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Artes, metales y conocimiento.

Aliex Trujillo García

Entre los materiales usados en el arte está n los metales. La ciencia destina unas
consideraciones ú tiles en la aplicació n de los mismos en la escultura y para la mú sica,
tal como sus propiedades y fundamentació n física. Nos detendremos en la resistencia
de los metales en la escultura y la vibració n en los instrumentos musicales.
Hay esculturas de bronce vertido sin ciencia de los materiales, los escultores han
aprendido de los materiales por su oficio, uno tras otro los gestos que producen lo
humano. Se han escrito sinfonías pulsadas en cobre, en bronce, sin la ciencia. Sin lo
que sabe la metalografía fueron posibles, en las formas conocidas, los cobres, las
cuerdas, las lá minas, sujeciones, variadores, deflectores y concentradores del sonido.
La ciencia explica la proyecció n de la onda mecá nica, el enrarecimiento y compresió n
del aire por donde viaja con su energía la vibració n rá pida de una cuerda pulsada, la
vibració n plana de una lá mina de vibrá fono. A través de tuberías ocurre la
amplificació n y estrangulació n de una vibració n vocal o de la vibració n de una lá mina
de cañ a por el aire de un soplido entrenado. En la escultura se asienta, a través del
bronce moldeado, el centro de los esfuerzos y las gravedades, la estabilidad de las
formas, que miran al que mira en el lugar de la luz.
Ahora, en la época de la ciencia, es inevitable enriquecer el potenciar expresivo del
arte con algoritmos y cá lculos. Un acercamiento a la ciencia de los materiales es una
condició n de posibilidad en la formació n y oficio del escultor, el mú sico o el luthier. La
metalurgia, una tecnología de los metales, produce fenó menos que pueden ser
aprovechados en la fabricació n de la obra de arte.
El metal se funde y se vuelve forma necesaria, se lleva a estado líquido elevando su
temperatura a un valor que ha ido creciendo en la historia del hombre. Claro que hay
metales fundidos en el magma de los volcanes, Vulcano es el mismo Hefestos, el que
trabaja la forma y la funció n duradera trayendo la maravilla. Es la inteligencia
persistente del hombre la que conquista mayores temperaturas en lo hornos, cada vez

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controlando má s el proceso a mayor temperatura. Por ejemplo, la velocidad de
enfriamiento (cantidad de grados Celsius o Fahrenheit de temperatura por unidad de
tiempo) del metal fundido y los posteriores tratamientos térmicos tienen su relació n
aproximada con el elemento productor de una nota musical, con la disposició n
gravitatoria en un volumen. Resulta que la velocidad de enfriamiento determina el
tamañ o del cristal metá lico que se va formando. Mientras má s grandes sean los
cristales metá licos que se formen, má s frá gil al impacto es el metal y mientras má s
pequeñ o el cristal, má s flexible es el metal. Mientras má s constante sea la tasa de
enfriamiento del metal fundido, má s homogéneo es el metal porque los cristales
tendrá n dimensiones semejante. La consideració n de impacto y la flexibilidad
garantiza la resistencia de las esculturas metá licas y los vibrá fonos. La consideració n
del material homogéneo (o medio continuo) garantiza un sonido má s controlable en la
mú sica. Como saben, los instrumentos musicales y las esculturas metá licas son
anteriores a la ciencia, los artesanos del artes dominaban los resultados a lo largo de
una vida ocupados de los ensayos y los errores. La ciencia trajo con el enciclopedismo
el conocimiento, una informació n estructurada para ser transportada, transmitida,
transferida en un tiempo mucho menor que el lento proceso mudo del aprendiz de
artesano. El conocimiento se produce, es una mercancía, se ostenta porque la ciencia
lo inventó , porque codetermina el crecimiento econó mico de las naciones.
Pensando también por la parte del arte traemos la película Andrei Rublev del
realizador ruso A. Tarkovski, hay un pasaje famoso en el que se fabrica la campana
para el príncipe fundiendo los metales ú tiles de la corte. El maestro campanero murió
sin rebelarle al hijo el secreto del arte de fabricar campanas. El príncipe le encarga al
hijo, Boriska, la fabricació n de una gran campana para el carilló n de la iglesia
ortodoxa. El aprendiz Boriska acepta el trabajo de maestro y le va la vida en ello, la
cabeza apostada al sonido satisfactorio de la campana mayor. Aparece entonces en el
film la angustia del aprendiz, todo el proceso con el barro específico, el molde, el
secado, la fundició n de la vajilla de plata, del cobre, del estañ o, conducció n y llenado
del molde cerá mico, el enfriamiento, el desmoldeado. El místico Rublev impulsa la
oscilació n del badajo, el examinado aprendiz campanero sudando expectante, el
príncipe a caballo, los constructores, los nobles, el pueblo, la oscilació n conducida del

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badajo, una oscilació n má s, muy cerca y tan, el sonido má s hermoso, el sonido de una
vida. La ciencia desplaza la angustia del ya maestro Boriska a los actuales algoritmos
de la metalurgia, controlado el azar y a pesar de la ciencia, aú n es el azar el que suena
con su brillo y hace la diferencia.
Los metales en el arte hacen sonar las trompetas, trombones, flautas, fiscornos, tubas,
saxofones de cobre, plata y lató n. El golpe no las alienta como a la campana o el piano,
a estos instrumentos los alienta el aliento mismo, la resonancia y la geometría de las
proporciones.
Podríamos decir que los materiales primordiales de la civilizació n industriosa han
conquistado también al arte, ya sea en su componente estructural de soporte de la
forma y la liturgia o en la técnica que domina la producció n tradicional y ordenada de
las vibraciones formalizadas a profundidad en la mú sica. El secreto también está en
los detalles, en los cristales que huyeron de aquel hombre antiguo que miró primero a
las estrellas y escuchó el sonido de las esferas.

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