You are on page 1of 14
“Hacia una pedagogia feminista intenta se, de encuentro entre diversas expertencias, pp biisquedas feministas que venimos Gesarrottanag Area de géneros y ecucacién popular de Panuel Repeldta. Como Seministas y ecucacoras pom slaberer colectivamente the Mes sociales ¥ proyeetamos una emancipactén inéegral, muiftipic, comptela, dlaléctica, alegre, colorida, ctvarsa, cuties Gtlea, poltténtea, tse solidarta, desagtante...” Pa : 2 : i < WLSINIWS VIDOOVGSd YNN VIDVH eae ead ve Cosnoly > é Penscapecs ioe Ob ede yaricres a Adres -“B3UEBESEN ‘eLepHOS Mosied ‘opjede. ‘wsmunsiy ‘eoiugsjod ‘one HESSD “SSOINI “ESIOND ‘epUoIOD ‘asBeye ‘82 ‘SichngDN ‘SeaBeqUy wOPORCIOUBWUE eur ‘STUENBEIW; ‘souMEsEZ ~seUOZedjouEWS SSIEROS seuoIZa; op uproomasuNS ey "eaRo2199 ‘2: © uequnce ane sounues 4 seqrenuesae1 SUSUEARIEIOD sesogers SOMISUOTONE sou ‘sasemeion OHZINPO A SeaspWeS oUCD “empieqey #2 S0Fved ep seincion UpIDEONpS A soreUDB ep eary 'P SOUNUBA ohh SeasjUTWES sepenbsng Madxe SPSISAID o.Que O.USN2Uue ep © "MSU! EastNES e}GOBEped Eun even. Espacios escolares y relaciones de género Visibilizando el sexismo y el androcentrismo cultural* Graciela Alonso, Gabriela Herezeg, ‘Belén Lorenzi, Ruth Zurbriggen** Nosotras, maestras, profesoras, educadoras, blancas, more- nas, heterosexuales, lesbianas, bisexuales... damos valor a lo personal. Lo hacemos politico. Y esto porque al compartir con otras mujeres las vivencias personales en nuestro paso por las instituciones educativas como estudiantes, como trabajadoras de ta educacién, no podiamos aceptar que todo lo que teniamos en comin fuese simple coincidencia. Entre las feministas las expe- riencias personales pueden ser materia prima, datos para la investigaci6n, para la reflexién, para la produccién de saberes y conocimiento. Asi, lo que proponemos cn este cuaderno de forma- cién y debate, esta profundamente enraizado en nuestra propia experiencia vital con la educacién, y nuestro deseo de analizarla y ponerla en cuestién para poder transformarla. + Una primera veraidn de eate escrito fue publicado en Guadernoe de formacian y deba- te Nro. 4, publicado por Ia Comision de Formacion permanente de ATEN Capital ‘Asociacion de Trabajadores/es de la Educacion de Neuguen. Ano 2006. Dado el con {exto de produccion se pretande pone! en discuston aspectos que aportan la toria'y Ia piictica feminieta a le educacién formal, en particular la cocuela. Br Graciela Alona. Brofesora en Ciencias de la Educacisn. Mg. en Investigacién Educative. Directora del Proyecto de Investigacion: Apraximaciones al estudio del mov Imiento exo-genérice en Argentina (C 072}, eon eede en ia Facultad de Ciencias de Ia Educacion de Universidad Nacional del Comane. Gabrisia “Hercaeg. Profesora. de inglés. Profesora en Ciencias de la Educacion ‘Actualmente trabaja en formacion docente, ‘Belén Zorenct. Profesora en Historia. Actuaimente trabaja en escuelas de nivel medio, Buh Zurbriggen. Profesora de Ensefiansa’ Primaria. Profesora en Ciencias de la Imiento seco-genarco en Argentina, con sede en la Facuitad de Ciencias de ia Bdicacion Ge a Universidad Nacional del Comahe. Integrantes de ia Colectioa Feminists La Rentelta (Neaguent, wor Desde aqui, la consigna de defensa de la escuela piiblica secas, nos resulta cuanto menos un slogan incémodo, si no incluimos alli algunas adjetivaciones. Abogamos por una escue. la piiblica no sexista, no heterosexista, no androcéntrica, anti. rracista, anticapitalista. Extender los limites de nuestro pensamiento, para pensar lo _ impensable, tal como nos propone la pedagoga queer Deborah Britzman. A modo de introduccién Gloria Bonder' (2003) nos explica: “Los estudios basados en la categoria de género han recorrido un largo camino desde las tem. pranas y decisivas investigaciones de Stoller y Rubin. Surgidos partir de la década del 60, recorrieron un trayecto epistemolégi- co en dos sentidos simulténeos. Por una parte, se abocaron a una critica sistematica de las nociones convencionales acerca de lo masculino y lo femenino que circulan no sélo en los discursos de sentido comin, sino también en aquellos que se designan como cientificos y que, de una u otra forma, han proporcionado Jas explicaciones que asumimos como ‘egitimas’ y/o verdaderas’ acerca de las diferencias sexuales y sociales entre varones y mujeres”. Prosigue la mencionada autora: “En constante creci- miento y difusién mundial, estos andlisis se han ocupado de develar y cuestionar las premisas biologicistas, esencialistas y universalistas con las que se han concebido estas diferencias, asi como la logica binaria y jer&rquica en las que se apoyan; de pro- blematizar la exclusién, silenciamiento, o tratamiento sesgado de la condicién de la mujer en los principales cuerpos de teoria y en la informacién que ‘dice’ de lo social; de explicar y proponer cam- ios respecto de los diversos dispositivos sociales que participan en la construccién de una jerarquia entre los géneros en la que las mujeres y lo femenino ocupan el lugar devaluado, discrimi- nado, subordinado u omitido” La critica feminista ha puntualizado el cardcter situado del ‘ Bonder, Gloria (2003): Género y Subjetividad: avatares de una relacién no eviden- te. Publicado el 20 de junio de 2003 en srww.modemmujer.org, 108 | cimiento, la parcialidad de todas las afirmaciones, la intima peciion, 1o Rory poses, cn dehnitiva ha colocado a las gran ion Sivas en el incémodo contexto de la politica, retirando- paraties ccie dominio ac a epiotemlogia’, al decir de orate clr Ba eate avntide, aprega Boner, tanto a Re oe ee seen en eve ae pee ca iva fundamental frente al saber instituido: ‘gQuién habla en iteoria; bajo qué condiciones sociales, econémicas y politicas pists raiscacect porn qulany odmo sev conocuniento circu