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ENSAYO- ANÁLISIS JURÍDICO (COMUNICADO 34 DEL 8

SEPTIEMBRE DE 2021).

JANA GABRIELA OME GUZMAN.


ANGELA MARIANA NIÑO GOMEZ.
JOHAN NICOLÁS RIVAS HERNÁNDEZ.

UNIVERSIDAD LA GRAN COLOMBIA.

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES.


DERECHO.

ÁREA: DERECHO AMBIENTAL.


DOCENTE: JORGE IVÁN HURTADO MORA.

BOGOTÁ D, C.
2021-2.
Tabla de contenido (Índice).
1. INTRODUCCIÓN. ............................................................................................. 2
2. ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL. ..................................................................... 3
2.1. Norma demandada. .................................................................................. 3
2.2. Fundamentos de la Demanda. ................................................................ 3
2.3. Consideraciones de la Corte. .................................................................. 4
2.4. Decisión. ................................................................................................... 6
3. ANÁLISIS DE LA PROTECCIÓN AMBIENTAL DE LOS PÁRAMOS. ............ 7
4. ANÁLISIS DE LA PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL A LAS
COMUNIDADES CAMPESINAS E ÍNDIGENAS. ................................................... 9
5. ARGUMENTOS QUE SE CONSIDERA TUVO LA CORTE
CONSTITUCIONAL PARA EMITIR SU DECISIÓN. ............................................. 15
6. CONCLUSIONES. .......................................................................................... 17
7. BILIOGRAFÍA. ............................................................................................... 18

ANÁLISIS JURÍDICO (COMUNICADO 34 DEL 8 SEPTIEMBRE DE


2021).

1. INTRODUCCIÓN.
En el presente, se llevará a cabo un análisis jurídico correspondiente al
comunicado 34 del día 8 de Septiembre del año en curso (2021), en el cual la
Corte Constitucional declara la exequibilidad de los incisos tercero y cuarto del art.
10 de la Ley 1930 de 2018. En este sentido, se ejercerá una interpretación a la luz
de las normas constitucionales y los elementos identificados en clase para realizar
un desarrollo posterior, respecto de la carga argumentativa que fundamenta la
decisión de la Corte bajo los postulados de la protección ambiental de los páramos
y la protección constitucional a las comunidades campesinas e indígenas.
2. ANÁLISIS JURISPRUDENCIAL.

2.1. Norma demandada.

Ley 1930 de 2018.


“por medio del cual se dictan disposiciones para la gestión integral de los
Páramos de Colombia”.

Artículo 10 “De las actividades agropecuarias y mineras”.

Inciso 3°: Podrá permitirse la continuación de actividades agropecuarias


bajo impacto que se vienen desarrollando en las zonas de páramo delimitados,
haciendo uso de las buenas practicas que cumplen con los estándares
ambientales y en defensa los páramo.

Inciso 4°: Las actividades agrícolas bajo impacto y ambientalmente


sostenibles se deberán ceñir a los lineamientos que para el efecto establezca el
Ministerio de Agricultura y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

2.2. Fundamentos de la Demanda.


El accionante estima que la norma demandada contradice los arts. 79, 333
y 334 de la Constitución Política. A su consideración, resulta inconstitucional que
en los ecosistemas de páramos se realicen acciones agropecuarias en razón de
que las mismas suponen consecuencias negativas irreversibles en los mismos. De
esta manera, vulnera los derechos a gozar a un ambiente sano, el deber estatal de
limitar la libertad económica para la protección del medio ambiente y el desarrollo
del ambiente sano como deber del Estado en las actividades económicas.
2.3. Consideraciones de la Corte.
La Corte fundamentó los argumentos de su decisión en el siguiente
análisis:
 Unidad normativa: la Corte determina que solo realizará un
pronunciamiento de fondo respecto de la vulneración del art. 79 de la CN, toda vez
que estima que el demandante no argumentó por qué la disposición acusada
vulnera los arts. 333 y 334 de la CN.

