You are on page 1of 22

La diabetes mellitus es un trastorno en el que el organismo

no produce suficiente cantidad de insulina o no responde


normalmente a la misma, lo que provoca que las
concentraciones de azúcar (glucosa) en sangre sean
anormalmente elevadas.
 La micción y la sed aumentan y se adelgaza sin
pretenderlo.

 La diabetes causa daños neurológicos y sensibilidad


alterada.

 También daña los vasos sanguíneos e incrementa el


riesgo de infarto de miocardio, de accidente
cerebrovascular (ictus, infarto cerebral, derrame
cerebral), de enfermedad renal crónica y de pérdida
de visión.

 El diagnóstico se realiza midiendo la glucemia.

 Las personas con diabetes deben seguir una dieta


saludable que sea baja en carbohidratos refinados
(incluido el azúcar), grasas saturadas y alimentos
procesados. También necesitan practicar ejercicio y,
por lo general, tomar medicamentos que reduzcan la
glucemia.

La diabetes mellitus es un trastorno en el cual la cantidad de


azúcar en la sangre es más elevada de lo normal. Se suele
utilizar el término «diabetes mellitus», y no sencillamente
«diabetes», para designar esta enfermedad con el fin de
distinguirla de la diabetes insípida . La diabetes insípida es un
trastorno relativamente poco frecuente que no afecta a la
glucemia, pero que también origina un mayor volumen de orina
(poliuria).
(Véase también Diabetes en niños y adolescentes .)
Azúcar en sangre
Los tres principales nutrientes que componen la mayoría de los
alimentos son los carbohidratos, las proteínas y la grasa. Los azúcares
son uno de los tres tipos de carbohidratos, junto con el almidón y la
fibra.

Existen muchos tipos de azúcares. Algunos son simples y otros


complejos. La sacarosa (azúcar de mesa) está constituida por dos
azúcares más simples llamados glucosa y fructosa. La lactosa (azúcar de
la leche) está formada por glucosa y por un azúcar simple llamado
galactosa. Los carbohidratos de los almidones, como el pan, la pasta, el
arroz y otros alimentos similares son cadenas largas formadas por
distintas moléculas de azúcar simple. Antes de que el organismo pueda
absorber la sacarosa, la lactosa, los carbohidratos y otros azúcares
complejos, las enzimas del tubo digestivo deben descomponerlos en
azúcares simples.

Por lo general, cuando el cuerpo absorbe los azúcares simples, los


transforma todos en glucosa, que es un combustible importante del
organismo. La glucosa es el azúcar que se desplaza por el torrente
sanguíneo y que las células recogen. El cuerpo también puede producir
glucosa a partir de grasas y proteínas. «Azúcar» en sangre quiere decir,
en realidad, glucosa en sangre.

¿Sabías que...?
 «Azúcar» en sangre quiere decir, en realidad, glucosa en
sangre.

Insulina
La insulina, una hormona secretada por el páncreas (un órgano situado
detrás del estómago que también produce enzimas digestivas), regula la
cantidad de glucosa presente en la sangre. La glucosa del torrente
sanguíneo estimula al páncreas para que produzca insulina.
Esta insulina ayuda a que la glucosa pase de la sangre a las células. Una
vez en el interior de las células, se convierte en energía de uso
inmediato o se almacena como grasa o como glucógeno o almidón
hasta que sea necesaria.
Cómo actúa la insulina

3D MODEL:
En condiciones normales, la glucemia varía a lo largo del día aumenta
después de cada comida y vuelve a los niveles previos a la comida
durante las 2 horas siguientes. Cuando los niveles de glucosa vuelven a
los anteriores a la comida, la producción de insulina disminuye. La
variación en la glucemia suele encontrarse dentro de un intervalo
reducido, alrededor de 70 a 110 miligramos por decilitro (mg/dL) o 3,9 a
6,1 milimoles por litro (mmol/L) de sangre en condiciones normales. Si
se ingiere una gran cantidad de carbohidratos, la glucemia aumenta,
como también lo hace después de cumplir los 65 años de edad, sobre
todo después de comer.
Si el organismo no produce la insulina necesaria para transportar la
glucosa a las células o si las células dejan de reaccionar con normalidad
ante la insulina (llamada resistencia a la insulina), la alta concentración
sanguínea de glucosa resultante (hiperglucemia) sumada a una cantidad
inadecuada de glucosa en las células, da lugar a los síntomas y a
las complicaciones de la diabetes .
Tipos de diabetes
Prediabetes
La prediabetes es un trastorno en el que la concentración de glucosa en
sangre es demasiado alta para ser considerada normal, pero no lo
suficiente para ser catalogada como diabetes. Se padece prediabetes
cuando la glucemia en ayunas se encuentra entre 100 mg/dL (5,6
mmol/L) y 125 mg/dL (6,9 mmol/L) o cuando la glucemia 2 horas
después de una prueba de tolerancia a la glucosa se encuentra entre
140 mg/dL (7,8 mmol/L) y 199 mg/dL (11,0 mmol/L). La prediabetes
conlleva un mayor riesgo de diabetes en el futuro, así como de
cardiopatías. Perder del 5% al 10% del peso corporal mediante una
alimentación adecuada y ejercicio reduce de forma considerable el
riesgo de padecer diabetes en el futuro.