ees usado en el marco de relaciones asimétricas de poder? Te ee eS rretendetioe spurte cisvau cingoriney lta Tue nos permitan develar cémo pese a los innegables avances que las ein anujerce a lo larg de la historia noe han posttaitado, Soe ucisctraoe del Spo “ge que ae quejar?” ya hemos eee at ale ciscouies aiken eee muriareal en el que vivimos sigue diciendo “presente” en la sociedad, Beso tan tuna y cules iotnacionee elucatias, De maners Be coo ee Colter pero om pew GID tenon eect. ara cas’ eth hier ee wine aprecdiea Beet clcsntas: persia ig Guc a) 08 camblado eatieas ee Si Sistis sonia ce las alec at eros ca cncicae eat vertdad pore oe oer ceshaaing ran: See mralcarioe ti geniOab. aa fuaclin dae parks! Pesala laescuela y la igualdad: otra de las ilusiones modernas... escuela -heredada de la moderna sociedad occidental- es un squco en el que se_producen,eubjetvdades e identdades, hisdiante un proceso complejo, plural y permanente, en cl cual las/os sujetas /os estén implicadas/os y son activas/os participan- tes. El espacio escolar fue desde sus origenes un campo instituidor dediferencias, aunque los discursos de los organismos y autorida- dss gubernamentales, de los medios de comunicacién, de las leyes sducativas, refieran con énfasis a la igualdad. La escuela marca, mediante mecanismos de clasificacién, ordenamiento y jerarquiza- MEotendidas éstas no sélo ni exclusivamente en la scepeién de la marcha callejera. 109 «que el profe de Educacion Fisica le diga a un varén: “jequé cién, las posibilidades o el destino de cada sujeta/o. Estos Smaricon?!”, Es que “a golpes se hacen los hombres” decian 808 de distincién (por ejemplo entre adultas/os y ninas/os © cas/os de evangélicas/os, ricas/os de pobres, nifos de’ ah estin inscriptos en lenguajes, teorias pedagozicas, regla lineamientos curriculares, y también en las practicas di més cotidianas. Se instituyen a través de rituales, acciones gos que se van “naturalizando”, Por eso, las marcas mas hentes que atribuimos a las escuelas no siempre se refi contenidos que ellas poseen y nos presentan, sino a las si nes del dia a dia, a las experiencias comunes y extraords que vivimos en sui interior. Las marcas que nos hacen ee a todo nifio le guste el fitbol casi por naturaleza y cuan- we no ccurre sea objeto de chistes y comentarios del estilo: Sise, es mufieca quebrada... medio nenita”. Bee sue siempre se salude “buenos dias chicos” siendo que la ela es mixta. : que los varones se enojen y reclamen ser nombrados si un ‘saudamos con un “buen dia chicas’, mientras que no nos Gaprende que las nifias aprendan a perder sin quejas su identi- teu de mujeres, en aras de la llamada economia del lenguaje. ‘que los chicos digan groserias y chistes vinculados al sexo ala sexualidad, que sean més egresivos, que rechezen el color p 008 Pela nif se vista de varén para un acto eacolar, pero ni ge nos ocurre pedirle a un varén que se vista de nifa (a no ser que sea para imitaciones al estilo Tinelli. (We Rgue a las maestras nos digan sefioritas y a los maestros los en de profesores. i tend Pere noe hecho as meen ona storia de la humanidad sea digno de ser contado, relatado, ensefiado, estudiado. 2Vieron que ya en la pre-historia parece a juzgar por fos libros y las ilustraciones- que no habia mujeres? + que en los problemas de Matematica, Maria siempre vaya al | gupermereado con su hija o calcule la cantidad de harina que leva la torta que cocina, mientras que José hace célculos sobre "el edificio que construye o va al autédromo a correr carreras. * que a los varones les guste mas Matematica y Ciencias Naturales, en cambio las nifias como son sofiadoras y emociona- Meee incinen por el rea de Lem ena "+ que le digamos a una nifia “sentate bien. nena’ + Que si un varon le toca la cola.a una nina, le pidamos a la madre que no la mande con calzas o que no use el guardapolvo de esa manera porque los provoca. ® que en los informes evaluativos, por lo general los varones aparezcan como inteligentes, pero inquietos; mientras que las nihas sean calificadas como prolijas y cumplidoras. * que los personajes femeninos de los textos literarios ocupen posiciones de dependencia mientras que los masculinos realizan grandes hazaiias y travesias. como construimos nuestras identidades sociales, esp: nuestras identidades de género(s) y sexualidades Entre esas divisiones que se instituyen en la escuela, lag ‘aparece como mas natural es la que refiere a sujetos 1 y femeninos. En la escuela se aprende a ser varén y a ser m también diremos (aunque no profundizaremos aqui en esta a tién) que se aprende a ser heterosexual, a no ser bis homosexual, ni lesbiana, ni travesti... Y junto con esto se ap de a despreciar las diferencias, Al asociar esa divisién con los cuerpos, pensamos en fori transhistéricas de ser mujer o de ser vardn. En realidad, cultura, en cada momento histérico, define de modo particu! propio las formas que considera adecuadas y legitimas pa masculinidad y femineidad; clasifica, regula, aprueba o aprueba practicas e identidades sexuales. Asi, hombres y mu res, nifios y nifias, se producen culturalmente, de dist maneras, en un proceso pleno de posibilidades c inestabilid Ellos y ellas son a su vez, sujetas/os de distintas clases, nacionalidad, religion, edades, orientacion sexual, etnia, ete. ¥ escucla, en este sentido, aparece como un espacio “neutro’, no hace diferenciacién entre nifias y nifios Sin embargo, notemos algunas diferenciaciones que apa como “naturales” y “normales” en la escuela: % * que los nifios ocupen el espacio central del patio, la canch de fitbol, que corran invadiendo el espacio de las nifias ef Tecreo, que interrumpan sus juegos. * que las nifias sean calladas y prolijas, que los varones j guen a lo brusco; enseguida opinamos que es “machona’ la q no ee ajusta a las “cualidades femeninas". 