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El Modernismo en Un Semanario Peruano (1911)
El Modernismo en Un Semanario Peruano (1911)
1
Alfredo Muñoz. En: Balnearios, Nº 1. Lima, 16 de octubre de 1910, p. 1.
2
Este tema está muy bien trabajado en diversos libros. Cf. Marcel Velázquez Castro (comp.). La
república de papel. Lima, UCH, 2009. Particularmente, me parece muy ilustrativo el artículo de
Elizabeth Vilca, La imagen femenina, una visión contradictoria en el discurso del sujeto ilustrado en El
Correo del Perú (1872).
espectadores de las transformaciones sociales. De allí que su rol se asuma como
fiscalizador de las políticas de acción gubernamental municipal, lo que implica un
compromiso ético con la actividad periodística. La verdadera prensa, para el semanario
Balnearios, participa del progreso cuando ejerce su poder de informar verazmente
acerca de los manejos de la administración pública de los municipios, estableciendo así
su independencia frente a los órganos de poder e influyendo en las decisiones de los
habitantes de la comunidad cuando esta deba elegir a sus autoridades:
3
Sobre el empréstito. En: Balnearios, Año I, Nº 19. Lima, 19 de febrero de 1911, p.1.
preliminares y planos correspondientes de las obras con cuyo objeto se
quiere llevar a cabo esta operación que todo el vecindario desaprueba... 4
4
Ibídem
5
Aliaga Pérez, Carlos. El ejercicio. En: Balnearios. Año I, Nº 21. Lima, 19 de febrero de 1911, p. 1
Sin embargo, el proyecto modernizador del semanario Balnearios no estaba
restringido a los aspectos ya estudiados, sino también se extendía al campo de la cultura
donde propiciaban la modernización de los códigos estético-literarios. En este sentido,
el proyecto modernizador del semanario era total, ya que integraba la modernización de
todas las esferas de la vida social de los balnearios limeños, ya sea en el desarrollo
infraestructural del espacio urbano, en el rendimiento eficaz del aparato administrativo
municipal o el mejoramiento de la calidad de vida de los pobladores a través de la
corrección de hábitos y costumbres, además de la difusión y búsqueda de nuevos
códigos de creación literaria. Esta modernización de la literatura será una de las
consignas con la cual el Semanario se presenta al público:
Y es este último punto a donde nuestro artículo pretende realizar una reflexión amplia.
Para comenzar nuestro estudio de lo que significó el semanario Balnearios como órgano
editorial donde se dieron cita escritores interesados en comprender las nuevas
propuestas literarias venidas de Europa, debemos identificar a sus actores, entre los que
destacan escritores como Enrique Bustamante y Ballivián, Luis A. Hernández, Alberto
Ureta, José Fiansón, Abraham Valdelomar, Juan Tassara, José Felix de la Puente. Por
último, cabe mencionar a su directo Alfredo Muñoz. ¿Qué tan importante es identificar
estos nombres en el proyecto literario del semanario Balnearios? Es importante en la
medida que estos mismos escritores colaboraron un año antes (1909) con la aparición
de la revista de especialidad Contemporáneos dirigida por Bustamante y Ballivián y
Luis A. Hernández, además de contar con la colaboración casi asidua de Manuel
González Prada y José María Eguren. Ambos proyectos editoriales, la revista y el
semanario, confirman la búsqueda, por parte de un grupo de escritores, de nuevos
horizontes estéticos dentro del panorama literario peruano, pero sobre todo expresan la
necesidad de un órgano editorial que difunda sus ideas. Hemos de advertir que ambos
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Ulloa, Luis. Los balnearios. En: Balnearios, Año I, Nº 1. Lima, 16 de octubre de 1910, p. 1.
proyectos editoriales no llegan a constituirse como una propuesta permanente para la
difusión de los nuevos códigos de creación literaria: la revista Contemporáneos solo
alcanza doce números, y la difusión de nuevos códigos de creación estética dentro del
semanario se dará con fuerza hasta el número 60. Luego de ello, prácticamente
desaparecerá.
En síntesis, podemos afirmar que toda nueva propuesta estética tiene la necesidad de un
órgano de difusión, ya sea esta por el ámbito de la prensa, de la universidad, el libro o
de otros medios. En el caso específico que estudiamos, estamos ante un grupo de
intelectuales, en su mayoría de formación autodidacta o antiacadémica, que buscan en la
prensa este órgano de difusión de sus ideas, ya que la intelectualidad oficial tenía como
su principal bastión de difusión a la universidad y el libro. Sin embargo, los proyectos
editoriales, ya mencionados, no tuvieron la organicidad ni la duración necesaria para
convertirse en el bastión que difunda las nuevas ideas literarias y gustos de estos
jóvenes escritores. Es así que son, antes que realidades, intentos de crear un órgano
editorial difusor de las nuevas propuestas literarias.
