You are on page 1of 12

Hernández Álvarez Saúl

Historia de la filosofía IX
14-02-2022

El concepto de trabajo en Marx

El trabajador produce el capital, el capital le produce a él;


es decir, que es el trabajador se produce a sí mismo y el
producto de todo el proceso es el hombre como trabajador,
como mercancía: un hombre que no es otra cosa más que
trabajador y como tal no tiene cualidades humanas más
que para servir a capitales ajenos.

⸺ Karl Marx

Introducción

Hannah Arendt en Karl Marx y la tradición del pensamiento político occidental comienza
diciendo que, en la construcción del mundo político occidental, tal y como se ha
desarrollado, comprende algunos prejuicios o preconcepciones de la obra de Marx, esto se
debe a que su obra tiene una fuerte influencia en la practica política de los partidos de
masas, así como en la ideología que los agentes políticos profesan (Arendt, 2007: 11-13).
Asimismo, Arendt señala que la realización del comunismo realmente existente a generado
una imagen distorsionada o poco fiel a lo que realmente se encuentra contenido en la obra
de Marx. Para la autora judía Marx comprende una bisagra en el pensamiento de la
tradición política que se inaugura en la antigüedad, especialmente en el seno de la polis
griega, y que llega hasta la ruptura de las categorías políticas con totalitarismo (Cfr. Arendt,
2014: 617-640).

Para Arendt Marx conjunta todas las categorías de la modernidad: trabajo, historia y
violencia. No pretendo entrar de lleno a la crítica arendtiana sobre Marx, sin embargo, es
importante recalcar que la autora puntualiza la importancia de Marx en la idea sobre la que
versa este ensayo, es decir: el trabajo. Vale entonces señalar que el trabajo en Marx es un
concepto central para el entendimiento de la obra del autor en su conjunto. Para Marx el
trabajo es el creador del hombre lo que supone que no es la libertad sino la necesidad la que
dota de humanidad a los seres vivos. Al respecto Arendt señala que:

El lado realmente anti-tradicional y carente de precedentes de su pensamiento es su


glorificación de la labor y su reinterpretación de la clase social que la filosofía desde su
comienzo había siempre despreciado: la clase trabajadora. La labor, la actividad
humana propia de esta clase, fue considerada tan irrelevante que la filosofía ni siquiera
se molestó en interpretarla y comprenderla. A fin de captar la importancia política de la
emancipación de la labor, y la correspondiente dignificación por Marx de la labor
como la más fundamental de todas las actividades humanas […]. (Arendt, 2007: 18)

Dentro del presente escrito, entonces, pretendo dar una explicación del concepto de trabajo
en Marx ya que este comprende un eje importante para el entendimiento de su obra. Como
veremos de dicho concepto pueden inquirirse concepciones y posturas importantes respecto
de la antropología y la política que se encuentran ligadas, en principio, a la función
primaria que comprende el trabajo.

El concepto de trabajo en general

Para entender el concepto de trabajo hay que partir del presupuesto de cómo Marx entiende
al hombre inscrito dentro de la naturaleza. Para Marx el hombre es aquel que produce su
propia vida, pero dicha producción lo es estrictamente en el sentido material que se da en la
relación Hombre-Naturaleza, es decir, es una relación condicionada por los medios y los
fines que alcanza el hombre respecto de su corporeidad y constitución física. Dicho lo
anterior Marx define el trabajo como:

[…] un proceso entre ser humano y naturaleza, un proceso en el cual el ser


humano media, regula y controla mediante su propia actividad su metabolismo
con la naturaleza. El ser humano se enfrenta con la materia natural como fuerza
natural él mismo. Pone en movimiento las fuerzas naturales pertenecientes a su
corporeidad —brazos y piernas, cabeza y manos—, con el objeto de apropiarse
la materia natural en una forma utilizable para su propia vida. Mediante ese
movimiento obra en la naturaleza externa a él y la altera, y así altera al mismo
tiempo su propia naturaleza. Desarrolla las potencias que dominan en ella y
someten a su propio dominio el funcionamiento de la fuerza. (Marx, K. 2014c:
35-36)

Ahora bien, la naturaleza no es entendida solamente como un medio a partir del cual el
hombre se sirve para garantizar su existencia o sobrevivencia. Es mediante el trabajo,
mediante la transformación de la naturaleza donde el hombre se afirma a sí mismo. Marx
ejemplifica esto comparando al ser humano con los animales, si bien el tejedor y la araña
realizan actividades similares la diferencia entre los animales y los hombres radica en la

2
conciencia que estos tienen respecto de la libertad (ibidem: 121-123). Lo anterior apunta a
que los hombres dan un paso más allá de la animalidad que se guía por la necesidad
desnuda y puede establecer los medios de producción a partir de los cuales se entabla la
relación del trabajo.