Por otro lado, la Corte considera pertinente establecer una unidad


normativa, en la medida que como lo establece la Sentencia C- 930 del 2009, la
Unidad normativa se presenta cuando no es posible pronunciarse respecto de una
norma expresamente demandada, sin referirse también a la constitucionalidad de
otras disposiciones con las cuales se encuentra íntimamente relacionado. Por
ende, en el caso en concreto, la expresión demandada requiere una integración de
unidad normativa puesto que tiene relación con toda la norma.

 Ponderación entre la protección de los páramos y la protección


constitucional a los campesinos y comunidades indígenas: se evidencia una
tensión entre la protección ambiental a los páramos como ecosistemas
estratégicos, puesto que en reiterada jurisprudencia constitucional (Sentencia T-
361 del 2017) ha dispuesto la relevancia de la conservación y protección de los
páramos, concluyendo que estos prestan servicios ecológicos tales como:
regulación de un ciclo hídrico, disminución del cambio climático y la conservación
de la biodiversidad. Por ende, es una obligación del Estado la conservación de
tales ecosistemas estratégicos por encima de cualquier explotación de actividades
económicas.
No obstante, también existen otros derechos que se presentan tales como
la garantía de los derechos al territorio, la seguridad alimentaria y la identidad
cultural de las comunidades campesinas que habitan en los páramos, toda vez
que la Corte Constitucional ha determinado que los campesinos y las
comunidades indígenas son sujetos de especial protección constitucional y por lo
tanto, deben ser garantizados los derechos previamente mencionados por parte
del órgano estatal.

 Análisis de la disposición acusada (art. 79 CN).


En primer lugar, la Corte establece que la norma acusada no permite el
ejercicio ilimitado de las actividades agropecuarias de bajo impacto, así como
tampoco amplias la limitación agrícola en la zona de páramos. Por el contrario, el
objetivo principal de la norma refiere que los entes territoriales identifiquen:

1. Las actividades agropecuarias que ya venían realizándose en los


páramos.

2. Regulen las actividades de bajo impacto que se instauren en los


planes de manejo ambiental de cada zona.

3. Educar y capacitar a las comunidades que participen en tales


proyectos para que estas adopten ciertas prácticas para la protección y
preservación de los páramos.

En consecuencia de lo anterior, la Corte determinó que la norma acusada


no resultaba contraria al art. 79 de la CN, toda vez que no existe una autorización
ilimitada para llevar a cabo estas actividades en los páramos. De igual manera,
aunque puede disponerse que la disposición acusada está en contravía de la Ley
1450 del 2011 y Ley 1753 del 2015, puesto que dicha normatividad prohibía las
actividades agropecuarias en los sistemas de páramos. No obstante, la Corte, al
decidir la exequibilidad de la norma demandada garantiza la protección de los
derechos al territorio, seguridad alimentaria y la identificación cultural de las
comunidades campesinas, étnicas y raciales que habitan en estos ecosistemas,
así como la protección de los páramos como ecosistemas estratégicos para la
producción del agua, la mitigación del cambio climático y la conservación de la
biodiversidad.
 Parámetros para la continuación de actividades agropecuarias
en los páramos.
En virtud de la decisión tomada por la Corte Constitucional y como fin de
dar respuesta a la tensión mencionada previamente, establece unos parámetros
para la continuación de las actividades agropecuarias en los páramos; en primer
lugar, establece que para la continuación de tales actividades, estas sean de bajo
impacto. En otros términos, que se garantice la funcionalidad ecológica de los
ecosistemas de páramos; en segundo lugar que estas se desarrollaran en virtud
de la promulgación de la ley, de manera que no se permitan ciertas actividades de
este tipo. Es decir, tiene un efecto retroactivo; por último, que se hagan uso de las
buenas prácticas para la protección y preservación de los páramos.

De la misma manera, para que tales actividades se continúen


desarrollando en los ecosistemas de los páramos, deben cumplir lo siguiente:
a. Cumplir el plan de manejo ambiental del área que se desarrollan.
b. Que no incorpore ninguna de las actividades prohibidas establecidas
en el art. 5 de la Ley 1930 de 2018.