Diabetes de tipo 1
En la diabetes de tipo 1 (antes denominada
diabetes insulinodependiente o diabetes de inicio juvenil), el sistema
inmunitario del organismo ataca las células del páncreas productoras
de insulina, y más del 90% de estas células son destruidas de forma
permanente. El páncreas, por lo tanto, produce poca o ninguna insulina.
Solo en torno al 5-10% de todas las personas con diabetes padecen la
enfermedad de tipo 1. En la mayoría de ellas, la enfermedad se
manifiesta antes de los 30 años, aunque también puede aparecer más
tarde.
Los científicos creen que un factor ambiental (posiblemente una
infección vírica o un factor nutricional en la infancia o en los primeros
años de la edad adulta) provoca que el sistema inmunitario destruya las
células pancreáticas productoras de insulina. Una predisposición
genética hace que algunas personas sean más vulnerables que otras a
los factores ambientales.
Diabetes de tipo 2
En la diabetes de tipo 2 (antes denominada diabetes no dependiente de
la insulina o diabetes de inicio adulto), el páncreas a menudo continúa
produciendo insulina, algunas veces incluso a niveles superiores a los
normales, en especial al principio de la enfermedad. Sin embargo, el
organismo desarrolla resistencia a los efectos de la insulina, por lo que
no hay suficiente insulina para satisfacer los requerimientos corporales.
A medida que la diabetes de tipo 2 progresa, la capacidad de
producir insulina del páncreas disminuye.
La diabetes de tipo 2 solía ser poco habitual en niños y en adolescentes,
pero la incidencia es cada vez mayor. Sin embargo, lo habitual es que
comience a partir de los 30 años y se vuelva más frecuente con la edad.
Alrededor del 26% de las personas mayores de 65 años padece diabetes
de tipo 2. Ciertos grupos de ascendencias presentan un riesgo mayor de
padecer diabetes de tipo 2: los afroamericanos, los americanos de
origen asiático, los indios americanos y las personas con antepasados
españoles o latinoamericanos que viven en Estados Unidos presentan
un riesgo hasta dos y tres veces mayor que las personas de ascendencia
caucásica. También existe una predisposición hereditaria a sufrir
diabetes de tipo 2.

La obesidad es el principal factor de riesgo de la diabetes de tipo 2;


entre el 80% y el 90% de las personas con este trastorno tienen
sobrepeso u obesidad. Dado que la obesidad produce resistencia a
la insulina, las personas obesas necesitan grandes cantidades
de insulina para mantener una concentración normal de glucosa en la
sangre.
Ciertos trastornos y algunos fármacos alteran la forma en que el
organismo utiliza la insulina, lo que da lugar a una diabetes de tipo 2.
Algunos ejemplos de estados (condiciones) habituales que dan lugar a
una utilización deficiente de la insulina son
 Concentraciones elevadas de corticoesteroides
(mayoritariamente debidas al uso de corticoesteroides o
al síndrome de Cushing)
 Embarazo (diabetes gestacional )
La diabetes también aparece cuando se produce una cantidad excesiva
de hormona del crecimiento (acromegalia) y cuando existen ciertos
tumores secretores de hormonas. Igualmente, la pancreatitis  grave o
recurrente y otros trastornos que dañan directamente el páncreas
pueden producir diabetes.
Diabetes mellitus

VIDEO

Síntomas de la diabetes mellitus


Los dos tipos de diabetes pueden producir síntomas muy similares si la
concentración de glucosa en sangre es significativamente elevada.

Los síntomas de hiperglucemia (niveles sanguíneos de glucosa


elevados) incluyen
 Aumento de la sed
 Aumento de la micción

 Aumento del hambre

La glucosa pasa a la orina cuando su concentración sanguínea aumenta


de 160 mg/dL a 180 mg/dL (8,9 a 10,0 mmol/L). Si la concentración de
glucosa en la orina alcanza valores incluso más altos, los riñones
secretan una cantidad adicional de agua para diluir la abundancia de
glucosa. Dado que los riñones producen demasiada orina, existe poliuria
(micción abundante y frecuente ), que, a su vez, provoca polidipsia (sed
excesiva). Puede haber adelgazamiento debido a la pérdida excesiva de
calorías en la orina. A modo de compensación, se siente un hambre
exagerada.
Otros síntomas de diabetes son
 Visión borrosa

 Somnolencia

 Náuseas

 Disminución de la resistencia durante el ejercicio

Diabetes de tipo 1
En la diabetes de tipo 1, los síntomas suelen comenzar bruscamente y
de modo notorio. A partir de ella, puede desarrollarse rápidamente un
trastorno denominado cetoacidosis diabética, una complicación en la
que el cuerpo produce un exceso de ácido. Además de los síntomas
habituales de la diabetes consistentes en la sed y la micción excesiva, los
síntomas iniciales de la cetoacidosis diabética incluyen además náuseas,
vómitos, fatiga y, sobre todo en los niños, dolor abdominal. La
respiración se vuelve rápida y profunda, debido a que el organismo
intenta corregir la acidez de la sangre (véase Acidosis ), y el aliento tiene
un olor afrutado y parecido al del producto utilizado para limpiar la laca
de uñas. Sin tratamiento, la cetoacidosis diabética evoluciona hasta el
coma y la muerte, a veces en cuestión de horas.
Tras el inicio de la diabetes tipo 1, algunas personas tienen una fase,
larga pero temporal, en la que sus niveles de glucosa son casi normales
(fase de luna de miel), debido a una recuperación parcial de la
producción de insulina.
Diabetes de tipo 2
En la diabetes de tipo 2 puede no haber síntomas durante años o
décadas antes del diagnóstico. Los síntomas son leves. Al principio, el
aumento de la micción y de la sed es leve, pero empeora de forma
gradual a lo largo de semanas o de meses. Finalmente, se siente una
fatiga extrema, es probable que la visión sea borrosa y puede haber
deshidratación.