El trabajo se revela así como una potencialidad humana que le permite al individuo
conocer las capacidades que posee respecto de su entorno, a diferencia de lo que veremos
más adelante con el trabajo enajenado aquí el trabajo se dimensiona como la capacidad que
implícitamente transforma los recursos en los medios y fines materiales que posibilitan la
vida o, en otras palabras: Marx posibilita una dimensión del trabajo que se sustenta en la
capacidad humana que tiene de sí misma un conocimiento de la producción como
fundamento de su reproducción como especie, lo que significa que el trabajo es consciente
y voluntario.

Ahora bien, en el mismo fragmento que se cito anteriormente se habla de las


potencialidades físicas que están remitidas a cualidades individuales, no obstante, esto no
quiere decir que el trabajo sea la expresión individual de un sujeto aislado, antes bien el
trabajo se constituye como un proceso social. Al mismo tiempo, el trabajo sí está remitido a
las potencias físicas individuales, pero no está reducido a ello. la capacidad productiva
individual en realidad se encuentra integrada a la acción colectiva que se organiza en
función del trabajo lo que significa que el desgaste físico que es el gasto productivo de la
fuerza de trabajo individual se articula socialmente, esto en relación del modo de
producción.

Esta definición del hombre como aquel que produce y se produce en su relación con
la naturaleza es la esencia [Gattungswesen] del hombre. Marx asevera que el hombre
transforma su entorno de acuerdo a su arbitrio, pero al hacerlo transforma lo que él es. Que
el hombre se produzca a si mismo constituye entonces una relación volitiva con respecto
del producto creado y el hombre productor. La producción del trabajo, en este sentido, es
doble, por un lado, se encuentra el objeto final del trabajo, pero también engloba la
producción misma del hombre que se autoproduce.

3
El trabajo en el modo de producción capitalista

El desarrollo del capitalismo supone un desarrollo histórico de los modos de producción, en


concreto el paso del feudalismo al capitalismo, este paso, en realidad, no es fortuito y tienen
sus bases tanto en fenómenos concretos de la manera de producción, así como en los
elementos teóricos de la propia teoría económica. El capitalismo es un modo de producción
que se basa en la producción de la mercancía ya desde el inicio de El capital Marx Anicia
que: «La riqueza de las sociedades en las que domina el modo de producción capitalista se
presenta como un “enorme cumulo de mercancías”, y la mercancía individual como la
forma elemental de esa riqueza» (Marx, K. 2018: 43)

El capitalismo, además, ha sido el modo de producción que ha imperado de manera


constante durante los últimos cinco siglos. De acuerdo con Marx lo anterior da la
configuración del modo de producción capitalista y la manera en la que el trabajo se realiza.
A grandes rasgos lo que el autor de La capital ve es la desaparición de la forma comunitaria
del trabajo, iniciando en cooperación, siguiendo por la manufactura y llegando,
posteriormente a la gran industria. David Harvey de hecho supone que «el primer objetivo
de Marx en El capital era deconstruir la visión utópica del capitalismo de libre mercado que
promovían los economistas políticos de la época; deseaba mostrar que las libertades del
mercado no producen un resultado beneficioso para todos, como suponían Smith y otros,
sino una distopía de miseria para las masas e inmensa riqueza para la clase capitalista
propietaria.» (Harvey, David: 42)

Lo que Harvey mira es que El capital es la fuente de la crítica a la economía política,


subrayando el hecho de que el capitalismo no representa la libertad o la igualdad, sino que,
al contrario. El capitalismo es la fuente de la desigualdad, de la destrucción de la vida
humana, que se basa precisamente en la inmaterialidad de los principios que lo posibilitan,
sin embargo, esa inmaterialidad en realidad se expresa como una relación asimétrica entre
cases sociales (Vid. Marx, K. 2014b: 316-328)

El capital no es una cosa material, sino una determinada relación social de producción,
correspondiente a una determinada formación histórica de la sociedad, que toma