Otro escritor que sigue esta línea argumentativa dentro del semanario es Juan Tassara
quien expresa ideas semejantes en su artículo “El ocaso del verso”10. Aquí el periodista
realiza una observación distante e imparcial, no apologética ni partidaria –como el caso
anterior-, del medio artístico y extrae una serie de premisas. Primero, que en la época
moderna existe un alejamiento marcado y vivo de las leyes y formas tradicionales del
arte. Los principios de claridad y proporción del arte tradicional y de la definición
clásica de la belleza están siendo reemplazados por una tendencia que busca penetrar en
lo misterioso, lo sutil, lo impalpable, que busca hallar una relación entre el mundo real y
el espiritual que se exprese en una imagen. Así, el concepto de lo bello sufre un cambio
significativo. Para nuestro articulista, la estética antigua es una traba para expresar la
sensibilidad moderna, por ello, se necesita de nuevas formas que expresen el mundo de
lo inconsciente y lo suprasensible. Por este motivo, la esencia del arte moderno es la
vaguedad, la imprecisión y la libertad.
Estas ideas de Juan Tassara y de Enrique Bustamante y Ballivián no eran la única forma
de entender la literatura moderna de ese entonces. Otro escritor también al tanto de estas
nuevas tendencias y en contacto con ellas postula una idea distinta. Me refiero a
Clemente Palma para quien el espíritu de la modernidad no podía crear formas artísticas
como lo hizo el cristianismo en la Edad Media a través del estilo gótico. Al contrario,
para Clemente Palma las actuales formas de hacer literatura, los nuevos códigos
estéticos son una forma de reaccionar contra la modernidad, de evadirse de ella. Por
ello, su concepción del cuento es definido como una forma de escape de la realidad
vulgar y de la modernidad:
10
Tassara, Juan, “El ocaso del verso”. En Balnearios, Año II, Nº 58, Lima, 19 de noviembre de 1911.
futuro y en el presente mismo (…) Siempre se ha dicho de todo lo que
no es verdad corriente y moliente, sino una exaltación de lo bueno o lo
malo, de todo que una floración de la fantasía idealizadora, de todo
vagar de ensueños, de todo lo que corresponde a la impulsiva existencia
de llevar el espíritu por senderos distintos de los que recorre nuestra
existencia:-el cuento! (…) En vez de los inocentes e inútiles espigueos
bajo la fronda de lo maravilloso y fantástico, nuestras almas cansadas
respiran el perfume y buscan matices de idealidad dentro de estos
parques sistemados de la civilización y de la vida moderna. 11
Esta relación entre vida y arte como respuesta a la modernidad que gobierna con
un orden rígido y utilitario la vida del hombre es uno de los puntos de reflexión sobre el
que se erigen las reflexiones literarias en torno a los códigos modernistas. Para
Clemente Palma, el mundo de lo maravilloso (leyendas, fábulas, ficciones, etc.) no tiene
un sentido banal. Para el narrador peruano, un cuento fantasioso no habla de los
candores de la infancia, sino que tiene un sentido profundo. Aunque sea en el sentido de
asumir la literatura como una evasión de la realidad, se nota en la reflexión de Clemente
Palma la idea de entender la literatura como una respuesta contra la vida moderna. La
literatura era una forma de enfrentar esa realidad que agobiaba tanto por su desarrollo
vertiginoso, por el constante cambio12.
11
Palma, Clemente. “Prólogo a Paisajes íntimos”. En: Balnearios, Año I, Nº 48, Lima 2 de julio de 1911,
p. 1
12
Marcel Velázquez plantea que en la novela Mors ex vita de Clemente Palma podría refractar una actitud
de resistencia y/o evasión de los sectores tradicionales a la modernización. Cf. Velázquez Marcel. Mors
ex vita de Clemente Palma. En: Ajos y záfiros, pp. 76 – 80.
13
Salaverria, J. M. “Utilidad de la belleza”. En Balnearios. Año I, Nº 48. Lima 2 de julio de 1911.
Sí la flor significa la eterna maternidad del fruto. Sucede lo
mismo con el amor ¿Qué es el amor? ¿Sirve el amor para comer?
