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El modernismo en un semanario peruano

Wilmer Basilio Ventura

A partir del estudio de un grupo de números del semanario Balnearios, el presente


artículo pretende realizar una reflexión en torno a la asimilación de nuevos códigos de
creación estética ligadas al simbolismo, el decadentismo y el parnasianismo en el
contexto del modernismo peruano. Tradicionalmente, el modernismo en el Perú ha
estado ligado a la figura del poeta José Santos Chocano, quien ha representado una
vertiente de ella denominada americanista. Sin embargo, la propuesta estética del autor
de Alma América, aunque dominante, no fue la única, ya que, paralelamente, hubo otras,
que bebieron de las fuentes del decadentismo, el parnasianismo y el simbolismo. El
semanario Balnearios fue difusor, entre los años de 1910 y 1911, de estas otras
propuestas estéticas. De esta manera, nos interesa observar que el semanario es un
intento más de sustento editorial de dichas propuestas estéticas, configurándose así
como una prolongación del proyecto editorial de la revista Contemporáneos y un
antecedente de la revista Colónida. En este sentido, mi hipótesis es proponer que los
códigos de creación estéticas modernistas en sus distintas vertientes, ya sean
decadentistas, simbolistas o parnasianas, se reproducen a manera de formatos
establecidos para cumplir con las exigencias mercantiles de la producción en serie de un
semanario. De esta manera, no existe creación auténtica, sino una reproducción
mecánica de tópicos o temas “recurrentes” dentro de estas tendencias estético-literarias.
No obstante, esta reproducción serial convive con reflexiones y trabajos artísticos que
intentan una real comprensión de los códigos modernistas, además de postular una
concepción de literatura dentro del marco de estos códigos estéticos. Para una adecuada
explicación de esta problemática, nuestra exposición se dividirá en tres partes. La
primera comprende a la presentación del proyecto modernizador de los pueblos de
Barranco, Chorrillos y Miraflores por parte del semanario Balnearios. La segunda a la
naturaleza editorial del semanario en relación a su rol difusor de nuevas tendencias
literarias, y a las reflexiones críticas en torno a ellas. Por último –y como tercer punto-,
abordaremos un corpus cuentístico para analizar cómo estas propuestas estéticas
devienen en tópicos estereotipados.

El 16 de octubre de 1910, con el título Los Balnearios y con un formato tamaño


estándar, aparece un semanario dirigido a los habitantes de Chorrillos, Barranco y
Miraflores. El objetivo de esta publicación es propiciar e incentivar la modernización
urbanística de los llamados balnearios limeños. Este proceso de modernización ha sido
vivido por los miembros del semanario y es por esto que ellos reclaman y fomentan
seguir con este proceso social:

Los que hemos presenciado desde los albores de nuestra vida, el


admirable progreso, con algunas soluciones de continuidad es cierto, de
Miraflores, Barranco y Chorrillos creemos en la necesidad urgente de
un periódico de cualquier forma, pero de espíritu fuerte que acudiendo a
los intereses comunales de estos los balnearios, sin condescendencias
humillantes, sin bastardas ambiciones, con incontaminables
entusiasmos, con criterio de las mayorías efectivas sirva también a los
ideales de nuestra juventud que piensa y siente arrullada por un inmenso
rumor de mar1

Podemos constatar en esta cita que la necesidad de seguir con el proceso de


modernización de los balnearios limeños toma como punto de partida la vivencia de sus
habitantes, por lo cual, este anhelo de progreso, en el desarrollo del semanario, es más la
búsqueda de un bienestar social que un intento de parecerse o de imitar los modos de
vida europea o sus formas de organización social, como sí se puede observar en los
proyectos de modernización del siglo XIX que enfocan su discurso hacia la reforma de
los hábitos sociales, según los moldes europeos. Tómese como ejemplo la educación de
la mujer en El Correo del Perú2. La modernización consiste para este grupo de
periodistas en mejorar la calidad de vida y entiéndase por esto, mejora económica, de la
salud, de la instrucción científico-educativa, de políticas administrativas y de obras
públicas, como el saneamiento de servicios básicos de agua y desagüe. El proyecto del
semanario, en este sentido, está desligado de las esferas del poder y de su ideología
hegemónica.