4
cuerpo en una cosa material y le infunde un carácter social específico. El capital no es
la suma de los medios de producción materiales y producidos. Es el conjunto de los
medios de producción convertidos en capital y que de suyo tienen tan poco de capital
como el oro y la plata, como tales, de dinero. Es el conjunto de los medios de
producción monopolizados por una determinada parte de la sociedad, los productos y
condiciones de ejercicio de la fuerza de trabajo sustantivados frente a la fuerza de
trabajo vivo y a la que este antagonismo personifica como capital. (Marx, K, 2009b:
1138)

En El capital de Marx el eje primordial es ocupado por el trabajo. No el trabajo en general,


como lo expliqué en el apartado anterior, sino la actividad viva del trabajo humano dentro
del modo de producción capitalista, y más específicamente es el trabajo de una clase social
determinada: el proletariado. El proletario, como sujeto es el que con su actividad da valor
a las mercancías que crea, pero él no es el poseedor del valor que se le atribuye a las
mercancías, esto se da porque su trabajo es enajenado, tema al que volveré más adelante.

Por ahora sólo basta con resaltar lo que Marx concibe como acumulación originaria
de capital que “[es] el proceso histórico de disociación entre el productor y los medios de
producción. Se la llama “originaria” porque forma la prehistoria del capital y del modo
capitalista de producción.” (Marx, K. 2009: 893), en términos generales el proceso de
acumulación originaria entroniza la separación entre las personas y los medios de
producción. Esto es, pues, una idea que remite, de inmediato, a cómo es que se conformó el
proceso histórico que dio paso del modo de producción anterior (feudal) al modo de
producción capitalista.

Para ello hay que tener en cuenta la Teoría del Valor Trabajo (TVT) que es una
teoría que determina el costo o valor de una mercancía de acuerdo al tiempo que un
individuo tarda en fabricarla. Marx lo explica de manera precisa diciendo que: «Lo que
determina la magnitud del valor de un objeto no es más que la cantidad de trabajo
socialmente necesario, o sea el tiempo de trabajo socialmente necesario para su
producción» (Marx, K. 2019: 49)

Como ya se mencionó, bajo la concepción marxista el individuo es el único que


puede agregar valor a los objetos naturales mediante el trabajo, es decir mientras imprime
desgaste y tiempo para la transformación de la misma, y esta transformación es la que le

5
dotara de valor a una mercancía, no siendo el valor de uso exclusivamente (Marx, 2019: 43-
51). Sin embargo, para la TVC, en Marx, es importante puntualizar la conceptualización del
“trabajo abstracto” que es, de manera somera, el valor que dos mercancías distintas entre sí
pero que llegan a tener un mismo valor de intercambio de acuerdo al tiempo empleado.

Sin embargo, lo anterior sólo es posible en sociedades que tienen el intercambio de


mercancías por mercancías y el uso del dinero supone un nuevo problema, es por ello que
Marx supone que el capitalista debe de pagar al obrero lo suficiente para que este pueda
desarrollar su vida y satisfacer el resto de sus necesidades y que por consiguiente lleva a un
nuevo concepto: la plusvalía. La plusvalía es el excedente que el capitalista se apropia de la
producción de un obrero y que forma parte de la ganancia del capitalista. Este fenómeno es
importante en la TVT porque los obreros ya no perciben la ganancia total de su producción
por tiempo de trabajo, sino que se les es asignado un salario conforme a las reglas de
mercado, además de suponer mayores ganancias a los capitalistas. De acuerdo a lo anterior
es que Dobb nos dice:

Si, no obstante, es preciso atribuir un significado a la noción de “acumulación


originaria” (en el sentido marxista del término) anterior en el tiempo al florecimiento
de la producción capitalista, hay que interpretarla, en primer lugar, como una
acumulación de derechos –de títulos sobre patrimonios existentes, acumulados ante
todo por razones especulativas- y, en segundo lugar, como acumulación en manos de
una clase que, por su especial posición dentro de la sociedad, es capaz de transformar,
en definitiva, estos títulos acumulados de patrimonio en medios efectivos de
producción. En otras palabras, cuando se habla de acumulación en un sentido histórico,
nos estamos refiriendo a la propiedad de patrimonios y a una transferencia de
propiedad, y no a la cantidad de instrumentos tangibles de producción en existencia
(Dobb, 1971, p. 216).

