodón (BCH, 2018; SAGARPA, 2018).
La superposición geográfica entre la distribución de especies nativas y la región en la
cual se siembra actualmente el algodón transgénico es mínima, según los registros de la
"Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad" (CONABIO, 2018).
Las regiones delimitadas de cultivo de algodón GM corresponden a regiones semiáridas
(Figura 2, puntos rojos) que no se solapan geográficamente con el área de zonas
climáticas adecuadas de G. hirsutum silvestre. Sin embargo, están cerca de la región de
La Laguna (Figura 2). Pocas regiones de algodón GM no se incluyeron en el análisis
debido a problemas de seguridad o restricciones en el soporte técnico (es decir, al norte
de Tamaulipas, Valles de Yaqui, y Mayo, y Planicie Huasteca), todos ellos coincidieron
con las zonas de idoneidad climática de G. hirsutum. Sin embargo, de acuerdo con la
Estadística Nacional (INEGI, 2012), Tamaulipas es el estado con menos producción de
algodón en el país y el valle del Yaqui, así como la Planicie Huasteca ni siquiera están
en las estadísticas de producción de algodón.
Para que ocurra el flujo de genes a través del polen, no solo se requiere que las plantas
coexistan en la misma área y que sean compatibles, sino también que los polen que
contienen transgenes se dispersen a través de polinizadores. En el caso del algodón, la
tasa de polinización cruzada (la probabilidad de que una planta sea polinizada con polen
de otra planta) es del 10% o menos, ya que el 90% de las plantas resultó de la
autopolinización (Meredith y Bridge, 1973; Llewellyn y Fitt, 1996; Sen et al., 2004; Van
Deynze et al., 2005; Zhang et al., 2005). También se informó que, en casos donde ocurre
la polinización cruzada por abejas, disminuye significativamente con la distancia entre
las plantas. La alta probabilidad de polinización cruzada ocurre solo cuando las plantas
se encuentran cerca (Umbeck et al., 1991, Yan et al., 2015). Además, la tasa de
polinización cruzada depende, en gran medida, de las condiciones climáticas y
ecológicas, por ejemplo, los patrones de actividad y abundancia de las especies de
insectos que llevan a cabo la polinización y el flujo de polen (Llewellyn et al., 2007).
Sin embargo, en nuestro estudio observamos que el riesgo más inminente de flujo de
genes no es el polen, sino las semillas derramadas durante el transporte. Las semillas
de algodón se pueden dispersar de manera eficiente por el viento o el agua. Durante
varias visitas de campo a las áreas de producciones de algodón, se observó que hay un
control muy estricto y medidas de bioseguridad durante el movimiento de las semillas de
algodón GM desde las compañías de semillas hasta los campos. Las semillas GM llegan
en paquetes cerrados y vehículos cerrados. Sin embargo, después de la cosecha, dichos
controles se relajaron y las semillas se transportaron a las desmotadoras en vehículos
abiertos que derraman semillas en las carreteras. Las plantas voluntarias pueden crecer
a partir de semillas derramadas y se han observado en el borde de las carreteras. Las
autoridades de sanidad y las compañías de semillas están a cargo de eliminar las plantas
voluntarias, pero siempre es posible evitar las fugas.
De los dos escenarios de algodón cultivado (sin voluntarios y con voluntarios),
elaboramos un ENM como se describe en Métodos. La Figura 3 muestra el Análisis de
Componentes Principales (PCA) de las condiciones ambientales de los registros
algodoneros analizados (silvestre, GM y voluntario). Se puede ver que las condiciones
en las que se planta el algodón modificado genéticamente (puntos azules) son muy
restrictivas y las condiciones son claramente diferenciables del resto de las especies de
algodón (silvestres en negro, gris y colores). Sin embargo, la presencia de voluntarios
GM (puntos rojos) en ambientes diferentes a las regiones de cultivo GM demuestra la
plasticidad ambiental del algodón transgénico y amplía el componente ambiental del
nicho de algodón transgénico hacia el espacio ambiental ocupado por las especies
silvestres. En la Figura 4 mostramos la distribución potencial de GM y algodón silvestre.
De acuerdo con los modelos que describen los dos posibles escenarios (sin y con
voluntarios), esta figura muestra que la presencia de voluntarios amplía
significativamente el nicho de algodón GM en su componente geográfico (Figura 4).
Es importante mencionar que Wesgier et al. (2011) informaron la existencia de flujo de
genes a largas distancias entre poblaciones cultivadas y silvestres de G. hirsutum,
mediante la identificación de proteínas recombinantes en poblaciones silvestres de
algodón. Estos autores propusieron que el flujo de genes podría ser posible a través de
la dispersión de semillas (Wegier et al., 2011). Por lo tanto, es necesario realizar un
seguimiento de la monitorización de poblaciones híbridas e implementar métodos
sensibles tales como RT-PCR y PCR digital para evaluar en detalle los cambios en las
frecuencias transgénicas en estas poblaciones (Holst-Jensen, 2009; Fraiture et al., 2015,
Randhawa et al., 2016)
¿Qué piensan las personas que trabajan con algodón GM en México?