110 4 due se siga promoviendo la idea de un principe azul q vendra a salvar y a sacar de la desgracia a alguna mujer bal en la que ha caido siempre por efecto de alguna maldad de uty bruja fea y vieja. * que los varones hablen e intervengan con mayor asiduidag: ante el conjunto de la clase y que se lleven con mas frecuencia, atencién de las y los docentes. + que en sala de maestras/os se hable de madres “abandon cas” cuando una mujer ya no vive con su pareja e hijas/os, per no se use el mismo adjetivo para nombrar a la cantidad dle vare nes que ni se hacen cargo de la cuota alimentaria. * que sea comtin hablar de maternidad adolescente, pero que no haya alusiones a la paternidad adolescente. zAcaso esta aus: cia no es una mancra de alentar la deevesponsabilidad de varonesd * que a las jovenes adolescentes se les exija el uso del guar. dapolvo mientras que los varones estan exentos de ello. eQué tes nen que “tapar” las chicas? ¢Un burke occidental? 4 * que las maestras y profesoras lesbianas scan compelidas a” Permanecer en silencio sobre sus relaciones de pareja, aunque circule como secreto a voces; mientras que para las heterosexia. les esto esta siempre habilitado. La lista sigue, seguro puede ser interminable. Seguis supo- niendo que ensenias lo mismo a chicos y chicas? Entendés ahora epor qué decimos que la escuela promueve lugares de subordi- naci6n para las mujeres, mientras que compele a los varones a una masculinidad hegem6nica ligada a la seguridad, la virilidad, Ja agresividad sexual, la racionalidad, la valentia? Las formas de ser mujer y de ser varén son estimuladas social- mente -la escuela es un espacio privilegiado para ello- y van a constituir experiencias absolutamente distintas y desiguales. Por cierto, las y los sujetos no son pasivos receptores de imposicio. nes externas. Se implican activamente y son implicadas/os en esos aprendizajes: reaccionan, responden, rechazan y/o los asu- men por completo, La categoria de género La categoria género es una herramienta cuyos antecedentes se encuentran en la filosofa francesa Simone de Beauvoir quien, en 12 Ce cteredas “temeines” Sodus por ts mulees ee a Bes aoc do Rourot(“Une bo nase) coulerseino aus eo hace Bees ce catenin por iichas Seminieias cone’ la peunara Fete bahcene eee pease : : Be ireajoone coctesearor' a eeterotiens ia tren foteloctal Eee acon erenesanaddt ae pian ol baned aero Sara referirse a la construccién cultural y social de los comporta- St, ectinaden J bentanieatge de hombres yale Cuando aparece resulta verdaderamente revolucionaria. Y aun- oe maticee 6d erarlay card sens auarieciante cacetlo™ Ba or ne teers i ditetoctin eral MS'olrtan, Ince Seca un HPERLERN illo ane bea kar” a copaiio See cnee AW eaAal aeerCnae ig ved alsladldew os abies acadiaoes Gs la regen: "Fensar Goda el uagque de Siaere ev eater dev-cuberr Cuante do asbitads hay cs Ja ree crc fe calieacita ta Seals Aadtinasts detuatvacien xién integral entre dos proposiciones: el género es un elemento Sonnttutive de las relacionce soctales basedas en las diferencias que distinguen los sexos, y el género es una forma primaria de Minciones significantes de poder" (en Lamasr 1997:250)" Gen nn cinbonaciiee Ee Genera ‘conetraidan wocelniscie lan ges orca la isheoasa ed geaees ea a Cocalo oa Gutsieal ds Jos comportamientos, roles, valores, asignados a las mujeres y a los varones. Es un concepto relacional, que implica jerarquias. Lo iasciins oath aera oads $a ea Bias davethacet ea lag Saimiaaes pamuaesin * Morgade, Graciela (2001): “Aprender a ser mujer, aprender a ser varén’ Novedades Educativas, Buenos Aires - México. “Lamas, Marta - comp. (1997): El género: la construccién social de la diferencia sexual. Programa Universitario de Estudios de Género, México. 3 El género, ent fo, entonces, se refi mente sociel que re a una construc basacdas en el se, MEDUYE sentido y signifeade omnis te natural, Por lo tanto ie ace existe nada exchucins ‘atone ope Sate pat, ecanae'y? eae aoe @ preferir, se etlecrien ra wae "S$ UN espacio pelt deren ‘unque muchas veces invisi 3 n SU sitio, de acuerd = Sr ede competencia y tri 'petencia y triunfo son la afin a identidad mascu. lina, y el silenci Yaa sllencio, la amabilidad y el serwvic 8 ¥ en intima relacion ord 8 ‘cidn con Io des- abordar y deconstruir im confor sg SatsgoriaRénero perme tos para las mm ”, los intereses 3 mujeres a propést en pugna y los educative Propésito de la co; nay los manda. foo con Racional. También, “leer” ¢ 1nd enCiOR del sistema més o menos inte: indagar como esos manda. textos histor cos diferente, Que nos habla Pablo Praca eome 188 Docentes indeseniee new actualidad produci 4); cémo conviv wo Pineau} come conven y aren accu Broticendo detorminadaa frend Se "aca oni rs ee [androcentrismo cultural La historia de todos los tiempos, y la de hoy espe- cialmente, nos ensefia que... las mujeres seran olvidadas si ellas se olvidan de pensar sobre si mismas. Louise Otto-Peters fa teoria feminista nos sirve -entre otras cosas- para interroger- fos sobre el conocimiento acumulado, caracterizado por la centra- [aed que en él posee el punto de vista de los hombres, es decir el sedroventrismo. Histéricamente, la escuela fue creada por y para Gurones, y en este sentido las mujeres fueron y seguimos siendo penas un agregado en el modelo cultural vigente. La escuela en Sus disciplinas, en los contenidos, en los textos escolares, realiza ai menos dos operaciones que nos interesa destacar para su pro- blematizaci6n: una es la que niega y excluye todo lo femenino; la otra, es aquella que las visibiliza, pero para seguir atadas a los estereotipos mas arcaicos: aparecen bordando banderas, donando joyas, siempre