Al asumir un papel protagónico en el progreso de los balnearios limeños, los


periodistas de este semanario se convierten en actores sociales activos y no son meros

1
Alfredo Muñoz. En: Balnearios, Nº 1. Lima, 16 de octubre de 1910, p. 1.
2
Este tema está muy bien trabajado en diversos libros. Cf. Marcel Velázquez Castro (comp.). La
república de papel. Lima, UCH, 2009. Particularmente, me parece muy ilustrativo el artículo de
Elizabeth Vilca, La imagen femenina, una visión contradictoria en el discurso del sujeto ilustrado en El
Correo del Perú (1872).
espectadores de las transformaciones sociales. De allí que su rol se asuma como
fiscalizador de las políticas de acción gubernamental municipal, lo que implica un
compromiso ético con la actividad periodística. La verdadera prensa, para el semanario
Balnearios, participa del progreso cuando ejerce su poder de informar verazmente
acerca de los manejos de la administración pública de los municipios, estableciendo así
su independencia frente a los órganos de poder e influyendo en las decisiones de los
habitantes de la comunidad cuando esta deba elegir a sus autoridades:

Dejemos de lado y para siempre ese insignificante rebaño de bípedos


falsamente llamados periodistas, pues ya han dado todo lo que pudieron
dar, en su miseria moral, desde la campaña infame que emprendieron,
en no lejano tiempo, contra la mejor administración comunal que hemos
tenido, hasta sus vagos y rastreros propósitos en calumnia de la hora
presente; (…)3

El semanario sustenta sus denuncias contra el municipio con información de


cuentas, gastos, informes presupuestales de los mismos municipios. Este tipo de
sustento de la información periodística es la garantía de transparencia ética de los
actores del semanario. Por otra parte, las denuncias respecto a las obras públicas
emprendidas por las autoridades municipalidades implican, entre otras cosas, un mínimo
de conocimiento técnico de los procedimientos legales, es decir, de los pasos técnicos
correspondientes para la aprobación del proyecto (como el presupuesto, los planos de
ingeniería, licitaciones, etc.). En síntesis, estamos ante una nueva clase de periodistas
que comienzan a tomar conciencia de su labor y de los conocimientos que deben poseer
para este tipo de periodismo fiscalizador. Me atrevo a decir que estamos ante un proceso
de especialización del periodismo de investigación:

Volvamos nuestra atención a asuntos tan graves y trascendentales como


el proyecto empréstito en libras ocho mil (L 8,000) aprobado en el
Consejo Provincial sin determinado examen (…) Es de esperarse que el
supremo gobierno no ignora la opinión del público sobre la acción de
nuestra H. municipalidad, deniegue su alta aprobación al proyectado
empréstito o, cuando menos, inquiera cuál es la necesidad más
imperiosa del pueblo o exija la presentación de los estudios técnicos

3
Sobre el empréstito. En: Balnearios, Año I, Nº 19. Lima, 19 de febrero de 1911, p.1.
preliminares y planos correspondientes de las obras con cuyo objeto se
quiere llevar a cabo esta operación que todo el vecindario desaprueba... 4

La sustentación de las denuncias con pruebas y con objeciones de rigor supone


una credibilidad para el semanario por parte de su público lector. El periodismo como
cuarto poder adquiere aquí toda su definición, por cuanto es el contrapeso del poder de
las autoridades que conforman el estado en sus distintos niveles, estatal, provincial,
municipal, etc. En resumen, la perspectiva del semanario sobre la actividad periodística
como institución que participa de la modernización de los balnearios se sustenta sobre
dos principios: primero, la fiscalización de las acciones de las autoridades o grupos
políticos para resolver los problemas de la población; segundo, la independencia y
entereza moral del periodista respecto a su profesión.

Otro de los roles que asume el semanario respecto al proceso de modernización


de los balnearios es la de educar al público. El conocimiento debe estar al alcance de los
habitantes de los balnearios con el fin de mejorar su calidad de vida. En este sentido, sus
informes periodísticos están orientados a crear una cultura de la higiene y demandar
para los balnearios el saneamiento de los servicios básicos de agua y desagüe. Se
propicia así el aseo diario para combatir enfermedades como la sarna, común en esa
época, el ejercicio físico, la limpieza de los alimentos, etc.