A veces, durante las primeras fases de la diabetes, la concentración de


glucosa en sangre es extremadamente baja, un trastorno
denominado hipoglucemia .
Dado que en la diabetes de tipo 2 se produce algo de insulina, no suele
desarrollarse cetoacidosis, ni siquiera si no se recibe tratamiento
durante mucho tiempo. Con muy poca frecuencia, la concentración de
glucosa en sangre aumenta de forma considerable (incluso más de 1000
mg/dL [55,5 mmol/L]). Estas altas concentraciones suelen ser el
resultado de algún tipo de estrés sobreañadido, como en el caso de una
infección o de la ingesta de algún fármaco. Cuando las concentraciones
de glucosa en sangre son muy elevadas, aparece deshidratación grave
que puede ocasionar confusión mental, somnolencia y convulsiones,
una afección denominada estado hiperglucémico hiperosmolar . La
mayoría de los diagnósticos de diabetes de tipo 2 se deben a análisis
rutinarios de glucosa en sangre que se realizan antes de que la
hiperglucemia sea sumamente grave.
Complicaciones de la diabetes
La diabetes daña los vasos sanguíneos, haciendo que se estrechen y por
lo tanto se restrinja el flujo sanguíneo. Dado que los vasos sanguíneos
de todo el cuerpo se ven afectados, las personas pueden presentar
muchas complicaciones de la diabetes . Muchos órganos pueden verse
afectados, en particular los siguientes:
 Cerebro, riesgo de accidente cerebrovascular
 Ojos (retinopatía diabética ), riesgo de ceguera
 Corazón, riesgo de ataque al corazón
 Riñones (nefropatía diabética ), riesgo de enfermedad renal
crónica
 Nervios (neuropatía diabética ); puede causar sensibilidad en
los pies
La presencia de altos niveles de glucosa en la sangre también provoca
alteraciones en el sistema inmunitario del cuerpo, por lo que las
personas con diabetes mellitus son particularmente susceptibles a
infecciones bacterianas y fúngicas.

Diagnostico de la diabetes mellitus


 Determinación de la concentración de la glucosa en la
sangre (glucemia).

El diagnóstico de diabetes se basa en la presencia de concentraciones


sanguíneas de glucosa (glucemia) inusualmente altas. Se lleva a cabo
una detección sistemática , o cribado, dirigido a las personas
consideradas de riesgo de diabetes, pero que no presentan síntomas.
¿Sabías que...?
 Muchas personas tienen diabetes de tipo 2 sin saberlo.

Determinación de los niveles de glucosa en sangre


También se comprueba la glucemia si se refieren síntomas de diabetes,
como aumento de la sed, de la micción o del apetito. De forma adicional,
se mide la glucemia si existen trastornos que pueden ser complicaciones
de la diabetes, como infecciones frecuentes, úlceras en los pies e
infecciones por levaduras.

Para evaluar con exactitud las concentraciones de glucosa en sangre, los


médicos suelen utilizar una muestra de sangre obtenida después de
haber ayunado durante la noche. Se puede diagnosticar diabetes si las
concentraciones de glucosa en sangre en ayunas son superiores a 125
mg/dL (6,9 mmol/L). Sin embargo, es posible tomar muestras de sangre
después de ingerir alimentos. En este caso, se considera normal cierto
aumento en la glucemia, pero incluso entonces los valores no deben ser
muy altos. La diabetes se puede diagnosticar si la medida de una
concentración de glucosa en sangre tomada al azar (no obtenida
después del ayuno) es superior a 199 mg/dL (11,0 mmol/L).

Hemoglobina A1C
También se mide la concentración sanguínea de una proteína, la
hemoglobina A1C (llamada hemoglobina glucosilada o glicosilada). La
hemoglobina es una sustancia de color rojo, que transporta el oxígeno
en los glóbulos rojos (eritrocitos). Cuando la sangre está expuesta a
hiperglucemia durante un tiempo, la glucosa se une a la hemoglobina y
forma hemoglobina glucosilada. La concentración de hemoglobina A1C
(fracción de la hemoglobina sujeta a A1C) refleja la tendencia de la
glucemia a largo plazo y no su comportamiento ante cambios rápidos.

Medir la hemoglobina A1C permite diagnosticar la diabetes si el análisis


se realiza en un laboratorio certificado (no con instrumentos domésticos
ni en un consultorio privado). Si la concentración de hemoglobina A1C
es del 6,5% o más, se padece diabetes, pero si la concentración se
encuentra entre el 5,7% y el 6,4%, se diagnostica prediabetes.