heterosexuales, maestras, enfermeras (jen ocasio- nes llegan a azafatas!), madres por sobre todas las cosas y como {na inevitable condicidn del ser femenino, preparando el desayuno para la familia, abnegadas, felices. (Ver: Una leccién de sexismc). ‘Jane Austen (1775-1817), quien escribiera en alguna oportuni- dad: ‘No encuentro en las obras historicas cosa alguna que me interese, y acaba por hastiarme la relacion de los eternos disgus- tos entre los papas y los reyes, las guerras y las epidemias y otros males de los que estan lenas sus paginas, los hombres me reeul- tan casi siempre estipidos y de las mujeres apenas se dice algu- na cosa”, ya supo sefialar hace mas de dos siglos el androcentris- mo del conocimiento que hoy sigue a la orden del dia. Si pensa- mos en la Historia que se ensefia, diremos que co clocuente un analisis que Gloria Espigado Tocino® (2004:127) describe en el articulo “Historia y genealogia femenina a través de los libros de texto’. Este es el resultado de un trabajo de investigacién, en el que -entre otras cosas- estudia un manual de Historia del segun- do ciclo de 1a editorial Santillana, publicado en 1998 y utilizado 2 Repigado Tocino, Gloria (2004): “Historia y genealogia femenina a través de los bros de texto”, en: Rodrigues Martines, Carmen (comp): La ausencia de mujeres fen los contenidos escolares. Mifo y Divila, Madrid-Buenos Aires, ns en Espana: “Un primer balance de los resultados globales obteni.! dos revela que timidamente se puede estar produciendo algun cambio en la forma de presentacién de los contenidos histéricos En el reparto general de alusiones al protagonismo masculine y _ femenino detectado, tenemos que 1976 alusiones, es decir, uy 80% del total, corresponde a acciones imputadas a los hombres, ya como individuos, ya como colectivos, incluyendo, claro esta a sempiterno genérico universal que tiende a masculinizar buen, parte de las actuaciones de la humanidad. En contraposicién, lag_ alusiones al protagonismo femenino siguen ocupando un Ingar muy exiguo del contenido del manual, pero avanzan hasta alean- zar un raso 11% del total de las referencias personificadas (244)" El sexismo en el curriculo no se puede eliminar facilmente por. que no es una capa superficial, es el resvtado de lo que bien gusta, y tranquiliza ser denominado como ignorancia y/o descui- do. Es que, como sugiere el pensamiento de Eve Sedawick, la igno- Tancia no ¢s neutra, nies un estado original, es tn efecto del cono- cimiento mismo. Alli donde hay ignorancia, hay un modo particu. lar de conocer. Asi la ignorancia sobre la vida, las acciones, los descubrimientos, las luchas de las mujeres, puede ser leida como el modo particular de aprender los Hamados “conocimientos socialmente validos” producidos por el androcentrismo imperante, Si entendemos a la mitad de la humanidad (la masculina)_ como molde universal, esto se manifiesta en la desaparicisn del papel de las mujeres en el desarrollo de la cultura y cl conoci- miento dentro de los contenidos escolares, con lo cual el ciclo educativo termina resultando un agente hiper eficaz a la hora de producir y reproducir un mundo que hace de las desigualdades ¥ la discriminacion por género su légica de funcionamiento. Como en las fantasias mas rabiosamente conservadoras, los ye de texto editados este afio reproducen acriticamente cuanto jotipo se les cruza por el camino: las familias (con una Gnica ese ee oe coe ea eee ra queda desvinculada del mundo adulto, para concentrarse mel vinculo con su hijo, algo que no le sucede al padre, capaz de 2 relaciones con otros adultos) son tipicas antes que tipo: fay papa, mama y hermanos. Hay también un mundo doméastico fel que reina el saber femenino y la ‘colaboracién” masculina: fas ordenan, ellas lideran el ranking de representaciones graficas fuando él ambito retratado es la cocina, ellas despiertan a los hijos le: ni una vez en 14 libros relevados un padre desperté a una hija o un hijo) y les sirven el desayuno, aun cuando -excepcional- "pente puede Ser una pelabra tan pequenia- luego tengan que salir guabajar. A Gn de cuentas, el mundo de las relaciones sociales, lo "sensible y lo privado es lo suyo”. a Bi “genérico” y “universal” masculino: mejor hablemos de totalitarismo (més all4 del uso _ politicamente correcto del os/as) Bl feminismo es también una cuesti6n de lenguaje, pretendemos aqui -entonces- la tarea de desmantelar el caracter androcéntrico, sexista y heteronormativo de lo que llamamos el lenguaje del amo, incursionando en la idea de que la economia profunda de la len- "J gua debe ser vista como uno de los mecanismos para perpetuar |} reaciones sociales asimétricas, que le otorgan voz a la experiencia | nasculina e invisibilizan la femenina. Se usa el género masculino ‘como neutro, como si abarcara a ambos géneros; esta regla grama- tical refleja una vision del mundo centrada en lo masculino y se ‘transmite con fuerza en la institucién escolar sin ninguna reflexion (salvo escasas excepciones). El reforzamiento de los valores socia~ les hegeménicos se efectia via el lenguaje. Asi, su mentada neu- tralidad no es ms que una ilusién, creada a partir de operaciones, y dispositivos del orden hegeménico patriarcal. El uso masculino del lenguaje necesita ser analizado como uno de los tantos burkas que la sociedad falogocéntrica ha creado, y que nos impide ver lo ‘Una leccién de sexismo (O acaso, cya no es para tanto...?) Soledad Vallejos en el diario Pagina/12 (12-03-04) escribié: “Una revision por los libros de texto editados este afio brinda un Panorama poco alentador: no s6lo queda develada la vigencia de los estereotipos de género mas arcaicos, también se advierte un. recorte de la historia, al parecer protagonizada por hombres -ese vocablo que se sigue usando para definir a