2.4. Decisión.
En virtud de los argumentos previamente fundamentados la Corte decide:

PRIMERO: levantar la suspensión de términos decretada en este proceso


mediante el Auto 404 de 2019.
SEGUNDO: Declarar EXEQUIBLE los incisos tercero y cuarto del artículo
10 de la Ley 1930 de 2018 “Por medio de la cual se dictan disposiciones para la
gestión integral de los páramos en Colombia” por el cargo analizado.
3. ANÁLISIS DE LA PROTECCIÓN AMBIENTAL DE LOS PÁRAMOS.

La Constitución Política de 1991 ha reconocido amplios parámetros que


protegen al medio ambiente bajo el concepto de constitución ecológica. De
manera que la protección al medio ambiente constituye un bien jurídico de primer
orden en el actual modelo constitucional. En este sentido, los artículos 79 y 80 de
la Constitución determinan múltiples obligaciones para el Estado a la conservación
del medio ambiente. En consecuencia de lo anterior, existe una línea
jurisprudencial (Sentencias C-035 de 2016 y T- 361 de 2017), las cuales
reconocen los páramos como un objeto de especial protección constitucional, toda
vez que estos ecosistemas poseen una gran riqueza biótica sumada a los
servicios ambientales que prestan. En este marco, la Corte mediante Sentencia C-
369 del 2019 ha exaltado tres servicios ambientales que suministran los páramos,
los cuales son fundamentales para garantizar el acceso al agua potable, así como
contrarrestar los efectos del cambio climático. Tales servicios son:

 Un elemento trascendental para la regulación del ciclo hídrico.


 Almacenan y capturan carbono proveniente de la atmósfera
contrarrestando los efectos del cambio climático.
 Su riqueza biótica o biodiversidad.

No obstante, la protección de estos ecosistemas no solo radica en los


servicios anteriormente mencionados, sino también debido a su vulnerabilidad,
fragilidad y poca resiliencia. En razón a ello, lo anterior ocurre debido a que los
páramos son islas biogeográficas que evolucionaron sin intervención humana y
por ende, no desarrollaron habilidades para adaptarse ante agentes perturbadores
o situaciones adversas. De tal forma que la Corte Constitucional ha manifestado
que la restauración o recuperación de un ecosistema de páramo es imposible,
toda vez que como se mencionó anteriormente, este evolucionó en un contexto
geográfico aislado de factores perturbadores.
Por lo tanto, al desarrollarse de manera aislada, la capacidad de
adaptación es limitada ocasionando que cuando se presenten consecuencias en el
suelo y en el subsuelo de estos ecosistemas estratégicos, los efectos suelen ser
irreversibles e irreparables. Es por ello, que la combinación del valor estratégico,
vulnerabilidad o fragilidad los hace objeto de especial protección constitucional.
Sin embargo, pese a tal protección, existen múltiples actividades que se
consideran una amenaza para estos ecosistemas, tales como el fuego, la
ganadería, la agricultura, la minería a cielo abierto y de socavón, las plantaciones
de especies exóticas, la construcción de obras civiles, entre otros. En
consecuencia, tales prácticas incrementan la fragilidad de los páramos puesto que
los procesos biológicos y químicos que suceden en ellos son bastante lentos
debido a sus bajas temperaturas, así como a la baja concentración de oxígeno,
por lo cual no facilitan la biodegradación y la oxidación de la materia orgánica
provocando perjuicios irremediables en los páramos.

Respecto de la agricultura y la ganadería extensiva destruyen o afectan


considerablemente estos ecosistemas, toda vez que bajo investigaciones
científicas se ha determinado que estas destruyen casi en la totalidad los seres
vivos que habitan en los páramos. De igual manera cambian la acidez del suelo y
promueven la rápida colonización de especies invasivas.

En virtud de los efectos que emergen de la ganadería, se ha establecido


que estos disminuyen la vegetación de un 60% a un 66% y de la misma forma
generan alteración en la movilización de nutrientes y en los procesos hídricos
como resultado del pisoteo. En lo correspondiente a la agricultura, en especial la
producción del cultivo de papa que se da usualmente en estas zonas ha
ocasionado la utilización de la maquinaria, la cual ocasiona una alteración
profunda en el suelo de este ecosistema y de igual manera, ha incentivado al
empleo de grandes fertilizantes, insecticidas y fungicidas que contaminan el suelo
y el agua.
En síntesis, en función de los arts. 79 y SS, los ecosistemas de páramo
son objeto de especial protección constitucional. Por ende, el Estado tiene el
deber-obligación de adoptar medidas legales y administrativas para garantizar su
conservación y preservación, en la medida que resulta necesario garantizar la
protección jurídica de dicho ecosistema a razón de que:

1. Tienen una amplia diversidad de flora y fauna que resulta


indispensable para el equilibrio ecológico, así como el patrimonio natural del país.