La acumulación originaria de capital, a su vez, tienen implicaciones para el desarrollo del


concepto acumulación de capital surge, pues, a partir del concepto de que está ligada a la
plusvalía que los obreros generan para el capitalista, es decir la acumulación de capital es
un fenómeno que se presenta en el capitalismo y consiste en el incremento de capital en los
sectores burgueses (una porción minúscula de la sociedad) está acumulación permite a los
capitalistas obtener un excedente (ganancias) a partir del trabajo del obrero. Esta
explicación, por lo tanto, permite a Marx dar una explicación del origen, de manera
historicista, del capitalismo, haciendo, ante todo una relación entre los medios de

6
producción y la ligadura que tiene el proletariado con ellos. Marx, posteriormente ⸺en El
manifiesto del partido comunista⸺ se servirá de dicho análisis para plantear la condición
obrera y su relación con la burguesía:

En la misma medida en que se desarrolla la burguesía, esto es, el capital, se desarrolla


también el proletariado, la clase de los obreros modernos, que sólo viven mientras que
encuentran trabajo y que sólo lo encuentran mientras que su trabajo incrementa el
capital. Estos obreros a venderse por piezas, son una mercancía como cualquier otro
articulo de comercio y están, por consecuencia, sometidos a todas las fluctuaciones del
mercado. (Marx, K. 2014b: 322)

Así, entonces, queda explicado, de manera somera, la relación establecida que se da entre el
obrero y el trabajo en el modo de producción capitalista. La visión que se puede plantear en
este momento es la que vislumbra al sujeto, el proletario, como un elemento endeble que
está sometido a las exigencias del modo de producción capitalista. El obrero queda sujeto a
la posibilidad de la producción que puede generar mediante su trabajo y que se encuentra
reprimido por la asimetría que le trae la desposesión de los medios de producción ya que al
burgués «[…] el obrero sólo le interesa en cuanto a trabajador, como medio o instrumento
productivo o fuente de riqueza y no propiamente como ser humano» (Sánchez Vázquez,
2013:153) A partir de este punto, entonces, resulta importante definir lo que Marx
expresaba, desde los manuscritos del 1844 como trabajo enajenado.

El trabajo enajenado

Es quizá en el texto publicado en 1848 donde se expresa de forma más clara la crítica que
realiza Marx hacía el trabajo inscrito en el modo de producción capitalista. El manifiesto
del partido comunista tiene un carácter más bien de propaganda política, sin embargo,
dicho carácter de divulgación presenta una determinación clara sobre el trabajo enajenado:

Como consecuencia de la expansión de la maquinaria y de la división del


trabajo, el trabajo de los proletarios ha perdido todo carácter autónomo, y con
ello, todo atractivo para el obrero. Éste se convierte en un simple accesorio de
la máquina, al que sólo le exigen las operaciones más sencillas, más monótonas
y de más fácil aprendizaje. (Marx, K. 2014b: 322)

Esta imagen, si bien es burda pretende dar una explicación de lo que el capitalismo ha
hecho del trabajo y a lo que ha rebajado a la clase obrera; lo que se expresa en la cita

7
anterior es que el trabajo se ha vuelto extraño o ajeno al trabajador, es decir que el trabajo
como fuerza productora consciente y volitiva se encuentra fuera, esto a su vez conlleva a
que, al contrario, a lo que explicábamos en el primer apartado, el sujeto no se afirma sino
que se niega, no desarrolla ola energía física sino que niega, y somete al individuo a la
pesadumbre, la repetición y la monotonía.

La premisa del trabajo enajenado está ya patente en Los manuscritos de 1844 donde
Marx explicita que la fuente fundamental de la enajenación se encuentra en la propiedad
privada y, como ya hemos visto en la realización del trabajo enmarcado por el modo de
producción capitalista. De esta forma la comprensión del trabajo enajenado se da como un
fenómeno social e histórico y no como una cualidad óntica.