Prueba de tolerancia oral a la glucosa


Se puede realizar otro tipo de análisis de sangre, una prueba de
tolerancia oral a la glucosa, en ciertas situaciones, como cuando se
efectúan pruebas de cribado de la diabetes gestacional  en mujeres
embarazadas o si se trata de personas de edad avanzada que tienen
síntomas de diabetes, pero cuya glucemia en ayunas es normal. No
obstante, no es una prueba que se realice de forma rutinaria para
detectar la diabetes ya que es muy engorrosa.
Consiste en obtener una muestra de sangre para medir la glucemia en
ayunas y, a continuación, dar a beber al paciente una solución especial
que contiene una cantidad alta y precisa de glucosa. Durante las 2 o 3
horas siguientes se obtienen varias muestras de sangre, que se analizan
para determinar si la glucemia aumenta de forma anómala.

Pruebas de detección de la diabetes


A menudo, la glucemia se comprueba en el transcurso de una
exploración física periódica. La comprobación con regularidad de la
glucemia es especialmente importante a edad avanzada, ya que la
frecuencia de la diabetes aumenta en este grupo etario. Es posible tener
diabetes, en particular del tipo 2, e ignorarlo.

Los médicos no indican pruebas de rutina para realizar el cribado de la


diabetes tipo 1, ni siquiera en personas con riesgo elevado de padecerla
(como hermanos/as o hijos/as de personas con diabetes tipo 1). Sin
embargo, es particularmente importante hacer las pruebas de detección
en personas con riesgo de diabetes tipo 2, incluyendo

 Personas de más de 45 años de edad

 Tener prediabetes
 Personas con sobrepeso o obesas

 Tener un estilo de vida sedentario

 Personas con la presión arterial alta y/o un trastorno de los


lípidos, como el colesterol alto
 Tener enfermedad cardiovascular

 Personas con antecedentes familiares de diabetes

 Mujeres que presentaron diabetes durante el embarazo o


tuvieron un bebé que pesó más de 9 libras (4 kg) al nacer

 Tener la enfermedad del ovario poliquístico


 Personas de ascendencia afroamericana, nativa americana,
latinoamericana o asiático-americana.

Las personas con estos factores de riesgo deben ser examinadas para
descartar la presencia de diabetes al menos una vez cada tres años. El
riesgo de diabetes se puede estimar usando calculadoras de riesgo en
línea. Los médicos pueden medir los niveles de hemoglobina A1C y de
glucosa en sangre en ayunas, o hacer una prueba de tolerancia oral a la
glucosa. Si los resultados de las pruebas están en la frontera entre lo
normal y lo anormal, los médicos hacen las pruebas de detección más a
menudo, al menos una vez al año.

Tratamiento de la diabetes mellitus


 Dieta

 Ejercicio

 Pérdida de peso

 Educación
 En la diabetes tipo 1, inyecciones de insulina

 En la diabetes tipo 2, a menudo fármacos de administración


oral y, a veces, inyecciones de insulina u otros fármacos

La alimentación, el ejercicio y la educación son los pilares del


tratamiento de la diabetes y, a menudo, las primeras recomendaciones
que se dan cuando se diagnostica diabetes leve. En personas con
sobrepeso, es importante adelgazar. Las personas que continúan
presentando concentraciones elevadas de glucosa en sangre a pesar de
los cambios en el estilo de vida o cuya glucemia es muy elevada o sufren
diabetes de tipo 1 (sin importar el valor de la glucemia) también
necesitan tomar medicamentos.

Puesto que es menos probable que aparezcan complicaciones de la


diabetes si la glucemia se controla de forma estricta, el objetivo del
tratamiento consiste en mantener los valores glucémicos lo más cerca
posible del intervalo normal.

El tratamiento de la hipertensión arterial  y de las concentraciones altas


de colesterol, que contribuyen a causar problemas circulatorios,
también evita algunas de las complicaciones de la diabetes. A las
personas que presentan factores de riesgo para cardiopatía  se les
recomienda tomar a diario una dosis baja de aspirina (ácido
acetilsalicílico). A todas las personas con diabetes que tengan entre 40 y
75 años se les administran estatinas (un fármaco para reducir los niveles
de colesterol) independientemente de los valores a los que se
encuentren dichos niveles. Las personas menores de 40 años o mayores
de 75 años con un riesgo elevado de enfermedad cardíaca también
deberían tomar una estatina.
Es útil llevar o usar una identificación médica (como una pulsera o una
etiqueta) para alertar a los profesionales de la salud de que se padece
diabetes. De esta forma, pueden administrar de inmediato un
tratamiento para salvar la vida, sobre todo, en caso de traumatismos o
de alteraciones del estado mental.

La cetoacidosis diabética y el estado hiperglucémico


hiperosmolar constituyen una urgencia médica, porque pueden causar
coma y la muerte. El tratamiento es similar para ambos y se centra en la
administración de líquidos intravenosos e insulina.
Objetivos del tratamiento de la diabetes
Los expertos recomiendan que las personas mantengan sus niveles de
glucosa en sangre

 Entre 80 y 130 mg/dL (4,4 y 7,2 mmol/L) en ayunas (antes de


las comidas)

 Por debajo de 180 mg/dL (10,0 mmol/L) 2 horas después de


las comidas

La concentración de hemoglobina A1C debe ser inferior al 7%.