14
Palma, Clemente. “Notas de artes y letras”. En: Ilustración peruana. Lima Nº118. Enero de 1912.
recreación mecánica de principios del arte modernista. Es decir, las ideas expuestas
sobre la nueva sensibilidad no tienen su correlato en la creación poética o cuentística
Más allá de estas paradojas sobre una real comprensión de las nuevas tendencias
estéticas, podemos observar un intento serio y consciente de captar la esencia del
fenómeno artístico moderno, aunque desde el punto de vista teorético e intelectual que
en su coherencia discursiva genera la visión engañosa de un real entendimiento de los
nuevos paradigmas estéticos, cuando, por el contrario, su comprensión es aún
insuficiente. Estamos ante un intento de articular seriamente un discurso modernista
para la literatura peruana.
15
Herrera, Darío. “Beso fatal”, En: Balnearios. Año I, Nº 34, 4 de junio de 1911, p. 1
16
Ibídem
Observamos como en el texto se esboza la oposición entre modernidad y mundo
antiguo clásico, entre lo que represente este y su ideal de belleza y las creaciones
desproporcionadas de la modernidad. Pero como el tema de la conversación eran las
mujeres, Antonio refiere que las norteamericanas son mejores ya que conocen la ciencia
del beso, que en ese país es una práctica común. Ellas prodigan sus besos con los
extranjeros. A lo que uno de sus interlocutores le responde que esos es la prostitución de
beso, su maquinización, por cuanto el beso es un acto único donde se trasladan los
afectos de las personas. Así otro de los interlocutores cuenta su única experiencia de
beso, donde su amada, una joven bella, pálida y soñadora, pero condenada a morir,
fenece ante su amado por causa de un beso que le produce un paro cardiaco.
18
Félix De La puente, José. “Satánica”. En: Balnearios. Año I, Nº 35, 10 de junio de 1911, p. 1.
Otro cuento paradigmático de esta asimilación de tópicos modernistas es “Las
tres novias”19. En este cuento tres personajes hablan sobre su mujer ideal. El primero,
propone a una mujer esculpida con mármol griego, una mujer sin expresiones, cuya
belleza radique en su proporcionalidad de formas. El segundo, quiere una mujer
abnegada, emotiva, amorosa, lleno afectos desbordantes. El tercero, desea a la mujer
típica del decadentismo, la mujer bella, capaz de entender los matices de la sensibilidad,
inteligente, capaz de captar la esencia de la poesía y la belleza oculta de las cosas. Al
final del relato podemos constatar que sus amigos lo miran extrañados, porque este tipo
de mujer es un imposible.
19
Herrera, Darío “Las tres novias”. En Balnearios. Año I, Nº 39, 9 de julio de 1911, p.1.
20
Francés, José. “Cuento de locos y amores”. En: Balnearios. Año I, Nº 43, 6 de agosto de 1911, p.1.
21
Herrera, Darío “La sorpresa”. En Balnearios. Año I, Nº 47, 3 de setiembre de 1911, p.1.
poeta muerto y que estaba condenada a cantar una vez al año la melodía que el poeta
nunca pudo sacar de su alma.
Creo haber referido los cuentos más representativos de todo este corpus que es
más abundante, pero que al repetir los mismos tópicos de la mujer bella pero fatal, de la
oposición de sensibilidad poética versus sensibilidad vulgar, entre la fantasía y la vida
diaria, creo pertinente no tener que recurrir a ellos. Como apreciamos en los distintos
argumentos, se repiten una serie de constantes que se reproducen bajo distintas
anécdotas, es decir, se halla un principio o una figura (como la mujer bella y fatal) o un
tópico del arte modernista y se reproduce de manera serial en la producción de los
cuentos, por tanto, no estamos ante creaciones literarias, sino ante la mercantilización y
banalización de los postulados modernistas. Podríamos hablar, entonces, ante una
representación folletinesca del modernismo, dirigido a las masas, despojando a la
tendencia literaria de su aguijón. Sin embargo, no podemos afirmar que esto sea algo
consciente en los escritores, sino que debido a la exigencia del mercado, no profundizan
en la estética practicada, y únicamente reproducen una serie de tópicos, arto conocidos
entre ellos, con el fin de poder dar al público nuevas historias que consumir. Estamos, a
mi parecer, ante el modernismo de mercado.
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Morales De La Torre, Reymundo. “Primeras rosas”. En: Balnearios, Año I, Nº 41, 23 de julio de 1911,
p.1.