Si en principio Marx sostenía que en trabajo era una forma libre y voluntaria de la
relación entre la naturaleza y la actividad humana entonces es licito cuestionarse, según lo
que hemos dicho: ¿cómo es que se presenta la enajenación de la actividad humana? La
respuesta a dicho cuestionamiento aparece resuelta por Marx en razón de la propiedad
privada. Marx explica que dentro del modelo capitalista el primer paso del extrañamiento
del hombre con el trabajo se da en la desposesión de los medios de producción, es decir, el
hombre como obrero aparece en el sistema capitalista sólo en la forma subjetiva del trabajo,
solamente aparece como fuerza de trabajo. Lo anterior lo dice Marx explícitamente de la
siguiente manera:

Así como el capital es el hombre que se ha perdido por completo, el trabajador es la


presencia subjetiva de este hecho; el trabajo es el hombre absolutamente enajenado y el
capital es la presencia objetiva de este hecho. Pero el trabajador tiene la desgracia de
ser un capital vivo y por lo tanto con necesidades; en cuanto no trabaja pierde sus
réditos y con ello su existencia. El valor del trabajador depende, como capital que es,
de la oferta y la demanda […] El trabajador produce el capital, el capital le produce a
él; es decir, que es el trabajador se produce a sí mismo y el producto de todo el proceso
es el hombre como trabajador, como mercancía: un hombre que no es otra cosa mas
que trabajador y como tal no tiene cualidades humanas más que para servir a capitales
ajenos. (Marx, K. 2014a: 233)

Aquí el extrañamiento del trabajo se presenta porque el trabajador no es el depositario de su


trabajo mismo, sino que lo ofrece como mercancía a un ajeno, es decir, la primera manera
en la que se presenta el trabajo como enajenado se da en la experiencia de la compra y

8
venta de la fuerza de trabajo, en la relación obrero-patronal la vida del trabajador se ve
reducida a la necesidad del salario y no a las necesidades directas que el trabajo demanda
sino las que están por fuera de él, es decir necesidades indirectas.

Ahora bien, la propiedad privada no es la única causa que posibilita la enajenación


ya que Marx anuncia que este fenómeno también ocurre en aras del extrañamiento del
producto respecto del trabajador que lo produce. Marx dice puntualmente que «el
extrañamiento del producto del trabajo no hace más que resumir el extrañamiento, la
enajenación en la actividad del trabajo» (ibidem: 2019)

El producto del trabajo es el objeto de la producción que identifica el objeto como


propio del sujeto que lo produce, básicamente, el objeto de la producción es el punto de
objetivación del proceso de producción del trabajo. Esto significa que el objeto del trabajo
no pertenece al obrero que lo produce lo que significa, a su vez, que el obrero no produce
en función de sus necesidades, sino que produce en relación al capital lo que lo vuelve
ajeno al objeto mismo que ha producido. Marx identifica el proceso del extrañamiento, en
este sentido, en razón de la división del trabajo, la especialización, manufactura e
industrialización del proceso productivo.

Adam Smith postulaba que “[…] la división del trabajo ocasiona en cada actividad,
en medida en que pueda ser introducida, un incremento proporcional en la capacidad
productiva” (Smith, A. 1996, p.35) esto se debe a que la división del trabajo es una
fragmentación de una actividad productiva, es decir, que una actividad compleja para
producir es reducida a tareas elementales que permiten la optimización de los tiempos y la
especialización en labores específicas, además de fomentar la creación de maquinaria. La
división de trabajo influye directamente en la cantidad producida de mercancías y se realiza
de acuerdo a factores tales como: la capacidad física, la capacidad intelectual y la habilidad.
En palabras de Adam Smith:

Este incremento en la labor que un mismo número de personas puede realizar como
consecuencia de la división del trabajo se debe a tres circunstancias diferentes;
primero, al aumento en la destreza de todo trabajador individual; segundo, al ahorro
del tiempo que normalmente se pierde al pasar de un tipo de tarea a otro; y tercero, a la
invención de un gran número de máquinas que facilitan y abrevian la labor, y permiten
que un hombre haga el trabajo de muchos. (Smith Adam, 1996: 38)

9
A diferencia de los postulados de Smith quien se centran en el progreso científico y en la
especialización Marx mira con recelo la división del trabajo. Su razonamiento a este
respecto se centra en que la división del trabajo no fortalece ni propicia la especialización y
el intercambio de los talentos humanos, para Marx la división del trabajo y el progreso
tecnológico que propician el incremento de la producción interfieren y entorpecen las
cualidades del obrero. En otras palabras: la especialidad y la división del trabajo no
fomenta las capacidades humanas, más bien las entorpece; el hombre dentro del
extrañamiento que produce la división del trabajo desconoce sus potencialidades físicas e
intelectuales. El aspecto positivo que aseveraba Smith sobre la división del trabajo en
realidad produce para Marx una transferencia de sus potencias humanas a los objetos. Así
entonces, la división del trabajo aparece como la destrucción de la vida humana y sus
capacidades a manos de la técnica.