Dado que un tratamiento agresivo para lograr lo anterior aumenta el


riesgo de que la glucemia baje demasiado (hipoglucemia), estos
objetivos se modifican en los casos en que no es deseable que aparezca
hipoglucemia, como en las personas de edad avanzada.
Otros objetivos consisten en mantener la presión arterial sistólica por
debajo de 140 mm Hg y la presión arterial diastólica inferior a 90 mm
Hg. Para las personas diabéticas que sufren cardiopatías o que
presentan un riesgo elevado de sufrirlas, el objetivo es que la presión
arterial sea inferior a 130/80 mm Hg.

Tratamiento general de la diabetes


Si se padece diabetes, es muy beneficioso leer información sobre este
trastorno y entender que tanto la alimentación como el ejercicio
influyen en la glucemia, además de conocer la manera de evitar
complicaciones. El personal de enfermería que haya recibido formación
en diabetes puede informar sobre la alimentación, el ejercicio, el control
de la glucemia y el tratamiento farmacológico.

Si se padece diabetes, se debe dejar de fumar y consumir solo


cantidades moderadas de alcohol (hasta una bebida al día en el caso de
las mujeres y dos en el de los hombres).
Dieta para personas con diabetes
La alimentación es muy importante en ambos tipos de diabetes mellitus,
por lo que es recomendable alimentarse de forma sana y equilibrada y
esforzarse por mantener un peso saludable. Si se padece diabetes, es
muy beneficioso acudir a un nutricionista o a un experto en diabetes
que ayude a elaborar un plan de alimentación óptimo. Este plan incluye
evitar azúcares simples y alimentos procesados, aumentar la fibra
dietética, limitar las porciones de alimentos ricos en carbohidratos y las
de alimentos grasos (especialmente grasas saturadas). Las personas que
estén tomando insulina deben evitar dejar pasar periodos largos entre
comidas para prevenir la hipoglucemia. Aunque las proteínas y las
grasas de la dieta contribuyen a la cantidad de calorías ingeridas por
una persona, sólo el número de carbohidratos tiene un efecto directo en
los niveles sanguíneos de glucosa. La American Diabetes Association
ofrece muchos consejos útiles sobre los tipos de dieta (tips on diet),
incluyendo recetas. Incluso cuando se sigue una dieta adecuada, es
necesario tomar medicamentos para reducir el colesterol  para disminuir
el riesgo de enfermedades cardíacas.
Las personas con diabetes tipo 1 y ciertas personas con diabetes tipo 2
pueden usar el recuento de carbohidratos o el sistema de intercambio
de carbohidratos para equilibrar la dosis de insulina y el contenido de
carbohidratos ingeridos. El recuento de la cantidad de carbohidratos en
una comida se utiliza para calcular la cantidad de insulina que la
persona se administra antes de comer. Sin embargo, la proporción entre
carbohidratos e insulina (la cantidad de insulina administrada por cada
gramo de carbohidrato en la comida) es diferente para cada persona, y
las personas con diabetes necesitan trabajar en estrecha colaboración
con un dietista que tenga experiencia en el trabajo con personas con
diabetes para llegar a dominar la técnica. Algunos expertos han
aconsejado el uso del índice glucémico (una medida del impacto que
tiene la ingesta de un alimento que contenga carbohidratos en los
niveles sanguíneos de glucosa) para distinguir entre los carbohidratos
de metabolismo rápido y los de metabolismo lento, aunque existen
pocas pruebas que apoyen este enfoque.
Ejercicio para personas diabéticas
Practicar una cantidad adecuada de ejercicio (al menos 150 minutos por
semana repartidos en unos tres días) contribuye a controlar el peso y a
mejorar las concentraciones de glucosa en sangre. Dado que la glucemia
disminuye durante el ejercicio, se debe estar alerta por si aparecen
síntomas de hipoglucemia. En ocasiones, al practicar ejercicio durante
un tiempo prolongado, es necesario tomar un pequeño aperitivo,
disminuir la dosis habitual de insulina, o ambos.
Pérdida de peso para personas con diabetes
Muchas personas, especialmente las personas con diabetes tipo 2,
tienen sobrepeso u obesidad. El hecho de alcanzar y mantener un peso
saludable permite a algunas personas con diabetes de tipo 2 evitar o
retrasar la necesidad de tratamiento farmacológico. La pérdida de peso
también es importante en estas personas porque el exceso de peso
contribuye a las complicaciones de la diabetes. Cuando las personas con
diabetes tienen problemas para perder peso valiéndose únicamente de
dieta y ejercicio, el médico puede recetarles medicamentos para perder
peso o recomendar que se sometan a una cirugía bariátrica  (cirugía para
adelgazar).
Prevención de complicaciones de la diabetes
El cuidado adecuado de los pies y los exámenes oculares regulares
pueden ayudar a prevenir o retrasar la aparición de las complicaciones
relacionadas con la diabetes. Las personas con diabetes se vacunan
contra Streptococcus pneumoniae, y los médicos suelen recomendar que
reciban la vacuna anual contra la gripe, dado que dichas personas están
en riesgo de infección.
¿Sabías que...?
 El tratamiento general de la diabetes tipo 2  suele requerir
cambios en el estilo de vida, incluyendo pérdida de peso,
dieta y ejercicio. El control regular de la concentración de
glucosa en sangre es a menudo necesario para
prevenir complicaciones de la diabetes .
Tratamiento farmacológico de la diabetes
Existen muchos fármacos utilizados para tratar la diabetes . Las
personas con diabetes tipo 1 requieren inyecciones de insulina para
reducir los niveles de glucosa en la sangre. La mayoría de las personas
con diabetes tipo 2 necesitan medicamentos por vía oral para reducir
los niveles de glucosa en sangre, pero algunas también
requieren insulina u otros fármacos inyectables.
Supervisión del tratamiento de la diabetes
Controlar la glucemia es una parte esencial del tratamiento
antidiabético. La monitorización rutinaria de la glucemia proporciona la
información necesaria para hacer los ajustes requeridos en los
medicamentos, la dieta y los regímenes de ejercicio. El hecho de esperar
para controlar la glucosa en sangre hasta que haya síntomas de
concentraciones bajas o elevadas de glucosa en sangre es
potencialmente perjudicial.