El ejercicio es considerado siempre como entretenimiento


exclusivamente pueril o propio de los grandes días de fiesta y este
concepto tan profundamente arraigado entre los mayores ejerce
influencia tal, que a él le debemos sin duda, el triste abandono de
nuestras largas avenidas. La marcha es el ejercicio más útil y de efecto
más general. El aparato respiratorio, el más dócil a las solicitaciones de
la marcha, funciona ampliamente, los pulmones agradecidos al aire
abundante que los acaricia, se desdoblan y ofrecen a la sangre superficie
basta para oxigenarse y librarse de las impurezas que el organismo le
abandona. 5

4
Ibídem
5
Aliaga Pérez, Carlos. El ejercicio. En: Balnearios. Año I, Nº 21. Lima, 19 de febrero de 1911, p. 1
Sin embargo, el proyecto modernizador del semanario Balnearios no estaba
restringido a los aspectos ya estudiados, sino también se extendía al campo de la cultura
donde propiciaban la modernización de los códigos estético-literarios. En este sentido,
el proyecto modernizador del semanario era total, ya que integraba la modernización de
todas las esferas de la vida social de los balnearios limeños, ya sea en el desarrollo
infraestructural del espacio urbano, en el rendimiento eficaz del aparato administrativo
municipal o el mejoramiento de la calidad de vida de los pobladores a través de la
corrección de hábitos y costumbres, además de la difusión y búsqueda de nuevos
códigos de creación literaria. Esta modernización de la literatura será una de las
consignas con la cual el Semanario se presenta al público:

Saturados estamos ya en el Perú de un prosaísmo materialista que en


vano intentamos disimular con las estruendosas rimas de nuestros
grandilocuentes versificadores. La poesía, convenzámonos de ello, no
está en versos bien medidos y muy sonoros sino en la vida misma y en
la naturaleza.6

Y es este último punto a donde nuestro artículo pretende realizar una reflexión amplia.
Para comenzar nuestro estudio de lo que significó el semanario Balnearios como órgano
editorial donde se dieron cita escritores interesados en comprender las nuevas
propuestas literarias venidas de Europa, debemos identificar a sus actores, entre los que
destacan escritores como Enrique Bustamante y Ballivián, Luis A. Hernández, Alberto
Ureta, José Fiansón, Abraham Valdelomar, Juan Tassara, José Felix de la Puente. Por
último, cabe mencionar a su directo Alfredo Muñoz. ¿Qué tan importante es identificar
estos nombres en el proyecto literario del semanario Balnearios? Es importante en la
medida que estos mismos escritores colaboraron un año antes (1909) con la aparición
de la revista de especialidad Contemporáneos dirigida por Bustamante y Ballivián y
Luis A. Hernández, además de contar con la colaboración casi asidua de Manuel
González Prada y José María Eguren. Ambos proyectos editoriales, la revista y el
semanario, confirman la búsqueda, por parte de un grupo de escritores, de nuevos
horizontes estéticos dentro del panorama literario peruano, pero sobre todo expresan la
necesidad de un órgano editorial que difunda sus ideas. Hemos de advertir que ambos

6
Ulloa, Luis. Los balnearios. En: Balnearios, Año I, Nº 1. Lima, 16 de octubre de 1910, p. 1.
proyectos editoriales no llegan a constituirse como una propuesta permanente para la
difusión de los nuevos códigos de creación literaria: la revista Contemporáneos solo
alcanza doce números, y la difusión de nuevos códigos de creación estética dentro del
semanario se dará con fuerza hasta el número 60. Luego de ello, prácticamente
desaparecerá.

Desde la perspectiva de Mariátegui, la revista Contemporáneos significó una secesión


literaria respecto a la generación novecentista, por ende, debemos entender al semanario
Balnearios como una prolongación de esta secesión, como una alternativa a la propuesta
hegemónica de la denominada literatura criolla, o -como la designaba Mariátegui-,
literatura colonial. No obstante, como muy bien observó Mariátegui, estos escritores no
conformaban un grupo definido, no tenían una tendencia marcada, ni tenían un
programa literario. Fueron intentos individuales que, a pesar de tener afinidades y de
formar parte de proyectos editoriales, no cuajaron en una fórmula definida. No lograron
formular una concepción unitaria de literatura. No obstante, ellos iniciaron la búsqueda
de un proyecto literario distinto al hegemónico criollo. No en vano, de estas orillas salió
el escritor cuya escritura poética clausuró el proyecto literario novecentista, me refiero
obviamente a José María Eguren. Por otra parte, es importante mencionar que los
únicos medios que dieron cabida a la innovadora obra del autor de Simbólicas fueron
Contemporáneos, Balnearios y, años después, Colónida.

En síntesis, podemos afirmar que toda nueva propuesta estética tiene la necesidad de un
órgano de difusión, ya sea esta por el ámbito de la prensa, de la universidad, el libro o
de otros medios. En el caso específico que estudiamos, estamos ante un grupo de
intelectuales, en su mayoría de formación autodidacta o antiacadémica, que buscan en la
prensa este órgano de difusión de sus ideas, ya que la intelectualidad oficial tenía como
su principal bastión de difusión a la universidad y el libro. Sin embargo, los proyectos
editoriales, ya mencionados, no tuvieron la organicidad ni la duración necesaria para
convertirse en el bastión que difunda las nuevas ideas literarias y gustos de estos
jóvenes escritores. Es así que son, antes que realidades, intentos de crear un órgano
editorial difusor de las nuevas propuestas literarias.

