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Ensayo Final El Concepto de Trabajo en Marx
Ensayo Final El Concepto de Trabajo en Marx
Historia de la filosofía IX
14-02-2022
⸺ Karl Marx
Introducción
Hannah Arendt en Karl Marx y la tradición del pensamiento político occidental comienza
diciendo que, en la construcción del mundo político occidental, tal y como se ha
desarrollado, comprende algunos prejuicios o preconcepciones de la obra de Marx, esto se
debe a que su obra tiene una fuerte influencia en la practica política de los partidos de
masas, así como en la ideología que los agentes políticos profesan (Arendt, 2007: 11-13).
Asimismo, Arendt señala que la realización del comunismo realmente existente a generado
una imagen distorsionada o poco fiel a lo que realmente se encuentra contenido en la obra
de Marx. Para la autora judía Marx comprende una bisagra en el pensamiento de la
tradición política que se inaugura en la antigüedad, especialmente en el seno de la polis
griega, y que llega hasta la ruptura de las categorías políticas con totalitarismo (Cfr. Arendt,
2014: 617-640).
Para Arendt Marx conjunta todas las categorías de la modernidad: trabajo, historia y
violencia. No pretendo entrar de lleno a la crítica arendtiana sobre Marx, sin embargo, es
importante recalcar que la autora puntualiza la importancia de Marx en la idea sobre la que
versa este ensayo, es decir: el trabajo. Vale entonces señalar que el trabajo en Marx es un
concepto central para el entendimiento de la obra del autor en su conjunto. Para Marx el
trabajo es el creador del hombre lo que supone que no es la libertad sino la necesidad la que
dota de humanidad a los seres vivos. Al respecto Arendt señala que:
Dentro del presente escrito, entonces, pretendo dar una explicación del concepto de trabajo
en Marx ya que este comprende un eje importante para el entendimiento de su obra. Como
veremos de dicho concepto pueden inquirirse concepciones y posturas importantes respecto
de la antropología y la política que se encuentran ligadas, en principio, a la función
primaria que comprende el trabajo.
Para entender el concepto de trabajo hay que partir del presupuesto de cómo Marx entiende
al hombre inscrito dentro de la naturaleza. Para Marx el hombre es aquel que produce su
propia vida, pero dicha producción lo es estrictamente en el sentido material que se da en la
relación Hombre-Naturaleza, es decir, es una relación condicionada por los medios y los
fines que alcanza el hombre respecto de su corporeidad y constitución física. Dicho lo
anterior Marx define el trabajo como:
Ahora bien, la naturaleza no es entendida solamente como un medio a partir del cual el
hombre se sirve para garantizar su existencia o sobrevivencia. Es mediante el trabajo,
mediante la transformación de la naturaleza donde el hombre se afirma a sí mismo. Marx
ejemplifica esto comparando al ser humano con los animales, si bien el tejedor y la araña
realizan actividades similares la diferencia entre los animales y los hombres radica en la
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conciencia que estos tienen respecto de la libertad (ibidem: 121-123). Lo anterior apunta a
que los hombres dan un paso más allá de la animalidad que se guía por la necesidad
desnuda y puede establecer los medios de producción a partir de los cuales se entabla la
relación del trabajo.
El trabajo se revela así como una potencialidad humana que le permite al individuo
conocer las capacidades que posee respecto de su entorno, a diferencia de lo que veremos
más adelante con el trabajo enajenado aquí el trabajo se dimensiona como la capacidad que
implícitamente transforma los recursos en los medios y fines materiales que posibilitan la
vida o, en otras palabras: Marx posibilita una dimensión del trabajo que se sustenta en la
capacidad humana que tiene de sí misma un conocimiento de la producción como
fundamento de su reproducción como especie, lo que significa que el trabajo es consciente
y voluntario.
Esta definición del hombre como aquel que produce y se produce en su relación con
la naturaleza es la esencia [Gattungswesen] del hombre. Marx asevera que el hombre
transforma su entorno de acuerdo a su arbitrio, pero al hacerlo transforma lo que él es. Que
el hombre se produzca a si mismo constituye entonces una relación volitiva con respecto
del producto creado y el hombre productor. La producción del trabajo, en este sentido, es
doble, por un lado, se encuentra el objeto final del trabajo, pero también engloba la
producción misma del hombre que se autoproduce.