Muchos factores provocan cambios en la glucemia:

 Dieta

 Ejercicio

 Estrés

 Enfermedades

 Fármacos o sustancias

 Distintos momentos del día

La glucemia puede dispararse después de comer alimentos con muchos


carbohidratos sin que se fuera consciente de su contenido. El malestar
psíquico, las infecciones y muchos fármacos tienden a provocar
hiperglucemia. Es común que la glucemia sea más alta en las primeras
horas de la mañana debido a la liberación normal de hormonas
(hormona del crecimiento y cortisol), una reacción denominada
fenómeno del alba o del amanecer. La glucosa en sangre aumenta de
forma significativa cuando el organismo libera determinadas hormonas
en respuesta a una hipoglucemia (efecto de Somogyi). El ejercicio puede
disminuir considerablemente la glucemia.
Control de los niveles de glucosa en la sangre (glucemia)
La glucemia se mide fácilmente en casa o en cualquier lugar.

En la mayoría de los casos, se usa una punción digital para el análisis


de glucosa para controlar la glucemia. La mayoría de los dispositivos de
medición (glucómetros) requieren una gota de sangre que se obtiene
pinchando la punta del dedo con una pequeña lanceta. Esta lanceta
tiene una aguja minúscula con la que se pincha el dedo o que puede
alojarse en un dispositivo con un resorte que la introduce en la piel de
manera más fácil y rápida. En general, se considera que el pinchazo solo
causa molestias mínimas. Después, se coloca una gota de sangre en una
tira reactiva. La tira contiene sustancias químicas que experimentan
cambios dependiendo del nivel de glucosa. El glucómetro lee estos
cambios e informa del resultado en un monitor digital. Algunos
dispositivos permiten que la muestra de sangre se obtenga de otros
lugares, como la palma de la mano, el antebrazo, el brazo, el muslo o la
pantorrilla. Los glucómetros son más pequeños que una baraja de
naipes.
En los sistemas de monitorización continua de la glucosa se coloca un
pequeño sensor de glucosa debajo de la piel. El sensor mide los niveles
de glucosa en sangre cada pocos minutos. Hay dos tipos de
monitorización continua de la glucosa, con diferentes propósitos:
 Profesional

 Personal

Los sistemas de monitorización continua de la glucosa profesionales


recaban información continua sobre la glucemia durante un período de
tiempo (de 72 horas hasta 14 días). Los proveedores de atención médica
usan esta información al recomendar el tratamiento. Los sistemas de
monitorización continua de la glucosa profesionales no proporcionan
datos a la persona con diabetes.

Los sistemas de monitorización continua de la glucosa personales son


utilizados por la persona y proporcionan en tiempo real los datos de
glucemia, en un pequeño monitor portátil o en un teléfono inteligente
conectado. Se pueden configurar alarmas en el sistema de sistemas de
monitorización continua de la glucosa para que suenen cuando los
valores de la glucemia bajen o suban demasiado, de manera que se
puedan detectar con rapidez posibles cambios preocupantes en la
glucemia.

Anteriormente, los sistemas de monitorización continua de la glucosa


debían ser calibrados frecuentemente mediante punciones digitales
para el análisis de glucosa. Además, sus resultados no eran lo
suficientemente precisos, por lo que siempre había que hacer una
prueba de punción digital para verificar una lectura en el sistemas de
monitorización continua de la glucosa antes de calcular una dosis de
insulina (por ejemplo, antes de las comidas o para corregir una
hiperglucemia). Sin embargo, los avances tecnológicos recientes han
mejorado los sistemas de monitorización continua de la glucosa y
garantizan seguir haciéndolo en un futuro próximo. Actualmente se
pueden usar hasta 14 días seguidos, a menudo no requieren calibración
y se pueden usar para la dosificación de insulina sin confirmación de
glucosa por punción digital. Por último, en la actualidad existen sistemas
en los que el dispositivo de monitorización continua de la glucosa se
comunica con las bombas de insulina  para detener la entrega
de insulina cuando los niveles de glucosa en sangre empiezan a
disminuir (suspensión en el nivel umbral) o para
administrar insulina diariamente (sistema de bucle cerrado híbrido).
Son particularmente útiles en determinadas circunstancias, como
cuando la glucemia cambia de manera rápida y frecuente (sobre todo, si
en ocasiones los valores pueden llegar a ser muy bajos) en presencia de
diabetes de tipo 1, y estos cambios se detectan con dificultad en la
prueba de punción en el dedo.