Si bien la necesidad de renovación de los códigos estéticos es evidente en el semanario,


esto no implicó una abierta oposición a los valores literarios imperantes en la literatura
peruana. Como habíamos dicho, en aquella época la tendencia literaria hegemónica era
la llamada corriente criolla. José de la Riva-Agüero, en 1905, había formulado el canon
literario criollo para el Perú con Ricardo Palma a la cabeza y con Olmedo como el
modelo de poesía de gusto neoclásico. No olvidemos, además, que en aquella época
Chocano era la figura máxima de la poesía peruana cuya ideología americanista no era
incompatible con la propuesta de Riva-Agüero. Además, su sucesor José Gálvez viraba
de una poesía de influencia rubendariana a una poesía con sabor local (“El caballo de
paso”). Podemos hablar de una convivencia de códigos estético-literarios sin un
conflicto abierto. Caso peculiar es el de Enrique Carrillo quien en sus crónicas armoniza
La huella inconfundible del tradicionista Palma con el nuevo lenguaje inventado por
Darío. Recordemos nada más que el primer número de Colónida fue dedicado a un
poeta ya consagrado, José Santos Chocano. Era demasiado influyente el prestigio de
esta literatura llamada criolla que tenía a su máximo representante vivo, Ricardo Palma.
Podemos afirmar así que en el ámbito literario peruano el modernismo que postulaba la
asimilación de las nuevas propuestas estéticas europeas era una tendencia literaria
subordinada, y el criollismo que asimilaba el americanismo modernista de Chocano era
la tendencia literaria hegemónica o dominante.

¿Cómo iniciar bajo estas circunstancias la renovación de los códigos literarios en el


ámbito literario peruano? Los códigos estéticos del paradigma de la literatura criolla
tenían una sustentación sólida en los argumentos de Riva-Agüero, quien planteaba que
ella era expresión de personalidad de la raza hispana en su vertiente criollo-peruana. Por
ello, Riva-Agüero tenía una peculiar aversión al modernismo y a la asimilación de
tradiciones literarias ajenas a la hispana. Uno de los contraargumentos más sólidos para
defender el diálogo con otras tradiciones literarias era plantear que estas nuevas
propuestas eran una manifestación del espíritu de una época, de un momento histórico y
no de una raza. A favor de esto afirma Bustamante y Ballivián:

La verdad de una tendencia artística nace de su paralelismo con el


momento histórico en que se desarrolla o, mejor dicho, que la
desarrolla; no es, ni puede serlo, una verdad absoluta, puesto que está
determinada por el tiempo y los hechos históricos y los accidentes del
momento en que se produce la obra artística. La catedral de Chartres y
el Partenón son igualmente bellos juzgados como representaciones de
ideales que les dieron forma. Pero el estilo dórico no hubiera podido
expresar, pese a su armonía, el sentimiento de elevación hacia el
infinito, la suprema tortura espiritual que el desarrollo del cristianismo
dio a la Edad Media y que representaba el arte gótico (…) 7.

Evidentemente estamos ante dos argumentos que parten de concepciones contrarias. La


tesis de Riva-Agüero sigue la teoría determinista y positivista de Hipólito Taine, mientras
la de Bustamante y Ballivián se nutre las ideas de Víctor Hugo, me refiero a la tesis del
prólogo de Cronwel donde el escritor francés afirma que cada momento histórico, cada
etapa de la vida de la humanidad desarrolla su propia expresión artística: “Y, puesto que
la poesía siempre se superpone a la sociedad, vamos a intentar discernir, según la forma
de esta, el carácter de aquella en cada una de las tres grandes edades del mundo: los
tiempos primitivos, los tiempos antiguos y los tiempos modernos”8.