2. Presta servicios ambientales tales como proveer agua potable al 70%


de los colombianos y almacenar el carbono derivado de la atmósfera, generando
de esta manera una disminución a los efectos negativos del cambio climático.

3. Al ser ecosistemas vulnerables frágiles, puesto que sus


características hacen que sea imposible su restauración y recuperación, luego de
actividades humanas intensivas.

4. ANÁLISIS DE LA PROTECCIÓN CONSTITUCIONAL A LAS


COMUNIDADES CAMPESINAS E ÍNDIGENAS.

Teniendo en cuenta que otro punto de tensión refiere la protección a las


comunidades campesinas e indígenas, se darán argumentos bajo el análisis
jurisprudencial de diferentes pronunciamientos respecto a estos como sujetos de
especial protección.

En primer lugar, se agrupa el bloque de constitucionalidad establecido


constitucionalmente en su art. 93, de modo que tal protección tiene su origen en la
normatividad internacional y constitucional nacional, por la cual se trae a colación
la primera en razón de que como lo establece la Corte Constitucional mediante
Sentencia C-347 de 1997 “los tratados internacionales sobre derechos humanos,
por expreso mandato constitucional (art. 93 CN), prevalecen en el orden interno y,
más aún, los derechos y deberes consagrados en la Carta habrán de interpretarse
de conformidad con aquellos”.

 Protección Constitucional Internacional.

Con motivo de lo anterior, se desarrollará de manera principal el derecho a


la alimentación y la seguridad alimentaria, por la cual se estima que mediante la
restricción del uso de las zonas de páramos en función de su conservación
provoca una disminución de la producción agropecuaria de los campesinos que
satisface sus necesidades básicas de alimento (derecho subjetivo del ciudadano
frente al Estado que puede hacer exigible), así como su sustento económico,
siendo el órgano estatal el garante a la vida digna. En este marco de análisis se
indican normas internacionales que regulan tales obligaciones que debe el Estado
para garantizar el derecho a los alimentos, los cuales son:

 Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales


(PIDESC) y del Protocolo de San Salvador (ratificados por Colombia), art 11:
dispone la protección contra el hambre, obligando al Estado a adoptar medidas
para la producción de alimentos, reconociendo una calidad de vida la
alimentación, así como un derecho fundamental.

 Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en la


Observación General número 12: estima que lo anterior tiene una incidencia
vinculada al derecho a la dignidad humana; establece a su vez que el derecho a la
sana alimentación impone a los Estados su realización, respeto y protección.

 Protocolo de San Salvador, art 12: reconoce el derecho a la


alimentación.

No obstante, en virtud de las normas internacionales previstas y en razón


a la utilización de los páramos, se prevé que la legislación de conservación a los
mismos que impidan el debido acceso a la alimentación, deben permitir a su vez
instrumentos de garantía para la protección constitucional a los campesinos, la
cual resulta vulnerada por la limitación al uso del mismo. En síntesis, el derecho a
la alimentación no se puede desconocer por las políticas que buscan la
conservación de páramos. Por ende, prevalecerá el derecho alimentario de los
campesinos que ejercen actividad agropecuaria sobre dicho sector de páramos en
Colombia.