En la mayoría de los casos, se debe llevar un registro de la glucemia e


informar al médico o al personal de enfermería, quienes asesorarán
sobre la mejor forma de adaptar la dosis de insulina o del
antihiperglucemiante oral. Por lo general, se aprende a ajustar la dosis
de insulina por cuenta propia cuando sea necesario. Es posible que
algunas personas con diabetes tipo 2 leve o temprana que estén bien
controladas con uno o dos fármacos sólo necesiten controlarse la
glucemia mediante punción digital de vez en cuando.
Aunque se pueden realizar análisis de orina para detectar la presencia
de glucosa, no es un buen método para supervisar el tratamiento ni
para ajustarlo. Los análisis de orina pueden conducir a error porque es
probable que la cantidad de glucosa en la orina no refleje la
concentración de glucosa en sangre en un determinado momento. La
glucemia puede disminuir o aumentar notablemente sin que se detecte
ningún cambio en los niveles de glucosa en la orina.

Hemoglobina A1C
El tratamiento se supervisa mediante un análisis de sangre denominado
determinación de la hemoglobina A1C (fracción de la hemoglobina
sujeta a glucosilación). Si existe hiperglucemia, los cambios se detectan
en la hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno en la sangre.
Estas alteraciones son directamente proporcionales a la glucemia
durante un periodo prolongado. Cuanto mayor sea la concentración de
hemoglobina A1C, más elevados han sido los niveles de glucosa. De este
modo, a diferencia de la medición de glucosa en la sangre que revela el
valor en un momento determinado, la medición de la hemoglobina A1C
pone de manifiesto si se ha controlado la glucemia en los meses
anteriores.

Cuando se padece diabetes, el objetivo consiste en alcanzar un nivel de


hemoglobina A1C inferior al 7%. Alcanzar este nivel es difícil, aunque
cuanto más bajo sea el valor de la hemoglobina A1C, menor es la
probabilidad de sufrir complicaciones. Los médicos pueden recomendar
un objetivo ligeramente más alto o más bajo para ciertas personas, en
función de su estado de salud en particular. Sin embargo, los valores
superiores al 9% denotan un escaso control, y los que son superiores al
12% muestran un control muy deficiente. Se suele recomendar que la
hemoglobina A1C se mida cada 3 a 6 meses.

Fructosamina
La fructosamina, un aminoácido que se ha unido con la glucosa,
también es útil para medir la glucemia durante unas pocas semanas, y
se suele utilizar cuando los resultados de la hemoglobina A1C no son
fiables, como en los casos en los que existen formas anómalas de
hemoglobina.

Trasplante pancreático
Las personas con diabetes tipo 1 a veces reciben un trasplante del
páncreas entero o sólo de las células productoras
de insulina procedentes de un páncreas donante. Este procedimiento
puede permitir que las personas con diabetes mellitus tipo 1 mantengan
niveles normales de glucosa. Sin embargo, dado que deben
administrarse fármacos inmunosupresores para evitar que el cuerpo
rechace las células trasplantadas, el trasplante de páncreas  suele
llevarse a cabo únicamente en personas que tengan complicaciones
graves causadas por la diabetes o que vayan a recibir otro órgano
trasplantado (como por ejemplo un riñón) y por lo tanto requieran
medicamentos inmunosupresores de todos modos.
Personas con dificultad para mantener los niveles de
glucemia
El término diabetes lábil se ha utilizado para referirse a personas que
sufren oscilaciones drásticas recurrentes en los niveles de glucosa en la
sangre, a menudo sin razón aparente. Sin embargo, este término ya no
se usa. Las personas con diabetes tipo 1 pueden presentar oscilaciones
más frecuentes en los niveles de glucemia, dado que no producen
insulina. Las infecciones, el retraso en el movimiento de los alimentos a
través del estómago y otros trastornos hormonales también pueden
contribuir a las oscilaciones de la glucemia. En todas las personas que
tienen dificultad para controlar la glucemia, los médicos buscan otros
trastornos que pudieran estar causando el problema, y también
proporcionan formación adicional a las personas afectadas acerca de
cómo controlar la diabetes y tomarse la medicación.

Personas mayores con diabetes


Las personas mayores deben seguir los mismos principios generales de
control de la diabetes que los jóvenes: educación, alimentación, ejercicio
y tratamiento farmacológico. Sin embargo, puede que el riesgo
de hipoglucemia (una baja concentración de glucosa en sangre) asociada
a un control estricto de la glucemia sea en realidad peligroso para las
personas con múltiples problemas médicos.
Es más difícil controlar la diabetes a una edad avanzada. Cuando la vista
no es buena, resulta más difícil leer los glucómetros y las escalas de
dosificación en las jeringas de insulina. Se pueden tener problemas al
manejar la jeringa, ya sea por artritis, por enfermedad de Parkinson o
porque se ha sufrido un accidente cerebrovascular (ictus, infarto
cerebral, derrame cerebral).
Educación
Además de aprender a conocer la diabetes en sí misma, las personas de
edad avanzada deben aprender a coordinar el manejo de la diabetes
junto con el de otros trastornos. Es especialmente importante que
aprendan a prevenir complicaciones, como la deshidratación, la erosión
de la piel y los trastornos circulatorios, y a controlar los factores que
contribuyen a las complicaciones de la diabetes, como la hipertensión y
los niveles altos de colesterol. Estos problemas son más frecuentes al
envejecer, se tenga diabetes o no.