la humanidad invisibi- lizando todavia mas a las mujeres- publicos y sefioras de su casa. 1a diferencia sexual también esta presente en la lengua, por- _ que ésta representa el mundo, un mundo en el que tn sexo silen- aw 16 cia al otro. Pretender un lenguaje neutro es nombrar en falsg) nombrar Io que es, es designar como masculino lo que en reah dad cs femenino. Asi, el pretendido genérico masculino, lo ai hace es subsumirnos en “otro” que es hombre. La lengua expresa las tradiciones patriarcales de quiene hablan, los sos miséginos del léxico y de la gramatica pret simplificarnos y simplificar las palabras y sus contenidos; en especie de “como si” se termina mutilando a la humanidad ya somos devoradas en una operacién que se postula “inofensive “neutral”, “genérica” e “inclusiva”; y este acto violento y cotidi termina desidentificandonos individual y colectivamente La teérica feminista chilena Margarita Pisano’, sostiene en ehsayo “El triunfo de la marculinidad” que ésta ~structurd, atrapoy | legitimé para si misma lo que nos constituye fundamenta como humanidad: la capacidad de pensar. Ya en el siglo Christine de Pizan afirmaba que sélo saliéndose del orden simt “ dela ‘neutralidad” del longuajeles mujeres comes la innominadag | Parafrascando a Rosa Montero diremos que el caracter sexista del lenguaje se corresponde con una ideologia aberrante y cani-_ bal; aberrante en tanto cierto conservadurismo_ patri impregna el uso del lenguaje y aprisiona la manera de ver y vi mujer en la categoria hombre. En relacign a esto parece sugeren te el alerta que efectia Eva Gibert” (2001); “El lenguaje defor mante no se corrige porque est tan corrompida la herramienta_ intelectual que utilisamos, que ni siquiera permite pensar que preciso corregirla. En este territorio de las denominaciones no advierte que se carece de nominacién para nombrar aquello al nombrarse se torna reconocible en la diferencia” Diremos también que el sistema de pensamiento occidental sé! sno, Margarita (2002): “El triunfo de la masculinidad”, publicade cn www creatividadfeminista.org. " Giberti, Eva (2001): “La nif’. Publicado en www.evagiberti.org, ne “otros .eriza por ser un sistema bivalente, pero en el que los dos tér- ‘de Ja valencia no tienen el mismo valor, uno siempre es posi- ‘el otro negativo. Esta visién dicotémica conduce a una jerar- jon de las partes, ya que los términos positivos se asocian con ‘positives y los negativos con otros negativos, reforzando asi la ‘Los pares dicotémicos racional/emocional, varén/mujer, ey ‘cadena. feterosexual/homosexual, blanco/negro, sirven de ejemplo. ‘La dicotomia es un hecho inherente a nuestra cultura, es uni- versal. Segin la historiadora Gerda Lemer (citada por Maria "Milagros Rivera Garretas, 1994)": “la divisién patriarcal de los fexos quizés haya sido el punto de partida de la binariedad”. Nuestra cultura, desde el lenguaje hasta la ultima manifestacién gontenida en ella, est organizada binariamente. Si relacionamos fp anterior con la idea de que la lengua, ademas de expresar la re: iad, la estructura, condiciona y limita el pensamiento, la imagi nacién y el desarrollo social y cultural, podemos encontrar suge- rentes ejemplos de la organizaciGn binaria y dicotémica en el sig- nificado y en los usos de las palabras. Sobre estas consideraciones, elocuente es la idea defendida por Laura Alves” (2002) cuando escribe: “A través de las palabras, los mitos y las narraciones, se ya moldeando la subjetividad individual y colectiva en una socie Gad. Cuentos como el de la Cenicienta, por ejemplo, estimulan la sumision y entrega de las mujeres, mientras que El gato con botas desarrolla el espiritu aventurero y audaz de los hombres. A lo largo de la historia es mas comin encontrar la palabra “bruja’ referente aun personaje femenino que la palabra ‘sabia’, aunque en ambos casos estamos hablando de alguien que tiene acceso a conocimien- tos poco comunes. En el primer caso la connotaci6n es negativa y en el segundo positiva y es evidente que en la imaginacién de las generaciones de nifios y nifias que han escuchado esos relatos se perfila “sabio” como un hombre bueno, y “bruja” como mujer mala” ‘Nominar, como sefialé Pierre Bourdieu, es un acto politico, Podemos aventurar entonces que para existir necesitamos nombrar- nos y ser nombradas. Es que las palabras no son s6lo y simplemen- te eso, palabras; son también significado y son significado cargado ‘Rivera Garretas, Maria Milagros (1994): Nombrar el mundo en femenino, Jearia, Madr "Alves, Laura (2002): El poder de la palabra. Mimeo. de belicosidad que toma senderos variados en el laberinto patr por el que transitamos. Apostamos a continuar desentrafian, ara poder convertimos, junto a otras, en desertoras de este o Bjercitamos para ello actos de rebeldia: no damos por aludidas vez que nos dicen “buenos dias sefiores”, “los maestros deben mar..."; rechazando los canticos callejeros de “hay que poner poco mas de huevos...”; instando a nuestras estudiantes a que ¢, jan ser nombradas; agregando el sustantivo “madre” /*tutora” espacios de los boletines de calificaciones; re-inventando el le1 je, huyendo del “zestara bien decir asi?", cuando no tenemos mano una palabra disponible por la Real Academia Masculi porque hemos aprendido que nombramos es autorizamnos. eng Olimpia de Gouges: el deseo de ser ciudadana en una _ revolucién para ciudadanos. (gEs que la “a” te puede _ costar la cabeza?) E “Si la mujer tiene el derecho a ser llevada al cadalso, del misnio modo tiene el derecho a subir a ia tribuna”. Defender estas ideas de igualdad en la Francia de la Revolucién podia costar la vida, Olimpia de Gouges, nacida en la Francia revolucionaria, representa _| un paradigma de la ¥ escribir contra el histérico dominio de los