En segundo lugar, se encuentra el derecho de acceso a la tierra,


reconocido de tal manera mediante Sentencia C- 644 del 2012 por la cual
establece la relevancia de la relación entre el acceso a la propiedad de
trabajadores agrarios al reconocimiento de su derecho a la alimentación
previamente sustentado. En esta materia de revisión, el presente derecho se
puede ver vulnerado al restringir a los campesinos realizar sus actividades que
implican su sustento económico y de alimentación. En este ámbito, los
instrumentos internacionales estiman que es un deber del Estado garantizar el
acceso a la tierra reconociendo el respeto a la propiedad, tales como:

 La Declaración Universal de los Derechos Humanos, art 17: estima el


derecho a la propiedad individual o colectiva y a su vez prohíbe la privación
arbitraria a esta.
 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del hombre,
adoptada en la 9ª Conferencia Internacional Americana de Abril de 1948.
 La Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San
José suscrito en 1969: dispone también el derecho a la propiedad y la
indemnización en caso de expropiación.

En síntesis, las normas previas garantizan el acceso a la tierra en relación


con la propiedad por la que en virtud de la Sentencia C- 644 del 2012 “el acceso a
tierra y seguridad de la tenencia son esenciales para asegurar: derecho
alimentación, derecho al trabajo y derecho a la vivienda. Se debe considerar
reconocimiento de la tierra como un derecho humano”. Dado así, tal vulneración al
acceso a la tierra y la propiedad vería en desfalco el derecho al trabajo de la
población campesina.

En tercer lugar y en virtud del último argumento, el derecho al trabajo se


encuentra protegido en el art. 6 del PIDESC con el objeto de mediar una vida
digna, estimando que esta debe garantizarse por los Estados. Así mismo, su
relación con otros derechos humanos que constituyen inherentemente la dignidad
humana (Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en Observación
General No. 18). Es decir, con el deber de protección que tiene el Estado de
proteger el derecho al trabajo, le corresponderá a este mismo órgano estatal el
deber de abstenerse a limitar su acceso a través de medidas arbitrarias.

En síntesis, toda vez que la legislación ejerza protección a los páramos


que vulnere el derecho al trabajo de la población campesina será inadmisible;
deberán ejecutarse políticas adecuadas a los derechos humanos.

 Protección Constitucional Nacional.

En este marco, el ordenamiento jurídico colombiano a su vez ejerce


protección constitucional a los campesinos mediante los arts. 64, 65 y 66
estableciendo obligaciones al Estado que permiten tutelar derechos de los
campesinos de políticas que con la conservación de páramos se les vulnere, de
manera que promueve los siguientes:

 Acceso a la tierra: en este aspecto, la Corte se ha pronunciado


mediante Sentencia C-644 de 2012 por la cual sustenta que el campo es un bien
jurídico protegido por la Constitución en virtud de que establece una realidad
geográfica, regional, humana, cultural y económica que tienen el fin de realizar
actividades agropecuarias, así como el espacio natural de la población campesina.
De igual manera, los artículos constitucionales que efectúan su protección
permiten mejorar el ingreso, así como la calidad de vida de los campesinos, de
modo que en razón de ejercer protección sobre los mismos la Corte ha establecido
que la propiedad deberá garantizarse a través de las siguientes: el derecho a no
ser despojados de su propiedad agraria, derecho a que el disfrute de la propiedad
no sea afectado, derecho a que por esta vía se proteja la seguridad alimentaria,
mejoramiento en la calidad de vida y la dignidad humana.

 Seguridad alimentaria: así como los instrumentos internacionales,


el art. 65 de la CN establece la especial protección estatal en la producción de
alimentos y sumado a ello, obliga a la priorización del desarrollo integral de las
actividades agrícolas. En este marco, la Corte Constitucional, mediante línea
jurisprudencial (Sentencias T-506 de 1992 y C-864 de 2006) estima el concepto de
seguridad alimentaria como la garantía que debe tener toda población, de poder
disponer y tener acceso oportuno y permanente a los alimentos que cubran sus
requerimientos nutricionales, tratando de reducir dependencia externa y tomando
en consideración la conservación y equilibrio del ecosistema.

En virtud de lo anterior, la Sentencia T-348 del 2012 estima en materia de


comunidades campesinas, por las cuales depende su subsistencia las actividades
propias de su producción de alimentos, disponiendo que el derecho al ambiente
sano y al desarrollo sostenible está atado al reconocimiento y a la protección
especial de los derechos de las comunidades agrícolas, a trabajar y subsistir de
los recursos que les ofrece el entorno donde se encuentran, y sobre el que
garantizan su derecho a la alimentación. Por este motivo, la Corte afirma que el
desarrollo sostenible es un proceso que exige mantener la productividad de los
sistemas naturales, procurando mejorar las condiciones económicas y sociales de
las comunidades que se verán afectadas en su eventual intervención, así como
preservar las prácticas tradicionales de producción. De manera que no se vean
vulnerados los derechos constitucionalmente protegidos a los campesinos en tanto
a la seguridad alimentaria que la misma garantiza.