Tratar de asumir entonces un papel renovador dentro de la literatura peruana suponía,


entre otras cosas, plantear la idea de que el modernismo era ante todo una respuesta a
las circunstancias históricas que se vivían, y que la literatura no estaba regida por una
gama de preceptivas, sino que era una reacción perteneciente a la esfera de la vida: “La
poesía, convenzámonos de ello, no está en versos bien medidos y muy sonoros, sino en
la vida misma y en la naturaleza.” Esta reiteración de la idea de que la literatura está
íntimamente ligada al plano de la vida será una consigna dentro de las reflexiones
desarrolladas, en el semanario, acerca del modernismo. Siguiendo las ideas que
Bustamante y Ballivián plantea en el semanario, vemos su siguiente argumento:

La vaguedad espiritual de las almas contemporáneas tiene muchas


analogías con la visión crepuscular en que las cosas pierden su perfil y
su relieve y se funden unas a otras. Nuestras sensaciones complicadas y
sutiles, con su locura de imágenes e ideas, no pueden expresarse según
el antiguo idioma y los monótonos ritmos; piden dislocaciones de ideas
y desigualdades rítmicas, poliformes y varias.9

De esta premisa, Enrique Bustamante y Ballivián defiende la legitimidad de las nuevas


formas estéticas, ya que, según su concepción, el arte está en perpetua relación con las
circunstancias en que se producen, no son meros caprichos retóricos ni artificios sin
7
Bustamante y Ballivián, Enrique. “Hacia la belleza y la armonía”. En: Balnearios, Año II, Nº 54. Lima,
22 de octubre de 1911, p.2.
8
Víctor Hugo, El manifiesto romántico.
9
Ibídem
sustancia. El arte no es ajeno a la vida y el modernismo (en sus distintas vertientes) es
una manifestación del nuevo sentir y su lenguaje es una exigencia del espíritu nacido en
la modernidad.

Otro escritor que sigue esta línea argumentativa dentro del semanario es Juan Tassara
quien expresa ideas semejantes en su artículo “El ocaso del verso”10. Aquí el periodista
realiza una observación distante e imparcial, no apologética ni partidaria –como el caso
anterior-, del medio artístico y extrae una serie de premisas. Primero, que en la época
moderna existe un alejamiento marcado y vivo de las leyes y formas tradicionales del
arte. Los principios de claridad y proporción del arte tradicional y de la definición
clásica de la belleza están siendo reemplazados por una tendencia que busca penetrar en
lo misterioso, lo sutil, lo impalpable, que busca hallar una relación entre el mundo real y
el espiritual que se exprese en una imagen. Así, el concepto de lo bello sufre un cambio
significativo. Para nuestro articulista, la estética antigua es una traba para expresar la
sensibilidad moderna, por ello, se necesita de nuevas formas que expresen el mundo de
lo inconsciente y lo suprasensible. Por este motivo, la esencia del arte moderno es la
vaguedad, la imprecisión y la libertad.

El principal problema, entonces, que enfrentan estos escritores es adquirir las


competencias lingüísticas, artísticas, poéticas, intuitivas para poder expresar esa
subjetividad compleja.

Estas ideas de Juan Tassara y de Enrique Bustamante y Ballivián no eran la única forma
de entender la literatura moderna de ese entonces. Otro escritor también al tanto de estas
nuevas tendencias y en contacto con ellas postula una idea distinta. Me refiero a
Clemente Palma para quien el espíritu de la modernidad no podía crear formas artísticas
como lo hizo el cristianismo en la Edad Media a través del estilo gótico. Al contrario,
para Clemente Palma las actuales formas de hacer literatura, los nuevos códigos
estéticos son una forma de reaccionar contra la modernidad, de evadirse de ella. Por
ello, su concepción del cuento es definido como una forma de escape de la realidad
vulgar y de la modernidad:

Un cuento no es necesariamente fantástico e imaginativo, un cuento


debe buscar la dislocación de la normalidad, una escapada de esa
realidad vulgar, para hacer escarceos de idealismos en el pasado, en el

10
Tassara, Juan, “El ocaso del verso”. En Balnearios, Año II, Nº 58, Lima, 19 de noviembre de 1911.
futuro y en el presente mismo (…) Siempre se ha dicho de todo lo que
no es verdad corriente y moliente, sino una exaltación de lo bueno o lo
malo, de todo que una floración de la fantasía idealizadora, de todo
vagar de ensueños, de todo lo que corresponde a la impulsiva existencia
de llevar el espíritu por senderos distintos de los que recorre nuestra
existencia:-el cuento! (…) En vez de los inocentes e inútiles espigueos
bajo la fronda de lo maravilloso y fantástico, nuestras almas cansadas
respiran el perfume y buscan matices de idealidad dentro de estos
parques sistemados de la civilización y de la vida moderna. 11

Esta relación entre vida y arte como respuesta a la modernidad que gobierna con
un orden rígido y utilitario la vida del hombre es uno de los puntos de reflexión sobre el
que se erigen las reflexiones literarias en torno a los códigos modernistas. Para
Clemente Palma, el mundo de lo maravilloso (leyendas, fábulas, ficciones, etc.) no tiene
un sentido banal. Para el narrador peruano, un cuento fantasioso no habla de los
candores de la infancia, sino que tiene un sentido profundo. Aunque sea en el sentido de
asumir la literatura como una evasión de la realidad, se nota en la reflexión de Clemente
Palma la idea de entender la literatura como una respuesta contra la vida moderna. La
literatura era una forma de enfrentar esa realidad que agobiaba tanto por su desarrollo
vertiginoso, por el constante cambio12.