hombres. La mentada_ “Liberté, Egalité, Praternité” es puesta en cuestién por Olimpia y_ otras mujeres de Jos clubes revolucionarios: amparados en la idea de la igualdad natural de los seres humanos, los revolucionarios de la Asamblea Nacional proclamaron en 1789 los Derechos del Hombre y el Ciudadano, una declaracién que negaba el acceso de las mujeres a los derechos politicos, lo que en realidad significaba negar su libertad y su igualdad respecto al resto de los individuos. Olimpia de Gouges (nacida como Marie Gouzé en la ciudad de Montauban) era hija de un carnicero y una lavandera. A los dieciséis se casé con un cocinero mucho mayor que ella con quien tuvo dos hijos. Pronto quedé viuda y cambié su nombre Por el de Olimpia de Gouges. Al mudarse a Paris, se integra al mundo del teatro y de las letras. Se convierte en una “intelec- tual independiente" y, atrevidamente, sus obras tocan temas como la abolicién de la esclavitud y la situacién de las mujeres. Durante los primeros afios de la Revolucién Francesa redacta articulos y panfletos revolucionarios muy comprometidos. Su 120 ent justicia patriarcal: es asesinada por hablar | mas rupturista es la Declaracién de los Derechos de la tect ia Ciudadana, de 1792. En ésta, Olimpia sostiene que “la Muir cia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son Tepas causes de las desgracias publicas y la corrupeisn de los Smos”, que hay y existen derechos que son “inalienables y s* para las mujeres. Postula la dignidad de ellas y, por seargsiente, el teconocimiento de sus derechos y libertades fan- efaies. La defensa de esta Declaracién y #4 oposicién a la en de muerte le costé perder la vida en la guillotina de Teteapierre en noviembre de 1793. Sus companeras fueron RetSidas en hospicios para enfermos mentales. Lo que era progre, ya no ‘por Victoria Serdén) wis ta stot, Com ln de aaa Sn Basler pce estamos cargando la biodiversidad” humana que supone ser varones yer mujeres, dos cosas matizadamente diferentes. La coeducacién de ha convertido en otro cajén de sastre en el que ninguno de los géneros encuentra su lugar. Nos hemos empefiado en que las chicas fean ingenieras, pero no en que los chicos sean enfermeros, por ejem- plo. Nos hemos guiado por lo que es prestigioso en el mundo mascu- {ino, compensandolo con que los nifios aprendan a coser sin tener en cuenta los verdaderos deseos y aptitudes latentes de cada quien. ‘Ahora estamos comprobando que la ensefianza mixta no atiende al problema diferencial de la maduracién precoz de las chicas, teniendo que rebajar sus niveles a la més lenta de los varones. Pero, claro, la separacion por sexos constituye una aberracién proveniente de oscu- ros temores clericales. Por eso jni un paso atrés! asi se demuestre lo contrario y por motivos diferentes. Las chicas lideres no pueden des- arrollar su liderazgo en épocas tan tempranas en un ambiente mixto, porque el liderazgo lo representan ellos, de modo que ellas no Uenen mds que imitarlos, generalizandose un modelo de violencia matona en los colegios” (Enviado por RIMA, 29 de mayo de 2006). Maestras indecentes (No todas quisieron ser la “segunda mama”) Juana Manso fue una de las primeras voces feministas que se oyeron en el pais a mitad del siglo XIX. Fue la primera mujer que wa Area plc opiate ns polo xt Sao pa pores iar alse can ew ys Se fs agenesis se en coed ee tin den Pescoria. sagrada desaté la furia de los partidarios dee la i ee te duc aprenden acre eae cer rare Pot sentatividad al Congreso dejandolo sin quérum. ie eee ere Lene eT a an seven seh nc rales desde sus pulpitos. Su presencia garantizé y dio ral i ed ‘al evento, optando por fortalecer el espacio publico Messe @ loe designios de los g-upos dominantes y su moral westionable. ecupé un cargo piblico en Argentina. Bregaba por la ed mixta, un cuerpo libre, y estimulaba los recreos, las cla gimnasia, los patios de juego y las aulas abiertas y aires todos estos elementos inexistentes en las escuelas de enton No ereia que las mujeres debian callarse ante ninguna aut ¥y no consideraba al silencio como una virtud. Sostenia ha 1870 que el principio que guia la vida es la busqueda del p y el alejamniento del dolor, y que ésas eran las bases sobre las @ debia organizarse la educacién. Sus posturas pedagégicas em consideradas amorales y pecaminosas, y fue acusada de machona, indecente, histérica y enferma. Las “65 valientes”: Contratadas por el Estado, entre 1869 1898 legaron 65 mujeres maestras, entre ellas, Sara Ee Clara y Francs Armstrong, Mary Graham. Jovenes, dependict tes, desenvueltas y protestantes, ies gustaba fotografiarse, arregl Se, comprarse ropa, se vestian de manera diferente y venian at bajar en espacios publicos, condicién que las ponia en contacto of infinidad de elementos “pecaminosos": el dinero de los sueldos, i politica, los contenidos de los libros, la vinculacién cotidiana ¢om ‘hombres no familiares, las tentaciones de la calle. Muchas de el tuvieron que ir de provincia en provincia debido a la persecucién ¢ los obispos, que en Cérdoba y Salta llegaron a amenazar con excé mulgar a los nifios que concurrieran a sus escuelas. 