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El trabajo en el modo de producción capitalista
El capital no es una cosa material, sino una determinada relación social de producción,
correspondiente a una determinada formación histórica de la sociedad, que toma
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cuerpo en una cosa material y le infunde un carácter social específico. El capital no es
la suma de los medios de producción materiales y producidos. Es el conjunto de los
medios de producción convertidos en capital y que de suyo tienen tan poco de capital
como el oro y la plata, como tales, de dinero. Es el conjunto de los medios de
producción monopolizados por una determinada parte de la sociedad, los productos y
condiciones de ejercicio de la fuerza de trabajo sustantivados frente a la fuerza de
trabajo vivo y a la que este antagonismo personifica como capital. (Marx, K, 2009b:
1138)
Por ahora sólo basta con resaltar lo que Marx concibe como acumulación originaria
de capital que “[es] el proceso histórico de disociación entre el productor y los medios de
producción. Se la llama “originaria” porque forma la prehistoria del capital y del modo
capitalista de producción.” (Marx, K. 2009: 893), en términos generales el proceso de
acumulación originaria entroniza la separación entre las personas y los medios de
producción. Esto es, pues, una idea que remite, de inmediato, a cómo es que se conformó el
proceso histórico que dio paso del modo de producción anterior (feudal) al modo de
producción capitalista.
Para ello hay que tener en cuenta la Teoría del Valor Trabajo (TVT) que es una
teoría que determina el costo o valor de una mercancía de acuerdo al tiempo que un
individuo tarda en fabricarla. Marx lo explica de manera precisa diciendo que: «Lo que
determina la magnitud del valor de un objeto no es más que la cantidad de trabajo
socialmente necesario, o sea el tiempo de trabajo socialmente necesario para su
producción» (Marx, K. 2019: 49)
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dotara de valor a una mercancía, no siendo el valor de uso exclusivamente (Marx, 2019: 43-
51). Sin embargo, para la TVC, en Marx, es importante puntualizar la conceptualización del
“trabajo abstracto” que es, de manera somera, el valor que dos mercancías distintas entre sí
pero que llegan a tener un mismo valor de intercambio de acuerdo al tiempo empleado.
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producción y la ligadura que tiene el proletariado con ellos. Marx, posteriormente ⸺en El
manifiesto del partido comunista⸺ se servirá de dicho análisis para plantear la condición
obrera y su relación con la burguesía:
Así, entonces, queda explicado, de manera somera, la relación establecida que se da entre el
obrero y el trabajo en el modo de producción capitalista. La visión que se puede plantear en
este momento es la que vislumbra al sujeto, el proletario, como un elemento endeble que
está sometido a las exigencias del modo de producción capitalista. El obrero queda sujeto a
la posibilidad de la producción que puede generar mediante su trabajo y que se encuentra
reprimido por la asimetría que le trae la desposesión de los medios de producción ya que al
burgués «[…] el obrero sólo le interesa en cuanto a trabajador, como medio o instrumento
productivo o fuente de riqueza y no propiamente como ser humano» (Sánchez Vázquez,
2013:153) A partir de este punto, entonces, resulta importante definir lo que Marx
expresaba, desde los manuscritos del 1844 como trabajo enajenado.
El trabajo enajenado
Es quizá en el texto publicado en 1848 donde se expresa de forma más clara la crítica que
realiza Marx hacía el trabajo inscrito en el modo de producción capitalista. El manifiesto
del partido comunista tiene un carácter más bien de propaganda política, sin embargo,
dicho carácter de divulgación presenta una determinación clara sobre el trabajo enajenado:
Esta imagen, si bien es burda pretende dar una explicación de lo que el capitalismo ha
hecho del trabajo y a lo que ha rebajado a la clase obrera; lo que se expresa en la cita
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anterior es que el trabajo se ha vuelto extraño o ajeno al trabajador, es decir que el trabajo
como fuerza productora consciente y volitiva se encuentra fuera, esto a su vez conlleva a
que, al contrario, a lo que explicábamos en el primer apartado, el sujeto no se afirma sino
que se niega, no desarrolla ola energía física sino que niega, y somete al individuo a la
pesadumbre, la repetición y la monotonía.
La premisa del trabajo enajenado está ya patente en Los manuscritos de 1844 donde
Marx explicita que la fuente fundamental de la enajenación se encuentra en la propiedad
privada y, como ya hemos visto en la realización del trabajo enmarcado por el modo de
producción capitalista. De esta forma la comprensión del trabajo enajenado se da como un
fenómeno social e histórico y no como una cualidad óntica.