Otro artículo que gira en torno a la modernidad y el arte es “La utilidad de la


belleza”13. Esta disertación tiene una clara orientación pedagógica, ya que trata de
enseñar a través de un diálogo didáctico la importancia del arte en la vida del hombre,
pero sobre todo demostrar que la belleza y el arte son actividades inherentes al hombre,
actividades que forman parte de la condición humana, por lo tanto, irrenunciables. Por
este motivo, para el articulista, no se le puede juzgar bajo la lógica de lo utilitario:
-Yo he escuchado repetidas veces que es necesario perseguir
objetos de importancia real, que es preciso aspirar a lo que es útil!

11
Palma, Clemente. “Prólogo a Paisajes íntimos”. En: Balnearios, Año I, Nº 48, Lima 2 de julio de 1911,
p. 1
12
Marcel Velázquez plantea que en la novela Mors ex vita de Clemente Palma podría refractar una actitud
de resistencia y/o evasión de los sectores tradicionales a la modernización. Cf. Velázquez Marcel. Mors
ex vita de Clemente Palma. En: Ajos y záfiros, pp. 76 – 80.
13
Salaverria, J. M. “Utilidad de la belleza”. En Balnearios. Año I, Nº 48. Lima 2 de julio de 1911.
Sí la flor significa la eterna maternidad del fruto. Sucede lo
mismo con el amor ¿Qué es el amor? ¿Sirve el amor para comer?

Estas reflexiones son interesantes en cuanto significan una comprensión teórica


e intelectual compleja del fenómeno modernista. Pero una comprensión intelectual
correcta del fenómeno no implica necesariamente una participación afectiva y efectiva
de las inquietudes de la época. Una comprensión intelectual puede ser fruto de una
asimilación libresca. Y esto parece ser el caso de estos intelectuales. Observemos el
caso de Enrique Bustamante y Ballivián. En su artículo, nuestro crítico cita a Mallarmé,
a González Blanco, a Moréas, a Lugones, etc. Es decir, su comprensión no parte de una
percepción sensible del entorno que le tocó vivir, sino de una formación libresca que le
da cuenta de la esencia de las nuevas tendencias estéticas surgidas a partir de la
modernidad. De allí que su comprensión teórica sobre el arte moderno a nivel
intelectual no tenga su correlato a nivel de percepción estética: Bustamante y Ballivián
no comprendió, a pesar de su valoración positiva, la moderna poesía de Eguren.
Paradoja realmente sorprendente para quien parece conocer muy bien la teoría del arte
simbolista y la génesis de las nuevas tendencias poéticas, ya que habiendo llegado a la
idea de que lo primordial del arte nuevo está en examinar como la palabra logra
aprehender aquello que se considera desconocido, inefable, suprasensible, etc. se dedica
solamente a un examen de la personalidad del poeta a través de los poemas lo que
implica un total descalabro al momento de la valorización y el examen crítico.

De esta paradoja también participa Clemente Palma, quien en una nota en la


Ilustración peruana14, acepta muy francamente no entender el arte de Eguren, incluso, la
descalifica por ser, según él, esnobista. Pero no duda en apadrinar a un escritor de la
época, desconocido en la actualidad, cuyo mayor mérito es reproducir mecánicamente
los códigos del arte modernista, en la versión decadente de esta. Me refiero al libro
Paisajes íntimos de Raymundo la Torre sobre el cual Clemente Palma diserta su
definición del cuento.