Encuestas de productores de algodón
En general, los agricultores señalaron que el uso de algodón GM dio como resultado un
mejor control y un manejo más fácil de las plagas. Además, se mencionaron
generalmente mayores rendimientos de algodón transgénico. Las razones para detener
la siembra de semilla convencional sin Bt incluyen la dificultad para controlar las plagas
y los altos costos de los insecticidas.
De acuerdo con la opinión de los agricultores, el algodón transgénico mostró
rendimientos más altos y requirió menos uso de insecticidas y manejo de cultivos. Sin
embargo, según las opiniones de los agricultores, las semillas de algodón GM son
costosas y el uso de herbicidas es más alto. Además, los agricultores estuvieron de
acuerdo en que los rendimientos más altos de algodón modificado genéticamente se
deben a una mejor calidad de las semillas y condiciones climáticas favorables.
El algodón se siembra en las zonas áridas del norte de México, donde las condiciones
climáticas adversas son frecuentes, incluida la falta de agua, las temperaturas extremas,
la sequía y las heladas. Los gastos tales como equipos especiales de siembra, riego y
fertilizantes resultan en altos costos de producción. Además, un aumento en los precios
de las semillas, la maquinaria y los combustibles en los últimos años exacerbó los costos
de producción.
Los altos costos de operación y las fluctuaciones en los precios internacionales de las
fibras provocaron una gran fluctuación en el área total de algodón sembrada. Por
ejemplo, en 2016, el área total de algodón en México se redujo a 104,000 ha, debido a
la disminución de los precios internacionales y al aumento en los costos de los insumos.
Sin embargo, el área de algodón se duplicó a 210,000 ha en 2017 debido a un aumento
en los precios internacionales de fibra. La disminución en los precios de los granos podría
ser otro factor importante que favorezca el cultivo de algodón para algunos agricultores.
A pesar del costo de producción, el 80% de los agricultores están muy satisfechos con
el uso de las variedades GM, ya que las plagas de lepidópteros están controladas y se
obtiene un control excelente de las malas hierbas. El 11% restante de los agricultores
está moderadamente satisfecho y el 9% no está satisfecho. El diez por ciento de los
agricultores consideró que el algodón transgénico no es rentable.
Curiosamente, el 40% de los agricultores estaría dispuesto a plantar semillas
convencionales si estuvieran disponibles en México (las semillas convencionales no se
producen ahora en México), ya que estos agricultores suponen que esas semillas
costarán menos. Además, debido a las poblaciones actuales de plagas observadas en
los últimos años, consideraron que las plagas actuales no están necesariamente
controladas por variedades GM.
Desde el punto de vista de los efectos en la salud humana, los agricultores tienen una
percepción positiva sobre la adopción del algodón transgénico. Ellos creen que los casos
de intoxicación debido a la exposición a pesticidas químicos se han reducido con la
adopción del algodón transgénico. Reportaron menos casos de intoxicación debido a un
menor uso de insecticidas químicos (Nava-Camberos et al., unpublished results).
Encuestas a los Asesores Técnicos
Con el fin de analizar los cambios en el manejo de plagas y malezas después de la
adopción del algodón GM, se aplicó una encuesta a 165 asesores técnicos
especializados en la gestión del algodón.
Con respecto al manejo de malezas y herbicidas, las respuestas de los técnicos indicaron
que el glifosato se aplica prácticamente en toda el área de cultivo de algodón en México
al menos una vez durante el ciclo de producción. Las principales especies de malezas
asociadas con el algodón son las enredaderas de campo Convolvulus arvensis L., las
glorietas anuales Ipomoea hederacea Jacq. e Ipomoea purpurea (L.) Roth, amaranto
palmer Amaranthus palmeri S. Wats, johnsongrass Sorghum halepense (L.) Pers. y
varios pastos anuales, principalmente barnyardgrass Echinochloa colona (L.) Link.
Según estas encuestas, el manejo de malezas en el algodón en México generalmente
consiste en la aplicación de glifosato que se complementa con la labranza profunda para
la preparación del suelo y el cultivo en hileras en más del 90% de la superficie de algodón.
La aplicación de otros herbicidas además del glifosato en la pre siembra y la pre
emergencia se realiza en aproximadamente el 21% del área donde la trifluralina
representa el herbicida más utilizado en las primeras aplicaciones.
Los técnicos indicaron que los problemas asociados con el manejo de malezas se
redujeron en Mexicali y La Laguna, pero aumentaron en el estado de Chihuahua, donde
el control de malezas con glifosato se calificó como bajo. Sesenta y dos por ciento de los
técnicos indicaron que han observado cambios en la respuesta de las malezas al
glifosato. Esta respuesta de las malezas implica la necesidad de un aumento de dosis
de herbicidas para tener un control efectivo en las malezas más difíciles. Sin embargo,
el 85% de los técnicos están llevando a cabo prácticas de manejo para evitar la selección
de malezas resistentes al glifosato, centrándose principalmente en el cultivo en hileras,
el deshierbe manual y la rotación de cultivos.