En síntesis, tanto la normatividad Internacional como la nacional respecto


de la constitución establecen una carta de derechos que deben adecuarse y no
dejarse en una mira poco relevante al momento en que el legislador ejecute
políticas intervencionistas sobre los páramos, toda vez que deben manifestar la
manera en que deberán involucrar a dicha población con el objeto de no vulnerar
sus derechos constitucionalmente protegidos.

Por otro lado, pero no menos importante, cabe referir el derecho a la


participación que tienen las comunidades campesinas e indígenas. En este
sentido, la Sentencia T- 361 de 2017 establece que el derecho a la participación
en materia ambiental es un elemento trascendental para la obtención de un orden
justo, puesto que la intervención de las comunidades que habitan en estas zonas
es algo relevante para alcanzar la sostenibilidad de los ecosistemas y la
distribución equitativa de los recursos naturales. En este marco, la Sentencia T-
361 de 2017 establece unos elementos esenciales del derecho fundamental a la
participación ambiental, los cuales corresponden a:

 Acceso a la información: la importancia del derecho al acceso a la


información radica en garantizar la participación democrática en el ejercicio de los
derechos políticos, en la medida que su objeto es tener una comunidad activa,
crítica y autónoma que pueda ejercer un debido control en la actividad estatal. Por
otro lado, permite conocer las condiciones necesarias para el ejercicio de otros
derechos a razón de que su carácter instrumental facilita a los individuos que
puedan materializar otros principios y por último, garantiza la transparencia en la
gestión pública, ejerciendo un control ciudadano de la actividad del estado.

En síntesis, la participación de las comunidades debe ser previa, amplia,


deliberada, consciente y responsable.
 Participación pública y deliberada de las comunidades: el
presente elemento consiste en la participación deliberada, consciente y
responsable respecto de los asuntos ambientales. De manera que este debe
realizarse bajo un diálogo fundado en un principio argumentativo entre los
intervinientes de manera que siempre prevalezca el interés general.

 La existencia de mecanismos administrativos y judiciales: refiere


a la posibilidad de que las comunidades o los individuos puedan acudir ante la
administración y en caso negativo ante los jueces para solicitar la protección de
los derechos de acceso a la información pública y a la participación en materia
ambiental.

En síntesis, la participación de estas comunidades en materia ambiental


es indispensable, puesto que como se mencionó anteriormente, esta permite
materializar un desarrollo sostenible y una distribución equitativa de los recursos
naturales, asegurando el derecho fundamental de estas comunidades.

5. ARGUMENTOS QUE SE CONSIDERA TUVO LA CORTE


CONSTITUCIONAL PARA EMITIR SU DECISIÓN.

De manera principal, a consideración propia se establece que el problema


jurídico que pudo desarrollar la Corte para desenvolver el motivo de su decisión
fue el siguiente:
¿Los incisos tercero y cuarto del art. 10 de la Ley 1930 del 2018 vulneran
el art. 79 de la Constitución Política respecto de la protección ambiental de los
páramos como ecosistemas estratégicos al permitir la continuación de las
actividades agropecuarias de bajo impacto en las zonas delimitadas como
páramos?

Como se ha mencionado reiteradas veces en el presente, resulta


necesario realizarse una ponderación objetiva de derechos respecto a la especial
protección que tienen los ecosistemas como páramos, en virtud de sus
características esenciales que a su vez al ser ecosistemas altamente vulnerables
hacen imposible su restauración y recuperación tras haberse efectuado una
intervención humana intensiva. Por otro lado, los derechos que tienen las
comunidades campesinas e indígenas como sujetos de especial protección
constitucional.