Estas ideas pueden corroborarse al apreciar, en el semanario, textos de creación que se


rigen bajo los códigos modernistas, sin embargo, este corpus textual no es sino una

14
Palma, Clemente. “Notas de artes y letras”. En: Ilustración peruana. Lima Nº118. Enero de 1912.
recreación mecánica de principios del arte modernista. Es decir, las ideas expuestas
sobre la nueva sensibilidad no tienen su correlato en la creación poética o cuentística

Más allá de estas paradojas sobre una real comprensión de las nuevas tendencias
estéticas, podemos observar un intento serio y consciente de captar la esencia del
fenómeno artístico moderno, aunque desde el punto de vista teorético e intelectual que
en su coherencia discursiva genera la visión engañosa de un real entendimiento de los
nuevos paradigmas estéticos, cuando, por el contrario, su comprensión es aún
insuficiente. Estamos ante un intento de articular seriamente un discurso modernista
para la literatura peruana.

Ahora pasemos a revisar básicamente, el corpus cuentístico aparecido en el semanario


para ver cómo ciertos tópicos de la poética modernista en su vertiente decadentista son
reproducidos de manera maquinal a lo largo de los argumentos de cada historia.

Comencemos primero con el cuento “Beso fatal”15. En esta historia se


materializa en una anécdota un principio de las nuevas tendencias poéticas como es la
oposición entre la sociedad del progreso y de producción en serie representada en la
figura de Estados Unidos y las sensibilidades que aún conservan el carácter ritual y
único de ciertas vivencias de la vida:

Antonio joven santiaguino –que venía de concluir en un colegio


newyorquino sus estudios de ingeniero electricista- exclamó:
-Sí convengo que son encantadoras, pero creo que pierden mucho
al comparársele con las norteamericanas. A pesar de mi profesión,
no soy, en lo general, partidario del país yanqui. Me abruman -a
mi latino por esencia- sus maquinarias, sus puentes, sus edificios,
sus diarios, sus reclames, sus creaciones enromes y
desproporcionadas16

15
Herrera, Darío. “Beso fatal”, En: Balnearios. Año I, Nº 34, 4 de junio de 1911, p. 1
16
Ibídem
Observamos como en el texto se esboza la oposición entre modernidad y mundo
antiguo clásico, entre lo que represente este y su ideal de belleza y las creaciones
desproporcionadas de la modernidad. Pero como el tema de la conversación eran las
mujeres, Antonio refiere que las norteamericanas son mejores ya que conocen la ciencia
del beso, que en ese país es una práctica común. Ellas prodigan sus besos con los
extranjeros. A lo que uno de sus interlocutores le responde que esos es la prostitución de
beso, su maquinización, por cuanto el beso es un acto único donde se trasladan los
afectos de las personas. Así otro de los interlocutores cuenta su única experiencia de
beso, donde su amada, una joven bella, pálida y soñadora, pero condenada a morir,
fenece ante su amado por causa de un beso que le produce un paro cardiaco.

En el siguiente cuento a analizar es “Vida interna” 17 que son las reflexiones de


una señorita que ha perdido al amor de su vida. Ella se pregunta constantemente por qué
su amado decidió marcharse y comienza a realizarse una serie de cuestionamientos
sobre su conducta. Llega a la conclusión de que su conducta, atrapada en las
convenciones sociales, a pesar de su sensibilidad para lo nuevo, ha sido el agente
causante que hizo que su pretendiente desistiera de su cortejo. Ella se apena, en tanto, su
enamorado era un hombre distinto al resto y le había comenzado a enseñar las sutilezas
de la vida y los sentimientos. La figura del enamorado, en este cuento, representa la del
poeta con una sensibilidad especial para captar esos matices afectivos del alma,
imperceptibles para sensibilidades vulgares (Baudelaire, arte romántico). Este cuento
presenta mucha correlación con Cartas de una Turista, en tanto se realiza una misma
crítica a las convenciones sociales, pero, en este caso, a partir de los tópicos
modernistas. Sin embargo, en el cuento está crítica es muy superficial

En el siguiente cuento, “Satánica”18, apreciamos la muerte de un poeta


decadentista que nunca en su vida había llorado y que ha toda tragedia había respondido
con una risa. Era la sensibilidad más aguda de la época, el poeta por excelencia. En su
lecho de muerte comienza a redactar su testamento a su amada quien escribe,
abnegadamente todo lo que dice su amado. Al final del cuento, podemos observar que
es la amada quien, al morir el poeta, ríe estruendosamente, con un gesto macabro y
satánico.
17
Herrera, Darío. “Vida interna”, En: Balnearios. Año I, Nº 36, 18 de junio de 1911, p. 1

18
Félix De La puente, José. “Satánica”. En: Balnearios. Año I, Nº 35, 10 de junio de 1911, p. 1.
Otro cuento paradigmático de esta asimilación de tópicos modernistas es “Las
tres novias”19. En este cuento tres personajes hablan sobre su mujer ideal. El primero,
propone a una mujer esculpida con mármol griego, una mujer sin expresiones, cuya
belleza radique en su proporcionalidad de formas. El segundo, quiere una mujer
abnegada, emotiva, amorosa, lleno afectos desbordantes. El tercero, desea a la mujer
típica del decadentismo, la mujer bella, capaz de entender los matices de la sensibilidad,
inteligente, capaz de captar la esencia de la poesía y la belleza oculta de las cosas. Al
final del relato podemos constatar que sus amigos lo miran extrañados, porque este tipo
de mujer es un imposible.