En el trabajo enajenado el lugar que ocupa el trabajador no sólo es reducido a una


condición inferior con respecto de las maquinas, debido a la técnica, sino que es
desvalorado como persona. Es debido a lo anterior que el trabajo enajenado se entiende
como una desviación del trabajo. El obrero y lo que ofrece, la fuerza de trabajo, entonces se
convierten en mercancías, la vitalidad y la forma en la relación primigenia de la naturaleza
con el hombre en la que se desarrolla el trabajo se ve trastocada y suprimida.

Consideraciones finales

En el presente trabajo he intentado mostrar lo que Marx entiende por trabajo. Marx
comprende en primera instancia el trabajo como una cualidad humana que posibilita la
creación del hombre en la relación que tiene con la naturaleza. Esta relación, sustenta la
voluntad y la libertad que el individuo adquiere con su entorno y por ello la producción de
la mercancía tiene como fin el cubrir sus necesidades, pero al mismo tiempo el trabajo
también produce al hombre mismo. No obstante, Marx al ser un crítico del modo de
producción capitalista encuentra que el trabajo, dentro de las condiciones históricas que lo
han determinado, constituyen una alienación del trabajo mismo.

Según Marx la propiedad privada, el intercambio y la división del trabajo son las
causas que han provocado que el obrero no se encuentre, ni reconozca su naturaleza. De

10
esta forma el trabajo libre y consciente en el cual se revela el ser genérico del hombre se
extravía debido a los mecanismos e instituciones del modo de producción capitalista. la
propiedad privada, el intercambio y la división del trabajo se interponen en la realización
del hombre y lo conducen por los vericuetos del extrañamiento, es decir, en el modo de
producción capitalista el hombre se ve reducido por la relación que entabla con producción.

El trabajo enajenado es el marco en el que se desarrolla el trabajo en la sociedad


moderna. La enajenación constituye el extrañamiento en el que el productor ⸺el obrero
⸺ se relaciona con lo que ha producido como un agente extraño, o ajeno, el proceso del
trabajo enajenado entonces, formula que aquello que ha sido creación del ser humano se
vuelve autónomo y se separa de quien lo ha producido y finalmente se vuelve el dominador.

Retomar el concepto de trabajo en Marx cobra un sentido vigente por lo que se ha


planteado anteriormente ya que, como he intentado mostrar, la forma del trabajo enajenado
que tiene lugar en las sociedades modernas aún tiene una resonancia importante para
considerar una crítica al modelo capitalista que, sin más, se centra en la desigualdad y en la
reducción de los individuos a meros objetos desposeídos. Entonces, la comprensión del
concepto de trabajo posibilita un entendimiento que aún es valido para analizar las formas
en las que el capitalismo reduce la condición del ser humano respecto de su libertad.

11
Bibliografía

Primaria

Marx, Karl, (2018) El Capital. Tomo I, vol. 1, Siglo XXI, México.

Marx, Karl, (2009) El capital. Tomo I, vol. 3, Siglo XXI, México.

Marx, Karl, (2009b), El capital, Tomo III, vol. 8, siglo XXI, México.

Marx, Karl (2014a) Manuscritos de parís en: Marx, Gredos, Madrid.

Marx, Karl (2014b), Manifiesto del partido comunista en: Marx, Gredos, Madrid.

Marx, Karl, (2014c) Textos de filosofía, política y economía en: Marx, Gredos, Madrid.

Secundaria

Arendt Hannah (2014), Los orígenes de totalitarismo, Alianza, Madrid,

Arendt, Hannah (2007), Karl Marx y la tradición del pensamiento político occidental.
Seguido de reflexiones sobre la Revolución húngara [PDF], Encuentro, Madrid. Dirección
URL: https://ebiblioteca.org/descargar.php?
x=603309631&cual=42812&sec=1644888341369

Dobb, Maurice (1971), Estudio sobre el desarrollo del capitalismo, Siglo XXI, Argentina.
Harvey, David, (2019) Marx, El capital y la locura de la razón económica, Akal, Madrid.

Marcuse, Herbert (1999), Razón y revolución, Altaya, España.

Sánchez Vázquez, Adolfo (2013), Filosofía de la praxis, siglo XXI, México.

Sánchez Vázquez, Adolfo (2013), Filosofía de la praxis, siglo XXI, México.

Smith, Adam (1996), La riqueza de las naciones, Alianza, Madrid.

12

You might also like