En vista de los fundamentos previos, los páramos son objeto de especial


protección constitucional en razón del art. 79 de la CN y por sus características
particulares entre ellos, la capacidad de promover agua potable al 70% de la
población colombiana. De manera que como bien se sabe, el derecho al agua es
un derecho fundamental de naturaleza autónoma, puesto que el agua para
consumo es necesario en función de satisfacer una necesidad básica que atañe el
derecho a la dignidad humana (sin agua no se puede vivir) de modo que resulta
necesario entender la relevancia que cargan dichos ecosistemas para la existencia
propia del ser humano. Por lo tanto, corresponde a un deber-obligación del Estado
salvaguardarlo teniendo en cuenta que refieren a ecosistemas altamente
vulnerables que hacen que su restauración o recuperación sea casi imposible.

De lo anterior, resulta lógico establecer la no permisión de actividades


humanas o actividades que amenacen a los ecosistemas. No obstante, existen
comunidades que tienen la necesidad de recurrir a tales ecosistemas para su
subsistencia económica y vital, en la medida que de ello depende su seguridad
alimentaria y territorial en razón de que a través de las actividades agrícolas
ejercidas sobre este, depende su manutención para la calidad de una vida digna.
Sin embargo, la Corte dispone que las actividades agropecuarias extensivas
pueden provocar un perjuicio irremediable en el páramo; no significa que no
puedan realizarse actividades agrícolas de bajo impacto.

En este marco, con el objeto de garantizar la protección constitucional a


los páramos, así como la protección a tales comunidades sujetos de especial
protección constitucional, el Tribunal decide declarar la exequibilidad de la
disposición acusada. No obstante, para ello establece los parámetros ya
pronunciados, así como bajo las buenas prácticas ambientales y la defensa de los
páramos.

6. CONCLUSIONES.

1. Se interpretó que la decisión de la Corte Constitucional fue la más


adecuada en la medida que garantiza los derechos fundamentales de las
comunidades campesinas e indígenas afrocolombianas respecto de la
subsistencia, el derecho al territorio y la seguridad alimentaria al permitir las
actividades agropecuarias de bajo impacto sin que esto signifique una vulneración
a la protección constitucional de los páramos, en la medida que esta también
establece una serie de parámetros para que bajo toda circunstancia, sean
aplicables el uso y las buenas prácticas ambientales, así como la protección a
estos ecosistemas estratégicos.

En este sentido, se considera que la Corte ponderó idóneamente los


derechos en tensión y garantizó a ambos postulados sus derechos sin dejar en
desventaja o favorecer a uno más que al otro. Por ende, estableció una equidad
respecto de los mismos.

2. Se identificó que en función de los arts. 79 y SS, los ecosistemas de


páramo son objeto de especial protección constitucional. Por ende, el Estado tiene
el deber-obligación de adoptar medidas legales y administrativas para garantizar
su conservación y preservación, en la medida que resulta necesario garantizar la
protección jurídica de dicho ecosistema.

3. Se analizó que la Constitución Política le otorga especial protección a


las comunidades campesinas e indígenas bajo la normatividad Internacional como
el ordenamiento jurídico Nacional, de manera que el legislador deberá ejecutar
políticas intervencionistas sobre los páramos, toda vez que deben manifestar la
manera en la cual deberán involucrar a dicha población con el objeto de no
vulnerar sus derechos constitucionalmente protegidos.

4. Se comprendió que la participación de estas comunidades en materia


ambiental es indispensable, puesto que como se mencionó anteriormente, esta
permite materializar un desarrollo sostenible y una distribución equitativa de los
recursos naturales, asegurando el derecho fundamental de las mismas.

7. BILIOGRAFÍA.

 Comunicado Septiembre 8 de 2021.


 Sentencia C-369 del 2019.
 Sentencia T-361 del 2017.
 Sentencia C- 644 del 2012
 Sentencia T-506 de 1992
 Sentencia C-864 de 2006
 Sentencia T-348 del 2012.
 Filizzola, c.M. (2014). Repositorio Uniandes. Conservación de
páramos y campesinos. Volumen 1, (41 pág). Recuperado el día 25, de mes 10,
de año 2021, de url:
https://repositorio.uniandes.edu.co/bitstream/handle/1992/16764/u702970.pdf?seq
uence=1

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