Antes del uso del algodón Bt, el complejo de Lepidoptera (P. gossypiella, H. zea, H.
virescens y S. exigua) comprendía la mayoría (aproximadamente el 60%) de las plagas
informadas totales; seguido de insectos chupadores (mosca blanca, Chlorochroa ligata
y Lygus, aproximadamente 20%). La lista de insectos reportada se presenta en la Tabla
1, donde se observa esta caída drástica en los conteos de lepidópteros, mientras que
otros insectos como áfidos, ácaros, gorgojos, trips y moscas blancas aumentaron en los
conteos por parte de los técnicos. Los técnicos consideran que la presión del complejo
Lepidoptera era muy alta antes del uso de algodón GM y ahora se ha reducido
efectivamente.
Después de 20 años de usar algodón Bt, los asesores técnicos entrevistados han
observado cambios drásticos en la composición de las especies de plagas de insectos.
Actualmente, los más importantes son Anthonomus grandis, C. ligata, Bemisia tabaci,
varias especies de insectos chupadores y trips. El complejo Lepidoptera representó solo
hasta el 5% de las plagas informadas (mencionadas por 0, 0, 0 y 5% de los asesores
técnicos en Mexicali, Sonora, La Laguna y Chihuahua, respectivamente), mientras que
las plagas de insectos chupadores comprendieron alrededor del 73% (60, 60, 80 y 95%
de la encuesta en Sonora, La Laguna, Chihuahua y Mexicali, respectivamente). Debido
a las diferencias ambientales en las regiones productoras de algodón de México, es difícil
clasificar la importancia general de las pesquerías. Por ejemplo, las moscas blancas son
de importancia primaria en Mexicali, Sonora y La Laguna, pero en Chihuahua, se
considera una plaga secundaria. Conchuela (C. ligata) todavía se considera la plaga
principal en La Laguna y Chihuahua, pero no es una preocupación en Mexicali y Sonora.
A. grandis una vez una plaga amenazadora en todo México, actualmente solo es
importante en La Laguna y Sonora, pero en Mexicali y Chihuahua esta plaga está
erradicada. Esta erradicación se debe al programa conjunto de erradicación de A. grandis
México-EE. UU. Después de usar algodón Bt, P. gossypiella, H. virescens y Bucculatrix
thurberiella ahora tienen niveles de población muy bajos en las diferentes regiones
algodoneras. H. zea y S. exigua se consideran actualmente plagas de importancia
secundaria en todas las áreas de algodón (Tabla 1).
Con respecto al número total de aplicaciones de insecticidas, los técnicos informaron una
disminución significativa debido al uso de algodón transgénico. Debido a la efectividad
del algodón Bt y su alta tasa de adopción en la mayoría de las áreas de cultivo, en
Chihuahua y La Laguna los aerosoles de insecticidas sintéticos se han reducido a 3.5 y
5.0 aplicaciones, respectivamente, de las 12 aplicaciones anteriores utilizadas en una
temporada de cultivo. Sin embargo, en otras regiones como Mexicali y Sonora que
mostraron una alta presión de plagas que no son atacadas por el algodón Bt (moscas
blancas, chinches Lygus y gorgojos de las cápsulas) las aplicaciones de insecticida aún
son altas.
Explorando la Segunda La Hipótesis:
Efectos e Impactos del Cultivo de Algodón GM en México
Diferentes líneas de evidencia indicaron que el uso de algodón transgénico ha
contribuido a reducir el número de aplicaciones de insecticidas necesarias para lograr un
control adecuado de las plagas de lepidópteros en las regiones algodoneras de México.
El algodón es uno de los cultivos en los que se aplica la mayor cantidad de plaguicidas
en el mundo, por lo que la alternativa de usar algodón Bt representa una ventaja desde
el punto de vista ambiental (Abedullah et al., 2015). Se sabe que el uso de pesticidas
puede tener un impacto negativo en la calidad del agua y el suelo, la salud humana, las
especies acuáticas y los insectos benéficos y otros organismos (Boatman et al., 2004;
Arias-Estevez et al., 2008; Athukorala et al., 2012).
Según la mayoría de los agricultores, el algodón transgénico en México, a pesar de sus
costos, sigue siendo económicamente rentable y es una de las principales fuentes de
ingresos en los municipios donde se planta. En esos lugares, el algodón transgénico
parece garantizar la producción y prevenir las pérdidas de plagas de insectos
lepidópteros, al tiempo que reduce los costos y las actividades laborales, así como el uso
de vehículos para rociar pesticidas (Skevas et al., 2013). El impacto en el rendimiento de
los cultivos también ha sido significativo ya que en Chihuahua, La Laguna y Mexicali los
incrementos de rendimiento son 1.8, 2.4 y 3.7 pacas por ha, respectivamente, lo que
equivale a incrementos de $ 8,700, $ 11,500 y $ 17,700 pesos mexicanos por ha. .
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