“Cuento de locos y amores”20 narra la historia de dos pacientes siquiátricos que


se enamoran en el manicomio. La protagonista es hija del director de dicho sanatorio
mental. El muchacho, un descarreado que vive en mundos de fantasía. Es así que esta
chica casi misántropa al contactos con los hombres es cautivada por el joven, quien le
ofrece mundos mágicos y maravillosos donde vivir. Sin embargo, al irse concretizando
el pacto amoroso en promesa de matrimonio, el joven comienza a buscar que su deseo
se haga realidad y sale del manicomio hacia el mundo exterior y comienza a participar
de la vida de todos los hombres. Finalmente, “recupera la razón” y visita a su novia en
el manicomio y le cuenta todo los esfuerzos por conseguir casa, por mantener su trabajo,
por seguir con el ritmo monótono de la vida, a lo que muchacha desilusionada responde
que ya no lo ama.

“La sorpresa”21 es un cuento ambientado en un café francés, donde, a manera de


un cuento futurista, observamos un concierto donde una mujer vestida de negro y
pintada de negro y con una belleza extraña y cadavérica canta una melodía única que
paraliza las emociones del público espectador. Es una melodía nunca antes escuchada,
una sensibilidad inédita. Después de acabar el concierto, esta mujer desaparece. Ella era
la sorpresa del dueño del café quien quería mostrar un espectáculo único e irrepetible a
su clientela. Cuando le preguntan qué quien era la mujer, responde que era el alma de un

19
Herrera, Darío “Las tres novias”. En Balnearios. Año I, Nº 39, 9 de julio de 1911, p.1.
20
Francés, José. “Cuento de locos y amores”. En: Balnearios. Año I, Nº 43, 6 de agosto de 1911, p.1.
21
Herrera, Darío “La sorpresa”. En Balnearios. Año I, Nº 47, 3 de setiembre de 1911, p.1.
poeta muerto y que estaba condenada a cantar una vez al año la melodía que el poeta
nunca pudo sacar de su alma.

“Primeras rosas” no parece por su estructura un cuento. Trata sobre el despertar


sensible de una mujer bella, hermosa, pálida y con una inocencia que se ve amenazada
verse manchada por el pecado del deseo amoroso. La protagonista está viviendo su
primer despertar sexual, sus primeras rosas están floreciendo. Es en torno a ella que el
escritor centra sus reflexiones22

Creo haber referido los cuentos más representativos de todo este corpus que es
más abundante, pero que al repetir los mismos tópicos de la mujer bella pero fatal, de la
oposición de sensibilidad poética versus sensibilidad vulgar, entre la fantasía y la vida
diaria, creo pertinente no tener que recurrir a ellos. Como apreciamos en los distintos
argumentos, se repiten una serie de constantes que se reproducen bajo distintas
anécdotas, es decir, se halla un principio o una figura (como la mujer bella y fatal) o un
tópico del arte modernista y se reproduce de manera serial en la producción de los
cuentos, por tanto, no estamos ante creaciones literarias, sino ante la mercantilización y
banalización de los postulados modernistas. Podríamos hablar, entonces, ante una
representación folletinesca del modernismo, dirigido a las masas, despojando a la
tendencia literaria de su aguijón. Sin embargo, no podemos afirmar que esto sea algo
consciente en los escritores, sino que debido a la exigencia del mercado, no profundizan
en la estética practicada, y únicamente reproducen una serie de tópicos, arto conocidos
entre ellos, con el fin de poder dar al público nuevas historias que consumir. Estamos, a
mi parecer, ante el modernismo de mercado.

Como conclusión, observamos que la exigencia de la reproducción en serie del


semanario conlleva a que los escritores se vean en la necesidad de reproducir
mecánicamente tópicos, ideas ya identificados en estas nuevas estéticas, sin llegar nunca
a una asimilación efectiva y profunda de ellas.

22
Morales De La Torre, Reymundo. “Primeras rosas”. En: Balnearios, Año I, Nº 41, 23 de julio de 1911,
p.1.

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