4 Las huelguistas puntanas: Muchas veces los fondos que debia girar el Estado Nacional para subvencionar la ensefia primaria no legaban a destino. Es asi como en noviembre 1881, influidas por el espiritu socialista y ligadas a las lucha sociales de los y las trabajadoras, las maestras de la Est Graduada y Superior de San Luis declararon la primera huel docente, reclamando el pago de sus salarios, adeudados dt hacia 8 meses. Un caso similar por esos afos, fue protagonizada por Francisca Jacques, directora de una escuela en Santiago del Estero, que se negé a firmar recibos por mas dinero del que se estaba entregando y lo denuncié a la Inspeccién General. Las Congresistas de 1882: Fl Primer Congreso Pedagégi conté con un gran ntimero de mujeres: de 265 participantes, 10: eran mujeres. Aun asi, ninguno de los trabajos previstos por Comision Organizadora fue encomendado a una mujer y | actas registran escasas intervenciones femeninas. El Congreso se llevé a cabo al calor de fuertes disputas politi- co-pedagégicas dentro de los sectores dominantes. El gran deba~ conocés? Son algunas mujeres que hicieron ciencia’® : i -a nos hablaron (ni areal Og a Pees en Set cee aeease oa i mS an el ee en ae tne i ee a ea ee ees ae aie eS eee peta om, Se ee ee cw fa, el periodismo, la politica, la nrisica, la astronomia, etc. "tas mujeres cientifioas se encuentran muchas veces atrapadas aerate 0 a ce Can (as son mujeres at{picas; como mujeres con cientificas raras’ Sandra Harding. Hs J eee 5 Cent a gern thts pene fone San Sets ites as eee he eee Se ar dss en ui fe pecan onl eneece ar aber gi a ne re aes *Extraido de La ausencia de las mujeres en los contenidos escolares, Carmen Rodriguez Martinez (2004). Mifio y Davila. roy Uegado précticamente igual hasta nuestros dias, “el bafto M (ampliamente utilizado en la cocina y en laboraterios), Hypatia vivié en la Grecia del siglo IV, y esta eoneiderad, Ja ultima cientifica pagana del mundo antigua, Eneche mee matematicas, geometria, astronomia y algebra y se intereaé jecanica y la tecnologia. Diseaé el astrolabio plano para neat Posicion de las estrellas, los planetas y el sol. Escnibio mae at libros ¢ invents el destilador de agua ¥ el planisievo, nih. Ql siglo XL, Trotula ejercio Ia medicina y escribio ibros de texto utilizados hasta el siglo XVI. Sus teorias oy fueron increfblemente avanzadas. Hablando de control de sax lidad y de las causas y tratamientos de infertilidad seneld: aie esta idea no ha sido aceptada por ma é muy recientemente, e —— En plena ilustracion, encontramos en Fi ‘ SI ; os en Francia a 2m Chatelet (1706-1749). Conocid a Voltaire on 1793, Se enrate autora. Voltaire, colega y amante, dijo de ella: “ inane ate gi ort cen Mileva Mario, escribié en una carta: “Hace poco hemos termi: nado un trabajo muy importante que hard mundialmente famoso arido”. Mileva fue la primera mujer del reconocido como genio Einstein; ésta impresion6 a sus compafieros por sus cone, Cimento matemétics y por tu X genialidad. Los amigos y colegas ron de ella: “Sablamos que ella se ia que Albert se levantaba, que era feimoso grasiae cele toe via todos los problemas matematicos, en especial los relacionados con Ia teoria de la relatividad™ Nunca > eet Nunca nos ensefiaron esto en las 1 toda teoria: posibilitar una nueva vision, una nueva interpretacion Ge la realidad, su resignificacién. La teoria nos permite ver cosas, 'e sin ella no vemos, el acceso al feminismo supone la adquisi- gn de un nuevo marco de referencia, “una gafas” que muestran Gna realidad ciertamente distinta de la que percibe la mayor parte de la gente. Es ms que una politica de las mujeres hacia las fnujeres, es también una politica de las mujeres hacia la sociedad gntera. Como escribe Diana Maffia, no es una cuestién hormonal §ino ideolégica. Revoluciona nuestra vida cotidiana y nuestros gnarcos te6ricos. Y nos permite acercarnos a todos los movimien- fos emaneipadores con "intransigencia seméntica’: sdlo llamare- mos democracia a un sistema capaz de desnaturalizar todas las formas de opresién. No es la contracara del machismo, ni es el machismo al revés Por el contrario lucha por eliminar tora forma de discriminacién, de explotacién y/o de opresién (clase, raza, sexo, etnia, orientacién sexual, edad, etc.). No es la contracara del machismo porque: el machismo mata, viola, abusa, agrede sexual- mente, prostituye, invisibiliza, nos cosifica, nos niega el placer, nos quiere dependientes, nos ata; el feminismo NO. Misoginia: es, etimolégicamente, odio a las mujeres. En la teo- ria feminista, la misoginia es reconocida como una ideologia poli- tica similar al racismo o al antisemitismo, para justificar la sub- ordinacién de las mujeres por los hombres. Forma parte de los patrones culturales de muchas sociedades, establece rigidas reglas de conducta para las mujeres y ante la duda sobre su cumplimiento, culpa a la mujer: “Algo habré hecho®; “mina tenia que ser”; “no hay nada que les venga bien’. Juan José Millés, escritor espafiol, dice: “El problema es que mientras no nos demos cuenta de que las mujeres son al miségino lo que [...] el judio at nazi y lo que el negro al racista y lo que el homosexual al homéfo- bo, es decir, miontras la misoginia no nos produsca el mismo espanto que [...] el nazismo, el racismo y la homofobia, las mujeres continuardn cayendo como moscas” Patriarcade: es un sistema politico. Su existencia no quiere decir que las mujeres no tengamos ningun tipo de poder o ningun derecho. Una de sus caracteristicas es st adaptacion en el tiempo. ‘Victoria Sau lo ha definido como una toma de poder histérica por parte de los hombres sobre las mujeres cuyo agente ocasional fue de orden biolégico, si bien elevado éste a la categoria politica y eco- 135 nomica. Dicha toma de poder “pasa forzosamente por el sometj miento de las mujeres a la maternidad, la represion de la semen’ dad femenina, y la aproplacién de la fulerza social de trabajo tat del grupo dominado, del cual su primer pero no tinico prodwee son los hijos”. Celia Amorés lo define como un pacto entre wart nes, interclasista, en el que se apropian del cuerpo de las mujenc) como propiedad privada. Sostiene textualmente: “Podria cons rarse al patriarcado como una especie de pacto interclasiss metaestable, por el cual se constituye en patrimonio del gené de los varones en cuanto se auito-instituyen como siljetos del cons trato social ante las mujeres -que son en principio las “pactades {..] Peto en principio el patriarcado seria ese pacto -interclasiets or el cual el poder se constituye como patrimonio del genético de es varones. En ese pecto, por supuesto, Is pactantes no estén on igualdad de condiciones, pues hay distintas clases y esas diferen: cias de clases no son jni mucho menos! irrelevantes. Pero cake recordar, como lo hace de forma muy pertinente Heidi Hartmann, que el salario familiar es un pacto patriarcal entre varones de cla ses sociales antagénicas a efectos del control social de la mujer" En la base de la categoria patriarcado hay dos conceptos y dos ins” Htuciones muy importantes, uno es el de heterosexualidad obliga. toria; el otro, el de contrato sexual. Dos conceptos estrechamente vinculaclos entre sf, dos instituciones necesarias para la continul, dad misma del orden socio-simbélico patriarcal. En Nombrar el mundo en femenino. Pensamiento de las mujeres y teorta ferinista. Riveras Garretas, Maria Milagros. Icaria, Barcelona, 1994. E pexi mecanismo por el que se privilegia un sexo sobre ees eee ees ee (ot \cion de inferioridad y subordinacién al sexo femenino, Esta E ete en todas las formas de la vida social y todos los ambi- rina ems a et cine : ia basada en la inferioridac sexo femenino que ar ae oe ae ven es else pe ee ee ee ee eS ee ee me ‘la subordinacién de un sexo con respecto al otro. En Hacia Te nee ae Bibliografia consultada y sugerida ntes para a een “ata, Andree. “Lo masstron yu historia: Apunten pe to Reta Argentina de Bauza, Ato X, N's8, Buenos Alves, Seimbe se ieuensietis P tmorés, Cella (1994: Femnisme: tgaldad y diferencia. PUEG rrogame Usirrstarie de Estudle de Gtnere = Univer. Nocona Intoona de Mesico aeiustegugalia, Marisa y Mingo, Aracel (1996). Gneroe prifuoos penton atucain. PUEG-Propaina Universitario de Beticien do ene Univeriand Nacional Autonome de Mexico. Méxioo, ie, As, Bacto "cabal: Graciela Beats (1992), Mujertias geran las de antes? (e sccsmo on to les para sis). Ba Comune, Libres dsl Quieesineho Dasnos Aves . De Miguel, Ana “Los feminismos através de a historia, Publicado en reatvidad Pembina. Maren Joni de 2008 "pemdnder, Jeane“ esa yt nl en sec Re Ja gs 10 ~ aman aa comp) (907) geet marin ell atin Sonu” PUEG Programa Unwersasi de Beadion de er UnvradadWelonal Autor de Manco tomas, Carlos (1999) quale oferentes?, Palit, Barcelons-BE.A esc, “ “tapes Loure, Guacta (1856) ‘Redes del concept de gine’. Bn Lopes, Heteronormatividad: Segun la cultura y la ciencia, hay sélo dos cuerpos (varones y mujeres), dos géncros (femenino y mas- culino) y una Unica direccién del deseo (por el cuerpo opuesto). Por eso no dudamos en preguntar a una joven si tiene novio Gamés si le gusta una mujer) y leemos en el graffiti “Lucha ama @ Victoria” una consigna politica y no una expresién de amor. Esta forma de leer la realidad es “heteronormativa”, severamen- te cuestionada por el movimiento de lesbianas, gays, travesti transexuales ¢ intersexuales y corrientes feministas. Una:socie dad heteronormativa pauta los roles sobre la base de la diferen- cia anatémica entre los sexos; crea modos correctos de ser hom- bre y de ser mujer y valida una tnica sexualidad, la hétero; excluye, descalifica, neutraliza o persigue lo diferente. Es una sociedad homo-lesbo-travesto-transfobica. 125 Hi M.J.; Meyer, D.E. y Waldow .V. R, Genero y Salud. Artes M Alegre, Brasil. > Lopes Louro, Guacira (2001): “La construccién escolar de las diferen semuales y de género". En Gentil Pablo (coord.) Cadigas para la ciucaden Santillana. Buenos Aires, . + Maffia, Diana H. “La increible y triste historia de la naturaleza femen) = na aegan la flosolay i cienca desalmada’. Revista Propuesta Baucce N° 7, FLACSO, Octubre de 1992. “4 ~ Mérida Jiménet, Rafacl (ed) (2002), Semolidades ‘ransgresoras, antologa de estudioe queer. learia, Barcelona + Morgade, Graciela (2001). Aprender a ser mujer, aprender a a Ed, Novedades Educativas, Buenos AireeMarioo, “ i. = Morgade, Graciela. (co"3p) (1997): Mijares © la educacién. docencia en la Argentina. 1870-1930. Mifio y Davila Rditores, Buenos ro rt eet eee eee ee eee eee es ere “Sbcty ad ma nree seem em nn Ediciones AMSAFE, Coleccién Ideas, Santa Fe. vie pon ene eee See eee ees fee eae Se eae eer Poa ee eran oremmeng eon = Varela, Julia otro (1997). La arqueloyta de a escuela Piquete, Madrid. on + Varela, Nuria (2005): Feminismo para principiantes. Ediciones B, Barcelona, ions. Pong) a ‘ El protagonismo de las mujeres en los movimientos sociales Innovaciones y desafios* Roxana Longo Introduccién EI andlisis critico, en la produccién de conocimientos, debe relacionar cl desafio epistemolégico de construir un nuevo cono- cimiento, con el desafio ético de construir un nuevo modelo de praxis, en el seno de un escenario histérico donde operan diferen- eg intereses sociales, y una estructura social que genera relacio- nes de poder y dominacién. Las falsas dicotomias que escinden la préctica de la teoria, el descubrimiento de la justificacién, la produccién de conocimien- tos de la ética de aquel o aquella que los produce, etc. favorecen procesos de trabajo descomprometidos, apaticos en los modos de analizar y concebir las realidades que estudiamos. No reconocen lo que sostiene Pierre Bourdieu, “el campo cientifico es un micro- cosmo social parcialmente aut6nomo con relacién a las necesida- des del macrocosmo en el cual est englobado. Es, en un senti- do, un mundo social como los otros y, como el campo economi- co, reconoce relaciones de fuerza y luchas de intereses, coalicio- nes y monopolios, incluso imperialismos”, (Bourdieu, 2003:112). En este marco ge intentard reflexionar sobre la incidencia de la participacion de la mujer en los nuevos movimientos sociales.

You might also like