Dieta
Muchas personas mayores tienen dificultad para seguir una dieta
saludable y equilibrada, que les permita controlar la glucemia y el peso.
No es fácil cambiar las preferencias por ciertos alimentos y los hábitos
dietéticos. Algunas personas de edad avanzada tienen otros trastornos
que también guardan relación con la alimentación y no saben cómo
integrar las recomendaciones dietéticas de los diversos trastornos.

En ocasiones, no pueden controlar lo que comen porque alguien cocina


para ellos en casa, en una residencia geriátrica o en otra institución. Si
no son ellas mismas las que se preparan la comida, es necesario que
quienes compran y cocinan entiendan también la dieta que necesitan.
Suele ser beneficioso que tanto ellas como sus cuidadores consulten
con un nutricionista el plan de alimentación más viable y saludable.

Ejercicio
Las personas de edad avanzada pueden tener dificultades para incluir el
ejercicio en su vida cotidiana, sobre todo si no han sido activas o si
tienen algún trastorno que limita su movimiento, como la artritis. Sin
embargo, es posible incorporar el ejercicio en la rutina habitual. Por
ejemplo, pueden caminar en vez de conducir o subir las escaleras en
lugar de tomar el ascensor. Además, muchas organizaciones
comunitarias ofrecen programas de ejercicios diseñados para ellas.

Fármacos o sustancias
A algunas personas ancianas les resulta difícil tomar los antidiabéticos,
sobre todo la insulina. Si los trastornos de la visión u otras afecciones les
impiden llenar correctamente la jeringa, el cuidador puede prepararlas
con antelación y guardarlas en el refrigerador. Si las dosis
de insulina que se inyectan son estables, se pueden adquirir jeringas
precargadas. Los bolígrafos de insulina precargados son más adecuados
para personas con limitaciones físicas. Algunos de estos dispositivos
tienen números grandes y selectores de fácil manipulación.
Control de los niveles de glucosa en la sangre (glucemia)
En las personas de edad avanzada, una visión deficiente, la limitación de
la destreza manual por artritis, los temblores, los accidentes
cerebrovasculares u otras limitaciones físicas dificultan la supervisión de
la glucemia. Pero se pueden usar monitores especiales. Algunos tienen
grandes pantallas numéricas que son más fáciles de leer; otros
proporcionan instrucciones y resultados audibles, y los últimos miden la
glucemia a través de la piel y no requieren que se extraiga una muestra
de sangre. Se puede consultar a un especialista en diabetes al elegir el
medidor más adecuado.

Hipoglucemia
La complicación más frecuente al tratar la hiperglucemia es
la hipoglucemia. El riesgo es mayor en las personas de edad avanzada
que se encuentran débiles, cuya enfermedad requiere hospitalización
frecuente o que toman varios fármacos. De todos los antidiabéticos
disponibles, las sulfonilureas de acción prolongada son las que
presentan una probabilidad mayor de causar hipoglucemia. Cuando se
toman estos fármacos, también existe una tendencia mayor a presentar
síntomas graves debidos a la hipoglucemia, como desmayos y caídas y
dificultad para pensar o para utilizar determinadas partes del cuerpo.
La hipoglucemia en las personas mayores puede ser menos evidente
que en las personas más jóvenes. La confusión causada por la
hipoglucemia se puede confundir con la demencia o el efecto sedante
de los medicamentos. Además, las personas que tienen dificultad para
comunicarse (como en caso de demencia o después de un accidente
cerebrovascular ) pueden no ser capaces de informar a nadie de sus
síntomas.
Prevención de la diabetes mellitus
Diabetes de tipo 1
Ningún tratamiento previene la aparición de la diabetes mellitus tipo 1.
Algunas drogas pueden inducir la remisión de la diabetes tipo 1
temprana en algunas personas, posiblemente porque evitan que el
sistema inmune destruya las células del páncreas. Sin embargo, estos
medicamentos provocan efectos secundarios que limitan su utilización.

Diabetes de tipo 2
La diabetes tipo 2 se puede prevenir con cambios en el estilo de vida.
Las personas con sobrepeso que simplemente pierdan el 7 por ciento de
su peso corporal y que aumenten la actividad física (por ejemplo,
caminar 30 minutos al día) pueden disminuir el riesgo de diabetes
mellitus en más del 50%. La metformina y la acarbosa, fármacos que se
utilizan para tratar la diabetes, pueden reducir el riesgo de diabetes en
personas con alteraciones en la regulación de la glucosa.

Más información sobre la diabetes mellitus


Los siguientes son algunos recursos en inglés que pueden ser útiles.
Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido
de los recursos.

 American Diabetes Association : (Asociación estadounidense para


la diabetes): información completa sobre la diabetes, incluyendo
recursos para vivir con diabetes
 JDRF (anteriormente llamada Juvenile Diabetes Research
Foundation [Fundación para la investigación sobre la diabetes
juvenil]): información general sobre la diabetes mellitus tipo 1
 National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases :
(Instituto nacional para la diabetes y las enfermedades digestivas
y renales): información general sobre la diabetes, incluyendo la
investigación reciente y programas de alcance comunitario

You might also like