Si en principio Marx sostenía que en trabajo era una forma libre y voluntaria de la
relación entre la naturaleza y la actividad humana entonces es licito cuestionarse, según lo
que hemos dicho: ¿cómo es que se presenta la enajenación de la actividad humana? La
respuesta a dicho cuestionamiento aparece resuelta por Marx en razón de la propiedad
privada. Marx explica que dentro del modelo capitalista el primer paso del extrañamiento
del hombre con el trabajo se da en la desposesión de los medios de producción, es decir, el
hombre como obrero aparece en el sistema capitalista sólo en la forma subjetiva del trabajo,
solamente aparece como fuerza de trabajo. Lo anterior lo dice Marx explícitamente de la
siguiente manera:
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venta de la fuerza de trabajo, en la relación obrero-patronal la vida del trabajador se ve
reducida a la necesidad del salario y no a las necesidades directas que el trabajo demanda
sino las que están por fuera de él, es decir necesidades indirectas.
Adam Smith postulaba que “[…] la división del trabajo ocasiona en cada actividad,
en medida en que pueda ser introducida, un incremento proporcional en la capacidad
productiva” (Smith, A. 1996, p.35) esto se debe a que la división del trabajo es una
fragmentación de una actividad productiva, es decir, que una actividad compleja para
producir es reducida a tareas elementales que permiten la optimización de los tiempos y la
especialización en labores específicas, además de fomentar la creación de maquinaria. La
división de trabajo influye directamente en la cantidad producida de mercancías y se realiza
de acuerdo a factores tales como: la capacidad física, la capacidad intelectual y la habilidad.
En palabras de Adam Smith:
Este incremento en la labor que un mismo número de personas puede realizar como
consecuencia de la división del trabajo se debe a tres circunstancias diferentes;
primero, al aumento en la destreza de todo trabajador individual; segundo, al ahorro
del tiempo que normalmente se pierde al pasar de un tipo de tarea a otro; y tercero, a la
invención de un gran número de máquinas que facilitan y abrevian la labor, y permiten
que un hombre haga el trabajo de muchos. (Smith Adam, 1996: 38)
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A diferencia de los postulados de Smith quien se centran en el progreso científico y en la
especialización Marx mira con recelo la división del trabajo. Su razonamiento a este
respecto se centra en que la división del trabajo no fortalece ni propicia la especialización y
el intercambio de los talentos humanos, para Marx la división del trabajo y el progreso
tecnológico que propician el incremento de la producción interfieren y entorpecen las
cualidades del obrero. En otras palabras: la especialidad y la división del trabajo no
fomenta las capacidades humanas, más bien las entorpece; el hombre dentro del
extrañamiento que produce la división del trabajo desconoce sus potencialidades físicas e
intelectuales. El aspecto positivo que aseveraba Smith sobre la división del trabajo en
realidad produce para Marx una transferencia de sus potencias humanas a los objetos. Así
entonces, la división del trabajo aparece como la destrucción de la vida humana y sus
capacidades a manos de la técnica.
Consideraciones finales
En el presente trabajo he intentado mostrar lo que Marx entiende por trabajo. Marx
comprende en primera instancia el trabajo como una cualidad humana que posibilita la
creación del hombre en la relación que tiene con la naturaleza. Esta relación, sustenta la
voluntad y la libertad que el individuo adquiere con su entorno y por ello la producción de
la mercancía tiene como fin el cubrir sus necesidades, pero al mismo tiempo el trabajo
también produce al hombre mismo. No obstante, Marx al ser un crítico del modo de
producción capitalista encuentra que el trabajo, dentro de las condiciones históricas que lo
han determinado, constituyen una alienación del trabajo mismo.
Según Marx la propiedad privada, el intercambio y la división del trabajo son las
causas que han provocado que el obrero no se encuentre, ni reconozca su naturaleza. De
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esta forma el trabajo libre y consciente en el cual se revela el ser genérico del hombre se
extravía debido a los mecanismos e instituciones del modo de producción capitalista. la
propiedad privada, el intercambio y la división del trabajo se interponen en la realización
del hombre y lo conducen por los vericuetos del extrañamiento, es decir, en el modo de
producción capitalista el hombre se ve reducido por la relación que entabla con producción.
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Bibliografía
Primaria
Marx, Karl, (2009b), El capital, Tomo III, vol. 8, siglo XXI, México.
Marx, Karl (2014b), Manifiesto del partido comunista en: Marx, Gredos, Madrid.
Marx, Karl, (2014c) Textos de filosofía, política y economía en: Marx, Gredos, Madrid.
Secundaria
Arendt, Hannah (2007), Karl Marx y la tradición del pensamiento político occidental.
Seguido de reflexiones sobre la Revolución húngara [PDF], Encuentro, Madrid. Dirección
URL: https://ebiblioteca.org/descargar.php?
x=603309631&cual=42812&sec=1644888341369
Dobb, Maurice (1971), Estudio sobre el desarrollo del capitalismo, Siglo XXI, Argentina.
Harvey, David, (2019) Marx, El capital y la locura de la razón económica, Akal, Madrid.
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